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El video muestra una sorprendente clase de psicología social que sus alumnos
nunca olvidaran. Donde tomas morales plantea diversas ideas sobre la conducta en
sociedad de las personas, plasma una serie de estrategias a través de teorías y
experimentos sociales como por ejemplo: Obediencia, influencia del grupo, efecto
Pigmalión, construcción social de la realidad entre otras. La psicología social en su
sentido más amplio es la “Ciencia del conflicto entre el individuo y la sociedad”.
Como lo plantea Tomas Morales en su sorprendente clase tomando a sus alumnos
como un experimento social, plantea algunas ideas controvertidas sobre el
funcionamiento de la conducta en sociedad. El profesor da inicio a su clase
diciéndoles a los alumnos que en su asignatura no abra un examen final, y que vean
esta como una obra de teatro en la que él es el actor y ellos los espectadores.
• Obediencia a la autoridad.
• Efecto Pigmalión.
Dichas teorías provocan debates entre él y sus alumnos ya que el afirma que
“La realidad es una construcción social” de que las personas somos lo que creemos
que somos y que en base a esa realidad es como nos relacionamos con la
sociedad.
Le dice un alumno que el por más que quiera ser una actor famoso y
conquistar chicas su realidad es muy diferente, a lo que el profesor le contesta de
que no que el puede ser como ese actor famoso solo con creer serlo, que tiene las
mismas capacidades de conquista que ese actor. Le comprueba su teoría pidiéndole
(Profesor) a una de las alumnas si alguna de ella se atrevería a besarlo. Posterior a
esto este profesor sigue asegurando su teoría respecto de la realidad diciéndoles
que él puede hacer magia pero que ellos quedarían muy sorprendidos, los alumnos
dudan. El dice que con una palmada puede provocarle a alguien un ataque
epiléptico.
Glosario de Psicología de la Liberación
Tecnología Social: Tecnología social es un concepto contemporáneo que remite a una
propuesta innovadora de desarrollo (económico o social), basada en la diseminación de
soluciones a problemas esenciales como demandas por agua potable
, alimentación, educación, energía, vivienda, ingresos, salud y medio ambiente, entre otras.
En ese orden secuencial, se expone que la tecnología social reúne el conjunto de
conocimientos del hombre cuyo objeto de investigación es el movimiento social expresado
en el movimiento económico, sociológico, político, jurídico, ético y estético. Las tecnologías
sociales pueden originarse tanto en el seno de una comunidad como en el ambiente
académico. También pueden aliar los saberes populares y los conocimientos técnico-
científicos. Es importante que su eficacia pueda ser alcanzada o repetida por otras personas,
permitiendo que el desarrollo se multiplique entre las poblaciones atendidas, mejorando
su calidad de vida. Son numerosos los ejemplos de tecnología social, desde el suero casero
hasta las cisternas de placas preformadas que atenúan el problema de la sequía, pasando
por la oferta de microcrédito, o los Encauchados de Vegetales de la Amazonía, que generan
ingresos para poblaciones indígenas al agregar valor al caucho nativo, entre otros.
Mimetismo Cientista: El mimetismo cientista es una habilidad que ciertos seres
vivos poseen para asemejarse a otros organismos (con los que no guarda relación) y a su
propio entorno para obtener alguna ventaja funcional. El objetivo del mimetismo es
engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo
en ellos una determinada conducta. Los casos más conocidos afectan a la percepción visual,
pero también hay ejemplos de mimetismo auditivo, olfativo o táctil. Probablemente el
ejemplo más popular es el del camaleón, cuyos colores de la piel cambian según el entorno
donde se desplace. Aunque algunos científicos consideran que no es un verdadero
mimetismo sino una coloración críptica.
CARENCIA DE UNA EPISTEMOLOGI ́A ADECUADA
Los modelos dominates en la Psicologi ́a se fundan en una serie de presupuestos que só lo
rara vez se discuten y a los que todavi ́a con menos frecuencia se proponen alternativas.
Mencionaré cinco de esos presupuestos que, en mi opinión, han lastrado las posibilidades
de de la Psicologi ́a latinoamericana: el positivismo, el individualismo, el hedonismo, la visión
homeostática y el ahistoricismo. El positivismo, como lo indica su nombre, es aquella
concepción de la ciencia que considera que el conocimiento debe limitarse a los datos
positivos, a los hechos y a sus relaciones empi ́ricamente verificables, descartando todo lo
que pueda ser caracterizado como metafi ́sica. De ahi ́ que el positivismo subraye el có mo de
los fenómenos, pero tienda a dejar de lado el qué, el por qué y el para qué. Esto,
obviamente, supone un parcialización de la existencia humana que le ciega a sus
significados más importantes. Nada de extrañ ar, entonces, que el positivismo se sienta tan a
gusto en el laboratorio, donde puede «controlar» todas las variables, y termine
reduciéndose al examen de verdaderas trivialidades, que poco o nada dicen de los
problemas de cada di ́a.
FALSOS DILEMAS
La dependencia de la Psicologia ́ latinoamericana le ha llevado a debatirse en falsos
dilemas. Falsos no tanto porque no representen dilemas teóricos sobre el papel, cuanto
porque no responden a los interrogantes de nuestra realidad. Tres dilemas caracteriś ticos,
que todavia ́ en algunas partes levantan ampollas, son: Psicologia ́ cientif́ ica frente a
Psicologiá «con alma»; Psicologia ́ humanista frente a Psicologia ́ materialista, y Psicologia ́
reaccionaria frente a Psicologia ́ progresista.
El primer dilema, quizá ya el más superado en los centros académicos, llevaba a ver una
oposición entre los planteamientos de la Psicologia ́ y una Antropologia ́ cristiana. La
«Psicologia ́ de las ratas» era contrapuesta a una «Psicologia ́ con alma», mientras
psicólogos y sacerdotes peleaban por un mismo rol frente a los sectores medios o
burgueses de la sociedad. Ciertamente, el dogmatismo de muchos clérigos les llevaba a
recelar un peligro contra la fe religiosa en la teoria ́ s psicológicas y a ver sus explicaciones
como una negación de lo trascendente del ser humano. Pero tampoco los psicólogos
latinoamericanos, con sus esquemas Made in USA, supieron eludir el dilema, quizá porque
les faltaba una adecuada comprensión tanto de sus propios esquemas como sobre todo de
lo que suponia ́ n los planteamientos religiosos.
Un segundo dilema, más vigente que el anterior, es el que opone una Psicologia ́ humanista
a una Psicologia ́ materialista o deshumanizada. En lo personal, este dilema me
desconcierta, porque creo que una teoria ́ o un modelo psicológico serán valiosos o no,
tendrán o no tendrán utilidad para el trabajo práctico y, en todo caso, acertarán más o
menos, mejor o peor, como teoria ́ o modelos psicológicos. Pero no logro ver en qué
respecto Carl R. Rogers sea más humanista que Sigmud Freud o Abraham Maslow más
que Henri Wallon. Más bien creo que si Freud logra una mejor compresión del ser humano
que Rogers, o Wallon o que Maslow, sus teoria ́ s propiciarán un quehacer psicológico más
adecuado, y, en consecuencia, harán un mejor aporte para la humanización de las
personas.
́ de la liberación.
Hacia una psicologia
personal según las exigencias del propietario o del gerente, no desde los propios
trabajadores o de sus sindicatos; incluso como psicólogos comunitarios hemos llegado con
frecuencia a las comunidades montados en el carro de nuestros esquemas y proyectos, de
nuestro saber y nuestro dinero. No es fácil definir cómo insertarnos en los procesos desde
el dominado y no desde el dominador. No es fácil incluso dejar nuestro papel de
superioridad profesional o tecnócrata y trabajar mano a mano con los grupos populares.
Pero si no nos embarcamos en ese nuevo tipo de praxis, que además de transformar la
realidad nos transforme a nosotros mismos, difić ilmente lograremos desarrollar una
́ latinoamericana que contribuya a la liberación de nuestros pueblos.
Psicologia
El problema de una nueva praxis plantea el problema del poder y, por lo tanto, el problema
de la politización de la Psicologia
́ . Este es un tema para muchos escabroso, pero no por ello
menos importante. Ciertamente, asumir una perspectiva, involucrarse en una praxis
popular, es tomar partido. Se presupone que al tomar partido se abdica de la objetividad
cientif́ ica, confundiendo de este modo la parcialidad con la objetividad. El que un
conocimiento sea parcial no quiere decir que sea subjetivo; la parcialidad puede ser
consecuencia de unos intereses, más o menos conscientes, pero puede ser también de una
opción ética. Y mientras todos estemos condicionados por nuestros intereses de clase que
parcializan nuestro conocimiento, no todos realizan una opción ética consciente que asuma
una parcialización coherente con los propios valores. Frente a la tortura o el asesinato, por
ejemplo, hay que tomar partido, lo cual no quiere decir que no se pueda lograr la objetividad
en la comprensión del acto criminal y de su autor, torturador o asesino. De no ser asi,́
fácilmente condenaremos como asesinato la muerte causada por el guerrillero, pero
condonaremos y aun exaltaremos como acto de heroiś mo la muerte producida por el
́ . Por ello, coincido con Fals Borda (1985) quien mantiene que el
soldado o el policia
conocimiento práxico que se adquiere mediante la investigación participativa debe
encaminarse hacia el logro de un poder popular, un poder que permita a los pueblos
volverse protagonistas de su propia historia y realizar aquellos cambios que hagan a las
sociedades latinoamericanas más justas y humanas.