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público como patrón; en este caso se habla de una dictad Ura autorizados a elaborarla y aplicarla.

Implica también, de
del mercado).
manera específica, la descentralización de la Ímplantación
El patronato se confunde con el mecenazgo, ya que és ~ de la red de recursos culturales, llamada infraestructura cul-
último es una versión terminológica actualizada de aquél (l~'- tural o equipamiento cultural.
textos contemporáneos de política cultural optan, en su ma~ En estados donde el gobierno nacional es centralizador,
yoría, por la expresión mecenazgo, siguiendo quizá la postu_ como Francia, la aplicación de una política de pluralismo
ra de Francia, que tiene gran influencia en el campo de la cultural enfrenta dificultades, aun cuando se ha intentado a
política cultural y optó por el mecenazgo puesto que, en eSe partir de la multiplicación de las casas de cultura,'desde la
país, la palabra patron posee una fuerte connotación comer_ administración de André Malraux al frente del Ministerio de

-
cial: patron indica al dueño de un bar o de una empresa, mien- Cultura de aquel país. Aun así el resultado de esa experiencia

-
tras mecenas evoca aspiraciones más subjetivas. puede haber sido primero el de la creación de un,Jcircuito
alternativo que una descentralización en el sentido estricto
p Referencias
Kant, lmmanuel. Filosofía de la historia, Fondo de Cultura del término. Por otra parte, en. los estados donde predomina p
378 la política de no intervención directa del gobierno en asuntos
Económica, México, 1979. 379
Williams, Raymond. Cultura. Sociología de la comunicación culturales, como en Estados Unidos, y por lo tanto donde el
y del arte, Paidós, Barcelona, 1981. sistema de producción cultural está determinado por el mer-
cado de la cultura, el pluralismo cultural no encuentra mayo-
res posibilidades de sobrevivencia.
PLURALISMO CULTURAL
Para que el pluralismo cultural se lleve a cabo plenamen-
Sumario: Descentralización de las decisiones cultura- te, además de la descentralización de las decisiones es nece-
les, descentralización del equipo cultural; pluralismo, sario que las diferentes culturas de grupos, medios sociales,
intervención del Estado, mercado cultural. clases y sectores de clases mantengan, cada una, su especifi-
Términos relacionados: Cultura autónoma, ética, cidad al mismo tiempo que se equilibran con las demás, sin
globalización, heterocultura, multiculturalismo, gru- que se pueda registrar entre ellas una relación de dominio o,
po-sujeto, control cultural. en todo caso, de opresión. En el contexto internacional ac-
tual, el pluralismo cultural aún es un objetivo por alcanzar
Hay una tendencia a definir el pluralismo cultural como la más que una realidad, comprimida entre la tendencia hacia la
convivencia, en el mismo nivel de igualdad y en la misma globalización y fenómenos como la ascensión de fundamen-
dimensión espaciotemporal, de diferentes formas culturales: talismos religiosos intolerantes al grado de suprimir no sólo
formas eruditas al lado de formas populares, formas de mi- la cultura del otro sino al otro mismo.
norías étnicas aliado de las tendencias dominantes, etcétera.
No obstante, para que se pueda hablar de un verdadero plura- Referencias
lismo cultural, en un sentido estricto, es necesario que exista Gaudibert, Pierre. Du cultural au sacráe, Casterman, París,
1981.
la descentralizacióp de los procesos de decisión sobre el siso
tema de producción cultural en todas sus etapas (origen de Girard, A. Economie et cu/rure: culture en devenir et v%mé
los recursos; oportunidad de su aplicación, selección de las publique, La documentation fran~aise, Avignon, 1986.
formas y temas por producir, autonomía de elección en cuan-
to a qué consumir, etcétera). Esto implica la descentraliza-
POLÍTICA CULTURAL
ción de la política cultural como un todo, tanto desde el
punto de vista territorial (decisiones a nivel regional y local Y Sumario: Defj,nición; motivaciones, legitimaciones y
no sólo nacional) como desde la perspectiva de quienes están fuentes; orientaciones; las políticas culturales en cuan-
to a su objeto; las políticas culturales frente a lo nes determinadas entre sí y están sujetos, por principio de
1" 1 saSUn cuentas pero no ineludiblemente, a la lógica general de la
tos nacionales; las po ¡tlcas cu turales según s ..
. .'f .d
cuitos de mtervencJOn; ormas 1 eológicas de •
Us Clr sociedad en la que ocurren, y si consideramos que la cultura
políticas culturales. las es un fuerte cimiento social, no resulta extraño ver a la polí-
Términos relacionados: Acción cultural, culturanális' tica cultural definida como el conjunto de intervenciones de
l' . lid IS, los diversos agentes en el campo cultural con el objeto de
po IlIcas cu tura es posmo ernas, componente d
tructivo, liberalismo cultural, dirigismo cultural, id;~ obtener un consenso de apoyo para mantener un cierto tipo
logía cultural. de orden político y social o para emprender una transf(jrma-
ción social. De manera paralela, se entiende a la política cul-

-
tural, junto con la política social, como uno de los principa-

-
La política cultural constituye una ciencia de la orgamw- .
ción de las estructuras culturales y generalmente es ente _ les recursos de los que se vale el Estado contemporáneó para
dida como un programa de intervenciones realizadas por~l garantizar su legitimación como entidad que cuida de todos
p Estado, instituciones civiles, entidades privadas o grupos y que habla en nombre de todos. ,p
380 comunitarios con el objetivo de satisfacer las necesidades En buena medida, éste es un juicio de las políticas cultu- 381
culturales de la población y promover el desarrollo de sus rales que refleja una visión conspiradora de la realidad social
representaciones simbólicas. A partir de esta idea, la política y política. Aun cuando el marco ofrecido por esta concep-
cultural se presenta así como el conjunto de iniciativas to- ción pueda ocurrir, eventual o adicionalmente, la motivación
madas por estos agentes para promover la producción, la dis- (y la noción) quizá más antigua para una política cultural es
tribución y el uso de la cultura, la preservación y la divulga- la de la difusión cultural. Ésta se basa en el presupuesto de
ción del patrimonio histórico y el ordenamiento del aparato que existe un núcleo cultural positivo, de importancia supe-
burocrático responsable de ellas. Estas intervenciones asumen rior para una comunidad y de ámbito restringido, que debe
la forma de: ser compartido por el mayor número de personas en calidad
l. Normas jurídicas, en el caso del Estado, o procedimientos de receptores o espectadores. Este núcleo debe ser amparado
tipificados, en relación con los demás agentes, que rigen y debe ser de interés público para que todos, o el mayor nú-
las relaciones entre los diversos sujetos y objetos culturales. mero, sean capaces de apreciarlo. "Llevar la cultura al pue-
2. Intervenciones directas de acción cultural en el proceso blo" es su lema habitual. Lema revelador, que mal oculta la
cultural propiamente dicho (construcción de centroS representación según la cual "cultura" y "pueblo" son enti-
de cultura, apoyo a manifestaciones culturales específi- dades distintas y apartadas una de la otra, cuando no opuestas.
cas, etcétera). Una segunda forma de las políticas culturales en cuanto a
Como ciencia de la oroanización de las estructuras cultura- sus motivaciones o justificaciones es aquella en la cual estas
les, la política cultural7iene por objeto el estudio de las dife- políticas son respuestas a las demandas sociales. En este caso,
rentes formas de proponer y obtener estas iniciativas, así como el autor de la política cultural no toma propiamente la inicia-
la comprensión de sus significados en los diferentes contex- tiva del proceso sino que se limita a actuar según las reivindi-
tos sociales en que están presentes. caciones que le son presentadas. No obstante, la mayoría de
las veces, en partiCUlar cuando no se recurre a la evaluación
Motivaciones, legitimaciones de esta política (la alternativa más común), las demandas so-
y fuentes de las políticas culturales . ciales a las que se responde son más supuestas, hipotéticas,
,. f uenCla
El concepto de pobtlCa cultural se presenta con rec _ fruto de la observación subjetiva o del análisis más o menos
bajo una forma altamente ideologizada. Si partimos . del pretS pertinente de los formuladores, que identificadas de forma
yen e
supuesto de los fenómenos culturales como const1tu
. '".
elaC1v
dialógica y no paternalista. En la práctica, estas políticas de
de un todo, cuyos componentes a su vez mantienen r respuesta a las demandas sociales no se distinguen c1ara-
globalización por los medios. Tal proceso es revisado a par-
mente de aquéllas basadas en la idea de la difusión cultural
tir de tres consideraciones básicas:
Tanto en esta hipótesis como en la anterior, dichas política~
1. No basta con que muchos sepan apreciar algunas o varias
se proyectan a partir de una morfología de la dinámica social
que, por caduca, debe ser complementada o suplantada. formas culturales: es necesario garantizar al mayor núme-
La legitimación para estas políticas se formula en térmi_ ro de personas la posibilidad de participar en el proceso
nos de cuatro paradigmas distintos. El primero las presenta como creadores, y esto tiende a dificultar e impedir el de-
como derivadas de una lógica del bienestar social: sin una sarrollo de políticas en busca de sentido o de encuadre
ideológico ....
política cultural adecuada, la dinámica social es deficiente y
necesita ser corregida una vez aceptada la premisa de que las 2. El Estado contemporáneo, debilitado y siempre abrumado
por innumerables preocupaciones urgentes, ya no puede

-
prácticas culturales son un complemento del ser humano. El

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segundo paradigma se reviste de un carácter intervencionista
más acentuado al fundamentar la justificación de una polí-
tica cultural en búsqueda de un sentido que oriente la dinámi-
ca social. En la mayoría de los casos dicha dinámica asume
la forma de la búsqueda de una identidad étnica, sexual, reli-
ocupar cualquier espacio en el sector cultural, del cual
pasan a encargarse las empresas privadas d~ entretenimien-
to, hasta hace poco tiempo llamadas industria 'cultural.
3. Aun cuando el Estado no esté debilitado hasta ese punto,
saber apreciar (y generar) la cultura no es una actividad
-
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giosa, nacional u otra. Un tercer paradigma presenta rasgos esencial para el Estado porque no se sabe exactamente qué
no muy apartados de los verificables en el segundo y tiende privilegiar, pues ya no existe un núcleo delimitado que
hacia una legitimación apoyada en la necesidad de obtener funcione como reserva central de los valores culturales de
un marco ideológico considerado indispensable para lograr una nación o de un país, dado que estos valores no sólo se
objetivos como la reconstrucción nacional (Japón) o la cons- agotan continuamente sino que, al mismo tiempo, se mul-
trucción nacional bajo una nueva orientación política (Cuba). tiplican al infinito en la sociedad movida por los nuevos
Un último paradigma de legitimación es el que se basa en la vehículos de comunicación. En realidad, el efecto es el
discutida necesidad de una práctica comunicativa entre el mismo que en el caso anterior, pero la justificación para
Estado o la institución que formula la política y sus ciudada- retirar al Estado del escenario cultural es, en principio,
nos, miembros o empleados (en el caso de una institución otra.
privada). Estos paradigmas legitimadores pueden manifes- De manera análoga, las fuentes de donde los agentes -el
tarse de manera íntimamente articulada; así, una práctica Estado en particular es hasta hoy el instrumento privilegiado
comunicativa puede ser un requisito indispensable para la de las políticas culturales- retiran los principios inspirado-
política de búsqueda de un sentido, para la política del en- res de su programa son de diversa naturaleza. Esas fuentes
cuadre ideológico y también, aunque en menor grado, para pueden ser los principios políticos, ftlosóficos y doctrinarios
la política de difusión cultural o de búsqueda del bienestar. que orienten las acciones de los órganos gubernamentales.
Sin embargo, es probable que esta práctica comunicativa se También pueden estar en la historia de las luchas sociales y
presente en un nivel menos ideologizado que en los casos de políticas y en el marco de las fuerzas sociales que, en deter-
la búsqueda de sentido y del encuadre ideológico, y se resu- minado momento"le atribuyen un contenido y significado a
ma en intentos por mantener abiertos los canales mínimos de dichas políticas. Tanto en este caso como en el anterior, pue-
entendimiento entre el gobierno (o la institución) y los go- den derivar de una posición de fuerza. Pero también pueden
bernado" (o administrados). resultar de un acuerdo entre la administración y los adminis-
Recientemente todas estas formas de política cultural han trados, producto de un proceso de participación encaminado
enfrentado nuevas circunstancias de reacomodo ideológico a una planificación acordada. En el caso de los principios de
y económico del mundo, el cual está sometido al proceso de un programa polític9. que sirven de fuente, estas políticas tie-
nen su origen en propuestas gubernamentales (en los regí-
menes con un poder ejecutivo sólido como en l de vanguardia, etcétera (caso en el que son llamadas políti-
taristas) y se inclinan a asumir un carácter g]o~\par:arnetl_ cas de vanguardia). Por su parte, las políticas patrimoniálistas
que en los demás el origen es colectivo, se presen~ 'dlTUetltras tienden a no ser populares [o populistas; véase populismo
ra horizontal, no vertical, y tiende a ser sectorial. a e mane. cultural]; pueden tener como objetivo sólo la conservación
de obras y valores culturales tradicionales de extracción eru-
Orientaciones de las políticas culturales dita (conservación de catedrales barrocas, por ejemplo, o re-
cuperación de partituras de música erudita) o que en el pasa-
., l' , .'1
Siguiendo de cerca el diseño formado por las redes de' .'
l' '
caclOn y egltlmaclOn, as po lucas culturales aCOstu.b
JuStlfi· do jileron populares.
seguir una lógica de la oferta (concretada, por ejemplom fan

-
1 ' 1 . '1 ' en el Las políticas culturales frente a la cuestión nacional
apoyo a os artIstas, en a creaClOn y e mantenimiento de

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infraestructura adecuada) o una lógica de la demanda (co:~
en el caso de las políticas preocupadas por formar y estimu.
lar a los públicos), Las observaciones hechas en el tópico
anterior sobre las políticas de demanda social tienen cabida
en este rubro.
Las políticas culturales se presentan en diferentes version~s
según su orientación hacia los valores del nacion(llismo, del
pluralismo cultural y de la homogeneizacióll (rqsnacional o
globalización. Una política cultural nacionalísta prefiere pri-
vilegiar aquellas formas culturales consideradas autóctonas,
-
p.
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También desde el punto de vista de la orientación adopta- sean de extracción popular o erudita. Las políticas pluralistas
da y de las características de las acciones emprendidas, las se abren a manifestaciones de los más diversos orígenes y las
políticas culturales regularmente se dicen monistas (polfti- políticas globalizadoras tienden a desproteger la producción
cas nacionalistas o de encuadre ideológico) y pluralisJas. cultural nacional, aboliendo las fronteras y los obstáculos
gradualistas o revolucionarias (cuando abogan por el rom- burocráticos frente a la producción internacional o suprana-
pimiento inmediato y completo con el orden antiguo y la prono cional mediante la exención o reducción de impuestos sobre
ta instalación del nuevo orden), rutinarias e innovadoras. la cultura importada y, sobre todo, la eliminación de los sub-
elitistas o populistas. sidios a los productores locales de cultura.
Las políticas nacionalistas pueden aparecer en las
Las políticas culturales en cuanto a su objeto versiones patrimonialista y creacionista. Las de pluralismo
Tradicionalmente se observan dos formas en las polfticas cultural no excluyen estas versiones, mientras que aquéllas
culturales, desde el punto de vista del objeto hacia el cualse con tendencia globalizadora se abstienen prioritariamente, con
orientan. Una, llamada patrimonialista, marca la políticacul- evidencia, de promover el creacionismo, aun cuando éste no
tural dirigida a la conservación, al fomento Ya la difusiónde deje de presentarse bajo la forma de becas de investigación
tradiciones culturales supuestamente autóctonas o, :" ~~ artística y de diversos apoyos provenientes de fundaciones
caso, antiguas e incluso ligadas a los orígenes del pals \ ~ paraestatales o vinculadas c<,?nla iniciativa privada, El llama-
trimonio
.. histórico y artístico") , y que se refieren, díri
en pflf!O-
entes do criterio "de calidad" suele ser, en este caso, el único admi-
plO. tanto al acervo de la historia de los grupos ~ares. tido en la evaluación de las solicitudes.
como a las tradiciones
. y costumbres de las clases
t riza a 1ay-
pop ...o-
La segunda forma, llamada creacionista, carac ~ 'blJciÓll '! Las políticas culturales según sus circuitos de intervención
lítica cultural que promueve la producción, la dJstrI Aunque Según los circuitos en los que buscan intervenir, las políticas
el uso o consumo de nuevos valores y obras culrurales. 'onisPS culturales se distribuyen en cuatro tipos básicos:
1,' as creaCJ .
no se limiten a tanto, en la práctica las po ¡tlC ~tespfO" l. Políticas relativas al mercado cultural: se ocupan del apo-
acostumbran privilegiar el apoyo a las f o•••..
.-n'l as cultUII" :....lo(
y SUI-.~,', . yo a los sectores de producción, distribución y consumo
. 1 cjOe,~..:cl:· ..
plas de las culturas media (midcult), comO e y la l1l~~ de la cultura. Incluyen,. por ejemplo, medidas de financia-
o de elite (highcult), como los museoS, la danza miento a la producción cinematográfica, de apoyo a la dis-
tribución de libros, de hacer asequible al público la entra_ 4. Políticas relativas a las instituciones organizadoras de los
da a espectáculos teatrales o musicales. circuitos culturales: se refieren a la organización adminis-
Las políticas relativas a la actuación de la iniciativa pri- trativa de la cultura. Definen ejemplarmente la estructura
vada en el campo de la cultura son, a veces, consideradas de funcionamiento de órganos públicos, como secretarias
como modalidades aparte por limitarse a definir los in. y departamentos de cultura, institutos, museos, centros de
centivos fiscales para la cultura, las reglas de mecenazgo, cultura, instituciones de investigación, etcétera, y deter-
los Ifmites en que la intervención privada puede darse, et- minan las características de los recursos humanos necesa-
cétera, sin determinar directamente qué formas culturales rios, la designación de recursos o modalidades de J9remia-
serían beneficiadas y en qué circunstancias. En realidad ción y estímulo. Se hacen más necesarias si ]a estmctura
por inspirarse en la lógica del mercado deben entenders~ burocrática de las instituciones (en particular, el Estado)

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como una especie de las políticas de mercado en general.
2. Políticas relativas a la cultura ajena al mercado cultural:
se refieren a las formas culturales que, en principio, no se
proponen entrar en el circuito del mercado cultural tal como
éste es comúnmente caracterizado. En otras palabras, Son
está orientada hacia la solución de otros puntos' (obras
públicas, salud, educación) considerados socialmente prio-
ritarios o más importantes en cuanto a los recursos em-
pleados. Los principios tradicionalmente establecidos con
el propósito de permitir el control de los recursos públicos
-
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formas culturales no permeadas por el interés económico (competencia de precios, precio más bajo como factor de-
tanto en su producción material como en sus objetivos o terminante para indicar al vencedor, etcétera) son del todo
en la recompensa de sus creadores. Los gmpos folclóricos, irrelevantes para el campo de la cultura y, al ser aplicados,
de cultura popular y de aficionados, constituyen el objeto hacen imposible la administración de la misma, la cual
por excelencia de estas políticas, que comprenden tam- exige otra concepción de la estructura administrativa. La
bién los programas orientados a la defensa, conservación dificultad para proponer una nueva organización jurfdi-
y difusión del patrimonio histórico. co-burocrática de la cultura es el principal instrumento de
3. Políticas relativas a los usos de la cultura: se ocupan de paralización (con frecuencia intencional) de las activida-
crear las condiciones para que la gente disfrute p]enamen- des culturales de los estados. Por otra parte, no es extraño
te de las formas culturales a su disposición, ya sea como que estas políticas terminen generando formas culturales
receptores informados o como eventuales creadores más específicas al establecer distinciones y privilegiar a]terna-
preocupados por manifestarse culturalmente que por lle- tivas, como ocurrió en la Alemania nazi o en la URSS, que
gar a la condición de futuros profesionales. Generan cur- favoreció el realismo socialista.
sos, seminarios, congresos, talleres libres, actividades que, Estas políticas pueden manifestarse aisladamente o en dife-
en fin, pueden ser llamadas de educación informal en un rentes combinaciones entre sí. La presencia simultánea de
sentido amplio de] término. Sus programas pueden estar todas ellas caracteriza l~ existencia plena de una política cul-
dirigidos tanto hacia las formas culturales que recurren al tural de Estado, ya sea ésta una política de dirigismo o de
circuito del mercado como a las no comerciales. Los cen- democratización cultural: lo que determina la caracteriza-
tros de cultura y los centros de arte son los espacios favO- ción de una u otra versión no es tanto un conjunto de rasgos
recidos por est~s políticas. Frecuentemente funcionan como específicos, como las relaciones que se establezcan entre la
locales ~lternativos para la producción del mercado (a.un- política general de ese Estado (cuanto menos o más interven-
que no se preocupen por la obtención de lucro económICO, cionista, será menos o más liberal, por ejemplo) y la cultura
ya que en alguna medida son subvencionados), pero cum- sobre la que se orienta o, a veces, produce. En un caso extre-
plen su función específica cuando tratan de ampliar el uni- mo, es una caracterización que depende del uso que dicho
verso cultural abriéndose a las formas no comerciales ya Estado haga de la cultura.
las actividades de iniciación y comprensión de la cultura.
, -----
Formas ideológicas de las políticas culturales I lucrativa al grado de poder, por lo menos, sustentarse a sí
Las formas básicas de política cultural según sus perspeCti_ misma. En general, este mecenazgo tiende a apoyar las
vas ideológicas son tres: formas de la alta cultura y aquéllas promovidas por los
J. Políticas de dirigismo cultural: puestas en práctica princi_ medios. No tiene preocupaciones nacionalistas (por el con-
palmente por estados fuertes y partidos políticos que trario, sus principios son en general los de la globalización)
ejercen el poder de manera indiscutible. Promueven una y apoya, también en principio, no a grupos comunitarios
acción cultural conforme a patrones previamente defini_ sino a individuos y empresas culturales. Con frecuencia,
dos como de interés para el desarrollo o la seguridad na- en este caso la promoción de la cultura se hace como so-
ciona]es. Comprenden subtipos como tradiciollalismo porte para la divulgación de productos o de la imagen
patrimonialista y estatismo populista. instituciona] de los patrocínadores.

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La política cultura] tradicionalista patrimonialista tiene
como principales agentes al Estado, a los partidos políti-
cos y a las instituciones civiles (relacionadas en mayor o
menor grado con el Estado). Promueven particularmente
la preservación del folelor como núcleo de ]a identidad
nacional, por difundirse y defenderse de manera preferen-
3. Políticas de democratización cultural: se basan ~~ el prin-
cipio de que la cultura es una fuerzá social de interés co-
lectivo que no puede estar a merced 'de las disposiciones
ocasionales del mercado, por lo tanto debe ser apoyada
conforme a principios consensuales. Busca crear condi-
ciones de acceso igualitario a ]a cultura para todos, indivi-
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te. En este caso, la cultura derivada de este patri monio duos y grupos. No privilegia modelos previamente deter-
llamado autóctono es usada como espacio no conOictivo minados, como los del nacionalismo, y tiene en el Estado
en e] que todas las clases sociales se identifican. y en sus instituciones culturales públicas y semipúblicas
E] estatismo populista se vale del Estado y de los partidos sus principales agentes. Aunque busque difundir todas las
para afirmar el papel central de la llamada cultura popular formas de cultura, algunos consideran que los intereses
Las formas culturales llamadas de elite (arte de vanguar- institucionales de este modelo, derivados de las clases ha-
dia, habitualmente contestatario, y otras variables de la bituales en el poder, terminan favoreciendo a las formas
cultura erudita) son en este caso confinadas o bien, elimi- de la cultura superior. Por este motivo, se considera que
nadas. uno de sus subtipos es el de la democracia participa ti va,
2. Políticas de liberalismo cultural: en este caso, las políticas cuyo objetivo es el de la promoción de las formas cultura-
culturales afIrman que no defienden modelos únicos de les de todos los grupos sociales según las necesidades y
representación simbólica, ni entienden necesariamente que deseos de cada uno. Busca incentivar la participación po-
sea un deber del Estado promover la cultura y ofrecer op- pular en el proceso de creación cultural y las formas de
ciones culturales a la población. autogestión de las iniciativas culturales. Tiene metas cla-
Entre sus subtipos están las políticas culturales adeptas ramente políticas que alcanzar y se apoya en partidos lla-
del mecenazgo liberal: e] apoyo a la cultura depende en mados progresistas y en movimientos populares llamados
mayor grado de la iniciativa privada o de fundaciones pri- independientes. De modo inevitable se dice de ésta que, al
vadas o semi privadas en las cuales el poder púolico contrario de cuanto pregona, termina favoreciendo deter-
participa poco, La implantación de esta política puede ser minadas formas y versiones culturales --en este caso, los
precedida de una vasta operación de liquidación de los de origen popular. Como se puede deducir, es sutil la se-
órganos públicos dirigidos a la cultura, como ocurrió en paración que se establece entre este último tipo de política
Brasil durante el gobierno de Fernando Collar, y de la cultural y el primero aquí abordado, el del dirigismo cul-
privatización de la iniciativa cultural. El objetivo es unO tural.
solo: encuadrar a la cultura en las leyes del mercado. En
este caso se entiende que la cultura deba ser una actividad
Referencias plos de una política de eventos. Un concierto aislado, carac-
BonAI Batalla, Guillermo. "De culturas populares y política terizado por la ejecución de obras a la que el público asiste
cultural", en Culturas populares y política cultural, Mu- como lo haría al asistir a un espectáculo comercial conven-
seo de Culturas Populares/SEP, México, 1982. cional, ejemplifica una política de eventos. Si el concierto es
Brunner, J. Joaquim. "Políticas culturales y democracia: ha- precedido o seguido de una "clínica" en la que los músicos
cia una teoría de las oportunidades", en García Canclini, orientan a los jóvenes profesionales, o si el concierto encaja
Néstor (ed.), Políticas culrurales en América Latina, en una serie de eventos que explora ordenadamente un movi-
Grijalbo, México, 1987. miento o periodo musical, lo que daría al público la~ condi-
Carreño Carlón, José. "Las políticas culturales del Estado",
ciones para apreciar debidamente todos los aspectos relacio-
en Culturas populares y política cultural, Museo de Cul-
nados, se dice que integra una política cultural.

-
turas Populares/SEP, México, 1982.

- Coelho, Teixeira. O que é a9iio culrural, Brasiliense, Sao La política de eventos ha sido criticada por su carácter
considerado inmediatista (acción que se encierra en sí mis-
p _-o
Paulo, 1989.
Usos da cultura, Paz e Tena, Sao Paulo, 1986. ma, sin dejar marcas) y ocasionalmente oportunista (sirve a p
García CancJini, Néstor. "Políticas culturales y crisis de de- veces para promover políticos, partidos, beneficiar a artistas, 391
390
sarrollo", en García Canclini, Néstor (ed.), Políticas culo etcétera). Es fácil de ser puesta en práctica, basta con la exis-
turales en América Latina, Grijalbo, México, 1987. tencia de recursos económicos.
Laborit, Henri. Éloge de la/uite, Folio/Essais, París, 1985. Esta crítica proviene de un momento en la historia de la
Miceli, Sérgio. "Las políticas culturales en Brasil", en García política cultural en el que se creía posible planear en todos (o
Canclini, Néstor (ed.), Políticas culturales en América La·
muchos) los detalles la dinámica cultural de una determina-
tina, Grijalbo, México, 1987.
_-o Política cultural comparada, Funarte, Río de Janeiro, da realidad espaciotemporal. La inexistencia de recursos eco-
1985. nómicos y sobre todo de recursos humanos a la altura, suma-
Morin, Edgar. El método 11: la vida de la vida, Cátedra, Ma- da a la total inadecuación de la burocracia gubernamental
drid, 1998. para tratar cuestiones culturales, lleva a revisar, por lo menos
Saez, Guy. "La slructure de la politique culturelle et la en parte, la crítica a la política de eventos. En nombre de la
démarche évaluative", en Recherche et evaluatian dalls defensa de políticas culturales sólidas, en más de una oca-
les politiques culture/les, Cenat, Grenoble, 1990. sión se deja de apoyar eventos culturales cuyo alcance
multiplicador puede ser tanto o más importante que los efec-
tos de políticas culturales tradicionales. En su definición más
POLÍTICA DE EVENTOS precisa, un evento es un acontecimiento fuera de lo común,
Sumario: Programas aislados versus políticas sistémicas; algo que rompe una cadena de rutinas, merecedor de la aten-
el concepto específico de evento. ción que provoca él mismo. Si el administrador cultural se
Términos relacionados: Política cultural, acción cultural. enfrenta con la posibilidad de crear las condiciones para que
se produzca un suceso de esta naturaleza, no debería dudar
Esta expresión es todavía usada para designar al opuest') exac- en hacerlo. En su sentido específico, una política cultural debe
to de una política cultural: designa un conjunto de programas tomar en cuenta actividades continuas que prolonguen sus
aislados ~ue 'no conforman un sistema, no se conectan ne- efectos en el tiempo y en el espacio. Pero debe ser capaz de
cesariamente con programas anteriores ni establecen puen- prever intervalos "vacíos" que serán cubiertos por eventos
tes indispensables para programas futuros- constituidoS por que, por su singularidad, tengan el poder de irrigar con flui-
eventos sueltos relacionados unos con otros. La organización dez el tejido cultural formal (los circuitos establecidos de
o el apoyo a espectáculos musicales, las muestras de teatro o productores, divulgadores y consumidores de cultura) y la
cine, la realización aislada de películas o conciertos son eje01- constelación informal de productmes y consumidores Uóve-

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