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TEORIAE I

lA CIUDAD,
CE
DE PEIUO . (*)
Estado de la cuestión. PerspectiVaS
Fernando de Terán (* *)

i algún sentido puede tener mi presencia en arrumbado, incluyendo las sofisticadas aplica-
S este ciclo es la de aportar unas reflexiones
personales, surgidas como deseo de clarificar
ciones de la teoría de sistemas, tan brillantemente
realizada por los fugazmente exitosos libros de
y explicar una desazonadora inestabilidad cultural Chadwick y McLoughlin. Lo que se imponía irre-
que se ha caracterizado por una sucesión de olea- sisteblemente eran los análisis marxistas de las
das, en el terreno de la teoría e intervención sobre formas de producción del espacio urbano y el papel
la ciudad, cada una de las cuales ha tratado de pre- del planeamiento como arma para la lucha política.
sentarse como panacea salvadora, echando portie- A los modelistas de la etapa anterior no les
rra a sus antecesoras. Recordemos cómo en los resultaba agradable que se les recordasen entonces
años 60 era bastante menospreciado aquél que, en sus pasados entusiasmos cuantitativistas y ciberné-
razón de actitudes más humanísticas, se mostraba ticos.
reticente a las posibilidades de matematización y Pero ahora en los 80, parece que lo que se lleva es
modelización de los fenómenos urbanos y a la con- declarar que nunca se leyó a Marx, y apuntarse a
cepción del planeamiento que de ello se derivaba, las prometedoras perspectivas abiertas por la pre-
como actividad altamente tecnológica, basada en tendida autonomía de la arquitectura para dar
una pretendida cientifidad indiscutible, que se pre- cuenta de la formación del espacio urbano y para
sentaba avasalladora y despectivamente condena- montar una ofensiva sobre la formalización del
dora de todo enfoque discrepante. espacio y sobre ·la introducción del diseño en el
En los 70, y casi sin explicaciones, todo eso fue lugar del planeamiento. Si la oleada de los 70 echó
por tierra las esperanzas en el planeamiento cientí-
(*) Conferencia pronunciada el 12 de marzo de 1984 en el fico comprensivo, y proclamó la necesidad de la
Ateneo de Madrid, dentro del ciclo del mismo título, organizado acción política fragmentaria, la oleada presente va
por la Fundación de Investigaciones Marxistas.
(* *) Arquitecto, Catedrático de Urbanismo de la Universidad más allá y llega a rechazar .la validez de todo
Politécnica de Madrid. planeamiento, su utilidad, su posibilidad.
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Personalmente he asistido a este desfile de que sólo entiendo, o entendía, por planeamiento, el
descalificaciones sucesivas con cierta curiosidad, correspondiente al proceso que historié, ni tam-
sobre todo al verlo encarnado en el cambio de poco que no creo, o no creía, en la posibilidad de
chaqueta (urbanística) de muchos personajes con- otra clase de planeamiento.
cretos, pues haciendo balance y mirando ahora Pero volvamos a la aclaración sobre el escepti-
hacia atrás, me doy cuenta de que siempre he cismo. En el sentido filosófico original, escéptico
mantenido una actitud caracterizada básicamente es quien nunca da nada como definitivamente
por cierto escepticismo. válido. Siempre ve las insuficiencias al lado de los
Pero al hablar de escepticismo, deseo ser bien aciertos y duda sistemáticamente. Ello le permite
interpretado y no dar más armas a los que, seguir siempre buscando, sin despreciar sin em-
apoyándose en que soy el responsable de la bargo nada, porque tampoco hay por qué dar algo
expresión "planeamiento imposible", me cargan por definitivamente inservible. Por ello relativiza el
con el papel de gran desanimador de cualquier valor de las novedades y, sobre todo, no se
intento de "planeamiento posible", e invocan mi entusiasma infantilmente con cada una de ellas,
libro sobre el planeamiento urbano en la España hasta el punto de utilizarla como arma arrojadiza
contemporánea para deducir la inutilidad del contra todo lo que queda fuera. Este relativismo no
esfuerzo. Me detendré brevemente en este punto entiende las falsas alternativas radicales, los enfren-
aprovechando la ocasión para deshacer un equí- tamientos excluyentes y es, por naturaleza, inte-
voco irritante. Parece que a la gente le gustan las grador y ecléctico. Triste figura al lado de la de los
expresiones sonoras. Bien lo sabía la editora de la siempre seguros y agresivos defensores de cada
primera edición al recomendar el subtítulo que nueva vanguardia.
llevó entonces ese libro. Pero yo creo que hay
muchas personas que repiten lo del "planeamiento
imposible", sin haber pasado de la portada. Si no,
no se entiende un doble uso incorrecto que se hace Pienso que en un ciclo como este, puede ser
del libro. bueno establecer una cierta continuidad entre dos
En primer lugar, están los que pretenden que es intervenciones sucesivas. No digo, que sea nece-
una demostración contundente de la imposibilidad sario, pero a mí me viene bien tomar como punto
de todo planeamiento y lo invocan en ese sentido. de partida, algunos de los planteamientos que hizo
Y, en segundo lugar, están los que han preten- el conferenciante anterior.
dido que es la demostración de la imposibilidad de En primer lugar, quería señalar que, a diferencia
lo que el autor entiende por planeamiento, pero que de lo que le pasaba a Campos Venuti, a mí no me
el planeamiento puede ser una cosa muy diferente va mal un título tan largo como el que figura en el
y, por lo tanto, escapar a esa imposibilidad. pJ:ograma general, con todas sus referencias. Y que
Creo que ni unos ni otros han entendido bien la me parece que la antítesis a la cual se fue derecho
tesis del libro. En él se muestra, efectivamente, la como tema central de su intervención, Plan o
inutilidad de un cierto tipo de planeamiento, Proyecto, es una de las formas en que se manifiesta
basado en modelos apriorísticos ideales; ingenuo y la crisis del planeamiento de la que él hablaba, pero
torpe en su equivocado enfoque de previsiones; no la única. Por eso me gustaría considerarla
carente de mecanismos de gestión realmente opera- dentro de un panorama muy general de esa crisis.
tivos; contradictorio frecuentemente, con las inten- Ello nos ayudará a ver cuanto hay de "moda
ciones políticas estatales o municipales, derivadas estúpida", como él calificó aquella contraposición,
de otro enfoque de la economía; ignorante de los y cuanto de reacción seria, complementaria y
verdaderos procesos de toma de decisiones y de aprovechable.
sus repercusiones en la fluidez del cambio urbano; Por otra parte, debo reconocer que no entendí
carente, pues, de los soportes necesarios para su muy bien la relación que establecía Campos entre la
aplicación real. defensa del proyecto frente al plan, con la "dere-
Pero en ningún caso se puede deducir, que eso gulation". Es evidente que el plan está en crisis,
sea lo que el autor enth:~nde como única forma de pero me parece que lo está desde mucho antes que
planeamiento, sino sólo la del planeamiento que el Sr. Reagan fuese algo más que un oscuro actor
realmente se hizo en el período historiado. Yo creo cinematográfico. Yo mismo recuerdo haber escrito
que se deduce claramente de la lectura de todo el unas "reflexiones ante la crisis del planeamiento"
texto, pero me permito recordar que ya en la 1a en 1970, y por aquellas fechas se desarrollaba en
edición de 1978, escrita en 1976, se habla de un Francia la camNña denominada de "deplanifi-
futuro capítulo nuevo de la historia narrada, que cation" por el Ministro de Vivienda y Equipa-
podría recoger la referencia al previsible y necesario miento, Albín Chalandon. "Deregulation" o "de-
cambio en la naturaleza del planeamiento, como planification" son manifestaciones coyunturales de
instrumento de intervención en manos de las la actitud liberal de fondo, que intermitentemente
comunidades afectadas, para "dejar de ser aquella presenta batalla política abierta contra la planifi-
totalitaria imposición de un futuro programado cación. Pero me parece que, con independencia de
desde fuera". Un planeamiento diferente también lo que ocurra hoy en Italia, la "deregulation"
por su mayor grado de posibilidad, en función de reaganiana, no puede ser el justificante de la
una nueva organización administrativa. reivindicación del proyecto contra el plan aquí
Me gustaría, por ello, que no se vuelva a decir entre nosotros, aunque podría llegar a ser su aliada.
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Creo que esta reivindicación, en principio, obedece pacio geométrico (el espacio arquitecturizado)
a un planteamiento cultural cuya explicación puede cederá la preeminencia del interés ante la
alcanzarse examinando más globalmente el pano- aparición de las nuevas aportaciones de las
rama general de la crisis del planeamiento, porque, ciencias sociales para la comprensión del es-
a través de él, pueden verse sus justificaciones o sus pacio urbano como espacio geográfico, espacio
elementos desencadenadores. Pero al final, para económico y espacio social.
entender a su vez la crisis del planeamiento, será Por otra parte, se puede identificar a través de
preciso que la pongamos en relación con toda la hechos concretos, la trayectoria que, coheren-
crisis general de la cultura sobre la que el planea- temente con esa pérdida de interés, lleva a la
miento había edificado sus bases. desaparición del espacio urbano geométrico, en
Para ello, utilizaremos el método histórico, que tanto que preocupación teórica y en tanto que
es el único en el que creo, según el cual, y en realidad física, sensible, perceptible: del espacio
definición generalmente aceptada, sólo se puede urbano como espacio acotado, definido y confi-
llegar a entender una situación o un hecho, en gurado por la edificación.
función del lugar que ocupa en un desarrollo
A través de la evolución en ambos niveles se
temporal y en relación con unos hechos antece-
consuma el proceso que, en dos siglos, ha condu-
dentes, aunque no haya que ver en ello, ningún
cido al abandono de unas formas de hacer ciudad
mecanicista determinismo causal. Por ello, permí-
que venían dadas por operaciones de composición
taseme empezar situando cronológicamente los
formal, de estructuración de su cuerpo existente, o
antecedentes de la historia de esta crisis, aunque
de áreas exteriores nuevas preparadas para el
pueda parecer que tiene poco que ver con. nuestro
crecimiento, por medio del ensamblamiento y
tema. Ya se verá a donde quiero ir a parar.
manejo de grandes elementos configuradores: ave-
En la introducción a su "Historia de la Arquitec-
nidas, plazas, grandes edificios o series de ellos,
tura Contemporánea", Tafuri y Dal Co empiezan
monumentos, parques y jardines. En definitiva, una
señalando que dicha historia es, por una parte, "la
forma de fundamento artístico, de concebir la
historia de una pérdida progresiva y objetiva de
proyectación urbana, con énfasis en la condicio-
identidad, por parte de una disciplina que había
nante acción de lo formal. A cambio va .a irse
conseguido en la edad humanística, su propio
desarrollando e imponiendo el fundamento cientí-
estatuto y que entró en crisis entre los siglos XVIII
fico, con lo que, por encima del interés por la
y XIX ". Pero al mismo tiempo indican que es
forma, se impone el interés por la naturaleza del
también "la historia de una serie de esfuerzos
fenómeno urbano entendido como manifestación
subjetivos encaminados a recuperar -sobre bases
de un organismo viviente en evolución, o como
nuevas- la identidad perdida, modificando la
sistema estructuralmente configurado por rela-
estructura organizativa del trabajo intelectual ante
ciones funcionales, cuyas leyes naturales pueden
la construcción del ambiente humano".
descubrirse y utilizarse en ambos casos. Serían así
Esta especie de definición permite formular,
los datos empíricos numéricos, dados por las
aprovechándonos de ella y trasladándola a medias,
estadísticas, los que permitirían conocer lo previ-
un punto de partida del proceso que ahora nos sible. La reducción de la historia urbana a desa-
interesa comprender.
rrollo biológico había comenzado de la mano de
Podríamos, en efecto, decir, que ante esa pérdida Geddes y bajo el impacto del darwinismo. An-
de identidad de la arquitectura, y paralelamente a dando el tiempo, y alcanzado su gran desarrollo por
los esfuerzos por recuperarla, que caracterizan a la las ciencias sociales, se fue instituyendo un mé-
historia de la arquitectura contemporánea, la
todo convencional para actuar en consecuencia, a
historia del urbanismo moderno es la historia de la
través de procedimientos cada vez mas refinados de
búsqueda de su propia identidad, por parte de una
base cuantitativa, en clara traslación del método
nueva disciplina, que se independiza de la arquitec-
científico, a partir de su uso por las ciencias
tura precisamente en ese momento, ya que hasta
sociales: previsiones demográficas, determinación
entonces, hacer arquitectura había sido, en gran
de superficies en relación con tasas de crecimiento,
medida, hacer ciudad y la ciudad era fundamental-
dotación correspondiente de servicios complemen-
mente el resultado de hacer arquitectura. Y este
tarios calculados a través de estándares teóricos o
proceso de pérdida del papel rector de la arquitec-
empíricos ... y todo ello "sub specie zonae" en forma
tura en la construcción de la ciudad, es en gran
de superficies simplemente tramadas, en las que la
medida, consumado por los propios arquitectos.
edificación sólo tiene que respetar una regulación.
El proceso puede verse simultáneamente a dos
A este proceso de reformulación del urbanismo,
niveles:
apartándose de sus orígenes formales para buscar
Por una parte, se puede identifÍcar una línea un fundamento científico, contribuye de modo
que se va abriendo paso, marcada por el contundente la aproximación científica al conoci-
desarrollo de la visión de la ciudad como una miento de las formas de organización de la
entidad global, tanto física como social, de sociedad, que pasarán a ser utilizadas por los
funcionamiento unitario y coherente, inserta en urbanistas, tomándolas de las formulaciones más
un territorio con el que mantiene estrechas avanzadas de la sociología.
relaciones de interdependencia. Dentro de esta Desde muy pronto empieza la afirmación de la
visión, el espacio urbano entendido como es- existencia de un orden social natural que constituye
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la forma perdurable y genuina de la convivencia. A alrededor del concepto de estructura urbana de los
partir de la idea de que la comunidad es un años 60, así como las audaces trasposiciones
fenómeno natural, pero cuya afirmación y fortale- británicas de la teoría de sistemas, se encuentran
cimiento se produce a través de un aumento del epistemológicamente en la misma concepción natu-
consenso entre los individuos, para el enfoque de ralizada de lo urbano, y que los intentos de
ciertos problemas sociales claves, se tratará de crear cientifización que representan, están igualmente
mecanismos que refuercen y aseguren la coope- inscritos en el uso del mismo modelo de ciencia: el
ración y el entendimiento para evitar o disminuir que había consagrado como' indiscutible el positi-
los perniciosos efectos de la diversidad de puntos de vismo lógico. Y en ese clima de exaltación que
vista entre los intereses individuales o de grupo vivían aún las ciencias sociales, era posible la
que producen el conflicto social. Para lograr esa ilusionada creencia en la capacidad para la inme-
meta, la eliminación del conflicto, el procedimiento diata enunciación de "rotundas formulaciones teó-
más claro era encontrar un punto de vista indiscu- ricas" que iban a permitir la descripción de las
tible, capaz de ser aceptado por todos. Ese sería el regularidades estructurales, universales empírica-
"punto de vista verdadero" que la ciencia sería mente comprobables, por encima de casos con-
capaz de proporcionar, siempre que, naturalmente, cretos. También la deducción apresurada de que las
se adoptase hacia ella la actitud reverencial que se similitudes entre fenómenos físicos y fenómenos
le suponía debida. Y ello sería así, porque la ciencia sociales espacialmente localizados, podría tradu-
podría descubrir el orden natural y demostrar cirse rápidamente en leyes generales, explicativas
como es y, por lo tanto, como debe ser, la sociedad. del desarrollo urbano. Ahí encuentra su acomodo
Esa fue la gran tarea emprendida por la americana toda la teorización del planeamiento de los años 60
"sociología del orden" y, en general, por las ciencias y 70, que tratará inútilmente de traducirse en una
sociales, con antecedentes que se remontan a práctica imposible. Ahí se desarrolla, por una
Comte y a Spencer. Se trataba, pues, de encontrar parte, toda la urbanística de los espacios adaptados
el orden natural de las cosas para perpetuarlo y los canales para la interactividad propia del
siguiendo sus leyes. Esta actitud, generalizada- estruc.turalismo urbanístico, y por otra, la incor-
mente asumida por los urbanistas, suponía el poración de los conceptos de equilibrio homoestá-
recurso a la garantía de la ciencia por medio de la tico al considerar a la ciudad como servomeca-
naturalización de lo social, es decir, acercando a la nismo animado, tal como haría finalmente la visión
realidad social los supuestos epistemológicos de las sistémica de Chadwick y McLoughlin. La fuerza
Ciencias de la naturaleza y las correspondientes sugestiva del proceso en aquel momento, se ve muy
metodologías para su tratamiento. bien reflejada, por ejemplo, en sucesivos números
La influencia de esta forma de entender la del Journal of the American Institute of Planners.
realidad urbana y la actuación sobre ella, va a ser Pero quizá tenga también interés, citar otra reac-
una constante implícita o explícita de la mayor ción contemporánea, de alguien que vivía el pro-
parte de la concepción de la ciudad, que alienta ceso más bien desde fuera, pero que aceptaba
debajo de la teoría y la práctica urbanísticas hasta adi:nirativamente sus repercusiones, no ya sólo en
casi llegar al presente. La todopoderosa sociología relacion con la ciudad, sino con su propia tarea de
americana del orden, el "estructural funcionalismo" arquitecto. Vittorio Gregotti escribía en aquellos
de Parsons y de Merton, será la base subyacente, a momentos, en El Territorio de la arquitectura, las
veces indirectamente asumida, porque aparente- frases que entresaco: "Parece que las ciencias se
mente, el centro de las influencias se va a desplazar introducen cada día con mayor amplitud en el
de la sociología a la economía, y los conceptos de mundo de la actividad artística, y con peculiar
organismo y función van a dejar paso a los de significado en la arquitectura... Existen razones
estructura y sistema, para explicar la localización consistentes a favor de la peculiar permeabilidad
de las actividades humanas en el espacio urbano y del trabajo del arquitecto· al punto de vista cientí-
territorial. fico ... Todo ello justifica la insistencia en reafirmar
Una exposición menos sintética que la que estoy la importancia del problema metodológico en
haciendo tendría que mostrar ahora que las formu- arquitectura ... Esta metodología tiende a clasificar
laciones estructuralistas de los economistas (que las invariantes tipológicas, morfológicas y tecnoló-
tienen su puntual repercusión en la teoría y en la gicas que la experiencia disciplinar ha ido sedi-
práctica del planeamiento) son formas remozadas mentando". Es sólo una de las muchas manifesta-
de explicación funcional (o si se prefiere estruc- ciones contemporáneas de la reverencial y generali-
tural-funcionalista) que ya estaban en las formula- zada actitud hacia la ciencia, penetrando en el
ciones sociológicas. Pero a los efectos que aquí campo de la arquitectura, e incluso en el de la pura
perseguimos, no es necesario entrar en ese análisis, creación artística, que podrían ponerse como
como tampoco en una pormenorización de las ejemplo. Recuérdese la boga de las metodologías
formas que reviste el estructuralismo en urbanismo. científicas para el diseño.
Basta señalar que tanto los estudios de tráfico de
los años 50, abriendo el camino al concepto de
estructura y al uso de modelos, como las aporta-
ciones más sofisticadas de la teoría de la locali- ¿Por qué era necesario hacer este recordatorio
zación y las matizadas elaboraciones de Lynch, histórico, antes de llegar a la situación actual,
Alexander, Chermayef, Rodwin, Foley y Webber poniendo al descubierto ciertos aspectos del pro-
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ceso seguido por la evolución de la base teórica del encuentra inserto cronológicamente, un episodio
planeamiento? ¿Para qué conceder tanta impor- intermedio de gran fuerza conmocionante en su
tancia a ciertos rasgos de ese proceso, que permiten momento, al que me referí ya inicialmente: la
identificar las características del intento de cons- ofensiva contra la "sociología del orden" y contra
trucción de un planeamiento científico? Porque me sus repercusiones en el entendimiento de la realidad
parece que así es como se puede ver mejor la urbana, por las interpretaciones marxistas de las
dimensión de la crisis actual, poniéndola en rela- formas de producción del espacio urbano, basadas
ción con la crisis general de la cientificidad. Y en la exaltación del papel del conflicto y la tensión
también se puede comprender mejor hacia donde en la sociedad. Se trataba de un principio explica-
apuntan las perspectivas. No soy capaz de expli- tivo beligerante, que recusaba la existencia del
carme ambas cosas si no es poniéndolas en relación consenso y la cooperación como bases espontáneas
con el contexto cultural general, en crisis a su vez, de la "comunidad natural", idea que aparecía ahora
en el que nos movemos. desenmascarada como un intento conservador para
En efecto, si las esperanzas estaban puestas en mantener coactivamente la cohesión social en el
obtener para el planeamiento las garantías que le status quo.
iba a proporcionar el método científico, gracias en Ese episodio jugó un importante papel en el
gran medida, al soporte de las ciencias sociales en proceso. Ayudó a desmontar las esperanzas en el
su investigación acerca de la realidad urbana, no es cientifismo, a pesar de que las formulaciones
casual que la crisis se produzca cuando esas mismas teóricas más elaboradas, que estaban en el origen,
ciencias hacen balance autocrítico y someten a no renunciaban a que sus planteamientos fuesen
revisión sus planeamientos, al son general de la considerados como científicos, y seguían persi-
gran crisis revisionista que sacude los fundamentos guiendo la enunciación de leyes generales de
de la ciencia tradicional. carácter estructural para el análisis y comprensión
Las revisiones historicistas de la ciencia, la de la "cuestión urbana". Sólo más tarde, algunos de
relativización de las conclusiones de ésta, el enten- esos teóricos han evolucionado en la misma línea
dimiento de la verdad científica como producto de convergencia general hacia la comprensión de lo
cultural circunstancial, todo ello dentro de la ya urbano a través de su historia.
generalizada recusación del basamento positivista, Pero, por otra parte, desencadenó una visión del
hacen muy difícil el mantenimiento de la confianza planeamiento como negociación política sobre
en la utilidad de aplicar el método científico en temas conflictivos puntuales, que quedó reflejada
urbanismo. Lo cual, lejos de ser una claudicación en las conocidas enunciaciones del "planeamiento
vergonzosa, demuestra, por el contrario, el estado remedia!'', el "planeamiento de abajo a arriba", el
de permanente alerta de la cultura urbanística y su "planeamiento beligerante", o, en sus formula-
sensibilidad para reflejar y asumir las vibraciones ciones más radicales, en la negación de la utilidad
culturales generales. Lo vergonzoso sería seguir de todo planeamiento y en la propuesta de susti-
insistiendo acríticamente en la cientificidad. tución por la lucha política reivindicativa de
En cuanto a las perspectivas, también pueden mejoras urbanas concretas.
comprenderse mejor, a la luz de aquel recordatorio, En cualquier caso, el enfoque conceptual que
porque a lo largo de él hemos visto como uno de estaba debajo, que ofrecía sugestivos modelos
los pilares del intento cientifizador, era la natura- interpretativos, que permitía analizar y comprender
lización de lo social, y por extensión, de sus las formas de producción del espacio urbano, no
manifestaciones en la realidad urbana. Pero esta fue capaz de proporcionar indicaciones suficien-
identificación de naturaleza y cultura, apoyada en temente concretas como para derivar de él una
la codificación de leyes generales independientes de orientación normativa que permitiese construir una
tiempo y lugar, que es uno de los rasgos definitorios nueva aproximación metodológica para la inter-
y de más profunda significación en aquel intento, vención sobre aquel espacio o para la producción
conduce directamente a la negación de la historia. voluntaria y alternativa del mismo. El vacío dejado
Justamente algo cuya reivindicación ha pasado a por la quiebra del cientifismo, quedaba por llenar.
ser ahora, una especie de punto clave de referencia Al mismo tiempo, coincidiendo con la disminu-
de la nueva situación. ción de la presión demográfica y de las optimistas
Uno de los primeros en darse cuenta de ello fue, expectativas de desarrollo económico, se produjo el
ya en 1959, Giuseppe Samona, cuando en su vuelco de la atención hacia la ciudad existente. El
conocido libro L'urbanística e l'avenire della Cittá, "planeamiento para la austeridad" reclamaba el
denunciaba lúcidamente aquella improcedente re- interés hacia los problemas de la ciudad interior,
ducción que se había hecho de la historia urbana a frente a las expectativas de grandes crecimientos
desarrollo biológico y la inadecuada forma de periféricos. Lo cual, coherentemente condujo a
estudiar la realidad urbana según el modelo de las conceder mayor importancia a los problemas de
ciencias naturales. Ahí puede decirse que se inicia la conservación y de recuperación de la herencia
reacción revalorizadora de los aspectos históricos histórica y a la exaltación del diseño y del proyecto,
de lo urbano, que tan agudamente va a caracterizar como armas adecuadas para su tratamiento.
a una situación posterior: una situación en la cual En ese contexto, la aparición de constantes
van a irse deshaciendo los sustentos teóricos del morfológicas, tipológicas y estructurales en el
pretendido urbanismo científico. tejido urbano existente, el descubrimiento de la
Pero en el camino hacia esa situación, se existencia de formas constantes y recurrentes de
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organización del espacio a través de la parcelación de un acto libre, de una elección voluntaria para
y la arquitectura, abren la puerta a la posibilidad de obtener unos resultados deseados, no porque se
construir una nueva fuente explicativo-normativa crea que necesariamente debe ser así.
de la realidad urbana, basada en la existencia de Todo esto se ve mejor, volviendo a considerar
esas regularidades, recurrencias y hasta leyes precisamente el panorama actual de las ciencias
morfo-tipológicas autónomas. La investigación his- sociales. Tal vez sea éste el gran servicio que pueden
tórica y tipológica viene entonces a proporcionar estas ciencias prestar ahora al urbanismo, al
efectivamente una nueva orientación normativa permitir examinar las ya aludidas revisiones auto-
suficientemente sugestiva como para llenar en gran críticas y su soporte epistemológico. Porque al
medida, el vacío conceptual y metodológico. De ahí poner en relación la crisis del planeamiento con la
el éxito de una nueva pretendida cientificidad, crisis de las ciencias sociales y de todo el cuerpo
explícitamente enunciada e invocada como base, en cultural que venía sustentado en el modelo positi-
toda una línea inicialmente originada en expe- vista, ~e. ve la verdadera naturaleza y dimensión de
riencias y proposiciones muy conocidas, de la esa cns1s.
cultura urbanística italiana. En efecto, esta referencia al panorama 'cultural
A mi modo de ver, esta nueva formulación es actual, nos muestra que los revisionismos aludidos
extemporánea en la medida en que se presenta con están alumbrando una nueva actitud epistemoló-
las mismas pretensiones de obligatoriedad y de gica básica, diferente de la cientifista tradicional
incuestionabilidad del cientifismo urbanístico tradi- que bien podría llamarse postcientífica, uno d~
cional. Aunque se trate ahora de un cientifismo cuyos rasgos comunes característico, presente en
elaborado al margen de las ciencias sociales, el todas Jas vanguardias disciplinares, es el histori-
enfoque permanece en el ámbito del método cismo.
científico, induciendo normas de actuación a partir Pero aquí, la palabra "historicismo" no se refiere
de regularidades empíricas convertidas en leyes a la simple utilización del legado del pasado como
naturales y necesarias de la realidad urbana. Pero fuente de inspiración, o como norma o modelo,
debe señalarse que, aunque se enfatice notable- sino que con este término debe entenderse que se
mente el carácter histórico de la investigación que designa una actitud epistemológica que vuelve a
las descubre, lo que se hace es una utilización insistir en la ya antigua diferenciación entre natura-
cientifista de materiales históricos, en línea de leza y cultura y señala que los acontecimientos del
continuidad con el más ortodoxo enfoque positi- , mundo cultural no pueden ser tratados como si
vista. ocurriesen en cuerpos físicos o biológicos, sujetos a
Me parece que, a pesar de la aparente contradic- "leyes naturales" (ni siquiera entendidas como las
ción, hay que ver en este empeño una clara "fuerzas históricas" de ese historicismo trasno-
pervivencia de aquella negación de la historia, chado que tan fácil le resulta desacreditar y refutar
propia del cientifismo tradicional. Porque una cosa a Popper) que conducen a un determinismo in-
es el interés y el aprecio con que ahora se contempla compatible con una visión del hombre como ser
la herencia histórica, frente a la despectiva actitud libre, capaz de intervenir voluntariamente en la
de los maestros del Movimiento Moderno y del construcción de su propio destino, y no como pasivo
urbanismo científico tradicional, y otra muy dis- dato estadístico. Este historicismo se plantea la
tinta, la incapacidad para una auténtica liberación irrepetibilidad de los acontecimientos, siempre
del modo cientifista de pensar en lo urbano. Una únicos y singulares, dentro de la secuencia de un
liberación de todo el peso de la tradición neoposi- proceso concatenado contingentemente, que pue-
tivista y de la necesidad de seguir apoyando la den~ser comprendidos a posteriori, pero no expli-
acción en supuestas leyes naturales capaces de cados de antemano ni previstos en función de una
proporcionar una orientación normativa, una me- necesidad derivada del cumplimiento de leyes
todología de aplicación racional, objetiva e infa- inexorables.
lible. Por eso, lo que me parece interesante en este
A mi modo de ver, esta nueva pretensión de momento es señalar la aparición de estos nuevos
cientificidad urbanística, no tiene ningún sentido en enfoques epistemológicos, estos nuevos supuestos,
el contexto cultural en que nos movemos. Que las que ya no son de naturaleza científica, que se
regularidades morfológicas existen y que, en plantean al margen de las certezas supuestamente
muchos casos, permiten explicar los procesos de garantizadoras y tranquilizadoras de la ciencia.
formación y configuración del espacio urbano Supuestos que, trasladados a nuestro campo disci-
autónomamente, es incuestionable. Lo rechazable plinar nos enseñan a ver que el uso que el
es deducir de ese descubrimiento un nuevo método urbanismo ha hecho de la ciencia, el recurso de que
científico obligatorio para la intervención. Porque los planificadores urbanos se han querido servir
lo que no resulta necesario es que haya obligación para justificar su actuación a través de formula-
alguna de aceptar sumisamente las "leyes" de esa ciones científicas, que por serlo, pudiesen aparecer
configuración (como de hecho históricamente como incontestables, empieza a parecernos hoy una
puede comprobarse que frecuentemente no se han "fábula consoladora", como diría Tafuri.
aceptado) para perpetuarla sin transgresiones. Si se Me parece, pues, que lo verdaderamente intere-
aceptan, debe ser porque previamente se ha elegido sante que resulta de esta referencia a aquel pano-
hacerlo, probablemente al servicio de una opción rama cultural amplio, es que hoy está práctica-
conservacionista. Pero debe entenderse que se trata , mente liquidada la etapa cientifista, y que todo
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conduce a entender la ciudad como un producto tranquilizadora, que oriente la acción de modo
cultural y como un producto histórico, en vez de indiscutible.
como un objeto natural, tal como más o menos En esta situación ¿qué papel le corresponde al
explícitamente lo veía el cientifismo anterior. planeamiento? Yo creo que lo tiene, con tal de que
En alguna ocasión he hecho una traslación de se entienda como actividad a realizar en referencia
una conocida frase de Ortega: la ciudad no tiene a un producto histórico y no sobre un objeto
naturaleza, sino historia. N o pertenece a un mundo natural. Pero ¿cómo plantear la intervención en
causalmente precondicionado por leyes naturales. medio de ese exceso de libertad, de esa falta de
N o es como un mineral en proceso de cristali- códigos de referencia, de un exceso de posibilidades
zación, en el que, a partir de la solución originaria. de enfoque? Creo que lo que ocurre ahora es que
Ya se sabe que va a terminar en unos prismas los modos de intervención han cambiado y de-
exagonales, coronados en su caso por pirámides. bemos reconocer que se parecen más a aquéllos que
Ni tampoco como un vegetal, en el que, a partir de parten de una reconocida situación de indetermi-
la semilla, ya se sabe que forma final va a tener nación, como ocurre en el caso de la creación
como árbol o planta. En estos dos casos todo está artística. La intervención ya no está dictada por el
precondicionado efectivamente por las leyes de la conocimiento, el análisis científico y las deduc-
natúraleza. En la ciudad no. La ciudad no tiene ciones que de él se derivan. Ese análisis sólo puede
naturaleza, tiene historia. Es algo que se está ayudar a acotar un poco el margen de la libertad,
haciendo libremente. N o está predeterminada por en cada caso concreto y como tal puede aprove-
leyes necesarias. Está formada por acontecimientos charse, pero no puede ayudar a dar orientaciones
· contingentes. normativas generales.
Si lo aceptamos así, las opciones del desarrollo Habría que añadir que en esa situación, la
urbano y las opciones para la intervención son intervención puede hacerse a través de elecciones
múltiples. La respuesta está abierta y dependerá de individuales o colectivas, lo que introduce el
los planteamientos que se hagan para esa interven- dificultoso tema de las posibilidades reales de la
ción, de los objetivos que deseen conseguirse. No creación plural. Este es, evidentemente, un tema
hay entonces necesidad de eliminar un pluralismo irresuelto, que nunca llegará a tener tampoco una
metodológico, que puede desembocar en un eclec- respuesta única. Pero lo que está claro es que en
ticismo sumatorio. Pero también cabe, evidente- una situación democrática no se puede despachar
mente, la elección libre de un marco de referencia con las respuestas simplistas que, eufemística-
voluntariamente limitado en función de los resul- mente, han dado en llamarse neoilustradas. En una
tados que se quieran obtener. tarea colectiva, como es la creación de la ciudad, no
En este contexto, la negación del planeamiento y se puede dar por supuesto que hay unos individuos
la reducción de la intervención a proyecto arquitec- carismáticos capaces de decidir individualmente
tónico puede ser una opción. Lo que no puede ser por todos y declarar la minoría de edad de los
es la opción única, la opeión "verdadera", exclu- demás.
yente de otras. Admitamos que la tentación era
muy fuerte. Demasiado atractiva como para dejarla
pasar por quienes aman las actitudes polémicas y
radicales, a veces un tanto exhibicionistas. Y estaba Me atrevería a decir que, del balance que he
la oportunidad del vacío conceptual y metodoló- hecho y de la valoración que he presentado del
gico. Es lógico, pues, que haya habido muchos estado de la cuestión urbana, se puede deducir que
arquitectos que hayan querido caer en ella procla- ésta ha entrado en una nueva situación que bien
mando la muerte del plan, al rescate del protago- podríamos llamar posmoderna.
nismo de la arquitectura, después de tantas décadas Creo que el paralelo que he establecido entre la
de sumisión urbanística a las ciencias sociales. En evolución de la teoría urbanística y del planea-
muchos de sus mejores aspectos, se trata de una miento derivado de ella, y la evolución teórica de
maniobra cultural que ayudaría a enlazar el planea- las ciencias sociales, ayuda a clarificar y a entender
miento con el momento anterior a aquel en que lo que está pasando en relación con la crisis del
empezó a producirse la cientifización del urba- plan. A mi modo de ver, de ello se deduce que
nismo, cuando hacer ciudad era todavía hacer cancelar la etapa del planeamiennto científico, no
arquitectura. implica de ningún modo la cancelación de todo
Si lo entendemos así, vemos que la novedad de la planeamiento. Al plan, como enfoque global de la
situación, después de tantas décadas de esperanzas intervención sobre la realidad urbana, operación
científicas, es que hay que aceptar la contingencia muy diferente a la que representa el proyecto
frente a la obligatoriedad. Ello produce inseguridad puntual, le quedan todavía una larga vida y unas
y temor, porque la libertad parece excesiva después importantes misiones, con tal de que al hablar de
de haber creído, o querido creer al menos, ell la plan nos liberemos de la identificación indebida
posibilidad de una deducción lógica de procedi- con lo que fue. El. plan, en esta posmodernidad
mientos _de intervención, basados en interpreta- urbanística, debe ser entendido como libre expre-
ciones científicas de la realidad y en metodologías sión de intenciones colectivas globales, como ex-
derivadas científicamente de ellas. El exceso de presión voluntaria, circunstancial, histórica, de una
libertad produce perplejidad, deja desamparado, al visión de futuro, como producto cultural, reflejo
no haber una ortodoxia reconfortante, aceptada y del momento histórico en que se produce.
CIUDAD Y TERRITORI'J/ Enero-Junio 1984

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