Vous êtes sur la page 1sur 24

IV.

LA PUBLICIDAD

1. PUBLICIDAD FORMAL

Se habla de publicidad formal para poner de manifiesto que, en consonancia con la


función primaria del Registro como instrumento de publicidad, el RM es público, en el
sentido de que cualquier persona tiene acceso a él y goza del derecho de acceder a la
información recogida en los asientos registrales (art. 23.1 Ccom y art. 12 RRM). Tal
publicidad se hace efectiva a través de dos instrumentos, las certificaciones y las notas
informativas o copias (art. 23 Ccom).

Las certificaciones son expedidas con la firma del registrador y constituyen la única
forma de acreditar fehacientemente el contenido de los asientos del Registro o de los
documentos archivados o depositados en él (art. 23.1 Ccom y 77.2 RRM). Se solicitan
mediante escrito entregado directamente, enviado por correo o trasmitido por telecopia o
por comunicación electrónica (art. 23.4 Ccom, art. 77.3 RRM y 227 LH), debiendo el
Registrador, en estos últimos casos, remitir por correo la certificación solicitada (art. 77.3
RRM) o, a elección del interesado, en los términos que reglamentariamente se dispongan,
expedirla en formato electrónico (art. 227 LH).

La nota informativa, simple, o copia de los asientos y de los documentos depositados


en el Registro, se diferencia de la certificación porque no cumple la función de acreditar
fehacientemente el contenido de los asientos del Registro (art. 222.5 LH). Pero, frente a
ella, ofrece dos ventajas. En primer lugar, que ha de expedirse en el plazo máximo de tres
días desde la solicitud y, en segundo lugar, que su coste es menor (art. 78 RRM). Además
de que se solicitan y obtienen en papel o por vía telemática, a elección del interesado (art.
23.4. Ccom y 369 RRM).

Adicionalmente, a algunos de los datos también es posible acceder a través de


Internet, en la página web http://www.registradores.org. Junto a estos medios de acceso
a la publicidad, cualquier persona puede conocer los datos esenciales delos asientos
practicados en los Registros territoriales, es decir, los datos que estos Registros remiten
al RMC, por medio de terminales de ordenador instaladas a tal efecto en la oficina del
Registro (art. 79 RRM), así como por intermedio del BORME y del RMC.

Tratándose del RMC, la petición se efectuará por escrito, según modelo oficiala
presentar en el mismo Registro, si bien puede ser solicitada por correo o telemáticamente

1
y se expedirá en cualquiera de estas dos formas. Ahora bien, esta publicidad formal tiene
un alcance limitado ya que el Registrador no puede expedir certificaciones sobre tales
informaciones, salvo las relativas a las denominaciones, sino solo notas informativas (art.
382 RRM), que cursará dentro del plazo de 24 horas, indicando lo que de los asientos de
los Registros Mercantiles territoriales consta en el RMC, el Registro Mercantil territorial
donde se encuentra inscrito el empresario o la entidad a que se refiera y el BORME en el
que se hayan publicado (arts. 28 y 29 O. 30 de diciembre de 1991). Por eso, en las notas
que expida, debe advertir acerca de las limitaciones de la información que facilita (art.
382.1 RRM). No obstante, respecto de los datos contenidos en la Sección de
denominaciones, el RMC tiene plena competencia.

La extensión de la información accesible a través del RM ha recibido alguna crítica


ante la eventualidad de que esos datos puedan utilizarse con fines competenciales no
lícitos. Tal vez por eso el art. 12.3 RRM dispone que los registradores calificarán bajo su
responsabilidad el cumplimiento de las normas vigentes en las solicitudes de publicidad
en masa o que afecten a los datos personales reseñados en los asientos.

2. PUBLICIDAD MATERIAL. EL PRINCIPIO DE OPONIBILIDAD

La publicidad material se ocupa de los efectos de la inscripción respecto de terceros.


No obstante, en la actualidad, tales efectos se producen a partir de la publicación en el
BORME. Los efectos son de dos tipos. Por un lado, el efecto positivo supone que los
actos sujetos a inscripción son oponibles a terceros desde su publicación en el BORME
(art. 21.1 Ccom), en el sentido de que el contenido de los asientos del Registro se presume
conocido por todos desde el momento dela publicación, sin posibilidad de oponer prueba
en contrario. De modo que es indiferente que, de hecho, se ignoren. Como excepción, con
el objeto de procuraren la medida de lo posible un conocimiento real, cuando se trate de
operaciones realizadas dentro de los quince días siguientes a la publicación, los actos
inscritos y publicados no serán oponibles a terceros de buena fe que prueben que no
pudieron conocerlos (art. 21.2 Com).

La buena fe del tercero se presume en tanto no se pruebe que, en efecto, conocía la


discordancia entre la publicación y la inscripción (art. 21.4 Ccom). En todo caso, quienes
hayan ocasionado la discordancia entre el contenido de la inscripción y el de la
publicación están obligados a resarcir al perjudicado (art. 21.3 Ccom). Con todo, es

2
conveniente advertir que la publicación determina sólo el momento de la oponibilidad,
pero su contenido se rige por la inscripción, de tal manera que no se podrá alegar el
desconocimiento de datos cuya publicidad no se exige, pero constituyen el contenido de
la inscripción. En este sentido hay que interpretar la norma que permite al tercero de
buena fe invocar el contenido de la publicación frente al de la inscripción, si aquel le fuera
más favorable (art. 21.3 Ccom).

En el aspecto negativo, la publicidad material determina que la ausencia de


inscripción y publicación de un hecho que debiera haberse inscrito y publicado impide su
oponibilidad a terceros de buena fe. De manera que la ausencia de inscripción o
publicación de un hecho que debiera haberse inscrito y publicado, libera al tercero de la
necesidad de conocerlo, puesto que se presume que no lo conoce. El efecto se produce
únicamente frente a terceros de buena fe. Eso significa, en primer término, que “la falta
de inscripción no podrá ser invocada por quien esté obligado a procurarla” (art. 4.2 RRM),
tanto si tal invocación pretende dulcificarla responsabilidad patrimonial de quien estaba
obligado a la inscripción como incrementarla.

De otro lado, ha de tratarse de terceros de buena fe. La buena fe se presume mientras


no se pruebe que conocían el acto sujeto a inscripción y no inscrito o el acto inscrito y no
publicado (art. 21.4 Ccom), de manera que dicho acto resulta inoponible, salvo que se
pruebe su conocimiento efectivo (art. 21.4 Ccom).

Y, adicionalmente, los terceros de buena fe sí podrán invocar el hecho no inscrito


en lo que les sea favorable. Si la obligación exigía para su plena eficacia el sistema de
publicidad registral, quien debió gestionar la inscripción no podrá invocar su falta de
gestión para liberarse de la obligación asumida, pero ese mismo defecto no ha de dejar a
la otra parte sin la posibilidad; bien de exigir el cumplimiento dela obligación que
dependía de la inscripción del hecho; o bien, según los casos, de dar por extinguido el
vínculo por falta de inscripción (vid. art. 40 LSC).

3
II. EL REGISTRO MERCANTIL

1. EL CONCEPTO Y LA ORGANIZACIÓN DEL REGISTRO


MERCANTIL

La publicidad legal es uno de los elementos del estatuto jurídico del empresario,
gracias a la cual el mercado puede tener conocimiento de los datos más significativos de
la actividad de aquel. De hecho, el que el público en general (empresas, ciudadanos,
administraciones públicas) tenga a su alcance suficiente información acreditada sobre
quién es el empresario, sus apoderados, administradores, contabilidad, domicilio, etc.,
favorece la seguridad del tráfico mercantil.

En España, el vehículo o instrumento principal de dicha publicidad legal es el


Registro Mercantil. Cualquier persona puede acceder en tiempo real a la información
mercantil interactiva que el Colegio de Registradores proporciona a través de su página
web, pues el Registro Mercantil es cada día más electrónico al haber abandonado
prácticamente el soporte papel.

El Registro Mercantil es un registro público, dependiente de la Dirección General


de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia y existente en todas las
capitales de provincia y en las ciudades de Ceuta, Melilla, Eivissa, Maó, Arrecife, Puerto
del Rosario, Santa Cruz de la Palma, San Sebastián de la Gomera, Valverde y Santiago
de Compostela. Con todo, también existe un único Registro Mercantil Central que se
encuentra en Madrid y tiene carácter meramente informativo. Así pues, la organización
del Registro Mercantil se halla integrada tanto por los registros mercantiles territoriales
como por el Registro Mercantil Central.

Se trata de un sistema de registro descentralizado.

Cada registro se encuentra a cargo de uno o varios registradores. El registrador es


un jurista profesional del derecho que ejerce una función pública y accede a su plaza por
oposición.

2. LOS SUJETOS Y LOS ACTOS INSCRIBIBLES

El Registro Mercantil sigue un sistema de hoja personal, es decir, se abre una hoja
por cada empresario. Al igual que los padres proceden a la inscripción del nacimiento de
sus hijos en el Registro Civil, los empresarios cuando comienzan su actividad deben
inscribirse en el Registro Mercantil. El Registro Mercantil es un registro de empresarios
4
y de ciertos hechos y actos relativos a los mismos. En resumen, es un registro de personas
y de actos.

En la hoja abierta a cada empresario individual se inscribirán los datos


identificativos del mismo, así como su nombre comercial y, en su caso, el rótulo de su
establecimiento, la sede de éste y de las sucursales, si las tuviere, el objeto de su empresa,
la fecha de comienzo de las operaciones, los poderes generales que otorgue, el
consentimiento, la oposición y la revocación del cónyuge no empresario; las
capitulaciones matrimoniales, así como las sentencias firmes en materia de nulidad, de
separación y de divorcio, y los demás extremos que establezcan las leyes o el Reglamento
del Registro Mercantil (artículos 22.1 del Código de Comercio y 87 del Reglamento del
Registro Mercantil).

En la hoja abierta a las sociedades mercantiles y demás entidades sujetas a


inscripción se inscribirán el acto constitutivo y sus modificaciones, la rescisión,
disolución, reactivación, transformación, fusión o escisión de la entidad, la creación de
sucursales, el nombramiento y cese de administradores, liquidadores y auditores, los
poderes generales, la emisión de obligaciones u otros valores negociables agrupados en
emisiones cuando la entidad inscrita pudiera emitirlos de conformidad con la ley, y
cualesquiera otras circunstancias que determinen las leyes o el Reglamento del Registro
Mercantil (artículos 22.2 del Código de Comercio y 94.1 del Reglamento del Registro
Mercantil).

Finalmente, los empresarios individuales, sociedades y entidades sujetos a


inscripción obligatoria harán constar en toda su documentación, correspondencia, notas
de pedido y facturación, el domicilio y los datos identificadores de su inscripción en el
Registro Mercantil. Las sociedades mercantiles y demás entidades harán figurar, además,
su forma jurídica y, en su caso, la situación de liquidación en que se encuentren (artículo
24.1 del Código de Comercio).

3. LAS FUNCIONES DEL REGISTRO

El Registro Mercantil tiene por objeto (artículo 2 del Reglamento del Registro
Mercantil):

5
1.- La inscripción de los empresarios y demás sujetos establecidos por la ley y de
los actos y contratos relativos a los mismos.

En el Registro Mercantil se inscriben: los empresarios individuales, las sociedades


mercantiles, las sociedades profesionales, las entidades de crédito y de seguros, las
sociedades de garantía recíproca, las instituciones de inversión colectiva, los fondos de
pensiones, los fondos de inversión, las agrupaciones de interés económico, las sucursales
de cualquiera de los sujetos anteriormente indicados, las sucursales de sociedades
extranjeras y las sociedades extranjeras que trasladan su domicilio al territorio español
(artículos 16 del Código de Comercio y 81 del Reglamento del Registro Mercantil).

La inscripción se practicará en el Registro correspondiente al domicilio del sujeto


inscribible y el mismo criterio se aplicará para la determinación del registro que haya de
encargarse de la legalización de los libros de los empresarios, del nombramiento de
expertos independientes y auditores, del depósito de los documentos contables y de las
demás operaciones que están encomendadas al Registro Mercantil (artículo 17 del
Reglamento del Registro Mercantil).Cuando un sujeto inscrito traslade su domicilio a otra
provincia se presentará en el Registro Mercantil de esta certificación literal de todas sus
inscripciones, a fin de que se trasladen a la hoja que se le destine en dicho Registro
(artículo 19.1 del Reglamento del Registro Mercantil).

Practicados los asientos en el Registro Mercantil, se comunicarán los datos


esenciales de los mismos al Registro Mercantil Central para que sean publicados en el
Boletín Oficial del Registro Mercantil.

2.- La legalización de los libros que obligatoriamente deben llevar los empresarios
con arreglo a la ley (artículo 16.2 del Código de Comercio y artículos 2 y 329 a 337 del
Reglamento del Registro Mercantil).

Los libros que obligatoriamente deben llevar los empresarios por imperativo legal
se legalizarán en el Registro Mercantil de su domicilio (artículo 329.1 del Reglamento
del Registro Mercantil). Éstos tendrán que ser presentados a legalización antes de que
transcurran los cuatro meses siguientes a la fecha de cierre del ejercicio, normalmente
con anterioridad al 30 de abril si se cierra a 31 de diciembre (artículo 333.2 del
Reglamento del Registro Mercantil). La legalización tendrá lugar mediante diligencia y
sello dentro de los quince días posteriores al de su presentación (artículo 335 del

6
Reglamento del Registro Mercantil). La diligencia, formada por el registrador, se
extenderá en el primer folio del libro.

En ella se identificará al empresario, incluyendo, en su caso, sus datos registrales


y se expresará la clase de libro, el número que le corresponda dentro de los de la misma
clase legalizados por idéntico empresario, el número de folios de que se componga, y el
sistema y contenido de su sellado. Con respecto al sello, se pondrá en todos los folios
mediante impresión o estampillado.

También podrán ser sellados los libros a través de perforación mecánica de los
folios, o por cualquier otro procedimiento que garantice la autenticidad de la legalización
(artículo 334 del Reglamento del Registro Mercantil).

3.- El depósito y la publicidad de las cuentas anuales de los empresarios y demás


sujetos obligados a depositarlas (artículo 16.2 del Código de Comercio y artículos 365 a
378 del Reglamento del Registro Mercantil).Los administradores de sociedades
anónimas, de responsabilidad limitada, comanditarias por acciones y de garantía
recíproca, fondos de pensiones y, en general, cualesquiera otros empresarios que en virtud
de la ley vengan obligados a dar publicidad a sus cuentas anuales presentarán éstas para
su depósito en el Registro Mercantil de su domicilio, dentro del mes siguiente a su
aprobación (artículo 365.1 del Reglamento del Registro Mercantil).

Tras el depósito, los registradores mercantiles remitirán al Registrador Mercantil


Central una relación alfabética delas sociedades que hubieran cumplido con la referida
obligación en debida forma y plazo (artículo 370.1 del Reglamento del Registro
Mercantil). Y posteriormente, el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicará el
anuncio de las sociedades que hubieran cumplido con la repetida obligación. Es más, los
registradores conservarán las cuentas anuales y documentos complementarios
depositados durante seis años a contar desde dicha publicación (artículo 377.1 del
Reglamento del Registro Mercantil).

4.- La tramitación de los expedientes para la designación de auditores de cuentas


y expertos independientes.

Por un lado, el Registro Mercantil podrá nombrar auditores de cuentas. Cuando la


junta general de una sociedad mercantil capitalista no hubiera nombrado al auditor antes
de que finalice el ejercicio a auditar, debiendo hacerlo, o la persona nombrada no acepte

7
el cargo o no pueda cumplir sus funciones, los administradores y cualquier socio podrán
solicitar del registrador mercantil del domicilio social la designación de la persona o
personas que deban realizar la auditoría.

En las sociedades anónimas, la solicitud podrá ser realizada también por el


comisario del sindicato de obligacionistas. Incluso, en las sociedades que no estén
obligadas a someter las cuentas anuales a verificación por un auditor, los socios que
representen, al menos, el cinco por ciento del capital social podrán solicitar del registrador
mercantil del domicilio social que, con cargo a la sociedad, nombre un auditor de cuentas
para que efectúe la revisión de las cuentas anuales de un determinado ejercicio siempre
que no hubieran transcurrido tres meses a contar desde la fecha de cierre de dicho ejercicio
(artículo 265 de la Ley de Sociedades de Capital).

En fin, la solicitud de nombramiento de auditor y su designación se realizarán de


acuerdo con lo dispuesto en los artículos 350 a 364 del Reglamento del Registro
Mercantil.

Por otro lado, el Registro Mercantil también podrá nombrar uno o varios expertos
independientes para la elaboración de un informe sobre aportaciones no dinerarias. En la
constitución o en los aumentos de capital de las sociedades anónimas, las aportaciones no
dinerarias, cualquiera que sea su naturaleza, habrán de ser objeto de dicho informe que
tendrá que ser elaborado por expertos independientes con competencia profesional,
designados por el registrador mercantil del domicilio social (artículo 67.1 de la Ley de
Sociedades de Capital).

La solicitud o instancia de nombramiento deberá ir suscrita, al menos, por una de


las personas que promuevan la constitución de la sociedad o, si ya estuviera constituida,
por la propia sociedad (artículo 338.2 del Reglamento del Registro Mercantil). El
Registrador procederá al nombramiento dentro de los quince días siguientes a la
presentación de la instancia. En suma, los artículos 338 a 349 del Reglamento del Registro
Mercantil regulan el procedimiento a seguir para la tramitación de este tipo de
expedientes. Por su parte, la Ley Concursal también recoge la posibilidad de que en el
seno de un acuerdo de refinanciación el deudor concursado o sus acreedores soliciten el
nombramiento de un experto para que informe sobre el carácter razonable y realizable del
plan de viabilidad, sobre la proporcionalidad de las garantías conforme a condiciones

8
normales de mercado en el momento dela firma del acuerdo, así como las demás
menciones que, en su caso, prevea la normativa aplicable (artículo 71 bis 4).

Por último, el Registro Mercantil Central se ocupa fundamentalmente de todo lo


atinente a las denominaciones de las sociedades y entidades mercantiles, aunque también
ostenta amplias funciones de coordinación. De hecho, el artículo 379 del Reglamento del
Registro Mercantil establece que el Registro Mercantil Central tendrá por objeto: la
ordenación, tratamiento y publicidad meramente informativa de los datos que reciba de
los Registros Mercantiles; el archivo y publicidad de las denominaciones de sociedades
y entidades jurídicas; la publicación del Boletín Oficial del Registro Mercantil; la llevanza
del Registro relativo a las sociedades y entidades que hubieren trasladado su domicilio al
extranjero sin pérdida de la nacionalidad española; y la comunicación a la Oficina de
Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas de los datos a que se refiere el
artículo 14 del Reglamento CE 2157/2001 del Consejo, de 8 de octubre, por el que se
aprueba el Estatuto de la Sociedad Anónima Europea.

4. LOS PRINCIPIOS QUE RIGEN EL FUNCIONAMIENTO DEL


REGISTRO.

Los principios generales que definen el funcionamiento del Registro Mercantil


son los siguientes:

1. EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD.
En el Registro Mercantil únicamente serán inscribibles los sujetos y los actos
determinados por la Ley y por el Reglamento del Registro Mercantil (artículos
16.1 del Código de Comercio y 2 a) del Reglamento del Registro Mercantil).
Así pues, el catálogo de sujetos y actos inscribibles es una relación cerrada o
numerus clausus.

2. EL PRINCIPIO DE INSCRIPCIÓN OBLIGATORIA.


La inscripción en el Registro Mercantil de todo empresario tiene carácter
obligatorio salvo para el empresario individual persona física, cuya inscripción
es potestativa, a excepción del naviero (artículo 19.1 del Código de Comercio
y artículos 4 y 81 del Reglamento del Registro Mercantil). Es una verdadera
exigencia legal no una alternativa. El empresario individual no inscrito no

9
podrá pedir la inscripción de ningún documento en el Registro Mercantil ni
aprovecharse de sus efectos legales.

3. EL PRINCIPIO DE ROGACIÓN.
El procedimiento de inscripción se inicia, por regla general, a instancia de
parte y no de oficio por el registrador. Quien presente un documento
inscribible en el Registro Mercantil será considerado representante de quien
tenga la facultad o el deber de solicitar la inscripción (artículo 45.1 del
Reglamento del Registro Mercantil). Con todo, existen algunos casos en los
que el registrador debe proceder a la práctica de ciertos asientos sin necesidad
de previa solicitud del interesado (artículos 145 y 238 del Reglamento del
Registro Mercantil).

4. EL PRINCIPIO DE TITULACIÓN PÚBLICA.


La inscripción en el Registro Mercantil se practicará en virtud de documento
público (escritura pública, documento judicial o documento administrativo).
De hecho, sólo podrá practicarse en virtud de documento privado en los
supuestos expresamente previstos en las leyes y en el Reglamento del Registro
Mercantil (artículos 18.1 del Código de Comercio y 5 del Reglamento del
Registro Mercantil).
Este es el caso, por ejemplo, de la primera inscripción del empresario
individual que cabría realizarse en virtud de declaración personal del mismo
dirigida al registrador (artículo 93 del Reglamento del Registro Mercantil).

5. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
Las inscripciones registrales se practicarán previa calificación registral. La
calificación registral está en manos del registrador quien debe controlar la
legalidad y la validez de todos los documentos que acceden al Registro, así
como la capacidad y legitimación de quienes los otorguen o suscriban
(artículos 18.2 del Código de Comercio y 6 del Reglamento del Registro
Mercantil). De este modo, podrá ser positiva, lo que conducirá a la inscripción;
o negativa, lo que impedirá la misma al ser apreciados defectos formales o
materiales. Si la calificación es negativa, contra ésta podrá interponerse
recurso gubernativo mediante escrito dirigido al registrador ante el que se

10
presentó el título en el que se solicite la reforma, en todo o en parte, de la
calificación expresando las razones en que se funda el recurrente (artículos
66.1 y 69.2 del Reglamento del Registro Mercantil). Tras dicho recurso si el
registrador se mantiene total o parcialmente en su decisión, cabrá recurso de
alzada en el plazo de un mes ante la Dirección General de los Registros y del
Notariado. La resolución dictada al respecto por dicho órgano pondrá fin a la
vía administrativa y después, si la controversia continúa, habrá de acudirse a
la vía judicial para dirimir la cuestión.

6. EL PRINCIPIO DE LEGITIMACIÓN.
El contenido del Registro Mercantil se presume exacto y válido. Los asientos
del registro están bajo la salvaguarda de los Tribunales y producirán sus
efectos mientras no se inscriba la declaración judicial de su inexactitud o
nulidad (artículos 20 del Código de Comercio y 7 del Reglamento del Registro
Mercantil). Así pues, la calificación positiva del registrador se estima legal en
tanto el tribunal competente no aprecie lo contrario. Con todo, la inscripción
no convalida los actos o contratos nulos de pleno derecho.

7. EL PRINCIPIO DE FE PÚBLICA.
Los derechos adquiridos por terceros de buena fe en virtud de acto o contrato
que resulte válido con arreglo al contenido del Registro no se verán
perjudicados por la declaración de inexactitud o nulidad de los asientos
registrales (artículo 8 del Reglamento del Registro Mercantil).

8. EL PRINCIPIO DE OPONIBILIDAD.
Este principio es una consecuencia del principio de legitimación. El Registro
Mercantil es un registro público dotado de publicidad legal, es decir, el
contenido del registro se considera conocido por todos, con independencia de
que sea así efectivamente. En función de esta presunción legal, los actos
sujetos a inscripción serán oponibles a terceros de buena fe desde su
publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (artículos 21 del
Código de Comercio y 9 del Reglamento del Registro Mercantil).
Este Boletín se publica desde 2009 en formato electrónico y recoge los
extractos o resúmenes de los actos inscritos en el Registro pues su

11
transcripción literal resultaría poco operativa. Por tanto, el conocimiento
exacto de la inscripción extractada y publicada requeriría de posterior consulta
del Registro Mercantil mediante nota simple informativa o certificación de los
asientos.

9. EL PRINCIPIO DE PRIORIDAD.
Inscrito o anotado preventivamente en el Registro Mercantil cualquier título,
no podrá inscribirse o anotarse ningún otro de igual o anterior fecha que resulte
opuesto o incompatible con él. En consecuencia, el documento que acceda
primeramente al Registro será preferente sobre los que accedan con
posterioridad (artículo 10 del Reglamento del Registro Mercantil). Se cumple
la máxima prior tempore potior iure.

10. EL PRINCIPIO DE TRACTO SUCESIVO.


Toda inscripción debe estar basada en otra anterior. Así pues, para inscribir
actos o contratos relativos al empresario será precisa la previa inscripción de
éste; para inscribir actos o contratos modificativos o extintivos de otros
otorgados con anterioridad será precisa la previa inscripción de éstos; y para
inscribir actos o contratos otorgados por apoderados o administradores será
precisa la previa inscripción de los mismos (artículo 11 del Reglamento del
Registro Mercantil).

5. LOS PRINCIPALES MEDIOS PARA HACER EFECTIVA LA


PUBLICIDAD

La publicidad se hará efectiva por certificación del contenido de los asientos


expedida por los registradores o por simple nota informativa o copia de los asientos y de
los documentos depositados en el Registro (artículo 23.1 del Código de Comercio).

De ahí que, mientras que las certificaciones firmadas y selladas por el registrador
son el único medio para acreditar de manera fehaciente el contenido del Registro, las
notas simples informativas o meras copias del contenido de los asientos, aunque son
despachadas con mayor celeridad y a menor coste, carecen de esta facultad. Finalmente,
a estos efectos es importante tener presente que las únicas certificaciones que emitirá el

12
Registro Mercantil Central son las correspondientes a su Sección de denominaciones
(artículo 23.3 del Código de Comercio).

6. EL CIERRE REGISTRAL

La hoja personal del empresario abierta en el Registro Mercantil puede ser cerrada
por el registrador con carácter provisional si aquel no cumple con sus deberes legales. El
supuesto más común es el cierre por falta de depósito de las cuentas anuales. De hecho,
transcurrido un año desde la fecha del cierre del ejercicio social sin que se haya practicado
en el Registro el depósito de las mismas, el registrador no inscribirá ningún documento
presentado con posterioridad a aquella fecha, hasta que, con carácter previo, se proceda
al depósito.

Se exceptúan, y por tanto sí que se inscribirían, los títulos presentados a posteriori


relativos al cese o dimisión de administradores, gerentes, directores generales o
liquidadores, y a la revocación o renuncia de poderes, así como a la disolución de la
sociedad y al nombramiento de liquidadores y a los asientos ordenados por la autoridad
judicial o administrativa (artículo 378.1 del Reglamento del Registro Mercantil).

III. EL DEBER DE CONTABILIDAD

1. LA LLEVANZA OBLIGATORIA DE CONTABILIDAD

El Código de Comercio dedica a la contabilidad de los empresarios el Título III


de su Libro Primero (artículos 25 a 49). En particular, el artículo 25 recoge el deber de
llevanza obligatoria de contabilidad cuando establece que todo empresario deberá llevar
una contabilidad ordenada, adecuada a la actividad de su empresa y que permita un
seguimiento cronológico de todas sus operaciones.

La misma reflejará la imagen fiel del patrimonio del empresario y será recopilada
directamente por él o por otras personas debidamente autorizadas. Así pues, se trata de
un verdadero deber legal cuyo cumplimiento recae en manos del empresario.

Ahora bien, la ley no solamente impone el repetido deber sino también la forma
concreta de la llevanza. Mientras el Código de Comercio reúne las reglas generales sobre
llevanza de contabilidad, cada tipo societario tiene sus normas concretasen materia
contable (por ejemplo, los artículos 253 a 262 de la Ley de Sociedades de Capital).

13
En efecto, la contabilidad se rige por el Real Decreto 1514/2007, de 16 de
noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad, el Real Decreto
1515/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Contabilidad
de Pequeñas y Medianas Empresas y los criterios contables específicos para
microempresas, otras normas de inferior rango y las resoluciones del Instituto de
Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), estas últimas no vinculantes pero de gran
interés por su naturaleza aclaratoria. De este modo, el Plan General de Contabilidad
persigue que todos los empresarios (los individuales y los sociales) elaboren su
contabilidad de manera homogénea basándose en la normalizada denominación de cada
cuenta.

Sucede, sin embargo, que en función del tamaño los deberes de llevanza de
contabilidad varían, el empresario individual, las pequeñas y medianas empresas o los
grandes grupos de sociedades no tienen las mismas obligaciones contables.

Las pymes llevan una contabilidad abreviada, es decir, basada en criterios más
ligeros.

El propósito perseguido por este deber de contabilidad es proteger ciertos


intereses: los del propio empresario, que organizará mejor su actividad; los de los terceros
que se relacionen con él, al contar con información veraz y fiable sobre su solvencia; y el
del Estado por razones fiscales.

Con todo, el incumplimiento del deber de contabilidad no engendra sanciones


directas, sino que genera consecuencias adversas, como, por ejemplo, la posible
calificación del concurso como culpable, la pérdida de crédito frente a sus acreedores por
recelo en su solvencia, la perpetración de algún delito penal (artículos 290, 310 y 392 del
Código Penal), etc.

Por último, la normativa contable española sufrió un importante y profundo


cambio tras la aprobación de la Ley 16/2007, de 4 de julio, de reforma y adaptación de la
legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional con base en
la normativa de la Unión Europea, cuya finalidad fue ajustarse a los criterios incluidos en
los Reglamentos de la Unión Europea porros que se adoptan las Normas Internacionales
de Información Financiera (NIIF),en aquellos aspectos sustanciales que dichos
Reglamentos regulan con carácter obligatorio.

14
2. LOS LIBROS, SU LEGALIZACIÓN, CONSERVACIÓN Y
EXHIBICIÓN

El Código de Comercio exige la llevanza de dos libros obligatorios para todos los
empresarios: el libro Diario y el libro de Inventarios y Cuentas anuales, ambos de carácter
contable.

El libro Diario registrará día a día las operaciones relativas a la actividad dela
empresa (artículo 28.2 del Código de Comercio). Es un libro que detalla de manera
meticulosa todas y cada una de las operaciones diarias realizadas por el empresario.

El libro de Inventarios y Cuentas anuales se abrirá con el balance inicial detallado


de la empresa. Al menos trimestralmente se transcribirán con sumas y saldos los balances
de comprobación. Se transcribirán también el inventario de cierre del ejercicio y las
cuentas anuales (artículo 28.1 del Código de Comercio).

Junto a estos libros, el Código de Comercio se refiere además a otros que


solamente serán obligatorios para algunos empresarios Así pues, las sociedades
mercantiles llevarán asimismo un libro o libros de actas, en las que reflejarán, al menos,
todos los acuerdos tomados por las juntas generales y especiales y los demás órganos
colegiados de la sociedad (por ejemplo, el consejo de administración), con expresión de
los datos relativos a la convocatoria y a la constitución del órgano, un resumen de los
asuntos debatidos, las intervenciones de las que se haya solicitado constancia, los
acuerdos adoptados y los resultados de las votaciones (artículo 26.1 del Código de
Comercio).

A mayores, las sociedades de responsabilidad limitada llevarán también un libro


registro de socios, en el que se harán constar la titularidad originaria y las sucesivas
transmisiones, voluntarias o forzosas, de las participaciones sociales, así como la
constitución de derechos reales y otros gravámenes sobre las mismas (artículo 104 de la
Ley de Sociedades de Capital).

Por su parte, tanto las sociedades anónimas como las sociedades comanditarias
por acciones harán lo mismo, pero en un libro-registro de acciones nominativas donde
inscribirán las sucesivas transferencias de las acciones, con expresión del nombre,
apellidos, razón o denominación social, en su caso, nacionalidad y domicilio de los

15
sucesivos titulares, así como la constitución de derechos reales y otros gravámenes sobre
aquellas (artículo 116 de la Ley de Sociedades de Capital).

Finalmente, toda sociedad unipersonal, con independencia del tipo societario al


que pertenezca, deberá llevar un libro obligatorio específico en el que se transcribirán los
contratos celebrados entre el socio único y la sociedad (artículo 16.1 de la Ley de
Sociedades de Capital).

Aun así, el empresario además podrá llevar cualesquiera otros libros. En dicho
caso, se trataría de libros potestativos, como, por ejemplo, el libro Mayor que suele ser
comúnmente elaborado para agrupar las operaciones en cuentas separadas.

Estos libros de llevanza voluntaria no necesitan ser legalizados.

Por contra, los libros de llevanza obligatoria deben ser legalizados para evitar su
manipulación y salvaguardar su veracidad. La legalización de libros se realiza, como ya
se ha adelantado al referirnos al Registro Mercantil, por el registro que en función del
domicilio corresponda a cada empresario. Es importante tener claro que cuando el
registrador legaliza un libro no se dedica a comprobar el contenido del mismo, es decir,
a constatar si la contabilidad se ha llevado bien o mal, sino que intenta prevenir la
alteración futura de éstos. Máxime cuando, la contabilidad no prueba por sí misma la
realización de una operación contable.

La llevanza de la contabilidad es asumida por el empresario de forma unilateral,


luego serán los tribunales de justicias quienes deberán constatar el valor probatorio de los
libros obligatorios de contabilidad (artículo 31 del Código de Comercio), es decir,
comprobar que los apuntes contables recogidos se corresponden con las operaciones
realmente ejecutadas.

Según dispone el vigente Reglamento del Registro Mercantil, la legalización


podrá ser tanto a priori, antes de la utilización de los libros, o a posteriori, con
posterioridad a la misma. Los libros obligatorios que se presenten para su legalización
antes de su utilización deberán estar, ya se hallen encuadernados o formados por hojas
móviles, completamente en blanco y sus folios numerados correlativamente (artículo 332
del Reglamento del Registro Mercantil). En cambio, los libros obligatorios formados por
hojas encuadernadas con posterioridad a la realización en ellas de asientos y anotaciones
por cualquier procedimiento idóneo deberán estar encuadernados de modo que no sea

16
posible la sustitución de los folios y deberán tener el primer folio en blanco y los demás
numerados correlativamente y por el orden cronológico que corresponda a los asientos y
anotaciones practicados en ellas.

Los espacios en blanco deberán estar convenientemente anulados (artículo 333 del
Reglamento del Registro Mercantil).

Pese a lo expuesto anteriormente, tras la entrada en vigor de la Ley 14/2013, de


27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internalización, parece que la
legalización telemática a posteriori se ha transformado en obligatoria pese a la vigencia a
sensu contrario que aparentan los mencionados artículos 322 y 333 del Reglamento del
Registro Mercantil. Conforme estipula dicha ley especial, todos los libros que
obligatoriamente deban llevar los empresarios con arreglo a las disposiciones legales
aplicables, incluidos los libros de actas de juntas y demás órganos colegiados, o los libros
registros de socios y de acciones nominativas, se legalizarán telemáticamente en el
Registro Mercantil después de su cumplimentación en soporte electrónico y antes de que
trascurran cuatro meses siguientes a la fecha del cierre del ejercicio (artículo 18 de la Ley
14/2013).

Las sucursales que dispongan de libros propios podrán legalizarlos en el Registro


Mercantil de su domicilio (artículo 337 del Reglamento del Registro Mercantil).

En los supuestos de cambio de domicilio tendrá pleno valor la legalización


efectuada por el Registro de origen (artículo 27.1 del Código de Comercio).

En cualquier caso, el empresario deberá conservar los libros, correspondencia,


documentación y justificantes concernientes a su negocio, debidamente ordenados,
durante seis años, a partir del último asiento realizado en los libros. El cese en el ejercicio
de sus actividades no le exime de este deber, incluso tras su fallecimiento el mismo
recaerá sobre sus herederos. Es más, en la disolución de sociedades, serán sus
liquidadores los obligados (artículo 30 del Código de Comercio).

Finalmente, aunque la contabilidad es secreta y los libros no tienen carácter


público, la comunicación o reconocimiento general de los libros, correspondencia y
demás documentos de los empresarios podrá decretarse, de oficio o a instancia de parte,
en los casos de sucesión universal, concurso de acreedores, liquidaciones de sociedades
o entidades mercantiles, expedientes de regulación de empleo, y cuando los socios o los

17
representantes legales de los trabajadores tengan derecho a su examen directo. Incluso,
podrá también decretarse la exhibición cuando la persona a quien pertenezcan tenga
interés o responsabilidad en el asunto en que proceda la exhibición.

El reconocimiento será parcial y por tanto se centrará exclusivamente a los puntos


que tengan relación con la cuestión de que se trate (artículo 32 del Código de Comercio).
Así pues, la exhibición de libros, documentos y soportes contables de la persona obligada
a llevarlos se podrá solicitar mediante expediente de jurisdicción voluntaria. La
competencia corresponderá al juzgado de lo mercantil del domicilio de la persona
obligada a la exhibición, o del establecimiento a cuya contabilidad se refieran los libros
y documentos de cuya exhibición se trate. En la tramitación de estos expedientes será
preceptiva la intervención de abogado y procurador.

Admitida la solicitud por el secretario judicial, éste citará a una comparecencia


ante el juez a quienes hayan de intervenir en el expediente. El juez resolverá sobre la
solicitud motivadamente en la propia comparecencia. Si se estimare la solicitud, se
ordenará que se pongan de manifiesto los libros y documentos que proceda examinar,
especificando el alcance dela exhibición, requiriendo a tal fin a la persona obligada y
señalando día y hora para la exhibición. La persona obligada a la exhibición tiene el deber
de colaborar y facilitar el acceso a la documentación requerida para que el solicitante
pueda proceder a su examen.

La exhibición se realizará ante el secretario judicial en el domicilio o


establecimiento de la persona obligada a llevar los libros, o mediante su aportación en
soporte informático si así se hubiera acordado, y el solicitante podrá examinar los libros,
documentos o soportes especificados por sí o con la colaboración de los expertos que
haya designado en su solicitud y que el juez haya autorizado, levantándose por el
secretario judicial acta de lo actuado (artículos 112 a 115 de la Ley de Jurisdicción
Voluntaria).

3. LAS CUENTAS ANUALES

Al cierre del ejercicio (normalmente el 31 de diciembre de cada año), el


empresario persona física o jurídica deberá formular las cuentas anuales de su empresa.

18
Las mismas serán formuladas expresando los valores en euros. Deberán ser
redactadas con claridad y mostrar la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera
y de los resultados de la empresa (artículos 34.2 del Código de Comercio y 254 de la Ley
de Sociedades de Capital). Toda sociedad dominante de un grupo de sociedades estará
obligada a formular las cuentas anuales consolidadas (artículo 42 del Código de
Comercio).

Los cinco documentos que componen o comprenden las cuentas anuales son:

El balance, fotografía que se realiza al cierre del ejercicio donde se recoge de


manera estática el activo, el pasivo y el patrimonio neto de la empresa justamente en ese
preciso momento (artículo 35.1 del Código de Comercio).

La cuenta de pérdidas y ganancias, que recoge el resultado del ejercicio, separando


debidamente los ingresos y los gastos imputables al mismo (artículo 35. 2 del Código de
Comercio). El resultado del ejercicio, tras restar a los ingresos generados los gastos
necesarios para su generación, podrá ser o beneficios o pérdidas.

El estado que refleje los cambios en el patrimonio neto del ejercicio (ECPN), que
recopilará los cambios sufridos por este valor contable (artículo 35.3 del Código de
Comercio).

El estado de flujos de efectivo (EFE), que pondrá de manifiesto los cobros y los
pagos realizados por la empresa, con el fin de informar acerca de los movimientos de
efectivo producidos en el ejercicio (artículo 35.4 del Código de Comercio).

El estado de cambios en el patrimonio neto y el estado de flujos de efectivo no


serán obligatorios cuando así lo establezca una disposición legal.

La memoria completará, ampliará y comentará la información contenida en los


otros documentos que integran las cuentas anuales (artículo 35.5 del Código de
Comercio). De hecho, cuando la aplicación de las estipulaciones legales no sea suficiente
para mostrar la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados
de la empresa, se suministrarán en la memoria las informaciones complementarias
precisas para alcanzar ese resultado (artículo 34.3 del Código de Comercio).

Es más, en casos excepcionales, si la aplicación de una disposición legal en


materia de contabilidad fuera incompatible con la imagen fiel que deben proporcionar las
cuentas anuales, tal disposición no será aplicable, y deberá señalarse en la memoria esa
19
falta de aplicación, motivarse suficientemente y explicarse su influencia sobre el
patrimonio, la situación financiera y los resultados de la empresa (artículo 34.4 del Código
de Comercio).

Es de suma importancia tener presente que los anteriores documentos forman una
unidad. Las cuentas anuales son únicas a pesar de la pluralidad de documentos que las
integran. El informe de gestión y el informe de auditoría no forman parte de las cuentas
anuales.

Las cuentas anuales deberán ser firmadas por el propio empresario, si se trata de
persona física; por todos los socios ilimitadamente responsables por las deudas sociales,
si la sociedad es personalista; y por todos los administradores de la sociedad. Los
firmantes responderán de su veracidad. En la antefirma se expresará la fecha en que las
cuentas se hubieran formulado (artículo 37 del Código de Comercio).

4. LA FORMULACIÓN, VERIFICACIÓN Y APROBACIÓN DE LAS


CUENTAS ANUALES DE LAS SOCIEDADES DE CAPITAL

Los administradores de las sociedades capitalistas están obligados a formular, en


el plazo máximo de tres meses contados a partir del cierre del ejercicio social, las cuentas
anuales, el informe de gestión y la propuesta de aplicación del resultado (artículo 253 de
la Ley de Sociedades de Capital).

Podrán formular balance y estado de cambios en el patrimonio neto abreviados las


sociedades que durante dos ejercicios consecutivos reúnan, a la fecha de cierre de cada
uno de ellos, al menos dos de las circunstancias siguientes:

a) que el total de las partidas del activo no supere los cuatro millones de euros;

b) que el importe neto de su cifra anual de negocios no supere los ocho millones
de euros;

c) que el número medio de trabajadores empleados durante el ejercicio no sea


superior a cincuenta. Las sociedades perderán esta facultad si dejan de reunir, durante dos
ejercicios consecutivos, dos de las referidas circunstancias.

Cuando pueda formularse balance en modelo abreviado, el estado de cambios en


el patrimonio neto y el estado de flujos de efectivo no serán obligatorios (artículo 257 de
la Ley de Sociedades de Capital).

20
Podrán formular cuenta de pérdidas y ganancias abreviada las sociedades que
durante dos ejercicios consecutivos reúnan, a la fecha de cierre de cada uno de ellos, al
menos dos de las circunstancias siguientes:

a) que el total de las partidas de activo no supere los once millones cuatrocientos
mil euros;

b) que el importe neto de su cifra anual de negocios no supere los veintidós


millones ochocientos mil euros;

c) que el número medio de trabajadores empleados durante el ejercicio no sea


superior a doscientos cincuenta. Las sociedades perderán la facultad reformular cuenta de
pérdidas y ganancias abreviada si dejan de reunir, durante dos ejercicios consecutivos,
dos de las referidas circunstancias (artículo 258 de la Ley de Sociedades de Capital).

Las sociedades que pueden formular balance abreviado podrán elaborar memoria
abreviada (artículo 261 de la Ley de Sociedades de Capital).

Las cuentas anuales y, en su caso, el informe de gestión deberá ser revisados por
auditor de cuentas. Se exceptúa de esta obligación a las sociedades que durante dos
ejercicios consecutivos reúnan, a la fecha de cierre de cada uno de ellos, al menos dos de
las circunstancias siguientes:

a) Que el total de las partidas del activo no supere los dos millones ochocientos
cincuenta mil euros.

b) Que el importe neto de su cifra anual de negocios no supere los cinco millones
setecientos mil euros.

c) Que el número medio de trabajadores empleados durante el ejercicio no sea


superior a cincuenta.

Las sociedades perderán esta facultad si dejan de reunir, durante dos ejercicios
consecutivos, dos de las circunstancias a que se refiere el párrafo anterior.

En el primer ejercicio social desde su constitución, transformación o fusión, las


sociedades quedan exceptuadas de la obligación de auditarse si reúnen, al cierre de dicho
ejercicio, al menos dos de las tres circunstancias expresadas en el apartado anterior
(artículo 263 de la Ley de Sociedades de Capital).

21
El auditor de cuentas comprobará si las cuentas anuales ofrecen la imagen fiel del
patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la sociedad, así como, en su
caso, la concordancia del informe de gestión con las cuentas anuales del ejercicio (artículo
268 de la Ley de Sociedades de Capital).

Se entenderá por auditoría de cuentas la actividad consistente en la revisión y


verificación de las cuentas anuales, así como de otros estados financieros o documentos
contables, elaborados con arreglo al marco normativo de información financiera que
resulte de aplicación, siempre que dicha actividad tenga por objeto la emisión de un
informe sobre la fiabilidad de dichos documentos que pueda tener efectos frente a terceros
(artículo 1.2 de la Ley de Auditoría de Cuentas).

Los auditores de cuentas emitirán un informe detallado sobre el resultado de su


actuación de conformidad con la normativa reguladora de la actividad de auditoría de
cuentas (artículo 269 de la Ley de Sociedades de Capital).

Del mismo modo, todo empresario vendrá obligado a someter a auditoría las
cuentas anuales ordinarias o consolidadas cuando así lo acuerde el secretario judicial o el
registrador mercantil de su domicilio social si acogen la petición fundada de quien
acredite un interés legítimo. Antes de estimar la solicitud, el secretario judicial o el
registrador mercantil deberán exigir al solicitante que adelante los fondos necesarios para
el pago de la retribución del auditor. La sociedad únicamente podrá oponerse al
nombramiento aportando prueba documental de que no procede el mismo o negando la
legitimación del solicitante (artículo 40 del Código de Comercio).

Tras su verificación, las cuentas anuales se aprobarán por la junta general (artículo
272.1 de la Ley de Sociedades de Capital). La junta general resolverá sobre la aplicación
del resultado del ejercicio de acuerdo con el balance aprobado (artículo 273.1 de la Ley
de Sociedades de Capital).

5. EL DEPÓSITO Y LA PUBLICIDAD DE LAS CUENTAS ANUALES

Como ya se ha expuesto anteriormente, los administradores de sociedades


anónimas, de responsabilidad limitada, comanditarias por acciones y de garantía
recíproca, fondos de pensiones y, en general, cualesquiera otros empresarios que en virtud
de disposiciones vigentes vengan obligados a dar publicidad a sus cuentas anuales

22
presentarán éstas para su depósito en el Registro Mercantil de su domicilio, dentro del
mes siguiente a su aprobación (artículo 365.1 del Reglamento del Registro Mercantil).

En particular, los administradores de las sociedades capitalistas presentarán, para


su depósito en el Registro Mercantil del domicilio social, certificación de los acuerdos de
la junta de socios de aprobación de dichas cuentas, debidamente firmadas, y de aplicación
del resultado, así como, en su caso, de las cuentas consolidadas, a la que se adjuntará un
ejemplar de cada una de ellas. Los administradores presentarán también, el informe de
gestión, si fuera obligatorio, y el informe del auditor, cuando la sociedad esté obligada a
auditoría por una disposición legal o ésta se hubiera acordado a petición de la minoría o
de forma voluntaria y se hubiese inscrito el nombramiento de auditor en el Registro
Mercantil (artículo 279.1 de la Ley de Sociedades de Capital).

Por el contrario, los empresarios persona física no tienen este deber, pudiendo
proceder al depósito si lo estiman oportuno siempre y cuando se encuentren previamente
inscritos (artículo 365.3 del Reglamento del Registro Mercantil). Con todo existe una
excepción, el emprendedor de responsabilidad limitada deberá formular y, en su caso,
someter a auditoría las cuentas anuales correspondientes a su actividad empresarial o
profesional de conformidad con lo previsto para las sociedades unipersonales de
responsabilidad limitada. Así pues, tendrá que depositar sus cuentas anuales en el
Registro Mercantil. De hecho, transcurridos siete meses desde el cierre del ejercicio social
sin que se hayan depositado las cuentas anuales, el emprendedor perderá el beneficio de
la limitación de responsabilidad en relación con las deudas contraídas con posterioridad
al fin de ese plazo. No obstante, recuperará el beneficio en el momento de la presentación
(artículo 11 de la Ley 14/2013).

A los efectos del depósito, deberán presentarse los siguientes documentos:


solicitud firmada por el presentante, certificación del acuerdo del órgano social
competente con firmas legitimadas notarialmente que contenga el acuerdo de aprobación
de las cuentas y de la aplicación del resultado, un ejemplar de las cuentas anuales, un
ejemplar del informe de gestión, un ejemplar del informe delos auditores de cuentas
cuando la sociedad está obligada a verificación contable o cuando se hubiere nombrado
auditor a solicitud de la minoría y certificación acreditativa de que las cuentas depositadas
se corresponden con las auditadas(artículo 366 del Reglamento del Registro Mercantil).

23
Posteriormente, dentro de los tres primeros días hábiles de cada mes, los
registradores mercantiles remitirán al Registrador Mercantil Central una relación
alfabética de las sociedades que hubieran cumplido en debida forma, durante el mes
anterior, la obligación de depósito de las cuentas anuales. Si esa obligación hubiera sido
cumplida fuera del plazo legal, se indicará expresamente en cada caso. La lista será única
por cada Registro Mercantil, cualquiera que sea el número de registradores encargados
del mismo. El Boletín Oficial del Registro Mercantil publicará el anuncio de las
sociedades que hubieran cumplido con la obligación de depósito (artículo 370 del
Reglamento del Registro Mercantil).

Además, cualquier persona podrá obtener información del Registro Mercantil de


las cuentas depositadas (artículo 281 de la Ley de Sociedades de Capital).

24

Vous aimerez peut-être aussi