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ABSTRACT
El siguiente trabajo tiene como finalidad dar cuenta de cómo en la novela El brujo de Álvaro
Bisama, se puede ver un estancamiento en los personajes, producido por la memoria,
mostrando el autor a seres melancólicos y nostálgicos, marcados fuertemente por ambos
conceptos. Y como esto es un reflejo de una sociedad la cual no puede avanzar ya que se
aferra a un pasado trágico. Los espacios son más que paisajes e impregnan a los personajes
de dudas e incertidumbre, que los llevará a la lucha constante para superar los miedos del
pasado, ante un mejor porvenir.
2
INDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN 5
1.Problema 5
2. Hipótesis 8
3. Marco teórico 10
4. Orden de los capítulos 21
CAPITULO I: ÁLVARO BISAMA Y EL CONTEXTO. 22
1.Del golpe de estado a la actualidad, un paso histórico por la narrativa
chilena 22
2. La narrativa de Bisama 26
CAPITULO II: ANALISIS Y COMENTARIOS SOBRE EL BRUJO 35
1. La Novela 35
1.1 Tipos novelas: 38
3. Análisis de la investigación 45
4. Objetividades 46
4.1 Acontecer 46
4.1.1 Memoria, nostalgia y melancolía en el acontecer 49
4.2 Personajes 57
4.2.1 Memoria, nostalgia y melancolía en los personajes 61
4.3 Espacio 67
3
4.3.1 Memoria, nostalgia y melancolía en los espacios. 70
5. Narrador y el plano de la composición 77
5.1 Memoria, nostalgia y melancolía en el narrador. 83
6. Conclusiones finales 87
7. Referencias Bibliográficas 90
I. Bibliografía general 90
II. Álvaro Bisama y el contexto 91
III. Análisis y comentarios sobre El brujo 91
4
INTRODUCCIÓN
1. Problema
La siguiente investigación pretende analizar una de las novelas del autor Álvaro
Bisama, a partir del discurso de la memoria de la cual se desprenden en su narrativa la
nostalgia y la melancolía como hilos conductores que se pueden considerar a lo largo de
toda su prosa. Estos elementos son los que permiten encasillar la narrativa del autor, como
aquella que intenta escapar de la memoria nacional de la dictadura, por medio de una
perspectiva propia e individual que se sitúa en los elementos que la constituyen. Para
1
demostrar lo señalado es que el objeto de estudio en cuestión es El brujo , la obra más
reciente del escritor y de la cual se han desarrollado pocas observaciones en cuanto al tema
que se ha señalado.
1
Bisama, Á. (2016). El brujo. Santiago, Chile. Alfaguara; Todas las referencias utilizadas para este
trabajo saldrán de esta edición.
5
El sujeto que tiene una historia es el que tiene memoria de ella, que puede
recordarla como su historia; el lugar del sujeto de la historia es, pues, el presente.
2
En consecuencia, el sujeto es y no es "su" historia. (Rojas, 2015)
Esto quiere decir, que está narrativa, en especial la del autor Álvaro Bisama, es la del
hombre que siempre rememora, nombra lo pasado, lo vivido cotidianamente, sin grandes
hechos histórico-políticos que sean la acción principal. Mientras este mismo gravita en el
presente; espacio imperceptible para él, ya que, tal como dice el artículo anteriormente
citado, “el sujeto es y “no” es su historia” y esa historia que cuenta en un presente del cual no
es dueño, es lo vivido individualmente.
Ahora bien, al desarrollar una lectura de El brujo ( 2016)y otras novelas como Caja
negra (2006) y Ruido (2012) podemos dar cuenta del constante apego que se tiene al
pasado como una fuerza que siempre está presente, y donde los protagonista o personajes
dentro del relato no pueden dejar de recordar para seguir avanzando. En este sentido, la
principal problemática que se abordara es como los individuos viven ciertas situaciones que
marcaran su infancia y adolescencia atrapándolos una memoria que fluctúa entre la nostalgia
y la melancolía.
Sobre la narrativa de Bisama, se han dado datos que sirven para poder apoyar este
cuestionamiento presentado, ejemplo de aquello es cuando se afirma que sus novelas
exponen temas que son de inmensa importancia para entender, de cierta manera, a la
3
sociedad de hoy en día, como un desechodel pasado (Anabalon, 2016) , es decir como esos
sucesos definieron de tal forma a los individuos que no pudieron ser más que las sobras de
su propio ayer.
De igual manera, podemos ver que esta última novela de Bisama, presenta esta
transición entre dos mundos muy cercanos, pero que a la vez se sienten tan distantes como
lo son la época de la dictadura militar y el Chile contemporáneo donde la mayor parte del
tiempo se tiende a olvidar por miedo a que los fantasmas de ese momento oscuro no vuelvan
2
Rojas, S. (Abril 2015). Profunda superficie: memoria de lo cotidiano en la literatura chilena. Scielo, N°
89, 1. Septiembre 2017, De http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22952015000100012 Base de datos
3
Natalia, A. (2016) en Escribir después del desastre: recuerdo y testimonio en Estrellas Muertas de
Álvaro Bisama. Catedral Tomada.
6
a aparecer. Es el juego de estas dos realidades los que en parte guía la investigación,
además de la incapacidad en la que se encuentran los personajes de sus obras de realmente
avanzar y no simplemente seguir caminando por inercia, aquello “dan cuenta de cómo la
democracia fue sentida y vivida como un fraudulento telón de fondo, donde no hubo ni
4
alegría ni emancipación posible” (Hidalgo, 2013) la fugacidad y potencia con la que
ocurrieron estos hechos son precisamente porque la huella queda tan marcada en la
memoria colectiva, y porque nacen tanto genios melancólicos.
4
Hidalgo, R. (Septiembre 2013). Álvaro Bisama y Alejandro Zambra, “sobre la generación devastada”
por la dictadura. Revista intemperie. Septiembre 2017. De
http:bisama-y-zambra-sobre-la-generacion-devastada-por-la-dictadura-por-rodrigo-hidalgo-po-rodrig
o-hidalgo/ Base de datos.
5
Muñoz, M. (2012) En busca del pueblo perdido: La nostalgia en la literatura urbana moderna.
Bogotá, Colombia.
7
2. Hipótesis
La siguiente investigación tiene como finalidad dar cuenta que en la narrativa de El
brujo existen una serie de acciones que demuestran que tanto sus personajes, tiempos y
lugares presentes, se ven envueltos en la disyuntiva que existe entre una memoria colectiva
que viene en decadencia, y una memoria individual que se construye desde una conciencia
distinta, pero que no se desvincula de dicho contexto, se puede decir en simples palabras,
que en la novela se intenta contar la historia desde una perspectiva propia y no vinculada a
las percepciones colectivas del país, apelando de igual modo al conflicto entre ambas.
Por ello, es que para entender dichos sucesos es que es necesario tomar en cuenta
la memoria como el eje central en el cual se construye esta narrativa, pues es a través de
esta que se formulan las acciones o recuerdos que construyen las características principales
de cada elemento constitutivo de la obra y que se ven impregnados en la mayoría de los
casos por sentimientos de nostalgia y melancolía que resaltan de cada accionar.
Es así, que se puede observar que los mundos en los que se mueven los personajes
están llenos de momentos íntimos que marcan un punto de inflexión entre diferentes
instancias, pero más importante aún el golpe de estado, que permite lo individual,
destruyendo e individualizando la memoria hacia una perspectiva propia.
8
La necesidad de abordar esta novela permitirá comprender alguna de esas nociones,
a través de un análisis enfocado principalmente a los sentimientos a los que se aferra el
protagonista, y a su vez el narrador, el hijo, mostrando en cierta forma esta imagen del
eterno retorno, que es tan invariable dentro del relato.
6
Bienczyk, M. (2014). Melancolía de los que la dicha perdieron y no la hallarán más. Barcelona,
España. Acantilado.
9
3. Marco teórico
En la obra narrativa existen personajes que hilan los sucesos que se exponen dentro
del relato, este juego o vinculación entre personajes, espacios y acciones son los que
permiten al lector poder vislumbrar la intención de una obra, así como también la diversidad
de temas implícitos que pueden habitar en la creación literaria. Es de esta manera, que en la
novela El Brujo (2016), del autor Álvaro Bisama, es posible observar una serie de acciones,
que se sumergen en una disyuntiva donde personajes, espacios y lugares entran en conflicto
con la memoria que subyace de forma explícita dentro de la narración.
Es así, que entendiendo la obra narrativa, como un mundo que intenta decir
intencionadamente algo a otro, es que podemos observar la novela El brujo, bajo tres
conceptos.
10
El primero de los conceptos a analizar es la memoria, puesto que es, como ya ha
sido mencionado, el concepto fundamental que engloba la novela del autor Álvaro Bisama.
Dicho concepto será definido desde una perspectiva etimológica, literaria y social, con el fin
de dar presencia a la esencialidad de este término en la investigación.
Por ello, es que el individuo, para conformar una identidad y personalidad necesita o
debe de manera consciente e inconsciente formarse o desarrollar sus actitudes mediante el
proceso de la memoria. Como menciona Miguel de Unamuno:
7
Real Academia Española. (Septiembre 2017). Memoria. Diccionario de la lengua española (edición
tricentenario). De: http://dle.rae.es/?id=OrlyaVd Base de datos.
8
Unamuno, M. (2013). Del pensamiento trágico de la vida. Madrid, España. Alianza. Pág. 44
11
Para poder situar esta nomenclatura existente entre los hechos personales, acciones
individuales, relaciones con el contexto social e histórico en el que se desenvuelven cada
individuo es necesario definir la memoria desde tres miradas primordiales, que son la
histórica, colectiva e individual.
De ello, es que necesario situar estas tres perspectivas sobre la memoria, bajo el
planteamiento del autor Darío Bentancourt, quien menciona la teoría de Halbwach (1968),
que entiende la memoria histórica como “la reconstrucción de los datos proporcionados por
9
el presente de la vida social y proyectada sobre el pasado reinventado.”
9
Betancourt, D. (2004)lo secreto y lo escondido en la narración y el recuerdo. Bogotá, Colombia. Pág.
129.
10
Ibíd. pág.129.
11
Ibíd.Pág.129.
12
En tercer lugar, la memoria individual es la que se opone (enfrenta) a la memoria
colectiva, es una condición necesaria y suficiente para llamar al reconocimiento de los
recuerdos. Nuestra memoria se ayuda de otras, pero no es suficiente que ellas nos aporten
testimonios.
La investigación considera la idea de nostalgia como una concepción clave que nace
de la memoria, produciendo una constante vuelta al pasado que se ve presente a lo largo de
12
Halbwachs, M. (2004) Memoria colectiva y Memoria Histórica. Zaragoza, España. Universitaria
Zaragoza. Pág. 3.
13
Guach, A. (2011). Arte y Archivo, 1920-2010. Genealogías, tipologías y discontinuidades. Buenos
Aires, Argentina. Akal. Pág. 17.
13
la obra, dando cuenta de la difícil separación que existe entre el pasado y el presente, lo cual
produce que los personajes no puedan dejar aquello que los atormenta atrás.
14
Desde la perspectiva de Mauricio Muñoz
El literario desea aquellos espacios de otra época con nostalgia, como una forma de
humanizar el urbe, ya la forma física no importan, más bien predomina la sensación
que causan aquellas estructura, se intenta eliminar u obviar lo superficial para
hacerlo parte del paisaje, una música de fondo, o un ruido (2013)
Ahora bien, si se realiza una mirada etimológica, es que se puede señalar que en un
comienzo la nostalgia era vista como una enfermedad de carácter mental que se atribuía
principalmente a los soldados, los cuales sufrían ataques de llantos, miedos, insomnio,
taquicardia y principalmente recuerdos obsesivos. Este primer acercamiento al termino fue
desarrollado por el medico suizo Johannes Hofer (1662-1752), fue también quien acuño el
termino de nostalgia del griego nostos que significa retorno y algos que quiere decir dolor.
Este primer acercamiento al término tiene una relevancia mayor cuando hablamos de
memoria y melancolía, puesto que estos tres conceptos evocan al pasado, y a una situación
de dolor o inconformismo con la experiencia actual.
De ahí que Starobinski menciona “Es sabido que existen enfermedades –en especial
enfermedades nerviosas y “morales” (…) que se transmiten porque se habla de ellas. Las
15
palabras inducen esta enfermedad y funciona como un agente contaminante.” (2016) Esta
idea deja claro que al concretizar ciertos conceptos o ideas el ser humano busca en cierta
forma lastimarse, en este caso con el sentimiento de abandono de ese lugar familiar, lo que
14
Muñoz, M. (2013) En busca del pueblo perdido: La nostalgia en la literatura urbana moderna.
Bogotá, Colombia.
15
Starobinski, J. (2016). La tinta de la melancolía. Barcelona, España. Fce. Pág. 206.
14
resaltará en la narrativa, especialmente en los recuerdos de los personajes expuestos por
Bisama.
Desde esta línea, Las investigaciones sobre esta idea seguirían avanzando para
que en 1710 Théodore Zwinger le atribuyera este cambio en el estado de ánimo en los
sujetos como cierta melodía causaba un grado de tristeza en soldados, supuestamente por
este alejamiento de la patria. También Locke y Hutcheson hacen mención sobre un aspecto
similar cuando mencionan que asocian determinadas ideas como fobias o prejuicios a
momentos que marcaron un punto de quiebre para el individuo, aquello impide que la razón
pudiera proceder sanamente.
Queda en evidencia, que todas las teorías mencionadas acerca de este sentimiento
remiten a un aspecto en común, y todas concuerdan en que la nostalgia aparece como un
despertar mediante un elemento externo como lo son las melodías. John Gregory menciona
lo siguiente “Escuchamos con placer la música a la que estamos acostumbrados desde
nuestra juventud quizá porque nos recuerda los días de nuestra inocencia y de nuestra
felicidad”. Aquello es fundamental ya que nos da cuenta de que esta vuelta al pasado se
realiza por la añoranza de los momentos que marcaron partes de la vida, no obstante, al
igual que las melodías, los sonidos, imagen, ruidos pueden despertar esta sensación en el
a melodía, como fragmento del
individuo. A esta última idea es que, Starobinski añade que “L
pasado vivido, afecta nuestros sentidos, porque trae consigo, de manera imaginaria, todas
16
las existencias y todas las imágenes asociadas a las cuales estaba vinculada (2016)” l
Ibíd.Pág. 216.
16
15
La melodía, así como otros elementos externos, pueden hacer aparecer en el
individuo diferentes tipos de recuerdos que por ser de carácter alegre o de gran deseo,
pueden resultar envolvente y ser idealizados, produciendo en la persona breves momentos
en los que vuelve a ese pasado, o ese lugar ideal, pero no satisfaciendo a la persona, esto lo
fastidia y produce el efecto negativo de la nostalgia.
Por ello,es que otra postura que no deja de ser interesante es la que Kant propone
en Anthropogie, mencionando que aquello que el ser nostálgico anhela no es un espacio o
un momento de su juventud, desea toda esa época de inocencia, toda la juventud, un pasado
entero que jamás llegara y que por ende genera en el individuo una fuerte sensación de
incomprensión e incoherencia por aquello que quiere y lo que en realidad puede alcanzar,
aquel sentimiento es tan fuerte que el pasado se vuelve cada vez más parte de él que el
mismo presente.
De igual forma, la nostalgia desde una mirada psiquiátrica contempla que aquellas
personas que padecen de la capacidad de no adaptarse a su contexto social sufren de
nostalgia, ya que no pueden lograr un cambio sustancial de su cotidianidad para moldearse a
las necesidades de la vida moderna. Si bien esta forma de ver la nostalgia se aleja un tanto
de sus raíces, recordemos el nostosy el algos, tienen un punto en común “Por donde se le
mire, esta transformación del concepto y de la terminología implica un cambio en la geografía
17
social.” (Starobinski, 2016)
17
Ibíd. Pág. 208.
18
Braunstein, N. (2011). El goce: un concepto Lacaniano.Buenos Aires, Argentina/ D.F México, México.
Siglo XXI
16
Es así, que el sujeto que presente o se vea inmerso en un momento determinado por
el sentimiento de la nostalgia es que se sentirá conforme al rebobinar aquellos recuerdos de
su pasado que hagan más conforme su presente.
Visto y presentado este abanico de definiciones es que para poder situar este
concepto de nostalgia dentro de la investigación, se considerara la postura de John Gregory,
ya que señala como la persona vive en una añoranza del pasado producido fugazmente por
algún elemento externo, véase sonido, sabor, olor que le permite situarse en ese estado.
Dicho aquello, es que la idea central para realizar el análisis bajo la mirada de la
nostalgia se centra en ver como en los personajes principalmente en el hijo se van dando
ciertas marcas de un ser nostálgico, que paulatinamente lo desenfocan del presente.
17
signos que puede despertar la melancolía. Explicado esto, debemos dar claridad al concepto
de melancolía, para poder dar un sentido exacto, el cual es fundamental para la investigación
y la hipótesis ya expresada.
Por otra parte, Aristóteles añade una característica muy particular a esta
enfermedad. Esta singularidad es el genio. El cual no es provocado sólo por la bilis negra
(atrabilis), sino que a su vez el equilibrio de emociones una parte cálida, feliz, eufórica y
extrovertida, la otra parte siendo fría, taciturna, indiferente pero elocuente. A conjugarse
dichas sensaciones es que se encuentra el ser creador, el hombre genio que, pese a poseer
estas cualidades que podría considerarse patológicas, logra desarrollar a través de una
mirada panorámica un lienzo de la realidad que le tocó vivir, de los momentos que debe
experimentar, del recuerdo y de lo que puede venir.
19
Aristóteles. (2007). El hombre de genio y la melancolía Problema XXX. Barcelona, España.
Acantilado.
18
Bajo esta mirada, la melancolía viste como un mal que solo algunos hombres logran
controlar, y es por la sencilla razón, que esta es vista igual como cualquier otra patología
mental, entendiendo los avances que hoy por hoy existen respecto a los estados psíquicos
del hombre.
Ya en los primeros años del cristianismo, así como en la edad media la melancolía
aún no tiene una categoría propia, y aún sigue siendo un síntoma de otro estado, es este
caso la Acedia, el cual es el mal del hombre perezoso, quien tiene el tiempo para el libre
pensar y el ocio. Claramente, la melancolía, así como en un comienzo, sólo es uno de los
tantos síntomas de alguna otra enfermedad o en el caso de la edad media producto de la
posesión demoniaca y el vivir en pecado.
Por ello, la época moderna, la medicina intentara encontrar un nuevo nombre a los
síntomas y características que se le asocian a la melancolía, dejando así dicha palabra para
el común de las gentes, esto provoca que un sinfín de rasgos sintomáticos se desprendan de
aquel concepto, entendiendo que muchos de esos rasgos llevaran otros nombres como:
esquizofrenia, histeria, etc. De esta forma, la melancolía entrará en un terreno complejo y
subjetivo, sobre lo que engloba su nombre, puesto que aun llevará consigo la imagen de la
tristeza y el desamparo, pero ya no tendrá el estigma de la enfermedad que puede ser
erradicada con algún remedio, puesto que esta pasará a ser un estado, en el cual, cualquier
individuo puede padecer. Y así como puede caer en ese estado, puede salir de este mismo.
Ahora bien, no es hasta comienzos del siglo XX, como ya se ha mencionado, la
melancolía ha perdido todo lo que llevaba consigo respecto de la atrabilis, así como otras
enfermedades patológicas físicas o psíquicas. Al respecto Marías Inés García Canal
menciona:
Freud, por su parte y a principios del siglo XX, define la melancolía por la obstinada
y patológica estrategia de un sujeto que se resiste al necesario e inevitable trabajo
del duelo con el cual podría resignar el objeto perdido y el dolor de su pérdida para
20
abrirse su libido a una nueva búsqueda. (2014)
20
García, M. (Septiembre 2017). El imposible duelo, (Abril 2014). Debate feminista. 20, 19-31, De
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5075342a
19
Como podemos observar, ya en la actualidad la melancolía, tiene un carácter
individual y puede ser vista de manera singular, con sus propios síntomas, es decir esta
aparece en la conducta del ser humano mediante procesos complejos que el individuo está
pasando o que no ha logrado superar, es decir que, el sujeto al no aceptar su perdida, este
se ve impedido de avanzar hacia el futuro. En este caso, es posible evidenciar que producto
del enfrentamiento de la memoria colectiva y la memoria individual, el sujeto se ve
imposibilitado de poder dar un paso a algo nuevo, puesto que ambas memorias y recuerdos
no permiten al ser humano poder dar un duelo u olvido adecuados.
Además, se debe considerar para el análisis los aspectos expuestos en la obra La
21
Anatomía de la novela de René Jara y Fernando Moreno, donde se da cuenta de las
distintas partes que se enfrascan para construir una narración, dentro de esta encontramos
el plano de las objetividades donde se mostrara, explicara y analizarán el acontecer
(acciones y eventos) los personajes y el espacio donde se desarrollan cada uno de los
elementos. Así mismo, se observara el plano del narrador junta a la composición y como
21
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universidad Católica de
Valparaíso. Chile.
20
estos construyen la forma de contar una novela. Por último, en menor medida se utilizara el
plano lingüístico para comprender principalmente el lenguaje poético, ya que El brujo- como
cada constructo artístico- deja entrevé algo más que el habla muestra. Es fundamental
comprender estos aspectos “la forma de una novela, en efecto, no está determinada solo por
las peculiaridades de su lenguaje narrativo (…) sino principalmente por el índole de su
22
estructura.” (Jara & Moreno, 1972, pág. 18)
Los tres conceptos expuestos y definidos, son los necesarios para poder dar la
respuesta exacta, a la hipótesis expresada en esta investigación. Como ya ha sido
explicitado, consideramos que tomar como eje central la idea de memoria, dentro de la
narrativa del autor Álvaro Bisama, permite poder evidenciar los rasgos propios de una voz
literaria, que busca tomar su propio rumbo, donde manifestaciones como la nostalgia y la
melancolía, son los recursos y síntomas propios de este rumbo que aún no tiene definido un
horizonte sólido y fijo dentro de la narrativa contemporánea chilena.
Ibíd. Pág. 18
22
21
con una mirada de la obra en sí, de modo de reseña para que facilite el entendimiento del
análisis en cuestión.
Dicho aquello, es que se puede señalar, que la literatura chilena ha presentado una
serie de cambios en sus últimos 25 años, los que cada vez se ven enmarcados,
políticamente y autodependientes del gobierno que esté de turno. Sin embargo, el comienzo
22
para la forma actual de escribir novelas nace el fatídico día de 1973 el 11 de septiembre. No
es menor considerando que el país paso por una etapa de asilamiento y retroceso tanto
cultural como social, donde los intelectuales y pensadores fueron limitados y asechados por
la censura.
Los escritores de esta época buscan dar cuenta del descontento por ello utilizan
lugares familiares para lograr esa cercanía con el lector,pero a su vez, intenta dar cuenta de
un desapego a la realidad de la época, es decir buscar un escape literario que dé cuenta de
un contexto específico desde el testimonio. Estas obras buscan hablar sobre el destino de
Chile y sobre el destino de una vida colectiva después de 1973. Entre las obras de este tipo,
cabe destacar Una especie de memoria, de Fernando Alegría; El Libro Negro de la
Intervención Norteamericana en Chile, de Armando Uribe y Diario del doble exilio de Osvaldo
Rodríguez
La idea anterior, es retomada en la obra de Álvaro Bisama, El brujo donde se puede
ver como el autor da cuenta de un espacio de tiempo específico, pero no es la medula
central de la obra, sino que más bien, es una forma de ver como un individuo se ve atrapado
en la memoria que está en disputa bajo el alejamiento de los recuerdos vividos en el golpe
de estado.
23
Calderón, T. (1994). Revista de Humanidades: La literatura chilena en los últimos veinte años. N° 2.
Santiago, Chile.
23
Es de este modo, que de forma similar, dentro de este periodo, nacen otros estilos
literarios como la poesía surgida de la integración de las culturas indígenas y regionales con
las de origen europeo la que sentencia la marginalidad de los grupos étnicos, al poner en
evidencia las discriminaciones y genocidios, las diferencias y explotaciones.
De manera similar, surge la literatura en prisiones muy importante del periodo dando
cuenta de testimonios de los diferentes campos de concentración o lugares de encierro en lo
que se expuso a mayor parte de los ciudadanos durante la dictadura. Otro discurso
característico del período, es el de testimonio de la contingencia, que constituye la actividad
literaria como una forma más de resistencia, en este caso cultural, al discurso ideológico del
gobierno militar, siendo uno de los que tomaría más fuerza y haría más eco en las
generaciones venideras tomando como estandarte esta lucha en contra de la opresión del
gobierno, generando una constante critica a los acontecimientos producidos por aquellos
años y a su vez un retorno de la memoria a los momentos traumáticos del pasado. A dicho
periodo pueden ser situadas obras como Tejas verdes (1978) de Hernán Valdés, sobre los
campos de concentración y tortura en Chile; Genocidio en Chile de Carlos Cerda y Prisión en
Chile (1975) de Alejandro Witker.
No obstantes, no todos los autores escribieron desde afuera del país o entre sus
rejas, grandes personalidades como Nicanor Parra, Eduardo Anguita, Enrique Lihn, Manuel
Silva Acevedo y Jaime Quezada continuaron produciendo su trabajo pese a las dificultades
de la época, pero dieron cuenta, junto a los estilos anteriormente mencionados, que la
literatura chilena aún tenía cosas por decir y es debido a esta amalgamación de estilos más
la crisis que vivía el país, que se logró generar conciencia para ir hacia una forma de
componer novelas, dicha conciencia es la nueva narrativa chilena.
24
Emerson Tropa. (1999). La nueva narrativa chilena: otro intento de aproximación. Documentos
Lingüísticos y Literarios 22: 61-65. De
http://www.humanidades.uach.cl/documentos_linguisticos/document.php?id=406
24
falsa rebeldía. Segundo, el paso a la democracia dio cuenta de un boom de publicaciones
que fueron respondidos con un interés por leer estas nuevas obras, pero esto sirvió también
para dar cuenta de las diferencias grupales acentuando más la división entre los ciudadanos
que fue producida por el golpe de estado. En esta segunda etapa aparecen novelas más
preocupadas por desentrañar de la trama el nuevo lenguaje adquirido en el exilio. Son obras
más metafóricas y alusivas, como Viudas (1987) de Ariel Dorfmann, No pasó nada y otros
relatos (1985) de Antonio Skármeta, Frente a un hombre armado (1981) de Mauricio
Wacquez o Casa de campo (1978) de José Donoso. A fines de los años setenta y
comienzos de los ochenta, van llegando a Chile, de mano en mano, también libros de
poesía editados en el exilio, como La ciudad de Gonzalo Millán, Ínsulas flotantes de Omar
Lara, El puente oculto de Waldo Rojas, Notas para una contribución a un estudio
materialista sobre los hermosos y horripilantes hechos de la (cabrona) tensa calma (1983)
de Mauricio Redolés y Oscuro (1978) de Gonzalo Rojas
De lo señalado, es que podemos ver que ambos momentos dan cuenta de forma
global lo que sería esta nueva narrativa, dando lugar a experimentos narrativos que estaría
más cerca tanto de la vanguardia como de la poesía, dándole prioridad a las reflexiones
profundas, novelas históricas que quieren dar cuentas de su verdad en ciertos
acontecimientos y personas de relevancia nacional, es decir una nueva novela histórica
propia del narrador. Esta idea queda suscrita en las palabras de Pilar García cuando
menciona lo siguiente:
Por un lado, la referencia a algún momento histórico que sea discernible, indicado
por la representación de una época, la incorporación de un acontecimiento
(“histórico”) como eje articulador, como telón de fondo o como elemento incidental, o
la acción novelesca de un personaje histórico de mayor o menor importancia; por
otro, los modos en que la novela se vincula tanto con su contexto como con las
modalidades históricas que incorpora explícita o implícitamente y que, a su vez,
tienen que ver con los grados de relación que la novela establece con los contextos
25
históricos-sociales inmediatos, los cuales decantan en los contenidos que la forma
25
novelesca puede catalizar, filtrar o reciclar. (García, 2015)
Ahora bien, la nueva narrativa chilena puede ser considerada un macro movimiento
que dura hasta la actualidad, y si bien algunas de sus características se mantienen otras se
van agregando, ejemplo de aquello es la fuerte introducción de obras mapuches o de
carácter como la literatura homosexual. Todo aquello tiene que ver con el cambio de siglo, lo
que significó un cambio de mentalidad producido en parte por la hiper-conectividad que
existe donde cada individuo tiene una opinión y diversos métodos por los cuales se puede
hacer escuchar. Con ello también llegan nuevos autores que buscan revisar su infancia y
adolescencia lo que lleva consigo una pasada histórica por la realidad chilena de cada
autor.Nace una vuelta de la memoria marcada por la dictadura y también, por momentos, un
intento de hacer justicia. Pero al igual que estas novelas ven al pasado, buscan enseñar los
conflictos del presente, mostrando los problemas que gravitan en la sociedad e intentando
mostrar como la historia es en parte regresiva y los erros del ayer pueden ser los del hoy, lo
que conlleva a las nuevas generaciones a reescribir el pasado desde una experiencia propia
que busca lo progresivo.
2. La narrativa de Bisama
Dicho lo anterior, las obras de Álvaro Bisama muestran en su repertorio una
constante vuelta al pasado, como se ve en el ya mencionado El brujo pero también como se
ve en Ruido donde el golpe militar resonaba levemente en aquel pueblito entre las montañas,
donde incluso Pinochet era visto casi como un anciano más que no imponía ningún respeto,
Universitaria.
26
el autor hace una vuelta a la historia mostrando la realidad de la mayoría de chilenos que
pese al conflicto del momento debían seguir con su vida de igual manera.
Ahora bien, la literatura de Bisama tiene un comienzo que va ligado más bien a una
escritura menos convencional de la que hemos explicado, en sus primeros momentos se
l cual se caracteriza por la exaltación
consideró al autor parte del movimiento Freak Power e
de lo grotesco, la muerte, lo sobrenatural, los fenómenos, etc. y espacios oscuros,
desolados, imposibles o que dan cuenta de cierta repugnancia. Es decir, este movimiento
busca mostrar extremos retorcidos, mundos desquiciados como lo diría el mismo Bisama, en
este apartado entran sus novelas Caja negra y Música marciana obras donde por capítulos
los personajes, trama y acontecimientos cambian, no hay una línea concreta y los espacios
son adornos en estas extrañas realidades.
Hay una transición que puede observarse dentro de la creación literaria de Álvaro
Bisama (enfocándonos solamente en su trabajo como novelista y cuentista). Estatransición
permite evidenciar no sólo la madurez de un autor, en este caso la del novelista Álvaro
Bisama, sino que permite vislumbrar la sensibilidad de una generación, la que se halla en el
complejo terreno de concretar una identidad. Ya que como se mencionó en párrafos
anteriores, el golpe de estado y su posterior obligado gobierno, desprendieron al país de
cultura e identidad, dejando así a la sociedad con un vacío identitario, que aún hoy en día no
es posible de llenar y conformar en su totalidad. Es de esta manera, que el comienzo del
trabajo novelístico de Álvaro Bisama, circula por los espacios comunes de la cultura pop,
donde el gran escenario de un relato no es un país y sus sucesos, sino más bien, es el
mundo de abajo, el de los inadaptados, el de la generación que se buscó callar mediante el
aparato del espectáculo, donde un infinito de acontecimientos que no tenían un real vínculo
27
con lo que sucedía en la historia y su conflicto ideológico a nivel país era lo que reinaba en la
memoria colectiva de los jóvenes nacidos en dictadura, es por ello, que las primeras obras
de Álvaro Bisama, plasman esa identidad creada de los desechos que un régimen entregó
como cultura y constructo social. Referencias propias de imágenes televisivas y personajes
que caminan entre un país sin identidad, entonces sin un espacio que poder nombrar dentro
de esas primeras novelas.
28
cuentan este paso por el mundo con el cansancio mismo del ser arrojado sin un ojo histórico
que le permita un orden acogedor para vivir. Es de esta manera, que obras como:
Ruido (2012), novela que utiliza como telón de fondo, la historia de Miguel Ángel, el
vidente de Casa Blanca, para que un narrador incorpóreo, relate la existencia de
adolescentes que viven lo propio de una edad sin consciencia del entorno y que sólo
perciben el mundo a través de los juegos propios de la juventud. Sin sentir la presión de un
conflicto político a su alrededor.
Y su última novela, El Brujo (2016), obra que será abordada en profundidad más
adelante en esta investigación.
Nos permite evidenciar, este nuevo enfoqué dentro de la narrativa del escritor Álvaro
Bisama, donde los espacios se limpian de los desechos del desorden carente de sentido de
la cultura pop y sus personajes ya no se ven perdidos en el mundo de la identidad del
espectáculo, sino más bien, su tristeza recae en este cúmulo de experiencia impuesta por
sucesos más grandes que ellos mismos.
3. El brujo y su construcción
29
experimenta con la construcción del texto, mostrando múltiples realidades que de diferente
manera presentan una conexión las unas con las otras, aquello se ve en sus primeras obras,
específicamente en Caja negra ( 2006) música marciana (2008) y estrellas muertas ( 2010).
No obstante, con Ruido (2012) ya se comenzaba a ver una forma más tradicional de
l cual deja de lado
estructurar una novela, hasta el punto que llegamos con El brujo (2016) e
las múltiples historias, la excentricidad y volatilidad de su narrativa para entregar una obra
que se compone de tres momentos claves, que de manera casi lineal, convergen en una
historia que resalta por sus sensaciones de incierto y emociones nebulosas, no por su
construcción. Aquello es posiblemente lo que el autor buscaba, contar algo que comenzó
como un paisaje abstracto donde la principal figura que inicio todo era la de un gato, y que
repercutiría en la construcción de una historia de vida.
Sobre lo que quería del contexto escogido, el autor comenta en una entrevista:
La vida de un hombre que abandona todo. Un crimen. Un hombre devorado por sus
imágenes. El paisaje como una especie de amplificador de la violencia. Un crimen
sordo. El murmullo del mar. El frío. Un mapa de la violencia. Las voces de padres e
hijos a la deriva frente al paisaje. (Bisama, 2016)
Como se mencionó anteriormente, esta novela nos presenta una estructura simple
donde las acciones son abordado desde diferentes perspectivas, primero por un narrador hijo
y luego por el padre, y entre medio están Nora y Mónica que narran su experiencia. Es
debido a este juego de perspectiva que se manifiesta una sensación de misterio; ya que
como cualquier persona, cada uno tiene su punto de vista sobre un asunto, por ello esta
novela nos muestra un cambio de narrador que zigzaguea entre personaje, los cuales,
entregan su punto de vista acerca de lo que ocurre a su alrededor. Aquello se logra gracias a
que hay un constante manejo del narrador protagonista y narrador personaje, ambos tienen
conocimientos relativo, incluso el padre no está del todo seguro porqué lo siguen, ninguno
conoce toda la verdad y ninguno la conocerá, ni siquiera los lectores.
Ahora bien, El brujo es una novela que se presenta una estructura externa de tres
capítulos o episodios, el primero comienza con una frase del hijo que da a entender desde el
comienzo que se nos contara parte de una historia intricada en la que se desenvolverán los
personajes, principalmente la figura del padre y la relación entre este con su hijo, relación
que comienza con una de las tradiciones más antiguas, nombrar al primogénito con el
nombre del padre, lo interesante de aquello es que los nombres quedan en el incognito,
como un recordatorio de que esta es una de las tantas historias sin nombres que quedan
registradas en las memorias personales de los individuos.
Continuando, el capítulo uno nos narra, a través de la voz de hijo, como sus padres se
conocieron y formaron otra de las muchas familias disfuncionales fruto del amor precoz, que
si bien termino con ambos separados, mantienen una amistad honesta. El padre continua
26
Pligia, R. (2007). el arte de narrar. Universum, n° 22, 343 - 348. Septiembre 2017, De
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-23762007000100021 Base de datos.
31
una vida llena de bajas, que solo empeoran cuando toma el trabajo de fotógrafo, que como
una ironía de su profesión, lo marco en lo que sería una imagen de un momento, de una
sensación, que lo marcaría, no solo a él, sino a que también a su círculo cercano.
(…) estaba la adrenalina. El riesgo. El momento en que su ojo dejaba de ser su ojo
y su brazo y su cerebro actuaban de modo mecánico, porque identificaban el
momento, avanzando o retrocediendo en el tiempo para capturar algo inasible que
solo él y sus amigos podían identificar entre la masa. Porque estaban locos
27
(Bisama, 2016)
Debido a la adicción que le producía el peligro, este lo llevo a ser marcado como una
de las tantas víctimas de la dictadura, despojado de su voluntad rebajándolo a ser perdido en
el tiempo. Los distintos traumas lo llevan a aislarse en Chiloé, el cual marcaría el fin de su
vida como ser de este plano existencial.
El capítulo dos comienza con la promesa de que ahora sabremos lo que se esconde
detrás de todo el misterio, sin embargo este apartado sirve como la transición de dos
mundos, un puente que une la realidad del padre con la del hijo. Se nos cuenta como él se
entera del paradero de su progenitor a través de un pedazo de historia que fue fundamental
para mantener en la realidad por un tiempo al padre, hablamos de la profesora Nora, una de
los últimos vestigios de esperanzan el alma del papá. Lo que seguiría sería el viaje del hijo
para encontrarse con aquel que había desaparecido sin dejar rastros, solo recuerdos y
memorias melancólicas y nostálgicas. Este viaje lo lleva al fin del mundo, un lugar alejado de
la civilización, un lugar donde solo hombres que lo perdieron todo pueden soportar, el único
sitio donde pueden tener paz. “la isla estaba llena de gente sin historia, que huía para
28
borrarse, para desaparecer, para ser otro”
Por último, el capítulo tres es narrado por el padre y cuenta el proceso por el que
paso para llegar a la isla donde se encuentra y en donde“Los fantasma me seguirían a
cualquier parte. Aquí estaban controlados. El paisaje solo acallaba el ruido, el paisaje solo
29
los volvía más sordos, más lejanos” por ello la historia es un constante sube y baja de
27
Bisama, Á. (2016) El Brujo. S antiago, Chile. Alfaguara. Pág. 22
28
Ibíd.
29
Ibíd.
32
emociones, el cual en parte comienza con su romance con Nora, la cual fue de ayuda para
que el padre se perdiera más en este mundo, esto solo se amplifica cuando llega a su casa
un recuerdo de su pasado tan potente que es casi como una manifestación de su memoria,
un producto de su imposibilidad para desligarse de su pasado, la mujer de la fotografía que
marco la cicatriz que lo llevo a Chiloé. Sin embargo, ella también quedo marcada y debido a
aquello comparte un vínculo de memorias dolorosas pero que como Nora seria fugaz pero
implacable. Este capítulo termina con la persecución del padre por dos agentes que intentan
acabar con la vida del gato, lo que significaría perder una parte de su hijo. En esta última
parte se ve un poco la antigua narrativa de Bisama con elementos más descabellados pero
con una inquietante sensación de presión que lo diferencia de sus otras novelas.
La obra de Bisama utiliza una estructura fácil de abordary una narración que se
enfoca en las sensaciones, pero ambas partes de la obra son complejizadas por los
personajes y su rol en la evolución de la trama, principalmente la figura del padre y el hijo.
Ambos son los pilares fundamentales de la narración, con aquellos personajes se nos
muestra el choque de dos mundo muy cercano el uno del otro que comparten la
imposibilidad de avanzar aunque por fuera demuestre lo contrario. Por un lado, tenemos al
padre atormentado por la dictadura, algunas malas decisiones y los tiempos violentos que
avanzan con igual fuerza, por el otro lado está el hijo quien sufre de otra manera, por la
ausencia del padre, no tanto de manera física al comienzo pero si metal y espiritual, este
siente el vacío de no tener a al ser que te guía en tus primeros pasos.
Incluso cuando estaban juntos no era así, el joven busca lo que el viejo ya
experimento pero el padre no puede despegarse de su pasado para estar en el presente con
su hijo y advertirle lo que el futuro puede traer.
30
Ibíd.
33
Uno de los personajes que es fundamental para comprender el lazo entre el padre y
el hijo es el gato, copito no solo es el último vestigio de humanidad es la conexión que
mantenía con su primogénito, aquel ser es lo que termina por detonar el escape del padre a
otro mundo, lo cual va en concordancia con aquel animal misterioso augurio de mala suerte
en algunos casos. Esto claro resuena con la intervención de los que podríamos considerar
antagonista de la historia, los agentes Urbina y García, son las figuras que de entre la niebla
salen a perseguir al protagonista para llevarlo al borde de la locura.
Además, tenemos personajes que siendo secundarios sirven para dar cuenta que
tan roto está el padre, como lo son la madre que lo acompaña y es de las que se da cuenta
en un comienzo de los destrozado que está, al igual que ella, Nora funciona como una nueva
oportunidad de vivir, pero termina repitiéndose la historia, ambas le dan las pautas al hijo
para dar cuenta de lo dificultoso que es comprender a su padre, que el quedo marcado hace
mucho tiempo y que aquello sería difícil sino imposible de quitar.
Por otro lado, los espacios en los que se desenvuelven los personajes se mueven
entre los planos físicos y psicológicos, teniendo impacto directo uno sobre el otro. Se debe
tomar en cuenta que los lugares por donde se movía el padre era constantemente cargados
de violencia, destrucción y violaciones a los derechos humanos, toda esa carga negativa se
ve presente en la psiquis del padre y en como este se relaciona con su entorno, dando una
clara visión de un paisaje psicológico muy pesado con oscuridad. Aquello se ve potenciado
cuando se cambian las turbulenta calles de Santiago por el misterioso y boscoso entorno de
Chiloé, donde el estar encerrado en una isla puede ser una acción que pase la cuenta, ya
que al presentársele problemas no hay lugar aparente donde huir. No obstante cabe señalar,
que cuando se trata del hijo los paisajes cobran un sentimiento diferente cargados de
inocencia y esperanza, aquel es otro de los contraste que se genera entre él y su padre, esto
se debe a que la conciencia que se tiene sobre el tiempo que se vive es diferente y lo que
para el padre fue una pesadilla constante, para el hijo fue su infancia y donde experimento
otra perspectiva de la vida, sin dejar de ver de reojo a su progenitor.
Con respecto al tiempo, este se construye a través del racconto, desde un comienzo
se alude al pasado para construir el presente, no hay un acercamiento al futuro, solo una
construcción de lo que fue y como cada personaje fue marcado por aquel momento. El uso
34
del pasado es fundamental para la investigación ya que es gracias a este tiempo que nace,
primero la memoria y segundo la melancolía con la nostalgia. No podemos hablar de estos
momentos sin mencionar las sensaciones que brotan del tiempo, y son aquellas en las que
centra esta investigación, considerando la memoria, nostalgia y melancolía como partes de
un tiempo pasado, donde confluyen los dos personajes principales y los espacios tanto
físicos como psicológicos, para dar forma al presente donde termina la obra, donde padre e
hijo concretan sus asuntos.
35
CAPITULO II: ANALISIS Y COMENTARIOS SOBRE EL BRUJO
1. La Novela
En la investigación que se lleva a cabo, se ha predispuesto realizar una lectura
analítica de la novela El Brujo de Álvaro Bisama, es por ello que se torna fuertemente
relevante, establecer de forma anticipada los conceptos que componen el marco teórico
dentro de la estructura de dicha obra. Detenerse bajo la mirada de la novela como género y
como se puede vincular esta, con el mundo que está representado de forma clara en la obra
de Bisama.
31
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso.
Refiriéndose a la idea de Wolfgang Kayser en Interpretación y análisis de la obra literaria. Pág. 15-16.
36
En primera instancia, desde una mirada actual Luckás, advierte que la novela es un
género épico distinto a la epopeya y el cuento, ya que existe una “ruptura entre el héroe y el
32
mundo” (Goldmann, 1975) , lo que se debe principalmente porque esta nueva forma
narrativa busca valores auténticos. La sociedad se torna individualista, ya que los valores
predispuestos en tiempos pasados no son congruentes con la vida actual lo que lleva al
sujeto la soledad y los predispone a efectuar una búsqueda constante de ellos en un
universo social y económico que han sido modificados bajo la producción de mercado, es
decir el hombre no otorga valor a la cualidad de un producto ni el tiempo y forma en que se
producen las cosas ya que todo es respaldado por una mirada cuantitativa. Estas
características y rupturas en la nueva forma de evidenciar la vida llevan al hombre a crear
valores degradados que serán parte fundamental de la narrativa moderna, pues si
consideramos la hipótesis de Goldmann la novela es “la trasposición al plano literario de la
33
vida cotidiana en la sociedad individualista nacida en la producción para el mercado” (1975)
Ahora bien, la novela actual o postmoderna, se haya dentro del marco del presente y
aún de igual forma que lo mencionado en el párrafo anterior, su definición no puede ser
exacta, sin embargo, ciertos rasgos son visibles para el lector. Dentro de su característica
principal se halla la hibridez que conforma su cuerpo, ya que se ha desprendido de los
cánones típicos de la gestación literaria y toma como suyo las diversas formas estructurales
para generar un relato. Lamentablemente esta prestación de diversos medios y formas para
crear un relato, lo lleva a la creación de un relato fragmentario, donde el tiempo tiende a
difuminarse entre la ficción y hechos reales que no son precisamente de conocimiento
general.
32
Goldmann, L. (1975). Para una sociología de la novela. Madrid, España. Ayuso.
Ibíd. Pág. 24
33
37
de crónica, junto con la nota propia de la reseña de cine. Estas maneras y prestaciones
buscan encontrar la identidad de la novela actual.
Por ello, es que si nos referimos a su forma es que bajo las palabras de Moreno y
Jara que la novela “Es el producto literario indócil a los esquemas genéricos” (Jara &
34
Moreno, 1972) lo que reafirma no hay una estructura rígida que encasille su forma y
contenido pues presenta y se constituye de elementos que la hacen más bien una estructura
hibrida.
Ahora bien, La novela a partir del lenguaje que la funda “es una instauración de una
realidad independiente y soberana; ella crea ilusión de una vida que se desarrolla
positivamente ante nosotros. No es una mera copia de la vida, sino que imita su actividad
35
creadora en el más alto sentido de la mimesis aristotélica” (Jara & Moreno, 1972) . Esto
solo es posible por medio del lenguaje que se utiliza ya que el de la novela es distinto en el
sentido que se requiere de un hablante que encarna la voluntad constructiva de un autor.
Dicha vida encarnada por medio del hablante pese a que provienen de un contexto en donde
se incluye autor y lector, que pueden o no estar incorporados, subyacen de la realidad en el
36
momento en que se conciben al “Hablante- mundo- lector” como seres ficticios. Estos tres
elementos funcionan como el constructo lingüístico del autor real y con ello se cumplen la
función u objetivo de poder concretizar o reflejar la realidad universal y la del hombre.
Señalado lo anterior, es que sumamente importante que bajo los parámetros de esta
investigación se genere una lectura analítica de la novela El brujo considerando los aspectos
ya señalados sobre las novelas, pero principalmente centrándose en elementos constitutivos
de la obra como lo son el narrador, el acontecer, el espacio de la acción y lo personajes cuya
estructuración y disposición permitirá establecer la relación e intención que subyace de ellos,
pues es necesario descubrir de donde proviene la coherencia entre los elementos
constitutivos de la novela ya que estos elementos a analizar son la unidad principal que
conforman la obra. La lectura ya mencionada se hará en primera instancia por medio de la
definición de los tres tipos de novelas presentadas en la obra de Jara y Moreno, que son la
de novela de personajes, espacio y acontecer, para determinar en un primer lugar a cuál de
34
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso. Pág.
16-17.
35
Ibíd. Pág. 16.
36
Ibíd. Pág. 17.
38
esta subyace la novela a analizar, o si presenta características que incorporan recursos de
los tres tipos ya mencionados.
37
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso.
Citando a Wolfgang Kayser. pp.480 ss.
38
Ibíd. Pág. 77.
39
Ibíd. Pág. 80.
39
se destaca o presenta como eje principal en el desenlace de las acciones, es decir ciertos
aspectos o características conducen al lector al fin de estas.
Es por ello, por lo que es primordial determinar que los espacios presentados en este
tipo de novelas no son más que un escenario propicio y necesario para el acontecer y que de
igual modo en el desarrollo de la historia los límites geográficos se borran, ya que los
personajes pueden viajar de un lado a otro borrando los límites, pudiendo moverse de un
lugar a otro sin dificultad, de ahí es que el tiempo que se emplea no se toma en cuenta.
También se conciben la novela del acontecer como la forma básica de la novela policiaca
tradicional, en ella los personajes, están configurados de acuerdo con los acontecimientos,
en la medida en que solo importa el descubrimiento del enigma provocado por el
desconocimiento de la identidad del asesino.
La narrativa del capítulo tres de El Brujo, toma prestaciones del recurso discursivo de
la novela de acontecimiento, para dar forma al extraño crimen que el padre del protagonista
comete, ya que los personajes van siendo guiados en su actuar en base al esclarecimiento
de los sucesos acontecidos, en este caso la extraña muerte de unas aves que se encuentran
en la cabaña donde esta pernocta. Los espacios, así como los misteriosos funcionarios que
aparecen para buscar respuesta van acomodándose a las exigencias propias que pide el
desenlace, el que ya busca ser respondido en la última parte del capítulo 1.
40
Me pregunte qué había pasado. Traté de pensar en la secuencia de
acontecimientos que había llevado a la muerte de esos hombres. Me pregunte por
40
sus rostros. Me pregunte donde carajo estaba mi padre. (2016)
La reflexión del hijo, respecto a los dos cuerpos encontrados en la casa de su padre,
y la desaparición de este, evocan los aspectos comunes de la novela de acontecimiento, en
la cual los personajes y los escenarios son transformados en beneficio del o los
acontecimientos que exigen ser resueltos.
La memoria sirve como una forma en que el hijo cuenta lo sucedido y es el automóvil
que lleva al padre a un estado melancolía constante, aquello son los causantes emocionales
que llevaron al declive mental y previo autoexilio del padre, y es la forma narrativa utilizada
para dar coherencia a la trama. Desde el punto de vista de la novela de acontecimiento se
puede apreciar un acercamiento a esta ya que el hijo construye el pasado para poder dar
cuenta de cómo se llegó al punto donde ambos pueden mirar atrás sin la melancolía y quizás
con un poco nostalgia, superando las adversidades específicas que tuvieron que suceder
40
Bisama, A. (2016). El Brujo, Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 68.
41
Ibíd. Pág. 78.
42
Ibíd. Pág. 119.
41
divididas en tres partes las cuales sirven como pistas acerca de lo que sucedería, tarde o
temprano el padre tendría que irse del mundo como muchos otros de sus contemporáneos.
Para ello, es que Kayser propone dos subniveles la evolutiva y de formación, por su
parte Jara y Moreno, entregan una tercera opción que se vincula directamente con el
personaje y su interioridad, la novela personal. Para generar una concepción global de los
aspectos fundamental de dichas clasificaciones, es que se desglosaran las cualidades
principales de cada uno de los tipos de novela ya mencionados, con el fin de clarificar cuál o
cuáles funcionan para el análisis de El brujo.
42
43
Deseé que mi padre no hubiera aparecido.” (Bisama, 2016) Sin embargo es algo inevitable
y que probablemente cambie su configuración de la realidad.
Tercero, si bien se dio cuenta de dos tipos de novelas que son significativas para la
configuración de los personajes principales, es fundamental considerar la novela personal
como una estructura centrada en el cuestionamiento del mundo. En este tipo de artilugio
tanto el padre como el hijo pueden ser configuradores de esta novela, ya que ambos se
cuestionan la realidad que les tocó vivir, uno ligado a los disturbios de la dictadura y el otro a
los conflictos de una vida cotidiana con reflejos de la vida del padre. “El mundo se organiza
en torno al cuestionamiento del propio ser y la existencia por parte del mismo individuo.”
46
(Jara & Moreno, 1972)
43
Ibíd. Pág. 114.
44
Ibíd. Pág. 223.
45
Ibíd. Pág. 223.
46
Jara, R & Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso.
Pág. 83
43
sensoriales que las otras son limitadas. Sin embargo es necesario volver a mencionar que
considerando la hibrides de las novelas, todo los aspecto señalados son útiles y sin lugar a
duda presentaran, en mayor o menor medida, una forma de componer la novela
contemporánea.
La novela del espacio se caracteriza por la exposición del mundo y sus múltiples
universos, en palabras de René Jara y Fernando Moreno, “El espacio es concebido como
47
elemento generador y dominante” (Jara & Moreno, 1972) . Los acontecimientos, así como
sus personajes se configuran a partir de este. Dentro de este tipo de novela se busca
representar el mundo contemporáneo y ser el reflejo de la sociedad del presente, tiende a
enmarcarse en un grupo social específico, ya que este se ajusta a las estructuras propias de
una época.
En la novela El Brujo, del autor Álvaro Bisama, se vislumbra el rasgo conflictivo que
lleva consigo la novela de espacios, puesto que los escenarios generales de la obra son: El
Chile en dictadura, el cual lleva al personaje del padre, a tener que regirse por una fuerza
mayor, que es la de un Chile en conflicto político, que lleva a este (el padre) a buscar
diversas formas de poder mantenerse a flote dentro de un mundo que cada vez se hace más
inhóspito. Y por otra parte, El Chile, post dictadura o en palabras simples, el Chile de hoy,
que arrastra consigo los dilemas de una herida que aún se encuentra latente en la memoria
de la sociedad, y aun que este pretenda desprenderse de esta, esa fuerza gravitatoria de la
memoria colectiva lo lleva a la huida de su propia huella en el mundo.
Ibíd. P.84
47
44
El brujo no puede ser considerado una novela de espacio pues no se concentra en
un contexto específico, este fluctúa constantemente entre dos realidades de las cuales saca
provecho para construir a los personajes y su papel en el misterio de la obra. Los espacios,
como se mencionó, son paisajes de fondo que atrapan al protagonista, pero que es debido a
si mismo que no se puede apartar de aquello, ya que este transporta sus fantasma en la
psiquis. No obstante, con esto no se quiere ningunear los espacios ya que forman parte de la
formación del personaje, pero se considera que este ocupa el lugar inferior al momento de
enumerar los tres tipos de novela y su presencia en la novela de Bisama en comparación a
los acontecimientos y los personajes.
45
3. Análisis de la investigación
El análisis de esta investigación se llevará a cabo bajo la mirada de Moreno y Jara,
que nos presentan tres planos primordiales para entender la novela. “El primero es el de las
objetividades que incluye el acontecer, el espacio y los personajes; según sea el predominio
de uno de estos tres aspectos sobre los demás, puede determinarse en ciertos casos la
48
modalidad genérica de la obra” (Jara & Moreno, 1972)
48
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso. Pág.
24
46
y el narrador ficticio, considerando las características y manifestaciones con las que se
incluye desde una perspectiva integradora a un lector virtual o ideal.
4. Objetividades
Para llevar a cabo el análisis de la investigación o poder determinar de qué forma es
posible realizar una lectura desde la memoria, la nostalgia y la melancolía en la obra de
Álvaro Bisama, es necesario, reconocer los elementos que constituyen dicha obra, los cuales
desde la perspectiva de Jara y Moreno son conocidos como Objetividades, pues es este
plano el que primero aparece ante los ojos del lector. Para ello, es que es necesario
reconocer bajo la mirada de dichos autores, cuál es el acontecer, personajes y espacios que
dan vida a la narrativa de la obra en cuestión.
47
4.1 Acontecer
En primer lugar, el acontecer es aquello que acomete a un personaje de acuerdo a
los designios del hablante y las expectativas. La secuencia de acciones y momentos que
muchas veces se presenta de manera cronológica, son los que se determinan como
acontecimientos, aunque las acciones que presentan un mayor grado de importancia son
aquellas que incorporan la inteligencia y sensibilidad de un lector pues son estas las que
50
conectan “al hombre con el mundo” (Jara & Moreno, 1972) . Dichos acontecimientos pueden
ser ordenandos de forma cronológica que puede ser causal o bajo una reglamentación o
intencionalidad por parte de un narrador que forma parte de la estética de una obra. En tanto
al orden de los acontecimientos es necesario determinar de qué forma la obra se ve
fragmentada y para ello, es necesario determinar cuáles son los indicios o funciones que
determinan el acontecer de la obra considerando principalmente las acciones o incidentes
dentro de capítulos o segmentos que presentan mayor importancia.
Por ejemplo, uno de los primeros indicios, que se debe considerar, es el concepto de
fotógrafo o fotografía, a través de estos se da cuenta de la importancia del pasado, de
Seguido a eso es que a continuación, se anuncia que su padre fue contratado como
fotógrafo, lo cual desato una serie de bajos, desde el odio de sus propios padres, hasta
absorber la violencia de las calles, quedar atrapado en aquel tiempo. Es decir que todo lo
que debe ver con la profesión hasta la dichosa fotografía del arma dan cuenta de este
conflicto con la imagen, la forma en que no solo captura el momento, sino que, además, una
parte del que toma la foto. Esto queda plasmado cuando el hijo logra recordar lo siguiente:
Mientras él me decía que estaba bien (…) que las imágenes quedaban y que esa
imagen que él había atrapado lo iba a sobrevivir, que yo debía estar orgulloso de él
53
porque él había sido valiente y esta imagen lo había cambiado. (Bisama A. 2016)
Esto hace que el plano cambie y haga que el personaje que encarna al hijo se dé
cuenta de que esto es una despedida, lo anterior nos da el pie para decir que el padre
cambió debido a la fotografía, pero más importante es que esconde la verdad de su hijo, lo
que puede ser respaldado en lo siguiente:
Creé una máscara para ti, pero tu pudiste ver más allá de ella y te diste
cuenta de que estaba roto y nunca me juzgaste a pesar de que sabias que la ciudad
54
me estaba matando (Jara & Moreno, 1972)
52
Ibíd. Pág. 19.
53
Ibíd. Pág. 27.
54
Ibíd. Pág. 120.
49
Es aquí que el hijo se dio cuenta de la situación de su padre o más bien la acepta y
que a su vez su primogénito tenía conciencia de lo fragmentado que se encontraba él. A
través de ello podemos dar cuenta que en el primer capítulo se puede evidenciar el indicio de
la fotografía como una caja que atrapa a la memoria ahogándola en un mar de emociones,
de las cuales ya hemos hecho mención.
De igual forma, al avanzar al capítulo dos podemos ver como este apartado sirve
como bisagra a la historia del padre ya sea por su brevedad en el número de páginas en
comparación a las otras dos partes, como también por su conexión con el misterio, ya que el
hijo afirma que lo que se nos cuenta es lo que no le dice a nadie más. Además de aquello, se
pude seguir observando la idea de la fotografía como un elemento importante.
Nora menciona que le da una cámara al padre y que luego este usa aquel artefacto
para acercarse a hijo, los cercanos a aquel hombre saben que la fotografía, las imágenes
fueron una ironía que marco su vida. Así mismo, sabemos que el padre no pudo olvidar el
pasado ni siquiera en Chiloé, en el exilio que debería tráele paz “A veces me contaba
historias sobre su trabajo en Santiago y yo percibía que las calles permanecían en él,
55
existiendo en su cabeza casi en tiempo presente.” (Bisama A.2016) Aquel reflejo del ayer
en el presente da cuenta de la enajenación que acongoja al padre, está envuelto en un
manto melancólico movido por la memoria, que además lo une al capítulo tres y los hombres
de la agencia, como todo se complicó más de la cuenta por culpa de ese punzante recuerdo,
los fantasmas del ayer juegan con las mentes de lo siguiente Marek Bienczyk menciona “La
melancolía engaña con sus máscaras de alegría, comprensión y perversión, pero el
espejismo y las máscaras son al mismo tiempo su fuerza su debilidad; su fuerza cuando
56
fantasea y su debilidad cuando quiere hacerse realidad” (2014) utilizo esta mascaras para
ocultar la verdad del hijo, Nora y otros cercanos, pero cuando ya no la necesitaba no pudo
deshacerse de ella lo cual llevo consigo vivir en el constante enigma del pasado que lo
asecha.
Continuando con el orden propuesto por Jara y Moreno se debe abordar el carácter
del acontecer, ya que este dota de sucesos dinámicos que dispuestos de determinada
manera construyen una parte del mensaje total de la novela. Estos sucesos se forman de
manera dispersa donde el tiempo-causal no es necesariamente lineal. Aquello se ve reflejado
en El brujo donde la disposición de los hechos lleva a los personajes principales a crear una
narración enfocada en la memoria.
Por ello, los indicios, dentro de la obra se hallan en contraposición, ya que, por una
parte, en el comienzo de la novela, el hijo, menciona al lector que es lo que este cuenta a los
demás o en este caso al mismo lector cuando le preguntan por su padre y lo qué hizo. Dando
a entender que el padre cometió una acción que es necesario saber, sin embargo, esta
acción no es explicitada hasta el final del primer capítulo. Se evidencia dentro del apartado
“A veces me preguntan por mi padre y lo que hizo. En respuesta, yo cuento esto para
57
explicar qué pasó con él” (Bisama, 2016) que lo que el protagonista nos contara, será
mediante el recuerdo que este tiene de los sucesos vividos, es decir la utilización de la
memoria como principal voz para enunciar el relato. La cual nos situara en una panorámica
limitada, puesto que, esta imagen que se nos entregara será regida por la visión del hijo
como espectador de los acontecimientos vividos y cometidos por el padre.
57
Bisama, A. (2016). El Brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 13.
51
Habiendo definido lo anterior, es que para abordar los acontecimientos se verán
ambos aconteceres de la vida del padre y el hijo por separado, con el fin de apreciar como
estos en un final llegan a un punto común.
De lo anterior, es que se debe construir la visión ligada al hijo dentro de la obra de El
brujo, ya que es quien crea el relato que enmarca la totalidad de la novela. Los aconteceres
que envuelven a este personaje se pueden centrar en dos momentos, infancia y adultez
(presente). Aquello teniendo en cuenta que este relato se torna personal, no por el autor,
sino porque esta contado desde una mirada intrínseca de un individuo, perteneciente a un
contexto histórico real que junto a la ficción de una novela proyecta más de lo que se expone
a simple vista.
En primera instancia, cabe destacar que cuando el hijo menciona su nacimiento este
lo nombra como un desastre puesto que ya la vida de sus padres se hallaba con
complicaciones familiares y económicas. Desde el punto de partida el personaje nos da a
entender que el conflicto es un elemento presente desde una tempana edad y que a su vez
comoel hijo se presentaba como un problema dentro de la vida del padre, de esta forma se
puede apreciar como las figuras de padre e hijo, no solo de la obra sino que de un contexto
se encuentran enfrascados en una nebulosa que se manifiesta más fuertemente dentro de la
dictadura, donde los problemas se amplifican. Así, dentro de los acontecimientos propios de
una familia en específico ocurrían además acciones que estaban fuera de este ámbito, tales
acciones como el toque de queda, violencia en las calles, catástrofes a nivel humano forman
un carácter introvertido en los personajes.
Los aconteceres que marcan la infancia son un reflejo de la relación del hijo con el
padre, se puede apreciar como este lo ve y como los acontecimientos que le ocurren al
padre se paralelizan con los del hijo, por ejemplo en el momento en que el padre entra a la
agencia marca un acontecimiento donde la relación de estos dos se comenzaría a distanciar
por la fotografía que marcar un quiebre entre estos dos seres “era eso o seguir atrapado en
ese limbo donde también estaban atrapados sus amigos y familiares (…) donde estaba
58
atrapado yo aunque fuese un pendejo y lo supiera” (Bisama A.2016) cuando el padre
escapa a su nueva profesión deja a todos sus seres cercanos en una realidad aparte, la
52
forma de vivir del hijo se condiciona por esta decisión la cual se acentúa cuando el padre es
torturado. “(…) me di cuenta de que debía atesorarlo porque algo me indicaba que esa
conversación era el preludio de una despedida, que desde ahí solo podía alejarse de mí, de
59
mi madre, de Santiago, de todo lo que conocíamos” (Bisama A. 2016) pese a la infancia el
hijo da cuenta de que algo sucede, lo cual contado en retrospectiva como adulto acentúan la
memoria como una conflicto presente pues el padre queda marcado en un tiempo específico
y el hijo debe construir mediante este concepto los sucesos que dieron pie al distanciamiento
y luego reencuentro con el padre.
Lo anterior,da cuenta de un momento temprano en la vida del hijo el cual marca una
distancia entre el padre la cual concluye en parte cuando este va pasando de la infancia a la
adultez, cambio que se produce primero por el cambio humano de un joven que está en
crecimiento, y segundo porque el padre tiene un remplazo en la forma de un gato el cual
sirve para entender como estos se apartaron “después de mi padre tomo a copito, lo metió
en su jaula plástica y terminó de ordenar sus cosas en el auto para volver al sur. Ese año no
61
fui a Chiloé. Ni los dos siguientes.” (Bisama A, 2016) Aquello refleja la separación de estos
dos hombres, luego esto se verá fuertemente presente en la adultez el hijo, el cual se aleja
casi completamente del padre.
59
Ibíd. Pág. 26.
60
Ibíd. Pp. 49-50.
61
Ibíd. Pág. 55.
53
En la adultez los acontecimientos que corresponden al hijo, se van tornando cada
vez más distanciados los unos con los otros. Los recuerdos de la niñez van entrelazándose
con la distancia que comienza a efectuarse entre padre e hijo en la adolescencia. “Aquella
rutina se repitió hasta que cumplí trece años. Las conversaciones por carta. Las postales.
62
Los viajes al sur” (Bisama A. 2016) , esta rutina fue desgastando el lazo familiar entre
ambos, ya que, el hijo fue tomando un rumbo individual, acción propia del ser humano
cuando va adquiriendo consciencia de sí mismo y su entorno. Sin embargo, la memoria y los
recuerdos siguen rondando dentro de la vida del hijo, sobre todo ante la inesperada noticia
del asesinato de dos agentes en la casa de su padre, y donde este (el padre) ha
desaparecido, sin dejar un rastro que permita al hijo poder saber de él.
62
Ibíd. Pág. 53.
63
Starobinski, J. (2016). La tinta de la Melancolía. DF México, México. Fce. Pág. 144.
64
Según Freud, un detonante de la melancolía, es la ausencia del objeto elegido por el individuo, que
lo lleva a una ausencia del yo con el objeto seleccionado, manteniendo a este en una constante
regresión que no permite al sujeto poder dar con su identificación personal con el objeto elegido.
54
“Él no era una persona violenta. A veces me contaba historias sobre su trabajo en
Santiago y yo percibía que las calles permanecían en él, existiendo en su cabeza
casi en tiempo presente, […] él siempre tenía pesadillas. Despertaba de noche y se
paseaba por la casa. […] Cuándo lo encontraba así, lo obligaba a volver a la cama.
65
Él se acostaba pero no dormía.” (Bisama A. 2016)
Estos recuerdos fragmentarios, sobre la relación que tuvo Nora con el padre del
protagonista, permiten que exista una nueva panorámica respecto a los acontecimientos
producidos por el padre, mostrando una verdad que hasta ese momento no había sido del
todo mostrada “Él no era una persona violenta”, esto quiere decir, que una primera
interpretación que tenía el hijo respecto a su padre, en cuanto a la búsqueda de la violencia
en las marchas y protestas que fotografiaba, no lo habían convertido en un hombre que
necesitaba de esta para poder sentir el peso de su existencia, más bien los acontecimientos
propios de un conflicto de país lo habían llevado a retraerse y ensimismarse, puesto que el
peso de las experiencias habían acabado con la vitalidad que este como sujeto tenía en su
vida.
Lo ya mencionado, permite que el último suceso vivido por el hijo, de pie al cierre de
la rememoración y reencuentro entre padre e hijo. Ambos se encuentran en la isla donde el
padre vive al huir después de los asesinatos que este mismo comete. Ya reunidos
concretizan esa verdad faltante dentro de la historia de ambos, puesto que, dentro del
capítulo final de la novela, el padre toma posesión de la voz discursiva dentro de la obra,
permitiendo así poder vislumbrar la perspectiva propia de este (el padre) respecto a su
propia existencia, experiencias y acontecimientos.
“No soporté la luz. Me quebré. Me fui. Los abandoné. Abandoné todo. Te abandoné.
Recuerdo esos últimos días. Recuerdo no haber querido irme, (…) Pero lo
necesitaba. Fue lo mejor. Para todos. Ahora me doy cuenta. Estuvo bien.” (Bisama
66
A. 2016)
La verdad es evocada desde la voz del padre y a su vez se observan los avatares
propios de la memoria y la violencia de la experiencia. Este queda desprendido de la
65
Bisama, A. (2017). El Brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 93.
Ibid. Pág. 121.
66
55
vitalidad propia de la existencia, dejándolo en un estado melancólico, el cual lo lleva a buscar
el distanciamiento con sus pares porque el peso de lo vivido ha fracturado por completo el
ánima. De esta manera, es posible vislumbrar, como el padre busca no perjudicar a su hijo y
a su entorno más cercano con la carga de una memoria fracturada por los acontecimientos
externos. Mediante este proceso, el hijo logra perdonar a su padre para poder avanzar y
dejar los vaticinios de la memoria ya sólo en lo que son, recuerdos que no deben interferir
con las acciones venideras.
La vida de este personaje se ve marcada constantemente por las caídas que tanto el
destino como su misma personalidad depresiva lo llevaran a abandonar su tiempo,
recayendo el peso de su malestar en la memoria como una cárcel que lo atrapa dentro de la
melancolía. El primer gran acontecimiento que motiva la narración trágica del padre nace
junto al hijo, ya que siendo joven tuvo que tomar la responsabilidad de criar a una persona, si
tener el apoyo de los familiares cercanos de ambos lados lo cual genera un problema entre
el padre y la madre “sus padres los odiaban y ellos dos se odiaban entre ellos. Mis tíos le
67
dieron una paliza a mi padre.” (Bisama A. 2016) Es decir que ya desde un comienzo este
hombre se ve afectado por los distintos obstáculos que la vida le plantea.
56
modo en que se quedaba de pie en una playa de arena gris y esperaba a que la
68
marea subiese, tapándolo hasta hacerlo desaparecer. (Bisama A. 2016)
Aquella violencia era una droga un motivo para mantener con vida al padre el cual
buscaba esta adrenalina junto a sus colegas, pero aquella euforia llevaría a este personaje a
realizar una fotografía que no solo lo afectaría a él, sino que a sus más cercanos e incluso a
la persona fotografiada. Este momento marca las heridas psicológicas que lo dejaran en un
contante estado melancólico ya que la tortura recibida deja una huella imposible de borrar “El
69
resto de su cuerpo no tenía cicatrices. O no tanto. No eran visibles.” (Bisama A. 2016)
Quedaron en la psiquis del hombre, y a su alrededor ve como sus colegas u otras personas
sufren males similares, lo cual lo lleva a cuestionarse este mundo inhumano.
Sin embargo, este pudo continuar con su melancolía durante un tiempo, pero este
tiempo de calma superficial terminarían por concluir “todo reventó, avanzando desde lo
70
inofensivo y lo invisible hasta convertirse en algo intolerable” (Bisama A. 2016) el padre
aguanto lo que más pudo pero cuando ya la violencia oculta se hizo tangible con el caso
quemados, este exploto, no pudo soportar más que la violencia abarcara tantos tipos de
niveles, el recuerdo de lo que le paso y lo que ocurre a su alrededor catapultan su ida a
Chiloé, a un mundo de fantasmas, un mundo donde los heridos van a buscar sanarse por
medio del olvido.
68
Ibíd. Pág. 30.
69
Ibíd. Pág. 25.
70
Ibíd. Pág. 37.
71
Ibíd. Pp. 131-132.
57
72
nueva (…) que nada tenía que ver con el pasado” (Bisama A. 2016) este nuevo
sentimiento da cuenta del pequeño avance que le permitió realizar Nora, este momento da
cuenta de que pese al enfrascamiento presente en lo melancólico del padre, tiene ciertas
ventanas de lucidez.
El mal que la afectaba era invisible, se arrastraba bajo la piel, nadie podía verlo. La
foto era la enfermedad; ella era alguien afectado por una peste sin nombre y que
solo aparecía desde el fondo de sus ojos, el vacío que tomaba la forma de su
73
mirada. (Bisama A. 2016)
Este mal es la melancolía la cual enferma al usuario mediante algo que es intangible,
la unión de estos tres individuos se concretiza por este sentimiento melancólico, el padre
comprende el sentimiento de Mónica puesto que “había aprendido a abrazar mis fantasmas”
74
(Bisama A. 2016) aquello refleja como un ser melancólico pudo relacionarse con dos seres.
“( …) en su concienzuda búsqueda de un antídoto contra la melancolía, un remedio que en su
opinión es el más efectivo, y que no sin motivo llamamos hoy total: la utopía.” (Bienczyk,
75
2014) Esta utopía es generalizada por los individuos que se apoyan entre ellos para
alejarse del mal, sin tener en cuenta que esta enfermedad es solitaria y por ende tarde o
temprano se irán alejando.
72
Ibíd. Pág. 133.
73
Ibíd. Pág. 141.
74
Ibíd. Pág. 138.
75
Bienczyk, M. (2014). Melancolía de los que la dicha perdieron y no la hallarán más. Barcelona,
España. Pág.135.
58
76
(Bisama A. 2016) Hombres que vienen de otro tiempo, que transgreden las normas del
tiempo y espacio, para torturar a un individuo que se encuentrapresente en un momento
histórico que ya no existe.
4.2 Personajes
En segundo lugar, es necesario referirse a quienes constituyen las acciones dentro de
la novela que son los personajes, quienes desde la mirada de Jara y moreno son “Son los
seres imaginarios que pueblan el mundo de la novela. Razonan y actúan imitando los gestos
77
de quienes habitan el mundo cotidiano” (Jara & Moreno, 1972) Estos pueden o no
presentar fisionomías humanas y se presentaran ante el lector en un medio físico
determinado y otras veces condicionados por el mundo o sociedad en el cual se encuentran.
De ello, es que el personaje “suele ser dueño de un cierto carácter, de un rostro que lo refleja
78
y de un pasado que lo modela” mostrando así que sus actos serán moldeados dependiendo
del acontecimiento en el que se ve inserto. Es importante señalar que la novela
contemporánea el personaje en vez de representar una figura que asemeje a una persona
real se transforma “en un actante eficaz para expresar, tanto la ambigüedad del mundo como
la inseguridad del ser en el mundo, la carencia de una identidad precisa al servicio de una
79
acción impredecible” (Jara & Moreno, 1972)
76
Ibíd. Pág.205.
77
Jara, R & Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso.
Pág. 62
78
Ibíd. Pág. 62.
79
Ibíd. Pág. 63.
59
Ahora bien, bajo la percepción de Jara y Moreno los personajes pueden ser
clasificados desde el grado de relevancia dentro de la historia, de este modo a continuación
se presentarán los tipos de personajes por medio de la ejemplificación de extractos de la
novela de Álvaro Bisama.
Primero se comenzará, con los seres más bajo en la clasificación de los personajes.
Estos son Los personajes episódicos cumplen el rol de dar cuerda a las acciones,
generalmente aparecen y dan ciertas pautas para mover la trama y desaparecen.
80
Bisama, A. (2016). El Brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 120.
Ibíd. Pág. 89.
81
60
estáticos, esto debido a que solo los vemos brevemente, pero que pese a esto deslumbran
con la duda de que le ocurrió realmente a cada uno en sus vidas.
Otra categoría a ver son los personajes secundarios y aquí nos detendremos en dos
grupos de personajes que como el primo y el tío muestran una cierta unión de dos tiempos.
El primer grupo tiene con Nora y Mónica, estas dos mujeres muestran la idea de
estancamiento.
Con Nora podemos observar como a través de esas ganas del uno con el otro por
escapar, terminaron por agobiarse y quedar donde comenzaron, a los seres melancólicos no
los pueden apartar de su riel, tarde o temprano buscaran la forma de volver a esa realidad
autogenerada; ambos se sentían atrapados en sus realidades en las que no pudieron
avanzar, lo que conlleva finalmente a permitirse un instante de humanidad, de relajo
“Escape de su casa en la mañana tal y como salía de la casa de tu madre cuando éramos
82
pendejos (…) sonriendo como no sonreía hacia demasiados años” (Bisama A. 2016) el
presente se vive como pocas veces en la novela, es un escape la relación.
De igual manera, el personaje de Mónica parecía llegar como un huracán del pasado
que desborda la vida casi apaciguada que lograba formar el padre. Ella es la representación
máxima de lo que vivió en aquella época, una persona, un ser tangible que aparece para
reclamar el momento en que quedo enmarcada. No obstante, Mónica no es más que otro ser
atormentado atraído por la isla y que busca de igual forma reencontrarse con quien estampo
su vida en una imagen.
61
ella para siempre. Mónica era un desierto, un sol abrasador, un cuchillo que atravesaba bajo
84
los pulmones” (Bisama A. 2016) ambas generan calor en el padre solo que una era más
pasional que el otro, una servía como un escape pacífico y apacible mientras que la otra
como un escape expiado de culpas.
El rol femenino se encarna en la novela de forma fugaz, pues ellas aparecen para dar
un momento de sosiego dentro del cataclismo de la vida del padre, mujeres como su ex
pareja madre de su hijo, que pese a sus breves intromisiones era un apoyo constante para
él. De aquí es que se puede ver que estas tres mujeres principalmente las dos abordadas
son un transporte al presente, imagen que debió quedar en el padre debido a su primera
esposa que fue una amiga constantemente cuando lo requirió.
De ello, es que los personajes de Nora y Mónica son planos con relieves, esto quiere
decir que, pese a mantenerse similares en el tiempo se puede apreciar un cambio, o que
este se generara en el futuro. El haberse relacionado con el padre pudo generar un punto de
vista diferente del mundo en el que vivían, las esperanzas se fortalecen y los conflictos se
cierran, lo que a ambas les permite avanzar de distinta forma.
Siguiendo la misma línea, es que otros personajes secundarios que juegan también
con el dualismo del presente y el pasado son los agentes primero de la tortura infringida al
padre en la dictadura y, los agentes Urbina y García que se presentan en la tercera parte del
libro. Estos personajes tienen una función antagonista unos son breves en el tiempo de la
narración, los otros constante. No deja de ser llamar la atención como estos agentes de
animales aparecen al tiempo después de Mónica como una señal de lo que se vendría, como
un mensaje que advierte que el pasado está por llegar. Y al igual que la fuerza de la
dictadura Urbina y García golpearon en la vida del padre, lo que permite dejar en evidencia
que los tiempos no cambian, solo se maquillan de forma menos desquiciada.
Se logra concebir como el pasado marcó una constante por medio de la tortura, selló
la memoria de un ser melancólico, y el presente se preocupó de hace estallar todo. Cuando
el padre dispara a García y Urbina este se da cuenta de que todo acabo, aquí es cuando
supero su pasado y en cierta forma muere junto a los agentes, como el mismo menciona se
62
transforma en un fantasma un ser que vive fuera del tiempo y el espacio, que abandona todo
“Todo se convirtió en un puñado de relatos que existían en otra parte, en una lengua
85
muerta”. (Bisama A. , 2016)
De esta forma, es que se clasifica que estos personajes muestran ser planos
estáticos, no son muchos los cambios, solo cambian las figuras, pero cuando estas aparecen
la fuerza que imponen es tal que rompe la barrera del tiempo, traslada al protagonista de un
momento a otro, haciéndolo desenvolverse entre su presente y una memoria de un pasado
que no lo deja libre.
El padre queda en estado melancólico por el conflicto que hay un su interior creado
por el pasado violento, el hijo por su parte es nostálgico de los momentos felices con el
padre, pero también de aquello que faltó, de esa ausencia punzante que se puede sentir
“Sabía que se iba a ir, sabía que se iba a romper, había crecido con esa pérdida prefigurada
como un presentimiento. Mi madre y mi padrastro habían tratado de protegerme de ella pero
86
había sido inútil.” (Bisama A. 2016)
Como se observa los personajes, desde los secundarios hasta los esporádicos se
centran en el progreso del protagonista, motivándolo a moverse entre la nostalgia y la
melancolía en un juego constante que se revive por medio de la memoria y la búsqueda
insaciable de una vida pacífica.
85
Ibíd. Pág. 219.
Ibíd. Pp. 41-42
86
63
4.2.1 Memoria, nostalgia y melancolía en los personajes
Dentro de la obra El brujo, encontramos la utilización de la memoria para dar
comienzo al relato, es este recurso, el que nos permite adentrarnos no solo a los pasajes
sino a su vez a los personajes que conforman dicha historia. Es así que, mediante el
recuerdo y la rememoración de acontecimientos claves, es que, podemos percibir ciertos
síntomas que sólo la acción del recuerdo y la regresión nos pueden llevar a observar. Tal es
el caso, del personaje del padre, en la novela de Álvaro Bisama, el cual, a través de la
acumulación de experiencias adquiridas –no precisamente decididas por este mismo- llevan
al personaje a arrojar rasgos propios del melancólico, puesto que, el padre está demasiado
conscientedel mundo en el que se encuentra. “La melancolía consiste en un juicio errado que
el enfermo transfiere a su condición corporal, que por causas banales considera que se
encuentra en riesgo, cuando teme que sus asuntos puedan terminar mal" (Starobinski, 2016)
87
No es que el juicio del padre este errado por completo, respecto a la panorámica que
este percibe de la década de los 80', sino más bien producto de su misma inteligencia
respecto a lo que le toco experimentar y a lo conflictivo del diario vivir del Chile de ese
entonces, es que lleva a este a un estado donde la experiencia carcome toda posible
vitalidad en su interior, reflejándola no sólo en su actuar, sino también en su acción corporal.
87
Starobinski, J.(2016). La tinta de la melancolía. DF México, México. Fce. Pág. 65.
88
Bisama, A. (2016). Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 120.
64
identifica este tipo de rasgos al síntoma propio de un problema del sistema nervioso, el cual
se le atribuye al melancólico.
Son el cerebro y los nervios que dirigen el comportamiento intelectual y físico del
individuo, y es precisamente un desajuste de las operaciones nerviosas lo que
89
constituye la enfermedad mental. (Starobinski, 2016)
Les prestó la casa para que tuvieran algo de paz, algo de tranquilidad, cosa que no
fue posible porque mi padre sufría de depresión y muchas veces se quedaba
bebiendo hasta tarde en bares o en plazas después de la universidad. (Bisama A.
90
2016)
91
El sujeto depresivo , no es posible de mantener calmo con intervenciones de índole
externa, si este a su vez no logra consciencia de su patología. El padre no adquiere
consciencia de su melancolía, pero sí la tiene sobre lo que lo puede extinguir como ser.
Me vine acá porque estaba mal. Ahogado. Eso debes entenderlo. Santiago es una
ciudad para hacer daño. Santiago no es un buen lugar. Santiago no tiene luz. Nunca
92
te lo dije. Nunca te quise contar esa verdad. (Bisama A. 2016)
89
Starobinski, J. (2016). La tinta de la melancolía. DF México, México. Fce. Pág. 65.
90
Bisama, Á. (2016) El brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 16.
91
La melancolía en el transcurso de la historia sufre diversos cambios en su enfoque, uno de estos es
que, en el ámbito de la medicina, en específico psiquiatria. Esta ya no será nombrada como tal y
adquirirá diversos nombres que permitirá al especialista poder orientarse respecto al padecimiento
patológico mental de algún individuo.
92
ág. 119.
Ibíd. P
65
El padre, percibe lo que lo daña, ya no logra mantener la vitalidad que alguna vez
tuvo –sí es que éste alguna vez la tuvo- él ha perdido el ritmo del mundo, no logra sentir lo
que el resto siente. "el melancólico vive en un tempo inferior al resto del mundo; se vuelve
93
incapaz, tan pronto enferma, de comunicarse vitalmente con su entorno" (Starobinski, 2016)
las palabras ya no logran concretizar lo que hay en su interior. La experiencia lo ha comido
por completo y las imágenes del pasado no le permiten lograr avanzar hacia algún horizonte.
Ha sucumbido por completo a la melancolía y ha dejado que esta sea quien lo guíe en su
actuar.
Es así, como el padre opta por irse del lugar que le hace daño, para habitar en un
sitio atemporal, tal como su interior. Este es el intento de poder encontrar ese objeto ausente
o las palabras que ya no logra ver para poder liberar el peso de la experiencia.
Pero también había días en que me dedicaba a gritarle a las paredes, días en que
bajaba la playa y esperaba que el mar me calmara, como si me hablara por medio
94
del susurro de las olas, diciéndome algo que no podía entender. (Bisama A. 2016)
El vacío que subyace en el interior del padre, no es un vacío literal, sino que es
contrario a este, el peso de los aconteceres ha dejado al personaje quebrado."te diste cuenta
de que estaba roto" la experiencia y los recuerdos sobrepasaron el ánima del individuo que
ya se encontraba fracturada por su patología mental.
93
Starobinski, J. (2016). La tinta de la melancolía. DF México, México. Fce. Pág. 178.
94
Ibíd. Pág. 122.
95
Ibíd. P ág. 183.
66
De esta manera, es que en la obra El brujo, se observa el carácter propio del
melancólico en el personaje del padre, ya que, desde el comienzo de la novela, se nos
muestra un individuo que dentro de su actuar se evidencian los rasgos de la pesadumbre y
tristeza del alma, el cual pueden ser potenciados hasta llevar al sujeto al estado del delirio
por factores y sucesos conflictivos externos, tal es el caso de los aconteceres que vivió el
padre en la última novela de Álvaro Bisama, mostrando así al lector un rasgo propio de
quienes vivieron de manera personal los horrores de una dictadura.
Ahora bien, La figura del hijo juega un rol fundamental en la historia ya que es quien
nos presenta los hechos del sujeto que sufre a través del tiempo, mostrando un reflejo de
como el circulo de personas alrededor de un individuo se ve afectado de alguna u otra
manera por el peso que lleva consigo. Esta sensación se hace más palpable al tratarse de un
ser tan íntimamente cercano, la tangibilidad de esta relación y los problemas que hay a su
alrededor se presentan principalmente mediante la narración que nos otorga el primogénito.
Este recurso narrativo, como se describió anteriormente, es fundamental para la descripción
del hijo ya que describe los espacios y acontecimientos claves que la memoria trae consigo,
y además se afirmó que el hijo se construía bajo un sentimiento de nostalgia, sobre esto
Jean Starobinski menciona “el nostálgico en realidad busca emprender el retorno en la
96
dirección de su propio pasado” (2016) la narración de aquellos tiempo muestra como
selecciona momentos que no solo enseñan lo concerniente al padre, sino que su momentos
felices y de crecimiento “Mirar hacia la tierra natal ya no puede ser un tormento; el retorno ya
97
no tiene un efecto curativo” al término de la novela se puede suponer porque escogió eso
recuerdos, ya que al hablar con el padre puede recordar los eventos claves para saber cómo
llego a donde está, y además darse cuenta que su vida continuo de manera relativamente
agradable con escenarios prototípicos de un joven que crece que realmente lo marcan.
Por otra parte, un aspecto crucial en la formación del hijo como personaje nostálgico
se ve reflejado en el contraste entre la relación del padre con el hijo, ambos en su momento
cuentan partes de su memoria que trae consigo ciertos sentimientos, en el padre se ven las
características de un ser melancólico, pero en el hijo si bien algo de esto tiene principalmente
la nostalgia es lo que aparece en sus recuerdos. Recibir una consola de juego, la primera
96
Ibíd. P ág. 223.
Ibíd. Pág. 223.
97
67
polola, los días que iba a visitar al padre, su matrimonio y el nacimiento de su hijo nos
muestra que este hombre pudo crecer con lo que el padre jamás logro obtener debido a su
condición espiritual. El hijo tenían un proyección, el padre nunca lo pudo concretar, “Pensé
98
en el futuro y después no pensé en nada” (Bisama A. 2016) esto lo menciona el
primogénito cuando sabe que su padre si ira y que desde ese punto en adelante algo
cambiaría, pensó como será lo que el viento traiga, y se preparó para ello.
El hijo tenía un ejemplo para saber en qué se podría convertir, es por eso que busca
avanzar, sin embargo se ha menciona que el padre es un reflejo del hijo y por ende
contempla características de un ser melancólico, mediante las palabras de Starobinski:
Así mismo el hijo advierte esto “los padres son los espejos de los hijos. Los padres
son los hijos retrocediendo en el tiempo, porque el tiempo es circular y se devora a sí mismo”
99
(Bisama A. , 2016) esto lleva a decir que efectivamente el hijo posee las cualidades de
alguien que puede quedar atrapado como quien lo engendra, no obstante este logra realizar
cosas que socialmente son aceptable y además concretizar una serie de proyectos, dejando
solo una espina en alma que es la que el padre genera en el recuerdo de su hijo. Aquel
pequeño malestar se magnifica por ser una figura paternal es por ello que debe contarlo una
vez para liberar aquello que lo podría llegar a atormentar.
Ahora bien, es fundamental que para el hijo hay un momento de paz momentáneo en
su vida, donde la memoria evoca solo una sensación de calma, esto se refleja en el capítulo
uno cuando este se entera de que no hay registro de su padre, y que ya básicamente se da
100
por desaparecido “soñé con bosques donde los arboles eran lapidas” (Bisama A. , 2016)
arboles como los que estaban en frente de la casa de Chiloé y que como este mismo
menciona “Los bosques eran el lugar donde los vivos podían encontrarse con los muertos,
98
Bisama, A. (2016). El Brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 44.
99
Ibíd. P ág. 44.
100
Ibíd. Pág. 75.
68
101
que eran sitios de paso donde era posible romper la barrera de lo real” (Bisama A. , 2016)
al visitar la isla y darse cuenta de que su padre no se encontraba con vida, o que
posiblemente desapareció de una manera imposible de explicar, cerrar un ciclo, Starobisnki
respecto a esto menciona que:
Supe que iba a ser la última vez que lo viera y quise abrazarlo pero no pude y luego
el dejo de hablar y nos quedamos en silencio, observando como el mar reflejaba ese
cielo que se volvía negro mientras sobre nosotros comenzaba a dibujarse un
103
tormenta. (Bisama A. 2016)
101
Ibíd. Pág. 72.
102
Ibíd. Pág. 225.
103
Ibíd. Pág. 223
69
La melancolía es un mal que transgrede generaciones, y el hijo presenta rasgos de
esto así como de nostalgia, pero el poder estar con el padre una última vez, le da pie para
observar que viene en el camino, una tormenta, un conflicto propio de los seres que vagan
con un alma que la memoria va formando.
4.3 Espacio
En tercer lugar, en la obra La anatomía de la novela, se menciona la complejidad
que subyace dentro de lo que se entiende por espacio, dentro de la creación literaria, puesto
que, el campo que refiere a lo espacial dentro de una narración lleva consigo la subjetividad
propia de la interpretación, y está misma en relación con los personajes y el acontecer propio
de la obra en cuestión.
Ahora bien, ambos aspectos nombrados, pueden observarse en la novela El Brujo,
escenario y marco, son fundamentales para la estructura de la obra de Álvaro Bisama,
puesto que los avatares de la memoria no podrían ser enunciados sin que las características
propias de la definición de espacio según Jara y Moreno no fueran evidentes. Es decir,
dentro de la novela El Brujo, se evocan dos épocas que permiten distinguir el marco que
subyace dentro de la obra. El primer marco de la narración nos sitúa en el Chile de la
dictadura, y se especifica aún más, mencionado que nos encontramos en el 1980. Y el
segundo marco, nos mantiene en el hoy, en el chile actual, el cual se halla en esta crisis
70
producto de los conflictos políticos del pasado. Es necesario mencionar, que estos marcos o
n la
telones de fondo, son evocados a través de la rememoración del personaje del hijo, e
novela El Brujo, que nos permite lograr percibir la encrucijada en la que se halló y halla no
sólo un individuo, sino una comunidad completa respecto a el golpe de estado, dictadura y
posterior vuelta a la democracia.
Por otra parte, como ya fue mencionado, ambas características espaciales comulgan
dentro de la obra de Álvaro Bisama, en cuanto al escenario, este aparece en momentos que
permiten al hablante implícito, poder dar un ejemplo explícito del sentir de alguno de los
personajes y a su vez del pesar de las emociones y sentires que conforman la obra. “Cuando
llegamos a la pequeña playa, el mar estaba bravo. Las nubes que traían la lluvia se diluían
con la luz turbia de una luna que parecía pesada, densa” (El Brujo. Pág. 72)
Dentro de la obra podremos observar, que los espacios, así como, el acontecer y los
personajes, nos permitirán poder encontrar la voz de la memoria y los síntomas que
acompañan a esta. La cual (memoria, nostalgia y melancolía) son los cimientos que
conforman esta búsqueda de identidad narrativa dentro de la novela El Brujo, de Álvaro
Bisama.
71
avanzar, que siempre es perseguido, primero en un Santiago dictatorial que lo marca a él y a
muchos otros más, para luego en Chiloé escapar a un lugar que se encuentra con miles
como él, con fantasmas al asecho, como sujetos que no conforman ya la identidad social.
Todos escondían algo, se replegaban en sí mismo como si sus almas fuesen bolas
de papel arrugado que esperaban que la isla abriese, que ya no les doliese lo que
había en sus interiores, que no los dejara perplejos, que pudiesen mirarse al espejo
104
de una vez por todas (Bisama A. 2016)
Mediante lo anterior es que podemos dar cuenta que el fenómeno que pretendemos
visualizar en el padre es un caso más común de lo que parece. Las épocas son como
cicatrices invisibles de la guerra, los personajes quedan marcados con algo similar a un
sindroma de estrés postraumático, reviviendo espacios de tiempo agobiantes que los atrapa,
los enmarca como a una fotografía.
Si se analiza alguna de las referencias a los espacios y como estos reflejan un nivel
interno de los personajes y cuáles son los sentimientos que florecen de estos, es que
podemos concretizar variadas funciones que cumplen dentro de la novela: Me dijo que la isla
estaba llena de gente sin historia, que huía para borrarse, para desaparecer, para ser otro.
105
(Bisama A. , 2016)
Así mismo, el padre menciona “Fotografié mi casa y mi rostro. Ambas cosas salieron
borrosas, como si estuviese fuera del tiempo, como si no existiese y mi rostro fuese
106
simplemente la silueta de un fantasma.” (Bisama A. 2016) No solo su rostro es el de un
hombre de otro tiempo, sino que la casa también ya que ambas salieron borrosas, la casa es
104
Ibíd. Pág. 125.
105
Ibíd. Pág. 107.
106
Ibíd. Pág. 165.
72
un aspecto abstracto un constructo del melancólico que se desea encerrar en un espacio
dolorosamente familiar
Por otro lado, los escenarios conforman la geografía nacional, delimitados entre
lugares que pertenecen o se encuentran en la región metropolitana y el sur de nuestro país.
107
Bienczyk, M. (2014). Melancolía de los que la dicha perdieron y no la hallarán más. Barcelona,
España. Acantilado. Pág. 96.
73
Dicho esto, es que se puede evidenciar que los escenarios utilizados para dar forma
a esta novela, específicamente, pueden ser leídos desde la experiencia del hijo y el padre
como se verá a continuación. El primero envuelto por un aire que involucra la nostalgia,
ante la persecución de las verdades acerca de las acciones que enmarcaron su infancia
juventud y adultez, impulsadas siempre por las acciones que realizaba la figura de su padre,
versus, una visión de los espacios desde la vereda opuesta en donde se nos muestra la
figura de un hombre melancólico, que se desenvuelve en entre las líneas de escenarios de
un pasado fantasmagórico y otros que le permiten dentro de su conflicto, mantenerse en paz.
Es en dichos lugares, en voz del hijo como narrador, es donde se genera la memoria
de la infancia, que permite dar vida, a los aconteceres que conforman la historia con su
padre. Este personaje es quien sitúa al lector dentro de escenarios que son específicos para
el entendimiento de la obra. Lo primero, es la casa en Ñuñoa, lugar que ha de compartir
desde el inicio de su vida hasta cuándo se va a estudiar y vive en una estancia en el barrio
Yungay.
Este espacio en específico, desde la mirada del hijo, simboliza los pesares de una
relación que siempre se vio devastada por la diferencia entre sus padres, donde
principalmente es recordada por las llegadas de la figura paterna, que ya siendo fotógrafo, se
ve en aprietos constantemente, ante la presión que imponen las reglas de la dictadura con
este rol en específico. La casa desde esa mirada adquiere un rol de guarida.
Ella me contó cómo eran esas noches en vela en ese caserón, que tenía un parrón
terrorífico en el patio trasero, y que yo recuerdo como salido de una película
74
expresionista, donde cada ruido de la calle se convertía en una amenaza, en un
108
presagio de muerte. (Bisama A. 2016)
La casa de Ñuñoa simboliza en ese aspecto, la línea de unión entre padres que
funcionan mejor como amigos y de un niño que con el transcurso de los años va a
aprendiendo, la nueva forma en que su padre “se acostumbra a la adrenalina, a la violencia”
109
y a su nueva relación con su padrastro en conformación. La figura nostálgica nace en el
momento en que el hijo se cuestiona sobre la vida de su padre y las cosas que debido a su
labor como fotógrafo lo atormentan:
Desde la ventana del segundo piso donde estaba mi dormitorio, recuerdo la silueta
de mi padre, solo en el patio, sentado bebiendo un vaso de pisco, mientras prendía
110
un pito en la oscuridad, esperando algo que no sé qué sería (Bisama A. , 2016)
Ahora bien, siguiendo la línea de la cita mencionada, es que la figura del padre se
hace partícipe de la violencia que trasfiguran la imagen del Santiago de los 80, es parte de
las protestas, de los abusos, los asesinatos que dan línea a las calles de la ciudad. Esto
detona en que necesariamente después de ser violentado escape a un nuevo escenario que
es la casa ubicada en Chiloé a kilómetros de Dalcahue que será parte de sus nuevas
intenciones de silenciar las heridas y experiencias vividas en Santiago. Es así que la casa de
Yungay se convertirá en la relación que subyace entre padre e hijo en un lugar de
reencuentro, de igual forma que esta nueva casa en Chiloé.
108
Bisama, Á. (2016). El brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 16.
109
Ibíd. Pág. 22.
110
Ibíd. Pág. 24.
75
Por parte del padre existe la posibilidad de encontrar la calma en cercanía de su hijo,
ya que en palabras de este último se describe la sensación de paz “su manera de relajarse
era estar atento al paisaje, como si este le susurrara algo que los demás, no podíamos
111
escuchar” (Bisama A. , 2016)
Ya hacia una edad mayor del protagonista, los espacios, son enmarcados hacia el
sur de Chile, acá es él quien en sus tiempos de vacaciones viaja y conoce la nueva vida que
lleva su padre en la casa ubicada cerca de Dalcahue en Chiloé. Esto permite en un inicio no
solo el cambio personal de las cosas que ocurren, sino también, a nivel social Chile
experimentar modificaciones, lo que también conlleva a un cambio del marco de la novela.
“Ese año se acabó la dictadura. En realidad, no se acabó Pinochet comenzó a irse y la
ciudad se llenó de una especie de electricidad que podía ser lo opuesto al miedo” (Bisama
113
A. , 2016)
Las acciones presentan nuevos aires, los espacios son conformados por escenarios
que involucran viajes a lo largo de la isla, escuchando música en el auto, que se ven
embalsamados por lugares verdes, que hacen mucho mejor la estancia. “Yo miraba el
camino, me perdía en el verde. Me perdía en la distancia que nos separaba, en ese paisaje
114
que apenas entendía” (Bisama A. , 2016)
111
Ibíd. Pág. 27.
112
Ibíd. Pág. 29.
113
Ibíd. Pág. 45.
114
Ibíd. Pág. 49.
76
rehacer su vida lejos de los recuerdos que en un momento lo atormenta, las nuevas ganas
de experimentar nuevas cosas y sentirse distanciado de Santiago con una sensación de
seguridad. “Me decía que no quería volver a Santiago, que estaba tranquilo y seguro en el
115
sur” (Bisama A. , 2016)
Para el hijo se generan cambios, puesto que dentro de este espacio el nivel de
nostalgia es inferior, pues entiende que su padre se ve de distinta forma bajo una vida más
serena. Este sentimiento de nostalgia solo renace cada vez que debía retornar desde el sur a
116
la capital. “Puerto Montt me pareció triste y Helado, igual que antes” (Bisama A. , 2016) .
La relación toma este rumbo hasta un año antes de que el hijo se titulara, desde ahí esta se
realiza por medio de llamadas y el reencuentro solo es hasta el día en que el padre viaja a la
boda de su hijo.
La disyuntiva en este espacio que representa la isla se ve afectada ante la figura del
padre, cuando hasta la casa de Chiloé llega Mónica, La mujer captada en la fotografía. Acá
se regenera el ambiente melancólico, pues en ese espacio, donde se moldeaban esos aires
de tranquilidad, aparecen los fantasmas de un pasado que lo involucran nuevamente en los
recuerdos de lo que fue la dictadura. Cabe destacar que estos acontecimientos no son
conocidos por el lecto hasta el final de la lectura.
115
Ibíd. Pág. 50.
116
Ibíd. Pág. 51.
77
de la duda de que, si está vivo a o no a un nuevo plano en la novela que involucra al espacio
de la naturaleza del extremo sur, en donde este se tornará a cumplir nuevamente con el rol
de espacio de tranquilidad, pero por sobre todo a ser parte del escenario en donde padre e
hijo, se reconocen por medio de la verdad.
Desdela vereda opuesta, el rol del hijo ya maduro, también se ve afectado ante la
nostalgia de saber si su padre sigo o no con vida, lo que lo hará volver al sur en búsqueda de
verdades e interpretar los últimos momentos de su padre. “Me di cuenta de que nunca había
117
estado en Chiloé en invierno” “La ciudad me pareció oscura”. (Bisama A. , 2016) El autor
promueve la línea de la narración por un plano natural que muestra esa nueva vivencia de lo
118
oscuro, “el bosque parecía más oscuro que nunca” (Bisama A. , 2016) de lo que se quiso
olvidar y que pone al narrador ante la incertidumbre “No había nada más. La ausencia de mi
119
padre marcaba la casa” (Bisama A. , 2016) . Los matices del espacio dan tono a los
sentimientos que envuelven al hijo ante la búsqueda de respuestas.
La instancia del hijo frente al mar mirando las islas que marcan el horizonte, lleva al
lector a los indicios de que el padre aún estaba con vida. Lo que se verá opacado durante las
estancias del hijo, nuevamente en la ciudad de Santiago con la inseguridad de llevar una
vida tranquila con su familia, al no saber realmente que sucedió con su padre.
117
Ibíd. pág. 63.
118
Ibíd. Pág. 71.
119
ibíd. Pág. 72.
120
Ibíd. Pág. 119.
78
padre se sincera con su hijo, le explica de una vez por todas las razones de sus pesares,
Mientras recorren espacios que logran envolver la vida atormentada de ambos.
Creí que la tierra estaba hueca. Dejé de tener edad. El color verde de los cerros me
volvió loco, cegándome. Empecé a sentir que siempre estuve acá. Décadas. Siglos.
121
Milenios. Enflaquecí. Escuché lo que sucedía bajo la tierra (Bisama A. , 2016)
La explicación del padre se apoya de los espacios que recorre, por medio de
aquellos, explica como en ese lugar dejó nuevamente de existir. Su vida se torna sensitiva y
existe al fin y al cabo la posibilidad de escapar de todo, convirtiéndose un elemento más que
compone esta naturaleza, bajo la lección de poder vivir aceptando a los muertos.
miré la cueva y el mar y supe que iba a ser la última vez que lo viera y quise
abrazarlo, pero no pude y luego él dejó de hablar y nos quedamos en silencio,
observando cómo el mar refleja ese cielo que se volvía negro mientras sobre
122
nosotros comenzaba a dibujarse una tormenta” (Bisama A. , 2016)
Como se puede apreciar, la sintonía que presentan cada uno de los espacios que
conforman la novela de Álvaro Bisama, se ven enmarcada constantemente por matices que
influencian en el accionar de los personajes. Por un lado el contexto de ciudad, donde se
viven las atrocidades de la dictadura, por otro los paisajes profusos del sur de Chile que dan
telón a la serenidad en algunas circunstancias, que conlleva a los altos y bajos por los que
pasan los personajes, los que dan pie a la melancolía del padre y así mismo a un hijo que
mira de forma nostálgica los recuerdos y sensaciones que vienen del pasado desde la
aceptación.
121
Ibíd. Pág. 220.
122
Ibíd. Pág. 223.
79
5. Narrador y el plano de la composición
Como se mencionó con anterioridad el estudio de la novela El brujo se desarrollará
través del trabajo en con junto con las categorías dada por la anatomía de la novela.
Habiendo definido las objetividades el paso que continúa es definir de igual manera los tipos
de narradores que se presentan en la obra, así como los distintos planos de composición con
los cuales se conforma una narración, comparando estos con lo que se puede presenciar en
la novela de Bisama.
Habiéndose definido aquello, es que se debe avanzar para hablar sobre el hablante
implícito, ya que aquello, llevara a poder interiorizar en el narrador ficticio. El primer concepto
se caracteriza principalmente por estar siempre presente, es el que da el sentido final al
relato, no tiene nada que ver con el autor ya que es un constructo ficticio, se puede entender
como el titiritero detrás del universo de la novela “(…) el hablante implícito como aquella
instancia que, a partir de su voluntad constructiva configura y hace presente al narrador
123
ficticio.” ( Jara & Moreno, 1972) El segundo concepto puede o no estar representado en una
novela, este se encarga de construir los tiempos, organizarlos y presentar los modos
narrativos, además de caracterizar a los personajes, en síntesis es el encargado de darle
coherencia a la obra.
123
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso. Pág.
90.
80
la novela suele operar con combinaciones, es posible encontrar un entrecruzamiento de
124
estas distintas formas narrativas.” (Jara & Moreno, 1972) Es debido a ello que se repasara
los diferentes tipos de narrador que expresa Jara y Moreno buscando cualidades que remitan
a El brujo.
La configuración de El brujo se centra en este tipo de narrador por la función del hijo,
aun así hay que definir y observar cómo interactúan las subcategorías del narrador
representado con El brujo. La primera consiste en la autoral, el personaje que cuenta la
acción observa más bien desde afuera lo que sucede pero entrega sus opiniones acerca de
los hechos. En ciertos aspectos el hijo se comporta de esta manera en la novela por mucho
tiempo fue un mero espectador del padre, no obstante este narrador no está totalmente
ligado a los sucesos, por lo que funciona para la investigación.
124
Ibíd. Pág. 103.
81
habla de sí mismo o sobre alguien, se cuestiona las acciones que se llevan a cabo “consigue
envolver activamente al lector, exigiéndole su participación y complicidad en el proceso de
125
conciencia que se desarrolla.” (Jara & Moreno, 1972)
Lo anterior se puede ver reflejado en El brujo en los comienzo de cada capítulo,
cuando juega con el lector diciéndole que es lo que cuenta y lo que no, entregándole la
tercera parte a la voz del padre pero a través de él. Se puede apreciar además que el hijo
constantemente piensa acerca de su vida y como los distintos caminos lo han llevado donde
están, cuando ver su infancia en retrospectiva como adulto se puede dar cuenta de cómo
fueron en realidad las cosas “Pero solo eran momentos, grietas abiertas en medio de un
pacto de paz, gestos de no agresión que mi madre había negociado con él y luego conmino
126
para que las cosas no estallaran.” (Bisama A. , 2016) En parte la obra se puede entender
de como el hijo intentar reconectarse con el pasado para llegar al padre.
125
Ibíd. Pág. 101.
126
Bisama, Á. (2016). El brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 50.
127
Jara, R., Moreno, F. (1972). Anatomía de la novela. Santiago, Chile. Universitaria de Valparaíso. Pág.
106.
82
el resto de personas a su alrededor no cuentan con aquello, en incluso afirma desde el
comienzo que solo cuenta una parte.
Por otro lado, si hablamos de una caracterización indirecta estos son presentados
por el narrador ficticio o mediante datos de que se pueden abstraer de los discursos. Esta
como muchas otras se divide en dos, primero en bloque y segundo en fragmentario. Ambos
conceptos sirven para la idea de la novela de Bisama ya que uno se centra en que el narrado
83
ficticio lo presente totalmente y el otro que los discursos vayan dando ideas de como son los
personajes, el hijo cumple ambos roles
Mi padre fue fotógrafo. Nos llamamos igual. Mi padre se hizo famoso en la década
del ochenta (…) Yo era hijo de su mejor amiga del colegio, quien quedo embarazara
en una duna de reñaca en un viaje escolar (…) no tenían la más remota idea de
128
cómo iban a sobrevivir. (Bisama A. , 2016)
128
Bisama, Á. (2016). El brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 15.
129
Ibíd. Pág. 13.
130
Ibíd. Pág. 85
84
similares a los ya vistos. En el caso de El brujo el hijo en un momento deja que el padre se
exprese y diga su versión de los hechos, contando incluso un poco de lo que sucedió antes
al accidente, dando una mirado no tan distante de lo que el hijo podía suponer.
(…) las imágenes enferman (…) Porque las imágenes eran un simulacro, eran la
multiplicación de la nada o de las máscaras de la nada, era algo que parecía poseer
la estructura de lo real, la profundidad de lo real, la intensidad de lo real, pero en
verdad solo era algo robado, algo que había sido arrancado sin permiso del mundo.
131
(Bisama A. , 2016)
Sobre las fotografías se hacen varias análisis por los mismo personajes es una
constante que da cuenta de este nivel de amplitud de tiempo y de como se refleja una
multiplicidad de conceptos en la obra de Bisama.
131
Ibíd. Pág. 148
85
de manifestar la duda contra el mundo de una manera doctrinaria es decir que intenta
convencer de que ciertos aspectos son criticables. Segundo es el modo emotivo donde los
personajes se individualizan y expresan lo sienten ligado a la ira, amor, alegría, etc. “yo me
132
quede solo con el gato, lleno de rabia porque todo había terminado” (Bisama A. , 2016)
reflejo de las emociones del padre, constantemente se puede observar un mensaje ligado a
lo sentimental. El último modo es el valorativo que es una estimación del hablante con el
mundo se parte aquí del presupuesto de que toda palabra, toda frase o acción tienen detrás
un juicio valórico, lo podemos ver en la carrera del padre de fotógrafo, inmortalizar los
momentos le generaba adrenalina la cual se bifurco en el problema de la memoria.
Dicho todo lo anterior es que damos cuenta de que la novela El brujo cuenta con una
hibridez propia de la novela contemporánea, cabe destacar que esto da las directrices para
definir de mejor manera el conflicto de la memoria, ya que se puede observar como el centro
incluso de la composición está dirigida a los personajes y como estos se van formando.
Es a través de este recurso, de esta voz que el narrador plasma los problemas que
acongojan no sólo al padre que éste mismo nombra a través del relato, sino que decreta sus
propios pesares, sus complicaciones y problemas con la sociedad, teniendo en cuenta, que
132
Ibíd. Pág. 133
133
Starobinski, J. (2016) La tinta de la Melancolía. DF México, México. Fce. Pág. 183.
86
no será juzgado por la enunciación de aquellos problemáticos planteamientos, permitiendo
así al narrador poder sentirse en completa libertad sobre su relato, sin que este sea
completamente juzgado por lo dicho por sus evocaciones y/o recuerdos.
La narración comienza con un relato que utiliza la enumeración para dar inicio a la
historia. La voz del narrador se encuentra bajo el orden de la memoria semántica, en
contraposición al orden que establece la memoria colectiva que exige una forma correcta de
recordar, es decir que existe una carga ética y moral dentro de lo que se exige no olvidar. El
acto de enumerar los hechos, acciones y logros conseguidos por el padre del protagonista,
muestra el distanciamiento que este fue adquiriendo con los años. La distancia adquirida fue
provocada por un detonante externo. Un suceso histórico de gran magnitud que remeció no
sólo a un país, sino que cambió la dinámica y conducta de las familias que conforman la
estructura social del país. Aquel suceso lleva al individuo al vacío, ya que lo que recuerda no
logra esclarecer las conductas del presente.
Mi padre fue fotógrafo. Nos llamamos igual. Mi padre se hizo famoso en la década
del ochenta [...] Trabajaba para una agencia inglesa de noticias. Antes había
estudiado arte en la universidad de Chile pero no terminó [...] Yo ya había nacido.
134
Yo era hijo de su mejor amiga del colegio. (Bisama A. , 2016)
134
Bisama, Á. (2016). El brujo. Santiago, Chile. Alfaguara. Pág. 15.
87
De esta manera, se evidencia un revestimiento del presente dentro de la novela,
puesto que los personajes se ven inmersos al movimiento del pasado. La dinámica del hijo
así como la del padre ocurre sólo en la medida que este menciona hechos ya ocurridos, sin
dar atisbos de acciones actuales o futuras que no sean proporcionadas por imágenes del
pasado.
Por otra parte, en la narración dentro de la novela El brujo, en el capítulo tres, la voz
del narrador cambia del hijo al padre, siendo como ya se mencionó, quien relate bajo su
perspectiva los hechos ya expuestos por el hijo. El carácter de esta voz narrativa, a
diferencia de la del hijo, es regido por la melancolía en su totalidad. El padre relata los
acontecimientos, a la vez con una incapacidad de poder enunciar por completo el interior de
este mismo, las experiencias han carcomido por completo la capacidad racional para poder
expresar los acontecimientos, sin que estos atormenten el alma.
Las interposiciones entre pensamiento y acto son tan múltiples, tan diversas como la
vida misma, las sombras que se interponen entre el pensar y el hacer nunca son
136
exhaustivamente inventariadas, mucho menos clasificadas (Steiner, 2005)
135
Rieff, D. (2017). Elogio del olvido. Barcelona, España. Debate. Pág. 133.
136
Steiner, G. (2005). Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento. DF México, México.
Fce. Pág. 51.
88
El silencio, aparece ante lo que no se puede nombrar, en este caso, lo que el padre,
no puede enunciar, ya que carece del lenguaje necesario para expresar toda la experiencia
que carga consigo el pensamiento, de este modo es que la mudez compleja que el individuo
adquiere lleva a este mismo a una melancolía constante, puesto que el personaje del padre
en la novela El brujo, aunque se aleje de todo lugar y recuerdo, no pude desvanecer el peso
de la experiencia, porque esta no puede ser nombrada, y por lo tanto es imposible liberarlas
de la psiquis humana.
89
6. Conclusiones finales
La investigación que nos ha convocado, ha pretendido vincular los conceptos de
memoria, nostalgia y melancolía con el propósito de poder evidenciar, que por medio de los
tres, se puede dar cuenta de que en la narrativa de El Brujo, existen una serie de acciones
que demuestran que los elementos que la componen, arrojan esa disyuntiva existente entre
la memoria colectiva y una individual, que en el caso de esta novela, se ve por medio de las
acciones de sus propios personajes, especialmente de la superación del padre protagonista
que escapa de esa memoria aterradora, deslumbrada bajo el escenario de la dictadura y
también una memoria personal intima de los hechos, que se ve interpuesta en la figura del
hijo que por medio de sus recuerdos ha de dar línea a la trama de esta novela.
A simple vista, la novela El brujo de Álvaro Bisama, es una de las tantas historias
ambientadas en el periodo de dictadura y post dictadura en Chile, puesto que como se
señaló en el capítulo que aborda la narrativa del autor y la de sus contemporáneos,nos
damos cuenta que es un tema recurrente en el escenario narrativo del país. Pese a ello,
desde la línea investiga que se llevó acabo, se consideró desde un inicio que la singularidad
y riqueza de esta obra, es propia de la posibilidad que entrega el autor a romper esa línea de
la memoria, ya que por medio de un relato ficcionario, nos demuestra que la historia puede
ser contada desde un plano individual propio y que es posible escapar de esa memoria
colectiva instaurada, al permitirle a su personaje del padre, reivindicar de igual forma el vivir
de un tormento que tarde o temprano puede ser superado. De esto, es que era sumamente
necesario, reconocer la escritura del autor para poder evidenciar el avance que existe en su
90
narrativa, a su vez poder comparar y conocer las similitudes y diferencia que existen con sus
pares.
Ahora bien, desde los aspectos teóricos, era sumamente importante crear en el
marco teórico, una barrida histórica para los conceptos a trabajar ya que como se puso en
evidencia la novela se crea bajo este eje fundamental que es la memoria, y que a medida
que esta operación se realiza en cada uno de los personajes, ha de sacar de ella los
sentimientos de nostalgia y melancolía que como quedó expuesto en el análisis conforman o
son parte principal de estos dos personajes principales.
91
esta la que realmente habla en la voz del padre, ya que la experiencia ha dejado a este sin la
capacidad de poder avanzar, hasta que a través del perdón logre liberar en cierto modo la
experiencia tormentosa adquirida en la dictadura. Ya perdonado es posible aceptar la imagen
y el recuerdo sin que la herida lo guie al delirio, permitiendo así poder observar como las
voces del pasado ya no gritan en el presente.
Dando pie al cierre de las ideas presentas, es que es importante considerar que la
investigación que se ha realizado de El brujo de Álvaro Bisama, no pretende cerrar las
posibilidades de profundizar en ésta, pues como se sabe la memoria es un tema recurrente
en la narrativa Chilena. También si se considera que la obra en cuestión fue producida en el
año 2016, los análisis y proyecciones acerca de la novela son escasos, por lo que existe una
gama de temáticas que aún pueden ser exploradas, entre ellas la figura materna, el rol de
otros personajes expuestos, o la similitud que presenta la obra con el contexto social chileno
del periodo de dictadura. Lamentablemente haberlos considerado, habría abierto aún más el
campo de lectura, extendiendo la línea de la investigación, lo que podría haber conllevado a
perder el horizonte de esta. Es así que se han considerando los aspectos más relevantes
para poder cumplir con lo que se buscaba en esta investigación logrando el análisis ya
expuesto.
92
7. Referencias Bibliográficas
I. Bibliografía general
93
Piglia, Ricardo. El arte de narrar. Santiago, Chile. 2005
Steiner, G. (2005). Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento. México: ESPA
PDF.
Calderón, T. (1994). La literatura chilena en los últimos veinte años. Revista de
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