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APOCALIPSIS 12

El tema central del libro de Apocalipsis se presenta en tres partes


así:
1. Israel como señal histórica de todos los tiempos, capítulo 12
2. La bestia, la historia de la humanidad sin Dios, capítulo 13
3. Cosecha final definitiva de hijos de Dios y destrucción final de una
humanidad sin Dios, capítulo 14.

Esto significa que estos capítulos no son continuación temática de


capítulos anteriores, ni el inicio de capítulos siguientes. (Véase en “La
Estructura Concéntrica” lo que significa el centro de un texto). Estos capítulos
centrales hacen referencia a las señales que provienen de Dios relacionadas
con el fin de la historia de la humanidad.

Me pareció interesante comenzar el estudio del libro de Apocalipsis con


este capítulo 12, especialmente por el contenido histórico del pueblo de Israel,
en su regreso a su tierra y a su nacionalidad, lo cual constituye una de las
grandes señales del fin de los postreros tiempos de la humanidad.

El siguiente es el diagrama concéntrico del capítulo 12:

A. La mujer, la gran señal, y el Dragón, 12:1-5

B. La mujer sustentada en el desierto por 1.260 días, 12:6

C. El dragón es lanzado fuera del cielo, 12:7-9

D. Salvación, poder, reino y autoridad, 12:10a

C’. El dragón, acusador de los hermanos, es expulsado y vencido, 12:10b-12

B’. La mujer sustentada en el desierto por tiempo, tiempos y la mita de


un tiempo, 12:13-16
A’. Persecución del Dragón a la iglesia de Dios, 12:17

Se estudiará este capítulo 12 de Apocalipsis analizando cada punto de su


estructura concéntrica.
A
La mujer, la gran señal, y el dragón

12:1-5
1
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con
la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce
estrellas. 2Estaba encinta y gritaba con dolores de parto, en la angustia
del alumbramiento.
¡Una gran señal en el Cielo!

Esta expresión es única en la Biblia; hace referencia a un gran presagio de


algo que va a suceder en el futuro. Es un gran anuncio que debe ser
reconocido por todos los que hacen parte del pueblo de Dios. Se trata de algo
de suma importancia que hay que tener en cuenta en un estudio serio de
Apocalipsis.

Esta gran señal tiene que ver con una mujer, quién es, lo que le sucede y lo
que le va a suceder al final de los tiempos.

En primer lugar se trata deuna mujer vestida del sol, con la luna debajo de
sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Esta imagen hace referencia al sueño que José presentó a su padre, Jacob,
en Génesis 37:9-10:

Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo, He aquí que he soñado
otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo
contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño
es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos
en tierra ante ti?
Las estrellas tienen que ver con los hermanos de José, hijos de Jacob, que
más adelante llegarán a ser las doce tribus de Israel; el sol hace referencia a
Jacob mismo y la luna a la esposa de Jacob y madre de José. Esta mujer de
Apocalipsis 12:1 señala, sin duda alguna, pues, a las doce tribus de Israel: el
vestido del sol se refiere a Jacob, el padre del pueblo de Israel, y la luna
debajo de sus pies, a la madre de Israel.

Esta gran señal que aparece en este primer versículo de Apocalipsis 12 hace
referencia específica al pueblo de Israel y lo que tiene que ver con él en este
capítulo.

La mujer, se dice en el versículo 2, está en la angustia del alumbramiento,


pues da a luz un hijo varón, que sin lugar a dudas ser refiere al Señor
Jesucristo.

Los judíos siempre vieron a Israel como la mujer, la Madre Sion (ver Isaías
66:7–9); para Juan representaba la “madre” de la comunidad mesiánica, el
pueblo mismo de Israel. Israel, resulta ser, pues la madre histórica del Mesías.

Juan, en este caítulo, le da importancia tanto a la mujer (Israel) como a la


criatura que da a luz, esto es, al Mesías el Hijo de Dios. La grandeza de esta
mujer (el pueblo de Israel) está precisamente en el Mesías que da origen. Aún
más, el pueblo de Israel fue nacido y establecido para este fin. A Abraham, el
padre del pueblo de Israel, Dios mismo le dijo: En tu simiente serán benditas
todas las naciones de la tierra, Génesis 22:18 y Pablo completa la promesa
diciendo que esa simiente era Cristo, Gálatas 3:16. Es por esta razón que en el
Antiguo Testamento es anunciado el Mesías, en los ritos de expiación, en la
realización de la pascua, y en textos contundentes como Daniel 7:13-14;
Isaías 53; I Crónicas 17:11-14 y muchos otros más. Israel fue formado para la
llegada del Mesías, que llega a ser el rey y Señor de la tierra.

Pero lo clave de esta mujer, como la gran señal, es que está para dar a luz
al Mesías, Jesús el Hijo de Dios; y empieza mostrando el nacimiento del
Mesías, prometido en las Escrituras del Antiguo Testamento, de una manera
única, relacionado con el pueblo de Israel; y que muestra la persona de Jesús
como el clímax y el resultado final de la existencia del Israel de todos los
tiempos.

Esta es la primera parte de la señal: la mujer, Israel y su identidad como


madre del Mesías.

Otra señal: El dragón escarlata


3
También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón
escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete
diademas; 4 y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del
cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer
que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como
naciese. 5 Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a
todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.

Luego de esta presentación, el apóstol Juan muestra otra señal en el cielo:

Un gran dragón escarlata con siete cabezas y diez cuernos, y en sus


cabezas siete diademas.

Este gran dragón escarlata es identificado por Juan en el versículo 9, como


el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero.
Con relación a este dragón escarlata Ricardo Foulkes escribe:

…grande, no sólo para referirse a su tamaño sino también a su


importancia y eficacia…. Para reforzar la impresión aterradora de fuerza
sin límite, el dragón tiene siete cabezas, como muchos monstruos de
mitos cananeos y egipcios, y sobre cada cabeza reposa una diadema, la
corona que habla de gran soberanía. Juan menciona también diez
cuernos, sin preocuparse por la distribución de los mismos sobre las
siete cabezas; evidentemente no piensa tanto en lo visual… porque así
como siete simboliza la plenitud… diez nos habla de una capacidad
grande pero limitada…1

Nos muestra además el texto que su cola arrastraba la tercera parte


de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra.
Estas estrellas se refieren a otros ángeles caídos por influencia de
Satanás, que toman el nombre de demonios. Esta figura la podemos leer en
Daniel 8:10: Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y
de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó, hablando del cuerno pequeño de
la bestia, instrumento de Satanás como se ve en Apocalipsis 13:2.

1
Ricardo Foulkes, El Apocalipsis de San Juan. Una lectura desde América latina, Buenos
Aires: Nueva Creación, 1989, 131-132.
4
…y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin
de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
Esta situación hace alusión a Herodes quien buscó matar al niño Jesús que
había nacido en el pueblo de Belén, lo cual no le fue permitido, Mateo 2:1-18.
Satanás pensó que podía evitar el nacimiento del Mesías para evitar que él
llegara a destruir su reino sobre el mundo.
5
Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a
todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
Es una manera de describir el nacimiento del Mesías, el Señor Jesucristo,
que será el Rey y Señor de todas las naciones de la tierra. Expresa también el
arrebatamiento del Señor Jesús al trono de Dios después de su muerte en la
cruz y la resurrección de entre los muertos.

El dragón es lanzado fuera del cielo


12:7-9
7
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles
luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, 8pero
no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9Y fue
lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama
Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la
tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

Por la ascensión de Cristo a los cielos, Satanás fue expulsado y arrojado a la


tierra (12:8). Esto era lo que seguramente temía Satanás. La muerte,
resurrección y exaltación de Jesús resulta ser, en primer lugar, un inicio de la
destrucción definitiva de Satanás, el que ha sido el engañador de la
humanidad, desde el primer hombre Adán. Con la muerte de Jesucristo
Satanás ya no tiene ninguna autoridad sobre la humanidad. Colosenses 2:14-
15. Cristodespojando a los principados y a las potestades, los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Esta batalla se produce en el cielo. Miguel, el príncipe celestial y sus
ángeles del cielo contra Satanás y sus ángeles (demonios). Esta lucha
tiene su final con el lanzamiento de Satanás y sus ángeles de los lugares
celestiales a la tierra. Esta lucha está anunciada en el libro de Daniel:

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los
hijos de tu pueblo… Daniel 12:1. Miguel, uno de los principales príncipes,
(celestiales) vino para ayudarme. Daniel 10:13.

Se hacen notar en este capítulo 12, pues, Los efectos del nacimiento,
muerte, resurrección y exaltación de Jesús, el Mesías, con la expulsión de
Satanás de las alturas celestiales; y con la salvación traída a la humanidad.

Salvación, poder, reino y autoridad


12:10a
10
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: «Ahora ha
venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la
autoridad de su Cristo,
Esta primera parte del versículo 10 está en el centro del capítulo 12,
pues en él se proclama la salvación al mundo entero, salvación que estaba
preparada por Dios y anunciada el Antiguo Testamento a través de los profetas
y a través de la historia misma del pueblo de Israel.

La importancia de Israel, pues, es que a través del desarrollo de esta


nación vino la salvación del mundo, concretada en la venida del Mesías.

De esta manera la gran señal histórica de la mujer, que es la nación de Israel,


se presenta expresada en su relación con el Mesías, la salvación que llegó para
el mundo entero a través de él y la derrota final de Satanás el enemigo de
Dios, que ha reinado en la tierra.
C’
El dragón, acusador de los hermanos, es expulsado y vencido
12:10b-12

10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la


salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su
Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros
hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la
palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la
muerte. 12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay
de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido
a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.

Jesucristo vino pues a vencer a Satanás, y con ello trae la salvación a la


humanidad.

A esta expulsión de Satanás el autor añade que ha sido lanzado fuera el


acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios
día y noche. Con la muerte, resurrección y llegada de Cristo a la gloria se
acaba la acusación de pecado de parte de Satanás, puesto que Cristo vino a
cargar con la culpa de todos los pecadores quienes, por la sola fe en la
salvación traída por el Mesías, son perdonados sus pecados y justificados para
siempre.
B
La mujer sustentada en el desierto por 1.260 días

12:6

6
La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios para
ser sustentada allí por mil doscientos sesenta días.

B’
La mujer sustentada en el desierto por tiempo, tiempos y la
mitad de un tiempo

12: 13-16

13
Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la
mujer que había dado a luz al hijo varón. 14Y se le dieron a la mujer las
dos alas de la gran águila, para que volara de delante de la serpiente al
desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la
mitad de un tiempo.

Estos versículos del capítulo 12 de Apocalipsis son paralelos y claves en


el texto, pues muestran la razón por la cual esta mujer (Israel) resulta ser una
gran señal histórica.

Esta mujer huye al desierto después de dar a luz a su hijo, esto es, a
Jesucristo “Hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1:1), y después de que
fuera “arrebatado para Dios y para su trono” (Ap.12:5). Es en este desierto
en donde la mujer “tiene lugar preparado por Dios para que allí la sustenten
por mil doscientos sesenta días”.
En los versículos 13-14, el Dragón se dedica a perseguir a la mujer (esto
es a Israel). Es entonces cuando se le dieron a la mujer las dos alas de la gran
águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar,
donde es sustentada por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo.
Juan describe esta situación presentando a la mujer volando al desierto
sobre las dos alas de la gran águila, haciendo alusión, sin lugar a dudas, a la
salida de Israel de Egipto, como aparece en Éxodo 19:1-4:

Llegaron al desierto de Sinaí… y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó


desde el monte, diciendo:…. Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y
cómo os tomé sobre alas de águila, y os he traído a mí.

Es necesario recordar que después de la manifestación de Dios en el


Monte Sinaí y del pacto que Dios celebró con el pueblo de Israel, el Señor pide
a 12 espías que reconozcan la tierra prometida, es decir la tierra que Dios le
iba a dar al pueblo para que se establecieran allí y formaran la nación de
Israel. Los espías una vez que regresaron después de cuarenta días incitaron al
pueblo a que se rebelara contra Dios. Dios se enoja y hace que el pueblo
camine en el desierto por cuarenta años hasta que mueran los hombres que se
rebelaron contra Dios, excepto Josué y Caleb que no lo hicieron. El pueblo pues
camina cuarenta años por el desierto hasta que conquistan la tierra donde se
establece como la nación de Israel hasta el año 70 después de Cristo.

Al salir Israel de su tierra, que le es quitada por Roma, en este año


setenta es algo así como regresar al desierto ya no para caminar por cuarenta
años sino por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo para recuperar su
tierra.

Los mil doscientos sesenta días de la mujer en el desierto, que aparece en


el versículo 6, paralelo al versículo 13, y que hace alusión a tres años y medio,
no es otra cosa que un número que ayuda a entender la expresión simbólica de
tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Para el autor se trata de la mitad de
la semana de tiempos. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que Israel va estar fuera de
su tierra por media semana de tiempos?

Cualquier lector cristiano o judío que hubiera leído estos versículos 6 y 13


del capítulo 12 de Apocalipsis seguramente debió entender que este texto
hacía relación a la salida de Israel de su tierra, Jerusalén y Judea, después de
que la ciudad de Jerusalén y su templo habían sido destruidos en el año 70
después de Cristo. El Imperio Romano expulsa a todos los habitantes judíos de
su tierra, prohibiendo su regreso a ella.

Se trata, sin duda alguna, de una visión profética de la dispersión de Israel


después de la destrucción del templo en el año 70 después de Cristo, y la
manera como ha sido preservada por Dios en todo este tiempo de la
persecución hasta el regreso y posesión nuevamente en el año 1948.

En el año 70 D.C. El pueblo de Israel es desterrado de su tierra. Jerusalén


es pisoteada por los gentiles hasta que el evangelio sea predicado en el
mundo,

Esta realidad fue anunciada en Apocalipsis 11:1-2:

1
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me
dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en
él.
2
Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas,
porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa
cuarenta y dos meses.
La ciudad de Jerusalén y el templo físico (exterior) es entregado por Dios a
los gentiles quienes hollarán la ciudad santa por cuarenta y dos meses, que es
lo mismo que tres años y medio, y que es otra frase para referirse a la
expresión profética que Juan toma de Daniel: tiempo, tiempos y la mitad de
un tiempo.
Los gentiles se apoderan de Jerusalén y de Judea, y el pueblo de Israel es
echado de su tierra.

La situación de Israel que aparece en este capítulo 11 de Apocalipsis fue


anunciado por el Señor Jesús, en Lucas 21:20-24:

20
Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces
que su destrucción ha llegado.

El Señor Jesús está anunciando la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.


24
Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones;
y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los
gentiles se cumplan.
El Señor Jesús, junto con la destrucción de Jerusalén en el año 70, anuncia que
los hijos de Israel serán sacados de su tierra para vivir como cautivos fuera de
su tierra. Por cuánto tiempo? Hasta que los tiempos de los gentiles se
cumplan, en palabras de Apocalipsis 11; esto es, el tiempo que será hollada la
ciudad santa, cuarenta y dos meses, es decir, por tiempo, tiempos y la mitad
de un tiempo.
En el año 70 D.C. El pueblo de Israel es desterrado de su tierra y Jerusalén
es entregada a los árabes posteriormente; de esta manera Jerusalén y el
templo son pisoteados por los gentiles cuarenta y dos meses, esto es, por
tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo. Aún el día de hoy, Israel no se ha
podido librar de los árabes que adoran frente a la mezquita de Alá, edificada
precisamente en el templo santo de Israel.

El Señor Jesús, además, advierte: 22Porque estos son días de retribución, para
que se cumplan todas las cosas que están escritas.
Es decir que ya están anunciadas estas cosas, precisamente en el profeta
Daniel 9:26-27 y 12:7 que lo estudiamos en el capítulo anterior y que veremos
más adelante.

Este tiempo altamente simbólico que trae aquí el apóstol Juan nos
transporta, pues, obligadamente a las profecías de Daniel que hablan de Israel
y su proyección histórica y escatológica relacionándolo con los sistemas
políticos mundiales a los que les da el nombre de bestias y la bestia. Y es en
Daniel donde hay que encontrar el significado de este tiempo simbólico.

El profeta Daniel, en efecto, utiliza la frase tiempo, tiempos y la mitad de un


tiempo para referirse tanto a la bestia (7:25) como al pueblo de Israel (12:7).
Nos pudimos dar cuenta, igualmente, que esta frase está relacionada con la
figura de los siete tiempos de la bestia, haciendo referencia simbólica, el autor,
al rey Nabucodonosor, (Véase Daniel capítulo 4).

Esta historia de la humanidad expresada en siete tiempos, regida por la


bestia aparece en Daniel dividida en dos: tres tiempos y medio / tres tiempos y
medio, a eso se refiere la expresión tiempo tiempos y la mitad de un tiempo.
La primera mitad de los tiempos se da hasta la cuarta bestia, que se refiere al
Imperio Romano, que aparece en Daniel como la última bestia extendida en
diferentes formas hacia adelante, y que habrá de extenderse por tiempo,
tiempos y la mitad de un tiempo. Esto es, la otra mitad de la historia de la
humanidad, dirigida por la bestia. Daniel 7:23-27, que resumimos así:

La cuarta bestia (Iniciada por el Imperio Romano) será un cuarto reino en la


tierra… y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez
reyes… y serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y la mitad de
un tiempo. Esta situación de esta bestia será entendida mejor en el estudio
capítulo 13 de Apocalipsis que habla de esta bestia y el tiempo designado a ella
(Apocalipsis 13:5).
Es decir que, con el Imperio Romano, especialmente, con la venida y muerte
de Jesucristo, comienza la otra mitad de la historia de la humanidad. Esto
quiere decir que con Jesucristo la historia de la humanidad se parte en dos:
Antes de Cristo y después de Cristo.

Recordemos que los siete tiempos de la bestia hace referencia a la semana


histórica, a todos los tiempos, esto es, a toda la historia de la humanidad
regida por la bestia, antes de Cristo y después de Cristo.

Recordemos que en Daniel, de Israel también se dice que a la mitad de la


semana de tiempos (de acuerdo al simbolismo que está usando Daniel), Dios,
el Señor de la historia, hará cesar el sacrificio y la ofrenda (Daniel 9:27). ¿De
qué manera?, esto lo ha especificado antes: se quitará la vida al Mesías y el
pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario … A la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
El sacrificio y la ofrenda, tiene su fin en Israel con estos dos eventos
históricos que se dan uno después de otro, como lo estudiamos en Daniel
9:26-27; estos eventos suceden en la mitad de la semana de tiempos. Pero es
en Daniel 12: 6-7, que aparece el regreso de Israel a su tierra después de la
otra mitad de la semana histórica, que resumimos así:

¿Cuándo será el fin de estas maravillas?... Será por tiempo, tiempos, y


la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del
pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.
Le queda, pues, a Israel la otra mitad de su historia, para que se acabe
la dispersión de su poder como nación, recupere su tierra, y cumpla el
propósito de Dios, el Señor de la historia.

Por eso es que la mujer, que es Israel, es llevada al desierto por tiempo,
tiempos, y la mitad de un tiempo, al fin de los cuales recupera su tierra y su
nacionalidad. Esto quiere decir que la historia del pueblo de Israel se parte en
dos: antes de la destrucción de Jerusalén y del templo en el año 70 después de
Cristo, y después de esta destrucción de Jerusalén y del templo.

Otro aspecto interesante con relación al regreso de Israel a su tierra, y


la recuperación de la misma que es necesario tener en cuenta, aparece en:
La tierra ayuda a la mujer, Israel

APOCALIPSIS 12:15-16

15
Y la serpiente arrojó de su boca tras la mujer, agua como un río, para que
fuese arrastrada por el río. 16 Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la
tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su
boca.

Esta profecía escatológica sólo es posible entenderla en nuestro tiempo.


Pues, una vez que el texto habla del regreso de Israel a su tierra en los
versículos anteriores (Apocalipsis 12:14) y declarado en Daniel 12:7, entonces
el autor de Apocalipsis presenta al dragón arrojando de su boca agua como un
río para arrastrar la mujer por el río para que, de esta manera, sea destruida.

Esto es fácil de entender, pues sabemos que Adolfo Hitler, canciller alemán,
propicia la persecución y asesinato sistemático del pueblo judío, que se ha
llamado el Holocausto nazi, en el que seis millones de Judíos son asesinados
por el sistema. Después de la segunda guerra mundial que acabó con Hitler y
su sistema antisemita en 1947, la ONU aprobó un plan de la creación del
estado judío. En mayo de 1948, David Ben Gurión proclamó el Estado de
Israel. De esta manera es como el pueblo de Israel regresa a su tierra.

El dragón, utiliza a Hitler para destruir al pueblo judío arrojando un río para
acabar con él; pero la tierra misma, la ONU, se encargó de tragar ese río y
darle la tierra a Israel.

Conclusión
Con la repetición de la idea de la mujer en el desierto por esta “media
semana profética”, el autor pretende destacar la gran señal histórica de la que
es objeto el pueblo de Israel y el regreso a su tierra al final de los tiempos.

No es posible desconocer el milagro histórico de una nación que, después de


haber perdido el territorio donde se había desarrollado por más de mil años, se
mantenga viva y siga desarrollándose por casi dos mil años más, fuera de su
tierra, y que, al final de ellos, recupere la tierra que había sido suya y se reviva
la nacionalidad que había perdido. Esto sólo es posible por la obra misma de
Dios, el Señor de la historia. Además fue un evento anunciado por Dios siglos
antes que sucediera su exilio.
La nación de Israel, de esta manera, se constituye en una señal histórica de la
realidad de un Dios que es el Señor de la historia, que todo lo prevé, y que
tiene dominio de los poderes humanos, pero también del fin de estos poderes
humanos enemigos de Dios y aún del verdadero comienzo del fin del mundo
como se puede ver en el libro de Apocalipsis.

A’

Persecución constante a la iglesia de Dios

12:17
17
Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer y se fue a hacer la
guerra contra el resto de la descendencia de ella, contra los que
guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.

Después de la muerte y resurrección de Jesucristo, Satanás se dedica a


perseguir al pueblo judío, 12: 13-16 y, después, a la iglesia 12: 17 que es el
último versículo de este capítulo.

Cuando se escribió Apocalipsis el cristianismo había enfrentado dos


persecuciones atroces por parte de los emperadores romanos Nerón y
Domiciano.

El movimiento cristiano es altamente peligroso para el reino de las


tinieblas, que está relacionado con Satanás y su instrumento visible que es la
Bestia. Después de que Apocalipsis se escribiera han venido sobre el
cristianismo muchas otras persecuciones atroces a través de los siglos hasta
hoy. No obstante por largos períodos el cristianismo ha tenido reposo. Es en
estos tiempos cuando el cristianismo se ha extendido y se ha propagado por
todo el mundo.

En este momento en Colombia y en general en el mundo está


proclamada la libertad religiosa. La Iglesia ha entrado en un período de reposo.
Quizás sea el último reposo antes de la persecución final. Posiblemente es la
última oportunidad que tiene la Iglesia de extender el Reino de Dios en el
mundo. Este sistema imperial globalizante neoliberal nos está dando la
oportunidad. A nosotros nos corresponde extender el Reino de Dios en
Colombia y en el mundo entero. Tal vez es a nosotros los cristianos de este
tiempo a quienes nos ha correspondido empujar la historia hacia su final.

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