Este trabajo no solo busca analizar el estudio complejo y fascinante del
desarrollo del sistema nervioso desde la concepción hasta su madurez, sino también como la estimulación sensorial motriz favorece el desarrollo de ambos hemisferios cerebrales simultáneamente promoviendo así el desarrollo de la inteligencia del gestante.
El sistema nervioso se origina a partir de la placa neural que se invagina para
formar alrededor de la 3a a 4a después de la concepción y solo después de la 5a semana se desarrollan una serie de curvaturas que son las encargadas de establecer las divisiones entre las diferentes regiones del cerebro, y es así que se hacen visibles los hemisferios cerebrales como un par de vesículas, es de resaltar que desde el momento de la fecundación el embrión puede recibir estímulos neuro-biologicos. Muchas veces los padres piensan que el aprendizaje de un niño comienza una vez que ha abandonado el vientre materno, sin embargo, está probado científicamente que la estimulación en el útero contribuye al desarrollo intelectual sicomotor y emocional del bebé, principalmente de sonidos suaves como el viento, el trinar de los pájaros, la voz o los latidos del corazón de la madre. De acuerdo con diversos estudios se ha demostrado que la música de Mozart y Vivaldi, especialmente seleccionada, influye en el desarrollo de la inteligencia, aumenta la creatividad y prepara al organismo para la vida futura, fuera del útero.
Así como va creciendo físicamente, va incrementando sus habilidades cada
vez más complejas que le permitirán interactuar con las personas y su medio ambiente para hacerlo un ser autónomo e independiente. Cuando el infante nace, sus movimientos y actos son respuestas reflejas, de ahí que necesiten estímulos que le brinden las experiencias necesarias para convertir ese estado reflejo en uno voluntario.
Los recién nacidos tienen al nacer miles de millones de células cerebrales o
neuronas, entre las cuales se establecen conexiones, llamadas sinapsis, que se multiplican rápidamente, al entrar en contacto el neonato con la estimulación exterior. Estas sinapsis dan lugar a estructuras funcionales en el cerebro, que van a constituir la base fisiológica de las formaciones psicológicas que permiten configurar las condiciones para el aprendizaje. Ya sabemos que los distintos circuitos neuronales, por donde va a discurrir toda la información del ser humano se forman en la primera infancia
En la vida de un recién nacido, los reflejos neonatales juegan un papel muy
importante, puesto que son aquellas respuestas automáticas y mecánicas del Sistema Nervioso Central a estímulos que se producen antes del desarrollo de los movimientos voluntarios, entre los reflejos más importantes encontramos el moro, presión palmar, presión plantar, hociqueo, marcha, entre otros. Es importante tener en cuenta que todos los niños se desarrollan en forma diferente y a su propio ritmo. Pueden retrasarse por enfermedades intercurrentes, mal nutrición o trastornos motores. En casos de debilidad mental, el desarrollo también puede ser desparejo.
Por lo anteriormente dicho se puede concluir que el sistema nervioso en su
conjunto del ser humano es una «máquina» extraordinariamente sofisticada que regula todas las funciones del cuerpo; su proceso de construcción es largo y se desarrolla en varias etapas, desde el mismo momento de la concepción hasta el tercer o cuarto año de vida postnatal