Vous êtes sur la page 1sur 49

Diagnóstico Local Participativo

Infancia y Adolescencia en el territorio


de Alerce
Índice

Antecedentes Contextuales……………………………………………………………………..3 - 4
Una deuda de la infancia……………………………………………………………………….4 - 7
Planteamiento del problema……………………………………………………………………. 7 - 8
Objetivos…………………………………………………………………………………………9
Marco Referencial Territorial……………………………………………………………………9 - 10
Antecedentes teóricos…………………………………………………………………………… 11- 24
- Representaciones Sociales…………………………………………………………………….11- 12
- Subjetividad…………………………………………………………………………………….12 - 13
- Sentido de Pertenencia…………………………………………………………………………13 - 14
- Participación…………………………………………………………………………………… 14 - 17
- Promoción y Prevención……………………………………………………………………… 17 - 18
- Apoyo Social………………………………………………………………………………….. 18 - 20
- Nivel Ambiental – Ecológico…………………………………………………………………. 20 -21
- Identidad Social Urbana………………………………………………………………………. 21- 22
- Gentrificación y Zonificación……………………………………………………………….. 22- 23
- Enfoque Histórico – Cultural………………………………………………………………… 23 - 24
Marco Metodológico……………………………………………………………………………..25 - 35
Discusión………………………………………………………………………………………….35- 41
Conclusiones………………………………………………………………………………………41 -42
Referencias Bibliográficas………………………………………………………………………..43 - 48
Referencia de Figuras……………………………………………………………………………. 48

2
Antecedentes Contextuales

Para introducir la reflexión, nos parece oportuno señalar los contextos en los cuales entendemos infancia
y adolescencia; y a su vez el desarrollo de salud mental infantil del país.
La concepción que tenemos del ser niño o niña hoy en día, entendiéndolo a éste como un sujeto de
derechos, es una concepción bastante nueva si lo pensamos a lo largo de la historia. Por otra parte,
diversas son las perspectivas y miradas sobre la construcción socio histórica de la niñez y la familia.
En el año 1924, la Sociedad de Naciones organismo fundado después de la primera Guerra Mundial, crea
el primer documento que inicia un nuevo camino hacia la protección de los derechos humanos en el siglo
XX, la Declaración de Ginebra, la cual proclama, que “la humanidad debe dar al niño lo mejor de sí
misma”.
Luego de la segunda Guerra Mundial la ONU, manifiesta la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, como una forma de establecer garantías a los seres humanos, por las atrocidades cometidas
durante la guerra.
Varios años después, y con la premisa de las declaraciones anteriores, la ONU aprobó la Declaración
Universal de los Derechos del Niño y se propone la creación de una Convención sobre los Derechos del
Niño (CDN), la cual será aprobada luego de diez años y tendrá un valor fundamental ya que se configura,
de acuerdo a lo planteado por Cillero como "un instrumento destinado a la no discriminación, a la
reafirmación del reconocimiento de los niños como personas humanas, en toda la acepción y sin
limitaciones, respondiendo a la necesidad de contar con instrumentos jurídicos idóneos para proteger sus
derechos." (s.f., Citado en Bremermann, 2016)
Cillero plantea además que, "presenta un nuevo esquema de comprensión de la relación entre el Estado,
las políticas sociales y el niño, así como también constituye un desafío permanente para el logro de una
verdadera inserción de las niñas y los niños, y sus intereses, en la decisión de los asuntos públicos. "(s.f.,
Citado en Bremermann, 2016)
Uno de las principales características que promueve la Convención, es el principio de la autonomía
progresiva, la cual se manifiesta con gran relevancia, sobre todo en las legislaciones de América Latina,
puesto que los niños y adolescentes que contempla la gran mayoría de las legislaciones en este territorio,
permite hacer operativas fórmulas como la responsabilidad especial de los adolescentes ante la ley penal o
el reconocimiento de los derechos de participación y expresión.
Con lo cual, se deja de lado el argumento de que los padres tienen poder sobre sus hijos, debido a que los
niños, niñas y adolescentes carecen de autonomía; esto representa que los deberes jurídicamente
reconocidos de los padres no son poderes ilimitados sino funciones jurídicamente delimitadas hacia un

3
fin: el ejercicio autónomo progresivo de los derechos del niño que, en casos calificados de
incumplimiento, deben ser asumidos por el Estado (artículos 9 y 20 de la CDN.
Razón por lo cual, el énfasis que se hace en las políticas sociales, la limitación de la intervención tutelar
del Estado, permitirá que la creación de políticas públicas orientadas a la niñez se organicen de una forma
diferente promoviendo la participación de la niñez en la sociedad.

Uno de los puntos de participación que más han sido dejados de lado por el Estado de Chile es el que se
refiere a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes.
La salud mental entendida como un derecho humano, forma parte esencial del derecho a la vida. Afirma
Kakuk (2008) “Dicho reconocimiento, refiere a un devenir contextualizado y condicionado por la
singularidad histórica, social, económica, política de cada cultura. Su protección y perfección envuelve un
proceso de cimentación social que está articulando el ejercicio efectivo de todas las libertades
fundamentales como el derecho al trabajo, la vivienda, a la educación, entre otras” (p.71-72, citado en
Bremermann, 2016)

Una Deuda a la Infancia

Durante la contemporaneidad los cambios experimentados en el entramado social, han presentado un


nuevo reto para quienes intervienen en el área de las ciencias sociales, las nuevas formas de pobreza, los
movimientos migratorios, sumado a la amplia vulneración de derechos, se han convertido en el escenario
de la intervención. (Carballeda, 2008).

Estas problemáticas o dilemas representados psicosocialmente, mantienen un impacto directo en el


malestar psicológico del individuo, y a su vez, a la inversa, demostrando la reciprocidad entre el individuo
y su contexto social, condicionándose mutuamente. Así los costos asociados a salud (no sólo la salud
mental, sino, antes bien, planteados en términos generales) acarrean costes sociales y económicos. En este
sentido, no sólo cabría plantearse los costos en servicios sanitarios, a ellos se les debe adicionar; el
desempleo y la baja productividad, los que ocasionan problemas familiares gracias a la inestabilidad
económica. Además de los costos asociados al crimen e inseguridad de la ciudadanía, Y, por otro lado, la
desarticulación en la comunidad. En este escenario no es extraño vislumbrar que en la praxis clínica se
abordan las problemáticas desde el sujeto, dotando la relevancia de su ambiente a aspectos más bien
secundarios, es aquí donde se percibe que la influencia ocasionada desde el ámbito social, no está
necesariamente relacionada con los diagnósticos psicopatológicos (Bang, 2014). Sin tener en cuenta

4
aspectos sociales y sus dinámicas, resultan infructíferos los intentos por disminuir la prevalencia, “esto
nos llevaría a la hipótesis de un aumento de la prevalencia de enfermedad cuando se trata de un fenómeno
de erosión de vínculos comunitarios” (Stolkiner, 1994). Ya en lo cotidiano, en razón de un malestar
interno “las relaciones sociales, en tanto construcción de procesos de identificación y subjetivación, se
dificultan a partir de distintas formas de una crisis de pertenencia e identidad, ligada a la caída de las
formas típicas de socialización” (Carballeda, 2008).

Por tanto, en relación con anterior, Esto implica, poder considerar el cambio epistemológico adecuado
que nos permita comprender que el padecimiento individual de una enfermedad, tiene procesos dinámicos
entablados en lo relacional y colectivo (Almeida-Filho & Paim, 1999).

Lo anterior realza su énfasis al ser considerado con la infancia, la constitución de las subjetividades en
relación a las dinámicas generadas desde sus círculos cercanos. En un estudio realizado en Chile con
NNA, tras la aplicación de las pruebas DISC-IV para evaluación de la presencia de trastorno mental, el
uso de servicios de salud mental, evaluada por una versión modificada del instrumento Service
Assesment for Children and Adolescent (SACA) y la escala Family Assesment Device (FAD) para la
evaluación de la disfunción familiar, determinó que "la presencia de patología se asocia a la disfunción
familiar, al antecedente de psicopatología en la familia y no vivir con ambos padres, tanto en el análisis
bivariado como multivariado y la comorbilidad es un hallazgo en más de 25% de los casos." y, por otro
lado, "la mayoría de los niños y adolescentes con diagnóstico no reciben atención y hay una brecha
asistencial de 66,6% para cualquier tipo de trastorno que sube al 85% cuando se considera sólo el sistema
sanitario formal." (Vicente, Saldivia, De la Barra, Melipilla, Valdivia & Kohn, 2012). Lo anterior expresa
la importancia de prestar atención a los NNA en un contexto tan adverso como el mencionado los
párrafos anteriores, comprendiendo que el inicio de un gran número de trastornos tienen su inicio a una
edad temprana, así como la responsabilidad de las familias en tanto dinámicas interaccionales y su efecto
en el inicio y desarrollo de patologías, y, por otro lado, la responsabilidad de los gobiernos por invertir en
medidas eficaces.

En un informe emitido por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (2017) tras el diagnóstico
elaborado por un Comité de Derechos Humanos, a razón de la muerte de Lissette Villa en un centro de
sename, declara que tal comité estableció “que en Chile han existido “violaciones graves y sistemáticas” a
los derechos de la infancia vulnerable en los últimos 40 años, esto es, a partir de la creación de Sename en
1979.” (MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS, 2017), en el mismo documento, a

5
modo de resumen de lo dictaminado por el Comité, expresa que Chile es responsable por graves
violaciones, entre ellas estás:
“violación de su obligación de respetar los derechos de los NNA durante su estadía en las residencias
de administración directa del Estado, que ha resultado en una re-victimización de los NNA por parte del
personal”; (b) “violación de su obligación de proteger por no proveer la protección y el cuidado adecuado
a NNA que entran en el sistema de protección residencial por haber sido víctimas de vulneraciones de
derechos, ni los cuidados necesarios para la recuperación y rehabilitación física y psicológica de los
NNA”; y (c) “violación de su obligación de hacer cumplir los derechos de los NNA por la inexistencia de
medidas efectivas y oportunas para poner fin a las violaciones de derechos, tanto en su familia de origen
como en las residencias de administración privada”. (MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS
HUMANOS, 2017).

El desarrollo de la infancia se produce en compañía de los padres o cuidadores con quienes establecerán
una vinculación afectiva, llamado apego, al respecto los autores Gómez, Muñoz y Santelices (2008)
señalan:

“La teoría del apego asigna una importancia central a los vínculos afectivos tempranos que se generan
entre el bebé y su cuidador o cuidadores primarios. Establece que existe una motivación intrínseca en los
seres humanos a generar lazos emocionales prolongados y consistentes, desde el nacimiento hasta la
muerte, con la función principal de obtener cuidado, protección y estimulación en su desarrollo evolutivo
por parte de una persona con más sabiduría o posibilidades de sobrevivencia” (Bowlby, 1969; Broberg,
2000; Berlin & Cassidy, 2001; Robinson, 2002; Lecannelier, 2004).

En el mismo texto, expresan que, de acuerdo a los autores Carlson, Cicchetti, Barnett & Braunwald, 1989;
Cichetti & Barnett, 1991; Hughes, 2004; Finzi, Ram, HarEven, Shnit & Weizman, 2001 (citados en
Gómez, et al, 2008) numerosas investigaciones acreditan las combinaciones de las formas de maltrato
provocan alteraciones en el apego, así el abuso, la negligencia, el maltrato físico y psicológico genera
apego ansioso/evitativo o desorganizado. Estas formas de apego predisponen a los NNA a algunas
problemáticas durante su desarrollo, en el mismo documento, los autores Robinson, 2002; Soares & Dias,
2007; Finzi et al., 2001; Pearce & Pezzot-Pearce, 2001 (citados en Gómez, et al, 2008) describen:

“Que estos niños pueden presentar mayor riesgo de trastornos de la conducta alimentaria, trastorno
oposicionista desafiante, agresividad en la edad escolar, problemas externalizantes, dificultades en el
manejo de emociones negativas, mayores niveles de estrés, mayor riesgo de desarrollar trastornos

6
ansiosos en la adolescencia y de síntomas disociativos tempranos, entre otros problemas de alta
complejidad”.

Sin embargo, y en conformidad con lo estipulado con Barth, Crea, John, Thoburn y Quinton, en el 2005
(citados en Gómez, et al, 2008) las variables en el ambiente influyen en el desarrollo del NNA por lo que
la predisposición a alguno de los tipos de apego no siempre garantiza en desarrollo de algún trastorno, ni
condiciona al sujeto a los problemas conductuales en el futuro, dado lo anterior es preciso tratarlos en el
contexto actual del niño.

Lo anterior nos da la opción de poder revertir los efectos de las violaciones a los Derechos Humanos en la
infancia, corregir las dinámicas interaccionales en las familias, entre otros similares, como conseguir el
desarrollo de recursos personales para la superación de acontecimientos negativos que perjudiquen el
desarrollo. Sin embargo, para ello es menester la aplicación eficiente y eficaz de programas preventivos,
fomentar la detección temprana de abusos, la ejecución de programas relacionados a la rehabilitación, etc.
empero, de acuerdo a los datos de la OMS (citado en Calvo, Errázuriz, Valdés & Vöhringer, 2015)el
ministerio de Salud de Chile, para el año 2007 el sector público destinó 2,14% de su presupuesto a la
salud mental y en el año 2012 el porcentaje destinado a salud mental fue de un 2,16%, porcentaje
notoriamente bajo, en especial cuando se plantea que lo establecido por el Plan Nacional de Salud Mental
para el año 2010 fue un 5,0%, lo que se traduce en programas deficientes o no poder contar con los
programas mejor diseñados para revertir lo anteriormente planteado en los párrafos en relación con la
situación de los NNA en Chile, que se convierte, en otras palabras en la deuda del estado a la infancia.

Planteamiento del problema

Pensar en una cultura de derecho infantil y salud mental en nuestra sociedad, es una tarea necesaria e
indispensable de realizar, en especial especulando que somos profesionales de las ciencias sociales,
ligados a la salud mental e insertos en un espacio público que se encuentra permeado por la noción de
infancia y adolescencia que promueve el Estado. Esta noción, no sólo afecta a la práctica clínica
comunitaria con los niños, niñas y adolescentes, sino que también a la práctica con los adultos por cuanto
la noción de infancia y adolescencia puede ser abordada sólo en su relación con la idea de derechos,
parentalidad y salud mental que el Estado despliega en sus diversos programas de salud y educación.
La intención que moviliza a esta investigación es dilucidar las percepciones que manifiestan los niños,
niñas y adolescentes, acerca de sus derechos, del territorio en el cual viven, de sus dinámicas familiares y
cómo éstos se implican en el desarrollo de la salud mental.

7
En consideración, a lo anterior es imprescindible indagar cuales son las representaciones sociales de los
niños, niñas y adolescentes, referentes a su sentido de pertenencia hacia su comunidad, a la representación
que tienen ellos mismos de ser habitantes de Alerce. Lo anterior nos permite comprender cómo se ha
construido dichas representaciones a través de los procesos de socialización y escolarización vividos.
La exploración de la subjetividad de los NNA, se constituye en el fundamento para desarrollar este
diagnóstico local participativo. Puesto que, es necesario considerar que los habitantes de este territorio, en
este caso NNA son sujetos creadores de su propia realidad, contribuyendo a sus dinámicas vitales,
formativas, familiares, educativas, entre otros; no sólo con sus experiencias, sino también con sus
motivaciones, expectativas y representaciones sociales, al desarrollo histórico - cultural de su territorio.

Se abordará el problema, mediante un diagnóstico local participativo, en el que participarán niños, niñas y
adolescentes, profesores, profesionales, entre otros. A fin de indagar las representaciones sociales y la
subjetividad de los participantes, frente a sus derechos y a su sentido de pertenencia con su territorio.
Se propondrá algunas articulaciones y resistencias desde el ámbito teórico con las percepciones de los
involucrados. Tomando la teoría desde la psicología ambiental, comunitaria y social.

8
Objetivo General

Conocer la percepción de los NNA respecto a las dinámicas que se manifiestan en su territorio, en este
caso Alerce, que impactan a la salud mental infantil y adolescente.

Objetivos específicos

● Conocer la subjetividad que revelan los niños y jóvenes referentes al sentido de pertenencia de la
comunidad de Alerce
● Conocer las problemáticas de estigmatización y segregación de la población infanto adolescente, y
su repercusión en su configuración de su Identidad social urbana
● Indagar las representaciones sociales que manifiestan los adolescentes del sector de Alerce, frente a
las dinámicas y patrones de socialización en su familia.
● Distinguir la conceptualización y percepción que los NNA acerca de las dinámicas de violencia y
agresión.

Marco Referencial territorial

La localidad de Alerce, existe desde la etapa de colonización alemana (1860-1900), pero se consolida en
la etapa de soberanía nacional (1900-1940) por dos razones: el paso de ferrocarriles por este sector y la
contribución de materia prima para la construcción de la ciudad de Puerto Montt.
El poblado de Alerce se originó en el camino de conexión entre Puerto Montt y el lago Llanquihue, área
de alerzales donde se ubicaron varias familias con sus respectivas hijuelas; este camino carretero entre
Melipulli[1] y Puerto Varas fue habilitado en el año 1863, este trayecto era de un día en vehículos de
cuatro ruedas con tracción animal, es decir, carretas. La llamada “Colonia del Camino” se fundó como
estación intermedia, muy cerca de Alerce. (Tampe, 2003 citado en González, 2005).
Con el paso del tiempo, y el producto de la dinámica socio económica que experimentó la región de Los
Lagos y en particular, la capital regional Puerto Montt durante los últimos 25 años, el territorio de Alerce
se transforma en una respuesta material rápida a la problemática habitacional que estaba afectando a la
ciudad, es así cómo se genera una solución de vivienda de fácil acceso para los sectores más vulnerables
de la comunidad, alcanzando niveles insospechados de ocupación.

9
Actualmente, Alerce se encuentra dividida en tres grandes áreas: Alerce Histórico, Alerce Norte y Alerce
Sur, que en conjunto tiene una cifra estimada de 60,000 habitantes, equivalente al 25% de la población
total de la comuna de Puerto Montt.
El explosivo crecimiento de la población, ha llevado a la formación de una localidad que manifiesta
dificultades estructurales de diversa índole, destacando las conectividades urbanas deficitarias, las que se
acrecientan considerando barreras físicas muy difíciles de franquear, como, por ejemplo, la existencia
línea de tren en desuso y la falta de acceso directo a la Ruta 5. Por otra parte, siguen persistiendo
problemas en los servicios sociales que son justamente los que posibilitan la subsistencia, seguridad y
acceso equitativo al conjunto de la población a los diferentes servicios públicos. En el área de salud, los
habitantes de Alerce en su conjunto presentan una mayor dificultad para acceder a este tipo de servicio,
debido principalmente a los problemas de frecuencia de movilización y tiempo promedio de
desplazamiento, el cual alcanza aproximadamente los 60 minutos hasta el Servicio de Urgencia del
Hospital de Puerto Montt, puesto que en el territorio solo cuentan con un Cesfam, que tiene servicio de
Sapu, pero no funciona las 24 horas, ni puede atender todo tipo de urgencias de salud.
Y otro de los mayores conflicto que aqueja al territorio es la seguridad ciudadana que desde el año 2005 a
la fecha se presentan niveles elevados de sensación de inseguridad, presentando altas tasas de
victimización, siendo Alerce en su conjunto un sector crítico en relación a la prevalencia de delitos. De
acuerdo a la última cuenta pública de Fiscalía (2017), la mayor ocurrencia de delitos en Puerto Montt se
genera en los sectores de Alerce y Mirasol. Como se puede apreciar, Alerce es una comunidad que reúne
mayoritariamente a una población expuesta a las condiciones adversas que genera la pobreza, exclusión y
otros factores de riesgo que hacen que las familias estén más propensas a desencadenar diversos tipo de
problemáticas entre sus miembros.

10
Antecedentes Teóricos

Dentro de este apartado definiremos los conceptos que creemos relevantes para describir y guiar la
investigación:
- Representaciones Sociales
- Subjetividad
- Sentido de Pertenencia
- Participación
- Promoción y Prevención
- Apoyo Social
- Identidad Social Urbana
- Gentrificación y Zonificación
- Nivel Ambiental - Ecológico
- Enfoque Histórico - Cultural

Representaciones Sociales

Para referirnos al concepto de representaciones sociales, debemos acudir en primera instancia a la escuela
francesa, quienes son las que principalmente ha profundizado en su estudio. Sus autores enfatizan la
diversidad de aproximaciones para el análisis de las representaciones, coinciden sin embargo, en señalar
algunos elementos considerados parte de las representaciones sociales, éstas son las creencias, los saberes
de sentido común y el papel del ser humano como productor de conocimientos. Este último punto concibe
al ser humano como un sujeto productor de historia, como un ser activo que incide sobre su ambiente,
más que como un ser pasivo que busca adaptarse a sí mismo (Banchs, 1990). Por lo cual, el individuo
emerge como una unidad de descripción y de análisis, y como un sujeto activo transformador; ya que no
sólo reproduce sino que es un ente activo productor de su estructura social, sentido y significado. Por
consiguiente, la forma de abordar las representaciones sociales de un grupo determinado nos permite,
entender la dinámica de las interacciones sociales y aclarar los determinantes de éstas prácticas sociales,
pues la representación, el discurso y la práctica se generan recíprocamente (Abric, 1994).
Para la investigación a realizar en el territorio de Alerce, se utilizará la propuesta de M° Auxiliadora
Banchs (1990), acerca de las Representaciones Sociales, puesto que la autora en su propuesta hace
hincapié en el proceso, en el cual se gestan las representaciones sociales, y como el enfoque de este
levantamiento es con niños, niñas y adolescentes, nos permite integrar dinámicas y experiencias del

11
conjunto de sujetos. Banchs propone una definición del concepto, en la cual remarca el doble carácter de
éstas como contenido y como proceso: en tanto que una particular forma conocimiento y también una
estrategia de adquisición y comunicación del mismo conocimiento. Por lo tanto, son una forma de
reconstrucción mental de la realidad generada en el intercambio de informaciones entre sujetos.
Aprovechando estos indicadores Banchs (1990) elabora una interpretación de la idea de representación
social, manifestándose como una forma de conocimiento de sentido común que caracteriza a las
sociedades modernas bombardeadas de manera constante por la información que los medios de
comunicación divulgan. Siguen, por tanto, una lógica propia que es diferente, pero no inferior a la lógica
científica y que encuentran su expresión en el lenguaje cotidiano propio de cada grupo social. Es decir, la
comprensión de que la realidad social no está dada desde fuera sino que se construye en la interacción
humana, siendo, en parte, un resultado de la propia actividad de construcción subjetiva que hacen de la
misma los sujetos que la integran. Esta construcción social de la realidad aparece fuertemente atravesada
por sistemas de significados compartidos desde los cuales la realidad social adquiere una dimensión
simbólica. (Ibáñez, 1989)
Y dado que es en la sociedad donde se organizan las representaciones sociales, objetivando en un proceso
continuo las producciones subjetivas (González, 2009), permitiendo prácticas compartidas y haciendo
sentir a los sujetos que sus conductas se apoyan en un conocimiento común y verdadero.

Subjetividad

La idea de que la construcción de la subjetividad aparece asociada firmemente a las particularidades de


las experiencias y etapas vitales de cada individuo en los diferentes ámbitos en los que de manera
inmediata transcurre su vida y en el espacio donde se concretan éstas de manera propia. Formándose
características de la relación subjetividad - realidad social en el sentido de que en ellos cada persona
recibe, de manera simultánea, toda la presencia social que de manera singular le resulta su realidad
inmediata y, a la vez, en estos mismos niveles, cada miembro de la sociedad, de manera individual o
colectiva, ofrece una presencia en la que, inevitablemente, devolverá su reflejo particular o grupal de los
sistemas más generales de influencia que recibe (Fuentes Ávila, 1995)
Siguiendo la perspectiva de la autora Mara Fuentes Ávila (1995), está opina que “desde los fundamentos
teóricos de esta orientación las relaciones entre el hombre y la sociedad deben ser concebidas en calidad
de proceso bilateral, ya que incluyen tanto la asimilación que hace el individuo de la experiencia social
dada a través de su ingreso en un determinado sistema de vínculos sociales, como el proceso de
reproducción activa que hace cada sujeto del sistema de vínculos en los que se inserta”. A lo cual cabe
agregar, el carácter activo del sujeto en todo este proceso. Pues, como plantea Pichón – Rivieri (1985,

12
Citado en Jong, et. al 2004)”el hombre es producido en una complejísima trama de vínculos y relaciones
sociales; producido en tanto que determinado pero a la vez productor, actor, protagonista”. y estos
vínculos son los que queremos explorar en el diagnóstico local, con los niños, niñas y adolescentes que
son habitantes de Alerce.
Por lo tanto, en este proyecto entenderemos la subjetividad como una construcción sociopsicológica que
se construye como producto de una permanente vinculación de lo individual, lo grupal y lo social y que se
proyecta en contextos sociales específicos como las formas de actuar, de pensar y de sentir desde las
cuales se organizan y se hacen tangibles las individualidades del sujeto, que a la vez acompañan el
recorrido de lo humano en el seno de su mayor y más compleja construcción: la sociedad (Fuentes Ávila,
1995).

Sentido de Pertenencia

Al hablar de sentido de comunidad, se hace ineludible referirse a una definición de comunidad. Mariane
Krause (2011) propone una definición en medio de la polisemia de la palabra. Para la autora, este
concepto se construye bajo la inclusión de tres elementos; A) Pertenencia, el cual hace referencia a aquel
sentir de las personas que los hace partícipes de algo o identificados con ello. B) Interrelación, cuyo
significado en este contexto se expresa en la existencia de la comunicación entre los miembros de la
propia comunidad, en cualquiera de sus formas. C) La existencia de una cultura común, expresada por
medio de símbolos y significados compartidos.

Dentro de los conceptos, aquel que cobra mayor relevancia es el concepto de “pertenencia” (sentirse parte
de) éste mantiene una correlación directa con el sentido de comunidad, este último concepto,
ampliamente trabajado por los autores McMillan y Chavis (1986, citados en Maya, 2004), plantean que se
trata de un concepto compuesto por el sentimiento de pertenecer a un grupo, sumando al sentimiento que
provoca el ser un miembro importante del grupo y la creencia de que, al permanecer unidos sus
necesidades podrían ser atendidas. Para estos autores, el sentimiento de comunidad se estructura por
cuatro componentes: 1) pertenencia, el cual “consiste en el sentimiento de haber invertido parte de sí
mismo en la comunidad” (McMillan y Chavis, 1986, citados en Maya, 2004), esto implica: a) el
establecimiento de límites que permitan diferenciar aquellos que son miembros y los que no. b) Seguridad
emocional (el apoyo que se da y se recibe). c) un sistema de vínculos comunes entre los miembros. d) la
inversión personal. e) Sentimientos de pertenencia e identificación (historia e identidad social
compartida). 2) otro de los componentes del sentido de comunidad es el poder que pueden ejercer
recíprocamente los miembros del grupo sobre uno de ellos y viceversa, para lo cual se habrá de necesitar

13
la cohesión grupal. 3) Integración y satisfacción de necesidades, haciendo referencia a los valores
compartidos lo cuales guiarán el intercambio de recursos para la necesidad de sus integrantes, los que,
además, comparten sentimientos y responsabilidades. En otras palabras los beneficios obtenidos por
pertenecer a la comunidad. 4) Conexión emocional compartida, la existencia, expresa por los miembros,
de un lazo compartido resultado del contacto positivo, participación y la vivencia de historias comunes.
Por tanto, la participación en los espacios comunitarios, generarán un aumento del sentido de la
comunidad, el cual propicia el apoyo comunitario, por medio del compromiso, lo cual se establecería
como una fortaleza ante los factores de riesgo y las problemáticas psicosociales, de tal manera que se
puede aludir al fortalecimiento de las comunidades.
Resulta imperativo resaltar la importancia del concepto de participación, sin esta no podrían generar los
grupos y comunidades, por ende, no habría sentido de pertenencia, ni sentido de comunidad.

Participación

Maritza Montero (2004) define la partición como “un proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en
el cual hay una variedad de actores, de actividades y de grados de compromiso, que están orientados por
valores y objetivos compartidos, en cuya consecución se producen transformaciones comunitarias e
individuales”. Orquestado por la salud y la comunidad, se puede definir como “el proceso en virtud del
cual los individuos y sus familias asumen responsabilidades en cuanto a su salud y bienestar propios y los
de la colectividad, y mejorar la capacidad de contribuir a su propio desarrollo económico y comunitario”
(OMS & UNICEF, 1978) de esta manera, la participación en los espacios comunitarios, ahora ligada a la
salud, involucra considerarla como un “proceso complejo y dinámico en que una comunidad sostiene
activamente mecanismos y prácticas para la toma de decisiones conjunta sobre su propio proceso de salud
- enfermedad” (Bang, 2014). En este contexto, emerge la importancia de la participación de la comunidad
en pos de la salud mental abarcado desde lo colectivo, incidiendo en el apoyo social. Al respecto
Stolkiner (1988, citado en Bang, 2014) expresa que la participación es un factor protector en términos de
salud mental, al reintegrar y fortalecer los lazos recíprocos de solidaridad y compromiso, en
contraposición de vivir situaciones adversas de manera aislada, en lo individual y de forma pasiva.

Bang (2014) propone tres aspectos que funcionan como ejes o indicadores de participación comunitaria
en el ámbito de la salud mental: “Generación de espacios de encuentro comunitarios e intercambio sobre
las problemáticas e inquietudes compartidas. Clara y concreta circulación de información. Posibilidad de
los participantes de incidir en la toma de decisiones conjunta”.

14
Por otro lado, la participación en estos espacios comunitarios garantiza otros proceso implicados, como es
el caso de fortalecimiento, el que se puede definir como el “proceso mediante el cual los miembros de una
comunidad (individuos interesados y grupos organizados) desarrollan conjuntamente capacidades y
recursos para controlar su situación de vida, actuando de manera comprometida, consciente y crítica, para
lograr la transformación de su entorno según sus necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo
tiempo a sí mismos” (Montero, 2009). Pero para que se consiga tal fortalecimiento, es necesario
considerar la el desarrollo comunal. Según Fals Borda (1959; 1978 citado en Montero 1984) se entiende
como el resultado de la acción comunal, el cual, a su vez, se refiere a los movimientos de participación
que permiten a la comunidad organizarse, desarrollar sus recursos y establecer estrategias para superar sus
problemas. En este contexto, la autogestión y la autodeterminación son componentes claves a la hora de
hablar de fortalecimiento y importancia de la participación de los sujetos en su comunidad.

Participación niños, niñas y adolescentes (NNA).

Durante décadas, los niños han sido un segmento de la población invisibilizada por la sociedad, excluido
y marginado de la esfera pública. Sin embargo, en los últimos años ha existido una evolución histórica
que ha ido paulatinamente favoreciendo la posición de los niños y niñas en la sociedad dando un salto
paradigmático en cuanto a la concepción de la niñez (Segal, 2013).

La pertenencia de una persona a una comunidad activa y el sentimiento de dignidad derivado es una
cuestión fundamental para el ejercicio de la ciudadanía (Banks et al. 2003). Sin embargo, para los
estudiosos de la ciencia política, hay diferentes conceptos de ciudadanía, que traen diferentes derechos y
deberes del ciudadano o ciudadana (Shier, 2010).

Ciudadanía jurídica: Refiere a la participación por medio del derecho al sufragio. Ciudadanía por
pertenencia: Aquellos que por el mero hecho de pertenecer a un grupo social, etnia u nacionalidad de les
confiere el estatus de ciudadanos. Ciudadanía por acción: En esta mirada la ciudadanía se construye por
medio de la participación activa en la comunidad (IAWGCP, 2008).

Cabe mencionar que desde los aspectos de participación y dignidad la familia cumple un rol fundamental
en la identidad de los NNA, ya que de esta depende el sentido de pertenencia de cada sociedad, y aunque
la familia es la matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros, también debe acomodarse en la
sociedad y garantizar alguna continuidad a su cultura (Minuchin,1974:81). sin embargo Cussiánovich
(2002) comenta que a pesar de la importancia de las familias e instituciones relacionados con los NNA,

15
ideas como ver a estos como propiedad o posesión de estas entidades afectan negativamente su capacidad
de participación, esto además genera dinámicas de exclusión.

Hay muchas formas de exclusión, entre las más comunes son La dominancia de adolescentes, que a veces
excluye a los niños y niñas más pequeños. Exclusión de niños, niñas y adolescentes con capacidades
diferentes. Discriminación por género. Discriminación por no tolerar la diversidad: Cultural, étnica,
diversidad de color, de idioma, urbano o rural etc (Shier, 2010).

En la búsqueda de cómo mejorar la calidad de las distintas experiencias de participación infantil, algunas
organizaciones han propuesto Estándares para la Participación de la Niñez Probablemente los más
conocidos son los divulgados por la Alianza Save the Children (Save the Children, 2006).
Estos estándares identifican siete áreas de calidad:

1. Un enfoque ético: Transparencia, honestidad y responsabilidad.

2. La participación de la niñez es voluntaria, apropiada y relevante.

3. Un entorno favorecedor y amigable para la niñez.

4. Igualdad de oportunidades.

5. El personal trabaja con efectividad y confianza.

6. La participación promueve la seguridad y protección de la niñez.

7. Asegurar el seguimiento y la evaluación.

Un proyecto de acción emancipadora y transformadora con posesión de tres cualidades básicas


(Benedicto y Morán, 2002):

1. Inclusión: Se trata de una meta general relacionada con la idea de cohesión social e integración.

2. Participación: derivada del sentimiento de pertenencia, la implicación y responsabilidad personal, así


como de ciertas condiciones externas.

16
3. Influencia: significa la relación directa entre la participación y el logro de resultados. Para ello se
requiere el apoyo de las políticas públicas y a otros agentes educativos.

Es menester señalar la necesidad de compatibilizar las metodologías participativas con los aspectos
etarios, sociales, afectivos y mentales de los NNA, estas consideraciones son vitales para proteger la
integridad y derechos que se les confiere.

Promoción y Prevención

Es necesario esclarecer que ambos conceptos, devienen a base de la participación en un contexto de salud.
En este sentido, la Carta de Ottawa plantea que la “promoción en salud radica en la participación efectiva
y concreta de la comunidad e la fijación de prioridades, la toma de decisiones y la elaboración y puesta
en marcha de de estrategias de planificación para alcanzar un mejor nivel de salud” (OMS, 1986) así el
concepto de promoción de salud mental, surge como una herramienta para enfocar las prácticas que
permiten articular la promoción y la salud mental (Bang, 2014) en pos de las problemáticas psicosociales.
Lo anterior implica, de acuerdo con Hosman y Jané-Llopis (citados en Bang, 2014), la creación de
condiciones en los distintos niveles; individual y ambiental, que permita a las personas obtener el una
mejor calidad de vida y conseguir una salud mental positiva, permitiendo el desarrollo psicológico de la
comunidad. Así las actividades de promoción se enmarcan dentro de un conjunto de actividades en un
proceso habilitador realizado con y para las personas, cuyo objetivo es la obtención del control sobre su
salud. En este sentido, siguiendo a los autores anteriormente mencionados, se puede considerar a la propia
prevención como un resultado de las estrategias de promoción, visto de dos maneras; como uno de los
objetivos, y como resultado.
En este contexto, la prevención en salud mental comunitaria, apunta a las intervenciones cuyo fin es la
disminución de los factores de riesgo, a la vez que interviene en el aumento de los factores protectores
relacionados con los problemas de salud mental (OMS, 2004). En consecuencia, se puede plantear que la
prevención trabaja expoliando las situaciones problemas que impactan en lo social, además de la
reducción de los factores de riesgo, en un contexto donde la comunidad se ve invadida por ellos,
consiguiendo que se puedan elaborar acciones para develar tales problemas, o reducirlos a un nivel que
sea maleable. (stolkiner, 1988, citado en Bang, 2014).
En 1994 los autores Mrazek y Haggerty (citados en Jané- Llopis, 2004) expusieron tres tipos de
intervenciones en prevención.

17
Figura 1. Tipos y definiciones de prevención, según Mrazek & Haggerty (1994). Fuente: Jané-Llopis, 2004.

Apoyo Social

El apoyo social, de acuerdo con Nan Lin (1986, citado en Gracia & Herrero, 2006)se puede definir como
los recursos o provisiones otorgados por la comunidad, su redes sociales y las relaciones. Estos tres
últimos componentes representan los niveles en que una persona se puede vincular con su entorno social,
éstos, a su vez, se ubican en tres estratos, los cuales despertarán sentimientos de acuerdo al tipo de
relación establecida en cada nivel, en conformidad con la lejanía o cercanía respecto al individuo.

18
Figura 2: niveles de vínculo de una persona con su entorno social, en los tres estratos. Fuente: García y Herrero,
2006 (basados en Lin, 1986)

El estrato más externo, que engloba a los otros dos, hace referencia a las relaciones con la comunidad y su
sentido de pertenencia e identidad social, los que derivan de la participación de la persona en actividades
comunitarias. El siguiente es el estrato, donde se ubican las redes sociales, caracterizado por un nivel
elevado de especificidad, lo componen relaciones laborales, amistades e incluso la familia, pero aquí se
necesita un nivel de interacción mayor que sólo la participación, la interacción establecida debe asegurar
una relación con frecuencia y compromiso que sean razonables para el sujeto, de este modo el vínculo
establecido en la relación generará sentido de pertenencia. Y, por último, el estrato más próximo al
individuo, creado por las relaciones íntimas y de confianza establecidas, en este estrato, además de
compromiso en el vínculo establecido, el sujeto debe asumir normas las cuales hablen de reciprocidad y
de responsabilidad por bienestar de un otro (Gracia & Herrero, 2006).

La participación, tal como se planteó anteriormente, cobra gran relevancia al hablar de apoyo comunitario
y el bienestar. Este concepto, ubicado en el estrato más extremo (como base de las relaciones con la
comunidad, sentido de pertenencia e identidad social). En un estudio realizado por los autores Gracia y
Herrero (2006) demostraron que el apoyo comunitario se relaciona de manera positiva con el bienestar

19
individual y de forma negativa con el estrés percibido. Además de demostrar que “el apoyo comunitario
ejerce una influencia en el ajuste psicológico específica más allá de que otro recursos psicosociales estén
disponibles (por ejemplo, el apoyo social en las relaciones íntimas y de confianza)” Gracia & herrero,
2006). En este sentido, a mayor participación en espacios comunitarios, mayor será el nivel de apoyo
comunitario percibido.

Nivel Ambiental - Ecológico.

Debemos considerar ante los conceptos expuestos hasta el momento que tanto la construcción de
significados sociales y las interacciones que se construyen tienen un equivalente o un nivel físico es por
esto que se considerarán autores como Varela, Pol y Tajfe para comprender la forma en la cual este
aspecto físico influye en las dinámicas del territorio de Alerce y sus habitantes, La Intervención
Ambiental remite a "cualquier cambio en las estructuras físicas de un lugar que, directa o indirectamente
provoque una alteración en el ecosistema, en la estructura social o en la interacción social entre las
personas. Ello puede venir dado por efectos directos sobre el medio y sobre los sujetos, o bien
potenciando, inhibiendo o alterando formas de relación social, que en última instancia cambiarán sus
formas de interacción con el ecosistema" (Moreno y Pol, 1999, p. 11).

Figura 3: Figura del Impacto Social - Ecológico, Fuente; Pol, E (2000)

20
Comprenderemos a IA (Impacto Ambiental) como un conjunto de estrategias orientadas a la gestión
psico-socioambiental, aunque sus concreciones pueden enfatizar uno u otro aspecto. (Varela, 2002). Cabe
mencionar que Pol (2003) comprende a IA como los efectos que produce en el medio ambiente la
introducción de algún elemento ajeno, extraño o no presente en la situación anterior. Dentro del impacto
ambiental se puede distinguir entre el impacto ecológico y el impacto social.

El impacto ecológico (IE) se puede definir como los efectos que produce en un ecosistema la introducción
de algún elemento ajeno, extraño o no presente en la situación anterior. (Varela, 2002).

El Impacto social (IS) se define como los efectos de una acción que altera o cambia el equilibrio del
sistema social. El impacto social, al igual que el impacto ambiental, puede ser positivo o negativo, aunque
lo más frecuente es que se asocien con su vertiente negativa (Varela, 2002).

Las dimensiones meramente ecológicas de un impacto ambiental tienen o pueden tener, efectos directos
sobre las personas y la organización social: es decir, comportan en sí un impacto social. A su vez, habrá
que considerar los impactos ecológicos de los impactos sociales: todo cambio en la estructura social, en
las relaciones sociales, en las formas de producción, en los estilos de vida, en los hábitos de consumo, en
los valores y las preferencias de las personas, etc. (Varela, 2002). Como consecuencia de todo lo anterior,
cualquier estrategia metodológica orientada a la evaluación del impacto ambiental ha de contemplar
forzosamente los aspectos relacionados con el impacto social (Valera, 2002).

Identidad Social Urbana.

Aunque desde el ámbito disciplinar de la Psicología Social existe una extensa producción teórica sobre el
tema de la identidad social, rara vez los psicólogos han centrado su atención sobre los aspectos
ambientales y el papel de los entornos físicos (Proshansky, Fabian y Kaminoff, citado en Varela 1994).
Esto resulta interesante de analizar al poseer un papel relevante sobre el quehacer de las ciencias sociales
y las acciones de promoción y prevención en el tópico de salud mental. A pesar de esta situación las
definiciones de “Identidad Social Urbana” destacan el aspecto del “entorno” para comprenderla, tal es el
caso de Tajfe (citado en Varela, 1994) que comprende la Identidad Social Urbana " como parte del
autoconcepto de un individuo que se deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo o grupos
sociales juntamente con el significado valorativo y emocional asociado a esta pertenencia. Continuando la

21
línea de definiciones sobre este concepto se encuentra el place-identity (Proshansky, Fabian y Kaminoff,
citado en Varela 1994).

La identidad de lugar es considerada como una subestructura de la identidad de self y consiste en un


conjunto de cogniciones referentes a lugares o espacios donde la persona desarrolla su vida cotidiana y en
función de los cuales el individuo puede establecer vínculos emocionales y de pertenencia a determinados
entornos. Expuestos estos dos conceptos comprendemos la relevancia que posee el entorno físico en la
construcción de la identidad y los vínculos emocionales que desarrollan las personas al compartir un
entorno particular durante un extenso periodo de tiempo. La consideración del entorno urbano como algo
más que el escenario físico donde se desarrolla la vida de los individuos, siendo un producto social fruto
de la interacción simbólica que se da entre las personas que comparten un determinado entorno urbano
(Varela, 1994).

Gentrificación y Zonificación.

Para comprender las dinámicas del territorio de Alerce y sus habitantes respecto a las relaciones sociales y
las representaciones simbólicas es menester recalcar la relevancia del ámbito físico, esta influencia física
puede expresarse mediante la Gentrificación y Zonificación, comprenderemos la Gentrificación como la
reestructuración espacial de un área urbana mediante la inyección de capital fijo en mercado inmobiliario
y de infraestructura, orientada al reemplazo de usuarios de ingresos medio-bajos por usuarios de poder
económico superior, en un contexto de mercantilización de suelo (Clark, 2005). Dentro del territorio de
Alerce encontramos una dinámica interesante de Gentrificación descrita por López (2013) en donde la
gentrificación incrementa la escala de la segregación, al desposeer la mayor parte de la renta del suelo a
quienes tradicionalmente la poseen, expulsando del pericentro a quienes no tienen capacidad de pago
extra para permanecer, es decir, los dos quintiles más bajos de la población, con alta probabilidad de ser
relocalizados en el espacio regional distant. Esto se ve ejemplificado al considerar el territorio de Alerce
como una “solución habitacional” para aquellos campamentos y habitantes de escasos recursos que
habitaban sectores céntricos de la ciudad de Puerto Montt en contraste de aquellos que poseían el mayor
poder adquisitivo para permanecer en el territorio.

Respecto a la Zonificación nace directamente relacionado a los intereses de los sectores sociales más
favorecidos de la burguesía. “La ciudad cómoda supone, pues, la racionalización del uso del espacio
acorde con las ‘necesidades’ de la sociedad industrial esto la convierte en antecesora de la ciudad
funcional (Lefebvre, 2014). La Zonificación es a persé una manifestación o una consecuencia de la

22
segregación que no solo se manifiesta en el aislamiento del territorio de Alerce, sino que también una
racionalización más profunda, llevando a la división de barrios y la cada vez mayor expansión de zonas
habitacionales diferenciadas en “sociales” y de “inmobiliarias”.

Enfoque Histórico – Cultural

Para otorgar una mirada más holística al problema de investigación, se ha decidido incorporar el enfoque
histórico – cultural, que propone Vigotsky, para entender el desarrollo de la infancia en el contexto
territorial y cultural de Alerce, y a través de esta perspectiva, se incorporarán cada uno de los conceptos
teóricos abordados anteriormente.
El enfoque Histórico – cultural, se abordara desde el concepto de generalización, que propone Vigotsky;
“La generalización es un acto verbal del pensamiento y refleja la realidad de una manera bien diferente a
la sensación y la percepción“(1987, Citado en Ester, 2012). Es a través de la generalización que los
individuos pueden inferir o sacar conclusiones acerca de aquello que no perciben de manera inmediata,
yendo más allá de la percepción real, para un análisis de mayor rigor y profundidad, a partir de la
generalización que se encuentra en los objetos y en los fenómenos que son el resultado de las
asociaciones reales y fundamentales entre sí. Es del pensamiento que emanan los conocimientos
adquiridos por los sujetos en su relación con el mundo natural y cultural, estando unido de forma
dialéctica al conocimiento sensorial.
Siendo, una de las bases de este conocimiento el lenguaje y su proceso de adquisición, para el autor este
es netamente un proceso social, a partir del ambiente externo (familia, comunidad, etc.), para convertirse
poco a poco en un sistema de signos (palabras). Cuando esto sucede, el habla del niño o niña se distingue
en dos sistemas de pensamiento que se encuentran extremos, pero a su vez son capaces de
complementarse. Mientras uno de esos sistemas busca adaptarse al mundo exterior, surgiendo como
discurso social de adultos (adultocentrismo), mientras el otro comienza su internalización, convirtiéndose
progresivamente en un lenguaje personal. En ese proceso de discurso interior, el sentido de la palabra
supera al significado de la propia palabra (Ester, 2012).
El lenguaje es, por lo tanto, el instrumento de la conciencia que es capaz de estructurar, controlar y
planificar el pensamiento en una función de intercambio social. Los significados de las palabras
constituyen la conciencia del individuo, al mismo tiempo que se constituyen en el contexto intersubjetivo.
Pasando a percibir, los sujetos la existencia de las relaciones de interdependencia entre el pensamiento y
el habla, entre el diálogo interior y el exterior, entre el sentido y el significado, entre el hombre y el
mundo que le rodea; entre el mundo privado y el mundo de la vida cotidiana, esta es una dualidad que
perdura en toda la existencia del sujeto.

23
Dualidad que se va complementando en cada aspecto del desarrollo del individuo, distinguiéndose la
memoria como uno de los elementos centrales en la construcción de la identidad personal y social; pues
reconocerse como uno mismo a lo largo del espacio y el tiempo no excluye la presencia de “los otros”. De
esta manera, la intersubjetividad pasa a ser la condición que posibilita conocer y relacionarse con el
mundo, con la vida.
Desde la perspectiva de la vida cotidiana, Schütz (1993) comenta que el mundo de la vida cotidiana no es
un mundo privado sino que es un mundo compartido con los semejantes. De tal manera la
intersubjetividad no se demuestra sino que se convierte en una posibilidad: “presupongo simplemente,
que otros hombres también existen en este mundo mío y, en verdad, no sólo de manera corporal y entre
otros objetos sino más bien dotados de una conciencia que es esencialmente igual a la mía” (Schütz, 1993,
pag. 26; citado en Castro, 2007).
Pues, para la construcción de la identidad personal, la memoria resulta uno de sus elementos centrales
para el desarrollo de la subjetividad como así también de la identidad social ya no sólo importa la
posibilidad de la presencia del otro sino que se ponen en juego las influencias que provienen de las
instituciones públicas. Así la vida cotidiana, bajo cuya esfera se constituyen la subjetividad y la identidad
social, pasa a ser el centro de la historia, por consiguiente, los cambios, alteraciones o transformaciones
que se sucedan en la vida social incidirán en la construcción de los aspectos centrales de la vida cotidiana
(Castro, 2007).
Debido a que, cada sujeto va construyendo su propia vida cotidiana y ésta es el centro de la historia en la
cual la presencia del otro, no se cuestiona; por consiguiente, la vida cotidiana es una vida compartida y en
ella se constituyen la subjetividad y la identidad social de cada sujeto.

24
Marco Metodológico

Diseño de Investigación

Para el logro de los objetivos planteados, de acuerdo a las características de la investigación, optamos por
el levantamiento y análisis cualitativo de los datos, apuntando a la descripción del fenómeno desde las
propias experiencias de las personas en estudio y sus problemáticas asociadas.
El enfoque Histórico – Cultural, privilegia el análisis de los discursos y, por tanto, el diagnóstico local
participativo en conjunto con la entrevista abierta, y el cuestionario se convierten en las técnicas que
mayormente se utilizarán. Por este motivo, se propone un diseño metodológico cualitativo, basado en la
realización de un diagnóstico local participativo con niños, niñas y adolescentes, del territorio de Alerce.
Desde esta perspectiva, la investigación se abordará a través de la realización del Diagnóstico local
participativo, en el cual se dispondrán del trabajo con la técnica de mapas parlantes con niños, niñas y
adolescentes participantes de un programa de Prevención Focalizada de Violencia y otro grupo que
pertenece a diferentes establecimientos educacionales del sector y con la finalidad de identificar en sus
discursos la subjetividad, y cómo ésta se manifiesta en el sentido de pertenencia a su comunidad y
territorio y a partir de éstas construcciones, definir si éstas reproducen las dinámicas histórico culturales.

Tipo de Estudio

Para la ejecución de la investigación se desarrollará un estudio de carácter exploratorio descriptivo, en


base a un diagnóstico local participativo, que nos permita identificar las distintas dimensiones o núcleos
temáticos fundamentales en base a los que se estructuran las representaciones sociales y la subjetividad de
los NNA. En la literatura se describe este tipo de investigación como el más apropiado para el abordaje de
fenómenos poco estudiados, también se utilizan para una primera aproximación que luego puede ser
profundizada de manera más focalizada por medio de diseños cuantitativos concluyentes.

Diagnóstico social participativo y sentido de territorio.

Se define como diagnóstico social participativo aquel diagnóstico que se lleva a cabo con la presencia
activa de todos, con las cualidades y particularidades de cada uno, dándole valor y oportunidad al otro
para que opine y se comprometa asumiendo el trabajo como propio, aceptando riesgos y éxitos. (Ander-
Egg, 1986). Según Matus (1989) la perspectiva que asume este enfoque, es integradora y considera que en
la realidad interactúan múltiples actores con sus propios intereses y expectativas. Esto resulta vital al

25
momento de abordar temáticas de salud mental en NNA dado al carácter adultocéntrico que ha tomado la
producción de conocimiento e intervención en ciencias sociales comentada por Duarte (2015), existe una
fuerte tendencia a no considerar las relaciones entre los NNA con la sociedad y la cultura de la que
forman parte, y a no atreverse a desplegar modos cercanos de observación en lo juvenil centrándose en lo
que los propios jóvenes producen como sus sentidos mentados.

En la medida en que estamos hablando de entornos urbanos, los límites geográficos definidos por los
sujetos que se identifican en base a una determinada categoría urbana pueden resultar un elemento
importante en el momento de diferenciarse de otros grupos que ocupan entornos diferentes mientras que,
a nivel simbólico, pueden jugar un importante papel en las relaciones que se dan entre los grupos y
comunidades (Hunter, citado en Valera, 1997). Es necesario comprender que tanto el componente
simbólico urbano del grupo adulto y del grupo NNA no será necesariamente el mismo dado a que estos
poseen sus propias características correspondientes a su rango etario y desarrollo.

Herramienta de levantamiento de Información

Tal como se presentó anteriormente, la técnica de recolección de información a utilizar en el estudio es el


Mapa Parlante.

El Mapa Parlante.

La producción de información obtenida desde las “propias palabras” y la conducta observable de los
participantes (Taylor y Bogdan, 1986, citados en Rodríguez, Gil y García, 1999 p.33) pretende dar cuenta
de los procesos socioculturales, subjetividades y apreciaciones ambientales de los NNA pertenecientes al
territorio de Alerce.

Para la recolección y análisis de la información fue empleado el“mapa parlante”, los mapas parlantes son
un instrumento técnico metodológico de comunicación y creación de visiones; sirve para la identificación
de problemas, planificación de acciones y evaluación de avances y cambios. (Zamalloa, 2008). El
objetivo metodológico de los mapas parlantes es recoger de manera gráfica la percepción de las personas
participantes sobre el territorio local y fortalecer su identidad, este mapa deberá reflejar los aspectos más
importantes del territorio local, por ejemplo áreas forestales, pastizales, áreas de cultivo, espacios
urbanos, fuentes de agua, posibles espacios turísticos, vías de comunicación, sitios de interés y de
referencia de la población, etc.

26
En el caso de los mapas parlantes se plantean tres tipos de mapas, el mapa del pasado, aquel que trata del
espacio en una situación anterior y se define de manera colectiva trazando su evolución con el tiempo, el
mapa del presente, aquel mapa que ilustra las potencialidades y problemáticas que la comunidad afronta
en la actualidad, y el mapa del futuro, en el la comunidad proyecta su visión e ilustra sus esperanzas,
sueños y expectativas además de los compromisos que están dispuestos a asumir (Cox, 1996).

Respondiendo a las necesidades y capacidades de los NNA participantes, se adaptó esta variación de los
mapas, buscando generar una mayor claridad, participación e información. Los mapas planteados fueron
proyectados en “Perspectiva actual” en donde los participantes expresaban sus perspectivas respecto a la
contemporaneidad de su territorio, “Qué me gustaría modificar” donde se plasmaban las posibles
problemáticas que estos detectaban, las necesidades territoriales o los posibles focos de conflicto y
“Expectativas”, en esta última variación se presentaban las expectativas, potencialidades y esperanzas de
los participantes sobre el territorio.

Generar una discusión del mapa según contenido teórico en la propuesta de investigación, interpretar
mapa parlante.

Selección de Informantes

Para seleccionar a los informantes correctos se utilizó el muestreo intencional, el cual se caracteriza por
un portero, quien tiene como función dar acceso a la selección de informantes. En este muestreo se
seleccionaron directamente a los informantes para poder obtener muestras representativas para nuestro
estudio. El portero en este caso fue la directora de la ONG Co Incide, Yanet Morales, quien seleccionó a
los niños y niñas que eran parte de un Programa de Prevención Focalizada (PPF) y algunos
establecimientos educacionales que eran parte de la red de colaboradores de la ONG, con los cuales se
trabajó con algunos cursos de adolescentes de enseñanza media.

27
Acceso y abandono del campo

Ingresar en un escenario supone un proceso de manejo de la propia identidad, de proyectar una imagen
que asegure las máximas probabilidades de obtener el acceso a las organizaciones. Para lograr contactar a
nuestros informantes utilizaremos como vía de contacto al directora del Programa de Prevención
Focalizada, quien nos permitirá acceder a los participantes que puedan colaborar en nuestra investigación,
en donde se realizará un mapa parlante, en la cual, se pretende crear un espacio de opinión y participación
de los niños, niñas y adolescentes; en el cual se manifieste un buen rapport definiéndolo así como la
alianza o establecimiento de una relación de trabajo en la que los facilitadores y los participantes pueden
expresar abiertamente y sin dificultades sus pensamientos y sentimientos, aun cuando sean difíciles o
complejos. (Miller, 2010) Para el abandono del campo se pretende realizar una reunión con la directora
del Programa de Prevención Focalizada y así poder entregar las conclusiones de nuestra investigación
antes de ser publicada, así mismo ella pueda nutrir aún más nuestro análisis y agradecer su colaboración
en esta investigación, hacerles llegar una carta en donde se agradezca su participación y entregarles una
copia de la investigación.

Análisis de la información

Se entenderá este proceso tal como Spradley lo señalo en 1980 (citado en Rodriguez, 2003) como un
proceso mediante el cual se organiza y manipula la información recogida por los investigadores, para
establecer relaciones, interpretar, extraer significados y sacar conclusiones.

Para el análisis propiamente tal, se adoptó la propuesta de Análisis de contenido, que considera los
siguientes pasos: Selección del objeto de análisis dentro de un modelo de comunicación, el cual se refiere
a una definición clara en un nivel teórico, disciplinar o profesional. En un segundo momento un Pre-
análisis, que es un primer intento de organizar la información, este primer intento persigue 3 objetivos
colectar los documentos o corpus de estudio, formular guías al trabajo de análisis y establecer indicadores
que den cuenta de los tópicos presentes en los datos, considerando además que dichos indicadores deben
ser flexibles para permitir el surgimiento de temas emergentes.
Posteriormente la definición de unidades de análisis, que se traduce a trozos de contenido, seleccionados
para categorizarlos, relacionarlos y permitir el establecimiento de inferencias a partir de estos,
identificando los vocablos y las frases o párrafos de contenido, guiados por los intereses de la

28
investigación; continuando con la elaboración de reglas de análisis; elaboración de códigos; definición de
categorías, y la síntesis final. (Cáceres, P; 2003. P 59).

Resguardos éticos

El aspecto ético de una investigación cualitativa siempre es un tema de discusión, pues una investigación
puede o no ser ética dependiendo de quién sea la persona que realice la consideración, debido a que
incluso sus criterios y códigos no son solo variables, sino que también no son universales (Rueda, 2004).
Al trabajar con personas que expondrán sus representaciones sociales a través de sus narrativas, se debe
en todo momento demostrar un respeto por la cultura, y las formas básicas de organización social,
presentar una mirada blanda e interés por las relaciones interpersonales. Generar una confianza mutua,
entre el entrevistado y el investigador. Se debe hacer la entrega a los participantes de un consentimiento
informado, el cual firmaran de estar de acuerdo, donde se exponen las implicancias de la investigación,
formas de registro, tiempos estimados y libertad para retirarse en cualquier momento, asegurando el
debido resguardo de su identidad y de la información entregada (Martin, 2012)

Análisis de datos

Momento 1: Análisis de contenido


Una vez realizadas los mapas parlantes y tomando en cuenta los objetivos del presente proyecto se llegó a
las siguientes categorías:
En la tabla 2, se puede ver las categorías generadas a raíz de las actividades generadas en adolescentes de
un establecimiento educacional. Estas categorías fueron generadas a través de los relatos y comentarios de
los participantes.

Momento 2: análisis de contenido cualitativo.


Fase 1: Pre análisis, desarrollo de subcategorías
Con la información de los mapas parlantes, se realiza el primer intento de organización de la información.
Siguiendo la línea de Bardin (1996) este primer paso implicó tres puntos a realizar: recaudar los
documentos (los mapas, los informes de los alumnos de psicología, entre otros.), guías de trabajo (excel)
de análisis y establecer indicadores (subcategorías) que dieron cuenta de temas presentes en el material
analizado. Sin embargo, dentro del contexto de trabajo cualitativo de análisis, los indicadores pueden
estar definidos de un modo flexible como para no obstruir la emergencia de los temas del cuerpo de

29
información, en especial considerando que ésta es una de las propiedades más poderosas del trabajo
cualitativo. En efecto, todas las investigaciones comienzan desde cierto número de temas o supuestos no
muy definidos que sirven para orientar la investigación, pero ellos no son obstáculo a la hora de
modificarlos o reemplazarlos por otros que se ajusten mejor a los hallazgos posteriores, los temas
emergentes (Rodríguez, 1996).
En este primer paso, se procedió a trabajar con los mapas parlantes y las percepciones y opiniones de los
niños, niñas y adolescentes durante el transcurso de la construcción de los mapas; en un primer momento
se generaron subcategorías, de aquellos temas que eran recurrentes en todas las opiniones, como es el
caso del espacio público y su uso; el sentido de pertenencia y las relaciones familiares.

En la tabla 3, se puede ver las subcategorías generadas a raíz de las categorías obtenidas en las actividades
generadas en adolescentes de un establecimiento educacional. Estas subcategorías fueron generadas a
través de las categorías obtenidas a partir de relatos y comentarios de los participantes.

Fase 2: Definición de las unidades de análisis y establecimiento de reglas de análisis


Las unidades de análisis en el estudio conciernen a los fragmentos de las opiniones y percepciones de los
NNA en la construcción de los Mapas Parlantes, sobre los cuales se comenzó a generar los análisis, los
cuales son la parte principal para procesar. En términos de Hernández (1994), las unidades de análisis
representan los segmentos de las entrevistas, en este caso opiniones, que son caracterizados e
individualizados para posteriormente categorizarlos, relacionarlos y establecer inferencias de
interpretación a partir de ellos. Establecimiento de reglas de análisis; la determinación de éstas orientan a
los investigadores, en el desarrollo de las futuras categorías.
|Al momento de tener las subcategorías, se dispuso el material separando el contenido en virtud de la
unidad de análisis, de tal modo de agrupar todo lo que guarde relación con la subcategoría, mientras que
otros conjuntos de datos conforman otros grupos (Morris, 1994; citado en Cáceres, 2003)
Generando un documento, en el cual de todos los mapas realizados, se seleccionan frases, donde se
encuentra explícitamente e implícitamente contenida cada subcategoría encontrada.
Este procedimiento se llevó a cabo hasta haber clasificado todo el material disponible. Sin embargo, en la
medida que se fue progresando en dicha tarea, los investigadores fueron desarrollando un criterio de
clasificación que excluye o incluye contenido de manera sistémica; la regla de análisis ha surgido (Bardin,
1996). Esta regla, se puede modificar a medida que los constructos sobre el problema estudiado cambien,
se incorporan o se procesan nuevos datos, estos constructos y por consiguiente, los criterios, sufren
modificaciones. Estas modificaciones ajustan el agrupamiento del contenido, para una posterior

30
categorización. En esta fase se procedió a definir de forma precisa cada subcategoría, para agrupar los
párrafos a ellas de forma adecuada.

Resultados

Tabla 1. Categorías Teóricas.

En la tabla 1, se puede ver las categorías generadas a raíz de las actividades generadas en adolescentes de
un establecimiento educacional. Estas categorías fueron generadas a través de la teoría.

31
Tabla 2. Categorías emergentes.

En la tabla 2, se puede ver las categorías generadas a raíz de las actividades generadas en adolescentes de
un establecimiento educacional. Estas categorías fueron generadas a través de los relatos y comentarios de
los participantes.

32
Tabla 3. Subcategorías.

En la tabla 3, se puede ver las subcategorías generadas a raíz de las categorías obtenidas en las actividades
generadas en adolescentes de un establecimiento educacional. Estas subcategorías fueron generadas a
través de las categorías obtenidas a partir de relatos y comentarios de los participantes.

33
Figura 1, relaciones entre categorías teóricas y emergentes.

En la figura 1 se pueden observar las relaciones entre las categorías teóricas y las categorías emergentes.

Figura 2, relaciones entre categorías teóricas y subcategorías.

En la figura 2 se pueden observar las relaciones entre las categorías teóricas y las subcategorías.

34
Figura 3, relaciones entre categorías emergentes y subcategorías.

En esta figura de puede observar las relaciones entre las categorías emergentes y las subcategorías.

Discusión

La conducta agresiva es un comportamiento básico y primario en la actividad de los seres vivos, que está
presente en la totalidad del reino animal. Es necesario señalar que, a diferencia de la agresión, que
constituye un acto o forma de conducta “puntual”, reactiva y efectiva, frente a situaciones concretas, de
manera más o menos adaptada, la agresividad consiste en una “disposición” o tendencia a comportarse
agresivamente en distintas situaciones (Berkowitz, 1996). La agresión no suele aparecer como una
entidad única, sino por el contrario, como un constructo múltiple en el que pueden encontrarse distintos
tipos de comportamientos agresivos. Esto se debe a su propia naturaleza multidimensional, por la cual
diferentes procesos fisiológicos y mentales se combinan para crear distintas formas de agresión (Liu,
2004). Esta naturaleza multidimensional queda de manifiesto en el siguiente relato “… La matanza de
perros, los femicidios, parricidio, la pedofilia. El trato poco agradable de parte de los micreros, esas
cosas no me gustan de Alerce”.

El término violencia se suele emplear para referirse a conductas agresivas que se encuentran más allá de
lo “natural”, en sentido adaptativo, caracterizadas por su ímpetu, intensidad, destrucción, perversión o
malignidad, mucho mayores que las observadas en un acto meramente agresivo, así como por su aparente
carencia de justificación (Ortiz, et al, 2006). La agresividad desde la perspectiva de los participantes

35
pareciera ser un tema “tabú”, en donde la violencia solo es aceptable mientras no involucre ninguna
actuación física, o “estado agresivo”, cualquier actuación que involucre la segregación, exclusión,
violencia verbal, abuso de poder o perpetuación de dinámicas violentas. Esto queda evidenciado en la
siguiente frase “No considero que ignorar a mis compañeros sea malo, total es mejor que pelear”. Esto
resulta un fenómeno interesante ya que la agresividad permitiría construir la autonomía y la identidad
(Gupta, 1983; Romi y Itskowitz, 1990) y ayudaría a los individuos a implicarse en actividades
cooperativas y competitivas con los compañeros. Así mismo, canalizada en la dirección adecuada,
fomentaría el asertividad, la dominancia y la independencia y posibilitaría alcanzar conocimientos acerca
del ambiente y de uno mismo, así como defenderse contra amenazas externas (Jack, 1999). Por tanto, esta
tensión entre la violencia y el peso social de la agresividad afectaría esta construcción de la identidad, la
autonomía y la cooperación entre pares, en donde existiría una presión en no revelar conductas agresivas
impidiendo una sana expresión de la agresividad, lo que provocaría una perpetuación de diferentes formas
de violencia socialmente aceptadas.

Respecto al uso del espacio, la dinámica de las estrategias neoliberales de uso del suelo ha ido
transformando zonas urbanas en "espejos" globales de la modernidad, en forma de sectores financieros
estilo Sanhattan y en megaproyectos postsuburbanos. La gestión inmobiliaria a través de la inversión en
proyectos habitacionales ha ido paulatinamente gatillando nuevos procesos derivados del mismo
fenómeno de diferenciación social (Galleguillos, 2012). Esta dinámica de zonificación en donde el uso
racional del espacio conlleva a la exclusión territorial del espacio, genera además dinámicas de violencia
y exclusión donde el externo al territorio juzga la calidad humana del habitante en base a su situación
territorial, esto se expresa en algunos de los participantes se sienten discriminados por personas que no
habitan el territorio dado a que los involucran con acciones delictuales, violencia o visiones negativas que
no corresponden a la realidad que ellos habitan, tal cual se ejemplifica en el siguiente relato “… Cuando
digo que soy de la cuatro me dicen ah allá pasan asaltando y robando casas”.

Las formas tienen que ver con el nivel en la jerarquía social, que incluye la clase, etnicidad, o el prestigio
de los lugares, las que por lo general están estrechamente relacionadas y la segunda dimensión es el
carácter voluntario de libre elección de limitar la presencia del otro a una zona particular, o el verse en la
obligación por fuerzas exteriores a limitar su residencia a una ubicación dada. En el primer caso este
proceso es orientado y consolidado por la afinidad desde adentro, y en el segundo por la hostilidad desde
afuera. La autoexclusión que es alimentada por una orientación grupal interna está representada por
enclaves de élite o distritos tradicionales de clases altas en la ciudad y por los "barrios cerrados" que se

36
han expandido en lo alto de la jerarquía social y espacial durante las dos últimas décadas, concretado con
límites físicos, vallas con verjas y guardias para vigilancia y protección (Wacquant, 2011).

Por otra parte, la comunidad, aunque principal afectado por los efectos de las políticas urbanas, tiende a
acentuar estos procesos. Según Martínez (2006), la comunidad está dada por individuos que comparten un
estar en común. Una comunidad es un agregado que se construye sobre el principio de la alteridad.
Ontológicamente, la comunidad es lo primero y el proceso de individualización, de personalización sólo
puede producirse al interior de una comunidad. El ámbito de acción es la vida cotidiana, en contextos
territoriales, con reglas de producción y reproducción que le son propias. Las prácticas comunitarias
transforman el espacio social, lo 'significan' físicamente, y solidifican las construcciones. El sentido de
comunidad para los vecinos se puede construir y dinamizar, por ejemplo, en torno a la inseguridad,
generando cohesión social a partir de un sentido comunitario de inseguridad que contribuye a reforzar las
estructuras de fragmentación propiciadas por las políticas urbanas (Inzulza y Galleguillos, 2014). Esto
queda de manifiesto en frases como “… Creo que alerce es peligroso por que pasan diciendo cosas
malas en las noticias”, “Me gustaría hacer grafitis bonitos para que la gente esté feliz”.

La corporeización y la espacialización de la protesta y la acción política permiten encarnar el poder


efectivo de la multitud, interpelando a los poderes públicos y privados de una manera particularmente. La
acción política desde el espacio e inscrita materialmente en el cuerpo social, así como sus reacciones
políticas igualmente localizadas y corporeizadas, operan por debajo de la hiper-realidad a un nivel de
impacto más elemental y protegido de cualquier simulacro representacional (Di Masso y Berroetta, 2015).
Lo que conlleva a una expresión del uso del espacio, esta expresión en tensión está constantemente
limitada a eventos en donde se involucre la agresividad o la violencia física en la comunidad dado a que
se legitimista cierto tipo de violencia en este mismo espacio, respaldado por la cohesión social, las
instituciones y la construcción de la concepción familiar en base al uso racional del espacio, la jerarquía
social o el adulto centrismo. Esto se expone en el siguiente comentario “… Acompañé a mi mamá a la
marcha por el caso Sophie porque nos pareció penca lo que le pasó”.

La lógica de acumulación por desposesión, propia del capitalismo en su fase actual, hace de las rentas
monopolistas del suelo urbano un instrumento básico para la expansión y multiplicación del capital
convirtiendo el espacio común de la ciudad en un medio de producción más, no al servicio del público
sino de los intereses del mercado privado. En consecuencia, el asalto al espacio urbano para su
apropiación social representa en este contexto una herramienta de resistencia política fundamental para
incomodar y tratar de cortocircuitar esas vías territoriales de expropiación capitalista, reinscribiendo el

37
espacio en una lógica de conflicto por la justicia social. El espacio público, en definitiva, no es en
absoluto un espacio ni un debate trivial (Harvey, 1996).

Por otra parte, el adultocentrismo, es un fenómeno que se manifiesta en la totalidad de los participantes,
el cual se entiende como “un sistema de dominación que se fortalece en los modos materiales
capitalistas de organización social” (Duarte, 2012, pp. 111); manifestándose como “un imaginario social
que impone una visión de lo adulto, o de lo que significa ser adulto, como un punto de referencia para
niños, niñas y jóvenes, en función del deber ser, de lo que ha de hacerse y lograr, para ser parte de la
sociedad” (Duarte, 2012, pp. 120).
El adultocentrismo, desde el punto de vista de los participantes se inserta como su visión de mundo, y lo
que deben realizar para ser considerados por la sociedad, para poder ser parte de ella, siguiendo patrones
conductuales propios de los adultos, un ejemplo de ello es, que la gran mayoría de los participantes
manifestaba una imperiosa necesidad de terminar el colegio, trabajar y formar una familia; repitiendo
patrones sociales, propios de una sociedad patriarcal, en donde las relaciones sociales en la mayoría de
los casos se encuentra bajo unas lógicas de jerarquización, posicionando a los grupos sociales unos sobre
otros, entorno al que los NNA anhelan ser parte, como si ser adulto, fuera lo más importante en la vida,
es casi visto como un sinónimo de éxito.
De lo anterior, se desglosa la importancia que los NNA le otorgan al concepto de familia, el cual ha
pasado de ser un modelo único de vida en familia a uno más pluralista, el cual se ha generado
progresivamente a medida que ha aumentado la presencia social de modelos familiares cada vez más
distantes del concepto de familia tradicional, las modalidades familiares citadas, han estado social y
legalmente estigmatizadas o censuradas por considerarse imperfectas o incompletas respecto al modelo
de familia tradicional caracterizado por ser “normal” (Maquieria, 2001).
Pero, que es una familia tradicional o normal, aquella familia que tiene un papá (hombre), una mamá
(mujer) e hijos, autores como Alberdi (1999), proponen una definición en la que el núcleo familiar
debería estar formado por dos o más personas unidas por el afecto, el matrimonio o la afiliación, que
tienen ganas de vivir juntas, poner sus recursos económicos en común y consumir conjuntamente una
serie de bienes en su vida cotidiana.
Los colaboradores declararon durante todo el transcurso de las actividades, que lo más importante era la
familia, convivir con ellos, y con el tiempo formar su propia familia, pero sí entendiendo que las familias
pueden ser de diversas maneras, por ejemplo “en mi familia somos mis papás, mi hermano y su polola
que vive en la casa”. Aceptando que las familias pueden evolucionar, de hecho durante la actividad de los
mapas parlantes con los niños y niñas, se generaron manifestaciones acerca del ser familia, y de la
aglutinación con la cual viven muchos NNA, por ejemplo una niña relato “Yo vivo con mi mamá y mi

38
hermana en la casa de mi tío, que vive mi tía, mi prima, mi primo, su polola embarazada y mi gato”;
pero al preguntarles qué es lo que más les gustaba de vivir en Alerce los NNA siguen respondiendo que es
vivir con sus familias, otorgando un lugar primario a la convivencia familiar en su día a día; lo que replica
en la adolescencia en las respuestas de que esperan hacía un tiempo futuro, los jóvenes contestaron formar
una familia, tener un hogar, entre otros.
Otro aspecto a considerar, son las expectativas de tipo neoliberal que declararon los colaboradores, en el
proceso de investigación; fenómeno que surge desde los cambios sociales, culturales y económicos de las
últimas décadas los cuales implicaron que la inserción social y laboral de los jóvenes se fuera
transformando (Miranda y Corica, 2008, citado en Corica, 2012). Entre las principales tendencias
asociadas a dicha transformación se destaca la ampliación de la escolaridad, la mayor permanencia de los
jóvenes en sus hogares de origen (Biggart et al., 2002, citado en Corica 2012), la combinación del estudio
con el trabajo (Corica, 2010), aunque existen expectativas que se mantienen como es el caso de formar
familia, pero que van de la mano con la necesidad de materializar, que en éste caso los participantes lo
manifiestan en su deseo de tener un trabajo estable y una casa propia.
Cuando se menciona expectativas neoliberales, se entiende que son las proyecciones futuras que anhelan
los jóvenes, desde un punto de vista económico de lo que quieren para su futuro, en muchos casos dejan
de lado otras perspectivas y se enfocan en el bienestar material, es por ello que sus respuestas siempre
aluden a encontrar un buen trabajo, a ingresar a una institución que les de estabilidad económica, tales
como alguna rama de las fuerzas armadas.
Las investigaciones que han indagado respecto al tema, comentan que las relaciones entre las
subjetividades de los jóvenes y el mercado de trabajo (Filmus, Kaplan, Miranda y Moragues, 2001, citado
en Corina 2012) muestran que los jóvenes tienen percepciones bastante ajustadas de lo que sucede en el
mercado de trabajo y se enfatiza una paradoja; en general, los jóvenes perciben que egresan con una baja
formación para las demandas del mercado de trabajo, pero a la vez sienten que la escuela es el lugar
donde han aprendido lo poco que saben. Sin embargo, hay diferencias entre los sectores sociales; los
jóvenes advierten que muchos de los saberes demandados provienen del capital social acumulado por las
familias (Jacinto, 2006) y por lo tanto, esto hace que las perspectivas a futuro estén ancladas en las
posibilidades que otorga el entorno familiar y social, reproduciéndose la desigualdad de origen. Escenario
que los participantes reproducen, pues en un gran número desean salir de los establecimientos escolares y
buscar un trabajo, ni siquiera mencionaron la opción de una continuidad de estudios en algún centro
educativo superior, y si es que se lo plantean es a través del ingreso al Servicio Militar y desde esa
institución escalar y lograr una carrera en alguna institución de las fuerzas armadas.

39
Al ir cerrando esta discusión, con respecto a los hallazgos encontrados cabe destacar la construcción de la
subjetividad; que impera en los participantes, la cual se entenderá como las formas de sentir, pensar y
expresarse, construidas desde los aspectos sociopsicológicos que surgen desde los círculos cercanos y lo
individual, que culminan en la expresión de las formas de interpretación de la realidad (Fuentes Ávila,
1995). La creación de la subjetividad, así como la praxis cotidiana del ejercicio o pelo uso de ella está
dado desde la base de las mismas prácticas donde establece la relación con uno mismo; en términos de
comportamientos, reacciones, maneras de apreciar la realidad, de pensar, sentir, etc. estas son aprendidas
culturalmente, los cuales son replicados desde los relatos o los discursos (Vega, 2015). de esta forma
“cuando el yo hace un relato en el que aparece como sí mismo lo que hace es exhibir un punto de vista (el
de relatar) que apunta a un punto de vista que actúa.” (Vega, 2015).

En las prácticas realizadas con los NNA, se pudo apreciar lo anteriormente mencionado, un discurso
gobernante en el accionar de ellos, exhibiendo una forma de la realidad, expresados en las formas de
comportarse. En este sentido, Morresi (2005) afirma, al referirse a Michel Foucault y cómo en sus textos
expresa la manera en que se efectúan las relaciones de poder, las que funcionan desde la operatividad del
discurso en una trama de relaciones, la autora expresa que “en “Historia de la sexualidad” y “la
hermenéutica del sujeto” muestra cómo el discurso funciona como formador de subjetividad, centrándose
en la relación sujeto- verdad” (Morresi, 2005). Al articularse la subjetividad con un discurso X, en un
contexto relacional (padre-hijo, madre-hijo, etc.) es, dado lo anteriormente expresado, esperable la
replicación de estos relatos, la narrativas y sus formas de sentir y existir, cuya consecuencia, equivale a la
negación de la propia subjetividad, dada la asimetría en la trama relacional, que, por otro lado, el más
desaventajado ha de someterse formas coercitivas de vulneración de subjetividad, tal es el ejemplo del
examen, como menciona Foucault (en Morresi, 2005) es una combinación de vigilancia jerárquica y
sanción, ritualizada y normalizada a la vez que genera saber, constituyendo una ceremonia de poder y de
verdad.
De lo anterior, se desglosa que en muchos casos la participación de los NNA queda en un plano relegado,
puesto que, no se genera desde “un proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una
variedad de actores, de actividades y de grados de compromiso, que están orientados por valores y
objetivos compartidos, en cuya consecución se producen transformaciones comunitarias e individuales”
Maritza Montero (2004) , la participación en espacios comunitarios implica el proceso de fortalecimiento,
el cual, a su vez involucra la superación de problemáticas que afectan a una comunidad, previa
organización de las personas de la comunidad, o quienes son afectados, cuyos intereses versan en la
superación de tales conflictos, para lo cual desarrollan recursos y capacidades, generando la
transformación de su entorno a la vez que se transforman a ellos mismos. (Montero, 2003).

40
De acuerdo a lo anterior, en consecuencia, la participación empobrecida en tanto cantidad y calidad, no
podría garantizar la superación de las problemáticas, no podría existir, entonces, el fortalecimiento
adecuado para creación de recursos y desarrollo de capacidades para tales objetivos.
Asimismo, al ser correlacionado con lo propuesto en el marco teórico, Bang (2014) habría propuesto, tres
indicadores de participación en términos de la salud mental: “generación de espacios de encuentro
comunitarios e intercambio sobre las problemáticas e inquietudes compartidas. Clara y concreta
circulación de información. Posibilidad de los participantes incidir en la toma de decisiones conjunta”. se
puede apreciar que, en el primer punto, los espacios de encuentro existentes no resultan ser los necesarios
y/o apropiados para el intercambio de las problemáticas, lo que causa la poca visualización o
reconocimiento de ellos y, por otro lado, se encuentran parcialmente ausentes las instancias para la
solución. Lo anterior hace alusión a la poca capacidad de incidir en la toma decisiones (el tercer punto),
en tanto que la participación en términos de voz - voto u opinión, así como la propia acción visto
anteriormente, en el primer punto, se tornaría deficiente, a la luz de las instituciones y organizaciones que
con su accionar, validan la superficialidad de las acciones en relación a las problemáticas. Orquestados
por una empobrecida circulación de la información, provenientes de la poca generación de espacios de
encuentro comunitario, provoca que la información proveniente de otras instancias sea validada, pero no
acertada, lo cual, a su vez, no consigue llegar a un accionar concreto en términos de solución.

Conclusión

Una de las temáticas que engloba los problemas presentados en las carteleras de los gobiernos, es la
violación de los Derechos Humanos, en la palestra pública resulta ser una las temáticas reiterada, en
cualquiera de sus formas.

Se puede concluir a través de esta investigación que parte del sentido de pertenencia de casi la totalidad
de los NNA que les agrada habitar en su territorio y ser partícipes de él, sin embargo les afecta la visión
negativa que “externos” a este territorio puedan tener, visión negativa mayoritariamente presente en la
prensa informativa. Esto impacta en la configuración de su identidad social urbana, dado a que las
dinámicas de segregación y zonificación territorial terminan otorgando un “estatus” de calidad humana en
base a la zona habitacional en la que se encuentren. Las vulneraciones de derechos en NNA del territorio
de Alerce corresponden a dinámicas interaccionales, generadas desde la familia y círculos cercanos,
creadas desde la infancia. Dichas dinámicas influyen en la manera de ver el mundo y comportarse en él.
La necesidad de construir una subjetividad conjunta nos llama a construir una mayor cantidad y calidad

41
de espacios de participación comunitarios. El consumo de alcohol y otras sustancias, la delincuencia, la
vulnerabilidad de la infancia, etc. Se establecen como temáticas relevantes para la comunidad que desde
su perspectiva corresponden a la poca movilidad social, los recursos limitados y la segregación territorial,
englobados en conceptos como gentrificación y zonificación que nos hablan, a grandes rasgos, de las
interacciones que tienen lugar en tales espacios de la población y también de la subjetividad e identidad
que sus habitantes construyen en su territorio.

Cierto es, que la preocupación por tales problemáticas que aquejan a la población, ha culminado en leyes,
programas derivados de políticas públicas, en un intento por revertir la situación actual hacia un objetivo
común que pueda garantizar una mejor calidad de vida, no obstante, los resultados parecieran estar
alejados del propósitos esperados.

Surge la necesidad además de generar instancias de participación, conseguir la ruptura de las dinámicas
establecidas que versan sobre la violencia y su validación transgeneracional, realzar la modificación de
las interpretaciones que consiguen una subjetivación condicionadas por discursos adultocentristas, entre
otros, se vislumbra como una instancia de posibilidad de cambio que debe ser explotada, la construcción
de una subjetividad conjunta y la reflexión de lo que es ser y estar en el mundo como un sujeto de
derechos.

A modo de sugerencias, las instancias de participación son momentos de cambio y modificación en


potencia, éstos debiesen ser considerados por la ONG, dada una realidad como la de alerce, es menester
actuar en los espacios de participación, guiar tales momentos para conseguir cambios fructíferos, uno de
ellos, por ejemplo, es la participación de los padres en algunas de esas instancias, entendiendo a la familia
como el círculo más cercano al NNA, y el dude las conductas se validan o desaprueban como forma de
actuar en el mundo (por ejemplo, la validación transgeneracional del maltrato), el fortalecimiento de la
comunidad viene dado a través de la participación, cuyas instancias, de no haberlas, la ONG debiese ser
partícipe de la creación ellas.

Por otro lado, las intervenciones en la comunidad deben crear la instancia necesaria para el desarrollo, es
por ello que deben apuntar hacia la base de las problemáticas, mientras trata las expresiones de éstas,
generar cambios que perduren en el tiempo por medio de intervenciones que aumenten su calidad en la
acción de la misma, e intervenciones que puedan evaluarse en pos de una intervención que pueda dar
cuenta de la base del problema con el fin de poder generar el cambio esperado.

42
La visualización de la ONG como un factor de cambio positivo, debiese ser considerado en los discursos
de quienes viven en alerce, en este sentido, por ejemplo las actividades donde se involucre la ONG en pos
de la intervención en la infancia deben apuntar hacia un cambio en la base de las problemáticas,
involucrar a los padres y a los NNA como actores de cambio, además de la las instituciones o tras
organizaciones.

Por otro lado la visualización de la ONG como una instancia positiva, de cambio, que se replique en los
discursos, ha de necesitar una imagen que se promueva tal cambio, así, por ejemplo, la página web podría
apuntar hacia un encuentro psicoeducativo que promueva los cambios positivos en los NNA y en los
adulto.

[1]
Nombre originario en lengua mapudungun del actual Puerto Montt

Referencias Bibliográficas

Abric, J. (1994). Metodología de recolección de las representaciones sociales. En Practiques


sociales et Représentations. Traducción al español por José Dacosta y Fátima Flores (2001).
Prácticas Sociales y Representaciones Sociales. México, Ediciones Coyoacán.

43
Ander-egg, Ezequiel. (1986). Diccionario de Trabajo Social. Bogotá, Colombia: Ed. Colombia Ltda.
Recuperado: http://abacoenred.com/wp-content/uploads/2017/05/Diccionario-de-trabajo-social-
Ander-Egg-Ezequiel.pdf
Alberdi, I. (1999). La nueva familia española. Madrid: Taurus.
Banchs, M. (1990). “Las representaciones sociales: sugerencia sobre una alternativa teórica y rol posible
para los psicólogos sociales en Latinoamérica”.
Bang, C. (2014). Estrategias comunitarias en promoción de salud mental: construyendo una trama
conceptual para el abordaje de problemáticas psicosociales complejas. Psicoperspectivas, 13(2),
109-120. Recuperado: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-
69242014000200011&script=sci_arttext&tlng=en
Bardin, L. (1996). Análisis de contenido. Madrid: Akal Ediciones.
Berkowitz, L. (1996). Agresión: causas, consecuencias y control. Desclée de Brouwer.

Bremermann, G. (2016). “Salud mental de niños, niñas y adolescentes desde una perspectiva de derechos:
el circo social como herramienta de intervención artístico - cultural”. Recuperado en:
https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/handle/123456789/8531
Carballeda, A. (2008). Problemáticas sociales complejas y políticas públicas. CS, (1), 261-272.
recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2011-
03242008000100011
Castro, G. (2007). Jóvenes: la identidad social y la construcción de la memoria. Recuperado en:
https://scielo.conicyt.cl/pdf/udecada/v15n26/art02.pdf
Cáceres, P. (2003) Análisis cualitativo de Contenido: Una alternativa metodológica alcanzable. Revista

de la escuela de Psicología, Psicoperspectivas. Facultad de Filosofía y Educación. Pontificia

Universidad Católica de Valparaiso. Vol. II. (p. 53 – 82).

Corica, Agustina (2010): «Lo posible y lo deseable. Expectativas laborales de jóvenes de la escuela
secundaria». Tesis de Maestría en Diseño y Gestión de Políticas y Programas Sociales. Buenos
Aires: flacso. Recuperado de:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_nlinks&ref=9684856&pid=S0718-
2236201200010000400010&lng=es
Corica, Agustina (2012) “Las expectativas sobre el futuro educativo y laboral de jóvenes de la escuela
secundaria: entre lo posible y lo deseable”. Ultima décad. vol.20 no.36 Santiago jul. 2012.
Recuperado de: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
22362012000100004

44
Duarte, C. (2015). El Adultocentrismo como paradigma y sistema de dominio. Análisis de la
reproducción de imaginarios en la investigación social chilena sobre lo juvenil. Recuperado de:
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/377434/cdq1de1.pdf?sequence=1
Duarte, C. (2012). Sociedades adultocéntricas: sobre sus orígenes y reproducción. Última Década, núm.
36, CIDPA (pp. 95- 125). Centro de Estudios Sociales Valparaíso, Chile.
Ester, S. (2012) Bases conceptuales del enfoque histórico-cultural para la comprensión del lenguaje.
Recuperado en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid...07052012000200021
Fuentealba, R. (S.F.)”Representaciones Sociales de la Esquizofrenia en las redes sociales primarias de
personas esquizofrénicas”. Recuperado en: repositorio.uchile.cl/handle/2250/130670
Fuentes Avila, M. (1995). “Subjetividad y Realidad Social: una aproximación sociopsicológica”. Revista
Cubana de Psicología. Recuperado en: https://es.scribd.com/document/148455883/Revista-
Cubana-de-Psicologia-Subjetividad-y-realidad-social-un-modelo-psicosocial-para-su-estudio
Galleguillos. Social Environmental Conflicts and Urban Lifestyles - New Patterns of Spatial Segregation
in Santiago de Chile. In: SANDNER LE GALL, V. & WEHRHAHN, R. (editors). Geographies
of Inequality in Latin America. Kiel: Selbstverlag des Geographis-chen Instituts der Universitat
Kiel, 2012, p. 357-376.
González Rey, F. (2009), “Epistemología y Ontología: un debate necesario para la psicología hoy”.
Revista Diversitas. Perspectivas en Psicología. Vol. 5. Recuperado en:
www.scielo.org.co/pdf/dpp/v5n2/v5n2a02.pdf
González Rey, F. (2010). Lo cualitativo y cuantitativo en la investigación de la psicología social. Revista
cubana de psicología. p. 5,8.
Govea, V., & Rincón, S. (2011). El proceso de la jubilación del docente: Una mirada desde la orientación
psicosocial (Tesis de grado). La universidad del Zulia, Venezuela. Recuperado de http://servidor-
opsu.tach.ula.ve/7jornadas_i_h/paginas/doc/JIHE-2011-PT129.pdf

Gracia, E., & Herrero, J. (2006). La comunidad como fuente de apoyo social: evaluación e implicaciones
en los ámbitos individual y comunitario. Revista latinoamericana de psicología, 38(2), 327-342.
Recuperado de: http://www.redalyc.org/html/805/80538207/
Harvey, David (1996). Justice, nature, and the geography of difference. Oxford: Blackwell.
Hernández, R. (1994) Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill.

Ibañez, T. (1988) “Representaciones sociales: Teoría y métodos” En: Ideologías de la vida cotidiana”.
Recuperado en:
www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/vol18num4/Vol18No4Art10.pdf

45
Inzulza, Jorge, & Galleguillos, Ximena. (2014). Latino gentrificación y polarización: transformaciones
socioespaciales en barrios pericentrales y periféricos de Santiago, Chile. Revista de geografía
Norte Grande, (58), 135-159. Recuperado de: https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
34022014000200008
Jacinto, Claudia (2006): La escuela media: reflexiones sobre la agenda de inclusión con calidad. Buenos
Aires: Fundación Santillana. Recuperado de:
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_nlinks&ref=9684884&pid=S0718-
2236201200010000400024&lng=es
Jack, D.C. (1999). Behind the mask: Destruction and creativity in women’s aggression. Cambridge, MA,
US: Harvard University Press.
Jané-Llopis, E. (2004). La eficacia de la promoción de la salud mental y la prevención de los trastornos
mentales. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, (89), 67-77. Recuperado de:
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352004000100005
Jong, E; Basso, R; Paira, M; García, L. (2004) “Las Representaciones Sociales acerca de la familia”.
Recuperado en: www.redalyc.org/pdf/145/14502804.pdf
Krause Jacob, M (2011). Representaciones sociales y psicología comunitaria. Psykhe, 8(1). Recuperado
de: http://www.psykhe.cl/index.php/psykhe/article/view/392/372
Lefebvre, H (2014). Análisis de planificación urbana municipales. El caso de la ciudad de
Córdoba, Argentina. Recuperado de: www.scielo.br/pdf/urbe/v9n3/2175-3369-urbe-
2175-3369009003AO07.pdf
Liu, J. (2004). Concept analysis: Aggression. Issues in Mental Health Nursing, Vol 25(7), 693-714.
López Ernesto, M (2013). Gentrificación en Chile: aportes conceptuales y evidencias para una discusión
necesaria Recuperado de:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/145533/Gentrificacion-en-Chile-aportes-
conceptuales-y-evidencia-para-una-discusi%C3%B3n

Maquieria, V. (2001). Género, diferencia y desigualdad. En E. Beltrán & V. Maquieria (Eds.).


Feminismos, debates teóricos contemporáneos (127-190). Madrid: Alianza.
Martin, C., Feito, L., Júdez, J., Pàmpols, T., Terracini, B., Fernandez, J., Redondo, T., Campos, J.,

Herrera, J., Abascal, M., Morales, A. (2012). Recomendaciones sobre aspectos éticos de

la investigación cualitativa en la salud. Revista Metas, Ética y Sociedad.

46
Maya Jariego, I. (2004). Sentido de comunidad y potenciación comunitaria. Apuntes de Psicología. 22,
(2), 187-211. Recuperado de:
http://www.apuntesdepsicologia.es/index.php/revista/article/view/50/52
Mayan, M. (2001). Una introducción a los métodos cualitativos: Módulo de entrenamiento para

estudiantes y profesionales. Recuperado de: https://sites.ualberta.ca/~iiqm/pdfs/introduccion.pdf

Matus, C. (1989). Planificación, Política y Gobierno. Caracas. Fundación Altadir. México. Recuperado
de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4934936.pdf
Montero, M. (2003). Relatedness as the basis for liberation. International Journal of Critical Psychology,
9, 61-74.
Montero, M. (2004). Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Buenos
Aires: Paidós
Montero, M. (2009). El fortalecimiento en la comunidad, sus dificultades y alcances. Universitas
Psychologica, 8(3), 615-626.
Moreno, E. y Pol, E. (1999). Nociones Psicosociales para la Intervención y la Gestión Ambiental
Recuperado de:
https://www.researchgate.net/publication/298322574_Nociones_Psicosociales_para_la_Intervenci
on_y_la_Gestion_Ambiental
Morresi, Z. (2005). La operatividad del discurso en la construcción de subjetividades.

Organización Mundial de la Salud (1986) Carta de Ottawa para la promoción de la salud. Ottawa: OMS.
Revisado el 10 de septiembre del 2018. Recuperado de:
https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2013/Carta-de-ottawa-para-la-apromocion-de-la-salud-
1986-SP.pdf.
Organización Mundial de la Salud. (2004). Prevención de los Trastornos Mentales. Intervenciones
efectivas y opciones de políticas. Ginebra, Suiza. Recuperado de:
http://www.who.int/mental_health/evidence/Prevention_of_mental_disorders_spanish_version.pd
f
Organización Mundial de la Salud /UNICEF (1978). Conferencia internacional sobre atención primaria de
salud. Declaración Alma-Ata. Recuperado el 10 de septiembre del año 2018,
http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/39244/9243541358.pdf;jsessionid=6D1F1640D11
C04F419A76E9CBE843C7F?sequence=1
Ortiz et all. (2006). Aspectos conceptuales de la agresión: Definición y modelos explicativos. Recuperado
de: https://www.redalyc.org/pdf/3440/344030758001.pdf

47
Pol, E. (2003). 'De la intervención a la gestión ambiental. Metodologías e instrumentos para una
psicología del desarrollo sostenible' Recuperado el 23 de Septiembre del año 2018,
https://journals.openedition.org/cybergeo/795
Robles, B. (2011) “La entrevista en profundidad: una técnica útil dentro del campo antropofísico”.
Recuperado en: http://www.scielo.org.mx/pdf/cuicui/v18n52/v18n52a4.pdf
Rodríguez, C. (agosto, 2003). Nociones y destrezas básicas sobre el análisis de datos. Trabajo presentado

en Seminario Internacional El proceso de Investigación en educación, algunos elementos

clave. FLACSO, Santo Domingo.

Rodríguez, G. (1996) Metodología de la investigación cualitativa. Málaga: Ediciones Aljibe.

Romi, S. y Itskowitz, R. (1990). The relationship between locus of control and type of aggression in
middleclass and culturally deprived children. Personality and Individual Differences, Vol 11(4),
327-333.
Schettini, P., Cortazzo, I. (2012). Análisis de datos cualitativos. Procedimientos y herramientas para la
interpretación de información cualitativa. La Plata, Editorial de la Universidad Nacional de La
Plata. E-Book. Recuperado de: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/49017
Stolkiner, A. (1994). Tiempos “posmodernos”: ajuste y salud mental. Políticas en salud mental. Buenos
Aires: Lugar Editorial.
Taylor, S. J. y Bogdan, R. (1987) “Introducción a los métodos cualitativos”. Segunda Ed. Ediciones
Paidós.
Varela, S. (1994). El concepto de identidad social urbana: una aproximación entre la Psicología Social y
la Psicología Ambiental. Recuperado de:
https://www.raco.cat/index.php/anuariopsicologia/article/viewFile/61126/88865
Varela, S. (1997). Estudio de la relación entre el espacio simbólico urbano y los procesos de identidad
social. Recuperado:
https://www.researchgate.net/...Estudio_de_la_relacion_entre_el_espacio_simbolico
Varela, S. (2002). Gestión ambiental e intervención psicosocial Recuperado el 23 de Septiembre del año
2018, http://journals.copmadrid.org/pi/archivos/79832.pdf
Vega, J. (2015). Subjetividad. Efímera Revista, 6 (7), 003
Wacquant, L. El Diseño de la Seclusión Urbana en el Siglo XXI. Herramientas, 2011, N° 48, p. 9-26.

Referencia de figuras

48
Figura 1. Obtenido de Mrazek & Haggerty citados en Jané-Llopis, E. (2004). La eficacia de la promoción
de la salud mental y la prevención de los trastornos mentales. Revista de la Asociación Española
de Neuropsiquiatría, (89), 67-77.

Figura 2. Obtenido de: Gracia, E., & Herrero, J. (2006). La comunidad como fuente de apoyo social:
evaluación e implicaciones en los ámbitos individual y comunitario. Revista latinoamericana de
psicología, 38(2), 327-342.
Figura 3. Obtenido de Pol (2000), citado en Varela Sergi, Gestión ambiental e intervención psicosocial.
Psychosocial Intervention. (2002), 294-295.

49

Vous aimerez peut-être aussi