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Las políticas económicas públicas para el futuro. ¿Más de lo mismo?

Universidad de Logroño
Cursos de Verano 2009
Economía Internacional y Empresa
Logroño, 14 de septiembre de 2009

Francisco Javier Braña Pino.


Catedrático de Economía Aplicada
Universidad de Salamanca

1. Las políticas económicas de los últimos treinta años.

Tras superar la Gran Depresión de 1929 y la segunda Guerra Mundial, las políticas
económicas dominantes estuvieron inspiradas en las tesis Keynesianas, en las cuales el
Estado desempeña un papel muy importante en la gestión del capitalismo, quedando
desacreditada la concepción que Keynes llamó “clásica” y que en la historia de las
doctrinas económicas se ha denominado “neo-clásica”, según la cual el sistema de
precios descentralizado que conocemos como “economía de mercado de libre
competencia” siempre da lugar a una asignación eficiente de los recursos.

Los desarrollos teóricos sobre el papel del Estado desde la perspectiva neo-clásica
se deben fundamentalmente a dos grandes economistas: Paul Samuelson y Richard
Musgrave, el primero con su teoría de los bienes públicos, al segundo se le puede
considerar el padre de la teoría de la Hacienda Pública keynesiana.

Podría decirse que el keynesianismo esta asociado a ideas políticas de tipo social-
demócrata o de izquierda moderada que admiten una amplia intervención del Estado en
la economía y la sociedad.

Pero en los años sesenta se presentan, y cobran fuerza en los setenta, dos desarrollos
teóricos que retan a las tesis keynesianas: la teoría monetarista cuyo representante más
conocido es Milton Friedman y la teoría de la elección pública, cuyo representante más
conocido en James Buchanan. Estos desarrollos teóricos puede decirse que están
asociados a ideas políticas conservadoras o de derechas, para los que las intervenciones
del Estado deben reducirse al mínimo, pues se aduce que siempre reducen la libertad de
elegir y que los fallos del Estado son siempre generalizados, mientras que los mercados,
aunque fallen, siempre pueden auto-regularse.

Además, en el contexto de tasas de inflación y déficit públicos importantes a los que


se llegó en los años setenta, que se atribuyeron a las políticas keynesianas, la llegada de
los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher en 1979 y de Ronald Reagan en
1981 favoreció la aplicación de las tesis monetaristas y de la elección social.

Un segundo empuje a las tesis monetaristas lo proporciona la llamada “nueva


macroeconomía clásica”, el monetarismo de tipo 2, como lo denomina Mark Blaug en
su The Methodology of Economics (1991, CUP: 198), cuyo objetivo es dar fundamentos
microeconómicos a la macroeconomía: si uno de los supuestos fundamentales del
análisis de la microeconomía neoclásica es la del comportamiento racional
maximizador, había que trasladar ese supuesto a la macroeconomía para que ambas
fueran un todo coherente. Surge así la teoría de las “expectativas racionales”, según la
cual los ciudadanos racionales tendrán en cuenta la experiencia pasada y siempre
anticiparán las acciones del gobierno, por lo que estas no tendrán efecto alguno, en
particular en lo que respecta a las relaciones entre inflación y desempleo y, en general,
respecto a la política fiscal.

A ello se añadió, desde la teoría de las finanzas, la hipótesis de los mercados


eficientes, primero formulada por Eugene Fama1 (1970), según la cual el precio de los
activos siempre refleja su valor fundamental, por lo que en cualquier periodo el valor de
un activo será simplemente igual a su valor presente descontado de su corriente futura
de ingresos. En otro caso, surgirá una oportunidad de arbitrage y el precio volverá a su
“verdadero” valor fundamental. Incluso admitiendo que en los mercados financieros
siempre existen especuladores que producen ruido, los intermediarios informados
desharán cualquier precio erróneo que puedan causar, si es que su efecto no se cancela,
de manera que los mercados siempre incorporan toda la información pública disponible.
Las perturbaciones que puedan producirse son puramente aletorias y sin importancia. El
corolario de esta teoría es, de nuevo, que si los mercados son eficientes y no están
constreñidos por una regulación permanente o por las interferencias del gobierno, la
actuación de los participantes en esos mercados hará que el efecto de cualquier shock
externo provocado por las políticas públicas sea anulado volviendo a la senda eficiente
inicial predeterminada2.

- Desde el punto de vista de la política económica, el monetarismo, a pesar de lo


endebles de sus apoyos empíricos, cuando no de su refutación, como en el caso
de la depresión sufrida por Japón en los años 90, se convirtió en LA Política
Económica. La idea era que la política monetaria siguiera una regla, mantener el
crecimiento de la oferta monetaria en una tasa baja y constante, lo que según
Friedman contribuiría a la estabilidad económica, así como eliminaba la
arbitrariedad que imputaba a los banqueros centrales y eliminaba las presiones a
corto plazo de la política de partidos.
- Por otra parte, la macroeconomía dominante, tanto en la teoría como en la
prática de los Bancos Centrales, ha sido y parece que todavía es la de los
Modelos Estocáticos de Equilibrio General Dinámico. Estos modelos tienen un
fundamento microeconómico impecable, pero difícilmente compatible con los
ciclos de crédito y las distorsiones de los mercados financieros, pues de hecho
olvidan la parte financiera o se modela de forma primitiva. En ellos, los precios
son pegajosos (sticky), y las imperfecciones de de los mercados la borales y de
productos dan lugar a desviaciones del óptimo de Pareto. Los precios reflejan
toda la información, de acuerdo con la hipótesis de los mercados eficientes, no
hay fallos de coordinación y los agentes son racionales y prevén el futuro
comportándose de forma consistente con el modelo económico agregado. Puesto
que siempre existen restricciones presupuestarias inter-temporales, no puede
haber insolvencias. Los mercados son completos, aunque no siempre haya
contratos. La falta de consideración de las variables financieras está en
consonancia con el carácter lineal de los modelos que, cuando se producen

1
“Efficient Capital Markets: A Review of Theory and Empirical Work,” Journal of Finance 25(1), 1970.
2
Parte de la responsabilidad también la tiene Paul Samuelson, hoy tan crítico, pues en sus Foundations of
Economic Analysis está implícita la hipótesis de que cualquier desplazamiento de las condiciones del
equilibrio del mercado dispara reacciones compensatorias correctivas que conducen al sistema de
mercado a lo largo de su senda de equilibrio dinámico.

22
shocks reales y monetarios, dan lugar a ciclos económicos que se comportan
bien al convergir hacia un equilibrio único3. Aunque algunos economistas
consideraron estos modelos como una pérdida de tiempo, uno de sus
inspiradores, Robert Lucas, insiste en que los supuestos irreales son sólo el
método científico de hacer economía: “El progreso en el pensamiento
económico significa obtener mejores y más abstractos modelos análogos, no
mejores observaciones verbales sobre el mundo real”. Como ha señalado Paul
Davidson4, la racionalidad que subyace en este argumento es que esos supuestos
irreales hacen más tratable el problema y, con la ayuda de un computador, el
analista puede predecir el futuro.
- Un aspecto muy relevante de las políticas económicas monetaristas,
particularmente en Europa, es la exigencia de “independencia” de los Bancos
Centrales y, en particular, del Banco Central Europeo (BCE) tras la constitución
del Euro. Esto supone nada menos que sustraer la política monetaria, la única de
la Unión, a los representantes de los ciudadanos, que nada pueden hacer frente al
criterio de los “técnicos” que, al parecer, carecen de ideología. Es más, personas
poco sospechosas como Stiglitz han criticado duramente esta independencia
desde el análisis teórico y desde la evidencia empírica5. Más aún cuando el BCE
va tener como único objetivo el control de la inflación, olvidando contribuir al
crecimiento económico.
- En la Unión Europea los postulados monetaristas se recogen e instalan en 1993
con el Tratado de Maastricht y se consolidan con el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento adoptado en 1997, al condenar los déficit públicos, estableciendo
incluso un sistema de sanciones.

A las políticas económicas adoptadas por la mayor parte de los países


occidentales y apoyadas por las instituciones económicas internacionales, el Fondo
Monetario Internacional (FMI), El Banco mundial (BM) y la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) las voy a denominar de ahora en
adelante “fundamentalismo de mercado”, sin que ello sea una gran simplificación,
una terminología que por cierto utiliza el memorial Nobel de Economía Joseph
Stiglitz. Incluso buena parte de las políticas económicas aplicadas por la llamada
“tercera vía” adoptaron la tesis de los “fallos del mercado” como justificación de las
políticas públicas, entendiendo que el mercado asigna siempre de manera eficiente,
dejando así de lado, entre otras cosas, los problemas de innovación e incertidumbre
característicos de los mercados capitalistas. El individualismo extremo que ha
acompañado a la ideología y las políticas neo-liberales, incluyendo las de la “tercera
vía”, ha identificado el egoísmo individual y el sonido de la caja registradora con la
organización del mercado, aceptando con ello y sin crítica las tesis del
fundamentalismo de mercado, sin tener en cuenta, cuando menos, que los productos
de muchas políticas públicas son complejos, colectivos e inter-generacionales6.

3
Véase Luigi Spaventa: “Economists and Economics: What Does the Crisis Tell Us?” Real-World
Economcs Review. Issue 50, 8 September 2009.
4
De quien he tomado la cita de Lucas, recogida en “Alternative Explanations of the Operatoion of a
Capitalist Economy: Efficient Market Theory versus Keynes’s Liquidity Theory”. Real-World Economcs
Review. Issue 50, 8 September 2009.
5
Véase Stiglitz, J.E. (1998), “Central Banking in a Democratic Society”, De Economist, 146: 199-226.
6
John Kay: “The Failure of Market Failure”. Prospect, Issue 137, August, 2007. Quien por cierto apela a
las contribuciones de Hayek y la escuela austriaca de economía, rechazando las de Friedman.

33
Esta ideología económica llega hasta el Tratado de Lisboa aprobado en diciembre de
2007, (que sustituye, tras su fracaso, a la llamada Constitución por Europa aprobada en
Roma en junio de 2004), en el que en la versión consolidada del Tratado de
Funcionamiento se hace referencia al mercado en 68 ocasiones y se habla de la libre
competencia en 5, pero sólo en una oportunidad se menciona el pleno empleo, eso sí, en
el marco de la consecución del mercado interior.

Las políticas del fundamentalismo de mercado se han basado en tres ejes, con la
finalidad última de reducir el tamaño del Estado: desregulación y librecambismo,
privatización y reducción de impuestos. Veamos cada una de ellas.

Desregulación. Se trata de eliminar o reducir las intervenciones públicas que


restringen (regulan) el funcionamiento de los mercados por medio del sistema jurídico,
en el supuesto de que ello dará lugar a una mayor competencia y, por tanto, a una
asignación de mercado más eficiente y a precios más bajos favoreciendo con ello a los
consumidores7. La desregulación se denomina también liberalización y aunque se ha
asimilado o unido a la privatización8, de la que vamos a hablar posteriormente, es algo
distinto, pues de lo que se trata en este caso es de la adopción de medidas dirigidas al
estímulo (y la protección, cuando es necesaria) de la competencia en los mercados de
bienes y servicios.

Para entender la desregulación hay que tener en cuenta que la intervención del
estado en el capitalismo, ya desde sus inicios, ha consistido en establecer un
conjunto de normas legales, el sistema jurídico, que rigen las transacciones del
mercado, destacando en particular el derecho administrativo, el derecho mercantil y
el derecho del trabajo, pero existiendo normas reguladoras también en el derecho
civil y en el derecho penal (por ejemplo, en temas medioambientales).

La regulación de la actividad económica ha sido habitual a lo largo de la historia de


las sociedades. Los gremios, la Iglesia, las organizaciones empresariales o las
administraciones públicas han procurado incidir en el quehacer económico alterando
la conducta y los resultados de los agentes económicos en relación con los
correspondientes a las supuestas normas del libre mercado. En ocasiones la
regulación se ha referido a cuestiones directamente relacionadas con los intereses
públicos como la salud, el medio ambiente o la seguridad, por ejemplo. En otras
ocasiones la regulación ha incidido en cuestiones ajenas a los intereses públicos al
responder a intereses de sectores particulares o grupos de presión que tratan de
protegerse o limitar la competencia.

Esta forma de intervención del estado no se manifiesta en forma de gasto público y


por ello es muy difícil de cuantificar, pero no por ello es poco importante. Por
ejemplo, en la dictadura franquista, el porcentaje de gasto público respecto al
Producto Interior Bruto era muy bajo, pero había una altísima intervención pública,
sobre todo durante el período de la autarquía.

7
Winston, C. (1993), “Economic Deregulation: Days of Reckoning for Microeconomists”. Journal of
Economic Literature, Vol. 31, September, 1263-1289.
8
Por sí sola, la privatización no tiene implicaciones significativas sobre la existencia de mercados
competitivos.

44
La desregulación está ligada a las supuestas demandas de la globalización, así como
a la política de promoción y “defensa” de la competencia. Ha afectado a las
telecomunicaciones, transporte (ferrocarril, aéreo, autobús), venta minorista y
(grandes superficies y horarios comerciales), electricidad, comunicaciones,
urbanismo y vivienda, en general todo tipo de servicios públicos que no se
consideran de “interés general”, pero también se incluyen los mercados financieros
y laborales, así como al comercio exterior (librecambio).

Pero ha de advertirse que en muchos casos no se trata tanto de eliminar


regulaciones, sino de re-regular, puesto que para algunos la desregulación debe ir
acompañada de una paralela intervención pública orientada a garantizar el
funcionamiento competitivo de los nuevos mercados liberalizados: de lo que se
trataría es de eliminar la regulación “ineficiente”. Esta es la posición de
economistas, como Stiglitz, para quienes el Estado y el Mercado no son sustitutivos,
sino complementarios: la comparación del funcionamiento “real” de los mercados y
del estado permitirían comprobar cómo pueden ayudar las políticas públicas a que
los mercados funcionen mejor, y cómo el empleo de incentivos de mercado puede
mejorar el funcionamiento del gobierno. Hay que distinguir por ello, siguiendo a
Costas y Bel9, entre políticas pasivas y políticas activas. Las políticas activas tratan
de desregular, de remover normas legales, mientras que las activas se dirigen al
estímulo de la competencia10.

Pues bien, lo que ha ocurrido en muchos países y en muchos sectores es que la


liberalización se ha llevado a tales extremos que, al no ir acompañada de políticas
activas, han llevado a la situación actual, siendo ejemplos de ello la desregulación
en los mercados eléctricos y, muy en especial, en el sector financiero, basándose en
el supuesto ideológico, ya señalado, de que la mejor regulación es la que no existe y
que los mercados se auto-regulan.

Uno de los aspectos de la desregulación es la eliminación del proteccionismo en las


relaciones comerciales con otros países. De nuevo el supuesto de partida es que el
libre comercio produce ganancias de bienestar para los países por medio de un
mayor crecimiento económico y esa es la filosofía que inspira la Organización
Mundial de Comercio, que pretende eliminar las restricciones a las importaciones,
eliminar las trabas a la globalización. Es curioso que esta política se olvida de que el
crecimiento económico de los hoy países desarrollados fue posible gracias al
proteccionismo11. Pero el marco teórico en el que se apoyan las supuestas ganancias
de bienestar, basado en la teoría de la ventaja comparativa, que se remonta a David
Ricardo, ignora completamente los efectos distributivos de las políticas
liberalizadoras, llevando también a conclusiones que se han considerado
intelectualmente deshonestas y engañosas y en absoluto libres de juicios de valor 12.

9
Costas, A. y G. Bel (eds.): Los beneficios de la liberalización de los mercados de productos. Barcelona:
La Caixa, 1997. Cita de la página 13.
10
Existen múltiples estudios tratando de cuantificar los beneficios de la desregulación y la liberación,
pudiendo citar el de la OECD (1997): The OECD Report on Regulatory Reform (2 vol.). OECD, París.
11
Véase Chang, Ha-Joon (2002): Quicking Away the Ladder-Development Strategy in Historical
Perspective. Londres: Anthem Press.
12
Robert C. Shelburne: “A Utilitarian Analysis Of Trade Liberalization”. UNECE DISCUSSION
PAPERS SERIES No. 2006.4, December 2006.

55
En efecto, aunque la liberalización del comercio en Asia durante las décadas de los
60 y 70 del siglo pasado parece haber reducido la desigualdad, al aumentar la
demanda de trabajo no cualificado, en muchos países, especialmente en
Latinoamérica, incluyendo Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México y
Uruguay durante los 80 y 90 ha aumentado la desigualdad. Ello se debe a un
conjunto de factores, pero en muchos países del sur su ventaja comparativa está en
los recursos naturales, que son propiedad de los ricos y que requieren para su
extracción la utilización de mucho capital y de fuerza de trabajo cualificada. Aparte
de que tras la entrada de China en el mercado mundial, muchos países en desarrollo
han dejado de tener una ventaja comparativa en los productos intensivos en mano de
obra no cualificada. Incluso en los países desarrollados, con el argumento de
favorecer la movilidad internacional del capital, se ha desplazado la carga
impositiva desde el capital al trabajo, como lo muestra el descenso continuado de las
tipos impositivos medios sobre las sociedades, haciendo aún más difícil la
redistribución y ello en el marco de una reducción del Estado del Bienestar.

El segundo eje de las políticas económicas del fundamentalismo de mercado ha sido


la privatización de empresas públicas. Existen muchas definiciones y variantes de
privatización. En su acepción más estricta, supone el cambio, total o parcial, en la
propiedad de empresas o el cambio en la entidad jurídica del prestatario de bienes y
servicios.

De nuevo hay que señalar que el tamaño de la actividad económica del estado no se
puede medir sólo por los ingresos y gastos públicos, que corresponden a lo que en
términos de Contabilidad Nacional se denomina el sector Administraciones
Públicas. La suma de las Administraciones Públicas y de las Empresas Públicas
constituyen el Sector Público. Un país puede tener un sector Administraciones
Públicas relativamente pequeño y un gran sector de empresas públicas, como
ocurrió en España durante buena parte de la dictadura franquista.

La justificación teórica de la empresa pública, en el marco neoclásico, se reduce


prácticamente a la existencia de un monopolio natural. Pero las empresas públicas,
que existen antes del capitalismo, como por ejemplo las Fábricas Reales, se han
creado por al menos otros tres motivos. El primero reemplazar a la iniciativa privada
allí donde esta no invertía, una justificación ligada en muchos países a la
industrialización sustitutiva de importaciones, pero también a la asunción de
actividades de alto riesgo (innovación tecnológica) o de sectores considerados
estratégicos (por ejemplo la defensa), lo que en muchos casos da lugar a empresas
públicas competitivas. El segundo motivo es la socialización de pérdidas, tratando
de atenuar las consecuencias sociales y económicas del fracaso de la iniciativa
privada, creando empresas subsidiarias. Y el tercer motivo, que no tiene apoyo
teórico, pero si muy práctico, es escapar del control más riguroso a que está
sometida la actividad de las Administraciones Públicas, una forma de des-
presupuestación. En este último caso las empresas públicas a veces toman la forma
de fundaciones, como es el caso de España.

Las justificaciones para la privatización deben ser por tanto distintas según qué tipo
de empresa pública se trate. Pero los fundamentalistas del mercado montaron una
causa general, llena de argumentos ideológicos, en la que la mayor justificación
teórica que se puede encontrar es la teoría de la burocracia, elaborada por un

66
economista mediocre norteamericano, William Niskanen, que publica en
instituciones ultraconservadores dedicadas al cabildeo, según la cual y aplicando el
modelo de comportamiento racional maximizador, los burócratas deben por fuerza
maximizar algo y ese algo es “el tamaño de su despacho”, es decir, el presupuesto.
Y se aplica también la teoría de la agencia (los problemas cuando existe un
propietario, el principal, que para tomar decisiones depende de la información que
sólo tiene el agente, los directivos de la empresa), que actúa igualmente en todas las
sociedades por acciones donde hay separación entre propiedad y control. Así,
encontramos justificaciones del tipo “las empresas públicas son el soporte
fundamental de (supuesto) un modelo de sindicalismo, el de los ‘liberados’, que las
utiliza como fuente de rentas y poder, desconociendo las exigencias de rentabilidad
de toda empresa”13. Y desde luego, la fuerte presencia sindical en las empresas
públicas de la mayoría de los países, por su gran tamaño y características
productivas, ha sido una de las razones detrás de las privatizaciones: eliminar o
reducir el poder de los sindicatos, a los que se considera una institución
incompatible con el funcionamiento del libre mercado.

En el caso de los monopolios naturales, la privatización tiene sentido cuando el


progreso técnico hace desaparecer las economías crecientes de escala, tal es el caso
de la telefonía móvil, donde puede haber varios competidores (aunque tampoco
muchos, lo que puede dar lugar a la constitución de un oligopolio, de ahí la
necesidad de la regulación). Pero desde luego si en la telefonía con hilos sigue
habiendo monopolio natural, no tiene justificación teórica su privatización. No se ha
hecho así y en muchos países, incluido España, se ha privatizado la telefonía con
hilos, eso sí, estableciendo un organismo regulador y una compleja regulación de la
que es difícil comprobar las ganancias de bienestar: el regulador siempre está a
merced de la empresa regulada, por las asimetrías en la información, lo que no tiene
que ocurrir si en el consejo de administración está el estado y los ciudadanos (por
ejemplo, a través de las asociaciones de consumidores y usuarios).

En el segundo tipo de empresas públicas, la casuística es enorme. Las empresas


creadas al amparo de una política de industrialización, pongamos el caso SEAT en
España, dejan de tener sentido cuando hay problemas de escala, en particular
tecnológicos, existiendo una fuerte competencia internacional fruto del proceso de
globalización, por lo que aún no teniendo pérdidas la privatización tiene sentido.
Otra cosas son las empresas públicas que tienen un alto componente tecnológico y
de riesgo, por lo que la iniciativa privada por sí sola nunca entraría en esas
actividades. Su privatización sólo tiene sentido si la iniciativa privada es capaz de
tomar el relevo. Por último, el estado siempre puede querer guardarse algunas
actividades por su carácter estratégico-político, en particular suele citarse el caso de
la defensa, pero la formación de las alianzas militares y cierto grado de competencia
internacional han dejado obsoleta esta justificación14.

Cuando la socialización de pérdidas ha sido el motivo de creación de una empresa


pública, a lo que asistimos por lo general es a la quiebra del funcionamiento del

13
Alvaro Cuervo: “La empresa pública entre 1978 y 2003. De la justificación a la privatización”.
Economía Industrial. Nº 349-350/2003: 233-248. La cita está en la página 234.
14
Si bien y como curiosidad, el 15% de Renault pertenece al Estado francés y que el 15% de VW
pertenece al Estado de la Baja Sajonia de la República Federal de Alemania.

77
sistema de mercado. Estas empresas nunca deberían haber sido públicas pues, ¿qué
pinta el Estado siendo propietario de una empresa láctea, o de productos congelados,
como ocurrió en España, por poner sólo dos ejemplos de un centenar? Obviamente
en este caso procede la privatización, pues ni siquiera el mantenimiento del empleo
o razones de política regional justifican la propiedad pública, al existir otros
instrumentos de política mucho más adecuados. En muchos casos, por no decir la
totalidad de los análisis que he podido leer sobre la supuesta ineficiencia de la
empresa pública en España, jamás se menciona que buena parte de las empresas que
llegaron a la propiedad pública durante el franquismo y los primeros años de la
democracia entraban en esta categoría, lo que aparte de la ignorancia de la historia
económica que muestran los autores, se parece mucho a un caso de fraude
ideológico.

Por último, están las empresas públicas creadas para escapar del control del
presupuesto, en todos los sentidos, de las que España es el paradigma, en particular
las creadas por la Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales. De éstas
poco se habla, pero su crecimiento ha sido imparable, sin distinción de color político
de los gobiernos.

Los diversos autores que se han ocupado de analizar el proceso de privatizaciones


en España parecen estar de acuerdo en que a partir de 1983, en que comienzan las
privatizaciones de forma sistemática, y hasta 1995 son privatizaciones “selectivas”,
con las que se trata de contribuir al proceso de reconversión industrial así como al
saneamiento financiero de las empresas públicas. A partir de 1996 se inicia el
proceso de privatización masiva, convirtiéndose en un fin en sí misma, al considerar
que, por razones ideológicas, no tiene sentido la existencia del sector público
empresarial.

Gráfico 1

Empresas públicas, % del empleo no agrario

10,0
8,7 9,0 8,9 8,7
9,0
España
8,0 7,6
6,8 UE
7,0
6,1 5,8
6,0
5,7 5,7
4,6 4,8
5,0 4,5
4,0
2,9
3,0
2,0
1,0
0,0

1970 1975 1980 1985 1991 1995 1999


Fuente: Elaboración propia basada en Francisco Comín y Daniel Díaz, La Empresa Pública en
Europa. Editorial Síntesis. Madrid, 2004.

88
Los cuatro gráficos siguientes pretenden dar una idea de la importancia que tuvo la
empresa pública en España hasta 1999, cuál ha sido el resultado de las
privatizaciones e términos de ingresos - excepto en dos años, prácticamente
irrelevantes, lo que exigiría entrar en cómo se han hecho muchos regalos -, y cómo
ha afectado a las diferentes administraciones públicas, pues la privatización ha
tenido lugar casi únicamente en la Administración Central, ya que las Comunidades
Autónomas y los Ayuntamientos han incrementado sustancialmente el número de
empresas públicas, apareciendo además un nuevo tipo, las fundaciones, que en
muchos casos, como ya he señalado, no son sino una forma de des-presupuestación.

Gráfico 2
Evolución de los ingresos por privatizaciones
14.000 4
12.924
12.486
3
12.000
2,76
2,61
Ingresos
%PIB
2
10.000

0,68 0,68 1

% PIB
0,28 0,28
Millones de €

8.000 0,14 0,13


0,04 0,06 0 0,06 0,001
0,46 0,48
0

6.000
-1

4.000
-2
2.694
2.404 2.449
2.025 2.037
2.000
1.082 -3
839
481 325 539
219
0 10
0 -4
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia a partir de Consejo Consultivo de Privatizaciones. Informe de


Actividades 2006.

Gráfico 3
Evolución del Sector Público Empresarial, 1998-2006

2.500
2.255

2.000

Total
1.500
1.260 Ayuntamientos
Comunidades Autónomas
995 A. G. Estado
1.000
Entidades provinciales
787

462
500
371
331 283
190
96
0
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Fuente: Elaboración propia basada en IGAE. El sector público empresarial. Ministerio de


Economía y Hacienda. Varios años.

99
Gráfico 4

Fundaciones Públicas
350 316

300
A. G. Estado Ayuntamientos Entidades provinciales Comunidades Autónomas
250
183
200

150

100 74 80
49 53 51 52 51 55 55
38 36 40
50

0
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Fuente: Elaboración propia basada en IGAE. Sector público empresarial y fundacional.
Ministerio de Economía y Hacienda. Varios años.

La liberalización-privatización de los servicios públicos locales es una historia muy


llamativa en España. El trabajo dirigido por Germá Bel15 pone de manifiesto que en
el servicio de residuos sólidos se ha constituido un oligopolio, con 3 empresas
(constructoras en su origen) acaparando el 65,2% de las concesiones que sirven al
85,1% de la población española. Y en el servicio de abastecimiento de agua se ha
constituido otro oligopolio, con dos empresas (una de ellas constructora en su origen
y que también forma parte del oligopolio de la recogida de residuos) que acaparan el
72,4% de las concesiones que sirven al 81,9% de la población. ¿Dónde esta el
mercado competitivo?

Por otra parte, los resultados en términos de eficiencia de las privatizaciones no


están del todo claros16. Uno de los últimos estudios realizados17, aun desconociendo
bastante la historia económica de la empresa pública y trabajando únicamente con
33 empresas privatizadas, de un total de 112 empresas privatizadas entre 1985 y
2007, encuentra “con carácter general, que las empresas privadas son más eficientes
técnicamente que las públicas en sectores sometidos a competencia. Sin embargo,
no se encuentra una mayor eficiencia técnica en las empresas privadas reguladas que
en las empresas públicas.”

Además, las privatizaciones de los monopolios fueron por delante de la


liberalización, siendo sustituidos por monopolios privados (el caso del gas) o por
oligopolios con empresas con posición dominante (hidrocarburos, electricidad,
transporte aéreo, telecomunicaciones, tabaco). Y no puede dejarse de lado que el
proceso de privatizaciones ha dado un vuelco al poder empresarial en España, con

15
Economía y política de la privatización local. Madrid: Marcial Pons, 2006.
16
Megginson, W. y Netter, J. N. (2001): «From state to market: a survey of empirical studies on
privatization», Journal of Economic Literature, vol. 39: 321-389.
17
Pablo Hernández de Cos: Empresa pública, privatización y eficiencia. Banco de España. Estudios
Económicos nº 75. Madrid, 2004.

110
cuantiosos paquetes adquiridos por inversores institucionales internacionales y,
sobre todo, por los grandes bancos y las cajas de ahorro, que establecen
participaciones cruzadas, reforzando así los vínculos entre banca e industria, lo que
a mi juicio parece que no tiene mucho que ver con la libre competencia.

Y queda el tercer eje del ataque al estado: la reducción de impuestos, en particular


de los impuestos directos sobre las rentas del capital y sobre las sociedades,
acompañada de la reducción de gastos relacionados con el Estado del Bienestar, en
parte a través de la privatización de servicios públicos.

El gráfico siguiente muestra la evolución de la presión fiscal en el periodo 1965-


2006. Lo que vemos es que, tanto en la OCDE como en el área del euro, aumenta
hasta el año 2000 y desde entonces empieza a descender, continuando ese descenso
en 2007 y 2008. En el caso de España, conseguimos igualarnos a la media de la
OCDE, aunque estamos por debajo de nuestro entorno europeo, con la
particularidad de que se estabiliza en el periodo 2000-2004, para volver a aumentar
en los años 2005-2007 y caer bruscamente en 200818.

Gráfico 5
% Total Tributos/PIB
45

40

35

30

25

20

15

10
1965

1966

1967

1968

1969

1970

1971

1972

1973

1974

1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1990

1995

2000

2002

2003

2004

2005

2006

OECD Total OECD Europa EU 15 España

Fuente: Elaboración propia a partir de OECD, Revenue Statistics. Varios años.

Pero ese acercamiento a los países de nuestro entorno oculta una fuerte disparidad
en la estructura fiscal. Haciendo referencia únicamente a la Europa de los 15, las dos
figuras más importantes son las contribuciones sociales y el impuesto sobre la renta
de las personas físicas (IRPF), que hasta 1990 representan más o menos el mismo
porcentaje del total, si bien a partir de dicho año el IRPF va perdiendo peso, que es
recogido por la imposición al consumo. Pero en el caso de España, las
contribuciones sociales son el recurso más importante, a pesar del descenso que
vienen experimentando desde 1980, mientras que la participación del IRPF es

18
Hay que advertir que con el paso de los años se han ido incorporando a la OCDE nuevos países que se
caracterizan por una presión fiscal baja, como México, Corea del Sur, República Checa, etc, que hacen
que la media de la presión fiscal se reduzca.

111
mucho menor que en la UE-15 y además se equipara a la de la imposición sobre el
consumo a partir del año 2000.

Gráfico 6
UE 15. Porcentajes sobre el total de tributos
35

30

25

20

15

10

0
1965

1966

1967

1968

1969

1970

1971

1972

1973

1974

1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1990

1995

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006
Imposición personal sobre la renta Imposición sobre sociedades
Contribuciones a la Seguridad Social (2) Impuestos sobre la Propiedad
Impuestos generales sobre el consumo Impuestos específicos

Fuente: Elaboración propia a partir de OECD, Revenue Statistics. Varios años.

Gráfico 7
España. Porcentajes sobre el total de tributos
50
45

40
35
30

25
20
15
10
5
0
1965

1966

1967

1968

1969

1970

1971

1972

1973

1974

1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1990

1995

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Imposición personal sobre la renta Imposición sobre sociedades


Contribuciones a la Seguridad Social (2) Impuestos sobre la Propiedad
Impuestos generales sobre el consumo Impuestos específicos

Fuente: Elaboración propia a partir de OECD, Revenue Statistics. Varios años.

Para entender lo ocurrido, hay que tener en cuenta que las economías de la OCDE y
de la Unión Europea, incluyendo España, atraviesan un fuerte proceso de
crecimiento económico que hace actuar a los estabilizadores automáticos, esto es, se
recauda más porque hay más actividad.

España es sin duda un ejemplo de la filosofía de la reducción de impuestos, iniciada


por los gobiernos del Presidente José Mª Aznar y sacralizada por el Presidente
Rodríguez Zapatero cuando en septiembre de 2000 afirma: “Bajar impuestos
también es de izquierdas”. Y a ello se pone con devoción al llegar al gobierno.

112
El primer ejemplo es el IRPF dual en vigor desde 2007 (las rentas del capital
tributan por separado y de manera distinta que las rentas del trabajo, rompiendo un
principio que nos han enseñado y hemos venido enseñando desde hace 50 años los
profesores de Hacienda Pública, que el IRPF debe ser sintético, tributando por igual
todas la rentas con independencia de su origen), aprobado sin discusión pública
ninguna, profundizando la regresiva reforma de 1996, con el pretexto de facilitar
una asignación eficiente de los recursos procedentes del ahorro (término utilizado de
forma intencionada, en vez de hablar de rendimientos del capital), estableciendo un
marco “neutral”, y responder supuestamente a las necesidades de un mercado
abierto presidido por la libre circulación de capitales e integrado en el europeo.
Como resultado, los rendimientos del capital pasan a tributar al tipo único del 18%,
mientras los rendimientos del trabajo soportan un tipo marginal que va de un
mínimo del 24% al máximo del 43%. Además, las Sociedades de Inversión
Colectiva de Capital Variable (SICAV), en las que se concentra la inversión de las
grandes fortunas, tiene un tipo de tributación del 1%. Y a todo ello hay que añadir el
altísimo nivel de fraude fiscal, que frente a lo predicho por la teoría económica no
ha descendido lo más mínimo con la reducción de impuestos y que lógicamente se
concentra en las rentas del capital y en las rentas mixtas, las que corresponden a
autónomos y profesionales, cuya base imponible media en el IRPF es
sistemáticamente inferior a la de los asalariados. Por otra parte, la simplificación de
la tarifa del IRPF y la reducción del tipo marginal más alto en dos puntos, no va
acompañada de una reducción de los múltiples incentivos y bonificaciones fiscales,
más bien al contrario, se añaden nuevos incentivos, como la deducción por alquiler
de vivienda. A ello hay que añadir la deducción por nacimiento o adopción de un
hijo (con la alternativa de una prestación económica de pago único de la Seguridad
Social que asciende a 2.500 euros) y la controvertida deducción de 400 euros al año
en el IRPF para cada contribuyente que empieza a aplicarse en 2008.

Un aspecto que me parece muy preocupante de las reformas fiscales de los últimos
años, que se vienen además presentando como un logro, es que con cada una de
ellas un elevado número de ciudadanos dejan de estar obligados a presentar la
declaración del IRPF (por ejemplo, según datos del gobierno, en el caso de la
deducción de 400 euros un total de 1.300.000 asalariados y pensionistas y 85.000
trabajadores autónomos). Hay que recordar que el IRPF es el único impuesto en el
que el ciudadano sabe cuánto paga, a la Administración Central y a las
Comunidades Autónomas, por lo que no está sujeto a ilusión fiscal. Por ello
considero que dejar de declarar no sólo no es positivo, sino al contrario, hace que los
ciudadanos no sean conscientes en absoluto de lo que cuestan los servicios públicos.

En segundo lugar están las reformas en el Impuesto de Sociedades. La justificación


de las reformas es una supuesta necesidad de defender la posición competitiva de
nuestras empresas en el plano internacional y lograr una mayor equidad y
neutralidad en su aplicación. Destacan en primer lugar las reducciones en el tipo
impositivo del Impuesto sobre Sociedades en cinco puntos porcentuales,
compensadas sólo parcialmente con la eliminación de algunos incentivos fiscales.
También la supresión de las sociedades patrimoniales, con lo que dejan de estar
integrados el IRPF y el Impuesto de Sociedades, como ha venido recomendando la
teoría de la Hacienda Pública. Aun así la recaudación del impuesto ha venido

113
aumentando en los últimos años, debido a la buena situación económica, que ha
dado lugar a la obtención de beneficios empresariales espectaculares.

Pero además está la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, con el argumento
de que sólo lo pagaba la clase media por la propiedad de activos inmobiliarios (la
vivienda propia), cuando era justo lo contrario, recaía fundamentalmente sobre las
rentas altas cuyo patrimonio está sobre todo en activos mobiliarios. Por último, las
reducciones sistemáticas en las CC. AA. de la imposición sobre sucesiones y
donaciones.

Para finalizar, nos encontramos con subidas en los impuestos especiales, que se
justifican por supuestos motivos medioambientales y de salud pública, siendo
conocida la regresividad de estos impuestos. La viñeta de El Roto de El País del 2
de septiembre de 2009 “Pagar impuestos es de pobres. ¡A menos que te salga a
devolver!” expresa en su extremo la filosofía de bajar impuestos.

Por el lado del gasto público, como se muestra en el gráfico 8, España hace también
un notable esfuerzo de aproximación, sobre todo desde el inicio de la democracia,
pero nunca llegamos a alcanzar a la media de la Unión Europea de los 15 y, a partir
de 1994, empieza el descenso, más pronunciado en el caso de España, si bien hay
una modesta recuperación a partir de 2004.

Gráfico 8
Gasto de las AA. PP. en % del PIB

60,0

50,0

40,0

30,0 EU (15)
España
20,0 OCDE

10,0

0,0
60

62

64

66

68

70

72

74

76

78

80

82

84

86

88

90

92

94

96

98

00

02

04

06

08
19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

19

20

20

20

20

20

Fuente: Elaboración propia a partir de J. Alcaide, Papeles de Economía Española, nº37/1988.


para los años 1960-84; para los años 1985-1999 Eurostat; para los años 2000-2006 BADESPE
(CNE-base 2000); y para los años 2007-2009 estimaciones de la OECD, Economic Outlook. La
serie de la EU 15 procede de Eurostat y la de la OCDE procede de OECD, Economic Outlook,
nº 75, June 2004 y nº 83, June 2008.

Este menor nivel de gasto público, lo que implica un menor nivel de provisión de
servicios públicos, va acompañado de una diferente estructura, como muestra el
gráfico 9, en que se compara España y la media de la UE 15 para los años 1999 y
2006, utilizando la clasificación de Eurostat (COFOG), destacando el alto
porcentaje que en España representan los gastos en Servicios públicos generales
(que incluyen los pagos de intereses de la deuda pública), lo que va en detrimento de

114
los menores gastos en Educación y en Protección social, cuyo descenso esta sin
duda relacionado con el traspaso de las respectivas competencias a las Comunidades
Autónomas.

Gráfico 9
Clasificación funcional del gasto de las AA. PP. (UE 15 y España)
70,0

60,0

UE 15 - 1999 UE 15 - 2006
50,0
España 1999 España 2006
40,0

30,0

20,0

10,0

0,0

n
les

ad

tal

rio
os

l

n
sa

cia
rid


ra

en
ic

lig
da
ita
en

so
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un
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ge

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Sa

n
se
D

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Ed
os

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2.

7.
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9.

te
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ic

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Pr

10
A
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en

O
ie
4.

5.
rd
vi

iv

8.
O
er

V
S

3.

6.
1.

Fuente: Eurostat y elaboración propia.

El balance fiscal de la evolución de los ingresos y gastos públicos se recoge en el


gráfico 10. La ortodoxia de la política presupuestaria permite que a parir de la crisis
de 1993, se vaya reduciendo el déficit de las Administraciones Públicas, hasta llegar
al equilibrio en 2003 e incluso obtener superávit a partir de 2005, a diferencia de lo
ocurrido en el conjunto de la UE de los 15 (sin España).

Gráfico 10
Balance fiscal de las AA.PP. (% PIB)
4,0
2,0
0,0
-2,0
-4,0
-6,0
-8,0
-10,0
-12,0
87 88 89 90 991 992 993 994 995 996 997 998 999 000 001 002 003 004 005 006 007 008 09p 10p
19 19 19 19 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 2 2 2 20 20

España Euro area (Sin España) Total OECD (Sin España)

Fuente: Elaboración propia a partir de OECD, Economic Outlook, nº 75, June 2004 y nº 85,
June 2009.

115
Pero como veremos más adelante, la crisis nos ha golpeado de tal manera que las
previsiones para este año 2009 y para el siguiente son de un relativamente alto
déficit público que puede llegar al 10% del PIB, si bien la situación de la UE-15 e
incluso del conjunto de la OCDE no es mucho mejor, con un déficit previsto de
alrededor del 6% en 2010, bien lejos de las prescripciones del Pacto de Estabilidad y
Crecimiento, pero tampoco hay que asustarse por ello, como señalaré más adelante.

2. La gran crisis de 2008 y las políticas económicas adoptadas.

Seré breve en describir la crisis económica actual y sus causas, pues lo que interesa
más es exponer las políticas adoptadas para combatirla.

La crisis actual se manifiesta por vez primera en el verano de 2007, el 8 de agosto,


en Estados Unidos, con la quiebra de dos fondos de cobertura de riesgo (hedge funds)
del banco de inversión Bear-Stearns (el quinto de Estados Unidos en tamaño), tras el
bloqueo adoptado por un banco francés, BNP Paribas, lo que llevó a la explosión del
mercado de hipotecas de alto riesgo (llamadas “subprime”). Los problemas de liquidez
que causan esta quiebra llevan a una fuertísima caída de su cotización en bolsa en marzo
de 2008, por cierto en la misma semana quiebra el banco de inversiones de la familia
Bush, el Carlyle Capital Corp., especializado en comprar hipotecas. Bear-Stearns pasa a
ser comprado por J.P. Morgan con apoyo del Banco de la Reserva Federal de Nueva
York. También en esa misma semana el gobierno federal de los EE. UU. anunció una
inyección de 200.000 millones de dólares para darle liquidez el mercado crediticio.
Nunca en la historia se había inyectado tanto dinero de un solo golpe. Por otra parte, en
el verano de 2007, el petróleo y las materias primas experimentaban elevaciones de
precios récord, como también estaban por las nubes los precios de las viviendas en
muchos países.

La segunda y definitiva manifestación tiene lugar el 7 de septiembre de 2008 con la


intervención por parte del gobierno estadounidense de los gigantes hipotecarios Fannie
Mae y Freddie Mac, a la que sigue el 14 de septiembre la quiebra de Lehman Brothers,
la cuarta entidad bancaria de los EE. UU., la adquisición de Merrill Lynch el día
siguiente y el rescate de la aseguradora AIG. A partir de ahí vienen las quiebras en
cadena. En Europa, la crisis empieza en septiembre de 2007 cuando el Banco de
Inglaterra debía acudir al rescate del Northern Rock, quinto banco hipotecario del país.

Los orígenes de la crisis se encuentran, en los Estados Unidos, en las inversiones


en hipotecas de baja calidad (subprime), esto es, hipotecas concedidas a personas a los
que no se les daría a los tipos de interés de mercado, pero que convenientemente
transformadas por la ingeniería financiera, terminan siendo respaldadas por las
instituciones públicas (Fannie Mae y Freddie Mac) y obteniendo la máxima calificación
(AAA). El mercado inmobiliario había venido experimentado subidas de precios desde
1997 que eran inconsistentes, según los expertos, con las tendencias históricas, de
manera que los precios estaban inflados (a tenor de la relación entre los precios de
compra y los de alquiler). La burbuja que se creó siguió hinchándose hasta 2006 (en el
caso de España, que ha sufrido la misma burbuja inmobiliaria, aunque sin hipotecas
“subprime”, los precios siguieron creciendo hasta principios de 2008) y a principios de
2008 muchos prestatarios eran insolventes y sujetos a la ejecución de la hipoteca, por lo

116
que las inversiones en préstamos “subprime” se convirtieron en un desastre. El fallo de
las empresas de inversión y de las compañías del mercado hipotecario condujo a la
reducción masiva de liquidez en los mercados de crédito, primero en los EE. UU. y
luego en todo el mundo desarrollado. A su vez, la reducción de la liquidez produjo
descensos significativos en el mercado de valores y un conjunto de de daños asociados,
incluyendo muchos cierres de empresas y el sentimiento de que se necesitaba un plan de
rescate de los gobiernos.

Por tanto, el origen concreto de la crisis es financiero, es una crisis del capitalismo
financiero-inmobiliario, que se convierte en una crisis económica generalizada y
mundial, aunque por supuesto haya causas más profundas, pues no es sólo financiera.

El diagnóstico oficial, tan oficial que es el que realiza el Jefe de la Oficina


Económica del Presidente del Gobierno de España19, es que la mayoría de las respuestas
dadas hasta la fecha coinciden en señalar, por un lado, la existencia de fallos en el
marco regulatorio y supervisor y, por otro lado, en el propio funcionamiento de los
mercados financieros, que han fallado al estar afectados por problemas de información
asimétrica e incentivos perversos.

Pero a ello se añade un tercer elemento, relacionado con los desequilibrios macro-
financieros globales:

“El incremento sostenido del ahorro mundial durante los últimos años se ha
traducido en aumentos considerables de los niveles de apalancamiento, tanto en
los balances empresariales como en los de las familias, en muchos de los países
avanzados. Este proceso de recurso intenso al endeudamiento se ha visto
favorecido, a su vez, por una intensificación en el ritmo de profundización de los
mercados financieros en estos países, que han visto crecer de forma considerable
tanto el número y variedad de activos comercializados como el grado de
participación y la tipología de los inversores. En suma, el fuerte dinamismo del
ahorro mundial junto con un mayor grado de desarrollo financiero, incluyendo
un fuerte incremento en el grado de competencia entre entidades financieras,
dieron lugar a un elevado grado de holgura en las condiciones de crédito tanto en
lo referido a los elevados volúmenes máximos de apalancamiento permitidos
como a los tipos de interés, que durante estos últimos años se han situado de
forma recurrente en niveles históricamente bajos.”

“La contrapartida de los elevados grados de endeudamiento se ha manifestado


en forma de altas tasas de inversión y consumo privado en las economías más
avanzadas. Ahora bien, centrándonos en la inversión, la enorme pujanza de la
oferta de ahorro mundial no siempre se ha visto correspondida con un aumento
equiparable en el volumen de nueva inversión productiva sino que, con
frecuencia, parte de ese ahorro se ha destinado a la adquisición de activos ya
existentes con fines puramente especulativos, dando lugar a lo que comúnmente
se conoce como «burbujas». Estas burbujas, que un principio surgen de forma
natural como una respuesta endógena de los mercados frente a un aumento
considerable de las fuentes de financiación, conllevan un alto grado de
inestabilidad, en la medida en que su valor está determinado, al menos en parte,
19
Javier Vallés Liberal, Óscar Arce Hortigüela, Antonio Garre Martínez: “La crisis actual desde una
perspectiva macro-financiera”. Presupuesto y Gasto Público, nº 54/2009: 31-43.

117
por factores desligados de sus determinantes fundamentales.” (Vallés, Arce y
Garre; 32).

José Manuel Naredo20 resume el punto central de este último párrafo cuando señala
que nos encontramos ante un capitalismo que ha acentuado hasta el paroxismo su
dimensión especulativa, predominando no la producción de riqueza, sino la
adquisición de la preexistente, cambiando de esta manera las reglas del juego. De
manera que el fin ya no es el consumidor soberano de los libros de texto, al convertirse
en un simple medio al servicio del sistema, generalizándose un modelo de redistribución
que no crea valor alguno.

Los institutos y centros de predicción económica, públicos y privados, no fueron


capaces de predecir en 2008 lo que se ha venido encima. Sólo unos pocos economistas,
todos ellos fuera de la corriente dominante excepto quizás Roubini (Minsky –en fecha
tan temprana como 1974 con su hipótesis sobre la inestabilidad inherente-, Goodley,
Paley y Shiller), fueron capaces de predecir que iba a tener lugar una nueva crisis de
origen financiero. El cuadro siguiente pone de manifiesto lo mal que funcionan las
previsiones económicas21.

Previsiones económicas en distintas fechas, CEPREDE y OCDE.

PIB 2008 may-07 nov-07 may-08 nov-08 Estimado


OCDE 3,4 2,7 1,4 1,6 0,8
EE.UU. 2,8 2,4 1,3 1,6 1,1
España 2,7 2,7 2,3 1,3 1,2

PIB 2009 may-07 nov-07 may-08 nov-08 jun-09


OCDE 2,4 2,8 1,7 0,8 -4,1
EE.UU. 3,0 2,9 2,1 0,6 -2,8
España 23 23 17 -1 0 -4 2
Fuente: Elaboración propia a partir de CEPREDE, Informe semestral, noviembre de 2008 y
OECD, Economic Outlook, nº 85, June 2009 para la estimación de 2008 y de junio de 2009.

Por ello es muy interesante saber que en el curso de una visita de Isabel de
Inglaterra a la London School of Economics, la soberana aprovechó para hacer ante la
reputada institución académica londinense la pregunta del millón: ¿Por qué nadie
predijo la crisis? Los economistas académicos británicos recogieron el guante dialéctico
y responden a la reina mediante una carta fechada el 26 de Julio.
(http://media.ft.com/cms/3e3b6ca8-7a08-11de-b86f-00144feabdc0.pdf). Según
concluyen los académicos británicos, «el fracaso en anticipar la temporalidad, alcance y
severidad de la crisis, aunque sujeto a muchas causas, se debe principalmente al fracaso
de la imaginación colectiva de mucha gente brillante, para interpretar el riesgo del
sistema como una totalidad». Pero como señala Manfred Nolte en El Correo Digital del
09.08.09, “las conclusiones extraídas del debate de los 33 ilustres firmantes del
documento, orillando el argumento 'autoridad', constituyen cuando menos un ejemplo

20
José Manuel Naredo: “La cara oculta de la crisis. El fin del boom inmobiliario y sus consecuencias”.
Revista de Economia Crítica, nº 7, 1 semestre de 2009: 118-133.
21
Aunque en la presentación realizada en la Junta Semestral de CEPREDE de noviembre de 2007, el
profesor Antonio Pulido ya advertía de los problemas en una transparencia titulada "El camino desde la
desaceleración del mercado residencial en EE.UU. a las turbulencias financieras internacionales".

118
de eufemismo, una largueza y benevolencia extrema en su interpretación. Achacar la
devastadora crisis actual al «fracaso de la imaginación colectiva de mucha gente
brillante» equivaldría a justificar las execrables tropelías de los campos de exterminio
nazis como un mero desliz en la orientación del fenómeno étnico por parte de los
gestores del Reich”.

¿Cuáles han sido las políticas adoptadas para salir de la crisis? Seguiré aquí los dos
últimos informes Economic Outlook de la OCDE, el de diciembre de 2008 y el de junio
de 2009.

La OCDE parte de la base de que ha sido el mal funcionamiento de los mercados


financieros el que ha frenado el crecimiento. Distingue tres tipos de políticas,
considerando a las dos primeras como políticas macroeconómicas convencionales y
a las terceras como “no convencionales”, si bien en los dos informes se obvia todo
comentario crítico:

a) La reducción de los tipos de interés. Aunque por supuesto no menciona la


actuación del Banco Central Europeo, que en su obsesión por la inflación y ya
en plena crisis, aumentó el 15 de julio de 2008 el tipo de interés, no procediendo
a una bajada hasta el 8 de octubre tras el acuerdo de los grandes Bancos
Centrales. Si advierte que no son tiempos normales, pues en esta crisis se han
debilitado los mecanismos de transmisión monetaria y, a pesar de las medidas
adoptadas, el crecimiento del crédito se ha reducido, en particular a los hogares
y a las empresas no financieras, con grandes implicaciones para la economía
real. A todo ello se suma la caída de la inversión en vivienda en 2007-2008,
especialmente importante en Noruega, España, EE.UU., Gran Bretaña y Nueva
Zelanda y la caída de sus precios, empeorando la situación del sistema
financiero, un tema del que les acaba de hablar con profundidad y mayor
conocimiento la profesora Taltavull.
b) Paquetes de estímulo fiscal. Pero la OCDE se encarga de advertir que deben ser
temporales y diseñarse de modo que tengan un gran efecto sobre el gasto
agregado, por ejemplo rebajas fiscales temporales o transferencias a los hogares
con restricciones crediticias, que empujen el gasto en consumo. La OCDE, cómo
no, llama la atención sobre los déficit públicos, y recomienda que la política
fiscal vaya en un marco a medio plazo creíble (sic) que asegure la sostenibilidad
fiscal, la llamada consolidación, y no es partidaria de gastos en infraestructura,
por su largo periodo de implantación. En el informe de junio de 2009
recomienda cómo debe ser la consolidación fiscal, poniendo el énfasis en el
recorte de gastos más que en subir los impuestos.
c) Nacionalización de instituciones financieras e inyecciones de capital público
(pero sin derecho a voto), que suponen un apoyo al sector financiero mediante
avales del Estado y la provisión de liquidez por los Bancos Centrales. La OCDE
considera que las intervenciones son “inconsistentes” (sic) con el
funcionamiento del mercado privado de crédito en el largo plazo, por lo que pide
una estrategia clara para salir de esta situación, en otras palabras, nada de volver
a la banca pública. A este respecto, llama la atención que las inyecciones de
capital para cubrir las pérdidas de los bancos han supuesto, según los cálculos de
la OCDE, del 2 al 5 por 100 del PIB, mientras que, a efectos comparativos, el
gasto público adicional relacionado con las políticas activas del mercado laboral
representan alrededor del 0,1 por 100 como media de los países de la OCDE.

119
La OCDE reclama en su informe de diciembre de 2008 que haya cooperación
internacional…pero para evitar medidas que distorsionen la competencia. Y
propone re-examinar las características del marco regulador y supervisor, con una
larga lista de cuestiones a abordar para conseguir un sector financiero más fuerte. Y
partiendo de la existencia de tres problemas en los mercados financieros: a) la
ruptura de la confianza; b) la infra-capitalización; y c) la falta de liquidez, extrae tres
lecciones de política económica:

a) Garantizar los depósitos y préstamos bancarios, así como inyecciones de


capital, pues han contribuido a atajar la crisis de confianza.
b) La recapitalización de las instituciones financieras no debe llevar a que las
autoridades se involucren en las decisiones de préstamos.
c) Reestablecer la liquidez sin apoyar a industrias en particular.

Seis meses después, al extraer la lección de que las burbujas financieras pueden ser
muy desestabilizadoras y costosas, la OCDE sugiere que puede haber una necesidad
de revaluar los objetivos de la política monetaria. Ahí se acaba el análisis.

Podemos preguntarnos ahora qué ha hecho el Gobierno de España.

Antes de nada, conviene recordar que los últimos gobiernos han practicado una
política económica basada en:

- La reducción del tamaño de la Administración Central, especialmente intensa en


España por el lado de los impuestos directos, a la que ya hemos hecho
referencia, en los últimos gobiernos bajo el lema “bajar impuestos (también) es
de izquierdas”.
- La extensión del estado del bienestar, pero sin bases firmes por el lado de los
ingresos (ley de dependencia), pues no se puede tener al mismo tiempo
impuestos bajos para todos y servicios casi gratuitos para casi todos.
- La consolidación de la estructura productiva basada en la construcción, el
turismo y los servicios financieros (estos en parte gracias al crecimiento de la
construcción): el llamado “modelo de crecimiento”.
- Un pequeño esfuerzo I+D que necesita ser sostenido y con un largo proceso de
maduración.
- Problemas serios con la educación (fracaso y abandono escolar, ligados al patrón
de crecimiento).

La primera reacción fue negar la crisis, por una combinación de razones. En primer
lugar por razones técnicas (hay un acuerdo sobre que no se está en recesión hasta que se
producen dos trimestres consecutivos de decrecimiento en el PIB, lo que no ha ocurrido
hasta el cuarto trimestre de 2008). Segundo, a mi juicio, por la incredulidad de que
pudiera ocurrir tal cosa cuando todo iba tan bien o mejor. Tercero, por la propia
incapacidad de los economistas del gobierno (y los de la oposición) para predecir con su
bagaje teórico lo que iba a ocurrir, exactamente lo mismo que los economistas de
EE.UU. y el resto de países desarrollados. En el caso de España, resulta que el modelo
econométrico utilizado por el Ministerio de Economía y Hacienda se basa nada menos
que en la tesis de las expectativas racionales, a pesar de haber quedado desacreditada
teórica y empíricamente, como veremos mas adelante. En cuarto lugar, cuando se

220
produce la crisis del sistema financiero en EE. UU. España podía estar orgullosa de la
regulación desarrollada por el Banco de España, si bien lo que no pudo evitar es que la
banca contribuyera con gran in-eficacia a la burbuja financiera, aceptando tasaciones de
viviendas del 120 por 100 del valor de mercado para poder conceder hipotecas del 100
por a 100 a personas para las que la mensualidad podía representar una parte importante
de su salario (el ratio de solvencia empieza a descender ya en 2003), a lo que se añade
que los tipos de interés empiezan a subir a partir de 2006 (recordemos el
comportamiento, para muchos de nosotros irresponsable, del Banco Central Europeo en
toda esta crisis).

La crisis en España es pues una crisis financiero-inmobiliaria que se acentúa por la


crisis financiera mundial y que impacta muy duramente sobre la demanda interna -la
caída del consumo final de los hogares es tremenda-, a lo que ayuda mucho, a mi juicio,
el comportamiento irresponsable de la oposición política, en particular del Partido
Popular, que trata este grave problema como una forma de desgastar al gobierno, en vez
de como un asunto de Estado, aumentando la sensación de crisis, con lo que entran en
juego las famosas expectativas de Keynes. Y tampoco parece estar dispuesto a
considerar que la búsqueda de una salida es también un asunto de Estado.

El Plan del Gobierno de España, conocido como Plan E, se recoge en Real Decreto
1975/2008, de 28 de noviembre de 2008, sobre medidas urgentes a adoptar en materia
económica, fiscal, de empleo y de acceso a la vivienda, (BOE de 2 de diciembre de
2008). Es pues una reacción tardía, en la que se combinan, en un totum revolutum, un
total de 104 medidas, agrupadas en cinco ejes:

- Familias: 14 medidas.
- Empresas: 18 medidas.
- Empleo: 28 medidas.
- Financiero y Presupuestario: 10 medidas.
- Modernización de la economía: 34 medidas.

Del análisis de las medidas, puede afirmarse que hay verdaderas contradicciones
entre ellas y, desde luego, no responden a las peticiones de un buen número de
economistas de la corriente dominante, entre ellos nada menos que dos recientes
Memoriales Nobel, Krugman y Stiglitz, que reclaman volver a la ortodoxia keynesiana,
como detallare más adelante, con un fuerte paquete de aumento del gasto público, sobre
todo en educación e infraestructuras, además de reducir la desigualdad, aumentando los
impuestos a los ricos y reduciéndoselos a los pobres.

- Por ejemplo, hay reducciones (los 400 euros en el IRPF, libertad de


amortización en el IS) y supresiones de impuestos (patrimonio) por un lado,
reducciones que muy probablemente se están destinando al pago de deudas y al
ahorro y no al consumo22. Y por otro congelación de sueldos en la función
22
Un estudio reciente para los EE. UU. demuestra que sólo una quinta parte de los beneficiarios de las
devoluciones ad-hoc de impuestos puestas en marcha como parte de un paquete de estímulo de la
economía en 2008 por el gobierno federal manifestaron su intención de gastarse esos ingresos extra, casi
la mitad tenían la intención de dedicarlos a reducir deudas, mientras que resto el planeaba ahorrarlos.
Shapiro, D. M. y Slemrod J. B. (2009): “Did the 2008 Tax Rebates Stimulate Spending?” NBER Working
Paper 14753. NBER. Washington. Por otra parte, Nuria Badenes hizo un análisis de los efectos de la
deducción de 400 euros y de la deducción por nacimiento de 2.500 euros, llegando a la siguiente
conclusión: “las medidas anunciadas en principio podrían mejorar la desigualdad, la pobreza y el

221
pública, reducción de gastos corrientes y reducción de plazas (sólo se cubrirán el
30 por 100 de las vacantes) lo que sin duda repercutirá en un descenso de la
calidad de los servicios públicos y subida de los impuestos especiales.
- Hay un buen número de medidas dirigidas al problema de la vivienda, recogidas
en los ejes “familias” y “empleo”.
- Las pequeñas y medianas empresas son destinatarias de un conjunto de siete
medidas, dentro del eje “empresas”, la mayoría de ellas articuladas a través de
líneas de financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Hay también
medidas específicas para seis sectores considerados estratégicos, para el sector
de la automoción (automóviles y motos) y para el turismo.
- Hay un grupo de cinco medidas dirigidas al sector financiero, la más conocida el
Fondo de Adquisición de Activos Financieros, una copia absurda del de EE.UU.
cuando aquí no ha habido, afortunadamente, el problema de las hipotecas
basura, y de hecho sólo se han cubierto 2/3 de los 30.000 millones de euros.
- Por último, esta un grupo variopinto de medidas bajo la denominación
“modernización de la economía”, desglosadas en seis grupos:

o Reducción de cargas administrativas y mejora de la regulación. (5)


o Potenciar la competencia en el sector servicios. (4)
o Medidas para el sector del transporte. (3)
o Medidas para el sector de la energía y la lucha contra el cambio
climático. (9)
o Medidas para el sector de las telecomunicaciones. (4)
o Capital humano y tecnológico. (8). A estas medidas hay que añadir otras
tres relacionadas con la educación: Incremento de becas para garantizar
el acceso a la educación (1.12); Formación de titulados universitarios en
situación de desempleo (3.8); y Plan Extraordinario de Medidas de
Orientación, Formación Profesional e Inserción Laboral (3.9).
o
- El Gobierno estima inicialmente que el impacto total del Plan E, distribuido
entre 2008 y 2009 será de 14.000 millones de euros, un 1,28 por 100 del PIB de
2008. Pero la Vicepresidenta Segunda y ministra de Economía y Hacienda,
Elena Salgado, en su comparecencia ante los medios de comunicación el 6 de
mayo, estimaba que la magnitud del esfuerzo fiscal es del "2,3% del PIB en el
año 2009" (que corresponden una inyección de recursos de 50.000 millones de
euros), al que hay que añadir las políticas sociales contra la crisis y de apoyo al
sector financiero, por lo que "el conjunto de medidas supone un 4,9% de nuestro
PIB".
- Los cálculos de la OCDE sobre el impacto sobre el PIB de todas las medidas de
política económica adoptadas es: Gasto 2,2 p.p.; Ingresos 1,7 p.p.; Total 3,9%
del PIB2008 repartido en tres años. Como referencia, en EE. UU. es del 5,6% y
la media de las 7 mayores economías (Alemania, Canadá, Estados Unidos,
Francia, Italia, Japón, Reino Unido) es del 4,1%.

bienestar, pero también podrían generar efectos de empeoramiento. Además, con el mismo coste que
supondría implementarlas, es posible utilizar medidas igualadoras, que hagan descender la pobreza y que
incrementen el bienestar”. El efecto del “cheque Zapatero” sobre la distribución y la pobreza de las
familias. Fundación Acción Familiar. Documento 01/2008.

222
3. El contexto teórico de la crisis de 2008 y las dudas sobre un cambio de
modelo o “más de lo mismo”.

La cuestión a la que quiero responder en este apartado es si las medidas de política


económica adoptadas y la reflexión sobre las causas de la crisis, evitarán que vuelva a
suceder algo parecido en un futuro no muy lejano.

En lo que sigue me voy a apoyar sobre todo en artículos de prensa, pues no hay
artículos académicos, si exceptuamos la revista de economía alternativa Real World
Economic Review, y probablemente pasarán años hasta que se publiquen, dado cómo
funciona el sistema de revisión por pares y la restricción de publicaciones, pues las
revistas tienen a gala conseguir un alto índice de rechazo. Si bien la mayoría de estos
artículos de prensa van a estar firmados por memoriales Nobel de Economía, como
Samuelson, Stiglitz o Krugman.

Para empezar, desde una institución financiera mundial como el Fondo Monetario
Internacional (FMI), uno de sus antiguos funcionarios, el ex subdirector Tomás J.
Baliño, extrae cinco lecciones23:

- "Primera, que el sistema financiero está mucho más interconectado de lo que se


pensaba y que la quiebra de instituciones que no se consideraban demasiado
grandes para caer, como Lehman Brothers, puede tener una enorme repercusión
global.” Es mas, ha caído el mito de que los bancos, cuanto mas grandes mas
seguros.
- Segunda, que era mentira que las innovaciones financieras transferían el riesgo
a quienes mejor podían soportarlo: el riesgo volvió a la banca a través de varios
mecanismos". La crisis ha demostrado que detrás de todo esto había más
ingeniería financiera y burbujas de liquidez que otra cosa.
- "Tercera, que el sistema debe alinear cuidadosamente riesgos con beneficios: la
crisis de las hipotecas basura se debe a que quienes evaluaban el riesgo no
sufrían ningún perjuicio si luego no se pagaba la hipoteca”.
- “Cuarta, que el mercado no resuelve por sí solo todos los problemas.” Cae con
ello el mito de que el mercado siempre es eficiente y pone precio a los activos.
En efecto, el largo ciclo de crecimiento al que hemos asistido alentó la creencia
de que el mercado siempre da precio a los activos. En mitad de esa carrera
alcista, los bancos norteamericanos insistieron en la utilización del mark to
market, es decir, que los activos se valoren a precio de mercado, recogido en las
Normas Internacionales de Contabilidad (NIC). El resultado fue que los activos
se hincharon en paralelo a la burbuja. Esta filosofía también está en la reforma
internacional de Basilea II. Ambas están en profunda revisión 24. Sin embargo, la
UE ha suavizado la normativa, pero la mantiene. Los expertos piden utilizar
otros modelos, pero con transparencia. En definitiva, cae el mito de que se
necesita más mercado y menos estado.
23
Opiniones recogidas por Claudi Pérez: “Dos años de 'thriller' con final abierto”. El País, 9 de agosto de
2009.
24
Estas normativas están en revisión completa para reforzar cuatro aspectos: las provisiones, que deberán
hacerse en momentos de bonanza aunque no haya morosidad (el modelo español); el capital, que deberá
aumentar, sobre todo si hay operaciones de riesgo; el principio de consolidación dentro del balance de
todos los productos (para evitar la venta de subprime a terceros); y la vigilancia de la liquidez, que
apenas se tenía en cuenta. Íñigo de Barrón: “Catorce mitos caídos tras dos años de crisis”; El País,
19/07/2009.

223
- “Y quinta, que regulación y supervisión son cruciales -como ha demostrado el
Banco de España, sin cuyas normas la crisis española sería más grave-, y que
esas reglas no pueden ser nacionales en un mundo globalizado". Se derrumba
con ello el mito de que la supervisión escasa impulsa al mercado libre, que lo
mejor es la auto-regulación. La crisis ha demostrado que las entidades van por
delante de los reguladores. Crearon una banca en la sombra sin ningún control y
organizaron un mercado de hipotecas subprime sin asumirlas en sus balances.
No es verdad que los grandes mercados están supervisados y regulados. Las
hipotecas basura y los seguros de impago (Credit Default Swaps, CDS) movían
miles de millones pero no estaban regulados ni supervisados. Además, las
entidades los tenían fuera de sus balances. Como ha señalado Stiglitz en diversos
trabajos, con la crisis financiera asiática de hace 10 años ya se vio la necesidad
de reformar la arquitectura financiera global, pero no se hizo.

Pero esas lecciones, siendo sin duda todas ciertas, dejan bastantes cosas fuera que de
alguna manera han sido reconocidas por los economistas y analistas de la corriente
dominante. Señalemos nueve lecciones más, aunque el orden no indica preferencia.

1ª) El comportamiento de los banqueros y los altos ejecutivos. Se ha venido abajo el


mito de que los banqueros son profesionales de prestigio y deben tener salarios
elevados. Ha quedado demostrado que los ejecutivos y los consejeros aprobaban
productos de los que desconocían su riesgo real, como ha dicho Juan Ramón
Quintas, presidente de la CECA. Es decir, no hicieron bien su trabajo. Sin embargo,
cobraban unos sueldos estratosféricos que les hace responsables de lo ocurrido,
aunque al final la factura la han pagado los ciudadanos y los accionistas. "Ni
siquiera alguien con la capacidad de siete personas se merecería esos salarios",
apunta Pablo Fernández, del IESE, y añade que "los bonus por beneficios fuerzan a
mentir a la gente para cobrar más"25, existiendo un conflicto entre el incentivo a
corto plazo y la ética de los negocios. El profesor Rojo, poco sospechoso de radical,
lo ha dicho corto y claro: “Tampoco puede ser que haya retribuciones de los
ejecutivos tan inmensas”26.

2ª) Los sueldos elevados están relacionados, como señala Samuelson27, con el
fomento de la desigualdad y el “capitalismo compasivo” de la administración Bush.
De hecho la desigualdad ha aumentado en casi todos los países desarrollados en la
última década, aunque no tanto en España, siendo cada vez mayor la participación
de las rentas del capital y de las rentas mixtas en el reparto de la renta nacional, en
detrimento de las rentas del trabajo asalariado y aquí si que destaca España.

3ª) Las economías de goteo no funcionan. Como señala Stiglitz, “un incremento del
PIB puede incluso empeorar la situación”. El crecimiento no lo es todo, debe ser
inclusivo, beneficiando a una amplia mayoría de los ciudadanos, y debe ser
sostenible desde el punto de vista del medio ambiente. Además, no es cierto, en
particular si hay recursos ociosos, que haya un conflicto entre crecimiento y
desigualdad.

25
Citado por Íñigo de Barrón: “Catorce mitos caídos tras dos años de crisis”; El País, 19 de julio de 2009.
26
Entrevista en El País, 19-10-08: “Ni Greenspan, ni el FMI, ni el BCE han funcionado bien”.
27
“Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek”. El País, Negocios, 26 de octubre de 2008.

224
Gráfico 11

Fuente: Informe Mensual La Caixa. Junio de 2009.

4ª) El mito de que “quien la hace, la paga” ha mutado en "al que la hace, le pagan",
porque los pocos altos ejecutivos que han perdido su puesto se han ido a casa con
muchos millones. Hasta ahora, la lista de bajas de presidentes o consejeros
delegados es esta: Fred Goodwin, del Royal Bank of Scotland; Charles Prince, de
Citigroup; Stanley O'Nelly, de Merrill Lynch; Marcel Ospel, de UBS; Martin
Sullivan, de AIG; Ferry Killinger, de Washington Mutual... y pocos más. El
profesor Antón Costas28 ha señalado que hace aguas el supuesto del capital
reputacional, que supuestamente impedía las conductas fraudulentas o con excesivo
riesgo en las grandes corporaciones.

5ª) Sí hay ciclos en la economía. Como ha recordado Paul Krugman29: “En 2003,
Robert Lucas, de la Universidad de Chicago, en su discurso presidencial ante la
Asociación Económica Estadounidense, declaraba que ‘el problema principal para
prevenir la depresión se ha resuelto, a todos los efectos prácticos y lleva de hecho
muchas décadas resuelto’”. Así, tras superar, sin graves problemas, la crisis de las
divisas latinoamericanas y de las empresas puntocom de principios del 2001,
algunos apuntaron que la experiencia pasada, junto a la interconexión entre las
autoridades internacionales, podía mitigar la virulencia de ciclos pasados, algunos
fueron incluso más lejos y predicaron la desaparición de los ciclos económicos.
Lejos de eso, la globalización ha demostrado que hace sobre-reaccionar a los
mercados, además de que amplifica las noticias negativas y la desconfianza.

6ª) No es verdad que, “Con la globalización, no importa donde esté la sede social.
Cuando una entidad cae, el lugar donde está la sede social es clave para las ayudas.
Por eso, los políticos quieren "campeones nacionales" y ha resurgido el
nacionalismo económico”30.

28
“Coge el bonus y corre”. El País, Negocios, 26 de julio de 2009.
29
“Luchar contra la depresión”. El País, Negocios, 11 de enero de 2009: 6.
30
Íñigo de Barrón: “Catorce mitos caídos tras dos años de crisis”; El País, 19/07/2009.

225
7ª) Como ha señalado Samuelson31, se puso de vigilantes a los que había que vigilar,
como Pitt, abogado de de las cuatro principales empresas contables, escogido por
Bush para la Comisión de Control del Mercado de Comunicaciones, o Paulson
escogido como Secretario de Estado del Tesoro y antes máximo directivo de
Goldman Sachs. Y se contó con la connivencia de las agencias de calificación, un
oligopolio formado por tres empresas (Moody's, Standard&Poo's y Fitich), que ni
siquiera tenían sistemas fiables para medir los créditos basados en activos basura.
Los auditores también han sido criticados por mezclar sus servicios con los de
consultoría: "No aprendieron de la crisis de Enron", dicen en Asesores Financieros
Internacionales (AFI)32.

8ª) Hay que señalar también con Samuelson33 la culpabilidad de la ingeniería


financiera. Nadie entendía las fórmulas de Black, Scholes y Merton, memoriales
Nobel de economía, para más INRI, y nadie aprendió la lección de 1998 cuando
Long Term Capital Management (LTMC) estuvo a punto de quebrar y necesitó un
rescate pactado por la Reserva Federal de Nueva York. Esos ingenieros financieros
había creado supuestamente nuevas herramientas de medición del riesgo, que
permitían ampliarlo pero al tiempo controlarlo, cuando en realidad lo que hicieron
fue eliminar toda transparencia y fomentaron el sobreendeudamiento. Se supuso
también que los 'hedge funds' y los productos sofisticados, como la titulización de
activos (que es una forma de empaquetar y revender productos), dinamizaban la
economía. Ahora se les considera responsables de buena parte de la burbuja y del
sobreendeudamiento. Warren Buffet ya advirtió de que "los derivados son
verdaderas armas de destrucción masiva"34.

9ª) Por último, ha tenido que ser el que fue gobernador del Banco de España, el
Profesor Luis Ángel Rojo, el que critique el comportamiento del BCE, del FED y
del FMI35. Del BCE dice que tenía que haber actuado antes y bajado los tipos, es
más, recordemos que los subió en plena crisis, además de no hacerle caso cuando
expuso las medidas adoptadas en España, mientras que califica de absurda la
política del señor Greenspan. No menciona sin embargo al sucesor de Greenspan,
Ben Bernanke, nombrado por Bush, a quien el Presidente Obama acaba de anunciar
su confirmación para continuar como presidente de la FED. Bernanke, parece que
experto en la Gran Depresión como profesor de la Universidad de Princetown, es un
discípulo y admirador de Friedman. En el año 2002 pedía perdón en nombre de la
Reserva Federal a Friedman afirmando: “Tiene usted razón. Fue culpa nuestra (la
depresión de 1929), lo sentimos mucho. Pero gracias a usted no volveremos a
hacerlo”. Y en el año 2004 se congratulaba de haber domesticado la inflación y los
ciclos económicos, hablando de la “Gran Moderación” Es también Bernanke el que
en marzo de 2007 afirmaba que los problemas de los mercados financieros se habían
contenido, aunque es cierto que después ha hecho todo lo posible por ayudar a salir
de la crisis, apoyando las medidas de la administración del presidente Obama que le
ha confirmado “por sus grandes logros” en contener la depresión, aunque todos le
hemos visto apoyando el anti-democrático plan de Paulson, que pretendía salvar a

31
“Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek”. El País, Negocios, 26 de octubre de 2008.
32
Citado por Íñigo de Barrón: “Catorce mitos caídos tras dos años de crisis”; El País, 19 de julio de 2009.
33
“Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek”. El País, Negocios, 26 de octubre de 2008.
34
El País. 9 de agosto de 2009,
35
Entrevista en El País, 19-10-08: “Ni Greenspan, ni el FMI, ni el BCE han funcionado bien”.

226
las instituciones financieras de EE.UU. a costa de los contribuyentes, con las manos
libres y sin rendir cuentas.

¿Es posible que se aprendan todas estas lecciones y haya un cambio en la forma de
abordar los problemas económicos, para que no se repita dentro de n años lo mismo? Mi
respuesta y la de algunos economistas, tanto de algunos de los que están en la corriente
dominante, aunque ciertamente críticos, como de otros que están fuera, es bastante
pesimista.

Quisiera empezar por la teoría económica subyacente que puede encontrarse en las
propuestas que han llevado a más mercado y menos estado. Y comenzaré por la
macroeconomía.

En primer lugar, la aceptación y el dominio de las tesis monetaristas de Friedman,


hasta el punto de que Samuelson afirma que “los que hoy enseñan en las principales
universidades estadounidenses (y del resto del mundo desarrollado hay que añadir)
se dejaron lavar el cerebro por eruditos libertarios como Milton Friedman y
Friedrich Hayek”, les ha llevado a olvidar realidades como la llamada “paradoja del
ahorro”: que si los ciudadanos se asustan demasiado y dejan de gastar, el cambio al
ahorro imposibilita el aumento de la inversión36. Muchos libros de texto, sean de
introducción a la economía o de macroeconomía, ya no hablan ni de “trampas de
liquidez”, ni de la “paradoja del ahorro”, conceptos de la teoría keynesiana. Los
especialistas actuales en macroeconomía estaban por ello poco preparados para
evitar las catástrofes posteriores a 2006: “Mientras parloteaban sobre transparencia
y control de la inflación, no veían que Roma empezaba a arder”37 . De hecho Paul
Krugman38 habla de una paradoja del ahorro a escala mundial que, siguiendo un
trabajo de Bernanke, se debe al exceso de ahorro que tiene su origen en la crisis
financiera asiática de 1997-98, cuando los países asiáticos empezaron a protegerse
amasando enormes cantidades de activos extranjeros como reservas, con lo que de
hecho estaban exportando capital al resto del mundo, no sólo a Estados Unidos,
también a economías más pequeñas como la española, inundando así al mundo con
dinero barato. Ya hemos señalado que lo que se impuso fue la teoría de las
“expectativas racionales”, con lo que se conseguía nada menos dar fundamentos
microeconómicos a la macroeconomía. Es llamativo que una de las obras capitales
de Milton Friedman (con Anna Schwartz) sufriera una fuerte crítica por su mala
práctica econométrica39 e incluso se les acusó de manipular las estadísticas oficiales
para reducir la masa monetaria entre 1921 y 1955 y para aumentar los precios
después de la Segunda Guerra Mundial con objeto de sustentar su tesis40. Y
Krugman afirma “que parte de lo dicho por Friedman sobre el dinero y la política

36
“¿Podría EE. UU. sufrir ‘décadas perdidas’ como las de Japón?”. El País, Negocios. 29 de marzo de
2009.
37
Paul A. Samuelson: “Una pronta recuperación: ¿ficción o realidad?”. El País, Negocios. 26 de julio de
2009.
38
“La venganza del exceso”. El País. Negocios, 29 de marzo de 2009.
39
Hendry, D. F. and N. R. Ericsson (1991): “An Econometric Analysis of D.K Money Demand' in
Monetary Trends in the United States and the United Kingdom by Milton Friedman and Anna I.
Schwartz”. American Economic Review, 81, 8-38.
40
Vid. la polémica en J. Daniel Hammond, Theory and Measurement: causality issues in Milton
Friedman’s monetary economics. 1996 CUP. 199 y ss.

227
monetaria –al contrario que lo que dijo acerca del consumo y la inflación- parce
haber sido engañoso, y quizá de manera deliberada”41.

En segundo lugar, que no se han conseguido los supuestos logros del


fundamentalismo de mercado. Por el contrario, ha descendido la tasa de crecimiento
económico42 y ha aumentado la desigualdad en Estados Unidos43, donde si en 1968
el índice de Gini fue el más bajo conocido, un 0,386, desde entonces no ha dejado
de aumentar, alcanzando el valor 0,463 en el año 2007.

La evolución según los países es muy distinta, como muestra el gráfico obtenido de
Wikipedia. Para tener una idea comparada de países desarrollados frente a no
desarrollados, en el siguiente gráfico puede verse que la desigualdad no dejó de
aumentar durante las décadas de los 80 y 90 en los países de la OCDE. Si bien y por
lo que respecta a España, la desigualdad se ha mantenido estable en los últimos
veinte años. Y al final nos hemos encontrado con la depresión actual, de la que no
se ha salvado España.

Gráfico 12

Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Gini_since_WWII.gif

41
“¿Quién era Milton Friedman?”. El País. Negocios, 19 de octubre de 2008: 12.
42
Javier Vallés Liberal, Óscar Arce Hortigüela, Antonio Garre Martínez: “La crisis actual desde una
perspectiva macro-financiera”. Presupuesto y Gasto Público, nº 54/2009: 31-43.
43
Véase Branco Milanovic, La era de las desigualdades. Fundación Sistema. Madrid, 2008.

228
Gráfico 13
Evolución de la desigualdad. “Estimated Household Income Inequality”

Non-OECD OECD

45

40
EHII2.2 Gini

35

30
1963 1968 1973 1978 1983 1988 1993 1998

Non-OECD vs OECD
Fuente: James K. Galbraith y Enrique Garcilazo. The University of Texas Inequality Project.

Gráfico 14
La desigualdad en España

Fuente: VI Informe FOESSA. 2009. Página 96.

Pero resulta que también están las falsedades, no encuentro otra palabra, de la
economía neo-clásica, que hace que una de las tareas más urgentes sea su renovación,
con la sustitución de muchos de sus supuestos teóricos básicos. Señalaré algunas de esas
falsedades, desmontadas no por economistas marxistas o maoístas, sino por economistas
cuyos trabajos están publicados en las más prestigiosas revistas de economía neo-

229
clásica, algunos de ellos incluso firmados por memoriales Nobel de economía,
mostrando una grave y preocupante falta de rigor y honradez en reconocer y recoger los
resultados de sus propias investigaciones.

Entre otros ejemplos, que existe una función agregada de producción (negado por
Leontief y Klein), que es posible construir funciones de bienestar social (negado por
Arrow), que hay un votante mediano (lo que exige que las preferencias de todos los
votantes sean unimodales, un solo eje en la política, por ejemplo derecha izquierda,
y sólo dos partidos, pero ya no vale si hay dos ejes, por ejemplo nacionalistas-no
nacionalistas o tres o más partidos, aparte de que es difícil que las preferencias sean
unimodales, por ejemplo con impuestos progresivos como el IRPF), que hay un
agente representativo (que resume en uno solo las preferencias de todos los
consumidores de una economía, desmontado por Kirman), que hay unicidad y
estabilidad en el equilibrio general competitivo (desmontado por Sonnenschein) y
todo tiende al equilibrio, al estado estacionario (sic). Por cierto, que la utilización de
todos estos supuestos se explica por la aplicación de un instrumental matemático del
siglo XIX, fundamentalmente álgebra lineal, adecuado a la física de esa época, la
que los primeros neoclásicos tomaron como ejemplo a seguir. Un instrumental
obviamente inadecuado para trabajar con problemas de desequilibrio y con muchos
agentes que “no se comportan bien”44.

Quizás uno de los problemas fundamentales de la microeconomía neoclásica es el


supuesto del consumidor racional, entendiendo por racional que siempre preferimos
lo más a lo menos. Nos encontramos aquí frente a un supuesto simplificador, el del
homo economicus o el Econo, porque permite utilizar las sencillas matemáticas de la
función de utilidad marginalista, una construcción idealizada que incluso Krugman
(y muchos otros) considera especialmente fructífera45. Pero no es cierta y lo que ha
llevado es a no entender cómo funcionan realmente consumidores e inversores, que
no son Econos sino Humanos, pudiendo seguir aquí, aunque pueda parecer
paradójico, el instrumentalismo metodológico de Friedman. Del supuesto de
racionalidad ya habló Thorstein Veblen en los años 30, y unos años mas tarde Axel
Leijonhujvud, pero el primero era un economista institucionalista y el segundo
keynesiano. Resulta que en los años 70 del siglo pasado empiezan a publicarse un
conjunto de trabajos, que forman un cuerpo de teoría que se ha denominado
“Economía del Comportamiento” o “de la Conducta”, a partir de las contribuciones
de los años 50 de un memorial Nobel de economía, Herbert Simon, cuya
importancia se reconoce otorgando a uno de ellos, Daniel Kahneman que no es
economista sino psicólogo, el memorial Nobel de economía en 2002. Pues bien,
44
Las referencias que apoyan lo escrito es este párrafo son las siguientes. Para la función agregada de
producción, J. Felipe and F. M. Fisher, "Aggregation in Production Functions: What Applied Economists
Should Know", Metroeconomica, 2003, 54(2-3), May-September; y también “Aggregate Production
Functions, Neoclassical Growth Models and the Aggregation Problem”. Estudios de Economía Aplicada,
Vol. 24-1, Abril 2006. Para las funciones de bienestar social y el votante mediano, K. Arrow: Elección
social y valores individuales. Instituto de Estudios Fiscales, Madrid 1974 (Traducción de la 2ª edición de
1963). Para el agente representativo, Alan Kirman, “Whom or What Does the Representative Individual
Represent?”, Journal of Economic Perpectives, Vol. 6, nº 2, Spring 1992. Para el equilibrio general
competitivo, Hugo F. Sonnenschein, "Market excess demand functions", Econometrica, 1972, vol. 40, nº
3; y Sonnenschein, H., "Do Walras' Identity and Continuity Characterize the Class of Community Excess
Demand Functions?" Journal of Economic Theory, 1973, 6(4); August, Rizvi, S.A.T., “The
Microfoundations Project in General Equilibrium Theory", Cambridge Journal of Economics, 1994,
18(4), August.
45
“¿Quién era Milton Friedman?”. El País. Negocios, 19 de octubre de 2008: 11.

330
siguiendo el interesantísimo trabajo reciente de Thaler y Sunstein46, hay tres
características del comportamiento de las personas normales, los Humanos (no de
los Econos, los maximizadores racionales de la teoría económica dominante) que
ayudan a explicar, entre otras cosas, cómo ha sucedido la crisis: la racionalidad
limitada, el auto-control limitado y las influencias sociales47.

Hay además otros supuestos básicos que deben revisarse, entre ellos:

- Que todo tiene un precio (especialmente relevante para las cuestiones del medio
ambiente).
- Que no hay poder de mercado ni existen grandes empresas, por lo tanto no hay
economías de escala. Basta con salir a la calle para desmentirlo.
- Que las empresas siguen la regla de precio igual a coste marginal, cuando
numerosos trabajos empíricos ponen de manifiesto que no es así y, además, en
las normas de contabilidad financiera no existe tal concepto.
- Que hay información perfecta y por tanto nadie miente (Akerlof, Spence y
Stiglitz reciben el memorial Nobel de Economía por sus contribuciones a la
teoría de la información asimétrica y el fallo en la información).
- La necesidad, la obsesión, de buscar el “óptimo”, en parte ligadas a la utilización
del principio de Pareto (tan exigente que es casi imposible de cumplir en la
práctica cotidiana y que favorece el statu quo), cuando tendríamos que pensar en
sólo en lo mejor, a veces en los menos malo, lo que exige la búsqueda de
consensos.

Por todo ello, se puede y debe exigir que se incorporen las alternativas teóricas a los
textos de microeconomía y se traten como cuestiones absolutamente relevantes. Hoy
estos textos están llenos de matemáticas y econometría, pero en muchos de ellos, sobre
todo en los de introducción, es muy difícil encontrar listas de lecturas recomendadas.

Pero de todas las lecciones que hemos extraído, parece que estos economistas sólo
están dispuestos a reconocer que la regulación ha sido pobre, que parte de los problemas
se han derivado de la existencia de fallos en la información, pero que también ha fallado
la intervención estatal, a pesar de que los gobiernos de los países desarrollados han
aplicado, en diversos grados, una política puramente keynesiana de más gasto público,
reconociendo que el mercado no es la solución a todos los problemas.

Dos economistas de la talla de Krugman y Stiglitz están pidiendo cambios.


Krugman habla de la necesidad de una contra-contrareforma48, aunque sin especificar
más. Stiglitz pide que se gire a la izquierda, pues dice que tiene un programa coherente
que ofrece mayor crecimiento y justicia social49, proponiendo que se baje los impuestos
a los pobres y aumenten los beneficios del desempleo al tiempo que se aumentan los
impuestos a los ricos (no a la llamada clase media asalariada, como se esta anunciando
en España, pues la ministra ya ha declarado que no se va a tocar la tributación de las
SICAV y está por ver que se restablezca el Impuesto sobre el Patrimonio o que se

46
R. Thaler, C. Sunstein: Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness. Yale
University Press. 2nd, edition, 2009. Existe traducción al español, Un pequeño empujón. Taurus.
47
Un poco más ortodoxos, Akerlof y Shiller retoman los animal spirits de Keynes para explicar la crisis:
Animal spirits. Cómo influye la psicología humana en la economía. Gestión 2000. Barcelona, 2009.
48
“¿Quién era Milton Friedman?”. El País. Negocios, 19 de octubre de 2008.
49
“Si quieren crecer giren a la izquierda”. El País. Negocios, 7 de septiembre de 2008.

331
corten las rebajas en Sucesiones y Donaciones, impuesto transferido a las Comunidades
Autónomas), que se reduzca el gasto militar y se aumente el gasto en educación.
Además, preservar las instituciones financieras no es un fin en sí mismo, sino un medio
para alcanzar un fin. Lo importante es el flujo de crédito y hay que tener en cuenta el
retorno a la inversión de los planes de rescate, que parecen haber hecho poco para
reactivar los préstamos50.

Otros economistas, no pertenecientes a la corriente principal, como James K.


Galbraith51, señalan que, dadas las raíces de la crisis, una reducción de salarios no va
resolver el empleo, pues este no depende de las tasas salariales, sino de las perspectivas
de ventas y beneficios de los empresarios, que requieren que haya crédito. Además,
como señala Krugman52, la bajada de salarios es síntoma de una economía enferma.
Bajar los salarios puede ayudar a que los trabajadores de una empresa salven sus
empleos, pero si esto ocurre al mismo tiempo en todos los sectores, la consecuencia es
un aumento del paro, pues se produce la paradoja de los salarios: la reducción de
salarios agrave el problema de la deuda excesiva y empeorará si las empresas y los
consumidores prevén que van a seguir bajando en el futuro. Aun así, los problemas de la
economía van mucho más allá de la falta de liquidez, pues el problema más profundo
descansa en la falta de demanda productiva, en el colapso de la confianza, en las tristes
perspectivas de beneficio y en la ausencia de activos para respaldar nuevos créditos
(Galbraith, 2009; 64). De ahí la necesidad de un fuerte paquete de estímulo económico,
que cree empleo.

Pero lo anterior no quiere decir que vaya a ser fácil cambiar el modelo teórico
dominante, entre otras cosas por que los que lo practican tienen el poder en la academia,
en los departamentos universitarios y en las revistas, así como tienen el dinero que
permite investigar. Las bases teóricas del nuevo enfoque están ya disponibles: la
economía del comportamiento –al explicar cómo operan las personas en le contexto del
mercado- y la teoría de redes –al explicar la dinámica de grupos en sociedades
complejas- son dos de sus pilares, junto con un enfoque evolucionista, que atienda a los
elementos ecológicos, reestableciendo el papel del dinero (lo que supone desterrar el
mito de la “ilusión monetaria”, que sólo sería verdad en un mundo sin deuda), así como
recuperar los objetivos del pleno empleo y el Estado del Bienestar. Pero en el día a día
se necesita establecer el pluralismo en los departamentos de economía, pues crece la
sensación de falta de libertad y hay penalizaciones académicas para los heterodoxos,
sean de la corriente que sea, lo que hace que los ya instalados callemos y los que llegan
tengan mucho cuidado con lo que dicen y escriben.

Personalmente soy pesimista respecto a la realidad de un cambio. Y más aún al leer


a economistas moderados como Krugman y Stiglitz.

Si esperamos que el cambio venga de los Estados Unidos, de su actual


administración, Stiglitz advierte de que el fundamentalismo de mercado esta
impulsado también por miembros del actual equipo económico de Obama y que hay
un riesgo de que se utilice y se abuse de las nuevas doctrinas keynesianas para
satisfacer a algunos de los intereses, los de los mercados financieros, que nos han

50
J. E. Stiglitz: “El retorno triunfante de John Maynard Keynes”. El País. Negocios, 11 de enero de 2009.
51
En su intervención ante el Congreso de los Estados Unidos, recogida en Real World Economic Review,
nº 49-2009.
52
“El síndrome de los salarios menguantes”. El País. Negocios. 10 de mayo de 2009.

332
llevado a esta crisis: “¿Acaso quienes presionaron por la desregulación hace 10 años
aprendieron la lección? ¿O simplemente querrán imponer reformas cosméticas: el
mínimo requerido para justificar los rescates de megabillones de dólares? ¿Hubo un
cambio de parecer o sólo un cambio de estrategia?” 53. En un artículo posterior54,
Stiglitz concreta aún más el peligro de que nada cambie, en particular en lo que se
refiere a la reforma de los mercados financieros, debido a que la administración
Obama ha introducido un nuevo concepto: “Demasiado grande para hundirse”, por
lo que no se puede tocar ni a los propietarios de bonos ni tampoco a los accionistas,
“aunque la mayor parte del valor real de las acciones sea un mero reflejo de una
apuesta basada en un ayuda financiera del Gobierno”. Con ello se ha sucumbido a la
presión política de los grandes bancos, que explotan el miedo, y se ha confundido
rescatar a los banqueros y sus accionistas con rescatar a los bancos. Lo que tenemos
es una nueva forma de sucedáneo del capitalismo, afirma Stiglitz, según el cual las
pérdidas se socializan y los beneficios se privatizan. Pero no hay pruebas de que
esos gigantes financieros reporten beneficios sociales que estén en consonancia con
los costes que han impuesto a otros. “Y si no nos deshacemos de ellos, tenemos que
limitar estrictamente lo que hacen. No se les puede permitir que hagan lo mismo que
han hecho en el pasado: apostar a costa de otros”55.

En una línea parecida, Krugman56 hace referencia a las ideas zombies, algo que
debería estar muerto pero que vuelve una y otra vez, en este caso lo que llama el
reaganismo, la ideología de que la intervención del gobierno siempre es mala y que
dejar que actué el sector privado y se las arregle siempre es bueno. Krugman cree
que la era del reaganismo debería haber terminado, pero al analizar lo que está
ocurriendo con la propuesta de reforma de la sanidad y de la regulación bancaria en
los Estados Unidos, resulta que no ha muerto. Y ello a pesar, como hemos visto, de
que las doctrinas del fundamentalismo de mercado o reaganismo han fracasado, no
cumpliendo sus promesas (excepto para los ricos), y de que nos ha llevado a la peor
recesión desde la década de los treinta.

El profesor Costas57, cuando afirma que el supuesto del capital reputacional hace
aguas, añade a continuación que ve difícil que las cosas cambien, al menos mientras
no se eleve el límite de indignación social ante las exageradas retribuciones de los
ejecutivos. Ya hemos visto lo poco que se está haciendo, pero sobre todo que nadie
ha pedido todavía perdón y siguen las mismas prácticas, con las retribuciones
regresando al nivel de 2007. Bien es cierto que el 4 de septiembre se publicaba en la
prensa un artículo firmado por siete ministros europeos de Economía, en la que
piden que se ponga en marcha una política de remuneraciones estrictas, propuesta a
presentar en la reunión de ministros de finanzas del G-20 para su posterior
aprobación en la reunión del G-20 que está previsto celebrar en Pittsburgh el 25 de
septiembre.

Uno de los habituales columnistas del diario El País, me provoca alarma al afirmar
que se ha generado un rápido consenso responsabilizando de la crisis a los bajos

53
“El retorno triunfante de John Maynard Keynes”. El País. Negocios. 11 de enero de 2009.
54
“El socialismo para ricos en EE. UU.”. El País. Negocios. 21 d ejunio de 2009.
55
Como muestra de que las cosas no parecen cambiar en una de las grandes instituciones económicas, el
Banco Mundial, véase el texto recogido como Anexo publicado en “otromundoesposible.com”.
56
“Todos los zombies del presidente”. El País. Negocios. 30 de agosto de 2009.
57
“Coge el bonus y corre”. El País, Negocios, 26 de julio de 2009.

333
tipos de interés durante el periodo 2004-2007 y a la teoría de que es mejor no tocar
las burbujas financieras y resolver los problemas sólo si explotan, porque, afirma el
autor, las burbujas son parte integral del proceso (sic) tecnológico, como
supuestamente había ocurrido con Internet en 199558.

Desde una perspectiva más radical, Naomi Klein59, se fija en lo que estaba diciendo
Sarah Palin, aspirante a vice-presidenta por el partido republicano, acerca del
capitalismo-de-más-de-lo-mismo, antes de que la crisis y la recesión la
interrumpieran de modo tan grosero. Lo que Sarah Palin decía implicaba algo que
forma parte del mismísimo ADN del capitalismo: la idea de que el mundo no tiene
límites. “Se trata de la mentira más reconfortante y peligrosa: la mentira de que el
crecimiento perpetuo y sinfín es posible en nuestro planeta finito.” Esta manera de
pensar esta incrustada en la manera en que Washington responde a la crisis
financiera. Y hay cierta electricidad en las afirmaciones de que la bolsa de valores
ya ha repuntado en Estados Unidos, claro que gracias a las ayudas públicas. Quizá
tengan razón. “Esta crisis no va a matar al capitalismo o siquiera cambiarlo
sustancialmente. Sin una enorme presión popular en favor de la reforma estructural,
se comprobará que la crisis sólo fue un muy doloroso ajuste. El resultado será una
desigualdad aún mayor que la anterior a la crisis. Porque está muy, muy difícil que
todos los millones de personas que perdieron su empleo y su hogar los vayan a
recuperar. Y la capacidad manufacturera es muy difícil de reconstruir una vez que
ha sido subastada. Y por eso, ahora debemos ser absolutamente claros. El
capitalismo puede sobrevivir esta crisis. Pero el mundo no puede sobrevivir otra
vuelta del capitalismo.”

Como dice Krugman en su artículo del domingo 16 de agosto de 2009, parece que
finalmente no va a haber una Gran Depresión como la de 1929, pero precisamente
porque se ha actuado con rapidez y siguiendo las prescripciones keynesianas: ha sido el
Gran Gobierno, gracias a que no se ha recortado el gasto público, se ha intervenido para
rescatar al sistema financiero –aunque los contribuyentes han pagado demasiado y
recibido demasiado poco- y se ha implantado un plan de recuperación e inversión – si
bien a su juicio y al de otros destacados economistas tendría que haber sido más
ambicioso-, pero con todo ello le preocupa que el desempleo siga siendo elevado
durante mucho tiempo, pues como bien recuerda Samuelson, explicitando por cierto sus
juicios de valor, dada la falta de previsibilidad exacta en la historia económica, no hay
desenlaces seguros: “Aquí tienen un ejemplo drástico. Tanto a Alemania como a
Francia les ha ido mejor durante la actual crisis que al resto de la Unión Europea.
¿Quién iba a esperar eso de dos sociedades cuya fuerza laboral trabaja tan pocos (sic)
días por año y que han tenido que lidiar (sic) con sindicatos poderosos?”60. Yo
respondería a Samuelson que quizás ha sido gracias a esos factores, entre otras cosas.

Lo que ocurre en España tampoco me induce al optimismo. España parece que va a


tardar en salir de la crisis un año más, como poco, que el resto de países de nuestro
entorno. Pero si lo que estamos padeciendo es una crisis financiero-inmobiliaria, la
reacción de los economistas de la corriente dominante (a la que pertenecen asesores y
ex-asesores del Gobierno, que terminan trabajando al día siguiente para la patronal de la
construcción o para los grandes bancos) todos ellos funcionarios, financiados por el

58
Angel Ubide: “Dos años después”. El País, 1 de septiembre de 2009.
59
“Capitalismo estilo Sarah Palin”. La Jornada, 23 de agosto de 2009. http://www.jornada.unam.mx/
60
“Tormentas pasadas y lo que podría venir a continuación”. El País. Negocios. 30 de agosto de 2009.

334
sistema financiero español y liderados por el Banco de España, es que lo que procede es
una reforma que desregule el mercado laboral, eliminando la protección jurídica actual,
firmando el llamado manifiesto de los 10061. Sólo a duras penas reconocen que la causa
de la crisis es financiera62. Y uno no sabe cómo interpretar que el Secretario de Estado
de Economía sea firmante del manifiesto de los 100, un profesor de economía
financiera, ocupando una plaza con el nombre del Grupo (Banco) Santander, en el
centro de post-grado (IESE) de una universidad privada perteneciente a una de las
organizaciones ultraconservadoras de la iglesia católica. Tampoco induce al optimismo
el fracaso del diálogo social, ante las propuestas radicales de las organizaciones
patronales, en particular la reducción de cotizaciones sociales. Sorprende, relativamente,
esta propuesta cuando los servicios de estudio de la patronal y sus expertos académicos
llevan años predicando la quiebra próxima de las pensiones públicas, que se financian
como bien sabrán con las cotizaciones, aparte de que esta medida, que iría asociada a un
subida del IVA, no es sino una reducción del salario a costa de más impuestos sobre el
consumo (que son regresivos) y sería fundamentalmente en beneficio de las empresas
con poder de mercado, pues el resultado global sería la contracción de la demanda
efectiva. Y ante la necesidad de ingresos para reducir el déficit público, la ministra de
Economía ya ha anunciado que no se va a tocar la tributación de las SICAV, con el
demagógico argumento de que “el capital viaja a la velocidad de la luz”. Cabría esperar
de un gobierno de progreso que planteara en las reuniones del G-20, en las que ya
participamos, la elevación de la tributación de las rentas del capital y la aplicación del
llamado “impuesto Tobin”63 sobre los flujos de capitales, que algo habría evitado de la
crisis financiera.

Para terminar. Si es verdad que España no lo ha hecho mal en lo que respecta a la


regulación del sistema financiero y que sólo puede tratar de convencer a los demás
países desarrollados, ahora que participamos en el G-20 de que hagan algo parecido. Si
es verdad que dadas las debilidades estructurales de nuestro modelo productivo, que
sólo se pueden cambiar en el largo plazo, la recuperación económica tendrá que esperar
a que se recuperen Alemania, China, Estados Unidos,…También es verdad que el
régimen de empleo español se distingue por un empleo de muy baja calidad, algo que se
sabía mucho antes de la actual crisis.

Pero resulta que, como muy bien señala Carlos Prieto64, a quien voy a seguir al pie
de la letra, cambiar de modelo plantea, cuando menos, dos problemas. Uno, que los
regímenes de empleo no responden a criterios exclusivamente técnicos, sino a la vez a
criterios políticos. Dos, que no son unidimensionales, no consisten sólo en la regulación
del mercado laboral, sino que se constituyen “mediante la articulación de los siguientes
campos de prácticas sociales:
a) la regulación y protección social del empleo;
b) las relaciones laborales;
c) el modelo productivo;

61
De los cuales, aunque parezca sorprendente, muy pocos de ellos son especialistas en economía laboral
y prácticamente ninguno de ellos pertenece a la Asociación Española de Economía Laboral, cuyo actual
presidente ha firmado el manifiesto de los 700.
62
Véase el contraste de opiniones entre el “manifiesto de los 100” y el “manifiesto de los 700” sobre las
causas de la crisis y la reforma del mercado laboral en El País, Negocios, 21 de junio de 2008.
63
Memorial Nobel de Economía en 1981, James Tobin era un economista keynesiano, seguramente una
de las razones por las que su propuesta no ha recibido atención entre la ortodoxia económica.
64
“Crisis, reforma laboral y régimen de empleo”. El País. Negocios, 16 de agosto de 2009.

335
d) las diferencias y desigualdades sociales que configuran el orden social
extralaboral (género, origen,…); y
e) las políticas y practicas empresariales de trabajo y de empleo.”

“El tránsito a una configuración del empleo que haga desaparecer toda precariedad
laboral y asegure una configuración global del empleo con unos salarios y una
estabilidad laboral ‘decentes’ (OIT) requiere que se actúe sobre –y se modifique- el
contenido de todas las dimensiones a la vez, y no sólo de una o algunas de ellas. Se
trata de convertir un régimen de empleo dual y volátil, como el presente, en un
régimen de buen empleo y de inclusión universal”.

Claro que el profesor Carlos Prieto es sociólogo y no sabemos si sus artículos son
muy citados, según el Journal Citation Report, la forma que tienen de desacreditar a las
propuestas alternativas los economistas de la corriente dominante, generosamente
financiados por las instituciones financieras, incluyendo entre ellas al Banco de España,
y dejando a un lado el pequeño detalle de que los que publican y se citan tanto entre
ellos y que hacen casi imposible que se publiquen trabajos de otras corrientes, son
precisamente los mismos que utilizan esa teoría económica que nos ha llevado a la
crisis, lo cual no me parece precisamente un mérito del que estar orgulloso. Pero son los
que ven recogidas sus opiniones en todos los medios, incluyendo los más abiertos y
liberales (social-demócratas), casi como si fuera la única verdad, teniendo que ir a
medios casi marginales para conocer otras opiniones, una última razón que me lleva a
pensar que en el futuro próximo poco van a cambiar las políticas públicas y que
tendremos más de lo mismo.

No debería terminar esta conferencia sin ofrecer mi propia opinión sobre las
políticas económicas deseables para salir de la crisis y para después, pues creo que los
que me han invitado esperan que lo haga y me van a pagar por ello. Pero la verdad es
que me da miedo, al menos por dos razones. La primera, que no creo que un solo
economista, una sola persona, tenga una fórmula cierta, creo que debe ser fruto de una
reflexión colectiva. Y la segunda, que los economistas han salido muy desprestigiados
de esta crisis y me da casi vergüenza pertenecer a ese colectivo. Pero hay algunas cosas
que tengo claras, aunque no sean muy originales, pero sí que se apartan de la corriente
principal y, desde luego, de las no-propuestas que está realizando la oposición política y
de la improvisación del gobierno, asesorado por unos economistas que en su mayoría
pertenecen a la corriente dominante que, como hemos visto, ha contribuido con sus
teorías a al debacle actual, favoreciendo la agenda política de la reducción del papel del
Estado en general y, en particular, la desregulación y la reducción de impuestos65.

Para salir de la crisis, el sector público debe seguir impulsando la demanda, con una
política decidida de gasto público, para que empuje el gasto privado. Dada la situación
de grave subempleo de los recursos, lo que desde luego no va a tener lugar es un efecto
“expulsión” de la demanda privada, al contrario, en expresión de Keynes, se cebará la
bomba. Para financiar ese gasto público lo menos recomendable es subir impuestos, por
lo que tener déficit no debe preocupar a corto y medio plazo: como dice Krugman, “los
déficit han salvado al mundo”66, por lo que hay que olvidarse de la ortodoxia de la

65
Sobre la responsabilidad de los economistas neo-clásicos en esta crisis, puede verse Luigi Spaventa:
“Economists and Economics: What Does the Crisis Tell Us?” Real-World Economics Review. Issue 50, 8
September 2009.
66
“Una deuda no tan terrible”. El País. Negocios, 6 de septiembre de 2009.

336
llamada eufemísticamente “consolidación fiscal”, debiendo recurrir al endeudamiento,
para lo cual hay margen suficiente, pues tenemos una de las cifras de deuda pública (en
relación al PIB) más bajas de la Unión Europea, el 39,5 por 100 en 2008, siendo el
límite marcado por el Pacto de Estabilidad el 60 por 10067. Si bien, por cuestiones de
equidad y para transmitir el mensaje de que los ricos deben pagar impuestos, sería
deseable reestablecer el Impuesto sobre el Patrimonio, solucionando sus problemas de
diseño y aplicación perfectamente detectados, cortar las rebajas del Impuesto sobre
Sucesiones y Donaciones, pasándolo a la Administración Central, donde siempre debió
estar, como señala la ortodoxia de la teoría del federalismo fiscal por ser un impuesto
redistributivo y, por último, subir la fiscalidad de las SICAV, para que cuando menos su
tipo se iguale al de las rentas del capital en el IRPF, con los ajustes correspondientes en
el momento de retirar los beneficios. El impacto recaudatorio de estas medidas será sin
duda pequeño, pero dará más legitimidad al sistema fiscal, sin que tenga el menor
sentido subir el IVA en estos momentos, al menos hasta que se salga del túnel. Pero no
quiero dejar de mencionar que ahora sería el momento de abordar algunas de mis
reformas favoritas en el IPPF: reformar la estimación objetiva y suprimir los módulos
en el IRPF, así como eliminar el impuesto dual, restableciendo el modelo sintético, en el
que todas las rentas pagan igual con independencia de su origen.

Gráfico 15
Endeudamiento bruto (pasivos financieros) de las AA.PP. (% PIB)
90,0

80,0

70,0

60,0

50,0

40,0

30,0
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p
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19

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20

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20

20

20

20

20

20

20

España Euro area (Sin España) Total OECD (Sin España)

Fuente: Elaboración propia a partir de OECD, Economic Outlook, nº 75, June 2004 y nº 85,
June 2009.

El gasto público a realizar debe dedicarse a actividades que tengan el mayor impacto
posible sobre el nivel de actividad y el potencial de crecimiento a medio plazo:
investigación y desarrollo, infraestructuras (aunque su impacto sea a medio y largo
plazo), gasto local en proyectos razonables (no en cambiar vallas o pavimentos de las
calles), educación y formación profesional y, como ya he señalado con anterioridad,
sostenible desde el punto de vista del medio ambiente. Algunas aclaraciones al respecto.

67
El gráfico 15 recoge el endeudamiento bruto, que incluye más cosas que la deuda pública, con objeto
de poder hacer una comparación a largo plazo con los países de nuestro entorno. El endeudamiento neto
(endeudamiento bruto menos activos financieros) de España era en 2008 el 22,9 por 100 del PIB.

337
• Sobre la política de investigación y desarrollo, es importante resaltar que no
basta con publicar mucho, lo relevante es que las publicaciones se conviertan en
patentes, que es lo que de verdad tiene impacto sobre el sistema productivo y
aquí es donde fallamos, resultado de nuestro modelo productivo.
• Sobre la educación y formación profesional, hay que tener en cuenta los altos
niveles de fracaso y abandono escolar que padecemos68, así como el grado de
sobre-cualificación de los titulados universitarios, lo que de nuevo es un síntoma
de los problemas de nuestro modelo de crecimiento.
• Sobre la sostenibilidad, hay en estos momentos un debate respecto al apoyo a las
energías renovables, pues son muy intensivas en capital y tienen un coste muy
superior a las convencionales, por lo que el apoyo a las mismas debe ir ligado a
las exportaciones y a la internacionalización.

Con las medidas que acabo de exponer hemos entrado en el después de la crisis. Si
la política económica funciona, su efecto sería recuperar el crecimiento, lo que debería
llevar a la reducción del déficit público. Pero se ha dicho de manera generalizada que
hay que cambiar el “modelo” de crecimiento y ello supone que no se puede reproducir
el déficit comercial o por cuenta corriente que ha venido soportando la economía
española, uno de los más altos del mundo en términos relativos. Este déficit ha sido
posible mantenerlo gracias a nuestra entrada en el euro, pues los tipos de interés han
sido bajos y el sistema financiero español se ha podido financiar en el exterior, pero el
problema es que para corregirlo ya no es posible recurrir a la devaluación, como en el
pasado. Corregir el déficit comercial supone por ello que el crecimiento no se puede
basar en la demanda interna, por lo que hará falta que la producción interna sea atractiva
frente a las importaciones y que aumente sustancialmente nuestra “competitividad”
internacional. A este respecto, se ha señalado que el sector industrial no lo ha hecho tan
mal los últimos años, en un entorno de competencia mundial de inusitada intensidad,
pero sin duda necesita de medidas de política pública que permitan continuar su
internacionalización. En último lugar, pero no lo último, hay que fortalecer el Estado
del Bienestar, pues de nuevo ha quedado muy claro que son los países con mayor
Estado del Bienestar los que más han crecido en el pasado, con altos niveles de
“competitividad” internacional, los que menores desigualdades presentan y los que
mejor están soportando la crisis69. Todo ello, como he señalado ya, requiere un pacto de
Estado en el Parlamento y el consenso de los agentes sociales, así como un cambio
bastante radical en la teoría económica dominante. Desde luego no es pequeña la tarea.

Muchas gracias por su paciencia.

68
Muñoz de Bustillo, Antón, Braña y Fernández: Abandono escolar y mercado de trabajo en España.
Ministerio de Trabajo e Inmigración. Servicio de Publicaciones, 2009 (En prensa).
69
Me remito a los muchos trabajos de los profesores Rafael Muñoz de Bustillo y Viçens Navarro.

338
Anexo: otromundoesposible.com

Las “brillantes recomendaciones” del Banco Mundial


Posted: 09 Sep 2009 03:05 AM PDT

A pesar de que el Banco Mundial haya aprobado mejoras en las redes de Seguridad Social a fin de
proteger a los millones de trabajadores y trabajadoras que han perdido su empleo a causa de la crisis
económica mundial, la última edición de la publicación de mayor difusión de esta neoliberal institución
desaconseja a los países adoptar planes de protección social, calificando de anti-negocios a los gobiernos
que lo hagan. Doing Business 2010 (DB2010), la publicación en cuestión, recomienda asimismo que
los países reduzcan las indemnizaciones por despido de trabajadores y que reduzcan o eliminen la
necesidad de previo aviso sobre recortes de empleo.

En abril de 2009, el Banco anunció que los indicadores de flexibilidad del mercado laboral de Doing
Business, que fomentan la reducción de la protección de los trabajadores, “no representan la política del
Banco Mundial y no deberán utilizarse como base de asesoramiento sobre políticas ni en los documentos
de programa de ningún país”, y que el indicador será eliminado del marco de condicionalidad del Banco
(la denominada Evaluación Institucional y de Políticas del País o CPIA, por sus siglas en inglés). El
Banco también declaró que “DB2010 incluirá un comentario explicando estos pasos”, pero la nueva
edición ignora esta promesa publicada en abril en el sitio web del Banco (pdf).

Además, DB2010 critica el gobierno democrático de Honduras – cuyo presidente fue expulsado tras un
Golpe de Estado en junio – porque, en respuesta a la crisis económica, incrementó la indemnización por
despido y los requisitos de previo aviso (Honduras carece de seguro de desempleo). Igualmente, DB2010
baja de categoría a Portugal por haber incrementado el período de aviso de despido en dos semanas.

Por otro lado, el régimen autoritario de Belarús, que perdió su estatus comercial preferente con la
Unión Europea por haber violado los Convenios fundamentales de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), ha sacado buena nota para DB2010 al hacer más fácil la eliminación de puestos de trabajo.
Rwanda ha ganado este año el premio al “mayor reformador” porque “[con relación a recortes de empleo]
ya no es necesario que la patronal consulte de antemano a los representantes de los trabajadores ni que
notifique al inspector laboral”. La publicación del Banco elogia también a Macedonia por deshacerse de
las medidas para reentrenar a trabajadores despedidos por reducción de plantilla; y a Mauricio por
eliminar la indemnización obligatoria por despido.

Las posiciones, de este conflicto, siguen en alto.

339

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