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Hacer decolonial: desobedecer a la metodología

de investigación*1
Alexander Ortiz Ocaña**2
María Isabel Arias López***3

Resumen
Recibido: 4 de septiembre de 2018 En este artículo, reflexionamos sobre la urgencia de decolonizar
Evaluado: 28 de septiembre de 2018 las ciencias sociales. Es necesario crear formas “otras” de pensar,
Aceptado: 23 de octubre de 2018 sentir y existir, lo cual requiere la configuración de nuevos tipos
de conocimiento y nuevas “ciencias”, cuya estructura categorial
se sustente en el saber del otro, considerado inferior, y no solo en
Citar como: Ortiz Ocaña, A. y Arias
la episteme del logos moderno/colonial, considerado superior.
López, M. I. (2019). Hacer decolo-
nial: desobedecer a la metodolo­gía Caracterizamos el hacer decolonial, que se despliega mediante
de investigación. Hallazgos, 16(31), sus acciones/huellas constitutivas: contemplar comunal, conver-
149-168. Doi: https://doi.org/10.15332/
s1794-3841.2019.0031.06
sar alterativo y reflexionar configurativo, las cuales caracterizan
la vocación decolonial, que permite el desprendimiento de la
metodología de investigación.

Palabras clave: ciencias sociales, conocimientos situados, hacer


decolonial, metodología de investigación.

*
Resultado del proyecto “Escenarios formativos mediadores de la biopraxis de niños y niñas en contexto de pobreza”, financiado por la Universidad
del Magdalena (Santa Marta, Colombia). Grupo GIEDU: Epistemología Configurativa y Educación Decolonial.
**
Universidad del Magdalena, Colombia. Correo electrónico: alexanderortiz2009@gmail.com
***
Institución Educativa Departamental de Tucurinca, Colombia. Correo electrónico: mariaisarias2015@gmail.com

HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / e-ISSN: 2422-409X / Vol. 16, n.° 31, ene-jun. 2019 / Bogotá D. C., Colombia / Universidad Santo Tomás / pp. 149-168 149
Hacer decolonial

Decolonial doing: disobey the research methodology

Abstract
In this article, we reflect on the urgency of decolonizing the so- Received: September 4, 2018
cial sciences. It is necessary to create “other” ways of thinking, Evaluated: September 28, 2018
feeling and existing, which require constituting new types of Accepted: October 23, 2018
knowledge and new “sciences”, whose categorical structure is
based on the knowledge of the other, considered inferior, and
not only in the episteme of the modern/colonial logos, consi-
dered superior. We characterize the decolonial doing, which is
deployed through its constitutive actions/footsteps: communal
contemplation, alternate conversing and configurative reflec-
tion, that characterize the decolonial vocation, which allows the
detachment of the research methodology.

Keywords: social sciences, situated knowledge, decolonial


doing, research methodology.

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Alexander Ortiz Ocaña, María Isabel Arias López

Fazer decolonial: desobedecer à metodologia de pesquisa

Resumo
Recebido: 4 de setembro de 2018 Neste artigo refletimos sobre a urgência de decolonizar as ciên-
Avaliado: 28 de setembro de 2018 cias sociais. É preciso criar outras formas de pensar, sentir e exis-
Aceito: 23 de outubro de 2018 tir, o qual requer a configuração de novos tipos de conhecimento
e novas “ciências”, cuja estrutura categorial sustente-se no saber
do outro, considerado inferior e não somente na episteme do lo-
gos moderno/colonial, considerado superior. Caracterizamos o
fazer decolonial, que se desdobra mediante suas ações/rastros
constitutivos: contemplar comunal, conversar alternativo e re-
fletir configurativo, as quais caracterizam a vocação decolonial,
que permite o desprendimento da metodologia de pesquisa.

Palavras-chave: ciências sociais, conhecimentos situados, fazer


decolonial, metodologia de pesquisa.

HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / e-ISSN: 2422-409X / Vol. 16, n.° 31, ene-jun. 2019 / Bogotá D. C., Colombia / Universidad Santo Tomás / pp. 149-168 151
Hacer decolonial

Introducción pertinentes en/desde/por/para el contexto


en el que se originan. Esto se refrenda en la
En la actualidad, proliferan muchos es- obra de Castro-Gómez (2007), quien afirma
tudios basados en la fenomenología, los que el diálogo de saberes solo es posible a
cuales pretenden enfrentar el positivismo través de la decolonización del conocimien-
que ha caracterizado a las ciencias antropo- to y de la decolonización de las instituciones
sociales en las últimas décadas. Así, estas productoras o administradoras del conoci-
ciencias han sido reconfiguradas a partir miento. Para ello, debemos descender del
de la tradición fenomenológica, represen- punto cero y evidenciar el lugar desde don-
tada en Derrida (1967/1989, 1967/1998, de se configura el conocimiento.
1973/1995, 1987/2001, 1989/2011), Heidegger
Como se aprecia, no son pocos los trabajos
(1924/2008, 1927/2000, 1927/2012, 1941/2011,
realizados en los que se propone decolonizar
1947/2013, 1952/2010, 1982/2011, 2005,
las ciencias sociales y la metodología de la
2006, 2007), Husserl (1911/2014, 1921/2011,
investigación. Debemos recordar que desde
1922/2012, 1925/2013, 1928/2002, 1938/1980,
la década de los setenta Stavenhagen (1971)
1940/2006, 1950/2009), Merleau-Ponty
reflexionaba sobre cómo descolonizar las
(1945/1975, 1958/2011, 1964/2010, 1976),
ciencias sociales. Sugería un enfoque global
Sartre (1943/1984), entre otros fenomenó-
para la crítica radical de las ciencias sociales
logos no menos importantes. Nosotros no
modernas/coloniales, afirmaba que era ne-
hemos escapado a los cantos de sirena de
cesario descifrar los mecanismos que rela-
la fenomenología. Sin embargo, Levinas
cionan las situaciones particulares con los
(1971/2012, 1995/2014) nos hizo desviarnos
eventos societales, descubrir las relaciones e
de los caminos ontológicos que trazó este
interconexiones mutuas, analizar rupturas,
movimiento, por cuanto nos propone apar-
conflictos y contradicciones. De esta ma-
tarnos de la epistemología que privilegia
nera, estaba develando la necesidad de un
la relación sujeto-objeto, y configurar una
pensamiento decolonial configurativo, por
filosofía que se concentra en la relación su-
cuanto afirmaba además que la decoloniza-
jeto-sujeto, es decir, entre un yo con otro yo.
ción de las ciencias sociales no es cuestión
Entonces no se trata solo de reconfigurar las
de ideología, sino “de metodología, de in-
ciencias sociales y de crear un nuevo para-
vestigación y de una teoría adecuada” (p.
digma, sino que urge decolonizarlas.
41). Este autor proponía deselitizar y des-
El giro decolonial de la investigación an- mitificar la investigación y producción cien-
troposocial es de 360º, pero no se regresa tífica e intelectual, por cuanto casi siempre
al mismo punto desde donde se gira, sino a el investigador configura los conocimientos
un punto paralelo, y se continúa avanzando al margen de los investigados, y estos no
desde una mirada configurativa, sistémica, participan del proceso investigativo, ni de
compleja y holística, con reconocimiento de los resultados, ni de la escritura científica.
los demás enfoques y paradigmas existen- En este sentido, las ciencias sociales deben
tes, pero argumentando, asumiendo y, so- desprenderse de su enfoque moderno/colo-
bre todo, defendiendo que también existen nial, “romper con su propio pasado y seña-
formas “otras” igualmente válidas, útiles y lar nuevas rutas” (Stavenhagen, 1971, p. 48).

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Alexander Ortiz Ocaña, María Isabel Arias López

Existen muchas propuestas metodológi- La vocación decolonial


cas decoloniales, pero siguen siendo colo-
nizantes y eurocéntricas. Todas hacen la Dussel (2007) desarrolla de forma sistemá-
crítica al positivismo, al determinismo, al tica su pensamiento crítico de la liberación.
reduccionismo y a la colonialidad oculta de En sus obras, siempre afirma que solo está
la modernidad, pero no dan el salto epis- planteando hipótesis de trabajo que otros
témico que les permita desprenderse de la deberán continuar argumentando, ya que
configuración conceptual occidental. Nin- es “un proyecto para varias generaciones
guna es radical, armónica y coherente, por por venir” (p. 11). Siguiendo a Dussel, Ro-
cuanto expresan formas “otras” de conocer dríguez (2016a) considera que la cuestión
y hacer investigación, pero siguen atrapa- metodológica es importante en el proceso
das en las nociones modernas occidenta- de descolonización. “Las nuevas genera-
locéntricas, convirtiéndose en propuestas ciones tienen la tarea de continuar con las
neocoloniales. Asimismo, configuran dis- hipótesis planteadas, una de las más intere-
cursos antimodernidad, pero no delinean santes es la de investigar en clave decolo-
acciones decoloniales concretas. De ahí que nial, que es más enriquecedor que hacerlo
sea necesario investigar, o mejor, decolo- pasivamente-acríticamente bajo el esquema
nizar, no sobre los investigados, sino con colonial eurocéntrico” (p. 215).
los investigados, o mejor, con los coloniza-
dos, con los subalternos, y no sobre ellos. En consonancia con lo anterior, desde hace
Precisamente, Ortiz (2017a, 2017b, 2017c) algunos años, se viene trabajando en esta
y Ortiz, Arias y Pedrozo (2018a, 2018b) es- dirección. Así, tenemos la propuesta de des-
bozan algunas ideas sobre las bases y los colonización de las metodologías (Smith,
rasgos caracterológicos de lo que denomi- 1999), la metodología de los grupos oprimi-
nan “hacer decolonial”. Analizan por qué y dos (Sandoval, 2000), o la descolonización
para qué una metodología “otra”, así como de las ciencias sociales (Bautista, 2012, 2014).
la necesidad de transitar hacia un proceso Incluso, desde la década de los setenta, Sta-
decolonizante. Proponen el hacer decolo- venhagen (1971) cuestionaba la observación
nial como proceso decolonizante, desarro- participante y proponía una observación
llado mediante acciones/huellas: observar militante que pueda contribuir al desarrollo
comunal, conversar alterativo y reflexionar de un pensamiento crítico-creativo capaz
configurativo. de cuestionar y subvertir para modificar el
sistema. Asimismo, la investigación-acción
Ahora bien, urge desengancharnos de la participativa (IAP) propuesta por Fals-Bor-
metodología de la investigación. No tene- da (1986a, 1986b, 1987, 2007) identificaba
mos otra alternativa. De lo contrario, segui- tres tensiones estratégicas en su quehacer: a)
remos encapsulados en la modernidad/co-
entre la teoría y la práctica, b) entre el sujeto
lonialidad eurocentrada y occidentalizada.
y el “objeto” y c) entre la cosmovisión y la
Emerge así el hacer decolonial, no como una
filosofía de la vida u orientación valorativa.
nueva metodología, sino como una opción,
como una forma “otra” de conocer, pensar, Por otro lado, la investigación en colabor
ser, hacer y vivir. es “aquella en que el planteamiento del

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Hacer decolonial

problema, el desarrollo de la pesquisa, la investiga” (p. 138). Estas autoras afirman


elaboración de los productos y la devolu- que nunca han hecho investigación en co-
ción de los resultados se realizan en conjun- labor, “porque implica comprometerse con
to” (Duarte y Berrío, 2011, p. 82). los actores sociales, con niños, niñas y jóve-
nes, generando con ellos/as las reflexiones y
Los escenarios investigativos desde
construcciones en torno a la investigación,
estas perspectivas implican también la
lo que no siempre es fácil en medio de una
posibilidad para los investigadores (as)
lógica académica e institucional” (p. 138).
de generar un proceso reflexivo sobre
Precisamente, por estas mismas razones es
sí mismos, de escucharse y observar
que debemos desengancharnos de la matriz
las transformaciones subjetivas que se
moderna/colonial anclada en las institu-
generan en ella o él y en los otros con
ciones occidentalizadas y en la bibliogra-
los que comparte esa aventura, permi-
fía eurocéntrica, que marca pautas, pasos,
tiéndose el asombro y el dejarse llevar
etapas, estrategias, técnicas y modalidades
de la mano de los niños, niñas y jóve-
de investigación. Más aún, debemos des-
nes, por sus historias, comprensiones
prendernos, incluso, de la noción de inves-
sociales y las acciones que cotidiana-
tigación y de las nociones de investigador e
mente realizan, en aras de —con ellos
investigado.
y ellas— realizar fisuras en lo estable-
cido y avanzar en el empoderamiento Leyva y Speed (2008) aceptan que la colabo-
de todos los participantes de la inves- ración puede asumirse de múltiples formas,
tigación, en nuevas rutas de resistencia y optan por el término “investigación de
e insurgencia, de caminos alternativos co-labor” para marcar un doble sentido: su
hacia las paces cotidianas que se gene- vínculo con predecesores que desde la déca-
ran desde el compromiso ético y apa- da de los cincuenta buscan descolonizar las
sionado por los otros, por el mundo. ciencias sociales a la vez que para marcar su
(Arroyo y Alvarado, 2016, p. 145) especificidad frente a los otros intentos de
investigación descolonizada. Estas autoras
Ahora bien, la única forma de hacer la paz
tratan de ser muy autocríticas mostrando to-
es por medio de la decolonialidad holística,
das las tensiones y contradicciones que han
porque por nuestras venas corre la colonia-
enfrentado en su trabajo. Contradicciones
lidad del saber, el poder, el ser y el vivir. Es
que las llevan a hablar de una investigación
muy difícil configurar la paz sin descoloni-
descolonizada y de un caminar que busca
zar el saber y el vivir.
descolonizar sus mentes, sin embargo, con-
Según Arroyo y Alvarado (2016), “investi- tinúan usando la noción de investigación,
gar desde una perspectiva decolonial y en incurriendo en una tautología, ya que no es
colabor no solo implica rupturas metodoló- posible una investigación descolonizada (si
gicas y epistemológicas, sino que también es investigación entonces no puede ser des-
se convierte en una apuesta ética y política colonizada, toda investigación coloniza).
de quienes quieren replantear las formas No obstante, estas autoras reconocen y re-
tradicionales de realizar investigación y chazan abiertamente las valoraciones hege-
de aproximarse a los sujetos con los que se mónicas y la racionalidad indolente de las

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Alexander Ortiz Ocaña, María Isabel Arias López

ciencias sociales, reconocen y rechazan el de la metodología de investigación. Por eso,


fardo (neo)colonial, configurado en la colo- emerge el hacer decolonial, no como inves-
nialidad del poder, del ser y del saber, pero tigación, ni como metodología ni técnica,
incurren en la autocolonialidad y, al preten- sino como vocación, como configuración de
der erigirse como investigadoras, practican acciones/huellas decolonizantes.
una colonialidad oculta. Por fortuna reco-
Es evidente que no es lo mismo hablar de in-
nocen que la colonialidad “no es algo que
vestigación desde la óptica del investigador
está ahí afuera de nosotros sino que habita
y colonizador que hablar de investigación
y se reproduce gracias a muchas de nues-
desde la mirada del investigado y coloni-
tras prácticas institucionales y personales”
zado. Toda metodología de la investigación
(p. 51). La investigación descolonizada o la
es colonizante. Todo investigador es coloni-
investigación de co-labor es una de estas
zador. Desde la perspectiva del colonizado,
prácticas neocoloniales. En este sentido,
“la palabra investigación es probablemente
Gómez-Hernández (2015) se pregunta “si
una de las palabras más sucias en el vocabu-
es suficiente con la participación de ‘los in-
lario del mundo indígena” (Smith, 1999, p.
vestigados’ en las investigaciones para que
1). La investigación fue asumida en/desde
emerjan en su plenitud los saberes invisibi-
Abya Yala como un proceso deshumani-
lizados por prejuicios raciales, sexuales y de
zante, un conjunto de acciones colonizantes
género, ubicación geográfica y demás”.
que causaron dolor y sufrimiento (Ortiz,
La investigación en colabor, la IAP, las Arias y Pedrozo, 2018b). Por eso, muchos de
investigaciones positivistas, las empíri- los pueblos originarios recuerdan la ciencia
co-analíticas, las hermenéuticas, incluso las como un instrumento colonial, una herra-
investigaciones sociocríticas, las metodolo- mienta que los desacreditó, apoyó la domi-
gías horizontales y todas las mal llamadas nación racista y justificó los peores excesos
metodologías cualitativas, cuantitativas y del colonialismo (Gómez-Hernández, 2015).
mixtas, también son colonizantes, nortea- En el mismo sentido, Marimán (2005) afir-
mericano-eurocéntricas y occidentalizadas. ma que las organizaciones a las que él per-
En la primera mitad del siglo XX, no era vi- tenece tienen muchos prejuicios contra la
sible la colonialidad. Hoy sí. Existen otros academia y contra los winkas (blancos) que
hallazgos epistémicos y epistemológicos la controlan, y de hecho el término “estudio
en la década de los noventa y en la prime- o investigación […], se asocia con la extrac-
ra década del siglo XXI. Nuestro querido y ción de información que nunca les llega o
respetado Fals-Borda no vio la colonialidad bien sirve para fines personales o académi-
del saber que subyace en las nociones y cos que no tienen mayor compromiso con
prácticas científicas. Por eso, siguió usando su lucha” (p. 3). Por eso, estas categorías son
las nociones coloniales (investigación, me- tan importantes. No es lo mismo decir “in-
todología, paradigma, estrategia, técnica). vestigación” que decir “hacer decolonial”,
Aunque la IAP es una acción participativa, no es lo mismo decir “estrategias, método o
sigue siendo investigación, y en esa noción técnicas de investigación” que decir “accio-
y proceso subyace la colonialidad del saber. nes/huellas decoloniales”, no es lo mismo
La colonialidad epistémica es la cara oculta decir “investigador” que decir “mediador

HALLAZGOS / ISSN: 1794-3841 / e-ISSN: 2422-409X / Vol. 16, n.º 31, ene-jun. 2019 / Bogotá D. C., Colombia / Universidad Santo Tomás / pp. 149-168 155
Hacer decolonial

decolonial”; el concepto importa, los térmi- posible y necesario, o usar los conceptos ori-
nos pueden ser modernos/coloniales o pue- ginarios desde la cosmovisión y las formula-
den ser nociones decoloniales. Como afir- ciones quechua, aimara, árabe y de otro tipo.
ma Grosfoguel, citado por Montes y Busso Sin embargo, en lo que no podemos estar de
(2007), el primer paso para descolonizar es acuerdo con estos autores es en el nombra-
nombrar. Es esencial identificar con catego- miento, la identificación y la descripción de
rías que hagan visible nuestro sentir-pensar. “pasos” o “momentos” de lo que ellos deno-
minan “método decolonial”, ya que esta ca-
Según Vázquez y Mignolo (2013), cada uno tegoría es tautológica, es una contradicción
de los conceptos modernos/coloniales (es- en sus propios términos; esto es, una auto-
tética, progreso, capitalismo, derechos hu- contradicción, puesto que, si es un método
manos, educación, democracia, teoría, polí- no puede ser decolonial, por cuanto todo
tica, arte, cultura, género [y agregaríamos: método es colonizante. Vázquez y Migno-
ciencia, paradigma, enfoque, metodología, lo incurren en posiciones neocoloniales al
método, estrategia, técnica, investigación, realizar un trabajo semiótico decolonial me-
investigador, investigado]) requiere un tra- diante un método, es decir, el mismo hecho
bajo decolonial que implica: de proponer un método decolonial es un
1) Mostrar su genealogía en la mo- acto colonizante, esto es, que en la propues-
dernidad occidental que nos permite
ta de estos autores subyace la colonialidad
transformar las afirmaciones de vali-
epistémica, de ahí que practican —quizá sin
dez universal de los conceptos occi-
percatarse de ello— una decolonialidad co-
dentales y convertirlos en conceptos
lonial, y en este sentido incurren en lo que
hemos denominado autocolonialidad (Ortiz
históricamente situados; 2) Para mos-
et al., 2018b). En fin, el sentipensar1 y hacer
trar su colonialidad, así es como han
decolonial no implica deconstruir sino re-
funcionado para borrar, silenciar, de-
configurar y decolonizar los conceptos clave
nigrar otras formas de entender y re-
de la modernidad, con el fin de mostrar su
lacionarse con el mundo; y finalmente
colonialidad oculta y su alcance particular,
3) Construir sobre esta base la opción
situado, histórico y regional. Pero este pro-
decolonial, como un espacio no norma-
ceso decolonizante no se realiza mediante
tivo, como un espacio abierto a la plu-
un método sino mediante acciones/huellas
ralidad de alternativas. En mi opinión,
decoloniales que configuran —y se confi-
estos tres pasos son los tres momentos
guran en/desde/por/para— el sentir-pen-
de lo que podemos llamar un método
sar-hacer humano. “Es lamentable que la
decolonial. (p. 6)
investigación cualitativa pretenda asumir la
Estamos de acuerdo con Vázquez y Migno- denominación de científica, convirtiéndose
lo (2013) sobre la necesidad de realizar un
trabajo decolonial con las nociones occiden- 1 Con el neologismo “sentipensar”, De la Torre (2000) expresa el pro-
tales moderno/coloniales, e intentar cambiar ceso mediante el cual se configuran pensamiento y sentimiento, dos
no solo el contenido de los términos sino los formas de interpretar la realidad, mediante la reflexión y la emociona-
lidad, hasta converger en un mismo acto de conocimiento y acción.
propios términos, tratando de crear nuevos Con el término “sentipensar”, Moraes y De la Torre (2002) ilustran el
conceptos decoloniales, siempre que sea cambio de paradigma en la ciencia.

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Alexander Ortiz Ocaña, María Isabel Arias López

en una metodología que busca el poder y la propone técnicas amorosas de la ciencia. Si-
verdad, convirtiéndose así en una metodo- gue atrapado en la noción de técnica.
logía colonizadora, que genera un conoci-
Pensamos que no solo es el “investigador”
miento colonial, subalternizando otros sabe-
quien debe observar, encuestar y entrevis-
res” (Ortiz et al., 2018b, p. 177).
tar. Esto lo convierte en un colonizador
Corona y Kaltmeier (2012) caracterizan una epistémico. El “investigador” no debe uti-
amplia variedad de metodologías horizon- lizar estrategias, ni métodos ni técnicas de
tales en ciencias sociales y culturales, basa- investigación. Más aún, el “investigador”
das en el diálogo, pero en ellas subyace la no debe ser un investigador sino un actor,
colonialidad epistémica, por cuanto los inte- un facilitador de procesos liberadores, un
lectuales se asumen como investigadores y mediador decolonial. La investigación en
utilizan metodologías, estrategias y técnicas sí misma es un elemento dominador, por
para “investigar”. Estas autoras proponen ende, no debemos continuar utilizando el
término “investigación” porque “domina”
decolonizar las metodologías presentando
y “aliena” la decolonialidad. Por ello, intro-
otras y, además, siguen ancladas en la no-
ducimos la noción de proceso decolonizan-
ción de metodologías, sin percatarse de que
te, que se configura desde el hacer decolo-
la primera acción/huella que debemos des-
nial cotidiano, mediante huellas y acciones
plegar para decolonizar las metodologías
decoloniales concretas Ortiz et al. (2018b).
es precisamente desprendernos de dicha
Lo decolonial no puede reducirse a una me-
noción moderna/colonial. Asimismo, Gue-
todología, lo decolonial es mucho más que
rra (2018) configura unas notas para una
un método y un conjunto de técnicas y pro-
metodología de investigación feminista de-
cedimientos; más bien, son acciones y hue-
colonial y establece las vinculaciones epis-
llas decoloniales.
temológicas. Consideramos que el proceso
decolonial no debe guiarse por una metodo- Para Ortiz et al. (2018b), resulta claro que no
logía, por lo que hablar de una metodología se trata de una investigación decolonial, de
decolonial es contradictorio en sus propios una investigación de co-labor, de una me-
términos, por cuanto “toda metodología es todología decolonial, de una metodología
colonizadora” (Ortiz et al., 2018b, p. 188). horizontal, de una anti-metodología, de
una no-metodología o de una metodología
Debemos desprendernos, como afirma Mig- indisciplinada. Estas metodologías “otras”
nolo (2000), no solo de los contenidos de los nos dejan sin un nombre. Necesitamos el
términos, sino de los propios términos, de- nombre de lo que somos y hacemos. Hay
bemos crear nuevas configuraciones concep- que construir la palabra desde otras formas
tuales comprensivas. Hemos dado pasos fir- de mirar y de sentir. De ahí que proponga-
mes hacia el desprendimiento metodológico mos el hacer decolonial, que se concreta en
al desengancharnos de las nociones de inves- acciones/huellas decoloniales (no en etapas
tigación, metodología, técnicas e investiga- de investigación, ni en métodos, ni técnicas,
dor. Figari (s. f.), por ejemplo, intenta huma- ni instrumentos). Estas acciones decolonia-
nizar la ciencia y profundiza en la necesidad les son contemplar comunal, conversar alte-
de considerar el conocimiento situado, pero rativo y reflexionar configurativo.

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Hacer decolonial

Estas acciones decoloniales forman parte Acciones/huellas


del desprendimiento y desenganche de la decoloniales: contemplar,
episteme occidental/eurocéntrica/colonial, conversar, reflexionar
para no seguirle el juego nocivo a la retó-
rica de la modernidad, sino apartarnos de Cuando alguien se preocupa mucho por
la lógica de la colonialidad, proponiendo ofrecer y aplicar un método, está actuando
una gramática propia de la decolonialidad. desde la modernidad y está siendo arras-
Es decir, se trata de pensar con nuestras trado por su cara oculta: la colonialidad.
propias nociones y no importar categorías Para configurar una hacer decolonial y una
eurocentradas. vida decolonial mediante un proceso deco-
lonizante, no podemos aplicar métodos ni
En la actualidad, ya se agotaron los enfoques
técnicas, solo considerar acciones/huellas
científicos tradicionales y métodos de inves-
decoloniales, mas no son técnicas, ni ins-
tigación eurocéntricos, o cuantitativos o cua-
trumentos, ni herramientas, ni métodos.
litativos, empírico-analíticos, histórico-her-
Quien asuma la colonialidad como la cara
menéuticos o sociocríticos. Hoy emergen
ocultad de la modernidad está obligado a
formas “otras” de investigar y hacer ciencia,
abandonar la modernidad si no quiere su-
y ya está en marcha la pluriversalidad como
mergirse en la colonialidad. Tiene que cam-
proyecto alternativo y alterativo de despren-
biar los términos del discurso y no solo su
dimiento epistémico y epistemológico. Esto
contenido, porque si no lo hace entonces
indica que estamos ante la puerta de una cri-
configura un discurso moderno/colonial.
sis civilizatoria (Rodríguez, 2014). Occidente
Tenemos mucho que pensar, porque, si la
como civilización hegemónica está en crisis.
colonialidad es la cara oculta de la moder-
Vega (2009) considera que la noción de crisis
nidad, y la decolonialidad no elimina total-
civilizatoria es muy importante porque con
mente la colonialidad, entonces tampoco
ella se quiere hacer hincapié en que se está
elimina del todo la modernidad. Y si somos
agotando el modelo occidental de organi-
modernos vivimos en colonialidad porque
zación económica, productiva y social. No
es su cara oculta. Entonces, ¿cómo reem-
obstante, Rivera-Cusicanqui (2010) advierte:
plazar la modernidad colonizante que en el
“No puede haber un discurso de la desco-
lenguaje coloniza nuestros pensamientos,
lonización, una teoría de la descolonización,
acciones y sentires?, ¿cómo desprendernos
sin una práctica descolonizadora” (p. 7).
del lenguaje sin causar trastornos de pensa-
Es decir, un proyecto descolonizador no se
miento?, ¿cómo desprendernos totalmente
puede quedar en el texto ni en el ámbito aca-
de la colonialidad? Pues debemos irnos a los
démico, sino que debe constituirse en una
bordes, ser exterioridad, vivir en la frontera,
praxis que tienda hacia la descolonización
experienciar y vivenciar en/desde los bordes.
(Vázquez, 2013). A esta praxis decolonizante
nosotros le hemos denominado hacer deco- Las vivencias y experiencias son las confi-
lonial, y se despliega mediante tres acciones/ guraciones biopráxicas de acciones emocio-
huellas decoloniales: contemplar, conversar nales, cognitivas, intelectuales, axiológicas,
y reflexionar, las cuales caracterizan la voca- actitudinales y praxiológicas. Es decir, son
ción decolonial. las huellas que configuran el sentir, pensar,

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conocer, aprender, saber, ser, hacer y vivir decolonial observa una clase a cada uno de
humanos. Las vivencias decoloniales per- ellos, en cada clase están los demás, todos
miten configurar formas “otras” de sentir, observan a todos. Estas observaciones de
pensar, conocer, aprender, educar, actuar, clases no tienen guías rígidas de observa-
ser y vivir. Mediante ellas decolonizamos la ción. No es una observación participante,
educación, la mente, el lenguaje y el vivir y mucho menos una observación estructu-
humanos. Mediante ellas configuramos un rada, sino que es un contemplar emotivo
pensamiento alterativo, a partir de la deco- comunal, porque no solo el mediador deco-
lonialidad del vivir, en función de convivi- lonial observa a los demás profesores, sino
res comunales. que cada uno de ellos observa al mediador
y a los demás, sin guías previas. Esto es una
Contemplar comunal observación inversa, una observación deco-
lonial. No es solo el mediador observando a
El contemplar comunal puede ser definido todos los profesores, sino ellos observando
como un momento de regreso, en el sentido al mediador y observándose unos a otros.
que Kristeva (1974, 2004) le da al término, El “investigador” es “investigado”. No es
por cuanto el mediador decolonial vive la el “investigador” observando, analizando
emocionalidad, la disfruta, observa la ac- e interpretando lo que hacen “los otros”.
ción del otro, lo observa/escucha/configura Es el mediador con ellos y ellos con el me-
sin juzgar, lo siente y se deja sentir, deja sa- diador, juntos, observándose-escuchándo-
lir su afectividad, se involucra con el otro, se se-sintiéndose mutuamente, desde todas las
deja llevar por su dinámica relacional, por miradas-escuchas-sentires, en clave decolo-
su lógica discursiva, por sus anhelos, mie- nial, conversando afectivamente, teniendo
dos, sueños y expectativas. en cuenta los conocimientos “otros”, cono-
cimientos situados, conocimientos válidos,
El contemplar comunal es un sentir-es­cu­ potenciando el diálogo de saberes, entre
char-vivenciar-observar decolonial, un es­­ iguales, configurando sabidurías decolo-
cu­char-percibir-observar colectivo, en el niales a partir del conversar alterativo y del
que el mediador decolonial no es el único reflexionar configurativo.
que con­templa, sino que se deja observar
observando. Es un contemplar cooperativo, Con esta acción, se desea comprender y ex-
en el que todos y cada uno de los actores de- presar a partir de las biopraxis de quienes
coloniales contempla al otro y se contempla se contemplan sus intenciones y quiénes les
a sí mismo. Es un contemplar emotivo-co- contemplan, asumir una postura frente a lo
laborativo, es decir un co-contemplar, un visto-escuchado-sentido, para poder utili-
ponerse delante de; no solo observar al otro zar la visión decolonial y poder visibilizar el
sino ponernos delante de él para que tam- accionar “otro” para darle sentido a todo el
bién nos observe, desarrollando una clase, sistema y entorno. La contemplación-emoti-
por ejemplo, en el caso de los profesores. va es incluyente porque permite que el me-
Es decir, el mediador decolonial acuerda diador decolonial actúe, facilite, se exprese
con varios profesores que van a realizar ob- y reconozca su rol, pero también el rol de la
servaciones mutuas de clases. El mediador otra persona durante este proceso.

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Hacer decolonial

Finalmente, el contemplar comunal se re- necesidades del ser subalterno y coloniza-


laciona como un sistema con el conversar do; por ello, es necesario que surjan otras
alterativo y el reflexionar configurativo, ya acciones decoloniales desde la reafirmación
que no se puede conversar sobre algún fe- de nuestras identidades. El diálogo inter-
nómeno o situación sin que antes sea con- cultural se manifiesta, evidencia y materia-
templado de manera emotiva, además este liza a través del conversar intercultural, que
sistema tiene la particularidad de no tener se convierte en una condición sine qua non
un orden específico, realizándose de mane- para la estabilidad y armonía en las relacio-
ra comprensiva e incluyente, en el que no nes humanas. El diálogo intercultural es un
se ignora a quienes son actores activos del conversar afectivo y reflexivo, sin supues-
proceso y que no busca convertirse en algo tos, sin expectativas, sin a priori, sin condi-
autoritario para otros estudios decoloniales, ciones, permitiendo que “el otro” también
ya que cada comunidad posee realidades pregunte y exprese sus emociones, juicios
distintivas que la caracterizan. y valoraciones. Es un dialogar respetuoso y
solidario, con afecto, entre iguales. El diálo-
go intercultural no es una entrevista, en la
Conversar alterativo
que una cultura predomina sobre la otra, es
Las filosofías del lenguaje y el giro herme- un conversar espontáneo y fluido, emergen-
néutico (Dilthey, 1980a, 1980b; Gadamer, te. Tampoco es un grupo de debate entre
1984, 1973/2001, 1980/2005, 1995/2012, 2000; culturas, es un conversar que deviene colec-
Ricoeur, 1969/2008, 1976/2011, 1985/2007, tivo emergente de aprendizaje. El diálogo
1985/2008; Rorty, 1967/2012, 1979/2010) han intercultural es una configuración holística
situado desde mediados del siglo pasado la de discursos diversos, en los que se entre-
primacía de la comunicación, las relaciones lazan de manera dialéctica saberes “otros”,
dialógicas, el lenguaje y la conversación. No conocimientos válidos situados que repre-
obstante, pensamos con Borsani (2014) que sentan la identidad cultural. De ahí que no
la hermenéutica no constituye un valioso re- sea posible hoy desarrollar procesos huma-
curso metodológico en tanto no tiene “plena nos y sociales al margen del diálogo inter-
conciencia que la acción interpretativa debe cultural. La metodología de investigación
orbitar en torno al factor colonial, es decir, no propicia el conversar y no nos permite
que todo acto y desempeño de intelección de transformarnos por medio de la conversa-
ción. La armonía y coherencia tan necesa-
mundos ha de reparar en el despliegue de la
ria en las relaciones humanas se configura
colonialidad” (p. 162). Nuestro hacer decolo-
mediante el conversar intercultural. Por
nial es más potente y fecundo si descansa en
otro lado, el fundamento de lo humano que
una conversación que tiene en cuenta la co-
caracteriza a mujeres y hombres es el resul-
lonialidad, “cuestión no contemplada por las
tado del entretejido de los diálogos intercul-
hermenéuticas intra-europeas euro-centra-
turales que estos desarrollan. Por tanto, el
das y sus correspondientes propuestas meto-
diálogo intercultural es la base y el cimiento
dológicas con pretensión universal” (p. 162).
para la configuración de lo humano como
Las técnicas cualitativas y hermenéuticas cualidad distintiva de las personas. Final-
de investigación no dan respuesta a las mente, el diálogo intercultural constituye la

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Alexander Ortiz Ocaña, María Isabel Arias López

urgencia/emergencia para la configuración con un consentimiento informado contrac-


de lo humano como principio ineludible del tual). No se propone “sacar” información,
vivir en plenitud en el planeta Tierra. sino que pretende producirla. Acompaña,
escucha, da soporte y soporta, ríe, pone el
Rivera-Cusicanqui (1990, 2010) define la
hombro, abraza, guarda silencio, habla,
investigación como una dialéctica de polos
transmite o comunica y si es necesario, no
pensantes, como el escenario en que dos su-
dice nada” (Figari, s. f., p. 10). Aunque callar
jetos reflexionan sobre la visión que cada uno
también es comunicar, a veces el silencio es
tiene del otro y sobre la experiencia vivida,
una maravillosa retórica y una gramática
lo cual permite generar un pacto de con-
hermosa. Los humanos vivimos en el habla
fianza que configura narrativas para trans-
y en el silencio, ambos configuran el conver-
formar las vivencias y develar su sentido y
sar. Por ello, el conversar alterativo es una
significado, y así generar otras lógicas inves-
forma de vida, es la forma en que vivimos
tigativas. Por otro lado, Haraway (1995) ad-
en comunalidad.
vierte que debemos evitar la violencia de un
método y realizar procesos conversaciona- El conversar alterativo es una afluencia
les, ya que la realidad y el mundo no es algo sígnica intersubjetiva que configura sub-
o un lugar que se descubre, no son entidades jetividades entretejidas en una dinámica
ontológicas sino epistemológicas, por tanto, relacional, en el sentido de que “no se está
constituyen “una relación social de ‘con- conversando en calidad de hablante sino
versación’ cargada de poder” (p. 342). Esta de ser o, mejor, de estar siendo. Es en este
posición aparentemente espontaneísta preo- sentido que todo intento de predeterminar
cupa a Figari (s. f.), por el inconveniente de el movimiento que uno ha de describir, ta-
qué entender por conversación. Este autor rea que normalmente toma la forma de una
sugiere que debemos especificar las reglas metodología de investigación, un protocolo
del consenso y las condiciones de habla de metodológico, es no solo vano sino peligro-
los agentes, ya que, “mientras un hablante so. Es vano puesto que, si una investigación
puede afirmar que se está sosteniendo una realmente ha podido ser prevista de ante-
conversación, otro puede asegurar que no es mano, es porque no valía la pena realizarla.
así” (Butler, 2007, p. 68). Es peligroso porque impide asumir con ho-
nestidad las necesarias mudanzas que con-
No obstante, pensamos que el conversar
lleva toda conversación auténtica sostenida
alterativo presupone que ambos actores
en el tiempo y, sobre todo, porque previene
asumen que están conversando, ya sea para
contra la recuperación de relaciones evesti-
configurar conocimientos de manera inten-
giales que devuelven las relaciones de cono-
cional, ya sea simplemente para decoloni-
cimiento al tejido de las relaciones sociales
zar, para vivir en comunalidad. Esto es el
(Haber, 2011, p. 24).
conversar alterativo: conversar para vivir,
para vivir decolonialmente; por eso, es al- El conversar hace parte de las interac-
terativo, porque incluye al otro, lo cuida, lo ciones a través del lenguaje. El conver-
protege, lo acoge, lo ama. “Una percepción sar alterativo implica versar con, en el
alocéntrica se relaciona con el cuidado del sentido de configurar versos junto con
otro (que no se resuelve tan simplemente el otro, danzar juntos. El conversar

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Hacer decolonial

alterativo no es una técnica (en lugar el vivir con el entrelazar tanto del lengua-
de ser un camino que nos conduce al jear y el emocionar, el cual lo denomina el
conocimiento, es ya un lugar de co- conversar.
nocimiento, una acción/huella decolo-
Un conversar sin jerarquías científica le
nial). En el conversar alterativo, se fra-
abrirá paso a una constante reflexión del
guan las configuraciones conceptuales
quehacer del mediador decolonial, au-
comprensivas, las sabidurías —conoci-
tocuestionamientos y formas “otras” del
mientos “otros”— que configuramos
conocer permitiendo que ellos también
entre todos, no solo el mediador deco-
pregunten, dialoguen solidariamente sin
lonial, sino también los demás actores
pretensiones de intereses informativos, no
del proceso decolonizante. Con esta
como una entrevista, ni tampoco como un
acción, se desea generar interacción
grupo de discusión, que además al hacer
con quienes se conversa, es decir, no
críticas sea de una forma respetuosa que
hay imposiciones, solo se propone un
conversen entre todos no como algo ya es-
tema de concertación y se respeta la
tructurado, sino como un diálogo de sabe-
forma como el interlocutor lo aborda,
res entre iguales, compartiendo y llevando
no existen restricciones en cuanto a lo
alternativas de cambio por medio de un re-
que exprese la persona o personas. “Se
flexionar en conjunto.
busca que la persona se autoconcienti-
ce y sobre todo escuche su propia voz La acción del aprender surge en el proce-
a través de su reflexión. […] personas so del conversar, no obstante “aprender es
conocidas quienes frecuentemente aco- conversar, en el sentido en que aprender
modan la palabra para intercambiar es hacer versiones de uno en relación con
con el corazón” (Walsh, 2013, p. 138). otros. La aptitud de la conversación es, así,
una actitud de conversión. Ser-en-la-con-
El mediador decolonial conversa afectiva-
versación no es convertirse en el otro, sino
mente con un profesor, luego con otro y
convertirse en la relación con el otro, en el
después con otro más, hasta crear un grupo
flujo de esa conversación. Esta es la aper-
de reflexión, espontáneamente, sin supues-
tura que mide la autenticidad de la táctica,
tos, sin expectativas, sin a priori, sin condi-
una apertura que solo es visible desde el lu-
ciones, permitiendo que esos profesores
gar de la conversación” (Haber, 2011, p. 18).
también pregunten. Es un dialogar respe-
tuoso y solidario, con afecto, entre iguales, Lo que regularmente se ha concebido dentro
sin que el mediador decolonial sea la única de las ciencias es que, en el momento de es-
persona que pregunte. No es una entrevista, tablecer una conversación en la cual no hay
es un conversar espontáneo y fluido, emer- acuerdos con anticipación, el participante es
gente. Tampoco es un grupo de discusión, seducido para que acepte posiciones parti-
es un colectivo emergente de aprendizaje. culares y las dé por válidas, violentando a
En una línea de pensamiento similar, Ma- través del conocimiento para que se admi-
turana (2001) considera que el presente se ta un argumento razonadamente legítimo
puede cambiar por medio del lenguaje, del para coartar y dominar el conversar. Por
diálogo respetuoso y fraterno, relacionar ello, este debe darse en un principio de

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Alexander Ortiz Ocaña, María Isabel Arias López

solidaridad, como lo llama Haber (2011), en de cultura, acontecimientos que describan


que su fundamento sea desde una corriente el mundo que hemos ido configurando. “Es
afectiva orientada a la crianza de subjetivi- un reflexionar limpio y puro, sin supuestos,
dades ampliadas. sin a priori y sin expectativas, reflexionar
solo desde el propio reflexionar liberador,
Reflexionar configurativo que es un reflexionar edificante” (Ortiz et al.,
2018b, p. 190). Este proceso de acciones de-
Figari (2010) nos recuerda que un rasgo colonizantes no es una guía de momentos, ni
característico de la ciencia es su comunica- fases, es una configuración, un sistema de re-
bilidad, por tanto, debemos preguntarnos des que se generan simultánea­mente. Es una
“cómo comunicamos la experiencia en- acción decolonizante que permite configurar
tre dos cuerpos (no entre sujeto y objeto)” el conversar alterativo con el contemplar co-
(p. 8). En efecto, el mediador decolonial munal. Es una de las hue­llas significativas
no debe solo contemplar al —y conversar del hacer decolonial. No solo reflexiona el
con— el otro, sino que debe configurar un mediador decolonial, sino que reflexionan
conocimiento decolonial que se desprenda todos los participantes del proceso. Cues-
del patrón moderno/colonial de poder. Esto tionan en qué medida su hacer cotidiano es
se logra mediante el reflexionar configurati- decolonial o contribuye a reproducir el sis-
vo, mediante el cual escribimos nuestro sen- tema capitalista/moderno/colonial, adoctri-
tir-pensar configurado de manera comunal. nando a los demás, sumergiéndolos en un
Como señala Figari, los cuerpos situados abismo intelectual y emocional, subalterni-
solo producen conocimiento político, arte, zándolos. Problematizan sus propias prác-
poiesis, resultado de la operación experien- ticas, saberes y sentires. Es un reflexionar
cial y situacional, mediada por el signo que holístico, complejo, sistémico, que tiene en
se configura y se representa en la obra como
cuenta no solo los eventos, las situaciones
texto, de la cual no podemos salirnos, por-
y los acontecimientos, sino sus relaciones e
que no existe nada fuera del texto (Derrida,
interconexiones. Aquí lo más importante no
1998). De ahí que sea necesario reintroducir
es la sustancia sino el proceso. No importa
esa experiencia semiótica nuevamente en lo
tanto el ente en cuanto a configuración on-
simbólico —lo tético— (Kristeva, 1974).
tológica, sino las relaciones entre los pro-
El reflexionar configurativo implica volver cesos. Interesa la trama oculta que deben
a flexionar, soltar creencias, cerrar los ojos develar, la red de redes, el entrelazamiento
y abrir las manos para soltar las creencias de discursos que configura la cotidianidad,
que nos paralizan. El reflexionar sobre el el entretejido lingüístico que deviene reali-
contemplar comunal y sobre el conversar dad, el texto configurado en las biopraxis
alterativo, como parte de nuestras interac- cotidianas, la configuración sígnica subya-
ciones, nos deslinda de lo ya configurado, cente. El resultado del reflexionar configu-
manejado y manipulado con el interés de rativo es la emergencia de prácticas “otras”
obtener información para provecho parti- de vida, formas “otras” de sentir, hacer, co-
cular, ir creando un discurso habitual, lleno nocer y amar.

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Hacer decolonial

Conclusiones decolonial reflexiona como intermediario


del proceso y, además, todos reflexionan so-
Como se aprecia, se requiere desplegar un bre sus saberes, sentires y prácticas.
proceso decolonizante de las metodologías
El reflexionar configurativo, al igual que el
de la investigación, configurar nuevas for-
conversar alterativo y el contemplar comu-
mas de hacer ciencia antroposocial y propo-
nal, son acciones del hacer decolonial. No
ner nuevas prácticas investigativas que no
son técnicas de investigación, son más bien
colonicen al investigado, que no conviertan
huellas y estampas decolonizantes, que
al investigador en un colonizador. En la
configuran un hacer decolonial, no como
“investigación”, no todo puede estar pla-
método o estrategia de investigación, sino
neado anticipadamente, de lo contrario, no
como proceso decolonizador.
es investigación. “Investigar” no es hacer y
cumplir un plan previamente fijado. “Inves- Reiteramos la urgencia de decolonizar las
tigar” es buscar, indagar, develar, desentra- ciencias sociales. Caracterizamos el hacer
ñar. Y para lograr eso lo importante es tener decolonial, que se despliega mediante sus
preguntas, buenas preguntas. El mediador acciones/huellas constitutivas: contemplar
decolonial configura cultura propia, no in- comunal, conversar alterativo y reflexionar
vestiga, visibiliza. El hacer decolonial tiene configurativo, las cuales caracterizan la vo-
que ser reflexivo. A las salidas de campo de- cación decolonial, que permite el desprendi-
bemos ir a reflexionar. miento de la metodología de investigación.

Urge decolonizar la metodología de las cien-


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