Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
CONTEXTO
Los relatos del bautismo son simbólicos y no hacen referencia a un hecho puntual, sino a una
experiencia que se pudo prolongar durante mucho tiempo, incluso durante toda su vida. En
esos relatos se nos invita a tomar conciencia de cómo vivió él esa experiencia de Dios. Jesús
descubrió lo que Dios era para él y lo que tenía que ser él para Dios. Por tanto descubrió el
sentido de su vida y la misión que debía realizar de parte de Dios.
Los cuatro evangelistas resaltan, a su vez, la importancia que tuvo para Jesús el
descubrimiento de su misión y el encuentro con Juan el Bautista; a pesar de que es un
reconocimiento de cierta dependencia de Jesús con relación a Juan.
Juan no formó ningún grupo estable de seguidores. Todo lo que sabemos de él, nos ha llegado
por los escritos cristianos. Si a pesar de que se podía interpretar como una subordinación a
Juan, lo han narrado todos los evangelistas, quiere decir que tiene unas posibilidades muy
grandes de ser histórico. Es más, sería el primer dato histórico que nos ha llegado de la vida de
Jesús
Celebramos hoy el verdadero nacimiento de Jesús. Él mismo nos dijo que el nuevo nacimiento
del agua y del Espíritu, era el verdaderamente importante. Si seguimos celebrando con mayor
énfasis el nacimiento carnal, es que no hemos entendido en su justa medida el mensaje
evangélico. Nuestra religión sigue empeñada en que busquemos a Dios donde no está. Dios no
está en lo material, en lo biológico, en los acontecimientos que podemos percibir por los
sentidos. Dios está en lo hondo del ser y allí tenemos que descubrirlo.
El bautismo de Jesús tiene un innegable calado en todos los evangelios, precisamente porque
el relato nos lanza más allá de lo sensible. Recordemos que Marcos y Juan no saben nada de la
infancia de Jesús y comienzan su evangelio con el bautismo.
EXPLICACIÓN
El relato de Lucas que acabamos de leer, no da ninguna importancia al hecho concreto del
bautismo. Se centra precisamente en los símbolos: cielo abierto, bajada del Espíritu y voz del
Padre. Imágenes que en el AT están relacionadas, todas ellas, con el Mesías.
Se trata de una teofanía. Según aquella mentalidad, Dios está en los cielos y tiene que venir de
allí. Abrirse los cielos es señal de la cercanía de Dios a los hombres. Esa venida tiene que ser
descrita de una manera visible, para poder ser percibida.
Dios garantiza la veracidad del enviado, afirmando su relación con él. Por lo tanto, lo
importante no es lo que sucedió fuera, si no lo que vivió Jesús dentro de sí mismo, y que el
relato trata de trasmitirnos con esos símbolos.
El evangelio de Juan es todavía más drástico, ni siquiera narra el bautismo, lo da por supuesto
y habla directamente de la presencia del Espíritu en Jesús, que es lo importante. Todos están
hablando de una experiencia interna de Jesús, porque el Espíritu no tiene que venir de ninguna
parte.
El gran protagonista de la liturgia de hoy es el Espíritu. En las tres lecturas se hace referencia
directa a él. En el NT el Espíritu es entendido a través de Jesús; y a la vez, Jesús es entendido a
través del Espíritu. Esto indica hasta que punto se consideran mutuamente implicados.
Comprenderemos esto mejor si damos un repaso a la relación de Jesús con el Espíritu en los
evangelios, aunque no en todos los lugares podemos estar seguros de que la palabra “espíritu”
se refieren a la misma realidad.
Marcos:
Mateo:
1,18 Resultó que (María) había concebido por obra del Espíritu Santo.
1,20 El ángel a José: no temas, el hijo que espera, viene del Espíritu Santo.
3,16 Se abrieron los cielos y vio el Espíritu de Dios que bajaba como paloma.
Lucas:
1,35 El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con...
3,22 El Espíritu Santo bajó sobre él en forma corporal como una paloma.
Juan:
1,32 Yo he visto que el Espíritu bajaba del cielo y permanecía sobre él.
1,33 Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu, es quien bautiza con E. S. y fuego.
3,5 Nadie puede entrar en el reino, si no nace del agua y del Espíritu.
Está claro que la figura de Jesús no podría entenderse si no fuera por la acción del Espíritu.
Seguir entendiendo esa acción del Espíritu referida a su procedencia biológica es desbaratar el
sentido de las Escrituras.
Recordemos lo que dice el mismo Jesús a Nicodemo: “Hay que nacer de nuevo” y “Lo que nace
de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es Espíritu”.
¡Claro que Jesús es inconcebible sin la acción del Espíritu! Hay que tener en cuenta sin
embargo, que cuando hablamos del Espíritu, estamos hablando del mismo Dios como energía,
como vida; es lo que significaba espíritu en el AT. También hay que recordar que estamos
hablando de la experiencia de Jesús como ser humano, no de la segunda o de la tercera
persona de la Trinidad.
Aunque no tenemos datos suficientes para poder adentrarnos en la psicología de Jesús, los
evangelios no dejan ninguna duda sobre la relación de Jesús con Dios. Fue una relación
personal. Se atreve a llamarle Abba, (papá) cosa inusitada en su época y aún en la nuestra.
Hace su voluntad, le escucha siempre, etc.
En el diálogo con la Samaritana lo deja bien claro: Dios es Espíritu y el que quiera adorarlo
debe hacerlo en espíritu y en verdad. La comunicación de Jesús con su "Abba", no fue a través
de los sentidos ni a través de un órgano especial y portentoso. Se comunicaba con Dios como
nos podemos comunicar cualquiera de nosotros, sólo a través de su propio ser. Ningún hilo
telefónico especial. Tenemos que descartar cualquier privilegio en este sentido.
Sólo a través de la oración, de la contemplación el Hombre Jesús descubrió quién era Dios para
él. Lucas nos acaba de decir que toda esa manifestación de la presencia de Dios en Jesús se
produjo “mientras oraba”.
Sólo una cosa me diferencia de Dios; mis limitaciones. Esas, sí son mías y hacen que yo no sea
Dios, ni criatura alguna pueda identificarse con Dios. Lo importante para nosotros es intentar
descubrir lo que pasó en el interior de Jesús y ver hasta qué punto podemos nosotros
aproximarnos a esa misma experiencia.
La experiencia de Dios que tuvo Jesús no fue un chispazo que sucedió en un instante. Más bien
tenemos que pensar en una toma de conciencia progresiva que le fue acercando a lo que
después intentó transmitir a los discípulos.
Los evangelios no dejan lugar a duda sobre la dificultad que tuvieron los primeros seguidores
de Jesús para entender esto. Eran todos judíos y la religiosidad judía estaba basada en la Ley y
el templo, es decir, en una relación puramente externa con Dios.
Para nosotros esto es muy importante, porque nos advierte que la toma de conciencia de
nuestro verdadero ser no puede producirse de la noche a la mañana, sino que es un proceso
que dura toda nuestra vida.
Meditación-contemplación
.............................
..................
....................
........................
Fray Marcos