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Malestar general
Sudores nocturnos
Los sudores nocturnos son frecuentes y normales en los niños y muchachos que han
hecho mucho ejercicio durante el día. También suelen ser frecuentes en enfermedades
infecciosas que cursan con fiebre y son característicos en la tubercolosis pulmonar,
aunque en este caso van acompañados de otros síntomas como cansancio, anorexia
(falta de apetito), tos, etc.
Reacciones alérgicas
El dolor es uno de los síntomas más importantes ya que proporciona al médico una
información crucial para establecer el diagnóstico. De ahí, el peligro de intentar suprimirlo a
toda costa. La mejor manera de aliviar el dolor es eliminar la causa que lo produce, y sólo
cuando esto no es posible se recurrirá a la ayuda de los analgésicos. Los analgésicos están
indicados en los dolores fisiológicos (por ejemplo, dolor en la menstruación), en la
enfermedades ya diagnosticadas que cursan con dolores (por ejemplo, dolor articular en los
reumáticos) o en dolores agudos repentinos (dolor de muelas). En todos los demás casos,
antes de recurrira los analgésicos se debe consultar al médico.
Analgésicos:
Las causas más comunes de la fiebre son las infecciones, tanto generalizadas
(escarlatina, septicemia), como localizadas (cistitis, pielonefritis, etc). Otras causas son:
insolación, traumatismo, deshidratación, etc. Pero la fiebre es sólo un signo de
enfermedad, el principal problema es determinar la causa que la produce.
Las medidad dirigidas a disminuir la fiebre sólo están indicadas en caso de fiebres altas
y prolongadas:
Bañar el cuerpo en agua fría o poner bolsas de hielo. Esto debe evitarse cuando
el enfermo tenga frio.
Tomar medicamentos antipiréticos: aspirina o paracetamol, (0,3-0,6 g cada
cuatro horas).
Administrar líquidos en cantidad suficiente.
Es fundamental guardar reposo.