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El cuerpo humano: Síntomas generales

Malestar general

Se entiende como malestar general el decaimiento físico "mal cuerpo", el cansancio y


escalofríos que acompañan a la mayoría de las enfermedades. También se produce en
las incubaciones de enfermedades infecciosas como gripe, faringitis, bronquitis,
sarampión, etc., o después de algún traumatismo, de tomar el sol en exceso y tras
cualquier situación estresante. El mejor tratamiento es el reposo. Si el malestar general
es continuo se debe consultar al médico.

Sudores nocturnos

Los sudores nocturnos son frecuentes y normales en los niños y muchachos que han
hecho mucho ejercicio durante el día. También suelen ser frecuentes en enfermedades
infecciosas que cursan con fiebre y son característicos en la tubercolosis pulmonar,
aunque en este caso van acompañados de otros síntomas como cansancio, anorexia
(falta de apetito), tos, etc.
Reacciones alérgicas

Los trastornos alérgicos se manifiestan por reacciones generalizadas o localizadas en


cualquier parte del cuerpo. La reacción, que puede ser de distinta intensidad, es causada
por diferentes agentes ofensivos, llamados antígenos, como polen, polvo, moho,
medicamentos, venenos, alimentos, sustancias químicas, etc. Las reacciones alérgicas
pueden ser inmediatas (a la exposición del antígeno) o retardadas.

Existen unas alergias atópicas, "naturales o espontáneas", que se producen en el 10% de


la población, en las que resulta muy difícil determinar el agente que las produce. Entre
estos trastornos figuran la fiebre del heno, o rinitis alérgica, la dermatitis atópica, el
eccema alérgico, el asma alérgico y las reacciones anafilácticas.

El tratamiento ideal del


enfermo alérgico es el que consiste en identificar y prevenir su exposición al agente
ofensivo. En caso de que esto no sea posible, se recurre a los antihistamínicos,
medicamentos que bloquean los efectos de la histamia (sustancia que se libera en las
reacciones alérgicas) y que tienen efectos sedantes. Un caso grave de reacción alérgica
es el "shock anafiláctico", que se suele producir tras la administración de algunos
medicamentos o como consecuencia de mordeduras, picaduras o contacto con algunos
animales o sustancias a las que la persona es sensible. Los síntomas incluyen urticaria
generalizada o edema, respiración dificultosa, tos, fiebre, pérdida de la conciencia y
convulsiones, coma e incluso parada cardiorrespiratoria. Siempre se debe avisar
URGENTEMENTE a un médico ante los primeros síntomas de reacción alérgica.
El cuerpo humano: Síntomas generales: Dolor

Publicado por TCAE el mayo 14, 2013

El dolor es uno de los síntomas más importantes ya que proporciona al médico una
información crucial para establecer el diagnóstico. De ahí, el peligro de intentar suprimirlo a
toda costa. La mejor manera de aliviar el dolor es eliminar la causa que lo produce, y sólo
cuando esto no es posible se recurrirá a la ayuda de los analgésicos. Los analgésicos están
indicados en los dolores fisiológicos (por ejemplo, dolor en la menstruación), en la
enfermedades ya diagnosticadas que cursan con dolores (por ejemplo, dolor articular en los
reumáticos) o en dolores agudos repentinos (dolor de muelas). En todos los demás casos,
antes de recurrira los analgésicos se debe consultar al médico.

Analgésicos:

 Salicilatos como la aspirina. Estos medicamentos son antipiréticos (disminuyen la


fiebre), analgésicos y antiinflamatorios. Se pueden utilizar para los dolores musculares,
neuralgias, dolores articulares y dismenorrea (dolor en la menstruación). Sin embargo,
la aspirina puede provocar irritación gástrica e incluso, aunque raramente, hemorragia
gastrointestinal.
 Paracetamol. Alivia también la fiebre y el dolor y no ocasiona irritación gástrica ni
sangrado de las mucosas. Sin embargo, no es antiinflamatorio, por lo que no resulta
eficaz en los dolores articulares o de origen artrítico.
El cuerpo humano: Síntomas generales: Fiebre

La temperatura corporal normal medida en la boca es de 37ºC (puede variar entre 36 y


37 ºC), mientras que en la axila suele ser un poquito más baja.

Se produce un ligero aumento de la temperatura después de la ovulación y en el primer


trimestre del embarazo, así como tras la realización de actividades físicas. Se considera
fiebre cuando la temperatura supera los 37,5 ºC (temperatura bucal) o los 37º C
(temperatura axilar).

La intensidad de la fiebre no está en relación directa con la gravedad de la enfermedad.


Existen muchas infecciones virales leves que cursan con fiebre elevada, mientras que
otras más graves van asociadas a fiebres mínimas. Las respuestas febriles son mucho
mas intensas en los niños y lactantes que en los adultos y ancianos. En éstos la fiebre
elevada puede producir confusión e incluso delirio, mientras que en los niños puede
provocar convulsiones.

Las causas más comunes de la fiebre son las infecciones, tanto generalizadas
(escarlatina, septicemia), como localizadas (cistitis, pielonefritis, etc). Otras causas son:
insolación, traumatismo, deshidratación, etc. Pero la fiebre es sólo un signo de
enfermedad, el principal problema es determinar la causa que la produce.
Las medidad dirigidas a disminuir la fiebre sólo están indicadas en caso de fiebres altas
y prolongadas:

 Bañar el cuerpo en agua fría o poner bolsas de hielo. Esto debe evitarse cuando
el enfermo tenga frio.
 Tomar medicamentos antipiréticos: aspirina o paracetamol, (0,3-0,6 g cada
cuatro horas).
 Administrar líquidos en cantidad suficiente.
 Es fundamental guardar reposo.

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