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El grupo de los Insectos, Insecta, forman una clase de invertebrados incluidos en el filo de los

Artrópodos y en el subfilo de los Hexápodos. Sus características generales incluyen un


exoesqueleto de quitina, un cuerpo dividido en tres partes (cabeza, tórax y abdomen), tres pares
de patas articuladas, ojos compuestos y un par de antenas.

Son una de las clases de animales más diversas del planeta e incluyen a más de un millón de
especies, representando más de la mitad del total de organismos vivos conocidos. Se pueden
encontrar en prácticamente cualquier hábitat, aunque el menos frecuente para ellos es el
oceánico, donde domina otra clase de artrópodos, los crustáceos.

Características de los insectos

Entre las características de los insectos es de destacar que su morfología no difiere demasiado
con respecto a la de otros artrópodos. En la cabeza se encuentran sus dos antenas con funciones
sensoriales, sus dos ojos compuestos y en algunos casos también tres ocelos simples. Sus piezas
bucales están en la cara inferior de la cabeza y están formadas por un labio superior (labro), dos
mandíbulas, dos maxilas y un labio inferior. El tórax tiene seis extremidades articuladas y en
algunas especies dos o cuatro alas. En el abdomen se concentran la mayoría de aparatos del
animal: el digestivo, respiratorio, excretor y reproductor.

El aparato digestivo de los insectos consiste en un tubo conocido como canal alimentario que va
desde la boca hasta el ano. Está dividido en tres secciones: la anterior, la media y la posterior. En
la primera se encuentra la cavidad bucal, la faringe, el esófago, el buche y el proventrículo. En
ella se producen los primeros pasos de digestión enzimática y mecánica. En la sección media se
produce la mayor parte de la absorción de nutrientes a través de las microvellosidades. En la
parte posterior las sustancias no digeridas se unen al ácido úrico secretado por el sistema
excretor y forman las bolas fecales.

El sistema respiratorio de los insectos es traqueal y está formado por tubos y sacos a través de
los cuales los gases se difunden o son activamente bombeados hasta llegar directamente a los
órganos. Como consecuencia, el sistema circulatorio no es requerido para transportar el oxígeno
y por lo tanto está muy reducido en los insectos. El tamaño de los insectos ha estado
influenciado enormemente por el sistema respiratorio, que disminuye en eficacia a medida que
aumenta el tamaño del animal.

El sistema nervioso de los insectos está formado por un cordón nervioso central y por el cerebro,
situado en la cabeza y bastante desarrollado. En cada segmento de los insectos se encuentran un
par de ganglios nerviosos, aunque algunas especies los tienen fusionados. Los insectos tienen
órganos sensoriales bastante desarrollados, aunque varían según la especie. Muchos pueden
captar luz, estímulos químicos, vibraciones, ciertos rangos de sonido y algunos incluso pueden
sentir dolor.

Alimentación
La alimentación de los insectos es variada, algunas especies se alimentan de plantas, otras de
animales (enteros o partes de ellos como la sangre), otras son omnívoras y algunas son
saprófitas.

Reproducción

La reproducción en los insectos acostumbra a ser sexual, con individuos de sexos diferentes y
normalmente distinguibles por rasgos morfológicos. Sin embargo, en algunos casos se pueden
reproducir por partenogénesis o ser hermafroditas. En la mayoría de casos, las crías nacen a
través de huevos, sin embargo el número y forma de estos huevos varía mucho según las
especies. En la mayoría de insectos la etapa fértil de las hembras es muy corta y es capaz de
generar muchas crías en muy poco tiempo.

El desarrollo de las crías es indirecto, puesto que estas sufren metamorfosis hasta convertirse en
individuos adultos. Los grados de esta metamorfosis son distintos según la especie: en algunos,
las crías sólo se diferencian de los adultos en tamaño y madurez sexual, mientras que otros
pasan por varias etapas larvarias antes de desarrollarse completamente.

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