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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

Trabajo de investigación.

Curso de monitores de Yoga Ocular impartido por


Manuel Palomar y Laura Quiles.

De octubre de 2009 a junio de 2010.

Autor: Carlos Javier Gutiérrez Gutiérrez.


Massalfassar, Valencia, a 15 de mayo de 2010.

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

RESUMEN.

En su parte teórica, la investigación se ha centrado en la búsqueda de una posible


relación entre los efectos patológicos de la Candidiasis crónica y las causas de la
miopía, llegándose a la conclusión de que dicha relación podría existir, ya que la
Candida Albicans produce acetaldehído, una toxina que puede reaccionar con la
dopamina, un neurotransmisor cuya deficiencia puede ocasionar miopía, según señalan
recientes investigaciones. Si esta hipótesis se demostrara como cierta, se abriría la
posibilidad de la recuperación visual de la miopía mediante la cura de la Candidiasis
combinada con la práctica de Yoga Ocular.

En su parte práctica, la investigación ha tenido como objeto la comprobación de esta


teoría en el propio sujeto investigador, habida cuenta de su miopía progresiva padecida
desde los 11 años de edad, de que dicha miopía no se terminaba de recuperar con los
ejercicios habituales de Yoga Ocular y de que le ha sido diagnosticada una Candidiasis
crónica. Se ha estudiado la posible coincidencia temporal entre la aparición de la
Candidiasis crónica y de la miopía, y se ha iniciado un tratamiento contra la Candida,
con el objeto de comprobar si con ello mejora la miopía.

El tratamiento de curación de la Candidiasis que está siguiendo el investigador es


prolongado, tiene una duración estimada de seis meses, y en el momento de presentar
este trabajo de investigación (al acabar el curso de Monitores de Yoga Ocular) tan sólo
lleva un mes y medio de tratamiento, razón por la cual no se pueden obtener
conclusiones definitivas. No obstante, los resultados provisionales de la investigación
apuntan a una posible recuperación de los defectos refractivos gracias a la combinación
entre el tratamiento contra la Candidiasis y la realización de ejercicios de Yoga Ocular.

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ÍNDICE.
A) INTRODUCCIÓN......................................................................................6
B) EVOLUCIÓN DE MIS ERRORES DE REFRACCIÓN.......6
C) ¿QUÉ ES LA FUNGEMIA? ¿ES POSIBLE LA
EXISTENCIA DE CANDIDIASIS CRÓNICAS?.................................9
1) Las fotos que salen en el HBL, ¿son realmente de Candida?
10
2) ¿Es posible el diagnóstico de la Candidiasis en base a datos
clínicos?......................................................................................................................17
3) Síntomas clínicos de la Candidiasis crónica................................19
4) Factores que predisponen a la Candidiasis crónica..................20
5) Confirmación a través de la presencia del Síndrome de
Herxheimer................................................................................................................23
D) MIOPÍA: ETIOLOGÍA Y POSIBILIDADES DE
RECUPERACIÓN................................................................................................24
E) RELACIÓN CAUSA-EFECTO ENTRE CANDIDIASIS Y
MIOPÍA......................................................................................................................27
F) CONCLUSIONES....................................................................................29

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A) INTRODUCCIÓN.

Habida cuenta de que el sujeto en el que se realiza la investigación es el mismo que la


realiza, cuando la exposición lo exija ésta se expondrá en primera persona.

B) EVOLUCIÓN DE MIS ERRORES DE REFRACCIÓN.

Mi miopía progresiva se puso de manifiesto antes de cumplir 11 años, cuando me


pusieron mis primeras gafas, con 1,5 dioptrías de miopía en cada ojo.

A los 14 años ya llevaba 4,75 dioptrías de miopía en cada ojo.

La siguiente medición de la que tengo constancia se produjo el 23 de noviembre de


2000, según la cual mi graduación era la siguiente:

 Ojo derecho. 1,25 dioptría de astigmatismo (160º) y 4,75 de miopía.


 Ojo izquierdo. 0,5 dioptrías de astigmatismo (170º) y 6,75 de miopía.

Desconozco cuando se produjo el aumento de la miopía y la aparición del astigmatismo.

De 2000 a 2007 estuve en terapia Reichiana. A lo largo de la terapia, hice numerosos


“actings” (así se llama en terapia Reichiana a ejercicios movilizadores de la musculatura
corporal) relacionados con los ojos; mirar alternativamente un punto en el techo y la
punta de mi nariz, mover los ojos de izquierda a derecha, moverlos en círculo,...

Mi terapeuta afirmaba que en el trascurso de su propia terapia había recuperado


aproximadamente una dioptría, lo cual me hizo concebir esperanzas respecto a cuanta
vista podía recuperar en la mía.

Aproximadamente en 2003 leí en la prensa un anuncio sobre curación de la miopía sin


cirugía ni medicinas. Llamé y me explicaron que el procedimiento se basaba en
ejercicios oculares, pero que con mi graduación no era eficaz, ya que como mucho se
podía llegar a recuperar hasta 1,5 dioptrías.

Al terminar la terapia en 2007 mi graduación era la siguiente:

 Ojo derecho. 1 dioptría de astigmatismo y 4,25 de miopia.


 Ojo izquierdo. 0,5 dioptrías de astigmatismo y 5,50 de miopia.

Es decir, había recuperado aproximadamente 1 dioptría, pero me parecía poco, ya que


mi defecto seguía siendo grave, y quería intentar recuperar más.

Pensaba que haciendo un trabajo específico de recuperación visual, al estilo de aquél


que anunciaban en la prensa, podría llegar a recuperar más visión.

Por aquellas fechas, amigos operados de miopía me insistieron mucho en que me


operara, y con ciertas reticencias, pasé la primera visita exploratoria en el oftalmólogo
con resultados satisfactorios, y me dieron cita para una segunda revisión 15 días más
tarde, que si también era satisfactoria, posibilitaría que me operara inmediatamente.

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Pero ¿casualidades? de la vida, en aquellos quince días cayó en mis manos el libro
“Recupere la visión sin gafas”, de Harry Benjamin, y nada más empezar a leerlo tuve
claro que no me operaría, que quería intentar con todas mis fuerzas recuperar la visión
de forma “natural”.

Después de mucho buscar, encontré información de los cursos de recuperación visual


del centro Aurobindo de Valencia impartidos por Manuel Palomar y Laura Quiles, y de
octubre de 2007 a febrero de 2008 realicé mi primer curso de recuperación visual, y de
febrero de 2008 a junio de 2008, hice mi segundo curso .

A continuación, resumo mis mediciones de agudeza visual a lo largo de estos cursos:

Visión de lejos.

Inicio curso en octubre de 2007


Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos
12,5% 7,75% 11,6%

Fin curso febrero 2008


19,4% 13,2% 23,6%
+6,9% +5,45% +12%

Fin curso junio 2008


38,25% 20,6% 42,2%
+18,85% +7,4% +18,6%

Visión de cerca.

Inicio curso en octubre de 2007


Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos
4 - 6

Fin curso febrero 2008


10 5 10
+60% +50% +40%

Fin curso junio 2008


11 6 11
+10% +10% +10%

Mi cumplimiento de las tareas y hábitos requeridos por los cursos de recuperación


visual habían sido regulares, quizá por eso (pensaba en aquella época) no conseguía que
las mejoras en la visión que indicaban las mediciones fueran consistentes. Quiero decir
que las mediciones marcaban el máximo de visión que yo podía alcanzar en fugaces
momentos en los que mi vista se aclaraba, pero lo usual era que mi agudeza visual
normal fuera mucho más reducida que lo medido.

Por eso, tenía gran interés en realizar el curso de monitores de Yoga Ocular, porque
esperaba que, haciendo el curso, adquiriera la motivación necesaria para atender todos

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los requerimientos del curso hasta sus últimas consecuencias, y las mejoras fueran
mayores, y sobre todo, consistentes.

Sin embargo, el curso de monitores de Yoga Ocular 2008/2009 no se realizó, y tuve que
esperar hasta el curso siguiente, que dio comienzo el octubre de 2009 y tiene prevista su
finalización en junio de 2010.

Al comienzo del curso, en octubre de 2009, la medición de mi agudeza visual arrojaba


los siguientes resultados:

Visión de lejos.

Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos


22,4% 22% 32,6%

Visión de cerca.

Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos


10 7 11

Comencé el curso con gran motivación y con un alto grado de cumplimiento de los
ejercicios marcados por los protocolos, cumplimiento que, en general, he conservado a
lo largo de todo el curso.

En los tres primeros meses apenas recuperé visión, algo que extrañaba a Manuel
Palomar y Laura Quiles, pues no era lo habitual en casos similares.

Entonces Laura me recomendó que me revisara el hígado, ya que afirmaba que había
una estrecha relación entre hígado y ojos y un mal funcionamiento del primero podía
estar afectando a los segundos.

Para revisarme el hígado acudí a un especialista en medicina interna que me prescribió


un análisis de sangre y una ecografía abdominal, cuyos resultados no determinaron
ninguna irregularidad, pero también me hice un análisis HBL (un estudio morfológico
de la sangre periférica bajo un microscopio de campo oscuro y alta resolución) en la
consulta del el doctor Marco Chover, análisis que me recomendaron porque
supuestamente podía detectar con mucha más finura los problemas de funcionamiento
del hígado.

El 17 de febrero de 2010 me hicieron el análisis HBL (concretamente me lo hizo la


doctora Inmaculada Reig Monleón), y recibí los resultados el viernes 2 de abril de 2010.
Lo más destacable del resultado era que tenía una fungemia de grado 4, el máximo
posible.

Junto al análisis, el Dr. Marco me había remitido varios folios de información sobre la
Candidiasis sistémica, y en aquellos folios constaba que uno de los órganos afectados
por dicha infección podían ser los ojos.

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No sabía muy bien el alcance que podría tener la infección que me habían detectado,
pero tenía claro que no estaba gravemente enfermo, así que no estaba preocupado, más
bien al contrario, el resultado de aquél análisis podía ser la respuesta a lo que estaba
buscando, el motivo por el cual, a pesar de hacer los ejercicios del Yoga Ocular, no
recuperaba vista.

Pero para eso, tenía que descubrir como podía una supuesta Candidiasis generar una
miopía. Y ahí dio comienzo mi investigación, de la cual presento a continuación los
resultados obtenidos hasta el momento de presentar este trabajo.

C)¿QUÉ ES LA FUNGEMIA? ¿ES POSIBLE LA


EXISTENCIA DE CANDIDIASIS CRÓNICAS?

La fungemia, que era el diagnóstico resultante del análisis HBL, es definida por la
medicina convencional como la presencia de hongos en sangre, normalmente
demostrada mediante su aislamiento en hemocultivos. Los microorganismos pueden
alcanzar el torrente sanguíneo desde varias fuentes, entre ellas, a partir de la propia flora
endógena. La fungemia puede provocar “sepsis”, es decir, una respuesta inflamatoria
sistémica de gravedad variable. La aparición o no de sepsis vendrá condicionada por
factores relacionados con el microorganismo (capacidad invasiva, estructuras externas
implicadas en la adherencia y fijación, producción de toxinas y capacidad para inducir
una respuesta inflamatoria, tamaño del inóculo) o con el huésped (edad avanzada,
enfermedades de base, corticoterapia crónica o tratamientos inmunodepresores,...). No
obstante lo anterior, para la generalidad de la medicina convencional y parte de la
alternativa, las fungemias se presentan fundamentalmente en situaciones de
inmunodepresión grave, especialmente tras tratamientos antibióticos de amplio espectro
en pacientes con hemopatías malignas y trasplantados (Páginas 2950-2951 del “Tratado
de Medicina Interna” de la editorial Ariel, dirigido por Carlos Perezagua Clamagirand,
ISBN 84-344-3715-5, en adelante “TMI”).

Así pues, cuando comenté a un médico la existencia de hongos en mi sangre, dudó


seriamente de la veracidad del hallazgo, ya que para eso fuera cierto sería requisito
imprescindible que yo tuviera SIDA, me estuvieran dando quimioterapia o estuviera
transplantado, y además, implicaría sepsis y un estado generalizado de enfermedad
grave, y en mi caso no concurría nada de todo eso.

Sin embargo, dentro del campo de la nutrición ortomolecular se considera que es


posible la existencia de Candidiasis crónicas sin que existan problemas inmunitarios
graves. De acuerdo con los postulados de esta corriente, los casos de Candidiasis
crónica se dan con cierta frecuencia y provocan síntomas muy variados, eso sí,
normalmente exentos de gravedad y sin devenir en sepsis.

El resultado del análisis HBL va acompañado de fotos de la supuesta Candida


encontrada en mi sangre, y un médico que las vio negó que lo que salía en las fotos
fuera Candida. Es más, una microbióloga que también las vio afirmó que eso no era
Candida, que sería suciedad que habría en el porta, y que en general, el análisis en sí era
un timo, porque estaba plagado de afirmaciones carentes de fundamento.

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Esto significa que la Candidiasis crónica predicada por la nutrición ortomolecular es una
enfermedad imposible para la medicina oficial que ha sido diagnosticada a través de un
análisis no reconocido como válido por la microbiología convencional.

Por lo tanto, la primera tarea investigadora consistió en dilucidar si realmente padecía la


Fungemia detectada por el análisis HBL o no, investigación que llevé a cabo a través de
varios caminos:

Las fotos que salen en el HBL, ¿son realmente de Candida?

A continuación se muestran las fotos de la Candida según el análisis HBL.

En ellas se ha marcado lo que se supone que es la Candida.

Fotos de mi Candida en análisis efectuado el 17 de febrero de 2010.

Una amiga a la que también le han encontrado Candida en la sangre en un análisis HBL
me ha dejado escanear las fotos de su Candida. Las adjunto a continuación:

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Análisis efectuado el 19 de noviembre de 2008.

Análisis efectuado el 20 de mayo de 2009.

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Son más antiguas que las que me hicieron a mí, concretamente, obtenidas en dos
análisis HBL, uno de 19 de noviembre de 2008 y otro de 20 de mayo de 2009. En ellas
se pueden observar las mismas formas que aparecen en las mías. Las adjunto porque
creo que vienen a demostrar que estas formas difícilmente pueden ser suciedad del
porta, es decir, sería mucha casualidad que en análisis efectuados en dos años de
diferencia se encuentre precisamente la misma suciedad.

Y no creo que, como dijo la microbióloga, nos encontremos ante un timo, es decir, una
estafa premeditada en la que el microscopio está hueco o muestra siempre las mismas
imágenes, ya que las imágenes de la sangre extraída al paciente se visualizan
inmediatamente en su presencia, y además, porque el análisis HBL se viene haciendo
desde hace varias décadas, y en internet se pueden encontrar referencias a que las
conclusiones que se pretenden extraer del análisis HBL carecen de rigor científico (ver
http://www.quackwatch.org/01QuackeryRelatedTopics/Tests/livecell.html ), pero en
ningún caso se dice que las imágenes obtenidas sean trucadas.

Veamos si lo que aparece en las fotos del HBL tiene algún parecido con lo que es la
Candida según la medicina convencional.

Según la medicina convencional, la Candida es un “hongo dimorfo que forma largas


seudohifas, hifas y blastoconidios (células gemantes subesféricas de 3-8 x 2-7 μm).
Asimilan y fermentan azúcares. Numerosas clamidosporas unicelulares, redondas u
ovaladas, con gruesa pared refringente (8-16 μm de diámetro), situadas al final de las
hifas, seudohifas o laterales sobre blastoconidios ovalados” (Información y fotos
obtenidas de la web http://hongos-alergenicos.reviberoammicol.com/files/025.PDF )
.

Blastoconidios y tubos germinales de Candida albicans. Inmunofluorescencia


indirecta, x260 aumentos

Blastoconidios de Candida albicans. Microscopía de contraste de fases, x230


aumentos.

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Blastoconidios de Candida albicans. Microscopía electrónica de barrido, x1560


aumentos.

Clamidospora de Candida albicans en agar harina de maíz. Tinción Azul de


algodón, x300 aumentos.

Ciertamente, nada de lo mostrado en las fotos anteriores se parece a lo hallado por el


HBL.

Sin embargo, las siguientes fotos de Candida, obtenidas de la Universidad Complutense


de Madrid, ya no son tan diferentes.

http://www.ucm.es/info/candida/images/foto1.jpg

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www.ucm.es/info/candida/images/m2x5k-11.jpg

http://www.ucm.es/info/candida/inicio.html

A continuación otras imágenes de Candida que también se parecen más a las producidas
por el análisis HBL.

www.celtnet.org.uk/images/candida_culture.gif

Por otra parte, en la descripción anterior, hemos visto que la Candida forma
blastoconidios, es decir, células gemantes.

Las siguientes imágenes corresponden a bacterias que, al igual que la Candida, se


reproducen por gemación.

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http://schaechter.asmblog.org/schaechter/2008/11/fine-reading-the-origins-of-
multicellularity.html

http://dwb4.unl.edu/Chem/CHEM869P/CHEM869PLinks/www.bact.wisc.edu/Bact303/
Myxocombo.jpeg

Cuerpos fructificantes de Myxococcus

El parecido de las bacterias gemantes con las fotos del análisis HBL es mayor.

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Respecto a la dificultad de diagnóstico mediante pruebas de laboratorio, Cala Cervera,


autora del Libro “Candidiasis crónica”, afirma lo siguiente (páginas 43 a 46):
“Las pruebas de laboratorio no garantizan un diagnóstico fiable de la Candidiasis
crónica intestinal. Esto es debido a que en el terreno de la medicina alopática no hay
comprensión clara de la Candidiasis.”

En este sentido, veamos lo que afirma Bava, AJ, de la Cátedra de Micología de la


Universidad Nacional de La Plata:
“A pesar de sus limitaciones de especificidad y sensibilidad, la microscopia constituye
una herramienta de gran valor en el diagnóstico micológico, ya que permite la
identificación de diversas estructuras que, en algunos casos establecen la sospecha y
en otras el diagnóstico certero de una infección fúngica.
En muchos casos, la visualización de ciertos elementos fúngicos, como filamentos,
levaduras, esférulas con endosporos, cuerpos asteroides o fumagoides, son de valiosa
ayuda para arribar al diagnóstico de micosis.
Ocasionalmente, las estructuras fúngicas con valor diagnóstico se presentan en las
preparaciones microscópicas de materiales clínicos con su morfología microscópica
habitual alterada, dando lugar en algunos casos al asombro de los eruditos y en otros a
la confusión por parte de observadores inexpertos.
Por suerte, la mayoría de las veces, estas estructuras, que podrían ser consideradas
como "aberrantes", no son mayoritarias en el extendido, por lo que no dificultan en
demasía el arribo al correspondiente diagnóstico etiológico.
Un caso a tener en cuenta por su frecuencia es el de Candida albicans, especie que
puede desarrollar tres diferentes morfotipos en los materiales clínicos y tejidos:
levaduras, seudomicelios y micelios verdaderos. Esto último puede llevar a confundirla,
más aún cuando no se encuentra acompañado de levaduras, con otros hongos que
habitualmente producen filamentoso hialino, tales como las especies de Aspergillus u
otros hongos miceliales hialinos”.
“Elementos fúngicos con micromorfología alterada.”
Bava, AJ. Cátedra de Micología. Facultad de Ciencias Exactas. Universidad Nacional de
La Plata. Hospital de Enfermedades Infecciosas "Dr. Francisco J. Muñiz". Buenos Aires.
Argentina.
http://www.faba.org.ar/fabainforma/418/FBA03.htm

En las páginas 382 y 383 del libro “The Yeast Connection A Medical Breakthrough”
escrito por el doctor en Medicina William Crook, se hace referencia al problema de la
validez del análisis HBL (en este libro al “análisis HBL” se le denomina “LIVCELL
Análisis”). En estas páginas, el Dr. William Crook cuenta que los representantes del
doctor Phillip Hoekstra, desarrollador del análisis LIVCELL, afirman que lo que se ve
en la sangre de los pacientes son “Candida Albicanas in a cell wall deficient state”, es
decir, Candidas con la pared celular en estado deficiente.

He podido localizar el resumen de un artículo del Dr. Hoekstra publicado en el Journal


of Advancement in Medicine cuya traducción libre viene a decir lo siguiente: (ver el
original en inglés en http://www.springerlink.com/content/k0618884xhj37026/)
“La distribución sistémica del hongo intestinal ubicuo Candida albicans puede requerir
menos oportunismo del que anteriormente se había considerado. Altos niveles
intestinales de Candida Albicans han demostrado la capacidad de llegar en números
significativos a la circulación periférica del huésped. También se ha establecido que
Candida Albicans puede cambiar su pared celular característica y variar los

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inmunógenos de la superficie celular. Estas capacidades pueden permitir a este


microbio camuflar su identidad para evitar la inmunidad del huésped y permitir su
proliferación en la circulación sistémica como organismos no transitorios”.

En la página 383 de su libro, el Dr. William Crook también cuenta que se puso en
contacto con un usuario del análisis LIVCELL, el doctor en Medicina Walter Stoll, el
cual le afirmó lo siguiente (traducción libre del original en inglés):
“He utilizado la prueba LIVCELL en quinientos pacientes en los últimos seis
meses y he descubierto que es extremadamente útil para ayudarme a hacer un
diagnóstico de la candidiasis. Como ustedes saben, la técnica requiere el uso de un
microscopio especial de campo oscuro. Por otra parte, es importante que el técnico
sea entrenado para identificar a estos organismos cándida en la sangre.
Lo que estamos viendo en la sangre de la mayoría de nuestros pacientes con candida
son organismos candida con deficiencias en la pared celular. Por el contrario, hemos
realizado el mismo estudio en pacientes asintomáticos y no más del 5% al 10% de ellos
mostraban candida en el frotis de su sangre”.

Por consiguiente, sabiendo que la Candida se reproduce por gemación, no parece


descabellado pensar que las fotos del análisis HBL pudieran ser blastoconidios de
Candida en gemación, sólo que visualizadas en un estadio de desarrollo, con mutaciones
en su pared celular y/o mediante un método de visualización distintos a los que
normalmente se identifican en la medicina convencional, aunque también sería posible
que fuera suciedad del porta u otros elementos no identificados.

La cuestión es que esas extrañas formas aparecían en mi sangre con tanta asiduidad que
la doctora Reig no dudó en asignarme el máximo grado de fungemia.

Y si realmente yo padecía una fungemia de tal calibre, los datos clínicos tendrían que
venir a refrendarlo.

De ahí que la investigación continuó por esta vía.

¿Es posible el diagnóstico de la Candidiasis en base a datos


clínicos?

En la webhttp://www.doctorfungus.org/mycoses/human/candida/InvasiveOverview.htm
se afirma lo siguiente:

“No single test is available to make a straightforward diagnosis on invasive


candidiasis. Instead, a physician must combine his or her knowledge of the patient's
risk factors for invasive candidiasis, clinical signs that might suggest candidiasis, and a
variety of possible bits of laboratory data.”

Que traducido más o menos viene a significar lo siguiente:

“Ninguna prueba de laboratorio está disponible para hacer un diagnóstico directo de


la candidiasis invasiva. En su lugar, un médico debe combinar su conocimiento de los
factores de riesgo del paciente para la candidiasis invasiva, los signos clínicos que

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pudieran sugerir la candidiasis, y una variedad de posibles bits de datos de


laboratorio”.

Así, por ejemplo, en una página web con información sobre el SIDA, se afirma lo
siguiente:
“La candidiasis sistémica es muy difícil de diagnosticar. La Candida en la sangre puede
provenir de una infección local (como de la boca o del sitio de inserción de un catéter)
así como de una infección de los órganos internos. La Candida solamente puede
permanecer por un corto tiempo en la sangre cuando un órgano interno está infectado,
así es que los análisis de sangre no son siempre confiables”
http://www.thebody.com/content/art5615.html

Recordemos que para la medicina convencional una fungemia sólo es posible en casos
de inmunodepresión grave y generando un cuadro de enfermedad generalizada, de ahí
que en una persona que no responda a estas características será automáticamente
descartada la fungemia, y la base de dicho diagnóstico son los datos clínicos, no los
resultados de pruebas de laboratorio.

Sin embargo, esta estrecha visión de la medicina convencional choca con sus propias
afirmaciones respecto a lo que se debe considerar “infección”.

Para la medicina convencional, “la Candidiasis es la infección producida por ciertas


especies del género Candida, que forman parte de la flora comensal, y constituye la
infección micótica más frecuente” (TMI, página 3254).

Profundizando en la definición anterior, podemos detallar los siguientes aspectos (TMI,


página 2871):
 Una infección se define como la adquisición de un microbio por un hospedador.
 La evolución que puede acontecer tras la infección es variable, e incluye la
eliminación del microbio por acción de los mecanismos defensivos del
hospedador, comensalismo, colonización y enfermedad infecciosa.
 Comensalismo es una interacción del hospedador y un microbio, denominado
comensal, de la que no resulta daño perceptible, continuado o persistente.
 Las funciones de los microbios comensales que forma la flora normal o
microbiota son varias:
o Los microbios comensales que forman la flora normal de la boca,
intestino o tracto respiratorio pueden estimular el desarrollo de
inmunidad protectora. No sabemos si dicha respuesta inmune representa
la existencia de un daño inadvertido.
o Sintetizan algunos nutrientes esenciales.
o Protegen al hospedador de la instalación y multiplicación de
microorganismos más patógenos.
 Colonización es un estado de infección caracterizado por la replicación
microbiana que puede causar un daño variable en el hospedador e inducir una
respuesta inmune específica. Dependiendo del grado de daño y de la respuesta
inmune, la colonización puede seguir la siguiente evolución: a) Eliminación del
microbio b) Persistencia, que es la prolongación y cronificación del estado de
colonización; en estos casos el microbio puede reactivarse, causar lesión y
manifestarse como enfermedad c) Progresión a enfermedad infecciosa y a la
cronicidad.

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De lo anterior, podemos deducir que para la propia medicina convencional la evolución


que puede acontecer tras una infección es variable y depende de numerosos factores,
puede haber daños imperceptibles, discontinuos o inadvertidos, puede haber persistencia
o cronificación en el estado de colonización,...

Sin embargo, para el paradigma oficial, la Candidiasis sistémica es una cuestión del
todo o nada, es decir, si no existe un sistema inmune gravemente deprimido y no hay
enfermedad grave, no hay Candidiasis.

Por tanto, existe la posibilidad de que la Candidiasis crónica exista pero que no sea
reconocida como enfermedad por la medicina convencional porque los daños que causa
pasan inadvertidos.

Es como si la propia medicina convencional estuviera afectada de miopía, de manera


que sólo pudiera reconocer la existencia de la enfermedad cuando esta está lo
suficientemente arraigada y extendida como para no poder ser pasada por alto, sin
embargo, si los síntomas de la enfermedad son sutiles o inespecíficos, fuera incapaz de
distinguirlos.

Así, la medicina convencional reconoce los siguientes tipos de Candidiasis, pero sólo
cuando causan un cuadro sintomático severo:
 Superficiales o mucocutanéas (boca, esófago, estómago e intestinos).
 Profundas (pulmones, corazón, ojos, riñones, sistema nervioso central).

En estos casos, existen síntomas evidentes que se identifican con la Candidiasis y que,
dada la especificidad de los tejidos afectados, permiten la realización de pruebas de
laboratorio que confirmen la infección.

No obstante, el estado de la ciencia siempre es de conocimiento parcial de la realidad,


de manera que el paso del tiempo va permitiendo tener un conocimiento mayor de la
medicina.

Por consiguiente, queda abierta la posibilidad de que las enfermedades denominadas


ideopáticas (sin causa conocida) hoy en día por la ciencia médica oficial lleguen a tener
en un futuro una explicación generalmente admitida, y dentro de este campo podría
moverse la hipótesis de que la Candidiasis crónica causara toda la serie de síntomas que
le atribuye la disciplina de la nutrición ortomolecular.

Síntomas clínicos de la Candidiasis crónica.

Dado que la Candidiasis crónica no está reconocida por la medicina convencional, en


este aspecto debemos recurrir a los postulados de la medicina alternativa.

Así pues, los síntomas que causa la Candidiasis crónica, según Cala Cervera
(http://www.calacervera.com/index.php?
option=com_content&task=view&id=32&Itemid=30&limit=1&limitstart=3 ), son los
siguientes:

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 Fatiga
 Malestar general
 Dolores de cabeza

 Distensión abdominal
 Diarreas y/o estreñimiento
 Indigestión
 Ardor estomacal
 Deseo de comer carhohidratos (dulces, pasta, pan, etc)
 Depresión
 Mareo
 Sensación de resaca por las mañanas
 Dolor de articulaciones y músculos
 Molestias vaginales (picores, irritación, heridas etc)
 Retención de líquidos
 Insomnio
 Infecciones crónicas
 Alergias
 Picor anal
 Afonía
 Congestión nasal
 Ahogo
 Problemas de uñas
 Molestias oculares y de oídos

Cualquiera de estos síntomas puede ser atribuido a múltiples causas, razón por la cual la
medicina convencional se limita a dar un tratamiento sintomático, y rara vez determina
las causas de los mismos, y mucho menos, los atribuye a enfermedades “fantasmas”
como la Candidiasis.

De esta lista de síntomas, en mi historial médico podemos encontrar el dolor de cabeza


(sinusitis), la hinchazón o distensión abdominal, las diarreas y el estreñimiento, el ardor
estomacal (úlcera en salami de duodeno), el deseo de comer carbohidratos, un sutil
estado depresivo crónico, las infecciones crónicas (de garganta, pie de atleta, balanitis,
estas dos últimas causadas precisamente por Candida Albicans), alergias
(medicamentosas y primaverales), el picor anal (y las hemorroides), la congestión nasal
(nuevamente sinusitis), y molestias oculares y de oídos (miopía, conjuntivitis, otitis).

Además, hay otros síntomas de Candidiasis que Cala Cervera detalla en su libro
“Candidiasis crónica”, de los que a continuación destaco los presentes en mi historial
médico; dolor de ojos, irritabilidad, dolor de estómago, intolerancia al humo de los
cigarrillos, sensación de irrealidad o de “flotar”, pies fríos, mal aliento,...

Por consiguiente, dado que mis síntomas coinciden con los descritos para aquellos que
padecen Candidiasis crónica, parecen venir a confirmar el resultado del análisis HBL,
siempre teniendo en cuenta que en este terreno nos movemos dentro de los postulados
de la medicina alternativa.

Factores que predisponen a la Candidiasis crónica.

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

No obstante, todavía puede profundizarse más en el estudio de la existencia en mí de


Candidiasis crónica, mediante el estudio de los factores que predisponen a padecer la
enfermedad. En este sentido, según Cala Cervera
(http://www.calacervera.com/index.php?
option=com_content&task=view&id=32&Itemid=30&limit=1&limitstart=2)

“Las levaduras están presentes en todos nosotros poco después de nacer y viven en
armonía con nosotros. Se encuentran en la piel, aparato digestivo y genitourinario. Su
función es absorber cierta cantidad de metales pesados para que no entren en la
sangre, nos ayudan a degradar restos de carbohidratos mal digeridos, y junto con las
bacterias mantienen nuestro equilibrio intestinal y el pH. La flora intestinal y vaginal
junto con el sistema inmunitario nos ayudan a mantener estas levaduras bajo control.

Sin embargo, existen una serie de factores que pueden deprimirnos el sistema
inmunitario y desequilibrar la flora intestinal, causando el crecimiento excesivo de
estas levaduras y, por consiguiente, la enfermedad.

Estos factores son:


 Exceso de azúcar o carbohidratos refinados: Éstos son el alimento principal de
las cándidas. A parte de alimentarlas directamente, los azúcar y harinas
refinadas aumentan los niveles de glucosa en la sangre, a través de la cual,
también podemos alimentarlas.
 Agua del grifo: El cloro destruye la flora intestinal, y el flúor deprime el sistema
inmunitario.
 Uso de antibióticos, cortisona y hormonas sexuales sintéticas: Los antibióticos
destruyen la flora intestinal bacteriana, pero no las cándidas. Esto hace que
puedan crecer sin ningún microorganismo que las controle. Por otro lado, la
cortisona deprime el sistema inmunitario, y las hormonas sintéticas, entre otros
daños, destruyen ciertos nutrientes (como la vitamina B6) vitales para la salud
del sistema inmunitario.
 Embarazo: Durante este etapa los niveles de progesterona aumentan,
induciendo a las glándulas endometriales a producir glucógeno, lo cual
favorece el crecimiento de las Candidas vaginales. Por otro lado, unos niveles
altos de progesterona pueden provocar resistencia a la insulina, causando un
exceso de glucosa en la sangre y favoreciendo el crecimiento de las cándidas.
 Estrés continuo: Un exceso de cortisol deprime el sistema inmunitario, aumenta
los niveles de glucosa y destruye la flora bacteriana intestinal.
 Disminución de las secreciones digestivas: La falta de ácido clorhídrico y de
enzimas digestivas impide la correcta digestión de los alimentos, produciendo
fermentación y putrefacción intestinal. Esto genera sustancias irritantes para la
mucosa intestinal, favoreciendo el desequilibrio de la flora intestinal y el
crecimiento de las cándidas.
 Falta de nutrientes: Necesitamos una gran cantidad de nutrientes necesarios
para mantener el sistema inmunitario sano, regular las hormonas, mantener
una producción sana de secreciones digestivas y regular la glucosa, factores
todos de vital importancia para el control de las cándidas. Cuando sufrimos
desnutrición, las cándidas tienen más oportunidad de crecer.”

De todos estos factores, el que en mi caso más directamente pudo haber influido en el
desarrollo de mi Candidiasis fue el uso de antibióticos.

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

Y en este caso no estamos hablando solamente de medicina alternativa, la medicina


oficial también considera que el uso de antibióticos puede ser responsable de las
Candidiasis sistémicas (TMI, página 3254).

“La Candidiasis es la infección producida por ciertas especies del género Candida, que
forman parte de la flora comensal, y constituye la infección micótica más frecuente. No
suele producir enfermedad en el individuo sano, sino cuando existe una alteración en
las defensas celulares del huésped, en su fisiología o en la flora normal. La gravedad
de la enfermedad depende de la intensidad de la alteración que presente el huésped.
Las Candidiasis están aumentando principalmente por el amplio uso de los
antibióticos, la mayor supervivencia de los pacientes oncológicos y el mayor número de
enfermos inmunodeprimidos.
(...)
El origen de las infecciones suele ser principalmente endógeno, siendo el punto de
partida, la mayoría de las veces, el tracto gastrointestinal por el fenómeno de
“translocación fúngica” debido al paso de levaduras a través del epitelio digestivo
para localizarse en los ganglios linfáticos y sanguíneos por donde se disemina.
(...)
Como factores de riesgo podemos citar la diabetes, enfermedades crónicas o
neoplasias en fase terminal, neutropenia, administración de antibióticos de amplio
espectro, citostáticos o corticosteroides, defectos en la inmunidad, grandes quemados,
intervenciones quirúrgicas abdominales, transplantes y adicción a drogas por vía
parenteral.”

Mis padres llevaban una especie de registro escrito sobre mis enfermedades, y en dicho
registro consta que a los dos años ya me pincharon un antibiótico,
Estrepto-Chemicetina, que por cierto me hizo reacción alérgica.

Cuando tenía unos siete años me hicieron unas pruebas de alergia a los antibióticos y los
médicos determinaron que sólo podía tomar uno de ellos, la Pantomicina.

A continuación, y durante la pubertad y adolescencia, tuve catarros crónicos hicieron


que tomara numerosas cajas de Pantomicina.

Aquellos catarros acabaron degenerando en una sinusitis, diagnosticada a los 16 años,


que la Pantomicina no podía curar, ya que, de tanto usarla, las bacterias se habían vuelto
resistentes, de manera que me empezaron a dar otros antibióticos. En el registro constan
Fluimucil antibiótico, Vibracina, Abactrim y Clamoxil, aunque pudieron ser más.

A los 20 años contraje una conjuntivitis que hizo que me suministren Colirio Óculos
Cloranfenicol, que me acabó haciendo reacción alérgica.

A los 31 años me diagnosticaron úlcera de duodeno, me localizaron el Helicobacter


Pilori en el intestino y me prescribieron el protocolo de erradicación de esta bacteria,
protocolo que incluía tomar Klacid (el principio activo del Klacid es hermano del de la
Pantomicina, ambos forman parte del mismo tipo de antibióticos) y altas dosis de
Clamoxil durante 10 días. Este hecho me parece especialmente llamativo; ya que, para
eliminar una bacteria de la flora intestinal, se me receta un antibiótico del miso tipo del

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

que me he estado tomando cajas y cajas durante mi juventud, precisamente, en la época


en la que me subía la miopía.

Es decir, que de manera involuntaria, en mi infancia y juventud estuve llevando a cabo


un tratamiento sistemático contra la flora intestinal que sirve de contrapeso a la
expansión de la Candida, lo que pudo abrir la puerta al sobrecrecimiento de la Candida
Albicans en mi intestino.

Estas son las tomas de antibióticos de las que tengo constancia; habrá muchas más de
las que no conservo la correspondiente documentación.

Por otra parte, en mi niñez todos los días tomaba un vaso de leche con azúcar, y bebía
sistemáticamente agua del grifo.

Así pues, mis antecedentes también parecen venir a ratificar el diagnóstico de


Candidiasis crónica.

Confirmación a través de la presencia del Síndrome de


Herxheimer.

Y queda un último elemento a tomar en cuenta; el Síndrome de Herxheimer


(http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=1802):

“Cuando tomamos antifúngicos para combatir las cándidas o candidiasis a veces se


produce un empeoramiento momentáneo de los síntomas debido a que la destrucción de
estos hongos produce una cierta toxicidad en nuestro organismo. Esos síntomas o
reacción Herxheimer suelen producirse en forma de nauseas, cansancio, desánimo,
dolor articular, dolor de cabeza o un empeoramiento de cualquier de los muchos
síntomas que puede producir las cándidas o candidiasis.
El hecho de que se produzca esta reacción Herxheimer o Síndrome Herxheimer
confirma plenamente de que estábamos sufriendo de cándidas o candidiasis.
El dermatólogo alemán Dr. Karl Herxheimer fue el primero en describir estos síntomas
y de ahí que se le diera su nombre a este conjunto de síntomas.”

Desde que a principios del mes de abril de 2010 comencé el tratamiento anti-Candida,
he sufrido una serie de síntomas que, en muchos casos, he venido padeciendo a lo largo
de mi vida sin que hasta el momento hubiera podido determinar cual era su causa. Estos
síntomas son los siguientes:
 Dolor de garganta. Normalmente lo atribuía a fumar, pero en este caso hace ya
dos meses que no fumo y sin embargo tengo un sutil y permanente dolor de
garganta que ahora reconozco como el que me ha venido aquejando
intermitentemente de forma aguda desde mi pubertad.
 Dolores de cabeza parecidos a los que en su momento me causó la sinusitis.
 Dolores de barriga. En la infancia tuve dolores semejantes sin saber a qué podían
ser debidos, y ya de adulto, en episodios de fuerte estrés he padecido cuadros de
dolor de barriga agudo y malestar general. Ahora he padecido alguno similar sin
que existiera estrés ni ninguna causa aparente que los provocara.

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

 Hemorroides. Normalmente las he atribuido a excesos puntuales en el consumo


de alcohol. Ahora las he tenido cuando hace más de tres meses que no bebo nada
de alcohol.
 Boqueras.
 Dolor de ojos.
 Cansancio y dolores musculares.

A mi juicio, no cabe duda de que estos síntomas se corresponden en un alto grado con el
Síndrome de Herxheimer.

En conclusión, el resultado del análisis HBL, mis síntomas históricos, la presencia de


factores predisponentes y el Síndrome de Herxheimer, en mi opinión vienen a ratificar
con un alto grado de probabilidad que padezco de Candidiasis crónica.

D)MIOPÍA: ETIOLOGÍA Y POSIBILIDADES DE


RECUPERACIÓN.

En la página 147 del libro “IV Oftalmología”, del Fondo Editorial de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos de Perú, se dice respecto a la etiología de la miopía:
http://books.google.es/books?id=LXD0nnUPYpIC&pg=PA148-
IA1&source=gbs_selected_pages&cad=4#v=onepage&q&f=false

“La etiología de la miopía no se conoce en el momento actual y algunas de las teorías


clásicas no han podido ser confirmadas.
• La Hipertensión Ocular: No demostrada a pesar de que algunos estudios apuntan
hacia una mayor presión intraocular en personas miopes que en normales; el uso de
hipotensores no influye en el desarrollo de la miopía. Por añadidura el adelgazamiento
escleral no obedece a un estiramiento, sino que parece un fenómeno metabólico activo.
• El uso de la acomodación: Es posible que tenga una influencia, pero el empleo de los
bifocales o de atropina no hace variar su evolución. Puede ser que ese defecto de la
proximidad y no de la acomodación o la convergencia, el elemento que puede influir en
la aparición y la evolución de la miopía. Esta hipótesis considera que la imagen
desenfocada es transformada bioquímicamente en una elongación del segmento
posterior.
• La deprivación visual: se puede provocar una miopía en animales provocando
deprivación visual y en ocasiones puede tener expresión clínica, pero no explica la
mayor parte de los casos en los seres humanos.
• Factores hereditarios: no hay duda de que intervienen de forma sustancial en el
desarrollo de la miopía, existiendo un tipo de herencia variable.
Los datos obtenidos a partir de los estudios clínicos y experimentales sugieren que la
retina es el lugar en donde se encuentra la clave de la miopía. El metabolismo de la
dopamina en las células amacrinas parece estar involucrado en el proceso de
miopización.”

Por otro lado, en la Wikipedia en inglés hay un apartado sobre la investigación reciente
de la miopía que dice así (http://en.wikipedia.org/wiki/Myopia#Current_Research):
“The Role of Dopamine

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

Dopamine is a major neurotransmitter in the retina involved in signal transmission in the


visual system. In the retinal inner nuclear layer, a dopaminergic neuronal network has
been visualized in amacrine cells. Also retinal dopamine is involved in the regulation of
electrical coupling between horizontal cells and the retinomotor movement of
photoreceptors.[107] Although FDM related elongations in axial length and drops in
dopamine levels are significant, after the diffuser is removed, a complete refraction
recovery is seen within 4 days in some laboratory mice. Although this is significant,
what is even more intriguing is that within just 2 days of diffuser removal, an early rise
and eventual normalization of retinal dopamine levels in the eye are seen. This suggests
that dopamine participates in visually guided eye growth regulation, and these
fluctuations are not just a response to the FDM. [108] L-Dopa has been shown to re-
establish circadian rhythms in animals whose circadian rhythms have been abolished.
Dopamine, a major metabolite of levodopa, releases in response to light and helps
establish circadian clocks that drive daily rhythms of protein phosphorylation in
photoreceptor cells. Because retinal dopamine levels are controlled on a circadian
pattern, intravitreal injection of L-Dopa in animals that have lost dopamine and
circadian rhythms has been shown to correct these patterns, especially in heart rate,
temperature, and locomotor activity.[109] The occluders block light completely for the
animals which does not allow them to establish correct circadian rhythms, which leads
to dopamine depletion. This depletion can be rectified with injections of L-Dopa and
hopefully contribute to the recovery from FDM.
(…)

 Past Treatments with Dopamine: L-Dopa has been used as the gold-standard
drug in the treatment of Parkinson’s disease and low-dose administration of the
drug has been the most effective treatment of Parkinson’s. Possible treatments
involving dopamine in preventing a decrease in visual acuity have shown to be
successful in the past. L-dopa treatment in children with amblyopia showed an
improvement in visual acuity.[115] In rabbits, injections of dopamine prevented
the myopic shift and vitreous chamber and axial elongation typically associated
with FDM.[116] In guinea pigs, systemic L-dopa has shown to inhibit the
myopic shift associated with FDM and has compensated to the drop in retinal
dopamine levels.[117] These experiments show promise in treating myopia in
humans.

La traducción de estos párrafos podría ser la siguiente:

“La dopamina es un importante neurotransmisor de la retina que participa en la


transmisión de señales en el sistema visual. En la capa nuclear interna de la retina, se
ha visualizado una red neuronal dopaminérgica en las células amacrinas. También la
dopamina retinal está implicada en la regulación del acoplamiento eléctrico entre
células horizontales y el movimiento retinomotor de los fotorreceptores. [107] Aunque
la relación entre las elongaciones FDM (FDM son las iniciales de Form Deprived
Myopia, es decir, Miopía formada por privación) de la longitud axial (apepinamiento
del ojo) y las caídas en los niveles de dopamina son significativas, en algunos ratones
de laboratorio se ha visto que después de que se retira el difusor (Utensilio utilizado
para difuminar la luz que percibe el ojo del animal) se produce una recuperación
completa de refracción en un plazo de 4 días. Aunque esto es significativo, lo que es
aún más intrigante es que en sólo 2 días de suspensión del difusor se ve la elevación y
eventual normalización de los niveles de dopamina de la retina. Esto sugiere que la

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

dopamina participa en la regulación del crecimiento de los ojos guiada visualmente, y


estas fluctuaciones no son sólo una respuesta a la FDM. [108] Se ha demostrado que la
L-Dopa vuelve a establecer los ritmos circadianos en animales cuyos ritmos
circadianos habían sido abolidos. La dopamina, un metabolito principal de la
levodopa, se libera en respuesta a la luz y ayuda a establecer los relojes circadianos
que impulsan los ritmos diarios de la fosforilación de proteínas en las células
fotorreceptoras. Debido a que los niveles de dopamina retinal se controlan por un
patrón circadiano, la inyección intravítrea de la L-Dopa en animales que han perdido
la dopamina y los ritmos circadianos ha demostrado eficacia para corregir estas
tendencias, especialmente en el ritmo cardíaco, la temperatura y la actividad
locomotora. [109] Los oclusores bloquean la luz por completo de animales lo que no
les permite establecer ritmos circadianos correctos, lo que conduce a un agotamiento
de la dopamina. Este agotamiento se puede rectificar con inyecciones de L-Dopa, que
esperamos contribuyan a la recuperación de la FDM.
(...)
* Los tratamientos anteriores con la dopamina: L-Dopa se ha utilizado como la
droga patrón en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y la administración de
dosis bajas del fármaco ha sido el tratamiento más eficaz del Parkinson. Los posibles
tratamientos que involucran a la dopamina en la prevención de una disminución de la
agudeza visual han demostrado tener éxito en el pasado. El tratamiento con L-dopa en
niños con ambliopía mostró una mejoría en la agudeza visual. [115] En los conejos, las
inyecciones de dopamina impidieron el desarrollo de la miopía y la cámara vítrea y el
alargamiento axial típicamente asociados con FDM. [116] En conejillos de indias, la
administración sistémica de L-dopa ha demostrado inhibir el cambio miópico asociado
con FDM y ha compensado la disminución de los niveles de dopamina retinal. [117]
Estos experimentos son prometedores en el tratamiento de la miopía en humanos”.

Por otra parte, en la revista “Journal of Ocular Pharmacology and Therapeutics” se ha


publicado un estudio titulado “Effects of Dopamine Antagonists in Human Eye
Accommodation”, es decir, Efectos de los antagonistas de la dopamina en la
acomodación del ojo humano”.
http://www.liebertonline.com/doi/abs/10.1089/108076801750125595?journalCode=jop

La traducción libre del resumen del artículo es la siguiente:

“El propósito de este estudio fue evaluar los efectos de los antagonistas de la dopamina
en acomodación del ojo humano. Los fármacos antagonistas de la dopamina utilizados
en este experimento son 0,5% metoclopramida y 0,25% droperidol. Se incluyeron
dieciocho individuos sanos, que fueron asignados al azar, en forma de doble ciego,
para recibir la administración tópica de una sola gota cualquiera de metoclopramida
0,5% o 0,25% droperidol en un ojo y en el otro ojo una solución salina isotónica como
control. La capacidad expansiva de ambos ojos se midió antes de la instilación, y
también a las 3 y 6 horas después de la instilación de fármacos, respectivamente. Se
estudió la latencia de la reacción, la tasa de acomodación, el poder de acomodación
promedio, la tasa de recuperación y el tiempo total de recuperación como los cinco
parámetros para evaluar la capacidad acomodativa de cada ojo.

Los resultados mostraron que hubo cambios significativos en dos parámetros: la tasa
de acomodación y la tasa de recuperación, mientras que no hubo cambios significativos
en los otros tres parámetros (...)”

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

De todo lo anterior, podemos extraer la conclusión principal de que la deficiencia de


dopamina o el bloqueo de sus receptores está relacionada con la aparición de problemas
refractivos, tal y como han venido a demostrar recientes investigaciones, no sólo en
animales, sino también en humanos.

Adicionalmente, considero interesante destacar el papel que desempeña la recepción de


la luz en la retina como elemento desencadenante de la liberación de la dopamina, ya
que podría confirmar los efectos beneficiosos de los llamados en Yoga Ocular “Baños
de sol” (tomar el sol con los ojos cerrados procurando, mediante los oportunos
movimientos de cabeza, que toda la retina reciba los rayos solares) como precursores de
la liberación de dopamina, y consiguientemente, de la corrección de los defectos de
refracción.

En cualquier caso, la medicina oficial sigue sin tener más remedio contra la miopía que
la cirugía.

Respecto al Yoga Ocular, considera que las causas esenciales de los defectos refractivos
son las tensiones musculares crónicas de la musculatura ocular causadas por el estrés
mental y por hábitos de vida perniciosos (Uso continuo de la acomodación para lectura,
ordenadores, alimentación no saludable, falta de descanso ocular,...).

Y siguiendo el método del Yoga Ocular, que consiste en enfrentar las causas
anteriormente descritas (relajación corporal y mental, alimentación saludable, descanso
ocular,...) Manuel Palomar y Laura Quiles han conseguido que numerosas personas
mejoren de sus defectos visuales, aunque no todas consiguen recuperar toda la visión,
como era mi caso, que recuperé algo más de una dioptría pero de ahí no conseguía
pasar.

Este hecho parece indicar que, aparte de las causas abordadas por el Yoga Ocular,
podrían existir otras distintas y todavía desconocidas que impiden la mejoría.

E) RELACIÓN CAUSA-EFECTO ENTRE CANDIDIASIS Y


MIOPÍA.

Como acabamos de ver, por el lado de las causas de la miopía no he encontrado la


menor referencia a esta posibilidad.

Y desde el punto de vista de los efectos de la Candidiasis:

 Para la medicina oficial, la Candidiasis ocular “es muy importante porque hace
sospechar la existencia de una Candidiasis diseminada (28%) que puede llegar
a causar ceguera. Los síntomas clínicos son: escotomas u opacidades flotantes
en el campo visual, dolor intenso orbitario y abscesos retinianos, en donde se
pueden apreciar nódulos blancos. Suele afectar a adictos a la heroína y son
difíciles de tratar.” (TMI, página 3255). Es decir, no hay referencia a que una
Candidiasis pueda causar miopía.
 Y para los especialistas en nutrición ortomolecular, la Candidiasis crónica puede
generar visión borrosa, puntos móviles oscuros en la visión (moscas), u otras

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

similares, pero no he podido localizar ninguna referencia expresa a que pueda


dar lugar a miopía u otros problemas de refracción.

Y si realmente hubiera una relación entre Candidiasis crónica y miopía, eso querría
decir que muchos afectados por la Candidiasis tendrían miopía, y que aquellos afectados
que siguieran el tratamiento contra la Candidiasis habrían observado una mejoría de su
problema de refracción, hecho llamativo que no podría haber pasado desapercibido para
los investigadores de la Candidiasis.

Hay que tener en cuenta que la Candidiasis crónica en España es una enfermedad
generalmente desconocida, pero en EEUU y en el Reino Unido llevan trabajando con
ella desde hace años, y numerosos pacientes han seguido las pautas para la eliminación
de la Candida.

Sin embargo, el hecho de que no existan referencias a la mejora de la miopía cuando se


cura la Candidiasis no quiere decir necesariamente que no exista relación entre una y
otra.

La explicación de esta aparente incongruencia podría ser que la Candidiasis genera


deformación en los ojos, y que aunque desaparezca la Candidiasis, la deformación
permanecerá mientras no se procure realizar una rehabilitación de los mismos. Y aparte
del Yoga Ocular y terapias similares, no conozco ninguna otra técnica de rehabilitación
ocular.

Por lo tanto, para comprobar si la curación de la Candidiasis posibilita la curación de la


miopía, sería preciso que la misma persona hiciera ambas terapias, algo realmente
improbable, si atendemos a lo extravagante de las mismas en la sociedad actual.

No obstante, desde un punto de vista teórico, la presente investigación ha puesto de


manifiesto que la relación entre Candida y miopía podría venir dada por el hecho de que
la Candida produce acetaldehído, el acetaldehído reacciona con la dopamina, y como
hemos visto anteriormente, bajos niveles de dopamina o el bloqueo de sus receptores
ocasionan problemas refractivos.

En la página de Geosalud, se dice lo siguiente:


http://www.geosalud.com/NutricionOrtomolecular/bulimia.htm

“¿Pero, qué tiene que ver la candidiasis con los trastornos alimenticios? Por un lado,
la cándida albicans se alimenta de levaduras, azúcares y fermentos. El paciente con
cándida tendrá unos mayores deseos de comer alimentos como por ejemplo, pan,
bollería, dulces, chocolate, quesos o bebidas alcohólicas. Por otro lado, la cándida
albicans produce una sustancia de desecho llamada acetaldehido al convertir el
azúcar en alcohol.
El acetaldehido forma sustancias vasoactivas que producen síntomas como
nerviosismo, pánico, miedo, taquicardias y sofocos. También reacciona con el
neurotransmisor dopamina lo que puede producir depresión.”

En la página web de Vicente Saavedra, se dice lo siguiente:


http://www.medicinaintegral.es/10542/10647.html

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

“Es sabido que la acción metabólica de los hongos, genera gran cantidad de residuos
(metabolitos altamente tóxicos), de los que se conocen unas ochenta sustancias
diferentes. De estos es destacable el ácido tartárico, el acetaldehído y la arabinosa. (...)
El acetaldehido interfiere con los receptores del neurotransmisor acetilcolina, produce
histamina, bloquea enzimas metabólicas, destruye la vitamina B6, deprime el sistema
inmunitario, destruye el glutatión y la cisteína, favorece la formación de sustancias
vasoactivas (como la adrenalina) y reacciona con la dopamina.”

F) CONCLUSIONES.

De lo expuesto en los apartados anteriores, se concluye que podría existir un vínculo


entre Candidiasis y miopía a través del binomio acetaldehído/dopamina.

En este sentido, si el tratamiento anti-Candida que estoy recibiendo desembocara en una


recuperación sustancial de mi miopía, a mi entender se habría dado un paso de gigante
en demostrar dicha relación.

La cuestión es que aún es pronto para saber si dicha recuperación se va a dar o no, pues
como apunté anteriormente, el tratamiento contra la Candida es dilatado en el tiempo y
en estos momentos todavía queda un número indeterminado de meses para su
finalización.

No obstante, lo que si puedo avanzar es que mis sensaciones personales son excelentes,
ya que tengo la sensación persistente de ver cada vez mejor, al menos, en condiciones
de abundante luz del sol.

Los resultados de mi última revisión, efectuada el 8 de mayo de 2010, fueron los


siguientes:

Visión de lejos.

Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos


100% 65% 100%

Visión de cerca.

Ojo derecho Ojo izquierdo Ambos ojos


11 9 11

Esta medición nuevamente viene a marcar unos máximos en mi capacidad visual, es


decir, mi visión normal no es de un 100%, sin duda es mucho más reducida.

Sin embargo, en estos momentos este hecho no me parece desmerecedor de que los
resultados sean considerados como prometedores, y ello por varios motivos.

En primer lugar, los momentos en los que se aclara mi vista son cada vez más
frecuentes; en segundo lugar, su generación requiere cada vez menos esfuerzo por mi
parte; y en tercer lugar, me otorgan una calidad visual que cada vez percibo más similar
a la de llevar gafas.

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CANDIDIASIS CRÓNICA Y MIOPÍA.

De ahí que el resultado final de este trabajo deba quedar aplazado hasta que dentro de
unos meses, si se pudiera llegar a afirmar que me he curado de mi Candidiasis crónica,
se pueda comprobar si también me he recuperado de manera consistente de mi miopía.

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