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Centro de Bachillerato Tecnológico industrial y de servicios. No. 76.

“Narciso Mendoza”.

Temas de filosofía.

Ensayo: El arte de la guerra.

Alumna: Manuel Espinal Melissa Ariadne.

Especialidad: Técnico Laboratorista Clínico. 6° “C”.

Período de evaluación: 5 de febrero—8 de marzo de 2019.

Fecha de entrega: 28 de febrero de 2019.

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Índice:

Introducción: ..................................................................................................................................................... 2
Desarrollo .......................................................................................................................................................... 3
Conclusión: ....................................................................................................................................................... 8

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Ensayo: “El arte de la guerra”.

Introducción:

La dominación, la supremacía, el “vencer” en toda su extensión ha sido el objetivo


esencial del ser humano desde tiempos remotos. Prácticamente, surge desde que
tuvimos un sentido de permanencia, cuando los seres primitivos se asentaron en
un lugar y comenzaron su desarrollo en él, durante este proceso, desarrollamos lo
que se conoce como territorialismo — fenómeno por el cual ciertas especies
dividen su hábitat en territorios1—; si bien, parece excesivo el término, lo cierto es
que el ser humano tiene la necesidad de sentirse seguro, por ello busca el sentido
de permanencia y pertenencia, y ante todo: busca ser el más beneficiado —por
cuestiones de supervivencia, íntimamente relacionadas con la evolución biológica,
por supuesto—.

A lo largo de la historia han existido diversos y variables autores de grandes libros


que hoy en día seguimos ponderando gracias a su sabiduría inmortal —es decir,
todo aquello que algún día plasmaron, al día de hoy continuamos haciendo uso de
ello, puesto que ha ido permaneciendo a lo largo del tiempo—. Un ejemplo, aún
reciente, está el “El Príncipe” de Maquiavelo, un regalo hecho del autor a quién se
postula como nuevo rey, ofreciéndole su conocimiento sobre los reinados… Pero
va más allá cuando se descubre que dichos conocimientos no son exclusivos para
cómo manejar una corona, sino también pueden ser llevados a otros ámbitos,
tales como las empresariales, las relaciones sociales.

Y precisamente “El arte de la guerra”, o en la traducción literal de su idioma


original: “Arte de la guerra de Sun Tzu”, es un libro que nos habla de tácticas y
estrategias militares escritos por Sun Tzu, un célebre estratega militar chino. Se
cree que el inicio de la trascendencia de este libro ronda hacia el último tercio del
siglo IV a.C. Pero el tiempo no ha apelado ni un poco la gran verdad que yace en
él. Puesto que sus consejos, sus estrategias dichas como tal, son aplicables en
innumerables ámbitos.

1 Recopilado de: https://dle.rae.es/?id=ZcmCixl

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Este ensayo tiene como objetivo analizar el libro, no desde un punto de vista
empresarial, sino enfocándonos en las relaciones humanas. ¿Cómo las
estrategias de Sun Tzu pueden beneficiarnos en las relaciones interpersonales?,
¿cómo podrían llegar a ser ejecutadas con la intención de una sana convivencia?

Llevaré el desarrollo de una manera sencilla y simple, con el objetivo que


ejemplificar las posibles situaciones con la intención de una mayor comprensión.

Desarrollo:

El motivo por el cual este magistral libro permanece vigente es gracias a las
situaciones que vivimos día a día. Situaciones que no se limitan únicamente a la
guerra, como ya he expuesto anteriormente. Incluso, es sorprendente que puedan
llegar a ser tan variables y distintas entre sí, pues a primera instancia no hay
sospecha que entre ellas exista alguna relación. Con el fin de ejemplificar,
pensemos en una persona que su vida se desarrolla en torno a un deporte (quizás
gimnasia artística, baloncesto…) y por otro lado, un individuo que su vida se
centra en una empresa (ya sea por lado de mercado, contabilidad…). ¿Qué
relación existe entre ambos? Hay una diferencia abismal, tanto en rutinas —
háblese de hábitos alimenticios, de ejercicio, de educación…— como de actitudes
(éstas son variables por individuo). Pero ambas personas tienen un ambiente
donde se desarrollan. Tienen un conjunto de núcleos axiológicos, donde
interactúan con otros individuos. Claro está, su interacción varía en cada núcleo.
Pero como ya he mencionado antes: siempre se buscará su ventaja.

En cada núcleo axiológico que poseemos, siempre estará implicado más de un


individuo. Y sin excepción alguna, siempre se generará algún conflicto que
pretenda quebrar la convivencia entre ellos. Ya sea por cuestiones de intereses
personales o ya sea por inconformidad grupal.

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Usualmente, la sociedad tiende a ser competitiva, donde un sinfín de personas
buscará “ganar” a cualquier costo, siempre y cuando ellos sean los más
beneficiados de cualquier acuerdo o situación.

Esto nos lleva a inferir una guerra. Ya sea entre individuos o interna.

Cada relación que llevamos, de trabajo, entre compañeros, colegas, incluso con
nuestra pareja, puede desenlazar una guerra.

El libro nos estable trece capítulos, los cuáles son:

1. Aproximaciones de la guerra

2. La dirección de la guerra

3. La estrategia ofensiva

4. Disposiciones

5. Energía

6. Puntos débiles y puntos fuertes

7. Maniobra

8. Las nueve variables

9. Marchas

10. El terreno

11. Las nueve clases de terreno

12. Ataque de fuego

13. Sobre el uso de espías

Básicamente, en cada uno de ellos te da pautas esenciales de cómo llevar una


guerra a cabo. Las mejores estrategias que puedes aplicar en el campo de batalla

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según las condiciones en las que tú te encuentres (en el libro se hace referencia a
tu ejercito).

Es decir, si tu ejército es de un número menor que el del ejército rival, debes de


actuar con prudencia. Debes de buscar la manera de romper al ejército de manera
psicológica, por así decirlo. Si creas brechas en su unión, en la fuerza del conjunto
de individuos, resultarás ganador.

Cada día, nosotros nos enfrentamos a nuevas guerras. Incluso, con nosotros
mismos. Y dependerá solo de nosotros si salimos victoriosos o perdedores. Según
nuestras estrategias.

Es necesario conocernos, es necesario asimismo conocer al oponente. Menciono


esto refiriéndome ya sea al colegio, a alguna enemistad, según a quién tu
consideres. Si nos conocemos a nosotros mismos, y conocemos al oponente,
tendrás la seguridad de que en cada batalla saldrás victorioso. Si nos conocemos,
más no al oponente, habrá guerras perdidas así como ganadas. Por otro lado, si
no nos conocemos ni conocemos al oponente, ten la seguridad que perderás las
batallas.

¿Qué quiere decirnos este punto para nosotros? Pongamos una situación. Estás a
un año de participar en un maratón. Día a día, te preparas sabiendo tu objetivo.
Tratas de conocer más la vereda por la que será el recorrido, investigas cuántos
kilómetros correrás, y tratas de mejorar día a día acorde a ello. Llegado el día, tú
estarás preparado y por lo tanto, podrás ganar el maratón.

Ahora, si te preparas, si continúas con tu rutina, sin interesante en conocer a


dónde irás, cuánto correrás, si dejas al azar aquello, hay posibilidades que el día
del maratón termines agotado si te preparaste para menos kilómetros. Pero
también podrías llegar sobrado, y obtendrás una victoria. Pero ambas situaciones
están dejadas al azar.

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Mientras que si no te preparas, si consideras que no es necesario y tampoco
sabes de cuántos kilómetros se trata. ¿Realmente crees que hay alguna
posibilidad de salir victorioso?

Ahora bien, también es importante decidir tus batallas. Debes de conocer a qué te
estás enfrentando, reconocer cuándo ha sido suficiente y ya no lo amerita,
mantener un objetivo, mantenerte competente. ¿Por qué? Porque solo así
triunfarás en todas tus batallas.

Ganar la lucha de las batallas no implica necesariamente que sea una victoria. No.
Y mucho menos cuando ésta se ve afecta por la cólera de la parte “vencedora”.

Hay dos niñas, la niña A y la niña B, las cuales realizan un trabajo en equipo del
colegio. Durante su realización, ocurre una disputa de cómo proceder, la niña A
considera un método mientras que la niña B desea intentar con otro. Ambas niñas
no logran llegar a un acuerdo dado a que la niña B impone una mala actitud.
Mientras que la niña A permanece serena, tratando de ser lo más objetiva posible.
Al final, la niña A cede a la petición de su compañera, acordando que la niña B
realizaría los pasos de investigación, la construcción del prototipo, mientras que la
niña A, se dedicaría a estructurar la información del reporte.

La niña B considera que ha salido victoria, pero, ¿realmente es así?

Si nos detenemos a pensar, podemos ver que la niña A adoptó una posición
tranquila respecto al conflicto, no permitió que en el conflicto estuviesen
mezcladas sus emociones, por lo que logró analizar a la niña B. Que al contrario
de ella, se enojó por la discrepancia surgida, y estaba empecinada en que su
método fuese el elegido.

¿Qué hubiera pasado si la niña A no hubiese cedido?, ¿qué hubiese pasado si


cada una, al no conciliar sus diferencias, hiciese su trabajo individual?

Si la niña A, se hubiese aferrado a su método, no habrían llegado a ninguna parte.


Ambas se habrían enfadado y por tanto separado. El detalle es que llegado el día

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de la entrega, el docente no les consideraría el trabajo dado a que era en equipo.
Y por tanto, ninguna habría resultado beneficiada.

La niña A escogió su batalla, decidió no tomar ésta dada la precaria situación en la


que se encontraba. Cedió porque ella se percató que la niña B no pretendía
cambiar de opinión de ningún modo, y cualquier argumento que ella le diese no
sería suficiente. Así que al momento de repartir el trabajo, la niña B estaría
emocionada porque su método fue elegido, por lo tanto, ella querría ser la
protagonista en este trabajo, tomando casi todo lo que conllevaba. Mientras que
ella se limitaría a realizar un trabajo escrito. ¿Realmente se considera a la niña B
ganadora después de analizarlo?

Cabe mencionar, que la guerra no precisamente se gana al final. Un ejército


victorioso gana primero y entabla la batalla después; por el contrario, u ejército
derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después.

Tú estás por realizar un examen importante. Nuevamente, te preparas, revisas tu


guía de estudio, buscas mejorar esos huecos que hay en ti. Y por lo tanto, el día
del examen, llegas relajado puesto que te has venido preparando para realizarlo.
Y sin decretarlo aún, tú sientes que ya has pasado ese examen. Con esa idea, tú
lo realizas.

Por otra parte, el caso contrario, si tú no te preparas, si ni si quiera sabes qué


temas vendrán, pero aun así decides intentarlo… ¿cuál crees que será el
resultado?

Un punto sumamente importante y destacable: El arte de la guerra se basa en el


engaño. Con una evaluación cuidadosa uno puede vencer.

Este punto puede ser ampliamente explotado para ejemplificaciones comerciales,


empresariales y demás. ¿Pero lo has pensado en el contexto amoroso?

Un joven intenta entablar una relación con una joven. La joven mantiene una
postura indiferente hacia él. Es claro que no se siente atraída por él. El joven por
otra parte, desea realmente una relación con ella, más es consciente de lo que

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acontece. Poco después la joven termina una relación, no se encuentra
emocionalmente bien. Y es en ese momento, donde el joven se acerca a ella con
la intención de una amistad. Al poco tiempo se gana su confianza y sin que se
diera cuenta, su afecto. El joven percatándose de ello, se mantiene en espera,
pues sospecha que no es el momento indicado. Poco después, la joven comienza
a sentirse atraída por él, este sentimiento se ve reprimido dado a que ella piensa
que es una amistad. El joven consciente de ello, adopta una postura de inocencia,
fingiendo que no sabe de sus sentimientos y que él, después de todo, desea una
amistad. La joven, irritada por lo que sucede, decide actuar, y es ella quién se
aventura a intentarlo por iniciativa propia.

Este es un ejemplo de cómo utilizando las estrategias puedes resultar vencedor.


El joven mantuvo su objetivo, vio una oportunidad, una flaqueza en el ejército
enemigo que lo condujo a lo victoria sin necesidad de tener que pelear.

Conclusión:

El arte de la guerra se basa en el engaño. La guerra no es darse a palos unos


contra otros. Se requiere premeditación antes de cualquier movimiento. Se
requiere tener un temple, seguridad y preparación previa. Se necesita tener claro
el objetivo, tener claras los beneficios para así ser un incentivo para lograr una
victoria. La cual se logra desde la preparación que se tiene para ganar, así como
la actitud.

La guerra no es entre dos ejércitos.

La guerra puede ser entre dos individuos comunes.

Entre dos familias. Entre dos empresas. O inclusive pueden estar más de uno
implicado.

La guerra puede ser contra ti mismo.

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Bibliografía:

GALVANY, Albert (2001). Sunzi. El arte de la guerra. Traducción directa del chino antiguo (9ª
edición). Madrid: Trotta.

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