Francisco Suárez nació en la ciudad de Granada el 5 de enero de 1548. Al parecer desde niño sintió inclinación hacia el sacerdocio, acaso por provenir de una familia muy religiosa. Optó por ingresar a la naciente orden de los Jesuitas. Se dice que al principio le resultaban muy dificultosos sus estudios de Filosofía y Teología. Pero de modo inesperado y casi repentino se verificó en él un cambio prodigioso, dando pruebas de excepcionalísima inteligencia para los estudios filosóficos y teológicos. A los veintitrés años fue designado profesor de filosofía en Segovia, y de ahí pasó a ocupar importantes cátedras en Alcalá, Salamanca y Valladolid. También enseñó en el Colegio Romano de 1580 a 1585, y en 1594(8) el rey Felipe II le otorgó la primera (Prima) cátedra en la universidad de Coímbra la que desempeñó con algunas breves interrupciones hasta su muerte el 25 de septiembre de 1617. Las principales obras del también llamado Doctor eximíus, son las Dísputationes metaphysicae, publicada en Salamanca en 1597; el tratado De legibus ac Deo + legislatore, Coimbra, 1612.Entre otras. El pensamiento de Francisco Suárez ha sido considerado una de las cumbres de la filosofía jurídica escolástica, al grado que Alfred Verdross ha dicho: "La filosofía española del derecho alcanzó su cima y a la vez su terminación, con Francisco Suarez" EL CONCEPTO DE JURISPRUDENCIA Hasta donde hemos podido constatar, el concepto de jurisprudencia aparece cinco veces en el De legibus ac Deo legislarore. Sin embargo, no aparece como un tema central del trabajo suareciano, sino que es tratado en forma incidental con motivo de la justificación de un tratado sobre la ley en el marco de la teología, lo cual realiza en el Proemio (tres veces), y del análisis del significado del término ius y su distinción con el de ley (lex), mismo que se realiza en cl Capítulo II del Libro primero (dos veces). La jurisprudencia para Suárez está entendida como una virtud (arte de lo bueno y de lo justo), es decir como una cualidad o perfección del sujeto, del virtuoso: el jurisprudente. También como ciencia, puesto que para Suárez la prudencia es una virtud tanto volitiva como intelectual, y en este último sentido supone un conjunto de conocimientos (ciencia), y de este modo se armoniza a entender a la jurisprudencia como virtud y como ciencia, pero en honor a la verdad en el De legibus el planteamiento que se hace sobre la jurisprudencia es con mayor énfasis al sentido de virtud. Para Suárez el jurisprudente requiere del conocimiento tanto de la ley positiva como de la ley natural, púes ambos tipos de