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Retista ile la Facultad ile Filoso,fía E l-etras ile la Pontificia Unü:lersidd

Católica Argenti^na Santa Moría de los Buetws Aires

New AGOSTO 1985

DE GARCILASO DE I-A VBGA ,L

Aunque en numerosos esfudios se arude, de-.uno u otro


seniido.del paisaje garcirasiano,
modq al varor y
-rry po"o, ré r"frei""1r*árri"r-enre a ér w
e¡: particular, a las aguas.l Intentaierios aquí- p"irrr
;" áiñ^;1ü;;";ü íi
menos en.lo que se refiere a las églogas gaicilaiianas,-áon3"
acuá-
tico cumpile tan destacado paper .ó,,o' i"t""gr"á", ü'rrñiHááor,
"ielemento
y
"r*",rror.
La Égloga I
En un entorno nafural generarmente farseado por
Ia üsión emoüva de ros
son, erip_rincipio, et eie que at¡aviesa
Rill"j:t,i.]:r_1g"T, "l;";J;-ño;iI:
no está prese_ntado, pór cierto, en-su faz de paraíso
:iy:?,1=r" como. terrerio, sino,
habitat humrnq dernasiado humano, seáe de Ia dichá y eí
Hl:: ?]"^1
oolor, y cuyos dioses parecen sordos y ausc.ntes;
en él rige una inexorable'ley
natu¡al que elude Ia lnrervenc;¿n áiíina-o
et áitugró:ts? t
sujeto, en fin, al devenir, ," ,;;;;rá* en el detalle ¿e tu"táHr"I;J;l
ovejas que buscan el frío "o*o
o er _caior rgg,il r"r j;ri;"¡;-"o*iOo
r¿j
-y;il i;;
i;
"rtr"io"i,
transición del día a la-noche, dera vidi ara muerte,
dera'posesióna'ú pérai-
919:",rf","ta
clentro
ranto a los animáie;";;;
de Ia canción de Nemoroso).3
;to*ü;itilf lffi"to der.riuseñor

I Evaluacio¡es interesantes del paisaje de las


de: Prono sar.r*es, Éslog-as pueden eaconüarse én los trabajos
"rt.i¿áir"tir:"'ái'r.iutv,'cá'r"ii"*'J" üüü;1; Rearits and, the

tri*qitW;prnwi*ffi#xxffirpm
l
GarciLaso", La Tor¡e. z r"u'i-l-'¡""i;i6C
_lj. ^sr-osi
-La Egbla s de Garciraso,,.
Aso-

H!*x:,,'8Ál'¿*'e,fr
and' iJ','pi,'a,tiJfl
westert Tra'dition,
i','áuT;Tf#[t-.t*,:lTtlt*it
i. I, trtg.qirt-", ts63,'_E dlás
'Le de una travecroria'espr;r"¡;;-*b*l7Of,
dsayos .Ir.-_Rrvms, égrogas de Garciraso:
I (fS6S), pp. 54_04 l -ffru pastoral pa-
radox of Natural tit"- uix,i7'ii-ó'6i),;;i,ié:rn+ n. idij".ir,'-iioo and ractics of
suspense in Garcilasá,s É,gtógo irinrcrá:.,'-Miñ",
'?hetoric in Garciraso's ri".rt-rdosr;:: fuik:'ü si.^1^igoeT, ñ:i?Éi&, M. J, woo»s,
refe¡idt¡s al tema de las aguas,
(1969), entre orros. pero estrccrficamente
-ñ;'t'*,i.'drdrii
-pi¿"áár1ái.ti,-^rp"r*
motivo literario: Carcilaso-v L ti,""t.--á" ros de L¡sso »p r.r, vsc.{, ..un
Bu-322; Axcrr_ Mezzer. "ú. r¿;;r_ rr;ffitJ óa#ii7s?s&liñj. n;
pp' 49r-508 v Gu*rrn¡ro B.;"á" ; é,J,""iffi,1 BAAL, x (lM2),
{ui-"+
Filología, Unive¡sidad Austral
'r,r rñ"rüiior-;í;;í óilirffi'r,'oo 6, rr"ti,rro d"
á"'Cf,r,t; iü"ijú. igro), pp.-trúEi.,
el artícuio cirado de M¿ncor A¡cs sobre h-rgiosu I ,
**3rln'' v también el de M. J.
Scorno lo 'da a entend,er-c¿scAnDr
en "Th.e
Fastoral in virgir, Garcilaso u"d co"g-oiJ',"j2"r".t 9xi_t-frorn Arcadia: Reevaluation of the
.ot a¡seii¡i i-n¡ütres,'\v,2 (ISso), pp.
it expresíes at bnce *."t. a.sii"
-ti';;;ffi;:í;n, .ii," rl!iá;; #:;;".',,tLJ a cor,pre* f",*,
rt9-142, toda Arcadia il*a en ,i ,r'Ártiárlrár"l'
never be achieved. In much.pastoral ii;;;i;ü;ir" as we¡ as tris awareness that this can
artist conjures up .1n earthly paradise,
but also leaves üat*¡radise ¡'"ti-"a,^rá#ti"l"Íi"r,rovrog
it as he goes,, (p. 721)..

_ ri__
Dentro de este mr¡.rcq la.s aguasr
imageS del tiem,n corrientes aparecen, p,or u,n ladq
nunc¿r corno
_que sel detiene. Igualesf p"ro áirtirrtas, s,e acuerdan
con el cantar de Salicio (*...é1, *"
del agua que pasaba ..,,1 qJ"";;,;; acorduáo / al-nior que sonaba
"*.r,o_ ,/
resignado a Ia necesidaa los d_os pastores, el quo más se
áai"*uio ,iJ"*¿, de cor¡stituir er constante acom_ ha
pañamiento de Ia cánció+-a"r
veces v en tres tiem¡ros:,1
p*t"I, iul'-ug,ru, se mencionan en era por tres
rSruqo que
firmado en er nresente (desiiacio" {e;unc;;;-};; tgicame,nte con_
delidad de Gatatea. lr.rrltig der Ta¡b que auguaba Ia infi_
clara y pura", donáe:*¡i::^g"
il'igíáJrl 2.^m91o presinte (..agua que corre
el pastorue *iru; estrofa 1g.
que conecta ar pasado feriz con {" la fuloga). 3. presente
er fut,ro io*"diuilru1.".fi"i*""
otro tiern¡ro cara / a quien d" tí
;-i;s.i*as.rne gugio-, es ofrecidacrara / en
'cio, en la estrofa finaicre rr, por Sali-
ilugar ameno con su ¡Iuevo "urr,q-.-iír*"a" infiel, que podrá disfrutar ese
pasado' presente v orospección :9"ryd"4. io, *o tiempos * qr" ,* liga el agua:
r"t oá,
en el proceso doÉrása-.nte aceptado ,.rár"*o su inserción -y rader amante-
del transeurri¡.

- Évv<¡rt,*¡,*¡' §u
iltm:":::*.:j:
eión de Nemoroso, q
ñprn ci-^ ^^ -.:^r^ -.:rri,
no,se "_TTp1H,
en cambio,
carrlolo' con
con su rirmq ra
quefa ..dulce y blandamente,,
can_

üff ','.:*l"TJ'j':1T..d:::".:1t"g"9"iüá;'J:ffi;fr;'f :,T,:"#ffi


lff "ff*;ll :$,":l^:::j'"1 i',,*#ffiffi:T::í
:i##1"',:l:iJ"):"xñ:::T::;ñJüJ;"::G::'#HTJllSi::
n."*ffi 1ffit:
:ff*ruil1'l::l*:'"t93¡i"-11;',*"ilF"!:"',#T.:ffi ,::f #T:T:
puras, cristalinas,
árr ó;ñ;;;;.1
vu u¡ÑuJU ( \,urnentes aguas
,/ árboles qr" o, estáis n--- -v en ellas'.1")
ffiHi;iü,*iT'::;*"i"p'i;;";'l;i:''"j;.;Já1ffi'.j('3¿,1f,:i:"'Jff
,,,i,.,*..,ra nn'-^ ^-,^^^-',-'*do son contem"p,ra-
I
*T"tr#::,::"::::*$;,,¡;;;"ft1ifr ;"I""i,Í,,ij;;á,,,§;,"""Ji:TÉ:
ffi i:f "",:"*::^^T::fll,1*_s:Td;#;;";;r""r,sáT:",X:.:ffi
Paraíso que et inconsorable
;*..; ;rd; ;"r* ;#"#1.ffi l"J "":,i3"i:i
I"as aguas r:tí.".Iigadas aquí a una suerte de ..dialéctica
"i[ii
como en eI caso"o
de saliciqiino al áIto de un pasado der devenir,,
muidano que intenra bñ;; dichoso a un futuro hans_
p-esáü intolerable.
Desde er p,nto de vi¡t-a der
Ias inf,ormacioies acerca
narrador (ale es qüen proporciona también
aa-p*i*i* qil-p,r.d"., ..objetivas,,
retativamente) taúnica esgofa
q;;tid"l.rr,
donde se señara ra armonía -*;;;;;
"oo-rid"r"^r*'"o*,
*g,rur;;l;;*, de ta égtoga,
inte^¡ención de una "1erce-ra p"rrr"" {fl .arro¡o y er canto de saricio. Esta
dos pastoreg acentúa. J*aiadoraj d"";;;" ninguno de los
aguas y el paso der tiempo entre er flujo, acompasado
t"-rrri-y-"*r"ico..corr¡o, ya diiirnos antes, de ras
"',?*á;-ni""a#ürc
cio el ú¡¡ieo qus si ui"i
a"pl"ü;;ál;, r: resigna a Lste Lr*"*ir, es sari_
queja blanda v moderada,
a der üriá árrr""- q"";;;";nhariamenre et de Ia
de Nemon¡so- er eco rry"yui"
ve sentimiento / de aquer
a"L."ñ;*"k rq#""do} morte ar gra_aI
doror . rrg" r"r propicio, i conrapesada
y suena"'-) tamii¿"-r"*rr;il;; voz retum_
'a
compÉ..an los parlamentos de. am,bos p*i*o rey de_r tien,poi Asimismo, si se
que resurre a Ias imágenes puede verr" q,r, es saricio er
"il;tu H;;;il,:i
narurarer qLl *ou.o,,,o
-L2_
Ret:isto il.e La Facultatl.ite Fitosofía y l-otras ila la Pontificio unüBrsidd
Católica Argentino Santa María de l,os Bu'erws Aíres

New AGOSTO 1985

relación más activa con Ia Naturalsza y el que la contempla con menor inci-
dencia de la deformación emociooral.a
El fluir de las aguas es también imagen, emperq de una cierta eternidad
obietiva: u I" qrr" proporciona el canto transformado en arte exquisito que
depura las pasiones. Pero no debe olvidarss que, en última insta*ncia, se trata
derun lamento e¡rsimismado y solitario, semejante a un sueño ("y recordando /
ambos como de sueño" ) sin repercusión en el ámbito de la sociedad ( "y las
queias que sólo el monte oía") que debe concluir para que los pastores se rein-
tegren al tiempo cotidiano y a sus tareas habifuales. Hay que tener en cueuta
esa concetrrión de la queja-poema como sueñq lo que aparta un tanto aI arte
del plano intemporal y objeüvq destasando también la fugacidad, eI carácter
engañoso y la inutilidad prácüca (si bien tiene una utilidad personal catrírtica
y se postula como entida<l estética) del canto-l¡lanto de los trnstores que, en
fluna, es impotente, eorno los sueños, para alterar la re'¿lidad.
Ahora bien, la relación aguas-árüe, cierta trnra Saliciq no lo es ya par¿
Nemoroso, quizá porque su canto es di{erente, o está más allá del arte sujeto
a regla y a medida, a ritmos y a tiemtr»s; .es un dolor desmedido e inefable ante
el cnal enmudece la vcz ltumana, y que sólo puede ser traducido ¡rcr las mismas
Musas ("Lo que cantó tras esto Nemoroso, / decidlo vos, Piérides, quetanto /
yo no puedo ni oso, / q.oe siento enflaquecer mi débil canto" apunta el narra-
dor).
Si las aguas reúnen en su espectro semántico el tiempo y la ¡»ermanencia, la
Naturaleza y eI arte, aú¡an también lo subjetivo y lo o'bjetivo. El cantar de
Salicio reconoce dos medidas: el rumor de las_ €ual I el brotar_del llanto, qur;
regture como monocorde y atrnciguador esüibillo ("Salid sin due,l.o, .lágrimas,
corriendo"). So,n, como en l¿ novelita de Antonio de Villegas,o "agua-s de amor"
que se solidarizan con la pe'na humana y facilitan su ordenado desahogo, ade'
cuándolo a Las leyes que deben regir el maclo y el mierocosmos, la creación

4 Cfr. estrofas 6 S: U, 10, 11, 12 y'l db la égloga (parlamento de Salicio) y e§tro-


fas 19, 2$, 22, 8t3, »4,, 25 (parlamento de Nernoroso) para la a lae irnágenes
naturales cor¡¡o-medlo expresivo de los afectoq y las estro,fas O, 0 y 16 (parlarnento de Sbli-
cio). 18, 19 v 25 (parlamento de Nemoroso) donde se constatan indicios de una descripción
nráá'obiáUva de la Ñatu¡ale:¿a. Puede adverti¡se que Nemoroso se h¿lla más aleiado de la-ob-
ietividaá que Salicio, pues: a) da como actuales los desórdenes de la Natu¡aleza que habría
'la
ir"¿"ci¿o r¡uerte de Elisa (estr. eZ¡ m,ieurtras que Salicio (estr. 11 y !2) -pr-esenta
los desarreglos que causaría el abendono de Galatea sólo corno una posihlidarli futura.
b) Su lamento se cier¡a crn la wasión hacia el paraísq m,ientras que Salicio reconoce la
imposibilidad de remediar su daño y brinda el lugar ameno (aI que no [e sucede ningún
cambio calarnitoso) a Galatea
5 Roemr TBn Hons¡ (art. cit.) pilantea una relación entre las aguas aor,riiontes, el
üe,mBo objetivo y eterno, y el canto d,e los pa.stores que se uniría a este fluir despersona-
I¡án{ose y adqu;iriend,o, en cuanto a,rte, la objetividad y la insensíbirlidadl al dolor d,el
tiemeo o.bjetivo, Esto es, cornn lo exponemos, sólo relativamente acertado. For otra parte,
ta relación ent¡e d canto.llar¡to y el fluir de las aguas U¡ode establecelse con justicia única-
mte Inra Salicio.
6 Cfr. Ia novelita Ausencia g Soldú da Annr, de A¡rtonio de Vill,egas (donde se
rímn lo pasto,ril, lo visionarioy [o senürnental), p'ublicada por Franarsco López Estrada en
BRAE,toim XXü' (1949), pp. 123-133. Allí apareceel tema de las ag,uas que acornrpañan
et hento del amante desilerladb y son acrecidas (o acasc engendradas) por sus lág[imas:
-§ohre las agtras de amor,/ dlonde arnror suele arrcgr,/ cansado de rni dblor"/ me senté, no
r des¡sa¡"/ rnas para ilorar rnejor.,/ I"as lágrirnas que salíaq/ con Ia fuerza que llwaban,,/
Ias enu'añas derretían/ las aguas acrecentaban..."

-13-
¡nética y la obra de Dios. El hechizo creador y ordenador del arte pastoril
(canto lloroso y llanto arrnónico) reitera, imitando al Hacedor, la legalidad de
la Naturaleza, "mayordomo' de la Divinidad.T
Este ritrno acuático adecuado al canto de Salicio y ajeno al de Nemoroso
(*el desigual dolor no sufre modo") unifica así los opuestos y se convierte ea
eie plástico y musical del lo,cus arnoeru§. Las aguas son ciertamente -siguien-
do la aguda clasificación de Bachelard-8 aguas de la pena, *elemento melan-
colizante" por excele rcia, al que alimentan las lágrimas humanas, son Les aguas
heraclíteas, que todo lo alrastran5 pero,también la sustancia vital que restaña
los desgarramientosf el n,odelo y la matriz del poema universal, del lengauio
continuo: espejo y cuna de todas las voces, más allá de Ia limitada voz del indi-
viduo. Aguas que llegan a asumir, de esta manera, si no toda la oscu¡a y com-
pleja profundidad del símbolq sí al menos su poder sintetizante y zu capacidad
de resonancia significativa.
La É,gloga ll
La estructura semántica de esta égloga se cimenta en la oposición de ele'
mentos del contenido, que contrasta a su vez con la reiteración de formas
métricas y discursivas. Sobre esta técnica garcilasiana ya han hablado críticos
como Margot Arce, Audrey Lumsden, Inés Azar,lc aunque sin agotar el análi-
sis temático posible de tal diaiéctica. Si partimos de Ia estructura métrica de la
obra, según el esquema establecido por Rafael Lapesa,l1 veremos que la segun-
da mitad del poema funciona casi como un espej<.r de la primera, por un proce-
climiento que invierte los contenidos adscriptos a formas métricas que se cores-
¡ronden ( si bien no se trata, claro, de una simetría geométrica en cuanto a
exactitud ).
Dentro de este juego de antinomias, las aguas ocupan una posición funda-
mental. Ya diversos autores habían señalado la importancia de la fuente corno
centro de la acción y la vida de los pastores,
^Aruyu 13
o como símbolo de 1a vida senti-
mental de Albanio,lá pero Guillermo tuvo la intuición mas notable al
, llrj=!
- , E t" acuerdo imitativo entre las leyes de la creación natu¡al y la creación artística
respondería al sen'tido profundo de la mímesis aristotéüca tal omo ba dilo expuesto por
Peur- Rrcopun en Ia. metólora oíoa, Frimer EstuCio, Buenos Aires, Ilegápolis, La Aurora,
1977.
8 Cfr. G¡sróx Becrrrr.¡,no,El agn g los srrcños, México, F.C.E-, 1978.
9 Cfr. sobre el simibolismo tradicional de las aguas, I{. Eu,rou" T¡atad,o de histotia
de las religiones, Cap. V, Madrid, Cristiandad, L974; lrrulgenes g síÍ.baias, Ir.Iadrid, Tau¡us,
1955, pp. 137-143 y L€,5-L74; Cnrvar-rrn, GunrnsnANr y otros, Dic¡ion¡úí¡e des sgmboles,
Paris, Seghers, 1973; J. E. Gn¡-or, Diecionada d.e símbolos tra.diciorules, nueva edición re.
visada y ampliada por su autor, Barcelona, Labor, 1969.
10 Cfr. los trabajos ya citados e Irris Azen, "La textuaüdad de la Égloga II de Garci-
laso", MLN, XOniI, 2 (1978).
rr Cfr. R. LApEsa, La traEeato,ria poética de Ga¡cilaso, 2a ed. coregiü, [4adrid, Re.
vista_de Occidente, 1968, pp. 104-105. En la versÍón e:te¡sa de este trabajo mostrábamos
ctn detalie Ia oposicií.rrr de contenido entre las dcs mitadcs de la égloga, concornitante co,¡¡
¡u s6¡¡¿5,pondencia de fr¡¡mas mét¡icas.
12 Mencoc Ancs¡r YLzevrz, ("La Egloga II de Ca¡cil¿so"); DÁrreso A¡-oNso ("Rak
españoJr, la tradición culta", en La poesía ae lan Juan oz la Cru= ¡Desde esta lodera),
Madrid, 1942, pp,40 y ss.); P¡unr.e W¡rry ("Carcitas:'S,c.:nC Eclcgue is a PIay",MLil,
3 (1977), p.505; Au-on¡.v LuvsorN-Kouvu, 'Pri-biems ccrnected ui.h the Second Eclogue
of Garcilaso de la Vega", HR, L5 (L517), p.26i; e IsÉs \fec¡oser-o ("La segunda égloga
de Garcilasd', en La poesía de Garcilaso, edición de Elí:.s Rivers, Barcelona, -1g,64), ioin-

-L4-
Ret¡isto il^e la Facultait ite Fitosafía g l*tra^s ile la Pontificio Unü:ersiild'
Católica Argentino Santa Mwía de I'os Buetws Aires

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destacar á las aguas consideradas cn, general como elemento conexionador de


la égloga, y al marcar Ia oposición de la fuente al ríq en cuanto aclue la repre-
sentá lá memoria de la vida sentimental individual, y éste la de lo histórico y
épico elevado a nivel mítico; el río Tormes centraliza estructuralmento la histo-
¡á ael duque de Alba, la fuente hace lo mismo con respecto_ a la de Albanio.
Nos proponemos aquí analizar en detalle las consecuencias de este contraste,
siiuad]o dentlo de la dualidad estructural de significados que caracteriza a la
Égloga II.
.a) Ftgras acwíticas g mtmd,os opuestos m la Églogp lI
(le mitad)
La, fuente El río Tormes (2? mltad)
Es el á,rnbito de la memoria, del
- del po,rvenir glorioso.
Els el á,¡rrbito
- pasado irrecupera,ble. En Ia urna cristalina grabada por
eI Torm.es se ha tal,lado la historia
de la casa del Duque.
Encadena y cierra horizontes. E.s - I]s un áB,bito de aperüura, de libe-
- ei polo de Ia obsesión amorosa. ración espiritual de las pasiones.
a ella se ciesencadena Y §e Junto a é1 tiene lugar la curación
- ¡urito
despliega la locura de Albanio. - de Nemoroso. Ehr la urna la,brada
se da a conocer el supremo para-
digma trumano de equilibrio y ra-
cionalidad sa¡ra.
Es eI lugar donde Albanio guiere
- morir ridículamente para rescatar - Er la urna estáa escritas las muer-
tes heroicas del ,liuaje de Al,ba.
§u cuerpo.
Es la quintaesencia del prado ame- Es el río de la eiudad de Al,ba de
- no, la imagen de la naturaleza Pas- - 'Iorine-c, protector y conocedor del
toril absolutarnente pura, inconta- destino de sus señores.
minada. H lugar de la fuente es, erl
palabras de A,l'baniq "el meior lu-
gar de la florasta" (v. 433).
Es impersonal. E1 rÍo es una divinidad antropo-
- - mó.rtica.
* Ambito pasivo de transparencia, de
- Ambito de lo durable, de lo defini-
mudo reflejo. üivo. En la urna han quedado fijoñ
p'ara siempre las figuras y los he-
chos ilustres del linaje de Al,ba.
Ambito de lo natural Purq inmo- - - Ambito del arte.
- dificado.
._ Am,bito de 1o sub,j.etivo y fugaz: es Ambito activo de sab,iduría, de so-
significativa para Albanio y Camii - bret¡umano conocimiento.
la, en tanto que les recuerda la rela-
ción que manüuvieron y su ruptula.
Contiéne (además de la irnemoria - Oontiene 7a üerdn.d,.
- del pasado y de las emociones que
ella acarrea) las figuraciones de la
imaginación desviada de "$banio.
-
Es ün árnbito de natural claridad
que entorp,ece, sin emb,argo,- la di- - La urna resprlandece siemp,re con
las perfectas hazañas que en ella
Cha humana, o que se enturbia con están labradas y llega hasta el gra-
imágenes teneb,rosas (el "cuerPo" co nláxirno de irradiación que
de Albanio en eI infierno, en cade- ciega la vista- -tal
donde están graba-
nas, etc.). dos los hectros futuros de E'ernando.

cjden en afirrnar que la fuente es el centro de la acción v la vida de los pa.stores; pa.ra
la l\{ecooNar.u, Ia fuemte es taml¡ién -corno en generall las afiuas- el sírnbolo de la agitadh
üd¿ afectiva sutrconsciente; Au»n¡,v L¡:¡usom'i a'punta, por su ]ado, que es el símbolo de
la causa de la locu¡a ctre Albauio, y sugiere la yuxtaposición de pasado y presente, alegría
y tristeza.
13 Cfr. G. Ax,qxe, ob. cit.

-15-
;{dern'ás del'río Tormes se menciona
tL*;m-f aI Ta}o, y hay
brevemente bay una invo.
::::ói^s:y*lde-Arbanio,r";;i;;-E;lüái,lial.-Br
zona "u"',*'
9";}|P*1{{'¡1,i;":r".T,"á*pio".^Erra
de mem,oria, pero con rx rat('
joconsttuyeuna
oonsunlye una
";;;;;;;;i,'*
recue¡do rte Arho-i^ 1:,:t^:.*--!19l":"ió+ hacia el futuro (ue prolongJ;
X",T:i:, jij.^]"'^I":1,.::,;ñ;á;;;-";ü;tr,#í#J,T¿,:"j,:ff,i,,nl;
jlll*:.***::^f:g1q-"i;;;;;;#ffi ,JTXiHHffi fj
fl ,"r,,TT:.
*l *:l'T":: .Ii, :, axt !t t?ñr;;-il ffi 1H§rtá?,JHuil[i,.Xlffi1ll
a; ;i;;*"t" ;dff?JHL##;
*
tr,¿1l fl,, "L:?:: LJ""^",:1,1,il..";;;t* ?ff ;d#;'Hy&:Tdf ffi ;:
BjT¿ "*l^H:l:,^ fl::1" Á- r#
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ifl T^**:.-'rJicitaAl\ní1rueha'3"-s;;;á;;;""dffi ;"i"áffi íd;:"ü:


er oeDroo
-tou r" nü"1,9;"ü "Já_;u;r;;r. p"r;#" ür¡ersos hasta
luto.
Y-""T:'i^*:'j-q11-
Í,::*":f é', "mares, grtá ;;;ái,art i"'ili"Iul-l.iiH,"H*Hff f"*Tff
fúnebre que no, se le poáría ;;E;;;;;bü;T ;ffi
o"*,T,1J1,;ol:1y"*u::"iü;l:"f,**q*d*",rH,ff3",ffiáH,,1_ll
pastoril queda asociada
qoii t" t ráilá"ri
acuático' Muerte de fabulosá g l-"d.iild; "lr"*¡*ióo d"-É;*tb oomo viaie
de Bachetra¡{, que es también, al decir
""o*¡""iao
_11 más maternal a" frr--*""il-,1{ el ¡etorno a un serx) embrio-
n¿rio de pos'ibilidades infinitas._r.os n¿i*.
áá lt en o,rr-
bio, sobré h tierra l" i""""¿;;;;;grr, ".*-Jb"""*ñr"*,
y su recuerdo no q,eda flo-
ran_{o_en er canto " r"raol;;;;,"üü;á"
v""t
mism'o' mrazÁn de Ia tierra a'la v.r-qie
en cristal perd,rable (hijo del
ill-r
es visible, legible y tangible, ftr-'-ioi"tsamente
aguas cuya transpar€ncia imita)
céncrao 6 i*t"T--'

*_:o!1,¿hly*;di:-i"xl":"1:f"i,:"i:?H*,,:,"HJ,.;3r
que y ar emperador a Ia acción gtrrrrrá. =EI
ffiü
de llevar soble sus orrdm u lu, trr-"rt". ütói"ur, ü;T"*ftL, se ufana
y a¡ruda a lá navegación.

" si se Ios compara con t", grriárii"r-1,'irbre todq con eI centro de la


floresta bucóriia donde ¡-"i il;;;¿
'* Iencia, y no der sue¡o ,*purráoi*ri'rro"
"rteru Lr_"r Iogar del zueño tr,or exce_
de o,banio) o der r"áro..qye_prepara ali"rrj"ro engañoso (como en er caso
(como ocrure argtna maÁ8"¿"-t}á*-al derpertar
"rn cnrnitr'¡. ¡'"-á"-ili","1.""a ar o il Danubio se
escuchan peregrinas ,, ,"rárd"r"-r-1.*l"trf""s, y siTormes
se duerme, no es para
extraviarse en la ficóión o
q" I" ro""rr,-.io para reeibir acertadas infor-
el porvenir v aop"rt"r á"m; de comÉteI-iegeneración
ffifllffii.t"bre "rri
cabe mencionar aouí er simborismo tradicionar
con Io que realmente tcrrr¡e de ra fuente y contzstarro
I" üü't" r" Églwa
una anüquísima imase" a" ru¡ia*iiá""iñort"lil;-á-r-;";-
"1, rr. El'manantial es
de vida' La tradiciónj" ritu"-""-;i;;t;d.it juventud y
De él parten los cuatro ,t"r o¿q balo eI rárbol del paraíso.
El loan a'm'adwus pastoril ur, á"r-¿l"ráLlr"ür""ord d#*;i;;-áet
á"rtr*ro,;; rril imagen secularizada delespacio.*
terrestrg pero una imaqen que aqr+í paraíso
-;¿, ".f" que en Ia Egloga r_ ve soca_
vados sus fundamentos."En ásta efig-,^q"r#"omo
en ninguna otra pieza gar-

ll 3fl: 3*P,lffiT-¿,*§Xhl
"',Jn;n
_16_
-t
Rexista il^e ta Fa¡uttad d,e Filaso,fra y Letras ilc ta Pontificio unúprsiild
Catótico Argentina Santa Mmía de l'os Buerws Aitw

New AGOSTO 1985

cilasiana, vemos tarnbalearse el mitc de la edad paradisíaca. Las aserciones


á;;l-p*t* Salici«¡ seguras, ¿no se desvánecen bajo el peso.de los
da como
ñ que 1o ha sido con-
ü."frorl'Jño debería Albani_o, lo- és un cortesano, de Ia Naturale2a?
i"*i"uaüor la comrpcián de la'ciudad, ser dichoso en rnedio
alivio? Pero
;No debería el srrefo] reparador biológico de los_males, prestarle
iIb";;;;-"t-fLU, "r, s'o pnado a*"ño, iunto a la fuente que se limita a ser
el espeio misterioso ;; ;;áofot y 9" *" logura, I qYu no es maestra de su
esníriiu como el Tormes lo es dá Severo. El sueño elogiado por Salicio en-
y exacerba la pasión' Salicio., qlre no se ha pre-
!"?" "o" un placer ilusorio-poa.iu
guntado nunca por l"-1"* ser una vida eiemplar fuera del ámbito pas-
ñ;i;;.i;;';tí;"; eñtero inrnerso en ese contexto se equivoca. ÉI solo no
es capaz de dar con los medios,para ""á' * Albalio -Y pfopone arguciai
de
p€¡ra mos-
muy poco eficaces. Será-necesaria la llegada de.Nemoroso
"orr.rlto
ila;; -ñ de una instrucción suferior
ñá-iru necesita ^el
a la del contacto con el
;;;i;;"r"i"i U""¿li*. ,"ráá"ro be,a¡tus "t qr" alcanza por permisión
ái;i;;lo, r".r"tor au-ü Ñ"t"raleza y llega a dominarla y a dorninarse' Severo
aurique ambos.estén' llamados a
v el duoue de AIba sonjot ""tJrti"ás b"eati, el El río
á"|i,,]ffi; lr"ráTiá, social activa, en el magiste-rio o en sobierno'
Tormes, cont¡ariamente al enigmático " l"uii!.uble surtidor,
els Ia naturaleza
o""'t"'f"*gr, "" fl-rla" delio*bt", que asume 1a forma del hombre y se
*robado" el c.r*mo de Albanio'
I"""1, r]iiZ; es la'qie ha
";*bt;l;tu;;i.
ouitándole la verdadera forma hrr*uou,--qr'" ¿i-"o-L"t, -de. riclamar' De la
Ñ;#;1;; álláÉr"."-ir"l"i"a, -siemprá por la gracia d_o Dios- podrá ex-
traer el hombre la clave de un arte que rivál¿a cJn h vida misma (tal es el
arte de la urna pnoáiliom que Severd traslada a la escritura y que un paper
N:*_::1t^1
narra) v de un óonoc]mientó superior. Lo natural, pues, no cumple
ilr;Jr.í";; l"'EáIrg" II, en taito setr3!a relacio,na con ,rna activa Iabor humana
de perfeccionamien-tfi, "r -t ,to se cle una natatalez'a "mavordomo de
Dios". intermediaria entre la suprema
piririá-J V lro*Ut"..Pero'sí se relega
"i eI más favorable par-a
á';";J;"4;i;;¡" ameno, que no se considera
un
como
ser de violencia v de
;i;;r;;"h-aáf ftísii -i"V,y--fáfÉle ser humano, capaz
En esa naturaleza
t r-,rsr"rió" a" U lo ha demostrado Albanio.
"o*o
ffi;?i"iá;"ü;d-;, l"ii"rr*rt y silenciosa, pasiva, que se concen'tra en la
ñ;;; á;-É fuente, {ue invita al placer_ y no al esfuerzo, al sueño y no a
guíalibradoa sus pasiones, pudiendo terminar
il';?;;;-"i r,á*ur"'qi,eda sin
Álbnnig, o en la dorada- ignorancia de Stalicio
en la locura q.r" "o*o
"r"int", a" una vida superior más allá de su reducido
ü" i;;;;ál* póriuiiiaua
ámbito.
Trataremos de resumir aquí los contrastes se.mánticos (corresFondientes,a
mundos opuestos) que polarizan, P9r un lado la fuente y por el
otro eI rio
tor*"t (íecundariamenti el Danubio y eI Rhin)'
Fuente BíO TOTTLE9

mundo purarnente Pasüoril. r¡undo c,iudadar¡o, ilustrre, hertico.


- subjeüividad. - objeüividad.
- pasiones. - autodominio.
- fugac,idad. - inmortalidad de üa fama.
- de'sconoci,rniento del futuro. - conoci,rniento del Porvenin.
- pura naturaleza. - arüe "divirto".
- mude4 silencio. - revelación (baio imagen antropo-
- - mórfica).'
grandes dioses olirnPic,os.
- dioses silvestres. -
-17 -
- arnor de§honesito,
arngrosa.
prohitbido. armor honesto
- dicha
(rna
rimonio).
- desdictt¡a aürorrosa.
- equi,librio psicofísico.
--.. locura.
ilusión. - verdad.
fracaso. - üriunfo.
- p,risión. - liberación.
- obsesión,
--. tes;timonio del maü proceder. - de ilustres trazañas.
- elogio del sueño. - üesüimonio
elogüo de la acción virüuosa, del
- sarber, del fieroísmo.
placer y vida esforzada e incansarbfle, eü
- la fuentedescanso br¡scados iunto a
y al paisaje amaeno. - sueño es preparación al combate
- ina.rmonia hornrbre/natura)en
(cfr. w. fo-tS). a¡nnonÍa [rormrbre/natwaleza
- (cfr. w. 17r2CI-173o.
--. esaisión alma/cuerpo.
* huida de 1os aonfl.ictos. - integraoión a^kna/cuerpo.
-.. .pasado. - lucha, diseiptina.
poTvenir.
Arquetlpo del beatus en eü entonro
- p,ura,mente - aryuet'ipo del sabdo y deü prfncipe
na.tural. - perfecto.
* claridad enturbiada ,po,r la locura
y la pasión. - yresplandor
perf*to.
diamantinro, i:etolerahle
* pasividad,
- actividad.
b) La fueme y la Wrna de Nbatio.

De ent'e Ios muchos elementos en disputa que posee Ia contr.overtida Eglo-


ga II tal vez es la locura d-e Albanio el qi:e h"-roréit*do más encontradas ipi-
nic¡nes.16 La escena de Ia locura tiene uia
lnrticular relación con la fueite
-basada en el simbolismo tradicional de 69¿- que nos interesa destacar aquí.
,t}.po supone que las agrÉs del manantial lá han robaclo su cueftr)o, cuyo
reflejo ve sobre Ia superficie creyendo, empero, que se halla en el fánáo del
surtidor. ob¡gli{o por recuercoi mitotogicos, idántifica la profundidad de la
t1e¡te con eI Hades- y se propone dar libertad a su propia imigen cautiva, com,o
()r{eo se la
_quiso dar a Eurídice. En vista de q"" ri no sale, y de
qY.e
lo "o"1ft
Pgfqe afe_rrar'lo, intenta arroiarse allí'hastá flegar al óentro de ú iuen-
te". Aquí salicio lo detiene y luego, entre él -laNemoráso, logran reducirlo. El
-v
]ogo r_" duerme y entonces Nemoioso cuenta trreregrina lrÍto¡u de la urna
Iabrada, dando por cierto que Severo podrá curai al 'amigo Albanio.

foda esta escena nos recuerda el simbolismo tradicional del D,escansw,s


ad. iinferos,tt en su variante de inmersión en las aguas originarias. En este des-

lo.Albanío aparece, para.los comentaristas, ya oorrro r:n loco despreciable (M.rmowar.u,


, cit.),
ob. ya corno el personaje por el que Garcilaso realiza u¡a cataisis de sus sentirnientos
(¡uusomr, Larrse,.obras citadas). Su locu¡a se atribuy.e a la violación ¿" l-, ¿iü""á-
qFtqryr del amor -(E o_ Joxas, -"The ide¿ of rov'e in-Garcilaso's seco.á-u¿Ng"J;,'uin,
19,_-1S1, .pp- 3E8-396; Rwrns, "Albanius as N¿rclssus in G's Second fffu""?,, íIR; d
1973), o de la ética del ¿mor cortés (Gnrrx, ob. cit., voi. ! pp. IES y ss.)"o d¿ ir-;o""i
cristiana (R¡'rns,_ "La-s Eglogas d,e Garcilaso...". c¡eemos qü.l corrflietó d. Alb"nio ,rá
sp-Flnntea entre el arr¡or senmal y.el amor espiritual, enúe ei amm wntE y el wrwr ;t"t*
del mundo cortes, o entre ia poésía p_latóni"r^ y t" áJ.-p""ri, ;¡¡6-1, qri;;;
Somane-ckv ("§nic and Pasiorai in carcilaso'i Eclogues't, "prrí.""á1,
r97i, pp. i54-r6,6).
El conflicto radica rnrás bien enrre Ia aceptación de"h rlaüda¿'y
^{¿¡ú;36,Ét deb;,-i l;;tli¿í;
contra, ellos, entre
,la capriohosa d-esmesud y el autodominio, entre el respeio' ,l ;l
avasallamiento; si lray u-n h:¿rsfondo ético en la eg;loga, es ántes estoico 'que neoplatónicro,
-
"üt
c(,mo apiuntaremoe luego.
_ l7 Ct:, M.-Errens, Mitos,sueñosg misterios, Buenos Aires, Fabril, lg7l, pp.,2,f37 y ss.;
Lo lo profwto, Madrid, Guadar¡ama, 1g73, pp. f35 V sí
sagra.ilo g

-18-
Ret¡ista ile la y Intras ite ta Pont¡ficis' U'¡tt'wrsí¿ld
Facultod. ¿le Fitoso,fía
Católico Argentino Sarúa Mwía ile los Buerws Airs¡

New AGOSTO 1985

censo, requisito de la iniciación, el héroe persigue el tesoro de la sabiduría y


de la vida, que lo hará renacer erl una forma superior. El trarrce de la inmer-
sión en las aguas forma tambiér¡ parte de las operaciones alquírnicas, que
estipulan el baño en la fuente mercurial del aqua pevrnúfiens corno condición
necásaria para la síntesis de los contrarios y el nacirniento de un futuro ser
divino -ei rebis o lap,ís ph.il.osopho,run¿ símbolo de la totalidad integrada del
consciente y el inconscieáte.ta Ésta etapa de búsqueda y de caos previa a la
conjunción'y que es aludida por medib de1 descénso a-los infiernos o de la
penltración aguas del orig"r, se halla también simbolizada por la- lg"ryq,
irr" "r una "rr-lm
forma u"sual de iniclación del chamán (el homble- sabio,_ el hechi-
&ro) en las comunidades primitivas.u Las imágenes son-aquí harto elocuentes:
se hábh -literalmente- dá "convocar al infierno" y su 'ieino oscuqo", de Jag-
Áriti i la fuente, de locura, de la búsqueda de una perdida inlegridad. Así,-la
*mejor lugar de la ilo-
fuente situada en el medio del /ocus arnaen'ug, en el
resta", podría ser, como la fuente mercurial de los alquimistas, como la fuente
del páráísq ,rr, rí*bolo del centro cósmico, de la uniáad creadora, primordial
y afiismal del inconsciente, de la totalidad que precede a todos los contrastes
1en el plano hunr,ano y err el universal o maórocósmico- adonde eI héroe debe
,Ár¡r'"r, la pesquisá de una nueva identidad que sucede.rá a \a muerte del
"hombre viejoSl Un--a vinculación espiritual y consciente con el sustrato primigenio
de la vida ieemplazará ahora al ántiguo-nexo inconsciente e instintivo.m
Pero esta posible solución al problema de Albanio -niño guardado- en el
seno de laNatirraleza que deb,e hallar su personalidad
-es
adulta- no-se eligeen
€ste caso. EI antiguo tíirb"lo de [a fuente desdeñado como medio terapéu-
tico, unificador y"salvífico. Quizá porque Albanio carece de la madera dq- los
héráes y no es óapaz de adeitrarsJsolá en h rnisteriosa y ambivalente profirn-
didad; necesita uñ guía humano y masctrlino, una fuerte figura pat_erna me-
diadora que lo salvJ acaso de Ia posibilidad de la locura definitiva, del mismo
destino dL trurídice qrre per*uori"ió p,ara siempre, por ineficacia de su sal-
vador, en la penumUü ael "Reino de las Madi:és". Sévero, en cambio, v9rd1-
dero Íréroe y iabio, ha rrcibido, ya su iniciación, ha accedido_ al origen d_e la
-entablado
vida, y ha una relación armoniosa con la Íuetza dé la Naturaleza,
q,r"'rá le presentara ba¡:o forma humana e inteligible, como pyn, y no-eomo
i*trr, proponiéndole r¡n arquetipo luminoso-de areté, orde-n y-ley qu3 deberá
imitaí iatá pod"r conducir a b'tlen térm.ino la educación de Fernando, futuro
eobernánte 1i grrerrero. Severo -y no Alhanio- es el nueoo Orfeo cayo canto
ñinaieioro í¿lo doblega los poderes naturales ("....cantando / tan dulce
áo" "'o
piedra enternáciera."tEste nuestro Severo pudo tanto / con el sua'
"",r*
vi canto y áulce lira / que, revueltos en ira y -torbellino, / en medio del camino
se pararoh / los vientos...") sino también las importunas pasio'nes del alma
humana.

En suma, resulta desvalorizado el recurso a la Natu¡aleza p'ura, a la


inmnsciencia pura (la fuente, el agua materna); se lo reemplaza pol la media-
1s Cft. ,C, G. JuNc, p's¿¿pldgía ile la trmsferenci.a, Baenas Aires, Paidós, !97&, y P*í,co-
logfu
d Cfr. M.
Barcelorra, Plaz'a Janés, L977.
- a Alquimia,'Eu.ern, Le dlwtnanisme et Les techniques archaíques cLe textase, Paris,
' 1951, pp. L7'45.
Payot.
io Cfr.'pur" rm examen del proceso de ma-duració-n-psíquica del hé1oe según-Lla teoría
iunsuina. M.- R, Lo¡o »u BnrrrEei, "El sirnbolismo del car¡neo LLII de Catulo", Argos,
esociación Argentina de Estudios CLásicos, año 4, no 4 (Bue,nos Aires, 19'80), pp. 106-119.

-19-
ción hum,ana que ha pactado con lo natu¡al y lo inconsciente y lo ha puesto a
su servicio, basándose en Ia práctica de la eonciencia (el autodominio racional),
la virtud y el esfuerzo. Estas apütudes cuyo cultivo se exalta y cuyo paradigma
es el duque de Alba, se afincan en la cosmovisión esto,ica, eug armonizaba
la Naturaleza y la. Razón y que tuvo gran influencia en Garcilaso. Se trata,
cr€€rnro,s, de\ esa m,isma filosofíaz que sustenta en la Enpid,o tra paulatina trans-
formación del débiI Eneas er] un héroe autodisciplinadq ascético, sabio, y a
veces inflexible hasta el fastidio trrara quienes no comprenden el sacrificio que
implica su acatamiento al Destino.
La psicología del agua como sueio y reflejo, la ambivalencia profunda
del compleio de Narciso (que, como Albanio, pas del masoquismo al.sadismo
fácilmente), la tentación peligrosa de un contemplarse eterno en e espejo
iirmutable del surtidorP ceden lugar a una psicología acuática activa y cons-
tructiva, artífice de una urna impereeedera donde la transparencia evanescente
del agua se funde con la dureza indestrueüble de la ¡oca.
e) Fuevúes lite,rwtas do ta^s irmágow rcttfttcas m ta Ég{,oga ll
Ya Guillermo Araya, en su citado artículq proporcionó un excelente aná-
Iisis comparativo entrá el trnpel de Ia fuente enia Églo,g¿ II y el que cum,ple
en la prosa VIII de la ,4tcúio de Sannazaro. No es mucho 1o que podemos agre-
gar a este comentario. Apuntaremos sólo que en Garcilaso, si bien se le repro-
cha a la fuente la infelicidad que ha traído, siempre se le adiudican califica-
tívos trlositivos y luminosos, oorrx) 'prrao, 'dulce" *clata"; si en la prosa VIII
se deia suponer que la fuente es morada de las ninfas: "Et dintorno ad quella
ngn si, vedea di pastori ne ü capra pedata alcuna, preció che armenti giá ma;,
non vi.soleano per riverenza de la Nymphe acostare"p en la Egloga ff, aunque
Ia fuente estaba tradicionalmente relacionada en el rnundo antiguo con las nin"
fas y la sacralidad,u y aunque en este 1lo€ma es el centro de un paisaje habi-
tado por dioses pastoriles, no se Ia ménciona como detentadora de presencia
divina alguna. En el mundo épico la üvinidad se muestra al hombre e inter-
fiere en Ju vida; en el pastoril -coffi en la Egloga I- los dioses desaparecen
tras la Naturaleza y deian al hombre a meroed de su destino.
Como punto principal hay que reealear, en fin, que la fuente no es en
Sannazaro un importante nudo de significaciones; sólo representa un elemento
más, bello y decorativo, del pisalle lnstoril, rm elegante modo de declara-
ción. En Ia Egiloga II, en cambio, centraliza y resume el sentido del, locus offiN-
nus, el cosmos pastoril en, su.clara herrnosr¡¡a y en su wlnerabilidad; es espeio
de las pasiones que en él se desatan y cotrtrasta con el elemento que falta en
la prosa de Sannazaro y que trasciende el e¿torno bucólico: eI i{o Tormes.
Fuente y río adquieren gran parte de su significación por la antinomia. En la
2L C,ti, para una cornparación ent¡e el estoicismo de Garcilaso en la Egloga rII y eü de
Virgilio en p fueldn, nuesfq trabajo "Resmancias virgilianas en las égloggs de Garcilaso¡
de las Bucól,icas a la fuaidaí', presentado al \Iltr Sim¡rosio Nacional de Út,rdios 'Clásicos,
séptiembre d,e 1982.
w Cf;r. G. B¡.,:¡¡r¿ano5 ob. cit,, cap. tr.
23 Jacoro SeuNezeno, Arcadia,, seoondo i manoscrjtti e le prime stampe, con note ed
introdr:zio¡:e dt Mich-^le Sctrerillo, Torino, Errrnn¡o Irescher, 11888, p. 142, lineas ll9r&198.
zL Oh. Danmlmm.c U ,Sacr-ro, Dic'tinn:ruire M @úiquüés greoques et ¡otnaines d'aprés
les úertes et l.os monuntents, artículos ¡'Fontaine' y t[ympires", Párís,'tlac]r,ette, t. I, ga parte,
1S26.

-?fr-
.: tLl l
Retisto ile la g Letras ilc la Ponti{icio Ultówrsi¿ld
Fa:cultad d,e Filnsv¡ía
Católico Argentina Santa Mwía de Los Buenas Aitw

New AGOSTO 1985

A¡cadia el desenlace es feliz,-la vida pastoril no constituye un fracaso ni una


.deberes,
huida de otros más gxavgs io hay ;i áálonestidad; f;li" J
conflicto de mundos que da su peculiar relieie""lp;
u iu f,r"rrt"- y ,i" áJ ü fgl":
ga II. "t
cabe señalar qu*, además de sannazaro, er tema de ra fuente-espejo tiene
que podemos remontai a Ováio,zs -a"
fi--l^T.g.Igect9ria aur"ripái¿"
""yu ya haüían imi-
tu tuente de Narciso e-s-unmodelo para s,annazaro y Garcilaso.
tado el texto de las Met:am,onlosís -claudiano y Boócaccio,
v- el motivo es de
muy frecuente en diversos textos cláíicos ituliunó, vir-
grrio, ohos lugares dg ovidiq Dante v Boccaccio)." A esto setcrlp".rl",
:li^r"1,i"
une una tradi-
ción novelesca de declaraciones hechas po, *"dio ¡; o armas res-
pündecientes. EJ, aporte de sannazaro
_pui""" haber sido";p"i",
Ii tn¡unción de las
oos_tradrcrones (ra tuente-espeio y Ia declaración por el espejo) en la escena
de la prosa VIII.26

Un artículo de Lasso de Ia Vega fl estudia los antecedentes literarios


motivo de la fuente que se mantiené inalterable p*." ui-áuáüo del
de estaciones.
Lasso rerr¡onta este mo'tivo a la rlíoda, sigrre coriHerodoto y pl"tón-(;;A;;
en estos casos se trata. generarrnente de dos fuentes o corrieítes a" ug"u,
la una, caliente la otra) y o,tros autore! (püni;; §;"-A;;;trrL-"rc.). f}.
tecedente- español importante de Garcilasg pone a Gorálo
cimá an-
áe Berceo (Mia_
grosde Nu,estra'señora:,
{1, 14) y su praclo'ete"*rn
elaras ("en verano bien frías, ón invieilo calientes"). "t"l"rde*
sus fuentes
"o, a en Gar-
ürro-"i"r"rrt
ilaso ypaisaje
en Berceo Ia misma finalidad estilísticar "í" ;bi""t"ciOn paráátiaca
que ofrece satisfacción perpetua , tor g";iá;á" ,,., habitantes,,.
Ilsto""no hace sino conlirmar a la fuente como quintaeiencia d,el locus amaüM)s
1..
en la Égloga II.

. r,a prosa IX de la .\tcadire es otra fuente importante de ra Egloga II en


l_o_que se_refiere a los ríos y ar episodjo der To#e;.--E;aIJt,, pror" se trara
del remedio de clónico, ot o purio. q"" ,"rra*
_desdichado-;;
olvido. clónico desea (n9 v1-forzado como am""iái "^";^,
á""aí u ,ror. famosa "i
hechicera que conoce las hierbas de Me'dea y a" C.ircé. ?"rá-a prri;, ó,py";
Ie propon-e re_currir al sabio- Enareto, (protolipo de severo), d;tísüno,:;;-
sagradg al culto de Pan v al quq se le. ha ma-nifestado la wÁyor parte áe las
cosas divinas
_y humanas. Este Elnaretó, entre sus múltiples tuuiiiauá"r,-""-
tiende también el lenguaje de los pájaros. don que Ie tuera concedido una
noche en sueños. Gracias a eilo, aI ésóuchar una clorversación entre las aves,
se entera de la existencia d-e una fuente, en una tierra de Grecia, ,g,ruí
tienen la virtud de hacer olüdar el antiguo amor: es la fuente á"",ry", lás deíeos.
como el miseñor enamo,rado a quien eslio se cuenta no quierá i"i".-
vienen otros pája1os, e insisten sobre la virtud de todos loi ríos,, "r""rlo;
fuenteí y es-
tan- ques del mundo, cuyo nornbre, naturaleza y país conoce Enareto.
De este
sabio .se $ggen, co-ntando las cosas más extraoráiriarias, €n urur larguísima áes'
cripción de la cual Garcilaso tomó muy poco para ctracfertzar a Severo. Diría-
ux¡s que Enareto tiene más de mago que de sabio, y severo más de sabio que

-25_c&.
Lretonarptwses, t. I, tiber üI, Great Britain, The toeb classical Library, Ig46,
w- 4(}Í y ss.
6 cfr- sqm*Lo en su edición & la Arcadia, Introduzionq pp. cXXXV[r,cLV.
zl &, arL ciL

-2L-
t:'

de mago. Por fin, Ilegan los buscadores de remedio a donde está el vens
tinareto, y la narración c-ontinúa en Ia prosa'x. Et mago.sacerdote los i
ducg en un bosque sagrado, a cuya entraáa se purifican lávándos; ;;",
te de agua viva. Entran luego en una caverna-donde se halla un altár"; de
c.o¡ Ia imagen del dics- y las tabla_s de la ley pastoril. Después de una di¡
sión se toca otra vez el tema de cléndco. Esie-debe,rá in&ñrarse por un v¡
profundísimo, maravilloso y extraño, a cuyo fondo se halla una gruta en tir
blas. En esta oscuridad, habitada por espírit rs, nace un terrib,'Íe río que
muestra sólo para volver a hundirse y llegar al mar por caminos subteriár
Enareto llevará a Clónico a la cueva- eo -pl"ra noché. Allí se purgará, la
tlose nueve veces en aquellas aguas y se coustruirá un altar. Luágo de
serie de, ritos, invocaciones, y de los más paganos encantamientos, luego
ser purificado eon agua lustral y bendita, coo ázufre y yerbas, Clónico del
tomar la ceniza del altar y auóiarla al río pr la espálda. El río llevará
amor junto con sus aguas, rumbo al mar.

Pese a que las aguas, eminentemente purificadoras y curativas, tienen


papel relevante en ambas narraciones, hay diferencias entre Garcilaso y !
nazaro que no se pueden excusar. En ningún m,ornemto habla Nemoroso
que su curación se haya producido por hechizos similares a los de los bru'
como los que usó Enareto, y cuya extensa enumeración omitimos aquí. Por
contrario, la mejoría del trnstores obra del canto de Severo, del poder espi
ejercido por un al-a sobre otra, y no de recursos mágicos basados en o
ciones físicas. El río Torr¡es no es el río del olvido donde se puede arrojar
arnor a la manera de una cosa, sino la Naturaleza depositaria de los arca
del porvenir que ofrece paradigmas para imitar. Los recursos de Enareto
trascienden la hechicería. Los de Severo tocan la más alta esfera mo¡al.
eso, cuando Inés Azar compara la solución que se le da al problema de
nico con la que se Ie da al de dbanio, le falta advertir esa profunda diferenciaj
y todo lo que separa La fuerua correctora, la offitts del canto heroicq de 14
medicina pastoril.s

Además del Tormes y de otros ríos épicos, tenemos en la Egloga II a


ríos Ce la campiña. Cuando Garcilaso imita la escena en quo el i
pastor conrnina a sus compañeros a cantar su muerte, agrega por su cuenta
invocación al úo (en este caso el Tajq tan importante en la poesía de
tro autor).zs

La invocación a los ríos que haoe Albanio antes de su frustrado


sigue, en cambio, las líneas de la de Carino en la Arcd,ia;
ltddio, rioe; addio, ptaggie oeilisshne e fíumt; ofuete senza mo I
tenT.po: et npntrc munnu¡ando per le rytrose oalle a.werete neT
mate, abbiafe se,rnpre nela merwria il oostro Charino. ll qude
te sui txwclw púsceüa, il qual¿ cqui V slto tori coronaua, il qwlc
con ln wmpognia gli armenti, mcnt¡e bsowmo, sol,ea ül,ectare.w

Pero Albanio pide a los ríos no sólo que lo conserven en su memoria, si4
que hagan guard.n'r luto por él; 7a eanción que han de cantar iunto al Ta

28 Cfr. I. Azen, ob. cit.. p. I90,


29 Cfr. Egloga II, vv. 52S-582 y SeNxezeao, Arcadia, p, 145, ltrcas 246-?.51.
30 Arcadin, p. 151, líneas 327-333.

-22-
!j
i.il
Rexista ile la ite Fitosofía g Letras ite la Pontificio Unú'wsi¡ld
Fa:cultad.

Católica Argentino Sanra María de l,os Bttorcs Atras

New AGOSTO 1985

el murmullo de los ríos que corr€n hacia el mar, son de índole fúnebre, son
larnentaciones.

Por último, cabe señalar una fuente posible hasta ahora no notada, para
Ia urna del Tormes. Hacia el final de la prosa X se habla del monumento fu-
nerario de Ia sibila Marsilia, rodeado de dos fuentes de agua clarísima; allí
habían sido hechas pintar por Ia propia Marsilia hermosas figuras que reme-
¡noraban a sus antepasados y a todos los pastores de su prosapia que fueran
alguna vez famosos en los bosques. Puede existir una relación entre este mo-
numento y la urna labrada, aunque en un caso se trate de nobles señores y
en el otro de personajes pastoriles. De todos rnodos, se ha marcado como an-
tecedente más fr.rerte Ia urna de cristal que ve el río Giordano en el poerna
sacro -también de Sannazaro- De Par'tu Yirginls.zt
Para el resto de las fuentes observables y pata cornparaciones más exten-
;as, remitimo,s al lector a los estudios de lvlargot Arce, Rafael Lapesa, Inés
Azar y E. Mele.P

La É,gloga III
Intentaremos aquí definir Ia función del elemento acuático con respecto
a varias antinomias que se nos han mostrado com,o ejes semánticos fundamen-
tales de las églogas garcilasianas:
a) I-as oguw ant rclonion aan ln wúfuiamit nntwalan / ane o cultwa an
general§
La primera aparición de las aguas en relación con el arte ocurre en la
dedicatoria a Ia "ilustre y hermosísima María", estrofa 2:
....ma! con la.lengua m"e+q y- ftía en la boca
plenso ñ¡o(/er' la voz a ti debirda;
libre mi alma de su estrecha roca,
por el Estigio lago conducida,
celebrándote irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.

Hay aquí evidentemente una alusióí al mito de Orfeo, cuya ca}reza, según
la conocida leyenda que nos recuerda Guthrie,s prosigue su canto prodigioso
después de la muerte.

.3f, A ella se refiere Mr¡-r en su artículo "In margine alle poesie di Garcilaso", Bhí,
S¿ (1930), pp. 288 y ss.
32 Cf¡. obras correspondientes ya citadas.
&! I¡oportantes críücos han señalado la relevancia de esia antimonia en la Egloga III.
P¿ra I-Fo Srrzm,'iGarcilasot Third Eclogue, Lines 2@5-»7L", HR,?fi (195¿), pp. 248-248;
E Rrvms, "The Pastoral Paradox of Natural Art", ya citado. dond,e se apur¡ta que el gran
+m de esta égloga es el proceso artístico mismo que transf,orma los elerr¡entos naturales en
¡efinada experiencia estética; Garcilaso definíría su arte por relación analógica con e1 de las
ninf"s. Gu¡¡mo¿o Aneve en zu citado t¡aibajo, destaca c¡omo muestra de "integraLismo"
gafiilasiano (fusión entre vida y arte) la mímesis de segundo grado que realiza¡r las nin-fas
d bcdar elpaisaje pastoril.
34 C&. W. K. C. Gurtum, Orfuo g ln reli,glón erieg, E'studio sobre el "movimiento
&fu", Buenos Aires, Eudeba, lWA, III, p. 38.

-23-
if,
-. j
:

Esta leyenda. se, fun-de


aquí con Ia imagen der Hade.s
aguas derorüdri') de tar;;il.,ñ;';ipo"ti y crer río Leteo (1a¡
," #ri;;;",á* dotado der poder
r

de sob¡eviü, ,,
".r"rtoei-ñüJ;; il,r.rt" *jr*lr, y de i
su grave consccuencia, orvido- árri"rr", d"diq;; ,ir" sarvar de e,a _o de I

son un eremenro.co::T:
un erernento dominado por
J-;"" "ü1 il¡9;ll"=;;.;;",a,
"urao-
Aquí las uguas
pero también
,

ese artá &t¡aordinario;


de Ia Naturarea
dorr.'i:s#tx{iffi ";;;;;,
prado arneno lqiüf
ohyougg po' ¡i¿h;;í..
rq",ry!+:ut6J,,J.?,,x,}TÍ5X{
su obra (cfr. r"¡"-;;";; il'Lut riu prima
estrofal.rl i lsi."óá"Ti"urmateriinaturar para
amcroso ("the essenuar áa,t¿eíj y con er sentimiento
lhi
ninfas elaborarán cuatro.tapices,intr'e"Ios ;;;;"iar
,*;;¿yr'i s p,oetry.. .,,) ras
metría. Er primero de,eros"ffir"iiJ ;r;;i;" una dehcada si_
cualeír;
a la ribera der Esrrjmóq
Iengua de'r de r*cia;.
-ót"d;;á;j;á, movió- ü üffi
r" r.iri"r, ; pinta a éste junro
tá'r,t"" !.acia / Ia dororosa
;;##I¡ "ó,
arte oral pero de ¡erarquía seil&ü#; iuy.ar río q* ,ürnp*ña ar arre, *n
mer tapiz se correspon,j. prototipo de mester poético. Este
,i"r¿i.1""_"ii. nri_

#iiJul;;,";,"Ji:ld:"ffi ##Htf l'**,#¡,;fl


ribera de uri río' q 9t á!t áil*.ti"[JEi*.rr"s ar tuiste ilfu?J"iiE;
pastor garcira-
siano' se describe r"¡o J*^#t;;;:;"
ferice tierra de Ia ^t "rrJ'a"l
de su recorrido donde baña ..ra más
Espaha'r (T;ü;):É'.,to
una ilus.rísima ciudat, nr"r"nta, pues, como río lisado a
brillo que Alba de frr-*. ""rü;-;;;áhr'"¿" cultura e induáabtremente dé más
U" il;# no hay (como,en la Egloga II) seua-
racióndeámbitosmu'cudapo,-ü.a"-i.*,acuáticodistinto.ElTajoestáta;to
del lado de Ia Naturar*", i"r"a""ri"r#"r-u
der arte er mundo-f.riánil como del lado
-entendido en rá
¿ Ia existencia. ";;;rd;i;gq;
modifica;;ü-ffffffi*.rt. natural s-_ i;;i;
{x}'"j**,.e traer argo
de Toledq exquisitim;Ñó"-d"l "i;¿r- ai rodear Ia ciudad
raleza. Y dentró d. I" ;;á;;; humano ám¡ito de Ia Natu_
por la mano humana, pugs i'" '- iir.orii"*irma, et río ha"lsido también alterado
"r,
l.r"j"ndo rrr^"_u*pos y arboredas ,/ con artificio
üil,r,:.,ili"kIn4:"in:lr
j:,i*fl l$rt*LAo:,,ruH,#d1t
eontemptación: er tarj) d¡ ¡¡i*,
y presenta Io útil á* ü";¡r;dr-, ü-;;,áil;" sutir su rabor
at rirt" de io beilo. il;;;;, er Tajo es aquí:
desde er punto
1)Escenariodelap"oa"áio"",i-"r'lÜru'J,,r"''ü;;HeIpradoameno
que da sob,re su ri6era).sz p."""aor
etc') v de Ia mater,l-1áa"q", d;-i";;¿;;"ii;;
'a"r (ti,,turas. ovas,
el río es descrin'to- ?,".*r.l ,rt". s¡"É;;#, tema der arte, I

primer niver, como participante de dos mundos:


er
i

natural y el cuituíal,en -un


doride *ár"r-r", diosas silvestres
I

que Iloran a Erisa) "r,prr'r#i"'r"üne+


v el cortesail?i;r"á;[ »"it" áJ'rr?""r, pastor,. er i

s Cfr. S,rrrzarq ob. cit., p. ZLT.


I

36 Cfr' para el sentido I


antiguo y medievar
l:_*".ccr:qo caqaci{ad de producir una I

[j,'* ;" YI3;rur*,nl* *"zl;wm*rmr*:,ffi*srrJ1":til#:",.§,T


I

,tüt"iil":,'*"**:rur.lkffi xh:$F;kl'#ii{#""}:fl,x***+ii_}?iql
:orma más pura' y

_ zr _
I
Redsto ile la Focultod fu Fitosnfía g Letras ile ta Ponti,ficia Unü:ersidd
Católica Argenlino Santa Marlta de los Busrns Aires

New AGOSTO 1985

Taio es también el lugar donde se practica el arte elegíaco, cuando la más


bella de las diosas que se han oongregado en su ribera escribe en la corteza
de un álamo unos versos de epitafio para Elisa. 4) En un segundo nivel (arte
dentro del arte ) el río aparece, en esos versos de lamentación, como portador
de los desesperados lamentos de Nemoroso:
Elisa so¡ en cuyo nombre suena
y se larnenta dl monts
cavemo§o,
tesügo del dolor Y grave Pena
en que por mí se aflige Nenroroso
y llarna ¡E1isa!, ¡Elisal a boca llena
responde el Tajo, y lleva presuroso
al mar de Lusitania el norr¡bre Ílio,
donde será escuchado, yo lo fío". (Btro'fa 31).

Esto nos rec'¡¡erda, en princip,io, la escena de Ia Egloga II: Albanio rela-


tando a su amigo Salicio cómo, en lo más hondo de su cuita amorosa, lo con-
solaba en cierto modo la idea de que "los de Tajo", sus amigos pastores, can-
tarían su muerte en la ribera del-río; y nos recuerda también el lamento de
Nemoroso en, la Egloga I. Garcilaso parece aludir con este epitafio, a la imagen
pética aguas en general- como recefltoras
mética del Taio -o de las aguas,en receptoras del canto elegíaco
que él se ha complacido en p,resentarnos otras veces.
veces. Parecería deducirse en-
tonces, luego de aventurarno's por estos complicados círculos que enmarcan al
arte bello dentro del arte, que Ia labor poética aquí lograda es la suma y quin-
taesencia de todas las anterioles "metam,o¡fosis artísticas" y que esta visión del
m¡rndo pastoril (desestimada, con rno'destia convencional, en la dedicatoria)
rcpresenta eI apogeo del más delicado proc€so de refinamiento.
Podríamos resumir de Ia siguiente manera la serie de relaciones que hemos
¡ilanteado:

(1) (2) (3) (4) (5)


En el epitafiol
portador del la-
a) atravi,esa el Tajo como mo- mento de Nemo-
mundo pastoril. üoo artístico. roso.
Es escenario a) Síntesis entre §e resum,e en es-
?oesía
Egloea
del arú¿ bello.
naturaleza ta imagen la vi-
gúLiasloru Tajo b) provee el ma-
prtoñl III terial para este
(mundo pastoril) sión sarcilasiana
y-'altas
cultura (arte): de la"l,laturaleza
arte: y el dolor. Nos
ruedas"
elementos
-naturales: oro,
Toledo. rcrrite a la ¡e-
o\¡as, tintura, etc.
b) Lugar del consi.deración de
arte elegíaco. todo el espíritu
- tema.
de su obra y sus
procedimientos.

n suma, en un, quinto nivel poético, el Tajo concluye siendo la cifra de la


Ecaci¡én lnstoril garcilasiana (que se desarrolla en su forma pura en las églogas
f y III, po4lue en la II hay muchos e'lementos ajenos al mundo pastoril, y una
lesis ética conductora del planteo temático que empaña su imagen). En el epi-
ffio se reflrme la relación entre la Naturaleza (a través del elemento acuático
qre Gareilaso escoge con preferencia como rep,resentativo de ella) y el dolor
no,; ¡elación que, como esta úlüma imagen del Tajo, se ha estiliz-ado y
ft¡r.ftgtr¡ado a través de u¡a serie de transformaciones estéticas. Precisando

-25-
ahn más nuestros términos, podríamos decii que el epitafio sinteüza el espíritu.
de la poesía garcilasiana pastoril en s, asfecto el6gíaco. y nos remite a la
reflexión sobre el complicado proceso que diera origá u ósie paradójico "arte
naturall'.

L.a historia de Nemoroso y Elisa cierra de nurnera privilegiada (con nueve-


estrofas) la serie de cuadros mitológicos (tres estrofas óada üno) que compo-
nen, con variaciones múltip,les, un cuadro totalizador de situación de trÉrdida
del objeto amado. Su permanencia en la 'tela artifieiosa", sobre todo gracias"
a-i epitafiq le asegura la fama, no sólo ya en las selvas y en la ribera de]eitosa
del Tajo, sino por todo el 'trúmido ¡eino de Neptuno'. El elemento acuático,
contrariamente a las 'hguas del olvido" de la estrofa 2, se hará ahora eco del.
'funesto y triste caso".
b) Ins ogrec en relación con lm hombt* g los diases.
En esta égloga hay una sotdaridad bo,mbres/dioses desconocida para la I
y_para la II. El Tair es, en la pintura de l.[ise, el escenario donde l¿s diosas"
silvestres lloran la muerte de Elisa, presentada como ninfa. Nise, deidad acuáti-
ca, se apiada de Nemoroso y desea-que su historia sea conocidá en toda la co-
marca de las aguas. Al bordar eI caso de Ne.moroso y Elisa, lo herrrana con los
nritos antiguos donde los grandes üoses son mostrados, Ixlr otra parté, como.
seres sufrientes, acütud ésta muy distinta de la que afltmen en las otras églogas.
Ni en la primera ni en Ia seguuda aparecen los olímpicos (eomo Apolo y Ve-
nus) relacionados de algún modo conel destino de los lnstores (sí con el du-
que deAlba,al que apadrinan). Bn la Egloga I se reprocha a Diana su ingra-
titud y desp,reocupación, y Salicio achaca a los cielos su in¡lusücia. En Ia Egloga
II, ninguna de las diosas selváticas acude al llamado de Albanio (w. 602-631).
En suma, de la ausencia y Ia indiferencia de los dioses en Ias otras églogas, so
pasa a la misericordia divina que se e{presa: 1) En el propósito de la labor
de Nise. 2) Dentro de esta labor, en la esce¡ra de llanto por Elisa que se desa-
rrolla iunto al Tajo.
Las cuatro ninfas bordadoras huyen, en cambio, cuando sienten acercarse
clernasiado a los despreocupados Tirreno y Alcino. Escuchan su cantar, muy
distinto del grave arte elegíaco. que ellas han desplegadq y, antes de que los,
pastorres puedan verlas, se sumerjen dentro de las aguas.

c) Los aguas A la relwnntiempo/e,ternid^ad,.

Todo el tiempo de la narración poemática es w puad.o que cuenta un


woda c_on
-una
única proyección hacia el futur'o: la dei arte. Péro hay varios
IJgr""t donde el continuo pretérito se corta e irrum,pen el presente y ei fotoro.
En estos lugares a veces también intervienen las aguas.

. r)
ef
En Ia dedicatoria: esc.rita_en-presente coninjerencias del futuro en qu.e
cantará las alabanzas de dóna Maúa que detendrán '1as aguas áe&
5r,oe-ta
olvtdo .

2) Ei, la estrofa 8_se desclibe en presente el paisaie del Tajo con su en*
/
cantador- lr''gar- ameno doncle "el agua taña el pradó con sonido alegrando la
vista y el oído". Importa que este-ámbito sea ^descrito como lugar añora exis-

-26_
Ret'isto de ra Facttltotr
de FirasoÍía y Letru de ta ponti.ficia
unúwsidod,
?!11íc: .Argentina Santa MMía
de los Bue,¡ws Airq
ltew jcosTo _
AGO.sTn 1e85
,^^-_-
-YV

norUue _es el eterno locus amt


lgote recreandr
srgpe
uür¿,aT jJX_,,."rp*.u""ñ"-,#,ft,J,.*J".""L,j:*,_il%?*,,,,1,#i"n",uoTff
¡;s.;i' |ie Jrl J hil ill?i#""H, j}:l lt
m íti. a Á"a á;,,;
t'l;::"Hasuertea"á"i'"i'a"TT"'"1it*'[rr:i;;',I"x¡tr;fr};:'*:

tr;;;',;Zl,l#,ii{jf :[{,""4,qt'il',Yglderraiocontinú1tlciéndoseenpre-
ñí^:;!;?ít;#t***f#i,"iir,\ti"t'lL,:.::"ru:,*"*:lf.J{#
4) Hay otrr
tórico.,#_i,#:""A$"j,%::J,,!"3X-n1a,íamosconsider¿
Ilresente para d
nateúrau,,""lT::,"';i;;;;:-"1-ll'l'4"'i;ffi;-:'-l:"fr"á'"""Jfi T';
t v tá¡i ü¿r' 1'1'""ión' Por eÍemplo''-ifi.{-i'i[r"ll'
tas se mroiatt;llti";
xmff,#il:-ffi ü1'i'*11";: -(:ro; rs¡' ffi
=ii:ffi';;:'?'il
"r6,x*#lh?,;:;*rrxf; ri:'f,?:
nuestros,i,,.i-,iJilt5r,.r,,,.?fl:ffi
*';::.:":,':,*"'"o';;;;;'":#;l;x'r:'?:'[:tJIü¡16,?fl,ilíd:
y*"-.!'*lnal',*tu"ueI histó¡ico "o-?^-u-l-
Poeta narra
'cinétic-o" son *rearizacrores-,
si se
u" s
'iJ"r-ii'Tr3l"v "-"o't"""iá'i o:"ili::"ra historia ficticia' ia s'i'a" iI
5) por ,rr*
g1i1á ;a.n,1Hll¡#::",!ff§joiJ .T":,:l** lT_ 1",*poraciones rí¡icas: er
rrrreno y Alcino.

ffi**iil"$i1i:#""H1?{-**$,f;rii:#.i:iffi i"t
d) ta* agrws en la.rel.a,c¡ón
nume/hunortaüdad,.
- E-l Tajo es el

ffi "x.,H.:fi j:#$i:i:Xq_?ffi **x,i"1r:,i,,_","affi


Ia
?i,"1,:;
r;íiii'Iiiil por serpiente
, Pero er raio J,;;;'::';::::1"".icada
F#ffii-1-H:*ffi*fr t{:#*,di j:li}T";"y#*i{jdffi .
e) I-as aguos en la relwión obietiu,idad/xtfueilrJidd.

*i[H##:]i*i*ifr*li,:k,+i.uffi q,;#,#}Hfl
tül$
d#ffi *H #*L,JH*"fl#,gu; fffi*tg,;,
"ü:*,L,"¿ #
P.t d" un arte exquisitamente objetivo. Arte es también Ia canción amebea de
'lirreno y Alcino que aduce los más sonados tópicos de Ia literatura pastoril,
y arte que se despliega en la ribera del Tajo. El-rnundo b'ucólico de Gircibsó
parece cerlarse
parece ceflarse así con una superación
suoeración rlel
del igmenfo ert pl
larr¡,ento en ¡'¡reon' rrñ
el ¡:uego: juego a,,o
un r'r¡adn que
cifra de un-modo ligero,-despiovisto_clel íntimo temblor ét"g"ir"o q,ie tl".fáUu
e] canto de Nemoroso
el Nemorosó er¡
er¡r la Egloga r, los
los mismos tópicos pastóriles
pastoriles que este este can-
to utilizaba com,o imágenes afectivas de una apasionada -srrh,ie,rividc-rl.
anasiánade subjetividad: la Iq natu-
nqtr-
raleza estéril cuanclo la amada fa_lta, su abund^ancia cuando Lm
"rte
p*d;i;,
la belleza de la dama que de todo triunfa, etc.
f) ApneDiwcün finwl.

Podemos decir, en suma, que Ias aguas


-aquí representadas principal-
menle ppr el Tajo- se vinculan tanto con' la Natualez; couro con li cultiua,
con.lo: hl¡rnbres y con los üoses (que aparecen, po.r p,rimera vez eL la pas-
toral de Garcilaso, unidos y solidariói), el prásánte leternidad del hmáto,
existe.ncia actual del Tajo_-{o es¡nñol-,"dnvivificación dinámica del mito) con
e] n3s-a{o (fue escenarió de h bÉor de las ninfas y dentro de eilá fon-
-iti."
do del llanto por-Erisa) y con el futuro (en el rajo y en todo el "húmido reino-
ry Prop.agará la fama de trlisa y Nemoroso; las águas del olvido serán dorne-
ñadas por la_voz inmortal del poeta). se relaciona"n también las aguas con el
dolor. más subjetivo y cotr h Tormá estética más perfeota y dista"nte, con la
realidad cotidiana y la dirrensión sobrehumana dei mito, éon h muárte y la
promesa de eternidad. Las aguas
el antiguo simbolismo traücional del-aguas corrientes, aguas que nos recueidan
río, que disuelíe lis fornias y las renueva-
se muestran, de rranera smiante a Ia Egloga I, corno m,otivo siltéti@. Pero Ia
síntesis lograda en esta églog" es aún mái comp,leta que,enr la prim,era. Se
unen ta¡nbién los mundos (prado ameno/ ciudád, dióses pastoriles,/ dioses
olímpicoq _ memoria de Io zub¡etlvo/ permanencia mítica, lasadoy' porvenir,
fugacidad./ inmortalidad de la iama, etc.) que enr la EgIofr II se irallaban
escindidos bajo las imágenes de la fuente y del río Tormés. -

_ Por lo dernáq los diferentes niveles de elaboración artística de la figura


del Tajo en este tr)oema, hasta llegar a la imageu final donde el río es el-eco
de la voz de Nemoroso y donde evoca el espíiitu del arte pastoril elegíaco de
Gárcilaso, aluden al esfuetzo de refinamiento estético, a la sub'terránea y corn-
pleia estilización que cimenta el límpido "arte naturaf' garcilasiano.

Coxe¡rnroNss cENEB^{LES

A través de las églogas garcilasianas podemos observar una evolución se-


mántica a la que la
im1g9n dL hs agrar nio es ajena.
por el contrariq consti-
tuye antes bien su símbolo o espejo.

una dialécüca (que_ para Garcilaso es ra propia del arte) entre el olüdo
y ,la memoria, Ia naturalez.g 11el cultivo o artiiició, h subjetiüdad apasiárraáa
y Ia objetividad distante, lo humano y Io divino, tl i"tr*J rristoria
e.l.pitg, se-plantea desde un principío en las áglogas y á-"o,o"iendo ¡Lrsonal y
una
delicada elaboración integradoia y s-uperadora ae" añtinámias. Tal integra;én
se refleja, precisamente,- en el moiivo
^acuático,
y lrega a su equilibrio?p"r-
fección eumbres en la Egloga III.

-2e-
Rexisto de la. Fa:cttltad dp Fitosofía g Letru ile la Pontificio unümsidd
Católica Argenti.na Santa María de los Buorws Aires

New AGOSTO 1985

La inexo¡able erosión del mito del paraíso pasto,ril, del Edén terreno, que
se inicia subrepticiarrrente en la Eg[oga I y se venüla en forma explícita en la
f, alcanza su grado más profundo tal vez en la Egloga III, donde hom res y
dioses están hermanados por la impotencia ante la muerte de quien aman; don-
de se sabe, err fin, que todo arte (írnico elixir de, inmortalidad so,bre esta
tierra) es sublime ilusió,n de los sentidos, fábrica deslumbrante de "cuerpos va-
il)s" que el amor de los vivos no p,urede retenerr con, su abrazo. Y no existe ya,
somo en [a Egloga f, la espe.ranza de un, paraíso transm¿rndano,, o, como en la
Égloga II, el consuelo de una aetividad más alta -Ia heroica- que se propone
oomo panacea de la fugacidad intrínseca al devenir y a todo quehacer humano.

Que eI arte y la üda m,isma no son más que "un sueño dentro de un sueño'
('...a d,ream uñhin a dnenrni, como en el poerna d'e Poe), es la dolorosa
verdad transmitida implícitamente en el complieatio dibujo estructural de la
Egloga III. Ya no, nos llega el brillo enceguecedor de la urna del Tormes, pro'
mesa de una desbo,rdante plenitud que ignora las sombras y casi la nostalgia.
[,as ninfas bordan el pasadq lo ir¡escatable que se proyecta hacia el porvenir
oomo un fantasma (y eonviene tomar el término en el sentido etim,ológico)
¡nr la mágiea intervención del arte. LIn arte que, en eI sentirlo platónico, sería
rznto más falaz cuanto más compleja resultase la multiplicación de planos lo-
grada, cuanto mayor fuese la lejanía del objeto real.
Ejemplar muestra de esta alquimia p,oética es el trabajo efectuado sobre
el motivo del Tajo y el dolor de Nemoroso, indisolub,lemente unidos. Imagen
syocada dentro de un epitafio, dentro de un tapiz, dentro de un poema, super-
¡nsición de velos diverso,s que €s la mejor manera de sugerir, en el habla,
lo inefable. Reverberación de espeios en el ptirner espeio del mundo: el agua
prístina, síntesis natural de lo evanescente y lo durable, de Io mismo y de lo
úq de la revelación y del engaño. El agua es ciertamente el mejor emblema
para una teoría y una técnica de la mímesis que, si bien tom.a en cuenta, pla-
tónicamente, el abismo ent¡e el ser y la apariencia, también exalta, como, Ape'
ks y Timantes (modelos de las ninfas -cfr. estr. 15- y prototipo del ilusio'nismo
piciórico tan denigrado en la Repúb:l.tca) el hechizo fenoménico del arte en
b que éste tiene de misterio y de manifestación.
Poco importa luego, acaso, quela huella o estela de ese aparecer sea casi
h nada: sornbra, tránsito y transfigurac!ón de la belleza que avaramento se
urestra a los mortales, para dejar sólo un poco de espuma en el agua clara:
.. .y de ]a blanca espuma que moüeron
las cristalinas ondas se cubrie¡on.

IVÍARÍA Rose Lofo »p Brurm


Cuueio Nacianal de lntx,stigacimes
Ci.erúíficas g Témicas

BIB I,IOGR,AEÍA OON§IILTADA

l}l E¡Iiciot¿.es utitrizrtda,s


a¿p-_¡ra!o, obras, qdjción, in-troducción y notas de Tornás Navarro Tomás, Ma-
drid, Bspasa-Calpe, 1970.

-29_
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SIGLIIS UTIIJIZADA§

BAAL... Boletín d,e to Aeú,etnia Argentina d,e Letra§'


BII[... Eu,lletin llis'Pmi,qte.
BRAE.. . Bateün d,e lo Reo,l Acad,emia Españ'd'a.
B§§... Bulletin of Sp.ttisll Stttd.ies.
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MLfr.;. Mú"ern lffiLguf,ge Reoieu,
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