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ÓRGANOS DEL APARATO FONOARTICULADOR
ATENDIENDO A SU FUNCIONALIDAD
a) Fosas nasales: Son un órgano sensorial (olfatorio) y respiratorio con una doble
función: dejar pasar el aire (inspiración) y adecuar las condiciones en las que entra
dicho aire afín de no dañar la estructura aéreas inferiores. También actúan como
elemento resonador.
a) Laringe: Es un órgano hueco formado por una serie de cartílagos unidos por
ligamentos y músculos. En su conformación interna se aprecian unos repliegues
móviles de naturaleza muscular que son las cuerdas vocales, a las cuales debe su
función fonatoria.
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ESQUEMA DEL APARATO
FONADOR
Para que el lenguaje pueda desarrollarse plenamente se requiere también además de los
órganos del aparato fonoarticulador y del oído como órgano principal en la recepción del lenguaje
un funcionamiento de determinadas zonas del cerebro y vías nerviosas que son:
ALTERACIONES EN LA ARTICULACIÓN
DISLALIA: Anomalías del habla más frecuentes en la edad escolar, en Educación Infantil y Primer
Ciclo de Primaria se necesita una intervención temprana. Alteraciones en la articulación de los
fonemas, ocasionadas por una dificultad para pronunciar de forma correcta determinados fonemas o
grupos de fonemas de la lengua.
4 Tipos de DISLALIA:
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d) Dislalia funcional: Mal utilización de los órganos articulatorios sin que pueda
advertirse causa orgánica. No usa correctamente dichos órganos a la hora de
pronunciar los fonemas de su lengua.
Según el órgano afectado podemos hablar de los siguientes tipos: Labiales, dentales, mandibulares,
linguales y palatales.
b) El frenillo labial superior. Es una membrana situada en la cara interna del labio
superior, entre este y la encía, que dependiendo de su tamaño puede reducir la
movilidad del labio superior y dificultar la pronunciación de los sonidos labiales. En
casos extremos, se puede observar una separación entre los dos incisivos superiores
El tratamiento suele ser quirúrgico.
4. De origen lingual: En este caso la dificultad de articulación se debe a una alteración de tipo
orgánico de la lengua. Las dificultades que se observan con más frecuencias son las
siguientes:
b) La parálisis de la lengua por lesión del nervio hipogloso. Puede afectar a uno o
ambos lado de la lengua. La articulación queda claramente afectada y el pronóstico,
sobre todo en la parálisis bilateral, es difícil.
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c) Las malformaciones linguales. Son alteraciones en la forma de la lengua, como la
macroglosia-lengua grande-, la microglosia-lengua pequeña-o la esquizoglosia-
lengua dividida.
a) La fisura palatina. El paladar esta dividido en la línea media, por lo que las
cavidades bucal y nasal quedan unidas. La gravedad varía en función de la zona
afectada: paladar blando únicamente, paladar blando y óseo, y finalmente que la
hendidura afecte también al labio. Es frecuente, en estos casos observar diferentes
patologías que serán paralelamente, labio leporino, malformaciones de dientes y
maxilares y oídos.
DISARTRIA Y ANARTRIA
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Los deficientes motóricos dificultad para mover sus órganos bucales al realizar cualquier
actividad (succionar, soplar…).
CARACTERISTICAS
DISARTRIA SISTEMA AFECTADO
PRINCIPALES
Segunda neurona del sistema Hipernasalidad, tono monótono
D. Flácida
motriz. inspiración audible
Imprecisión de consonantes, tono bajo y
Primera neurona del sistema
D. Espástica monótono, voz ronca, emisión forzada,
motriz.
reducción del énfasis.
Imprecisión de consonantes, énfasis
excesivo, alteración articulatoria
D. Atáxica Cerebelo irregular, distorsión de vocales, voz
ronca, tono monótono, prolongación de
fonemas.
Tono monótono, imprecisión de
consonantes, voz ronca, silencios
D. Hipocinética Extrapiramidal
inadecuados, vocalizaciones rápidas e
intermitentes.
Imprecisión de consonantes, distorsión
de vocales, voz ronca, silencios
inapropiados, gran variación en la
D. Hipercinética Extrapiramidal
intensidad, prolongación de los fonemas,
emisión con esfuerzo, alteración del
énfasis, fluencia variable.
Clasificación de la Disartrias.
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SINTOMATOLOGÍA DE LA DISLALIA FUNCIONAL
1. SINTOMATOLOGÍA EN LA ARTICULACIÓN.
2. SINTOMATOLOGÍA EN LA PERSONALIDAD.
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de lecto-escritura, debido a las alteraciones del lenguaje hablado y el escrito, como son las
dificultades de percepción y discriminación auditiva.
Rendimiento escolar disminuiría y quedaría por debajo con respecto a su capacidad. También le
ocasionaría situaciones de inhibición y de aislamiento, bloqueandose su socialización e integración
en el grupo. Esto puede desencadenar un rechazo a todo el proceso escolar, unas repercusiones
negativas para su futuro.
Es necesaria su corrección antes de que se hagan sentir sus efectos en el ámbito.
1. CAUSAS FUNCIONALES:
Cuando hay una alteración, la expresión hablada puede deformarse inicialmente y fijar
unos esquemas articulatorios incorrectos que determina un habla defectuosa. Estas causas
funcionales pueden centrarse en las siguientes:
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2. CAUSAS PSICOLÓGICAS.
Los problemas afectivos influirán negativamente sobre el desarrollo del lenguaje. Esta
problemática personal puede ser un retraso evolutivo en cualquiera de los factores funcionales
descritos, incidiendo entonces de una forma más significativa sobre su lengua.
Una falta de cariño o una sobreprotección, un problema de celos, una inadaptación
familiar o cualquier perturbación psicoafectiva en la infancia retarda la normal evolución del
lenguaje que queda fijado en etapas anteriores a su edad cronológica, e incluso sufre
regresiones con la aparición de estos factores negativos.
En algunas cosas puede llega a perder el deseo y la necesidad de comunicarse, que es
un elemento esencial para el desarrollo del lenguaje.
3. CAUSAS AMBIENTALES.
El ambiente es un factor de gran importancia en la evolución del niño, que junto con
los elementos o capacidades personales, irán determinando su desarrollo madurativo.
En muchas ocasiones las perturbaciones psicoafectivas del niño están motivadas por
ambientes poco favorables.
Las actitudes negativas que tienen las familias y no favorecen el desarrollo del niño,
pueden ir desde la superprotección exagerada que impiden su evolución adecuada y desarrollo
del lenguaje, creando una madurez, hasta el rechazo, expresado de una u otra forma,
percibido por el niño, que bloquea su equilibrio emocional y su desarrollo.
Otros factures son la desunión, tensión y desequilibrio familiar, con experiencias
traumatizantes para el niño, vividas en el seno de la familia, afectaran a la personalidad y se
manifestaran en alteraciones del lenguaje.
También la carencia afectiva, por ausencia o falta de los padres, puede predisponer a la
aparición de problemas del habla.
Otro importante es el nivel cultural en el que se desenvuelve el niño y la correcta
expresión hablada que tenga la familia.
A veces en el ambiente familiar, por bajo nivel cultural o por defectos articulatorios no
corregidos, se habla de manera deformada e improcedente, proporcionando así unos modelos
inadecuados y manteniéndole el refuerzo de una expresión defectuosa.
DIAGNÓSTICO
Para detectar estas causas es necesario realizar una evolución completa, que abarque el
estudio de toda la situación del niño, para enfocar el tratamiento según los resultados del mismo.
1.ANAMNESIS
1.- Libre: si el entrevistador no interviene, dejando que sean los entrevistados quienes
expliquen, prácticamente sin interrupciones y a su manera, el problema que les
preocupa.
3.- Dirigida: el entrevistador pregunta de forma ordenada aquellos datos que desea
conocer.
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d) Historia escolar del niño; cuándo comenzó la escolaridad; cuánto tiempo estaba
fuera de casa; actitud ante el inicio de la guardería o escuela y actitud actual; cambios
o no a su nivel escolar; evolución en el aprendizaje de la lecto-escritura.
Se recogerán informaciones relativas a cómo vive y reacciona frente a las situaciones que se
producen a su alrededor.
2.- ARTICULACIÓN.
2.1. Lenguaje dirigido (producción verbal provocada). Se le señala o presentan al niño objeto,
dibujos o escenas que a denominar, describir o narrar, dirigiéndole así a pronunciar los
fonemas / sinfones a observar.
2.2. Lenguaje repetido (imitación provocada). El niño debe repetir los fonemas, diptongos,
sílabas y sinfones de las palabras en distintas posiciones (inicial, media y final), después del
que evaluador los haya pronunciado previamente.
2.3. Lenguaje conversacional (producción verbal espontánea) se invita al niño a que nos narre
un cuento o nos hable aspectos de su vida cotidiana para observar su lenguaje espontáneo
habitual.
3.- MOTRICIDAD.
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Relación que existe entre el movimiento y el habla, se detecta en muchos casos cómo un
retraso motor que desencadene o favorezca la aparición de una dislaia funcional, siendo por tanto un
dato clave a analizar en la valoración diagnóstica.
El aspecto que más altera al habla es la torpeza en los movimientos de los órganos de la
articulación, que es la única zona en la que presenta falta de agilidad y de coordinación. En
ocasiones este retraso motor está generalizado, afecto más a la zona bucal y por ello es necesario
valorar la situación del niño en ambos aspectos.
Se pueden aplicar distintas escalas, siendo una de las más utilizadas la de Ozeretzky, que
permite conocer el nivel general del desarrollo motor del niño y analizar los componentes o
aspectos de la motricidad, como son: la coordinación estática, la coordinación dinámica de las
manos, la coordinación dinámica general, la rapidez de movimientos, los movimientos simultáneos
y las sincinesias.
Escala aplicada en edades de cuatro a quince años. Los resultados darán la edad motora
global del niño, que debe coincidir con su edad cronológica, y los aspectos en que su desarrollo es
más deficitario, siendo conveniente comenzar las exploración por las pruebas correspondientes a la
edad inmediata inferior a la del sujeto. La edad motora del niño será la correspondiente a aquel
grupo cuyas pruebas, por término medio, haya superado.
4 años.
Mantenerse de pie durante quince segundos con los ojos cerrados, las manos en la costura
del pantalón, los pies el uno delante del otro, en línea recta, la punta del pié izquierdo tocando el
talón derecho.
Valoración: La prueba no se realiza con éxito cuando hay balanceo o desplazamiento del
cuerpo. Una repetición está permitida.
Con los ojos cerrados, tocarse la punta de la nariz alternativamente con el índice de la mano
derecha y con el de la izquierda.
Valoración: La prueba no se realiza con éxito cuando el niño se toca otro lugar o se toca
otro lugar antes de alcanzar la punta de la nariz. Tres repeticiones están permitidas para cada mano
(sobre tres ensayos dos deben ser positivos).
Saltar, levantando del suelo ligeramente encorvadas las dos piernas simultáneamente. No
hay que tener en cuenta la altura del salto.
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Valoración: El resultado es negativo si el niño es incapaz de levantar al mismo tiempo los
dos pies; si cae sobre los talones y no sobre las puntas; si hace menos de siete u ocho saltos en el
intervalo de cinco segundos. Una repetición está autorizada.
Con el máximo de rapidez, colocar unas piezas en una caja. La prueba debe ser ejecutada
con la mano derecha por los diestros y con la izquierda por los zurdos. Una caja de cartón de l5 por
l5 cm. se coloca delante del niño a una distancia de la mitad de su brazo. Veinte piezas de 2 cm. de
diámetro se alinean entre el niño y la caja, paralelamente al lado de ésta y a una distancia de 5 cm. A
una señal dada, el niño debe colocar, una a una, las piezas en la caja, con la máxima rapidez. El niño
puede coger las piezas de donde sea y ponerlas sin orden en la caja, pero debe colocarlas y no
echarlas. La duración de la prueba es de 20 segundos para 12 0 15 piezas.
Valoración: No se realiza con éxito si todas las piezas no están en la caja. Están autorizadas
dos repeticiones.
Con los brazos extendidos horizontalmente, describir con el índice de las dos manos
circunferencias en el especio. El tamaño de las circunferencias puede escogerlo el niño pero debe
ser igual en los dos lados. El brazo derecho describirá circunferencias en el sentido de las agujas del
reloj; el izquierdo en sentido inverso. La duración es de veinte segundos.
VI. Sincinesias.
El examinador tiende la mano al niño rogándole que se la coja y la apriete con fuerza con la
mano derecha y después con las dos manos. Mientras el niño aprieta, se tiene que observar si hace
trabajar otros grupos musculares (por ejemplo cerrar la otra mano, contraer la cara, arrugar la frente,
abrir la boca, apretar los labios).
Niñas:- Pedir a la niña que salte echando las piernas hacia atrás y toque ambos talones con
las manos durante el salto.
Valoración: La prueba no se ha realizado con éxito cuando la niña no se ha tocado los dos
talones. Están permitidas tres repeticiones.
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13- 14 años.
A) Niños.- Con los ojos abiertos, mantenerse diez segundos sobre la punta del pie derecho,
después diez segundos sobre la del pie izquierdo.
Valoración: La prueba no es exitosa cuando el niño deja caer la pierna demasiado pronto,
cuando pierde el equilibrio, aleja las manos de los muslos o se eleva sobre las puntas de los
pies. La prueba se valora con un punto cuando ha sido realizada bien con las dos piernas y con
medio cuando sólo fue con una. Están autorizadas dos repeticiones para cada pierna.
B) Niñas.- Con los ojos abiertos mantenerse durante diez segundos sobre la punta de uno de
los pies. La niña se pone sobre la punta del pie derecho, flexiona la pierna izquierda en ángulo
recto a nivel de la rodilla; el muslo izquierdo paralelo al derecho, ligeramente inclinados los
brazos reposando sobre los muslos. Después de un reposo de treinta segundos repetir el
ejercicio con la otra pierna.
b) Niñas.- La niña pone el extremo del pulgar derecho sobre la punta del índice
izquierdo, y el extremo del pulgar izquierdo sobre el del índice derecho. A una señal
dada, el índice derecho se separa del pulgar izquierdo y describe una circunferencia
alrededor del índice izquierdo para juntarse de nuevo con el pulgar izquierdo; el
índice izquierdo no abandona el pulgar derecho. A continuación, el índice izquierdo
deja el pulgar derecho y describe una circunferencia para juntarse de nuevo con el
pulgar derecho, manteniendo el índice derecho sobre el pulgar izquierdo, y así
sucesivamente durante diez segundos con el máximo de rapidez. Después ejecutar el
mismo ejercicio con los ojos cerrados durante diez segundos.
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III.- Coordinación dinámica general.
El niño esta sentado a la mesa. Se fija delante de él con chinchetas, una hoja de papel sin
rayar. Tiene en la mano derecha, colocada libremente sobre la mesa y el brazo apoyado ligeramente
sobre el codo, un lápiz sin punta fina. A una señal dada, con el máximo de rapidez, debe golpear con
el lápiz sobre el papel haciendo únicamente movimientos de puño. Puede colocar los puntos donde
quiera, pero no unos encima de otros. Duración de la prueba: l5 segundos. Después de un reposo de
un minuto, repetir el ejercicio con la mano izquierda.
Valoración: El resultado no es positivo cuando, en el tiempo fijado, los niños han hecho
menos de cien puntos con la mano derecha (menos de 90 para las niñas) y menos de ochenta y cinco
con la mano izquierda (menos de 75 para las niñas). A la inversa para los zurdos. La prueba se
valora con un punto cuando ha sido realizada por las dos manos y con medio cuando se ha
conseguido con una sola mano.
El niño está sentado ante una mesa. Se coloca a su izquierda una caja de cartón y al lado de
ésta, 20 monedas o fichas de dos cm. de diámetro; a su derecha se coloca una caja de cerillas vacía
y al lado de la caja, 20 cerillas. A una señal dada el niño coloca simultáneamente con la mano
derecha y con la izquierda, una cerilla y una moneda en sus cajas correspondientes y así seguido
durante diez segundos.
VI.- Sincinesias.
Cerrar alternativamente el ojo derecho y el ojo izquierdo. En 10 segundos, cada ojo debe
haber sido cerrado al menos cinco veces.
3.2.- Ritmo.
El ritmo, es una cualidad propia del lenguaje, ayuda a la hora de fijar y automatizar los
esquemas posturales de la correcta articulación, una vez que ésta se logra omitir. El ritmo flexibiliza
el movimiento facilitando su interiorización. Por ello, al trabajar la nueva articulación conseguida,
vamos a encontrar en el apoyo del ritmo una valiosa ayuda que la facilite.
De aquí la necesidad de valorar inicialmente la capacidad que tiene el niño para una
expresión rítmica sencilla.
1.- Inicialmente se le puede marcar un ritmo determinado, pidiéndole que él lo siga a la
vez que el reeducador, para dejar que luego lo continúe solo y observar si se
mantiene correctamente en el mismo.
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2.- Repetir la prueba marcándole un ritmo más rápido y terminada ésta, hacerlo de
nuevo con un ritmo más lento que el inicial.
3.- Reproducir de las estructuras rítmicas realizadas por el reeducador, siguiendo las
propuestas en la prueba de ritmo de Mira Stambak.
Inicialmente se hará un ensayo si el niño ha captado bien la diferencia entre tiempos breves
y largos. Si los reproduce bien, se pasa a al realización de la prueba. En caso contrario hay que
volver al aprendizaje hasta lograr el éxito del ensayo.
Una vez iniciada la prueba el niño escuche bien hasta el final cada estructura, antes de
intentar reproducirla. Si fracasa, se hace un nuevo ensayo, haciéndosela escuchar de nuevo
previamente. Se da por terminada la prueba después de cuatro estructuras fracasadas en los dos
ensayos.
Interesa conocer, a través de esta prueba, si supera el nivel que corresponde a su edad.
Sentado el examinador junto al niño ante el espejo, le pedirá que vaya repitiendo los
movimientos que se le van proponiendo, realizándolos al ritmo que se le va marcando.
1.- Observar si puede realizar dicho movimiento. De ser negativo, no se podrá pasar a
las siguientes valoraciones.
2.- Valorar la agilidad y control del movimiento y del órgano que e interviene, ya sea
lengua o labios. Se le pedirá que lo realice al ritmo que se le vaya marcando,
alternando lento, rápido y paro repentino.
3.- Conocer si tiene independencia para realizar los movimientos propuestos. Cuando
esta no exista aparecen las sincinesias o movimientos asociados innecesarios, en los
que tiene que apoyarse para realizar el propuesto, como son movimientos de cabeza,
balanceos, parpadeos de ojos, etc..
Ejercicios de lengua:
1.- Sacar la lengua lo máximo posible, pidiéndole que intente con la lengua mojarse la barbilla y
volverla dentro, según los ritmos propuestos. Si es incapaz se sacar minimamente la lengua, hay que
levantársela con el depresor para observar si existe frenillo que se lo impida.
2.- Labios relajados y sin abrirlos, que saque entre ellos la punta de la lengua en movimientos
rápidos y pequeños. Este ejercicio trata de valorar la capacidad de realizar movimientos pequeños y
rápidos con el ápice de la lengua.
3.- Con la boca abierta, como si fuera a decir la “a”, llevar la punta de la lengua a una y otra
comisura de los labios (de lado a lado), según el ritmo marcado, en un movimiento continuado.
4.- Con la boca abierta, sin mover los labios ni la mandíbula, toque con la punta de la lengua,
sin sujetarla con los dientes, el centro del labio inferior y del superior. Este movimiento es de los
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más difíciles. El niño tratara de ayudarse con los labios, dientes o cerrando la boca, para alcanzar
con el ápice de la lengua el labio superior, lo que indica que no puede realizar el movimiento de
elevación. También en este caso hay que observar si se da la presencia de frenillo bajo la lengua que
se lo impida.
5.- Boca abierta de la “a”, hacer movimientos de giro con la punta de la lengua sobre los labios,
marcándole la lentitud o rapidez del mismo de forma variable, realizara el cambio de sentido
cuando se le indique. Exige buena coordinación y con frecuencia sucede que al llegar a una
comisura de los labios no son capaces de continuar el movimiento circular.
Ejercicios de labios:
Dos tipos de problemas: en unas ocasiones es la tensión muscular localizada en esta zona la
que crea una rigidez labial que impide la apertura adecuada de la boca, dando como resultado un
habla oscura o poco inteligible. En otros casos es la falta de movilidad de los labios, dándose a
veces esta bloqueo por ambos factores, actuando a la vez sobre los labios. Será, por tanto, necesario
hacer una valoración de ambos aspectos,
a) Relajación labial
Cierre la boca, presionando con fuerza los labios y dientes, para pasar a aflojarlos y dejarlos
relajados. El examinador, llevara a cabo movimientos laterales del labio inferior del niño y con las
manos le hará abucinar los labios, si se da resistencia o rigidez en esta zona. Previamente el
examinador habrá realizado el mismo ejercicio sobre sus propios labios, para que el niño observe el
mecanismo de la prueba que vamos a realizar.
b) Movilidad labial
1.- Boca cerrada, abucine los labios proyectandolos hacia adelante como si fuera a dar un beso y
a continuación los estire sin separarlos, imitando la sonrisa, de forma muy marcada y siguiendo el
ritmo propuesto.
3.- Inflar las mejillas y hacerlas desinflar con una explosión de labios al presionarle sobre las
misma. Se valorara el control de las mejillas y los labios.
4.- Repetir una a una por imitación la emisión de las cinco vocales, para observar la movilidad
de los labios en el seguimiento de las distintas posturas labiales que requiere cada una.
5.- Realizar sonidos producidos por los labios, como zumbidos, chasquidos, silbatos y vibración
4 DISCRIMINACIÓN AUDITIVA
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Se darán al niño pares de sonidos ambientales que ofrezcan semejanza entre si para que sean
identificados y diferenciados solo por la audición. El niño estará de espaldas al examinador, para
que no pueda ver lo que este realiza y lo tenga que reconocer a través del oído. Los sonidos que se
produzcan es necesario que sean familiares para el niño, siendo la consecuencia de acciones que él
mismo realice habitualmente y que por tanto tenga motivos para reconocerlos si tiene una
percepción auditiva adecuada.
1.- Se rasgara una hoja de periódico grande y dejando un intervalo se arrugara una hoja de papel
de seda hasta hacer con ella una pelota. El sonido del rasgado y del crujido del papel que se
producen en ambas acciones deben de llevar al niño a identificarlas, ya que él las habrá realizado en
muchas ocasiones.
Recogido el material utilizado, se pide al niño que se vuelva e indique las acciones que se
han llevado a cabo.
2.- Situado de espalda, se dará vueltas con una cucharilla situada dentro de un vaso y se jugara
con varias monedas batiendolas en la mano. Deberá reconocer por el sonido las acciones realizadas.
3.- Finalmente, se llamara con los nudillos en la puerta o sobre la mesa y después se pataleara
sobre el suelo y si tiene una discriminación auditiva correcta, tiene que reconocerlas.
Vamos a conocer la capacidad que tiene el niño para diferenciar sonidos semejantes y para la
identificación de los sonidos que se propongan, dentro de las palabras.
1.- Sean repetirán articulaciones que tienen el mismo modo y el mismo punto de articulación,
con la única diferencia de que una es sorda, es decir, se realiza sin vibración de las cuerdas vocales,
y la otra es sonora por ir acompañada de esta vibración. Se darán estos sonidos en forma de silabas
seguidos de la misma vocal.
Los pares propuestos con mayor semejanza son los siguientes:
El niño puede estar de frente, pero el examinador puede poner un papel delante de su boca
para que no lo vea el pequeño, pues aunque ambos sonidos tienen el mismo punto de articulación se
pone mas fuerza en la realización de los sordos, y esto le supondría una apoyo visual para su
reconocimiento.
2.- Se emitirá un sonido aislado, p.ej. /s/ indicando al niño que en las palabras que le vamos a
proponer puede aparecer con las distintas vocales, en la forma “sa”, “se”, “si”, “so”,”su” se le dirá
que este sonido no esta en todas las palabras que se van a proponer. Debe estar atento si está o no en
cada una de ellas. Hacer este muestreo con los sonidos que suelen crear mas confusión para su
identificación, como son: /s/,/z/,/d/,/r/, y en el examen de la articulación eran sustituidos por otros,
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para valorar si esta sustitución era porque no sabia pronunciarlos o porque no los reconocía como
tales.
En este ejercicio el niño puede ver la boca del examinador mientras este pronuncia palabras.
Los pares de palabras a dar serán muy semejantes con la sola variable de una a otra de un
sonido, se necesita una buena discriminación para saberlas diferenciar correctamente.
Es conveniente que el examinador ponga un papel delante de su boca para que el niño no
vea los sonidos que realiza y solo tenga el dato auditivo para el reconocimiento de las palabras.
Un niño puede no responder correctamente y esto puede estar motivado por diversas causas:
que tenga una ligera perdida de audición que le impide reconocer la pequeña diferencia de sonidos
existentes entre las dos palabras propuestas o por el contrario ser un niño con una audición perfecta,
pero con una mala discriminación de lo que oye y le lleva a no diferenciar y confundir los sonidos.
El niño duro de oído no capta bien lo que se le dice y tiende a preguntar, a pedir que le
repitan de manera insistente. el niño con mala discriminación no pregunta, repite incorrectamente
tal y como el lo ha percibido.
Es importante cual es la verdadera causa y ante una sospecha de audición deficiente, que
puede generar una dislalia audiógena, es necesario remitir al niño a un examen medico donde le
realicen una audiometría y le apliquen un tratamiento medico para evitar un aumento de la perdida
auditiva que inicialmente presenta.
5.- RESPIRACIÓN
En este aspecto nos interesa conocer los defectos o malos hábitos que tiene implantados el
niño en este proceso, su capacidad respiratoria y el control que tiene del aire espirado.
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1.- Un defecto es la toma de aire por la boca o inspiración bocal constante, va afectando
a su paladar, pudiendo llegar a crearle una deformación ojival.
Cuando se da este hecho puede estar ocasionado por una dificultad para realizar la
inspiración nasal por la existencia de vegetaciones o puede tratarse de un mal hábito respiratorio.
Para detectar la causa se hará inspirar al niño, tapándole la boca y cerrando alternativamente
uno y otro orificio nasal. Al obligarle de esta forma a tomar el aire por la nariz, se podrá constatar si
lo puede hacer correctamente, tratándose en este caso de la implantación de un habito defectuoso o
si, por el contrario, si se da esta situación, enviarle a la revisión médica correspondiente.
2.- La capacidad que tiene el niño para combinar la inspiración nasal seguida de la
inspiración nasal seguida de la espiración bucal. Le pide que respire profundo y a
continuación sople con fuerza.
Es frecuente que eche el aire con fuerza utilice la misma vía de entrada y salida, en este
caso, el aire por la boca, a no ser capaz de coordinar las vías nasal-bucal en una misma respiración,
coordinación que es necesaria para tener un buen dominio de la respiración.
Otro aspecto a valorar en relación con la respiración es la fuerza y control que tiene el soplo
y la orientación en la direccionalidad del mismo, por la implicación qsue estos aspectos tienen en el
habla, ya que la articulación de cada sonido tiene una forma y un canal de salida de aire fonador que
hay que controlar.
1.- Para la realización de esta prueba se pedirá al niño que sople a una vela encendida,
situada alternativamente a distintas distancias y que lo haga con intensidad variable,
unas veces para apagarla y otras solamente para hacer oscilar la llama según se le
vaya indicando.
2.- Para valorar la capacidad que tienen en la orientación de la direccionalidad del aire
emitido, se le pedirá también que sople a una vela encendida y se irán cambiando las
posiciones de ésta, describiendo a un arco frente a su boca. Así se observará si el
niño es capaz de orientar correctamente la emisión del aire.
La tensión muscular afectará a la articulación del lenguaje, cuando esté localizada en la zona
buco-facial, pero generalmente, cuando un sujeto es tenso, la contracción muscular no se da sólo en
una zona, sino que está generalizada en todo el cuerpo, aunque haya puntos más conflictivos donde
se concentra más este fondo tónico contraído. Por tanto será necesario conocer los dos aspectos, la
respuesta tónica general y la bucal.
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6.1.- Fondo tónico general.
Será necesario conocer en qué medida existe una tensión generalizada en el niño, valorando
las respuestas que da a los ejercicios de relajación que se le proponen.
Hay que tener en cuenta que el niño puede manifestar la tensión que tiene de dos formas
distintas: en unos casos será mostrando una rigidez de los músculos, que no pueden responder así a
los ejercicios que se le indican y en otros casos lserá en forma se hiperactividad, muy frecuente en
los niños, que también le impide una postura pasiva y unos músculos relajados.
Para dar a conocer al niño lo que queremos realizar, será conveniente mostrarle previamente
un muñeco de trapo, que le hace ver claramente y a modo de juego si es pequeño, lo que queremos
hacer con nuestro cuerpo imitando al muñeco. A continuación se le pueden ir pidiendo los ejercicios
que queramos realizar, mostrándolos siempre antes en el cuerpo del examinador, para que el niño
pueda constatar inicialmente lo que es un miembro o una zona del cuerpo totalmente pasiva.
Se solicitará la repetición de cada ejercicio propuesto dos o tres veces, para que el niño capte
el mecanismo del mismo, ya que al tratarse de algo nuevo para él puede no ser capaz de realizarlo a
la primera indicación, aunque no exista tensión que le bloquee.
1.- Se pedirá al niño que, estando de pie frente al examinador, se quede flojo, como el
muñeco de trapo, con los brazos caídos a lo largo del cuerpo. Entonces, el
examinador, poniendo sus manos sobre los hombros del niño, le imprimirá
movimientos de rotación al tronco que provocarán oscilaciones pasivas de los
brazos, si éstos están relajados. Cuando esta distensión no se logra, se manifestará de
una de las formas siguientes.
2.- Siguiendo la indicación de dejar las manos de trapo, se le tomará por las muñecas
para imprimirle movimientos pasivos de las manos. Se iniciará con la mano derecha
si es diestro o con la izquierda si es zurdo, ya que el lado dominante se relaja más
fácilmente. Como en el ejercicio anterior se observará si hay pasividad en las manos,
o si por el contrario existe tensión, manifestada en forma de rigidez o de
hiperactividad, con colaboración activa..
3.- Para observar la rigidez o pasividad que el niño presenta en los brazos se realizará
otro ejercicio en el que, cogiéndole por la muñeca, se le levantará el brazo,
percibiendo la pesadez del mismo si está relajado. Al soltarle desde esta postura, si
existe distensión, el brazo caerá libremente terminando el movimiento con una
oscilación pendular. Por el contrario, si hay rigidez o tensión, en primer lugar
observaremos la falta de pesadez de brazo y luego veremos cómo al soltarle éste no
caerá de forma pasiva, sino que el niño lo bajará con un movimiento activo por su
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parte y sin que se dé ningún tipo de oscilación pendular final. Este ejercicio, como el
anterior, se iniciará por el lado dominante.
Como ya quedaba indicado, es fundamental que antes de que el niño realice cualquier
ejercicio, lo vea y lo palpe en el cuerpo del examinador para que capte con claridad lo que le
pedimos y en qué consiste el ejercicio propuesto.
4.- Para conocer el tono muscular que existe en las piernas se tumbará al niño y en esta
postura se cogerá la pierna por el tobillo y se levantará, observando si se da pesadez
de la misma. Al soltarla, si la pierna está relajada, caerá con rebote sobre la
colchoneta. Si no se dan estas condiciones y por el contrario la pierna no se percibe
pesada y en lugar de caer libremente se observa que la baja y por tanto no hay rebote,
esto indica que existe una tensión muscular, sin respuesta a la propuesta de
relajación.
5.- Partiendo de la misma postura del ejercicio anterior y también para valorar el fondo
tónico de las piernas, se le cogerán éstas por las rodillas y, sin levantarlas, se le
imprimirá un movimiento rápido de rotación de las mismas de dentro a fuera. Al
soltarlas, si existe un fondo tónico que responde positivamente a la distensión que
proporciona este ejercicio, las rodillas quedarán separadas, en la postura de rotación
externa, como igualmente los pies, cuyas puntas quedarán hacia los lados formando
un ángulo abierto. Si, por el contrario, las rodillas quedan pegadas y las puntas de los
pies juntas mirando hacia arriba, indica que existe una tensión en las piernas que le
impide relajarlas.
Se pedirá al niño que apriete con fuerza toda la zona bucal, los labios, la mandíbula y que
mantenga la lengua pegada con fuerza contra el paladar o los clientes. A una indicación dada se
pasará a aflojarlo todo, quedando la mandíbula caída, la boca entreabierta, los dientes y los labios
separados y la lengua reposando en el suelo de la boca. Para constatar la distensión, el examinador
imprimirá movimientos a los labios, comprobando que no exista rigidez o resistencia a su acción y
observará la postura pasiva y relajada de toda la zona bucal.
7.- PERSONALIDAD.
El dibujo de la familia es una de las formas a través de las cuales el niño puede proyectar su
problemática personal, ya que en la constelación familiar es donde se encuentran sus principales
conflictos relacionales que influyen en su personalidad.
23
Así Marurice Porot afirma:”· La simple observación y un estudio detallado del dibujo
permiten conocer, sin que el niño lo advierta, los sentimientos reales que experimenta hacia los
suyos y la situación en que se coloca a sí mismo dentro de la familia, en una palabra, conocer a la
familia del niño tal como él se la representa, lo que es más importante que saber cómo es realmente.
De carácter clínico o psicológico, sólo se solicitarán en aquellos casos en los que, a través
del historial y de las diversas pruebas realizadas para el diagnostico y valoración del caso, se
sospecha o se percibe que existe algún problema que afecta a su lenguaje y que debe ser tratado
clínicamente, como presencia de frenillo, implantación dentaria defectuosa, pérdida de audición,
existencia de vegetaciones y problemas respiratorios, indicios de disfunción cerebral o problemas
de personalidad que requieran un tratamiento psicológico específico.
TRATAMIENTO
Fijar las condiciones generales por los que debe regirse. La intervención logopédica variará
en cada caso, los principios generales son válidos para todos los casos, ya que en todos ellos han de
darse unas mismas condiciones básicas.
1.1 Tratamiento orientado a las causas de la anomalía.
Para lograr el interés y la participación del niño, es fundamental partir de sus posibilidades.
Se comenzará con ejercicios simples adaptados a las capacidades que tiene para que los pueda
superar, que supondrá un estímulo para él. Estas actividades se irán graduando de forma progresiva
para mejorar sus posibilidades, exigiendo a la vez un esfuerzo por su parte para lograr esta mejoría.
El lenguaje aparece en el niño unido a la actividad lúdica, las técnicas utilizadas en esta
intervención, se convertirán en juegos, logrando así su interés y participación. Es necesario tener en
cuenta la capacidad de respuesta y colaboración que tiene en cada momento, evitando fatigarle, ya
que el cansancio disminuye sus posibilidades de participación y asimilación. Cambiar
frecuentemente de actividad para ayudar a despertar el interés y la colaboración del niño.
Se irán implantando hábitos correctos en cada aspecto trabajado, que modificarán los hábitos
incorrectos que tenía y se logrará de forma indirecta, evitando así centrar la atención del niño en sus
dificultades, que le puede llevar a fijarlas más y a crearle tensiones.
24
Un requisito indispensable es la constancia de realizar las actividades propuestas por el
logopeda, sin llegar a cansar al niño, de tres a cuatro veces, para facilitar su aprendizaje, desarrollar
las habilidades que requiera y fijar los patrones correctos de ejecución.
A la edad más temprana posible, para conseguir una recuperación rápida y exitosa.
En los problemas de articulación esta necesidad de intervención precoz se apoya en los
siguientes motivos.
a) Con el paso de los años los órganos de la articulación van perdiendo plasticidad y
llevará más tiempo lograr la agilización necesaria de los mismos para conseguir la
articulación correcta, mientras que en edad temprana esto se alcanza fácilmente.
b) A medida que pasa el tiempo los esquemas articulatorios defectuosos que tiene el
niño se van fijando y costará más tiempo sustituirlos por los esquemas correctos,
para lograr la generalización al lenguaje dialogal de la articulación adecuada, una
vez conseguida ésta.
c) El niño pronto empieza a tomar conciencia de su expresión defectuosa y esto en
principio no le afecte mucho, a medida que pasan los años esto puede ir
entorpeciendo su personalidad, inhibiéndole en las relaciones sociales y dando lugar
a un retraso del proceso escolar, acompañado a veces de rechazo hacia el mismo, con
toda la sintomatología que en la personalidad del niño general los trastornos del
lenguaje.
Punto clave para la consecución de los objetivos propuestos en el menor tiempo posible.
Hay que conseguir la modificación de la actitud de los padres con respecto al hijo.
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Tratado con superprotección y mimo excesivos se crean la aparición de problemas en el
habla, siendo necesario modificar inicialmente esta situación para facilitar la reeducación del
lenguaje.
A veces hay padres que viven con ansiedad el problema del hijo, que tienen exigencias
excesivas sobre el mismo, o que no saben tratarle, provocando al niño tensión e inseguridad. En
estos casos es necesario conseguir que los padres vean con objetividad la situación, quitando la
ansiedad que bloquea más al niño y estimulándole para crear en él una mayor seguridad.
En ocasiones dinámicas familiares conflictivas, repercuten negativamente y bloquean su
desarrollo. Aquí habrá que tratar de conseguir las modificaciones relacionales que permitan una
normalización del medio en que se desenvuelve el niño, para que la relación sea gratificante y
potenciadora para todos.
En otros casos la realización en casa de juegos y actividades dirigidas a desarrollar su
lenguaje, orientados por el reeducador. Es importante sobre todo que los padres hablen mucho con
sus hijos, para facilitar su expresión y aprovechar el ámbito de la vida familiar para aumentar su
vocabulario y su comunicación.
Habrá que programar la intervención logopédica que precise el caso para lograr un dominio
total del habla correcta. Tendrá que ir dirigida tanto al aspecto articulatorio como al funcional, con
un enfoque pluridimensional.
El tratamiento a seguir tiene así dos vertientes que hay que recorrer: el tratamiento indirecto,
dirigido al desarrollo y mejora de los aspectos funcionales que intervienen en el habla, y el
tratamiento directo, cuyo objetivo es lograr la correcta articulación y su generalización e integración
en el lenguaje espontáneo.
Para realizar una perfecta articulación del lenguaje se precisa una serie de condiciones, como
son: una madurez psicomotriz que haga posible la agilidad bucofacial, una correcta discriminación
auditiva que permita la identificación de los sonidos, un buen control de la función respiratoria y un
fondo tónico habitual sin tensiones ni rigidez que facilite los movimientos articulatorios.
En los niños dislálicos unas u otras de estas funciones se encuentran disminuidas en mayor o
menor grado, siendo éste, en muchas ocasiones, el factor etiológico generador del problema, Es, por
tanto, necesario comenzar la intervención trabajando para mejorar las funciones que, en cada caso,
estén disminuidas y así conseguir una base de maduración previa en estos aspectos, que facilite
posteriormente la enseñanza directa de las articulaciones.
Denominamos indirecta a esta fase del tratamiento porque, a través de la misma, estamos
trabajando el lenguaje de forma indirecta, al estar estimulando y desarrollando los aspectos
funcionales que han de intervenir en el habla, facilitando así la articulación.
Es aquella fase de la intervención que tiene por finalidad enseñar al niño la emisión correcta
de todas las articulaciones y la integración de las mismas en su expresión espontánea o dialogal. Por
tanto, se está actuando ya directamente sobre su lenguaje, una vez conseguidas previamente las
bases necesarias para ello.
Consta de dos fases diferenciadas en el tiempo, que han de darse en el proceso de
adquisición de la correcta pronunciación: enseñanza de la articulación e integración de la misma en
el lenguaje espontáneo.
26
1. Una vez adquirida las habilidades que requiere la realización de cada articulación, habrá
que llevarle a su emisión, utilizando en cada caso las técnicas y recursos adecuados para conseguir
el sonido correcto que buscamos, actuando siempre de forma indirecta, es decir, sin pedir
directamente la articulación trabajada y así lograrla sin que el niño se de cuenta del objetivo que
pretendemos.
Este doble proceso de tratamiento indirecto y directo, no forma dos bloques separados, sino
que son aspectos que se superponen durante gran parte del tiempo del tratamiento.
Para la consecución de cada una de las articulaciones se requiere un tiempo inicial de
preparación indirecta, para pasar después a la emisión directa de la misma y a su automatización.
Cada articulación no exige las mismas habilidades, necesitarán mayor tiempo de preparación y
agilización previos, estas requerirán procesos diferenciados para cada una, lo cual implica una
superposición del trabajo en aspectos indirectos y directos.
DISFEMIA: Es una alteración en el ritmo del habla y de la comunicación caracterizada por una
serie de repeticiones o bloqueos espasmódicos durante la emisión del discurso. Se presenta como
una alteración del lenguaje oral que afecta a la fluidez del habla y aparece delimitada por algunas de
las características que la identifican.
Podríamos hablar, como síntomas, de dos tipos de alteraciones:
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determinado, controlarlas. El nivel del lenguaje no tiene porque estar afectado la taquifemia puede
conducir a la disfemia.
2. Factores genéticos:
La tartamudez afecta más a los varones que a las hembras-proporción 4/1 debido que las
niñas adquieren antes y con más fluidez el lenguaje y con el hecho de que los chicos por su
constitución tienen un control neuronal menos estable.
4. Factores psicológicos:
- Herencia. Diversos autores (Perelló, 1990; Serra 1987) admiten la existencia de factores
genéticos, con un nivel de participación diverso, según los casos.
- Zurdería. Diversos estudios recogidos por Dinville y Gaches (1989) y Perelló (1990)
demuestran la evidente relación entre la disfemia y zurdería, aunque otros trabajos no
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encuentran ninguna relación entre ambas. En todo caso, el porcentaje de zurdos es entre
los disfémicos mucho más elevado que en las otras alteraciones de la palabra (Perelló,
1990).
- Trastornos lingüísticos. Si bien es cierto que en la mayoría de los retrasos no aparece
un habla disfémica, y que el desarrollo del lenguaje en sujeto de habla tartamuda ha
seguido un curso aparentemente normal, tampoco hay que olvidar que una de las
mayoría de sujetos con patrón de habla tartamuda han presentado, en mayor o menor
medida, alteraciones en la competencia semántica y disfunciones en la organización
morfosintáctica.
- Trastornos psicológicos. Desde esta perspectiva, el origen de la tartamudez estaría
provocada por la influencia de toda una serie de variables exógenas que actuarían
negativamente sobre las manifestaciones expresivas de los sujetos (choques
emocionales, burlas, labilidad afectiva, alteraciones sentimentales, ansiedad,
angustia…). En este sentido se situaría como una alteración de la personalidad que afecta
al discurso del hablante.
NORMAS GENERALES
1. Reaccionar negativamente ante un niño que tartamudea. Se evitaran, por tanto, las
manifestaciones de ansiedad o de impaciencia, tanto en su forma verbal como
gestual.
2. Hacer repetir al niño una palabra o una frase para que así mejore la expresión.
3. Pedirle al niño que hable más despacio.
4. Reñir, castigar o ridiculizar al niño.
5. Interrumpir al niño salvo si se evidencia claramente el bloqueo.
6. Las situaciones tensas para el niño relacionadas con su modo de expresarse. Tanto
profesores como padres intentaran evitar que otros niños hagan algún tipo de
observación o indicación sobre su forma de hablar.
7. Precipitarse ayudándolo a acabar una frase, movidos por nuestra propia impaciencia.
Hay que dar un margen de tiempo suficiente.
8. Prestar excesiva atención a los errores verbales del niño como manera de evitar que
este preste una atención auditiva exagerada a su habla.
1. Crear situaciones en las que no haya tensión o aprovechar las que se van sucediendo
para que el niño hable, como modo de fijar preferentemente la atención en el
contenido del mensaje y no tanto en su forma.
2. Escuchar al pequeño cuando lo demande y procurar encontrar momentos para
conversar con él de temas que le interese. Lo más importante es que encuentre
satisfacción en hablar.
3. Hablarle despacio, pronunciado con claridad, con frases sencillas.
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Los niños de mayor edad, con la ayuda del apoyo del profesor y el acompañamiento que lo
atienda en su tratamiento, seguir por ellos mismo una serie de normas generales de comportamiento
con respecto a su problema que posiblemente los ayudaran evolucionar positivamente:
NORMAS GENERALES
Tanto el disfémico como el taquifémico son susceptible de ser ayudados desde la escuela
trabajando psicomotricidad y relajación.
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ALTERACIONES DE LA EXPRESIÓN ORAL
Trastorno fonético
Diferencia entre sonido y fonema: El sonido hace referencia a la emisión que se hace al
hablar; es una entidad física por la vibración del aire cuando pasa por las cuerdas vocales y por la
transformación que sufre esta columna de aire en su transcurso por la boca y cavidad nasal. El
fonema es una entidad abstracta y hace referencia al concepto que tenemos del sonido; gracias a
esta representación mental somos capaces de reconocer los sonidos de gente diversa y de formas
diferentes, y entender lo que dicen, ya que podemos ubicar sus producciones en el esquema
fonológico de todos los hablantes de una misma lengua. Por <<fonético>> nos refiramos a sonidos
y <<fonológico>> nos refiramos a fonemas.
Los trastornos fonéticos se refieren a alteraciones de la producción la dificultad esta en el
aspecto motor, articulatorio; es decir, no hay conclusiones de percepción y discriminación auditiva.
Son niños con errores estables, que cometen siempre el mismo error cuando emiten el sonido o los
sonidos problemáticos.
Clasificación de los fonemas en castellano.
Linguoalveolar
Bilabial Labiodental Linguodental Linguoalveolar Linguopalatal Linguovelar
interdental
Sordo Sonoro Sordo Sonoro Sordo Sonoro Sordo Sonoro Sordo Sonoro Sordo Sonoro Sordo Sonoro
Oclusiva p b t d k g
Fricativa f z s y J
Africada ch
Consonantes
Nasal m n ñ
Lateral l ll
Vibrante
r
simple
Vibrante
rr
multiple
Anterior Central Posterior
Cerrada i u
Vocales
Media e o
Abierta a
Este esquema atiende a la división entre vocales y consonantes para pasar después a los
parámetros referidos a:
4. El punto de articulación:
a) Vocales (según el punto de articulación): anteriores (i, e), posteriores (u, o) y
centrales (a).
b) Consonantes (según los órganos que actúan y el punto en el que inciden): bilabiales,
labiodentales, linguodentales, interdentales, linguoalveolares, linguopaletales,
linguovelares.
Los niños pasan por un proceso evolutivo y tienen diferentes trastornos fonéticos (dislalia
porque no poseen aún las imágenes acústicas adecuadas o sus órganos articulatorios no son capaces
de realizar movimientos complejos con precisión. Tienden a desaparecer sin intervención
terapéutica.
Hay un trastorno fonético cuando un niño por su edad cronológica, a adquirido una serie de
sonidos y no la ha hecho, sin que la causa tenga que ver con otras afectaciones, como la referente al
sistema nervioso o las malformaciones orofaciales, por ejemplo. El trastorno ha de ser forzosamente
funcional. En muchas ocasiones la etiología es desconocida o mal conocida.
Trastorno fonológico
Hace referencia a dificultades del habla en niños que no tienen alteradas otras habilidades
lingüísticas. La alteración se produce en el nivel perceptivo y organizativo es decir, en los procesos
de discriminación auditiva, afectando a los mecanismos de conceptualización de los sonidos y a la
relación entre significante y significado.
La expresión oral es deficiente, pudiendo llegar hacer prácticamente ininteligible. Los
errores suelen ser fluctuantes. Por lo general, el niño puede producir los sonidos aislados, pero la
pronunciación de la palabra suele esta alterada. En los casos extremos pronuncia por imitación
todos los sonidos de forma adecuada, pero es incapaz de producirlos espontáneamente. Por tratarse
de niños que no siguen las etapas de la evolución fonológica, es muy difícil situarlos en una etapa
concreta.
La diferencia esencial con el trastorno fonético, detectable en una primera y rápida
observación es que el trastorno fonológico las alteraciones de pronunciación se producen en la
expresión espontánea, si bien pueden dar se también en la repetición de palabras, a pesar de que el
niño sea capaz de producir aisladamente los elementos fonéticos implicados. En el fonético, en
cambio la pronunciación es permanente en cualquier contexto silábico.
Los posibles procesos fonológicos que se observaran en un niño con este tipo de trastorno
son los siguientes (Bosch, 1983):
1. Procesos sustitutorios:
Afectan a categorías de sonidos y pueden manifestarse como cambios en cuanto al punto de
articulación, al modo de producción y a la sonoridad.
a) Punto de articulación:
Se producen desplazamientos anteriores o posteriores. Se trata de errores como los
siguientes:
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Frontalización: ocurre cuando consonantes posteriores son sustituidas por otras
anteriores (p. ej.: <<guantes>> en lugar de <<guantes>>.
Posteriorización: el caso inverso (p. ej.: <<gufanda>> en lugar de <<bufanda>>.
b) Modo de producción:
Se observan cambios entre oclusivas, fricativas, africadas, nasales, laterales y
vibrantes. Destacamos los siguientes casos:
Oclusivización: se produce cuando las consonantes no oclusivas son
producidas de esta forma (p. ej.: <<cata>> en lugar de <<casa>>).
Nasalización: afecta a líquidas y oclusivas, que pasan hacer producidas como un
sonido nasal (p. ej.: <<fúmbol>> en vez de <<fútbol>>).
Ausencias de vibrantes: se observa cuando R y RR son sustituidas por otro
sonido sin vibración (p. ej.: <<cada>> en lugar de <<cara>> o <<godo>> en lugar
de <<gorro>>).
Sustitución de D por una líquida (p. ej.: <<espala>> en lugar de <<espada>>).
Ausencia de lateralización: ocurre cuando se sustituye la líquida L por R o D (p.
ej.: <<dápiz>> en lugar de <<lápiz>>).
c) Cambio de sonoridad:
Esta dificultad puede ir ligada a una pérdida auditiva. Se refiere a los cambio entre la
intensidad sorda-sonora. Entre ellos destacamos el siguiente:
Pérdida de sonoridad: las consonantes sonoras pasan hacer sordas (p. ej.:
<<bufanta>> en lugar de <<bufanda>>).
2. Procesos asimilatorios.
Son frecuentes en niños con lenguaje poco evolucionado. Se refieren a la asimilación de un
sonido a otro por su proximidad dentro de la palabra.
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Omisiones de sílabas átonas iniciales o finales: p. ej.: <<ballo>> en lugar de
<<caballo>>.
Omisiones de consonantes intervocálicas: p. ej.: <<peota>> en lugar de
<<pelota>>.
Reducción de diptongos: p. ej.: <<atobús>> en lugar de <<autobús>>.
Simplificación de grupos consonánticos: p. ej.: <<pato>> en lugar de <<plato>>.
b) Adiciones: se amplia la estructura de las sílaba con otros sonidos en medio o al final
de la palabra (p. ej.: <<cuelpol>> en lugar de <<cuerpo>>; <<mart>> en lugar de
<<mar>>; <<parado>> en lugar de <<prado>>.
c) Metátesis: afecta a la secuencia de los elementos que no están en el sitio esperado
(p. ej.: <<matela>> en lugar de <<maleta>>.
MEDIDAS BASICAS
Hay que procurar que la comunicación, que es lo esencial no puede afectada por
sus dificultades de pronunciación, por importantes que éstas sean.
Evitar enfrentar al niño con su dificultad mediante una valoración negativa de esta.
Se le ha de hacer comprender que se conoce su problema, pero que eso no impide
la comunicación con el.
No hay que insistir en que corrija sus errores, ya que con ellos, posiblemente, el
problema psicológico se potenciaría en algunos casos y se lo crearía en otros.
Debe evitarse que otros compañeros, o el propio maestro o el padre, en algún
momento, lo inviten las palabras que contienen producciones inadecuadas con
objeto que las mejore o que se le entienda mejor. Es mejor que el niño sea
consiente de que nos hemos dado cuenta de su error, pero que eso no impide que
nos interese lo que dice más que cómo lo dice. Es más efectivo repetir por nuestra
parte la palabra cuando él haya acabado, con objeto de presentarle un modelo
adecuado.
En caso de que las dificultades sean muchas, abra que limitar las intervenciones,
dentro del aula, a lo necesario e incluso a lo imprescindible, es decir a aquello que
realmente impida que se le atienda suficientemente.
Se puede ayudar al niño individualmente en momentos determinados sin que
aquello signifique destacar sus diferencias con los demás, en el caso de que seamos
responsables pedagógicos, y siempre que esté recibiendo asesoramiento o se
conozca bien la técnica que se ha de aplicar para ese caso concreto. Aun así, estos
espacios a de constituir sólo apoyos y no intentar convertirse en un tratamiento de
lenguaje dentro del aula.
TRATAMIENTO INDIRECTO
Las actividades a llevar a cabo en esta fase del tratamiento estarán referidas a:
- MOTRICIDAD
- DISCRIMINACION AUDITIVA
- RESPIRACION.
- RELAJACION
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1. MOTRICIDAD
El lenguaje hablado es el resultado final de una serie de movimientos precisos y
perfectamente coordinados, que exigen una agilidad y control motriz, de los cuales carecen
con frecuencia el niño dislálico.
Motricidad general:
Nos centraremos en los aspectos que mas relación directa van a tener con las habilidades
articulatorias, como serán:
- coordinación motora
- Rapidez y habilidad de movimientos
-Imitación motora
-Ritmo
B) Coordinación digital:
1. Separar y unir los dedos de las manos
2. unir el pulgar con los otros dedos, como si estuviera contándolos y luego repetir la
actividad cambiando el sentido
3. Tamborilear con los dedos sobre la mesa, en un sentido y en otro, primero con cada
mano por separador luego con ambas a la vez
4. hacer los movimientos de estar tocando el piano o tocando la guitarra
5. colocar la mano abierta en el aire, con la palma hacia abajo, a pocos centímetros de la
mesa e ir golpeando esta sucesivamente con cada dedo
6. con los codos en la mesa, unir las manos, palma con palma, de forma que quede cada
dedo de una mano unida al correspondiente de la otra y siguiendo el ritmo que se le
marque, golpear pulgar con pulgar , índice con índice y así sucesivamente
7. con un trozo de papel de seda de 5 cm. por 5 cm., hacer una bolita con los dedos de la
mano derecha, con la palma vuelta hacia abajo y luego repetirlo con la mano izquierda.
8. sentado el niño ante la mesa se coloca a su mano derecha una caja y fuera de ella varias
cerillas y a su izquierda otras cajas con varias monedas fuera (el mismo numero que de
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cerillas). A una señal dada colocara simultáneamente con la mano derecha y con la
izquierda, las cerillas y las monedas, una a una, en sus respectivas cajas
C ) Coordinación facial:
A) Imitación directa:
B) Imitación memorizada:
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El reeducador realizara el movimiento, postura o expresión para que sea observada
por el niño el cual lo repetirá a continuación, una vez desaparecido el modelo. Esta
actividad ayuda a ejercitar la memoria motriz.
1.1.4 Ritmo
1. escuchar el ritmo marcado con un tambor o un pandero y seguirlo a la vez golpeando con
una mano sobre la mesa, primero mirando la acción del reeducador y luego escuchándola
solamente
2. Repetir el ejercicio a ritmo más rápido y a ritmo más lento
3. Escuchar ritmos distintos para reconocer cuando es más rápido y cuando es más lento
4. Golpear el niño el tambor, pidiéndole que lo haga siempre igual y a continuación
decirle: “siempre igual pero mas deprisa”, y luego: “`siempre igual pero mas despacio”.
5. Iniciarle un ritmo con el tambor que el niño seguirá marcando golpeando con la mano.
Cesar los golpes de tambor y pedirle que los siga marcando igual, con la mano, para conseguir
su interiorización.
C) Estructuras rítmicas
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1.2. Motricidad buco-facial
Las actividades buco-faciales deben ir dirigidas a la agilización de la lengua, los labios y la
mandíbula.
1.2.1. Ejercicio de la lengua
Los podemos dividir en movimientos internos y externos, según se realicen dentro o fuera
de cavidad bucal.
A) Movimientos externos
1. sacar la lengua lo máximo posible y volverla dentro de la bocal cerrando esta. En
movimientos repetidos al ritmo marcado. Se pedirá al niño que al sacarla moje con la punta
la barbilla los mas abajo que pueda, para que así, al esforzarse pos conseguirlo, vaya
agilizando la lengua
2. sacar la lengua lo máximo posible en posición horizontal, sin tocar los labios ni los
dientes y mantenerla así inmóvil unos momentos antes de volverla dentro de la bocal aquí
se hace un ejercicio de tensión muscular de la lengua, que aparecerá estrecha y gruesa.
Generalmente para conseguir esta posición, en principio, hay que ayudar al niño colocando
bajo su lengua el depresor para que la apoye en el y así facilitarle esta postura. Poco a poco
se ira aflojando la presión ejercida, hasta que se pueda retirar el depresor y ya se mantenga
la lengua por si misma.
3. manteniendo la boca entreabierta, llevar la punta de la lengua de una comisura labial a la
otra de un salto, en un movimiento continuado, no permitiendo que divida este metiendo y
sacando la lengua sucesivamente.
En la realización de este ejercicio aparecen con frecuencias sincinesias de balanceo de
cabeza o desplazamiento de la mandíbula inferior. En este caso, como en cualquier otro en
que se den movimientos asociados, se procederá a sujetar la zona que mueve
innecesariamente, para lograr la independencia de la lengua.
4. Con la boca abierta realizar movimientos verticales de la lengua, sin sujetarla con los
dientes, tocando con el ápice labio superior e inferior sucesivamente y pidiéndole que se
esfuerce para mejorar con la lengua el bigote y la barbilla.
En principio el niño tiende a realizar el ejercicio con la boca ligeramente entreabierta, que
así le resulta mas fácil inicialmente se lo aceptaremos, convirtiéndose en un ejercicio del
ápice, pero, poco a poco, hay que pedirle que lo valla haciendo con los labios mas abiertos,
hasta llegar lograrlo con la “de la a”que supone la mayor abertura labial y realizar así un
ejercicio total de la lengua, no solo de la punta.
Para lograr la elevación de lengua, por lo general, al principio hay que ayudar al niño con
el depresor para la conseguir esta postura, hasta que va adquiriendo el dominio y agilidad
de la lengua, que permite la retirada del apoyo que se le dio.
Todos los ejercicios que conllevan una elevación de la lengua, ya sea para contactar con el
labio, dientes o alvéolos, son de gran importancia y hay que insistir mucho en ellos para
lograr la agilidad lingual necesaria en todos los movimientos de elevación, ya que estos son
indispensables para la realización de gran numero de articulaciones
5. Con la boca entreabierta, deslizar la lengua por el labio inferior, de una comisura a otra,
chupando y mojando el labio, describiendo asi semicírculos con la lengua. Después repetir
el mismo movimiento sobre el labio superior.
En este ejercicio, como en el anterior, el niño en principio tiende a hacerlo con la boca
entreabierta y también aquí hay que lograr que lo haya realizado con una mayor abertura
bucal y que asi se vaya esforzado cada vez más para agilizar la lengua
En los casos en que exista mucha dificultad motriz, se puede estimular indirectamente el
movimiento de este ejercicio y del siguiente, untando con mermelada o crema de chocolate
los labios, para que se los pueda lamer
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6. Con la boca abierta, realizar movimientos de giro de la lengua sobre los labios, primero
en un sentido y luego en el contrario. Se le ira marcando el ritmo, señalando con la mano
en el aire el circulo a seguir y acompañándolo con el apoyo verbal,”ahora vamos hacia
arriba” o”ahora vamos hacia abajo”, cuando se va llegando a una u otra comisura, ya que el
niño, cuando llega a este punto, tiende a desorientarse y a perder la continuidad del
movimiento. También se puede realizar este ejercicio proponiendo imitar a los gatos
B) Movimientos internos:
1. Dirigir la lengua a los lados de la boca, apoyando la punta en la cara interna de las
mejillas, imitando que tuviera un caramelo en la boca que lo llevara de un lado a otro.
2. Si un niño presentara mucha dificultad para los movimientos linguales, se pueden
estimular estos poniéndose trocitos de bizcocho entre dientes y labios o bajo la lengua, para
que con los movimientos de esta pueda sacarlo y comerlo. También se podrá trabajar
indirectamente la movilidad lingual utilizando caramelos de palo para facilitar las
lateralizaciones y elevaciones de la lengua, que sigue los movimientos del caramelo
3.Con la boca abierta, pasar la punta de la lengua por el borde de los incisivos superiores,
haciéndose notar al niño como estos son cortantes, para luego ir describiendo cada vez un
arco mayor, que abarque también el borde de los caninos y los premorales, en movimientos
laterales.
Se repetirá después el ejercicio, pasando la punta de la lengua por el borde de los inferiores,
marcándole como siempre con la mano el movimiento a realizar y el ritmo, facilitándole asi
su seguimiento.
4. Con la boca abierta, realizar movimientos verticales de la lengua, tocando con el ápice la
cara interna de los incisivos superiores o inferiores.
El niño tiende a hacerlo en principio con la boca escasamente abierta, para facilitarse el
movimiento. Poco a poco le iremos llevando a que lo realice con mayor abertura bucal,
hasta lograrlo con”la boca de la a” y así conseguir una mayor agilización de la lengua.
También podemos pedirle este movimiento, a veces, con la boca cerrada. Entonces no
podremos comprobar si su realización es correcta, pero se trata de conseguí con ello que el
niño llegue a interiorizar las sensaciones táctiles para reconoces el movimiento que esta
efectuando, aunque no lo vea.
5. Situar la punta de la lengua entre los incisivos y el labio superior e inferior
sucesivamente. Para motivar al niño con este ejercicio, le diremos que vamos a poner la
boca del mono.
6. Pasar el ápice de la lengua por la parte interna del labio, sin sacarla ni mojarlo por fuera,
ni llegando a meterla entre labios y dientes, describiendo un semicírculo. Primero se hará
tras el labio inferior y luego por el superior.
7. Repetirle ejercicio anterior, pero ahora deslizando la punta de la lengua entre los labios y
los dientes, primero realizando un semicírculo inferior y luego por el superior
8. Movimiento giratorio de la lengua, con la punta entre los labios y los dientes, primero en
un sentido y luego en el contrario. Se le ira marcando con la mano, para ayudarle, tanto el
movimiento del giro como el sentido del mismo.
9. Movimientos laterales, pasando el ápice de la lengua por la cara interna de la
implantación dentaria superior e inferior
10. Ejercicios de gárgaras, para facilitar la movilidad y el control del postdorso de la lengua
y su puesta en contacto con el vuelo del paladar, que será un movimiento necesario para la
realización de las articulaciones velares
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1. Sin abrir la boca ni llegar a despertar los labios, apretar y aflojar estos de forma
sucesiva, para controlar el tono y aumentar la fuerza labial.
2. Separar y juntar los labios ligeramente de forma repetida, con la mayor rapidez posible.
3. Articular el sonido de la /p/ de manera continuada y rápida, lo que lleva a realizar
movimientos rápidos de unión y separación de labios.
4. Incitar al niño a la risa, empezando por la sonrisa, que se ha de marcar con la movilidad
de los labios, para acabar riendo abiertamente.
5. encoger los labios y proyectarlos unidos, pidiendo al niño para ello que ponga los labios
del beso y que de besos al aire o que imite al morrito del cerdo pudiéndole ayudar
inicialmente el reeducador con su mano, para logar esta postura labial.
6. Manteniendo los labios unidos, estirarlos hacia las comisuras, pidiendo que ponga la
boca de la risa. También aquí se podrá ayudar en principio al niño para conseguir la
posición pedida
7. Unir en continuidad los dos ejercicios anteriores, encogiendo y estirando los labios
unidos, al ritmo que se le vaya marcando.
8. Repetir el ejercicio anterior, ahora con los labios entreabiertos
9. Sostener entre la nariz y el labio superior, elevando este un lapiz a modo de bigote
10. Dejando el labio inferior inmóvil, elevar el superior para enseñar los incisivos
superiores
11. Montar el labio superior sobre el inferior y después montar el inferior sobre el superior
12. Ejercicios de vocalizacion, pasando de un sonido vocálico a otro, de forma muy
marcada y continuada, en un orden decreciente de mayor a menor abertura bucal: “a”,
“o”, “u”, “e”, “i”.
13. Emisión de pares de vocales en continuidad para agilizar los labios, mientras se le va
marcando un circulo en el aire con la mano, para facilitárselo, evitando así que las haga
de forma cortada. De esta forma se emitirán todas las combinaciones vocálicas posibles,
en el orden:”ao”, “au”, “ae”, “ai”, “oa”, “ou”, “oe”, “oi”, “ua”, “uo”, “ue”, “ui”, “ea”,
“eu”, “ei”, “ia”, “io”, “iu”, “ie”,
2. Discriminación auditiva.
Se realizaran ejercicios, de forma alternativa, referidos a los aspectos en los que es preciso
educar el oído del niño, para facilitar la correcta identificación auditiva, como son:
- Reconocimiento de sonidos ambientales.
- Discriminación de articulaciones.
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- Discriminación de palabras
-Tocar palmas
-Tocar pitos
-Patear
-Sonar la nariz
-Botar una pelota
-Cerrar la puerta
-Arrastrar una silla
-Romper papeles
-Echar agua a un vaso
-Tocar una campanilla
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