Vous êtes sur la page 1sur 5

La autoestima necesaria

Intervención de Helio Gallardo

El tema en esta mesa es: "La estrategia del Che en la transformación de


las condiciones sociales y personales." Voy a hacer algunas indicaciones,
no argumentos completos, respecto de tres imágenes:

• la autoconstrucción del sujeto


• el sistema no tiene exterior
• los nuevos actores y movimientos sociales y la vigencia de Ernesto
Che Guevara.

La primera imagen quiero recogerla de algo que decía Julio Carranza.


Decía que Guevara no era economista y se hizo economista. Guevara
dijo que era médico y se hizo crítico de la economía política y
economista político. Guevara no nació guerrillero y se hizo guerrillero. Y
aprendiendo a ser guerrillero, porque no se es guerrillero sino que se
aprende a ser guerrillero se hizo revolucionario. Y haciéndose
revolucionario todo el tiempo, se hizo un gran ser humano, que es al que
conmemoramos esta tarde, y toda esta semana, y este año, y ojalá con
nuestras vidas todo el tiempo.

El segundo punto que quiero tocar sobre la autoconstrucción del sujeto,


es la destacada voluntad de Guevara para soñarse a sí mismo como ser
humano, desde médico, desde economista político, desde guerrillero,
desde revolucionario. Citando de memoria y libremente un texto muy
conocido de Guevara en el que dice: no importa dónde nos sorprenda la
muerte. Algunos torpes han creído que Guevara es un seductor de la
muerte. Ayer decía alguien muy bien que Guevara es un exaltador de la
vida y del crecimiento para todos, con todos. Guevara subraya que no
importa donde le sorprenda la muerte, si hay otras manos que tomen su
arma caída y otros gritos de guerra se hacen en la lucha contra el
enemigo. Estos "otros" son signos de que Guevara veía su propia vida
individual como un proceso y un trayecto, un testimonio social.
La autoconstitución del sujeto no es sólo hacerse médico, hacerse
guerrillero, hacerse revolucionario, hacerse economista político, hacerse
ser humano, alcanzar la estatura de ser humano que es una estatura
que nunca termina de hacerse. Sino que la autoconstitución del sujeto
es también hacerse social con otros, desde las raíces para otros,
prolongarse con otros, ser capaces de conmover a otros para que otros
levanten el arma que ha caído y renueven el grito que ha cesado, que es
él mismo arma y el mismo grito.

Guevara estimó siempre que la vida individual es desde otros, con otros,
para otros. Ese testimonio, ese proceso, de médico a economista
político, a gran ser humano, ese trayecto es el gran tema de la
autoconstitución del sujeto en Ernesto Che Guevara. Y esa
autoconstitución del sujeto es un proceso de búsqueda de identidad, de
construcción de identidad, de producción de identidad. Guevara se
produjo médico, guerrillero, revolucionario social, hasta el último
segundo de su vida.

La segunda imagen que quiero compartir con ustedes, tiene que ver con
la expresión: el sistema no tiene exterior. Ayer se dijo que la violencia
revolucionaria y la lucha armada se orientaban, por los sentimientos que
la nutren, contra las estructuras y no contra las personas. Yo difiero
profundamente de esa reflexión. Considerar que se puede golpear a las
estructuras sin tocar a las personas es hacer una concepción de la
sociedad fragmentaria o estanca. Allá están las estructuras malas y yo
bueno, las golpeo. Estoy caricaturizando. El luchador bueno golpea las
estructuras malas. Un guión hecho en Hollywood.

Las estructuras soy yo, no es sólo mi enemigo en la lucha, el soldado


enemigo, sino que la estructura soy yo cuando no resisto, cuando no me
opongo. Cuando no lucho y cambio la estructura, la estructura soy yo. Y
por lo tanto la violencia reaccionaria, voy a llamar así a la fuerza del
sistema, a su ejército, a su policía, y la violencia del sistema, a sus
paramilitares, como en Colombia. Y voy a referirme también a la fuerza
del sistema, a sus iglesias jerárquicas, por ejemplo. A su segmentación
del mercado cultural, al dominio vertical y arbitrario de los padres sobre
los jóvenes, etc. Todo eso lo voy a englobar en la fuerza y a la violencia
del sistema. Voy a darle el nombre cómodo de guerra reaccionaria. Es
un nombre cómodo. No intenta ser una categoría para pensar.

Las estructuras, y las instituciones y la lógica de las sociedades


latinoamericanas, que es a las que quiero referirme, expresan en la vida
cotidiana una guerra. Y expresan en las situaciones de excepción de la
lucha popular, una guerra reaccionaria. Y cuando yo no siento esa
guerra en la cotidianeidad, cuando no veo la guerra en la relación de
pareja, cuando no siento la guerra en la relación con mis padres, cuando
no siento la guerra anunciada por el obispo, por el cura, cuando no
siento la guerra en la grosería en las calles, cuando no siento la guerra
en mi afán de consumismo, en mi insolidaridad, en mi ceguera, en mi
mudez, en mi callado asentimiento de lo que nos mata a todos, entonces
la guerra reaccionaria soy yo también. Yo soy la guerra reaccionaria.

Y contra esa guerra reaccionaria actuó el Che, y para no ser él también


guerra reaccionaria, resistió, se convirtió, se transformó, el médico en
guerrillero, en reformador social, en educador social, en economista
político, en luchador internacional, en ser humano. A eso nos convoca, y
a eso nos invita. Este tema, resistir la guerra reaccionaria que está en
cada espacio de existencia en cada uno de nosotros, es el tema de "el
sistema no tiene exterior". Y Guevara lo sabía.

Si el sistema no tiene exterior, el cambio, el cambio revolucionario, el


cambio que tiene raíces populares, fuentes populares, memorias de
lucha, resistencias, sueños y utopías de transformación, aspiraciones;
ese cambio debe venir desde dentro. Y eso es lo que estima también el
marxismo, y con el marxismo, Guevara.

El cambio no viene de algo que vemos afuera, sino que el cambio tiene
que venir de dentro. Y este cambio que viene de dentro, es desde luego,
la lucha social. Armada o institucional. Local o regional. Regional o
hemisférica. Hemisférica o mundial. Lucha social. Lucha de
transformación, discernimiento, compromiso, testimonio, trayecto.

Pero que el cambio deba venir desde dentro, quiere decir también que
en ese proceso de transformación social tiene que darse
implacablemente como vivió Guevara, implacablemente, una conversión
personal permanente. Conversión personal que tiene que expresarse en
un testimonio diario y que es también lucha, y guerra, y violencia contra
la guerra reaccionaria que llevamos en el corazón.

La guerra del conformismo, la guerra de la insolidaridad, la guerra de la


mudez, la guerra de la pasividad. Esa es la segunda imagen que quería
tocar, y que dice: si el sistema no tiene exterior, el cambio tiene que
venir desde dentro. Y el cambio es revolución social, y conversión
personal, todos los días hasta que la muerte nos separe. Pero la
memoria de lucha nos une siempre.

La última imagen es la vigencia de Guevara y los nuevos actores


sociales. Se decía, ayer que probablemente no se pueda reducir el
conflicto social al conflicto de clases. Y estimo que en sus diferentes
versiones, esa es una apreciación correcta. Se citó el conflicto ecológico,
ambiental, de ambiente social, y de ambiente natural. Pero
probablemente podría llevarse a discusión si el conflicto ambiental de
deterioro de las relaciones entre los seres humanos, y de deterioro
quizás irreversible de los ecosistemas que permiten la vida y la
potencian en el planeta, a lo mejor sería discutible si ese conflicto, el
ambiental, no puede llevarse al modo de producción más que al modo
de dominación, y al llevarlo al modo de producción no podemos llevarlo
también al eje de la lucha de clases. Se podría discutir.

Sin embargo, hay al menos otro conflicto, y hay probablemente muchos


más, que no puede reducirse al conflicto de clases. Que es muy anterior
al modo de producción capitalista, aunque adquiera, bajo la forma de
producción capitalista de la existencia, formas renovadas y
particularmente aberrantes. Me refiero a la economía libidinal de la
sociedad, a la economía sexual de la sociedad, para decirlo
reductivamente, y que remite por lo menos a dos tipos de conflictos
entre los seres humanos. Dominaciones, vejaciones, discriminaciones,
ausencia de plenitud. Esos conflictos son los que enfrentan
discriminatoriamente y perversamente para ambos a la pareja, en
macho más y hembra menos. Y los que enfrentan en todos los planos de
la existencia social a los adultos contra los jóvenes. En ambos casos se
trata de temas libidinales, de temas de energía sexual. Y la sociedad los
administra contra la mujer y contra los jóvenes.

Hay por lo tanto dos conflictos sociales. El adulto-centrismo y la


dominación de género, patriarcal, que no pueden llevarse directamente,
ni reducirse al conflicto de clase. Y menciono estos dos planos del
conflicto libidinal, porque tanto jóvenes como lucha de mujeres con
teoría de género, y esto quiere decir, con autoestima, luchas populares
de mujeres con teoría de género, son luchas en las cuales tanto los
jóvenes, como las mujeres, producen su identidad, producen su
identidad a través de procesos de autoestima. Autoestima que en el
lenguaje popular quiere decir, aprender a quererse con otros.

Esa es la vigencia de Guevara. Durante toda su vida Guevara intentó, en


un esfuerzo reiterado, repetido, implacable, por soñarse a sí mismo,
como alguien que alguna vez podía llegar a quererse, con otros. Por eso
Guevara nos convoca, por eso lo amamos, por eso lo estudiamos, por
eso lo discutimos.

Tuvo la autoestima que deben tener los pueblos latinoamericanos,


nosotros los latinoamericanos; para ponernos de pie y aprender a crecer
con otros. Para que demos el testimonio de humanidad que nos hará
efectivos seres humanos, en proceso de búsqueda, en el siglo 21.

Helio Gallardo es investigador social chileno, radicado en Costa Rica

Vous aimerez peut-être aussi