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Feniletilamina – Droga natural del amor

La feniletilamina es la responsable de enamorarnos


L&S.- La Feniletilamina es un compuesto orgánico producido por el cerebro y que pertenece a las anfetaminas.
Es una droga natural que el propio cuerpo fabrica y que estimula al sistema nervioso. Es la sustancia bioquímica
responsable del amor y que ante el enamoramiento, o sobreexcitación, el cuerpo aumenta su producción, tanto
así, que se encuentran cantidades elevadas de Feniletilamina en la orina durante la etapa del enamoramiento.
Esto explicaría la pérdida de apetito, la euforia y la capacidad que tiene un enamorado de prescindir del sueño,
como a muchos les ocurre en esta fase emocional. Cuándo el amor es un amor desafortunado, o desdichado,
tras esa euforia de la primera fase, sigue un lánguido período de depresión o letargo. A veces llanto, o hasta
bulimia. Esto es lo que se llama “mal de amores”. Son síntomas muy similares al síndrome de abstinencia de
un adicto a las anfetaminas.
Parece ser que el amor verdadero sobreviene solamente cuándo el cerebro produce la Feniletilamina. El cerebro
se inunda de esta “droga” natural y responde con secreción de dopamina, que es el neurotransmisor que
produce las sensaciones del placer, la norepinefrina y la oxitocina, que además de ser responsable de las
contracciones en el útero para dar a luz, y también de hacer brotar leche para amamantar al bebé, es un
mensajero químico del deseo sexual. A partir de ese momento, es cuándo comienzan los neurotransmisores a
trabajar a tiempo completo dando lugar a los típicos arrebatos sentimentales, o lo que es lo mismo: se está
enamorado.
La Feniletilamina junto con la producción de los neurotransmisores que empuja es la responsable, de que los
enamorados puedan pasarse días haciendo el amor, sin sentir hambre, sueño, o sin tener noción del tiempo.
También pueden pasar horas y horas conversando y acariciándose sin sensación de cansancio.
Las primeras investigaciones acerca de la Feniletilamina respecto a su influencia en el sentimiento del amor,
fue propuesta como teoría en el Instituto psiquiátrico de Nueva York, por los doctores Donald F. Klein y Michael
Lebowitz, los cuales sugirieron que el cerebro de un enamorado contenía grandes cantidades de Feniletilamina
y que esta era la responsable del cambio o modificación de las reacciones tanto físicas, como psicológicas de
la persona enamorada.
La situación intensa del enamoramiento dura poco tiempo. Quizás algunos meses y a veces menos. El cuerpo
va equilibrándose de este huracán químico que está ocurriendo para pasar a una etapa más tranquila. El
organismo se hace resistente a los efectos de estas “drogas” naturales y la locura de la pasión se desvanece,
dando lugar a un amor más sosegado. Aparecen sentimientos de seguridad, paz, comodidad, etc. Esta segunda
fase se debe a otro neurotransmisor que hace presencia. Son las endorfinas. Las endorfinas son compuestos
químicos segregados por el cuerpo con estructura química similar a la morfina y otros opiáceos. Esta sensación
de sosiego, pasa a formar parte de otra etapa, a saber: la etapa del apego y seguridad.
Digamos que el amor es una dosis diaria de narcóticos naturales.

L-Tirosina (tirosina o tyrosine)


¿Qué es la L-Tirosina?
L&S.- La L-tirosina es uno de los 20 aminoácidos que forman parte de las proteínas. Su nombre en inglés es
Tyrosine. Sus abreviaturas son Tyr e Y. Es un aminoácido no esencial. Es decir, que se produce a partir de la
hidroxilación de la fenilalanina; otro aminoácido. Es de hecho, considerado como muy necesario. La L-tirosina
es precursora de ciertos neurotransmisores importantes. Tales como la dopamina; la norepinefrina; la epinefrina
y la L-dopa; los cuales regulan sensaciones como la seguridad, el humor o la función mental. También regulan
la respuesta sexual aumentando la libido y el regulando el estrés.
La L-tirosina es un aminoácido precursor de las hormonas tiroideas. Estas son hormonas vitales para la gestión
del metabolismo. También lo son de la melanina; el pigmento oscuro de la piel que nos protege de los efectos
nocivos de los rayos de luz Ultra Violeta.
La palabra tirosina proviene del griego tyros, que significa queso. Se llama así ya que este aminoácido fue
descubierto por un químico alemán llamado Justus Von Liebig a partir de la proteína caseína que se encuentra
en el queso.
De la Tirosina se conocen tres isómeros (*) distintos: la para-tirosina; la meta- tirosina y la orto-tirosina. Aunque
la forma más conocida y estudiada es la para-tirosina o también llamada L-tirosina.
(*) Se da el nombre de isómeros (del griego isos, igual; y meros, parte) a los compuestos orgánicos que, siendo
idénticos en su composición (es decir, en su fórmula molecular), tienen propiedades físicas y/o químicas
diferentes.
Oxitocina – La hormona que se libera con abrazos L&S.-Hay una hormona
llamada «oxitocina» que resulta esencial para la estabilidad emocional de nuestro cerebro. A al mismo tiempo,
esta hormona nos ayuda a combatir sensaciones o estados de ansiedad; estrés; fobias; temores;
etc. Su existencia fue descubierta en la década de los 50 del siglo pasado y desde su descubrimiento ha sido
objeto de interés y de constante atención sobre ella por parte de la comunidad científica. Neurólogos, psicólogos
y psiquiatras – entre otros-, han prestado atención a sus efectos y cuáles son los mecanismos de estímulos que
hacen que sea liberada en nuestro organismo.

Según los estudios, en los seres humanos la oxitocina puede ser liberada con un simple abrazo, con una caricia
o un beso; y también con una mirada de un ser querido. De hecho, es uno de los elementos químicos que se
liberan frente a estímulos sexuales; y curiosamente se sabe que aumenta sus proporciones en el cuerpo cuándo
se consume chocolate.
Datos científicos acerca de la oxitocina
Se produce en la glándula pituitaria. Su secreción está regulada por el hipotálamo; una glándula hormonal del
tamaño de un guisante, que está situada en el centro del cerebro. Dicha glándula controla y regula a cada una
de las glándulas del cuerpo y a la vez a cada una de las funciones del organismo. El hipotálamo envía impulsos
nerviosos que se propagan mediante un entramado de hormonas hasta llegar al cerebro.
Cuando la oxitocina está presente en la sangre se desencadena en el cerebro (concretamente en la amígdala
cerebral) una serie de reacciones. Estas favorecen al comportamiento de las personas. Podemos asegurar
según estudios recientes; que esta hormona potencia las relaciones sociales; además podría estar directamente
relacionada con el sentimiento de confianza y la generosidad en las personas.
También, estudios recientes relacionan la desaparición o la disminución de los efectos de la fobia social cuándo
se aumentan sus niveles.
«Estudios previos muestran que administrando oxitocina por vía nasal a individuos sanos se reduce la activación
de circuitos cerebrales vinculados al miedo; aumenta el contacto visual con otras personas y se incrementa la
confianza y la generosidad»; explica Kai McDonald; psiquiatra de la Universidad de California. Por eso,
McDonald sugiere que esta hormona podría ayudar a tratar ciertos trastornos psiquiátricos que afectan al
comportamiento social; como la esquizofrenia; el autismo; la ansiedad o la fobia social.
Otros estudios
En un estudio realizado en 1998, se halló en el plasma sanguíneo de niños autistas unos niveles
significativamente menores de oxitocina que en niños normales. También, según los resultados de un estudio
en 2003 se observó algo nuevo. Un descenso del espectro de conductas repetitivas autistas cuando se les
administraba por vía intravenosa. Según otro estudio realizado en 2007; se reportó que la oxitocina ayudaba a
adultos autistas a desarrollar la habilidad de evaluar el significado emotivo de la entonación al hablar.
Unos científicos de la Universidad de Zúrich (Suiza) observaron mediante un experimento, que con un
preparado de oxitocina administrada en forma de spray nasal; un ser humano puede llegar a recuperar o hasta
aumentar la confianza en los extraños. Con esto se dedujo que este spray nasal también podría ser un buen
tratamiento para personas con trastornos de fobia social y autismo.
Las endorfinas
L&S.- Las endorfinas son neuro-péptidos o cadenas proteicas pequeñas generadas en la hipófisis, una glándula
pequeña ubicada en la base del cerebro. Son liberadas al torrente sanguíneo por la médula espinal en ciertos
momentos como puede ser la práctica de un deporte, el baile, el sexo y demás situaciones que elevan las
ganas de vivir. En esos momentos, la hipófisis es estimulada y libera las endorfinas, las cuales a su vez
provocan sensaciones de bienestar y optimismo al actuar sobre los receptores que causan analgesia y efectos
de sedación. Actúan de forma similar a la morfina, sólo que en este caso, en vez de ser un opioide exógeno es
un producto endógeno natural. Por ese motivo, muchos consideran a las endorfinas como opioides endógenos
o producidos por nuestro propio cuerpo.

Las endorfinas pueden ser hasta 20 veces más potentes contra el dolor que los fármacos que se venden con
ese fin. Según algunos estudios realizados sobre las endorfinas enseñan que tienen la capacidad de inhibir las
fibras nerviosas que transmiten el dolor y actúa a niveles del cerebro produciendo experiencias subjetivas.
Sensaciones intensas que los deportistas -por ejemplo- conocen muy bien como son la disminución de la
ansiedad y la sensación de bienestar, además de la analgesia y sedación que hemos mencionado. Los
deportistas también experimentan una inyección extra de energía con la liberación de endorfinas, porque
aunque hayan hecho su marca aún sienten que pueden hacer más. Cuanto más actividades se realizan, más
capaces se sienten de hacer más. Esa es la manera en que se inicia un círculo virtuoso en que cuántas más
actividades se hacen, más aumenta la auto confianza y las energías se renuevan llevando a un estado de salud
óptimo.

Los compuestos químicos involucrados en la comunicación entre los animales son ahora conocidos como
“semioquímicos”, los cuales se dividen en feromonas y aleloquímicos. Las feromonas, como ya hemos
explicado, son sustancias que influyen en individuos de la misma especie y que pueden regular la maduración
sexual, desarrollo o estado fisiológico, o pueden servir como un sistema de alarma para la reproducción sexual,
la agregación de los individuos, el marcaje territorial o de ruta o sendero. Por otro lado, los aleloquímicos son
de carácter interespecífico, es decir, actúan en individuos de especies diferentes, y pueden resultar benéficas
al receptor o al emisor. Así, algunas larvas de mariposas liberan o secretan sustancias químicas que ayudan a
repeler a alguna clase de depredador, como las aves, obteniendo un beneficio; sin embargo, esa misma
sustancia puede ser utilizada por parasitoides, un enemigo natural que se alimenta de las larvas para poder dar
paso a la siguiente generación.

Como podemos ver, para que las feromonas cumplan su razón de ser en la naturaleza como parte de los seres
vivos se necesita de un emisor que la libere a la atmósfera, de que el aire la lleve y de que transmita un mensaje
a un receptor potencial que se encuentra a corta o larga distancia de la fuente, formándose así el canal de
comunicación entre los individuos. Vale la pena apuntar que los insectos son organismos muy evolucionados,
por lo que tienen una comunicación sumamente compleja. En el caso de la abeja reina (Apis mellifera), hasta
el momento se han encontrado diez clases de feromonas que le sirven para comunicarse con la colmena. Este
tipo de información es de vital importancia para el hombre, toda vez que lo emplea para su propio beneficio; por
ejemplo, puede usar las feromonas para sustituir a la reina en la construcción de nuevas colmenas o para la
cría de nuevas reinas. Finalmente, el conocimiento de las feromonas puede ayudar a mejorar la relación entre
los individuos mediante su adecuada regulación y uso.

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