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Mi patria está celebrando

vestida de primavera
y dicen se ha perfumado
con agua de flores nuevas
Sus calles visten guirnaldas
con los colores de la bandera
pareciera que al viento bailan
una cueca dieciochera
En la ciudad y en los campos
en las costas y laderas
todas las casas en alto
tienen nuestra bandera
En las fondas y ramadas
se juntan nuestras familias
a comer ricas empanadas
con vino tinto y frutillas
En el cielo los volantines
serpentean multicolores
ajenos a los trajines
de las fiestas y sus clamores

Mi patria está celebrando


la música en el aire suena
arpas y guitarras cantando
las fiestas patrias chilena.
RAPA NUI

TEPITO-TE-HENÚA, ombligo del mar grande,

taller del mar, extinguida diadema.

De tu lava escorial subió la frente

del hombre más arriba del Océano,

los ojos agrietados de la piedra

midieron el ciclónico universo,

y fue central la mano que elevaba

la pura magnitud de tus estatuas.

Tu roca religiosa fue cortada

hacia todas las líneas del Océano

y los rostros del hombre aparecieron

surgiendo de la entraña de las islas,

naciendo de los cráteres vacíos

con los pies enredados al silencio.

Fueron los centinelas y cerraron

el ciclo de las aguas que llegaban

desde todos los húmedos dominios,

y el mar frente a las máscaras detuvo

sus tempestuosos árboles azules.

Nadie sino los rostros habitaron

el círculo del reino. Era callado


como la entrada de un planeta, el hilo

que envolvía la boca de la isla.

Así, en la luz del ábside marino

la fábula de piedra condecora

la inmensidad con sus medallas muertas,

y los pequeños reyes que levantan

toda esta solitaria monarquía

para la eternidad de las espumas,

vuelven al mar en la noche invisible,

vuelven a sus sarcófagos de sal.

Solo el pez luna que murió en la arena.

Solo el tiempo que muerde los moais.

Solo la eternidad en las arenas

conocen las palabras:

la luz sellada, el laberinto muerto,

las llaves de la copa sumergida.

Pablo Neruda

Chile

POEMA PARA MIRAR EL MAPA

En Chile hay una Pascua

que no es la Navidad,

a ver quién adivina,


quién sabe qué será.

Lejana y misteriosa,

rodeada de agua está,

su eterno villancico

lo está cantando el mar.

Esta Pascua chilena

con nieve nunca está,

y es Pascua verdadera,

leyenda y realidad.

En Chile hay una Pascua

que no es la Navidad:

di Te Pito Te Henúa,

y así, la nombrarás.

Miguel Moreno Monroy

Chile

POEMA CON NIEVE

Donde mi largo

país termina,

baila el pingüino

con la pingüina.

El viento helado

su flauta toca
para que dance

también la foca.

Y las gaviotas

y los gaviotines

bordan el aire

de bailarines.

Miguel Moreno Monroy

Chile

ANOCHECER

En la cumbre de los Andes

un cóndor de tinta china

se traga el sol de la tarde

y apaga la luz del día.

Oscar Alfaro

Bolivia

CANTAR

Mi patria tiene montañas,

no mar.

Olas de trigo y trigales,

no mar.

Espuma azul los pinares,


no mar.

Cielos de esmalte fundido,

no mar.

Y el coro ronco del viento,

sin mar.

Oscar Cerruto

Bolivia

VIVA LA CORDILLERA DE LOS ANDES

Tengo unas ganas locas de gritar

viva la Cordillera de los Andes

muera la Cordillera de la Costa.

La razón ni siquiera la sospecho.

Pero no puedo más:

¡Viva la Cordillera de los Andes!

¡Muera la Cordillera de la Costa!

Hace cuarenta años

que quería romper el horizonte,

ir más allá de mis propias narices,

pero no me atrevía.

Ahora no señores

se terminaron las contemplaciones:

¡Viva la Cordillera de los Andes!


¡Muera la Cordillera de la Costa!

¿Oyeron lo que dije?

¡Se terminaron las contemplaciones!

¡Viva la Cordillera de los Andes!

¡Muera la Cordillera de la Costa!

Claro que no respondo

si se me cortan las cuerdas vocales

(En un caso como éste

es bastante probable que se corten).

Bueno, si se me cortan

quiere decir que no tengo remedio

que se perdió la última esperanza.

Yo soy un mercader

indiferente a las puestas de sol

un profesor de pantalones verdes

que se deshace en gotas de rocío

un pequeño burgués es lo que soy

¡Qué me importan a mí los arreboles!

Sin embargo me subo a los balcones

para gritar a todo lo que doy

¡Viva la Cordillera de los Andes!

¡¡Muera la Cordillera de la Costa!!

Perdonadme si pierdo la razón


en el jardín de la naturaleza

pero debo gritar hasta morir

¡¡Viva la Cordillera de los Andes!!

¡¡¡Muera la Cordillera de la Costa!!!

Nicanor Parra

Chile

¿EN DÓNDE TEJEMOS LA RONDA?

¿En dónde tejemos la ronda?

¿La haremos a orillas del mar?

El mar danzará con mil olas

haciendo una trenza de azahar.

¿La haremos al pie de los montes?

El monte nos va a contestar.

¡Será cual si todas quisiesen,

las piedras del mundo, cantar!

¿La haremos, mejor, en el bosque?

La voz y la voz va a trenzar,

y cantos de niños y de aves

se irán en el viento a besar.

¡Haremos la ronda infinita!

¡La iremos al bosque a trenzar,

la haremos al pie de los montes


y en todas las playas del mar!

Gabriela Mistral

Chile

LA ARAUCANA

(fragmentos)

I CHILE

Chile, fértil provincia y señalada

en la región Antártica famosa,

de remotas naciones respetada

por fuerte, principal y poderosa:

la gente que produce es tan granada,

tan soberbia, gallarda y belicosa,

que no ha sido por rey jamás regida

ni a extranjero dominio sometida.

Es Chile norte sur de gran longura,

costa del nuevo mar, del Sur llamado;

tendrá del este a oeste de angostura

cien millas, por lo más ancho tomado;

bajo del polo Antártico en altura

de veinte y siete grados, prolongado

hasta do el mar Océano y Chileno

mezclan sus aguas por angosto seno.


Y estos dos anchos mares, que pretenden,

pasando de sus términos, juntarse,

baten las rocas y sus olas tienden,

mas esles impedido el allegarse;

por esta parte al fin la tierra hienden

y pueden por aquí comunicarse:

Magallanes, señor, fue el primer hombre

que, abriendo este camino, le dio nombre.

II LOS ARAUCANOS

En fin, el hado y clima desta tierra,

si su estrella y pronósticos se miran,

es contienda, furor, discordia, guerra,

y a sólo esto los ánimos aspiran;

todo su bien y mal aquí se encierra:

son hombres que de súbito se aíran,

de condición feroces, impacientes,

amigos de domar extrañas gentes.

Son de gestos robustos, desbarbados,

bien formados los cuerpos y crecidos,

espaldas grandes, pechos levantados,

recios miembros, de nervios bien fornidos;

ágiles, desenvueltos, alentados,

animosos, valientes, atrevidos,


duros en el trabajo y sufridores

de fríos mortales, hambres y calores.

No ha habido rey jamás que sujetase

esta soberbia gente libertada,

ni extranjera nación que se jactase

de haber dado en sus términos pisada,

ni comarcana tierra que se osase

mover en contra y levantar espada;

siempre fue exenta, indómita, temida,

de leyes libre y de cerviz erguida.

Alonso de Ercilla

España

EL PAISAJE

Campos de Chile,

linda acuarela,

sol, vientos, ríos,

oro y canela.

Montes de plata,

canción que vuela,

el alto monte

de centinela.

Entre los campos


suena la espuela,

y sobre el lago

la luna riela.

Caupolicán Montaldo

Chile

(rielar: Brillar con luz trémula)

CHILE

Chile es la cumbre

de la montaña:

violeta oscura

corona blanca.

Chile es el campo

de las espigas:

Sur de copihues,

Norte de minas.

Chile es el valle,

canto sencillo,

que por el trébol

se lleva el río.

Chile es el aire

de la tierra libre.

Chile es mi casa.
¡Mi patria es Chile!

Oscar Jara Azócar

Chile

TIERRA CHILENA

Danzamos en tierra chilena,

más bella que Lía y Raquel;

la tierra que amasa a los hombres

de labios y pecho sin hiel…

La tierra más verde de huertos,

la tierra más rubia de mies,

la tierra más roja de viñas,

¡qué dulce que roza los pies!

Su polvo hizo nuestras mejillas,

su río hizo nuestro reír,

y besa los pies de la ronda

que la hace cual madre gemir.

Es bella, y por ella queremos

sus pastos de rondas albear;

es libre y por libre deseamos

su rostro de cantos bañar…

Mañana abriremos sus rocas,

la haremos viñedo y pomar;


mañana alzaremos sus pueblos

¡hoy sólo queremos danzar!

Gabriela Mistral

Chile

EL ACONCAGUA

El Aconcagua. Bestia

solemne y frígida. Cabeza

blanca y ojos de piedra fija.

Anda en lentos rebaños

con otros animales semejantes

por entre rocallosos desamparos.

En la noche,

roza con belfo blando

las manos frías de la luna.

Nicolás Guillén

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