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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

QUEJOSA: MARÍA EUGENIA FIMBRES


ALMAZÁN.

MINISTRO PONENTE: SERGIO SALVADOR AGUIRRE


ANGUIANO.
SECRETARIO: FRANCISCO OLMOS AVILEZ.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
veintiocho de enero de dos mil.

V I S T O S; y
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. En escrito presentado el dos de septiembre de


mil novecientos noventa y siete, en la Oficialía de Partes Común a
los Juzgados Tercero y Cuarto de Distrito en el Estado de
Tamaulipas, MARÍA EUGENIA FIMBRES ALMAZÁN, por su
propio derecho, promovió demanda de amparo indirecto contra
las autoridades y por los actos que a continuación se indican:

“II.- AUTORIDADES RESPONSABLES: a) El H.


Congreso de la Unión. --- b) La H. Cámara de
Senadores. --- c) La H. Cámara de Diputados. --- d)
El C. Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos. --- e) El C. Secretario de
Gobernación. --- d) El C. Secretario de Hacienda y
Crédito Público. --- e) El C. Administrador Local de
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Auditoría Fiscal No. 24 de Nuevo Laredo. --- f) El C.


C. David Villaseñor Sánchez, del cuerpo de
verificadores adscritos a la Administración Local
de Auditoría Fiscal No. 24 de Nuevo Laredo. --- g)
El C. Víctor Hugo Badillo Quiróz del cuerpo de
verificadores adscritos a la Administración Local
de Auditoría Fiscal de No. 24 Nuevo Laredo. .---
ACTOS RECLAMADOS.- De las primeras seis
autoridades responsables, reclamo su
participación, según corresponde, en la iniciativa
de la ley, discusión, votación, aprobación,
expedición, refrendo, promulgación, publicación,
entrada en vigor, aplicación y ejecución de los
artículos 144, fracción X, 150 y 151 de la Ley
Aduanera, que previenen el embargo precautorio y
el inicio del Procedimiento Administrativo en
Materia Aduanera con base en el propio embargo
precautorio, cuya inconstitucionalidad me permito
plantear ante Su Señoría en el capítulo de
conceptos de violación.--- De la séptima
responsable, reclamo la orden contenida en el
oficio No. 324-S A T –R3-L24-d-1505 C.V.V.
370045/97 de 19 de agosto de 1997, como primer
acto de aplicación en perjuicio del quejoso del
embargo precautorio previsto en los artículos 144,
fracción X, 150 y 151 de la Ley Aduanera, en la
medida que tal inconstitucional providencia se
ordenó de manera genérica con indebida
delegación de facultades a favor de los

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verificadores señalados como responsables. --- De


esta autoridad se reclama, entre otras cosas, el
haber firmado en blanco el oficio No. 324-S A T –
R3-L24-d-1505 C.V.V. 370045/97 de 19 de agosto de
1997, permitiendo que los verificadores señalados
como responsables, llenaran la orden,
designándose éllos mismos como autorizados para
llevar a cabo el acto de autoridad, y permitiendo
que a su criterio eligiesen a quien aplicar la orden
emanada en blanco. --- De las octava y novena de
las autoridades señaladas como responsables
reclamo los actos contenidos en el documento No.
324-S A T –R3L24-f-1600, Acta No. CVV320045/97 de
19 de agosto de 1997; y el haber llenado el oficio
No. 324-S A T –R3-L24-d-1505 C.V.V. 370045/97 de
19 de agosto de 1997, firmado en blanco por el
Administrador Local de Auditoría Fiscal,
autodesignándose con ello como verificadores y
realizando la verificación a su criterio, siendo éllos
quienes decidieron realizar la verificación del
vehículo que se trata, actuando de motu propio
(sic) y no en seguimiento de una orden concreta
emanada de autoridad competente, lo cual afecta
mi interés jurídico al decretar el embargo
precautorio del vehículo marca Nissan, modelo
1990 No. de serie JN1FU21P3LT241417, reclamando
asimismo el Procedimiento Administrativo en
Materia Aduanera derivado directamente del
embargo precutorio en mención, además de

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tratarse del primer acto de aplicación en mi


perjuicio de los artículos 144, fracción X, 150 y 151
de la Ley Aduanera, actualizándose la procedencia
del juicio de garantías en la vía indirecta con la sola
mención de los numerales que se impugnan, de
acuerdo con la siguiente jurisprudencia: ---
‘EMBARGO PRECAUTORIO. LA SOLA MENCIÓN
EN LA ORDEN DE VISITA DOMICILIARIA DEL
ARTÍCULO 145 DEL CÓDIGO FISCAL DE LA
FEDERACIÓN, QUE CONTEMPLA ESA MEDIDA,
CONSTITUYE PARA EFECTOS DEL AMPARO, UN
ACTO DE APLICACIÓN DE DICHO NUMERAL. La
simple cita del artículo 145 del Código Fiscal de la
Federación que previene el embargo precautorio,
en la orden de visita domiciliaria, basta para
estimar, para efectos de la procedencia del juicio
de amparo, que sí se aplicó al quejoso dicho
precepto, pues es incontrovertible que toda orden
de visita afecta a quien la recibe, en virtud de las
facultades que se le confieren a la autoridad y de
las obligaciones legales que, como consecuencia
de ese ejercicio, se imponen al visitado; es decir,
independientemente de cuál pueda ser el resultado
de una visita, es innegable que su realización se
sustenta en los preceptos legales que se invoquen
en la orden correspondiente, y por ende, tal orden
viene a ser el acto de aplicación del referido
dispositivo legal, en perjuicio de la peticionaria, al
facultar a los visitadores para que practiquen el

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embargo precautorio, aun cuando éste no se lleve


a cabo en esa ocasión; ello, dado que en todo caso
la realización del embargo con posterioridad,
constituirá un acto de ejecución de la orden de
visita y la sola cita del numeral su acto de
aplicación’. --- Amparo en revisión 156/94. Flujo de
Datos México, S.A. de C.V. 29 de junio de 1995.
Unanimidad de diez votos. Ponente: Sergio
Salvador Aguirre Anguiano. Secretaria: Adriana
Escorza Carranza. --- El Tribunal Pleno en su
sesión privada celebrada el dieciséis de octubre en
curso, por unanimidad de once votos de los
Ministros: Presidente José Vicente Aguinaco
Alemán, Sergio Salvador Aguirre Anguiano,
Mariano Azuela Güitrón, Juventino V. Castro y
Castro, Juan Díaz Romero, Genaro David Góngora
Pimentel, José de Jesús Gudiño Pelayo, Guillermo
I. Ortiz Mayagoitia, Humberto Román Palacios, Olga
María Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza;
aprobó, con el número LXXIX/95 (9a.) la tesis que
antecede; y determinó que la votación es idónea
para integrar tesis de jurisprudencia. México,
Distrito Federal, a dieciséis de octubre de mil
novecientos noventa y cinco. --- Novena Época
Instancia: Pleno Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo: II, Octubre de 1995
Tesis: P. LXXIX/95 Página: 100.”

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La parte quejosa expresó los antecedentes del caso que a


continuación se transcriben:

“El vehículo marca Nissan, modelo 1990 No. de


serie JN1FU21P3LT241417 es propiedad del Sr.
Héctor Valdez Segovia, que es residente legal de
los Estados Unidos de Norteamérica, quien a su
vez, está casado con María Medina de Valdez,
ciudadana de los Estados Unidos de Norteamérica,
y se encuentran domiciliados en 1211 San Dario,
Apto 320 Laredo, Texas. --- La regla de carácter
fiscal No 110 publicada en el D. O. del 13 de junio
de 1996, autoriza a los residentes en el extranjero
a usar vehículos extranjeros dentro de los 20 KM.
siguientes a la línea fronteriza internacional. --- El
19 de Agosto de 1997, la Sra. María Medina de
Valdez vino en el vehículo citado a esta ciudad de
Nuevo Laredo, a comprar materiales de
construcción (un bulto de cemento) y me pidió que
la acompañara, porque está embarazada, de
manera que fuimos a la tienda denominada ACE
CONSTRUPLAZA ubicada en la esquina de Av.
César López de Lara y Lincoln, de esta ciudad,
aproximadamente a las seis de la tarde, siendo que
al encontrar el estacionamiento de la tienda
totalmente lleno, María se bajó a la tienda y me
pidió que buscara estacionamiento para el coche,
lo que procedí a hacer, pero en ese momento me
abordaron unas personas, que ahora se llevan por

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nombres Víctor Hugo Badillo Quiróz y David


Villaseñor Sánchez, y dijeron ser fiscales, y me
pidieron documentos del vehículo pero les dije que
no era mío, que nada más lo estaba estacionando,
entonces me hicieron al lado del pasajero y nos
llevaron a mi y al carro a la comandancia de la
Policía Fiscal Federal ubicada en Av. César López
de Lara y Arteaga, de donde le hablé por teléfono a
Edith Verónica Torres Canales, para ver que podía
hacer y después llegaron ella en su carro y María
Medina en un taxi. --- Ya en la comandancia de la
Policía Fiscal Federal, los verificadores me
mostraron el oficio No. 324-S A T –R3-L24-d-1505
C.V.V. 370045/97 de 19 de agosto de 1997, firmado
por el C. Administrador Local de Auditoría Fiscal de
Nuevo Laredo, pero ese oficio estaba en blanco, es
decir, que estaba escrito a máquina, pero no tenía
la designación de la persona a que iba dirigida la
orden de revisión, ni el vehículo a revisar, ni
contenía la autorización de los verificadores que
debían realizar esa supuesta verificación, sino que
fueron los propios verificadores los que en mi
presencia llenaron en forma manuscrita esos
datos, con mi nombre y los datos del carro de
Héctor Valdez, y en el espacio correspondiente
pusieron sus propios nombres. --- Asimismo,
procedieron a levantar el documento No. 324-S A T
–R3-L24-f-1600, Acta No. CVV320045/97 de 19 de
agosto de 1997, en donde se materializó el

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embargo precautorio del vehículo mencionado y


con base en el mismo se inició en mi contra el
Procedimiento Administrativo en Materia Aduanera
que se menciona en el mismo; dicha acta, me la
dieron a firmar ya suscrita por los verificadores y
por unas personas de nombres Apolinar Jesús
Francisco Rentería y Julio César Méndez Bañuelos
quienes en ningún momento se presentaron, en el
lugar y fecha de los actos reclamados ni estuvieron
presentes cuando se realizó la diligencia, y de
quienes ignoro sus generales, domicilios e incluso
su existencia, pues no estuvieron presentes, ni me
fueron presentados o identificados, siendo que
después de firmar el acta, les dije a los
verificadores que yo sabía que los vehículos
extranjero podían traerlos los residentes en el
extranjero dentro de la franja fronteriza, y entonces
me pidieron de nueva cuenta el acta que ya estaba
firmada y le agregaron una nota que decía que yo
era mexicana y me dijeron que ya no había nada
que hacer y que me esperara cuatro meses para
que me impusieran una multa.”

SEGUNDO.- La quejosa invocó como garantías individuales


violadas, las contenidas en los artículos 14, 16 y 31, fracción IV,
constitucionales, no señaló tercero perjudicado, expuso los
conceptos de violación que estimó pertinentes, los cuales no se
transcriben dado el sentido del presente fallo.

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TERCERO. El Juez Cuarto de Distrito en el Estado de


Nuevo Laredo, con residencia en Tamaulipas, a quien se le turnó
el asunto, dictó acuerdo el tres de septiembre de mil novecientos
noventa y siete, en que admitió la demanda de amparo (página 14
cuaderno de amparo), bajo expediente número 530/97. El
veintiuno de octubre de mil novecientos noventa y siete, celebró la
audiencia constitucional, que suspendió para instrumentar el
desahogo de las pruebas testimonial y pericial, y la reanudó el
doce de noviembre siguiente (páginas 155 a 156 y 182 del
amparo). Una vez agotado el juicio en todas sus etapas
procesales, el diecisiete de febrero de mil novecientos noventa y
ocho, terminó de engrosar la sentencia respectiva, la cual
concluyó con el punto resolutivo siguiente:

“ÚNICO.- Se sobresee en el presente juicio de


garantías en términos de los considerandos
segundo y tercero de esta resolución.”

Las consideraciones en que se apoyó el Juez de Distrito


para resolver en ese sentido son las siguientes:

“TERCERO.- Previamente al estudio del fondo del


asunto, deben analizarse las causales de
improcedencia, ya sea que las hagan valer las
partes o de manera oficiosa, por ser ésta una
cuestión de orden público y de estudio preferente,
según se dispone en el último párrafo del artículo
73 de la Ley de Amparo, así como en la

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jurisprudencia 814, publicada en las páginas 553 y


554, tomo VI, del Apéndice al Semanario Judicial de
la Federación de 1917 a 1995, cuyos rubro y texto
son los siguientes: ‘IMPROCEDENCIA, CAUSALES
DE. EN EL JUICIO DE AMPARO. Las causales de
improcedencia del juicio de amparo, por ser de
orden público deben estudiarse previamente, lo
aleguen o no las partes, cualquiera que sea la
instancia.’--- Las autoridades responsables,
Administrador Local de Auditoría Fiscal y
verificadores (dos) adscritos a dicha
Administración, todos éllos con residencia en esta
ciudad, hacen valer como causal de improcedencia
el hecho de que la quejosa no acreditó ante éllos el
contar con documento alguno que justificara la
legal estancia o tenencia del vehículo embargado
en el país; la señalada responsable, Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
además de esta circunstancia hace valer también el
hecho de que la quejosa no es la legítima
propietaria del vehículo. --- Son insuficientes
dichas circunstancias para considerar que la
quejosa carece de interés jurídico para promover el
presente juicio de garantías, pues si bien es cierto
que la quejosa no es propietaria del vehículo
embargado, no es menos cierto que el
procedimiento administrativo en materia aduanera
está implementado en su contra y el acta de
verificación y notificación del inicio de dicho

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procedimiento constituye, por ende el primer acto


de aplicación de los preceptos que tilda de
inconstitucionales, sin que sea el caso tampoco el
considerar que es necesario justificar la legal
estancia o tenencia del vehículo en la República
para acreditar su interés jurídico, dado que los
actos reclamados afectan, entre otros, su derecho
de posesión, pues es incuestionable que al
embargarse el vehículo que ella conducía fue
desposeída por las autoridades responsables que
intervinieron en dicho embargo precautorio y esa
circunstancia deviene apta y bastante para
justificar su interés jurídico. En apoyo a lo anterior
se cita la jurisprudencia 53/96, derivada de la
contradicción de tesis entre las sustentadas por el
Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito y
los Tribunales Colegiados Tercero y Sexto en
Materia Administrativa del Primer Circuito,
publicada en las páginas 177 y subsecuentes del
Semanario Judicial de la Federación, tomo IV,
noviembre de 1996, cuyo rubro es el siguiente:
‘VEHÍCULOS DE PROCEDENCIA EXTRANJERA. EL
INTERÉS JURÍDICO PARA PROMOVER EL
AMPARO EN CONTRA DEL SECUESTRO,
DESPOSEIMIENTO, DECOMISO O CUALQUIER
ACTO DE AUTORIDAD QUE AFECTE EL DERECHO
DE PROPIEDAD O POSESIÓN DE LOS MISMOS, SE
DEMUESTRA CON EL SÓLO ACREDITAMIENTO
POR PARTE DE LA QUEJOSA, DE ESTOS

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DERECHOS.’ --- En otro orden de ideas a criterio


del suscrito resolutor en la especie se actualizan
las causales de improcedencia previstas por las
fracciones V y XV del artículo 73 de la Ley de
Amparo, lo anterior por las razones que a
continuación se exponen. --- En primer término el
suscrito resolutor estima pertinente dejar
establecido que no hace procedente el juicio de
garantías la circunstancia de que la quejosa
invoque contra los actos que reclama del
Administrador Local de Auditoría Fiscal y los dos
verificadores adscritos a dicha Administración,
entre otros, el concepto de violación de carácter
formal relativo a la carencia de fundamentación y
motivación de los actos reclamados (pues afirma
que al citar como fundamento del embargo
precautorio únicamente el artículo 151 de la Ley de
Aduanera, sin especificar la fracción o fracciones
en que concretamente se funda esa determinación
le deja en estado de indefensión), porque aun
cuando es indiscutible que la violación directa de
un precepto constitucional motiva el juicio de
amparo por ser la vía constitucional idónea para
reclamarla, ello ocurre cuando se trata
exclusivamente de esa violación, pero no cuando
en los conceptos de violación se reclaman también
infracciones a las leyes ordinarias, porque
entonces la materia litigiosa se contrae a una
cuestión de legalidad y por tal razón debe acudirse

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al medio ordinario de defensa, ya que de otro modo


bastaría involucrar en la demanda de amparo la
violación de un precepto constitucional para eludir
el apartamiento(sic) de los recursos ordinarios,
desvirtuándose así el requisito de definitividad que
debe tener el acto reclamado en el juicio
constitucional. En apoyo a lo anterior se cita la
tesis sustentada por el Primer Tribunal Colegiado
en Materia Administrativa del Primer Circuito,
publicada en las páginas 5033 y 5034 del
Semanario Judicial de la Federación, Séptima
Época, tomo XV, 1969 a 1987, cuyos rubro y texto
dicen: ‘RECURSOS ORDINARIOS. CUANDO DEBEN
AGOTARSE ANTES DE INTERPONER EL JUICIO DE
AMPARO. Es cierto que este Tribunal ha
establecido la tesis de que, cuando se alegan
substancial y directamente violaciones a las
garantías constitucionales y no a las leyes
secundarias, a través de la llamada garantía de
legalidad, puede el afectado ocurrir directamente al
juicio de amparo, sin necesidad de agotar recursos
ordinarios en los que no puede hacer valer los
conceptos de violación de dichas garantías con
toda la eficacia con los que pude invocarlos en el
juicio de amparo, destinado a tutelar esas
garantías, lo que se explica por el alto interés que
el orden constitucional pone en el respeto a las
garantías individuales, y por el hecho de que la
existencia de recursos ordinarios debe estimarse

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destinada a la tutela de la legalidad y a la defensa


de los afectados por las resoluciones
administrativas, pero no como un obstáculo o
impedimento para la pronta restauración del orden
constitucional violado, mediante la promoción del
juicio de garantías, destinado expresamente por la
Constitucional Federal para ese efecto. Pero
también es cierto que ello es así cuando la
violación directa de los preceptos constitucionales
es la cuestión substancial o medular planteada en
el juicio de amparo, y las cuestiones de legalidad
resultan planteadas en forma manifiestamente
accesoria y secundaria. Pero cuando el meollo de
las cuestiones legales planteadas se refiere a
cuestiones de legalidad, y las cuestiones de
constitucionalidad son planteadas indirectamente,
a través de la llamada garantía de legalidad, o bien
cuando son dichas violaciones las que se plantean
en forma accesoria o de manera secundaria, es
indispensable agotar previamente los recursos y
medios de defensa ordinarios, antes de acudir al
juicio de amparo, para que éste no resulte
improcedente, en términos del artículo 73, fracción
XV, de la Ley de Amparo’. --- Pues bien, la quejosa
en su demanda de amparo aduce, entre otras
violaciones, que la orden firmada por la
responsable, Administrador Local de Auditoría
Fiscal Federal, con residencia en esta ciudad, ‘…
estaba escrita a máquina, pero no tenía la

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designación de la persona a que iba dirigida la


orden de revisión, ni el vehículo a revisar, ni
contenía la autorización de los verificadores que
debían realizar esa supuesta verificación, sino que
fueron los propios verificadores los que en mi
presencia llenaron en forma manuscrita esos
datos, con mi nombre y los datos del carro de
Héctor Valdez, y en el espacio correspondiente
pusieron sus propios nombres…’ y que el acta de
verificación y notificación del inicio del
procedimiento administrativo en materia aduanera
de vehículos de procedencia extranjera ‘…me la
dieron a firmar ya suscrita por los verificadores y
por unas personas de nombres Apolinar Jesús
Franciso Rentería y Julio César Méndez Bañuelos,
quienes en ningún momento se presentaron en el
lugar y fecha de los actos reclamados, ni
estuvieron presentes cuando se realizó la
diligencia y de quienes ignoro sus generales,
domicilios e incluso su existencia, pues no
estuvieron presentes, ni me fueron presentados o
identificados, siendo que después de firmar el acta
les dije a los verificadores que yo sabía que los
vehículos extranjeros podían traerlos los
residentes en el extranjero dentro de la faja
fronteriza y entonces me pidieron de nueva cuenta
el acta que ya estaba firmada y le agregaron una
nota que decía que yo era mexicana y me dijeron
que ya no había nada que hacer y que me esperara

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

cuatro meses para que me impusieran una multa…’


--- Como fácilmente se advierte, por lo que hace a
los actos que se reclaman al Administrador Local
de Auditoría Fiscal y los dos verificadores
adscritos a dicha Administración que intervinieron
el acta de verificación y notificación del inicio del
procedimiento administrativo reclamado, la litis se
refiere a la legalidad de la actuación del referido
Administrador Local de Auditoría Fiscal al firmar un
mandamiento de autoridad sin precisar el nombre
del gobernado a quien va dirigida y sin
individualizar el vehículo a verificar, así como a la
legalidad de los mencionados verificadores al
notificar el acta mencionada sin contar con la
presencia de los testigos a que se refiere el artículo
150 de la Ley Aduanera, actuaciones que se
encuentran supeditadas a la resolución que, sobre
el particular, emita la Administración Local de
Auditoría Fiscal al determinar la situación fiscal de
la aquí quejosa (susceptible de ser recurrida ante el
Tribunal Fiscal de la Federación, cuya decisión
puede además ser impugnada ante el Tribunal
Colegiado correspondiente) y, consecuentemente,
ante la posibilidad de que en el procedimiento
administrativo correspondiente los actos
combatidos sean modificados, revocados o
nulificados, se actualiza la causal de
improcedencia prevista por la fracción XV del
artículo 73 de la Ley de Amparo. --- Sin que, como

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

ya se adelantó, resulte óbice para esta


determinación el hecho de que la quejosa alegue
que los actos reclamados en estudio vulneran los
artículos 14 y 16 de la Constitución Federal por
cuanto que ‘…los verificadores al hacer en
realidad la determinación del vehículo y persona
sujeto a verificación actuaron fuera de sus
atribuciones, violando el artículo 16 constitucional
al resultar la verificación ordenada por la autoridad
ejecutora, quien es incompetente para actuar como
lo hizo…’ y que ‘…los testigos a que se refiere el
artículo 150 de la Ley Aduanera, para serlo, deben
constarle los hechos, no simplemente firmar la
diligencia en otro lugar y tiempo, además de que
para respetar la garantía de seguridad jurídica
deben quedar fehacientemente identificados,
asentándose sus datos generales y domicilio, para
efecto de poder citarlos a declarar como lo que
deben ser, testigos de los hechos, ya que de no
hacerlo, se coloca al particular en estado de
indefensión, puesto que la autoridad puede
simplemente estampar firmas imaginarias o de
personas ficticias o ausentes o incluso de
personas ciertas pero que no les consten los
hechos…’, porque el análisis del escrito de
demanda de amparo revela que la quejosa reclama
además de violaciones a los derechos individuales
públicos que prevé la Constitucional General de la
República, en sus artículos 14 y 16, violaciones a

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

leyes secundarias por estimarse que se ha


conculcado, en perjuicio de la quejosa, la garantía
de legalidad establecida en el artículo 16
constitucional, aquélla tiene a su disposición
medios ordinarios de defensa que está obligada a
agotar, a través de los cuales puede obtener la
reparación a la violación de las leyes secundarias,
toda vez que para ese efecto están establecidos
tales medios de defensa ante la potestad común, y
si no obtienen la reparación de sus derechos en
esos procedimientos, podrán acudir al juicio
constitucional para que el Poder Judicial de la
Federación examine y resuelva si existió o no la
violación a las leyes secundarias y, en caso
afirmativo, para que se anule la resolución que le
causa perjuicio, precisamente por haber aplicado o
haberlo hecho las autoridades en forma indebida
una norma de carácter secundario, de otra manera
se convertiría el amparo en un procedimiento
común para remediar todas las violaciones en que
incurrieran las autoridades al practicar una
actuación regida por las leyes secundarias, a
mayoría de razón en cuanto a que, hasta el
momento procesal que se analiza, los derechos
subjetivos de la quejosa no han sido afectados en
modo alguno, dado que, como ella misma lo
reconoce en su demanda de amparo, el embargo
precautorio (que la quejosa asevera es premisa de
aplicación del procedimiento administrativo en

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materia aduanera) recayó en un vehículo que no es


propiedad de la quejosa. --- En apoyo a lo anterior
se cita la tesis sustentada por el Tribunal
Colegiado del Noveno Circuito, publicada en las
páginas 5082 y 5083 del Semanario Judicial de la
Federación, Séptima Época, 1969 a 1987, Tomo XV,
cuyos rubro y texto son los siguientes:
‘RECURSOS ORDINARIOS. VIOLACIONES
DIRECTAS Y VIOLACIONES INDIRECTAS A LA
CONSTITUCIÓN. Este Tribunal Colegiado estima
que puede promoverse en forma inmediata el juicio
de garantías, sin agotar los recursos ordinarios o
medios de defensa que la ley señale, cuando se
reclaman violaciones directas a la Constitución
General de la República, pero solamente cuando se
plantea exclusivamente ese tipo de violaciones, y
no así cuando se hacen valer al mismo tiempo en la
demanda de garantías, violaciones directas e
indirectas a la Carta Magna. Lo anterior porque
sólo en el primer caso se configura una excepción
a la regla contenida en el artículo 73, fracción XV,
de la Ley de Amparo, que consagra el principio de
definitividad en el juicio de garantías, habida
cuenta que el agraviado sólo puede atacar
adecuadamente la resolución respectiva ante el
Juez de amparo, pues no le resultaría igualmente
eficaz plantear esas conculcaciones directas al
Pacto Federal en los recursos ordinarios, dado que
las autoridades judiciales o administrativas

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

encargadas de resolverlos, no son las idóneas para


ocuparse de ellas, por tratarse de cuestiones cuya
solución atañe en forma primordial y generalmente
privativa al Poder Judicial de la Federación. En
cambio, si se plantean simultáneamente en la
demanda de amparo violaciones directas e
indirectas a la Constitución, no opera excepción
alguna al principio de definitividad antes aludido,
porque sí es factible para el afectado obtener con
eficacia la modificación, anulación o revocación de
la resolución que estima violatoria de garantías, a
través del recurso ordinario, pues al interponerlo,
el agraviado puede alegar los vicios de ilegalidad
que ostenta la resolución, lo que equivale a
plantear las llamadas violaciones constitucionales
indirectas, cuya solución por su naturaleza, ya que
se trata sólo de determinar si existe inobservancia
de leyes secundarias, corresponde inicialmente a
la autoridad ordinaria que debe resolver el recurso
y sólo en forma mediata competerá al Juez de
amparo; sin que sea óbice que en múltiples
ocasiones la autoridad ordinaria no puede analizar
las violaciones directas a la Carta Magna que
también pudiera causar el proveído recurrido,
porque de todas maneras al fallarse el recurso, si
dicha autoridad estima fundadas la violaciones de
legalidad aludidas, el acto reclamado quedará sin
efecto y resultará por tanto innecesario que se
estudien aquellas violaciones directas a la

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Constitución. Sostener el criterio contrario,


propiciaría el abuso del juicio de amparo, haciendo
nugatorio el principio de definitividad que consagra
el artículo 73, fracción XV, de la Ley de Amparo,
pues bastaría aducir alguna o algunas violaciones
directas a la Constitución, para hacer procedente el
juicio de garantías, obligando a la autoridad judicial
que debe conocer del mismo, al estudio de las
violaciones de mera legalidad, sin que antes haya
sido materia de análisis en el recurso
correspondiente; es decir, sin que hayan quedado
establecidas esas conculcaciones con el carácter
de definitivas. Se estima además, que no resultaría
jurídico, cuando se plantean en la misma demanda
de garantías violaciones constitucionales directas
e indirectas, analizar únicamente las primeras y
omitir el estudio de las segundas, porque no puede
fraccionarse la procedencia del juicio de garantías.
El juicio constitucional procede porque se
configura una excepción a la regla contenida en el
artículo 73, fracción XV, de la Ley de Amparo, o
bien, es improcedente conforme dicha regla; pero
no puede aceptarse que el amparo proceda sólo
respecto de determinados conceptos de violación y
resulte improcedente en lo que ve a otros.’ --- En
las relatadas circunstancias, se impone sobreseer
en el presente juicio de garantías al respecto, con
apoyo en la fracción III del artículo 74, al surtirse la
causal de improcedencia prevista por la fracción

21
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

XV del artículo 73, ambos de la Ley de Amparo. ---


Por otra parte, al no constituir los actos
reclamados por los que se ha sobreseído el acto
concreto de aplicación de los preceptos legales
que se tildan de inconstitucionales, es
incuestionable que la quejosa, hasta el momento
procesal en que se produjeron aquéllos, carece de
interés jurídico para promover juicio de amparo en
contra de dichos dispositivos legales. --- Se
considera así, porque de acuerdo con la hipótesis
que consagra el artículo 4º de la ley reglamentaria
del juicio de garantías, el ejercicio de la acción
constitucional está reservado únicamente a
quienes resienten un perjuicio con motivo de un
acto de autoridad o por la ley. Por lo tanto, la
noción de perjuicio para que proceda la acción
constitucional presupone la existencia de un
derecho legítimamente tutelado que, cuando es
trasgredido por la actuación de una autoridad o por
la ley, faculta a su titular para acudir ante el órgano
jurisdiccional correspondiente demandado el cese
de esa trasgresión. Ese derecho protegido por el
ordenamiento legal objetivo es lo que constituye el
interés jurídico, que la ley de la materia toma en
cuenta para la procedencia del juicio de amparo,
debiendo destacarse que no todos los intereses
que puedan concurrir en una persona merecen el
calificativo de jurídicos, pues para que tal cuestión
acontezca es menester que el derecho objetivo se

22
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

haga cargo de éllos a través de una o varias de sus


normas. En apoyo a lo anterior se cita la
jurisprudencia 856, publicada en la página 584,
tomo VI, del Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación de 1917 a 1995, cuyos rubro y texto son
los siguientes: ‘INTERÉS JURÍDICO, NOCIÓN DE.
PARA LA PROCEDENCIA DEL AMPARO. El interés
jurídico necesario para poder acudir al juicio de
amparo ha sido abundantemente definido por los
tribunales federales, especialmente por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Al respecto, se ha
sostenido que el interés jurídico puede
identificarse con lo que se conoce como derecho
subjetivo, es decir, aquel derecho que, derivado de
la norma objetiva, se concreta en forma individual
en algún objeto determinado otorgándole una
facultad o potestad de exigencia oponible a la
autoridad. Así tenemos que el acto de autoridad
que se reclame tendrá que incidir o relacionarse
con la esfera jurídica de algún individuo en lo
particular. De esta manera no es suficiente, para
acreditar el interés jurídico en el amparo, la
existencia de una situación abstracta en beneficio
de la colectividad que no otorgue a un particular
determinado la facultad de exigir que esa situación
abstracta se cumpla. Por ello, tiene interés jurídico
sólo aquél a quien la norma jurídica le otorga la
facultad de exigencia referida y, por tanto, carece
de ese interés cualquier miembro de la sociedad,

23
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

por el sólo hecho de serlo, que pretenda que las


leyes se cumplan. Estas características del interés
jurídico en el juicio de amparo son conformes con
la naturaleza y finalidades de nuestro juicio
constitucional. En efecto, conforme dispone el
artículo 107, fracciones I y II, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, el juicio
de amparo deberá ser promovido sólo por la parte
que resienta el agravio causado por el acto
reclamado, para que la sentencia que se dicte sólo
la proteja a ella, en cumplimiento del principio
conocido como de relatividad o particularidad de la
sentencia.’ --- En autos del presente juicio de
garantías, no existe constancia alguna que acredite
que los dispositivos legales que se reclaman
afecten, hasta el estudio procesal que se analiza, a
la impetrante de amparo real y objetivamente, por
cuanto que esa afectación, en todo caso, será
hasta que se determine su situación jurídica en
materia fiscal mediante la resolución que decida el
procedimiento administrativo en materia aduanera,
y como el derecho sólo tutela bienes jurídicos
reales u objetivos, cuando los daños o perjuicios
que una persona, física o moral, dice puede sufrir,
no afecten real y objetivamente a aquéllos
entonces no puede decirse que exista un agravio
en términos jurídicos, a mayoría de razón en
cuanto a que, como ya se dijo, ni siquiera es de su
propiedad el vehículo embargado

24
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

precautoriamente. Luego, si las afectaciones que


constituyen un perjuicio deben ser reales, es obvio
que para que puedan ser estimadas en el amparo
es indispensable que puedan ser susceptible de
apreciarse objetivamente. De no ser así, sería difícil
que se surtiera, en la práctica, la causal de
improcedencia prevista por la mencionada fracción
V del artículo 73 de la ley de la materia, por cuanto
bastaría la mera afirmación de la peticionaria de
garantías, no corroborada con prueba alguna, de
que la autoridad le irroga molestias en sus
derechos, y ciertamente no es eso lo que tutela la
fracción V del artículo 73 multirreferido. ---
Congruente con los anteriores razonamientos,
resulta procedente sobreseer en el presente juicio
de garantías al respecto, con apoyo en la fracción
III del artículo 74, al surtirse la causal de
improcedencia prevista por la fracción V del
artículo 73, ambos de la Ley de Amparo.”

CUARTO.- Inconforme con ese fallo, Luis R. Balmori Garza,


como autorizado de la quejosa, en escrito presentado el
veinticinco de febrero de mil novecientos noventa y ocho, por
conducto del juzgado que lo emitió, interpuso en su contra recurso
de revisión. Del citado recurso, bajo toca número A. R. 186/98-1,
conoció el Primer Tribunal Colegiado del Decimonoveno Circuito.
Dicho Órgano Colegiado dictó resolución el veintinueve de
septiembre de mil novecientos noventa y nueve, en que se
declaró legalmente incompetente para conocer del referido

25
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

recurso de revisión y remitió los autos, así como sus anexos a


esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.

QUINTO. El Presidente de esta Suprema Corte de Justicia


de la Nación dictó proveído de tres de noviembre de mil
novecientos noventa y nueve, en que admitió el aludido recurso,
quedando registrado bajo amparo en revisión número 2064/99.

El Agente del Ministerio Público Federal de la adscripción


formuló pedimento número 11/240/99, en el sentido de que se
confirme la sentencia recurrida (páginas 44 a 55 del toca).

El asunto fue turnado al señor Ministro Sergio Salvador


Aguirre Anguiano, por acuerdo de Presidencia de veintitrés del
propio noviembre (página 59 del toca).

Posteriormente, el Presidente de la Suprema Corte, visto el


dictamen del Ministro Ponente, envió el asunto a esta Segunda
Sala, cuyo Presidente lo radicó y returnó al Ministro Sergio
Salvador Aguirre Anguiano, para que formulara el proyecto de
resolución correspondiente.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO.- Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación es competente para conocer del presente
recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos
107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; Cuarto Transitorio del Decreto de

26
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

reformas a ésta, de diez de junio de mil novecientos noventa y


nueve; 84, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo y 21, fracción
XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; y
conforme a lo previsto en los puntos Segundo y Tercero, fracción
I, del Acuerdo General Plenario 1/1997 y Séptimo Considerando y
Segundo Transitorio del Acuerdo 6/1999, publicado el veintitrés de
junio de mil novecientos noventa y nueve, en el Diario Oficial de la
Federación; en virtud de que se interpuso con anterioridad a la
vigencia de este último Acuerdo, en contra de una sentencia
dictada en la audiencia constitucional de un juicio de garantías en
que se reclamó la inconstitucionalidad de la Ley Aduanera,
concretamente sus artículos 144, fracción X, 150 y 151, sin
embargo no es procedente entrar al estudio de dicha cuestión
porque se confirmará el sobreseimiento en el juicio de garantías,
estimado en el fallo recurrido, conforme a las consideraciones en
que se apoya esta ejecutoria.

SEGUNDO.- La parte recurrente hizo valer los siguientes


agravios:

“Respecto a la fracción V del artículo 73 de la Ley


de Amparo, no se encuentra exactamente aplicada
en la especie debido a las siguientes razones: ---
En primer lugar, se destaca la incongruencia del
auto (sic) en cuanto a los razonamientos
contradictorios que contiene respecto de un mismo
tema; el interés jurídico de la quejosa: ---
Efectivamente, a foja cuatro del auto, empezando
en la tercera línea, se lee: --- ‘…Son insuficientes

27
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

dichas circunstancias para considerar que la


quejosa carece de interés jurídico para promover el
presente juicio de garantías, pues si bien es cierto
que la quejosa no es propietaria del vehículo
embargado, no es menos cierto que el
procedimiento administrativo en materia aduanera
está implementado en su contra y el acta de
verificación y notificación del inicio de dicho
procedimiento constituye, por ende, el primer acto
de aplicación de los preceptos que tilda de
inconstitucionales, sin que sea el caso tampoco
considerar que es necesario justificar la legal
estancia o tenencia del vehículo en la República
para acreditar su interés jurídico, dado que los
actos reclamados afectan, entre otros, su derecho
de posesión, pues es incuestionable que al
embargarse el vehículo que élla conducía fue
desposeída por las autoridades responsables que
intervinieron en dicho embargo precautorio y esa
circunstancia deviene apta y bastante para
justificar su interés jurídico. En apoyo a lo anterior,
se cita la jurisprudencia 53/96, derivada de la
contradicción de tesis…’ --- Después de haberse
conducido con tan impecable claridad y erudito
conocimiento respecto de lo que significa interés
jurídico en el amparo, ¡y habiendo declarado
expresamente que en la especie se encuentra
acreditado el interés jurídico de la quejosa!, es
inconcebible que en la misma resolución, a foja-8

28
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

vuelta, línea 6, se proceda a asentar: --- ‘…Por otra


parte, al no constituir los actos reclamados por los
que se ha sobreseído el acto concreto de
aplicación de los preceptos la quejosa, hasta el
momento procesal en que se produjeron aquéllos,
carece de interés jurídico para promover juicio de
amparo en contra de dichos dispositivos
legales…’. --- Y a continuación procede a aplicar la
fracción V del artículo 73 de la Ley de Amparo, por
una supuesta falta de interés jurídico, que, según el
A Quo, sólo se dará en la resolución definitiva. ---
Se observa claramente que el auto contiene dos
afirmaciones incompatibles entre sí; una sostiene
que es incuestionable que existe interés jurídico y
la otra sostiene exactamente lo contrario, es decir,
que es incuestionable que no existe; como el acto
es un sólo acto jurídico integral, no puede
sostenerse válidamente en dos afirmaciones que
se contradigan irremisiblemente y, al hacerlo, se
surte una inconsistencia lógica con la que deviene
incongruente, procediendo revocarse y entrar al
estudio del fondo. --- Muy equivocado se encuentra
el sobreseimiento, pues para demostrar que en el
caso justiciable sí se encuentra integrado el interés
jurídico de la quejosa, basta tomar en cuenta que el
procedimiento administrativo en materia aduanera
está implementado en su contra y el acta de
verificación y notificación del inicio de dicho
procedimiento constituye, por ende, el primer acto

29
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

de aplicación de los preceptos que tacha de


inconstitucionales, sin que sea el caso tampoco
considerar que es necesario justificar la legal
estancia o tenencia del vehículo en la República
para acreditar su interés jurídico, dado que los
actos reclamados afectan, entre otros, su derecho
de posesión, pues es incuestionable que al
embargarse el vehículo que ella conducía fue
desposeída por las autoridades responsables que
intervinieron en dicho embargo precautorio y esa
circunstancia deviene apta y bastante para
justificar su interés jurídico y, en cuanto a la
pretensión de que en el caso concreto, no se
aplican en perjuicio de la parte quejosa los
artículos que se tildan de inconstitucionales, no
hacen falta complicados razonamientos; basta leer
el acta de embargo precautorio y de inicio del
Procedimiento Administrativo en Materia Aduanera,
para comprobar que en su texto, se encuentran
mencionados dichos numerales y, de acuerdo a la
jusrisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, eso constituye un acto de
aplicación que confiere a la quejosa legitimación
procesal (llamada interés jurídico) para demandar
el Amparo y Protección de la Justicia Federal,
según se transcribe: --- ‘EMBARGO
PRECAUTORIO. LA SOLA MENCIÓN EN LA ORDEN
DE VISITA DOMICILIARIA DEL ARTÍCULO 145 DEL
CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN, QUE

30
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

CONTEMPLA ESA MEDIDA, CONSTITUYE PARA


EFECTOS DEL AMPARO, UN ACTO DE
APLICACIÓN DE DICHO NUMERAL. La simple cita
del artículo 145 del Código Fiscal de la Federación
que previene el embargo precautorio, en la orden
visita domiciliaria, basta para estimar, para efectos
de la procedencia del juicio de amparo, que sí se
aplicó al quejoso dicho precepto, pues es
incontrovertible que toda orden de visita afecta a
quien la recibe, en virtud de las facultades que se
le confieren a al autoridad y de las obligaciones
legales que, como consecuencia de ese ejercicio,
se imponen al visitado; es decir,
independientemente de cuál pueda ser el resultado
de una visita, es innegable que su realización se
sustenta en los preceptos legales que se invoquen
en la orden correspondiente, y por ende, tal orden
viene a ser el acto de aplicación del referido
dispositivo legal, en perjuicio de la peticionaria, al
facultar a los visitadores para que practiquen el
embargo precautorio, aun cuando éste no se lleve
a cabo en esa ocasión; ello, dado que en todo caso
la realización del embargo con posterioridad
constituirá un acto de ejecución de la orden de
visita y la sola cita del numeral su acto de
aplicación’. --- Amparo en revisión 156/94. Flujo de
Datos México, S. A. de C. V. 29 de junio de 1995.
Unanimidad de diez votos. Ponente: Sergio
Salvador Aguirre Anguiano. Secretaria: Adriana

31
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Escorza Carranza. --- El Tribunal Pleno en su


sesión privada celebrada el dieciséis de octubre en
curso, por unanimidad de once votos de los
ministros: presidente José Vicente Aguinaco
Alemán, Sergio Salvador Aguirre Anguiano,
Mariano Azuela Güitrón, Juventino V. Castro y
Castro, Juan Díaz Romero, Genáro David Góngora
Pimentel, José de Jesús Gudiño Pelayo, Guillermo
I. Ortíz Mayagoitia, Humberto Román Palacios, Olga
María Sánchez Cordeo y Juan N. Silva Meza;
aprobó, con el número LXXIX/95 (9ª.) la tesis que
antecede; y determinó que la votación es idónea
para integrar tesis de jurisprudencia. México,
Distrito Federal, a dieciséis de octubre de mil
novecientos noventa y cinco. --- Novena Época
Instancia: Pleno Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta Tomo: II, Octubre de 1995
Tesis: P. LXXIX/95 Página: 100. --- En cuanto a la
causal prevista en el artículo 73, fracción XV de la
Ley de Amparo, también esgrimida por el A Quo
para fundar el sobreseimiento, es indispensable
anotar que no aplica en la especie, por múltiples
razones que procederé a exponer ante ese H.
Tribunal Colegiado de Circuito. --- En primer lugar,
está el hecho de que el presente es un amparo
contra leyes y su primer acto de aplicación, en
consecuencia, el principio de definitividad no opera
plenamente, sino que es optativo para el quejoso,
agotar los recursos ordinarios o preparar su acción

32
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

constitucional para el amparo directo, o acudir


desde luego al amparo indirecto en contra del
primer acto de aplicación, como en la especie
ocurrió, lo anterior, de conformidad con el artículo
73 fracción XII de la Ley de Amparo, y su
interpretación visible en la siguiente tesis:
‘AMPARO CONTRA LEYES, CUANDO OPERA EL
PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD, TRATÁNDOSE DE.
Si conforme a la fracción XII del artículo 73 de la
Ley de Amparo se reclama la inconstitucionalidad
de una ley, en virtud de su primer acto de
aplicación, es optativo para el interesado el agotar
o no los recursos ordinarios procedentes en contra
de aquél de manera que si opta por reclamar la
inconstitucionalidad de la ley desde luego, no
opera el principio de definitividad, el que sólo se
actualiza en el caso contrario; luego es inexacto
que atento a lo dispuesto en la fracción de
referencia, en el primer supuesto siga vigente la
observancia del principio de definitividad, sólo en
relación con el acto de aplicación conclusión que
además de inadecuada resulta incongruente, pues
de sobreseerse en lo que ve a tal acto,
necesariamente deberá también sobreseerse
respecto de la ley que, por si sola, no le causa
perjuicio al quejoso. Es verdad que los aspectos
de legalidad y de constitucionalidad son dos
cuestiones distintas, pero ello no significa que en
supuesto de que se reclame la ley por su primer

33
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

acto de aplicación, pueda analizarse aisladamente


la ley y el acto, de manera que el principio de
definitividad opere sólo en cuanto a éste último,
contrariando así el sentido del tercer párrafo de la
fracción XII del multicitado artículo 73 de la Ley
Reglamentaria de los Artículos 103 y 107
Constitucionales, al desvincular el estudio de la ley
de su acto de aplicación concreto’. --- Novena
Época, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: V,
Enero de 1997, Tesis: 1ª. I/97, Página: 187. ---
Amparo en revisión 372/96.- Ricardo Plaschinski
Hess.- 28 de agosto de 1996.- Unanimidad de
cuatro votos.- Ausente: Juan N. Silva Meza, previo
aviso a la Presidencia.- Ponente: José de Jesús
Gudiño Pelayo.- Secretario: Agustín Urdapilleta
Trueba. --- En segundo lugar, al pretenderse en el
auto que la afectación del interés jurídico de la
quejosa, se dará con la resolución definitiva, se
pasó por alto el hecho de que un embargo
precautorio es aquel que existe antes de la
resolución que lo contiene y sólo durante el
proceso, pues al resolverse en definitiva, las
medidas precautorias dejan de existir pudiendo, ya
sea desaparecer o convertirse en definitivas,
siendo claro que la medida precautoria nace y se
agota en su primer acto de aplicación, sin que por
su naturaleza sea repetible en la resolución
definitiva y, si fuese repetido, entonces ya no se

34
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

trataría del primer acto de aplicación del precepto,


sino del segundo… con el consabido
sobreseimiento, por lo que la resolución
impugnada no resulta congruente con los
principios que rigen la impugnación constitucional
de actos legislativos. --- También se pasó por alto
que el embargo precautorio es un acto de
imposible reparación y cuya existencia sí vulnera la
esfera jurídica de quien lo sufre: --- El
Procedimiento Administrativo en Materia Aduanera
existe en dos especies ‘con embargo precautorio’,
previsto en el artículo 150 de esa Ley y; ‘sin
embargo precautorio’ previsto en el artículo 152 de
la misma; ambos procedimientos son equiparables
con los juicios ordinarios y ejecutivos de la materia
civil. --- De entrambos, el procedimiento genérico
es el que se entabla sin embargo precautorio, y el
especial, resulta aquél que se inicia con embargo
precautorio, y este último sólo procede cuando se
surte una de las hipótesis a que se refiere alguna
de las cinco fracciones del artículo 151 de la
mencionada Ley Aduanera; de manera que si se
sigue un Procedimiento Administrativo en Materia
Aduanera con embargo precautorio, sin que esté
debidamente fundada y motivada su procedencia
en alguna fracción del citado numeral, es como si
se permitiese seguir un juicio ejecutivo, en lugar de
un ordinario sin existir título para ello; siendo
evidente que la resolución final en nada remediará

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

al agravio resentido durante el procedimiento en el


cual se obliga a la parte afectada a litigar con una
desposesión a cuestas, haciendo
injustificadamente oneroso el procedimiento,
resultando evidente que en este caso, las
garantías contenidas en los artículos 14 y 16
constitucionales, (ambas) sí se encuentran
vulneradas, pues la simple omisión de indicar
claramente en que fracción del artículo 151 se
fundamenta el embargo precautorio, vuelve incierta
su procedencia y, como se trata del auto de inicio
del Procedimiento Administrativo en Materia
Aduanera, lo vicia por completo, puesto que se
aplica una regla de excepción, en detrimento de la
general, sin fundar ni motivar el acto, colocando al
particular en irremisible estado de indefensión al
obligarlo a litigar más onerosamente, (con el
embargo) sin haber satisfecho los requisitos
constitucionales para el acto de molestia.
Recuérdese que estando dentro de un
procedimiento, las violaciones derivadas de la
desposesión ilegalmente trabada no son
reparables en la sentencia definitiva: --- Es claro
que, contrariamente a lo sostenido por el Juez,
relativo a que es necesario esperar la resolución
definitiva, el embargo precautorio es un acto de
imposible reparación y contra el procede el amparo
indirecto, tal como lo ha sostenido el H. Segundo
Tribunal Colegiado del 19 Circuito y otros que cito:

36
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

--- ‘EMBARGO PRECAUTORIO. ACTO DE


IMPOSIBLE REPARACIÓN. PROCEDENCIA DEL
JUICIO CONSTITUCIONAL. El embargo precautorio
que puede materializarse en caso de no efectuar un
pago requerido en un juicio, sí es un acto, que de
efectuarse, sería de imposible reparación, puesto
que privaría al quejoso del uso y disfrute de los
bienes secuestrados durante todo el tiempo que
dure el juicio o el procedimiento administrativo en
su caso, lo cual no sería susceptible de repararse,
pues aun cuando se obtuviera sentencia favorable
y se levantara el embargo, esto no restituiría al
quejoso de la afectación de que fue objeto por el
tiempo en que estuvo en vigor el embargo.’ ---
Novena Época, Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo: I, Junio de 1995.
Tesis: IV.3o. K Página: 445. --- TERCER
TRIBUNAL COLEGIADO DEL CUARTO CIRCUITO.
--- Amparo en revisión 261/94. Matrix Medical, S.A.
de C.V. 9 de febrero de 1995. Unanimidad de votos.
Ponente: Enrique Cerdán Lira. Secretario: Raúl
Alvarado Estrada. --- Amparo en revisión) 27/94.
Pedro Elizaldi Cantú y otra. 17 de noviembre de
1994. Unanimidad de votos. Ponente: Ramiro
Barajas Plasencia. Secretario: Carlos Hugo de León
Rodríguez. --- Amparo directo 717/93. Miguel Ángel
Cantú Padilla. 20 de abril de 1994. Unanimidad de
votos. Ponente: Enrique Cerdán Lira. Secretario:

37
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Raúl Alvarado Estrada. --- ‘EMBARGO


PRECAUTORIO. PROCEDENCIA DEL AMPARO
INDIRECTO EN CONTRA DEL ACTO
ADMINISTRATIVO DE. (MATERIA FISCAL). El
artículo 145 del Código Fiscal de la Federación
establece que se podrá practicar embargo
precautorio para asegurar el interés fiscal, antes de
la fecha en que el crédito fiscal esté determinado o
sea exigible, cuando a juicio de la autoridad
hubiera peligro de que el obligado se ausente,
enajene u oculte sus bienes, o realice cualquier
maniobra tendiente a evadir el cumplimiento; en
tanto que el numeral 116 del propio código
estatuye que contra los actos administrativos
dictados en materia fiscal federal se podrán
interponer los recursos de revocación o el de
oposición al procedimiento administrativo de
ejecución; ambos recursos se encuentran
regulados respectivamente por los diversos
dispositivos 117 y 118 del ordenamiento legal
citado, sin embargo, en ninguno de los supuestos
de procedencia de tales recursos se contempla el
embargo precautorio, no existiendo la obligación
para el quejoso de agotar recursos ordinarios, en
consecuencia no se actualiza la causal de
improcedencia prevista en el artículo 73, fracción
XV de la Ley de Amparo y la vía de impugnación
correcta lo es el juicio de garantías indirecto.’ ---
Octava Época, Instancia: Tribunales Colegiados de

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la


Federación, Tomo: XIV-Noviembre, Tesis: XIX. 2o.
15 A, Página: 443. --- SEGUNDO TRIBUNAL
COLEGIADO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO. ---
Improcedencia 176/94. Ingeniería Electromecánica
y Recubrimientos Industriales, S. A. de C. V. 10 de
agosto de 1994. Unanimidad de votos. Ponente:
Lucio Antonio Castillo González. Secretario: Carlos
Alberto Caballero Dorantes. --- ‘EMBARGO
PRECAUTORIO. ES UN ACTO DEFINITIVO Y DE
EJECUCIÓN IRREPARABLE PARA LOS EFECTOS
DEL AMPARO. El embargo decretado, aun cuando
sea de carácter precautorio, debe considerarse
como un acto definitivo en tanto que no existe en el
ordenamiento legal correspondiente un recurso
mediante el cual pueda revocarse o modificarse, es
además, un acto de ejecución irreparable pues las
consecuencias derivadas del mismo no pueden ser
reparadas en el procedimiento del que emanó, toda
vez que aun si dejara de existir o se cancelara, la
privación del derecho a usar los bienes
embargados prevalece durante el tiempo que dure
la medida decretada y no puede repararse con
posterioridad.’ --- Octava Época, Instancia:
Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación, Tomo: XV-I,
Febrero, Tesis: I.3o.A. 587 A, Página: 180. ---
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. ---

39
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Amparo en revisión 2993/94. Montebianco, S.A. de


C.V. 12 de enero de 1995. Unanimidad de votos.
Ponente: Carlos Alfredo Soto Villaseñor. Secretaria:
Rosa Elena González Tirado. --- Además de lo
anterior, contrariamente a lo que se pretende en la
resolución impugnada, el acto que se reclama no
es impugnable ante el Tribunal Fiscal de la
Federación porque no se surte ninguno de los
supuestos a que se refiere el artículo 11 de la Ley
Orgánica de dicho tribunal y pretender que la
quejosa debió soportar las violaciones
constitucionales a fin de llegar a una resolución
que en nada las remediaría, para impugnarla ante el
Tribunal Fiscal de la Federación, es tanto como
pretender que consistiese en la conculcación de
sus garantías, es decir, que se pretende obligarla a
renunciar a sus derechos constitucionales y
colocarse en indefensión para defender sus
derechos, lo cual, por paradójico, es inaceptable.
--- Finalmente, es inconsistente el argumento
contenido en el auto, en el sentido de ser
improcedente el juicio por haberse esgrimido
cuestiones de legalidad además de cuestiones de
constitucionalidad en la demanda de amparo. ---
Paso por alto el Juez, que la demanda se enderezó
en contra de los artículos legales y de su primer
acto de aplicación, y, si bien es cierto en contra de
la ley solamente pueden esgrimirse conceptos de
inconstitucionalidad, los actos de aplicación de la

40
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

misma son atacables por vicios propios,


paralelamente a la impugnación de la aplicación del
precepto inconstitucional, y, habida cuenta de la
naturaleza del juicio de garantías, el no impugnar
los vicios propios de las autoridades ejecutorias,
equivaldría a consentir las violaciones en que
incurran, lo cual no es aceptable y menos
aceptable aún, es sobreseer el juicio porque el
quejoso hizo valer los conceptos de violación en la
forma y términos que por su naturaleza resultan
pertinentes. --- ‘JUICIO DE NULIDAD, NO ES
NECESARIO AGOTARLO PREVIAMENTE AL JUICIO
DE GARANTÍAS, NO OBSTANTE QUE SE HAGAN
VALER VIOLACIONES A LAS LEYES ORDINARIAS.
Los artículos 144 y 227, del Código Fiscal de la
Federación, establecen la posibilidad de suspender
la ejecución de los actos administrativos; sin
embargo, exigen mayores requisitos de los que
prevé la Ley de Amparo para conceder la
suspensión definitiva, pues el primero de éllos
determina que se garanticen las contribuciones
adeudadas en forma actualizada, los accesorios
causados y los que lleguen a causarse en el
término de doce meses; y, el segundo, señala que
la autoridad ejecutora niegue la suspensión,
rechace la garantía ofrecida o reinicie la ejecución,
además de presentar copia de los documentos en
que consten tales circunstancias. En cambio, la
Ley de Amparo, tratándose del pago de

41
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

contribuciones sólo exige como requisito para la


procedencia de la suspensión, el depósito de la
cantidad que pretenda cobrarse (art. 135). Además,
no debe perderse de vista que el último párrafo del
artículo 141, del código tributario, establece que en
ningún caso las autoridades fiscales podrán
dispensar el otorgamiento de la garantía; sin
embargo, el artículo 135 de la Ley Reglamentaria de
los Artículos 103 y 107 de la Constitución Federal,
concede al juez de Distrito, la facultad discrecional
de eximir al quejoso de su otorgamiento, en los
siguientes casos: a) Cuando el cobro de las sumas
excedan de la posibilidad del quejoso. b) Cuando
previamente se haya constituido la garantía del
interés fiscal ante la autoridad exactora. c) Cuando
se trate de persona distinta del causante obligado.
Por tanto, resulta irrelevante la circunstancia de
que la sociedad mercantil quejosa, al formular su
demanda de amparo, hubiese hecho valer
violaciones a las leyes ordinarias, porque como ya
se dijo, el Código Fiscal de la Federación, exige
mayores requisitos de los que prevé la Ley de
Amparo para conceder la medida cautelar.’ ---
Novena Época, Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo: II, Octubre de 1995.
Tesis: I.2o.A.4 A, Página: 566. --- SEGUNDO
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. ---

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Amparo en revisión 2092/95. Automotriz


Internacional, S.A. de C.V. 8 de septiembre de 1995.
Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Amado
Yáñez. Secretario: Jorge Arturo Camero Ocampo.”

TERCERO.- En los agravios esencialmente se aduce que


en la sentencia recurrida se aplicaron incorrectamente las
fracciones V y XV del artículo 73 de la Ley de Amparo, para
fundar el sobreseimiento decretado en el presente juicio de
garantías, en virtud de que:

a) Se aplicó inexactamente la fracción V del


artículo 73 de la Ley de Amparo porque, la
recurrente argumenta, que sobre el tema del
interés jurídico, la sentencia recurrida se apoyó en
dos consideraciones contradictorias, ya que, en
una de ellas, el Juez Federal estableció que el
hecho de que la quejosa conducía el vehículo de
procedencia extranjera al momento de su
embargo, ella fue desposeída de ese bien, por lo
que se le afectó el derecho de posesión, que tales
circunstancias son aptas y bastantes para justificar
su interés jurídico para determinar la procedencia
de este juicio de garantías; en la otra
consideración, el Juez de Distrito estimó que el
acto concreto de aplicación de las normas legales
reclamadas, consistente en el embargo
precautorio del vehículo que defiende, no produce
un agravio real y objetivo porque, el Juez a quo

43
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

sostuvo, que la quejosa ni siquiera es propietaria


del vehículo embargado, por lo que estimó actual
la causal de improcedencia prevista en la fracción
V del artículo 73 de la Ley de Amparo.

b) La recurrente afirma que la sentencia recurrida


carece de consistencia lógica al sustentarse en
dos consideraciones que se contradicen
irremisiblemente en torno al interés jurídico de la
quejosa para promover este amparo; que la
primera de las reseñadas consideraciones es la
que debe prevalecer, porque para acreditar su
interés jurídico, no es necesario justificar la legal
estancia o tenencia del vehículo en la República,
que los actos reclamados afectan su derecho de
posesión, porque al embargarse el vehículo que
conducía, fue desposeída del mismo por las
autoridades que practicaron el embargo, y porque
el procedimiento administrativo aduanero se
instauró en su contra, según se aprecia de las
actas de verificación y notificación del inicio de ese
procedimiento; que tales circunstancias devienen
aptas y bastantes para justificar su interés jurídico,
conforme la jurisprudencia del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación cuyo rubro
es:

“EMBARGO PRECAUTORIO. LA SOLA


MENCIÓN EN LA ORDEN DE VISITA

44
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

DOMICILIARIA DEL ARTÍCULO 145 DEL


CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN QUE
CONTEMPLA ESA MEDIDA, CONSTITUYE
PARA EFECTOS DEL AMPARO, UN ACTO DE
APLICACIÓN DE DICHO NUMERAL.”.

c) La causal prevista en el artículo 73, fracción XV


de la Ley de Amparo, tampoco resulta aplicable
porque, la recurrente sostiene, que en el presente
juicio de amparo se reclamó una ley, así como su
primer acto concreto de aplicación, como es el
embargo precautorio del vehículo que defiende,
por lo que concluye, en la especie opera la
excepción al principio de definitividad, ya que es
optativo agotar el medio ordinario de defensa o
promover, desde luego, el amparo indirecto contra
la ley, a través de su primer acto de aplicación,
conforme lo previsto en la fracción XII del artículo
73 de la Ley de Amparo y su interpretación por la
tesis cuyo rubro es:

“AMPARO CONTRA LEYES, CUANDO OPERA


EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD
TRATÁNDOSE DE.”.

El texto de la tesis antes enunciada se transcribe en los


agravios, los cuales a su vez se reproducen en el considerando
segundo de esta ejecutoria.

45
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

d) La recurrente sigue alegando en contra de la


diversa consideración en que el Juez de Distrito
fundó, en la fracción XV del artículo 73 de la Ley
de Amparo, el sobreseimiento decretado en el
presente juicio de amparo, que las autoridades
responsables violan en su perjuicio las garantías
consagradas en los artículos 14 y 16
constitucionales, porque omiten precisar en qué
fracción del artículo 151 de la Ley Aduanera se
apoyó el embargo precautorio, por lo que esa
omisión vicia de nulidad todo el procedimiento
administrativo y no tiene por qué esperar a que se
dicte la resolución definitiva que le ponga fin al
procedimiento administrativo, obligando a la
recurrente a litigar con una desposesión a cuestas;
que además el embargo precautorio es un acto de
imposible reparación, que vulnera el interés
jurídico de la quejosa de acuerdo con las tesis,
cuyos títulos son:

“EMBARGO PRECAUTORIO. ACTO DE


IMPOSIBLE REPARACIÓN. PROCEDENCIA DEL
JUICIO CONSTITUCIONAL”.

“EMBARGO PRECAUTORIO, PROCEDENCIA


DEL AMPARO INDIRECTO EN CONTRA DEL
ACTO ADMINISTRATIVO DE. (MATERIA
FISCAL)”.

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

“EMBARGO PRECAUTORIO. ES UN ACTO


DEFINITIVO Y DE EJECUCIÓN IRREPARABLE
PARA LOS EFECTOS DEL AMPARO”.

El texto de las tesis correspondientes a los anteriores


encabezados, así como los datos de localización de las
mismas, en el Semanario Judicial de la Federación, se
transcriben en los agravios, los cuales a su vez están
reproducidos en el considerando segundo de esta ejecutoria.

e) La recurrente alega, por último, que el acto


reclamado (inconstitucionalidad de la ley y su acto
concreto de aplicación), no es impugnable ante el
Tribunal Fiscal de la Federación, por no surtirse
ninguno de los supuestos establecidos en el
artículo 11 de su Ley Orgánica; que al reclamar la
inconstitucionalidad de la Ley Aduanera,
válidamente también impugnó los actos de
aplicación, por vicios propios, por lo que es
procedente el amparo indirecto que intentó. En
apoyo de esta alegación invoca la tesis cuya voz
dice:

“JUICIO DE NULIDAD, NO ES NECESARIO


AGOTARLO PREVIAMENTE AL JUICIO DE
GARANTÍAS, NO OBSTANTE QUE SE HAGAN
VALER VIOLACIONES A LAS LEYES
ORDINARIAS”.

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

El texto y los datos de localización en el Semanario Judicial


de la Federación se transcriben en los agravios.

Los argumentos a que se contraen los agravios


anteriormente sintetizados, resultan jurídicamente ineficaces para
revocar la sentencia venida en revisión ante este Alto Tribunal de
Justicia.

En efecto, los planteamientos sintetizados en los incisos a) y


b), son ineficaces para revocar la sentencia recurrida, habida
cuenta que ante la discrepancia de las consideraciones que
sustenta el fallo recurrido, en torno a que, si el acto concreto de
aplicación de la ley reclamada, consistente en el embargo
precautorio del vehículo que defiende la quejosa, hoy recurrente,
afecta o no su esfera de interés jurídico, esta Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, aun cuando no se
formularan agravios al respecto, de oficio, deberá decidir cuál de
las dos consideraciones contradictorias debe prevalecer, para
determinar la procedencia o improcedencia del presente juicio de
garantías.

Sobre el punto, resulta aplicable por analogía y en lo


conducente, la tesis de jurisprudencia número P./J.133/99,
sustentada por el Pleno de este Alto Tribunal, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo X, Noviembre de 1999, página 36, que dice:

“SENTENCIA DE AMPARO. INCONGRUENCIA


ENTRE LOS RESOLUTIVOS Y LA PARTE

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

CONSIDERATIVA, EL TRIBUNAL REVISOR DEBE


CORREGIRLA DE OFICIO. Siendo el dictado de las
sentencias de amparo y su correcta formulación
una cuestión de orden público, al constituir la base
del cumplimiento correcto que eventualmente
pudiera darse a la ejecutoria de amparo, evitando
ejecutorias forzadas e incongruentes que lleven a
un imposible cumplimiento, además de que en las
incongruencias puedan verse involucradas
causales de improcedencia que son también de
orden público y de estudio oficioso, y en atención a
que el artículo 79 de la Ley de Amparo otorga al
juzgador la facultad de corregir los errores en la
cita de garantías violadas, para amparar por las
realmente transgredidas dicha facultad debe ser
aplicada, por igualdad de razón, al tribunal revisor
para corregir de oficio las incongruencias que
advierta en las sentencias, ajustando los puntos
resolutivos a las consideraciones de la misma,
pues son éstas las que rigen el fallo y no los
resolutivos, contemplándose la posibilidad de que,
en el supuesto de que una incongruencia fuese de
tal modo grave que su corrección dejara a alguna
de las partes en estado de indefensión, el órgano
revisor revocará la sentencia y ordenará la
reposición del procedimiento para que el Juez de
Distrito emita otra resolución, toda vez que es un
error no imputable a ninguna de las partes y que
puede depararles un perjuicio no previsto en su

49
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

defensa. Lo anterior no debe confundirse con la


suplencia de la queja, en virtud de que la
coherencia en las sentencias de amparo al igual
que la improcedencia del juicio es de orden público
y por ello de estudio oficioso, y la suplencia de la
queja presupone la interposición del medio de
defensa por la parte perjudicada y sólo se lleva a
cabo en los supuestos previstos por el artículo 76
bis de la Ley de Amparo, para beneficio o por
interés del sujeto a quien se le suple la queja, y no
del bien común de la sociedad que deposita su
orden jurídico, entre otros, en los órganos
judiciales. Por las razones expuestas se abandona
el criterio sostenido en la tesis visible en las
páginas mil doscientos cuarenta y siete y mil
doscientos cuarenta y ocho de la Primera Parte,
Sección Segunda del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación de mil novecientos
diecisiete a mil novecientos ochenta y ocho, cuyo
rubro dice: "SENTENCIA DE AMPARO CONTRA
LEYES. INCONGRUENCIA ENTRE LOS
RESOLUTIVOS Y LA PARTE CONSIDERATIVA.
CUÁNDO NO PUEDE CORREGIRSE DE OFICIO.",
en virtud de que éste se supera con lo mencionado,
toda vez que, como se explicó el dictado de la
sentencia y su congruencia son de orden público, y
por ende, de estudio oficioso, existiendo la
posibilidad de revocar la sentencia y ordenar la
reposición del procedimiento para el efecto de que

50
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

se dicte otra, cuando la corrección de la


incongruencia sea de tal manera grave que se deje
en estado de indefensión a alguna de las partes,
pero de no ser así, el órgano revisor de oficio debe
corregir la incongruencia que advierta en la
sentencia recurrida, máxime que se encuentra
subjúdice y constituirá la base del cumplimiento
que eventualmente pudiera dársele”.

Al respecto, en contra de lo considerado por el Juez de


Distrito y lo alegado por la recurrente, la consideración que debe
prevalecer es aquélla en que se razonó así:

“… hasta el momento procesal que se analiza, los


derechos subjetivos de la quejosa no han sido
afectados en modo alguno, dado que, como ella
misma lo reconoce en su demanda de amparo, el
embargo precautorio (que la quejosa asevera es
premisa de aplicación del procedimiento
administrativo en materia aduanera) recayó en un
vehículo que no es propiedad de la quejosa… En
autos del presente juicio de garantías, no existe
constancia alguna que acredite que los
dispositivos legales que se reclaman afecten, hasta
el estudio procesal que se analiza, a la impetrante
de amparo real y objetivamente,… entonces no
puede decirse que exista un agravio en términos
jurídicos, a mayoría de razón en cuanto a que,
como ya se dijo, ni siquiera es de su propiedad el

51
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

vehículo embargado precautoriamente. Luego, si


las afectaciones que constituyen un perjuicio
deben ser reales, es obvio que para que puedan ser
estimadas en el amparo es indispensable que
puedan ser susceptibles de apreciarse
objetivamente. De no ser así, sería difícil que se
surtiera, en la práctica, la causal de improcedencia
prevista por la mencionada fracción V del artículo
73 de la ley de la materia, por cuanto bastaría la
mera afirmación de la peticionaria de garantías, no
corroborada con prueba alguna, de que la
autoridad le irroga molestias en sus derechos, y
ciertamente no es eso lo que tutela la fracción V del
artículo 73 multirreferido...”.

La consideración transcrita es correcta por ser acorde con lo


establecido en la jurisprudencia número 2a./J. 53/96 sustentada
por esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo: IV, Noviembre de 1996, página:
177, que dice:

“VEHÍCULOS DE PROCEDENCIA EXTRANJERA. EL


INTERÉS JURÍDICO PARA PROMOVER EL
AMPARO EN CONTRA DEL SECUESTRO,
DESPOSEIMIENTO, DECOMISO O CUALQUIER
ACTO DE AUTORIDAD QUE AFECTE EL DERECHO
DE PROPIEDAD O POSESIÓN DE LOS MISMOS, SE
DEMUESTRA CON EL SOLO ACREDITAMIENTO,

52
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

POR PARTE DE LA QUEJOSA, DE ESTOS


DERECHOS. El interés jurídico se traduce en un
derecho jurídicamente tutelado y es uno de los
presupuestos para promover el juicio de garantías
en los términos de lo que establecen los artículos
4o. y 73, fracción V, de la Ley de Amparo. Como
derecho jurídicamente protegido, es
incontrovertible que para promover un juicio de
garantías, debe de estarse a la naturaleza del acto
que se reclama. Por tanto, si los actos reclamados
se hacen consistir en desposeimiento, secuestro o
decomiso de vehículos de procedencia extranjera,
entre otros actos de la misma naturaleza, que
implican afectación o menoscabo del derecho de
propiedad o posesión, resulta lógico que para
comprobar el interés jurídico, sólo deben
demostrarse tales derechos de propiedad o
posesión respecto de los mismos, de manera
fehaciente, con datos inequívocos, bien con la
copia certificada de la tarjeta de circulación, de la
que se desprenda que la propietaria del vehículo
fronterizo es precisamente la quejosa; o bien con la
factura en la que conste la adquisición del vehículo
por la peticionaria de garantías; o con cualquier
otra prueba idónea y fehaciente que demuestre
esos extremos, así como la existencia de los actos
reclamados consistentes en el desposeimiento,
secuestro o decomiso del vehículo de procedencia
extranjera. Ciertamente, porque quien es

53
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

propietario o poseedor de un vehículo respecto del


cual penden actos de autoridad tales como
secuestro, desposeimiento o decomiso, el interés
jurídico se demuestra con las documentales que
acrediten que la quejosa es la propietaria o
poseedora del mismo, puesto que su esfera de
derecho de propiedad o posesión se vio afectada
por el acto de autoridad, que como tal, debe
cumplir con los extremos que la Constitución le
impone. Lo anterior se desprende del artículo 4o.
de la Ley de Amparo, en concordancia con lo que
dispone el artículo 1O7, fracción I, de la
Constitución General de la República, según los
cuales el juicio de amparo puede promoverse por
la parte a quien perjudique el acto reclamado y tal
perjuicio inmediato y directo, da el presupuesto
indispensable para la procedencia del juicio de
garantías, sin que sea necesario para acudir a la
instancia constitucional, el que también se
demuestre la legal estancia en el país del
multicitado vehículo de procedencia extranjera,
pues los actos reclamados sólo afectan la
propiedad o posesión que respecto del mismo
tiene la quejosa, y no su derecho de importación,
por lo que la legal o ilegal estancia en el país del
multicitado automotor, será materia del
procedimiento administrativo que, en su caso, se
siga contra la formulante del amparo”.

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

La jurisprudencia transcrita define tres aspectos importantes


para determinar cómo se acredita el interés jurídico para reclamar
en el juicio de amparo, el embargo precautorio o secuestro de un
vehículo de procedencia extranjera.

a) Establece que el acto de autoridad, consistente en el


embargo precautorio o secuestro, entre otros, afecta o
menoscaba el derecho de propiedad o posesión que la parte
quejosa ejerce sobre el vehículo en cuestión.

b) Que el interés jurídico para reclamar esos actos en el


juicio de amparo se acredita, por parte de la quejosa, con la
demostración de que es titular de esos derechos (propiedad o
posesión), de manera fehaciente con datos inequívocos, bien con
la copia certificada de la tarjeta de circulación, de la que se
desprenda que la propietaria del vehículo fronterizo es
precisamente la quejosa; o bien con la factura en la que conste la
adquisición del vehículo por la peticionaria de garantías; o con
cualquier otra prueba idónea y fehaciente que demuestre esos
extremos (derecho de propiedad o posesión).

c) Asimismo deberá demostrar la existencia de los actos


reclamados consistentes en la desposesión o secuestro.

En conclusión, la indicada jurisprudencia precisa que quien


es propietario o poseedor de un vehículo de procedencia
extranjera, respecto del cual penden los actos de autoridad, tales
como el secuestro, embargo o desposeimiento, el interés jurídico
para su defensa por medio del juicio de amparo, se demuestra

55
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

con los documentos que prueben fehacientemente que la quejosa


es propietaria o poseedora del mismo, puesto que su esfera de
derecho de propiedad o posesión se ve afectada con el acto de
autoridad, pues el amparo procede sólo a instancia de parte
agraviada, esto es, por quien perjudique el acto reclamado y le
produzca un agravio real e inmediato, en términos del artículo 4º
de la Ley de Amparo, en relación con el numeral 107, fracción I,
constitucional.

Pues bien, en el presente caso, la promovente de este juicio


de garantías no demostró, con ningún documento que al
momento en que se practicó el secuestro del vehículo de
procedencia extranjera, ejerciera el derecho de propiedad sobre
ese bien, sino que reconoció expresamente, en el capítulo de
antecedentes su demanda de amparo, que no es propietaria del
mismo, al señalar textualmente:

“… El vehículo marca Nissan, modelo 1990 No. de


serie JN1FU21P3LT241417 es propiedad del Sr.
Héctor Valdez Segovia, que es residente legal de
los Estados Unidos de Norteamérica, quien a su
vez, está casado con María Medina de Valdez,
ciudadana de los Estados Unidos de Norteamérica,
y se encuentran domiciliados en 1211 San Dario,
Apto 320 Laredo, Texas… , me abordaron unas
personas… dijeron ser fiscales y me pidieron
documentos del vehículo, pero yo les dije que no
era mío… ”. (página 5 del amparo).

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Tal reconocimiento, en términos de los artículos 79, 95, 96,


197 y 199 del Código Federal de Procedimientos Civiles, aplicado
supletoriamente a la materia de amparo, hace prueba plena de
que la quejosa no ejerce, ni defiende el derecho de propiedad
sobre el vehículo de procedencia extranjera, cuyo secuestro o
embargo precautorio motivó la promoción de este juicio de
amparo.

El Juez de Distrito, en la consideración estimada incorrecta,


así como la parte recurrente, en sus agravios, sostienen
uniformemente que el acto concreto de aplicación de la ley tildada
de inconstitucional, consistente en el secuestro o embargo
precautorio del vehículo de procedencia extranjera, afectó el
derecho de posesión que la quejosa ejercía sobre ese bien,
porque ella lo conducía en el momento en que se llevó a cabo ese
acto.

Las consideraciones y agravios antes precisados carecen de


sustento legal, puesto que el hecho de que la quejosa condujera
el vehículo de procedencia extranjera, secuestrado por las
autoridades responsables aduanales, no prueba que aquélla
ejerciera algún derecho de posesión sobre ese automotor, sino en
todo caso, la demostración de aquel hecho, conlleva sólo la de la
existencia del acto concreto de aplicación de la ley reclamada,
como es precisamente el embargo, secuestro o desposeimiento
del vehículo de que se trata, más nunca la demostración de la
afectación de un derecho posesorio que la quejosa pudiera
ejercer sobre ese bien.

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Rafael Rojina Villegas en su obra Derecho Civil Mexicano,


Tomo III, Octava Edición, Editorial Porrúa, S. A. de C. V. México
1995, acerca de la posesión, escribe:

“POSESIÓN.- Relación o estado de hecho, que


confiere a una persona el poder exclusivo de
retener una cosa para ejecutar actos materiales de
aprovechamiento, animus dominii o como
consecuencia de un derecho real o personal, o sin
derecho alguno. (pág. 586). --- Elementos de la
posesión.- Tradicionalmente se han reconocido
dos elementos en la posesión; uno material,
llamado corpus, y otro psicológico denominado
animus. --- El corpus comprende el conjunto de
actos materiales que demuestran la existencia del
poder físico que ejerce el poseedor sobre la cosa,
para retenerla en forma exclusiva. --- Este primer
elemento engendra por sí solo un estado que se
llama detentación o tenencia, que es la base de la
posesión, pero no implica la posesión, puede
existir la tenencia y si no concurre el elemento
psicológico llamado animus no hay posesión. (p.
591). --- Según la doctrina clásica, cuando se
presenta sólo el fenómeno de la detentación, existe
un estado semejante al de la posesión, pero desde
el punto de vista jurídico es radicalmente distinto.
--- Aunque el corpus es la base material de la
posesión, no siempre se requiere que se tenga
directamente. Puede ejercerse en forma indirecta,

58
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

por conducto de otro y desde el punto de vista


jurídico, para calificar la posesión, aquél que
delega el corpus en un tercero tiene este elemento
y si concurre el animus es un poseedor en
derecho. --- Animus.- El segundo elemento de
posesión, de carácter psicológico, denominado
animus, consiste en ejercer los actos materiales de
la detentación de conducirse como propietario, a
título de dominio. --- En la definición de este
elemento hay una controversia para fijar si el
animus debe ser siempre dominii, o basta con que
se tenga la intención de actuar en nombre propio y
en provecho exclusivo para que exista el fenómeno
de la posesión, aún cuando no se tenga la
intención de conducirse como propietario (p. 592).
--- CAUSA EFICIENTE EN LA POSESIÓN Y EN LA
DETENTACIÓN. – La posesión en nombre propio
puede tener como causa un acto jurídico o un
hecho jurídico, y el hecho jurídico puede ser lícito
o ilícito. En cambio, la detentación siempre tiene
como causa un acto jurídico y no puede
presentarse detentación nacida de un hecho
jurídico. Consiguientemente, el acto jurídico, para
que sea válido debe ser lícito (p.623). --- En
conclusión ‘La posesión es un poder físico que se
ejerce en forma directa y exclusiva sobre una cosa
para su aprovechamiento total o parcial, o para su
custodia como consecuencia del goce efectivo de

59
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

un derecho real o personal, o de una situación


contraria a derecho (p. 646)”.

Por su parte, Ernesto Gutiérrez y González, en su texto “El


Patrimonio”, Editorial Porrúa, S. A. de C. V. México 1995, en
torno a la posesión señala:

“Cuando una persona detenta una cosa o un


derecho no real, ya sea de crédito u otro, y ejerce
sobre ella o él un poder de hecho, sin que haya
obstáculo legal alguno, se realiza lo que la ley
considera posesión (p. 553). --- La posesión debe
reunir los siguientes requisitos (elementos): --- 1.-
Debe ser pública. --- 2.- Pacífica. --- 3.- Contínua. ---
4.- A título de dueño. --- Si se dan los elementos de
esencia de la institución, pero los mismos se
realizan de manera imperfecta, se considera que
está viciada, y no puede entonces producir la
plenitud de sus efectos, volviéndola inválida. Los
vicios de la posesión son: --- a).- Violencia, si la
posesión no es pacífica; --- b).- Discontinuidad, si
la posesión no es contínua; --- c).- Clandestinidad,
si la posesión no es pública y; --- d).- Equívoca, si
la posesión no es cierta, y no se sabe por el
público que se posee a título de dueño y para sí (p.
553 a 556)”.

60
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Los artículos 790 y 793 del Código Civil para el Distrito


Federal en Materia Común y para toda la República en Materia
Federal, en torno a la posesión, disponen:

“Artículo 790. Es poseedor de una cosa el que


ejerce sobre ella un poder de hecho, salvo lo
dispuesto en el artículo 793. Posee un derecho el
que goza de él”.

“Artículo 793.- Cuando se demuestre que una


persona tiene en su poder una cosa en virtud de la
situación de dependencia en que se encuentra
respecto del propietario de esa cosa, y de que la
retiene en provecho de éste en cumplimiento de las
órdenes e instrucciones que de él ha recibido, no
se le considera poseedor”.

Bajo las premisas doctrinales y legales antes apuntadas,


debe analizarse si realmente la quejosa ejercía un derecho
posesorio sobre el vehículo de procedencia extranjera, cuyo
secuestro o embargo precautorio reclama como el acto concreto
de aplicación de la ley tildada de inconstitucional, para determinar
si dicho acto autoritario afecta o no su esfera de interés jurídico.

En los antecedentes de la demanda de garantías, en


relación con derecho posesorio que se estimó afectado (según lo
apreció el Juez de Distrito en una de las consideraciones
contradictorias que sustenta el fallo recurrido, aquí estimada

61
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

incorrecta, y como también lo viene alegando la recurrente en sus


agravios), se dijo:

“El vehículo marca Nissan…” (materia del embargo


precautorio reclamado) “…es propiedad del Sr.
Héctor Valdez Segovia… quien a su vez, está
casado con María Medina de Valdez… el 19 de
agosto de 1997, la Sra. María Medina de Valdez vino
en el vehículo citado a esta ciudad de Nuevo
Laredo a comprar materiales de construcción y me
pidió que la acompañara… siendo que al encontrar
el estacionamiento de la tienda totalmente lleno,
María se bajó a la tienda y me pidió que buscara
estacionamiento para el coche lo que procedí a
hacer, pero en ese momento me abordaron unas
personas, que… dijeron ser fiscales y me pidieron
documentos del vehículo pero les dije que no era
mío que nada más lo estaba estacionando…”.
(página 3 del amparo).

Las manifestaciones antes transcritas claramente evidencian


que la quejosa, al momento de que se llevó a cabo el secuestro o
embargo precautorio del vehículo de procedencia extranjera que
defiende, no ejercía ningún derecho posesorio sobre el mismo,
puesto que sólo obedeció las órdenes de su acompañante para ir
a estacionarlo, de tal manera que la quejosa en ningún momento
ejerció actos materiales de dominio con el ánimo de aprovecharse
del vehículo para su uso exclusivo, sino que, en virtud de esas
órdenes, sólo lo detentó momentáneamente, sin que esto le

62
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

permita o le otorgue derecho alguno para oponerse al acto de


embargo precautorio o secuestro del vehículo en cuestión.

El hecho demostrado de que, la quejosa conducía el


vehículo de procedencia extranjera de marras al momento de
realizarse el acto reclamado, esto es, el secuestro de ese bien,
con las actas relativas a la orden de verificación y de notificación
del inicio del procedimiento administrativo en materia aduanera
(páginas 20 a 25 del amparo), de ninguna manera, con tal
documental, se demuestra que ejercía el derecho posesorio sobre
el automotor que defiende en este amparo, toda vez que de esos
documentos se desprende que no tenía el carácter de poseedora
del automóvil embargado precautoriamente, tampoco que la
autoridad se lo hubiera reconocido, al emitir la orden antecitada.

Para demostrar el aserto anterior, conviene hacer las


siguientes anotaciones:

En el oficio número 324-SAT-R3-L24-d-1505, de diecinueve


de agosto de mil novecientos noventa y siete, en que se ordenó la
verificación de vehículos de procedencia extranjera en tránsito, se
dispone:

“C. Ma. Eugenia Fimbres Almazán. ---


PROPIETARIO, CONDUCTOR Y/O TENEDOR DEL
VEHÍCULO EXTRANJERO. --- MARCA: NISSAN. ---
MODELO: 1990. --- PLACAS: FTM-95H. Texas.
SN/JN1FU21P3LT241417. --- Esta Administración
Local de Auditoría Fiscal Número 24 de Nuevo

63
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Laredo, con fundamento en los Artículos 16 de la


Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 7º, fracciones VII y XIII; y Tercero
Transitorio, de la Ley del Servicio de
Administración Tributaria; 2º, último párrafo; 41,
primer y segundo párrafos; Apartado ‘B’,
fracciones IV, VII y XXIV; y último párrafo; Apartado
‘F’, número 24; y Cuarto Transitorio del
Reglamento Interior del Servicio de Administración
Tributaria, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 30 de Junio de 1997; PRIMERO
fracción III, Inciso 7), del Acuerdo por el que se
señala el nombre, sede y circunscripción territorial
de las Unidades Administrativas de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, publicado en el Diario
Oficial de la Federación del 18 de Diciembre de
1996; así como en los artículos 18 , 60 y 144
fracciones II, VII, X, XI y XXX, 150 y 151 de la Ley
Aduanera; 42, fracción VI, del Código Fiscal de la
Federación, a efecto de ejercer las facultades de
comprobación, expide la presente Orden de
verificación de vehículos de procedencia extranjera
en tránsito, con el objeto de comprobar la legal
estancia, importación o tenencia de vehículos de
procedencia extranjera en circulación, autorizando
para que la lleven a cabo los CC. Víctor Hugo
Badillo Quiroz, David Villaseñor Sánchez.”

64
AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

De la transcripción precedente se desprende, que la orden


de referencia se encuentra dirigida a la señora Ma. Eugenia
Fimbres Almazán, con carácter de “propietario, conductor y/o
tenedor del vehículo extranjero”.

Las conjunciones utilizadas por la autoridad “y”, “o”, por


separado, de conformidad con el Diccionario de la Lengua
Española significan, la primera, unir palabras o cláusulas de la
misma categoría en concepto de afirmativo y, la segunda, denota
diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas,
cosas o ideas.

Así, en el caso de que la responsable hubiera empleado


únicamente la conjunción “y”, al elaborar el oficio mencionado, se
traduciría en que la persona a la que se encontraba dirigido
reunía las tres características, es decir, de propietario, de
conductor y tenedor.

Por otra parte, si sólo se hubiere utilizado la conjunción “o”,


significaría una opción entre las personas señaladas y, por ende,
que el individuo sólo sea el propietario, el conductor o el tenedor.

Así, las conjunciones de mérito empleadas de manera


simultánea por la autoridad, implica que la persona a quien se
encuentra dirigida la orden de verificación y con quien se debe
entender la diligencia, puede reunir las tres características de
propietario, conductor y tenedor, o en su defecto, se otorgó la
alternativa que la actuación pueda llevarse a cabo aún cuando el

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

destinatario únicamente reúna dos o una de dichas características


de manera indistinta.

En esta tesitura, no puede considerarse que el Administrador


Local de Auditoría Fiscal de Nuevo Laredo, haya reconocido al
emitir la orden, que la promovente del juicio de garantías era la
poseedora o tenedora del vehículo de procedencia extranjera
embargado precautoriamente, puesto que la orden multicitada si
bien se encuentra dirigida a Ma. Eugenia Fimbres Almazán; no
menos cierto lo es que la autoridad no afirma de manera
contundente que la quejosa sea la poseedora del bien, sino que
establece la opción de que esa persona pueda ser la propietaria,
o la conductora, o la tenedora del automóvil.

Consecuentemente, de conformidad al principio jurídico que


dice: “el que afirma debe probar”, recogido por el Código Federal
de Procedimientos Civiles, en su artículo 81, de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, que establece en lo conducente
que “El actor debe probar los hechos constitutivos de su acción
(…)”, la quejosa, debió acreditar de manera fehaciente, con las
pruebas idóneas, que ella era la poseedora del vehículo de
procedencia extranjera, lo cual en la especie, no aconteció, toda
vez que las únicas probanzas que exhibió en el juicio de garantías
fueron la orden de verificación y el acta que para ese efecto se
levantó, las cuales son insuficientes para acreditar su dicho.

A mayor abundamiento, es menester destacar que en el acta


de verificación, folio número CW320045/97 de diecinueve de
agosto de mil novecientos noventa y siete (páginas 22 a 25 del

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

amparo), el carácter que se le reconoce a la quejosa es el de


conductora, puesto que en ésta se expresa:

“a continuación los verificadores requieren al


conductor para que en ese momento presente la
documentación comprobatoria con la que se
pretende amparar la legal importación, tenencia o
estancia en el país del vehículo presuntamente de
origen y procedencia extranjera…”

De las anteriores consideraciones se puede concluir que la


orden de verificación y acta de verificación son insuficientes para
demostrar que la quejosa es la poseedora del vehículo de
procedencia extranjera embargado precautoriamente y, por ende,
también son insuficientes para acreditar su interés jurídico en el
juicio de garantías, resultando ineficaces los planteamientos
hechos valer, sintetizados en los incisos a) y b) de este
considerando.

Aquí tiene aplicación la tesis aislada 3ª. IX/94, sustentada


por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en su anterior integración publicada en el Semanario Judicial de
la Federación, Octava Época, Tomo XIII-Marzo, página 66, que
dice:

“INTERÉS JURÍDICO PARA RECLAMAR LA LEY


ADUANERA CON MOTIVO DEL DECOMISO DE UN
VEHÍCULO DE PROCEDENCIA EXTRANJERA. NO
SE ACREDITA SI EL QUEJOSO NO DEMUESTRA

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

TENER EL DERECHO DE PROPIEDAD O


POSESIÓN DEL MISMO. Si se reclama en un juicio
de garantías diversos artículos de la Ley Aduanera
con motivo del decomiso o secuestro de un
vehículo de procedencia extranjera, pero no
acredita la parte quejosa tener derechos de
propiedad o posesión sobre el mismo, pues en
autos consta el informe de la Embajada de los
Estados Unidos de América en México de que tal
vehículo se encuentra reportado como robado en
dicho país y de las pruebas documentales que el
peticionario de garantías exhibió no se desprende
que sea el propietario porque de ellas
exclusivamente deriva que solicitó copia
certificada del título ante el Estado de Texas por
haberse perdido o destruido el original declarando
ante un notario ser el propietario, pero sin que
conste que se haya certificado la veracidad de esta
declaración, cabe concluir que no se demostró el
agravio que el secuestro del vehículo en México le
causa y, por tanto el interés jurídico que lo legitima
para acudir a la vía constitucional contra tal acto de
decomiso y el ordenamiento en que el mismo se
funda.”

El resto de los planteamientos sintetizados en los incisos c),


d) y e) devienen inoperantes, porque con independencia de que el
primer acto de aplicación (embargo precautorio) de la ley tildada
de inconstitucionalidad, así como los actos derivados del

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

procedimiento administrativo en materia aduanera instaurado en


contra de la quejosa, pudieran considerarse definitivos y de
consecuencias irreparables, por los diversos motivos expresados
en estos planteamientos, lo cierto es que al actualizarse la diversa
causal de improcedencia prevista en la fracción V del artículo 73
de la Ley de Amparo, dada la indemostración de la afectación a la
esfera jurídica de la quejosa, con el primer acto concreto de
aplicación de la Ley reclamada, a ningún fin práctico conduce
examinar pormenorizadamente tales planteamientos, si de
cualquier forma, la improcedencia de este amparo, es sostenible
por las consideraciones vertidas en esta ejecutoria.

Así las cosas, fue objetivamente correcta la determinación


del Juez de Distrito de sobreseer por el primer acto concreto de
aplicación de las normas legales tildadas de inconstitucionales
(embargo precautorio del vehículo de procedencia extranjera), así
como por los diversos actos derivados del procedimiento
administrativo en materia aduanera, que se instauró en contra de
la ahora recurrente, como conductora de ese vehículo, y extender
dicho sobreseimiento a los preceptos legales también
reclamados, pues es criterio reiterado de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que cuando se promueve juicio de amparo
en contra de una ley o reglamento, con motivo de su aplicación
concreta en perjuicio del quejoso, el Juez no puede desvincular el
estudio de la ley, del que concierne a su aplicación; lo que
determina necesariamente que la improcedencia del juicio de
amparo contra el acto de aplicación concreta de la ley reclamada,
se haga extensivo a la propia ley.

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Sirve de apoyo a lo precedente la tesis de jurisprudencia


número 221 publicada en el Semanario Judicial de la Federación
Apéndice 1917-1995, Tomo I. Materia Constitucional, que
dispone:

“LEYES O REGLAMENTOS, AMPARO CONTRA,


PROMOVIDO CON MOTIVO DE SU APLICACIÓN.
Cuando se promueve un juicio de amparo en
contra de una ley o reglamento con motivo de su
aplicación concreta en perjuicio del quejoso, el
juez no puede desvincular el estudio de la ley o
reglamento del que concierne a su aplicación, acto
éste que es precisamente el que causa perjuicio al
promovente del juicio, y no por sí solos,
considerados en abstracto, la ley o el reglamento.
La estrecha vinculación entre el ordenamiento
general y el acto concreto de su aplicación, que
impide examinar al uno prescindiendo del otro, se
hace manifiesta si se considera: a) que la
improcedencia del juicio en cuanto al acto de
aplicación necesariamente comprende a la ley o
reglamento; b) que la negativa del amparo contra
estos últimos, por estimarse que no adolecen de
inconstitucionalidad, debe abarcar el acto de
aplicación, si el mismo no se combate por vicios
propios; y c) que la concesión del amparo contra la
ley o el reglamento, por considerarlos
inconstitucionales, en todo caso debe comprender
también el acto de su aplicación.”

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

Consecuentemente, no advertido a la luz de los agravios


que la sentencia recurrida sea objetivamente contraria a derecho,
ni evidenciada queja deficiente por suplir, en términos del artículo
76 bis, fracción VI, de la Ley de Amparo, procede confirmarla,
aunque por los razonamientos expuestos en esta ejecutoria.

Por lo expuesto y con apoyo en los artículos 90 y 91 de la


Ley de Amparo, se resuelve:

PRIMERO.- Se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO.- Se sobresee en el juicio de amparo a que este


recurso de revisión se refiere.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse


los autos al Juzgado de su origen y, en su oportunidad, archívese
el asunto como concluido.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Juan Díaz Romero, Mariano Azuela Güitrón,
Sergio Salvador Aguirre Anguiano, José Vicente Aguinaco Alemán
y Presidente Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Fue ponente el Ministro
Sergio Salvador Aguirre Anguiano.

Firman los Ministros Presidente y Ponente, con la Secretaria


de Acuerdos de dicha Sala, que autoriza y da fe.

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AMPARO EN REVISIÓN 2064/99.

EL PRESIDENTE :

MINISTRO GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.

MINISTRO PONENTE:

SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.

LA SECRETARIA DE ACUERDOS

LIC. LAURA CORIA MARTÍNEZ.

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