Vous êtes sur la page 1sur 4

LOS TRATADOS COMO FUENTES DE DERECHO INTERNACIONAL.

INTRODUCCIÓN.

Mediante las fuentes de derecho, es posible identificar y legitimar los procedimientos para la
creación, modificación, extinción y aplicación de las normas jurídicas. Por lo tanto, son una de
las materias más importantes en el momento de abordar la génesis de las normas. En esta
oportunidad, se retomará el tema de las fuentes del derecho, pero desde la perspectiva del
derecho internacional, es decir, los elementos estructurales que debemos tener en cuenta al
momento de una creación, modificación, extinción y la aplicación de las normas jurídicas de
carácter internacional.

Para lo anterior, se tomará como base del estudio las fuentes de derecho internacional
consagradas por el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, enfocándonos
en los tratados internacionales, para conocer cómo esta clase de normas jurídicas se convierten
en fuente del derecho internacional.

DESARROLLO.

Como ya se dijo, las fuentes del derecho internacional se encuentran en el artículo 38 del
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, el cual, como lo señala Becerra Ramírez (2017),
tiene como principal antecedente el Estatuto de la Corte Permanente de Justicia Internacional
de 1920, el cual en su artículo 35 consagraba una fórmula de aplicación de las fuentes de
derecho internacional, bajo los siguientes términos: “Dentro de los límites que señala el artículo
34, la Corte aplicará, en orden sucesivo:

1- Las convenciones internacionales de carácter general o especial que establezcan reglas


expresamente reconocidas por los Estados litigantes;
2- La costumbre internacional que establezca una práctica comúnmente aceptada como
ley;
3- Los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas;
4- Las decisiones judiciales y jurisprudenciales sentadas por los más altos publicistas de
las diferentes naciones, como medio auxiliar para la determinación de las reglas de
derecho.”
Se resalta en negrilla un término importante para la interpretación de este artículo, ya que
establece una especie de jerarquía para la aplicación de las fuentes de derecho ahí consagradas,
lo cual, encabezan los convenios internacionales.

Además, se puede apreciar que la redacción del actual artículo 38 del Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia es casi idéntico a su antecesor. Este artículo, aunque ya no impone una
jerarquía expresa a las fuentes del derecho, conserva la misma numeración.

“1. La Corte, cuya función es decidir conforme al derecho internacional las controversias que
le sean sometidas, deberá aplicar:

a) las convenciones internacionales, sean generales o particulares, que establecen reglas


expresamente reconocidas por los Estados litigantes;
b) la costumbre internacional como prueba de una práctica generalmente aceptada como
derecho;
c) los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas;
d) las decisiones judiciales y las doctrinas de los publicistas de mayor competencia de las
distintas naciones, como medio auxiliar para la determinación de las reglas de derecho,
sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 59.”

De esta manera, se tiene que los tratados y las convenciones internacionales, se constituyen
como una fuente de derecho, y que podría decirse, es la más importante para la aplicación del
derecho internacional. Así, los tratados son fuentes del derecho internacional porque crean
derechos y obligaciones internacionales a los estados firmantes, por lo cual, como menciona
Becerra Ramírez (2017, 38) “en la solución de una controversia el juez no puede negarse a
aplicar una convención, por mucho que no sea de aplicación general”.

Pero entonces, ¿Qué es un tratado? Según la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados de 1969, en su artículo 2º, literal a), un tratado es “un acuerdo internacional celebrado
por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento
único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”.

Y, ¿Cuál es la importancia de los tratados? Retomando a Becerra Ramírez (2017), los tratados
internacionales son fuente formal de derecho internacional, por lo cual, los Estados, a partir del
siglo pasado, empezaron a darle relevancia a su elaboración y aprobación, ya que se cuenta con
la seguridad de tener un compromiso por escrito negociado por ellos. Así, y en virtud del
principio de pacta sunt servanda, los tratados son de obligatorio cumplimiento para las partes,
las cuales deben ejecutarlos de buena fe, además, no podrán invocar las disposiciones de su
ordenamiento interno para excusarse por el incumplimiento del tratado. Lo anterior, brinda
seguridad jurídica internacional a estas normas, donde los Estados adquieren una serie de
responsabilidades en virtud de los que aprobaron, y cuyo incumplimiento, sería una grave
transgresión al derecho internacional y las relaciones con los demás Estado.

CONCLUSIÓN.

Respecto al punto anterior, los Estados en virtud de los tratados internacionales como fuente
del derecho internacional, adquieren una serie de obligaciones, es necesario advertir que ha sido
un punto complejo en la fase de conformación del derecho internacional público, ya que el ego
de los Estados, ha hecho dificultosa la tarea de definir responsabilidades internacionales, a pesar
que se comprometieron con el texto que firmaron, ratificaron y adoptaron en su legislación
interna.

Esta tarea, ha dado como resultado que desde la Asamblea General de las Naciones Unidas se
emita un Proyecto de Artículos sobre responsabilidad del estado por hechos internacionalmente
ilícitos del 12 de diciembre de 2001, que no constituye un Tratado internacional, aunque
establece los principios y reglas a seguir en caso que un Estado incumpla sus obligaciones
internacionales.

Así, como lo señala Ávalos Vásquez (2006), lo anterior es un proyecto que cuenta con más de
cuarenta años de trabajo de la Comisión de Derecho Internacional, en el que participaron
grandes juristas iuspublicistas, tratando de conciliar las diversas posturas de la doctrina y la
práctica. Además, que no se ve claro que el documento pueda ser sancionado a corto plazo,
aunque sería deseable que se aprobara bajo la forma de un tratado multilateral y, en
consecuencia, como fuente del derecho internacional, en la norma jurídica aplicable en tema
tan controversial.

Para terminar, no hay duda de la obligatoriedad de los tratados internacionales que hace que se
constituyan en la fuente de derecho internacional más importante, pero es necesario que se siga
trabajando para establecer una responsabilidad adecuada ante el incumplimiento de estos
tratados.

REFERENCIAS.
Becerra Ramírez, M. (2017). Las fuentes contemporáneas del derecho internacional. México,
D. F.: Instituto de Investigaciones Jurídica UNAM. Recuperado de
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/10/4671/12.pdf

Ávalos Vásquez, R. J. (2006). Responsabilidad del estado por hecho internacionalmente ilícito
del estado. ¿Más de 40 años de labor de la comisión de derecho internacional para nada?
Anuario Mexiano de Derecho Internacional, 6, 579 – 598. Recuperado de
https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/derecho-internacional/article/view/162/260

Vous aimerez peut-être aussi