Vous êtes sur la page 1sur 13

INTRODUCCIÒN

La violencia en cualquiera de sus formas es, sin lugar a duda, la expresión más cruda del
ejercicio del Poder, el hombre sobre la mujer, el adulto de ambos sexos sobre los niños y
niñas, el rico sobre el pobre y en general el fuerte sobre el débil. Las sociedades humanas
han tratado de regular, mediante la promulgación de leyes, el ejercicio arbitrario de la
violencia, fundamentalmente con el fin de proteger a los más vulnerables.

No siendo suficiente la regulación del ejercicio del Poder, se ha visto la necesidad de abordar
la violencia en el hogar desde otros ángulos del quehacer científico, en este caso como un
problema de Salud Pública. Desde el punto de vista de la Salud Pública, se concibe la
violencia contra miembros del entorno más íntimo, la familia y contra la propia persona, como
expresión de patologías en la esfera de la Salud Mental, en tal sentido identifica los aspectos
etiológicos y epidemiológicos del mal: un enfermo, que es al mismo tiempo el portador y
agente transmisor (el agresor) y por otro lado el resto de los miembros del medio familiar,
como potenciales víctimas de violencia y como potenciales enfermos de violencia, puesto
que está probado que una gran mayoría de los agresores, en el pasado fueron víctimas. Sin
embargo, debe quedar también claro que la Salud Pública no busca un culpable sino un
enfermo; no aplica una sanción, prescribe un tratamiento o un sistema de cura; identifica las
posibles causas y los mecanismos de transmisión y reproducción del mal y en función de
estos elementos diseña un sistema de prevención. La violencia que se ejerce sobre sí mismo
y sobre el entorno más íntimo, la violencia autodestructiva y la violencia intrafamiliar como
parte inseparable de esta categoría es, sin duda, la que tiene mayor incidencia en el entorno
social y por tanto se reproduce con mayor celeridad. En los casos de violencia intrafamiliar,
tanto la víctima como el agresor merecen la atención pertinente de parte de las políticas
públicas y operadores de salud. La Víctima A parte de las heridas que pudiera tener en el
cuerpo y de otras manifestaciones del sometimiento, la víctima debe recibir atención en la
esfera de la salud mental. La humillación que representa el ser víctima de violencia (física,
psicológica o sexual) somete a la persona en una profunda auto devaluación. La
imposibilidad de “pagar al agresor con la misma moneda” representa para la víctima una
frustración que crece y aguarda impacientemente, en un rincón de la inconsciencia, la
oportunidad para el desquite. En tal sentido, la víctima se convierte en un potencial agresor,
además porque ha identificado en la violencia un mecanismo para la solución de problemas
y es muy probable que lo reproduzca.
Violencia Intrafamiliar

El Agresor Por mucho que en la sociedad moderna la violencia contra miembros de la propia
estirpe se presente con demasiada frecuencia, llegando a convertirse en cotidiana, no es
posible calificarla como “normal” exclusivamente en función del concepto estadístico de
normalidad. Obviamente como enfermedad no encaja en la epidemiología clásica, porque
intervienen con mucha más fuerza los factores psicológicos y sociales. Si se hablara de una
enfermedad transmisible, biológico, el agresor sería el enfermo, pero además el agente
transmisor. En consecuencia, para erradicar el mal sería necesario adoptar acciones en dos
líneas principales: tratar la enfermedad y evitar que se repita para lo cual es necesario el
aislamiento temporal del enfermo y portador con el fin de evitar la proliferación del mal y el
tratamiento psicológico, psiquiátrico y social para todos los miembros del núcleo familiar,
incluido el agresor. Como con cualquier enfermedad, la violencia intrafamiliar debe
abordarse desde dos perspectivas, la prevención y el tratamiento. Prevención Si se dirigen
las estrategias de prevención hacia la víctima, sólo se le puede sugerir que huya en cuanto
advierta en el agresor los primeros síntomas de reacción violenta, pues prevención significa
identificar y atacar las causas y la causa no puede hallarse en el comportamiento de la
víctima, pues eso equivaldría a buscar una justificación. En materia de prevención por parte
de la víctima es posible, como única alternativa, incentivar y facilitar la denuncia ante las
autoridades o instituciones jurídicas y de salud. En consecuencia habrá que formular
políticas y estrategias dirigidas al agresor para que éste, en primera instancia reconozca el
carácter patológico de su comportamiento, luego admita que es necesario modificarlo e
identifique las causas y las ataque con los medios a sus alcance. Si la persona reconoce
que la enfermedad ya se ha presentado en su caso, corresponde recurrir a una estrategia
de tratamiento.

SELECCIÒN DEL TEMA

Este tema nos pareció interesante ya que las mujeres son el motor de la sociedad y estas
pertenecen al grupo social vulnerable siendo blanco de múltiples agresiones a las cuales se
denomina violencia contra la mujer y tiene lugar dentro de la familia ya sea que el agresor
comparta o haya compartido el mismo domicilio y que comprende entre otros violación,
maltrato físico y psicológicos entre otros.
El impacto social que tiene este tema es de gran importancia ya que la violencia contra la
mujer no respeta clase social, religión, color, es un fenómeno que se da afectando
principalmente a la mujer y al núcleo familiar

3- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

La violencia domestica es un modelo de conductas aprendidas, coercitivas que involucran


abuso físico o la amenaza de abuso físico. También puede incluir abuso psicológico repetido,
ataque sexual, aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o castigo económico.

Este problema se da básicamente por 3 factores:

· La falta de control de impulsos


· La carencia efectiva y la incapacidad para resolver problemas adecuadamente
· En algunas personas podrían aparecer algunas variables de abuso de alcohol y drogas.

JUSTIFICACION DE LA INVESTIGACION:

Nuestro interés por este tema se relaciona con la necesidad de hacer consciente los hechos
violentos que aún hoy siguen siendo callados. Queremos contribuir a dejar en claro que
detectar y abordar problemas de violencia doméstica no significa "meterse en la vida privada
de las personas" o "ventilar los secretos de una familia", sino que significa, ante todo, brindar
ayuda y protección a quienes están en una situación de riesgo. En los últimos años hemos
sido testigos de una escalada de violencia en todos los ámbitos de nuestra sociedad y la
familia no es ajena a esta situación. Teniendo en cuenta que ésta es el grupo social primario,
creo conveniente hacer un llamado de atención sobre las graves consecuencias que derivan
de las conductas violentas en su seno. Los problemas de violencia intrafamiliar, una vez que
han emergido y se han cristalizado, no cesan espontáneamente. Sin una intervención
externa se vuelven crónicos, se producen cada vez con mayor frecuencia y aumentan en
gravedad, corriendo riesgo de muerte la víctima. Una de las razones por las que nos hemos
interesado en la violencia doméstica es que “ataca a los vínculos afectivos primarios,
sometiendo a las víctimas a una desgarradora disyuntiva entre la autoprotección por un lado,
y por otro, sus necesidades y dependencias emocionales estructurales”. Si bien es cierto
que todos los integrantes de una familia pueden ser víctimas de la violencia, centraremos la
atención en el caso de las mujeres ya que son ellas, junto con los niños, los integrantes
socialmente más vulnerados. A este hecho también se suma la impotencia que surge de ver
cómo la vulnerabilidad de estas mujeres se agrava porque la violencia tiende a naturalizarse
amparada por el discurso de la cultura patriarcal, todavía vigente en nuestra sociedad. La
lógica interna del patriarcado nos habitúa a aceptar con naturalidad facetas crueles de la
realidad, como son las asimetrías de poder, la jerarquización rígida de roles, el autoritarismo,
la opresión y la violencia. En el caso que nos ocupa, esto tiene un efecto particularmente
dañino porque contribuye a ocultar situaciones estructurales de vulnerabilidad e indefensión
en el interior de la familia. El maltratante instaura en el ámbito intrafamiliar un temor que
paraliza y silencia; la mujer víctima de violencia se ve así imposibilitada para buscar ayuda
y alternativas de defensa. De aquí surge el interés principal de este trabajo por conocer las
estrategias que desarrolla la sociedad civil para abordar las situaciones de violencia
doméstica y brindar ayuda a sus víctimas. Al mismo tiempo se intenta caracterizar esta
problemática y mostrar la gravedad que reviste.

Un beneficio que se obtendrá al realizar este proyecto de investigación es de conocer las


principales causas que origina la violencia y que debido a estas se ha visto un incremento
en los últimos años

Forma descriptiva.

Factores que causan la violencia intrafamiliar en los hogares.

Forma interrogativa.

¿Cuáles son los factores que causan la violencia intrafamiliar en los hogares?

OBJETIVOS.

Con esta investigación queremos dar a conocer algunos indicadores que muestren las
causas que originan la violencia intrafamiliar en los hogares.

El objetivo general de este proyecto de investigación es el de describir, informar e identificar


las distintas causas por la cual la violencia intrafamiliar ocurre en los hogares, y que debido
a estas causas se ha incrementado alarmantemente la violencia intrafamiliar
Un objetivo específico de esta investigación es concientizar a las víctimas de violencia
intrafamiliar, denuncien el maltrato y que no tengan temor al denunciarlo ante las autoridades
correspondientes.

4- 5 Marco de la investigación.

El maltrato es la causa más común de lesiones o daño en la mujer, mas aun que los
accidentes automovilísticos, violaciones o robos combinados. Las secuelas de la violencia
intrafamiliar producen altísimos costos al estado y a la sociedad en general.

En cada familia o relación existen conflictos ocasionales o más o menos permanentes, pero
no hay necesidad de resolverlos mediante la violencia.

La violencia intrafamiliar se produce en todas las clases sociales, sin distinción de factores
sociales, raciales, económicos, educativos o religiosos.

En realidad el maltrato generalmente se produce como una escalada en frecuencia en


intensidad, con el agravante de tener un comienzo distinto (la víctima no lo nota el principio).

Muchas mujeres dejan a sus parejas. La mayoría de las mujeres que se divorcian por abuso
eligen no hablar de la violencia. Sin embargo existen razones sociales, económicas,
culturales, religiosas, legales y/o financieras que mantienen a las mujeres dentro de la
relación.

Frecuentemente hay un aumento de violencia durante el embarazo y muchas veces el primer


episodio de violencia física se produce en este periodo.

Al menos en la mitad de los hogares en los que la madre es maltratada, también los niños.
También pueden ser lastimados por la violencia en contra de su madre, a través de objetos,
o mientras están en sus brazos.

El maltrato es un comportamiento aprendido de las experiencias de la infancia y de los


mensajes sociales justificando la violencia contra las mujeres.

El abuso psicológico, emocional y sexual generalmente son anteriores a los golpes y


continúan aun cuando estos se hayan detenido.
Es un crimen contra la sociedad agravado por el vinculado, de la misma manera que lo de
la violencia entre extraños. Problemas sociales como el alcoholismo, las adicciones, la
delincuencia juvenil, el suicidio y la fuga del hogar aumentan cuando hay violencia en el
hogar.

La violencia contra la mujer es la violencia ejercida contra las mujeres por su condición de
mujer. Esta violencia presenta numerosas facetas, que van desde la discriminación y el
menosprecio hasta la agresión física o psicológica y el asesinato. Produciéndose en muy
diferentes ámbitos (familiar, laboral, formativo,), adquiere especialmente en el ámbito de la
pareja y doméstico, en el que anualmente las mujeres son asesinadas a manos de sus
parejas por decenas o cientos en los diferentes países del mundo.

La violencia contra las mujeres ha sido y es un instrumento para su dominación. Esa


violencia, específica y distinta de otras, es una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre hombres y mujeres, que ha consolidado la discriminación.
La violencia se ha sufrido normalmente en la familia, ha sido tolerada y, salvo casos muy
graves y hasta hace poco tiempo, apenas se denunciaba por miedo y vergüenza.

Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto
de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso…) Desde diversos organismos
internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte
para las mujeres entre 15 y 44 años

Dado que la violencia contra la mujer es mayoritariamente ejercida por los hombres
respondiendo a condicionamientos sexistas, también se usa el término violencia machista.

En la Roma clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la mujer,


debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido.

Los avances que pudieron darse durante la República y el Imperio romanos desaparecieron
en el periodo oscuro del Medievo. Una sociedad que rendía culto a la violencia, la ejerció
también contra las mujeres y se convirtieron frecuentemente en moneda de cambio para
fraguar alianzas entre familias. «En las clases más bajas, además de cumplir con la función
reproductora, constituían mano de obra para trabajar en el hogar y en el campo.

En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una justificación
moral del modelo patriarcal: Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor, porque
el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo.
Otra consecuencia del patriarcado ha sido la exclusión histórica de la mujer de la sociedad,
estando excluida de todos sus ámbitos: el cultural, el artístico, el político, el económico…
Siendo ésta otra forma de violencia ejercida contra la mujer.

No es hasta la revolución industrial en occidente, cuando se permite a la mujer participar en


la vida social, que verdaderamente comienza una trayectoria de emancipación. No obstante,
los usos y abusos cometidos contra las mujeres durante siglos, se ha demostrado son
difíciles de erradicar.

Algunas causas del maltrato hacia la mujer podrían llegar a ser que los padres que maltratan
a sus esposas enfrente de sus hijos por baja autoestima, depresión, frustración.

El abuso de sustancias como el alcohol y la drogas, así como los trastornos de personalidad
antisocial son otra causa de violencia contra la mujer.

La violencia contra la mujer es un hecho que ocupa con frecuencia un espacio en los
noticieros especialmente cuando la víctima ha sufrido graves heridas o la muerte.

Todos nos horrorizamos ante hechos semejantes debido a que se hacen públicos, pero la
violencia contra la mujer ocurre en infinidad de casos que no se conocen porque se
mantienen en el más absoluto secreto o se toman como algo normal dentro de una relación
de pareja.

La violencia contra la mujer puede comenzar al poco tiempo de estar en pareja, la excusa
para la agresión pueden ser los celos, el no tener un comportamiento como él exige, una
discusión que subió de tono o infinidad de causas que originan el primer golpe.

Luego indefectiblemente viene el pedido de perdón, la promesa de que nunca más se va a


repetir y por lo general frases como: “Vos me hiciste enojar, me sacaste de las casillas” , “Si
no hubieses hecho o dicho tal cosa yo no hubiese reaccionado así pero sabes que te amo”,
“Eres la mujer de mi vida, no quiero perderte” y cosas similares.

En ocasiones también la excusa es que se había bebido demasiado y no tenía conciencia


de lo que hacía o que los problemas familiares o del trabajo le producían mucha tensión.

Perdón y reconciliación después de la violencia, Después viene el período de reconciliación


durante el cual todo es amor y dulzura, el hombre intentará demostrar a la mujer que está
completamente arrepentido y dispuesto a reparar el error.
La mujer acepta todas las excusas, incluso puede culparse sintiendo que realmente fue
causante de la violencia y disfruta de las atenciones extras que recibe posteriormente.

Es posible que la pareja funcione mejor que nunca durante un cierto tiempo, hasta que
nuevamente haya un “motivo válido “ para que se repitan los golpes.

Violencia y círculo vicioso

Después de un segundo hecho de violencia contra la mujer, las excusas del hombre serán
las mismas, la mujer volverá a perdonar, otra vez habrá un período de reconciliación
maravillosa y tras él un nuevo ataque y así se continuará indefinidamente.

La mujer en algún momento puede reaccionar, alejarse, contarlo e incluso denunciarlo, pero
por lo general continúa la relación.

Violencia verbal

La violencia contra la mujer no sólo se manifiesta con golpes, también es violencia la


agresión verbal y las amenazas, utilizar un tono intimidatorio o dar órdenes de manera
prepotente.

Los insultos, los gritos, las palabras agraviantes también son un tipo de violencia que ocurre
con mucha más frecuencia de lo que se cree.

Golpear los muebles, romper los objetos de la casa, arrojar cosas contra las paredes son
también formas de violencia, que pueden no pasar de ahí, pero en muchos casos con el
tiempo pueden culminar en violencia física.

Violencia psicológica

También existen otros tipos de violencia, como la violencia psicológica y emocional, puede
no haber golpes, agresiones o un tono áspero al hablar pero también es una forma de
sometimiento.

Un ejemplo de ello puede ser la persona que continuamente está rebajando a la otro ya sea
en privado o en público, haciéndole sentir que es menos atractivo, menos inteligente, que no
está a su altura o a la de las personas que lo rodean y que le hace un favor estando en
pareja con alguien que vale tan poco.

La violencia psicológica también se ejerce haciendo sentir al otro que será abandonado o
perderá su amor si hace algo que le cause desagrado.
Algunos rasgos de la mujer víctima de violencia son:

• Baja autoestima.

• Se siente culpable por haber sido agredida.

• Se siente fracasada como mujer, esposa y madre.

• Siente temor y pánico.

• Falta de control sobre su vida.

• Sentimientos encontrados: odia ser agredida pero cree que le han pegado por su
culpa, que se lo merecía.

• Se siente incapaz de resolver su situación.

• Cree que nadie le puede ayudar a resolver su problema.

• Se siente responsable por la conducta del agresor.

• Se aísla socialmente.

• Riesgo de adicciones.

• Acepta el mito de la superioridad masculina.

• Teme al estigma del divorcio

A veces las mujeres no se separan y sufren en silencio por miedo a perder su seguridad
económica y la de sus hijos. Esto sucede sobre todo en la mujer que no tiene educación.

Otras veces no se separan debido a las amenazas de más violencia o de muerte, si intentan
separarse, "Si le dices algo a la policía te mato".

Cuando se pregunta a algunas mujeres por qué aguantaron maltrato durante años, la
respuesta más común es ésta: "Por mis hijos; no quería que se criaran sin un padre". Parece
una respuesta válida, pero si la analizamos profundamente descubrimos su inconsistencia.
Sucede que en una situación de violencia los hijos también sufren.

El crecimiento en una atmósfera de miedo, tensión y terror influirá negativamente en su


desarrollo emocional y más tarde se manifestará en el abandono escolar, en el uso de
drogas, en desórdenes psicológicos y en violencia y delincuencia.
Los agresores suelen venir de hogares violentos, suelen padecer trastornos psicológicos y
muchos de ellos utilizan el alcohol y las drogas lo que produce que se potencie su
agresividad. Tienen un perfil determinado de inmadurez, dependencia afectiva, inseguridad,
emocionalmente inestables, impaciente e impulsivo.

Una investigación de los psicólogos norteamericanos, el Dr. Neil Jacobson y el Dr. John
Gottman. Señalan que los hombres maltratadores caen en dos categorías: pitbull y cobra
con sus propias características personales.

Pitbull:

· Solamente es violento con las personas que ama.


· Celoso y tiene miedo al abandono.
· Priva a su pareja de su independencia.
· Su cuerpo reacciona violentamente durante una discusión.
· Tiene potencial para la rehabilitación.
· Posiblemente tuvo un padre abusivo.
· No ha sido acusado de ningún crimen.

Cobra:

· Agresivo con todo el mundo.


· Propenso a amenazar con cuchillos o revolvers.
· Se calma internamente, según se vuelve agresivo.
· Difícil de tratar en terapia psicológica.
· Uno depende emocionalmente de otra persona, pero insiste que su pareja haga lo que él
quiere.
· Posiblemente haya sido acusado de algún crimen.
· Abuso de alcohol y drogas.

En ocasiones la violencia del agresor oculta el miedo o la inseguridad, que sintió de niño
ante un padre abusivo que lo golpeaba con frecuencia, al llegar a ser un adulto prefiere
adoptar la personalidad del padre abusador a sentirse débil y asustado. En otros casos, los
comportamientos ofensivos son la consecuencia de una niñez demasiado permisiva durante
la cual los padres complacieron al niño en todo. Esto lleva al niño a creerse superior al llegar
a ser un adulto y a pensar que él está por encima de la ley. O sea, que puede hacer lo que
quiera y abusar de quien quiera. Piensa que se merece un trato especial, mejor que el que
se les da a los demás

Algunas consecuencias de la violencia contra la mujer con Trastornos psicológicos para la


mujer tanto como para los hijos, secuelas físicas de la agresión (Principalmente cicatrices),

e incluso la muerte causada por el agresor o por el suicidio mismo de la víctima.

Conceptos básicos son:

a) Abuso verbal: rebajar, insultar, ridiculizar, humillar, utilizar juegos mentales e ironías para
confundir etc.
b) Intimidación: asustar con miradas gestos o gritos. Arrojar objetos o destrozar la propiedad.
c) Amenazas: de herir, matar, suicidarse y llevarse a los niños.
d) Abuso económico: control abusivo de finanzas, recompensas o castigos monetarios.
e) Abuso sexual: imposición del uso de anticonceptivos, presiones para abortar, menosprecio
sexual, imposición de relaciones sexuales contra la propia voluntad o contrarias a la
naturaleza.
f) Aislamiento: control abusivo de la vida del otro, mediante vigilancia de sus actos y
movimientos, escuchar sus conversaciones, impedimento de cultivar amistades, etc.
g) Desprecio: tratar al otro como inferior, tomar las decisiones importantes sin consultar al otro.

6-HIPOTESIS Y VARIABLES

La violencia intrafamiliar se da en los hogares por varios factores como: codependencia de


la pareja, porque el maltratador sufrió violencia en su niñez, o por actos de machismo.

La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos


humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de nivel económico. Mientras continúe,
no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la
paz.

La variable independiente sería la persona que ejerce la violencia contra la mujer, en este
caso sería el hombre.

La variable dependiente seria la mujer maltratada.


DISEÑO METODOLOGICO.

Para la realización de esta investigación utilizaremos el método no experimental transversal


de tipo descriptivo, ya que en esta investigación se pretende conocer el fenómeno tal y como
se presenta, sin que exista manipulación de las variables, ni de la situación.
ANEXO

BIBLIOGRAFIA:

VELÁZQUEZ, Susana; “Violencias cotidianas, violencia de género”, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2003.

RUFFA, Beatriz; "Violencia Familiar. Intervención de los profesionales de la salud", en Revista "ROL de
Enfermería", n°173.

SEGATO, Rita Laura; “Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la
antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos”, Universidad Nacional de Quilmes, 2003.

Manual de Capacitación y Recursos para la prevención de la Violencia Familiar, Secretaría de Desarrollo


Social, Programa de Fortalecimiento de la Sociedad Civil, Proyecto de Madres y Padres Cuidadores.

Páginas en Internet consultadas:

www.bb.mun.gba.gov.ar

www.bahiablanca-net.com.ar

www.cenoc.gov.ar

www.indec.gov.ar

www.who.int/violence_injury_prevention

Vous aimerez peut-être aussi