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El bambú:

especie multipropósito para el desarrollo sustentable local en México

María Elena Nancy Dávila Moreno


Samuel Immanuel Brugger Jakob
coordinadores

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Glosario
Bahareque: Bahareque, o bajareque, es la denominación de un sistema de construcción de viviendas a

partir de palos entretejidos con cañas, zarzo o cañizo (hecho de caña de bambú) y barro. Esta técnica ha

sido utilizada desde épocas remotas para la construcción de vivienda en pueblos indígenas de América.

En algunos países de América del sur se la denomina como bareque. El bahareque es característico de

América, dentro de los tipos está el embutido, esterilla y el tejido. Se utilizan materiales naturales como

pilotes estructurales de madera; cubiertas protectoras a dos aguas, elaboradas con las hojas de la

palmera de la región, divisiones y paredes, un encofrado en esterillas guadua, es decir, de bambú. En

Perú se conoce un sistema similar llamado quincha. Una de sus características es el microclima

agradable que se conserva en su interior.

Ilustración 1: Bahareque

Fuente: http://www.arquiecologia.com/casas-de-bajareque

Bambú: El bambú en realidad es el término vernáculo o común para los miembros de un grupo

taxonómico particular de gramíneas leñosas (subfamilia Bambusoideae, familia

Andropogoneae/Poaceae). Es así que la palabra bambú, es usada para designar a un conjunto de plantas

que reúnen ciertas características morfológicas y anatómicas, que las hacen estar agrupadas en dicha

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categoría taxonómica (Véase Cortés, 2011). Es importante hacer notar que los usos que se le asignan -

al bambú - no solo incluyen una especie, sino que abarca según estimaciones entre 1300 y

probablemente hasta 1500 especies existentes en el mundo. Se dice que al parecer fue Marco Polo el

que dio a esta planta el nombre con el que hoy se le conoce. En sus relatos de viajes menciona a estas

gigantescas plantas y, según la leyenda, por la noche las empleaba para hacer fuego y ahuyentar a los

animales peligrosos de su campamento. El calor hacía que se dilatase el aire atrapado entre los nudos

de la caña, hasta el punto de llegar a hacerla explotar.

Boca de pescado: Tipo de corte (no recto) para unir piezas en forma de tubo. Una forma sencilla es

colocar un tubo en la prensa de banco, se le traza en uno de sus extremos unas marcas a 45º, desde el

centro de la boca hacia atrás y con esos ángulos se corta de forma recta. Al haber cortado, se gira la

pieza 90º y de esta manera encaja en el otro tubo donde se requiere acoplarlo. Otra forma, que es la que

mas uso, es con broca sierra en el barreno de pedestal o de banco.

Ilustración 2: Boca de pescado

Fuente: Angélica Rojas Cruz, Proyecto Nuevos Territorios Cartografías, [Consultado el 05 de julio de 2013].
Disponible en: http://angelicarojasc.wordpress.com/2013/02/17/proyecto-cartografias/

Ilustración 3: Boca de pescado hecha con broca sierra

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Fuente: Bamboo Workshop. [Consultado el 5 de julio de 2013]. Disponible en:
http://www.bamboocraft.net/workshop/showphoto.php?photo=1104&size=big&cat=

Desjarretado: proceso desde el corte. También llamado vinagrado, donde el bambú fermenta sus

almidones o líquidos internos y lo vuelve alcohol dándole al bambú un preservado natural, este proceso

es muy importante para quienes manejan naturalmente un proceso de secado natural o quienes al

procesar bambú desde su desjarretado requieren que tenga mayor duración. Sin este proceso es

propenso el bambú (como la guadua) al comején, gorgojo o animales que deterioran y debilitan la

guadua a menos que le realicen algunos procesos de inmunizados con químicos ya sea por inmersión o

inyección los cuales le dan igualmente una duración bastante alta si hacen bien los procesos y

mantenimientos requeridos.

Economía budista: Se define la Economía Budista como la economía que se basa en los fundamentos

teóricos y prácticos sobre sabiduría, ética, psicología y praxis budista. Consiste en poner la economía al

servicio de los seres y no los seres al servicio de la economía. El concepto de economía budista es un

concepto desarrollado por E. F. Schumacher (1973) en el cual se critica el modelo neoliberal de

desarrollo económico, tomando nota de lo absurdo del cada vez mayor "nivel de vida", basado

únicamente en el consumo y que éste a su vez fuese visto como el objetivo principal de la actividad

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económica y del desarrollo. En cambio, Schumacher se refiere a una economía budista como aquella

práctica que tiende a maximizar el bienestar y a reducir al mínimo el consumo. De tal manera la

economía budista busca el trabajo digno que sea armonioso con el medio ambiente y el tiempo libre,

mejorando así la calidad de vida de las personas. Se sugiere consultar el Manifiesto por una Economía

Budista del Grupo de Trabajo de Economía y Budismo, CCEB.

http://www.ccebudistes.org/sites/default/files/public_documents/Manifiesto%20Economia%20y

%20Budismo.pdf

Monopodial: Crecimiento o ramificación monopodial es cuando el eje principal de la planta es

constituido por tejidos formados por la misma yema terminal. Otras yemas pueden desarrollarse a su

lado formando ramas de este eje principal (Simpson, 2006). En inglés se le conoce al bambú

monopodial como running bamboo, los rizomas son largos y se dice que aventureros como los

"corredores" en condiciones favorables pueden seguir creciendo mucho más allá del círculo de cañas y

producir nuevos brotes y rizomas en los próximos años. Los brotes de bambú crecen a partir de rizomas

subterráneos que ya se han desarrollado a través y más allá de ese punto. Estos bambúes no deben

sembrarse a menos que haya un gran espacio para su hábito rastrero y una idea clara del tipo de

barreras de suelo y / o el mantenimiento necesario para contenerlos con seguridad.

Restauración productiva: que se refiere a la restauración de algunos elementos de la estructura y

función del ecosistema original, al mismo tiempo que de la productividad de la tierra, de manera

sustentable y utilizando técnicas agroforestales y agroecológicas (Ceccon 2012). En este caso, la idea

es más que restaurar un ecosistema original, es restaurar los servicios ecosistémicos ofrecidos por

determinados ecosistemas y la productividad de la tierra para generar también beneficios económicos

tangibles.

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Simpodial: Crecimiento o ramificación simpodial es cuando el eje principal de la planta es constituido

por tejidos que provienen de diversas yemas, las cuales se sustituyen periódicamente (Simpson, 2006).

El bambú simpodial también se conoce como Clumping bamboo; es el bambú no invasivo. Los rizomas

de agrupamiento de las especies que forman son cortos y nuevos brotes aparecen cerca de las cañas

madre de forma agrupada predecible.

Tecnología intermedia: Schumacher (1973) denomina tecnología intermedia a aquella que permite

aumentar la productividad de las zonas rurales con conocimientos, materiales y herramientas

disponibles en la misma región.

Vinagrado: fermentación de almidones y líquidos internos del bambú, como la guadua. También

llamado desjarretado.

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¿Saben aquel viejo cuento del Bambú Chino?. Cuentan que la semilla del bambú se siembra, se riega y

se cuida durante un año y no aparece nada. No hay señal de vida. Se riega y se cuida otro año y

todavía no se ve el resultado. De esta manera van pasando los años. Durante el quinto año de pronto

aparece el Bambú Chino y crece 30 metros en seis semanas. El Bambú Chino se prepara para un

crecimiento impresionante. Durante los cinco años que no se ve nada, un sistema de raíces se está

formando para sostener el crecimiento extraordinario del bambú. Muchas cosas en la vida son como el

árbol de Bambú chino, se debe tener una preparación para todo, primero se tienen que construir las

bases de forma sólida para luego levantar una gran estructura, esperar con mucha paciencia para

luego recoger el fruto del esfuerzo. El árbol en su esencia, ha de saber que lo más importante es estar

muy bien adherido al suelo; porque sólo así el viento jamás lo podrá derribar.

Autor desconocido

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Introducción

El presente libro es el resultado de diversas investigaciones desarrolladas por sus autores y

orientadas desde distintas disciplinas, sin embargo, todas ellas han sido encaminadas a destacar el

lugar que el bambú ha tenido a lo largo de la historia tanto en su medio natural como en el

aprovechamiento que distintas culturas le han dado durante siglos y que lo han llevado a ser

conocido como la “planta de los mil usos”. Al hablar de bambú se debe tener en cuenta que en

realidad “bambú” es el término vernáculo o común para los miembros de un grupo taxonómico

particular de gramíneas leñosas (subfamilia Bambusoideae, familia Andropogoneae/Poaceae) y

dentro de la familia de las gramíneas es una de las más numerosas y también de las más diversas. Se

han registrado alrededor de 90 géneros y 1,500 especies de bambú a nivel mundial (Wang et al.,

2008).

El bambú es una planta que ha interpretado un papel importante en el desarrollo de

determinadas culturas con las que a convivido mutuamente. Principalmente las culturas asiáticas

han empleado el bambú en áreas tan diversas como la construcción, la alimentación e incluso en la

confección de tela y papel. Debido a la gran diversificación de especies y al amplio espectro de usos

que giran en torno al bambú, éste se ha vuelto muy común en varias partes del mundo para sus

distintos usos. Incluso las empresas de alta tecnología como Toyota, Apple y Lexus han comenzado

a aprovechar el bambú en algunos de sus productos.

El bambú es una planta milenaria en el continente Americano y ha sido aprovechado por

distintas culturas prehispánicas. México es uno de los países con mayor diversidad de especies de

bambú leñoso en el continente Americano (Judziewicz et al., 1999). Se han descrito hasta el

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momento 42 especies y dos subespecies nativas de ocho diferentes géneros, entre las cuales se

encuentran 22 endemismos (Cortés, 2000, Ruiz-Sanchez, 2012, Ruiz-Sanchez et al., 2011a,

Ruiz-Sanchez et al., 2011b).

El bambú en la actualidad ha generado una economía global basada en su cultivo así como

en su trasformación industrial en productos derivados. Por razones climáticas estos cultivos se

encuentran casi totalmente en países en vías de desarrollo de las áreas climáticas tropicales y

subtropicales. De esta manera se observa que el bambú es una excelente materia prima para

fomentar mercados locales a base de tecnología intermedia, es decir, con tecnología que estas

comunidades ya cuentan y tienen acceso sin tener que realizar una gran inversión.

El bambú también es un aliado ecológico importante en la protección del ambiente: es un

captador de dióxido de carbono mucho más eficiente que la mayoría de los árboles del bosque

tropical; existen especies cuyo requerimiento de agua es mínimo y sus raíces son una excelente

protección contra los deslizamientos de tierra. De tal manera el bambú se ha expandido incluso a

países en donde no es común verlo como España y Estados Unidos donde es aprovechado por estas

cuestiones. A lo largo de este libro se expondrán y ampliarán los argumentos que permitan sustentar

estas afirmaciones. De tal manera se consideró pertinente comenzar con un apartado basado en una

alternativa teórica que permita mirar otras interpretaciones sobre el proceso de desarrollo

económico en países como México donde no se impulsan los mercados locales sustentables como

parte de un proyecto nacional y en este sentido, el bambú puede representar un medio que permita

fomentar las economías locales y el desarrollo autogestivo además de contribuir a mejorar el medio

ambiente.

En el primer capítulo “Tecnología intermedia para el desarrollo sustentable rural: el

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potencial del bambú en México”, el Dr. Samuel Immanuel Brugger Jakob hace un análisis teórico

sobre el desarrollo económico y sus interpretaciones partiendo de una crítica a los modelos de la

modernización cuyo principal problema es su intento universalista de encontrar una misma solución

sin distinción de espacios o temporalidades. Tanto las teorías del desarrollo económico como las

políticas nacionales y regionales se han caracterizado por intentar atraer la inversión nacional como

extranjera para poder alcanzar tecnológicamente a los países considerados más industrializados.

Los efectos negativos como la enorme concentración del PIB en pocas zonas industriales, la

migración de la población del campo a las ciudades y la nueva pobreza urbana por sólo mencionar

algunas consecuencias ya habían sido escritas en la obra maestra de E.F. Schumacher “Lo pequeño

es hermoso”, en 1973. Dicha obra se recupera en este capítulo pues retoma varios aspectos de las

políticas impulsadas por Mahatma Gandhi como solución a los problemas que genera este esquema

de desarrollo. Uno de sus principales pilares es la tecnología intermedia, es decir, una tecnología

que permite aumentar la productividad de las zonas rurales con conocimientos, materiales y

herramientas disponibles en la misma región.

Por lo tanto, la propuesta central del autor es recuperar la obra de Schumacher y las políticas

de Gandhi sobre las tecnologías intermedias, de igual forma, cuestiona la noción occidental, donde

el trabajo se considera un mal necesario y donde el empleado no es más que un costo que debe ser

reducido al mínimo; en su lugar encuentra un aporte importante en la economía budista que

considera indispensable el trabajo humano y de vital importancia el pleno empleo. La idea detrás es

muy sencilla, un mercado local sólo puede existir si toda su población produce algún bien y obtiene

un ingreso -salario o ganancia- al ofrecerla en el mercado local. De esta manera el dinero circula

entre los habitantes y cada uno va a intentar usar e inventar tecnologías según su experiencia

individual.

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La tecnología intermedia pues se basa en los conocimientos ancestrales, pero busca

mejorarlos continuamente; no es una tecnología de punta, pero tampoco es tecnología cero sino una

adaptada a cada caso particular, ya que debe usar materias primas autóctonas, amigables con el

medio ambiente y no generar presiones a los ecosistemas como lo podría ser un aprovechamiento

desfrenado de la madera provocando deforestación. De todo este análisis teórico se desprende la

propuesta de aprovechamiento del bambú el cual representa un claro ejemplo de cómo impulsar una

tecnología intermedia en mercados locales. Los conocimientos ancestrales de indígenas,

campesinos, agricultores y artesanos, han sido perfeccionando a través de siglos para tener hoy en

día métodos y técnicas de preservación de bambúes, de reconocida eficacia y de bajo costo. Sin

embargo, sólo el continente asiático ha podido generar una cultura del bambú como material de

construcción que no ha sucumbido frente a los intereses de las industrias del acero y el concreto.

En el segundo capítulo, intitulado “Pasado y presente del bambú: historia de los usos, mitos

y leyendas”, la Dra. María Elena Nancy Dávila Moreno se propone rescatar el papel del bambú

como símbolo de identidad siendo los ejemplos más reconocidos el caso chino y el japonés en

donde el bambú ha sido parte de sus tradiciones y culturas centenarias. Dicho capítulo comienza,

señalando que ante el actual estado de deterioro en el que se encuentran la mayoría de los sistemas

naturales a escala mundial y nacional es necesario encontrar nuevas alternativas en el

aprovechamiento de los recursos naturales que ofrezcan opciones para disminuir esta problemática

y que a lo largo de la historia han demostrado ser útiles, baratos y sustentables. De esta manera, el

objetivo del apartado es describir los usos del bambú desde una perspectiva histórica con el fin de

retomar las ideas y los valores le han sido dados al bambú, no sólo económicos sino simbólicos,

culturales y que han sido parte de la cosmovisión de otros pueblos y de los antiguos grupos

indígenas americanos y mexicanos.

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En la actualidad, el continente asiático posee la mayor diversidad de géneros y especies de

bambú a nivel mundial. Ejemplo de esto es la provincia china de Yunnan, localizada en la zona de

transición entre el sureste de China y la parte oriental del Himalaya que alberga a 250 especies de

29 géneros, lo que representa la mitad de las especies de bambú que hay en este país (Yuming et al.

2004).

Desde tiempos inmemorables el hombre del trópico ha utilizado una gama de diferentes

especies locales de bambú, como materia prima para sus casas, sus balsas, sus puentes, sus armas,

herramientas y comida. Para muchos pueblos, esta planta es la materia prima para sus útiles de uso

cotidiano y acompaña a las personas durante toda la vida. La Dra. Dávila señala al respecto que un

cuchillo de bambú sirve para cortar el cordón umbilical del recién nacido, y en un féretro de bambú

irá el cadáver a la tumba o a la pira funeraria. Al respecto los registros históricos demuestran que el

bambú ha sido utilizado desde tiempos muy remotos por las diferentes culturas principalmente en

Asia, como objeto de inspiración de pinturas, canciones y leyendas (Dransfield y Widjaja 1995) o

como en el caso de la India que simboliza la amistad.

La gran importancia que el bambú tiene entre las poblaciones de muchos países tropicales

donde crece se refleja en la posición que ocupa en la mitología y el folclore. En el continente

asiático por ejemplo existen leyendas y mitos sobre el bambú entre los que se destacan aquellas

historias que cuentan que la humanidad surgió de un tallo de bambú. Para muchas culturas

primitivas del Sudeste de Asia el bambú fue considerado un elemento esencial para su

supervivencia como vegetal y como la representación de los dioses y el origen de sus antepasados.

La Dra. Dávila también destaca los usos del bambú en el continente americano. La

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arquitectura del bambú en América se remonta a milenios, por su abundancia y por la facilidad

cortado, construir viviendas con él, y las condiciones de frescura que este material proporciona en

los climas cálidos húmedos, lo que hizo que en estos lugares se prefiriera sobre la madera. El

bambú también ha jugado un papel importante en la evolución de la cultura americana, y en cada

país de una u otra manera, ha sido material esencial para los colonizadores en los procesos de

asentamiento y para los agricultores en la dotación de la infraestructura agropecuaria, además de

haber propiciado la creación de instrumentos musicales, mitos, danzas y leyendas.

Finalmente, describe cómo el uso del bambú en México tiene antecedentes prehispánicos:

totonacas, huastecos, aztecas, teotihuacanos y maya-chontales, por mencionar algunos,

construyeron casas de bambú y en algunos casos lo siguen haciendo los indígenas que son quienes

conservan en su arquitectura el uso del bambú sumado a las técnicas de construcción que llegaron

con los españoles. Un ejemplo destacado es la choza maya. Las construcciones mayas se basan en la

choza ancestral, con paredes de caña y adobe, cubierta por una techumbre de hojas de palma

colocadas sobre un armazón de madera. Las descripciones de las casas antiguas hablan de varas de

carrizo que según las investigaciones también pudieron ser de bambú. Tomando como base esa

estructura, actualmente se busca que el bambú recupere su valor histórico en la construcción de

viviendas, tanto como tipo choza antigua para comunidades rurales con climas cálidos como en la

arquitectura urbana y turística.

Un aspecto importante es que la casa vernácula se crea con recursos del lugar empleando

sabiduría heredada de generación en generación. Es una casa que se adapta perfectamente al medio

ambiente y a la ecología, lo cual la convierte en una referencia para el diseño de arquitectura

moderna. Pero la utilización del bambú es muy diversa y se manifiesta en la elaboración de muebles

y artesanías, en laminados para pisos, en artículos para la cocina, como alimento y utensilios, y

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como interesa para este libro, como un material de construcción.

De lo anterior se deriva el tercer capítulo intitulado “El Bambú en México”, en éste la Mtra.

Rosa Marina Rodríguez Marín, el cual comienza por describir las especies y la biogeografía del

bambú destacando el que su distribución geográfica es muy amplia ya que se pueden encontrar

especies desde los 45° de latitud tanto al Norte como al Sur y en un rango altitudinal que va desde

el nivel del mar hasta los 4,000 msnm (Judziewicz et al., 1999). Por otra parte, el registro de

especies como ya se mencionó alcanza las 1500 aproximadamente. Es importante señalar que

existen bambúes herbáceos y los leñosos. En el caso del aprovechamiento que se propone en el libro

se hará referencia a los bambúes leñosos, éstos se caracterizan por tener


culmos o tallos

lignificados, presentan sistemas complejos de ramificación y rizomas resistentes. Son anemófilos

(su polinización es por medio del viento) y su metabolismo fotosintético es C 3. Se encuentran en

distintos hábitats, usualmente crecen erectos y algunas especies forman macollos (GPWG, 2001).

Con respecto a los bambúes leñosos, habitan en más de la mitad del territorio, están

presentes en 23 estados de la República Mexicana . Los estados con la mayor riqueza de especies de

bambú son: Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Jalisco y Nayarit; en estas seis entidades se

encuentra la mitad de las especies del país. Además, en Veracruz, Oaxaca y Chiapas se ubica el 70

% de las especies endémicas, es decir que exclusivamente habitan en dichos estados

(Rodríguez-Marín et al., en prensa).

La autora además recupera el papel de la etnobotánica, es decir, el estudio de las sabidurías

botánicas tradicionales y la forma de utilizar los distintos recursos vegetales que se transmite y se

conserva a través de generaciones, lo cual a su vez, permite conocer la importancia que tienen las

plantas en la economía local, su historia, costumbres, cosmovisión, creencias, religión, ceremonias,

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y hasta curaciones que conservan estos grupos sociales desde sus antecesores (Nieves et al 2004).

El capítulo señalado además de describir los usos actuales de los bambúes leñosos y de los

potenciales en México introduce al lector a considerar la importancia de la etnolingüística ya que

aproximadamente el 75 % de las especies nativas de bambú leñoso como parte de la flora mexicana

tienen uno o más nombres locales.

En el cuarto capítulo intitulado “Potencial del bambú leñoso para la restauración de

ecosistemas”, la Dra. Eliane Ceccon explica la necesidad de restaurar los sistemas degradados y los

servicios ecológicos que proporcionan los bosques a los seres humanos. Si bien es cierto, la ciencia

de la restauración de ecosistemas ofrece múltiples enfoques de acción que se explican a lo largo del

texto. En el caso de la Dra. Ceccon, junto con sus colaboradores utilizan el término “restauración

productiva” que se refiere a la restauración de algunos elementos de la estructura y función del

ecosistema original, al mismo tiempo que de la productividad de la tierra, de manera sustentable y

utilizando técnicas agroforestales y agroecológicas (Ceccon, 2012).

En este caso, la idea es más que restaurar un ecosistema original, es restaurar los servicios

ecosistémicos ofrecidos por determinados ecosistemas y la productividad de la tierra para generar

también beneficios económicos tangibles. Una especie muy apropiada para el establecimiento de

proyectos de restauración productiva es el bambú, ya que además de sus innumerables beneficios

ecológicos, es una especie considerada de múltiples propósitos.

A pesar de la gran riqueza de especies de bambú leñoso que existe en México, su extendida

distribución y su gran número de usos (Rodríguez et al., 2010), aún no se ha despertado un

verdadero interés para su uso en proyectos de restauración de cualquier tipo. La Dra. Ceccon

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considera que una las posibles razones es el desconocimiento de las características ecofisiológicas y

de los servicios ambientales que puede proporcionar al ecosistema las especies de bambú nativas.

Por este motivo en su apartado desarrolla una explicación al respecto y realiza una extensa revisión

de la literatura mundial (ya que existe poca información sobre las especies mexicanas) con el fin de

determinar las principales características de la subfamilia Bambusoideae que puedan tener un papel

importante en la aplicación de estrategias para la restauración de ecosistemas degradados. También

evalúa sus características como especie multipropósito para proyectos de restauración productiva y

presenta algunos estudios de restauración realizados con esta subfamilia. El capítulo brinda una

clara explicación sobre el manejo del bambú, es decir, sobre su propagación, implantación, manejo

de plantas adultas, plagas y enfermedades, fertilización.

Otro de los ejes de la Dra. Ceccon es el papel potencial del bambú en la restauración de

ecosistemas. Se destaca el control de la erosión y la rehabilitación del suelo; el control de la

contaminación difusa en cuerpos de agua; los beneficios para la fauna; la tasa de crecimiento; el

secuestro de carbono y el uso del bambú en la restauración productiva. En este último caso, las

características de bambú lo convierten en una solución ideal para las consecuencias ambientales y

sociales de la deforestación tropical. La técnica de restauración productiva más utilizada para el

establecimiento de proyectos de restauración productiva con bambú es la agroforestería.

Para concluir, la autora señala que el bambú es una subfamilia que presenta un gran

potencial tanto para la restauración ecológica cuanto para la restauración productiva. Primeramente

porque es una planta adaptada a diversos tipos de condiciones tanto de suelo como climáticas y

tiene pocas exigencias nutricionales y presenta una alta tasa de crecimiento. Además hay varias

maneras de reproducirlo, por lo que es una planta con un manejo sencillo y económico.

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En el quinto capítulo, “El Bambú como pieza estructural para construcciones y cubiertas

ligeras”, el DI Adolfo Balfre Gutiérrez Nieto plantea como objetivo explicar los principales

elementos de los sistemas de construcción con bambú, reconociendo el aporte de la vivienda

tradicional y los avances en la arquitectura moderna. En este sentido, el ámbito de la construcción

en la actualidad más allá de la simple consideración del bambú como una madera más, han sido

desarrolladas estructuras libres, que solo pueden funcionar con un material tan largo y ligero como

el bambú.

Esto es así debido a la curvatura natural del bambú y por lo tanto se pueden construir formas

geométricas que serían muy complicadas de lograr con materiales industriales. La utilización de

este material ecológico amable no es solamente como un substituto de la madera, -el bambú impone

un estilo nuevo en la arquitectura. Su sistema constructivo es fácil de entender, las técnicas son

simples y pueden elaborarse hasta por personas no especializadas (Stamm, 2008). A esto se agrega

que en muchos países tropicales, tanto en zonas rurales como en zonas urbanas, la vivienda es

todavía construida en buena parte con bambú.

En el caso del bambú como material de construcción se trata de una planta que puede

utilizarse prácticamente como se encuentra en la naturaleza, esto quiere decir que se podría obtener

materia prima, a un costo verdaderamente bajo en relación a los demás materiales para construcción

sin necesitar de complicadas instalaciones o procesos de transformación y habilitado, como es el

caso incluso de la madera.

El autor explica las características especiales del bambú así como las mejores formas de

secado; sus propiedades físico-mecánicas, tales como la elasticidad, la resistencia a tracción,

compresión y flexión. En este sentido, el bambú se puede comparar de manera favorable con

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materiales de uso común como el hormigón, el acero y la madera. También analiza su grado de

deformación y eficiencia frente a otros materiales como los ya mencionados.

Otro de los temas que se desarrollan es el de los sistemas constructivos que van de lo

tradicional a lo moderno. Los tradicionales están basados en conceptos estructurales arcaicos, por

ejemplo, en ramas tejidas y cestas. Las casas tribales utilizaron el bahareque y el curado con luna y

con el tiempo se da la evolución de este sistema para desarrollar construcciones tradicionales

tecnificadas de bambú. En la época moderna se transforman los sistemas de construcción aplicando

estructuras con ingeniería y basadas en cálculos estructurales, planos y prefabricación.

En este sentido, en el caso de la construcción el género Guadua ha demostrado ser una

especie forestal representada por esbeltos y modulados tallos que enaltecen el paisaje, es larga,

recta, uniforme en su desarrollo, liviana, hueca, resistente, suave, de rápido crecimiento, de bello

color e imperceptiblemente cónica.

Finalmente, el DI Gutiérrez elabora una propuesta para la autoconstrucción basada en un

sencillo sistema de uniones rápidas prefabricadas. El objetivo de este sistema es disminuir el tiempo

de trabajo en sitio. El sistema se basa en diseñar y trabajar todos los puntos de unión previamente,

incluida la cimentación. Funciona básicamente con piezas de unión, piezas de cimentación, y piezas

de bambú.

Dicha propuesta se llevó a la práctica durante el año 2012 en dos localidades rurales.

Después de una serie de talleres y pláticas de capacitación sobre el bambú como material de

construcción se propuso a un grupo de participantes armar la estructura de un invernadero de 80

mts.2, en 8 horas y una Palapa de 25 mts 2, en 3 horas. El autor presenta los resultados obtenidos en

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la realización de ambas estructuras, en el estado de Campeche, en la comunidad de Becán en el

municipio de Calakmul, y en el Ejido Kilómetro 74 en el municipio de Escárcega.

Es así que el principal objetivo de este libro es analizar y explicar las alternativas existentes

para el aprovechamiento sustentable del bambú como material de construcción fomentando una

visión local; así como también se destacan otros usos posibles y útiles en la reforestación, la

agroforestería y la restauración de ecosistemas. Como ya fue señalado, el bambú es una planta

milenaria que ha sido usada en una infinidad de productos. Ya en la antigua China sirvió para

fabricar utensilios desde la agricultura hasta abanicos. En México si bien el bambú se ha usado

desde tiempos prehispánicos, no se ha logrado desarrollar un sector agrícola-industrial para su

explotación comercial. Existen distintas limitantes que van desde la falta de una norma oficial para

la construcción con bambú pasando por una falta de conocimientos de dicho material por parte de

los consumidores y una falta de información en el cultivo y el cuidado del sector campesino.

Aunado a eso no hay apoyos financieros ni técnicos (públicos y privados) para fomentar un sector

industrial de procesamiento para generar dichos materiales de construcción a base de bambú.

El bambú es un material autóctono muy económico que ha sido desaprovechado por las

últimas generaciones en el campo mexicano y que puede ser un gran impulsor del desarrollo del

México rural desde perspectivas autogestivas. El bambú es una de las plantas con más utilidades

para el hombre, en general muchas personas relacionan al bambú con las culturas orientales

precisamente por el hecho de que en la India, Japón y China hay un gran desarrollo

agrícola-industrial del bambú para fabricar desde utensilios de cocina hasta casas y textiles,

mostrando que es un impulsor importante para la tecnología apropiada o intermedia.

Es así que la elección de una tecnología es una de las cuestiones más críticas que afronta

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cualquier país o región cuando busca una política de desarrollo. Mediante ella determina lo que se

va a producir, y cómo y dónde se va a producir, dónde va a vivir la gente, quién trabaja y la calidad

de las condiciones de trabajo; qué recursos se van a utilizar y qué sistemas de apoyo, financiación,

educación, transporte son necesarios así como el impacto que va a tener en los ecosistemas de la

región así como en las variables globales de la naturaleza. De esta manera se determina si el sistema

económico promovido es sostenible o no. Pocos se atreverían a negar que la tarea más urgente de

los países, tanto ricos como pobres, es descubrir y utilizar tecnologías sostenibles, tecnologías que

respeten la necesidad humana de un trabajo útil y satisfactorio, y que al mismo tiempo causen un

daño mínimo al medio ambiente.

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Capítulo 1

Tecnología intermedia para el desarrollo sustentable rural: el

potencial del bambú en México

Dr. Samuel Immanuel Brugger Jakob*

La planta del bambú es el oro verde del hombre pobre: una persona puede sentarse en una casa de bambú

bajo un techo de bambú, sentado en una silla a una mesa hechas del mismo bambú, con un sombrero de

bambú en la cabeza y calzando sandalias de bambú. Al mismo tiempo puede sostener con un mano un

plato de bambú, en la otra bastoncitos de bambú que le servirán para comer retoños de bambú. Después

de haber consumido su almuerzo, cocinado sobre un fuego alimentado por la combustiòn del bambú, la

mesa podría limpiarse con un paño de fibras de bambú, mientras se refresca con un abanico de bambú,

durmiendo la siesta en una cama sobre un colchón y una almohada hechos todos de bambú. Despertando

podría fumar en una pipa de bambú y escribir con una pluma de bambú sobre papel de bambú, para

después llevar al periódico sus artículos en cestas de bambú sostenidas con una asta de bambú,

cubriéndose con una sombrilla de bambú. Podría atraversar un puente suspendido construido

exclusivamente de bambú, beber agua de un tubo de bambú, y secarse la cara con un pañuelo, obtenido

con las fibras del bambú

Atal Bihari Vajpayee, ex primer-ministro de la India

*
El Dr. Samuel Immanuel Brugger Jakob es doctor en Económía por la Facultad de Economía de la
Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es becario del Programa de Becas Posdoctorales
en la UNAM, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM. Le agradece al proyecto
PAPIIT-UNAM IN300112: “Modelos experimentales para viabilizar la integración de la población local en
actividades de restauración” así como al CRIM-UNAM quienes han permitido la realización de esta
investigación.

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1. Introducción

El desarrollo económico se define como la capacidad de las regiones o países para crear riqueza a

fin de promover la prosperidad económica y social de su población. La teoría económica considera

el desarrollo económico como el resultado del crecimiento económico que permite la acumulación

del capital. Es importante destacar que cuando se habla de capital en economía se hace referencia al

capital productivo, es decir, a los medios de producción como las maquinarias, herramientas,

fábricas, etc. El crecimiento de una economía se debe a la acumulación de factores de producción,

capital y trabajo. 1 Cuanto más capital y más trabajo estén disponibles en una economía, más crecerá

ésta. Sin embargo, el crecimiento no puede explicarse sólo por la mera acumulación de los factores

trabajo y capital; es necesario analizar la productividad total de los factores, es decir, los avances

tecnológico que hacen que dichos factores sean más productivos. Por ejemplo, la mano de obra y la

maquinaria empleada en la agricultura son más productivas cuando utilizan métodos modernos de

cultivo, como el riego por goteo.

Por ello la elección de una tecnología es una de las cuestiones más críticas que afronta

cualquier país o región cuando busca una política de desarrollo. Mediante ella determina lo que se

va a producir, y cómo y dónde se va a producir, dónde va a vivir la gente, quién trabaja y la calidad

de las condiciones de trabajo; qué recursos se van a utilizar y qué sistemas de apoyo, financiación,

educación, transporte son necesarios así como el impacto que va a tener en los ecosistemas de la

región así como en las variables globales de la naturaleza. Así se determina si el sistema económico

promovido es sostenible o no. Pocos se atreverían a negar que la tarea más urgente de los países,

tanto ricos como pobres, es descubrir y utilizar tecnologías sostenibles, tecnologías que respeten la

necesidad humana de un trabajo útil y satisfactorio, y que al mismo tiempo causen un daño mínimo

al medio ambiente.

1
En las modernas teorías del crecimiento, el factor ‘tierra’, que incluye los terrenos cultivables y los recursos
mineros, se omite del análisis en aras de la simplicidad.

15
Tanto la teoría del desarrollo económico como la de las políticas nacionales y regionales se

han caracterizado por intentar atraer la inversión nacional como extranjera para poder alcanzar

tecnológicamente a los países considerados más industrializados. Comenzando por el modelo de

Solow (1956) se ha intentado “alcanzar” a las economías desarrolladas sin considerar los efectos

que estas políticas pudieran tener sobre la población y su medio ambiente. Los efectos negativos

como la enorme concentración del PIB en pocas zonas industriales, la migración de la población del

campo a las ciudades y la nueva pobreza urbana por sólo mencionar algunas consecuencias ya

habían sido escritas en la obra maestra de E.F. Schumacher “Lo pequeño es hermoso” en 1973.

Retoma varios aspectos de las políticas impulsadas por Mahatma Gandhi como solución a los

problemas que esta generando este esquema de desarrollo. Uno de sus principales pilares es la

tecnología intermedia, es decir, una tecnología que permite aumentar la productividad de las zonas

rurales con conocimientos, materiales y herramientas disponibles en la misma región.

El presente libro trata de estudiar la manera de promover el aprovechamiento sustentable del

bambú para materiales de construcción fomentando una visión local. El bambú es una planta

milenaria que ha sido usado en una infinidad de productos. De esta manera ya en la antigua China

sirvió para fabricar utensilios desde la agricultura hasta abanicos. En México si bien el bambú se ha

usado desde tiempos prehispánicos, no se ha logrado desarrollar un sector agrícola-industrial para

su explotación comercial. Existen distintas limitantes que van desde la falta de una norma oficial

para la construcción con bambú pasando por una falta de conocimientos de dicho material por parte

de los consumidores y una falta de información en el cultivo y el cuidado del sector campesino.

Aunado a eso no hay un apoyo para fomentar un sector industrial de procesamiento para generar

dichos materiales de construcción a base de bambú. Como dijo Coosje Hoogendoom, directora

general de la Red Internacional del Bambú y Ratán (INBAR, por sus siglas en inglés) en la

16
conferencia de la ONU sobre el cambio Climático celebrada en Cancún, México: “el bambú es un

gran recurso para impulsar el desarrollo económico y se puede adquirir fácilmente en los países más

pobres de África, Asia y Latinoamérica.”

En este capítulo se mostrará cómo el bambú es un material autóctono muy económico que

ha sido desaprovechado por las últimas generaciones en el campo mexicano y que puede ser un gran

impulsor del desarrollo del México rural. El bambú es una de las plantas con más utilidades para el

ser humano, en general muchas personas relacionan al bambú con las culturas orientales

precisamente por el hecho de que en India, Japón y China en esos países hay un gran desarrollo

agrícola-industrial del bambú para fabricar desde utensilios de cocina hasta casas y textiles,

mostrando que es un impulsor importante para la tecnología apropiada o intermedia.

Es importante hacer notar que los usos que se le asignan - al bambú - no solo incluyen una

especie, sino que abarca a las 1500 especies existentes en el mundo (Wang et al., 2008). El bambú

ha sido conocido como la “planta de los mil usos”. La utilización de la planta del bambú va desde la

fabricación de palillos de dientes hasta la elaboración de cerveza; la fabricación de papel y la

utilización en la armadura de pequeños aviones; como material de construcción de viviendas

residenciales y palapas. Para el desarrollo rural el bambú tiene la ventaja de ser sencillo de tratar,

puede suplir una gran variedad de materiales como la madera, el block, el concreto y el acero y es

durable además de que cumple con importantes funciones ecológicas que van desde la restauración

de mantos acuíferos, recuperación de nutrientes de suelos, almacenador de dióxido de carbono y su

rápido crecimiento permite una reforestación de bosques de forma económica.

2. Del crecimiento económico al desarrollo económico

El aumento de la riqueza material ha sido, y sigue siendo, uno de los objetivos dominantes de la

17
humanidad, aunque para la mayoría de las personas esta meta nunca se haría realidad. Considerando

los niveles extremadamente bajos de bienestar material que la mayoría de las gente ha vivido a

través de la historia y muchos siguen viviendo no ha de sorprender que su mayor deseo sea

aumentar su consumo material. En condiciones de miseria material, la búsqueda de más riqueza

material parece estar totalmente justificable: cuando la gente tiene hambre es comprensible que

desee comida y cuando tiene frío es comprensible que desee ropa caliente. De este punto de vista es

que la teoría económica ortodoxa ha enfocado al crecimiento económico desde sus inicios.

Kuznets (1973 y 1979) define al desarrollo económico como el proceso de transformaciones

globales, resultado del cambio productivo derivado de la introducción de nuevos modos de

producción, que alteran decisivamente la proporción y la importancia de los distintos sectores de la

economía de los países, y hacen que unos se vuelvan protagonistas en tanto que otros pasan a una

posición secundaria. Chenery (1975) basa su teoría de desarrollo en la hipótesis de los tres sectores

de Jean Fourastié (1954), que considera el desarrollo como un proceso de transición de una

sociedad eminentemente agraria y rural, de bajos niveles de renta y productividad, a una sociedad

urbana e industrial caracterizada por altos niveles de renta. El resultado de tal tránsito será una

estructura económica donde el sector de los servicios será el mayoritario, y donde los niveles

educativos y organizativos sean tan importantes para el progreso económico como la eficacia

productiva del sistema económico. Las teorías de los sistemas mundiales (Wallerstein, 1987)

definen el desarrollo como una relación de la investigación, aplicación y transferencia de tecnología

básica y productiva, mecanismos financieros y operaciones de comercio internacional. Los países se

desarrollan mediante las inversiones productivas que refuerzan la producción manufacturera de un

país en particular y generan un crecimiento de largo plazo.

Sin importar cuál de los autores mencionados se tome como modelo, se puede generalizar la

18
definición del desarrollo como una evolución de alguna variable que genera un mejoramiento en

otra variable, generalmente en el ingreso per cápita. En este orden, los estudios de desarrollo y

subdesarrollo se pueden remontar al Ensayo sobre la ley de la población, de 1789, trabajo de Lord

Malthus (1766-1834) en donde analiza las causas por las que las naciones tienen aumentos distintos

de la riqueza que hace que se desarrollen a ritmos distintos y el por qué no ha habido un desarrollo

que haya conducido a la humanidad a ser feliz. 2

La pregunta sobre el crecimiento económico y su relación con el desarrollo persiste desde la

economía clásica. Adam Smith creía en la extensión del mercado para posibilitar una división del

trabajo que haría posible la especialización de las fuerzas de trabajo y, por tanto, un incremento en

la productividad (Escribano, 2002). De igual forma,en su controversia con Malthus sobre la Ley de

Granos3 en 1815, Ricardo promovió el libre cambio. 4


Para Ricardo el gravamen sobre los granos

habría contraído la importación y obligado a cultivar tierras menos fértiles; lo que habría reducido

la productividad del trabajo agrícola y, en consecuencia, los beneficios. En cambio, el libre


2
Según Adam Smith, el salario se puede emplear únicamente en el gasto y el consumo inmediato o en el ahorro y la
austeridad futura. Con el ahorro añadido al capital personal, el individuo puede emplear sus fondos para el
mantenimiento del trabajo productivo o para prestarlo a otra persona. Siguiendo la concepción de Adam Smith, con
este tipo de argumentos se puede señalar el aumento de la renta personal y la movilización del trabajo gracias al
aumento de la riqueza. Malthus critica a Adam Smith cuando señala que éste no considera aquellos casos en los que
al aumento de la riqueza de una sociedad no le corresponde un aumento del bienestar de la clase trabajadora.
Malthus señala que un capital aplicado a la tierra puede resultar improductivo para el inversor, pero productivo para
el conjunto de la sociedad. Por el contrario, un capital aplicado al comercio puede ser productivo para el individuo
pero improductivo para la sociedad. De esta forma, el cultivo del suelo debe anteponerse a las actividades
manufactureras y al comercio. Malthus argumenta que la felicidad está en proporción a la cantidad de alimentos que
puede comprar el obrero por un día de trabajo. Por tal motivo, es necesario para la felicidad humana que la
población aumente de una manera paulatina, y para conseguir esto ningún individuo debe contraer matrimonio
hasta tener los medios suficientes para atender sus necesidades, pues el deseo del matrimonio debe ser un estímulo
para que el ser humano, por medio del trabajo, se proporcione el bienestar que le falta. Así pues, un hombre
prudente que puede sostener dos hijos no se expondría al peligro de mantener cuatro o cinco; y de este modo,
disminuyendo la oferta de mano de obra, aumentará el precio del trabajo.
3
Durante las décadas de 1800 y 1810 el precio del trigo se había más que duplicado, lo que provocó el cultivo de
tierras cada vez menos fértiles. Sin embargo, en 1813, debido a una cosecha abundante y al advenimiento de la paz
en 1814, los precios del trigo habían bajado a la mitad y continuaban en descenso. Los propietarios de la tierra
veían con preocupación esta tendencia y pedían que se limitaran las importaciones de granos baratos. Se propuso,
entonces, poner un impuesto a la importación de granos y en 1815 se fijó un precio mínimo por debajo del cual las
importaciones estaban prohibidas.
4
La teoría neoclásica o marginalista, con sus escuelas del pensamiento desde el modernismo hasta la Escuela de
Chicago –la más radical del laissez-faire–, ha abogado por la desregulación y la apertura comercial, inclusive si
estudios como el de Musa (1976) y posteriormente el de Neary (1978) argumentan que la liberalización comercial
cambia los precios relativos con los bienes en el mercado, por lo que algunos sectores ganarán, mientras por fuerza
otros perderán .

19
comercio de granos constituiría un freno a la extensión del cultivo hacia tierras menos productivas,

lo que mantendría la tasa de beneficio. Ricardo estaba convencido de que, si dejaban producir los

bienes agrícolas –que para los clásicos son los únicos con rendimientos decrecientes– en el

extranjero, la economía nacional podría concentrarse en la producción de los bienes industriales

–que se producen a rendimientos crecientes o por lo menos constantes– para ofrecerlos a cambio, lo

cual no afectaría a los beneficios de los capitalistas (Pasinetti, 2000).

Las dos principales escuelas de pensamiento de la segunda mitad del siglo XIX y del siglo

XX –la neoclásica y la marxista– 5 han tendido a analizar a los países de la Periferia con las mismas

herramientas que utilizan para analizar a los países del Centro, es decir, de forma monoeconómica.

Las dos escuelas de pensamiento creen obstinadamente en el desarrollo como una secuela de etapas

por las que toda sociedad debe atravesar. Marx, por ejemplo, consideraba que sólo la

implementación de la propiedad privada y una gestión pública de estilo europeo –o, mejor dicho,

anglosajón– podían generar el capitalismo, una fase indispensable para llegar a una sociedad

socialista (Marx/Engels, 1956, citado en Kalmring et al., 2004).

La teoría neoclásica desarrolló la teoría de la modernización. 6 Dicha teoría se caracteriza por

las siguientes definiciones:

I. La modernización es un proceso homogeneizador que genera tendencias hacia la


5
En especial, los economistas marxistas de la Periferia se encontraban frente a un gran problema. Las cartas de Marx
sobre el colonialismo de India y China (Marx-Engels, 1956, citado en Kalmring et al., 2004) justifican el
exterminio de la cultura oriental por considerarla déspota e inferior a la cultura europea. Por ello, una gran parte de
esos economistas buscó refugio en la teoría de la dependencia e influyó decisivamente en ella.
6
Los principales supuestos, o más bien axiomas, de la teoría de la modernización se basan fundamentalmente en la
concepción de la modernización como un proceso de evolución por etapas. Es esencial darse cuenta del
determinismo social como el componente más sobresaliente de las teorías evolucionistas: la humanidad evoluciona
forzosamente desde lo primitivo a lo avanzado en una única dirección, por lo que el destino está predeterminado.
Además, se considera que la evolución es únicamente positiva, ya que se asocia al progreso y a la civilización. En
la teoría de la modernización también influye la cultura –muy influenciada por la idea weberiana acerca de la
importancia de los valores y las actitudes sociales– de forma determinista. Siguiendo la explicación del desarrollo
capitalista basada en las virtudes del protestantismo, ciertas culturas y religiones serían más favorables al desarrollo
económico que otras (Escribano, 2002).

20
convergencia entre las sociedades (Levy, 1967).

II. La modernización es un proceso eurocéntrico (Tipps, 1976), puesto que considera que

Europa Occidental y Estados Unidos son los países a los que hay que copiar por su

prosperidad económica y su estabilidad política. Sin embargo, prohíbe la imitación de los

procesos inhumanos y anti-ecológicas con los que Europa y Estados Unidos han generado su

crecimiento.

III. La modernización es un proceso evidentemente irreversible. En otras palabras, una vez

que los países se adapten el modelo occidental será imposible que dejen el proceso de

modernización.

IV. La modernización es un proceso progresivo que a largo plazo es no sólo inevitable sino

deseable.

V. La modernización es un proceso extremadamente largo en el tiempo; un cambio basado

en la evolución. Tardará generaciones e incluso siglos para que culmine. Este último punto

parece más bien una justificación por los pobres resultados que había ofrecido la teoría, pero

que evitará la adopción del modelo comunista, basado en saltos revolucionarios.

La teoría de la modernización tiene su fundamento en las ideas de Parsons, quien

consideraba las sociedades como organismos biológicos. Parsons formuló las cinco características

que describen a las sociedades que están en sus respectivas etapas, desde la tradicional hasta la

moderna (Escribano, 2002:35):

• En las sociedades tradicionales priman las relaciones entabladas sobre una base afectiva,

mientras que en las sociedades modernas las relaciones tienen una mayor neutralidad en ese

terreno.

• En las sociedades tradicionales, las relaciones se ciñen a los miembros del mismo círculo

social, mientras que en las modernas las relaciones tienden a ser más universales.

21
• En las sociedades tradicionales el peso de lo colectivo es muy grande, al contrario de lo que

ocurre en las sociedades modernas, marcadas por el individualismo.

• En las sociedades tradicionales, las personas son valoradas por su adscripción a una familia

o una comunidad, mientras que en las sociedades modernas lo son por sus méritos.

• En las sociedades tradicionales, los roles sociales tienden a abarcar muchos aspectos

diferentes, mientras que en las modernas se ciñen a funciones más específicas.

El problema principal de los modelos de la modernización es su intento universalista de

encontrar una solución. Es por esta falacia que Fischer (1999) –un alto ejecutivo del Fondo

Monetario Internacional– critica esta teoría ortodoxa del desarrollo, definiéndola como el intento de

encontrar el ingrediente mágico copiando el desarrollo europeo. Otro punto crítico es la

determinación arbitraria del periodo de estudio. Tomar como periodo de observación 500 años —

desde los últimos siglos de la Edad Media hasta la actualidad–, sin ninguna justificación, hace

parecer que es más bien un intento de demostración a toda costa. Si simplemente se amplía el

horizonte temporal de estudio se observa que la evolución simplificada propuesta por la teoría de la

modernización es incorrecta.

De esta manera los modelos que derivaron de la teoría de la modernización como el de

Solow (1956) y Rostow (1960) para mencionar sólo los más conocidos no han tenido ningún

problema en reducir el desarrollo a un incremento del PIB per cápita. Sin embargo, ¿qué sucede

cuando la gente tiene cubierta sus necesidades básicas como lo es la alimentación, la vivienda, la

nutrición entre otros? La teoría económica no ha tenido respuesta a ello, simplemente extrapoló la

situación original. De tal manera todos los países, sin importar que tan desarrollados están, siguen

persiguiendo la meta de mayor crecimiento económico, viéndolo como la única manera de poder

realizar un desarrollo económico. Al ser el objetivo central el crecimiento económico los países y

22
las regiones se ven obligados a incrementar cada vez más la productividad para aprovechar de

mejor manera el capital y el trabajo. Es cada vez más importante especializar más a la fuerza laboral

para que pueda hacer provecho de tecnologías cada vez más “eficientes”, racionalizando al mismo

tiempo la fuerza laboral y reduciendo al individuo a una máquina de producción. La pregunta

necesaria de realizar es si en un momento en donde quedó claro que el sobreconsumo (MEA, 2005)

esta poniendo al límite los ecosistemas y por ende la existencia de la humanidad, no del planeta ni

de la naturaleza ya que éstas se recuperarán tarde o temprano, es sí estos modelos basados en el

crecimiento económico nos han llevado a un desarrollo económico integral.

En las últimas décadas una gran cantidad de investigaciones sociológicas y psicológicas han

demostrado que las personas que viven estilos de vida de alto consumo en realidad podrían

aumentar su calidad de vida consumiendo menos. Las explicaciones son diversas: estrés social,

extensión de las jornadas laborales, mayor estrés en el trabajo, entre muchos más. Sin embargo,

éstas explicaciones son a consideración del autor las consecuencias de un modelo fallido de

desarrollo económico. La mayor especialización del trabajo ha generado una concentración cada

vez mayor de los puestos de trabajo en pocas zonas o distritos industriales (zonas metropolitanas en

México), provocando que la gente tenga que migrar de sus lugares de origen a estas zonas, dejando

atrás su historia, sus tradiciones y cultura local. Esta gente no tiene ningún arraigo social en su

nuevo hogar y mucho menos en su trabajo. Se incrementa la competencia laboral, aunado a mayores

jornadas laborales y a una menor solidaridad. Los patrones de consumo se modifican dependiendo

cada vez más de su salario para poder subsistir y por lo tanto depender de cualquier trabajo, aunque

este no satisfaga.

3. La tecnología como motor del desarrollo rural

Como se ha visto la tecnología tiene un papel crítico para el crecimiento económico que conlleva al

23
desarrollo económico. Sin embargo, la tecnología por si sola no será productiva ni sustentable. Es

por ello que es indispensable escoger las tecnologías más apropiadas para lograr un desarrollo tanto

ecológicamente como socialmente sustentable. Al ser cuestionado sobre el papel de la tecnología,

Gandhi dijo que cada máquina que ayuda a cada persona tiene su lugar, pero no debe haber lugar

para máquinas que concentran el poder en unas pocas manos y convertir a las masas de trabajadores

en simples administradores de máquinas, y de ser necesario en desempleados (Schumacher,

1973:35).

Schumacher (1973) fue el primero en poner de manifiesto, a principios de la década de

1970, el papel crítico de la tecnología en el desarrollo económico. Su argumento consistió en que la

confianza que tenían los países del Tercer Mundo en adoptar las tecnologías de los países ricos de

gran escala, intensivas en capital y el uso de recursos aumentarían el riesgo de generar más

problemas de los que se resolverían. Estas tecnologías son extraordinariamente inapropiadas

porque:

• Ofrecen relativamente pocos puestos de trabajo, y muy caros, mientras los países pobres,

con su gran número de desempleados y trabajadores precarios necesitan desesperadamente

gran cantidad de puestos de trabajo de bajo coste.

• Se localizan generalmente en ciudades, que ofrecen grandes mercados, habilidades

específicas e infraestructuras que no existen en áreas rurales donde vive la mayor parte de la

población pobre.

• En muchos casos hacen desaparecer actividades tradicionales no industrializadas que se

llevaban a cabo con anterioridad en áreas rurales.

• Aceleran la migración de áreas rurales a centros metropolitanos.

• Hacen a los países en vías de desarrollo cada vez más dependientes de los países ricos en

24
cuanto a préstamos, piezas de repuesto, habilidades y mercados.

• Deforman las culturas, así como las economías, de los países pobres, al concentrar la

actividad económica en las ciudades y las élites sociales, rompiendo las estructuras rurales.

La tecnología no es neutral culturalmente.

Estos efectos producto de las políticas para atraer inversiones y para poderse desarrollar de

la misma manera que los países desarrollados son una realidad hoy en día. La literatura académica

menciona dos tendencias que se desprenden de estudios empíricos. La industria manufacturera se

está concentrando en ciudades medianas y las industrias de servicios y de alta tecnología se

concentran en ciudades grandes (Gaspar y Glaeser, 1998; Sassen, 1991; Klaus y Fafchamps, 2005).

La localización de las actividades económicas, las economías de aglomeración y las economías de

la concentración son unas de las principales áreas de estudio de la economía geográfica. Distintos

estudios de los últimos años (Alonso et al., 2004; Desmet y Fafchamps, 2005; Fujita y Thisse, 2002;

Gaigné et al., 2005; Henderson, 1997, 2003; Ingram, 1998; Polèse y Shearmur, 2004, 2006;

Rubiera, 2005; Terral y Polèse, 2006) muestran que sin importar las diferencias geográficas e

históricas de los países existe un claro patrón de que los servicios se concentran en las grandes

ciudades, mientras que la manufactura lo hace en ciudades de tamaño medio.

El caso mexicano muestra estas características de forma clara, siendo un país dividido por

fuertes desigualdades regionales (Delgadillo et al., 2001; García-Verdi, 2005; Rodríguez-Pose,

2005). Como ejemplo está la tabla 1 que muestra la relación del Producto Interno Bruto de la Zona Metropolitana

de la Ciudad de México.

Tabla 1. Participación de la ZMVM en el PIB Nacional 1993-2030

(Miles de pesos mexicanos a precios corrientes)

25
Relación
Año Nacional ZMVM
ZMVM/Nacional

1993 1,155,132,189 350,249,099 30.3%

2000 4,983,517,681 1,448,879,354 29.1%

2010 14,966,355,108 4,103,071,302 27.4%

Fuente: Escobar et al., 2009

El proceso de urbanización va ligado de la mano con el crecimiento económico. Conforme

estas zonas metropolitanas acaparen la inversión tecnológica el país seguirá concentrando la

población en las urbes, los nuevos residentes que migraron de las zonas rurales seguirán

distribuyéndose en estas pocas ciudades. Algunas ciudades comienzan a amalgamarse para crear

asentamientos urbanos a escala masiva. Estas nuevas configuraciones toman la forma de

mega-regiones como la megalópolis del Valle de México (UNOHabitat-SEDESOL, 2011). Estas mega-regiones

son en sí corredores urbanos conectando distintas ciudades. A lo largo de los corredores urbanos mejora la

interconectividad y se generan nuevas formas de interdependencia, lo que concentra aún más la

inversión en tecnología fomentando así el crecimiento de dichas mega regiones. Sin embargo, la

constitución de estos corredores y regiones urbanas aumenta al mismo tiempo las desigualdades

tanto interregionales así como intraregionales.

De esta manera el corredor urbano integrado por las ZM de Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez,

Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa-Río Bravo y Matamoros concentra las actividades de ensamblaje de

equipos de cómputo, de aparatos eléctricos, actividades de la industria eléctrica, química y del plástico, contribuye c

el 5% de la PBT nacional y concentra el 7% del personal ocupado. Al mismo tiempo desde la apertura del Tratado de

Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el salario maquilador de este corredor urbano no ha sobrepasado lo

2 salarios mínimos (Espiral, 2012). Esto se debe a que la concentración del proceso productivo maquilador inhibió l

26
creación de trabajo en otras zonas por lo que la gente por cuestiones de pobreza se vio obligada a migrar, llegando a

las mega-regiones sin gran formación para que pudieran progresar consiguiendo los trabajos bien remunerados y al

mismo tiempo viéndose obligados a aceptar trabajos precarios de cualquier índole por depender ahora únicamente de

su ingreso monetario, distinto a sus lugares de origen donde podían obtener los bienes básicos como la comida de su

solar.

Este desigual crecimiento en las mega zonas urbanas ha generado una hiperconcentración poblacional en un

área limitada. Al mismo tiempo la alta densidad de población y concentración de actividades

productivas, implica la presencia de factores de presión a los ecosistemas y es, por tanto, un punto

crucial para la sustentabilidad (Inventario de Emisiones de la ZMVM, 2006).

Ya a finales de los 1950 Aldous Huxley observó que cuando se logra hacer rentable el

trabajo intrínsecamente significante, ayudando a la gente a obtener independencia de las estructuras

capitalista-proletariado para poder volverse sus propios patrones o miembros de una cooperativa,

trabajando para un mercado local usando distintos progresos tecnológicos autóctonos se provoca

una progresiva descentralización de la población, de acceso a la tierra, de la propiedad de los

medios de producción así como de poder político y económico (Pyarelal, 1959). Estas

observaciones se conocen hoy como economía budista y es la principal alternativa a los modelos de

desarrollo ortodoxos aplicados en casi todas las regiones del mundo.

El concepto de economía budista es un concepto desarrollado por E. F. Schumacher (1973)

en el cual se critica el modelo neoliberal de desarrollo económico, tomando nota de lo absurdo del

cada vez mayor "nivel de vida", basado únicamente en el consumo y que éste a su vez fuese visto

como el objetivo principal de la actividad económica y del desarrollo. En cambio, Schumacher se

refiere a una economía budista como aquella práctica que tiende a maximizar el bienestar y a

27
reducir al mínimo el consumo. De tal manera la economía budista busca el trabajo digno que sea

armonioso con el medio ambiente y el tiempo libre, mejorando así la calidad de vida de las

personas. Puede considerarse que la forma de vida cotidiana en las comunidades indígenas con sus

tequios, comisiones y cargos así como la disolución entre tiempo de trabajo y tiempo libre son un

ejemplo de lo que Schumacher se refería.

4. Economía Budista como una alternativa al modelo ortodoxo

Desde la década de 1950 los proyectos de desarrollo en los países del tercer mundo, hoy llamados

en vías de desarrollo, han imitado, como ya se mencionó en el apartado anterior, el modelo del

mundo occidental: urbanización, fuertes inversiones en capital, producción en masa, planes de

desarrollo social y sobre todo tecnología de punta. Este modelo va contra un acuerdo universal que

ha trascendido en el tiempo que la fuente fundamental de riqueza y bienestar es el trabajo humano.

El modelo económico que se está siguiendo actualmente ha reducido el trabajo humano a un poco

más que un mal necesario. Para el empleador no es más que un coste de producción, que puede ser

reducido al aplicar mayor automatización tecnológica. De esta manera se considera buena toda

tecnología que reduce al mínimo la necesidad de la mano de obra.

A diferencia de esta noción occidental, donde el trabajo se considera un mal necesario y

donde el empleado no es más que un costo que debe ser reducido al mínimo, la economía budista

considera indispensable el trabajo humano y de vital importancia el pleno empleo. La idea detrás es

muy sencilla, un mercado local sólo puede existir si toda su población produce algún bien y obtiene

un ingreso -salario o ganancia- al ofrecerla en el mercado local. De esta manera el dinero circula

entre los habitantes y cada uno va a intentar usar e inventar tecnologías según su experiencia

individual. A nadie le conviene que exista desempleo, o reducir los salarios de los empleados, ya

que ese dinero es el que mantiene al mercado local funcionando. Para el budismo la esencia de la

28
civilización no es la multiplicación de quereres (wants) sino la purificación del carácter humano y

este se forma principalmente por el trabajado del individuo. Y trabajo, realizado en condiciones de

dignidad humana y libertad, bendice a lo que lo realizan así como a sus producto (Schumacher,

1973).

Si un ciudadano no logra encontrar trabajo se encuentra en una situación desesperada, no

solo por la falta de un ingreso sino también porque carece de este elemento nutritivo y vivificante

que el trabajo disciplinado genera. Esto se observa actualmente en todas las economías con seguro

de desempleo, donde el problema central ya no es la obtención de un ingreso que se tiene asegurado

gracias al seguro de desempleo, sino las enfermedades psicológicas como los distintos tipos de

depresiones por no sentirse útil. De esta manera el alemán Martin Tomasik estudio los casos de

desempleo de largo plazo en Alemania en su tesis doctoral, demostrando los efectos de

enfermedades y depresiones a los que se enfrentan esta gente.

La función del tipo de trabajo también es esencial. Mientras que la urbanización provoca

una división de trabajo que va mucho más allá de la especialización natural del trabajo como lo

había considerado Adam Smith, hoy en día el trabajador produce una parte insignificante de un

producto, eso si, de forma repetida pero sin tener ninguna relación con el producto final. Mientras

que el artesano puede sentirse orgulloso de haber participado en la elaboración de un bien, el

maquilador que trabajó 8 horas seguidas colocando un chip en centenares de televisores en un día

no sentirá ningún orgullo al ver las televisiones finalizadas. La economía budista tiene un concepto

integrador, considerando que el trabajador debe ser un artesano, pudiendo participar en todo el

proceso productivo pero que por sus cualidades únicas dentro del grupo de compañeros decide

hacer una función específica. Esta idea, puede sonar nostálgica o incluso utópica para el mundo

industrializado de hoy en día, pero existen incluso casos de alta tecnología que adaptan estos

29
conceptos como lo son Ferrari y Lamborghini en la industria automotriz, IBM en algunos

segmentos de alta tecnología y 3M en la generación de prototipos de nuevos productos.

La meta-economía, como la llama Schumacher (1973) a la economía budista, trata de

modificar el concepto de economía donde sólo se estudia al ser humano bajo un concepto que

incluye tanto el estudio de éste como el estudio de la naturaleza. De esta manera se deja de ver al

humano de forma aislada y se le pone en un contexto con la naturaleza, donde otros factores aparte

del precio influyen. Esta visión modifica por completo a la economía y la idea del individuo

atomizado sin relaciones sociales y un mercado impersonal, donde las mercancías se consideran

homogéneas sin importar si son degradables y renovables o no y pasar al estudio de la metodología

de la naturaleza donde existe la co-dependencia entre todos los seres y objetos.

El proyecto de desarrollo de Gandhi era comenzar con las aldeas, en estabilizar y enriquecer

su forma de vida tradicional, fomentando manufacturas intensivas en mano de obra y permitiendo

que las decisiones económicas del país se hicieran lo más descentralizadas posible, sabiendo que

esto se enfrentaba con el crecimiento urbano e industrial. La política detrás del proyecto de Gandhi

era lograr primero el pleno empleo, aunque este fuese de baja productividad y de escasos ingresos.

Pero permitía a la gente poder vivir en sus aldeas, generando mercados locales funcionales. La

adaptación de tecnologías más eficientes iba a ser una consecuencia. La tecnología que se

modernizaría sería una tecnología generada de las experiencias individuales de los mismos

empresarios en las aldeas, es decir, una tecnología intermedia, una tecnología que se generaría con

los conocimientos y materiales locales, fomentando todavía más los mercados locales.

Muchas de las sabidurías tradicionales, tanto filosóficas y espirituales, dicen que basarse

únicamente en los valores materiales puede ser peligroso (Vanenbroeck, 1991). Kasser (2002, 2009)

30
demostró que las personas que están muy centradas en valores materialistas, es decir, personas que

orientan sus vidas alrededor de la adquisición del dinero, la fama y la imagen, tienen menor

bienestar personal así como menor salud psicológica en comparación con los que creen que cosas

materiales son relativamente menos importantes. De esta manera el modelo occidental de desarrollo

que ha generado una obsesión del por el crecimiento económico mediante la cultura del consumo,

ha inculcado a las personas valores perjudiciales para su bienestar.

Esta diferencia entre modelos de desarrollo, como bien lo denota Schumacher (1973), se

debe al objetivo mismo que se trata de obtener. Mientras que el modelo occidental apuesta a tener

un rápido crecimiento económico, medido en PIB per cápita, Gandhi acierta que esto no es el

problema central que debe enfrentarse el mundo subdesarrollado. Su principal preocupación es

generar empleos, que la población de un país pueda ser productiva en su lugar de origen. Teniendo

ello se lograrán en automático los objetivos de desarrollo. Sin embargo, el apostar por inversiones

intensivas en capital se conduce a que el país deba dividirse entre las zonas metropolitanas donde

puede realizarse dicha inversión (centros industriales, infraestructura, mano de obra calificada, etc)

y las zonas rurales que quedan marginadas. Esto sólo genera la urbanización de la población en los

pocos centros que lograron atraer las enormes inversiones. La población se enfrenta pues a quedar

rezagada, a migrar a las urbes para buscar trabajo, que por lo general no logran obtener los pocos

trabajos bien remunerados y por lo tanto a vivir en la marginación urbana, la cual es mucho más

dura que la rural, como ya se dijo, por depender ya únicamente del salario.

De esta manera la encomía para Gandhi comenzaba y terminaba con las personas viviendo

en un entorno social y ecológico, con sus necesidades de una moral fuerte y su deseo de auto

determinación. El mero intento de aumentar el Producto Interno Bruto no deja de ser más que un

ejercicio de medición estadística, dejando de lado a la gente, y los estudios realizados en las últimas

31
décadas sobre el ciudadano urbano muestran que éste se encuentra aislado, frustrado, estresado,

inseguro por la criminalidad, entre otros factores como se verá a continuación. Schumacher

(1973:32) incluso va más lejos y pronostica que con el tiempo dejará de incrementar el PIB no por

fallas tecnológicas o científicas, sino por la parálisis de la no cooperación de la sociedad urbana.

Los efectos nocivos que ha generado el modelo de desarrollo occidental han generado

distintos movimientos cuidadanos que promueven la "simplicidad voluntaria", reduciendo su

dependencia del consumo para poder volver a ser más libres, felices y realizados (Alexander, 2009,

2011). Estos movimientos no promueven vivir pobre o mal, sino reducir los horarios de trabajo

para dedicar ese tiempo a ser productivos en lo que los satisfaga más, cultivando sus propios

vegetales, haciendo artesanías, compartiendo conocimientos técnicos, mejorando máquinas en sus

pequeños talleres dentro de sus hogares, y en general disfrutando de la vida. En la literatura

económica estos movimientos son denominados "economías de suficiencias", y buscan alcanzar la

"suficiente" para vivir bien. Lo interesante es que estos movimientos son característicos de las

zonas urbanas, y tratan de resistir al modelo del consumo ilimitado. Teniendo en cuenta que el

consumo excesivo es la fuerza impulsora detrás de muchas de las crisis sociales y ecológicas

actuales (Lane, 2000; Trainer, 2010), el surgimiento de estos movimientos sociales es un presagio

cuyo potencial apenas puede exagerarse .

Estos movimientos, basados en la economía budista, han sido estudiados en una primera

encuesta multinacional (Alexander y Ussher, 2012). En ella se observa que casi todos los

encuestados son más felices desde que se han sumado a vivir de forma más sencilla y participativa

en la comunidad, sólo el 0,3% dijo ser menos feliz. Varios autores (Jackson, 2005; Brown y Kasser,

2005; Kasser 2009) mencionan la importancia que tiene este proceso en distintos frentes, como lo

son el humanitario, el ecológico o el poblacional. De esta manera no sólo se obtiene el efecto

32
positivo de que estos seres son más felices sino que también benefician a otros y al planeta.

La economía budista en la que se basaron tanto Gandhi como Schumacher es llamada en la

literatura económica la paradoja ingresos-felicidad. Claro está que ni Gandhi ni Schumacher tenían

evidencia dura al escribir sus modelos de desarrollo pero eso ha cambiado en los últimos años.

Sobre todo el trabajo de Bruno Frey y Alois Stutzer (2002) en el que concluyen que la percepción

subjetiva de la felicidad ha resultado ser el mejor indicador de la felicidad y les ha dado una gran

herramienta para poder cuantificar este hecho. Kruger y Schkade (2008) cuenta que entre 2000 y

2006, 157 artículos científicos y numerosos libros han sido publicados en la literatura económica a

partir de datos sobre la satisfacción de la vida y el bienestar subjetivo. Frey y Stutzer (2002), Layard

et al. (2008) y Inglehart (1996) señalan que la satisfacción de la vida con un ingreso promedio de

US$ 10,000 dólares anuales tiene una utilidad marginal decreciente.

La paradoja muestra que el ingreso per cápita como indicador de progreso social tiene

severas limitantes. Permite dudar de que el crecimiento del Producto Interno Bruto debe seguir

siendo el único indicador objetivo para las políticas de desarrollo de los países (Jackson, 2009). Y

no es que sea relevante medir la satisfacción material, tal y como lo mencionan Gandhi y

Schumacher pero es relevante de que manera se consigue dicha satisfacción material. El factor

decisivo es el tipo de trabajo que puede obtener la gente. Eso se observa cuando se analizan las

series de tiempo de largo plazo, las cuales sólo muy pocos países poseen. De este modo, si miramos

a Japón, la evidencia indica que entre 1958 y 1991 el PIB real per cápita se multiplicó por seis, pero

la satisfacción con la vida aunque sigue pendiente de publicación no ha cambiado en absoluto (Frey,

2008:39, Layard et al, 2010). Gran Bretaña, otro país del que se tienen datos también muestra

estancamiento en la satisfacción de la vida y en el caso de Estados Unidos incluso va en descenso.

En otras palabras, la riqueza generada por el crecimiento del PIB en estos países, evidentemente, ha

33
dejado de servir el bienestar humano.

Es un fenómeno cada vez más frecuente que los habitantes de los países llamados

desarrollados dedican más tiempo para su bienestar, reduciendo sus jornadas laborales y

aumentando lo que en las estadísticas oficiales se refleja como tiempo de ocio o tiempo libre. Pero

en realidad no lo usan como tiempo libre sino como tiempo productivo para poder realizar

actividades y proyectos de forma que se satisfagan. Participan en cooperativas agrícolas, arman

talleres en sus cocheras y cada vez más se observa a estos ciudadanos viajando a comunidades

marginadas en los países en vías de desarrollo donde aplican sus conocimientos para realizar

distintos proyectos de desarrollo social y ecológico. No es, como se mediría en el Producto Interno

Bruto, un decrecimiento, sino una actividad para sentirse útil al poder participar de forma integral

en un mercado personal en donde la sociedad interactúa constantemente y uno puede ver reflejada

la importancia de su trabajo, tal y como lo han podido hacer los artesanos desde hace miles de años.

La economía budista no es otra cosa que el humano sintiéndose útil al participar en una sociedad

ofreciendo productos y servicios de los que puede estar orgulloso. Y de eso se trata si se quiere

poder desarrollar las regiones rurales, tal y como Gandhi lo había propuesto. Queda también claro

que la tecnología no queda fuera de este proceso pero es una tecnología distinta a la que el modelo

de desarrollo actual está fomentando. Es una tecnología que puede ser aplicada por la gente rural y

por lo tanto debe estar basada en materias primas autóctonas y procesos que la gente de una región

en específico pueda usar.

5. La Tecnología Intermedia como respuesta para el desarrollo rural mexicano

Como se logra desprender del apartado anterior es necesario apostarle a una tecnología distinta, una

tecnología con rostro humano como lo expresa Schumacher, la cual en vez de hacer redundante las

manos y los cerebros de los trabajadores, les ayude a todos ser más productivos. Como ya lo había

34
dicho Gandhi, a los pobres del mundo no se les puede ayudar con producción en masa sino con

producción por las masas. El sistema de producción en masa, basado en tecnología sofisticada, alta

intensidad de capital, altamente dependiente de energía y reducción de mano de obra genera una

concentración de pocas zonas industriales con pocos trabajos bien remunerados. Ya se mencionaron

los problemas ecológicos y sociales que provoca. La producción por las masas por otro lado permite

aprovechar unos recursos abundantes que son las hábiles manos y cerebros. Por lo tanto es

necesario encontrar tipos de tecnología que puedan ser aprovechadas por estas mujeres y hombres

en sus lugares de origen, donde pueden mejorar día a día sus habilidades y mejorando las

tecnologías volviéndose así cada vez más productivos. Las tecnologías para la producción por las

masas deben hacer el mejor uso de los conocimientos actuales, se debe poder aplicar de forma

descentralizada, ser compatible con la naturaleza y ayudar a la persona para superarse día con día.

Esta tecnología, que Schumacher (1973) denomina tecnología intermedia, aunque otros la

llaman tecnología adecuada o blanda, y es aquella que está diseñada con especial atención en los

aspectos ecológicos, económicos, éticos, culturales, sociales y económicos de la comunidad a la que

se dirige. Este tipo de tecnología requiere menos recursos, es de fácil mantenimiento, genera un

menor costo fijo y su impacto ambiental es mínimo. Es importante ver que no cualquier tecnología

sencilla es una tecnología intermedia. Una tecnología que permita generar los puestos de trabajos

requeridos pero no es respetuosa con el medio ambiente no puede ser definida como una tecnología

adecuada o intermedia.

Estas tecnologías prefieren las soluciones intensivas en trabajo y no intensivas en capital,

aunque no por ello son tecnologías primitivas o sencillas (pero lo pueden ser). De esta manera la

elaboración del adobe ha tenido grandes modificaciones para volverse cada vez más resistente,

incluyendo la utilización de geomalla para resistir a los temblores (Ecosur, 2009). La tecnología

35
intermedia pues se basa en los conocimientos ancestrales, pero busca mejorarlos continuamente; no

es una tecnología de punta, pero tampoco es tecnología cero sino una adaptaba a cada caso

particular, ya que debe usar materias autóctonas, amigables con el medio ambiente y no generar

presiones a los ecosistemas como lo podría ser un aprovechamiento desfrenado de la madera

provocando deforestación.

Schumacher (1973) propone que esta tecnología debe generar un proceso de producción que

sea a partir de materias primas locales, se manufactura a nivel local mediante unidades productivas

de escala humana (pequeña escala, amigable y no alineado como lo serían las fábricas) y que se

consuman localmente. Esta tecnología es fácil adquirirla por la gente rural y permite aumentar su

productividad a la vez que se minimizaría la dislocación social.

Es por ello que algunos hablan de la tecnología blanda, ya que se trata de una tecnología que

trata con las estructuras sociales, los procesos interactivos humanos, y las técnicas de motivación.

Es la estructura y el proceso para la participación social y la realización por los individuos y los

grupos del análisis de las situaciones, la toma de decisiones y las habilidades para implantar lo

decidido que promueven los cambios.

John F. C. Turner (1976, 1976a) considera que la tecnología verdaderamente adecuada o

intermedia es la que la gente ordinaria puede usar para su propio beneficio y el de su comunidad, la

que no les hace dependientes de sistemas sobre los que no tienen control. De esta manera se logra,

según el autor, reducir la dependencia que genera la tecnología normalmente al mismo tiempo de

ofrecer soluciones a las características locales o regionales.

Para lograr un desarrollo social y ecológicamente sustentable a base de la tecnología

36
intermedia existe un consenso en que se necesitan los siguientes programas y políticas:

• Un programa determinado de ahorro de energía, así como la eliminación de la energía

nuclear y el desarrollo de fuentes de energía renovables;

• La progresiva introducción de niveles de calidad y especificaciones en los productos para

conseguir productos de larga vida, que puedan ser fácilmente reparados, renovados y

reciclados;

• Una política de transporte que disminuya el uso de combustibles a base del petróleo, que

reduzca el transporte de mercancías a larga distancia y que se promueva las formas más

eficientes de transporte que son el transporte público y el ferrocarril;

• Una rápida transición hacia la agricultura biológica y orgánica, dejando atrás la química;

• Una política que fomente la localización de la actividad económica, así como la promoción

de modos democráticos de propiedad y control.

Por tal motivo, en 1965 se formó el Grupo de Desarrollo de Tecnología Intermedia (ITDG)

en Londres. Su punto de partida era que el desempleo masivo y la miseria rural se podrían superar

sólo mediante la creación de puestos de trabajo en las mismas áreas rurales; que estos puestos de

trabajo deberían ser de bajo costo para que se pudieran crear en grandes cantidades sin demandar

niveles imposibles de ahorro o importación; que los métodos de producción y los servicios

asociados deberían ser relativamente simples, y que la producción debería hacerse a partir de

materiales locales y para uso local principalmente (McRobie, 2001).

El aumento de instituciones indígenas así como de voluntarios en los países en desarrollo

han permitido que el Grupo pueda ofrecer sus servicios y tecnologías para permitir la

37
descentralización en estos países. Se han fundado siete oficinas nacionales, con personal local en

Kenya, Zimbabwe, Sri Lanka, Perú, Sudán, Bangladesh y Nepal, donde se pretende que estos

centros sean cada vez más independientes de los miembros del Grupo asentados en Gran Bretaña,

logrando así tomar decisiones sobre tecnologías más apropiadas a nivel local. Otra organización es

Arquitectura para la Humanidad que también incorpora los principios de esta tecnología,

dedicándose a atender las necesidades de las poblaciones empobrecidas y afectadas por desastres.

Ello muestra que cuando los ingenieros altamente cualificados se dedican a desarrollar tecnologías

ahorradoras de energía con capital de pequeña escala pueden conseguir resultados destacables (Carr,

1985).

Estas tecnologías intermedias tienen muchas vertientes. Se intentará dar una muy limitada

mención de algunas tecnologías que pueden usarse comúnmente. Para la construcción el Adobe

(incluida la variación llamada Super Adobe), la tierra embutida, el ladrillo holandés y las mazorcas

son tecnologías que se conocen en casi todos los países en vías de desarrollo, están basados en

materias primas que son ampliamente disponibles de forma local y se pueden adquirir de forma

muy económica. Otro aspecto importante en la construcción es la ventilación, ya que buena parte de

la población empobrecida del país vive en zonas calurosas donde el aire acondicionado se ha vuelto

una necesidad. La ventilación natural puede darse introduciendo rejillas en la parte superior de la

casa, con lo que permite dar salida al aire caliente generando así una corriente de aire.

Para la preparación de comida existen distintos métodos, algunos de ellos que han tenido un

gran éxito en los últimos años como las estufas ahorradoras de leña, principalmente por políticas de

manejo forestal, que al mismo tiempo reducen la cantidad de leña y generan menos problemas de
7
salud. También los hornos y comales solares de alto rendimiento como los llamados Tolokatsin

7
El nombre es una palabra Nahuatl que significa «toluqueñita», por haber sido diseñadas en Toluca, capital del

38
diseñados por Eduardo Rincón y Álvaro Lentz (Rincón et al., 2007). Los comales solares Tolokatsin

consisten en una plancha horizontal (de acero inoxidable o de barro cocido) que se calienta

principalmente desde abajo con radiación solar concentrada proveniente de un concentrador

multicompuesto que generalmente tiene 11 o 15 espejos (Tolokatsin 1 o 2). Solamente dos o cuatro

de los espejos son curvos y todos los demás son planos, de modo que se pueden manufacturar muy

fácilmente en casa o en un pequeño taller.

6. El bambú como tecnología intermedia

El bambú, recurso abundante en la naturaleza por su adaptabilidad y rápido crecimiento, ha sido

usado en América Latina y el Caribe desde épocas precolombinas (Stothert, 1998). Tiene un sinfín

de aplicaciones en la vida diaria de millares de millones de personas, por lo que es natural

reflexionar sobre si puede ser aprovechado como recurso natural para tecnología intermedia.

Los bambúes pertenecen a la familia de las Gramíneas y existen a nivel mundial

aproximadamente 1,500 especies con una alta diversidad de usos. Se desarrollan sobre todo en los

trópicos, aunque ciertas especies se dan naturalmente en China, Japón, Chile y los Estados Unidos

en un ambiente templado. Los bambúes son por lo general plantas perennes que alcanzan una altura

máxima de hasta 30 metros entre los siete meses de edad con un incremento de 21 cm/día.

Adquieren madurez entre los 5 y 6 años, a partir de que emerge el renuevo o retoño. En una

plantación se puede obtener una densidad de varas entre 3000 a 4500 por hectárea (Bambumex,

2009).

Los conocimientos ancestrales de indígenas, campesinos, agricultores y artesanos, han sido

perfeccionando a través de siglos y en todos los continentes, para tener hoy en día métodos y

estado de México.

39
técnicas de preservación de bambúes, de reconocida eficacia y de bajo costo. Sin embargo, sólo el

continente asiático ha podido generar una cultura del bambú que no sucumbiera frente a los

intereses de las industrias del acero y el concreto. Por ello, desde hace algunos años para acá, la Red

Internacional del Bambú y el Ratán (INBAR por sus siglas en inglés) decidió impulsar en América

la investigación y recopilación de conocimientos tanto de forma bibliográfica como de campo, con

énfasis en Colombia, Ecuador y Brasil. Desde entonces el bambú ha tenido un renacimiento en

Costa Rica y en Cuba, pero desafortunadamente no en México. En el caso costarricense se fundó

desde 1988 el Costa Rican National Bamboo Project (NBP) para construir casas de bambú dignas

de bajo costo con el apoyo de ONU-Habitat (Liese et al., 2002).

La utilización del bambú es muy diversa y se manifiesta en la elaboración de muebles y

artesanías, en laminados para pisos, en artículos para la cocina, como alimento y utensilios, y como

interesa para este libro, como un material de construcción. Los troncos de bambú son utilizados

como material para la construcción de casas, puentes, molinos de agua y generadores eléctricos

microhydro. En la industria de la construcción se utilizan para realizar los soportes y entramado de

techos de edificios, incluso de dimensiones considerables como sucede en Hong Kong donde son

usados como entramados y soportes temporales en la fase de construcción de edificios. En el sector

de la mueblería los troncos de bambú se usan típicamente para construir mesas y sillas muy

resistentes a la intemperie, también en ambientes muy húmedos y lluviosos. Transformado en pulpa,

el bambú puede ser usado para fabricar papel para periódicos, cartón y fibra textiles. Todo ello con

tecnología relativamente simple y económica. En la India 80 fábricas de papel dependen totalmente

del bambú. Filipinas utiliza el 80% de sus recursos de bambú en la construcción y en aplicaciones

rurales, y en muchas partes del mundo los brotes de algunas especies se utilizan como alimento

humano (Ordoñez, 1999).

40
El bambú también es un aliado ecológico importante en la protección del ambiente: es un

captador de dióxido de carbono mucho más eficiente que la mayoría de los árboles del bosque

tropical; existen especies cuyo requerimiento de agua es mínimo y sus raíces son una excelente

protección contra los deslizamientos de tierra. Un modelo comparativo de INBAR (2009) señala

que, en un periodo de 10 años, una hectárea de bambú mozo (Phyllostachys pubescens) en China

captura 30 toneladas de dióxido de carbono más que una plantación del mismo tamaño de abeto

chino (Cunninghamia lanceolada). También se ha comprobado que las casas construidas de bambú,

son más resistentes a los movimientos telúricos que las casas de concreto. De igual manera el papel

del bambú es fundamental para la protección del medio ambiente por lo que es indispensable

mejorar y ampliar la utilidad, productividad y procesamiento del bambú de manera sustentable.

Esto ha generado una economía global basada en el bambú, en su cultivo así como en su

trasformación industrial en productos derivados. Por razones climáticas estos cultivos se encuentran

casi totalmente en países en vías de desarrollo de las áreas climáticas tropicales y subtropicales. La

planta del bambú es la de mayores dimensiones entre las plantas herbáceas, dado que existen más

de 90 géneros y 1,500 especies, de las cuales un 65% son originarias de Asia sur-oriental, un 32%

crecen en América Latina, y las restantes en África y Oceanía (Wang et al., 2008). En Norteamérica

existen tres especies nativas y en Sur América 440 especies. Actualmente, se estima que el valor

total de la economía mundial basada en el bambú se aproxima a los 10,000 millones de dólares,

aunque en esta estimación no se incluye el valor del autoaprovechamiento del mismo. Sin embargo,

no está distribuido equitativamente en el mundo. De esta manera, el bambú es una materia

perfectamente aceptada en el este y sur asiático. No sólo es usado para la construcción de casas

humildes sino se usa incluso para edificios en China y en Hong Kong. Solamente en China se

estima que el crecimiento de los bosques de bambú en 3,5 millones de toneladas anualmente

(Sharma, 1980). Estudios realizados por GTZ, Agencia de cooperación para el desarrollo alemana y

41
hoy en día parte de GIZ, demostraron las propiedades de diversos bambúes, mostrando todos ser

ligeros, flexibles y extraordinariamente sólidos (El Mundo, 2011). A pesar de ser una planta, sus

características son similares a las de la madera, por lo que se le considera una de las especies

vegetales con más potencial de futuro en este sector. En este sentido fue elegido para cubrir el techo
2
de una de las terminales aéreas del aeropuerto Madrid Barajas: un total de 200,000de m

contrachapado.

El caso cubano de aprovechamiento del bambú como material de construcción es uno de los

más exitosos en América Latina, junto con Colombia y Costa Rica. En Cuba el Centro de

Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDME) junto con la Agencia Suiza para el

Desarrollo y la Cooperacimón (COSUDE) diseñó un sistema de producción y comercialización de

materiales de construcción ecológicos hechos de bambú a nivel municipal, principalmente en zonas

expuestas a desastres naturales. En una primera etapa se crearon las condiciones para el desarrollo y

la expansión de este método, cuyo núcleo lo constituyen los “materiales ecológicos”, fabricados con

bajo aporte energético y procedente, a menudo, de desechos de construcción reciclados. Este

proceso, desarrollado entre 2000 y 2005, se organizó en el marco de un proyecto Sur-Sur, con

máquinas y know how de Cuba y otros países latinoamericanos (Martirena, 2007). Por sus

resultados, el CIDEM obtuvo el World Habitat Award de las Naciones Unidas, premio que otorga la

Building and Social Housing Foundation (COSUDE, 2007). A partir de la segunda mitad del 2010

se ha propiciado un mayor desarrollo del proyecto. Las acciones se caracterizan por la

descentralización de la producción de materiales de construcción ecológicos, el acercamiento a la

población y las administraciones locales, así como la creación de nuevos puestos de trabajo. En la

actualidad, se comercializan juegos de muebles de bambú, artículos de artesanía, bloques sólidos

combustibles para la producción de ladrillos y artículos de carpintería de viviendas.

42
Los resultados obtenidos del proyecto cubano se pueden dividir en tres categorías: social,

medioambiental y productividad. Dentro de los impactos sociales se menciona la mejora en el nivel

de vida de 145,000 personas de 53 municipios cubanos, la constitución de 22 viviendas modelo de

bambú que sirven para masificar su uso a escala local, la creación de 1,590 empleos directos con

salario medio mensual de 486 CUP (salario medio de las provincias involucradas es de 436 CUP)

así como 9,100 empleos de tiempo parcial. En todos los municipios participantes hubo un

incremento general de los ingresos por aportes de la economía del bambú. El 37.5% de los empleos

directos creados son ocupados por mujeres en igualdad de condiciones (COSUDE, 2011). Entre los

resultados medioambientales hubo una forestación de 5,990 ha. de bambú con lo que se logró una

recuperación de 1,790 ha. de suelo deteriorado. En lo referente a los gases de efecto invernadero se

calcula que hubo un secuestro de 436,800 toneladas de CO 2. Por último se incluyó el proyecto de

forestación con bambú en el Proyecto Nacional de Recuperación de Cuencas (ACTAF, 2011). En lo

referente a la producción se crearon 244 pequeñas y medianas empresas tanto de índole familiar

como de cooperativas en 37 municipios. Existen hoy en día 16 líneas de productos manufacturados


3
del bambú. La capacidad de producir madera a partir del bambú por año es de 479,200 m . Por

último se construyeron 3 naves agropecuarias prototipo a partir de bambú que se cree que van a ser

el punto de partida para su uso a gran escala en el sector agropecuario (COSUDE, 2011; ECOSUR,

2011a).

Según el Dr. José Fernando Martirena Hernández, profesor de la Universidad Central de las

Villas y director del proyecto que obtuvo el Premio Mundial Hábitat 2007, en el bambú Cuba tiene

una importante reserva de madera mucho más sustentable que otras especies. Las experiencias

acumuladas en el cultivo y comercialización de culmos de bambú indican que esta es una actividad

que reporta beneficios económicos a las entidades que lo realizan, especialmente en el sector

cooperativo campesino. En una hectárea de bambú maduro (de 5-6 años) crecen aproximadamente

43
unos 6,000 culmos, de los que se cortan y venden aproximadamente unos 1,200 por año. Los

precios de venta oscilan entre $2-5 por culmo de 3-4 metros de longitud. En estas condiciones los

ingresos por ventas que se reportan están entre los $3,000-$6,000/ha para los precios actuales. Estos

índices brindan un buen margen de rentabilidad a las cooperativas del sector agrícola que se dedican

a la actividad, a lo que se unen los fondos que aporta el Servicio Estatal Forestal por concepto de

áreas reforestadas. La pequeña industria rural que se crea aumenta las oportunidades de empleo

local y contribuye de esta forma a detener la migración hacia las ciudades. La calidad de vida de la

población tiende a mejorar, ya que aumentan los ingresos y la oferta de productos en el mercado.

Las mujeres campesinas en especial, pueden encontrar en estas ofertas alternativas para cambiar su

vida, a través de su incorporación en la vida social (Martirena, 2007). De esta manera se observa

que el bambú es una excelente materia prima para fomentar mercados locales a base de tecnología

intermedia. De esta manera se lograría aproximarse a lo propuesto por Schumacher como economía

budista, ya que se logra dignificar el trabajo, permite la equidad de género y al mismo tiempo que el

sector industrial local sea amigable con el medio ambiente.

En el caso de México no se ha logrado impulsar el bambú en el sector agrícola. Se han

registrado 66 usos diferentes y se agruparon en las siguientes 18 categorías: alimento, artesanías,

cerca viva-sombra para ganado, cestería, construcciones rústicas, construcciones de vivienda,

forraje, herramienta de trabajo, instrumentos musicales, leña, medicinal, muebles, objetos

personales, objetos religiosos, ornato, papel, restauración ecológica y utensilios domésticos

(Rodríguez et al. 2010). Dos especies son particularmente importantes desde el punto de vista

Etnobotánico: Guadua aculeata y Otatea acuminata; la primera crece silvestre en el estado de

Veracruz, conocida comúnmente como tarro, es una importante especie utilizada en la construcción

de viviendas en la región Huasteca, comprendiendo principalmente los estados de Puebla y

Veracruz, además de ser usada en la actualidad para diferentes menesteres de las personas que viven

44
en el campo. Es un hecho que es y ha sido un elemento importante en la construcción de viviendas,

bajo el sistema conocido como Bahareque. El otate, la segunda especie citada, es seguramente el

bambú más ampliamente distribuido en México, en particular en los estados de Nayarit, Colima y

Jalisco es muy abundante y aprovechado para un sin fin de actividades. Del mismo modo que el

tarro, el otate ha sido usado en la fabricación de viviendas tradicionales por muchas poblaciones

indígenas.

Sin embargo, cuando se busca un aprovechamiento industrial o semi-industrial

prácticamente desaparece el aprovechamiento del bambú. Algunos ejemplos del aprovechamiento

del bambú son el pueblo de Monte Blanco, Veracruz, donde la gente vive trabajando el bambú

produciendo algunas artesanías como cortinas, sillas y crucifijos, juegos de comedor, camas,

libreros y estantes. Otro lugar dónde se intenta aprovechar el bambú es en Tierra del Sol,

Tlacochahuaya (Oaxaca) donde se intenta mostrar la viabilidad de la permacultura -el cuidado de la

tierra, el cuidado de las personas, y compartir con equidad los excedentes – para crear una sociedad

sustentable. Sin embargo, al igual que en Monte Blanco el conocimiento es implícito y se genera ad

hoc. Estudios técnicamente más elaborados del aprovechamiento del bambú son aún muy escasos

en el país.

Un problema central que tiene el bambú es la falta de una normatividad, pues en materia de

construcción se rige por el Reglamento General de Construcciones, el cual si bien cada entidad

federativa cuenta con un reglamento propio, prácticamente todos toman como fundamento el

Reglamento General de Construcciones del Distrito Federal. En el reglamento de construcción no se

menciona el bambú ni como elemento estructural, mucho menos como material constructivo. De

esta forma existe incertidumbre para la industria de la construcción lo que genera una alta barrera de

entrada de los materiales de construcción a base del bambú. Sin un reglamento que de certidumbre a

45
los arquitectos e ingenieros es difícil que lo vean como una alternativa para la cual se pueden

diseñar tecnologías para su aprovechamiento.

Sin embargo, el material si ha sido estudiado en el mundo y es sólo cuestión de tiempo que

en nuestro país se logre impulsar tanto políticas como reglamentos para impulsar los mercados

locales de bambú, que se pueden dar en prácticamente todo el país con excepción de las zonas

desérticas.

7. Conclusiones

Se ha visto la importancia que tienen la tecnología para el desarrollo de un país. Mientras que el

modelo occidental ha provocado la centralización en pocas áreas productivas, provocando la

migración de las áreas rurales a las urbanas, concentrando así la inversión tanto en capital físico

como en capital humano. Esto ha generado varios efectos negativos como la pobreza urbana y los

problemas de desarraigo.

Una solución a ello es el modificar el paradigma de desarrollo, buscando fomentar las

tecnologías intermedias o adecuadas que se pueden producir y aplicar en las regiones rurales,

adecuadas a los problemas que se enfrenta la población, generando así mercados locales que

permiten salir de la miseria a la gente y ser al mismo tiempo amigables con el medio ambiente. Tal

y como ya lo había realizado Schumacher (1973) la adopción del modelo de desarrollo occidental

no ha servido para promover el desarrollo en los países en desarrollo, ya que es intensivo en capital

y trata de reducir el número de trabajadores, mientras que lo que necesitan estos países son procesos

productivos intensivos en mano de obra y al mismo tiempo que fomenten la dignidad del trabajador.

De tal manera el aprovechamiento de la tecnología intermedia o adecuada puede solucionar varios

problemas de marginación y pobreza en las zonas rurales, promoviendo puestos de trabajo mejor

46
remunerados en los mercados locales.

A este concepto de desarrollo se le conoce normalmente como economía budista. El

principal objetivo es que toda persona pueda encontrar un trabajo digno en el cual se pueda

desarrollar y superar personalmente al mismo tiempo que contribuye al bienestar de una sociedad,

sea esta una aldea, un ejido o una ciudad. El punto central de la economía budista es dejar de ver al

individuo como fuerza de trabajo o consumidor y pasar a un concepto integral donde se estudia al

ser humano así como a la naturaleza y su interacción entre ambos. De esta manera el factor decisivo

es el tipo de trabajo que puede obtener la gente.

Como muestra la evidencia empírica, el crecimiento medido por del Producto Interno Bruto

es un mal indicador para mostrar el desarrollo económico de un pueblo. Si bien puede ayudar en

sociedades muy marginadas donde un aumento de satisfacción material se traduce directamente en

una mejor calidad de vida y mayor felicidad, para la mayoría de los pueblos esa relación ya no es

válida. La gente quiere poder ser parte de un desarrollo integral. De tal manera la tecnología

intermedia obtiene un valor cada vez mayor.

Como se ha visto existen muchas materias primas locales y muchas tecnologías apropiadas

para transformarlas. Es por lo tanto relevante considerar siempre la región para decidir de forma

acertada la combinación de estos factores. En el caso mexicano encontramos que el bambú, que se

puede encontrar en prácticamente todo el país, no está siendo aprovechado. Entre sus principales

cualidades está que puede ser usado para la construcción de muchas maneras como por ejemplo

pisos, paredes, techos, columnas de soporte, etc. Es un excelente captador de dióxido de carbono.

Los fragmentos y otros desechos de la elaboración del bambú pueden ser usados como combustible,

para la calefacción, la cocina, y para realizar otros productos que necesitan del calor de un horno.

47
Además se pueden usar como pulpa para fabricar papel y tejidos. El costo de los tallos de bambú es

muy bajo por lo que reduce considerablemente el precio de cualquier construcción. También tiene

un crecimiento acelerado, tardando entre 3 a 5 años un tallo aprovechable, siendo así mucho más

eficiente que la madera. Otras ventajas sobre la madera son el bajo consumo de energía necesario

para transformar el material de bambú, que no necesita ser cortado (sólo sus extremos), no debe ser

pintado, ni profilado.

48
Capítulo 2:

Pasado y presente del bambú: historia de los usos, mitos y

leyendas

Dra. María Elena Nancy Dávila Moreno*

Firmemente unirá a la montaña,

echará raíces en un acantilado fracturado;

crecerá más fuerte después de las tribulaciones

y soportará vientos de todas direcciones.

Zheng Banqiao

1. Introducción

Ante el actual estado de deterioro en el que se encuentran la mayoría de los sistemas naturales a

escala mundial y nacional es necesario encontrar nuevas alternativas en el aprovechamiento de los

recursos naturales que ofrezcan opciones para disminuir esta problemática y que a lo largo de la

*
La Dra. María Elena Nancy Dávila Moreno es doctora en Historia Económica por la Facultad de Economía
de la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es becaria del Programa de Becas
Posdoctorales en la UNAM, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM. Le agradece al
proyecto PAPIIT-UNAM IN300112: “Modelos experimentales para viabilizar la integración de la población
local en actividades de restauración” así como al CRIM-UNAM quienes han permitido la realización de
esta investigación.

49
historia han demostrado ser útiles, baratos y sustentables. De esta manera, el objetivo de este

capítulo es describir los usos del bambú desde una perspectiva histórica. Para desarrollar dicho

objetivo se tomará el término de bambú como un concepto genérico, pero teniendo en cuenta su

variedad de especies. 8

En cuanto a sus cualidades naturales, se ha demostrado que las diversas especies de bambú

poseen características únicas como sistemas de raíces y rizomas que retienen partículas del suelo y

pueden emplearse como estabilizadores de laderas, son las mayores productoras de oxígeno, su

velocidad de crecimiento y sobre todo la alta resistencia y flexibilidad de los culmos han hecho del

bambú un recurso forestal no maderable muy valioso para diversas culturas que lo han utilizado

desde tiempos remotos para obtener desde productos medicinales, alimento, pulpa para papel hasta

material de construcción sismorresistente. Sin embargo existen países como el caso de México

donde a pesar de que cuenta con especies nativas de bambú, por la falta de estudios, y de

divulgación de la información no se obtienen todos los beneficios que ofrecen, incluso se llegan a

introducir especies. Por lo anterior es necesario incrementar la investigación que permita realizar el

mejor aprovechamiento que ofrecen los recursos nacionales (Rodríguez, 2005: 3).

Cuando se hace referencia al término “bambú” es posible que la mayoría de las personas
9
entiendan a qué se refiere y puedan imaginarlo. No obstante, es necesario tomar en cuenta ciertas

precisiones al respecto, es decir, como lo señala Rodríguez (2005) la subfamilia Bambusoideae

posee la mayor diversidad dentro de las gramíneas, debido a que incluye más de 90 géneros y 1,500

8
Ahora se sabe que la palabra bambú, es usada para designar a un conjunto de plantas que reúnen ciertas
características morfológicas y anatómicas, que las hacen estar agrupadas en una categoría taxonómica
conocida en la actualidad como Bambuseae [bambúes leñosos] (Véase Cortés, 2011). Es importante hacer
notar que los usos que se le asignan - al bambú - no solo incluyen una especie, sino que abarca a las 1500
especies existentes en el mundo (Wang et al., 2008).
9
Se dice que al parecer fue Marco Polo el que dio a esta planta el nombre con el que hoy se le conoce. En
sus relatos de viajes menciona a estas gigantescas plantas y, según la leyenda, por la noche las empleaba
para hacer fuego y ahuyentar a los animales peligrosos de su campamento. El calor hacía que se dilatase
el aire atrapado entre los nudos de la caña, hasta el punto de llegar a hacerla explotar.

50
especies (Wang et al., 2008). Además, desde el punto de vista evolutivo es la subfamilia más

primitiva, pues se cree que apareció a principios del período Terciario.

En la actualidad, el continente asiático posee la mayor diversidad de géneros y especies de

bambú a nivel mundial. Ejemplo de esto es la provincia china de Yunnan, localizada en la zona de

transición entre el sureste de China y la parte oriental del Himalaya que alberga a 250 especies de

29 géneros, lo que representa la mitad de las especies de bambú que hay en este país las especies de

bambú que hay en este país (Yuming et al., 2004).

2. El bambú y sus usos en desde la antigüedad

Desde tiempos inmemorables el hombre del trópico ha utilizado una gama de diferentes especies

locales de bambú, como materia prima para sus casas, sus balsas, sus puentes, sus armas,

herramientas y comida. Siendo también una de las plantas típicas del hábitat tropical litoral en

África oriental, que conforma la cuna del hombre, se puede asumir que el bambú forma parte del

primer “Kit” de herramientas de la humanidad (Stamm, 2005).

Siendo el bambú una vara hueca era más fácil de cortar con un bifaz o un hacha de piedra

(golpeando justo encima de un anillo), que los troncos macizos de árboles de madera de un similar

diámetro, también era más fácil de transportar. Así que antes la edad de piedra Stamm (2005) habla

de de la “edad del Bambú”. La “edad de Bambú” fue esencial en la economía informal en muchas

zonas rurales de Asia, África y América. A esto se agrega que en muchos países tropicales, tanto en

zonas rurales como en invasiones urbanas, la vivienda es todavía construida en buena parte con

bambú, pero debido a cambios culturales y al olvido de los métodos de curado y de preservación

natural hay muchos problemas con xilófagos como las termitas. En cambio, la casa tribal estaba

protegida por el saber tradicional de “protección por diseño”, como grandes aleros y levantar la

51
10
estructura sobre piedras de río para interrumpir la higroscopia del tallo, la ventilación permanente

y la desinfección por el humo.

Para muchos pueblos, esta planta es la materia prima para sus útiles de uso cotidiano y

acompaña a las personas durante toda la vida. Un cuchillo de bambú sirve para cortar el cordón

umbilical del recién nacido, y en un féretro de bambú irá el cadáver a la tumba o a la pira funeraria.

Al respecto los registros históricos demuestran que el bambú ha sido utilizado desde tiempos muy

remotos por las diferentes culturas principalmente en Asia, como objeto de inspiración de pinturas,

canciones y leyendas (Dransfield y Widjaja, 1995) o como en el caso de la India que simboliza la

amistad. Una costumbre muy antigua que se mantiene en países como India, China, y Japón es la de

cortar el cordón umbilical del recién nacido con un cuchillo de bambú. Una tradición similar es

practicada por los habitantes musulmanes de Indonesia y Malasia que utilizan un cuchillo de bambú

para circuncidar a los varones. Las vestiduras de los nobles en la antigua sociedad japonesa eran

elaboradas con especies de bambú de culmos delgados (Austin et al., 1981).

3. Sobre los usos, mitos y leyendas del bambú en Asia

Hace aproximadamente unos 100 años, William Edgar Geil (1904), un misionero norteamericano y

explorador en China, hizo las siguientes observaciones sobre el uso del bambú, que resumió en su

"Oda al Bambú" como parte de su libro Un yanqui en el Yangtze:

Un hombre puede sentarse en una casa de bambú bajo un techo de bambú, en una silla de

bambú en una mesa de bambú, con un sombrero de bambú en la cabeza y sandalias de bambú

en sus pies. Él puede, al mismo tiempo sostener en una mano un tazón de bambú, en la otra

mano unos palillos de bambú y comer brotes de bambú. Cuando toma su comida, que se ha

10
La higroscopia se refiere a la mayor o menor humedad en el aire.

52
cocinado sobre un fuego de bambú, la tabla se puede lavar con un paño de bambú, y puede

refrescarse con un abanico de bambú, tomar una siesta en una cama de bambú, tendido sobre

una estera de bambú con su cabeza apoyada sobre una almohada de bambú. Su hijo puede

estar acostado en una cuna de bambú, jugando con un juguete de bambú. Al levantarse fumar

una pipa de bambú y tomar una pluma de bambú, escribir en el papel de bambú, o llevar sus

artículos en cestas de bambú suspendidas de un poste de bambú, con una sombrilla de bambú

sobre su cabeza. A continuación, puede dar un paseo a través de un puente colgante de bambú

y beber agua de un cucharón de bambú (Geil, 2012).

La gran importancia que el bambú tiene entre las poblaciones de muchos países tropicales

donde crece se refleja en la posición que ocupa en la mitología y el folclore. En varias culturas

asiáticas, como la de las Islas Andaman, se tiene entre sus mitos el que la humanidad surgió de un

tallo de bambú. En el mito de la creación de Filipinas, la leyenda dice que el primer hombre y la

primera mujer surgieron de un bambú partido en una isla creada después de la batalla de las fuerzas

elementales del cielo y el océano. En las leyendas malayas una historia similar incluye a un hombre

que sueña con una hermosa mujer mientras dormía debajo de una planta de bambú, se despierta y

rompe el tallo de bambú, descubriendo en el interior a la mujer (Satoh,1999). El cuento popular

japonés El cuento del cortador de bambú (Taketori Monogatari) habla de una princesa de la luna

saliendo de una sección brillante del bambú. 11

En Vietnam, el bambú simboliza el espíritu de Vovinam, un arte marcial vietnamita, la

11
La historia de El cortador de bambú escrito por Taketori Monogatari, narra la historia de Kaguya Hime.
Taketori-no-Okina ("anciano cortador de bambú") que vivía con su esposa un día fue a una plantación de
bambú para recolectar brotes. Cuidadosamente cortó el bambú y se quedó asombrado al encontrar a un
precioso bebé en el interior. Era una niña. Taketori decidió recogerla y llevarla a su casa, la nombró
Kaguya Hime. A ella se le atribuye el haber convertido el monte Fuji en volcán, y se cuenta que las
erupciones del Fuji, aunque escasas, han sido violentas, debido a la furia de Kaguya Hime. Es considerado
como el relato narrativo más antiguo del folclore japonés, y un ejemplo muy temprano de lo que se podría
llamar "proto-ciencia ficción". Para una lectura completa de la historia véase:
http://www.kawano-katsuhito.net/2008/10/cuentos-tradicionales-japoneses-el.html.

53
ciudad natal y cualidades del alma vietnamita. Un proverbio vietnamita dice: "Cuando el bambú es

viejo, los brotes de bambú aparecen", lo que significa que Vietnam no será jamás destruido, porque

si la generación anterior muere, los niños tomarán su lugar (Asian Bamboo, 2012).

Para muchas culturas primitivas del Sudeste de Asia el bambú y siempre ha sido un

elemento tan esencial para su supervivencia como vegetal y considerado como la representación de

los dioses y el origen de sus antepasados. Se encuentra por ejemplo la creencia de la tribu de

Pyuama, en Taiwán, ésta dice que el primer hombre y la primera mujer de sus antepasados, vinieron

de entrenudos diferentes de una planta de bambú que crece a Arapanai, un poste cerca de la costa.

Desde entonces, esta planta les ha dado refugio y protección. Una leyenda similar se dio a conocer

al mundo occidental en 1934, cuando un investigador de apellido Arber, describió que el rey de

Butong, una pequeña isla cerca de Célebes, Indonesia, también afirmó que los primeros hombres y

mujeres de su tribu nacieron de una caña de bambú (Cantoni, 2007).

En los siguientes párrafos se presenta una breve descripción del significado del bambú entre

las principales culturas que le han dado un valor simbólico y aplicado a la vida diaria desde épocas

pasadas y aún en la actualidad. Se trata de las culturas china y la japonesa.

3.1. China

La planta del bambú es conocida en China como zhu y el carácter chino, que ha sido simplificado

de la versión antigua, en esencia muestra dos tallos de la planta de bambú cubierto con hojas (véase

ilustración 1). Durante miles de años, el bambú ha influido en la vida y la cultura de China. Algunos

ejemplos que dan evidencia de los primeros usos del bambú descubiertos por la investigación

arqueológica señalan que durante el Neolítico (12,000-2,000 a.C.) el bambú se utilizó en la

construcción, así como en la fabricación de palillos y cestas. Los brotes de bambú fueron también

54
parte de la dieta (Asian Bamboo, 2012).

Ilustración 1: Kanji de bambú pintado a mano sobre papel arrocero con tinta Sumi

Fuente: Shodo, http://www.japancalligraphy.eu/es/kanji/bamboo.htm

Se dice entre que los vestigios antiguos descubiertos por los arqueólogos muestran que las

sociedades primitivas de hace aproximadamente 7,000 años utilizaron distintos artículos hechos de

bambú. Durante la Dinastía Shang (1600-1700 a.C.), los pueblos chinos utilizaron el bambú para

construir armas como instrumentos musicales, arcos y flechas y utensilios para sus viviendas; antes

de que el papel fuera inventado las tiras de bambú fueron el principal medio de escritura de libros,

incluso más que la seda por ser barato y resistente a la corrosión, además de ser más abundantes

(véase ilustración 2). El ejemplo del libro escrito sobre bambú más conocido es El arte de la guerra

de Sun Tzu (véase Ilustración 3). Es así que el bambú ha sido un elemento importante de la cultura

china (China Today, 2012).

55
Ilustración 2: Tiras de bambú usadas como papel en la antigua Chin

Fuente: http://www.chinatoday.com/culture/bamboo_and_chinese/bamboo_and_chinese_culture.htm

En el período de la Dinastía Han (206 a.C, 220 d.C), el bambú fue utilizado en la

elaboración de un papel de muy alta calidad y tenía como cualidad ser barata su fabricación. Aún en

los tiempos modernos se continúa elaborando papel de bambú, hace 1,600 años la gente escribía

con pinceles en papel de bambú tierno y sigue siendo popular su uso en la caligrafía y la pintura

(véase ilustración 4).

Ilustración 3: El arte de la guerra de Sun Tzu

56
Fuente: asokinawa.foroactivo.com

En la historia de China el bambú ha sido un elemento simbólico, para los chinos el ciruelo,

la orquídea, el bambú y el crisantemo representaban a los “cuatro caballeros”; y el pino, el bambú y

el ciruelo eran los “tres amigos del invierno”. El poeta Bai Juyi (772-846) describió los méritos del

bambú por sus características: su raíz profunda denotaba resolución; la fuerza de su tallo

representaba la honorabilidad, sus huecos internos la modestia y la limpieza de su exterior

ejemplificaba la castidad. De ahí concluyó que el bambú merecía llevar el título de “caballero”

(China Embassy, 2004). Además de ser un símbolo de virtud, el bambú fue considerado como

dotado de alma y emociones.

57
Ilustración 4: Zheng Banqiao (1693-1765)12

Fuente: http://www.chinatoday.com/culture/bamboo_and_chinese/bamboo_and_chinese_culture.htm

En la China antigua el bambú ha estado conectado a la vida diaria de su pueblo. Uno de los

considerados grandes de la literatura en su historia, Su Dongpo (1037-1101) decía que el pueblo

chino no podía vivir sin el bambú pues, formaba parte de sus actividades diarias, en la elaboración

de papel, sombreros, capas para la lluvia, zapatos, pisos y con el paso del tiempo se descubrió que

contenía vitaminas, azúcares, grasas y proteínas por lo que formó parte de la dieta común siendo así

hasta la actualidad (China Today, 2012).

Las propiedades de los brotes de bambú se registraron en el libro de Compendio de Materia

Médica, un texto de farmacéutica escrito durante la dinastía Ming (1368-1644), con las siguientes

palabras: "Es un poco frío, dulce, no tóxico, y apaga la sed, beneficia al sistema circulatorio líquido,

fortalece el Chi, y se puede servir como plato diario" (Asian Bamboo, 2012).

3.2. Japón

El bambú está profundamente arraigado en la cultura japonesa. Sólo se necesita mirar El cuento del

cortador de bambú, que data del siglo décimo. En el Kojiki (Registros de Asuntos Antiguos) y el

Nihon Shoki (Crónicas de Japón) el bambú fue referido como el material más fino incomparable.

Tenía una amplia gama de usos, incluyendo arcos y flechas, lanzas, astas de banderas, silbatos,

cucharas y palillos.

12
Zheng Banqiao (1693-1765), durante la Dinastía Qing fue considerado como el mejor pintor que haya
plasmado el bambú. Se dice que sus pinturas se centran en la vitalidad de la planta. Una inscripción en
una de sus pinturas decía: "Firmemente unirá a la montaña, echará raíces en un acantilado fracturado;
crecerá más fuerte después de las tribulaciones y soportará vientos de todas direcciones." Véase
http://np.china-embassy.org/eng/feature/t167281.htm

58
La demanda de bambú creció con el paso del tiempo, ya que llegó a ser usado en las artes

marciales, la música, la ceremonia del té y los arreglos florales, contribuyendo así al desarrollo de la

cultura japonesa. Para los japoneses, los elementos que incorporan las características lineales de

bambú tienen una sensación de confort y belleza que es casi como un aroma. De hecho, el material

se utiliza con frecuencia en todos los aspectos de la vida diaria. La historia de los productos de

bambú traza el desarrollo de la cultura japonesa de la época llamada Shosoin. En particular, la

popularidad de la ceremonia del té a partir del período Muromachi provocó un fuerte aumento de la

demanda de bambú (Ikoma City, 2012).

El bambú también fue utilizado para la guerra en la elaboración de arcos y flechas. El primer

arpón para pesca (ilustración 5) conectado con la vara de bambú se hizo por Tosaku en 1782, en el

período Edo del Shogun, Tokugawa (Satoh,1999). Asimismo, en Japón, un bosque de bambú

generalmente ha rodeado los santuarios shintoísta, como parte de una barrera sagrada contra el mal.

Muchos templos budistas también tienen bosques de bambú.

El bambú es uno de los productos más importantes en la historia de Japón. En la antigüedad

casi todo lo esencial para la vida cotidiana estaba hecho de bambú. Ha sido utilizado como viga de

techos de paja, camas, dentro de las paredes de barro, como vallas, tazas, paraguas, escobas,

cepillos, canales, flautas, en objetos de culto, y más (Diaz, 2002).

Ilustración 5: Arpones de bambú japoneses

59
Fuente: Satoh, Max (April 9, 1999) Contemporary Bamboo Fly Rod Makers of Japan, The history of Japanese

bamboo rod.

Asimismo, el bambú se emplea para construir todo tipo de herramientas, casas completas e

incluso los andamios de los más gigantescos rascacielos. Hace algunos años, se consiguió laminarlo

y encolarlo en capas estratificadas, de esa manera se obtiene un parquet cuyas características nada

tienen que envidiar al de madera de roble.

4. Los usos del bambú

La Arquitectura del Bambú en América se remonta a milenios, por su abundancia y por la facilidad

cortado, construir viviendas con él, y las condiciones de frescura que este material proporciona en

los climas cálidos húmedos, lo que hizo que en estos lugares se prefiriera sobre la madera.

El bambú sirve para la fabricación de una gran variedad de instrumentos musicales. Por

ejemplo el Shakuhachi (flauta de bambú), el Gamelang (especie de xilofón indonesio) y diversos

instrumentos de percusión. Igualmente puede encontrarse un gran número de objetos de uso

cotidiano realizados en bambú, tales como en el filtro de las cafeteras, en agujas de hacer punto,

60
pinceles, papel, cucharas, por mencionar sólo algunos (Vivejardin, 2012).

De esta manera, el bambú es una de las plantas con más utilidades para el ser humano, en

general muchas personas relacionan al bambú con las culturas orientales precisamente por el hecho

de que en India, Japón y China existen muchas especies diferentes y también porque la mayor parte

de ellas son grandes y resistentes.

El bambú es considerado como uno de los vegetales más versátiles, debido a que todas las

partes de esta planta se pueden utilizar con diferentes fines y obtener una gran variedad de

productos. Por lo tanto, el uso del bambú data desde las más antiguas civilizaciones (Judziewicz et

al., 1999). Se debe señalar que el bambú también ha jugado un papel importante en la evolución de

la cultura americana, y que en cada país de una u otra manera, ha sido material esencial para los

colonizadores en los procesos de asentamiento y para los agricultores en la dotación de la

infraestructura agropecuaria, además de haber propiciado la creación de instrumentos musicales,

mitos, danzas y leyendas. Es decir, al bambú se lo han apropiado culturalmente muchas

comunidades rurales y urbanas de América Latina, y hoy día regiones como el Eje Cafetero de

Colombia son un ejemplo de este arraigo cultural (Stamm, 2005).

En el continente americano se encontraron varios utensilios, instrumentos musicales y

objetos ceremoniales que indican que los antiguos habitantes de Colombia y Ecuador, lo utilizaron.

Actualmente, las diferentes especies de bambú desempeñan un papel muy importante en el

desarrollo de las sociedades, sobre todo por su importancia en actividades tan diversas que van

desde económicas hasta espirituales (Judziewicz et al., 1999).

En otras regiones como en el norte de Bali, durante las ceremonias budistas tradicionales se

61
emplea Schizostachyum brachycladum Kurz (Kurz ex Munro), que es una variedad color amarillo,

porque este color es sagrado para el Hinduismo (Dransfield y Widjaja, 1995). Al sur de China

también la Bambusa multiplex (Lour.) Raeusch. ex Schult. & Schult. f y B. ventricosa (McClure)

están asociadas a cultos religiosos en los templos Budistas. A la especie Phyllostachys pubescens

heterocycla (Carrière) J. Houz. se le atribuyen poderes mágicos por lo que se quema con incienso

en las capillas. En algunos países de Asia en los culmos del género Dendrocalamus Nees se labran

motivos religiosos (Austin et al., 1981). Las flechas de los habitantes de Papúa en Indonesia están

hechas con especies del género Schizostachyum Nees (Dransfield y Widjaja, 1995). En la Sierra

Nevada de Santa Marta en el norte de Colombia, los culmos de especies del género Chusquea

Kunth son el combustible en los rituales ceremoniales de las comunidades indígenas Arhuaco

(Judziewicz et al., 1999).

5. La historia del bambú en México: los usos en la vivienda desde el período

precolombino

En México, se han descrito hasta el momento 42 especies y dos subespecies nativas de bambúes

leñosos entre las que se encuentran 22 endemismos. Estas especies y subpespecies pertenecen a los

siguientes géneros: Arthrostylidium Ruprecht, Aulonemia Goudot, Chusquea Kunth, Guadua Kunth,

Merostachys Spreng, Olmeca Soderstrom, Otatea (McClure & E.W. Sm.) C.E. Calderón &

Soderstr., y Rhipidocladum McClure (Cortés, 2000, Rodríguez 2005, Ruiz-Sanchez, 2012,

Ruiz-Sanchez et al., 2011a, Ruiz-Sanchez et al., 2011b).

Se localizan principalmente en los Estados del sur, como Chiapas, Veracruz y Oaxaca. Los

usos en los que destacan son como material de construcción de viviendas rurales y fabricación de

muebles en las zonas aledañas a donde crece esta planta. Sin embargo, las diferentes especies,

subespecies y variedades de bambú presentes en México representan un mayor potencial como

62
recurso alternativo. Por lo que se considera necesario identificar cuáles son las especies de bambú

que presentan mayores ventajas como uso alternativo y para qué zonas, así como entender cuáles

serían los riesgos ecológicos que representaría el manejo de especies no nativas.

La historia de México, país ubicado en el norte del continente americano o, si se quiere, en

la porción más septentrional de Mesoamérica, se remonta a unos 14.000 años, en que se estima

ocurrieron los primeros asentamientos de pobladores sedentarios. Estos hombres considerados

prehistóricos ocupaban para albergarse cuevas y refugios naturales cuya entrada empalizaban para

protegerse. Es de suponer que el material que utilizaban para esta empalizada fuera madera o

bambú, según la región donde se encontraban, es decir, materiales del entorno inmediato (véase

www.petenysusencantos.com).

Antes de la conquista por los españoles en el siglo XVI, lo que es ahora México fue habitado

por pueblos de culturas avanzadas que interactuaron entre ellos en diverso grado, en el tiempo y el

territorio. De aquella época sobresalen la cultura olmeca, la tolteca, la teotihuacana, la maya, la

náhuatl, la totonaca, la zapoteca, la mixteca, la tarasca, entre otras.

Dentro del periodo conocido como Preclásico (1,500 – 100 a. C.), existe evidencia de que en

la vivienda olmeca, cuya fundación se remonta a 1,500 a. C. en la región costera del Golfo de

México, “se utilizaron horcones o postes gruesos, esquineros que soportaban el armazón de vigas

recubiertas de zacate o palma que conformaba la techumbre; los muros se hacían con maderos,

carrizo, varas, cañas, etcétera, atados con bejucos o formando los techos” (Arquitectura maya,

2008). Es importante aclarar que se ha conocido al bambú tradicionalmente como carrizo.

Por lo tanto, el uso del bambú en México tiene antecedentes prehispánicos: los totonacas en

63
Veracruz, los huastecos en Hidalgo y Tamaulipas, los aztecas y teotihuacanos en el centro de

México, los maya-chontales en Tabasco, los mayas en la península de Yucatán, han construido casas

de bambú y lo siguen haciendo hoy en día (Cortés, 2005b). Las viviendas hechas con bambú

rivalizaron con aquellas construidas en adobe y piedra con cubiertas a base paja de zacate, y

dependió del clima del lugar y de la jerarquía del propietario. Es de suponer que aún en estos

últimos casos, la cubierta debió estar sostenida o por madera o por bambú.

Con la llegada de los españoles a los territorios americanos se calificó al bambú como

material de “segunda” o “de pobres”, lo que desmotivó cualquier posibilidad de uso entre los

europeos o la nueva clase social formada por los mestizos (Arquitectura maya, 2008). Así, sólo los

indígenas mexicanos continuaron utilizándolo hasta nuestros días. Aparecieron nuevas técnicas de

construcción que se sumaron a los sistemas americanos, como el ladrillo cocido, la teja, junto con la

tierra cruda en forma de adobe o tapia, se adaptaron a la piedra dando lugar a la arquitectura

colonial que dejó huellas en todos los países americanos.

Durante la conquista del territorio mexicano la vivienda indígena no sufrió cambios

sustanciales; mantuvo las tipologías prehispánicas de acuerdo con los modelos regionales. No

obstante, la organización de las repúblicas de indios bajo el mando de sus antiguos caciques,

convertidos en muchos casos en alcaldes menores, propició la introducción de elementos españoles

en las viviendas. Se introdujeron: ventanas, la subdivisión de espacios interiores, los patios

interiores, diversos tipos de herrajes y puertas y ventanas de madera. Sin embargo, el modelo de la

choza indígena trascendió durante toda la época colonial y subsiste hasta nuestros días

(Arquitectura maya, 2008).

Como ya se mencionó, los españoles no utilizaron bambú para nada, el cual se consideraba

64
un material para pobres, y más bien promocionaron construir a base de mampostería, buscando una

larga duración. Desde entonces ha sido utilizado en la construcción de viviendas especialmente en

los climas cálidos-húmedos de los estados de Veracruz, Chiapas, Campeche y Oaxaca, sin embargo,

su utilización hoy en día se limita cada vez más a la construcción de cocinas o en el mejor de los

casos, a la parte estructural de las cubiertas de tales viviendas, elementos que se terminan de cubrir

con la palma que es conocida como guano.

Con la llegada de los españoles, llegaron nuevas técnicas de construcción que se sumaron a

los sistemas americanos, como la quincha, el bahareque, el ladrillo cocido, la teja, junto con la tierra

cruda en forma de adobe o tapia, se adaptaron a la piedra y cancahua dando lugar a la arquitectura

colonial que dejó huellas en todos los países americanos (véase www.bambumex.org).

Ilustración 6: Choza maya con paredes de caña y adobe

Fuente: http://amaya3020.blogspot.mx/2008/09/las-chozas.html

Puede encontrarse en las crónicas sobre la historia de la península de Yucatán,

específicamente en las Relaciones de Yucatán de Fray Diego de Landa se hace una descripción de la

65
casa maya, diciendo que están construidas con madera y palos puntiagudos, cubiertas con paja o

palma como se observa en la ilustración 6 (véase www.petenysusencantos.com). En otros pasajes se

menciona que a los muros de bambú se agregaba barro revuelto con hierba, obteniendo una

estructura más duradera llamada bahareque o bajareque (véase ilustración 7). 13

Ilustración 7: Bajareque

Fuente: http://www.circuloverde.com.mx, http://www.arquiecologia.com/casas-de-bajareque

Los registros históricos sobre el bambú en México datan de varios siglos, es conocido que

las dos especies de bambú silvestre que fueron utilizadas por los grupos étnicos del México

prehispánico fueron el otate y el tarro, (Otatea acuminata y Guadua aculeata). El códice azteca

13
Bahareque, o bajareque, es la denominación de un sistema de construcción de viviendas a partir de palos
entretejidos con cañas, zarzo o cañizo (hecho de caña de bambú) y barro. Esta técnica ha sido utilizada
desde épocas remotas para la construcción de vivienda en pueblos indígenas de América. En algunos
países de América del sur se la denomina como bareque. El bahareque es característico de América,
dentro de los tipos está el embutido, esterilla y el tejido.
Se utilizan materiales naturales como pilotes estructurales de madera; cubiertas protectoras a dos aguas,
elaboradas con las hojas de la palmera de la región, divisiones y paredes, un encofrado en esterillas
guadua, es decir, de bambú. En Perú se conoce un sistema similar llamado quincha. Una de sus
características es el microclima agradable que se conserva en su interior.

66
llamado Matrícula de Tributos, hace referencia a su uso generalizado en la región centro de México

(Cortés, 2005a).

Con relación a los primeros testimonios de los españoles que existen sobre las viviendas

precolombinas, es sabido que atienden a aspectos muy específicos como son los materiales

utilizados en su construcción. En las Cartas de Relación, Cortés se refiere a las casas encontradas en

la ribera del río Pánuco, en las que señala que todas eran construidas de paja y se desplantaban

sobre plataformas de mampostería, al igual que en la zona de Yucatán (petenysusencantos.com).

5.1. Los mayas y sus chozas

Los Mayas no constituyen a un grupo homogéneo, sino un conjunto de etnias con distintas lenguas,

costumbres y realidades históricas, pero que comparten rasgos que nos permiten integrarlas en una

unidad cultural. A la vez, esta unidad forma parte de otra mayor, la cultura mesoamericana. La casa

maya prehispánica estuvo hecha de materiales orgánicos perecederos, por eso no se dispone de

ningún ejemplo directo. Se cree que fue muy parecida a las viviendas rurales de hoy, pues los

conquistadores españoles arribados en el siglo XVI sólo se interesaron por los edificios

ceremoniales y no intervinieron en las habitaciones populares.

Todas las construcciones mayas se basan en la choza ancestral, con paredes de caña y adobe,

cubierta por una techumbre de hojas de palma colocadas sobre un armazón de madera (véase

ilustración 8). Como ya se dijo, las descripciones de las casas antiguas hablan de varas de carrizo

que según las investigaciones también pudieron ser hechas con bambú (véase

www.petenysusencantos.com).

Ilustración 8: Estructura de una choza maya

67
Fuente: http://amaya3020.blogspot.mx/2008/09/las-chozas.html

La casa es una sola pieza, de planta rectangular y cabeceras semicirculares. No tiene

ventanas y cuenta con una puerta central que ve hacia el este. A veces hay una puerta más, orientada

hacia el oeste: es para comunicar con otra choza que sirve de cocina y granero. Al colgársele

hamacas, esa habitación única se convierte en dormitorio. Los pisos están hechos de sascab, tierra

blanca compacta puesta sobre un empedrado. Como techumbre o palapa se utiliza una estructura de

maderas cubierta de palma (también llamado guano campechano) o zacate. En estas construcciones

no hay metales y todo se amarra con bejucos (Arquitectura maya, 2008).

En un primer momento de sedentarización apenas fue ocupada para el reposo y evoluciona a

medida que las actividades de los individuos se diversificaron; era de madera y las paredes se

construyeron con materiales más o menos perecederos. El bajareque también fue utilizado como un

entramado de palos unidos por bejucos que en ocasiones se asentaba con piedras y se revestía con

barro para un mayor aislamiento. En un momento determinado se comenzó a utilizar la piedra para

las paredes. En lugares de mayor altitud se usó y se continúa utilizando el adobe, cantos rodados o

68
incluso piedra pómez amalgamada con barro para darle mayor estabilidad y una más alta protección

ante las inclemencias del tiempo (Arquitectura maya, 2008).

Ejemplos de la forma en que los antiguos mayas dejaron representadas imágenes de sus viviendas:

a) Como pintura en los códices

Fuente: http://petenysusencantos.com/index.htm%202.htm

b) Como pintura en los murales

Fuente: http://petenysusencantos.com/index.htm%202.htm

c) Como elemento decorativo en arquitectura de piedra

Fuente: http://petenysusencantos.com/index.htm%202.htm

d) Anatomía de la casa maya actual

69
Fuente: http://amaya3020.blogspot.mx/2008/09/las-chozas.html

En esta ilustración se muestran los componentes de una casa identificados con su nombre

maya. Como dato curioso, vale señalar que beelcho (larguero intermedio) significa literalmente "el

camino del ratón". El sufijo che significa árbol. El halabche, puede ser una trenza de bejucos o bien

de bambú.

5.2. Usos Tradicionales y usos actuales del bambú en México

En los inicios del siglo XIX, arriban a México los primeros colectores de plantas de origen europeo,

y es F. Liebmann quien realiza las primeras colectas de bambúes silvestres mexicanos, depositando

sus ejemplares botánicos en herbarios de Europa (Cortés, 2005a).

Cortés (2005a) describe los datos cronológicos de las investigaciones y aportes científicos

sobre el bambú. Señala que para mediados de ese mismo siglo, E. Fournier, E. Camus y W. Munro

publicaron los primeros trabajos sobre los bambúes del mundo, donde se citaron las especies

70
mexicanas, dando datos sobre su morfología y lugares de colecta. Albert S. Hitchcock, por su parte

realizó el estudio de las gramíneas mexicanas, incluyendo a los bambúes silvestres en 1913 y Paul

Standley en 1926, quien reportó varias especies de Guadua, Chusquea, Arundinaria y

Arthrostylidium. En 1946 se presentó el primer tratado en español que cita a los bambúes de México

que es el de C. Conzatti, e incluye claves de identificación y breves descripciones morfológicas de

varias especies.

En 1973 el herbario nacional de Estados Unidos publicó el primer tratado sobre los bambúes

de América; se incluyeron a todas las especies conocidas en México hasta ese año. El Jardín

Botánico de Missouri y la UNAM, publicaron el primer volumen de la Flora Mesoamericana, donde

citan a la mayor parte de las especies de Bambúes presentes en el sureste de México. En 1999, los

investigadores Judziewics, Clark, Londoño y Stern dieron a conocer información sobre los bambúes

nativos de América incluyendo especies leñosas y herbáceas abriendo un panorama más amplio

para el estudio del grupo de los bambúes, incluyendo a México (Cortés, 2005a).

En México se han registrado 66 usos diferentes y se agruparon en las siguientes 18

categorías: alimento, artesanías, cerca viva-sombra para ganado, cestería, construcciones rústicas,

construcciones de vivienda, forraje, herramienta de trabajo, instrumentos musicales, leña,

medicinal, muebles, objetos personales, objetos religiosos, ornato, papel, restauración ecológica y

utensilios domésticos (Rodríguez et al. 2010).

Actualmente se busca que el bambú recupere su valor histórico en la construcción de

viviendas, tanto como tipo choza antigua para comunidades rurales con climas cálidos como en la

arquitectura urbana y turística. Existen argumentos a favor de esto. Por ejemplo, la casa maya es

reconocida como la choza más inteligente creada por el hombre, aseguró Valeria Prieto López, de la

71
Universidad Nacional Autónoma de México (Reporteros hoy, 2012). A pesar de lo anterior a la casa

maya no se le da el valor que merece, subrayó la académica. Las personas que viven en los estados

de la Península saben muy bien que la casa maya resiste los embates del clima e incluso de los

huracanes. La mampostería, las losas de cemento, no responden a las condiciones climáticas y a las

costumbres de la familia.

En la Península de Yucatán es fundamental estudiar las características de la casa maya.

Tiene techos altos que propician que el aire caliente suba, puertas y ventanas que generan

circulación del viento y usos múltiples (véase ilustración 9). Además de la casa principal este

modelo contempla otros espacios, por ejemplo debajo de un árbol se instala el lavadero y en otro

similar la cocina. Todo esto puede servir para evitar la construcción de inmuebles que requieren el

uso de aire acondicionado. En este caso, lo más importante es que la casa vernácula se crea con

recursos del lugar empleando sabiduría heredada de generación en generación. Es una casa que se

adapta perfectamente al medio ambiente, lo cual la convierte en una referencia para el diseño de

arquitectura moderna.

Ilustración 9: Casa maya actual

Fuente: http://amaya3020.blogspot.mx/2008/09/las-chozas.html

72
6. Conclusiones

En la tradición de la vivienda vernácula del país, el bambú se le ha utilizado casi desde que llegó el

ser humano a México. A veces como caña brava, en otras como otate, actualmente el bambú se

sigue utilizando en el país, a pesar de que se le ha visto como un material inferior perecedero. Son

los grupos indígenas los que han conservado su uso en la construcción y los únicos que reconocen

sus cualidades ambientales.

Hoy en día el bambú, y específicamente algunas especies de guaduas y bambusas, se

presentan como muy convenientes para la construcción, y por sus cualidades medioambientales, se

revelan como el material del siglo XXI, que pudiera sustituir a la madera, especialmente por el mal

trato que se le ha dado a ésta. No olvidar que México es el segundo en la lista de los que más

deforestan en el mundo.

El bambú ha sido conocido como la “planta de los mil usos”; en la actualidad es evidente

que existen más de mil usos para el bambú. La utilización de la planta del bambú va desde la

fabricación de palillos para los dientes hasta la elaboración de cerveza; la fabricación de papel y la

utilización en la armadura de pequeños aviones; como material de construcción de viviendas

residenciales y usando los tallos en la fabricación de viviendas tradicionales. La utilización del

bambú depende en gran medida de la imaginación de las personas, el bambú es una planta que está

esperando ser utilizado por el hombre, su mejor aprovechamiento depende del mismo hombre

(véase www.bambumex.org).

En síntesis puede decirse que desde siglos previos a la llegada de los españoles el bambú

73
fue utilizado en la construcción de viviendas especialmente en los climas cálidos-húmedos como el

de los estados de Veracruz, Chiapas y Oaxaca, sin embargo, su utilización se limita cada vez más a

solo a la construcción de cocinas o en el mejor de los casos, a la parte estructural de las cubiertas de

tales viviendas, elementos que se terminan de cubrir con la palma que es conocida como guano.

(Cedeño e Irigoyen, 2011: 224). Con numerosos culmos unidos de Guadua se obtienen también

paredes fuertes y resistentes en Tabasco y Campeche. Las plantas de esta especie llamada - otate –,

parecen tener siempre culmos disponibles para ser utilizados por el hombre en la construcción de su

vivienda (Viviendas de bambú en México, 2012).

A pesar que la preservación actual del bambú con bórax como medida de tratamiento contra

plagas y enfermedades es una solución económica y confiable nadie aprecia una casa de vivienda

social en Bambú, ni piensa quedarse mucho tiempo con su casa tradicional por el rechazo social. Al

contrario en otros estratos sociales (aquellos que han vivido por lo menos una generación en la

ciudad de cemento), se encuentra recientemente un nuevo auge de la arquitectura con materiales

naturales. El bambú está en la mira de arquitectos modernos, las universidades investigan el

comportamiento estructural. Es por eso que el objetivo de este capítulo ha consistido en rescatar el

valor simbólico y como material de construcción desde una perspectiva histórica y haciendo énfasis

en las culturas indígenas así como en las asiáticas que han sido las que mayor valor estético, natural

y socioeconómico le han dado al bambú convirtiéndolo en un elemento fundamental de sus culturas.

74
Capítulo 3:

El Bambú en México

Rosa Marina Rodríguez Marín*

Ten una mente de bambú, así tus pensamientos

se doblarán más allá de lo posible

Refrán chino

1. Biogeografía del bambú

La subfamilia de los bambúes (Bambusoideae), es dentro de la familia de las gramíneas una de las

más numerosas y también de las más diversas. Se han registrado alrededor de 90 géneros y 1,500

especies de bambú a nivel mundial (Wang et al., 2008).

*
Rosa Marina Rodríguez Marín, estudió la licenciatura y la maestría en Geografía en la Universidad Nacional
Autónoma de México. Actualmente colabora en proyectos de restauración del paisaje forestal en la Dirección
de Análisis Territorial de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Le
agradece al proyecto PAPIIT-UNAM IN300112: “Modelos experimentales para viabilizar la integración de la
población local en actividades de restauración” así como al CRIM-UNAM quienes han permitido la realización
de esta investigación.

75
Su distribución geográfica es muy amplia ya que se pueden encontrar especies desde los

45° de latitud tanto al Norte como al Sur (véase ilustración 1) y en un rango altitudinal que va desde

el nivel del mar hasta los 4,000 msnm (Judziewicz et al., 1999).

Taxonómicamente los bambúes presentan las siguientes tribus Olyreae (que agrupa a los

bambúes herbáceos), Arundinarieae y Bambuseae (a los bambúes leñosos; Ruiz-Sanchez, 2009;

Sungkaew, 2009). Los bambúes leñosos se caracterizan por tener culmos o tallos lignificados,

presentan sistemas complejos de ramificación y rizomas resistentes. Son anemófilos (su

polinización es por medio del viento) y su metabolismo fotosintético es C 3. Se encuentran en

distintos hábitats, usualmente crecen erectos y algunas especies forman macollos (GPWG, 2001).

Ilustración 1 Distribución de la subfamilia Bambusoideae.

Fuente: Bambúes de México, 2005 (modificado)

2. El bambú leñoso en el Continente Americano

Por lo general, a los bambúes se les asocia primeramente con culturas orientales, sin embargo,

también en el continente americano existe un gran número de especies. Habitan desde el sur de

76
Estados Unidos hasta el sur de Chile, siendo Brasil el área con mayor diversidad de especies del

continente. Sin embargo el conocimiento de las especies americanas de bambú dista de ser completo

(Cortés, 2000).

2.1 Las especies de bambú leñoso México

México es uno de los países con mayor diversidad de especies de bambú leñoso en el continente

Americano (Judziewicz et al., 1999). Se han descrito hasta el momento 42 especies y dos

subespecies nativas de ocho diferentes géneros, entre las cuales se encuentran 22 endemismos

(Cortés, 2000; Ruiz-Sanchez, 2012; Ruiz-Sanchez et al., 2011a; Ruiz-Sanchez et al., 2011b). Se

reporta que además hay siete especies introducidas en cuatro géneros (Mejía y Dávila, 1992;

Martínez et al., 1995; Ordóñez, 1999; Colmenares 2004; Cortés, 2005; Cortés, 2006). También

están presentes una especie y una variedad mejorada, ambas del Género Bambusa (véase Tabla 1).

Tabla 1. Especies de bambú leñoso descritas para México y su tipo de hábito de crecimiento

Nombre de la especie Hábito de crecimiento


Arthrostylidium excelsum Griseb Herbáceo
*Aulonemia laxa (F.Maek.) McClure Herbáceo

*Chusquea aperta L.G.Clark s/i

*Chusquea bilimekii E.Fourn. Arbustivo

*Chusquea circinata Soderstr. & C.E. Calderón Arbustivo

Chusquea coronalis Soderstr. & C.E. Calderón s/i

Chusquea foliosa L.G.Clark Arbustivo

*Chusquea galeottiana Rupr. ex Munro s/i

*Chusquea glauca L.G.Clark s/i

Chusquea lanceolata Hitchc. s/i

Chusquea liebmannii E.Fourn. Herbáceo

Chusquea longifolia Swallen Herbáceo

*Chusquea mulleri Munro Herbáceo

Chusquea nelsonii Scribn. & J.G. Sm. Arbustivo

77
*Chusquea perotensis L.G.Clark &G.Cortés &Cházaro Arbustivo

Chusquea pittieri Hackel Herbáceo

*Chusquea repens L.G.Clark&Londoño Herbáceo

*Chusquea repens ssp. repens Herbáceo

*Chusquea repens L.G.Clark & Londoño ssp. oaxacacensis L.G.Clark Herbáceo

&Londoño
Chusquea simpliciflora Munro Arbustivo
Chusquea sulcata Swallen Herbáceo
Guadua aculeata Rupr.ex E. Fourn Arbustivo

Guadua amplexifolia J. Presl Arbustivo

+Guadua angustifolia Kunth Arbustivo

Guadua longifolia (E.Fourn) R.W.Pohl Arbustivo

Guadua paniculata Munro Arbustivo


*Guadua velutina Londoño & L.G.Clark Herbáceo
Merostachys pauciflora Swallen Herbáceo
Olmeca clarkiae (Davidse & R.W. Pohl) Ruiz-Sanchez, Sosa & Herbáceo

Mejía-Saulés
*Olmeca fulgor (Soderstr) Ruiz-Sanchez, Sosa & Mejía-Saulés Herbáceo
*Olmeca recta Soderstr. s/i

*Olmeca reflexa Soderstr. s/i

*Olmeca zapotecorum Ruiz-Sanchez, Sosa & Mejía-Saulés s/i


Otatea acuminata (Munro) C.E. Calderón & Soderstr. s/i

Otatea carrilloi E. Ruiz-Sanchez, Sosa & Mejía-Saulés s/i

Otatea fimbriata Soderstr. Arbustivo


*Otatea glauca L.G.Clark & G.Cortés Arbustivo

*Otatea ramirezii s/i

*Otatea reynosoana Ruiz-Sanchez, & L.G.Clark s/i

*Otatea transvolcanica Ruiz-Sanchez, & L.G.Clark s/i


*Otatea ximenae Ruiz-Sanchez, & L.G.Clark s/i

Rhipidocladum bartlettii (McClure) McClure Herbáceo


*Rhipidocladum martinezii Davidse & R.W.Pohl Arbustivo

Rhipidocladum pittieri (Hack.) McClure Herbáceo

Rhipidocladum racemiflorum (Steud.) McClure Arbustivo

+Bambusa vulgaris Nees Arbustivo

+Bambusa vulgaris var. vittata s/i

78
+Bambusa textilis McClure Herbáceo
+Bambusa oldhamii Munro Herbáceo

+Dendrocalamus strictus Nees Herbáceo


+Phyllostachys aurea Carriere ex Riviere & C. Riviere Herbáceo
+Phyllostachys bambusoides Siebold & Zucc. s/i
+Phyllostachys nigra (Lodd.ex Lindl.) Munro s/i
*Endémica +introducida s/i= sin información
Fuente: Royal Botanic Gardens Kew (agosto, 2013) http://www.kew.org/data/grasses-db/www/imp08019.htm

Etiquetas de ejemplares herborizados MEXU 2004, Instituto de Biología Universidad Nacional Autónoma de México, Missouri

Botanical Garden, The Natural History Museum. 1994. Flora Mesoamericana. Volumen 6 México.

3. Distribución de los Bambúes en México

Los bambúes leñosos habitan en más de la mitad del territorio nacional, están presentes en 23 de los

36 estados de la República Mexicana (Rodríguez, 2005; ilustración 2). Los estados con la mayor

riqueza de especies de bambú son: Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Jalisco y Nayarit; en estas

seis entidades se encuentra la mitad de las especies del país (véase ilustración 3). Además, en

Veracruz, Oaxaca y Chiapas se ubica el 70 % de las especies endémicas, es decir que

exclusivamente habitan en dichos estados.

Debido a que los requerimientos de humedad para el desarrollo óptimo de las especies de

bambú son elevados, generalmente se les encuentra en sitios donde ésta es abundante (Cortés,

2005). Por ejemplo, en México, el mayor porcentaje de las especies de bambú nativas crece a las

orillas de los ríos, arroyos o en cañadas (Rodríguez, 2005). Esto se debe básicamente a que la

humedad en estos sitios además de elevada es constante, sin llegar a ser cenagosa porque los

bambúes no toleran las condiciones anaeróbicas, y debido a su sistema de rizomas, el establecerse

en estos sitios como laderas escarpadas no es una limitante (Ilustración 4; Cruz, 1994).

Ilustración 2. Distribución de las especies de bambú leñoso en México.

79
Fuente: Elaboración propia en Rodríguez (2005)

Otro factor importante en la distribución de especies de bambú es la altitud. El gradiente

altitudinal en México es muy amplio ya que va desde el nivel del mar donde se pueden encontrar

especies de los géneros Otatea y Guadua hasta más de 3,000 msnm en el que habitan especies del

género Chusquea (Rodríguez, 2005). Esto se debe principalmente a que México por su ubicación

geográfica es un país subtropical, su abrupto relieve permite que existan especies que generalmente

se localizan sólo a altas latitudes por requerir humedad constante y ser intolerantes a las altas

temperaturas (Judziewicz et al., 1999).

80
Ilustración 3. Estados con mayor riqueza de especies de bambú leñoso.

Fuente: Rodríguez et al., 2010

Ilustración 4. Ambiente típico donde habitan especies de bambú. (Cañadas donde crece la especie Rhipidocladum

martinezii, Reserva de la Biósfera Volcán Tacaná, Chiapas).

81
Fuente: Colección Marina Rodríguez

4. Características biológicas y ecológicas de las especies de bambú leñoso en

México

Las características biológicas y ecológicas de las especies de bambú leñoso son muy diversas y

variables, debido a la misma riqueza de especies que existen basado en la heterogeneidad de

ecosistemas en los que habitan (Chapmon, 1997; Judziewicz et al., 1999).

4.1. Tipo de rizoma

El tipo de rizoma es una de las características más importantes, debido a que determina la forma de

crecimiento y las tolerancias de temperatura de las especies de bambú (Judziewicz et al., 1999).

En México la gran mayoría de las especies de bambú leñoso presentan rizoma de tipo

paquimorfo (ver capítulo siguiente). Las especies con este tipo de rizoma se identifican porque

crecen como una sola mata de cañas muy densas y preferentemente se encuentran en zonas cálidas,

82
están por ejemplo las especies de los géneros Otatea y Guadua. En cambio, los bambúes con

rizoma de tipo leptomorfo se caracterizan por su disposición longitudinal y solitaria, suelen resistir

temperaturas bajas por lo que habitan principalmente en zonas montañosas, como ejemplos se

encuentran las especies del género Chusquea (Ilustración 5; Vela, 1976; Yela, 1994; Crouzet, 1998).

4.2. Culmo

El culmo, caña o tallo se desarrolla a partir de una yema del rizoma, su forma es cilíndrica y pueden

ser sólidos o huecos. Desde que como brote emerge a la superficie (véase ilustración 5), tiene el

mismo diámetro que en su época de maduración, debido al crecimiento tipo telescópico que

presenta a lo largo de su desarrollo. Pueden variar según la especie en altura, diámetro, espesor de

las paredes, distancia entre nudos, formas de crecimiento, e incluso color como se logra apreciar en

la ilustración 6 (Rect y Wetterweld, 1988).

En México, aproximadamente en el 70% de las especies nativas la longitud del culmo no

rebasa los 10 m de altura promedio. Por el contrario, sólo la especie Guadua angustifolia Kunth de

origen sudamericano es la que mayor altura alcanza en el continente (>30 m). Respecto al diámetro

la gran mayoría de las especies nativas posee diámetros inferiores a 4 cm, y la estructura interna

generalmente es hueca (Rodríguez, 2005).

Cabe señalar, que gran parte de las especies alcanza su altura máxima entre los 30 y 120 días

de acuerdo con el tipo de rizoma que presentan, generalmente entre los primeros 12 meses, el nuevo

brote se caracteriza por ser flexible (por lo que puede ser empleado para la fabricación de diferentes

objetos artesanales) y la maduración (que requiere de más de 2 años de emergido el brote), es

cuando la planta presenta su máxima resistencia y es apta para su empleo en construcciones

(Judziewicz et al., 1999, Mercedes 206). El crecimiento de la caña de bambú es el más rápido de las

83
especies vegetales (Yela, 1994). Por ejemplo, se ha reportado que la especie Phyllostachys

bambusoides es la que posee el récord de crecimiento de 121 cm, en 24 horas (Austin et al., 1981;

Bambúes de México, 2005), del mismo género la especie Ph. pubescens cuando la temperatura y la

humedad son ideales, puede elevarse hasta 1 metro en el mismo lapso de tiempo (Crouzet, 1998).

Ilustración 5. Brotes de bambú (a y b-Otatea spp., c-Chusquea spp.)

a) b) c)

Fuente: Colección Marina Rodríguez

Ilustración 6. Culmos de especies de bambú leñoso a-Guadua spp, b-Olmeca spp.

a) b)

Fuente: Colección Marina Rodríguez

4.3. Fenología

84
El estudio de la fenología de los bambúes leñosos aún es poco conocido y todavía se desconoce

cuáles son los factores y mecanismos que lo determinan (Cruz, 1994). Se ha observado que los

periodos de floración pueden variar desde cada 3 hasta 120 años (Cortés, 2000). La relevancia de un

evento de floración radica en que determina la sobrevivencia de la planta ya que posteriormente, el

bambú muere en partes o totalmente (Yela, 1994; Guillén, 1995). Esto influye directamente en la

productividad y por lo tanto en la rentabilidad del manejo de las especies de bambú (Montiel, 1998).

Se estima que alrededor del 50% de las especies que habitan en México aún no cuentan con

datos acerca del tipo de floración (Rodríguez, 2005).

4.4. Hábito de crecimiento

Acorde con Simposon (2005), el hábito de crecimiento de una planta hace referencia a su forma

general, teniendo en cuenta una variedad de aspectos, como la duración del tallo o culmo, el patrón

de ramificación, el desarrollo y la textura. El tipo de hábito de crecimiento de una planta es

importante para su aprovechamiento. La mayoría de las plantas puede ser catalogada como: hierba,

arbusto, árbol, enredadera o liana (con algunas subcategorías), aunque algunas especies son difíciles

de categorizar. Por ejemplo: una planta de porte herbáceo, es una planta en la que todos sus tallos y

hojas que están sobre la superficie de la tierra, mueren al final de una estación de crecimiento. Si

bien éstos pueden ser anuales, la planta misma puede ser anual, bienal, o perenne, debido a que

puede haber componentes vivos que queden debajo de la tierra, como rizomas o bulbos. Por otro

lado, las plantas de porte arbustivo, se caracterizan por ser plantas leñosas y perennes con muchos

tallos principales que nacen a nivel del suelo.

85
5. Etnobotánica del bambú leñoso en México

La etnobotánica es el estudio de las sabidurías botánicas tradicionales, que incluye también el

proceso mismo de la adquisición del conocimiento, su evolución en el tiempo y su validación dentro

del contexto de la ciencia experimental (Gómez-Pompa, 1993). Lo anterior, resulta muy valioso

desde el punto de vista cultural, ecológico y económico debido principalmente a que el

conocimiento sobre la forma de utilizar los distintos recursos vegetales se transmite y conserva a

través de generaciones, lo cual a su vez, permite conocer la importancia que tienen las plantas en la

economía local, su historia, costumbres, cosmovisión, creencias, religión, ceremonias, y hasta

curaciones que conservan estos grupos sociales desde sus antecesores (Nieves et al., 2004).

Además, por la estrecha relación de respeto y equilibrio que guardan con los elementos de la

naturaleza, las formas de aprovechar las plantas generalmente son en forma sustentable, es decir las

utilizan sin agotarlas. También a través del estudio de la etnobotánica se contribuye a descubrir

nuevos usos de las plantas (Ross y Molina, 2002).

En un país pluricultural como México el mismo recurso biológico llega a presentar

diferentes usos y significados según las distintas etnias y territorios, tal como es el caso del bambú

leñoso que ha sido utilizado desde tiempos prehispánicos.

La evidencia gráfica más antigua de la que se tiene registro de uso del bambú en México,

está en el Códice Matrícula de Tributos, en él se muestran culmos de Otatea acuminata que son

empleadas en la construcción de casas bajo la técnica de bahareque (que consiste en un entretejido

de culmos y barro). También se observan flechas de guerreros fabricadas con el mismo material

(Cortés, 2004).

86
De igual manera esta especie nativa aún es de gran importancia para la etnia Huichola; ya

que constituye un material fundamental para la elaboración del equipal o "uveni" (en lengua

huichol), un tipo de sillón que los Mara´akate (nombre en huichol de los curanderos-sacerdotes) de

acuerdo con la costumbre Wixarika, requiere de un diseño especial pues es la fuente de salud y larga

vida de estas personas con poderes sobrenaturales y capaces de curar enfermedades. Además de

tener un uso especial en la etnia Huichola, actualmente constituye una artesanía muy atractiva,

aunque para estas versiones comerciales el borde del asiento se encuentra recubierto con piel de res

y no de venado como el original (Vázquez et al., 2004).

5.1. Usos actuales más comunes

Actualmente en México, uno de los principales usos de las especies de bambú es para la

construcción (generalmente vivienda de tipo rústico). La parte de las especies que más se emplea

son los culmos. Particularmente los culmos del género Guadua, por sus características (gruesos,

altos y resistentes) son los que mayormente se utilizan en la construcción, por ejemplo con la

especie Guadua aculeata que alcanza una longitud mayor a 20 m, comúnmente se elaboran desde

paredes, puertas, ventanas, techos, travesaños hasta cercas, en la región norte de Veracruz y Puebla

(Rodríguez et al., 2010; Mejía, 2004). Los culmos generalmente son tratados con 70% de Etanol

para prolongar su vida útil. En ocasiones el culmo es cortado a la mitad longitudinalmente y

golpeado hasta formar un tablero plano (MEXU, 2004).

La especie Guadua amplexifolia que no posee espinas en los culmos facilita su uso para la

construcción (Cortés, 2005). Por ejemplo, en estados como Campeche y Tabasco la utilizan para

hacer las paredes de viviendas y se caracterizan por su alta resistencia. Desde el punto de vista

cultural, cabe mencionar que la acción de cortar Guadua amplexifolia con respecto a las fases de la

luna es una sabiduría tradicional reconocida sólo por algunos pueblos Chontales de Tabasco

87
(Cortés, 2005). Por otro lado, Guadua paniculata también es usada en la construcción pero de

diferente tipo, ya que es usada comúnmente para edificar silos para el almacenamiento de maíz en

la Sierra de Manantlán en Jalisco (Santana, 1992). En la región del Soconusco en Chiapas, los

culmos de Bambusa vulgaris, son usados para construir cercas y postes (obs. Per).

Otro uso frecuente para las especies de bambú leñoso sobre todo las nativas, es la cestería.

Por ejemplo, se emplea generalmente el culmo entero (cuando es delgado y flexible) además de las

ramas de especies de los géneros: Rhipidocladum y Chusquea. Otra técnica consiste en separar el

culmo en tiras longitudinalmente, como con las especies del género Otatea. Con ambos métodos se

tejen canastas, fruteros y maceteros de distintos tamaños como se observa en la ilustración 7. Las

entidades federativas donde se observa esto principalmente son Veracruz, Puebla, Jalisco, San Luis

Potosí y Chiapas donde las mujeres de la cultura Mam aprenden a tejer las cestas desde que son

niñas (Cortés, 2005).

Ilustración 7. Macetero tejido con Rhipidocladum spp.

Fuente: Colección Marina Rodríguez

El uso de las especies de bambú leñoso para forraje también es común en México.

Generalmente se utilizan las hojas de especies de tallos delgados y frágiles (como las especies del

género Chusquea) para alimento de ganado bovino, caprino, equino y ovino Ovando & Sánchez

88
(2005). También con la especie Guadua angustifolia se alimenta al ganado, sin embargo esto es con

los brotes (Martínez et al., 1995).

5.2. Otros usos

Además de los culmos, otras partes como rizomas y ramas se utilizan para manufacturar una gran

variedad de productos artesanales, muebles utensilios domésticos, implementos agrícolas, para

construir herramientas, etc (ilustración 8):

Por ejemplo, las especies nativas del género Otatea son de las más utilizadas, con sus rizomas se hacen

bastones, con sus culmos se elaboran mangos de escoba, garrochas para cortar fruta, o se ocupan como

tutores para tomate (Mejía y Dávila, 1992). Con culmos de la especie Guadua paniculata se construyen

trampas para la captura del chacal en la Sierra Manantlán de Jalisco (Santana, 1992).

En la Sierra Norte de Puebla los culmos de Guadua angustifolia los emplean para hacer

canales conductores de agua o jugo de caña, asimismo se hacen floreros que adornan los altares de

las iglesias (Martínez et al., 1995).

La especie Rhipidocladum racemiflorum es también muy utilizada, debido a la flexibilidad y

delgadez del culmo se ocupa en trabajos finos; junto con Phyllostachys aurea y Ph. bambusoides

en Veracruz se fabrican de una gran variedad de muebles y diversos artículos de uso personal, por

ejemplo: bisutería, aretes, collares, juguetes, lámparas y cortinas (ilustración 9,10, 11, 12, 13). En

ocasiones también se combinan con otros materiales naturales como bellotas (frutos de Quercus

ssp.) y lágrimas de San Pedro (Coix lacryma-jobi) para hacer artículos con fines religiosos como

rosarios (ilustración 14, Pale com. per., obs. per.).

89
Las especies de bambú también tienen usos medicinales, con la Guadua longifolia y

Chusquea bilimeki, se tratan afecciones del riñón, la G. aculeata se utiliza tanto para heridas como

anticonceptivo en Veracruz (MEXU, 2004; Cortés 2005).

El uso como ornato no es común, la única especie nativa que se utiliza en México para

ornato es la Rhipidocladum racemiflorum. El resto está constituido por introducidas principalmente

las especies del género Bambusa, por ejemplo la Bambusa vulgaris var. vittata es muy apreciada

por el color de sus culmos amarillos con vetas verdes. Cabe mencionar que la especie nativa Otatea

acuminata es producto de exportación que se envía hacia Estados Unidos como ornato, y donde es

conocida como "Mexican weeping bamboo" (bambú llorón) por la estructura de sus ramas. Sin

embargo, alrededor de 24 especies nativas de los géneros Guadua, Chusquea, Otatea,

Rhipidocladum y Olmeca, sí son cultivadas en viveros de Estados Unidos y Europa para emplearlas

como ornato (MEXU, 2004; Judziewicz et al., 1999).

Ilustración 8. Diferentes modelos de escobas elaborados con partes de especies de bambú leñoso.
Rangel

Sánchez

Fuente: Rangel, Sánchez

Ilustración 9. Diversidad de muebles fabricados con partes de especies de bambú leñoso.

90
Fuente: Colección Marina Rodríguez

Ilustración 10. Juguetes elaborados con culmos de especies de bambú leñoso.

Fuente: Colección Marina Rodríguez

Figura 11. Diversidad de artículos de uso personal elaborados a partir de especies de bambú leñoso.

Fuente: Colección Marina Rodríguez

91
Figura 12. Bisutería manufacturada con piezas de bambú leñoso.

Fuente: Colección Marina Rodríguez

Figura 13. Artículos diversos de uso doméstico elaborados a partir de partes de especies de bambú leñoso.

92
Fuente: Colección Marina Rodríguez

Figura 14. Rosarios con cruces elaboradas con partes de especies de bambú leñoso.

Fuente: Colección Marina Rodríguez

Otro uso que se conoce en el que se emplean especies de bambú leñoso es el de instrumento

musical, sin embargo es poco común en el país, la única especie que se conoce que se utiliza para

hacer flautas es la especie Otatea glauca (ilustración 15), endémica de la región del Soconusco en

estado de Chiapas (Figura 16, W. Sánchez, comp. per)

Ilustración 15. Culmos de Otatea glauca, con los que se elaboran flautas.

93
Fuente: Colección Marina Rodríguez

El uso como alimento, es también uno de los menos populares, la parte comestible es el

rebrote y únicamente en Veracruz se consumen las especies Guadua longifolia y la introducida

Bambusa oldhamii (MEXU, 2004; Cortés com. per.).

6. Usos potenciales de las especies de bambú leñoso en México.

El uso potencial de las especies vegetales es la capacidad de la planta para ser aplicada de diferente

manera a la que presenta en la actualidad. Incluye usos descubiertos recientemente a través del

estudio e investigaciones del propio organismo, y los que ya se practicaban en épocas pasadas y que

han sido redescubiertos. También abarca los usos que tiene en áreas geográficas diferentes a las que

se encuentra hoy en día (Montiel, 1998).

En México, se calcula que alrededor del 50% de las especies de gramíneas del país

lamentablemente están subutilizadas, es decir que con una mayor eficiencia en la utilización de

94
todas las especies podría obtenerse mayor beneficio del que se tiene actualmente. Entre estas

especies de gramíneas se encuentra la subfamilia Bambusoideae (Dávila, 2004).

Uno de los motivos de esta situación es la falta estudios botánicos que se enfoquen a este

conjunto de especies en particular, el conocimiento a detalle de las características de las especies

repercutirá en un gran potencial de aplicación y de producción en nuestro país.

En general se ha reportado que existe gran potencialidad de algunas especies de los

siguientes Géneros: por ejemplo de Otatea y principalmente de Rhipidocladum y Chusquea, por sus

características de culmos finos y numerosas ramas en cada nudo, podrían ser utilizadas como ornato

(ilustración 16 y17).

Figura 16. Rhipidocladum spp.con potencialidad para ornato.

Fuente: Colección Marina Rodríguez

Figura 17. Chusque spp. con potencialidad para ornato.

95
Fuente: Colección Marina Rodríguez

Existen más características de las especies de bambú leñoso que crecen en México que si se

investigan podrían ser utilizadas como material para construcción, pulpa para papel, alimento,

incluso para su uso medicinal, lo que representa un potencial de aplicación en diversos sectores

económicos así como una base para futuras investigaciones que permitan un aprovechamiento de

los recursos que existen en el país (Cortés et al., 2004).

7. Etnolingüística

En un país pluricultural como México donde existen más de 60 etnias con lenguas diferentes los

estudios sobre los nombres que reciben las diferentes especies es un medio que contribuye al saber

en general de historia debido a que la tendencia de un grupo humano dominante es la de imponer su

lengua.

96
El ejemplo más representativo en México, es el caso de los nahuas, donde la mayoría de la

denominación de las especies vegetales está en su idioma. Por la misma razón, es que se da el caso

de castellanización de nombres indígenas (Martínez et al., 1995).

Las especies de bambú leñoso como parte de la flora mexicana no son la excepción, ya que

aproximadamente el 75 % de las especies nativas tienen uno o más nombres locales. En el sureste

del país es donde se concentra el mayor número de especies con más diversidad de nombres locales.

El nombre que se utiliza con mayor frecuencia es “otate” la forma latinizada del nahuatl

"otatl" que significa caña sólida. Cuando la vegetación está dominada por estas especies se conoce

como “otatera” (Cortés, 2005b).

Existen especies que reciben un gran número de nombres, Rhipidocladum racemiflorum es

una de las especies que recibe más de diez nombres locales diferentes y coincide con que también

es una de las especies con las distribuciones más amplias del país (Rodríguez, 2005).

El nombre o adjetivos con los que regionalmente se conoce a una especie generalmente

coinciden con alguna característica sobresaliente de su morfología, sabor, lugar de origen o hábitat,

por ejemplo (Torres, 1993):

En Veracruz y Tabasco a la Guadua longifolia se le dice “bambú espinudo” o “jimba

espinuda”, en cambio a la especie del mismo género que no tiene espinas la G. amplexifolia se

le conoce como “caña mansa”.

97
A continuación se presentan algunos de los nombres con los que se les conoce a diferentes

especies del género Chusquea que presentan similar apariencia pero sus características les otorgan

variedad de nombres en los distintos estados del país:

En el estado de Colima, a la especie Chusquea coronalis, se le llama “otatillo” (Ilustración

18).

Ilustración 18. Chusquea coronalis

Fuente: ejemplar de herbario, MEXU.

La especie Chusquea liebmannii en la Sierra Tacuichamona de Sinaloa es conocida como

"Bijuco rodillo". Esta misma especie recibe el nombre de "Otate corona” en el municipio Mochitlán

en Guerrero (Guzmán et al., 1992, ilustración 19).

Figura 19. Chusquea liebmannii

98
Fuente: ejemplar de herbario, MEXU

En Jalisco la especie Chusquea circinata, recibe los nombres de “otate” y “otate chino”

(ilustración 20).

Ilustración 20. Chusquea circinata

Fuente: ejemplar de herbario, MEXU

La especie Chusquea bilimekii en el Estado de México se le dice “carricillo” y en Veracruz

“carrizo” (ilustración 21).

Ilustración 21. Chusquea bilimekii

99
Fuente: ejemplar de herbario, MEXU.

A Chusquea aperta en Veracruz se le otorga el nombre de “camalote” (ilustración 22).

Ilustración 22. Chusquea aperta

Fuente: ejemplar de herbario, MEXU.

También en Veracruz la especie Chusquea mulleri recibe los nombres de “carrizo” y

“camalote” (ilustración 23).

Ilustración 23. Chusquea mulleri

100
Fuente: ejemplar de herbario, MEXU.

Respecto a las especies introducidas aunque rara vez llegan a presentar nombre autóctono

(Martínez et al., 1995), en México las especies introducidas de bambú leñoso como la Bambusa

vulgaris llega a tener una amplia variedad de nombres: “bambú grueso", "otate huasteco", "bambú

amarillo", "bambú común", "bambú patamba", "cupamu","sacaú", "bambú rayado", "vulgaris"

(MEXU, 2004).

8. Conclusiones

A lo largo de este capítulo se explicaron las principales características del bambú en México. En

primer lugar, debe resaltarse que la subfamilia de los bambúes (Bambusoideae), es dentro de la

familia de las gramíneas una de las más numerosas y también de las más diversas. Asimismo, su

distribución geográfica es muy amplia y México es uno de los países con mayor diversidad de

especies de bambú leñoso en el continente Americano (Judziewicz et al., 1999). Se han descrito

hasta el momento 42 especies y dos subespecies nativas de ocho diferentes géneros.

101
En relación a esto, los bambúes leñosos habitan en más de la mitad del territorio, están

presentes en 23 de los 36 estados de la República Mexicana (Rodríguez, 2005) por lo cual se puede

afirmar que México es un país con un alto potencial para aprovechar el uso del bambú en distintas

actividades económicas y para beneficio del medio ambiente.

Con respecto a la distribución de los bambúes en México, es importante considerar que

debido a que los requerimientos de humedad para el desarrollo óptimo de las especies de bambú son

elevados, generalmente se les encuentra en sitios donde ésta es abundante (Cortés, 2005). Por

ejemplo, en México, el mayor porcentaje de las especies de bambú nativas crece a las orillas de los

ríos, arroyos o en cañadas. Sin embargo, las características biológicas y ecológicas de las especies

de bambú leñoso son muy diversas y variables, debido a la misma riqueza de especies que existen

basado en la heterogeneidad de ecosistemas en los que habitan.

Con el fin de aportar elementos cualitativos en el estudio del bambú, además de tener en

cuenta dichas características biológicas y ecológicas, es de gran relevancia considerar los aportes de

la etnobotánica en México, principalmente porque permite conocer la importancia que tienen las

plantas en la economía local, su historia, costumbres, cosmovisión, creencias, religión, ceremonias,

y hasta curaciones que conservan estos grupos sociales desde sus antecesores, siendo así que desde

el punto de vista cultural, ecológico y económico es un aporte al conocimiento sobre la forma de

utilizar los distintos recursos vegetales, sobre cómo se transmite y se conserva a través de

generaciones. Un aspecto más que se rescata se refiere a la etnolingüística, pues las especies de

bambú leñoso como parte de la flora mexicana no son la excepción para tener un nombre local, ya

que aproximadamente el 75 % de las especies nativas tienen uno o más. En el sureste del país es

donde se concentra el mayor número de especies con más diversidad de nombres locales para el

bambú, tales como otate o jimba por mencionar algunos.

102
De igual forma, en este capítulo se resaltaron los usos actuales más comunes como en la

construcción, la elaboración de artesanías y muebles. No obstante, debe reconocerse que en México,

se calcula que alrededor del 50% de las especies de gramíneas del país lamentablemente están

subutilizadas, es decir, que con una mayor eficiencia en la utilización de todas las especies podría

obtenerse mayor beneficio del que se tiene actualmente. Entre estas especies de gramíneas se

encuentra la subfamilia Bambusoideae (Dávila, 2004). Por lo tanto, la idea de el presente libro, y en

particular este apartado buscan dar a conocer formas viables de aprovechamiento de dicha

subfamilia.

103
Capítulo 4

Potencial del bambú leñoso para la restauración de ecosistemas

Eliane Ceccon*

“Sean como el Bambú”, decía mi maestro, “es fuerte en el exterior, suave y

abierto e el interior. Tiene sus raíces firmemente plantadas en el suelo y éstas se

entremezclan con otras para lograr fuerza y apoyo mutuo. El tallo se balancea libremente

con el viento sin resistirse. Todo lo que es flexible es más difícil de romper”

Sabiduría de un maestro anónimo chino

1. INTRODUCCIÓN

Durante las últimas décadas, la velocidad y magnitud de las actividades humanas destinadas a

satisfacer un consumismo sin límites, donde el único significado de desarrollo es crecimiento

económico, han generado la destrucción progresiva de los ecosistemas y alejado cada vez más a los

seres humanos de la naturaleza.

En México esta problemática es muy evidente. De acuerdo con la valoración de los bosques

globales de la FAO en 2010, nuestro país se encontraba entre los 10 con mayor perdida anual de

*
La Dra. Eliane Ceccon es investigadora en el programa de Perspectivas Sociales del Medio Ambiente del Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México. Le agradece al
proyecto PAPIIT-UNAM IN300112: “Modelos experimentales para viabilizar la integración de la población local en
actividades de restauración” así como al CRIM-UNAM quienes han permitido la realización de esta investigación.

104
bosques en el periodo entre 1990-2010, la tasa de cambio de superficie de bosque a otro uso fue de 354

000 ha/año o 0.52% del total de bosques del país. México también se encuentra entre los cinco países

que registraron la mayor disminución en el área de bosques primarios en los últimos 20 años junto con

Brasil, Gabón, Papua Nueva Guinea e Indonesia.

Por lo tanto, es tiempo de pensar que más que seguir destruyendo, hay que restaurar estos

sistemas degradados y los servicios ecológicos que proporcionan a los seres humanos. La ciencia de la

restauración de ecosistemas ofrece múltiples enfoques de acción desde su mismo concepto. La

definición adoptada por la Sociedad para la Restauración Ecológica (Society for Ecological Restoration

o SER, en inglés) considera que restaurar un ecosistema es recuperar su estabilidad e integridad

biológica. Literalmente, definió la restauración ecológica como “el proceso de alteración intencional de

un hábitat para establecer un ecosistema definido, natural e histórico local. El objetivo de este proceso

es imitar la estructura, la función, la diversidad y la dinámica del ecosistema original” (Higgs, 1997).

En México, sin embargo, es imposible soslayar el factor social de las actividades de

restauración, ya que, de acuerdo con el INEGI (2005), en el territorio de las cerca de 900 Áreas

Naturales Protegidas del país que cuentan con algún decreto vigente, así como de las áreas destinadas

voluntariamente a la conservación certificadas por la Federación y en las áreas privadas y comunitarias,

279 de tenían asentamientos humanos. La población registrada en estas áreas en el año 2005 era de

3.448.470 habitantes lo que representaba 3.34% de la población total nacional. Por lo tanto, a partir de

esta problemática, es necesario aceptar la emergencia de conceptos de restauración de ecosistemas, que

involucren también como meta, el beneficio de la población local. Un ejemplo reciente es el concepto

elaborado por Aronson y colaboradores en 2007, que denominaron como “restauración del capital

natural” la actividad que integra la inversión y reposición de las existencias de capital natural para

105
mejorar los flujos de bienes y servicios, mientras que optimiza todos los aspectos del bienestar humano.

En este concepto es evidente el objetivo de realizar la restauración para el beneficio de los seres

humanos que viven en los ecosistemas que se pretende restaurar.

En México, Ceccon y colaboradores utilizan el término “restauración productiva” que se refiere

a la restauración de algunos elementos de la estructura y función del ecosistema original, al mismo

tiempo que de la productividad de la tierra, de manera sustentable y utilizando técnicas agroforestales y

agroecológicas (Ceccon, 2012). En este caso, la idea es más que restaurar un ecosistema original, es

restaurar los servicios ecosistémicos ofrecidos por determinados ecosistemas y la productividad de la

tierra para generar también beneficios económicos tangíbles.

Una especie muy apropiada para el establecimiento de proyectos de restauración productiva es

el bambú, ya que además de sus innúmeros beneficios ecológicos, es una especie considerada de

múltiplos propósitos, por el gran número de usos atribuidos a esta planta (Austin y Ueda, 1977;

Rodríguez et al., 2010).

El bambú en realidad es el término vernáculo o común para los miembros de un grupo

taxonómico particular de gramíneas leñosas (subfamilia Bambusoideae, familia

Andropogoneae/Poaceae). Los bambúes abarcan 1500 especies de 75 géneros, la mayoría de los cuales

son relativamente de rápido crecimiento, alcanzando la madurez a los cinco años (Wang et al., 2008).

Los bambúes enanos puede ser tan pequeños como de 10 cm de altura, pero los gigantes pueden

alcanzar la altura de 15 a 20 m, y el más grande conocido (por ejemplo Dendrocalamus giganteus)

crecen hasta 40 m de altura y 30 cm de diámetro de tallo. Los bambúes son distribuidos principalmente

en los trópicos, pero se reproducen de forma natural en las zonas subtropicales y templadas de todos los

106
continentes a excepción de Europa. Además el bosque establecido de bambú es considerado uno de los

mejores recursos renovables en el planeta ya que es un recurso sostenible a utilizar una vez establecido

(Scurlock et al., 2000).

En México, se han descrito hasta el momento 42 especies y dos subespecies nativas de bambúes

leñosos entre las que se encuentran 22 endemismos (Cortés, 2000, Rodríguez 2005, Ruiz-Sanchez,

2012, Ruiz-Sanchez et al., 2011a, Ruiz-Sanchez et al., 2011b). Los Estados situados en la región

sureste de México, adyacente al Golfo de México y Guatemala son los que presentan el mayor número

de especies de bambú. Los estados del este y las zonas situadas hacia el Océano Pacífico contienen

algunas especies endémicas. La distribución hacia el norte casi termina en el Trópico de Cáncer.

Chiapas, tiene el mayor número de especies de bambú del país y es el más rico en términos de

diversidad de especies vegetales (Cortés y Aguilar, 2012; Rodríguez et al., 2010).

A pesar de la gran riqueza de especies de bambú leñoso que existe en México, su extendida

distribución y su gran numero de usos (Rodríguez et al., 2010), aún no se ha despertado un verdadero

interés para su uso en proyectos de restauración de cualquier tipo. Una las posibles razones es el

desconocimiento de las características ecofisiológicas y de los servicios ambientales que puede

proporcionar al ecosistema las especies de bambú nativas. En este capítulo, a través de una extensa

revisión de la literatura mundial (ya que existe poca información sobre las especies mexicanas) se

tratará de discutir las principales características de la subfamilia Bambusoideae que puedan tener un

papel importante en la aplicación de diversas estrategias para la restauración de ecosistemas

degradados. También se buscará evaluar sus características como especie multipropósito para proyectos

de restauración productiva. Al mismo tiempo, se presentará algunos estudios de restauración realizados

con esta subfamilia.

107
2. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS ECOFISIOLÓGICAS DEL BAMBÚ

Los Bambúes poseen un amplio rango de características ecofisiológicas, por lo que la información

presentada es ilustrativa de solamente algunas especies ya estudiadas, representadas principalmente por

aquellas con mayor interés económico.

14
En general, los bambúes se pueden clasificar como paquimorfo o simpodial y leptomorfo o

monopodial15 (véase ilustración 1). Los bambúes tropicales son simpodiales, mientras que las especies

de zonas templadas pueden ser de cualquier categoría (El Bassan, 1998). Aunque algunos bambúes

puede adaptarse a diferentes ambientes, la mayoría requieren de un clima relativamente cálido, la


o
temperatura media anual debe ser de por lo menos 15 -20 C y la precipitación anual de por lo menos

1000 -1500 mm (El Bassan, 1998).

Las yemas aparecen como protuberancias en la lateral de los rizomas subterráneos, que

generalmente ocupan la los primeros 50 cm del suelo y pueden extenderse por decenas de metros. Con

la llegada del clima cálido de la primavera, el brote se alarga y se convierte en un brote en posición

vertical compacto, que forma una punta afilada y penetra en el terreno hacia la superficie. Después de

la emergencia hay poco crecimiento radial del brote, tomando la forma de un enorme alargamiento de

entrenudos, con un crecimiento de hasta 0.5 m por semana en el caso de los bambúes altos, hasta que el

brote esté aproximadamente de la misma altura que el resto de la base. En este punto, las vainas se

desprenden y salen ramas frondosas de los entrenudos en la parte superior de la rama. El crecimiento en

14
Crecimiento o ramificación simpodial es cuando el eje principal de la planta es constituido por tejidos que provienen
de diversas yemas, las cuales se sustituyen periódicamente (Simpson, 2006).
15
Crecimiento o ramificación monopodial es cuando el eje principal de la planta es constituido por tejidos formados por
la misma yema terminal. Otras yemas pueden desarrollarse a su lado formando ramas de este eje principal (Simpson,
2006).

108
los próximos años ocurre con el engrosamiento de las paredes de del tallo principal y el aumento de

densidad de la madera (Sturkie et al., 1968).

Ilustración 1: Principales tipos de rizoma de las especies de bambú leñoso en México.

A- Paquimorfo, B-Leptomorfo

Fuente: Montiel, 1998.

Como la mayoría de otras gramíneas, los bambúes crecen y florecen hasta que estén listos para

producir flores, luego producen semillas y mueren (Zhou et al., 2010). El patrón de floración de los

bambúes varía entre especies. Existen unos pocos, como la especie Olmeca recta nativa de Veracruz y

Oaxaca, que produce flores y frutos durante varios años (Cortés y Aguilar, 2012) o de la especie

Bambusa atra, nativa de las islas de Andaman Islas del Océano Indico, que florece con frecuencia,

incluso anualmente. Otros, tales como Bambusa vulgaris, florece unas cuantas cañas a la vez. Sin

embargo, la mayoría, como por ejemplo, Dendrocalamus strictus, tiene floración gregaria, lo que

significa que un grupo completo de cañas produce flores y frutos y luego muere en el transcurso de 2 y

3 años. Esto sucede típicamente cada 30 - 40 años (más de 60 años en algunos casos), y por lo tanto, la

109
floración se observa muy raramente, por lo que la fisiología de la floración de los bambúes es todavía

poco comprendida para la mayoría de las especies y la taxonomía del bambú sigue siendo confusa y

basada en gran parte en las características vegetativas tales como la anatomía foliar, arreglo de los

culmos, etc (Tewari, 1992).

El patrón de caída de las hojas en la mayoría de los bambúes es semideciduo, lo que significa

que las hojas se desprenden al final de la estación de crecimiento o durante la siguiente estación de

crecimiento (Sturkie et al., 1968). Este patrón de renovación bienal de hojas refleja un modelo bienal

de la emergencia de brotes, con alternancia de años buenos y años malos para la producción de nuevos

brotes (Qiu et al., 1992). La tala no parece detener la mortalidad de la población de bambú, aunque

algunas especies pueden ser inducidas a desarrollar nuevos brotes durante un año o dos antes de morir

por completo.

16
La subfamilia (Bambusoideae) posee una fotosíntesis C 3 y por lo tanto, es poco probable que

la máxima productividad posible de los bambúes supere en zonas tropicales, a la de otros cultivos

bioenergéticos con fotosíntesis C4. Las especies C4 tienen una mayor fotosíntesis líquida en alta

irradiancia. Esto ocurre debido a que la fotorrespiración es un proceso casi ausente en estas plantas, o

sea, la fotosíntesis líquida no es inhibida por la alta concentración de O 2 en altas temperaturas y alta

irradiancia. Por lo tanto, las plantas C 4 presentan un mejor desempeño bajo altas temperaturas y alta

irradiancia, debido a una menor perdida de carbono por la fotorrespiración (Heldt y Heldt 2005).

Plantas C4 presentan una estrategia que involucra la concentración de CO 2, que anula la


16
Todo organismo vivo para desarrollarse como tal posee ciertos requerimientos energéticos, en el caso de las plantas,
ellas son capaces de realizar la síntesis de su alimento, que ocurre por medio de un gran número de reacciones químicas,
las que conforman el llamado metabolismo. Las vías metabólicas de asimilación del CO 2 atmosférico, son: la vía
fotosintética C 3 ,ciclo de fosfato pentose (ciclo de Calvin), C 4, ciclo do ácido dicarboxílico o de reducción de gas
carbónico y el metabolismo ácido de las crasuláceas, en plantas conocidas como CAM, que son encontradas en regiones
áridas e semiáridas donde mantienen sus estómatos cerrados durante el día, abriéndolos en la noche (Pimentel, 1994).

110
fotorrespiración. De este modo, el CO 2 es usado más eficientemente y no se vuelve un limitante en alta

irradiancia y temperatura. La tasa de fotosíntesis líquida y crecimiento en plantas C 4 son usualmente

bastante más altas que en plantas C 3, en condiciones de alta temperatura y luminosidad, donde las

plantas C4 crecen naturalmente (Taiz y Zeiger, 1991). Por tanto, plantas3 son
C siempre menos

productivas que las plantas C 4, ya que no tiene el mismo mecanismo de concentración de carbono

(CO2).

2.1 La regeneración natural del bambú

Tomando en cuenta la protección adecuada del área, la regeneración natural de los bambúes se produce

profusamente después de cada floración gregaria. La floración gregaria comienza en algún momento en

el bosque de bambú y poco a poco se propaga en ondas para cubrir toda el área en un máximo de 3 a 4

años. Las semillas fértiles son dispersas en las inmediaciones de los grupos de plantas y germinan

profusamente en el inicio de las lluvias principalmente en el suelo desnudo o expuesto recientemente.

Banik (1997) ha reportado que la densidad de las plántulas de Bambusa Tulda y Dendrocalamus

longispathus después de uno a dos meses fue alrededor de 45-100/cm 2 en zonas de valles y 3 -100/cm 2

en las laderas inferiores. También reportó que hubo una intensa competencia entre las plántulas, lo que

resultó en un desbaste natural de la población. Este autor ha encontrado que factores tales como sombra

y malezas influyeron en la densidad y en la tasa de supervivencia de las plántulas regeneradas. Por lo

tanto, consideró que plántulas de bambú prosperan mejor en sombra parcial, y en condición bajo la

maleza, sin embargo con mucha sombra, casi todas las plántulas se degeneran. Esto significa que la

influencia de la luz es relativamente más importante que la competencia de las malezas para la salud y

la mortalidad de plántulas, al menos en las primeras etapas de crecimiento. Banik (1997) recomienda

que la tala de la mata madre de uno a tres meses después de la germinación de las semillas es altamente

perjudicial para el proceso de regeneración. El efecto no es tan dañino si se realiza una quema después

111
que las plántulas tienen por lo menos nueve meses de edad, ya que estas producen generalmente

rizomas subterráneos después de cuatro a seis meses.

El pastoreo es también un factor limitante para la regeneración natural de los bambúes.

Combinado con la quema que acompaña el manejo de los pastos, o incluso solo, es suficientemente

grave, ya que puede acabar con todo el banco de plántulas. En áreas fuertemente pastoreadas, las

plántulas pueden sobrevivir dentro de los grupos de bambúes muertos y, en ausencia de la quema,

pueden eventualmente crecer al interior de estos grupos.

3. EL MANEJO DEL BAMBÚ

Un plan de manejo es el resultado de la planificación, y se considera una técnica o instrumento para

organizar los futuros procesos, lo que permite optimizar las acciones dirigidas a la consecución de los

objetivos propuestos para una determinada área. Para esto es necesario obtener información suficiente

para orientar las actividades de desarrollo apropiadas y las acciones necesarias para alcanzar los

objetivos (Milano 2001). Por lo tanto, a seguir se proporciona información básica para un correcto

manejo del bambú.

3.1 La propagación

Un propágulo de bambú debe desarrollar las tres partes morfológicas - una parte aérea (tallo) y dos

partes subterráneas (el rizoma y raíz). Bambúes pueden propagarse a través de semilla o por medios

vegetativos. Debido a la escasez de semillas, métodos vegetativos son prácticamente la única opción.

Las partes vegetativas más usadas son los rizomas o culmos, esquejes de ramas y a través del cultivo de

acodos. Otra opción es la técnica de cultivos de tejidos 17.


17
El cultivo de tejidos es una técnica basada en colocar un fragmento de planta en un recipiente ayudado con soluciones
nutritivas artificiales y hormonas vegetales; para propagarla en condiciones o en un medio estéril, es decir en un medio

112
3.2 La implantación

Entre los diversos métodos de implantación de bambú, los más conocidos son los siguientes:

• La siembra directa de semillas;

• La siembra de semillas en viveros y posterior transplante al campo;

• Plantación de partes vegetativas;

• Plantación de rizomas o culmos.

3.3 Manejo de plantas adultas

Los brotes de bambú débiles necesitan ser cortados en las primeras etapas para asegurar nutrientes

suficientes a los brotes sanos. Los brotes se cortan por debajo del nivel del suelo. Después de cortar los

brotes, es necesario dejar el resto en el suelo expuesto durante tres a cinco días si hay suficiente sol, o

cinco a siete días si el cielo está nublado. La parte expuesta se cubre con suelo, para prevenir el exceso

de flujo de savia y la infección bacteriana. El suelo debe ser aflojado hasta una profundidad de 10-15

cm y a 30 cm de distancia del grupo de culmos. La calidad y rendimiento de los brotes puede aumentar

si el área donde el suelo fue aflojado es cubierta con más suelo a una altura de 15-30 cm. El suelo en la

base del culmo se puede abrir justo antes de la etapa de brotación para que las yemas puedan recibir la

luz del sol durante 10 días. Esto asegurará la temperatura del suelo sea adecuada para un mejor

crecimiento de los brotes, además de facilitar la aplicación de fertilizantes. Si no hay lluvia durante 15

días, durante la estación de crecimiento, el riego será necesario, especialmente para los rebrotes (Maoyi

y Banik, 1995).

3.4 Plagas y enfermedades


libre de microorganismos (limpio). Cada fragmento origina una planta idéntica a la que se tomó el fragmento, aunque
puede ser modificada genéticamente para tener variedades artificiales (Wikipedia, 2012).

113
De acuerdo con Maoyi y Banik (1995) las plagas que atacan a las hojas de bambú, brotes, tallos,

rizomas e incluso al cosechar las cañas, a veces dañando plantaciones enteras, incluye 40 familias de

folivoros, 50 de perforadores, 130 de cochinillas (Coccoidea), 30 áfidos (Aphidoidea), 60 de chinches,

5 familias de insectos de la madera, así como 73 especies de hongos, tales como Aciculosporium spp.,

Ceratosphaeria spp. y Fusarium spp. El oportuno control de plagas y enfermedades son una parte

esencial de un buen manejo.

3.5 La fertilización

En comparación con otras plantas, el bambú es poco exigente con la fertilidad del suelo, sin embargo,

naturalmente, puede responder mejor a la adopción de procedimientos agronómicos adecuados. Sin

embargo, todavía se sabe muy poco acerca de los efectos de la fertilización en desarrollo de las cañas

de bambú, y especialmente los posibles cambios en las propiedades ocasionados cuando se aplican

fertilizantes en los macollos (Pereira 2007). En las plantaciones de bambú, el potasio puede ser un

elemento más predominante para su crecimiento que nitrógeno, calcio, magnesio y fósforo. De acuerdo

a lo encontrado por Shanmughavel y Francis (2001), la acumulación total de potasio de Bambusa

inestable fue 5 a 10% más alta que otros nutrientes. Nieto (2004) al estudiar el papel de los

micronutrientes en los bosques de Guadua angustifolia, encontró que grandes cantidades de materia

orgánica tienen una influencia más positiva en crecimiento que la aplicación de magnesio, calcio, boro,

sodio, potasio, zinc.

4. EL PAPEL POTENCIAL DEL BAMBÚ EN LA RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS

A pesar del poco uso que se ha hecho del bambú en la restauración de ecosistemas, debido el

conocimiento de algunas de sus características se puede deducir los beneficios ecológicos y

productivos que esta subfamilia podría producir al ser introducida en varios ecosistemas.

114
4.1 El control de la erosión y la rehabilitación del suelo

El deslizamiento de tierras es uno de los tipos más graves de degradación del suelo, lo que provoca la

pérdida de suelo superficial (orgánico), que es una grave amenaza a la productividad de la tierra. Las

características valiosas de bambú para el control de la erosión del suelo, son principalmente su extenso
18
sistema de raíces fibrosas, conectado al sistema de rizomas . El suelo alrededor de las plantas de

bambú está permeado por una masa de raíces entrelazadas. Diversos estudios mostraron que la mayoría

de los rizomas y raíces de bambú (alrededor de 80%), se encuentran presentes en la capa superior de

0-30 cm de suelo. Esta zona es donde las raíces y rizomas mejor sirven para controlar la erosión del

suelo (Wang et al., 2000, Lin et al., 2000, entre otros). Debido a esto, el bambú es perfecto para la

detención de los estragos de la erosión hídrica en las zonas propensas a la misma (como laderas y

tierras bajas).

Stem (1995) por su parte, ha encontrado que varias especies de Chusquea (un genero también

nativo de México) parece ayudar al control de la erosión natural mediante la estabilización de los

suelos que rodean su intrincado sistema de rizomas y por la protección de la superficie del suelo de la

insolación a través del sombreado y la deposición de hojarasca.

De hecho, los bambúes producen grandes aportes de biomasa al suelo. Ueda (1960) ha

encontrado que las hojas de bambú suelen caer cuando tienen entre 12 y 18 meses de edad, y son

rápidamente reemplazadas por nuevas hojas. Las cantidades de hojarasca depositada de bambú

encontradas en varios estudios variaron desde 0.18 a 49 t/ha (Veblen et al., 1980; Taylor y Qin, 1987;

Tripathi y Singh, 1996; Singh y Singh, 1999. Veblen et al. (1980) incluso encontraron la cantidad de
18
Rizoma es un tallo subterráneo con varias yemas que crece de forma horizontal emitiendo
raíces y brotes herbáceos de sus nudos (Wikipedia, 2012).

115
158.8 t/ha de biomasa depositada para la especie Chusquea culeou (genero también nativo de México)

en San Pablo, en los andes chilenos. La cantidad promedio de hojarasca depositada encontrada por los

varios estudios es mucho más alta que la cantidad encontrada en un bosque tropical húmedo maduro de

México (5.77 y 7.33 t/ha) por Sánchez y Álvarez-Sánchez (1995).

La descomposición relativamente lenta de la hojarasca de bambú hace con que materia orgánica

del suelo se acumule en el largo plazo y se espera que proporcione los beneficios del acolchado en

áreas severamente degradadas, ya que este mantillo sirve como un eficiente agente en la prevención de

la erosión y en la conservación humedad del suelo (Yadav, 1963). Una camada de hojarasca de bambú

pudo retener 2,75 veces su peso seco de agua y superó a todos los otros ocho tipos de vegetación

evaluados en la provincia de Hunan en China (Huang et al., 1994). Los contenidos de carbono orgánico

del suelo y nitrógeno se vuelven cada vez más altos y disponibles con la edad de la plantación de

bambú. Singh y Singh (1999) encontraron en una plantación de cinco años de edad del bambú

Dendrocalamus strictus, una cantidad 98% mayor de Carbono y 67% mayor de Nitrógeno en

comparación una plantación menor de tresaños de edad. La deposición de nutrientes en las

plantaciones a través de la hojarasca fue de 45 ± 79 kg de nitrógeno y 6 ± 11 kg de fósforo por ha por

año.

En Brasil se encontró que una plantación de Bambusa blumeana y Phyllostachys pubescens

controló la erosión del suelo, evitó la pérdida de nutrientes y mejoró la estructura del suelo (Fu et al.,

2000).

En Caldas, Colombia y en Mérida, Venezuela, Guada angustifolia (genero nativo de México) ha

sido ampliamente utilizado para la recuperación de tierras degradadas por la deforestación y las

116
prácticas agrícolas equivocadas (Judziewicz et al., 1999).

4.2 El control de la contaminación difusa en cuerpos de agua

El movimiento de grandes masas de suelo para la implantación de los cultivos, la creación de trillas por

el ganado en los pastizales y su pisoteo en las márgenes desprotegidas de los ríos liberan sedimentos

que alcanzan el interior de los cuerpos de agua. Esto provoca la degradación de la calidad de agua, la

alta concentración de sedimentos restringe la entrada de luz solar, reduciendo la posibilidad de

fotosíntesis de las plantas acuáticas. Los sedimentos también cubren las piedras de los ríos que son un

importante hábitat para la colocación de los huevos de los peces. Además, la carga excesiva de fósforo

y nitrógeno provenientes de la fertilización de los cultivos agrícolas puede acelerar la eutrofización 19 de

los cuerpos de agua (Ceccon, 2003). Para evitar todos estos daños a los ecosistemas acuáticos es

necesario implantar callejones de especies en las orillas de los cuerpos de agua que funcionen como

fajas de filtro vegetativo que reduzcan la conexión entre la fuente de contaminación y el cuerpo de agua

receptor (Ceccon, 2003).

Existen especies que son más propicias que otras para ejercer esta función, y el bambú es una de

ellas. Una de las principales características positivas de esta subfamilia es que crece bien en laderas

empinadas, taludes de carreteras, barrancos, o en las orillas del estanques y arroyos y su hábito de

producir nuevos tallos a partir de rizomas subterráneos, permite su cosecha sin perturbar el suelo (Zhou

et al., 2005). En China, alrededor del 90% de los bosques de bambú se producen naturalmente en la

19
Los nutrientes que ingresan masivamente los cuerpos de agua generan excesivo crecimiento de la biomasa de las algas
que provoca un enturbiamiento que impide que la luz penetre hasta el fondo del ecosistema. haciendo imposible la
fotosíntesis, productora de oxígeno libre, a la vez que aumenta la actividad metabólica consumidora de oxígeno
(respiración aeróbica) de los descomponedores, que empiezan a recibir los excedentes de materia orgánica producidos
cerca de la superficie. De esta manera en el fondo se agota pronto el oxígeno por la actividad aerobia y el ambiente se
vuelve pronto anóxico. La radical alteración del ambiente que suponen estos cambios, hace inviable la existencia de la
mayoría de las especies que previamente formaban el ecosistema, como por ejemplo, los peces (Wikipedia, 2012).

117
orilla de ríos, lagos y embalses (Fu et al., 2000).

El bambú plantado a lo largo de los arroyos y ríos, crece particularmente bien debido a un

suministro más uniforme y abundante de la humedad. La masa fibrosa de raíces une las orillas suaves y

las gruesas cañas detienen las fuertes corrientes durante los períodos de inundación. También por tener

una alta producción de hojarasca que protege el suelo y evita el escurrimiento superficial del agua

(Veblen et al., 1980; Wang et at., 2000; Lin et al., 2000 entre otros) es una especie altamente indicada

para prestar este tipo de servicio ecosistémico.

4.3 Los beneficios para la fauna

En los bosques templados de Sudamérica, cinco aves del sotobosque (cuatro de la familia

Rhinocryptidae y una Furnariidae) son frecuentemente asociadas a la principal especie del

sotobosque, el bambú nativo Chusquea valdiviensis. Reid et al. (2004) evaluaron el efecto de la

cubierta de bambú en la abundancia y riqueza de especies de estas aves de sotobosque y exploraron las

funciones del bambú como recurso alimenticio y cobertura de escape. Estos autores encontraron que

tres zonas evaluadas estuvieron dominadas por Chusquea y tres tuvieron una escasa cobertura de

bambú. La abundancia de aves (en las estaciones de escucha) estaba positivamente correlacionada con

la cobertura total de sotobosque y el porcentaje de cobertura de bambú, pero no presentaba correlación

con la cobertura de otras especies de plantas en el sotobosque. También la riqueza de especies de aves

estaba correlacionada positivamente con la cobertura de bambú y negativamente con la cobertura de

otras especies del sotobosque, pero no tuvo correlación con la cobertura total del sotobosque. Las

especies que se alimentaron en el follaje, Scytalopus magellanicus, Eugralla paradoxa y

Sylviorthorhynchus desmursii, y una especie que forrajeba en suelo, Scelorchilus rubecula, fueron más

abundantes en las áreas dominadas por bambú, pero otra especie de suelo, Pteroptochos tarnii, fue más

118
frecuente en estaciones con escasa cobertura de bambú. La disponibilidad de invertebrados por unidad

de biomasa seca de sotobosque no difirió entre áreas con dominancia o escasez de bambú, pero la

biomasa vegetal fue mayor en las primeras. Por lo tanto, la abundancia total de invertebrados en las

áreas de bambú fue mayor. La abundancia de invertebrados en la hojarasca fue similar en todas las

estaciones. Para examinar posibles preferencias de cobertura de escape, se liberaron nueve individuos

de S. rubecula frente a dos tipos de sotobosque (mucha cobertura de bambú o sin bambú); 88% de las

aves eligieron cobertura de bambú. Los autores sugieren que el sotobosque de bambú es crítico para la

manutención de cuatro especies de aves, por lo que la retención de cobertura de bambú en bosques

manejados puede reducir el impacto de la alteración del hábitat sobre las aves del sotobosque.

Sharma et al (1992) en las zonas tropicales estacionalmente secas de India, también han

encontrado que el bambú conserva la humedad del suelo y mitiga los efectos adversos de la sequía para

la flora y la fauna.

En el oeste de Myamar, Platt et al. (2010) han observado que la especie de bambú productora

de grandes frutos, Melocanna baccifera proporciona hábitat para una gran diversidad de grandes

mamíferos, muchos de ellos clasificados como en peligro de extinción. También existen informes de

que las ardillas y otros roedores, consumen sus semillas (Thom 1935; Chatterjee 1960). Asociaciones

M. baccifera mantienen a diversas comunidades de pequeños mamíferos (Wiles, 1981) y aves (Wiles,

1979), en Tailandia. Algunos cazadores también han encontrado que la tortuga Heosemys depressa

consume semillas de M. baccifera. Platt y Myo Myo (2009) recorrieron fragmentos de semillas no

digeridas de esta especie en las heces de la tortuga.

En México hace falta realizar varios estudios sobre la importancia de las especies de bambú

119
para la fauna.

4.4 La tasa de crecimiento

Cuando se realiza la restauración en zonas tropicales con un enfoque ecológico, se busca utilizar

inicialmente especies pioneras, ya que estas son las principales responsables del inicio del proceso de

sucesión. De acuerdo con Parrota (1992) y Lamb (1998), estas especies ofrecen la ventaja de

transformar rápidamente áreas ocupadas con cultivos, pastos o hasta las mismas áreas abandonadas, en

bosques nativos y sirven de excelentes abrigos para la fauna. Por su rápido crecimiento, pueden en

poco tiempo, suprimir el crecimiento de los pastos, que son los grandes competidores para la

germinación y establecimiento de las nuevas especies de árboles (Holl, 1999). Por lo tanto, para el

establecimiento de proyectos de restauración una importante característica de las especies implantadas

inicialmente debe ser una alta tasa de crecimiento.

Díaz-Fuentes (2005) en Veracruz, ha evaluado la tasa de crecimiento durante cinco años de

cinco especies de bambú en México. La especie del genero nativo Guadua angustifolia, presentó una

tasa de crecimiento en diámetro de 2.3 cm por año, y una tasa de 3.2 cm por año en el cuarto y quinto

año. Esta tasa equivale a la tasa de crecimiento de una especie de árbol con la tasa de crecimiento más

alta de un bosque tropical en Costa Rica (Cecropia obtusifolia) encontrado por Clarck y Clarck (1999).

Por lo tanto, el bambú ofrece una visible ventaja en la restauración sobre otras especies de árboles en

términos de tasa de crecimiento.

4.5 El secuestro de carbono

Li et al. (2003) considera el bosque de bambú una importante fuente de carbono y un sumidero de

carbono en la tierra. Teniendo en cuenta la respiración del bambú y su descomposición, su producción

120
primaria neta es la cuestión clave. En los bosques naturales de los trópicos, el bambú se esparce de

manera gregaria donde hay disturbios por la tala y cultivos. Los bambúes son los de más rápido

crecimiento, alcanzando su máxima altura en dos a cuatro meses, y la ramificación se inicia muy pronto

cuando los tallos alcanzan su altura plena. Así, el bambú es muy vigoroso y dinámico en el

crecimiento. Debido a su rápida acumulación de biomasa y eficaz fijación de la energía solar y de

dióxido carbono, la capacidad de secuestro de carbono de bambú es probable que esté entre una de las

mejores en las regiones tropicales.

Para el genero Chusquea (genero nativo de México) en Chile, Veblen (1980) ha encontrado que

la biomasa aérea total (cuyo contenido de carbono es alrededor de 40 %) fue de 155.9 t/ha para la

especie Chusquea culeou y 13 t/ha para Chusquea tenuiflora. Esto significa un estoque de carbono fue

de cerca de 63 y 6 t por hectárea respectivamente.

En una plantación de Bambusa bambos tropical en el sur de India, reproducido a través de

cultivo de tejidos con fertilización y riego, se alcanzó una producción de biomasa aérea de 286 t/ ha en

6 años o 114 t de Carbono/ha.

El estoque de carbono tanto del bosque natural de Chusquea culeoues como de la plantación de

Bambusa bambos (plantado) fueron mucho más altos al encontrado para los bosques tropicales

estacionalmente secos (38 y 17 t C/ha) en África por Gibbs y Brown (2007) y por De Fries et al. (2002)

en Latinoamerica (55 t C/ha). Esta información comprueba que algunas especies de bambú tienen un

gran potencial para el secuestro de carbono. Sin embargo falta desarrollar este tipo de estudio para

especies mexicanas.

121
A pesar de los resultados anteriores, Liese (2009) argumenta que es probable que el bambú no

sea mejor que los árboles, y que se necesita mucho más investigación para establecer el verdadero

potencial del bambú para el secuestro de carbono. Este autor considera que el supuesto de que el bambú

posee un alto potencial de secuestro de carbono de se deriva principalmente del rápido crecimiento de

la caña individual durante su fase de expansión. Sin embargo, la biomasa de las cañas jóvenes no se

origina en su propia fotosíntesis, sino que deriva de la energía producida por los tallos más viejos de los

años anteriores y se almacena en forma de carbohidratos en sus tallos y el sistema de rizomas. Al

comienzo de la temporada de crecimiento esta energía es movilizada y transportada a la caña de

crecimiento. El tallo individual tiene una vida útil limitada de 7-10 años, y después de eso, su biomasa

y el carbono contenido en ella se deterioraran biológicamente en sus orígenes, entre ellos también en

CO2, que es liberado a la atmósfera. Además, la floración gregaria de algunas especies, a menudo en

todo el mundo y seguido de su muerte, puede constituir en una producción masiva de CO 2.

Por otra parte, este autor considera que el secuestro prolongado de carbono se realiza a través de

la gran variedad de productos de bambú, que cumplen con las necesidades diarias de más de 1,5

millones de personas. Por lo tanto, aunque el secuestro de carbono de los bosques de bambú puede no

influir en la mitigación del calentamiento global, tanto como algunos protagonistas han estado

discutiendo, las plantaciones para la producción ecológica y sostenible de alimentos, fibras y energía, y

sus servicios ambientales, incluyendo la estabilidad del suelo y el manejo de las aguas residuales, son

muy importantes para la adaptación al cambio climático.

4.6 El uso del bambú en la restauración productiva

Las características de bambú lo convierten en una solución ideal para las consecuencias ambientales y

sociales de la deforestación tropical. La técnica de restauración productiva más utilizada para el

122
establecimiento de proyectos de restauración productiva con bambú es la agroforestería. En la

agroforestería, las especies arbóreas hacen un enlace entre una fase de la sucesión y sostienen a las

especies agrícolas asociadas, suministrándoles fertilizantes naturales, a través de la fijación de

nitrógeno, materia orgánica y facilitan la absorción de fósforo (Ibrahim y Camargo, 2001).

El bambú puede hacer parte de un sistema agrícola a través de un sistema de cultivos en

callejones (fajas de bambú estrechas intercaladas con fajas más anchas de cultivos), especialmente en

terrenos inclinados, donde a cada 4 o 5m el bambú puede ser plantado en curva de nivel. Sus raíces

aumentan la retención del agua de la lluvia, sus hojas agregan materia orgánica, protegen el suelo

contra el impacto de las gotas de la lluvia y detienen el escurrimiento superficial del suelo y al

decomponerse, aumentan la capacidad de intercambio catiónico del suelo. Por otra parte, las fajas de

bambú pueden funcionar como un biocorredor al ofrecer perchas para los pájaros y escondite para

pequeños vertebrados, entre fragmentos de bosque (Falcy y Estades, 2007).

Por otra parte pueden ser establecidas parcelas forestales únicamente de bambú, que podrían

proporcionar servicios ecosistémicos similares o mayores que los sistemas agroforestales, ya que las

fajas de bambúes estarían más cercanas.

En algunos países asiáticos se utilizan los sistemas agroforestales con bambú para recuperar

tierras degradadas. Por ejemplo en China, los sistemas agroforestales más utilizados son: té y bambú,

bambú y coníferas o árboles maderables, bambú y cultivos y/o creación de pescados o pollo, bambú y

hongos comestibles y bambú y plantas medicinales (Fu et al., 2000). Con el establecimiento de estos

sistemas agroforestales se considera que la rehabilitación de la tierra ha sido alcanzada, además con la

diversidad de cultivos hubo una reducción del ataque de enfermedades y plagas y aumentó la

123
sustentabilidad económica con relación a las calamidades como fuertes heladas, ya que no todos los

cultivos son susceptibles y la presencia del bambú mejora el microclima. En estos sistemas, debido a

que las raíces subterráneas tienes diferentes distribuciones espaciales, todos sus componentes pueden

aprovechar plenamente la fertilidad del suelo, lo que aumenta el crecimiento de las diferentes

poblaciones. La hojarasca puede también aumentar, lo que resulta en el incremento de la materia

orgánica, nitrógeno, fósforo, potasio, etc., sobre todo, si se utiliza plantas fijadoras de nitrógeno

asociadas al bambú.

India es el país donde más se ha evaluado el uso del bambú en sistemas agroforestales.

Krishnankutty (2004) ha encontrado que en huertos familiares (cultivos mixtos) en Kerala, que

Bambusa bambos ocupó el segundo lugar en términos de rentabilidad (relación costo-beneficio) entre

los grupos de cultivos y se debió a los bajos insumos utilizados y el alto precio del bambú. Seshadri

(1985) observó que el cultivo de la soya intercalado con bambú durante los primeros seis años fue

técnicamente factible y económicamente viable. Asimismo, informó que el período de cultivo

intercalado puede ampliarse aún más en un mayor espaciamiento entre las cañas de bambú y con una

poda del bambú.

Con el fin de restaurar tierras agrícolas degradadas en el centro de India, Behari (2001)

desarrolló con éxito siete modelos agroforestales con tres especies de bambú (B. bambúes, B. nutans y

D. strictus). Los cultivos asociados fueron: soya (Glycine max), Níger (Guizotia abyssinica), Moong

(Phaseolus aureus), trigo (Triticum aestivum), Gram Negro (Phaseolus mungo),


frijol de árbol

(Cajanus Cajans) y Mostaza (Brassica campestris).

Jha (2010) ha evaluado el crecimiento de tres especies de bambú (Dendrocalamus hamiltonii,

124
Dendrocalamus longispathus y Bambusa tulda) asociados con los cultivos de soya en sus entrelineas en

terrenos inclinados y degradados el nordeste de India. Las matas de Dendrocalamus hamiltonii

pudieron ser manejadas de manera sustentable por la introducción de un ciclo de corte de cuatro años,

haciendo un desbaste de 50% y a los 45 cm de altura. Similarmente Dendrocalamus longispathus pudo

ser manejado de manera sustentable por la introducción de un ciclo de corte de cuatro años haciendo un

desbaste de 50% a 75%, a los 45 cm de altura (Laha y Jha, 2008).

En el Distrito de Kasaragod en India, los campesinos a menudo se enfrentan a la amenaza de los

animales salvajes y el pastoreo en sus áreas agrícolas. Para superar estos problemas utilizan cercos

vivos permanentes con diferentes plantas. Entre ellas se encuentran tres especies de bambú. Estos no

sólo protegen los campos, sirven como protección contra el viento y también juegan un papel

importante en la conservación de algunas plantas (Prasad y Raveendran, 2010).

4.7 Las aplicaciones potenciales del bambú

Además de sus características benéficas para los ecosistemas, el bambú posee una serie de aplicaciones

que estimulan su cultivo y su uso en la restauración productiva. Además de las aplicaciones locales

investigadas por Rodrígues (2010) y otros autores, existen algunas aplicaciones potenciales que aún

están siendo investigadas pero que ofrecen un gran potencial.

Bioenergía: De acuerdo al Bambubrasileiro (2009), la utilización del bambú como biomasa para la

producción de energía tiene un gran potencial tanto para la producción de leña como de carbón vegetal

por su alto valor calorífico, que no es muy diferente del eucalipto, especie más utilizada en Brasil para

la producción de leña y carbón. El poder calorífico medio de cinco especies de bambú varió de 6.490

para Guadua angustifolia a 8.675 para Dendrocalamus giganteus. El poder calorífico de Eucalyptus

125
urophylla (Hibrido), una da las especies más utilizada en Brasil para la producción de carbón, es de

8.487.

Construcción: En Asia y en otros países de América Latina como Perú, Ecuador, Costa Rica y

Colombia, el uso del bambú es muy generalizado en la industria de la construcción donde varios

ejemplos de edificios que confirman su potencial. Ghavami y Marinho (2001) consideran que el uso de

bambú a una escala comercial como material ingeniería es económicamente viable pero es necesario

que se realicen estudios científicos sistemáticos que deben ser complementados con el mejoramiento de

técnicas de cultivo, de cosecha, el tratamiento y post-tratamiento de la madera y análisis estadísticos de

las propiedades físico-mecánicas del todo el tallo del bambú. Ferreira et al. (2001) probaron tres vigas

de bambú y compararon con una viga de referencia reforzada con acero. Los autores confirmaron la

viabilidad técnica del uso de bambú como refuerzo en vigas de concreto.

Laminados: De acuerdo con Beraldo y Azzini (2004), la producción de laminados sea tal vez la

aplicación más prometedora para el bambú, ya que añade valor a una amplia gama de productos que

pueden ser producidos con este material para sustituir la madera. Se ha encontrado que las especies

Dendrocalamus giganteus y Bambusa vulgaris tienen potencial adecuado para la fabricación de

laminados. El factor limitante de estas especies es la falta de equipos para realizar la laminación de

pequeñas tiras (Beraldo y Rivero, 2003).

4.8 El potencial del género Olmeca para la restauración

Las especies Olmeca recta en Veracruz y Olmeca reflexa en Chiapas son las únicas que

hasta la fecha de entre los bambúes de México, se conoce que producen frutos carnosos,

en contraste con los pequeños y secos otros géneros (Soderstrom, 1981). Esta característica es muy

126
importante para la restauración, ya que la presencia de frutos atrae la fauna hacia el área restaurada, ya

que la planta además de proporcionar abrigo, puede proporcionar alimento. Estos animales cuando

posan en las ramas de una planta, normalmente traen en su aparato digestivo semillas de otras especies,

con las cuales ya se alimentaron y al defecar, dispersarán sus semillas, acelerando el proceso sucesional

y aumentando la diversidad biológica del área de restauración (Holl, 1998, Leitão et al., 2010).

Además, a diferencia de otros géneros, se ha encontrado que la floración y fructificación del

Olmeca dura varios años (Cortés Rodríguez y Aguilar Amar, 2012). Esta frecuencia también en la

floración puede atraer hacia el área de restauración por más tiempo a las especies polinizadoras.

Polinizadores y dispersores son responsables por el flujo génico de la gran mayoría de las plantas, y

actúan como enlaces móviles entre áreas de restauración y las áreas conservadas. Por lo tanto, la

recuperación de estas interacciones mutualísticas en áreas de restauración es un factor clave para su

autosustentabilidad (Varassin en Ceccon, en revisión). D este modo, el estudio de este género de bambú

debería ser una prioridad en México.

5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

 El bambú es una familia que presenta un gran potencial tanto para la restauración ecológica

cuanto para restauración productiva. Primeramente porque es planta adaptada a diversos tipos

de condiciones tanto de suelo como climáticas y tiene pocas exigencias nutricionales y presenta

una alta tasa de crecimiento. Además hay varias maneras de reproducirlo, por lo que el una

planta con un manejo sencillo y económico.

 El uso del bambú para el control de la erosión y la rehabilitación del suelo esta solidamente

comprobado, además de la fácil adaptación de la planta a ambientes de encuestas y orillas de

127
cuerpos de agua. Su presencia en estos locales puede evitar el azolve de los ríos, mejorando la

calidad del agua y la diversidad de los cuerpos de agua.

 Se reconoce a través de algunos estudios el potencial del bambú como abrigo y alimento para la

fauna. El género Olmeca de México tiene un gran potencial ya que produce frutos y flores

durante varias temporadas.

 A pesar de que los estudios aún no son concluyentes, por su alta tasa de crecimiento el bambú

presenta un gran potencial para el secuestro de carbono.

 Por sus múltiples usos reconocidos y potenciales y por sus características ecofisiologicas el

bambú es una especie de gran potencial para la restauración productiva. Varios estudios

realizados principalmente en China e India confirman este potencial.

 En Brasil, en septiembre de 2011 la presidente aprobó la Ley 12484/2011, que creó la política

nacional de incentivo al cultivo de bambú, para impulsar acciones del gobierno y proyectos

privados en la producción y uso del bambú. La propuesta tiene como objetivo utilizar el

manejo bambú como un instrumento promoción del desarrollo socioeconómico regional (Lei de

Incentivo ao Bambu, 2012). México, es la tercera zona con mayor diversidad de especies de

bambú leñoso del continente americano, y por lo tanto presenta un enorme potencial para su

manejo. Sin embargo, aún no se ha despertado un verdadero interés por estas plantas en el país.

El gobierno mexicano debería seguir el ejemplo de Brasil y sancionar una ley con el mismo

propósito ya que incluso hay algunas especies que están en un serio riesgo de extinción, sin

siquiera haber sido reconocido sus beneficios ecológicos y económicos (Rodríguez, 2010).

128
Capítulo 5:

El Bambú como pieza estructural para construcciones y

cubiertas ligeras.

D.I. Adolfo Balfre Gutiérrez Nieto*

"La sabiduría del Bambú es saber doblarse sin romperse

y sacudirse cuando la tierra tiembla”

Proverbio Zen

1. Introducción

Desde tiempos inmemorables el hombre del trópico ha utilizado una gama de diferentes especies

locales de bambú, como materia prima para sus casas, sus balsas, sus puentes, sus armas, herramientas

y comida. En este capítulo se tiene como objetivo explicar los principales elementos de los sistemas de

construcción con bambú, reconociendo el aporte de la vivienda tradicional y los avances en la

arquitectura moderna. En este sentido, el ámbito de la construcción en la actualidad más allá de la

*
Adolfo B.Gutiérrez Nieto es Diseñador Industrial y profesor de asignatura en el Centro de Investigaciones de Diseño
Industrial en la Universidad Nacional Autónoma de México. Agradece al proyecto PAPIIT-UNAM IN300112:
“Modelos experimentales para viabilizar la integración de la población local en actividades de restauración” así como al
CRIM-UNAM quienes han permitido la realización de esta investigación.

129
simple consideración del bambú como una madera más, han sido desarrolladas recientemente

estructuras libres, que solo pueden funcionar con un material tan largo y ligero como el bambú.

Esto es así debido a la curvatura natural del bambú y por lo tanto se pueden construir formas

geométricas que serían muy complicadas de lograr con materiales industriales. Pero siguiendo la lógica

innata de esta fibra natural se logra no solamente una estética muy orgánica. La utilización de este

material ecológico amable no es solamente un sustituto de la madera, -el bambú impone un estilo

nuevo en la arquitectura. Su sistema constructivo es fácil de entender, las técnicas son simples y pueden

elaborarse hasta por personas no especializadas (Stamm, 2008). A esto se agrega que en muchos países

tropicales, tanto en zonas rurales como en zonas urbanas, la vivienda es todavía construida en buena

parte con bambú.

El bambú ha sido desde siglos una pieza vital muy importante para muchos pueblos en su

desarrollo. Países de todo el mundo desde Filipinas, China, Canadá, Colombia, Senegal o Francia

siguen usando el bambú. Sin este recurso el desarrollo de muchos de estos países y alrededores habría

sido totalmente diferente. Aunque se tenga referencia sobre su uso principal en territorios menos

desarrollados, existen cada vez más las construcciones sustentadas con este material natural, ecológico

y denominado como el acero vegetal (Rodríguez, et. al., 2008).

Ello permite pensar que el bambú es un material perfecto para promocionar mercados locales en

todo México, ya que puede crecer en buena parte de la república, su tratamiento (curación) se realiza de

manera local y puede ser aprovechado para un sin fin de usos locales como lo es la construcción de

130
palapas, de casas, elaboración de decoraciones interiores y utensilios de trabajo y cocina entre muchas

otras que hoy en día son traídas de otras partes, producidas por empresas transnacionales como las

cementeras o importadas. De tal manera se considera que el bambú puede ser una solución a la creación

de trabajos dignos, que sean armoniosos con la naturaleza como lo propone la economía budista.

Sin embargo, aunque sea fácil de usar si es necesario contar con un conocimiento básico de

sobre cómo utilizar el bambú. Este capítulo tiene como objetivo mostrar la parte técnica que se debe

tomar en cuenta para capacitar a la población y que ésta pueda darle un gran provecho, ya que sólo

existe una bibliografía diminuta sobre este tema para el país y para el sureste mexicano es

prácticamente inexistente. Las cuestiones técnicas son fundamentales para que la población pueda

conocer las posibilidades con las que puede impulsar su desarrollo local de manera autogestiva. La

tecnología necesaria no pasa de la tecnología intermedia fácilmente adquirible. De hecho casi toda la

herramienta es usada por los carpinteros y herreros. Sin embargo, es importante conocer las

características del bambú, ya que un error habitual es pensar que puede ser tratado exactamente igual

que la madera. De esta manera se debe evitar lo más posible el perforar o introducir clavos, ya que ello

raja el tallo. La experiencia obtenida en la construcción de prototipos ha mostrado que la parte técnica

del bambú es rápidamente aprendida por quienes han trabajado la madera.

20
En el caso de la construcción la Guadua ha demostrado ser una especie forestal representada
20
La guaduas (Guadua spp.) son un género de plantas de la familia de las poáceas. En el año de 1806 fue descrita por
Alexander von Humboldt y Amadeo Bonpland quienes vieron esta planta en Colombia y la llamaron Bambusa guadua,
luego en 1822 fue clasificada por Carl Sigismund Kunth como Guadua angustifolia. No se sabe a ciencia cierta el
origen de la palabra guadua, aunque ciertos especialistas creen que podría ser venezolano. Estas versiones emergen de
las variantes “Guadúas”, “Guaja” con las cuales se conoce esta planta en este país. Y también se suele emplear el
término "guasdua" como nos recuerda la ciudad de Guasdualito, en Venezuela. Este recurso se utilizaba ya desde épocas
remotas por parte de los primitivos pobladores de los Andes, y actualmente sigue siendo usada, especialmente en la
región centro-occidental de Colombia (Vélez, 2012).

131
por esbeltos y modulados tallos que enaltecen el paisaje, es larga, recta, uniforme en su desarrollo,

liviana, hueca, resistente, suave, de rápido crecimiento, de bello color e imperceptiblemente cónica. Su

valor depende de la aplicabilidad y del espacio físico donde la misma se utilice.

Conocido como ”la gramínea maravillosa”, el bambú crece en zonas templadas de todo el

mundo, especialmente en Asia y América y se distingue por su resistencia estructural, liviandad y

hábitat perenne. Una vez que se siembra, estará ahí toda la vida. Mientras un árbol maderable demora

en crecer 15 o 20 años, un bambú apenas necesita cinco años. Ya se está reconociendo el bambú como

recurso económico, protector de la tierra y fuente de ingresos. Las familias campesinas saben que si

siembran hay industrias que se lo compran. Se está propiciando un nuevo tipo de economía.

Innumerables usos por sus características físico-mecánicas que garantizan elementos estructurales para

falsa obra, pisos, paredes, tabiques, puertas, ventanas, artesanías y otros. Asimismo, el bambú permite

contribuir a la preservación de cuencas hidrográficas quebradas y laderas erosionadas, que

proporcionan una eficiente recuperación de los suelos por su gran capacidad de amarre del sistema

rizomático. Es decir, donde hay agua no se seca el río y el agua es potable (Rodríguez et. al., 2008).

Existen muy pocas especies maderables que tengan tantas ventajas como el bambú, el hecho de

que se llegue a usar correctamente en México depende de “la voluntad” que se tenga y de que quienes

lleguen a conocer sus “posibilidades” se decidan a utilizarlo.

2. El bambú como material de construcción

En el campo de la construcción, son muchos los ejemplos que se pueden encontrar de estructuras

132
hechas de bambú. Actualmente se reconoce un total de 90 géneros y unas 1500 especies de bambúes en

el mundo, que se distribuyen desde los 46º grados de latitud norte hasta los 47º grados de latitud sur, y

desde el nivel del mar hasta los 4 000 metros de altitud en los Andes ecuatoriales. México ha sido

clasificado como de “moderada diversidad” pues se han descrito hasta el momento 42 especies y dos

subespecies nativas de ocho diferentes géneros de bambúes leñosos, y tres géneros con cuatro especies

de bambusoides herbáceos que habitan principalmente los estados del sureste, a una altitud que va

desde el nivel del mar hasta casi 3 000 m [Chusquea bilimekii] (Cortés, 2000; Ruiz-Sanchez, 2012;

Ruiz-Sanchez et al., 2011a; Ruiz-Snchez et al., 2011b).

Los sistemas constructivos ofrecen siempre alguna ventaja al utilizarlos. Por ejemplo, el

concreto ofrece gran durabilidad y resistencia, el acero una enorme trabajo estructural, la madera una

muy buena resistencia y durabilidad. Sin embargo, también presentan frecuentemente alguna

desventaja, ya sea por peso y volumen o por tiempo de construcción y mano de obra requerida, o por

los inestables precios en el mercado.

El bambú es una planta que puede utilizarse prácticamente como se encuentra en la naturaleza,

esto quiere decir que se podría obtener materia prima, a un costo verdaderamente bajo en relación a los

demás materiales para construcción sin necesitar de complicadas instalaciones o procesos de

transformación y habilitado, como es el caso incluso de la madera.

El bambú es muy a menudo considerado como una madera hueca y los “sistemas constructivos”

de la carpintería tradicional se prestan en muchos casos para la aplicación a este tubo largos. Pero más

133
allá de componer simples estructuras de poste y viga se pueden diseñar estructuras con una lógica

innata a este tallo largo y liviano. También se debe aprender las técnicas nuevas, para lograr luces más

grandes y estructuras más audaces, que empujan la arquitectura ecológica hacia nuevas fronteras

(Stamm, 2008).

Estudios para la preservación del bambú en zonas tropicales han sido ya ampliamente

estudiados en (Liese, 1980, 1992, 1997) por lo que sólo se mencionará la forma más eficiente con la

que se trabajar hoy en día. Para utilizar el bambú sólo hace falta cortarlo en su estado de madurez,

secarlo en posición vertical aproximadamente 30 días en un lugar techado y posteriormente sumergirlo

algunas horas en un compuesto de sales de boro y agua con el propósito de aumentar su resistencia a la

intemperie y reducir al mínimo la posibilidad de que lo ataque una plaga. En este caso lo que debe

hacerse es introducir lo antes posible el bambú recién cortado en agua (en un embalse, río o estanque).

Para extraer la savia, dejar el bambú entre seis y ocho semanas en el agua a fin de eliminar las

sustancias químicas que se encuentran en el tabique de la caña y conseguir tubos más resistentes.

Ilustración 1: Taller de Bambuver AC en Huatusco, Ver.

134
Foto: D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, mayo de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental A.C.

Posteriormente, se puede utilizar en tramos enteros que van desde un metro o menos y hasta 5 -

7 - 12 metros de largo dependiendo de la especie que se esté cultivando (véase ilustración 1). También

puede utilizarse en tiras longitudinales que son mucho más flexibles o incluso como fibra. Puede

además laminarse para utilizarlo como hojas, aunque esto representa un proceso secundario y requiere

de tecnología más costosa (Janssen, 1995).

2.1. Características especiales del bambú

El bambú es una hierba perenne leñosa que vive un número indeterminado de años. Crece con rapidez,

y se produce naturalmente en todo el mundo, pero sobre todo en el Asia tropical. El bambú chino o

«bambú amarillo» (Bambusa vulgaris) se ha introducido en varios países de África y América Latina

135
donde ahora se encuentra muy extendido en alturas situadas entre el nivel del mar y los 1 500 m.

Los tallos de madera de bambú, o cañas, son cilíndricos y están divididos a intervalos por nudos

de los que salen ramas. En cada nudo hay un tabique de separación que aisla completamente la cavidad

de un internudo de las adyacentes. Los tallos están cubiertos, tanto por fuera como por dentro, por

fuertes cutículas cerosas que ofrecen considerable resistencia a la absorción del agua, sobre todo

cuando se han secado debidamente. El bambú alcanza su mayor nivel de resistencia a los tres o cuatro

años. Por su versatilidad, tiene numerosas aplicaciones, por ejemplo, para material de construcción,

tuberías y control de la erosión.

Existen diversos aspectos de preservación a tener en cuenta por el contenido de almidón y humedad

presentes en el bambú:

• En la plantación es recomendable colocar culmos cortados y recostados lo más verticalmente

posible sobre los culmos circundantes, de manera que se mantengan aislados del suelo.

• El material debe secarse, ya sea al aire libre (colocando los culmos horizontalmente y

espaciados, bajo una cubierta ligera), en estufa o cámaras de metal o ladrillo y hormigón (es la

forma más rápida) o a fuego abierto (a una distancia de 40 o 50cm. del suelo, se introducen

carbones y/o maderas secas encendidas).

• Por medio de sustancias químicas preservantes, se ayuda a prolongar las estructuras físicas y los

componentes del Bambú. El volumen y el rendimiento del Bambú varían de acuerdo a la

especie en particular y a las condiciones en que se encuentre. Existe un volumen anual actual de

1.000.0000 de toneladas de producción en todo el mundo (Rodríguez et.al., 2008).

136
2.2. Propiedades Físico-Mecánicas

Una característica de todo producto de la naturaleza es su variabilidad; la Guadua como tal es buen

ejemplo de ello. No existen dos pedazos de guadua iguales, aun siendo parte del mismo tallo o caña. Se

presentan condiciones del ambiente como son el suelo y el clima que afectan la tasa de crecimiento, así

como la estructura, la forma y las propiedades de resistencia. Se pueden mencionar otros ejemplos que

son fuentes de variación en las propiedades de la guadua como la presencia o ausencia de luz y las

labores silviculturales en el guadual como la poda de ramas. Se puede concluir entonces, que la guadua

es un material bastante heterogéneo en su constitución interna, producto del medio ambiente donde se

desarrolle (Rodríguez et.al., 2008).

En el diseño de una construcción el arquitecto o ingeniero debe garantizar seguridad, calidad,

economía y durabilidad, aplicando su conocimiento científico y tecnológico. En el campo de la

construcción, el comportamiento de los elementos estructurales tiene una fuerte relación frente a los

diferentes esfuerzos a que se ven sometidos (véase tabla 1).

Tabla 1 – Módulo de elasticidad en bambú (especie Guadua).

Unidades en Módulo de Módulo de


Módulo de elasticidad
Kg/cm2 elasticidad a elasticidad a
a flexión
Material tracción compresión

GUADUA 190.000 184.000 179.000

Especies
90.000-180.000 96.000-169.000 108.000-128.000
maderables
Fuente: EPS.,2008.

137
En el caso del bambú, las propiedades mecánicas dependen de las características físicas del

material que en particular sea utilizado para la construcción y no corresponden a valores absolutos o

comparables con otras muestras, ya que las condiciones varían notablemente. La tabla 2 corresponde a

un esquema comparativo general ya que casi siempre, para un mismo material sus resistencias pueden

variar (Rodríguez et. al., 2008).

Tabla 2 – Resistencia a tracción, compresión y flexión de bambú (especie Guadua) y otras especies maderables.

Unidades en Resistencia a Resistencia a

Kg/cm2 Resistencia compresión compresión Resistencia a

a tracción Perpendicular Paralelo a flexión

MATERIAL a la fibra la fibra

GUADUA 430 560 650 740

ALISO

(Platanus 108 68 357 460

racemosa)
ARBOLOCO

(Smallanthus 500-1500 132 405 390

pyramidalis)
Especies
1000 50-144 400 500-720
maderables
Fuente: EPS, 2008.

Siguiendo a Rodríguez et. al. (2008) por la esbeltez durante su crecimiento es sometido a

fuertes cargas de viento. Los tabiques de entrenudo producen rigidez y elasticidad, evitan su ruptura al

138
curvarse (característica apropiada para construcciones sismorresistentes). Su crecimiento cónico

constituye una desventaja, ya que se obtienen secciones de diámetros variables, pero a través de un

proceso de cultivo de invernadero es posible obtener grosores de forma secuencial que logren facilitar

la resolución de uniones. Un ejemplo es la bambusa guadua, la cual es abundante en el eje cafetero

colombiano, su rápido crecimiento constituye una de sus principales ventajas. Es un material

económico muy resistente a los esfuerzos de compresión, tracción y flexión.

La tabla 2 muestra la resistencia de distintos materiales cuando está sometida a diferentes

esfuerzos dentro de una construcción:

• Esfuerzo: Es una fuerza expresada con base en la unidad medida de área.

• Resistencia a Compresión: Se presenta cuando la fuerza actúa acortando una dimensión o

reduciendo el Volumen del cuerpo en cuestión; se define como la fuerza total de compresión

dividida por el área de la sección transversal de la pieza sometida al esfuerzo. La compresión

paralela a la fibra o al grano, esta implicada en muchos usos de la guadua, en columnas, postes,

puntales para minas y todos aquellos casos donde la madera está sometida a cargas. Del ensayo

de compresión perpendicular se obtienen datos para el cálculo de esfuerzo de las fibras al límite

proporcional (EFLP), que es el esfuerzo máximo en compresión que la madera puede soportar

sin deformarse, máxima resistencia a la compresión y el módulo de la elasticidad.

• Resistencia a Flexión y Tracción: En el uso de la guadua para la construcción, la resistencia de

la flexión es la propiedad más importante. Entre la compresión paralela, la tracción paralela y la

flexión existen las siguientes relaciones: la resistencia a la flexión es alrededor del 75% mayor

que la resistencia a la compresión. La flexión se presenta en partes estructurales denominadas

vigas, las cuales pueden ser simples, empotradas y de viga continua.

139
Desde el punto de vista mecánico, frente a requerimientos energéticos constructivos, de

resistencia y rigidez por unidad de área, facilidad y seguridad de uso, etc, el bambú se puede comparar

de manera favorable con materiales de uso común como el hormigón, el acero y la madera. La gran

versatilidad del bambú se debe en gran parte a su estructura anatómica y morfológica. La sección

circular ahuecada presenta algunas ventajas estructurales en comparación con secciones macizas o

rectangulares de otros materiales. “El bambú requiere sólo el 57% de su masa cuando es usado como

viga y sólo un 40% cuando es usado como columna” (Janssen, 1988).

Aunque la composición química de la madera y del bambú no difiere demasiado, el bambú es

dos veces más rígido que la madera. La razón de esto es aún desconocida y la hipótesis más creíble es

la diferencia entre el ángulo de disposición de la celulosa, las microfibrillas y la célula-eje, siendo 20º

para la madera y solo 10º para el bambú (Rodríguez et.al.,2008).

2.3. Deformación –Eficiencia

Las siguientes tablas permiten comparar algunos aspectos mecánicos del bambú en relación con la

energía de tensión acumulada y eficiencia frente al hormigón, el acero y la madera (Janssen, 1981).

En la tabla 3 se puede ver cómo el bambú puede acumular tanta energía de tensión como la

madera. La capacidad del bambú y la madera está entre la del acero y el hormigón. De la máxima

capacidad de acumulación de energía de tensión dependerá su fortaleza y seguridad.

Tabla 3. Energía de tensión acumulada: hormigón, acero, madera y bambú (especie Guadua)

140
Energía de
Esfuerzo de Energía de tensión
E Tensión tensión
trabajo acumulada
acumulada

Material de
(N/mm2) (N7mm2)-6 en10 (J/m3) (J/kg)
trabajo

Hormigón 8.0 25.000 300 1200 0,5

Acero 160.0 210.000 800 64000 8,2

Madera 7.5 11.000 700 2600 4,3

Bambú
10.00 20.000 500 2500 4,2
(Guadua)
Fuente: Janssen, 1988.

Tabla 4. Eficiencia : hormigón, acero, madera, bambú (especie Guadua)

Esfuerzo de trabajo E

Peso por volumen Peso por


Material
2(N/mm2) volumen

(kg/cm3) (kg/cm3)

Hormigón 8/2400=0.003 25000/2400=10

Acero 160/7800=0.020 210000/7800=27

Madera 7,5/600=0.013 11000/600=18

Bambú (Guadua) 10/600=0.017 20000/600=33


Fuente: Janssen, 1988.

Según la tabla 4, el bambú es tan eficiente como el acero, y en ambas columnas de eficiencias el

bambú y el acero son muy similares y mejores que las correspondientes para la madera y el hormigón.

141
En la tabla 5, para dar ejemplo sobre la eficiencia del bambú en flexión, se realizó un sencillo

puente calculado para hormigón reforzado, acero, madera y bambú, empleando 750 N de peso muerto

en tres metros de luz.

Tabla 5 . Comparación eficiencia hormigón, acero, madera y bambú (especie Guadua) en hipotético puente de luz

corta (3m.)

Esfzo
Sección Deflexión Masa del
Tensión
(mm) (mm) puente (kg)
(N/mm2)

Hormigón 10 40x100 9 32

Acero 160 30x30 31 13

Madera 10 35x100 15 6

Bambú
10 100x80 (*) 7,5 5
(Guadua)
Fuente: Janssen, 1981. (*) diámetro externo ∅ 100mm. Diámetro interno ∅ 80mm.

Con base en Rodríguez et.al. (2008) el bambú y la madera son considerados eficientes en

flexión ya que de ellos sólo se requieren 5 y 6 kg. de material para fabricar el puente. En tanto que para

fabricar el mismo puente se requieren 13 y 32 kg. de acero y hormigón respectivamente.

A continuación se explica la seguridad del material. El bambú, dada su capacidad de respuesta frente a

terremotos y huracanes, es generalmente considerado como un material que ofrece seguridad. Esta

afirmación está relacionada con dos propiedades mecánicas a saber:

La energía de deformación, es decir la energía almacenada en el material durante la acción o

142
producción de cargas, representa la relación entre la fuerza que actúa sobre el material y la deformación

del mismo hasta un límite en que se produce el colapso. Está definida como la superficie del diagrama

–esfuerzo- deformación, y en este sentido el cálculo de la relación presenta los siguientes valores:

• Hormigón 10MJ/kg

• Acero 1400MJ/kg

• Madera 20 MJ/kg

• Bambú 50MJ/kg

Esto significa que desde el punto de vista de la seguridad, el acero marca una importante diferencia con

relación a los otros materiales analizados, situándose el bambú en la segunda valoración.

La desviación de resistencia está relacionada con elementos que dentro de cada sistema

proceden o actúan en forma incorrecta afectando los elementos que actúan correctamente. En el caso

del acero, al ser un material controlado industrialmente, el grado de disipación de su energía es muy

reducido. Durante un terremoto, ciclón o desastre similar, los esfuerzos en las edificaciones se

incrementan partiendo de una situación normal “0”. De acuerdo con el aspecto mecánico señalado, el

acero alcanzará el colapso bastante rápido, seguido por el hormigón, y finalmente la madera y el

bambú.

La corteza exterior del bambú posee una mayor capacidad de resistencia a los esfuerzos de

tensión que el estrato o anillo interior. Con relación a la sección transversal los culmos delgados

presentan más resistencia que los culmos gruesos. Estos factores explican la gran capacidad de

143
resistencia a los esfuerzos de flexión de culmos delgados en comparación con los gruesos en los cuales,

la proporción de fibras de la corteza exterior es más baja en relación con la totalidad de la sección

transversal.

Tabla 6: Esfuerzos de tensión en culmos y secciones o láminas (especie Guadua)

Diám . 80mm (kp/cm2) Diam . 80mm (kp/cm2)

Fibras Min 3068 Min 3574

Estrato exterior Max 3273 Max 3843

Fibras Min 1484 Min 1353

Estrato interior Max 1633 Max 1947

Espesor Min 1627 Min 2325

Pared completa Max 2151 Max 2758

Segmentos Con nudos 2277

de culmo Sin nudos 2911


Fuente: Dunkelberg, 1985

La mejor propiedad mecánica que posee el bambú es su alta resistencia a la tensión paralela a la

fibra (200-300 N/mm2). La disgregación de las fibras por fuerzas que actúan perpendicularmente a las
21
mismas, se denomina tensión perpendicular a la fibra, y se relaciona estrechamente con el clivaje, por

la acción de separar el bambú a lo largo de la fibra.

También está vinculado al fenómeno del agrietamiento superficial a que son más o menos

propensas todas las especies de bambú durante el secado. Por lo general las grietas o rajaduras en la

21
El término clivaje puede ser descrito la propensión a dividirse en capas paralelas.

144
superficie se presentan cuando los esfuerzos que se crean durante el secado exceden a la resistencia del

bambú a tensión perpendicular a la fibra. Por ésta razón, la tendencia que el bambú tiene a rajarse

limita el uso de clavos o clivajes para asegurar las uniones.

Gran parte del bambú empleado en construcción está sometido a compresión paralela a la fibra,

por ejemplo, en columnas, vigas, soportes, montantes y otros, los cuales están sujetos a cargas que

tienden a aplastar o a acortar los miembros longitudinalmente. La resistencia del bambú a la

compresión es relativamente alta, pero carece de significado si no se especifica el grado de maduración

o sazonamiento y la relación entre la longitud y el diámetro de la pieza (véase tabla 7).

Es importante definir el grado de sazonamiento puesto que como en la madera, la humedad

disminuye la rigidez de las células fibrosas, trayendo consigo una disminución de las propiedades

mecánicas, sobre todo en compresión y flexión. Si la longitud del culmo es suficientemente grande con

respecto a la mínima sección transversal, la resistencia bajo carga compresiva disminuye

considerablemente por efecto de flexión de columna (pandeo). Por lo tanto, una falla por flexión lateral

se puede llegar a producir antes de que se derrumbe por completo la resistencia a la compresión

(Rodríguez et.al.,2008).

Tabla 7. Esfuerzo de compresión en culmos y varas (especie Guadua)

Culmo Culmo

Diam. 60mm Diám. 32mm

(kp/cm) (kp/cm2)

Paralela a la fibra 636 863

Perpendicular a 525 930

145
la fibra
Fuente: Dunkelberg, 1985

El esfuerzo cortante es una medida de la capacidad del bambú a resistir fuerzas que tienden a

producir deslizamiento de una porción del material con relación a otra porción adyacente. El corte es

una fuerza que actúa paralelamente a un plano, en contraste a las de tensión y compresión que son

perpendiculares al área considerada. La fractura por corte es muy diferente de la tensión o compresión

puesto que no hay reducción localizada del área, ni tampoco alargamiento.

Siguiendo a Rodríguez et.al. (2008) el empleo del bambú en la construcción involucra la

presencia de esfuerzos cortantes en mayor o menor grado y las fuerzas que los producen pueden actuar

a lo largo de la fibra, a través de la fibra, y en forma inclinada o en diagonal de la misma. En culmos

con paredes de 10 mm de espesor, el esfuerzo cortante es aproximadamente un 11 % más bajo que para

culmos con paredes de de 6 mm de espesor debido a la distribución y mayor porcentaje de fibras

fuertes en la sección transversal. Ensayos realizados en Colombia con Guadua angustifolia (27

muestras) presentaron un valor máximo de 144 kg/cm2 y el mínimo de 45 kg/cm2, con promedio de 93

kg/cm2. El esfuerzo de corte deberá ser tomado muy en cuenta especialmente en el diseño de uniones o

juntas. La mayoría de estos componentes constructivos están sujetos a corte paralelo a la fibra.

Para corte perpendicular a la fibra no ocurre falla directa en el plano de la sección transversal,

en vista de que las otras propiedades hacen que la falla ocurra en alguna u otra forma, causada por

aplastamiento a través de la fibra. El efecto corte oblicuo o en diagonal se puede observar en los planos

inclinados de falla en columnas cortas ensayadas a compresión. La falta de una mayor respuesta al

146
cortante es evidentemente una desventaja para el uso estructural del bambú, sin embargo, es una gran

ventaja para el empleo del material en la industria artesanal (cestería, esteras, muebles) y en la

fabricación de utensilios que requieren itas o láminas.

El comportamiento estructural del bambú en flexión es muy importante debido a que en muchos

casos su uso está especialmente limitado a atender este tipo de esfuerzos. Ensayos comparativos

realizados en culmos verdes y secos (80 y 12% de contenido de humedad respectivamente),

presentaron como resultado un incremento aproximado del 50% en la resistencia al esfuerzo de flexión

en el bambú seco (Rodríguez et.al.,2008).

Tabla 9. Posición del esfuerzo a lo largo del culmo (especie Guadua)

Base Medio Apice

Esfuerzo final
73 65 66
flexión (N/mm2)

Módulo de

elasticidad 10700 11850 13800

(N/mm2)
Fuente: Janssen, 1981

Las diferencias son significativas observándose en la tabla 9 una aparente contradicción: el

esfuerzo de flexión decrece con la altura y el módulo de elasticidad se incrementa debido a que el

porcentaje de fibras es mayor. Esto mismo sucede en culmos secos.

3. Los sistemas constructivos: de lo tradicional a lo moderno

147
Es importante definir el término “sistema constructivo”, tomando como base a Stamm (2008), éste de

conforma de “conceptos”, “métodos” y “técnicas” usadas en la construcción. Los sistemas tradicionales

usan el “concepto” de poste y viga o el cono. La “técnica” es con boca de pescado, usando el machete,

amarras con bejuco. En técnicas modernas se usan taladro y broca, con uniones de tornillos y cemento.

Como “método” se entiende un procedimiento, como la prefabricación de cerchas en el suelo, en

contraste a la manera tradicional de parar los postes uno por uno.

El bambú como material de autoconstrucción ofrece muchas ventajas en comparación con las

pocas desventajas que presenta al utilizarlo. Tal vez su mayor ventaja es la relación que existe entre su

peso y su resistencia por cm2, colocándolo como un material muy ligero y resistente en comparación

con otros que ofrecen el mismo trabajo o resistencia (véase tabla 10). Esta cualidad facilita

enormemente el manejo y maniobras necesarias de carga, descarga y armado de las piezas en los sitios

de construcción. Por lo general, los materiales no se encuentran en el lugar mismo de la construcción y

hay que transportarlos hasta allí. Para planificar adecuadamente esta operación y estimar mejor el costo

de transporte y manipulación. En la Tabla 10, se indica el peso por unidad de volumen (kg/m3) de los

materiales básicos más comunes.

Tabla 10. Masa específica de varios materiales de construcción

Material Masa específica (kg/m3)

Bambú 300-500

Madera 500-1100

Ladrillos 1500-1800

Bloques de hormigón 1500-2000

148
Ladrillos triturados (para los cimientos) 950-1250

Tierra de construcción, seca y suelta 1400-1600

Tierra seca y suelta 1300-1500

Tierra húmeda y apisonada 1750-1850

Grava 1300-1500

Arena seca-húmeda 1450-2000

Cemento 1250-1400

Arcilla seca y compactada 1400-1500

Hormigón de cemento 2100-2400

Mortero de cemento 2000-2200

Hormigón armado (5% de acero) 2600-2700


Nota: Cuando se trata de material granular, estas cifras se refieren a la densidad aparente, es decir, incluido el espacio de los

poros existentes entre las partículas. La densidad efectiva es mayor.

Fuente: ftp://ftp.fao.org/fi/CDrom/FAO_Training/FAO_Training/General/x6708s/x6708s03.htm

Las características de los sistemas tradicionales y modernos se distinguen por lo siguiente:

A. Sistemas de construcción tradicional

Están basados en conceptos estructurales arcaicos como:

• Ramas tejidas y cestas

• Conos

• Poste y viga

22
Las casas tribales están curadas con luna y vinagrado y se aprovecha el bahareque y amarres

22
El término vinagrado se refiere a la fermentación de almidones y líquidos internos del bambú, como la guadua. También
llamado desjarretado.

149
de bejuco y cuero y los techos son curvos aprovechando fibras naturales. Las construcción tradicional

tecnificada se preserva por inyección, tiene pasadores de acero y relleno de canuto con mortero, las

casas son de varios pisos y las tejas son de barro o zinc (rectángulo).

En la evolución de los sistemas constructivos, que van desde lo primitivo, es decir, la

arquitectura empieza con los hombres prehistóricos y la necesidad que éstos tenían de resguardarse por

lo que desarrollan simples cobijos hechos de ramas tejidas, o compuestos de tallos y orillos. Con el

incrementó gradualmente de la agricultura, se desarrolla la arquitectura hacia una casa con una

concepción de poste y viga, junto con un sistema de paredes. El conjunto se puede denominar casa

arcaica o casa tribal (véase ilustración 2). Posteriormente, como lo señala Stamm (2008), para una casa

en bahareque se comenzaron a usar postes a distancias de un paso, a las cuales se amarraban

horizontalmente unos bambúes aplastados (esterillas).

Ilustración 2: Casa tribal en Ecuador

Fuente: Stamm, 2008.

En clima caliente a veces se repella con barro para impedir la entrada de los mosquitos. Contra

150
el frió del clima templado en las alturas colombianas se amarran tiras rajadas en ambos lados del poste

y se llena el espacio con barro. Este sistema constructivo es nativo de todo el Caribe y se ha extendido

prácticamente a toda América hasta a actualidad. Como el bahareque es vulnerable por la lluvia y la

humedad ascendiente, así que requiere un diseño de “buena bota y gran sombrero”, pero el sistema es

antisísmico por excelencia.

Con respecto a la construcción tradicional tecnificada, Stamm (2008) explica que basado en las

técnicas aprendidas con la casa tribal, se desarrolló la construcción tradicional, como se puede observar

en áreas rurales y en las zonas suburbanas todavía (véase ilustración 3). Basado en las técnicas de boca

de pescado y el bahareque 23 se construye la vivienda con materiales baratos como el bambú, con teja de

barro o zinc (por esto con un diseño más cuadrado). Normalmente ya no se usan las técnicas

tradicionales de preservación, donde se curaba la guadua a través de vinagrado, el corte de los tallos

más maduros en la fase de luna menguante (que favorece la cicatrización de la mata) y durante ciertas

horas de la noche. En ambas horas el bambú está prácticamente sin savia en sus venas. El tallo

“desjarretado” se queda en el bosque hasta que las hojas se caen y el almidón fermenta (olor a vinagre).

Luego de varios meses se extrae aquella guadua que ya curada y sin picaduras de insectos.

Ilustración 3: Construcción tradicional tecnificada de bambú

23
Véase Glosario.

151
Fuente: Stamm, 2008

B. Sistemas de construcción moderna

La estructuras con ingeniería se caracteriza de las siguiente forma:

• Preservación en tanque y uso de bórax.

• Piezas compuestas.

• Uniones de alta resistencia.

• Cálculos estructurales.

• Planos y prefabricación.

• Levantamiento con grúa.

Como lo señala Stamm (2008), donde no alcanza el largo de un tronco natural, empieza la

ingeniería. Desde los tiempos medievales se conoce el sistema “Par y Nudillo”, usado generalmente en

las iglesias españolas y coloniales. En el norte de Europa se utiliza más la “Cercha (pieza) Rey” usando

152
pendolones y tensores para transferir el peso de los techos de edificios grandes, en catedrales y puentes.

Este sistema constructivo, oriundo de la tradición maderera, es muy fácil de transcribir al bambú. Hay

solo un pequeño problema: Las uniones de la madera son macizas, resisten de forma excelente a la

compresión y reciben clavos como fijación rápida. La unión de bambú está en desventaja en cuanto a

uniones de compresión, así que le debe ayudar con un relleno del vacío y evitar el aplastamiento. Pero

algunos bambúes tienen una ventaja en uniones de palos cruzados: En uniones de maderas blandas con

pernos se debe usar una grapa “bulldog” entre los troncos para que reduzca la carga flectora sobre el

perno.

La guadua tiene una capa externa muy dura y se parece en esto más a un tubo metálico que a la

madera, así que en muchos casos no se deforman los pernos en las uniones cruzadas. Con una adicional

inyección de mortero se permite una fijación confiable de pernos y las uniones pueden ser calculadas

por programas computarizados. Existen datos confiables de uniones de guadua vía pernos (con

inyección de mortero) que fueron elaboradas por Jenny Garzón de la Universidad Nacional en Bogotá y

están publicadas en el libro de Oscar Hidalgo (1974).

Así que con este sistema constructivo, donde se cruzan guaduas en varios niveles, atornillados

con pernos entre sí, se pueden elaborar piezas complejas para estructuras de varios pisos, o para

puentes (véase ilustración 4). Otra gran ventaja de este sistema es la posibilidad de prefabricar varias

piezas sobre una horma en el piso o incluso pueden prefabricarse sin peligro de altura y con gran

precisión. Debido al bajo peso propio del bambú tubular se puede, con la ayuda de un trípode, levantar

fácilmente toda la estructura, una pieza tras otra, posicionarlas y fijarlas. Las uniones se llenan de

mortero una vez terminada la colocación de las correas.

153
Ilustración 4: Guaduas atornilladas en una construcción moderna

Fuente: Stamm (2008)

Es importante señalar los principales usos y aplicaciones de la guadua, pues su uso no ha sido

solamente para la construcción de edificios, estructuras, acabados, cerramientos, canales, escaleras,

barandas, etc., se ha ampliado al campo “industrial” para la elaboración de muebles, objetos, artesanías,

actualmente se destaca la elaboración de muebles “modernos” en guadua. En países con una tradición

milenaria con bambú como es el caso de China, India y Japón, el bambú es utilizado para la fabricación

de pulpa de papel.

Finalmente, otro factor apremiante es el precio comercial que hay que pagar por un lote de este

material que actualmente está muy por debajo del costo de otros materiales de construcción. La

herramienta que se necesita para trabajar este material es prácticamente la misma que se utiliza en la

carpintería. En algunos casos se resuelven estructuras completas utilizando solo una cierra de corte y

154
amarres para las uniones. Sin embargo, la estructura natural del bambú es cilíndrica cónica, hueca y de

diámetro y espesor irregulares (véase ilustración 5). Es por esta razón que los trabajos de carpintería

necesarios para habilitar las piezas y estructuras de bambú son siempre diferentes en cada punto y no

pueden estandarizarse por medio de escantillones ni plantillas. Esto aumenta sobre todo el tiempo de

trabajo de planeación que se necesita hacer en el lugar de la construcción, previo al armado de la

estructura. Se podría decir que la construcción con este material es en gran medida, artesanal, ya que

cada unión y cada pieza se tiene que trabajar individualmente.

Ilustración 5: Estructura natural del bambú después de haber sido tratado y secado

Foto: D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, mayo de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental A.C.

155
4. El bambú para la autoconstrucción

En esta sección se propone un modelo de autoconstrucción sencillo de un sistema de uniones rápidas

prefabricadas para autoconstrucción. El objetivo de este sistema es disminuir el tiempo de trabajo en

sitio. El sistema se basa en diseñar y trabajar todos los puntos de unión previamente, incluida la

cimentación. Funciona básicamente con piezas de unión (U), piezas de cimentación (C), y piezas de

bambú (B).

Las piezas (U), las piezas (C) y las piezas de Bambú, pueden variar de forma, longitud,

diámetro y espesor según sea el requerimiento estructural de cada caso. Las piezas (U) son de barra

redonda o solera metálica y las piezas (C) son de varilla de construcción, se requiere cortar el material,

hacer dobleces en ángulo y en algunos casos soldar puntos.

El metal que se utiliza (U) y (C) es estandarizado y permite trabajar las diferentes piezas con

escantillones y plantillas aumentando así la precisión del diseño antes de que se construya. Las piezas

de bambú (B) funcionan siempre como tramos largos que se convierten en ensambles y armaduras y

son la estructura general de la construcción, pueden ser postes, columnas, claros, cimientos, arcos,

vigas, techos, pisos, sobrepisos, paredes, plafones, etc. Las piezas de unión y las piezas de cimentación

están firmemente unidas a las puntas del Bambú con concreto y abrazaderas de seguridad, esto las

convierte en puntos de unión de fijación y de carga para la estructura cuando esta terminada (véase

ilustración 6).

Para la fijación entre las diferentes piezas y el armado de la estructura sólo se utilizan

156
implementos comerciales como pijas, tornillos, tuercas, rondanas, alambre, fleje y en el caso de la

cimentación, cemento y arena (véase ilustración 7). Teniendo preparado y nivelado el terreno en donde

se va a cimentar, es posible armar la estructura de un invernadero de 80 mts. 2, en 8 hrs. Y una Palapa

de 25 mts2, en 3 horas. Lo anterior son resultados obtenidos en la realización de dos estructuras, en el

estado de Campeche, en la comunidad de Becán en el municipio de Calakmul, y en el Ejido Kilómetro

74 en el municipio de Escárcega, respectivamente.

Para estos dos proyectos se utilizó Bambú proveniente de Huatusco, Veracruz, en tramos de 4 y

5 mts. de longitud y un diámetro variable de 6 a 10 cm.

Ilustración 6: Uniones para ensamble y fijación

157
Foto: D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, mayo de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental A.C.

Ilustración7: Pieza de unión y ensamble de la Palapa

158
Foto: D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, mayo de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental A.C.

Las especies que se utilizaron fueron Bambusa vulgaris (ilustración 8) y Guadua aculeata. De

estas dos especies se tienen datos arrojados por el Laboratorio de Materiales de la Facultad de

Ingeniería de la UNAM y el laboratorio L- 1‐ y L- ‐4 de la FES Aragón que se muestran en la siguiente

tabla.

Tabla 11. Características mecánicas de Bambusa vulgaris y Guadua aculeata.

Bambusa vulgaris Guadua aculeata

Esfuerzo de tracción 927 kg/cm2 1635.29 kg/cm2

Esfuerzo de compresión 332 kg/cm2 719.69 kg/cm2

Esfuerzo de flexión 94 kg/cm2 615.29 kg/cm2

Factor de seguridad 1.8 1.8


Fuente: Elaboración propia con datos del Laboratorio de Materiales de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y el

laboratorio L-‐1 y L- ‐4 de la FES Aragón

Ilustración 8: Bambusa vulgaris

159
Foto: D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, mayo de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental A.C.

En los dos casos, la resistencia de estas dos especies de bambú está muy por arriba de los

requerimientos estructurales básicos para la Casa Sombra (ilustración 9) y la Palapa (ilustración 10).

Para ambas construcciones se puede observar la maqueta y la construcción de ambas estructuras

realizadas en Becán, Calakmul y Ejido 74, Escárcega en el estado de Campeche.

Ilustración 9: Casa sombra

160
(a) Maqueta prototipo

(b) Construcción de casa sombra en Campeche


Foto:: Elaboración propia D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, agosto de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza

Medioambiental A.C.

Ilustración 10: Palapa

(b) Construcción de palapa en Campeche


(a) Maqueta
Foto: D.I. Adolfo Gutiérrez Nieto, agosto de 2012, propiedad del Instituto Mexicano de Gobernanza Medioambiental A.C.

5. Conclusiones

Si se considera que la autoconstrucción es una necesidad cotidiana en muchas regiones de este país por

161
el bajo costo que representa, se entenderá que también el tiempo de trabajo que requiera una estructura

es siempre un factor crucial en la planeación y realización de una obra. Este factor es el que lleva a

proponer nuevas formas de entender la autoconstrucción a partir de una lógica de diseño y planeación.

En el campo de la construcción, esto es muy importante porque una situación que no estaba prevista o

un ajuste o algún detalle se convertirá siempre en tiempo y por lo tanto en costo para quien esté

asumiendo el gasto de la obra.

En este sentido, con un sistema Prefabricado de autoconstrucción con Bambú, es posible armar

estructuras útiles, que pueden ser muy grandes, en lugares muy alejados de un centro urbano, o sitios

con muy difícil acceso, a una relación costo-material-beneficio, muy bajo, sobre todo considerando que

la misma comunidad que lo utiliza lo podría cultivar y habilitar para su uso.

A lo largo de este libro y en particular de este capítulo se ha hecho énfasis en el bambú pues se

considera que una solución innovadora para construir con bambú, puede ser una opción

ambientalmente responsable, y estar dentro de las posibilidades razonables de grupos de población con

muy pocos recursos para infraestructura. Este material también da la posibilidad de proyectos con otra

escala urbana y económica por ser un nuevo icono de la arquitectura sustentable.

Finalmente, como ha sido expuesto, existen muy pocas especies maderables que tengan tantas

ventajas como el bambú, el hecho de que se llegue a usar correctamente en México depende de “la

voluntad” que se tenga y de que quienes lleguen a conocer sus “posibilidades” se decidan a utilizarlo.

162
Conclusiones

Lienzo Samurai con bambú cerca del 1700

Fuente: http://www.zazzle.com

A lo largo de estas páginas se presentaron al lector no sólo las características descriptivas del bambú,

sino además la posibilidad de articular una propuesta de desarrollo principalmente para el México rural

basada en el impulso de una tecnología intermedia para recuperar e introducir el uso del bambú como

material de construcción y como un recurso natural de gran valor en la restauración ecológica y la

restauración productiva.

En el transcurso de los cinco apartados se coincidió en que el bambú es una planta

multipropósito. En primer lugar, se argumentó que el bambú puedefomentar las tecnologías

intermedias por todas las cualidades físicas y de resistencia con que cuenta. El impulso de dichas

163
tecnologías se desprende de una visión del desarrollo que a su vez se desprende de lo que se conoce

como economía budista. El principal objetivo es que toda persona pueda encontrar un trabajo digno con

el que se logre desarrollar y superar personalmente al mismo tiempo que contribuye al bienestar de una

sociedad, sea esta una aldea, un ejido o una ciudad. El punto central de la economía budista es dejar de

ver al individuo como fuerza de trabajo o consumidor y pasar a un concepto integral donde se estudia al

hombre así como a la naturaleza y su interacción entre ambos. De esta manera el factor decisivo es el

tipo de trabajo que puede obtener la gente.

Un primer tema general expuesto fue sobre el aprovechamiento del bambú mediante tecnología

intermedia. Como fue mencionado, existen muchas materias primas locales y muchas tecnologías

apropiadas para transformarlas. Es por lo tanto relevante considerar siempre la región para decidir de

forma acertada la combinación de estos factores. Entre sus principales cualidades está que puede ser

usado para la construcción de muchas maneras como por ejemplo pisos, paredes, techos y columnas de

soporte. Los fragmentos y otros desechos de la elaboración del bambú pueden ser usados como

combustible, para la calefacción, la cocina, y para realizar otros productos que necesitan del calor de un

horno. Además se pueden usar como pulpa para fabricar papel y tejidos. El costo de los tallos de bambú

es muy bajo por lo que reduce considerablemente el precio de cualquier construcción. También tiene un

crecimiento acelerado, tardando entre 3 a 5 años un tallo aprovechable, siendo así mucho más eficiente

que la madera. Otras ventajas sobre la madera son el bajo consumo de energía necesario para

transformar el material de bambú, que no necesita ser cortado (sólo sus extremos), no debe ser pintado,

ni profilado.

Una ventaja para fomentar el aprovechamiento del bambú es que sobre la construcción existen

registros y crónicas que permiten concluir que en la tradición de la vivienda vernácula del país, el

164
bambú se ha utilizado casi desde que llegó el ser humano a México, a veces como caña brava, en otras

como otate, por lo que ya existe una tradición de su uso. Por ello actualmente el bambú se sigue

utilizando en el país, a pesar de que se le ha visto como un material inferior perecedero. Son los grupos

indígenas los que han conservado su uso en la construcción y casi los únicos que reconocen sus

cualidades ambientales. Siglos previos a la llegada de los españoles el bambú fue utilizado en la

construcción de viviendas especialmente en los climas cálidos-húmedos como el de los estados de

Veracruz, Chiapas y Oaxaca. Con numerosos culmos unidos de Guadua se obtienen también paredes

fuertes y resistentes en Tabasco y Campeche. Hoy en día el bambú, y específicamente algunas especies

de guaduas y bambusas, se presentan como muy convenientes para la construcción, y por sus

beneficios medioambientales, se revelan como el material del siglo XXI, que pudiera sustituir a la

madera, especialmente por el mal trato que se le ha dado a ésta.

Como un primer paso para poder considerar el aprovechar el bambú con tecnología intermedia

es recuperar los saberes adquiridos durante varias generaciones, pues a pesar de que la preservación

actual del bambú con bórax como medida de tratamiento contra plagas y enfermedades es una solución

económica y confiable pueden ser de utilidad las técnicas tradicionales como el curado en luna durante

el corte y el uso del bahareque en la construcción, técnicas que la población tiene mayor relación y

confianza. No obstante, algo fundamental es hacer comprender a quienes desconocen los usos y las

potencialidades del bambú las cualidades con que cuenta, pues en México nadie apreciaría una casa de

vivienda social hecha con Bambú, ni piensa quedarse mucho tiempo con su casa tradicional por el

rechazo social. Al contrario en otros estratos sociales (aquellos que han vivido por lo menos una

generación en la ciudad de cemento), se encuentra recientemente un nuevo auge de la arquitectura con

materiales naturales. El bambú está en la mira de arquitectos modernos y las universidades investigan

el comportamiento estructural.

165
Es por eso que uno de los objetivos del libro consistió en rescatar el valor simbólico y como

material de construcción desde una perspectiva histórica, haciendo énfasis en las culturas indígenas

americanas así como en las tradiciones asiáticas que en este caso han sido las que mayor valor estético,

natural y socioeconómico le han dado al bambú convirtiéndolo en un elemento fundamental de sus

culturas y de sus estilos de vida, para con ello poder reducir el rechazo social, algo indispensable en un

país donde las políticas oficiales han impuesto una ideología de la modernidad en todos sus programas

sociales.

Si se considera que la autoconstrucción es una necesidad cotidiana en muchas regiones de este

país por el bajo costo que representa, se entenderá que también el tiempo de trabajo que requiera una

estructura es siempre un factor crucial en la planeación y realización de una obra. Este factor es el que

lleva a proponer nuevas formas de entender la autoconstrucción a partir de una lógica de diseño y

planeación. En el campo de la construcción, esto es muy importante porque una situación que no estaba

prevista o un ajuste o algún detalle se convertirá siempre en tiempo y por lo tanto en costo para quien

esté asumiendo el gasto de la obra.

En el libro se elaboró una propuesta basada en un sistema prefabricado de autoconstrucción con

bambú, con este es posible armar estructuras útiles, que pueden ser muy grandes, en lugares muy

alejados de un centro urbano, o sitios de muy difícil acceso, a una relación costo-material-beneficio,

muy bajo, sobre todo considerando que la misma comunidad que lo utiliza lo podría cultivar y habilitar

para su uso.

En particular en el último capítulo se conjugó la propuesta de utilización del bambú como

166
material de construcción. La evidencia práctica del sistema prefabricado se considera que es una

solución innovadora para construir, puede ser una opción ambientalmente responsable, y estar dentro

de las posibilidades razonables de grupos de población con muy pocos recursos para infraestructura.

Este material también da la posibilidad de proyectos con otra escala urbana y económica por ser un

nuevo icono de la arquitectura sustentable.

Existen muy pocas especies maderables que tengan tantas ventajas como el bambú, el hecho de

que se llegue a usar correctamente en México depende de “la voluntad” que se tenga y de que quienes

lleguen a conocer sus “posibilidades” se decidan a utilizarlo. Si se considera que la autoconstrucción es

una necesidad cotidiana en muchas regiones de este país por el bajo costo que representa, se entenderá

que también el tiempo de trabajo que requiera una estructura es siempre un factor crucial en la

planeación y realización de una obra. Este factor es el que lleva a proponer nuevas formas de entender

la autoconstrucción a partir de una lógica de diseño y planeación. En el campo de la construcción, esto

es muy importante porque una situación que no estaba prevista ó un ajuste o algún detalle se convertirá

siempre en tiempo y por lo tanto en costo para quien esté asumiendo el gasto de la obra.

El segundo tema general tratado se refirió a las características únicas del bambú en México.

Debe resaltarse que la subfamilia de los bambués (Bambusoideae), es dentro de la familia de las

gramíneas una de las más numerosas y también de las más diversas. Asimismo, su distribución

geográfica es muy amplia y México es uno de los países con mayor diversidad de especies de bambú

leñoso en el continente Americano. Por lo anterior, se puede afirmar que México es un país con un alto

potencial para aprovechar el uso del bambú en distintas actividades económicas y para beneficio del

medio ambiente. Además de tener en cuenta las características biológicas y ecológicas, es de gran

relevancia considerar los aportes de la etnobotánica en México, principalmente porque permite conocer

167
la importancia que tienen las plantas en la economía local, su historia, costumbres, cosmovisión,

creencias, religión, ceremonias, y hasta curaciones que conservan estos grupos sociales desde sus

antecesores, siendo así que desde el punto de vista cultural, ecológico y económico es un aporte al

conocimiento sobre la forma de utilizar los distintos recursos vegetales, sobre cómo se transmite y se

conserva a través de generaciones. Es un excelente captador de dióxido de carbono además que es

excelente para la restauración ecológica y productiva.

Por ello uno de los aspectos desarrollados consistió en explicar cómo el bambú es una familia

que presenta un gran potencial tanto para la restauración ecológica cuanto para la restauración

productiva. Primeramente porque es una planta adaptada a diversos tipos de condiciones tanto de suelo

como climáticas y tiene pocas exigencias nutricionales y presenta una alta tasa de crecimiento. Además

hay varias maneras de reproducirlo, por lo que es una planta con un manejo sencillo y económico. El

bambú entonces ha demostrado su viabilidad para impulsar una tecnología intermedia basada en la

recuperación de los conocimientos arcaicos y en su conjugación con las modernas técnicas de

construcción. Del mismo modo, cuenta con las características naturales que lo convierten en un recurso

aplicable en la restauración productiva como la agroforestería y en la reforestación de áreas naturales

deterioradas.

El uso del bambú para el control de la erosión y la rehabilitación del suelo está sólidamente

comprobado, además de la fácil adaptación de la planta a ambientes en cuestas y orillas de cuerpos de

agua. Su presencia en estos sitios puede evitar el azolve de los ríos, mejorando la calidad del agua y la

diversidad de los cuerpos de agua. También se reconoce a través de algunos estudios el potencial del

bambú como abrigo y alimento para la fauna. El género Olmeca de México tiene un gran potencial ya

que produce frutos y flores durante varias temporadas.

168
Entre otra de sus aportaciones se destaca el que pesar de que los estudios aún no son

concluyentes, por su alta tasa de crecimiento el bambú presenta un gran potencial para el secuestro de

carbono. Por sus múltiples usos reconocidos y potenciales y por sus características ecofisiológicas el

bambú es una especie de gran potencial para la restauración productiva. Varios estudios realizados

principalmente en China y India han confirmado este potencial.

En el caso mexicano, el bambú, que se puede encontrar en prácticamente todo el país, no está

siendo aprovechado. México, es la tercera zona con mayor diversidad de especies de bambú leñoso del

continente americano, y por lo tanto presenta un enorme potencial para su manejo. Sin embargo, aún no

se ha despertado un verdadero interés por estas plantas en el país. Los usos actuales más comunes hoy

en día son su uso en la construcción, la elaboración de artesanías y muebles. No obstante, debe

reconocerse que en México, se calcula que alrededor del 50% de las especies de gramíneas del país

lamentablemente están subutilizadas, es decir, que con una mayor eficiencia en la utilización de todas

las especies podría obtenerse mayor beneficio del que se tiene actualmente. La evidencia del trabajo de

campo en el estado de Campeche durante el año 2012 dejó como aprendizaje el que la población de

zonas rurales está dispuesta a conocer y a desarrollar su propio mercado local sustentable con una

participación indiscriminada de hombres y mujeres.

Entre los problemas más difíciles de superar se encuentran el rechazo social por considerarlo un

material inferior, la falta de reglamentos de construcción así como un fomento de materiales

contaminantes como el cemento y el acero por parte de los programas sociales tanto federal como

estatal. Por ello creemos que es indispensable que debe ser fomentado por las escuelas de arquitectura y

de diseño para cambiar la idea de que es un material inferior, promoviendo diseño que exploten las

169
características del bambú. Por otro lado faltan los programas sociales que integren el bambú entre sus

materiales de construcción para incrementar la cosecha de ello. Hemos observado que la gente tiene

pocos problemas en aprovechar el bambú con sus conocimientos y herramientas. Fue sorpresa la

destreza que mostraron con sólo algunas horas de capacitación, principalmente explicando la diferencia

entre la madera y el bambú.

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