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CRIIlL\ üE LlBROS

LENGUAJE, CORTESIA Y ETERNO FEMENINO

ROBIN LAKOFF

El lenguaje y el lugar de la mujer

(Barcelona, Hacer, 1981, 131 pp.)

La lingüística estudia la variac1on cisamente la tendencia sociolingüística


de la lengua desde múltiples enfoques. la que nos concierne aquí con ocasión
Por un lado existe la tradición díalec- de la publicación en castellano del li-
tológica, que toma como punto de bro de Robin Lakoff, El lenguaje y
partida la variable geográfica para des- el lugar de la mujer, cuya primera
cribir variaciones en el habla. Por edición en inglés es de 1975 2 •
otro lado, tenemos en España el re- El libro de esta profesora de Ber-
ciente interés por la sociolingüística, keley mantiene una doble vertiente:
que empieza a desarrollarse (no por sociológica y lingüística. Esta afirma-
azar) en las comunidades autónomas ción queda constatada por la propia
de Cataluña y el País Vasco 1• Es pre- autora cuando señala que su motivo
primordial al escribir el libro fue el
' Uno de los primeros estudios reali- analizar cómo se «ven» las mujeres a
zados sobre el bilingüísmo en Cataluña
fue escrito por ANTONI M. BADIA I MAR- ellas mismas. Desde una perspectiva
GARIT, La llengua dels barcelonins, Edi- lingüística se pretenden conocer las
cions 62, Barcelona, 1969, 687 págs. Se presunciones acerca de la naturaleza y
destacan además los esfuerzos realiza- el rol de la mujer que se deducen del
dos en este campo por el valenciano RA-
FAEL LL. NINYOLES en sus libros Estruc- uso lingüístico. Se realiza así un estu-
tura social y política lingüística (Fer- dio doble: del lenguaje utilizado por
nando Torres, Valencia, 1975, 207 págs.) la mujer y del que se usa para refe-
y Bases per a una política lingüística
democratica a l'estat espanyol (Tres i
rirse a las mujeres.
Quatre, Valencia, 1976, 78 págs.), entre La primera hipótesis es que existe
otros. DE FRANCESC VALLVERDÚ destaca su una discrepancia entre el uso lingüís-
reciente libro Aproximació crítica a la tico que caracteriza el habla de la mu-
sociolingüística catalana, Edicions 62,
Barcelona, 1980, 242 págs. En torno a la
jer respecto al varón. Esas diferencias
lengua vasca, véanse PEDRO DE YRIZAN, son las que perjudican o incluso de-
"Los dialectos y variedades de la Lengua
Vasca", Boletín de la Real Sociedad Vas- bilingüismo en el Estado español, ICE
congada de los Amigos del País, vol. 29, de la Universidad del País Vasco, Lejo-
1973; RoBERT P. CLARK, "Language and na, Vizcaya, 1980, 226 págs.
poli tics in Spain's Basque provinces", 2 ROBIN LAKOFF, Language and wo-
West European Politics, 4 junio 1981, man' s Place, Harper and Row, Nueva
85-103; y, finalmente, la publicación de York, 1975, 85 págs. Véase también, Ro-
las ponencias de las Jornadas del Bilin- BIN LAKOFF, "Language in context", Lan-
güismo en Zaráuz, La problemática del guage, 48, 1972, 907-927.

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terioran la imagen de la mujer, así co- Se apunta una idea interesante que
mo el concepto que tiene de sí misma relaciona clase social y sexo, a la que
y de su forma de ser. Aunque los habría que añadir grupo-de-edad y
ejemplos que Lakoff presenta (de su educación. Cuanto más alta es la clase
propia experiencia) están tomados del socio-económica mayores diferencias
inglés, son igualmente sugerentes para sexuales encontramos en el lenguaje
el público de España; país que está corriente. La mujer de clase baja, que
aún más dominado por la figura del suele tener un nivel básico de educa-
varón que Norteamérica. ción, emplea un lenguaje más similar
En nuestra sociedad occidental exis- al del varón que la mujer de clase
ten «universales de comportamiento», media o alta. Otra diferencia entre
así como universales lingüísticos que el lenguaje varón/ mujer es la utiliza-
son comunes, y que caracterizan a· to- ción de determinados adjetivos por la
da la población, tanto mujeres como mujer que constituyen supuestamente
varones. Algunos de esos universales el lenguaje de toda la población espa-
lingüísticos y de comportamiento más ñola, tales como «la cena está divina».
llamativos en la sociedad española es También es típico de mujeres la utili-
la mayor participación de los varones zación más frecuente del diminutivo,
en situaciones (formales) de rctmión, añadido a muchos adjetivos como
como, por ejemplo, comités profesio- «qué niña más finita y agradable».
nales, discusiones en clase, v reunio- Es cuestionable, sin embargo, la afir-
nes en el centro de trabajo. También mación de Lakoff de que «si la niña
podemos observar cómo las mujeres tiene que aprender dos dialectos, pasa
son más precisas al describir, por de hecho a ser bilingüe» 3 • Los concep-
ejemplo, colores. Respecto de una fal- tos de dialecto y bilingüe utilizados en
da morada podría una mujer decir la cita suponen la existencia de dos
que es «lila» o «malva»; pero no nos sistemas de alguna forma indepen-
imaginamos a un varón haciendo pre- dientes, lo cual en realidad no suele
cisiones de ese estilo. Raras veces oi- suceder, ya que los usos lingüísticos
ríamos a un varón diciendo la frase que caracterizan a las mujeres son co-
siguiente: «Mi mujer se ha comprado nocidos por los varones, aunque no
una preciosa falda de color lila.» No sean utilizados por ellos. El sociolin-
sólo se le consideraría un afeminado o güista Will1am Labov, en su trabajo
«extraño», sino que generalmente, pa- de campo sobre variables fonológicas
ra el varón, el asunto del color de la en la ciudad de Nueva York, ha ob-
«preciosa falda» es irrelevante. Se pue- servado también diferencias según el
de observar también cómo es más sexo del hablante 4 . Se considera que
permisible para el varón utilizar tacos
(expresiones populares) como: «no ' ROBIN LAKOFF, El lenguaje y el lugar
tiene huevos», «mira, macho», «es la de la mujer, Hacer, Barcelona, 1981,
pág. 22.
hostia» o «hijo de puta». Jamás ima- ' Las obras centrales de William La-
ginamos a una mujer en un puesto bov son: WrLLIAM LABOV, The Social
importante decir «coño» con la facili- Stratification of English In New York
dad de los guardias civiles (varones, City, Center or Applied Linguistics,
Washington DC, 1966. Este libro es esen-
claro) que tomaron el Congreso de cial para comprender los planteamien-
los Diputados el día 23 de febrero tos mP.todológicos de su autor hasta 1966.
de 1981. Tamt :én sobresalen las obras: WrLLIAM

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CRITICA U!:: LIBROS

el lenguaje de la mujer es ultracorrec- normas sociales, y de los procesos de


to. Las mujeres tienden a ser más control social son sólo algunos de los
conscientes del lenguaje que utilizan. que se puede beneficiar el sociólogo
Se puede observar cómo, a menu- con el estudio sociolingüístico de la
do, en el léxico español existen con- variable sexo. Para el lingüista, y en
notaciones muy distintas si utilizamos especial el sociolingüista, presenta da-
el masculino o el femenino. Es nor- tos de variación del lenguaje que con-
mal que nos refiramos a «un hombre vendría investigar de manera sistemá-
público» como una expresión melio- tica. La mayoría de los datos del es-
rativa, pero cuando decimos «mujer tudio de Lakoff proceden de la intros-
pública» entendemos otra cosa bien pección propia. Aunque el contexto
distinta. También la palabra «zorra» donde se realizan casi todos los ejem-
aplicada a la mujer tiene connotacio- plos son situaciones o contextos in-
nes peyorativas (prostituta), mientras formales tendrían que haberse reali-
que su homólogo masculino «zorro» zado las diferencias con situaciones
sugiere un varón listo y un poco pí- formales. También es indispensable
caro. En presencia de mujeres los va- . relacionar estos datos con variables
rones suelen ser más respetuosos, tien- independientes como clase social y ni-
den a no utilizar tacos, y a cambiar vel de educación 5 • La sociolingüística
de temas que pueden resultar «emba- intenta explicar casos de variación im-
razosos» (también es interesante que predecible. Este supuesto no se reali-
se utilice para ello la raíz de «emba- za del todo en el libro de Lakoff. Para
razo») o insultantes para la mujer. ello hubiera tenido que basar sus aná-
El lenguaie y el lugar de la muier lisis en datos representativos, como
es un libro enormemente sugerente son la frecuencia de aparición de de-
para estudiosos de diversas discipli- terminados usos, su extensión geográ-
nas. Para el sociólogo presenta ideas fica y social, y finalmente el contexto.
que sin ser novedosas todavía no han Así se podrían incorporar los datos
sido desarrolladas en España. Las en un marco de reglas variables labo-
perspectivas feministas, el análisis vianas.
ideológico y de contenido, la sociolo- En la segunda parte del libro, Ro-
gía de la educación, el análisis de las bín Lakoff plantea el tema de la su-
puesta cortesía, que según la autora
LABOV, "Hypercorrection by the lower
middle-class as a factor in linguistic
varía según las culturas. Para explicar
change'', en W. BRIGHT (comp.), Socio- el tipo de comportamiento y los jui-
linguistics: Proceedings of the UCLA cios acerca de qué comportamiento es
Sociolinguistics Conference, Mouton, La el correcto con determinadas personas
Haya, 1966. Este estudio examina el con-
cepto de ultracorrección en la clase me-
dia-baja, en la ciudad de Nueva York. ' Para empezar a trabajar sobre la
Finalmente, mencionaremos los traba- variable sexual habria que contar con
jos donde elabora el concepto de regla los siguientes estudios: BARRIE THORNE
variable después de las sugerencias rea- y NANCY HENLEY, Language and Sex,
lizadas por G. Sankoff. Véase WrLLIAM Newbury House, Rowley, Mass., 1975,
LABOV, Language In the Inner City: Stu- 311 págs.; PETER TRUDGILL, Sociolinguis-
dies In the Black English Vernacular, tics, Penguin, Middlesex, 1974, pági-
University of Pennsylvania, Filadelfia, nas 84-102, y OTTO JESPENSEN, Language:
1972, especialmente las págs. 3-196; y Its Nature, Development and Origin,
Sociolinguistic Patterns, University of Allen and Unwin, Londres, 1922, pági-
Pennsylvania, Filadelfia, 1972, 344 págs. nas 237-254.

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se proponen tres reglas de cortesía tos culturales de la sociedad norte-


que nos permiten hacer predicciones americana. La importancia de este li-
de tipo lingüístico: la formalidad (pa- bro para el lector español suponía el
ra mantener la distancia), la deferencia esfuerzo adicional por incorporar da-
(que deja una opción al oyente de in- tos del área cultural española. En al-
terpretar la declaración como quiera), gunos casos eso era imprescindible
y la camaradería (o solidaridad). Se- para transmitir al lector español algu-
gún los datos lingüísticos que se pre- nas ideas claves del libro. Un ejem-
sentan, las reglas ( 1) y ( 3) son incom- plo es la pauta concreta de entonación
patibles, pero la regla (2) puede com- de la mujer en inglés (de determina-
binarse con la regla ( 1) y ( 3 ). Las con- dos hablantes de Norteamérica) al
versaciones donde el criterio de corte- contestar una pregunta con una frase
sía es más importante no tienen otra interrogativa a su vez. En este caso
intención que comunicar lo que siente es indispensable tener conocimientos
el hablante. Mientras que la cortesía lingüísticos de inglés. La traducción
describiría la conversación de un gru- -que tiene diversas lagunas- no lle-
po determinado de mujeres; la con- ga a superar estos escollos.
versación del varón tendría como pro- Finalmente, hay que subrayar el
pósito transmitir información y reci- carácter impresionístico de la obra.
birla. El lenguaje de la mujer com- Por un lado, los datos (no cuantitati-
prende muchas más implicaciones que vos), proceden en su mayoría de la
el lenguaje del varón. Los varones se introspección. Además, su postura
distinguen supuestamente por comuni- ideológica respecto a la necesidad de
car sus ideas de manera directa y sin cambiar la imagen de la mujer a tra-
enrevesamientos. El lenguaje de la vés de su lenguaje carece de un plan-
mujer es emocional; el del varón ló- teamiento básico que analice la dis-
gico. criminación de la mujer en la socie-
Lakoff, cuando caracteriza el uso dad contemporánea. El propósito fun-
lingüístico de la mujer, quiere apun- damental es presentar la importancia
tar la existencia de un comportamien-
de la variable sexual, freudianamente
to lingüístico distinto que da lugar
olvidada en la mayoría de los estu-
a dos estilos que deben ser conocidos
dios, tanto de sociología como de lin-
y utilizados por los miembros de los
güística, que tratan la existencia de
dos sexos. A la hora de formular sus
variaciones de tipo lingüístico y de
normas de cortesía caracteriza tres
comportamientos distintos pero gene- comportamiento social de un impor-
ralizables que nos permiten predecir tante sector de la sociedad occidental.
el uso lingüístico. Es, pues, una hipó- Estas diferencias han sido achacadas
tesis de trabajo sumamente interesan- a meras diferencias de lenguaje deri-
te para ser conocida en el caso es- vadas de la cortesía, cuando no impu-
pañol. tadas al «eterno femenino», sin defi-
La dificultad de comprensión es nir muy bien a qué se refiere uno con
grande, sobre todo para lectores que esa dichosa expresión.
no conozcan a fondo el sistema lin-
güístico inglés, además de los aspee- MELISSA G. MOYER

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