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El concepto de actividad física, al igual que el de salud, ha ido evolucionando por múltiples

factores, como la tecnología, y la aparición de nuevos conocimientos y nuevas corrientes.


Tradicionalmente la concepción de actividad física, ha estado considerada dentro del ámbito
científico en relación a una dimensión biológica. Considerando que dicha actividad es más
amplia y abarca dimensiones personales y socio culturales citamos a Devis (2000: 16) que
dice que la actividad física es: “cualquier movimiento corporal intencional realizado con los
músculos esqueléticos, que resulta en un gasto de energía y en una experiencia personal y
nos permite interactuar con los seres y el ambiente que nos rodea”. Según el autor, dicha
definición encierra las prácticas cotidianas, de trabajo y de ocio; el ejercicio físico, actividades
organizadas, planificadas y repetitivas; y los deportes, actividades físicas competitivas,
reglamentadas e institucionalizadas.

Consideramos la práctica física orientada al bienestar: “…es para todas las personas porque
todas ellas pueden realizar algún tipo de actividad de la que pueden obtener beneficios
saludables” (Devis 2000: 16). La actividad física “…debe ser coherente con una salud
personal, social y medioambiental” (Devis 2000: 15). La actividad física debe ser adaptada a
las características de las personas y no a la inversa. Debe ser moderada a vigorosa, o sea de
una intensidad que cualquier persona practicarla de manera constante por un largo tiempo y
otra intensidad que lleve a la sudoración y el jadeo en la respiración. Que pueda ser practicada
de forma habitual y frecuente, que se convierta en parte cotidiana de las personas. Orientada a
la importancia del proceso de la práctica física y no a la excelencia atlética. La práctica debe
ser satisfactoria, en lo que respecta a una relación positiva con las otras personas y de respeto
con el medioambiente. También debe favorecer la autonomía intelectual en relación a la
actividad física y salud y del desarrollo de habilidades sociales en beneficio de una mejor vida
(Devís, 2000).

La actividad física está conformada por una gran variedad de prácticas. Unas más seguras,
otras más riesgosas, algunas proporcionan un placer personal y algunas pueden resultar
traumáticas. Según Devís (2000), lo importante es conocer la relación riesgo-beneficio de la
actividad física. Desde la perspectiva de la salud lo que interesa es el efecto global que tiene
la actividad física sobre la salud de las personas.

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La relación riesgo-beneficio depende de diversos factores. Devís los presenta en tres grandes
categorías: a) tipo de actividad; b) la manera de realizarla; c) las características de los
participantes.

Siguiendo con los lineamientos expuestos por Devís (2000), las actividades físicas no tienen
la misma exigencia física para todas las personas. Cada una de las variadas actividades físicas
exige niveles de intensidad muy distintos.
Las actividades cíclicas como correr, nadar o andar en bicicleta y algunas danzas y bailes,
pueden garantizar un mejor control de intensidad debido a que son movimientos repetitivos y
fáciles, que el practicante puede mantener a un ritmo constante.
La actividades como los deportes u otros bailes hacen que la persona no solo asuma otros
riesgos como cambios de ritmo o movimientos más bruscos, sino porque entran en juego
móviles que pueden causar un impacto, obstáculos y oponentes. También pueden suceder
problemas psicológicos y de relación social por la competitividad. Con esto no se quiere decir
que la práctica del deporte sea una actividad disfrutables y positiva, pero hay que tener en
cuenta el riesgo de lesiones por la práctica obsesiva. Y también tener consideración de cuando
una actividad física está por encima de nuestras capacidades físicas, porque la situación puede
ser causante de malestar y de frustración.
Las actividades cotidianas, se refieren a las actividades que realizamos todos los días por
necesidad, rutina o entrenamiento. Las realizamos de forma inconsciente pero son de gran
importancia para mantenernos activos (andar, subir escaleras, barrer, manualidades, etc.).
Las actividades de la naturaleza, el senderismo o las marchas por el campo en condiciones
seguras son muy recomendables para las personas. En cambio otras son de mayor riesgo y
difíciles. Como las actividades de aventura (parapente, puenting, rafting o barranquismo).
Estas actividades dependen de un mínimo error humano o de lo que la naturaleza disponga
para sufrir un accidente.
“La actividad física dirigida al bienestar siempre debe adaptarse a las características de las
personas participantes de ahí que resulte conveniente conocer las exigencias que requieren
distintos tipos de actividades” (Devís, 2000:23).

En lo que se refiere a la forma en que realizamos las actividades, es algo sumamente


importante, debido a que incide en que el riesgo o beneficio sea menor o mayor. La manera en
que se realiza la actividad también se ve influenciada por la actitud de la persona, es decir en
como esta se involucra con la práctica que realiza.

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Si la intención de la persona es rendir al máximo, como los deportistas de elite, la actividad de
la persona denota una gran implicancia física. Desde la visión de la salud los deportes con
conflictivos, si bien ofrecen disfrute y bienestar psicológico y social, son promotores de
riesgos de lesiones, de competitividad y del contexto social en que se desarrolla la actividad.
“El deporte saludable será aquel cuyos beneficios superen con mucho a los riesgos y
antepongan el bienestar personal al rendimiento y la victoria por encima de todo” (Devís,
2000:24).

Desde otra mirada, si la persona tiene una intención recreativa, la implicancia física es menor
y varía según las exigencias de la actividad que se realice.
“El deporte recreativo persigue interese muy distintos al del rendimiento” (Devís, 2000:24).
Persigue la mejora de la capacidad funcional, la diversión con amigos, aprender y mejorar
habilidades y estrategias de juego, conocer personas y nuevos ambientes. La competición pasa
a ser un elemento para el disfrute y el resultado no es lo que más importas, sino el proceso de
práctica (Devís, 2000).

La expresión “actividad(es) física(s)” tiene un arraigo profundo en la Educación Física


actual (Crisorio, 2015, p: 21). Expresión que sufre poco caso a su significado por parte de la
Educación Física.

“…en Educación Física se presta muy poca atención a las palabras. Esta negligencia
alcanza a la denominación misma de la disciplina y deviene de una visión empirista de la
ciencia que supone una experiencia originaria…” (Crisorio, 2015, p: 21). La Educación
Física no es un medio para la aplicación de conocimientos de otras disciplinas para la mejora
de la higiene, la prevención y promoción de la salud o el desarrollo psicofísico, sino que a
pesar de no ser esta una ciencia debería poder analizarse y crear sus propios objetos de estudio
(Crisorio, 2015).

La experiencia originaria… es la creencia en que lo más natural en el ser humano es el


cuerpo en tanto sustancia dada y extensa…. (Crisorio, 2015, p: 21). El cuerpo como un
organismo individual que tiene órganos que cumplen funciones o una fuente de intercambios
energéticos, como lo considero la fisiología desde el siglo XIX. Una unidad psicosomática o
biopsicosocial considerada por la psiquiatría y la psicología, que concebía al sujeto como

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único y autosuficiente. Concepción que la educación psicomotriz trajo al siglo XX (Crisorio,
2015).

Desde otra perspectiva la autora Carmen Soares en su texto “Cuerpo y cultura: prácticas
corporales y diversidad”, a nueva forma de educar el cuerpo que surge en la segunda mitad
del siglo XIX denominada la Gimnasia científica. Lo que trae aparejado preocupaciones sobre
la medición de resultados y verificación de performances. Dicha preocupación hasta en
entonces inexistente y de ser así los datos con los que se trabajaban respecto a la relación en
cuanto al efecto de la Gimnasia de sobre el cuerpo y su vigor eran imprecisos y pocos
sistemáticos. Poco a poco se fue incurriendo en el perfeccionamiento de máquinas de
medición y con ello en la comprensión de los efectos del ejercicio físico sobre el cuerpo y sus
funciones. Médicos y científicos tenían gran interés por potenciar las fuerzas físicas,
asociándolas a una moral recta. Los profesionales se apoyaron en investigaciones científicas
sobre el gesto humano en el trabajo (Soares, 2006, p. 15).

Crisorio (2015) a la hora de intentar reducir los límites del punto de vista funcional y
biológico al que el cuerpo es reducido, dándole a la actividad física aspectos cualitativos, se
enfrenta con los límites de la physis. “El adjetivo física descalifica la vida humana, en tanto
reduce el cuerpo al organismo y lo humano a lo biológico (Crisorio, 2015, p: 26).

“Los niños no tienen necesidad, para jugar, de saber jugar muy bien; los que juegan mal
perderán la partida, pero ganaran siempre los beneficios higiénicos del juego, puesto que
han hecho el mismo trabajo muscular” (Lagrange, citado en Crisorio, 2015, p. 26). El solo
hecho de desvalorizar el saber moverse o jugar bien, en favor del efecto funcional o biológico
del trabajo muscular, ha sido lo que relaciono desde sus orígenes a la Educación Física con la
salud física, orgánica, sin tener en cuenta ningún tipo de cualidad (Crisorio, 2015, p: 28).
.

Sacar. “La intención de franquear la restricción del punto de vista funcional y biológico,
distinguiendo en la actividad física aspectos cualitativos, tropieza con el límite infranqueable
que la physis impone a la cualidad de la vida humana. El adjetivo física descalifica la vida
humana, en tanto reduce el cuerpo al organismo y lo humano a lo biológico (Crisorio, 2015,
p: 26).

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Sacar. Estos pasajes ilustran, por lo menos, tres cuestiones que nos parece preciso
considerar: a) la descalificación del saber moverse o jugar bien, en favor del efecto
“funcional y biológico” del trabajo muscular, vinculó a la Educación Física, desde su
nacimiento, con la salud en tanto salud física, orgánica, despojada de toda cualidad;
(Crisorio, 2015, p: 28).

Según Crisorio (2015), cuando se remite al análisis de las palabras que conforman la
expresión actividad física, no es compresible la distinción de dicha expresión. Y que en el
campo de la Educación Física, actividades físicas opera como un conjunto de palabras con
sentido propio, haciendo caso omiso los significados y connotaciones.

Sacar. El significado de la expresión actividad(es) física(s) es indiscernible a partir del


análisis de las palabras que la componen” (Crisorio, 2015, p: 22).
“En nuestro campo, actividad(es) física(s) funciona como un sintagma (conjunto de palabras)
con sentido propio, que omite examinar estos significados y connotaciones” (Crisorio, 2015,
p: 24).

“…dar a las palabras la importancia que tienen, porque las cosas –incluidas en ellas el
cuerpo y nosotros mismos– no son antes que las palabras… No existe, sin embargo, una vida
humana natural, sino la posibilidad, efecto del lenguaje, de aislar una vida biológica común
a hombres y animales” (Crisorio, 2015, p: 21-22- 34). No todas las sociedades le dan al
cuerpo el mismo significado y por lo tanto el cuerpo no es natural, ni propio de cada
individuo. El cuerpo se construye culturalmente por el significado de la lengua, conformada
por valores e ideales políticos e históricos independientes de cada sociedad. En relación a la
forma de ver las cosas que tienen los sujetos integrantes de una cultura o la forma en que sean
transmitidas.

“Nosotros utilizamos la expresión prácticas corporales para significar un cuerpo que nunca
puede separarse de su práctica, en el que nunca puede aislarse algo como un sustrato
natural o un principio sustancial, sea físico o biológico” (Crisorio, 2015, p: 34).

“Definimos las prácticas corporales como formas de hacer, pensar, decir, que toman por
objeto al cuerpo, pero también como “sistemas de acción en la medida en que están
habitados por el pensamiento” (Foucault, 1994b:580), de modo que para nosotros el

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pensamiento y la acción son inseparables, sin que por ello el uno se confunda con la otra”
(Crisorio, 2015, p: 36) .

En relación a lo anterior mencionado, prosiguiendo con los lineamientos de Soraes, la autora


habla de dos dimensiones en continuo conflicto lo “diverso y lo homogéneo” que marca la
historia de la vida humana (Soares, 2006, p. 11). “Lo diverso puede ser identificado en las
representaciones festivas de la vida, en las prácticas que tenían al cuerpo como centro y
fuente de divertimento y espectáculo” (Soares, 2006, p. 11). La autora cita ejemplos como, el
mundo del espectáculo callejero, los grupos ambulantes de teatro, los acróbatas, saltimbanquis
que se ganaban la vida exhibiendo su virtuosismo, los atletas de feria que exhibían su fuerza
física, los circos en sus diversas formas de existencia . El cuerpo esta presente como centro
de todas las “prácticas corporales” que tienen como utilidad la diversión, el placer y el ocio.
(Soares, 2006, p. 12). Pero existía la otra dimensión participante del conflicto que conformaba
la historia humana, la naturalización clásica por parte de los campos de la Medicina y la
Biología que explicaban el cuerpo partiendo de generalizaciones y homogeneidades (Soares,
2006, p. 14).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera actividad física “cualquier


movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía”. –
definición que parece no guardar relación con esos significados, pero que absorbe todo el
sentido común disponible en ellos: toda la ambigüedad que cabe en actividad, todo lo dado y
destinado que hay en física–e indica que no se la debe confundir con el ejercicio. Este sería
una variedad de actividad física, planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un
objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la
aptitud física, mientras que la actividad física abarca el ejercicio pero también otras
actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de
juego, de trabajo, de formas de transporte activas, de tareas domésticas y de actividades
recreativas. La OMS advierte que cualquier movimiento corporal producido por los músculos

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esqueléticos exige gasto de energía y precisa que se trata de “aumentar el nivel de actividad
física”, acercando su definición a la del Journal of the American
Medical Association (JAMA, 1995), que especifica que el movimiento debe producir
“incremento del gasto de energía” (Crisorio, 2015, p: 25).

“Hablar de lo diverso y lo homogéneo es hablar de la propia historia humana, una historia


marcada por el conflicto entre estas dos dimensiones y expresiones de la vida” (Soares,
2006, p. 11).

“Pueden tomarse algunos ejemplos: el mundo del espectáculo callejero, en el cual el cuerpo
era el centro y fuente de fascinación y miedo, los grupos ambulantes de teatro, los acróbatas,
saltimbanquis que se ganaban la vida exhibiendo su virtuosismo, los atletas de feria que
exhibían su fuerza física, los circos en sus diversas formas de existencia . (…)Allí el cuerpo
fue el centro, allí las prácticas corporales más diversas y que no poseían cualquier utilidad
que no fuera la de divertir, experimentar placeres y vivir el ocio, tuvieron de hecho su
lugar”(Soares, 2006, p. 12).

“Las Prácticas corporales, por tanto atestiguan cambios profundos de costumbres, de


relaciones de poder, de modos de vivir” (Soares, 2006, p. 13).

“Una historia de las prácticas corporales en occidente podría tomar como punto de partida
a la Gimnasia. Fuentes documentales, imágenes y mismo la arquitectura de los espacios
destinados a su práctica, así como sus aparatos, materiales, sus ropas y los gestos bien
precisos, podrían indicar los muchos orígenes de la Gimnasia, orígenes marcados por una
relación íntima con movimientos artísticos de diferentes expresiones desde el teatro, la danza
y las artes plásticas, pasando también por la música y por el circo. Su aparición en
occidente, por lo tanto, no fue siempre y en todos los momentos de su historia reciente,
marcada y determinada exclusivamente por la medicina y teniendo como función la mejoría
de la salud, la preservación de la fuerza y el vigor físicos” (Soares, 2006, p. 13-14).

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“La diversidad de cuerpos, sus singularidades aún estaban preservadas, poseían un valor y
los resultados esperados no se pautaban por la medida y la utilidad. Otras sensibilidades se
hicieron presentes y otras lógicas pudieron orientar la educación del cuerpo a partir de una
gimnasia expresiva y rítmica que aún cuando tomase a la ciencia como parámetro, no poseía
objetivos ligados a la higiene y la salud, y sí a las posibilidades expresivas del ser humano”
(Soares, 2006, p. 14).

“…la relación de la Gimnástica con los movimientos artísticos de diferentes expresiones


confirió densidad y amplió su horizonte de intervención, configurando un conjunto de
saberes y conocimientos orientados para el desenvolvimiento de prácticas singulares...”
(Soares, 2006, p. 14).

“La Gimnasia como posibilidad de educación del cuerpo dentro de esta perspectiva no
estaba próxima de la higiene ni de la utilidad de las acciones corporales. Su contenido
estaba vuelto para la integración del cuerpo con la música, el teatro, la danza y también con
las expresiones singulares encontradas en fiestas y ritmos propios de cada región, país,
continente” (Soares, 2006, p. 14).

“Tal vez pudiésemos preguntar cómo fue posible que expresiones artísticas tan intensas
hubiesen sido borradas de la memoria de la EF y de las prácticas que la constituyen (….)
dejando así todo el espacio para formas de educar el cuerpo para funciones específicas
ligadas al vigor físico y a la salud física, mejora del rendimiento en el trabajo,
embellecimiento, tiempo libre saludable, ocupación sana del tiempo libre! (Soares, 2006, p.
15).
“Parece que sobretodo en el siglo XIX cuando se inaugura este modo específico de educar el
cuerpo de una población urbana creciente, la Gimnasia científica, de cuño utilitarista es
elegida y sus dimensiones rítmicas y expresivas secundarizadas y abandonadas” (Soares,
2006, p. 15).

“Con la afirmación de la Gimnasia científica surgen preocupaciones antes inexistentes como


por ejemplo aquella de medir resultados y verificar perfomances” (Soares, 2006, p. 15).

“Hubo en aquel momento, más específicamente en la segunda mitad del s.XIX un gran
interés de médicos y científicos en potencias las fuerzas físicas y asociarlas a una moral

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recta, valiéndose del resultado de investigaciones científicas sobre el gesto humano en el
trabajo, posibilitado por el uso cada vez más profesional de máquinas y aún de personas
preparadas para tal finalidad. Este interés, sin embargo es acompañado de un recelo e
incluso de un temor en relación a las experiencias artísticas y las prácticas corporales
ligadas a los divertimentos” (Soares, 2006, p. 15-16).

“Se tiene así la inauguración de una clasificación científica de lo que es o no es saludable,


por tanto, se inaugura no sólo nuevos gestos que educan al cuerpo sino también
divertimentos saludables que educan a los cuerpos y enseñan a los individuos y a las
sociedades a economizar energías físicas, homogeneizando cada vez más gustos, deseos y
posibilidades de expresión. La diversidad de prácticas corporales como expresión de
placeres específicos, como expresión artística y mismo como espectáculo va siendo,
paulatinamente condenadas y relegadas al ostracismo por el discurso cada vez más
especializado de los que defienden una Gimnasia Científica. Esto no significa afirmar que
estos movimientos de carácter expresivo y artístico desaparecieran y sí que fueran confinados
a momentos precisos, lugares específicos y hasta prohibidos” (Soares, 2006, p. 16).

“Es así que la Gimnasia rítmica y expresiva también fue perdiendo su territorio para aquella
que tomaba al cuerpo y su gestualidad como conjunto de fuerzas a agenciar, teniendo por
finalidad perfeccionar la salud, aumentar el vigor físico y economizar fuerzas. Las series de
Gimnasia que surgen son construidas y ritmadas para fines útiles y generales, no específicos,
ni particulares y mucho menos orientadas a placeres específicos y/o orientados (…) a
divertimentos tradicionales” (Soares, 2006, p. 16).

“La Gimnasia científica, posteriormente denominada EF, y el deporte de un modo más


amplio dadas sus características inicialmente lúdicas, tuvieron su entrada triunfal como
forma de educación del cuerpo y como modo saludable de diversión, marcando, de un modo
nunca antes visto, una separación radical entre ciencia y arte en el campo de las prácticas
corporales” (Soares, 2006, p. 16)..

“La Opción fue delimitar la Gimnasia mucho más por lo que los científicos pensaban que
ella no era que por lo que sí era en realidad y menos aún por lo que venía siendo desde sus
orígenes plurales”(Soares, 2006, p. 16).

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“La Gimnasia Científica, vuelta para finalidades útiles para el uso racional y comedido de
las fuerzas físicas no podía ser asociada ni confundirse con prácticas corporales
tradicionales ni con el mundo del espectáculo en el cual el cuerpo ocupa un lugar central”
(Soares, 2006, p. 16-17).
“De ese modo, es posible entonces afirmar que la Gimnasia científica, tutelada por médicos
y militares va paulatinamente, ganando espacio como forma “oficial” de educación del
cuerpo, y al mismo tiempo se distancia del circo, del teatro, de la música, de la danza, del
ritmo, expresiones del arte que la constituían en muchos momentos de su historia en
occidente” (Soares, 2006, p. 19).

“Parece también que la instauración de la descomposición de los gestos para componer las
series de la gimnasia afirmó de una manera casi definitiva una visión totalmente mecánica
del gesto humano en que todo debe ser precisamente codificado, geometrizado y sus
resultados calculados” (Soares, 2006, p. 19).

Pero en las nuevas configuraciones corporales, “A cada momento que abrimos espacio para
los juegos, gestos, ritmos musicales singulares de regiones, países y continentes, etnias y
culturas, estamos afirmando la diversidad humana; cada vez que experimentamos un modo
de jugar, de danzar, de actuar con el cuerpo, una manera de reinventar tradiciones y
negamos lo que se nos presenta legitimado por los grandes medios masivos, estamos
construyendo un modo de vivir más digno, más solidario. Cada vez que aceptamos las
imperfecciones de los cuerpos, de los gestos y reconstruimos los modelos de la supuesta
perfección humana vehiculizados incesantemente por los medios estamos afirmando que la
riqueza de la humanidad está exactamente en su diversidad y que todo intento de eliminar lo
diverso y lo imperfecto debe ser claramente combatido pues está al servicio de los fascismos
siempre reinventados…” (Soares, 2006, p. 32).

“La Educación Física ocupa una posición de gran responsabilidad, rigiendo y orientando los
usos y abusos del cuerpo (…) puede configurar una resistencia contra el vaciamiento de
sentido de las prácticas corporales y el peligro de los pensamientos únicos, quedes figuran
la experiencia sensible “(Soares, 2006, p. 33).

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