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Asertividad para progresar

El asertividad es un modelo de relación interpersonal que consiste en


conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás. Se
trata de un comportamiento que destaca como una de las principales
cualidades de nuestro colectivo profesional, que nos está permitiendo crecer
como enfermeras, en un contexto incierto, lleno de trabas y dificultades.

Con asertividad, somos capaces de defender nuestros legítimos derechos


sin la intención de herir o perjudicar a los demás, reconociendo la
importancia del trabajo en equipo para lograr nuestro objetivo final, un
paciente satisfecho con los cuidados y la atención sanitaria que recibe.
Como enfermeras, nuestras ideas siempre suman al progreso de la sanidad,
desde la confianza que tenemos en nuestro trabajo, en nuestras cualidades
y habilidades. Nuestras propuestas nunca restan o ponen el acento en
cuestiones negativas o en el enfrentamiento.

El asertividad es un comportamiento que se puede aprender. Es una actitud


profesional que comparten todas las enfermeras cuyos testimonios tenemos
la oportunidad de leer en la revista Enfermería en Desarrollo. La lectura de
sus entrevistas y reportajes nos enriquece y nos inspira como colectivo
profesional, pues nos permite comprobar cómo hay enfermeras capaces de
transformar la realidad y de mejorar los cuidados de los pacientes haciendo
bien su trabajo. Son profesionales que han decidido trabajar para corregir
una situación negativa gracias al resultado positivo de su intervención
enfermera.
La asertividad también es una forma de comunicación fundamentada en la confianza que tenemos
en nuestras propias cualidades. Muestra nuestra autoestima y la seguridad en nosotros mismos,
exponiendo con argumentos claros y directos la idea que queremos expresar. Asertivos son todos
los proyectos que hemos tenido el privilegio de conocer a través de los premios Enfermería en
Desarrollo, cuya edición de 2016 os presentamos en esta revista. Os animamos a proponer
vuestras candidaturas, siendo asertivos, porque el ejemplo de vuestro trabajo cotidiano, bien
comunicado, nos va a permitir a todos seguir creciendo como profesión en un espacio que hemos
creado para sentirnos orgullosos del valor de nuestros cuidados.

La asertividad es una actitud profesional que nos permite a las enfermeras


corregir con nuestro trabajo situaciones negativas y mejorar, así, la vida de los
pacientes, foco de los cuidados

http://www.enfermeriaendesarrollo.es/index.php/opinio
n/268-asertividad-para-progresar

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1665
70631500038X
asertividad en enfermeria y su impacto en el cuidado humano

La importancia de la inteligencia
emocional en Enfermería
30 de Junio de 2013 | escrito por oscar85 | clasificado en Inteligencia emocional

Las enfermeras que se ven afectadas por su trabajo tienden a


perder la sensación de importancia de su misión y tienen una peor salud física y una mayor
tendencia a renunciar a su trabajo. Según los investigadores, estos efectos se derivan del
hecho de que las enfermeras acaban contagiándose de la inquietud, la ira y la ansiedad de
los pacientes, una negatividad que amenaza desbordar y afectar las relaciones que
mantienen con los demás, ya sean pacientes o compañeros de trabajo.

Las enfermeras, que por otro lado, mantienen relaciones más positivas con sus pacientes,
tienen un estado de ánimo más positivo con sus pacientes, tienen un estado de ánimo más
positivo y se sienten emocionalmente mejor. Cuestiones tan sencillas como hablar
amablemente o mostrar afecto lleva a las enfermeras a estresarse menos con su trabajo y en
los encuentros con sus pacientes y otros miembros del personal. Además, las enfermeras
emocionalmente más conectadas poseen una mejor salud física, tienen la sensación que su
misión es muy importante y presentan una tasa menor de absentismo laboral.

Como más tensa está una enfermera con sus pacientes, más grande es la tensión que recibe,
y como más anima, por contra, su bienestar y el bienestar de su familia, mejor se siente.
Obviamente, cualquier enfermera atravesará, al largo de un día de trabajo, los dos tipos de
situaciones, pero los datos sugieren que cuánto más anime los buenos sentimientos, mejor
se sentirá… y la ratio de emociones positivas/negativas se encuentra, en cierta medida, en
sus propias manos.

Una de las cuestiones que más tensión emocional genera es escuchar continuamente las
quejas de los demás, un problema que se conoce con el nombre de “fatiga de compasión” y
que consiste en verse desbordado por la angustia de la persona a la que se está cuidando.
Pero este es un problema la solución del cual no consiste en que el cuidador deje de
escuchar, sino en encontrar el soporte emocional adecuado. En un entorno enfermero
compasivo, personas como las enfermeras, que se encuentran en la misma vanguardia de la
lucha contra el dolor y la desesperación, necesitan metabolizar el sufrimiento inevitable, el
que contribuirá a aumentar su resiliciencia emocional. Las instituciones tienen que
asegurarse que las enfermeras y otros miembros del personal tengan suficiente soporte para
ser empáticos sin llegar a quemarse.

De la misma manera que las personas, el trabajo de las cuales, las vuelve más vulnerables a
las lesiones provocadas por el estrés sostenido se toman de tanto en tanto un tiempo de
descanso, los que hacen un trabajo emocionalmente estresante, también podrían
beneficiarse de una pausa para recuperarse. Pero este tiempo no se institucionalizará
mientras los gestores sigan sin reconocer la importancia crucial del esfuerzo emocional que,
juntamente con otras obligaciones, se ven obligadas a hacer las personas que se dedican a la
profesión sanitaria.

Bibliografía

Goleman (2007) Intel·ligència social. La nova ciència de les relacions humanes, Kairós,
Barcelona, p.341-343

http://medicablogs.diariomedico.com/elenfermeroperp
lejo/2013/06/30/la-importancia-de-la-inteligencia-
emocional-en-enfermeria/
El estrés forma parte de nuestra vida cotidiana hasta tal punto que puede considerarse como
«el malestar de nuestra civilización», afectando tanto a la salud y al bienestar personal
como a la satisfacción laboral y colectiva. En el contexto de la salud laboral surge el
desarrollo de un nuevo proceso: el síndrome de Burnout.
El término Burnout hace referencia a un tipo de estrés laboral e institucional generado en
profesionales que mantienen una relación constante y directa con otras personas, máxime
cuando esta es catalogada de ayuda (médicos, enfermeros, profesores), y su origen se basa
en cómo estos individuos interpretan y mantienen sus propios estadios profesionales ante
situaciones de crisis. El término Burnout es descrito originalmente en 1974 por
Fredeunberger, aunque Maslach y Jackson lo definieron como “una pérdida gradual de
preocupación y de todo sentimiento emocional hacia las personas con las que trabajan y que
conlleva a un aislamiento o deshumanización”. Por otro lado, sentaron las bases para la
realización de estudios en diferentes colectividades y sociedades, ya que idearon un
instrumento de medida, denominado Maslach Burnout Inventory (MBI).
Los elementos que se revelan como más característicos son el agotamiento emocional, la
despersonalización y la realización profesional y se interpreta como baja realización
personal en el trabajo, agotamiento emocional y despersonalización.

El profesional de Enfermería, se encuentra expuesto a diferentes factores de riesgo


psicosocial que le pueden generar estrés laboral, el cual se refleja en las actitudes que
asume consigo mismo y en su contexto laboral y familiar. Situaciones como la atención al
paciente y la insatisfacción laboral se consideran las primeras causas de estrés dentro de la
profesión. “El sufrimiento o estrés interpersonal del profesional se origina por la
identificación con la angustia del enfermo y de sus familiares, por la reactivación de sus
conflictos propios y la frustración de sus perspectivas diagnósticos terapéuticas con
respecto al padecimiento del enfermo”. También situaciones como la cooperación de los
pacientes, su recuperación o muerte, las decisiones médicas y administrativas, los
procedimientos burocráticos, la falta de apoyo social, los conflictos con sus compañeros y
médicos y la estructura organizacional aumentan la tensión del profesional

Como respuesta a este estrés laboral crónico, los profesionales de Enfermería desarrollan
actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que trabajan y hacia el propio
rol profesional, expresándose emocionalmente agotados, a lo que se conoce como
Síndrome de Desgaste Profesional o Burnout. “Los sujetos afectados por este síndrome
muestran desilusión, irritabilidad y sentimientos de frustración; se enfadan y desarrollan
actitudes suspicaces. Se vuelven rígidos, tercos e inflexibles. Asimismo, afloran síntomas
de carácter psicosomático como mayor cansancio, dificultad respiratoria, problemas
gastrointestinales, etc.”

El desgaste profesional de Enfermería influye de manera inversamente proporcional en la


calidad del cuidado brindado a los pacientes, ya que a mayor desgaste de los profesionales
menor la calidad del cuidado proporcionado a los usuarios; situación que afecta en gran
medida a la profesión, a sabiendas de que el cuidado es la esencia de la misma.

El agotamiento físico y mental (agotamiento) de las enfermeras tiene una conexión con
mayores tasas de infección hospitalaria. Por otra parte, un estudio realizado en la
Universidad de Pennsylvania, EE.UU., señala que el agotamiento lleva a estos
profesionales millón de costos hospitalarios adicionales por año.

Los investigadores analizaron datos recolectados de la Pennsylvania Health Care Cost


Containment Consejo, la American Hospital Encuesta Anual de la Asociación y un estudio
de 2006 de más de 7.000 enfermeras de 161 hospitales de Pennsylvania. El objetivo del
equipo fue estudiar el efecto de la fatiga y el “desgaste” de enfermeros en infecciones del
tracto urinario relacionadas con el catéter (infección urinaria – siglas en Inglés) y las
infecciones del sitio quirúrgico (SSI – siglas en Inglés), dos de las infecciones hospitalarias
más comunes.

El agotamiento físico y mental en relación con las condiciones de trabajo de las enfermeras
estudiadas se determinó mediante la subescala de cansancio emocional del Maslach
Burnout Inventory-Encuesta de Servicios Humanos (MBI-HSS). El enfoque de filtrado de
22 artículos relacionados con el trabajo actitudes, tales como agotamiento emocional,
despersonalización y realización personal, agotamiento emocional identificado como un
componente clave para síndrome de burnout. Más de un tercio de los encuestados registró
una puntuación igual o superior a 27, que según el caso MBI-HSS características de
“burnout”.

Comparando las tasas de infección urinaria con el número de pacientes atendidos por
enfermeras (media de 5,7 pacientes por cada profesional), los investigadores hallaron que
por cada paciente adicional asignado a una enfermera tenía una infección adicional por
cada mil pacientes (o infecciones adicionales por 1351 año, calculado por la población de la
investigación). Además, cada aumento de 10% en el número de enfermeras con el
agotamiento físico y mental en un hospital como resultado un adicional de infección
urinaria y dos infecciones del sitio quirúrgico adicionales por cada mil pacientes al año
(promedio de los hospitales Cautis en Pennsylvania es de 9 por cada mil pacientes, ICQ 5
por cada mil pacientes).

Consejos útiles para prevenir el burnout

1. Equilibrio:

Es de vital importancia que cada mujer equilibre el tiempo dedicado a cada área de su vida,
es decir al ámbito familiar, social (amigos, pareja), de recreación, personal, espiritual y
laboral. Para este fin se recomienda tomar una hoja y realizar un gráfico circular
distribuyendo el porcentaje que se dedica a cada área. Una vez finalizado, analícelo,
reflexione si está equilibrado o no y realice los cambios que requiera.

2. Autocuidado:

Es necesario que cada mujer genere un espacio de autocuidado, es decir, realizar


actividades que disfrute y le agraden, ayudándole a relajarse, dejando el estrés y las
preocupaciones a un lado. Por ejemplo, si disfruta ir a caminar a la montaña, visitar
museos, ir a ver una obra de teatro, entre otras; todo depende del gusto personal de cada
una.

3. Acompañamiento profesional:

Si analiza su vida y se da cuenta que existe una determinada situación que le causa malestar
a nivel emocional y que por ende afecta las otras áreas de su vida, sería importante crear un
espacio terapéutico visitando a una profesional en psicología (así como iría al dentista si
tiene una molestia bucal). El no intervenir en esa situación, se puede acumular con otras
circunstancias que al final van a llevarla a sufrir de un desgaste profesional/emocional. En
Costa Rica es lamentable la poca importancia que se le brinda a la salud mental, obviando
que es una de las áreas vitales en las personas.

4. Ejercítese:

Realizar algún tipo de ejercicio físico de su gusto, mínimo 3 veces por semana, le ayudará a
reducir el nivel de estrés que hay en su cuerpo.

5. Relajación:

Hay días que llegamos a la casa totalmente cansadas, por el sin fin de actividades y
situaciones que se nos presentaron en el transcurso del día. Busque la manera de relajarse,
indague sobre técnicas de relajación y de respiración que le ayuden a normalizar su cuerpo.
Por ejemplo, tome una ducha con agua caliente antes de dormir, lea su libro favorito, cierre
sus ojos y escuche esa música que le genera paz, trate de dormir con el sonido de la lluvia,
etc.

6. Autoconocimiento:

No tenga miedo de conocerse. Es vital que cada mujer se conozca a sí misma, cómo
reacciona ante un factor estresante, una noticia negativa, etc. Si nos conocemos, es más
sencillo analizar nuestra conducta y buscar los medios para modificar la manera en que
estamos reaccionando. Para esto se necesita de los espacios personales e incluso de un
espacio terapéutico con una psicóloga.

7. Capacitación:
Busque información y capacítese en el tema de inteligencia emocional, para poder
reaccionar adecuadamente ante las situaciones que se le van a presentar en su trabajo e
incluso en lo personal.

8. Autocontrol:

Con el autoconocimiento y la capacitación usted puede crear sus propias formas de resolver
y enfrentar los conflictos, así como desarrollar el autocontrol, siendo cada vez menos
impulsiva.

9. Atmosfera laboral:

Fomentar el trabajo en equipo, la unidad, tolerancia y respeto en el trabajo es importante


para crear un clima laboral que le ayude a sobrellevar el estrés. Quizás no todos actúen de
la mejor manera, pero usted si lo puede hacer y con su aporte se realizan cambios.

10. Comunicación:

Hable con su jefe/autoridades superiores y compañeras/os de trabajo; mantener un dialogo


abierto es pieza fundamental siempre y cuando se realice de una manera asertiva.

Tome en cuenta estos diez consejos; léalos, analícelos y practíquelos. Recuerde que todas
somos propensas a desarrollar el Síndrome de Burnout, por lo tanto si tiene la posibilidad
de prevenirlo, ¡hágalo, eso es amarse a sí misma!
FUENTES: http://scielo.isciii.es/; http://www.isaude.net/; http://www.medigraphic.com/;

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