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López Bayona, Álvaro Iván


El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau
Hallazgos, vol. 11, núm. 22, 2014, pp. 245-262
Universidad Santo Tomás
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=413834075013

Hallazgos,
ISSN (Versión impresa): 1794-3841
revistahallazgos@usantotomas.edu.co
Universidad Santo Tomás
Colombia

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www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
El populismo como lógica hegemónica: una mirada a
la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau*
Álvaro Iván López Bayona**

Rm

Recibido: 3 de abril de 2014 En este artículo se presenta una re exión acerca de la teoría del
Evaluado: 20 de abril de 2014 populismo elaborada por Ernesto Laclau, como una perspectiva
Aceptado: 8 de mayo de 2014 analítica que permite restituir el carácter político del mismo.
Para llevar a cabo esto, se rastrea y explica la importancia de ca-
tegorías como hegemonía y articulación en el pensamiento de
Laclau, su viraje en el análisis de la constitución de las identi-
dades políticas, pasando del grupo a la demanda como unidad
análisis y, por último, la centralidad del lenguaje y el discurso
como elementos con gurantes de la realidad social.

Palabras clave: Populismo, hegemonía, articulación, discurso.

* Artículo de re exión. Este artículo recoge algunos de los postulados centrales de la teoría del populismo elaborada por Ernesto Laclau, como
una alternativa para el análisis de la constitución de las identi caciones políticas. Cómo citar este artículo: López Bayona, A.I. (2014). El populismo
como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau. Hallazgos, 11 (22), pp. 245-262.
** Sociólogo, Magster en Estudios Culturales, Universidad de los Andes. Docente Facultad Sociología Universidad Santo Tomás (Colombia).
E-mail: alvarolopez@usantotomas.edu.co

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El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau

Populism as a Hegemonic Logic:


A look at the theory and viewpoints as developed by Ernesto Laclau

A

This article presents a re ection about the theory of populism


developed by Ernesto Laclau, as an analytical perspective
allowing the restoration of the political nature thereof. For the
foregoing to be carried out, the importance of categories such
as hegemony and articulation, its turn regarding the analysis of
the constitution of the political identities, going from the group
to the demand as an analysis unit are tracked and explained the
in the Laclau thought; and nally, the language centrality and
discourse as elements con guring the social reality.

Keywords: Populism, hegemony, articulation, discourse.

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lvaro v n López ayona

O populismo como a lógica hegemônica:


um olhar sobre a perspectiva teórica desenvolvida por Ernesto Laclau

Rm

Neste artigo apresenta-se uma re exão sobre a teoria do popu-


lismo desenvolvida por Ernesto Laclau, como uma perspectiva
analítica que permite restaurar a natureza política do que está-se
apresentado. Para conseguir isso, se rasteja e explica a importân-
cia de categorias como hegemonia e articulação no pensamento
de Laclau, sua viragem na análise da constituição das identida-
des políticas, passando do grupo para à demanda como unidade
de análise e, nalmente, a centralidade da linguagem e do dis-
curso como elementos con gurantes da realidade social.

Palavras-chave: Populismo, hegemonia, articulação, discurso.

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El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau

Iió centrales desarrollados por Laclau (1977; 1985;


2005; 2005a) dentro de su perspectiva ana-
Un término que ha sido objeto de uso y abu- lítica. En primer lugar, el empleo de la he-
so por parte de las ciencias sociales es el de gemonía y la articulación como categorías
populismo. Su uso más común y corriente de análisis fundamentales, para rastrear la
ha estado orientado a describir y explicar constitución de las identidades o identi ca-
las movilizaciones populares como movi- ciones políticas. En segundo lugar, el cambio
mientos irracionales, vagos e indetermina- en la unidad de análisis pasando del grupo
dos donde las masas —la plebs— son mani- a la demanda. Y, por último, la importancia
puladas por un líder carismático o un grupo atribuida al lenguaje y, más especí camente,
social en contra de los “ricos” o “privilegia- al discurso como una práctica política a tra-
dos”. Esta es la perspectiva racionalista. Otro vés de la cual se organiza y clasi ca el mun-
acercamiento, más asociado a una perspecti- do social de forma contingente, es decir, de
va reinvindicativa, pero con un fuerte sesgo forma gurativa y no literal.
de clase, ha explicado el populismo como
un movimiento de carácter popular rein- L gmí   iió:
vindicativo marcado por su ascendencia de  -iizió
clase a través del cual se pretende imple-   i
mentar una forma de gobierno redistribu-
tiva que favorezca al pueblo —proletario—. Para comenzar, es importante recordar que
En este artículo se presenta un acercamiento el interés de Laclau (2005) por el análisis del
diferente a estas dos perspectivas, tomando populismo se enmarca en una discusión con
como punto de referencia el enfoque teórico una corriente de pensamiento racionalis-
elaborado por Ernesto Laclau (2005). ta, representada por teóricos sociales como
Gino Germani, Margaret Canovan, Ghita
En esta medida, nos apartamos tanto de la Ionescu y Ernest Gellner, la cual, a través de
perspectiva racionalista como de la reinvin- la asociación teórica e histórica de este a una
dicativa reducida a su carácter de clase, las forma incoherente, irracional y vaga de mo-
cuales restringen el populismo a una lógica vilización social, lo con nó a una “posición
irracional, o una simple movilización po- marginal en el discurso de las ciencias socia-
pular con carácter clasista, para entenderlo les” (p. 34).
como una lógica hegemónica por medio de
la cual se produce un pueblo —un populus— El resultado de este con namiento, como lo
como resultado de una producción discur- señala Laclau, fue la asimilación del popu-
siva, operación a través de la cual este se lismo como “el simple opuesto de formas
constituye como el lugar de cristalización políticas digni cadas con el estatus de una
o centro articulador de un conjunto de de- verdadera racionalidad” (p. 34), y la carac-
mandas, grupos y sectores sociales diferen- terización del mismo como un “fenómeno
tes entre sí. político aberrante” (p. 35) que impedía el
tránsito de la sociedad a formas cada vez
Para cumplir con este propósito, se reali- más racionales de organización política.
za una reconstrucción de tres elementos Frente a esta interpretación “peyorativa”

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del populismo, Laclau presenta otra for- históricas, por ejemplo, esclavismo, feuda-
ma de abordarlo e interpretarlo que consis- lismo, capitalismo, socialismo y comunismo,
te en entenderlo como una lógica política las cuales deben conducir a formas de or-
que presenta “un determinado modo de ar- ganización social cada vez más racionales,
ticulación” de una serie de “contenidos so- es desvirtuada por Laclau gracias al empleo
ciales, políticos e ideológicos” (2005a, p. 53), de la hegemonía como categoría de análisis
diferentes entre sí, articulados no por una en el terreno político. Para Laclau (1985), la
coincidencia ideológica o sociológica entre hegemonía no es nada más que una catego-
los mismos —necesaria correspondencia—, ría que se nos presenta como una salida a la
sino por una práctica hegemónica a través idea de una “necesidad histórica” produ-
de la cual se articulan “diferentes deman- cida y reproducida por el marxismo clásico
das fragmentadas y dislocadas en torno a para explicar el desarrollo de la historia (p. 27).
un nuevo centro” (2005, p. 222). Este nue- En este sentido la hegemonía, en términos
vo centro es lo que Laclau denomina sig- conceptuales como operativos, debe ser en-
ni cante vacío, categoría que será explicada tendida como un “juego [político] que no es
más adelante. nunca ‘suma cero’ porque las reglas y los
jugadores no llegan a ser jamás plenamente
Ahora bien, en cuanto a la hegemonía y la explícitos” (p. 239), como se pretendía en
articulación, cabe señalar que estas dos ca- la concepción marxista ortodoxa. Con esta
tegorías permitieron a Laclau realizar dos operación se deja de lado la concepción de
cosas en particular. En primer lugar, rom- la política y de las luchas políticas como algo
per con la concepción de la historia como determinado y determinante, para ser en-
“un avance continuo in nito” (p. 281) ha- tendidas como algo en constante disputa y
cia formas de organización social cada vez rede nición por las condiciones históricas
más racionales. Y en segundo lugar, realizar en las cuales se llevan a cabo y por los suje-
una ruptura con una concepción marxista tos involucrados en ellas.
ortodoxa a través de la cual se restringía la
conformación de los grupos sociales a la ne- La consecuencia inmediata de esta visión
cesaria correspondencia entre los intereses para el análisis político es el abandono de la
ideológicos y la posición de clase ocupada concepción de la historia y, por lo tanto, de
por los sujetos dentro del modo de pro- las relaciones sociales que se constituyen en
ducción capitalista. Detengámonos por un y a través de ella como la secuencia y el efec-
momento, para explicar el primer aspecto: to lógico y racional de una teodicea univer-
la historicidad de la historia o, en otras pala- salista que determina la marcha de estas de
bras, la producción de esta como una prác- forma ordenada y transparente. De ahora en
tica social. adelante, gracias al empleo de la hegemonía,
la historia y las prácticas sociales son enten-
La concepción de la historia como un reco- didas como confrontaciones hegemónicas,
rrido racional, decretado de manera teleo- resultado de luchas políticas concretas ubi-
lógica y transparente por una racionalidad cadas socio-históricamente entre diferentes
absoluta, que determina la forma cómo grupos sociales en las cuales no existe garan-
esta debe desenvolverse en sucesivas etapas tía alguna de lo que pueda llegar a suceder.

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Así pues, la historia y las relaciones socia- los trabajadores de un banco estatal, una
les dejan de ser entendidas como lógicas reivindicación racial, la defensa del matri-
teleológicas y comienzan a ser entendidas monio igualitario entre personas del mismo
como “una sucesión discontinua de forma- sexo, entre muchas otras demandas. De esta
ciones hegemónicas que no puede[n] ser manera, el nuevo sujeto popular ecológico es
ordenada[s] de acuerdo con ninguna narrati- el resultado de una articulación de todas las
va universal que trascienda su historicidad anteriores demandas en una demanda po-
contingente” (2005, p. 281). Con esta nueva pular, como lo puede ser la defensa de los
forma de concebir la historia y las relaciones derechos humanos y de un nuevo proceso
sociales, el esclavismo, el feudalismo y el de identi cación social, no de una identidad
capitalismo, por ejemplo, corresponderían a o sujeto previo.
formaciones hegemónicas más que a etapas
sucesivas y lineales determinadas por una Esta nueva mirada dela historia y la confor-
racionalidad absoluta. mación de los grupos sociales como produc-
to de prácticas hegemónicas, abre el camino
En relación al segundo aspecto, la ruptura para el análisis del populismo desde otro
con una concepción marxista ortodoxa de punto de vista con dos consecuencias fun-
clase, es la articulación la que juega un papel damentales. Por un lado, el abandono de la
central aquí. La articulación, al ser entendi- concepción racionalista del pueblo como
da como una forma de conexión a través de una forma irracional y vaga de movilización
la cual se crea una unidad de dos o más ele- social (perspectiva racionalista) y, por otro
mentos diferentes bajo determinadas con- lado, la pérdida de validez de la perspecti-
diciones históricas (Hall, 2010), permite ir va que asumía al mismo como la manifes-
más allá de la idea de un grupo conformado tación de un sujeto universal, homogéneo,
únicamente por intereses de clase o secto- constituido a priori y con una tarea teleo-
riales. Dicho de otra manera, la articulación lógicamente determinada (perspectiva mar-
permite pensar en grupos sociales articu- xista ortodoxa). El efecto inmediato de esta
lados por una diversidad de sectores, que reorientación en la interpretación del popu-
no guardan una relación necesaria entre sus lismo es la comprensión del mismo como el
“elementos ideológicos y su pertenencia de resultado de una práctica articulatoria a tra-
clase” (p. 85), sino que son el resultado de un vés de la cual se articulan “una pluralidad
nuevo proceso de identi cación. de demandas democráticas” (Laclau, 2005a,
p. 57) y grupos sociales diferentes entre sí
Con esta reorientación epistemológica, lo en torno a un ideal u objetivo colectivo.
que se pone en cuestión es la noción de sujeto
unitario cartesiano y la identidad como algo Otro resultado de esta nueva mirada desen-
establecido y de nido de una vez y para cializadora de lo social es que el pueblo pasa
siempre. Por ejemplo, un movimiento ecolo- a ser entendido como “un modo de iden-
gista y un “nuevo” sujeto ecológico desde esta ti cación a disposición de cualquier actor
perspectiva es el resultado de defender de- político” (Panizza, 2005, p. 14) que se en-
mandas tan diferentes como la conservación cuentre inmerso en una lucha hegemónica,
del medio ambiente, el aumento salarial de y no como un referente jo al cual deben

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adherirse ciertas demandas y ciertos sujetos Por ejemplo, no es lo mismo hablar de un


sociales. En este sentido, el pueblo pierde pueblo constituido como resultado de una
su connotación “esencial” de ser un lugar lucha hegemónica, donde el grupo que lo-
reservado únicamente para las reivindica- gra asumir el liderazgo como grupo medu-
ciones de los más pobres, los más oprimidos lar dentro de la sociedad se identi ca con
o los más explotados, para pasar a ser una una ideología de derecha, que uno consti-
de las formas discursivas a través de las tuido por un grupo cercano a una ideología
cuales se intenta construir un proceso de de izquierda, o por uno de centro-derecha
identi cación. que por uno de centro-izquierda. Por otra
parte, no va a ser lo mismo un pueblo cons-
Llegados a este punto, podemos aventu- tituido durante los años cuarenta del siglo
rarnos a realizarla siguiente conclusión de XX en la sociedad colombiana, por ejemplo,
acuerdo con Laclau (2005). El pueblo como que uno constituido durante la primera dé-
lugar de cristalización de una nueva subje- cada del siglo XXI. De hecho, a partir de estas
tividad política “no está formado necesa- distinciones analíticas e históricas, se puede
riamente por los pobres y tiene poco que señalar que, aunque “el pueblo no posee un
ver con las nociones marxistas de alianza de referente jo, ni un signi cado esencial, lo
clases contra la clase económicamente do- cual equivale a coincidir […] que el térmi-
minante” (p. 31); por el contrario, es el re- no signi ca lo que aquellos que lo utilizan
sultado de una “construcción discursiva eligen que signi que” (Panizza, 2005, p. 16),
contingente” (p. 117), donde no existe ga- este, por más indeterminación del lengua-
rantía alguna de qué grupos o demandas lo je, no es el resultado de la voluntad de los
vayan a estructurar. Como nos lo recuerda individuos ni de un determinismo a his-
Reyes (2005), el pueblo es el resultado de un tórico. Por el contrario, es el resultado de
proceso de nominación por medio del cual una lucha hegemónica a través de la cual
se “determina de manera retroactiva el sen- se instituye el sentido del mismo. En otras
tido” (p. 143) del mismo y no de una nece- palabras, el pueblo, por más que no posea
sidad histórica. Así, el pueblo como sujeto un referente jo ni estable, se circunscribe
popular es el resultado de una producción de acuerdo a unas determinadas condicio-
discursiva por medio de la cual se determi- nes históricas, sociales, políticas, culturales
nada de manera contingente y no literal el e ideológicas, a una de nición del mismo
“signi cado” que llega a adquirir y trans- como la de nición válida y legítima, es de-
mitir él mismo. cir, como la hegemónica.

Continuando con esta línea argumentativa, Teniendo como punto de referencia la ante-
es importante realizar la siguiente aclara- rior re exión, podemos sostener la siguiente
ción con el n de evitar una lectura “relati- hipótesis en cuanto al populismo como una
vista” de la constitución del pueblo a través lógica política, esto es, hegemónica, a través
de la cual se asuma que este puede llegar de la cual se construye al pueblo: al ser el
a signi car cualquier cosa, desconociendo populismo una de las dimensiones funda-
de esta manera, las condiciones históricas mentales de lo político, a través de la cual se
particulares donde él mismo se constituye. “construye y otorga signi cado al ‘pueblo’’

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El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau

(Reyes, 2005, p. 134), este último no puede análisis de la articulación equivalencial de


ser sino el resultado de una producción dis- las demandas como factor fundamental en
cursiva a través de la cual se pretende rea- la constitución del pueblo.
lizar un cierre arbitrario sobre el sentido del
signi cante pueblo. Por lo tanto, una conse- Laclau (2005) puntualiza que el tipo de de-
cuencia fundamental de esta reformulación mandas que le interesa analizar son aquellas
en términos epistemológicos es la inversión que realizan el tránsito de simples peticiones
realizada en los términos del análisis políti- a reclamos con carácter de reivindicación,
co: es el populismo el que construye el pue- es decir, las que presentan un cierto desafío
blo y no a la inversa como se consideraba al sistema institucional para su resolución.
en la corriente ortodoxa del pensamiento Este desafío puede ser resuelto de manera
marxista. Con esta des-esencialización del administrativa cuando opera la lógica de la
pueblo, pasamos al segundo elemento cen- diferencia, o puede quedar suspendido, lo
tral en el cambio de enfoque realizado por que abre la posibilidad para el surgimiento
Laclau, el paso del grupo como unidad de de una lógica populista. Este tipo de deman-
análisis a la demanda. das son dos, las democráticas y las populares.

D gp   m En cuanto al primer tipo de demandas, son


m i  áii las que se formulan “al sistema por alguien
que ha sido excluido del mismo” (Laclau,
Al no ser el pueblo el resultado de una esen- 2005, p. 158), pero no se articulan equiva-
cia común subyacente compartida por los lencialmente, es decir, permanecen aisladas.
sectores y las demandas asociadas en torno Estas demandas son fácilmente asimilables
a él, sino el resultado de una articulación he- por el sistema, puesto que este las puede
gemónica de las mismas en la cual no com- solucionar de manera aislada o adminis-
parten nada positivo, solamente el hecho de trativa. Este tipo de demandas pueden ser
que todas permanecen insatisfechas, tomar asociadas a lo que Laclau y Mou e (1985)
el grupo como unidad de análisis “oscu- denominan como momentos o, en otras
rece” y “encubre” las múltiples particula- palabras, a posiciones diferenciales dentro
ridades que pueden llegar en un momento del discurso. Las demandas democráticas
histórico particular a estructurarlo. Dicho no presentan un serio desafío al orden so-
de otra manera, la unidad del pueblo debe cial existente, pues su “exceso de sentido”
ser pensada como un resultado que escon- es fácil y rápidamente clausurado por una
de su mismo proceso de constitución, el lógica diferencial. Por ejemplo, cuando un
cual, a través de un complejo proceso de ar- grupo de estudiantes está reclamando me-
ticulación “de piezas diversas y divergentes jor calidad en la educación, y otro grupo
que tienen la apariencia de [una] totalidad” social, como el de los profesores, está re-
(Grossberg, 2010, p. 100), lleva a cabo una clamando mejores sueldos, y esto se da al
operación de “totalización y opacización” mismo tiempo, pero estas demandas y
que presenta a dicha “totalidad” como una sectores no se articulan y son resueltas de
unidad armónica y sin sura alguna. Por manera diferencial y administrativa por el
lo tanto, el interés de Laclau se traslada al sistema escolar, se clausura parcialmente

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el “exceso” de sentido de dichas deman- mercados. El resultado de esta articulación


das: la solución ofrecida por el sistema a las equivalencial es la constitución de una nueva
demandas elevadas por los estudiantes y identidad colectiva que viene a representar
profesores es mejorar la planta de docen- a las demás identidades.
tes y subirles el sueldo a los últimos. En
este caso se ha producido una lógica de la El resultado de este proceso de identi ca-
diferencia, anulando un potencial con icto ción es una articulación política o equiva-
antagónico entre estudiantes y profesores lencial, lo que quiere decir que se trata de
contra el sistema escolar —directivos—. un enlace temporal entre diferentes grupos
y demandas, donde no se presenta una ne-
El otro tipo de demandas son las populares, cesaria correspondencia ideológica entre las
Laclau (2005) se re ere a ellas como “la posiciones objetivas ocupadas por los suje-
pluralidad de demandas que, a través de tos sociales, la posición política que estos
su articulación equivalencial, constituyen asumen en un momento histórico determi-
una subjetividad más amplia” (p. 99) que nado y las demandas por las cuales estos se
las transciende en su particularidad. Esta agrupan en una nueva identidad política.
subjetividad, para nuestro caso, está refe- No obstante, un aspecto que debemos re-
rida al pueblo. cordar de este tipo de articulación es que
para que sea concebida como hegemóni-
Estas demandas, al estar articuladas en tor- ca, debe constituirse en y contra un cierto
no a una cadena equivalencial que las co- número de elementos que son percibidos
mienza a representar, ceden en cierto gra- como antagónicos, como el “enemigo” del
do su condición particular a una demanda pueblo. En este caso podríamos identi car,
que las representa a todas ellas, dentro de hipotéticamente, dichos elementos como un
un campo antagónico. Un ejemplo de esta estado autoritario, regulador en lo econó-
forma de articulación es cuando diferentes mico y con poco empeño industrializador.
grupos sociales, por ejemplo, los sindica- Ilustremos esta dinámica a través del si-
listas, los campesinos y los empresarios, guiente diagrama.
teniendo cada uno de ellos diferentes de-
mandas como las mejoras salariales para
los primeros, el incentivo a la producción
agrícola para los segundos y la apertura de H
nuevos mercados para los últimos, se arti-
culan alrededor de una demanda como lo
XX
puede ser el desarrollo económico. Dicha
demanda es la que comienza a signi car
toda la cadena equivalencial, signi cando
algo más que su simple contenido parti- X1 X3
cular. Esto quiere decir que esta demanda X2
no sólo signi ca desarrollo económico sino
también mejoras salariales, incentivo a la
producción agrícola y apertura de nuevo Fuente: elaboración propia

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El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau

Acá H representa el polo antagónico, o sea, E gim i  


el estado autoritario, regulador en lo econó- pió   f
mico y con poco empeño industrializador gói:  pp  
contra el cual las demandas X1 –mejoras igifi í
salariales–, X2 –incentivo a la producción
agrícola– y X3 –apertura de nuevos merca- Para comenzar, es importante señalar que
dos– elevan sus reclamos; por su parte XX el antagonismo es un elemento fundamen-
es la demanda particular que las articula tal dentro de la lógica populista, puesto que
–desarrollo económico–. De acuerdo a este es el que posibilita la construcción de una
diagrama y a la perspectiva de Laclau, XX frontera antagónica entre un nosotros y un
se convierte en el signi cante vacío que ellos, es decir, entre dos identidades políti-
logra articular a los signi cantes otantes cas que se disputan la posibilidad de esta-
o demandas X1, X2 y X3, los cuales, a pe- blecer su visión del mundo como la visión
sar de su articulación equivalencial, siguen válida y legítima. Una de estas identidades
manteniendo en cierto grado su condición la constituye la identidad popular, y, por
de demandas particulares. Esta condición tanto, “oprimida”, mientras la otra es “la
es la que se mantiene en la parte inferior de identidad negativa” que impide la plena
cada círculo. realización de la primera.

Una consideración que debemos tener pre- Un aspecto muy signi cativo de este tipo
sente respecto al esquema anterior es que de relación antagónica, es que esta “presu-
el signi cante que va “a adquirir el rol arti- pone la presencia de algunos signi cantes
culador va a depender, obviamente, de una privilegiados que condensan en torno de sí
historia contextual” (p. 114) y no de una de- mismos la signi cación de todo un campo
terminación lógica o racionalista, lo que nos antagónico” (p. 114) en contra de otro cam-
obliga a señalar que es el conjunto de con- po antagónico. Algunos de estos signi can-
diciones histórico-sociales el que determina, tes pueden ser la oligarquía, la élite política,
en cierta medida, cuál demanda o elemento o el Estado, los cuales representan en un
adquiere esa centralidad. Esta consideración momento determinado al “enemigo”, mien-
tiene como consecuencia que el sentido de tras los desposeídos, los humildes o los des-
las demandas —signi cantes otantes— favorecidos representan al pueblo.
va a permanecer indeciso entre diferentes
campos antagónicos hasta que alguno de los Esto signi ca que el antagonismo es una re-
dos logré hegemonizar el campo social. lación social a través de la cual se produce
una división dicotómica del espacio social
En este punto, es importante detenernos en entre dos identidades políticas excluyentes,
un aspecto de particular interés dentro de la pero mutuamente dependientes: una que se
teoría del populismo elaborada por Laclau, instituye como la “buena” comunidad o los
ese trata dela relación existente entre las de- “buenos” ciudadanos, y otra que se estable-
mandas populares, la construcción de las ce como el “enemigo” de dicha comunidad.
identidades políticas y el establecimiento de No obstante, es necesario aclarar que ningu-
un antagonismo social. no de estos signi cantes posee un privilegio

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apriorístico de inscripción, pues el pueblo, más que sí mismo. Este algo más, es la signi-
en un momento histórico particular, puede cación de toda la cadena equivalencial que
estar conformado por la oligarquía, los mi- se encuentra compuesta por las diferentes
litares o la clase dirigente, así como el “ene- demandas y sectores sociales.
migo” puede estarlo por los humildes, los
desposeídos o el estado de bienestar. De he- Una función que se debe destacar de los sig-
cho, esta con guración hegemónica fue la ni cantes vacíos es que estos permiten “la
establecida durante la década de los ochen- comprensión de una cosa en términos de
ta, por políticos neoliberales como Margaret otra” (Jociles, 2005, p. 154), o la equivalencia
Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan de un término por otro. Por ejemplo, orden o
en Estados Unidos, quienes señalaron a los seguridad dentro de un discurso populista,
pobres como los parásitos de la sociedad, y ya sea de derecha o izquierda, se pueden lle-
al estado de bienestar como un lastre para la gar a equivaler en un momento determinado
economía liberal. a otro término, como lo puede ser la patria.
Esta función la describe Laclau (2005) como
Los signi cantes que condensan todo un la función catacrética del lenguaje, función
campo antagónico son denominados por a través de la cual se logra establecer “una
Laclau como signi cantes vacíos, los cua- relación de sustitución entre términos sobre
les se fundan en “un ideal político univer- la base del principio de analogía” (p. 34), te-
salizado que nunca puede ser satisfecho” niendo como propósito estructurar las bases
(Lowndes, 2005, p. 205), porque su misma experienciales de las personas.
condición de apertura semántica impide su
plena realización. En este sentido, los signi- Teniendo como base las anteriores precisio-
cantes vacíos no poseen una de nición nes conceptuales, podemos aventurarnos a
positiva, o conceptualmente estricta y pre- realizar una de nición de los signi cantes
cisable que los amarre a una lógica descrip- vacíos, que nos permita clari car su estatus
tivista o denotativa; por el contrario, es- epistemológico y su relación con la construc-
tán asociados a una lógica connotativa o ción de una frontera antagónica. Los signi-
antidescriptivista, en la cual la idea de la cantes vacíos son una especie de “punto
“emancipación del signi cante de cualquier de condensación” (p. 226) entre diferentes
dependencia del signi cado” (Laclau, 2005, “demandas que no comparten nada posi-
p. 132) es central. Si no cumplieran con esta tivo, sólo el hecho de que todas ellas per-
condición, no se podría hablar de una fron- manecen insatisfechas” (p. 125) respecto a
tera antagónica como lo señala Laclau. las soluciones ofrecidas por el orden social
existente, lo que se traduce en que los sig-
De allí que un signi cante vacío sea un sig- ni cantes vacíos no poseen una de nición
ni cante que no se agota en una lógica de- positiva o conceptualmente estricta que los
notativa, puesto que desborda la literalidad amarre a una lógica descriptivista, pues su
de los signi cados puramente conceptuales sentido no se circunscribe a este tipo de de-
pudiendo ser un símbolo, una palabra o una niciones, sino a su capacidad de signi car
imagen que comienza a perder su contenido toda una cadena equivalencial. El resultado
particular para comenzar a signi car algo de esto, por lo tanto, es la constitución de

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El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau

una frontera política y de una nueva identi- momentos podrían ser denominados como
dad política. el de la otación y el de la jación, sin que-
rer decir con esto que uno de los dos prime
Otro aspecto importante de la relación entre sobre el otro. Como lo advierte el propio La-
las demandas populares, la construcción de clau (2005), no existe un momento dominado
identidades políticas y el establecimiento de exclusivamente por la otación constante de
un antagonismo social, es que son al mismo los signi cados, lo cual equivale a sostener
tiempo el resultado de una lógica articula- que nunca se podría establecer un cierto or-
toria, pero también lo que posibilita que se den –signi cado– a las cosas, pero tampoco
mantenga, aunque sea de manera temporal. existe uno dominado completamente por el
Expliquemos esta relación con mayor detalle. cierre absoluto de los signi cados, lo cual
equivale a decir que todo orden es eterno.
Como lo señala Panizza (2005), al ser el po- Por lo tanto, la conclusión es que todo orden
pulismo una lógica articulatoria, este ne- es un intento realizado, más nunca plena-
cesariamente se constituye en un modo de mente logrado, por establecer un cierto tipo
identi cación a través del cual no sólo se de orden, un cierre denotativo, en una rea-
construye una frontera antagónica que divi- lidad altamente contingente. El populismo
de el espacio social entre dos polos antagó- opera bajo esta lógica articulatoria.
nicos —el pueblo vs. su enemigo—, sino tam-
bién en un modo de identi cación a través Un último aspecto que es necesario reseñar
del cual se construyen identi caciones en- dentro de esta re exión es la condición he-
tre diferentes grupos sociales, estableciendo gemónica que presentan las demandas po-
una articulación entre ellos. Esto signi ca pulares y las identidades políticas popula-
que el populismo es una de las formas polí- res. Como lo apunta Laclau, la aplicación de
ticas de construir la unidad del grupo y su la hegemonía al análisis del populismo y
identidad, en contra de la de otros grupos. de la construcción de identidades políticas,
“tiene sentido sólo si la inscripción popular
En esta medida, la identidad del grupo es el de demandas democráticas no procede de
resultado de un complejo proceso de articula- acuerdo con un diktat dado a priori o teleo-
ción equivalencial entre diferentes deman- lógicamente determinado, sino que es una
das y sectores en un sistema variable de signi- operación contingente que puede moverse
cación y no una esencia determinada por en una pluralidad de direcciones [ideológi-
condiciones apriorísticas. Este proceso tiene cas]” (p. 160). Esta pluralidad de direcciones
dos momentos; uno contingente, donde no puede corresponder a movimientos políti-
existe garantía de que las demandas y sec- cos de derecha, de izquierda, de liberales, de
tores se vayan a articular, pero sin embargo conservadores, de religiosos ortodoxos, de
lo realizan a través de una lógica articula- centro-izquierda, etc., lo que nos hace pensar
toria; y otro de jación parcial, donde las que el populismo, como lógica política que
demandas se “estabilizan” temporalmente constituye lo social, puede ser constituido,
en un sistema variable de signi cación al apropiado y reapropiado por fuerzas socia-
compartir una condición de insatisfacción les tan diversas y divergentes como las an-
u hostilidad hacia algo o alguien. Estos dos teriormente señaladas.

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Con relación a lo anterior, se puede soste- permite como herramienta analítica rastrear
ner entonces que “ninguna demanda social tanto la constitución de dicha frontera anta-
tiene como su ‘destino mani esto’ una for- gónica como la de las identidades políticas
ma a priori de inscripción, todo lo contrario que se constituyen como las representantes
[ésta] depende de una lucha hegemónica” legítimas de cada uno de los dos polos an-
(2005a, p. 63) por medio de la cual dichas tagónicos constituidos por esta frontera. Y
demandas pueden ser recon guradas de por último, que el populismo, al profundizar
diferentes maneras por parte de los grupos y resaltar la constitución política de la socie-
sociales que se encuentran inmersos dentro dad, es decir, la constitución con ictiva y
de la disputa hegemónica. De allí que el contingente de la misma, permite emprender
sentido que obtenga cierta demanda o ele- un camino analítico de la constitución de todo
mento, dependa exclusivamente del sentido grupo social como un movimiento contingen-
que le otorgue el grupo social que haya lo- te e híbrido que alcanza su grado de “estruc-
grado constituirse como el grupo medular. turación” gracias a la articulación de diferen-
Por ejemplo la democracia, el Estado, la se- tes demandas y grupos sociales alrededor
guridad, el orden, la economía, entre otros, de una cadena equivalencial articulada por
no van a ser portadores del mismo sentido un signi cante vacío, el cual puede ser he-
si el grupo social hegemónico que logra he- gemonizado de manera diferente de acuer-
gemonizar el espacio social y político, se do a que un grupo social logre hegemonizar
encuentra cercano a un pensamiento de de- el espacio social.
recha o a uno de izquierda, lo cual equivale
a decir que estos signi cantes, en este caso Lgj  i:  
otantes, cambian de signi cado dependien- ii  m i
do de la operación de cierre denotativo que
se realice sobre ellos, y del lugar que ocupen Lo dicho hasta el momento nos abre el cami-
dentro de la frontera antagónica. no para hablar de la importancia del lenguaje
y del discurso dentro de la teoría del populis-
Para cerrar este apartado y abrir paso al si- mo elaborada por Laclau. Esta importancia se
guiente, es indispensable señalar tres con- encuentra referida a dos elementos en parti-
secuencias de lo dicho hasta el momento. cular: la capacidad performativa del discur-
En primer lugar, que al ser entendido el po- so y la facultad del lenguaje de subvertir los
pulismo como una lógica política a través signi cados puramente denotativos.
de la cual se instituye lo social, este permite
pensar en la construcción discursiva de un Respecto a la capacidad performativa, como
pueblo, un nosotros, en contra de un ellos lo señalan Austin (1962) y Bourdieu (1999),
(Reyes, 2005). Entonces el populismo per- está referida a la facultad del discurso de pro-
mite pensar en la constitución antagónica ducir realidades a través de lo que se nombra,
de la sociedad. En segundo lugar, que el po- de crear performativamente una determina-
pulismo, al estar referido a la constitución da realidad social. Sin embargo, para que la
de una frontera antagónica a través de la performatividad cumpla su propósito se de-
cual se posibilita la “construcción discursi- ben cumplir y respetar ciertas condiciones
va del enemigo” (Laclau, 2005a, p. 59), este sociales, por ejemplo, que quien pronuncie

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el discurso sea la persona autorizada para “original”, para comenzar a signi car algo
hacerlo, que las cosas que pronuncie sean totalmente diferente de su signi cado “esen-
las cosas legítimas de pronunciar, y que el cial”. Con la operacionalización de esta fun-
lugar donde las pronuncie sea el lugar indi- ción, la idea de identidades jas y predeter-
cado para hacerlo. El cumplimiento de estas minadas queda relegada y desplazada por la
condiciones produce como resultado, que constitución contingente de las mismas.
las palabras pronunciadas adquieran el es-
tatus de “verdad”, determinando la forma Un segundo aspecto destacado por Laclau
“correcta” y “adecuada” de acción y pensa- dentro de la performatividad y subversión
miento para los sujetos sociales. del lenguaje, es la centralidad de la gura
de la sinécdoque, gura literaria que permi-
Por su parte, la subversión connotativa está te establecer un tipo de relación particular
referida a la imposibilidad de realizar un entre la parte y el todo, donde la parte co-
cierre denotativo de la producción del len- mienza a representar el todo, a constituirse
guaje; dicho de otra manera, de clausurar de como el todo. Esta es la función que cumple
forma de nitiva el sentido que puedan ad- precisamente el signi cante vacío, el cual,
quirir las palabras dentro de los contextos podríamos aventurarnos a decir, es la sinéc-
en los cuales estas son utilizadas. En esta doque por excelencia.
medida, la utilización de un cierto número
de recursos retóricos (argumentos, metáfo- Por último, resalta la capacidad de la retó-
ras, metonimias, sinécdoques, etcétera) por rica para presentar como “verdadero”, ante
medio de los cuales se realizan operaciones los potenciales receptores, lo que se anun-
asociativas entre las palabras, “desviándo- cia a través del discurso. Esta capacidad de
las de su sentido literal” (Laclau, 2005, p. 96), verosimilitud se asocia, como lo señala Pe-
es un elemento fundamental de toda prác- relman (1977), al uso de diferentes guras
tica política. literarias que tienen como nalidad persua-
dir y convencer a un determinado grupo de
Dentro de esta importancia atribuida al dis- personas buscando su adhesión a las tesis
curso y al lenguaje como productor de expuestas por el orador (p. 12).
realidades sociales, es pertinente señalar la
fuerza que Laclau le atribuye a la retórica De acuerdo a lo anterior, podemos soste-
como elemento constitutivo de lo social. Esta ner que las dos primeras funciones están
fuerza está referida, en primera medida, a su asociadas a la noción y el papel que des-
función catacrética, la cual permite realizar empañan los signi cantes vacíos y otan-
desplazamientos semánticos de términos o tes dentro del discurso; mientras que la
signi cados puramente denotativos, o signi- última está asociada al estilo epidíctico de
cados gurativos. Es decir que a través de la retórica, estilo que tiene como propósi-
esta función se realiza un desplazamiento de to fundamental “intensi car la adhesión
una lógica denotativa del lenguaje, que ama- a [determinados] valores, teniendo como
rra las palabras a un signi cado “original” o objetivo encontrar un punto de apoyo”
“esencial”, a una lógica connotativa, donde (p. 41) universal para articular a diferentes
las palabras comienzan a perder esa atadura grupos o sectores sociales, alrededor de un

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objetivo común o, desde nuestra perspec- como categoría de análisis, se pierde de vis-
tiva, alrededor de una demanda popular. ta la capacidad del discurso para organizar
y clasi car la realidad social, de acuerdo a
Las consecuencias de todo esto para la teo- las condiciones de posibilidad que su mis-
ría del populismo son tres. Primero, el giro mo contexto social de producción le permi-
hacia la retórica como una operación discur- te. En este punto, compartimos la adverten-
siva que posibilita “emancipar un nombre cia realizada por Grossberg (2010), respecto
de sus referencias conceptuales unívocas” a que ninguna práctica cultural (textos y
(Laclau, 2005, p. 140), para lograr constituir discurso incluido) existe “al margen de las
un nuevo sentido a partir de una articula- fuerzas y de las relaciones del contexto que
ción equivalencial de diferentes elementos las constituyen como tal” (p. 95), ya que
en uno solo. Esta es la función catacrética, estas son justamente, el resultado de las
función que permite comprender el pueblo condiciones sociales e históricas, que posi-
“como otra cosa distinta del lugar al que vie- bilitan que dichas prácticas adquieran cierta
nen a depositarse y superponerse, como en signi catividad.
una simple super cie de inscripción, unos
objetos instaurados de antemano” (Foucault, Por último, podríamos señalar que el pue-
1979, p. 69). Este, por el contrario, debe ser blo, al ser entendido en una de sus dimen-
entendido como “una práctica social a través siones como el resultado de una práctica
de la cual se constituyen los objetos y sujetos discursiva, a través de la cual se produce un
de los que se habla” (Bolívar, 2006, p. 24). conjunto especí co de formas de entender,
organizar, clasi car y valorar a dicho pue-
Segundo, al ser entendido el pueblo como blo, también debe ser entendido y abordado
el resultado de una práctica hegemónica como un sujeto político por medio del cual
llevada a cabo por sujetos ubicados histó- se produce su propio proceso de identi -
rica, social, política, económica y cultural- cación. Así, el pueblo es el resultado de un
mente dentro de un contexto histórico y so- efecto performativo de constituir al propio
cial particular de producción, circulación y pueblo como un pueblo conservador, cató-
apropiación, el contexto, como categoría de lico, liberal, colombiano, venezolano, ecua-
análisis, adquiere total importancia. Como toriano, radical, cristiano, etc.
muy bien lo advierte Bourdieu (1999), si se
examina toda producción discursiva fuera Ci
de su contexto de producción, circulación
y apropiación, es decir, como una produc- Para cerrar esta re exión acerca de la teo-
ción autónoma, objetiva y desinteresada, se ría del populismo elaborada por Laclau,
pierde de vista la importancia de las con- es primordial reseñar los siguientes aspec-
diciones de posibilidad que, precisamente, tos. En primer lugar, reconocer su esfuerzo
posibilitan que dicha producción adquiera teórico constante, continuo y riguroso por
cierta e cacia como “palabra creadora, que restituir lo político como elemento fundan-
con ere vida a lo que anuncia” (p. 16). Di- te de lo social. Como se abordó a lo largo
cho en otras palabras, al olvidar el contexto del texto, no existe una esencia de lo social
de producción, circulación y apropiación que determine la forma como los sujetos y

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El populismo como lógica hegemónica: una mirada a la perspectiva teórica elaborada por Ernesto Laclau

sus relaciones se deban llevar a cabo. Por el como propósito u objetivo la desestructu-
contrario, corresponden a rearticulaciones ración de las relaciones de dominación y
hegemónicas, donde la única garantía que subordinación presentes en un contexto
existe es que, precisamente, no existe garan- particular. Este sería el escenario de de-
tía alguna de que las cosas ocurran de una seabilidad para el fortalecimiento de una
manera determinada. No obstante, esto no democracia radical, tal y como la desarro-
quiere decir que exista una total indetermi- llan Laclau y Mou e (1985). Pero, por otro
nación en la forma como se organizan las lado, este proceso también puede tomar
relaciones sociales, sino que, como lo sos- otra dirección. La articulación de un mo-
tiene el propio Laclau, corresponden a un vimiento reaccionario a través del cual se
cierre arbitrario del exceso de sentido de mantenga o reproduzca el estatus quo. La
lo social por medio del cual se hegemoniza dinámica que se logre imponer como hege-
una parte de este. mónica determinará qué tipo de pueblo se
logró constituir y qué tipo de contenidos
En segundo lugar, esta desencialización son los que de ende.
de lo social nos conduce a un elemento
fundamental de la perspectiva de Laclau: Esta forma a través de la cual se produce el
el “rescate” del populismo de la posición pueblo, nos dirige a rea rmar el llamado
marginal, a la cual fue con nado y con- de atención realizado por Laclau y Mou e
denado por las ciencias sociales de corte respecto a la manera cómo los grupos so-
racionalista y mecanicista. Como lo señala ciales subordinados deben llevar a cabo sus
Laclau, el populismo es una de las formas luchas políticas:
políticas por medio de las cuales se insti-
tuye un determinado orden social de ma- Si las demandas de un grupo subor-
nera hegemónica, esto es, el populismo no dinado se presentan como demandas
es una lógica irracional ni mecanicista, sino puramente negativas y subversivas de
una lógica hegemónica a través de la cual un cierto orden —estrategia de oposi-
se articulan, en una cadena equivalencial, ción—, sin estar ligadas a ningún pro-
una pluralidad de demandas y sujetos par- yecto viable de reconstrucción de un
ticulares produciendo como resultado un nuevo orden —estrategia de construc-
nuevo sujeto político que intenta represen- ción de un nuevo orden—, su capaci-
tar dichas demandas y sujetos. Este nuevo dad de actuar hegemónicamente estará
sujeto es el pueblo. excluida desde el comienzo. (p. 235)

Por último, la consecuencia de esta opera- En la capacidad de plantear, planear y lle-


ción, es que el pueblo comienza a signi car var a la práctica una estrategia de cons-
lo que aquellos que lo estructuran “eligen” trucción de un nuevo orden, es donde
que signi que, esto nos lleva a dos posibles radica el reto de los nuevos movimientos
escenarios de articulación respecto al popu- populistas que logren surgir como alter-
lismo. Por un lado, un proceso articulatorio nativas al orden social hegemónico. Esta
donde con uyen grupos y demandas con tarea es la que esperamos que logren cum-
un carácter democrático radical, teniendo plir con éxito.

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