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Amigos de Filosofía, como hoy es el tercer jueves de noviembre se recuerda

"el día de la Filosofía". Aquí os comparto un artículo sobre "la misión del
filósofo" en la antigüedad.
El filósofo francés, Michel Foucault, analiza la misión del filósofo en la
conferencia de La hermenéutica del sujeto. Allí introduce la práctica de sí. A
saber, la noción de "un cuidado de sí", que se efectúa a partir del
"conocimiento de sí". A decir verdad, esta práctica de sí es la acción que se
efectúa para devenir sujeto.
En la antigüedad los griegos devenían "sujeto", como poiética de sí, a partir
de un cuidado de sí, que a su vez les permitía ser cuidadoso con el sí mismo
de los otros. En este sentido podemos hablar de un existencialismo positivo.
Nuestro pensador introduce la parresía socrática para adjudicar un valor
inigualable a la noble tarea del filósofo en ésta práctica. Se trata, desde
luego, de una nueva ética, un estar en común con los otros y consigo mismo.
Este cuidado de sí es la contra cara de la "stultitia", el estado del
desconocimiento de sí mismo, el peor estado en el que es posible
encontrarse. Y es el filósofo quien viene a esta ayuda mesiánica de
"convertir" al stultus, a través del diálogo, orientándolo hacia la práctica de
sí, a conocerse a sí mismo y de esta manera cuidar de su sí mismo. Es aquí
donde Foucault habla de la misión del filósofo.
En efecto, en uno de los pasajes de La hermenéutica del sujeto, se lee:
"¿Cuál es la acción del otro que es necesaria para la constitución del sujeto
por sí mismo? ¿Cómo llega esta acción del otro a inscribirse como elemento
indispensable en la inquietud de sí? ¿Qué es si lo prefieren esa mano
tendida, esa 'educación', que no es una educación, que es otra cosa o algo
más que la educación? Pues bien, como se imaginarán, el mediador que se
presenta de inmediato el operador que llega a imponerse aquí en la relación,
en la edificación de la relación del sujeto consigo mismo, ese mediador, ese
operador desde luego, ustedes lo conocen. Se presenta por sí mismo, se
impone ruidosamente, se proclama, él y sólo él, capaz de hacer esa
mediación y permitir el paso de la stultitia a la sapientia. Proclama que es el
único capaz de lograr que el individuo pueda quererse a sí mismo y
finalmente alcanzarse, ejercer su soberanía sobre sí y encontrar en esa
relación la plenitud de su felicidad. Ese operador que se presenta es, por
supuesto, el filósofo. Es el verdadero operador."
http://laviosaspasia.blogspot.com.ar/…/la-mision-del-filoso…
En este artículo pongo en cuestión esta "misión mesiánica" de la Filosofía,
valiéndome de las ideas propuestas por Marcelo Percia. Espero puedan
considerar esta propuesta.
Desde ya gracias. Y saludos cordiales.

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