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Pedofilia

Aviso médico

Desde un punto de vista médico, la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste
en la excitación o el placer sexual que se obtiene, principalmente a través de actividades
o fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 6 y 11 años.1 La paidofilia o la
pedofilia es un trastorno psiquiátrico en el que un adulto o un adolescente mayor
experimenta una atracción sexual primaria o exclusiva a los niños en la etapa lactancia e
infante.23 Aunque las niñas suelen comenzar el proceso de la pubertad a los 10 u 11
años, y los niños a los 11 o 12 años,4 los criterios para la pedofilia se amplían al punto
de corte para la prepubescencia que vendría rodeando a la edad de 9 años.2

La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se


compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de
violencia, de control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos
de pedofilia: una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u
otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.

Las conductas pedófilas son muy heterogéneas, desde casos inofensivos, hasta aquellos
en que alcanzan niveles que entran dentro de lo criminal. A la actividad sexual de un
pedófilo con un menor prepubescente o menos de 10 años se la conoce con el nombre
de abuso sexual infantil o pederastia5 (palabra que, etimológicamente, significa lo
mismo que pedofilia).6

Existen diversas asociaciones de pedófilos que reivindican la pedofilia como una forma
más de vivir la sexualidad humana y que, en consecuencia, debe ser aceptada con
naturalidad por parte de la sociedad.7

En el uso popular, la palabra pedofilia se suele aplicar a cualquier interés sexual en los
niños o el acto de abuso sexual infantil.8 Este uso confunde la atracción sexual hacia los
niños prepúberes con el acto de abuso sexual infantil, y no distingue entre la atracción a
prepúberes y púberes o post-púberes menores de edad. Los investigadores recomiendan
que se eviten estos usos imprecisos ya que si bien las personas que cometen abuso
sexual infantil a veces presentan el trastorno, los abusadores sexuales de niños no son
pedófilos a menos que tengan un interés sexual primario o exclusivo en los niños
prepúberes,91011 y la literatura indica la existencia de pedófilos que no abusan de los
niños.1213

Índice
 1 toche
 2 La pedofilia como parafilia

o 2.1 Caracterización del pedófilo

o 2.2 Necesidades emotivas de los pedófilos

o 2.3 Causas

o 2.4 Tratamiento del pedófilo

 3 Efebofilia

 4 Hebefilia

 5 Infantofilia

 6 Regulación jurídica

 7 Pedofilia y activismo

 8 Véase también

 9 Notas

 10 Enlaces externos

toche

Los pedófilos suelen convertirse en agresores sexuales.

Etimológicamente, la palabra deriva del término griego παιδοφιλια, paidophilia, y éste


de παις-παιδος, páis-paidós, «muchacho» o «niño», y φιλíα filía, «amistad».
Paidophilia fue acuñada por los poetas griegos como un sustituto de «paiderastia»
(pederastia),14 o viceversa.
Se considera que paidofilia es un término etimológicamente más correcto que pedofilia,
si bien esta segunda forma se usa más.15 En relación con la atracción hacia los
adolescentes, también suele emplearse el término «hebefilia» o «efebofilia».

En la antigua Atenas, la relación sexual entre un adulto y un joven púber se denominaba


pederastia, y se consideraba como un elemento más en la relación entre un docente y su
discípulo: el amor entre ambos favorecía la transmisión del saber y de las leyes
ciudadanas. Por el contrario, el sexo con sujetos prepúberes, denominado pedofilia, era
castigado con condenas que podían llegar a la pena de muerte.

En la Roma antigua, por su parte, la pederastia estaba muy difundida, pero sin las
justificaciones de los griegos, y la pedofilia era también condenada.16

Con todo, simultáneamente había puntos de vista de tipo moral-psicológico que


condenaban cualquier tipo de contacto sexual entre adultos y menores; así, por ejemplo,
Platón o Suetonio.

El término paedophilia erótica fue acuñado en 1886 por el psiquiatra vienés Richard
von Krafft-Ebing en su trabajo Psychopathia Sexualis,17 en el que lo describió como el
interés sexual dirigido sólo hacia jóvenes prepubescentes, sin incluir a adolescentes, un
interés que desaparecería con la aparición de los primeros signos de vello púbico.

A los adultos que manifestaban esta tendencia, Krafft-Ebing los clasificó en tres grupos:

1. Pedófilos;

2. De sustitución, esto es, cuando los jóvenes prepubescentes son vistos como
objetos que sustituyen a un objeto adulto que es el preferido pero que no está
disponible.

3. Sádicos.

La pedofilia fue reconocida formalmente por primera vez y nombrada en el siglo 19.
Una cantidad significativa de investigación en el área ha tenido lugar desde la década de
1980. Aunque en su mayoría documentado en los hombres, también hay mujeres que
presentan el trastorno,181920 y los investigadores suponen estimaciones disponibles no
representan el verdadero número de pedófilas femeninas. No hay cura para la pedofilia
desarrollada, pero hay tratamientos que pueden reducir la incidencia de una persona que
comete el abuso sexual infantil. Las causas exactas de la pedofilia no se han establecido
de forma concluyente. Algunos estudios de pedofilia en los delincuentes sexuales de
niños lo han correlacionado con diversas anomalías neurológicas y patologías
psicológicas. En los Estados Unidos, después de Kansas v. Hendricks, los delincuentes
sexuales que son diagnosticados con ciertos trastornos mentales, especialmente la
pedofilia, pueden estar sujetos a indefinido compromiso civil .

La pedofilia como parafilia


Caracterización del pedófilo
La pedofilia emerge antes o durante la pubertad, y es estable en el tiempo.21 Es auto-
descubierta, no elegida.8 Por estas razones, la pedofilia ha sido descrita como un
trastorno de la preferencia sexual, fenomenológicamente similar a una orientación
sexual heterosexual u homosexual.21 Estas observaciones, sin embargo, no excluyen la
pedofilia del grupo de los trastornos mentales debido a que los actos de pedofilia causan
daño, y los pedófilos, a veces, pueden ser ayudados por profesionales de salud mental
para abstenerse de actuar sobre sus impulsos, que causan daño a los niños.

La psiquiatría considera la pedofilia como una parafilia.2223 Los pedófilos, desde esta
perspectiva, son:

sujetos con una orientación libidinosa dirigida primariamente a niños, sin apenas interés
por los adultos, y con conductas compulsivas no mediatizadas por situaciones de
estrés.24

Sin embargo, no hay acuerdo sobre que la pedofilia sea una orientación sexual. Por
ejemplo, la Asociación Americana de Psiquiatría no la considera una orientación
sexual.25

La cuarta edición revisada del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos


mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (American Psychiatric Association)
describe con tres rasgos un diagnóstico estándar del pedófilo, basándose en 3022 casos
de pedofilia:

 experimentación, durante un periodo de al menos seis meses, de fantasías


sexuales intensas o recurrentes, o de impulsos sexuales, o de necesidad de
actividad sexual, en donde el objeto de atención es uno o varios niños
prepubescentes (generalmente, menores de catorce años);

 o bien dichos impulsos solo repercuten en la esfera sexual del individuo, o bien
le provocan ansiedad o dificultades interpersonales;

 El individuo tiene diecisiete años o más y ha de ser por lo menos seis años
mayor que el niño por el que muestra su atracción.

La materialización de la pedofilia (también llamada pederastia) puede ser de varias


formas; la atracción erótica que algunos [pedófilos] sienten por los niños no se traduce
necesariamente en actos sexuales completos. El pedófilo puede limitarse a desnudar al
niño y a mirarlo, a exhibirse, a masturbarse en su presencia, a tocarlo con delicadeza y a
acariciarlo. Puede convencer al niño para que a su vez lo toque y así sucesivamente.26

Cognitivamente, el pedófilo se caracteriza por no considerar inapropiada su tendencia o


conducta, por lo que no suele presentar sentimientos de culpa o vergüenza; en
ocasiones, incluso, apelan a la seducción del niño como causa de la misma o a que su
comportamiento se puede entender como una forma de educación sexual de los niños.

La personalidad del pedófilo es polimorfa. Se pueden distinguir dos grandes tipos de


pedófilos: los primarios y los secundarios o situacionales:27
 Los primarios muestran una inclinación sexual casi exclusiva por los niños y su
conducta compulsiva es independiente de su situación personal. Se trata,
clínicamente, de pedófilos en un sentido estricto del término que presentan unas
distorsiones cognitivas específicas: consideran su conducta sexual como
apropiada (no se sienten culpables ni avergonzados), planifican sus acciones,
pueden llegar a atribuir su conducta a un efecto de la seducción por parte del
menor o pueden justificarla como un modo de educación sexual para este.

 En cuanto a los secundarios o situacionales, estos se caracterizan porque su


conducta viene inducida por una situación de soledad o estrés (en estos casos, la
experimentación de relaciones sexuales con niños suele ser un medio de
compensar la baja autoestima o de liberarse de cierta hostilidad). No son
estrictamente pedófilos, en tanto que su inclinación natural es hacia los adultos,
con los que mantienen normalmente relaciones problemáticas (impotencia
ocasional, tensión de pareja...); sólo recurren excepcionalmente a los niños y lo
hacen de forma compulsiva, percibiendo su conducta como anómala y sintiendo
posteriormente culpa y vergüenza.

Otra clasificación28error en la cita, pp. 89 y 89 distingue tres categorías principales de pedófilos:

 los ansiosos-resistentes, caracterizados por su escasa autoestima que les lleva a


buscar constantemente la aprobación de los demás; dado que no consiguen
establecer relaciones emocionales con los adultos, se centran en los niños, con
los que aumenta su seguridad. En principio, su relación no es sexual, pero la
dependencia afectiva puede generarla.

 los evitadores-temerosos, caracterizados por su gran deseo de contacto con los


adultos pero a los que el miedo al rechazo los paraliza. Se centran entonces en
los niños y su actitud es poco empática y tienden al uso de la fuerza.

 los evitadores-desvalorizadores, caracterizados como obsesionados con la


independencia y la autonomía emocional; buscan relaciones fugaces e
impersonales en las que no es infrecuente el comportamiento coercitivo violento
o sádico.

Necesidades emotivas de los pedófilos

La casuística clínica ha evidenciado el tipo de necesidades emotivas que la práctica


pedófila puede satisfacer en los afectados:29

 en primer lugar, se trata de casi el único modo de alcanzar para ellos la


excitación sexual;

 en segundo lugar, les permite sentirse poderosos a través del control ejercido
sobre el niño, algo más complicado que si se tratase de adultos;

 en tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior, les sirve para aumentar su


autoestima;
 en cuarto lugar, al repetir escenas traumáticas vividas por ellos (en los casos en
los que se hayan dado), el contacto pedófilo les permite superar sus propios
traumas personales y tomarse una especie de revancha al situarse ahora ellos en
la posición dominante;

 en quinto lugar, todo el proceso de su relación con niños consigue para el


pedófilo consolar sus privaciones de competencia social o de cohibición en la
relación con los adultos; se trata, pues, no solo de algo relacionado con su vida
sexual sino con la propia realización como persona. En este sentido, en
determinados casos en que la relación entre el pedófilo y el menor se prolonga
en el tiempo, puede haber por parte del adulto un enamoramiento real con esa
persona a la que él considera como su joven pareja, sobre todo cuando esta se
halla en la edad de paso entre la infancia y la pubertad.30

Causas

No existe consenso entre los especialistas respecto del origen de la pedofilia.

Con todo, según

muchos psicólogos y psiquiatras, los pedófilos tendrían una personalidad inmadura,


problemas de relación o sentimientos de inferioridad que no les permitirían mantener
una relación amorosa adulta e "igualitaria": individuos con trastornos narcisistas y frágil
autoestima se concentran en los niños porque pueden controlarlos y dominarlos y, con
ellos, no tienen sentimientos de inadecuación.31

Algunos especialistas sugieren que

El origen de esta tendencia anómala puede estar relacionado con el aprendizaje de


actitudes extremas negativas hacia la sexualidad o con el abuso sexual sufrido en la
infancia, así como con sentimientos de inferioridad o con la incapacidad para establecer
relaciones sociales y sexuales normales.32

Otros autores consideran que la pedofilia deviene de una experimentación permanente


del propio periodo infantil por parte del individuo, idealizando el cuerpo y la belleza de
esa etapa y tratando además de evocar el tratamiento que en relación con estos aspectos
recibieron de pequeños. En consecuencia,

el erotismo con los niños puede comportar (...) la fantasía inconsciente de fusión con un
objeto ideal, la reestructuración con un ego joven e idealizado.31

A todo esto se añade que los pedófilos encuentran también placer en la intrínseca
transgresión que supone su tendencia y actos, y en las actividades que realizan para
llevar a cabo sus contactos con niños: localización, planificación, seguimiento,
aproximaciones, etc.

Igualmente, se aduce la posibilidad de la existencia de trastornos de personalidad como


factores importantes: deficiencias en el control de los impulsos y en la imagen personal,
tanto por una educación sexual negativa y culpabilizadora como por unos modelos
familiares no adecuados.33
Tratamiento del pedófilo

Las terapias dirigidas a los pedófilos son, por lo general, las mismas que se emplean con
los pacientes que presentan parafilias, es decir, tratamientos de carácter psicológico y
farmacológico. Desde el punto de vista psicológico, algunos estiman útil una
aproximación analítica, es decir, la exploración del inconsciente para comprender por
qué se ha creado en la infancia y luego ha arraigado esta inclinación sexual. Otros, en
cambio, prefieren trabajar sobre el síntoma a través de una terapia conductual, cuyo
objeto es inducir un cambio en los gustos y costumbres. Algunos otros consideran
verdaderamente eficaces sólo las terapias a base de fármacos.34

El tratamiento farmacológico35 tiende bien a intentar reducir el impulso sexual durante


el periodo de administración del mismo, bien a reorientar este impulso hacia formas
aceptables.

Dado que en muchas ocasiones el pedófilo está obsesionado por su inclinación,36 en el


sentido de pensar y elaborar continuamente estrategias para conseguir sus contactos con
los niños, se piensa que puede ser productivo para él un periodo largo de calma y
reflexión, esencial, precisamente, para revisar sus costumbres, modos de pensar, etc.

El principal problema que presenta el tratamiento de los pedófilos es que estos no suelen
colaborar. Son una minoría los que aceptan ser tratados y muchos de ellos no se
consideran a sí mismos ni enfermos ni anormales, llegando incluso a reivindicar, tanto
privada como públicamente, la legitimidad de sus aproximaciones a niños sobre la base
de que solo pueden considerarse como abusos cuando media la violencia física o la
coacción. Es frecuente, también, el que apelen a que el niño tiene capacidad suficiente
para demostrar si algo le agrada o no, o a que sus acciones son consecuencia de las
actitudes seductoras del menor. La negación de la problemática es una de las principales
características de estos individuos.

Efebofilia
La efebofilia es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual
hacia adolescentes. Usualmente ubicado entre los 10 y 19 años3738

Por definición, Este término no es sinónimo de pedofilia y muchas personas suelen


confundirlo a pesar de su diferente significado. No obstante, en los países occidentales
se ha usado con frecuencia la palabra pedofilia para referirse a la efebofilia cuando ésta
es ilegal, o sea, para referirse a la atracción sexual hacia cualquier persona cuya edad
sea menor a la edad de consentimiento sexual.

Debido a que cada cultura y estado define una edad de consentimiento sexual mínima
diferente, la ilegalidad del término varía. Por ejemplo, en diferentes naciones
musulmanas es aceptado a veces el matrimonio entre adolescentes o entre adultos y
adolescentes, e incluso entre adultos y niños .

Debido a que de país en país varían las normas para establecer la edad mínima legal en
que un adolescente puede sostener relaciones sexuales voluntariamente con un adulto, la
efebofilia no es un concepto estandarizado, así por ejemplo, en Argentina39 los 13 años
es la edad mínima para la mayoría sexual y en España son los 1640, mientras en Costa
Rica los 15 años. Además, algunos países establecen edades de consentimiento
diferentes para las relaciones heterosexuales y para las homosexuales.

En México y Estados Unidos la edad de consentimiento varía, dependiendo de los


Estados, entre los 16 y los 18 años.41

Aún en las jurisdicciones donde es ilegal sostener relaciones sexuales con menores de
19 años bajo el concepto de adolescencia de Erikson, abarcando la adolescencia entre
los 12 y los 21 años, aún en estos lugares sería legal sostener relaciones sexuales con
adolescentes en su etapa más tardía (20 a 21 años) o post-tardía (21 a 24 años).

Mientras que la terapeuta Karen Franklin considera que la efebofilia es una preferencia
sexual natural y que una gran mayoría de hombres adultos sienten atracción por mujeres
adolescentes, (por lo general menores de 25 años) por lo que no puede ser equiparado
con la pedofilia, que es claramente un trastorno sexual,42 otros como Ray Blanchard
consideran que la efebofilia debería incluirse dentro de los trastornos sexuales en el
DSM-V43

Hebefilia
La hebefilia es la atracción hacia menores cuyo físico corresponde más bien al de una o
un preadolescente (niña, niño puberta) se le conoce como la atracción hacia individuos o
pubescentes jóvenes usualmente entre los 10 y 13 años de edad, también es conocido
como complejo de Lolita.

Infantofilia
La infantofilia es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual
hacia niños de entre 0 y 5 años.44

Regulación jurídica
Artículo principal: Abuso_sexual_infantil#Regulación_jurídica

Dibujo sobre la pedofilia y el abuso sexual infantil en Sudáfrica.

La mayor parte de los países conservan un derecho penal de acto por lo que se castiga la
violación y por ende, la pederastia, es decir, el acto de abusar sexualmente de un niño, y
no la mera tendencia sexual pedófila. Por ello, un acto de abuso sexual infantil no es
calificado como tal por las leyes. Sin embargo, en algunos códigos penales sí se
contemplan delitos que castigan dicha conducta.45
 189.2. El que para su propio uso posea material pornográfico en cuya
elaboración se hubieran utilizado menores de edad o incapaces, será
castigado con la pena de tres meses a un año de prisión o con multa de
seis meses a dos años.

 189.7. Será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año o


multa de seis meses a dos años el que produjere, vendiere, distribuyere,
exhibiere o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que
no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee
su voz o imagen alterada o modificada.46

Pese a lo anterior, es frecuente que algunos periódicos y otros medios hagan uso de
términos como «acusado de pedofilia» o «pedófilo convicto» en referencia a individuos
acusados o convictos por abuso sexual infantil e incluso otros términos como «pedófilo
en serie». Sin embargo, pederastia se utiliza de forma preferente en el sentido de delito,
y menos frecuentemente como enfermedad; en la prensa se habla de «delitos de
pederastia», «condenado a 40 años por pederastia», «acusado de pederastia» y «red de
pederastia». Esta preferencia de emplear pedofilia para referirse a la atracción sexual o
la enfermedad puede deberse al hecho de que este término es actualmente el más
utilizado en psiquiatría para designar el trastorno mental y, por influencia médica, es la
palabra escogida por los periodistas para hablar en términos psiquiátricos.47

El Código penal argentino es conteste con las legislaciones que reprimen los actos de
pedofilia y en su artículo 119 describe con precisión la conducta pedófila:

 Art. 119.- Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro
años el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo, cuando
ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza,
abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de
autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier
causa no haya podido consentir libremente la acción.48

Y continúa:

La pena será de cuatro a diez años de reclusión o prisión cuando el abuso, por su
duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento
sexual gravemente ultrajante para la víctima.- La pena será de seis a quince años de
reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere
acceso carnal por cualquier vía.- En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena
será de ocho a veinte años de reclusión o prisión si: a) Resultare un grave daño en la
salud física o mental de la víctima, b) El hecho fuere cometido por ascendiente,
descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto
reconocido o no, encargado de la educación o de la guardia, c) El autor tuviere
conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere
existido peligro de contagio, d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con
armas.- e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o
de seguridad, en ocasión de sus funciones.- f) El hecho fuere cometido contra un menor
de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con el
mismo.-
En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión
si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e), ó f).

Pedofilia y activismo
Artículo principal: Movimiento activista pedófilo

Alrededor de la década de 1960 surgieron organizaciones y ONG de activismo pedófilo


diversas. Algunas de ellas sostienen entre otras cosas que es necesario una disminución
(o abolición) de la edad de consentimiento sexual,49 o la legalización de la posesión de
pornografía infantil.50

Otras organizaciones pedófilas, en cambio, rechazan estos reclamos51 y proponen el


reconocimiento de la diferencia existente entre pedofilia (atracción involuntaria hacia
niños) y abuso sexual infantil, la existencia de pedófilos que no abusan ni desean abusar
de niños, y la carencia de ayuda social para aquellos que no busca relaciones sexuales
con niños.525354

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