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La Acción en los Siniestros de Transito

Los accidentes o siniestros de transito son hechos y actos jurídicos que generan, desarrollan o
extinguen derechos, son hechos en tanto pueden ser producidos por acontecimientos
quiméricos ajenos a la voluntad del infractor, y actos jurídicos cuando media en mayor o menor
medida algún grado de intención, en ambos casos la consecuencia se traduce en
responsabilidad tanto penal como civil para el infractor, todo dependiendo de las circunstancias,
lo cierto es, que esta responsabilidad de la que hablamos, da origen al derecho en beneficio de
los afectados, a que pueden reclamar ante los tribunales los danos sufridos por estos siniestros,
para hacer saber y valer sus pretensiones, todo esto claro, se logra a través del ejercicio de la
acción.
La acción en justicia en los términos del gran jurista artagnan Pérez Méndez, es el derecho que
tiene una persona de someter ante un tribunal alguna pretensión (derecho), a los fines de que le
sea escuchado y el tribunal resuelva sobre sus solicitudes, sobre esta existen diversas, todo
dependiendo del tipo de responsabilidad sobre la que nacen, los accidentes de tránsito al
generar responsabilidad penal y civil, dan lugar acciones penales y civiles respectivamente. En
el caso de la acción penal, según el código procesal penal (véase art.29); ¨la acción es pública
o privada¨ (véase los arts 29-32), ambas con un comportamiento distinto, en cuyo debate por
razones obvias no vamos a entrar. En el caso del derecho civil su clasificación es muy diversa,
entre ellas están las acciones personales, las mixtas, las mobiliarias e inmobiliarias entre otras
más, que al igual que en el derecho penal, tienen sus particularidades.

De la lectura de la ley 63-17 y de forma especial el artículo 311, colegimos que la acción penal
que generan los accidentes de tránsito es puramente publica, puesto que no existe otro precepto
legal que nos aclare que en determinadas circunstancias la acción pública dependerá de algún
interés privado (acción pública a instancia privada art.31 cpp), y esto implica, que de forma
oficiosa, el estado es responsable de la persecución a los infractores de las normas de tránsito
en los casos de siniestros, empero, el contenido del art.305 de la misma ley, nos llama
enteramente la atención. Entre nosotros, un accidente de tránsito puede generar muerte,
lesiones o danos a la propiedad, pero cuando el art.311 se refiere a la acción que se deriva de
estos siniestros, no hace distinción en si esta acción solo aparece cuando hayan lesiones o
muertes, o si también se genera cuando existen danos a la propiedad, lo que nos lleva a
preguntarnos ¿realmente este precepto quiere incluir dentro de la acción pública, todos las
consecuencias que se derivan de los siniestros de transito?

Parece ser que sí, aunque sobre este punto tenemos que analizarlo, el derecho penal en si
protege personas, no bienes, los escasos casos en donde el derecho penal procura la
protección de los bienes, es cuando estos pertenecen al estado, y cuando son objeto de
sustracción (robo, estafa, abuso de confianza), y lo que se procura es la protección del individuo
del desapoderamiento ilícito de sus bienes, pero en el caso de los siniestros de tránsito, cuando
de ello no se desprendan lesiones ni muerte, y solo daño a la propiedad, y ese daño no es a la
propiedad pública sino privada ¿Cuál es el punto del intereses del estado con la acción publica ?
si son cuestiones en donde el único interés que predomina es el de la parte agraviada, además
el fin mismo de la ley de tránsito es la seguridad vial, que es el interés público que manifiesta el
legislador en el contenido de los preceptos de esta norma, no la conservación de la propiedad
privada, por esas razones nos parece que la extensión de la acción pública que se desprende
de los siniestros de tránsito, hasta los danos a la propiedad privada, resulta un poco excesiva.

Preferimos mejor en todo caso el contenido del artículo 305 de la misma ley, en cuanto
establece que la responsabilidad civil que nace de los accidentes de tránsito por los danos que
producen en sentido general, se regirán por las normas del derecho civil, entiendo que sería
más racional enmarcar los danos a la propiedad privada a través del presente precepto legal.
El alcance de la acción pública en cuanto a las lesiones, desde nuestro punto de vista también
merece algunas observaciones, no es un secreto que la ley trata de forma tímida las sanciones
con relación a los accidentes que producen lesiones que no son permanente y son menores de
20 días, precisamente las sanciones son las que nos llevan a entender que estos casos
tampoco deberían de ser de acción pública, si me preguntan, su tratamiento debería ser mas de
acción pública dependiente de instancia privada, ¿las razones? el interés, son más los danos
desde el punto de vista de la responsabilidad civil que penal, y me parece no estar equivocado
al afirmar, que las indemnizaciones civiles resultarían más beneficiosos para la victima que las
penales, este tipo de acción permitiría que el ministerio publico solo realizara la persecución
penal en aquellos casos en donde así fuese el interés de la víctima, y cuando sea puramente
civil, se ejercite la acción a través de los tribunales de derecho común.

En todo caso, desde nuestra óptica, solo aquellos siniestros que produzcan lesiones
permanentes y la muerte del individuo ameritan ser perseguidos por la acción pública, y las
razones son obvias, sin embargo desde un punto de vista práctico la situación es subsanable.
La acción pública en principio requiere una valoración inicial de parte del fiscal, lo que implica
que no debe de ejecutarse de forma mecánica, de hecho al respecto el código establece; ¨ el
fiscal decide ejercer la acción penal¨ (véase art.280 CPP), lo que implica este análisis de
valoración, al respecto existen mecanismos como el criterio de oportunidad, el cual pudimos ver
en clases, su utilidad en estos casos, de manera que el ministerio público puede prescindir de la
acción penal, cuando los danos ocasionados producto del hecho, sean mayores a los
producidos o cuando el interés público comprometido no sea muy grave. Esto nos lleva al punto
de que en los casos de acción pública, cuando la víctima manifieste su interés de perseguir por
la vía civil las sanciones por estos siniestros, se pueda producir el criterio de oportunidad,
cerrando la brecha penal y abriendo la vía civil.

Para concluir, las acciones que se derivan de los siniestros de transito son, en cuanto a la
responsabilidad penal; de acción pública, y en cuanto a la civil; de acción privada, la cual puede
ser ejercida de forma accesoria con la penal, o puede ser ejercida por la victima ante el tribunal
de derecho común, una vez se haya cerrado la posibilidad de la persecución por los tribunales
penales, en los casos de lesiones no permanentes, el tratamiento de la acción con el criterio de
oportunidad para dinamizar los procesos en función del interés de la víctima.

Bibliografía;

Ley 63-17

Código procesal penal

Derecho procesal penal ENJ

Derecho procesal civil, tomo I, artagnan Pérez Méndez

Kelvin Pimentel

Enmp-2018-584 Grupo II

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