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La sensación que se obtiene con la evaluación visual de un color depende de tres factores
fundamentales, igualmente importantes que son:

LA LUZ, EL OBJETO COLOREADO Y EL OBSERVADOR

Analizamos a continuación cada uno de estos puntos por separado, para poder
comprender cómo influyen en la percepción de un color.

LA LUZ

Podemos definir a la luz como una radiación electromagnética capaz de excitar el ojo
humano produciendo sensaciones visuales. Además que se propaga en forma de ondas y
la longitud de estas ondas varía entre los 380 y 730 Nm. (Nanómetro unidad de medida
igual a 10 elevado a la -9 metros), lo que conforma el espectro visible. Pudiendo apreciar
en el esquema siguiente una de las muchas formas en que normalmente se divide.

Aquí vemos dos líneas perpendiculares marcadas con la letra "A", estas divisiones se
indican ya que de 380 a 400 y de 700 a 730 Nm. la cantidad de radiación visible es muy
poca y por lo tanto se considera que el nivel verdaderamente apreciable va de 400 a 700
Nm por este motivo a partir de ahora cuando hablemos del espectro visible lo vamos a
hacer sólo dentro de esos límites.

Hasta este punto hablamos de la luz en forma general, pero en realidad no es algo único e
indivisible sino que está formada por rangos de longitud de onda y cada uno de ellos tiene
una característica particular conocida con el nombre de "Color".

Los colores del espectro se pueden dividir tomando en cuenta el tono predominante en
cada zona y que aproximadamente corresponde a cada color en los siguientes valores:
Violeta 400 a 450. Azul 450 a 490. Verde 490 s 560. Amarillo 560 a 600. Anaranjado 600
a 630. Rojo 630 a 700.
Por lo tanto lo que también entenderemos a la luz como la suma de luces de distinta
longitud de onda.

Ahora podemos comprender la existencias de distintos tipos de luces, ya que por sus
características una fuente luminosa puede irradiar solo algunas longitudes de onda y
carecer de otras.
Como ejemplo de ésto basta con mirar nuestro alrededor para apreciar la diferencia de
color que tiene la luz de un tubo fluorescente, con una lámpara incendescente.

También podemos así comprender por qué la misma luz puede iluminar con distinto color
según se den distintas condiciones. La diferencia más vista por todos es la forma en que
varía el color de la luz solar según sea el mediodía o al amanecer (también con el
atardecer) y que en realidad se debe a que al incidir la luz en forma perpendicular sobre la
atmósfera penetran prácticamente todas las longitudes de onda, (la luz más blanca) en
cambio al hacerlo de manera no tan directa parte de esta luz es reflejada por la misma
atmósfera llegando hasta nosotros solo el resto (la luz es más rojiza).

Otro ejemplo conocido es el arco iris, que se debe a que las gotas de agua suspendidas en
la atmósfera producen sobre la luz un fenómeno llamado difracción que es la
descomposición de la misma en las distintas longitudes de onda que la componen lo cual
se puede apreciar también si un haz luminoso pasa a través de por ejemplo un prisma (ver
ilustración anterior).

EL OBJETO O MUESTRA DE COLOR

La primera pregunta que se nos presenta en este punto es, "Como llegamos a ver el color
de las cosas que nos rodean?".

La respuesta es relativamente sencilla teniendo en cuenta la idea anteriormente expuesta


de una luz divisible en sus distintos componentes.
Lo que sucede es que toda superficie en mayor o menor medida absorbe parte de la luz
que incide sobre ella y refleja el resto, es decir absorbe solo algunas longitudes de onda.

La parte reflejada es por consiguiente la que caracteriza el color de objeto.


Por ejemplo, vemos algo de color rojo porque al iluminarlo su superficie absorbe las
longitudes de onda que van del violeta al anaranjado reflejando solamente el rojo.

De ahí que si a esta misma muestra la ilumináramos con una luz carente del componente
rojo no reflejaría nada y la veríamos prácticamente negra.
En este punto es necesario aclarar que ninguna superficie es capaz de absorber o reflejar
longitudes de onda exactamente precisas sino que lo hace de manera bastante amplia, por
lo que para simplificar el tema se hable solamente de la longitud de onda predominante o
sea del color principal.

Hay otros elementos en el objeto que también influyen en la percepción del color, como
por ejemplo el brillo y la textura, de ahí que no es lo mismo ver un color aplicado sobre
una pared que hacerlo sobre un papel como puede ser el caso de una carta o tratar de
igualar exactamente dos colores cuando las pinturas tienen brillo muy distinto.

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