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Ya llego (una resituación de la pregunta cómo llegaste al cine)

Sin la sensación o evidencia de un cercenamiento de la vida, de mi vida, el cine hubiese seguramente


carecido de importancia para mí. En un momento de relativa crisis la sala oscura (sí, la pienso en
femenino) constituyó una excelente terapia (de aplicación masiva) capaz de devolverme a una serie
de emociones atrapadas, congeladas, bloqueadas, reprimidas, comprimidas, ignoradas, sumergidas
y atascadas. Qué mayor crítica contra la vida que vivimos… que la vida que NO podemos vivir… Qué
mayor escándalo que encontrar más verdad en una película que en ‘la vida misma’. Y, en cuanto al
momento y forma en que el cine recogió y resituó los pedazos dispersos de una persona y los
rearticuló en un todo nuevo, me es difícil decirte cómo ocurrió. Pero desde entonces la idea de un
cine más cerca de la vida siempre me ha perseguido.

Tras esta curiosa, y por una vía impensada, ‘vuelta a la vida’ (reconexión compleja y aún hoy
dificultosa, con un ‘tesoro de sabiduría emocional’) y tras ese encuentro, por fin, de un ‘lugar en
donde estar’ (no solo ya los libros que, misteriosamente, ya no me bastaban) de la mano de la (así
llamada) ficción, sucedieron cosas acaso no menos interesantes. ¡El cine mismo!, sí, su propio ser:
¿qué era? Si algo critico a la ‘gente de cine’ (de verdad: ¿les interesa el CINE?) de mi país es su
indiferencia estúpida por esta grave pregunta. El cine experimental o de vanguardia no eran para
mí solo masivas dosis de excitante vida marciana. Eran pura valentía ante la cuestión de que el cine
es imagen antes que historia. No encontré mejor diagnóstico que el de Mircea Eliade: "Las imágenes
son multivalentes por su propia estructura. Si el espíritu se vale de las imágenes para aprehender la
realidad última de las cosas, es precisamente porque esta realidad se manifiesta de un modo
contradictorio y, por consiguiente, no puede expresarse en conceptos. Por tanto, la imagen en
cuanto tal, en tanto que haz de significaciones, es lo que es verdad y no una sola de sus
significaciones o uno solo de sus planos de referencia."

No había manera de que el cine no fuese filosofía, visión del mundo, e ideología, una historia era
siempre el punto de vista de alguien sobre algo, un grupo social tratando de imponerse sobre otro
o la crítica de un grupo social oprimido contra sus poderosos opresores, esto era más importante
que cualquier película, que todas las películas, era la posibilidad de ejercer activamente una
conciencia crítica, de que la imagen no se colara impunemente por nuestro inconsciente, de
despertar del largo sueño... Cómo afrontar la tarea de descolonizar nuestros sueños… En este punto
me quedé de nuevo prácticamente solo, como al principio de esta opaca historia. Soy más
consciente de mi cercenamiento, sí… pero me pregunto si no sigo tan o más cercenado que antes.
Este momento me gusta porque es un momento de crisis y se trata de o sucumbir o de encontrar
nuevas respuestas.

Así que espero llegar al cine pronto.

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