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PRECISIONES Y CLASIFICACION
A.-CLASIFICACIONES PRINCIPALES:
1.-COSAS QUE ESTAN DENTRO DEL COMERCIO HUMANO Y
COSAS QUE ESTAN FUERA DEL COMERCIO: Se realiza en atención a la
aptitud para ser objeto de derechos privados y que para algunos es la summa divisio,
la más importante división de las cosas.
b)RES HUMANI JURIS: por exclusión son todas las cosas que están
fuera del comercio humano y que no caen bajo la denominación de divini juris.
b.1.Las cosas comunes (res communes omnium iure naturali), aquellas que por su
naturaleza y abundancia están destinadas al uso de todos los hombres, cuyo
dominio no pertenece a nadie y cuyo uso es común a todos los habitantes, como
el aire, las costas del mar y el agua fluvial y pluvial. Su uso es regulado por
medio de interdictos.
Las cosas mancipi eran consideradas las más importantes y las más
preciadas (Gayo: res pretiosiores) del patrimonio de una persona, teniendo en
cuenta la actividad eminentemente agrícola pastoril del pueblo romano primitiva,
esta distinción tiene su origen en el sistema de economía agraria de la antigua Roma.
Vale decir, se distinguen aquellos bienes fundamentales para una economía
rural (res mancipi) de aquellos bienes destinados al cambio (res nec mancipi).
Por su parte, serían nec mancipi todas las demás cosas.
Se dice que las res mancipi fueron más estimadas por los romanos, por ser
las más útiles para la agricultura, primera industria de la Roma monárquica; por eso
las privilegiaron, defendiéndolas con acción reivindicatoria, mediante el dominio
quiritario, inscribiéndolas en el censo (se trata de bienes fundamentales para una
economía rural). En este sentido, según afirma Pietro Bonfante, en cualquier
derecho existe una summa divisio rerum, en la cual todo el régimen económico-
social se encauza y, por consiguiente no interesa únicamente por ésta o por aquella
relación jurídica, por virtud de una función económica particular, sino que invade
todo el organismo jurídico. Esto sucede con la distinción de aquellas cosas que
tienen una gran importancia social y que, por lo tanto, están sujetas a una tutela
pública más rigurosa, y aquellas que ofrecen un interés más bien individual. En el
Derecho romano anterior a Justiniano correspondía a esta clasificación la distinción
entre cosas mancipi y nec mancipi.
Precisiones y categorías:
Hoy en día, para formular la distinción entre inmuebles y muebles no sólo se atiende a una base
puramente física, sino que atiende a criterios jurídicos y de interés social.
En este sentido, son inmuebles las que no pueden transportarse de un
lugar a otro (inmuebles por naturaleza) como las tierras y las minas.
Las cosas que se adhieren permanentemente a ellas (inmuebles por
accesión o por adherencia) como los edificios y los árboles arraigados al suelo. En
todo caso, éstas últimas dejan de tener la calidad de inmuebles desde que cesa
la adherencia, que es la causa en cuya virtud se les considera inmuebles.
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rústicas, que son consideradas cosas mancipi, pero con la aparición de las
servidumbres prediales urbanas se fue consolidando respecto de la
servidumbres un tratamiento como iura in re alienna, que correspondería a lo
modernamente denominamos derechos reales en cosa ajena.
Cabe destacar que en nuestro ordenamiento el derecho de dominio está
comprendido entre las cosas incorporales y precisamente enumerado entre los
derechos reales y, sin duda, es el principal.
En todo caso, que la confusión entre derecho de propiedad y su objeto
es natural y así se aprecia en nuestro lenguaje corriente y así se dice: “esta cosa es
mía”, y no: “tengo un derecho de propiedad sobre esta cosa”.
Importancia de la distinción entre cosas corporales e incorporales:
La utilidad de esta distinción en el derecho romano pre clásico y clásico
inicial se reducía a que las cosas corporales podían ser objeto de propiedad y
posesión, y no podían serlo las cosas incorporales. Pero, en el derecho pretorio
se admitió una cuasi-posesión y una cuasi usucapión de las cosas incorporales.
Por su parte, son no fungibles, las cosas con individualidad propia, que
no pueden sustituirse por otras, como un esclavo en particular, esto es, aquellas
dotadas con tan propia individualidad, que resultan identificables por sí
mismas y, por ende, inconfundibles e insustituibles con o por otras.
CONSUMIBILIDAD Y FUNGIBILIDAD:
Relacionando la consumibilidad con la fungibilidad, cabe destacar que
generalmente las cosas consumibles son al mismo tiempo fungibles (ej: la mayor
parte de los alimentos, la ropa (discutible)), pero ambos caracteres no van
necesariamente unidos. Hay cosas fungibles no consumibles objetivamente (ej:
libros, autos).
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Desde este punto de vista todos los bienes, tanto corporales como
incorporales son divisibles, debiendo destacarse que los derechos sólo son
intelectualmente divisibles, pero que por disposición legal, hay ciertos derechos
que no pueden dividirse ni siquiera intelectualmente, surgiendo la llamada res
individua, cosa indivisible, vale decir, no susceptible de división, sin que cada
una de sus posibles partes conserve su finalidad económico social propia. (ej:
derecho de servidumbre; artículos 826 y 827 Código Civil).
Sin pretender profundizar, sólo diremos que los derechos personales son
divisibles o indivisibles siguiendo la divisibilidad o indivisibilidad de la
obligación; por su parte, los derechos reales también pueden ser divisibles e
indivisibles y en este último caso como consecuencia de una norma positiva.
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COSAS SINGULARES:
Se señala que son bienes singulares los que constituyen una unidad
natural o artificial, simple o compleja.
Son simples: aquellos que tienen una individualidad unitaria,
constituyen una unidad orgánica independiente, en que no es posible separar
los elementos que las componen. Ejemplo, un perro, un caballo, una piedra, un
esclavo, una estatua, una planta. Se trata de cosas que en la conciencia y en los
usos del pueblo se consideran como una unidad (quae uno spiritu continentur),
aun cuando esta unidad resulte de la conjunción de varios elementos, siempre y
cuando en la opinión común éstos aparezcan orgánicamente fundidos.
10.-LOS FRUTOS:
Precisiones conceptuales:
En un sentido amplio se suele decir que fruto es lo que una cosa da o
produce. En todo caso, estrictamente, es necesario distinguir entre productos y
frutos.
Producto: es lo que una cosa da sin periodicidad o con detrimento de
su estructura (piedras de una cantera), vale decir, se trata de cosas que constituyen
partes sustanciales de otra, de manera que su extracción menoscabe o destruya al
todo, que resulta incapaz de reproducirlas.
Fruto (fructus): es lo que una cosa da periódicamente y sin
detrimento de su substancia (frutos y flores de los árboles), que, estrictamente,
corresponde a lo que hoy entendemos como fruto natural.
Según algunos en el Derecho Romano no se formula esta distinción y en el
concepto de fruto se comprenden los productos. Otros estiman que sí se formula y
para ellos extraerle los productos a una cosa no constituye goce sino un acto de
disposición, pero reconocen que los juristas incurren en error en ciertas ocasiones al
calificar ciertas situaciones como frutos, en circunstancia de obedecer más al
concepto de producto, como la madera de los árboles de un bosque, los minerales y
las piedras. Una discusión áspera era la relativa a la calificación del parto de una
esclava. Así, algunos lo consideraban como fruto (Mucio Escévola y Manilio) y
otros opinaban lo contrario (Junio Bruto) para quien el fruto de un esclavo consiste
en sus obras, siendo ésta última la opinión que prevaleció.
DERECHOS REALES:
a)El titular del derecho, que es quien tiene el poder de aprovecharse total
o parcialmente de la cosa, y
b)la cosa sobre que recae.
DERECHOS PERSONALES:
a)un sujeto activo (acreedor), que es quien puede exigir de otro una
determinada prestación.
b)un sujeto pasivo (deudor), que es quien debe realizar la prestación,
c)un objeto: la prestación, esto es, lo que la persona obligada debe
realizar, la que puede consistir en una cosa (darla o entregarla), un hecho o una
abstención.
Los derechos reales pueden ser clasificados desde distintos puntos de vista,
entre los cuales podemos mencionar:
Los derechos sobre cosa ajena o derechos limitativos del dominio, son
los establecidos en favor de una persona distinta del dueño y de ellos sólo
nacen derechos limitados sobre la cosa, pero que el titular puede y debe
hacerlos efectivos contra cualquier persona.
Estos derechos reales sobre cosa ajena, se subdividen en derechos
reales de goce y derechos reales de garantía. Los derechos reales de goce
contienen las facultades de uso o goce directo de la cosa, vale decir, su finalidad es
el aprovechamiento de la cosa ajena. (ej: servidumbre, usufructo). En cambio, los
derechos reales de garantía, no confieren a sus titulares el uso o goce de la cosa
ajena, sino que garantizan el cumplimiento de una obligación, vale decir,
presuponen una relación de crédito a la que sirven de garantía. (ej: prenda e
hipoteca).
Hoy en día, el dominio expresa el poder más completo de la persona sobre una cosa,
encontrándose sometida la cosa de manera absoluta y exclusiva, a la voluntad y acción de una persona; el
resto de los derechos reales, pueden ser considerados como simples emanaciones suyas.
PRECISIONES TERMINOLOGICAS:
1.-Es un derecho real y como tal está amparado por una acción real
llamada acción reivindicatoria. En todo caso los romanos identifican el dominio
con su objeto y por ello lo tratan como una cosa. Al respecto el profesor Samper
destaca que en el lenguaje moderno usamos frecuentemente la palabra “propiedad”
con un sentido semejante al “dominium” romano, aludiendo a un bien
individualizable mejor que a un derecho o facultad, como cuando lo hacemos
sinónimo de fundo o inmueble: “tengo una propiedad”, “se vede esta propiedad”, u
otras expresiones semejantes.
En este sentido, el profesor Samper señala que en el lenguaje moderno
usamos frecuentemente la palabra “propiedad” con un sentido semejante al
“dominium” romano, aludiendo a un bien individualizable mas que a un derecho o
facultad, como cuando lo hacemos sinónimo de fundo o inmueble: “tengo una
propiedad”, “se vende esta propiedad”, u otras expresiones semejantes.
El profesor Samper considera que, de estas tres facultades, las dos fundamentales son el uso
y la disposición, ya que el disfrute consiste principalmente en la disposición de los frutos, por lo que
puede considerarse un aspecto particular del habere. Agrega que, uso y disposición de diferencian
grandemente en sus características, pues mientras aquél es solidario e indivisible, la disposición es
insolidaria y divisible. Que el uso sea solidario e indivisible significa que varias personas pueden usar
simultáneamente un mismo bien, y lo harán de manera tal que se ha de entender que cada una de ellas usa
todo el objeto y no una parte de él (como cuando varias personas usan un carro para trasladarse). Para utilizar
cosas consumiéndola, en cambio, es necesario que su aprovechamiento se divida entre los varios que la
consumen, ya sea repartiéndose la cosa misma, ya sea distribuyendo su precio.
La diferencia entre el uso y la disposición proviene de que al aprovechar las cosas por el uso,
éstas son tratadas como estables e identificables, mientras que al disponer de ellas se las utiliza como objetos
de cambio. Pero si bien es cierto que toda cosa puede emplearse en algún momento como instrumento de
cambio –como mercancía en el más estricto sentido- hay cierto tipo de bienes que no admiten otra forma de
empleo que ésta precisamente, como ocurre en los ejemplos de cosas presentadas como extremos de
estabilidad e inestabilidad. Así, los fundos o los esclavos sólo excepcionalmente son aprovechados por la
disposición, pero el dinero no se puede utilizar sino para gastarlo, es decir, para disponer de él; por eso,
cualquier acto de trascendencia jurídica, lícito o no, que tenga por objeto material el dinero, trae como
necesaria consecuencia la disposición del mismo, y, por lo tanto, hace imposible que se pueda perseguir por
la acción reivindicatoria u otra acción real semejante; ni el dinero prestado, ni el depositado, ni el perdido, ni
el sustraído por un ladrón puede ser recuperado en su individualidad de cualesquiera manos en que se
encuentre, sino que sólo existirá la posibilidad de dirigir una acción personal contra del prestatario,
depositario, o ladrón para recuperar, no las mismas monedas, sino una cantidad equivalente.
a.1)IURA IN RE ALIENA
a.2)CONDOMINIO.
2)En lo que se refiere al jus utendi, cada codueño puede usar la cosa
independientemente de los otros, sin su requerir la autorización de los demás,
pero éstos tienen derecho para impedir los actos que estimen inconvenientes,
como por ejemplo construcciones, demoliciones o cualquier otro acto que altere el
status quo, lo cual pueden hacer valer mediante el ius prohibendi, esto es, el
derecho que corresponde a todo copropietario de impedir cualquier actividad
material de otro copropietario sobre la cosa común, oponiendo su veto
(prohibitio) (parecido al sistema de intercessio para la colegialidad de magistrados)
o bien, en caso de no haberlo opuesto oportunamente al tomar conocimiento de
lo que el otro iba a hacer, tiene derecho a una indemnización por los daños.
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a.-Propiedad Quiritaria.
b.-Propiedad Bonitaria.
2.-Acción publiciana.
“PROPIEDAD” PEREGRINA:
Esta propiedad era de los peregrinos o sea la de los extranjeros. Para
algunos autores esta propiedad no se distingue mayormente de la propiedad
bonitaria, pero para la mayoría son distintas.
Sabemos ya que el ordenamiento romano no reconoce a los peregrinos
sine commercio la capacidad de ser titulares del dominio quiritario, pero les
reconoció, sin embargo, dentro del territorio de la comunidad política de que
formaban parte, la titularidad de los derechos reales establecidos y protegidos por sus
leyes nacionales, en la medida y en los límites que el ordenamiento romano establecía.
El pretor protegió esta especie de propiedad concediendo acciones
análogas a las que tutelan el dominio quiritario, en las que se finge la condición
de ciudadano romano (actio furti, actio legis y, según algunos en forma ficticia, la
reivindicatoría)
Lo anterior determina que sea del caso definir esta acción como una
acción real que corresponde al propietario quiritario no poseedor contra el
poseedor no propietario para obtener la declaración de su derecho y, en
consecuencia, la restitución de la cosa o el pago de su equivalente en dinero.
Aspectos a destacar:
1)El titular de esta acción, esto es, el legitimado activamente para intentar
la acción reivindicatoria, es el propietario quiritario que ha sido privado de la
posesión de la cosa y es él quien por tanto demanda en juicio.
LA ACCION NEGATORIA:
Esta acción le corresponde al propietario quiritario para defenderse de
aquellos ataques a su derecho de dominio que no consistan en negarle este
derecho ni privarle de la posesión de la cosa, sino en la pretensión de mermar
sus facultades atribuyéndose derechos sobre la cosa, como por ejemplo un
derecho de servidumbre de paso, un usufructo, un derecho de prenda, etc.
Finalidad: Se utiliza para poner término a las perturbaciones
provocadas por quien pretendía sin fundamento tener un derecho de usufructo
u otro derecho real de goce en su predio.
Según Torrent, se trata de otro medio procesal de defensa de la propiedad,
y se le llama así porque la ejercita el propietario para negar y rechazar que la cosa
propia esté gravada a favor de otro con derechos reales que limiten el goce y
disponibilidad de la cosa.
El objetivo preciso es que se declare la inexistencia de semejantes
gravámenes.
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LA POSESION
Etimológicamente la expresión posesión, viene de las expresiones
possidere que proviene del verbo sedere (sentarse, estar sentados (sedes:
asiento)) y del prefijo pot o pos (poder), por lo cual puede traducirse como poder
sentarse o fijarse.
De esta forma, la possessio entraña una potestad material que un sujeto
ejercía sobre una cosa, con independencia de que fuera o no conforme a derecho
En un sentido amplio la posesión es el poder físico que el hombre ejerce sobre una cosa, tenga o
no derecho a ella, vale decir, significa tener materialmente una cosa, vale decir, una situación o fenómeno de
hecho, pues para tener una cosa no es necesario estar provisto de un título del que se derive algún derecho a la
tenencia.
En todo caso, el concepto jurídico es distinto, según veremos más
adelante.
En relación a esta institución, Joan Miquel nos dice que el estudio de la
posesión comienza con una paradoja, pues aparentemente se trata de una noción
muy sencilla, casi intuitiva: la tenencia material de una cosa, dejando de lado el
derecho que se tenga a ella o como se haya producido; pero, hay pocos conceptos en
la ciencia del Derecho que hayan sido tan discutidos.
CONCEPTO ACTUAL:
EVOLUCION:
En el derecho arcaico, la figura que después se llamará posesión forma
parte del amplio concepto denominado usus, que significa el ejercicio de hecho
de un poder sobre cosas y personas, en oposición al mancipium, que indica la
titularidad jurídica del poder sobre ambas.
Posteriormente, comienza a utilizarse la expresión possessio, sin
perjuicio de que en un primer momento esta palabra es usada para designar el
asentamiento de un particular en una determinada extensión de tierra
cultivable, o apta para el pastoreo, de titularidad pública (ager publicus),
cedida para un aprovechamiento privativo, por un cierto tiempo o a
perpetuidad, con obligación de pagar un canon anual (vectigal), vale decir, se
trata de una situación de goce de distinta naturaleza a la que corresponde al
propietario. Esta possessio es protegida mediante un interdicto denominado
“uti possidetis” (“tal como poseéis”).
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Requisitos:
1.-Debe estar dentro del comercio humano.
2.-Tal como lo señalamos, debe ser determinada, esto es, debe tratarse de
una cosa especifica.
3.-La cosa debe tener existencia independiente por lo cual no cabe
poseer las cosas que forman partes integrantes de un todo, ni partes divididas de una
cosa mueble.
4.-Debe ser corporal. Al respecto cabe destacar que en el concepto de
posesión que hemos entregado resalta la idea de tenencia, esto es, tener o
mantener una cosa, lo que se relaciona directamente con la idea de cosa
corporal, que son precisamente las que pueden ser aprehendidas por los sentidos.
Se ha señalado por algunos que sólo las cosas corporales pueden ser
suceptibles de verdadera posesión y que así lo habrían considerado los
jurisconsultos romanos clásicos, pero, en el derecho postclásico se habría
desarrollado la idea de una posesión de derechos (possessio iuris), que suele
aparecer denominada como quasi posesión. Así, se habría aceptado la quasi
posesión del derecho de servidumbre (quasi possessio ususfructus), que consistía en
el ejercicio del poder contenido en una servidumbre con ánimo de ejercer ese
derecho para sí, vale decir, el ejercer de hecho un derecho real, lo que luego se
amplió a los demás derechos reales, sobre la base de una cierta relación de hecho
con una cosa corporal, aunque en función del contenido típico de un derecho real.
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ADQUISICION DE LA POSESION:
CONSERVACION DE LA POSESION:
PERDIDA DE LA POSESION:
La posesión de una cosa puede perderse ya por pérdida del corpus, ya por
pérdida del animus o bien por la pérdida de ambos elementos a la vez.
LA ACCION PUBLICIANA:
En cuanto a la acción publiciana, ella fue objeto de estudio al analizar
la protección de la “propiedad bonitaria”. En efecto, ella habría sido
introducida por el Pretor Quinto Publicio, en el año 67 a.C, y como ya
destacamos servía para proteger al que había comprado una cosa mancipi y de
la cual se le había hecho traditio, “como si fuera propietario quiritario”,
mediante la ficción de la haber completado el tiempo de posesión que exige la
usucapio. Posteriormente, el Pretor extendió su aplicación a casos similares
en que una persona adquiría la posesión de cosas mancipi por entrega de su
dueño aunque no fuera mediante venta, sino por otra justa causa de traditio, y
a otros supuestos, pudiendo ser utilizada por quien había adquirido en virtud
de una justa causa y de buena fe la posesión civil de manos de quien no era
dueño.
Debemos recordar que esta acción incluso protegía al propietario
bonitario respecto del propietario quiritario en el caso de que fuera éste
quien la había vendido, donado, dado en pago o por otra causa traslaticia de
dominio le hubiese hecho la traditio de la cosa, enervando la excepcio iusti
dominii , mediante una replicatio doli o una replicatio rei venditae et traditae.
En los demás supuestos, procede en contra de terceros y el mismo cedente, pero
no contra el verdadero dueño.
1)POSESION CIVIL
2)JUSTO TITULO Y
3)BUENA FE
EFECTO:
CLASIFICACION:
B)INVENCION O HALLAZGO.
Es una especie de ocupación por la cual el que se encuentra una cosa
inanimada que no pertenece a nadie, adquiere su dominio apoderándose de
ella.
Requisitos:
1.-Que se trate de cosas inanimadas.
2.- Que se trate de una res nullius, es decir de cosas que no tengan
dueño.
3.-Que el que encuentra la cosa se apodere de ella.
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Ejemplo de la segunda: monedas que son arrojadas para que las haga suya
el primer ocupante. En este caso, cabe destacar, Proculo nos dice que de las cosas
abandonadas no se pierde el dominio hasta que otro se apodere de ellas, siendo para la
Escuela Proculeyana más bien una tradición a persona incierta. Por su parte, para los
sabinianos, al abandonarse la cosa se pierde el dominio, transformándola en nullius,
por lo cual el primero que tome posesión de ellas, por aprehensión, las adquiere. Es
esta que en definitiva prevalece.
Cabe destacar, que respecto de las cosas abandonas que tuvieran la
calidad de cosas mancipi, se planteó una discusión en orden a establecer si
respecto de ella podía adquirirse por ocupación el dominio o bien si ella sólo
servía de justo título para usucapir.
Al respecto Javoleno, señala, para el caso de un esclavo abandonado por
su amo y aprehendido por otro, que éste lo adquiere. De ello resultaría que una res
derelictae mancipi podría ser adquirida por la simple aprehensión con ánimo de
adquirir el dominio, vale decir, por ocupación. Pero, para mucho, cuando lo
abandonado es una res mancipi, aunque se pierda la posesión de ella no ocurre lo
propio con el dominio, por lo cual, quien la ocupe nada más adquiere que su
posesión y necesita usucapir con el título pro derelicto para ser dueño civil;
entretanto es dueño bonitario.
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Fundamento de la accesión:
Aceptando que la accesión es un modo de adquirir, para la mayor parte
de los autores, el fundamento de este modo lo sería el principio jurídico de que
lo accesorio sigue la suerte de lo principal. Al respecto Paulo nos dice “en todos
estos casos, una cosa mía por predominio absorbe la cosa de otro y la hace
mía”. Un sector estima que es necesario distinguir entre la accesión de los
frutos (a la que también se denomina discreta) y el resto de las formas de
accesión. En la primera, el fundamento sería el derecho de dominio; en el resto,
lo natural es el principio de accesoriedad, vale decir, se atribuye el dominio al
propietario de la cosa más importante. Así en las accesiones mueble a inmueble, la
superficie, esto es, lo plantado, lo sembrado y lo edificado, accede al suelo.
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CLASES DE ACCESION:
Se acostumbra a señalar las siguientes clases de accesión:
1.-Accesión de frutos.
2.-Otras clases de accesión:
2.1.-Accesión de inmueble a inmueble.
2.2.-Accesión de mueble a inmueble.
2.3.-Accesión de mueble a mueble.
a)AVULSION O AVULSIO:
REQUISITOS:
REQUISITOS:
1.-Unión de cosas muebles.
2.-Que esas cosas pertenezcan a distintos dueños.
3.-Conservación de la fisonomía individual de las cosas unidas.
4.-Ausencia de conocimiento de ambos o de alguno de los dueños
respecto del hecho de la unión.
Si las cosas podían ser separadas, cada dueño conservaba su dominio.
Si no se podían separar, el dueño de la cosa principal adquiría el dominio.
Conviene destacar que algunos autores señalan que estos tres últimos
casos de uniones se agrupan dentro del concepto de adjunción, por lo cual sería
necesario agregar dos más:
LA ESPECIFICACION.
III.-LA TRADICION:
LA TRADICION Y LA ESCRITURACION:
5.-IDONEIDAD DE LA COSA:
En lo referente a este requisito, lo que se quiere expresar es que por los
menos en una primera época y mientras existió la distinción entre cosas
mancipi y nec mancipi, sólo podía emplearse la tradición para adquirir el
dominio quiritario de las cosas nec mancipi, pues como sabemos, tratándose de la
cosa mancipi, se requería la utilización de un modo de jus civile. Conviene recordar
que precisamente por el uso frecuente de la tradición incluso respecto de cosas
mancipi, llevo al reconocimiento de la llamada propiedad bonitaria.
Por otra parte, para muchos en el derecho romano sólo se habría
aceptado la tradición respecto de las cosas corporales, dado que las cosas
incorporales no serían susceptibles de ser entregadas, pero al aceptarse la
cuasiposesión de los derechos (goce que de él tiene su titular) se acepta la
cuasitradición de las cosas incorporales que consistiría en la tolerancia del
dueño de una cosa al ejercicio de un derecho real o por la entrega del título y su
notificación si se trata de un derecho personal o crédito.
EFECTOS DE LA TRADICION:
Para estudiar los efectos de la tradición en el Derecho Romano, debemos
distinguir entre la época clásica y el Derecho Justinianeo,
APLICACION DE LA TRADICION:
1.-En los primeros tiempos y en la época clásica sirvió para adquirir el dominio de las cosas nec
mancipi.
2.-Por otra parte, en la época clásica sirvió para adquirir el dominio
bonitario de las cosas mancipi.
3.-Era utilizada por los peregrinos como principal modo para adquirir
el dominio de los bienes que conformaban la llamada propiedad peregrina.
4.-Se aplicó también para la adquisición de otros derechos reales
distintos al dominio.
5.-A partir de Justiniano, la tradición sirvió para adquirir el dominio
de todo tipo de cosas, pues a la época de este emperador ha desaparecido la
distinción entre cosas mancipi y nec mancipi.
UTILIDAD:
Originariamente era un negocio real, que permitía operar el traspaso del
dominio en función de una venta, pero al transformarse en un negocio imaginario,
la mancipatio se utilizó no sólo como modo de adquirir el dominio de las cosas
sino también con otras finalidades, ej: emancipar a un hijo, transmisión y
constitución de derechos reales; venta de un hijo en mancipium, constitución de
dote, etc. Por lo demás, en cuanto modo de adquirir podía entonces, operar en
razón de causas distintas a la venta
La mancipatio sólo se utilizaba para enajenar las cosas mancipi, de allí
su nombre.
EFECTOS DE LA MANCIPATIO:
1.-Transfiere inmediatamente al adquirente el dominio de la cosa, por
lo cual el adquirente es titular de la acción reivindicatoria.
En todo caso, no podemos dejar de recordar que el mancipante comparece
como propietario de la cosa, por lo tanto, la adquisición del dominio tiene carácter
derivativo, es decir, depende de que el enajenante sea realmente propietario de
la cosa.
La mancipatio una vez que adquiere la característica de ser un
negocio abstracto, vale decir, con eficacia adquisitiva de la propiedad derivada
de la forma del acto y con independencia de la causa jurídica del mismo, por lo
cual, el precio deja de ser un elemento real de la mancipatio que se convierte en
simbólica de modo que el negocio puede servir para transmitir la propiedad de
res mancipi por cualquier causa jurídicamente relevante (venta, donación,
constitución de dote, fiducia, etc.).
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PERDIDA DE VIGENCIA:
Formalmente este modo de adquirir el dominio sobrevive la época
clásica, pero por lo engorrosa que resultaba y por las necesidades del comercio,
poco a poco fue dejando de ser utilizada (se utilizaba fundamentalmente
tratándose de bienes valiosos, como la tierra y los esclavos, por la publicidad de la
cual estaba provista la mancipatio), pudiendo sostenerse que en el Derecho post-
clásico a pesar de que jurídicamente existía, ya no se empleaba. Con Justiniano,
borrada ya la diferencia entre res mancipi y nec mancipi, este modo cae
totalmente en desuso, llegando a decirse por algunos que Justiniano la sustituyó
por la traditio.
UTILIDAD:
Al igual que la mancipatio, la in iure cessio era un negocio jurídico que
servía no sólo para transferir el dominio de las cosas, sino que también para
otras finalidades, como por ejemplo, la adopción, la emancipación, para manumitir
esclavo (per vindicta), para constituir y extinguir servidumbres y otros derechos
reales, para realizar una enajenación con fiducia, etc.
BREVE EXPLICACION:
III.-LA ADJUDICATIO:
Era un modo de adquirir el dominio de las cosas propio del jus civile,
en virtud de una sentencia judicial dictada en juicio divisorio, en virtud del cual
se adjudicaba a los comuneros partes separadas o singularizadas de la cosa que
antes de la partición estaba indivisa y pertenecía a todos en común. Es un
pronunciamiento del juez dotado de eficacia constitutiva de dominio. Volterra la
define como la facultad de asignar a cada una de las partes la propiedad exclusiva
sobre cosas concretas y, eventualmente, de hacer que surjan entre ellas relaciones de
crédito o de deuda con una finalidad compensatoria.
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UTILIDAD:
IV.-LA LEX:
La ley opera como modo de adquirir cada vez que ella así lo
establece. Sólo a modo de ejemplo señalaremos algunos casos en que la ley
atribuye el dominio:
1.-La ley de las XII Tablas, atribuyó el dominio de la cosa legada al
legatario inmediatamente de aceptado el legado.
2.-El emperador Adriano (siglo II D.C) estableció que en caso de
descubrirse un tesoro en terreno ajeno, la mitad del tesoro se le confiere por
disposición de la ley al dueño del terreno. La otra mitad, es adquirida por
ocupación por el descubridor.
3.-En los tiempos de Teodosio II (Siglo V D.C.) se le confirió a los
ocupantes de las tierras ubicadas en los límites o confines del Imperio (ager
desertus) el dominio de ellas con la sola exigencia de cultivar dichas tierras. Se
explica por tratarse de la época de las guerras bárbaras y su finalidad es incentivar
la radicación en esas tierras de ciudadanos romanos, puesto que lo normal era que
los propietarios de esas tierras las abandonaran para radicarse en otro lugar y así
evitar los riegos de las invasiones.
4.-La ley atribuye el dominio de los frutos al poseedor de buena fe.
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V.-LA USUCAPION
2.- Transforma la posesión en propiedad si se reúne los requisitos que exige la ley. En este
sentido, Samper señala que, primitivamente, la usucapio servía como complemento a la mancipatio cuando
el mancipi dans no era dueño del bien mancipado, y la usucapio (llamada usus en muchos textos antiguos)
se relaciona con la responsabilidad que se deriva de mancipar una cosa propia: el usus es el tiempo que
dura la garantía (auctoritas), y la auctoritas permanece mientras el accipiens no pueda defender por sí
mismo el objeto frente a terceros. A partir de ese supuesto originario, la usucapión se aplica al caso de la
res mancipi vendida y entregada por su dueño, y luego, a las res nec mancipi individualizables que hubieren
sido entregadas.
a)la posesión
REQUISITOS DE LA USUCAPION:
Para establecer los requisitos de la usucapión, es necesario distinguir
según distintas épocas, pero nosotros veremos los del derecho clásico y el derecho
justinianeo
I-REQUISITOS DE LA USUCAPION EN EL DERECHO CLASICO:
3.-TIEMPO O TEMPUS: un año para los muebles y dos años para los
inmuebles.
Es del caso señalar que el tiempo debe ser cumplido personalmente
por el poseedor, de manera que en caso de que alguien transfiera a otro lo que
posee civilmente, el adquirente no se beneficia con el tiempo de su antecesor,
sino que debe empezar una nueva posesión. Ello, según el profesor Samper, es
clara consecuencia del carácter originario de todos los modos romanos de adquirir,
por cuanto el accipiens en una tradición de cosa ajena, no deriva su posesión del
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REQUISITOS:
1.-POSESION CONTINUA Y DE BUENA FE.
2.-TIEMPO DE POSESION: 10 años entre presentes y 20 años entre
ausentes. Se entendía que lo era entre presentes si se trataba de personas que vivían
en la misma provincia, vale decir tanto el poseedor como el propietario.
3.-JUSTO TIULO Y BUENA FE.
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A)Si poseedor estaba de buena fe, aunque no cumpliera con los demás
requisitos para adquirir el dominio por prescripción o usucapión, se le atribuye a la
longisima temporis prescripción los mismos efectos que la usucapión, o sea, la
transformó en un modo de adquirir el dominio en que se exigía la posesión de la
cosa durante treinta años.
B)Si poseedor estaba de mala fe, se mantenía la longisima temporis
prescriptio como una exceptio que permite paralizar la acción reivindicatoria
ejercitada por el dueño de la cosa.
EL LEGADO VINDICATORIO:
Consiste en la atribución de un objeto cierto hecho por el testador en
el testamento y concedida en forma adecuada para que el beneficiario, una vez
confirmada la eficacia del testamento pueda reclamar el objeto mediante la
acción reivindicatoria.
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Se trata de derechos limitativos sobre una cosa ajena, ello explica que si
la cosa deviniera propia del titular de cualquiera de estos derechos, ese derecho se
extinguiría, por cuanto las facultades que confieren están comprendidas como
atributos del dominio.
SERVIDUMBRES PREDIALES:
SERVIDUMBRES PERSONALES:
EL CUASI-USUFRUCTO:
El derecho justinianeo creó la figura del cuasi-usufructo, con lo cual
solucionó el problema que se presentaba cuando por testamento se constituía
usufructo sobre todos los bienes del causante o parte de ellos,
comprendiéndose entre estos bienes dinero y cosas consumibles.
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Comentario:
En Roma, se estilaba recurrir a las garantías personales, lo cual se explica
por valor que tenía la palabra dada y además se explica por el rigor del
procedimiento ejecutivo, dirigido en una primera época en contra de la persona del
deudor y posteriormente en contra de todo su patrimonio. La garantía pignoraticia o
hipotecaria ocupa en Roma un lugar secundario, lo cual se explica en gran medida
por ciertos defectos del sistema pignoraticio romano:
a)la falta de publicidad y
b)la existencia de determinadas prendas o hipotecas legales privilegiadas
(esto es, con prioridad respecto de otras prendas o hipotecas aún constituídas con
anterioridad).
En el derecho contemporáneo se tiende a confiar más en las garantías
reales.
PRIVILEGIO Y DOCUMENTO.
1.-POR PRIVILEGIO:
a)créditos del Fisco.
b)la mujer por la restitución de la dote.
c)en favor de aquel que ha dado dinero para la construcción de un
edificio.
2.-POR DOCUMENTO:
Una constitución del emperador León del año 472 d.C. estableció que
las hipotecas constituidas mediante documento público o al menos firmado por
tres testigos, tuviese prelación sobre aquellas que constasen en simple escritura
privada.
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