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Responsabilidad colectiva y anónima

Por Sandra M. Wierzba(*)

Publicado en eldial.com 30-6-16

1.- Introducción

Pensar en una responsabilidad “colectiva”, desde ya nos acerca a la idea de un daño causado por
sujetos plurales. Las obligaciones de sujeto pasivo plural cuentan ya con una extensa tradición y
regulación en nuestro Derecho civil, inicialmente limitada a las obligaciones simplemente
mancomunadas y a las solidarias, hoy extendida a las obligaciones concurrentes. Es así que la
referencia a la responsabilidad colectiva obliga a preguntarse qué tiene ésta figura de diferente, de
tal modo de justificarse un tratamiento distinto al de las clásicas categorías mencionadas.

Pues bien, veremos que como rasgo característico de la responsabilidad colectiva y anónima,
aparece la falta de una clara individualización del agente directo del daño dentro de un grupo de
posibles responsables, más marcado en la responsabilidad proveniente de autor anónimo[1], pero
también presente en muchos casos de daños provenientes del obrar riesgoso de un grupo –
pensamos-, donde lo característico es la manifestación de ese conjunto humano mediante
actividades o conductas peligrosas. Jurídicamente, el grupo debe ser además de una realidad
numérica, una realidad cualitativa, que no consiste en la mera yuxtaposición de personas, pues
media “pertenencia” de cada una al conjunto, a través de un lazo de cohesión, más o menos
definido[2].

Veremos que el tema interesa en muy variadas situaciones, que comprenden los daños causados
por grupos en el contexto de espectáculos deportivos y musicales; en el ejercicio de las
profesiones liberales con intervención de distintos expertos; en el ejercicio del derecho de protesta
por grupos de manifestantes; en los siniestros de tránsito con intervención de varios vehículos; en
la caída de objetos de edificios habitados por sujetos múltiples y en variadas situaciones en las que
se sabe con certeza que un perjuicio sólo pudo provenir de alguna entre varias personas, aunque
no puede determinarse con certeza de quién.

2.- Responsabilidad colectiva: descripción y requisitos

Ante la producción de un daño con intervención de varias personas, nuestra doctrina ha distinguido
las siguientes circunstancias[3]:

a.- Intervención conjunta o común: En este caso, son varias las personas que cooperan en la
producción del resultado dañoso, sea mediante una acción dolosa, culposa o riesgosa. La
causalidad sería conjunta, siendo solidaria la responsabilidad de todas esas personas (ej.: un
delito se materializa por la acción del autor material, pero con la colaboración de un cómplice y del
propio instigador).

b.- Intervención acumulativa o concurrente: Tiene lugar cuando varias personas intervienen
ejecutando actos independientes entre sí, que producen el mismo resultado que habrían producido
aisladamente. Cada responsable del daño causado lo sería individualmente (ej.: dos personas
administran separadamente veneno a otra). La causalidad sería aquí concurrente.

c.- Intervención disyuntiva o alternativa: Aquí el hecho resulta atribuible a una u otra persona de
manera excluyente, pero con imposibilidad de probar la relación causal debido a la falta de
elementos probatorios que permitan determinar cuál de varios sujetos es el autor del daño que
exige una reparación[4]. En otros términos, dos o más personas son responsables del hecho
dañoso, pues si bien se sabe con certeza que fue una de ellas quien en forma excluyente lo
causó, se desconoce al responsable directo. Esta hipótesis es el antecedente directo de la
responsabilidad colectiva, que desencadenó en su momento la polémica entre soportar la
irresponsabilidad de todos los integrantes del grupo por carencia de prueba directa o hacer
prevalecer a la víctima del daño y admitir la responsabilidad de todos aquellos[5]. Tiempo después,
la doctrina se inclinaría por esta última solución, imponiéndose la responsabilidad a todos los
imputados, mientras no se acreditara su exclusión[6], adoptándose la denominación
“responsabilidad colectiva o de autoría anónima”.

Ahora bien, para que exista responsabilidad colectiva, es necesaria la presencia de un grupo,
entendido como un conjunto de personas que posee unidad en el fin e identidad en la acción;
siendo que la carga de la prueba de estos extremos corresponde al actor[7].

A su vez, como requisitos propios de este tipo de responsabilidad colectiva, la doctrina ha


reconocido: a) La falta de individualización del autor del daño o de la cosa dañosa; b) La
participación de los responsables en el accionar culposo o riesgoso del grupo; c) La relación causal
entre el daño y la acción no particularizada del grupo y d) la exclusión de responsabilidad para
quien prueba que aun participando en la acción del grupo, no causó daño[8]. Veremos sin
embargo, que tanto en la ley, como en la doctrina y en la jursiprudencia, parecen existir ciertas
divergencias en cuanto a qué institutos integran concretamente esta categoría (por ej: si el
accionar dañoso de grupos efectivamente la integra).

Por lo demás, antes de la entrada en vigencia del nuevo Código, la doctrina clásica propuso que la
responsabilidad indiscriminada que comportaba el sistema en cuestión, justificaba el
reconocimiento de facultades a los jueces para atenuar la responsabilidad de los miembros de
un grupo o eximirlos de la solidaridad, considerando su diversa participación en la acción dañosa y
por razones de equidad[9]. Y si bien tal conclusión pudo quedar desvirtuada por el avance del
derecho de daños y por la letra de los arts. 1760 a 1762 del nuevo Código unificado[10], pensamos
que la idea de aplicar la equidad en estos casos, conserva cierta vigencia. Ello se justifica, si se
observa que el encuadre de ciertos casos típicos deresponsabilidad colectiva es variable[11] y las
consecuencias de subsumirlos en una u otra categoría, son bien diversas.

3.- Regulación legal anterior al Código unificado

Aunque el Código de Vélez no contenía una norma específica sobre el tema, pudo estructurarse un
sistema de responsabilidad por los daños producidos por un autor anónimo o derivados de la
acción colectiva de varias personas en base a unas pocas normas. En este sentido, el art. 1119
CCVS, establecía que "...Cuando dos o más son los que habitan la casa, y se ignora la habitación
de donde procede, responderán todos del daño causado. Si se supiere cuál fue el que arrojó la
cosa, él solo será responsable". Por su parte, se consideraba el contenido del art. 95 del Código
Penal que incrimina a los partícipes plurales de riñas o agresiones, cuando éstas causen la muerte
o lesiones a un individuo, aún si no puede identificarse al autor, aplicándoselo al ámbito civil[12], en
los términos del art. 1102 CCVS[13].

Se propuso que la responsabilidad colectiva suponía una nueva aplicación de la teoría objetiva del
riesgo creado por la acción de un grupo y una orientación marcada hacia la repartición de los
daños con un criterio de socialización de riesgos, con fundamento en la equidad[14].

Sin embargo, también se interpretó que esta responsabilidad no era solidaria, sino simplemente
mancomunada y que la deuda debía dividirse en los términos del art. 1121 CCVS, sin perjuicio de
la acción recursoria que tenía quien hubiese pagado el resarcimiento, contra quien fuere
efectivamente autor culpable del daño[15].

En los sucesivos intentos de reforma de la legislación civil, se procuró la regulación de la


responsabilidad colectiva. Fue así que en el llamado Proyecto de Unificación de la Legislación Civil
y Comercial de 1987 (L24032, vetada conf. decr. 2719/91), se impuso responsabilidad solidaria a
los integrantes de un grupo riesgoso por los daños causados a terceros, eximiéndose a quien
demostrara que no participó en la materialización del daño. A su vez, en el art. 1594 del Proyecto
del Poder Ejecutivo Nacional de 1993, se responsabilizaba indistintamente a los integrantes del
grupo, adoptándose igual solución a la del Proyecto anterior, en materia de eximentes. Y de
acuerdo al Proyecto de reforma de la Cámara de Diputados de 1993, cuando el daño era causado
por un miembro anónimo de un grupo determinado, el riesgo derivado de tal circunstancia
autorizaba a la víctima a accionar contra cualquiera de los integrantes del grupo por el total del
perjuicio padecido; quienes podían eximirse demostrando no haber integrado el grupo o bien
identificando al causante del daño"[16].

4.- La responsabilidad colectiva y anónima en el nuevo Código Civil y Comercial de la


Nación

Con la importancia atribuida a este tipo de responsabilidad y luego de la evolución observada, el


nuevo Código unificado incluyó una sección específica referida al tema (sección 8ª, del Título V
correspondiente a “Otras fuentes de las obligaciones), donde se contemplan tres casos diferentes:

a.- Daños producidos por cosas suspendidas o arrojadas: “Si de una parte de un edificio cae
una cosa, o si ésta es arrojada, los dueños y ocupantes de dicha parte responden solidariamente
por el daño que cause. Sólo se libera quien demuestre que no participó en su producción” (art.
1760).

Esta figura tiene valor histórico, en tanto en esencia reproduce el contenido del art. 1119 del
Código de Vélez. Asimismo, presenta interés práctico por la tradición, importancia y extensión que
tienen las construcciones de edificios en propiedad horizontal en nuestro país y particularmente en
las grandes ciudades, que hacen que el riesgo de daños derivados de la caída accidental o
intencional de objetos que causen daños desde balcones y ventanas, resulte tangible.

Los sujetos sindicados como responsables, a quienes la norma impone una responsabilidad
explícitamente solidaria, constituyen una agrupación de personas excluyente de otras en cuanto al
riesgo relevante. Es así que bien pueden ser llamados a responder los dueños y ocupantes del
frente del edificio (por ej. pisos “A”), quedando excluidos los del contrafrente (ej., pisos “B”). Y a
tenor de la naturaleza de la obligación y eximente prevista (demostración de no haber participado
de la producción del daño), es sin duda ésta una especie de daño derivado de un autor anónimo,
según analizaremos seguidamente.

b.- Daños provenientes de un autor anónimo: “Si el daño proviene de un miembro no


identificado de un grupo determinado responden solidariamente todos sus integrantes, excepto
aquel que demuestre que no ha contribuido a su producción” (art. 1761).

La responsabilidad derivada de la actuación de un sujeto anónimo, en definitiva supone un conflicto


entre lo verdadero y lo demostrable[17], situación que ha preocupado a las más variadas
disciplinas del conocimiento. Así, si se comete un crimen en un cuarto cerrado donde sólo hay dos
sospechosos junto al cadáver, no habrá duda de que hubo un crimen y que hay un culpable, sin
embargo, podrá suceder que no resulte posible acreditar cómo sucedieron los hechos. Si quiere
conocerse quién fue efectivamente el autor, no surgiendo ello directamente de una confesión o de
otra prueba contundente, podrá recurrirse a las vías indirectas, como la verificación de horarios y
coartadas, de huellas dactilares, etc.[18] Esta búsqueda, hace más bien al objeto de estudio del
Derecho penal, cuyo carácter es represivo, no así al Derecho civil, de carácter indemnizatorio. Es
así que ante la evidencia de lo verdadero (el crimen y la muerte), el moderno Derecho de daños no
propondrá indispensablemente un recorrido sobre las circunstancias referidas a quién fue el
verdadero autor, sino que permitirá asumir la responsabilidad de todos los integrantes del grupo,
con base en la figura de la responsabilidad por daños provenientes de un autor anónimo.

Sobre las razones por las que se impone una responsabilidad plural en este caso, las respuestas
posibles son varias. Hemos ya mencionado la protección de la víctima, como axioma fundamental
del Derecho de daños actual, quien no puede quedar desprotegida por resultar imposible identificar
al autor material del perjuicio. En este sentido, la responsabilidad solidaria de todos los integrantes
del grupo actuaría como una solución de compromiso para afrontar de un modo más o menos
satisfactorio, el problema del anonimato del dañador[19], imponiéndose un factor de atribución de
tipo objetivo. La integración del grupo resultaría aquí suficiente para atribuir responsabilidad sin
autoría material y sin imputabilidad moral[20].

Pero en ocasiones se ha sugerido que el fundamento de la responsabilidad anónima debe hallarse


en la existencia de culpa en el obrar de los integrantes de un grupo, al no haber evitado éstos la
acción dañosa[21]. Hay sin duda en este argumento, un reproche subjetivo hacia los integrantes
del grupo, que pudiendo evitar el perjuicio, no lo hicieron.

Sobre este supuesto, en los Fundamentos del nuevo Código unificado, se aclara “…Es decir,
demostrado quién es el autor, ya no hay anonimato”, lo cual, si bien es cierto, no implica que la
norma exija la prueba de autoría de otro integrante del grupo. Bastará en cambio, la prueba de no
haber ayudado con la propia acción a la materialización del perjuicio. Es así que una lectura literal
de esta disposición, habilita a todo integrante del conjunto de personas del que provino el daño, a
eximirse de responsabilidad de un modo más sencillo que si se tratara de una responsabilidad
objetiva, sin demostrar la causa ajena (es decir, el hecho de la víctima, de un tercero o el caso
fortuito). Pero tampoco interesará la prueba de la falta de culpa, sino en todo caso, la demostración
de la inocuidad de la propia conducta[22].

c.- Daños derivados de la actividad peligrosa de un grupo: “Si un grupo realiza una actividad
peligrosa para terceros, todos sus integrantes responden solidariamente por el daño causado por
uno o más de sus miembros[23]. Sólo se libera quien demuestra que no integraba el grupo” (art.
1762).

Este sería un supuesto de particular gravedad, en donde el riesgo creado presenta carácter
extraordinario, siendo atinente a la actividad desarrollada por el grupo. La causalidad común se
refiere al riesgo y no a la producción directa del daño. Como ejemplos de integrantes de esta
categoría se menciona a las patotas y a los grupos de agentes contaminantes, entre otros[24].

Más específicamente, se afirma que en este supuesto es ineficaz probar la autoría porque no
interesa el anonimato. La identificación del o de los autores del daño, que es la prueba más
acabada de que el demandado no pudo ser ese autor inmediato o directo del perjuicio, no descarta
en modo alguno el peligro que entraña el grupo en sí. Por ello, cada uno de los miembros del
grupo no es con relación a los demás, un verdadero tercero extraño por quien no se deba
responder[25]. Y bien podría hallarse identificado el autor directo de la acción dañosa y sin
embargo, comprometer solidariamente a los distintos integrantes del conjunto, por ser justamente
su actuación grupal la que animó a una acción que probablemente no habría tenido lugar, en caso
de haberse actuado individualmente[26]. A su vez, podría suceder que se acredite que algunos de
los integrantes del grupo no fueron los agresores o autores materiales de un daño y sin embargo
resulten partícipes del ilícito en tanto integrantes del grupo agresor.

En otros términos, la responsabilidad común a los distintos integrantes del grupo deviene del riesgo
creado por su acción, siendo que todos aquellos que integran el grupo contribuyen a crear el
peligro que se traduce en un daño a un tercero, por su sola participación en él. Y sería la acción del
conjunto, aprehendida como fenómeno unitario, aquella que posibilita la consecuencia dañosa,
siendo que el nexo causal debe trazarse entre el daño y la acción colectiva de ese conjunto de
presuntos responsables. La responsabilidad es solidaria y objetiva[27].

Por lo expuesto, el legislador ha sido muy estricto al regular las eximentes en este caso,
reconociendo que “sólo se libera quien demuestra que no integraba el grupo”. Pensamos sin
embargo, que la causa ajena también constituye una eximente válida[28], a pesar de no hallarse
prevista en la ley[29].
5.- Reflexiones finales. La responsabilidad de autoría anónima y por el accionar peligroso de
un grupo: dificultades prácticas de la distinción

Las diferencias teóricas de estas categorías lucen bien explícitas, a tenor de las definiciones
doctrinarias citadas. También resultan manifiestas las diferencias en la regulación legal, sobre
todo, la mayor dificultad de eximirse de responsabilidad cuando se trata de una responsabilidad por
el accionar peligroso de un grupo.

Sin embargo, en términos prácticos, el pasaje de una a otra categoría no resulta tan claro.
Veámoslo en algunos ejemplos: ¿en qué momento una persona que hace uso de su derecho
constitucional a la protesta social deviene en una manifestante violenta", ¿en cuál de las dos
grandes categorías analizadas debe subsumirse el clásico ejemplo del daño causado por un tiro
proveniente de un grupo de cazadores", ¿a partir de qué instante los daños causados por un autor
no identificado en una riña con participantes múltiples, comprometen a todo un grupo por su
carácter riesgoso[30]" Y desde otra perspectiva: ¿acaso el carácter extraordinariamente riesgoso
de un grupo hace a un concepto dinámico", ¿ello presenta un carácter puramente subjetivo, o bien
requiere de ciertas manifestaciones objetivas" (ej.: integración de un grupo de sujetos a quienes ya
se les ha negado el derecho de admisión a un espectáculo deportivo, registrándose tal
circunstancia), ¿interesa sólo la acción peligrosa o debe indagarse en los objetivos y finalidades
del grupo cuestionado" (ej.: agrupación que nuclea individuos que declaman su odio hacia
determinados grupos humanos, por razones de nacionalidad, religión, etc.).

Las dudas expuestas, que no parecen haberse dilucidado en los enfoques doctrinarios y
jurisprudenciales clásicos y que dan lugar a la categorización alternativa de idénticas hipótesis de
hecho, bajo la figura de la responsabilidad de autoría anónima o por el accionar peligroso de
grupos, deben dilucidarse, a tenor de la regulación diferenciada de los arts. 1760,1761 y 1762 del
Código Civil y Comercial de la Nación. Y ante tal escenario –pensamos-, surge la necesidad de fijar
ciertos criterios para distinguir dichas figuras, recobrando trascendencia la propuesta de aplicar la
equidad a la resolución de este tipo de casos.

(*)Abogada. Doctora de la Universidad de Buenos Aires (área Derecho Privado). Profesora Titular
de Obligaciones Civiles y Comerciales (UBA).
[1] Llambías, Jorge Joaquín “Responsabilidad colectiva o anónima”, ED 4-VII-1979 y Bustamante
Alsina, Jorge “Teoría de la Responsabilidad Civil”, Abeledo Perrot-2003, 1123/004741. Llambías
propuso que la responsabilidad bajo estudio se denominara anónima, por provenir de un autor
desconocido, cuestionando Bustamante Alsina tal calificación, al señalar que si bien la autoría era
anónima, la responsabilidad correspondía a todos los integrantes del grupo una vez
individualizados.
[2] Tanzi, Silvia Y. y Casazza, María Soledad “Responsabilidad colectiva, anónima y por la
actividad peligrosa de un grupo en el Código Civil y Comercial” , La Ley, 29-30/1/15.
[3] Alterini, Atílio “Responsabilidad Civil”, Abeledo Perrot, Bs. As., 1970, págs. 164-166;
Bustamante Alsina, Jorge, “Teoria general de la Responsabilidad Civil ”, Bs. As. 2003, AP Nº:
1123/004741; Llambías, Jorge J. “Tratado de Derecho Civil. Obligaciones; Raffo Benegas, Patricio
J. (actualizador), 2007; AP Nº: 9205/002551; Pizarro, Ramón Daniel y Vallespinos, Carlos Gustavo
“Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones”, Hammurabi, Bs. As. 2012, T. 5., p. 810/11. Ver
asimismo, Zavala de González, Matilde, “El daño colectivo”, en “Derecho de Daños-Primera Parte”,
dirigida por Trigo Represas y Stiglitz,La Rocca , Bs. As., 1989, pág. 437.
[4] Tanzi, Silvia “Responsabilidad colectiva”, en Responsabilidad por daños en el tercer milenio
(homenaje a Atilio A. Alterini), Kemelmajer de Carlucci, Aída y Bueres, Alberto J., Directores, Bs.
As. 1997, AP 1010/003377. Habría una dificultad probatoria de autoría, conf. Saux, Edgardo
Ignacio, “Un caso de responsabilidad colectiva. Miembro no identificado de un grupo agresor”, en
Revista de Responsabilidad civil y Seguros Editorial La Ley , Bs. As., 2/2/10, págs. 67/77.
[5] Gregorini Clusellas, Eduardo L. “La responsabilidad colectiva de un grupo de riesgo y su factor
de atribución objetivo. La absolución penal y sus efectos”, nota a fallo de la CAp. Civ. y Com. de
Pergamino; “Rocha, Ramón A. v. Lanselotto, Carlos L. y otros”, 12-12-2012; 1/11/13
AP/DOC/1527/2013. Ver también Caputto, María Carolina “Responsabilidad colectiva: daños
causados por miembros no identificados de grupo determinado”, 13/1/2012, Thomson Reuters,
disponible al 7/2/16 en http://thomsonreuterslatam.com/2012/01/13/responsabilidad-colectiva-
danos-causados-por-miembros-no-identificados-de-grupo-determinado/.
[6] Pizarro y Vallespinos, cit, p. 811 y Bustamante Alsina, Jorge, “Teoria general de la
Responsabilidad Civil ”, cit. Asimismo ver Gregorini Clusellas, Eduardo L. “La responsabilidad
colectiva de un grupo de riesgo y su factor de atribución objetivo…”, cit. y Jalil, Julián Emil “Daños
causados por los grupos en el nuevo Código Civil”, elDial.com, DC1E0B, 19/11/14.
[7] Conf. IX Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Procesal, Comercial y Laboral, Junín, 2, 3 y
4 de noviembre de 2000, Comisión 1, "Fundamentos de la Responsabilidad Colectiva "
"Cuantificación del Daño", Presidentes: Dres. Alberto J. Bueres y Luis O. Andorno-Coordinador:
Dra. Dora Gesualdi. Despacho de lege lata, conclusión 1, por unanimidad. Ver JA 2001-I-1284 y
AP Nº: 0003/008022.
[8] López Cabana, Roberto y Lloveras, Néstor, "La responsabilidad colectiva”, E.D., T. 48 p. 799;
Mosset Iturraspe, J., "Daños causados por un miembro no identificado de un grupo determinado",
JA, sec. Contemporánea, doc.T. 1973, págs. 1 a4; Llambías, J.J., "Responsabilidad colectiva o
anónima", ED, t. 83, p. 783; y "Zarria, Daniela Verónica c/ Provincia de Buenos Aires s/ Daños y
perjuicios", Ac 94618 S 11-4-2007.
[9] Bustamante Alsina, Jorge “Teoría de la Responsabilidad Civil ”, cit.
[10] Estas disposiciones imponen la solidaridad de los sujetos pasivos en todos los casos
regulados. Cabe mencionar que más modernamente, se recomendó la creación de un "fondo de
garantía" para resarcir a las víctimas que vieran frustrada su reparación judicialmente cuando ella
en la práctica no pudiese efectivizarse. Ver Gregorini Clusellas, Eduardo L. “La responsabilidad
colectiva de un grupo de riesgo y su factor de atribución objetivo. La absolución penal y sus
efectos”, nota a fallo de la CAp. Civ. y Com. de Pergamino; “Rocha, Ramón A. v. Lanselotto, Carlos
L. y otros”, 12-12-2012; 1/11/13 AP/DOC/1527/2013.
[11] Por ejemplo, el daño causado por grupos de manifestantes, en ocasiones se vincula a la
responsabilidad de autor anónimo y en otras con el accionar riesgoso de grupos, teniéndose en
cuenta circunstancias fácticas similares.
[12] Conf. IX Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Procesal, Comercial y Laboral, Junín, 2, 3 y
4 de noviembre de 2000, cit., Comisión 1, Conclusión 3).
[13] Ver también CNCiv. y Com. de Formosa, “Cabrera, Norma c. Matorras, Lidia y otro”,
24/08/2009, con nota de Edgardo I. SAUX, RCyS 2010-II, 68 LLLitoral 2010 (mayo), 381,
AR/JUR/48540/2009.
[14] López Cabana y Lloveras “La responsabilidad colectiva…”, cit. Ver asimismo Gregorini
Clusellas, Eduardo L. “La responsabilidad colectiva de un grupo de riesgo y su factor de atribución
objetivo. La absolución penal y sus efectos”, nota a fallo de la Cap. Civ. y Com. de Pergamino;
“Rocha, Ramón A. v. Lanselotto, Carlos L. y otros”, 12-12-2012; 1/11/13 AP/DOC/1527/2013.
[15] Bustamante Alsina, Jorge, “Teoría de la responsabilidad civil”, cit. A su vez, en este sentido se
sostuvo: “Aplicar la tesis de la solidaridad a quienes deben soportar la obligación de indemnizar por
no haberse identificado al autor o dueño o guardián de la cosa, implicaría excederse del marco
adecuado”, ver Tanzi, Silvia “Responsabilidad colectiva”, cit.
[16] Conf. Tanzi, Silvia, “Responsabilidad colectiva”, cit.
[17] De hecho, una de las posturas clásicas que fue reiteradamente referida por nuestra doctrina
fue la de Esmein, para quien el fundamento de esta responsabilidad se asociaba a una especie de
dispensa acordada a la víctima de probar la imputabilidad de un hecho generador de
responsabilidad, entre todos los individuos que sean los autores posibles. Al respecto, Llambías
interpretó que esta explicación se aproximaba bastante a la realidad en cuestión, sin embargo fue
crítico del hecho que tal fundamento se basara en una noción impropia como es la de dispensa de
prueba, para concluir que la responsabilidad colectiva se basaba “ en la prudente apreciación de
los hechos probados, presidida por el buen sentido”, y considerar que el fundamento de la
presente responsabilidad es eminentemente técnico y se relaciona con la teoría de la prueba. Ver
Llambías, J.J. “Tratado de Derecho Civil…”, cit.
[18] Este ejemplo se toma de “Gödel (para todos)”, de Guillermo Martínez y Gustavo Piñeiro, Seix
Barral, Bs. As., 2009, p. 30. Los autores lo presentan al iniciar la explicación de los alcances del
Teorema de Gödel, en el ámbito de las Matemáticas. Pero también mencionan su interés para
otras disciplinas, como la Arqueología , en cuanto a las hipótesis que se plantean en torno a una
excavación.
[19] Trigo Represas, Félix A.; – López Mesa, Marcelo J.; Tratado de la Responsabilidad Civil ;
Ed. La Ley ; Tº VI; pág. 54.
[20] "D.S. Contra R.J.M y Otros S/ Daños y perjuicios" – CAp. de Neuquén, Sala
III, 19/4/12, elDial.com - AA76E6.
[21] "D.S. contra R.J.M y Otros S/ Daños y perjuicios", cit. donde se hace referencia también a
este argumento. En el caso, una persona, aprovechando la circunstancia de que un joven se
encontraba dormido, le introdujo en el ano el caño de un rifle de aire comprimido, ocasionándole
daños físicos y psicológicos. En la casa donde tuvo lugar el siniestro, se hallaban otros dos jóvenes
que fueron individualizados, más no pudo determinarse quién de ellos fue el autor material del
hecho dañoso..
[22] En cambio, en las IX Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Procesal, Comercial y Laboral,
Junín, 2, 3 y 4 de noviembre de 2000, cit., se sostuvo que en este supuesto los miembros del
grupo podían eximirse de responsabilidad, indistintamente, probando que no integraron dicho
grupo o identificado al causante del daño (Unanimidad). A su vez, para la opinión prevaleciente en
nuestro país (Bustamante Alsina, Zavala de González, Pizarro-Valespinos), ésta sería una
responsabilidad colectiva, con basamento en el riesgo creado), conf. Pizarro y Vallespinos, cit., p.
817.
[23] Nótese que en cuanto al tipo de obligación plural comprometida, la doctrina se hallaba
dividida: Así, en las Jornadas citadas precedentemente, Conclusión 5) Despacho A), se dijo que
“En la responsabilidad grupal por daño anónimo los deberes de reparar del grupo son simplemente
mancomunados. En cambio, en la responsabilidad grupal derivada de la acción riesgosa del grupo
en sí mismo considerado, la responsabilidad es solidaria (Dres. Alberto J. Bueres.- Luis Andorno.-
Dora Gesualdi.- Mónica E. Magañine.- Marcela M. Marozzi.- Teresita Masgoret.- María E. Ibaceta.-
María Laura Zambudio.- Patricia Cura.- Luis M. Cassinelli.- Rubén R. Rosas). En cambio, se
pronunciaron por la responsabilidad solidaria para ambos casos, los Dres. Jorge A. Meza.- Juan
Carlos Boragina.
[24] Pizarro y Vallespinos, cit. p. 824/825.
[25] Jalil, Julián Emil “Daños causados por los grupos en el nuevo Código Civil”, elDial.com
DC1E0B, 19/11/2014. Ver asimismo Trigo Represas, Félix y López Mesa, Marcelo “Tratado de la
Responsabilidad Civil ”,. Tomo VI. 2, La Ley. Bs. As., 2011, p. 66.
[26] En las citadas IX Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, Procesal, Comercial y Laboral,
Junín, 2, 3 y 4 de noviembre de 2000, cit., conclusión 4) Despacho A), se afirmó que en estos
casos, el factor de atribución para la propagación de la responsabilidad e imputación del daño es el
riesgo creado por el grupo, con sustento normativo en el art. 1113 in fine párr. 2º CCiv. y que la
única prueba liberatoria era la acreditación de no haber integrado el grupo (Dres. Alberto J.
Bueres.- Dora Gesualdi.- Luis Andorno.- Jorge A. Meza.- Juan Carlos Boragina.- Mónica E.
Magañine.- Marcela Marozzi.- Teresita M. Masgoret.- Luis M. Cassinelli.- María Garone.- María
Julia De Rosa).
[27] Ver “Universidad Nacional de Rosario v. Recoaro, Carlos A. y otros”, Juzgado Federal de 1a
Instancia en lo Civil Nro. 2 de Rosario, 20/7/10; AP No. 70062141. En este caso se produjo un gran
incendiodnio que afectó las instalaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Rosario,
en el contexto de una protesta en la cual distintos manifestantes arrojaron gran cantidad de
bombas de estruendo, romepedoras y otros elementos de pirotecnia, utilizando morteros en forma
imprudente.
[28] En igual sentido, ver Pizarro y Vallespinos, cit. p. 826; López Mesa, Marcelo J., en Trigo
Represas-López Mesa, Tratado de la Responsabilidad Civil. Tomo VI. 2. ed. Ed. La Ley.
Buenos Aires. 2011, p.66 y Jalil, Julián Emil “Responsabilidad civil de los integrantes de los grupos
que ocasionan daños, en el Proyecto de Reformas al Código Civil(Consideraciones en torno a la
imputabilidad por los daños producidos por un sujeto indeterminado de un grupo determinado y por
los daños ocasionados por "grupos peligrosos", elDial.com DC1912, publicado el 10/08/2012.
[29] Carecería de lógica impedir la liberación de la responsabilidad imputada a los integrantes de la
hinchada de un club, sindicados como “barrabravas”, si se acredita que el daño lo produjo otra
hinchada. Como culpa de la víctima, justificante de la atenuación de responsabilidad, se cita el
siguiente ejemplo:” si una persona se inmiscuye en un grupo que reconocidamente profesa una
idea futbolística, política, religiosa, etc, detentando imágenes, indumentaria, inscripciones o frases
contrapuestas a esas ideas, y como consecuencia de dicha provocación los integrantes del grupo
le propician golpes ocasionando un daño a la persona, no se puede desconocer que la culpa de la
víctima haya tenido incidencia causal en dicho resultado, por lo que corresponde atenuar la
responsabilidad del grupo proporcionalmente a esa incidencia causal, mas no excluirla”; ver Jalil, J.
“Responsabilidad civil de los integrantes…”, cit.
[30] No queda clara esta definición, por ejemplo en "De Giacomi Paulo Mario c/ Martínez Raul y
Otros s/ Daños y perjuicios" – CAp. Civ. y Com. de Mercedes (Bs. As.), Sala
Tercera, 21/06/2011; elDial.com - AA6CEF, Publicado el 22/07/2011, donde se hace referencia a
la responsabilidad colectiva. En este caso, dos personas que subieron al micro agredieron
físicamente al chofer y luego descendieron del colectivo por la ventanilla.

Citar: elDial.com - DC2141

Publicado el 30/06/2016

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