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Movimientos Migratorios

Desde y Hacia
La República Dominicana

TOMO I
Movimientos Migratorios
Desde y Hacia
La República Dominicana

TOMO I
Isis Duarte

Milka Cuello
Felipe Santos
Bridget Wooding
Alicia Sangro
Jaime Aristy Escuder
Ramonina Brea
Joel Arboleda

TOMO II
Raymundo González
Josefina Zaiter
Mónica González

Liliam N. García Márquez


Victor Ml. Brens Paulino
Frank D´Oleo Ramírez
Francisco I. Cáceres Ureña
Francisco B. Báez Evertz
César A. Caamaño Díaz
Alejandro Martínez
Alicia Sangro
MINISTERIO DE ECONOMÍA,
PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

MOVIMIENTOS MIGRATORIOS DESDE


Y HACIA LA REPÚBLICA DOMINICANA

TOMO I
ISBN: 978-9945-8696-5-1
Editor:
Roberto E. Liz
Co-editores:
Lucas Vicens
Natacha Féliz Franco
Diseño y Arte Final:
Katherine Cocco
Portada:
Stefannie Cedano
Impresión:
Editora Alfa y Omega
Impreso en República Dominicana
Printed in the Dominican Republic
Santo Domingo, República Dominicana
Marzo, 2011
TOMO I

Contenido general

TOMO I

PRESENTACIÓN. Roberto E. Liz


PRÓLOGO. Juan Temístocles Montás
INTRODUCCIÓN. Wilfredo Lozano

LA MANO DE OBRA HAITIANA EN LA CONSTRUCCIÓN:


CARACTERÍSTICAS, VALORACIONES Y PRÁCTICAS.
Isis Duarte

COSTOS Y BENEFICIOS DE LA MANO DE OBRA HAITIANA.


SJRM-CENTRO BONÓ. Milka Cuello y Felipe Santos

LA PRESENCIA DE LAS MUJERES MIGRANTES HAITIANAS EN EL


SERVICIO DOMÉSTICO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA.
FLACSO: Bridget Wooding y Alicia Sangro.

IMPACTO DE LA MIGRACIÓN HAITIANA SOBRE EL MERCADO LABORAL


Y LAS FINANZAS PÚBLICAS DE LA REPÚBLICA DOMINICANA.
Jaime Aristy Escuder.

REMESAS, POBREZA Y DESIGUALDAD: UNA PERSPECTIVA DESDE


LOS HOGARES Y LAS REGIONES DE LA REPÚBLICA DOMINICANA.
PUCMM/PARETO: Ramonina Brea y Joel Arboleda.

5
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

TOMO II

PRESENTACIÓN. Roberto E. Liz


PRÓLOGO. Juan Temístocles Montás
INTRODUCCIÓN. Wilfredo Lozano

LA MIGRACIÓN Y SUS REPERCUSIONES EN LA ESCUELA: ANÁLISIS


DE LA SITUACIÓN Y DE LAS PERCEPCIONES DE CAMBIO SOCIAL.
POVEDA: Raymundo González, Josefina Zaiter y Mónica González.

INCLUSIÓN DE NIÑOS INMIGRANTES HAITIANOS EN EL SISTEMA


ESCOLAR DOMINICANO: ESCUELAS PÚBLICAS Y PRIVADAS DE ZONAS
URBANAS DE SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, PUERTO PLATA
Y DAJABÓN.
PUCMM- Recinto Santiago de los Caballeros: Lilian N. García
Márquez y Víctor Ml. Brens Paulino.

LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS HAITIANOS EN LA REPÚBLICA


DOMINICANA. Frank D´Oleo Ramírez

LA OTRA MIGRACIÓN: ESTUDIO SOBRE LAS CORRIENTES DE


INMIGRACIÓN DE PROCEDENCIA EXTRA-INSULAR Y LA
INTEGRACIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA DE LOS INMIGRANTES
DE LAS PRINCIPALES COMUNIDADES ETNO-NACIONALES.
PRO-FAMILIA: Francisco I. Cáceres Ureña,
Francisco B. Báez Evertz y César A. Caamaño Díaz.

MIGRACIÓN A ESPAÑA Y REMESAS.


JRM-CENTRO BONÓ: Alejandro Martínez y Alicia Sangro.

6
Indice

Indice general...................................................................................... i
Presentación de los editores,
Roberto E. Liz, Director Ejecutivo del FIES .......................... ix
Prólogo de Ing. Juan Temístocles Montás,
Presidente del FIES ................................................................... xv
Introducción: Las rutas de inmigración
Wilfredo Lozano,
Miembro del Consejo Directivo del FIES ......................... xxvii

MERCADO LABORAL Y MANO DE OBRA HAITIANA


La mano de obra haitiana en la construcción:
características, valoraciones y prácticas .................................. 41
Isis Duarte
Costos y beneficios de la mano de obra haitiana
en el sector construcción ........................................................ 107
Milka Cuello, Felipe Santos
SJRM - Centro Bonó
La presencia de las mujeres migrantes haitianas en
el servicio doméstico en la República Dominicana ............ 159
Bridget Wooding, Alicia Sangro
FLACSO

7
Impacto de la migración haitiana sobre el mercado laboral
y las finanzas públicas de la República Dominicana........... 223
Jaime Aristy Escuder

Remesas, pobreza y desigualdad:


una perspectiva desde los hogares y las regiones
de la República Dominicana................................................... 325
Ramonina Brea, Joel Arboleda
PUCMM-Sto.Dgo / Grupo de Consultoría Pareto
Nota biográfica de los autores .................................................... 385

8
Presentación de los Editores

En nombre de los editores de este libro me place hacer la presentación


formal del mismo, destacando lo que ha sido su proceso de concepción,
elaboración y conclusión de este volumen, el cual es el primero de una serie
de publicaciones que se realizarán como resultado de las investigaciones
auspiciadas por el Fondo para el Fomento de la Investigación Económica y
Social (FIES).

El FIES fue creado por el antiguo Secretariado Técnico de la Presiden-


cia dentro del Programa de Reforma y Modernización del Poder Ejecutivo
(PRO-REFORMA) que con apoyo del Banco Interamericano de Desa-
rrollo –BID- fue ejecutado en los últimos años. El FIES está dirigido por
un Consejo Directivo que preside el Ministro de Economía, Planificación y
Desarrollo, e integrado por otros seis (6) representantes del sector público y
cuatro (4) del sector privado y un Secretario que es el Director Ejecutivo del
Fondo, tal y como se establece en el artículo 10 de la ley 496-06 que crea el
Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.

El FIES, además de contar con un Director Ejecutivo, está asistido por


la Unidad Técnica de Apoyo (UTA), responsable de la gerencia y monitoreo
de sus actividades.

El propósito del Fondo es promover la investigación en temas relacionados


con la política económica y social en la República Dominicana, a través del
desarrollo y financiamiento de acciones que estimulen investigaciones relevan-
tes para respaldar los procesos de toma de decisiones de políticas públicas.
IX
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Al mismo tiempo, los estudios sobre aspectos económicos y sociales pre-


tenden responder a objetivos del desarrollo nacional y contribuir directa o
indirectamente a la estabilidad macroeconómica, crecimiento económico sos-
tenible, equidad distributiva, bienestar y cohesión económica, social y terri-
torial. Igualmente, se procura elevar el capital humano y social en un marco
de equidad, integralidad y sostenibilidad. En cada convocatoria, los temas de
estudio son priorizados por el Consejo Directivo (CD).

La intención del Fondo es también fortalecer los procesos de toma de


decisiones en materia de políticas públicas e impulsar el desarrollo de una
cultura de investigación que contribuya, a través del análisis, generación de
propuestas y promoción del debate, a un mejor diseño e implementación de
políticas que eleven la efectividad de la gestión pública.

La presente obra, que por su extensión se decidió publicar en dos tomos,


ha implicado un complejo proceso que nos ha llevado hasta este resultado
final. Para fines de ilustración, pasaremos a enumerar las diferentes etapas
por las que hemos atravesado hasta llegar a la presente publicación que a su
vez son explicativas del proceso operativo del FIES:

La primera fase se refiere a todas las gestiones que preceden a la elabora-


ción de las investigaciones en cuestión. Se trata de la etapa de contratación
de la investigación misma. Para ello se parte de i) la definición y aprobación
de temáticas de la convocatoria que es el resultado de uno o varios debates
al interior del Consejo Directivo del FIES, en donde en base a criterios de
pertinencia y relevancia, son seleccionados los temas de la convocatoria, tra-
tando siempre de que exista, al menos, un tema económico y otro social; ii)
se procede así al Lanzamiento Público de la Convocatoria de Investigación
mediante la publicación de los Términos de Referencia de la misma; iii) una
vez cumplido el plazo, se reciben todas las propuestas; iv) Se constituyen
paneles de evaluación integrados por cinco (5) especialistas de cada tema,
regularmente expertos de la Unidad Asesora de Análisis Económico y
Social (UAAES) del Ministerio. Cuando se hace necesario se generan con-
trataciones Ad-Hoc de especialistas para integrar o completar la integración
X
TOMO I

de los paneles de evaluación; v) Al final del proceso estrictamente riguroso de


evaluación se procede a la selección de las propuestas que superaron el umbral
del mínimo de la puntuación requerida; vi) La Dirección Ejecutiva y la
unidad de Apoyo Técnico del FIES, someten finalmente el resultado de estas
evaluaciones a la consideración del Consejo Directivo que aprueba, enmienda
o rechaza las recomendaciones de los paneles de evaluación.

Cumplida esa primera fase que termina con la contratación de las in-
vestigaciones, la cual implica la firma de un contrato formal que establece
los compromisos y responsabilidades de cada una de las partes durante el
proceso, se pasa a la segunda fase de elaboración de las investigaciones, en
la cual se desarrolla i:) un proceso de seguimiento y desembolsos de las
investigaciones y entregas parciales de resultados el cual dependiendo de si se
trata de una investigación de gabinete o de campo puede durar entre cuatro
(4) meses a un año y tener varios desembolsos de acuerdo a la dinámica
misma de la investigación. Esto culmina con ii) la recepción de los informes
finales, pasando luego a la dinámica de la aprobación de los informes finales
de investigación.

Esta nueva fase de aprobación implica una serie de procesos como son : i)
La realización de un taller de discusión sobre los resultados de los informes
finales de las investigaciones en donde un grupo de expertos (pares) de cada
tema se les encomienda hacer una evaluación crítica del trabajo presentado
y luego los mismos son sometidos a un proceso de discusión entre todos los
participantes, estas sugerencias y observaciones sirven de base a los autores
para introducir las enmiendas, aclaraciones o ampliaciones que se consideren
necesarias; ii) Una vez se cumple este proceso la versión final de los informes
de investigación recibe la aprobación final, lo que implica a su vez la auto-
rización para el otorgamiento del último desembolso y la decisión de si dicho
trabajo termina ahí o entra en la fase de publicación.

Como se puede observar, hemos agotado una serie de etapas hasta cul-
minar con la publicación de este libro, las cuales han significado el tiempo y
recursos de un conjunto de personas muy valiosas y dedicadas a las que les
XI
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

debemos una mención, siendo la primera al Presidente del Consejo de Direc-


tores del FIES, el Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, In-
geniero Juan Temístocles Montás, un enamorado de la investigación
y principal ideólogo y promotor del FIES, dedicándole su limitado tiempo y
mucho esfuerzo.

A los integrantes del Consejo Directivo del FIES: el Dr. Rafael Al-
burquerque en su condición de Vicepresidente de la República y jefe del
Gabinete Social y a la Lic. Susana Gámez, Coordinadora Técnica
de dicho gabinete y quien ejerce la labor de suplente del Señor Vicepresi-
dente; asimismo, al Lic. Enrique Ogando, suplente. A la Lic. Li-
gia Amada Melo Vda. Cardona, Ministra de Educación Superior
Ciencia y Tecnología; al Dr. Marcos Villamán Director Ejecutivo de
PRO-REFORMA y CONARE y suplente del Presidente; a la Dra.
Magdalena Lizardo, Coordinadora de la UAAES; Al Dr. Max
Puig, Ministro de Trabajo y su suplente, el economista Lic. Manuel
Robles; al Dr. Francisco Cueto, Presidente de la Facultad Latinoa-
mericana de Ciencias Sociales (FLACSO); al Dr. Wilfredo Lozano
López, Director Ejecutivo del Centro de Investigación Económica y Social
(CIES); y al Dr. Rafael Emilio Yunén, Director General del Centro
Cultural Eduado León Jimenes (Centro León).

Una mención especial a nuestro Director Fundador, el Padre José


Luis Alemán, quien se alejó físicamente, pero permanece entre nosotros a
través de su valioso legado intelectual, científico, cultural y, sobre todo moral.
Por igual, también nuestro reconocimiento al relevo de Alemán, Ingeniero
Ramón Flores.

La dedicación y esfuerzo intelectual del equipo de investigadores y especia-


listas de la Unidad Asesora de Análisis Económico y Social (UAAES),
responsables de la delicada y ardua tarea de evaluación de las própuestas de
investigación debe ser reconocida en las personas de Rodrigo Jáquez, Juan
Monegro, Leopoldo Artiles, Antonio Morillo; Maritza García; María Al-
tagracia Mendoza; Ilsa Nina; Alexis Cruz; Luz Patria Bonilla, Manuel
XII
TOMO I

Mejía; Ángeles Calzada; Martín Francos; Yudy Estrella y Dagmar Ro-


mero.

No podemos dejar de mencionar al equipo de PRO-REFORMA, res-


ponsable del surgimiento y desarrollo inicial del FIES, en el que intervinie-
ron actores como la Dra. Yocasta Guzmán; Dr. Julio Sánchez Maríñez;
Dr. Ayacx Mercedes; Lic. Rossana Hernando y todo el equipo de apoyo.

Mención especial merecen los ejecutivos del Ministerio de Economía, Pla-


nificación y Desarrollo, especialmente el Lic. Aníbal Taveras, Viceministro,
y los Licenciados Raysa Facundo y Manolo Caba de las áreas administra-
tiva y financiera, respectivamente; Hepzy Zorrilla y a todo al personal de
Ministerio.

Debemos también dejar aquí expresada nuestra gratitud a todo el equipo


de la Editora Alfa y Omega quienes asumieron como suyo este proyecto, en
particular a su Directora General Minerva de Cocco y a la Coordinadora
Katherine Cocco a quien le toco la ardua tarea de bregar con diez autores
y un equipo de editores. Felicitamos a la artista Stefannie Cedano por el
diseño de la hermosa portada y valoramos la excelente labor de revisión y co-
rrección de Luis Beiro. Estamos en deuda con este grupo de profesionales.

Finalmente, debemos destacar la participación del economista Lucas Vi-


cens y la periodista Natacha Féliz Franco, como co-editores. A esta última
le correspondió, además, prestar una estrecha colaboración en la coordinación
con el equipo de la UTA- FIES, Cristóbal Jáquez; José Casado; Rocío
Montás y Yiselis Portes. A todos, el reconocimiento por su apoyo.

Roberto E. Liz
Director Ejecutivo del FIES y Responsable de la Edición

XIII
XIV
Prólogo

Nos complace presentar la primera de una serie de obras que recogen un


conjunto de investigaciones financiadas por el Fondo para el Fomento de la
Investigación Económica y Social (FIES), con un triple propósito; primero,
conocer con mayor profundidad nuestra realidad como sociedad; segundo,
contribuir a la formulación y puesta en marcha de un conjunto de políticas
públicas orientadas a mejorar nuestro quehacer como nación y, tercero, apo-
yar el gran esfuerzo nacional en que estamos involucrados en darnos una
Estrategia Nacional de Desarrollo que, como Plan de Nación, contribuya a
trazar esa carta de ruta por la que debemos guiarnos con visión de futuro.

El tema que nos ocupa: “Los movimientos migratorios desde


y hacia la República Dominicana” fue concebido de manera am-
plia, buscando estudiar las características de dichos movimientos, tanto en la
inmigración como en la emigración, tratando de escudriñar en las complejida-
des y características de estos desplazamientos y asentamientos humanos.

Este libro se encontraba en la imprenta cuando nos sorprende el te-


rrible terremoto en el hermano vecino país de Haití, razón por la cual se
interrumpe su publicación. Ante el impacto de la catástrofe, los esfuerzos
de todos los dominicanos, gobernantes y gobernados, se orientaron a aportar
cada cual su cuota de contribución para ayudar a mitigar el efecto que, sobre
la población haitiana, ha significado esta grave situación.

En la presente edición se incorporán diez trabajos de investigación escogidos


como los de mayor aporte y contribución al tratamiento de la temática. Todos
ellos constituyen textos originales con fuentes inéditas de información, los cuales
XV
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

o han desarrollado una fuente primaria mediante el levantamiento de encuestas,


sondeos, entrevistas de profundidad y grupos focales, o han sido capaces de en-
riquecer algunas encuestas y cuantificaciones previas con nuevas informaciones
complementarias que aportaron novedosos datos para enriquecer el análisis.

Sin embargo, lo más relevante aquí es destacar que, las diez investiga-
ciones constituyen un nuevo enfoque en el tratamiento de un viejo problema
y con un nivel de profundidad, análisis y riqueza de información que, sin
duda, harán una contribución al debate que, sobre las migraciones, debe
mantenerse en la agenda de discusión de la sociedad dominicana. Debemos
señalar el esfuerzo de los autores en resumir sus investigaciones en un tercio
de su extensión para cumplir con las normas de la publicación.

Dada la amplitud del material y la extensión de los trabajos de inves-


tigación, los editores, con el propósito de facilitar la lectura y el manejo de
los mismos, decidieron publicarlos en dos tomos. En el tomo I se incorporan
cinco (5), cuatro (4) de ellos relativos a la mano de obra haitiana en la cons-
trucción y en el mercado laboral, y las mujeres en los quehaceres domésticos,
así como un último (1) trabajo sobre pobreza y desigualdad.

En el tomo II se incorporan las otras cinco (5) investigaciones; dos (2)


referidas a la participación de inmigrantes haitianos en la educación básica,
una (1) sobre los haitianos en la educación superior, y las otras dos (2) refe-
ridas, una (1) a la emigración de dominicanos a España, y la otra (1) a la
inmigración de múltiples nacionalidades extranjeras no insulares al país.

Siete de estos trabajos constituyen el resultado de estudios avalados por


universidades y reconocidos centros de investigación, dirigidos por profesionales
de larga tradición. Los restantes, corresponden a participantes individuales,
ampliamente reconocidos como estudiosos de las ciencias sociales en el país.

El discurrir de la historia de los pueblos del mundo está ligado a los movi-
mientos de grandes contingentes humanos que han ido poblando y repoblando
territorios, movidos por diferentes causas y razones, ya sean estas políticas,
XVI
TOMO I

económicas, geográficas o a consecuencia de grandes crisis o catástrofes natu-


rales o creadas por el hombre.

La República Dominicana, aún siendo una nación insular, ha recibido


corrientes de inmigrantes de diferentes naciones, aunque la de mayor cuantía
proviene de la vecina República de Haití, la cual ha aumentado de forma
sustancial en las últimas décadas. Este incremento se ha debido a condiciones
propias de la inestabilidad política, económica y social que ha experimenta-
do dicho país, unido a determinadas circunstancias del mercado de trabajo
dominicano, principalmente en algunas áreas de baja productividad, como el
azúcar, las construcciones y ciertas labores agrícolas.

Sin embargo, en los últimos años, esa población inmigrante se ha ido expan-
diendo por casi todas las demás actividades del quehacer económico-social de
la nación.

Algunas coyunturas históricas han sido causantes de generar movimientos


de emigración (inmigración desde y hacia la República Dominicana). Entre
estas coyunturas que ejemplifican el resultado de ciertas políticas migratorias
en el pasado, podemos citar el albergue ofrecido por el Dictador a determina-
dos grupos poblacionales afectados por acontecimientos históricos y políticos,
como lo fueron la acogida de españoles cuando la guerra civil republicana; la
de judíos-alemanes en ocasión de la persecución nazi, y la de japoneses para
impulsar asentamientos agropecuarios.

De igual modo, el desarrollo del turismo en la República Dominicana


durante las últimas décadas ha traído consigo un número importante de in-
migrantes de múltiples nacionalidades, principalmente europeos, los cuales se
han establecido en el país, muchos de ellos bajo un estatus de ilegalidad.

Cuatro trabajos se enfocan en el estudio de la incidencia de la mano


de obra haitiana en el mercado laboral dominicano: el de la profesora Isis
Duarte y el del Centro Bonó, a cargo de Milka Cuello y Felipe Santos,
sobre la mano de obra haitiana en el sector construcción; el trabajo de la Fa-
XVII
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

cultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO-, realizado por


Bridget Wooding y Alicia Sangro, que estudia la participación de la mujer
haitiana en el servicio doméstico, y el de Jaime Aristy Escuder más referido
al mercado laboral en su conjunto.

La construcción se ha consagrado como polo de atracción de la nueva inmi-


gración haitiana, ya que hasta hace algo más de una década, la mayoría de la
fuerza laboral en este sector era dominicana (77%) y provenía de corrientes
migratorias internas originadas en las zonas rurales del suroeste y norte del
país, mientras solo un 23% era de nacionalidad haitiana.1

No obstante, a partir de los fuertes movimientos migratorios de la mano


de obra dominicana para Puerto Rico, Nueva York y otros destinos, en el
sector construcción: “…se ha venido verificando una escasez de esta mano
de obra nativa que se acentúa a partir de la década de los 90, ya que, a
partir de las condiciones laborales imperantes en el sector y bajo el efecto de la
migración dominicana hacia el exterior, la mano de obra nativa desarrolla
nuevas estrategias laborales y de reproducción”.2

El obrero haitiano que en la actualidad labora en la construcción no


forma parte de un flujo migratorio circular de tipo estacional que en tiempo
muerto se desplaza a esta actividad, para luego retornar al sector azucarero;
por el contrario, ingresa a la sociedad receptora para buscar trabajo en las
principales ciudades dominicanas, básicamente en el sector construcción y
disfruta...“de mayor movilidad laboral y territorial, incluyendo el retorno
esporádico a su país de origen”. 3

En relación a la inmigración haitiana, el trabajo del Centro Bono4 pone


de relieve la existencia de una clara segmentación en el uso de la mano de

1. “La mano de obra haitiana en la construcción: características, valoraciones y prácticas”,


Duarte, Isis.
2. Ibídem.
3. Ibídem.
4. Costos y beneficios de la mano de obra haitiana, SJRM-Centro Bonó: Cuello, Milka;
Santos, Felipe.

XVIII
TOMO I

obra en la construcción, de tal manera que la mano de obra local se utiliza


en los trabajos de mayor nivel de calificación y, por tanto, de mejores salarios;
mientras que la mano de obra haitiana es utilizada en los trabajos más
fuertes y peores pagados, demostrándose que no existe efecto desplazamiento
alguno. Por igual, a la mano de obra haitiana no se le otorgan los beneficios
de la seguridad social, la legislación de accidentes de trabajo ni otras compen-
saciones consignadas en las leyes laborales del país.

La migración femenina ha aumentado de manera significativa a nivel


mundial en las últimas décadas, a tal punto que, según el estudio realizado
por las investigadoras5, constituye aproximadamente la mitad de la pobla-
ción de 190 millones de migrantes globales. Fuentes consultadas revelan
que en todas partes del mundo la mujer migrante ha experimentado varias
formas de discriminación y exclusión.

¿Cómo se caracterizan y cuál es la situación de las mujeres migrantes


haitianas que se desempeñan en el servicio doméstico en las ciudades de Santo
Domingo, Santiago de los Caballeros y Dajabón? El 16.1% de las mujeres
migrantes trabajadoras haitianas estaban ocupadas en el servicio doméstico,
y de estas, un 22% se encuentran en Santo Domingo y Santiago.

El estudio pone de manifiesto el proceso de feminización de la migración


haitiana, las diferencias en términos de derechos laborales adquiridos, en el
caso dominicano en relación al haitiano, así como la naturaleza y caracterís-
ticas de esta migración en términos socieconómicos y culturales.

Las investigadoras han presentado un estudio que se destaca no solo por la


rigurosidad analítica y empírica, sino por la profundidad del carácter cualita-
tivo y el formato de presentación de los resultados en una matriz original en
la que incluyen las conclusiones, recomendaciones y actores responsables para
la puesta en ejecución de nueve componentes que estiman esenciales. A la
vez, cabe resaltar el hecho de que el estudio establece con claridad el rol de los
5. La presencia de las mujeres migrantes haitianas en el servicio doméstico en la República
Dominicana, FLACSO: Wooding, Bridget; Sangro, Alicia.

XIX
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

diferentes protagonistas de la sociedad haitiana en la búsqueda de soluciones


a la problemática planteada.

¿Cuál es el impacto de la inmigración haitiana sobre el mercado laboral


y las finanzas públicas en la República Dominicana?6 Según el resultado
de las investigaciones y cuantificaciones realizadas por el autor, se evidencia
que los empleadores contratan mano de obra haitiana porque eleva la renta-
bilidad de sus operaciones de construcción o comerciales. En sentido general,
se puso de manifiesto que el beneficio de los negocios se incrementa al usar la
oferta laboral inmigrante.

Resulta novedosa la utilización de ejercicios de estimación econométrica


para establecer algunas relaciones causales de vital interés para el estudio del
mercado laboral, a saber: la reacción del retorno de capital invertido como
una función de la inmigración haitiana y la relación de sustituibilidad entre
mano de obra dominicana y haitiana y su impacto en las remuneraciones e
ingresos.

Los resultados arrojados por la investigación determinaron que un incre-


mento de un 10% en la inmigración, provocaría que el salario promedio de
los trabajadores dominicanos se reduzca en un 3.7%. Esto significa que la
inmigración haitiana eleva el grado de desigualdad del ingreso en el país; es
decir, aumenta la remuneración del capital y de la mano de obra calificada y
reduce los ingresos laborales de los trabajadores menos calificados.

Tres de estos trabajos se refieren a la inmigración y la educación en sus


diferentes manifestaciones, desde el que trata sobre los estudiantes haitianos
en la educación superior presentado por el profesor Frank D´Oleo; hasta
los interesantes análisis sobre la inmigración haitiana y la educación bá-
sica, como son los presentados por Lilian N. García Márquez y Víctor
Ml. Brens Paulino de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra
6. Impacto de la migración haitiana sobre el mercado laboral y las finanzas públicas de la
República Dominicana, Aristy, Escuder, Jaime.

XX
TOMO I

— PUCMM— a través del CEUR,7 y el de Raymundo González, Jose-


fina Zaiter y Mónica González del Centro Cultural Poveda.

En relación a la presencia de niños haitianos en la escuela básica, ambos


trabajos se fundamentan en algunos estudios, a través de herramientas cualita-
tivas y cuantitativas; a partir de las cuales se plantean un conjunto de hallazgos
e interrogantes que arrojan resultados de interés para la problemática, y sugie-
ren retos para nuevos aportes de mayor profundidad, entre los que destacan la
importancia numérica, la erogación presupuestaria del Estado, la documenta-
ción requerida para fines de inscripción, y el rendimiento escolar, entre otros.8

En los resultados de estos estudios se advierte además una convivencia


escolar positiva entre alumnos haitianos y dominicanos. No hay indicios de
discriminación en cuanto el alumno percibe la actitud del maestro, y no hay
evidencia de rechazo a los niños haitianos por razones de exclusión. Asi-
mismo, existe una gran deserción escolar que se manifiesta principalmente
después de dos o tres meses de iniciadas las clases en agosto y luego de las va-
caciones de Navidad. El alumno haitiano deja de asistir a clases con mayor
frecuencia que el dominicano.

Contrario a los estudios sobre educación básica, el de educación superior9


refleja algunos hallazgos contradictorios. Por un lado, se evidencian patrones
de integración y comunicación entre estudiantes de ambas nacionalidades
y por otro lado, se puso de manifiesto la percepción de algunos grupos de
estudiantes haitianos sobre ciertos tratos discriminatorios de parte de sus
compañeros.

7. Centro de Estudios Urbanos y Regionales.


8. Inclusión de niños inmigrantes haitianos en el sistema escolar dominicano: escuelas públicas y
privadas de zonas urbanas de Santiago de los Caballeros, Puerto Plata y Dajabón, PUCMM-
CEUR: García Márquez, Lilian N., Brens Paulino, Víctor Ml.; La migración y sus re-
percusiones en la escuela: análisis de la situación y de las percepciones de cambio social, Centro
Cultural Poveda: González, Raymundo; Zaiter, Josefina; González, Mónica.

9. Los estudiantes universitarios haitianos en la República Dominicana, D´Oleo, Frank.

XXI
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

La realidad es que tanto la universidad pública como las privadas están


recibiendo en sus aulas un número cada vez más creciente de estudiantes
haitianos, con una participación heterogénea en cuanto a las ramas profe-
sionales, y un desempeño académico que no refleja diferencias con respecto al
estudiante de origen dominicano.
Los otros tres trabajos se refieren a temas novedosos y especializados
tal como el de Francisco I. Cáceres Ureña, Francisco B. Báez Evertz y Cé-
sar A. Caamaño Díaz presentado por Pro-Familia sobre los movimientos
migratorios de procedencia extrainsular; el que se refiere a la migración a
España a cargo de Alejandro Martínez y Alicia Sangro, del Centro Bonó,
y el de Ramonina Brea y Joel Arboleda presentado por la Pontificia Uni-
versidad Católica Madre y Maestra –PUCMM–, recinto Santo Tomás de
Aquino en Santo Domingo, a través del CUEPS,10 y el Grupo de Consul-
toría Pareto, sobre remezas, pobreza y desigualdad.

La Otra Migración,11 es un estudio sobre la corriente de inmigración


de procedencia extra-insular que analiza, con datos de carácter cuantitati-
vos y cualitativos, los niveles de inmigración procedentes de naciones euro-
peas, latinoamericanas, árabes y asiáticas; en la que destacan los perfiles

socioeconómicos y culturales, los patrones socio-históricos, los niveles de inser-


ción social y económica, y el rol integrador que han venido desempeñando en
las diferentes comunidades etno-nacionales donde se han concentrado.

Con excepción de la haitiana, la población inmigrante no insular en la


República Dominicana es bastante reducida, no excediendo el cinco (5) por
ciento de la población total del país, siendo los grupos más representativos
los venezolanos (21%), norteamericanos (13%), puertorriqueños (12%),
españoles (10%), e italianos (10%), quedando los demás inmigrantes por
10. Centro Universitario de Estudios Políticos y Sociales.
11. La otra migración: estudio sobre las corrientes de inmigración de procedencia extra-insular
y la integración social y económica de los inmigrantes de las principales comunidades etno-na-
cionales, PROFAMILIA: Cáceres Ureña, Francisco I; Báez Evertz, Francisco B.;
Caamaño Díaz, César A.

XXII
TOMO I

orden de importancia en los nacionales provenientes de Cuba, Alemania,


Colombia, China, y Francia.

Todos los grupos de inmigrantes se han integrado a la sociedad dominica-


na y desarrollan actividades económicas, sociales y culturales sin ningún tipo
de limitaciones; por el contrario, se reporta que un alto porcentaje de ellos
reciben de las diversas fuentes institucionales más apoyo y facilidades que sus
homólogos dominicanos.

El trabajo del Centro Bonó12 estudia los movimientos migratorios de do-


minicanos a España y analiza las características de nuestra diáspora en esa
nación europea, la cual resulta de gran interés por la creciente importancia
que ha venido cobrando esta emigración.

República Dominicana se caracteriza por ser un país tanto receptor como


emisor de migrantes. El Informe Nacional de Desarrollo Humano (2005)
para República Dominicana estimó que en el año 2000, la emigración do-
minicana alcanzó casi el millón de personas, estimación que para algunos
resulta moderada. De esta cantidad, un 5% reside en España, país que
ocupa el tercer lugar entre los receptores de emigrantes dominicanos luego de
Estados Unidos (73%) y Puerto Rico (8%). Al igual que otras naciones de
Europa, esta población presenta un alto índice de feminidad.

España comenzó a ser un importante destino de migración de dominicanos


luego de que Venezuela dejó de ser opción por la crisis económica presentada
en la década de los años 80 y porque Estados Unidos fue aumentando los
requisitos de documentación para entrar a su territorio. A mediados de la
referida década, España experimenta una situación de bonanza económica,
factor que se fortalece con la incorporación de este país receptor a la Comu-
nidad Europea.

12. Migración a España y Remesas, SJRM-Centro Bonó: Martínez, Alejandro; San-


gro, Alicia.

XXIII
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En el caso de la emigración a España, las provincias de Barahona y


Bahoruco se caracterizan por el flujo de mujeres migrantes hacia ese país.
Ambas provincias están ubicadas en la región más empobrecida de nuestro
territorio, en la frontera con el vecino Haití.
Las remesas enviadas por la diáspora tienen un impacto de primera
importancia en la economía de República Dominicana.13Al momento del
estudio el 10.2% de los hogares eran receptores de remesas, las cuales se
destinaban a alimentación (75%), salud (4%), educación (5%), vivienda
(7%) y a otras necesidades (8%).
Como parte de los resultados de este estudio, se indica que tanto el nivel
de legalidad como el educativo es mayor que en otras migraciones. En efecto,
en la última década, la población dominicana en España se ha multiplicado
por cinco, de la cual el 69% poseía tarjeta de residencia. En la actualidad,
un tercio del total de residentes está nacionalizado español; el 10 % de los
trabajadores tiene estudios superiores, mientras aproximadamente el 45 %
tiene estudios medios, técnicos o mayores al nivel básico.
Finalmente, incorporamos un trabajo de investigación14 que si bien no per-
tenece directamente a esta materia, sino a la relacionada con la apertura co-
mercial, ha sido incluida por su vinculación con la temática del libro. Se trata
del resultado de un esfuerzo conjunto entre el Grupo de Consultoría Pareto y
la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, a través del CUEPS.
En ese trabajo se hace una muy interesante relación entre el comporta-
miento de los grupos sociales de emigrantes y cómo los mismos se diferencian,
dependiendo de las características propias de las regiones de donde proceden y
de la condición socioeconómica de dichos migrantes.

13. Para el año 2003, al país ingresaron por remesas familiares US $2,060.5 mi-
llones, lo cual representó 10% del PIB, mientras para el año 2009 ingresaron por
este concepto US $3,041.5 millones, lo que significó un 6.5% del PIB.
14. Remesas, pobreza y desigualdad: una perspectiva desde los hogares y las regiones de la
República Dominicana, PUCMM –CUEPS/ Grupo de Consultoría Pareto: Brea,
Ramonina; Arboleda, Joel.

XXIV
TOMO I

En arreglo a consideraciones y patrones de similitud en los comportamien-


tos, características socioeconómicas y culturales, el indicado trabajo hace una
clasificación de los grupos de emigrantes dominicanos, según la incidencia de
categorías tales como, la pobreza de ingresos, grado de urbanización, con-
centración urbana y el peso de la mujer en la migración. Para tales fines, se
destacan los efectos en al menos cuatro de las dimensiones estudiadas: las con-
diciones de la vivienda, la estructura familiar, la ocupación de los miembros
y la condición de pobreza de ingresos en el hogar.

Tal y como indica el referido estudio, es evidente que el impacto de la


migración en general, y de las remesas en particular, tiene un sabor agridulce
en las comunidades de origen. Se evidencia que las remesas parecen actuar
como un fondo salarial compensatorio para los hogares que ven mejorar su
situación, sobre todo aquellos de regiones menos favorecidas económicamente.
Si bien es cierto que los hogares receptores de remesas destinan una porción
mayor de sus ingresos a la salud y la educación, su impacto no puede con-
siderarse significativo ni en términos de salud preventiva e incorporación a
una mayor protección social (seguros médicos), si no más bien a ofrecer una
respuesta puntual y coyuntural. Asimismo, tampoco se traduce en cambios
cualitativos en materia educativa.

Por otro lado, es importante considerar que el perfil de las comunidades ha


cambiado interna y externamente en los últimos veinte años. Es muy notorio
el desarrollo inmobiliario, la aparición de negocios relacionados con la migra-
ción, como ferreterías, dealers de carros y motocicletas, centros de diversión,
comercios de alimentación, entre otros.

La presente publicación “Los movimientos migratorios desde


y hacia la República Dominicana” constituye un primer esfuerzo
del FIES en materia de migración que, además de abrir las puertas al de-
bate y la discusión amplia, franca y plural, evoca la antesala de una serie de
estudios, análisis y ponderaciones sobre la problemática económica y social
del país. Esperamos que tanto las discusiones y debates que generarán estas
investigaciones, como las próximas por venir, permitan que los dominicanos
XXV
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

profundicemos el estudio de nuestras realidades económicas y sociales y poda-


mos ofrecer una mejor respuesta como nación.

Ing. Juan Temístocles Montás


Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo
y Presidente del Consejo Directivo del FIES

XXVI
Introducción:
Las Rutas de la Inmigración
La presente publicación reúne, en dos tomos, los principales resultados de las
investigaciones realizadas en torno a la inmigración en República Domini-
cana, presentados en el marco de la primera convocatoria del FIES, en su
programa de estímulo a la investigación socioeconómica en torno a la agenda
de desarrollo dominicano. Dichos estudios resumen los principales hallazgos
y presentan un perfil bastante completo de cada una de las investigaciones
realizadas en la primera convocatoria.

Los resultados de las investigaciones son más que halagadores. De hecho,


bien miradas las cosas, constituyen un hito en la escasa tradición de investiga-
ción empírica en ciencias sociales en el país y, a su vez, la estimulan. Estable-
cen un hito puesto que, por primera vez, se ha emprendido un programa tan
vasto de estudios de un tema harto delicado como el de la inmigración, sobre
todo de trabajadores haitianos. Estimulan, porque sus hallazgos y reflexiones
no solo aclaran y responden interrogantes, sino porque nos retan con nuevas
inquietudes que de seguro moverán a nuevas investigaciones, siendo esta una de
las principales virtudes de toda buena investigación: interrogarnos y dudar.

No es que hasta este momento no existiera en el país un acopio de estudios


empíricos de calidad. Todo lo contrario, esos esfuerzos existen, han dado fru-
tos importantes y, de hecho, han definido el marco orientador de los esfuerzos
de investigación de los que aquí se reúnen sus principales resultados. Esta
tradición de investigación previa se hace evidente en el caso de la inmigración
haitiana, la cual a lo largo de más de cincuenta años se ha estudiado desde
ópticas diversas.

XXVII
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Con el fin de ubicar al lector en el contexto que orienta los resultados de las
investigaciones reunidas en ambos textos, presentaremos un breve resumen
del tratamiento que históricamente ha tenido el tema inmigratorio en el país
desde los años sesenta de la pasada centuria a nuestros días. A seguidas,
reflexionaremos acerca del alcance y valor de los hallazgos alcanzados en los
estudios que se comentan, para concluir con un par de notas acerca de los
retos futuros que estos estudios nos plantean.
La evolución del debate migratorio nacional
Tras la destrujillización del país en los años sesenta, y durante toda la déca-
da de los setenta, la llamada “cuestión haitiana” fue abordada por la moder-
na y emergente historiografía nacional, con contribuciones decisivas al estudio
de las relaciones inter/estatales domínico-haitianas, por historiadores como
Hugo Tolentino Dipp, Franklyn Franco, Emilio Cordero Michel y Frank
Moya Pons, entre otros. Esos estudios concentraron sus esfuerzos en torno
a la cuestión nacional. En los setenta, los esfuerzos de investigación fueron
más de alcance antropológico y sociológico, distinguiéndose las contribuciones
pioneras de Andrés Corten, Isis Duarte, Magda Acosta y Frank Marino
Hernández. Ya en los ochenta, y sobre todo en los noventa, la investigación
empírica se profundizó con modernas técnicas de encuestas y procedimien-
tos cuantitativos de medición. Es esencial destacar aquí que estos estudios
concentraron su “mirada” en torno a la realidad del batey, la economía y
el sistema de plantación azucareros, puntos de articulación del sistema de
inmigración de jornaleros haitianos desde principios del siglo XX.
En torno a la cuestión de la inmigración se produjeron en esos años estudios
fundamentales, hoy referencias clásicas, como los libros de Báez Evertsz1,
de Martin Murphy2 y de Moya Pons3. A partir de esa tradición, se fue
1. Báez Evertsz, Franc (1986): El Bracero Haitiano en la República Dominicana. Edi-
tora Taller, Santo Domingo.
2. Murphy, Martin (1986): Dominican Sugar Plantation: Production and foreign Labour
Integration. Praeger Publishers, N.Y.
3. Moya Pons, Frank, et al. (1986): El Batey. Estudio socioeconómico de los bateyes del
Consejo Estatal del Azúcar. Fondo para el Avance de las Ciencias Sociales. Impre-
sión Amigo del Hogar, Santo Domingo.

XXVIII
TOMO I

articulando en los años noventa una nueva agenda, cuyo punto de inflexión
lo marcó la reflexión del seminario de 1991 organizado por la FLACSO4.
En ese encuentro se pasó balance a la cuestión inmigratoria, apreciándose
que los déficits de investigación iban más allá del tema de la cuantificación de
inmigrantes; se adentraban en la cuestión del sistema inmigratorio; exigían
la profundización de su antropología; reconocían el déficit en la incorporación
de la cuestión de género, y plantearon la problemática de las políticas de in-
migración, cuyos ejes centrales se concentran en la acción estatal.

Ahora bien, la dinámica misma de la inmigración estaba cambiando, y este


nuevo proceso se inició con la orientación de los flujos que, en los años no-
venta, serían claramente visualizados. En este sentido, ya a mediados de los
ochenta, Báez y Lozano5 analizaron la presencia de la inmigración haitiana
en la cosecha cafetalera y en 1998 Lozano6 analizaría la inmigración en la
cosecha arrocera.

Con el declive de la industria azucarera la dinámica de la inmigración no


solo redefinió sus flujos hacia otros cultivos agropecuarios como el arroz y el
café, sino que se reorientó hacia la economía urbana. Con ambos cambios,
la inmigración pasó a conectarse a la dinámica y racionalidad económica de
los mercados de trabajo de base, impactando la economía informal urbana y
recomponiendo la oferta de trabajo rural, resolviendo de hecho los problemas
de escasez estacional de trabajadores rurales provocados, entre otros factores,
por la crisis del minifundismo precarista de base campesina.

4. Lozano, Wilfredo (editor) (1992): La cuestión haitiana en Santo Domingo. Migración


internacional, desarrollo y relaciones inter-estatales entre Haití y la República Dominicana.
Programa FLACSO-República Dominicana-Centro Norte-Sur Universidad de
Miami. Santo Domingo.
5. Lozano, Wilfredo (1990): Lozano, Wilfredo y Franc Báez Evertsz: Migración
internacional y economía cafetalera. Estudio sobre la migración estacional de trabajadores hai-
tianos a la cosecha cafetalera en la República Dominicana. CEPAE, impreso por Editora
Taína. Santo Domingo, 1985.
6. Lozano, Wilfredo (1998): Jornaleros e inmigrantes. Instituto Tecnológico de Santo
Domingo.

XXIX
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

A estos cambios en la base económica y laboral se asociaban cambios de


carácter sociopolítico que redibujaron la coyuntura migratoria de los noventas
hasta nuestros días. Por lo pronto, la visibilidad del fenómeno migratorio
lo colocó como objeto de atención de la opinión pública. En una tradición
política autoritaria y tradicionalista como la dominicana, el debate político
pronto asumió la visibilidad de la cuestión migratoria. Sin embargo, con esa
asunción emergían a su vez fenómenos poco debatidos a nivel nacional y que
se mantenían como coto privilegiado de la reflexión académica. De esta ma-
nera, la generalización del fenómeno inmigratorio haitiano pronto visibilizó
la condición de exclusión social y de violaciones de derechos humanos en que
reiteradamente se encontraban envueltos dichos inmigrantes, sobre todo los
indocumentados o irregulares, así como hizo visible la problemática de la
adscripción nacional de sus descendientes.

En esta nueva situación hizo bandera en sectores políticos y, en general, pro-


dujo debates acalorados que si bien tuvieron la virtud de plantear la cuestión
inmigratoria en su dimensión política, subjetivizó en muchas ocasiones los
términos mismos de la discusión, oscureciéndola en ocasiones, partidarizando
en otras las dimensiones del debate y, en general, provocando una reacción
defensiva de las élites ante las críticas internacionales que se abrían paso.

De todos modos, ya desde el seminario CIES/FLACSO del 20087, se


vio claro que otros asuntos eran, si no iguales en importancia, al menos
merecían tanta atención como la inmigración en lo relativo al tema de las
relaciones con Haití. De esta forma, esfuerzos inter-estatales como el de la
Comisión Mixta Bilateral se visibilizaron como mediación necesaria para
el acercamiento de los dos estados en la discusión de su compleja agenda; la
frontera se hizo un fenómeno visible en su importancia política y económica,
a partir de la coyuntura de los noventa; el desarrollo sostenible y el desarrollo
local se asumieron como objetivos necesarios para el desarrollo fronterizo, y,
en general, el tema inmigratorio quedó envuelto en una agenda más amplia,
7. Lozano, Wilfredo y Wooding (2008): Los retos del desarrollo insular. Desarrollo sos-
tenible, migraciones y derechos humanos en las relaciones domínico-haitianas en el siglo XXI.
Santo Domingo: FLACSO-CIES.

XXX
TOMO I

relativa a las relaciones entre ambos estados, las conexiones entre las dos
economías y las articulaciones societales entre los dos pueblos.

El inicio del siglo XXI replanteó el tema inmigratorio. Esta vez, atrapado
en la compleja agenda que la globalización como fenómeno planetario im-
ponía al país. Por lo pronto, ya desde los años ochenta y, sobre todo en los
noventa, se asumía que la República Dominicana era una nación migratoria
por doble partida, pues no solo la inmigración se había generalizado en sus
impactos económicos debido al ingreso periódico de miles de trabajadores
haitianos, sino que otras nacionalidades estaban incidiendo en esta dinámica,
como eran los casos de la inmigración china, cubana, colombiana y europea,
entre otras. A esto se añadía el ingreso anual de miles de turistas, en torno
a una economía turística que se había constituido en el eje central de nuestras
exportaciones de servicios como economía abierta. La otra dimensión del fe-
nómeno migratorio era la emigración de dominicanos. Los Estados Unidos
fueron el centro de esa emigración, pero en los noventa, Europa, Puerto Rico y
Venezuela concentraron también importantes núcleos de dominicanos emigran-
tes. Con la emigración se abrió una nueva carpeta de impactos en la economía y
la sociedad: de un lado, se apreció la creciente importancia de las remesas como
fuente de divisas, mientras, por otro lado, se había creado un verdadero sistema
de relaciones transnacionales entre la comunidad dominicana en el exterior (la
diáspora) y el país, constituyendo así verdaderas comunidades transnacionales,
como temprano advirtiera Portes en un libro pionero8.

De alguna forma, la transnacionalización del país ha obligado a reconocer,


con nuevos lentes, el fenómeno inmigratorio que nos ocupa, apreciando que el
mismo no es patrimonio exclusivo de la nación, sino que forma parte de los
cambios en el orden global, donde las migraciones internacionales ocupan un
lugar destacado. Por otro lado, la globalización demostró que la inmigración
no solo producía impactos económicos sino que su gobernabilidad estaba
condicionada por un sistema de compromisos del Estado con instituciones del
sistema internacional, que ponía en la agenda el tema de los derechos huma-
8. Portes, Alejandro y Guarnizo, Luis (1991): Capitalistas del Trópico. Santo Do-
mingo: FLACSO

XXXI
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

nos de los migrantes como requisito del funcionamiento mismo de


los sistemas migratorios. Esto, unido a los impactos de la emigra-
ción ya destacados, ha tenido consecuencias en la agenda política,
en parte debido a la creciente participación de la diáspora domini-
cana en los debates nacionales y su poder de apoyo y financiación
al sistema de partidos dominicanos, en parte por la importancia
adquirida por el tema de los derechos humanos en la globalización
que incide directamente en el manejo de las políticas migratorias
del estado. Por ambos caminos, aunque en vertientes distintas, el
contexto de la globalización en que se mueve la República Domi-
nicana, como economía abierta y sociedad transnacionalizada, ha
introducido en la agenda política el tema migratorio, sobre todo en
su dimensión inmigratoria.

De esta forma, el tema de las políticas migratorias se ha ido abrien-


do paso y como consecuencia de ello, en gran medida, unido a la cre-
ciente importancia del comercio haitiano como segundo destino de
nuestras exportaciones, y las crisis políticas recurrentes del vecino
país, la cuestión de la inmigración ha venido incidiendo en el debate
político en torno a las relaciones con Haití, planteando a su vez la
discusión acerca de sus impactos y consecuencias para el desarrollo.
Es de esta manera cómo una nueva carpeta de interrogantes en tor-
no a la inmigración se ha abierto paso: los costos de la inmigración
y sus impactos en materia de desarrollo económico y social.

En la actual coyuntura, y sobre todo tras la tragedia del terremoto


en Haití en enero del pasado 2010, la cuestión migratoria se recon-
textualiza en el país. Por lo pronto, ha replanteado las relaciones
entre el Estado y el sistema de organizaciones de la sociedad civil
que trabajan la cuestión de los derechos de las minorías inmigran-
tes, los derechos humanos y, en general, la cuestión migratoria. Ha
abierto espacios de diálogo y compromisos entre estos actores con el
Estado y sus relaciones con el estado haitiano, fortaleciéndose lazos
de cooperación y entendimiento recíprocos. El Estado dominicano

XXXII
TOMO I

se ha visto, a su vez, obligado a introducir en su agenda la cuestión


de las políticas migratorias en un marco de derechos humanos como
requisito sine quanon de su eficacia en materia de políticas; aunque
dicho sistema permanece disperso en su gestión, y su andamiaje legal
entraña un incierto porvenir, como es el caso de la ley de migración
285-04. La prensa y los medios de comunicación han ido también
apreciando un cambio en el tratamiento del tema: de reacciones xe-
nófobas unas veces, tradicionalistas otras, y temerosas la mayoría de
ocasiones, ha venido comprendiendo el fenómeno migratorio en su
dimensión global y en su naturaleza ligada al desarrollo.

Queda mucho por recorrer en esta materia, pero del rechazo puro
y simple de la realidad de la migración como fenómeno ligado al
desarrollo y a la argumentación del tema ideológico de las invasio-
nes silenciosas, el país ha venido reconociendo la importancia de
estudiar objetivamente sus impactos; analizar los problemas que
genera, y crear las condiciones institucionales adecuadas para su
manejo. El camino ha estado poblado de escollos, pero visto de esta
manera, hoy estamos situados en una perspectiva más cercana a un
mejor trato de los inmigrantes y sus descendientes; hoy estamos en
mayor capacidad de reconocimiento de que nuestros emigrados mere-
cen mejor trato en sus destinos y que en ambos casos, el país requiere
coherencia de las políticas de Estado para gobernar con eficacia un
fenómeno a todas luces complejo, pero que llegó para quedarse como
un capítulo importante de la agenda global del desarrollo.

Comentando los hallazgos

Es este el contexto en que deben ubicarse los dos volúmenes que pu-
blica el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. Si lo
apreciamos no solo considerando la calidad de los hallazgos que po-
demos reconocer desde la perspectiva académica, sino también enten-
diendo su significado desde el punto de vista del compromiso estatal
con las buenas políticas públicas.
XXXIII
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

No nos proponemos resumir el contenido de los diversos trabajos


reunidos; de alguna manera el interesante prólogo del ministro Te-
místocles Montás me ha ahorrado esa tarea. Nos concentraremos
solo en algunos aspectos de tipo analítico.

Por lo pronto, ambos libros revelan cómo el tema de la migración


como fenómeno social es complejo y diverso. Esto se aprecia en la
diversidad temática que abordan los autores, y sus estrategias metodoló-
gicas. En primer lugar, se aprecia que el fenómeno inmigratorio, principal-
mente, no se reduce a la inmigración haitiana, puesto que, como demuestra
el estudio de Cáceres y Báez Evertsz, otras inmigraciones tienen un impacto
significativo en la economía y en la sociedad. El otro asunto es el tema de
la exclusión social de los migrantes y sus descendientes. La condición de ex-
clusión de los migrantes es abordado desde diversas perspectivas y enfoques:
desde la propiamente socioeconómica en los ámbitos laborales, como revelan
los estudios de Duarte, de Cuello y Santos y de Aristy Escuder, hasta los ni-
veles vinculados a la educación y los procesos de inclusión social en la escuela,
como los estudios de González, Zaiter y González.

Un aspecto novedoso del presente libro es el reconocimiento de la dimensión


de género del fenómeno migratorio, no sólo en el sentido de reconocer la cre-
ciente importancia de la mujer migrante en la dinámica de los flujos, sino en
apreciar que la mujer ha sido el gran invisible en el estudio de tales procesos,
ya que la misma desempeña un rol central en la articulación de los circuitos
y dinámicas de la inmigración. Este es un asunto sobre el que debe insis-
tirse. El estudio de Wooding y Sangro coloca bien el acento al visibilizar el
problema del enfoque de género, bajo la discusión de la feminización de la
migración, aunque vale la pena comentar que la feminización que las autoras
descubren no es la demográfica, ya que la inmigración haitiana al país sigue
siendo un modelo clásico de ingreso periódico de mano de obra masculina,
joven y soltera. La feminización de la que hablan las autoras es más com-
pleja e interesante: se trata de la dimensión social del fenómeno en el que la
mujer desempeña un rol de primer orden en la articulación de los sistemas
migratorios. A su vez, ciertamente, las autoras descubren la creciente impor-
XXXIV
TOMO I

tancia de la mujer, ahora como sujeto económico, en circuitos específicos como


el pequeño comercio y la economía informal.

Un aspecto relevante de los estudios, sobre todo en los trabajos de Duarte y


Aristy Escuder, es la preocupación por el análisis del impacto demográfico de
la inmigración; los resultados no son concluyentes, como reconoce claramente
el segundo, pero todos los autores parecen estar de acuerdo en un punto: la
inmigración haitiana, al generalizarse a todo el contexto nacional e impactar
áreas del mercado laboral con demanda masiva de mano de obra como las
construcciones y la agropecuaria, no solo se ha hecho visible a las élites y
medios de opinión, sino que, muy posiblemente, su peso demográfico es hoy
creciente.

En el análisis de los flujos, Duarte reconoce que los mismos se orientan


hoy hacia otros circuitos productivos y laborales, como las construcciones y
la agropecuaria de exportación. Aprecia que esto rompe la dinámica de
movimiento circular que fue propia del circuito productivo que ligaba la
producción azucarera dominicana a la mano de obra campesina haitiana.
Su apreciación es en general correcta, y otros estudios que la han precedido
ya lo han apuntado, como es el Báez y Lozano del 2008, pero debe hacerse
la salvedad de que el abandono de la circularidad migratoria a que la autora
alude no implica que por ello el carácter circular del sistema de inmigración se
haya roto o desaparecido. De hecho, los datos que la misma Duarte maneja
indican que el grueso de los inmigrantes laborales haitianos mantienen lazos
periódicos con sus comunidades de origen y que esa conexión mantiene un
lazo circular en su dinámica, combinando ahora no a las azucareras domi-
nicana y campesina haitiana, sino a economías urbanas y regionales de Haití
con circuitos laborales dominicanos en las ciudades como Santo Domingo y
Santiago y en ámbitos regionales específicos como la Línea Noroeste. De esta
forma la circularidad lo que ha hecho es cambiar su orientación, dimensión
e impactos, integrando espacios urbanos y regionales a nivel binacional, en
dinámicas periódicas de movilidad del trabajo a escala insular. De todos
modos, su trabajo aprecia, con brillantez, las complejidades del mundo del
trabajo en el sector construcción y precisa con meticulosidad su dinámica.
XXXV
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Aristy Escuder completa el análisis que proporciona Duarte, aportando


un estudio de índole económica acerca de los impactos de la integración del
trabajo inmigrante en los mercados laborales urbanos, específicamente en las
construcciones. Sus tesis no son concluyentes aunque sí sugerentes, indicando
que dicha integración rinde muchos beneficios a los empresarios del sector,
tiende a generar efectos negativos del trabajo de base al mercado laboral en
el sector construcción y frena el cambio tecnológico. Sus tesis deben llamar
la atención a los planificadores de nuestra economía, ya que establecen reco-
mendaciones pertinentes para frenar las tendencias negativas de los impactos
migratorios, sobre todo en materia de políticas sociales y sugieren estrategias
para el mejor aprovechamiento de sus impactos positivos. En este último
sentido, los resúmenes reunidos en estos dos tomos se esfuerzan por presentar
no solo conclusiones de tipo general, sino que derivan de las mismas útiles
recomendaciones de política migratoria, de gestión laboral y modernización
del sistema educativo, de inclusión social, así como el adecuado manejo de una
política migratoria respetuosa de los derechos humanos.

Hay dos aspectos relevantes que, finalmente, es necesario destacar. El prime-


ro es relativo a la diversidad de estrategias metodológicas manejadas por los
autores y las autoras. Se distinguen así, metodologías cuantitativas apoyadas
en encuestas por muestreo, como se detallan en los trabajos de Duarte, Brea,
Arboleda y Aristy Escuder. Metodologías cualitativas en base a entrevistas
dirigidas y estrategias de observación de tipo etnográficas, como los trabajos
de Wooding y Sangro de González y Sangro. Estudios documentales como
los de D’Oleo y García y Brens. Análisis econométricos (Aristy Escuder)
y socio demográficos. En casi todos los trabajos se combinan también las
técnicas y análisis cuantitativos con estrategias cualitativas. En fin, se trata
de una rica gama de maneras de abordaje que enriquecen mucho el ejercicio
comparativo y el perfil general que se deriva de estos trabajos.

El último aspecto a destacar tiene que ver con el señalamiento de algunos


autores, sobre todo de Aristy Escuder, cuando plantean que en el campo de
estudio migratorio hay muchas lagunas informativas, datos poco sistemati-
zados y series cuantitativas poco o nada sistemáticas, relativas a cuestiones
XXXVI
TOMO I

centrales como la movilidad estacional de ingreso de trabajadores, series sa-


lariales, información sobre acuerdos laborales, etc. Es importante que en
estas líneas no solo se estimulen nuevos estudios que continúen enriqueciendo
el acervo de conocimientos, sino que se tomen medidas institucionales que
permitan al Estado producir información estadística periódica en materia
migratoria. En la ley 285-04 se prevé la creación de un Instituto Nacional
de Migración que podría pasar a ser un espacio idóneo para generar este tipo
de información estadística.

Los retos de la investigación futura

El único estudio presentado en este libro que aborda el tema de la emigración


dominicana es un interesante trabajo sobre la emigración a España, el cual
nos brinda un panorama esclarecedor de ese proceso. Destaca en este análisis
los impactos de la emigración en materia de remesas y en las lógicas de inclu-
sión a la sociedad española del migrante dominicano. A esto debe añadirse
el estudio de Brea y Arboleda sobre el impacto de las remesas recibidas en
los hogares de las familias de los emigrantes.

En esta convocatoria primaron los trabajos sobre la inmigración. Queda


pendiente un análisis sistemático como el que en este libro se presenta en ma-
teria inmigratoria, relativo a la emigración. En esta tarea debería estimular-
se experiencias de cooperación con universidades norteamericanas y españolas
que se encuentran analizando la inmigración dominicana en dichos países, y
esto podría constituirse en un objetivo del Fondo FIES. Asimismo, se debe-
rían estimular estudios acerca de los impactos de la emigración dominicana
en nuestra sociedad y en la economía en ámbitos como las remesas, el capital
cultural, el transnacionalismo económico y, naturalmente, los impactos socia-
les negativos. Un campo particularmente interesante es el estudio comparati-
vo de los costos y beneficios en materia inmigratoria y emigratoria en lo que
tiene que ver con el desarrollo humano y el crecimiento económico.

De la lectura de los trabajos reunidos se desprenden muchas interrogantes e


inquietudes que, como las que acabo de enunciar respecto a la necesidad de
XXXVII
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

mayores estudios sobre la emigración, permitan precisar ámbitos específicos


de las dinámicas migratorias como el relativo a sus impactos regionales, la
estacionalidad de la demanda, las políticas de control de ingreso de trabaja-
dores, las articulaciones de redes y los procesos de articulación de los flujos en
cadenas de movilidad espacial y en términos de grupos primarios (familias,
amigos, organizaciones de la sociedad civil y religiosas) e intermediarios, en-
tre otros. Asimismo, los hallazgos de este libro deberían estimular nuevos
estudios sobre el papel de la mujer en las experiencias migratorias contem-
poráneas, el cual es cada vez más importante en mercados laborales flexibles
y economías altamente informales. También deberían analizarse en estudios
comparativos a nivel regional la articulación entre el pequeño comercio, las ló-
gicas de reproducción familiar y el género de los y las inmigrantes. Particular
interés debería tener la región fronteriza en sus conexiones con otras regiones
como el Cibao Central, el Sur y provincias como Barahona y Pedernales.

La experiencia de investigación cuyos hallazgos principales se presentan en


este libro constituyen un verdadero estímulo a la reflexión. Brinda esperan-
zas de que es posible en nuestro país producir políticas más racionales en esta
materia, que ayuden a un mejor manejo de las migraciones y a dignificar a
los migrantes, desde el punto de vista de los derechos que les asisten, sean
haitianos en Santo Domingo o dominicanos en New York. Estudios de esta
naturaleza son la base para la construcción de buenas políticas instituciona-
les y de buenas decisiones que hagan gobernable el fenómeno migratorio.

Debemos felicitar la iniciativa del Ministerio de Economía, Planificación y


Desarrollo por la creación del FIES, por su apoyo a estos estudios y –nos
consta- por la completa libertad que en tan delicado asunto se aseguró de
brindar a los investigadores, respetando su independencia de criterio, meto-
dologías y enfoques. Experiencias como esta deberían estimular en nuestro
sistema universitario el apoyo a programas de investigación e invito a las
autoridades del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo para
que, conjuntamente con el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tec-
nología y las universidades dominicanas, aúnen esfuerzos de cooperación en
pos del fortalecimiento de un sistema de investigación científico y tecnológico
XXXVIII
TOMO I

a nivel nacional que multiplique aportes similares para enfrentar los retos a
los que se enfrenta el país en materia de desarrollo.

Wilfredo Lozano
Miembro del Consejo Directivo del FIES.

XXXIX
XL
MERCADO LABORAL Y MANO
DE OBRA HAITIANA
MANO DE OBRA HAITIANA
EN LA CONSTRUCCIÓN:
CARACTERÍSTICAS, VALORACIONES
Y PRÁCTICAS

Investigadora principal:
ISIS DUARTE TAVÁREZ

Con la colaboración de
Julia Hasbún

Santo Domingo, D.N.


Noviembre, 2009.
1. La Problemática Objeto
de Estudio y su Metodología

a) Antecedentes
Tras un prolongado y valioso esfuerzo de investigación, la
República Dominicana cuenta con una significativa literatura so-
bre la utilización de mano de obra haitiana en diversos sectores
económicos.1 Centradas inicialmente en el estudio de los braceros
azucareros, las investigaciones realizadas sobre las características de
esta fuerza laboral han diversificado el ámbito de interés, abarcan-
do otros sectores agrícolas (café, arroz y tabaco, principalmente),
1. Un amplio acerbo de conocimientos se ha producido sobre la inmigración
haitiana en sectores agrícolas tradicionales, principalmente en el azucarero. En-
tre los principales estudios se destacan: Báez Evertsz, Franc: Braceros Haitianos
en la República Dominicana, IDIS, Santo Domingo, Taller, 1986. Corten, Acosta
y Duarte: “Relaciones de producción en la Economía azucarera dominicana”.
En: Azúcar y Política en la RD, Santo Domingo: Taller, 1976. Lozano, W., La do-
minación imperialista en la RD, Editora. de la UASD, Santo Domingo, Impresión
Taller, 1976. Lozano, W. y F. Báez E., Migración internacional y economía cafetalera,
Santo Domingo: CEPAE, 1992. Lozano, W. “Agricultura e inmigración: la mano de
obra haitiana en el mercado de trabajo rural dominicano, en La Cuestión Haitiana
en Santo Domingo, SD: FLACSO y North & South Center, University of Miami,
1992. A. Corten e I. Duarte, “Quinientos mil haitianos en República Dominica-
na, En: Estudios Sociales, Un asunto dominicano llamado Haití, Año XXVII, No. 98,
Octubre-Diciembre, 1994. IOM-OIM, Propositions pour une politique de gestion de la
migration de main-d oeuvre en Haïti, Groupe interministeriel et intersectoriel pour le
renforcement des capacites de gestion de la migration de main-d œuvre, Port-au-
Prince, Haïti, septembre 2006.

45
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

hasta incluir el análisis de la nueva inmigración haitiana hacia


los centros y actividades urbanas del país.2 Para los fines de esta
investigación, de corte sectorial y monográfico, auspiciada por el
Fondo para el Fomento de la Investigación Económica y Social
(FIES), nos limitaremos a reseñar los antecedentes asociados al
objeto de conocimiento, vale decir, los estudios relativos a la in-
corporación de inmigrantes haitianos en el sector construcción,
con el propósito de plantear el estado de la cuestión y sustentar
la relevancia del objeto de conocimiento. Entre las principales
informaciones y hallazgos que consideramos oportuno citar se
destacan los siguientes:

Aunque el sector construcción ha perdido el dinamismo que


experimentó en la década del noventa del pasado siglo3, todavía
constituye uno de los principales medios de generación de empleo
con que cuenta la economía dominicana, tanto en el ámbito pú-
blico como privado. Tiene, además, la virtud de lograr un mayor
impacto a corto plazo y un radio de acción más amplio en términos
geográficos, principalmente en lo que atañe a las obras públicas.

En los últimos diez años, los datos de la Encuesta Nacional


de Fuerza de Trabajo (ENFT), levantada por el Banco Central,
indican que la construcción se ha mantenido en un quinto lugar
como rama de actividad generadora de empleo en el país, posición
que solo es superada, en orden de importancia, por el comercio, la
manufactura, la agropecuaria y el transporte.4 Merece ser destaca-
2. R. Silié, C. Segura y C. Dore, La nueva inmigración haitiana, Santo Domingo.
FLACSO, 2002.
3. Según las cifras del Banco Central de la República, el aporte del sector del
Sector Construcción al PIB, en términos absolutos y a precios de 1970, aumentó
de RD$323.6 millones en 1990 a RD$872.8 en el 2000 y descendió a RD$ 775.4
en el 2004.
4. Véase: Secretariado Técnico de la Presidencia, Programa de Apoyo a la Re-
forma y Modernización del Poder Ejecutivo: Perspectiva Social Dominicana, Boletín
mensual de la Unidad de Información Social (UIS), Dic. 2006. Año 1 No. 9.

46
TOMO I

do que, mientras la población ocupada en agricultura-ganadería e


industrias manufactureras permanece constante, en los últimos 15
años, los trabajadores ocupados en el sector construcción experi-
mentan un notable incremento en términos de valores absolutos,
pasando de 93,155 en 1991, a 113,850 en 1995, 190,921 en 2000,
hasta alcanzar la cifra de 213,378 en 2005.

Cuando se analiza la composición según sexo de esta rama de


actividad se revela otra característica del empleo en la construc-
ción: el alto predominio de mano de obra masculina ya que de
las 123,128 personas que, según los datos del Censo del 2002,
estaban ocupadas en esta rama de actividad, 118,143 eran hom-
bres y solo 4,985 mujeres, es decir, una participación femenina
de solo un 4%.

Ofrecer estimaciones y explicaciones sobre las condiciones labo-


rales de los trabajadores haitianos en el sector construcción cons-
tituye uno de los aspectos que serán despejados en este estudio;
sin embargo, interesa mencionar, como antecedente, que ya otras
investigaciones han destacado la importancia de la construcción
como polo de atracción de la nueva inmigración haitiana, a partir
de los años ochenta, como reseñaremos a continuación.

Al inicio de los ochenta, datos aportados por la investigación


Trabajadores Urbanos, recopilados a través de una encuesta
aplicada a obreros de empresas constructoras, revelan que la
mayoría de esta fuerza laboral era dominicana (77%) y provenía
de corrientes migratorias internas originadas en las zonas rurales
del suroeste y norte del país; mientras solo un 23% era de nacio-
nalidad haitiana.5
5. Véase: Isis Duarte, “Proletarios y Marginales: Migración y Fuerza Laboral Ur-
bana en RD”. En: Trabajadores Urbanos, Santo Domingo, Editora Universitaria,
1986. El levantamiento de los datos de la Encuesta a Obreros Constructores se
realizó en 1981.

47
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En contraste con el segmento de nacionalidad haitiana, los


datos de la investigación citada también revelan que los obreros
dominicanos de la construcción tenían más tiempo trabajando en
ese sector (dos terceras partes llevaba cuatro años y más laborando
frente a solo un 34% de los haitianos).

Con respecto al origen de la mano de obra haitiana que laboraba


en el sector construcción, los datos sugieren que la incorpora-
ción se inicia antes de los 80 y es resultado del desplazamiento de
fuerza laboral que logra escapar de las condiciones de vida en los
bateyes: el 66% de los haitianos entrevistados indicó que labo-
raba en la actividad azucarera antes de llegar a la capital, el 78%
declaró la construcción como su primer trabajo en esta ciudad y
un 67% considera peores las condiciones de trabajo en el corte
de la caña. La información aportada por esta encuesta aplicada al
inicio de los 80, sugirió una primera hipótesis: de modo diferente
a la incorporación de mano de obra haitiana a la recolección del
café o al cultivo del arroz y a otras actividades agrícolas, el obrero
haitiano que en la actualidad está incorporado a la construcción
no forma parte de un flujo migratorio circular de tipo estacional
que en tiempo muerto se desplaza a otras actividades para luego
retornar al sector azucarero.6

El estudio Trabajadores Urbanos aporta una perspectiva compara-


tiva acerca de las condiciones laborales de los obreros industriales
y de la construcción, poniendo en evidencia las precarias condicio-
nes en que laboran estos últimos y definiendo un perfil propio del
sector. Entre las principales diferencias reportadas en el estudio
se destacan las siguientes: 30% de los obreros de la construcción
recibía un ingreso por debajo del salario mínimo mensual frente a
solo un 7% entre los obreros industriales, el 50% de los obreros de
6. Sobre esta modalidad de desplazamiento de mano de obra entre dos cultivos,
véase: Lozano, W. y F. Báez E., Ob. Cit. Lozano, W. 1992, Ob. Cit. También
hallazgos destacados por otros estudiosos han reseñado el uso de mano de obra
haitiana por conuqueros. Véase Silié, Segura y Dore, Ob. Cit. p.146, nota 12.

48
TOMO I

la construcción tenía acceso al seguro social sin diferencias según


nacionalidad, en contraste con un 81% en los obreros industria-
les, el 40% de los obreros de la construcción no disfrutaba del
beneficio del seguro de accidente laboral, que de acuerdo con la
legislación es obligatorio para este tipo de actividad. Solo el 10%
de los obreros de la construcción estaba afiliado a un sindicato en
comparación con el 91% de los obreros industriales. Por último,
los datos de esta encuesta evidencian que los obreros de la cons-
trucción también estaban excluidos de otras prestaciones sociales
como son el doble sueldo, seguro médico privado, bonificaciones y
pactos colectivos. Es decir, en el contexto sociolaboral de los años
80, esta encuesta documenta las precarias condiciones de trabajo
de los obreros de la construcción en contraposición con las con-
quistas laborales que habían logrado importantes segmentos de
la clase obrera dominicana, en un período en que los trabajadores
tenían mayor capacidad de negociación.7

Hay que agregar, para concluir con los hallazgos de este estu-
dio, que si bien esta encuesta revela diferencias al interior de los
obreros de la construcción según su nacionalidad, en perjuicio de
la mano de obra haitiana, estas diferencias son consecuencia de
una segmentación relacionada con el nivel de calificación y el tipo
de actividad que realizan dentro del sector. En tal sentido el 73%
de los haitianos había sido reclutado para laborar como peones
(zanjeros), mientras la mayoría de los dominicanos realizaban
labores más calificadas (ayudantes, albañiles y maestros).

Los hallazgos del estudio citado muestran que las condiciones


laborales que predominan en la rama de la actividad evaluada
afectan por igual a sus trabajadores al margen de la nacionalidad
y nivel de calificación, que es la segunda hipótesis que se pone a
prueba a través de esta nueva propuesta de investigación. Es decir,
no sería la incorporación de inmigrantes haitianos, en sustitución
7. I. Duarte, 1986, Ob. Cit. P. 169.

49
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de la mano de obra dominicana lo que reduce los niveles salariales


y deprime las condiciones laborales del sector, sino más bien una
estrategia empresarial dirigida a incorporar una mano de obra
específica que puede reproducirse en condiciones más adversas.
También en este estudio se explorará la hipótesis que conecta
el mayor uso de mano de obra haitiana en la construcción con
el incremento de la migración internacional de dominicanos y
dominicanas y su impacto en el incremento de las remesas.8 Es
posible argumentar que en el sector construcción se produce
una escasez de esta mano de obra nativa en la década de los
90, como resultado del incremento de la migración dominicana
hacia el exterior.

Los estudios realizados bajo el auspicio de la Facultad Latinoa-


mericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede República Domi-
nicana, 20 años después de la encuesta previamente reseñada, han
permitido documentar las transformaciones que experimentó la
inmigración haitiana durante el período transcurrido y aportaron
una base empírica de amplia cobertura y mayor representatividad
estadística.

El conjunto de estudios auspiciados por FLACSO permiten


identificar un perfil de la nueva inmigración haitiana en el país: 9

8. Es relevante destacar que los flujos migratorios hacia España se incrementan


en esta década y que la construcción representa el principal sector ocupacional de
los hombres dominicanos que trabajan en ese país. Véase, entre otros estudios:
Pedro Álvarez, Carlos J. Báez E. y Esteban Navarro Coord., La inmigración Domi-
nicana en el tercer milenio, Ed. Betania, Santo Domingo, 2000.
9. Véanse Silié, Segura y Dore, Ob. Cit. Esta publicación contiene los resultados
de varios estudios sobre inmigrantes haitianos y población dominico-haitiana,
sustentados en una encuesta con muestra no aleatoria y el uso de técnicas cua-
litativas. Véase también la investigación más reciente de este centro: FLACSO-
OIM, Encuesta sobre Inmigrantes Haitianos en República Dominicana, Santo Domingo,
2004.

50
TOMO I

Los nuevos flujos migratorios proceden de centros urbanos de


Haití “donde escasean los empleos y se ha producido una satura-
ción de las actividades del sector informal”.10

El principal destino laboral en República Dominicana es el


sector construcción, utilizado tanto en obras públicas como en
el sector privado, donde “los principales contratistas afirman
que sin estos inmigrantes no podrían realizar adecuadamente sus
obras”. 11

Los nuevos inmigrantes no disfrutan de contratos escritos de


trabajo, aunque una significativa proporción dispone de diferen-
tes documentos de identidad y son mantenidos en condiciones
de ilegalidad. Tampoco disfrutan de las prestaciones laborales y
otras conquistas sociales garantizadas por la legislación laboral
dominicana. La ausencia de normas reguladoras de esta mano
de obra ha sido considerada como “uno de los principales meca-
nismos para asegurar los bajos salarios y la sobreexplotación de
estos trabajadores”.12

De modo diferente a la situación que predominaba entre los


braceros azucareros, que estaban confinados al batey, los nuevos
inmigrantes haitianos disfrutan de mayor movilidad laboral y
territorial, incluyendo el retorno esporádico a su país de origen,
principalmente para ayudar o mantener los contactos con la familia
que permanece en Haití.

La investigación Mano de Obra Haitiana en la Construcción, Ca-


racterísticas, Valoraciones y Prácticas, cuyos principales resultados
presentamos en este documento, utilizó la base de datos de la
Encuesta OIM-FLACSO-2002 como principal fuente de infor-
10. Silié, Segura y Dore, Ob. Cit., p.171.
11. Ibid.
12. Ibid., p. 172.

51
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

mación cuantitativa, lo que permitió identificar y profundizar en


el análisis de las peculiaridades de los trabajadores haitianos de la
construcción, y, además, aportar una perspectiva comparativa con
respecto a otras ocupaciones desempeñadas por los inmigrantes
haitianos en la República Dominicana, identificando las principales
semejanzas y diferencias. Este nuevo esfuerzo de indagación también
utiliza fuentes cualitativas y documentales, recursos metodológicos
que permitieron actualizar la información aportada por la encuesta
citada y enriquecer y ampliar el análisis incluyendo la visión de in-
formantes clave involucrados en la problemática bajo estudio.

b) Hipótesis de trabajo

Luego de identificar la problemática objeto de estudio, las


hipótesis constituyen herramientas fundamentales del proceso de
investigación, ya que orientan la indagación que se lleva a cabo,
aclaran acerca de cuáles son las dimensiones y variables que han
de analizarse y las relaciones que pueden establecerse entre ellas.
Igualmente, las hipótesis pautan el proceso de recopilación y
análisis de la información y permiten arribar a conclusiones que
podrían coincidir con los postulados iniciales o abrir nuevas pistas
de investigación. Las hipótesis iniciales formuladas en este estudio
fueron las siguientes:

Primera hipótesis: de modo diferente a la incorporación de


mano de obra haitiana en otros sectores de la economía, el obrero
haitiano que en la actualidad labora en la construcción no forma
parte de un flujo migratorio circular de tipo estacional que en tiem-
po muerto se desplaza a esta actividad para luego retornar al sector
azucarero; por el contrario, este inmigrante ingresa a la sociedad
receptora para buscar trabajo en las principales ciudades dominica-
nas, principalmente en el sector construcción y disfrutan de mayor
movilidad laboral y territorial, incluyendo el retorno esporádico a
su país de origen.
52
TOMO I

Segunda hipótesis. En el sector construcción se produce una


tendencia a la sustitución de mano de obra nativa por haitiana,
desplazamiento que se produce fundamentalmente en puestos
de trabajo de baja calificación, como parte de una estrategia em-
presarial dirigida a reclutar una fuerza de trabajo no calificada
más disponible y que responde mejor a características específicas
del sector: trabajo ocasional, inmigrante ilegal, contratación no
regulada, baja remuneración y ausencia de prestaciones sociales.

Tercera hipótesis. La sustitución de mano de obra nativa por


haitiana está vinculada al incremento de la migración internacional
de dominicanos y dominicanas y su impacto a través del envío de
remesas. Nuestra argumentación sostiene que en el sector cons-
trucción se produce una escasez de esta mano de obra nativa que
se acentúa a partir de la década de los 90 ya que, a partir de las
condiciones laborales imperantes en el sector y bajo el efecto de
la migración dominicana hacia el exterior, la mano de obra nativa
desarrolla nuevas estrategias laborales y de reproducción.

Cuarta hipótesis. La inserción de la mano de obra haitiana en


el sector construcción se produce en condiciones laborales mucho
más precarias que las predominantes en el sector industrial y en
otras actividades del sector formal, situación que está asociada
a características peculiares de esa rama de actividad, que afectan
de modo semejante a dominicanos y haitianos que realizan las
mismas labores.

Quinta hipótesis. La estrategia empresarial de sustitución de


la mano de obra local por el inmigrante haitiano, por lo general
privado de documentación y sin capacidad de negociar condi-
ciones laborales, se ha facilitado por la escasa intervención del
Estado a través de iniciativas tendentes a regular este tipo de
contratación.

53
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

c) Estrategia Metodológica de la Investigación

Para el análisis de la dimensión cuantitativa de los trabajadores


haitianos en la construcción se utilizó la base de datos FLACSO-
OIM, que proviene de una muestra estratificada de conglomerados
compactos (completos). La muestra es aleatoria y permitió consi-
derar elementos no contemplados en la cartografía (ONE), tales
como edificaciones o áreas en construcción, áreas de cosecha y
población en viviendas improvisadas o población flotante sin do-
micilio fijo (en las calles). El universo del estudio abarca el territorio
de la República Dominicana y fue aplicada a población haitiana de
ambos sexos, residente (y presente), de 18 años y más. Abarca a
inmigrantes haitianos en condiciones legales como ilegales.13 El
trabajo de campo fue realizado en diciembre del 2002.

La base de datos FLACSO-OIM, no expandida, en su versión


original, contiene un total de 2527 personas (76% hombres y el
24% mujeres) de las cuales 1756 estaban ocupadas al momento
de la encuesta (70%).

Tomando en consideración la problemática considerada en este


estudio, centrado en el análisis de los trabajadores de la construc-
ción, se elaboró una nueva versión de la base de datos excluyendo
la población femenina y los hombres que no trabajaban al mo-
mento de la encuesta. De este modo, la base de datos utilizada
en esta investigación quedó conformada por un total de 1,567
hombres ocupados de los cuales, aproximadamente, una tercera
parte labora en el sector construcción (537), cifra que permite
un análisis desagregado de sus peculiaridades y también una pers-
pectiva comparativa con respecto a los inmigrantes haitianos que
están incorporados a otros sectores de la economía dominicana.
13. Para mayor información sobre el diseño metodológico de la muestra, véase:
FLACSO-OIM, Encuesta sobre Inmigrantes Haitianos en República Dominicana, Santo
Domingo, 2004. p. 143 y ss.

54
TOMO I

Del total laborando en construcción, 229 (43%) estaban ocupados


en el sector formal de la economía y 308 (57%) en el informal.14

Con el propósito de profundizar en el conocimiento de percep-


ciones, valores y prácticas relativas al uso de la mano de obra hai-
tiana en la construcción, se realizó un estudio cualitativo mediante
el empleo de entrevistas en profundidad e individuales, estudios de
casos y sesiones focales grupales. La dimensión cualitativa aportó
información no recopilada a través de las otras fuentes de datos
y permitió profundizar en el conocimiento de los principales as-
pectos que se incluyeron en la Encuesta FLACSO-OIM.

Tabla Resumen de Técnicas Cualitativas


según Tipo de Informante
Población Sesión focal Entrevistas Entrevistas Estudio
entrevistada grupal estructuradas en Profundidad de casos
Funcionarios y
empleados Sector
Público 12
Firmas
constructoras 1 5
Trabajadores de la
construcción Hait. 2 6 3
Trabajadores de la
construcción Dom. 4
Dirigentes laborales 2
Total de técnicas
cualitativas 3 12 17 3
14. En esta investigación no se modificó el criterio utilizado en la Encuesta FLA-
CSO-OIM para definir el sector formal, que abarca a los trabajadores y empleados
asalariados de los siguientes sectores: industria azucarera, sector agrícola azuca-
rero y no azucarero, industria de la construcción, turismo, zona franca, comercio,
otras empresas privadas y empleados del sector público.
A su vez, el sector informal está compuesto principalmente por trabajadores inde-
pendientes: pequeños productores y artesanos, oficios y labores vinculadas a la
construcción, ventas ambulatorias, comercio en pequeña escala y otros servicios
y actividades que se ejercen por cuenta propia. También se incluye en este sector
el trabajo doméstico remunerado y el trabajo agrícola que se realiza en conucos o
para pequeños propietarios agrícolas.

55
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Esta síntesis persigue tres propósitos fundamentales: i) pasar


balance a los principales hallazgos de la investigación enfatizando
los aspectos más singulares de la población objeto de estudio; ii)
revisar las hipótesis formuladas en la investigación con el objeto
de mostrar en qué medida los resultados obtenidos avalan sus
postulados; y iii) ofrecer un conjunto de recomendaciones o me-
didas para enfrentar los problemas de la mano de obra haitiana en
el sector de la construcción, aportadas por los informantes clave
que fueron entrevistados en la fase cualitativa.

I1. Aspectos Sociodemográficos


y Migratorios:
La Singularidad
de los Trabajadores de la Construcción

a) Características sociodemográficas y familiares

Los resultados del análisis bivariado indican que, con relación


a sus compatriotas que laboran en otros sectores de la económica
dominicana, los trabajadores haitianos de la construcción son más
jóvenes, tienen mayor nivel de escolaridad (incluyendo conoci-
mientos de español), al momento de la encuesta habían procreado
menos hijos y una proporción mayor de la descendencia nació y
vive en Haití.

Con respecto a la edad, el 72% de la mano de obra haitiana ocupa-


da en la construcción era menor de 30 años, cifra que se reduce
a 52% entre los que realizaban otras actividades laborales. Estos
datos de la encuesta coinciden con las opiniones externadas por
los informantes clave del enfoque cualitativo. Un ingeniero en-
trevistado explicaba: “son muchachones que están dispuestos a

56
TOMO I

trabajar transportando bloques. Para estas labores tú no puedes


contratar a una persona de edad, porque ya no lo aguanta”. Mien-
tras un obrero haitiano relató: “Yo llegué de 16 años a RD, y me
puse a trabajar inmediatamente en la construcción. Pasé mucho
trabajos y calamidades. Lluvia, sol ardiente, levantando carretillas.
En algunos momentos la carretilla caía al suelo por un lado y yo
por el otro”.

Notables diferencias en el ámbito educativo entre estos inmigrantes


se ponen en evidencia al examinar la proporción que asistió a la
escuela: 70% en los trabajadores de la construcción frente a solo
un 50% de los otros sectores. Los inmigrantes haitianos del sector
construcción exhiben también una mayor formación educativa:
la escolaridad promedio es de 8.4 años en la construcción, 7.4
entre quienes laboran en otros sectores y de un 6.5 años en los
ocupados en el sector azucarero.

Todas las firmas constructoras entrevistadas relataron algún


caso de nacionales haitianos con alta escolaridad y, a veces, univer-
sitarios que llegaban a la obra a buscar trabajo. Las firmas repor-
taron que empleaban a estos nacionales haitianos y los ponían en
labores con mayor responsabilidad y mayor salario diario, previo
entrenamiento.

La condición de soltería no es exclusiva del sector. La mayoría de los


trabajadores de la construcción comparte con sus nacionales
que forman parte del estudio la condición de soltería (aproxima-
damente el 47%). Al ser entrevistados en las sesiones focales y
entrevistas individuales reportaron que, en la decisión de migrar a
RD, el hecho de ser soltero constituía una ventaja. “No tenemos
esa carga que tienen otros de mandar dinero para sostener a la
mujer y a los hijos. Nosotros mandamos dinero a nuestra familia,
padres y hermanos, pero no con esa obligación de tener que pagar
la escuela o los útiles escolares de los niños. Se hace más fácil.
57
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Podemos malpasar y trabajar más tranquilamente sin la presión


de que el niño no va a poder ir a la escuela”.

La descendencia y el lugar en que habitan. Los datos de la encuesta


relativos a la descendencia de los trabajadores haitianos inmigran-
tes indican que una alta proporción declaró no tener hijos (41%),
y el promedio de hijos es de 2.4 en la construcción y 3.3 en otros
sectores ocupaciones. Ambos aspectos resultan singulares res-
pecto a los patrones predominantes en la RD.
Tabla 1. Número y país en que nacieron y viven los hijos
de los inmigrantes según sector económico.
Encuesta Inmigración Haitiana en República Dominicana.
FLACSO-OIM. Dic. 2002.

Construcción Otros Total


No tiene hijos vivos 43.8% 40.0% 41.3%
Número promedio de hijos 2.44 3.30 3.03
País donde nacieron
los hijos:
Todos los hijos nacieron
en Haití 66.1% 55.8% 59.2%
Todos los hijos nacieron
en R. D. 24.5% 32.0% 29.6%
Una parte en Haití y
otra en RD 9.4% 12.2% 11.2%
Total 100.0% 100.0% 100.0%
(n) (298) (615) (913)
País donde viven
los hijos:
Todos en Haití 66.0% 55.3% 58.8%
Todos en RD 24.2% 32.7% 29.9%
Parte en Haití y
parte en RD 9.8% 12.0% 11.3%
Total 100.0% 100.0% 100.0%
(n) (297) (615) (912)

58
TOMO I

La mayoría de los hijos de los inmigrantes haitianos que tenían


descendencia nacieron y viven en Haití (60%), situación que resulta
más acentuada entre los trabajadores de la construcción (véase
tabla 1). La proporción de nacidos en Haití es mayor, abarcando
un 70.1% del total, si se agrega al computo los casos de entrevis-
tados que indicaron tener descendencia nacida en ambos países.
Por último, la asociación entre las variables lugar de nacimiento
y de residencia de los hijos revela un hallazgo significativo, los
hijos de los de estos inmigrantes tienden a vivir en el país donde
nacieron (sea RD o Haití).

b) Historia y características del proceso migratorio

Los flujos migratorios se originan en las zonas urbanas. Los datos acerca
de la zona de procedencia del primer flujo migratorio que reali-
zaron los inmigrantes haitianos indican que la mayoría proviene
de zonas urbanas ya que 34% habitaba en una ciudad haitiana
grande, 26% de una localidad pequeña, mientras el 40% residía
en zona rural o campo. Este hallazgo confirma los resultados
de estudios recientes realizados por Silié, Segura y Dore (2002),
evidenciando así un tipo de corriente migratoria diferente a la
que acaecía hasta finales del siglo pasado y que, de acuerdo con la
documentación aportada por Andre Corten (1976) y Franc Báez
(1986), tenía su origen en zonas rurales y estaba conformada por
integrantes de la economía campesina haitiana que se desplaza-
ban para laborar como braceros haitianos o realizar otras faenas
agrícolas en la RD.

La antigüedad de la migración. En lo que atañe a este aspecto, se


destacan diferencias significativas según el sector económico,
revelando que la mayoría de los trabajadores de la construcción
forman parte de desplazamientos más recientes, como se destaca
con nitidez al comparar la temporalidad promedio del primer
desplazamiento entre Haití y RD: 5.6 años en los trabajadores
59
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de la construcción y 10.9 años en los inmigrantes haitianos que


laboran en otras ramas de la economía.
Tabla 2. Tiempo de ingreso por primera
vez a la RD según estrato ocupacional.
Encuesta Inmigración Haitiana en la República Dominicana.
FLACSO-OIM. Dic. 2002

Construcción Otros Total


Tiempo hace que vino por
primera vez a la RD:
Menos de 6 meses 10.7% 11.3% 11.1%
De 6 meses a 1 año 17.7% 9.3% 12.2%
De 1 año y 1 día a 5 años 36.3% 26.5% 29.9%
De 5 años y un día en adelante 35.4% 52.8% 46.8%
Total 100.0% 100.0% 100.0%
(n) (537) (1030) (1567)
Temporalidad promedio (años) 5.6 10.9 9.1
P<0.001

Al examinar las razones para emigrar, medida a través de la pregun-


ta “¿Cuál fue el motivo principal de su primer viaje a la República
Dominicana?”, se pone de manifiesto el carácter eminentemente
laboral de la emigración haitiana: el 86% afirmó haber llegado
al país para trabajar, hallazgo que no presenta diferencia según
el sector económico. Los resultados de la indagación cualitativa
confirman este propósito que es, al mismo tiempo, un factor de
expulsión del lugar de origen y de atracción hacia el país de des-
tino por las posibilidades que ofrece. Como destacó uno de los
informantes al argumentar por qué tomó la decisión de venir a
República Dominicana, “es la misma situación que me ha obli-
gado a lanzarme fuera. Es la búsqueda de una vida mejor”. Otro
obrero añadía: “En RD podía encontrar mejores trabajos y con
mejores salarios que los que yo encontraba en mi país”.

60
TOMO I

Gráfico 1. Motivo principal del primer viaje a RD.


FLACSO-OIM Dic. 2002

2% 3%
7%

Paseo Avivir a la RD

A trabajar Otros

87%

Cómo llegó a la República Dominicana. Con el propósito de indagar


la presencia de redes de apoyo o la incidencia de mecanismos de re-
clutamiento laboral, a todos los inmigrantes haitianos entrevistados
se les preguntó cómo llegó a la RD. La mayoría de las respuestas
se concentran en tres modalidades: hizo el viaje con familiares
o amigos (47%), viajó por su cuenta (39%), y llegó bajo algún
mecanismo de contratación o reclutamiento para trabajar (14%).
La diferencia significativa, según el sector económico, se ubica en
este último aspecto: una proporción menor de trabajadores de la
construcción llegó al país gracias a mecanismos de reclutamiento
mediante un buscón o de contratación laboral: en total un 8% y
17%, respectivamente. Estos datos resultan consistentes con la
presencia más acentuada y de vieja data de estos mecanismos de
reclutamiento laboral en el segmento de trabajadores haitianos
que laboran en el sector agrícola azucarero.

El retorno periódico al país de origen. Varias preguntas se hicieron


para evaluar la migración de retorno y la frecuencia con que se lleva
a cabo el desplazamiento entre los dos países. Uno de los hallaz-
gos más significativos sobre este aspecto aportó información que
permite avalar una de las hipótesis de trabajo de esta investigación

61
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

que postula una mayor movilidad geográfica de los inmigrantes


haitianos que laboran en la construcción, a saber:
“De modo diferente a la situación que predominaba entre
los braceros azucareros, que estaban confinados al batey, los
nuevos inmigrantes haitianos disfrutan de mayor movilidad
laboral y territorial, incluyendo el retorno esporádico a su
país de origen, principalmente para ayudar o mantener los
contactos con la familia que permanece en Haití”.

En efecto, la retabulación de la encuesta FLACSO-OIM pone


en evidencia que, como se postula en la Primera Hipótesis, hay
diferencias estadísticamente significativas entre los dos agrupa-
mientos ocupacionales construidos para el análisis de los datos
de esta investigación y que indican una menor permanencia en
RD y una mayor frecuencia en los desplazamientos entre aquellos
inmigrantes que laboran en la construcción y que, como ya se
indicó, forman parte de un flujo migratorio más reciente:

• 66% de los trabajadores de la construcción “viajan de


vez en cuando a Haití” porcentaje que desciende a 55% en
el otro estrato laboral: una diferencia muy significativa de 11
puntos porcentuales.

• 41% de los que laboran fuera de la construcción no ha


vuelto a Haití luego de salir para trabajar en la RD, mientras
en el caso de la mano de obra haitiana en la construcción,
esta proporción es sólo 28%.

Si solo se incluyen en el análisis los que han retornado, también


se destaca un flujo migratorio más frecuente entre los trabajadores
de la construcción: el 65% dijo haber viajado a Haití en los últimos
6 meses, en contraste con el 57% del otro estrato laboral

62
TOMO I

Los motivos para retornar periódicamente a Haití. La respuesta a la inda-


gación sobre “el motivo principal de retorno a Haití en más de una
ocasión, luego de estar en RD”, pone en evidencia la importancia de
los vínculos familiares como motivación principal de la migración de
retorno: el 85% viaja periódicamente porque su familia permanece
en Haití y tiene la necesidad de atender los compromisos afectivos o
económicos que mantienen en el país de origen.

Esta movilidad de los trabajadores haitianos del sector de la


construcción no se les escapa a sus empleadores. Un ingeniero
entrevistado en el estudio cualitativo compartía:
“Ellos viajan a Haití con frecuencia. No me pregunten
cómo cruzan la frontera sin visa, pero la cruzan. Cada tres o
seis meses, los nacionales haitianos viajan a Haití a ver a sus
familiares, ya sean padres o esposas e hijos. Cuando se acerca
la Navidad, por ejemplo, nosotros tenemos que planificar
las cosas para no quedarnos sin mano de obra no calificada,
porque se van masivamente a pasarlas con los suyos. Hay
algunos que se quedan, pero si no se van para Navidad se
van para el día de la Altagracia o Semana Santa”. Esos viajes
a Haití son muy frecuentes”.

Tiempo de permanencia en el país de destino y reunificación familiar. El aná-


lisis de los datos cuantitativos relativos a los trabajadores del sector
construcción revela que la probabilidad que posee un inmigrante
haitiano de tener hijos nacidos en RD aumenta con la antigüedad
de la migración: mientras aquellos que vinieron por primera vez a la
RD hace más de 5 años registra un 42% de hijos nacidos en el país
de destino, esa proporción es de 12% entre los que tienen de uno
a 5 años, y de menos de 5% entre los que llegaron hace menos de
un año. Igualmente, la probabilidad de que un inmigrante haitiano
que labora en la RD tenga hijos residiendo en este país aumenta
con la antigüedad de la migración.

63
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Gráfico 2. País nacieron hijos de trabajadores construcción por


tiempo viviendo en RD. FLACSO-OIM. Dic. 2002
100%
88% 91% 91%
90%
80%
80%

70%

60%
Todos en Haití
Todos en RD
50%
45%
42%
En ambos
40% países
30%

20%
13% 12% 8% 12%
10%
4% 4% 6% 3%
0% 0%
Tiempo viviendo en RD
Hasta 30 dias 1 a 6 meses 6 meses a 1 año 1 a 5 años Más de 5 años

Gráfico 3. País residen hijos de trabajadores construcción por tiempo


viviendo en RD. FLACSO-OIM. Dic.2002.

100%
91%
90%
82% 77%
80%
75%
70%
60%
50% Todos en Haití
50%
39% En ambos países
40%
Todos en RD
30%
20%
13% 13% 14%
10% 9% 9% 10% 12%
4% 4%
0%
Hasta 30 dias 1 a 6 meses 6 meses a 1 año 1 a 5 años Más de 5 años

Tiempo viviendo en RD

Por último, el tiempo que tiene la mano de obra haitiana resi-


diendo en RD aumenta la probabilidad de que la cónyuge viva
también en este país.

En síntesis, el tiempo de permanencia del inmigrante haitiano


en la RD está asociado significativamente a la probabilidad de re-
unificar la familiar en el país de destino y de procrear hijos nacidos
en territorio dominicano.

c) Posesión de documentos

El tema de la falta de documentación y la condición de trabaja-


dor no registrado o ilegal de la mano de obra haitiana inmigrante
64
TOMO I

en el país ha sido uno de los temas más polémicos y sensibles


tanto en el ámbito nacional como en las intervenciones de las
organizaciones internacionales de defensoría de los derechos de
los inmigrantes haitianos.

La ausencia de contratación formal y de normas reguladoras


de esta mano de obra ha sido considerada por diferentes analistas
como uno de los principales mecanismos para asegurar los bajos
salarios y la sobreexplotación de estos trabajadores. También la
Segunda Hipótesis de trabajo de esta investigación centrada en los
trabajadores de la construcción plantea que la falta de documen-
tación constituye una de las características de esta mano de obra
que la hace más susceptible de aceptar las condiciones peculiares
de trabajo en el sector:

“En el sector construcción se produce una tendencia a la


sustitución de mano de obra nativa por haitiana en puestos
de trabajo fundamentalmente de baja calificación como parte
de una estrategia empresarial dirigida a reclutar una fuerza
de trabajo que se incorpora en condiciones más adversas y
responde mejor a características específicas del sector: trabajo
ocasional, inmigrante ilegal, contratación no regulada, baja
remuneración y ausencia de prestaciones sociales”.

Gráfico 4. Documentación haitiana que declaró poseer por


sector económico. FLACSO-OIM. Dic. 2002.

19%
Pasaporte
57%

57%

Acta de bautismo 72%

Otros
52% Construcción
Cédula haitiana 74%

89%
Acta de nacimiento
91%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90% 100%

65
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

A partir de los hallazgos de la encuesta FLACSO-OIM, la


idea a sostener es que la documentación no es un obstáculo para
regularizar la contratación de la nueva migración haitiana, lo que
es particularmente válido en el caso de los obreros que laboran en
empresas constructoras. En efecto, los resultados de esta encuesta
arrojan nuevas pistas para el examen de la documentación que po-
seen y su posible incidencia en las condiciones laborales de los inmi-
grantes haitianos en el país. El hallazgo más relevante ha sido poner
en evidencia que la mayoría cuenta con algún tipo de documento
de identidad: el 90% de estos trabajadores inmigrantes dijo poseer
acta de nacimiento haitiana, el 60% cédula haitiana y una tercera
parte (32%) manifestó estar dotado de pasaporte de su país.

Historia de Vida 1.
Caso de inmigrante haitiano que reside en un batey
de la zona este del país y tiene 27 años
en la República Dominicana.

“Vine joven a RD, con 20 años. Vine a mejorar mi vida porque


vivía de modo muy miserable en mi país. Llegué por la frontera
sin pasaporte y sin nada. Me la jugué. Tenía dinero para poder
pagar mis primeros días en el país. Tenía varios amigos que
me ayudaron al principio. Intenté trabajar en un ingenio y allí
estuve por un tiempo. Pero uno se descalabra en ese trabajo y
pronto comprendí que allí no había futuro. En el mismo inge-
nio donde estaba fui buscando a alguien que me conectara para
trabajar en la construcción”.

“Finalmente, me marché del ingenio y comencé cargando ma-


teriales en obras de la capital. Estaba soltero y no tenía hijos.
Sólo tenía a mi mamá en Haití. Dormía en donde podía. Ha-
ciendo eso pude mandar algo de dinero a mi mamá”.

“Cuando empecé a trabajar, muchas palabras las entendía por-


que se parecían al francés, solo que se pronunciaban diferente.
Al principio yo hablaba en monosílabos. Sí, no, agua, comida.

66
TOMO I

Más tarde fui haciendo oraciones con las palabras que ya cono-
cía. A los dos años ya yo hablaba español. Pero al principio fue
duro, porque yo no entendía lo que me decían y a veces tenía
que adivinar lo que quería el maestro. Yo no hablaba mucho en
las obras, ni con mis compatriotas. Trataba de entender lo que
tenía que hacer y no meterme en conversaciones en ninguno de
los dos idiomas”.

“Me busqué una mujer, que es haitiana como yo y tuvimos cua-


tro hijas. Ellas nacieron aquí. Con esta familia tenía que buscar
en donde vivir y que no fuera caro. Por eso he tenido que vivir
en este batey”.

“Aquí en el batey no hay trabajo. Esa escuela la construyeron y


yo trabajé pegando bloques unos 10 días porque había que dar-
le chance a los demás para que trabajaran. Yo para tener trabajo
me tengo que mover, porque los trabajos no esperan por uno.
Uno tiene que caerles atrás. Uno se mueve mucho a donde hay
posibilidades de trabajar”.

“Yo me iba a trabajar en Bávaro. Me pagaban 400 pesos por


poner bloques. Es un buen salario diario, pero yo tenía que gas-
tar 200 pesos en la comida, 40 pesos por un refresco y cuando
venía a ver, los cuatrocientos pesos se habían vuelto nada. No
podía ahorrar para sostener a mi familia. Además, en Bávaro
hay muchos delincuentes que esperan a que los obreros cobren
para atracarlos y hasta matarlos”.

“Gana más el que más sabe, eso no importa si es dominicano


o haitiano. Si tú sabes poner bien los bloques, te van a ofrecer
más que a uno que es un novato”.

“Después de 27 años en el país, puedo hablar muy bien el espa-


ñol y entender qué es lo más difícil. Yo les hablo en español a
mis hijas. Ellas casi no hablan creóle. Son dominicanas”.

En segundo lugar, la encuesta pone también en evidencia que, en


comparación con sus compatriotas que laboran en otros sectores

67
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de la economía dominicana, los trabajadores de la construcción


haitianos están mejor documentados: el 74% dijo poseer cédula
de identidad y un 57% pasaporte, mientras que en el otro estrato
ocupacional, estos porcentajes descienden a 52% y 19%, res-
pectivamente.

Por último, el reprocesamiento de la información sobre la docu-


mentación que poseen revela que solo un segmento muy pequeño
de estos inmigrantes está desposeído de documentos de identidad,
es decir, no tiene acta de nacimiento, cédula, o pasaporte: 6% en
la construcción y 11% en otros sectores.

La posesión de documentos de identidad resulta de suma re-


levancia para los inmigrantes haitianos de la construcción ya que
constituye, en muchos casos, un requisito para poder obtener
trabajo y para evitar mayores dificultades con las autoridades al
transitar. Como se ha puesto en evidencia en este estudio, el 62%
de estos trabajadores afirmó que “alguna vez le han exigido do-
cumentos de identidad para darle trabajo” y un 47% señaló que
“le han pedido los documentos en la calle”.

III. Trayectoria Laboral


de los Inmigrantes

a) Ocupación antes de emigrar y movilidad sectorial

Aunque en sentido estricto, el desempleo no fue medido en la


encuesta, los datos obtenidos permiten afirmar que la mayoría
de los inmigrantes haitianos estaban ocupados antes de venir a
la República Dominicana, sin diferencias significativas, según su
estrato laboral: aproximadamente dos terceras partes declaró estar
ocupado (69.0%) y sólo una tercera parte no trabajaba (31%).

68
TOMO I

Cuando se examina el tipo de ocupación que desempeñaban


antes de emigrar, se concluye que los trabajadores de la construc-
ción aprendieron estas faenas en la República Dominicana, ya
que la mayoría laboraba en agricultura o como jornalero (56%) y
solo una cuarta parte de los ocupados (24.5%) se desempeñaba
en oficios relacionados con la construcción. Estos hallazgos coin-
ciden con las informaciones aportadas por el estudio cualitativo.
En efecto, según las percepciones de los informantes clave do-
minicanos del sector de la construcción, los nacionales haitianos
ingresan al país sin tener mucho conocimiento acerca del trabajo
en la construcción. “Pero como son contratados para un trabajo
no calificado, realmente no lo necesitan, tú no necesitas haber
acarreado arena para hacerlo. Ellos aprenden aquí, con los otros
que les enseñan. Sus mismos compañeros haitianos o los maestros
dominicanos”.

Al llegar a la República Dominicana, la mano de obra haitiana


bajo estudiado demoró, en promedio, aproximadamente un mes
para conseguir trabajo, y, al momento de ser encuestada, una alta
proporción, dos de cada tres, aún permanecía en el primer trabajo
que realizó a su llegada al país (véase tabla 3).

En el caso de los trabajadores haitianos de la construcción, la


tasa real de movilidad sectorial es de un 20%, es decir, solo una
quinta parte de quienes laboraban en la construcción al momento
de la encuesta se había desplazado de otro sector laboral, principal-
mente del azucarero, mientras el 80% realiza esta labor desde que
llegó al país. En síntesis, los datos obtenidos permiten concluir
que la construcción constituye la principal puerta de entrada de
la inmigración haitiana al mercado laboral dominicano.

La temática de la construcción como vía de acceso al mercado


laboral dominicano, también fue analizada por las personas entre-
vistadas en el estudio cualitativo. Un informante narra:
69
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

“La mayoría de los nacionales haitianos que vienen a bus-


car trabajo en este sector, ya saben a qué y a dónde vienen.
Ellos vienen con sus cédulas haitianas preparadas porque
saben que se las van a pedir para darles trabajo. El sector de
la construcción es atractivo para ellos porque se paga bien,
pueden ganar su dinero.” Otra persona comentó: “Con los
salarios irrisorios de los trabajadores del CEA, ¿quién quiere
trabajar allí? Vienen directos a trabajar en la construcción.
Es más productivo para ellos”.
Historia de Vida 2.

Caso de inmigrante haitiano que llegó a RD hace


dos semanas y que reside temporalmente en un batey

“Llegué hace dos semanas a RD. Tengo unos familiares que


viven en este batey y que me iban a recibir. Yo convencí a mi
familia de que debía irme de Haití porque allá yo no estaba
haciendo nada. No estaba trabajando porque los trabajos son
escasos y muy malos. Así que cogí para acá”.

“Los conocidos que trabajan en RD ya me habían contado cómo


es la cosa para trabajar aquí. Así que saqué mi pasaporte y una
visa de tres meses en Haití, y vine. Yo aún no he comenzado
a trabajar. Estoy tratando de aprender el español y algunos
vecinos me enseñan cosas de la construcción. En eso es que
quiero trabajar. Yo soy bachiller, pero voy a trabajar de peón. A
mi no me importa, siempre y cuando pueda ganar dinero”.

“Yo no tengo que mantener a mis padres. Pero tampoco puedo


ser una carga para ellos, porque el dinero que ganan apenas
les da para vivir y mantener a mis hermanos más pequeños.
Por eso estoy dispuesto a concentrarme en trabajar. Yo quiero
aprender a leer los planos, porque así aprendes más rápido y
subes de nivel. Comenzaré por abajo, pero mi meta es llegar
más arriba, con un buen salario diario”.

70
TOMO I

“Un amigo ya me habló de una obra en que él va a trabajar


que comienza en cinco días. Yo voy a ir con él para que me
contraten. No sé hacer muchas cosas pero yo aprendo rápido
y tengo estudios. Ya me han dicho que al principio no es fácil,
pero yo estoy bien dispuesto. Y yo tengo muchas aspiraciones.
Yo quiero ir a la universidad cuando pueda. Quiero estudiar
computadoras. Y después, buscarme un trabajo en esa área.
Pero primero tengo que trabajar mucho para poderme mantener
y ahorrar suficiente. Yo escucho a todos los compatriotas y
trato de aprender con sus experiencias”.

“Yo tengo la esperanza de que en cinco días estaré trabajando. Y


si paso trabajos me aguanto, pero quiero tener esta experiencia
y poder cumplir mis sueños”.

b) Características del trabajo actual

Los resultados de la Encuesta FLACSO-OIM muestran que


la construcción constituye la fuente principal de ocupación de la
nueva inmigración haitiana en RD, tanto en lo que atañe al primer
empleo como al actual, desplazando de esta posición al sector
cañero que en el pasado constituía el polo principal de atracción
de las corrientes migratorias desde el vecino país. En lo que atañe
al empleo al momento de la encuesta, el 27% de la mano de obra
haitiana inmigrante laboraba en la industria azucarera, un 18%
en faenas agrícolas fuera del sector azucarero, y un 35% estaba
ocupado en la construcción (véase tabla 3).

La encuesta también pone de relieve la condición esencial-


mente proletaria de la mano de obra haitiana inmigrante (52%),
situación que contrasta con la forma de inserción laboral que
predomina en el ámbito nacional: el cuentapropismo. El porcen-
taje de proletarios, es decir, obreros que venden su fuerza laboral
a cambio de una retribución con independencia de la modalidad

71
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de contratación (tiempo completo, ajuste, nominal, etc.) puede


ser más elevado, abarcando un 68% del total, si se incluye en esta
categoría a la mano de obra haitiana que se desempeña en trabajo
en pequeños conucos con pequeños propietarios agrícolas (sector
que representa 16% del total).

Tabla 3. Sector en que laboraba al momento


de la encuesta según siga o no en el primer trabajo
que realizó al llegar a RD. Encuesta Inmigración Haitiana
en República Dominicana.
FLACSO-OIM. Dic. 2002
Sector en que laboraba al Movilidad laboral con respecto al
momento encuesta primer trabajo realizado al llegar a RD
Sigue en el Ha cambiado Total
mismo trabajo de trabajo
Industria azucarera
privada y estatal 31.6.% 15.8% 26.6%
Sector Construcción: 30.2% 44.5% 34.7%
Industria de la construcción 13.8% 17.1% 14.8%
Otros trabajadores de
la construcción 16.4% 27.4% 19.9%
Trabajo en pequeños conucos
con pequeños propietarios agrícolas 17.1% 13.8% 16.1%
Sector agrícola no cañero 1.2% 3.0% 1.8%
Empleado de la otras empresas
privadas u otro en sector formal (*) 9.5% 8.4% 9.0%
Vendedores, artesanos, y otros
trabajadores por cuenta propia
e informales 3.8% 7.6% 5.0%
Otros no especificados 6.5% 6.9% 6.7%
Totales: 100.0% 100.0% 100.0%
(68.2%) (31.8%) (100.0%)
(n) (993) (463) (1456)
(*) Abarca Área del turismo, Zona Franca y comercio, entre otros. El
sector azucarero estatal sólo representa el 2.1% del total.

72
TOMO I

Si bien el sector construcción sirve como la puerta de entrada


al mercado laboral de la RD y constituye la fuente principal de
ocupación de estos inmigrantes, todavía para el 2002, la industria
azucarera tenía la primacía en la creación de ocupación para el
segmento proletarizado de la inmigración haitiana, incorporan-
do un 26% frente a sólo un 15% de las empresas constructoras
(véase tabla 3).

c) Emigración de obreros dominicanos

La emigración de obreros dominicanos calificados hacia otros


países, un aspecto no considerado en la encuesta FLACSO-OIM,
fue abordado utilizando fuentes secundarias y cualitativas, que
aportaron evidencias a favor de la Tercera Hipótesis de este estu-
dio que vincula la sustitución de mano de obra nativa por haitiana
con el incremento de la migración internacional de dominicanos
y dominicanas y su impacto a través del envío de remesas.

Todas las firmas constructoras entrevistadas ofrecieron tes-


timonios de la emigración de obreros dominicanos calificados,
principalmente hacia España, pero también hacia Canadá. Un
ingeniero describe el proceso de reemplazo de la manera siguien-
te: “Unos se van al exterior a trabajar, que desgraciadamente son
los más preparados y otros vienen del exterior, que si bien tienen
muchas ganas de trabajar, no son los más preparados. Pero estos
haitianos van entrenándose y subiendo peldaños. Llegará el día
en que la mano de obra calificada sea la haitiana”.

El estudio realizado por VOMADE15 muestra que la cantidad


de hombres dominicanos contratados legalmente para laborar en
España ha sido cada año mayor, disminuyendo así la feminización
15. VOMADE/CODESPA. Análisis de la migración en España y República Dominica-
na. Una oportunidad para el codesarrollo. 2008.

73
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de la emigración laboral hacia este país. De acuerdo a esta fuente,


el 45% de los hombres dominicanos emigrantes consiguieron su
primer trabajo en España en el sector de la construcción.

d) Condiciones laborales de los haitianos


asalariados del sector formal.

Inseguridad e inestabilidad laboral. Aunque más acentuada en el


caso de la industria de la construcción, la inseguridad e inestabili-
dad laboral afectan a la mano de obra haitiana inmigrante vinculada
al sector formal de la economía dominicana, peculiaridad medida
en esta encuesta a través de diversos indicadores:

• El trabajo en la construcción es ocasional: solo el 16% declaró


que su primer trabajo en RD fue “a tiempo completo” mientras
la mayoría dijo que era a tiempo parcial o por ajuste, condiciones
laborales que no se han modificado de modo relevante con el
transcurso del tiempo.

• La mayoría no disponía de un trabajo fijo al momento de la


encuesta, ya que el 60% es ocasional o trabajador contratado para
labores específicas. Esta situación es mucho más crítica entre los
obreros de la construcción.

• En tercer lugar la inseguridad laboral se pone de manifiesto


a través de la modalidad de contratación con un alto predominio
del contrato por ajuste o nominal: 81% en obreros construcción
y 74% en el otro estrato ocupacional.

• Los datos respecto al tiempo que tenía la mano de obra haitiana


“laborando para esa compañía o en el trabajo actual” reportan un
tiempo de permanencia muy bajo y una gran rotación respecto al
lugar de trabajo o a la ocupación realizada: aproximadamente, el
60% del total solo tenía un mes y otro 10% entre uno y seis meses.
74
TOMO I

La permanencia en un mismo lugar de trabajo o empresa es mucho


menor entre los trabajadores de la construcción: el 85% afirmó que
tenía menos de seis meses laborando en esa obra (gráfico 5).

Gráfico 5. Tiempo laborando en ese trabajo o compaña por


sector económico. FLACSO-OIM. Dic. 2002.
80%
70%
70%

60%
53%
50%

40%
Construcción
Otros
30%

20% 18%
15% 14%
10% 0% 10% 8%
5%
0% 1%

Hasta 30 dias 1 a 6 meses 6 meses a 1 año 1 a 5 años Más de 5 años

En las técnicas cualitativas se exploraron diferentes aspectos


acerca de los tipos de contratación. De acuerdo con estos hallazgos,
predominan dos tipos de contratación: por ajuste o producto, o por
día. Los dos tipos de contratos se dan frecuentemente. Mientras
un ingeniero de una firma constructora privada prefería pagar por
día a los obreros no calificados, un contratista del Estado lo hacía
por ajuste.

Usualmente, las firmas constructoras privadas contratan la


mano de obra haitiana directamente, sin ningún intermediario. En
el caso de los contratistas del Estado, estos contratan por escrito a
maestros constructores, que son los que se encargan de conseguir
a sus obreros, por lo que la mano de obra haitiana es reclutada a
través del maestro constructor y no directamente por la empresa
contratista. “Nosotros sub-contratamos a los maestros y ellos son
los responsables de sus obreros”. Un maestro entrevistado sub-
contratado en una obra del Estado explicó: “Yo me ocupo de buscar
a los obreros no calificados y los apalabro. El ingeniero me paga a
mí y yo le pago a todos mis obreros”.
75
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

La duración de la jornada de trabajo es un indicador de primer


orden al evaluar las condiciones laborales de un grupo ocupacional.
Según reporta la encuesta, la mano de obra haitiana inmigrante
trabaja 9 horas diarias en promedio, una hora por encima de lo
establecido en el Código de Trabajo de la RD. Si bien los pro-
medios de horas laboradas no guardan diferencias significativas
según estrato ocupacional, los trabajadores de la construcción
registran mejores condiciones laborales en este aspecto ya que
una proporción menor (42%) excede las 8 horas laboradas al día
respecto al 49% que exhibe el otro estrato.

Tamaño y composición étnica de la empresa donde laboran los inmigrantes


haitianos. Los datos de la encuesta FLACSO-OIM indican que
una mayor proporción de los obreros de la construcción labora
en empresas pequeñas y medianas, con menor concentración
de haitianos, supervisados por dominicanos y personal técnico
(maestro de obra). Mientras que, por el contrario, el otro estrato
ocupacional está incorporado a empresas de mayor tamaño y con
alta concentración de nacionales haitianos, bajo la vigilancia de
capataces de los que, uno de cada tres, también es de nacionalidad
haitiana.

¿Existen o no diferencias salariales entre dominicanos y hai-


tianos? El resultado de la medición divide a la población objeto
de estudio en dos grupos claramente identificados: quienes
consideran que, con respecto a los trabajadores dominicanos,
los haitianos reciben igual retribución por igual trabajo (47%) y
los que no están de acuerdo, es decir, quienes afirman que hay
diferencias en el pago según el grupo étnico al que se pertenezca
(53%), discriminación que opera en contra de la mano de obra
haitiana. Resulta llamativo que una menor proporción de obreros
haitianos de empresas constructoras considera que hay discrimi-
nación salarial, 44% y 58% respectivamente.

76
TOMO I

Si bien más de la mitad de los inmigrantes haitianos encuestados


percibe que es víctima de una discriminación salarial, cuando se
les preguntó acerca del monto específico de los salarios deven-
gados por dominicanos y haitianos que realizan la misma labor,
las diferencias disminuyen, principalmente en el tramo más bajo
de ingreso. Cuando se revisan los promedios según modalidad de
pago se destacan diferencias cuando el pago no es por día y que
tienden a incrementarse cuando la frecuencia del pago es men-
sual. Es decir, hay percepción de discriminación que no puede
ser claramente avalada por los datos suministrados en la encuesta.
Tampoco se llegó a resultados concluyentes mediante el enfoque
cualitativo, aunque la mayoría de los informantes considera que a
los obreros no calificados, sean haitianos o dominicanos, se les
pagaba lo mismo; y todos los obreros dominicanos entrevistados
afirmaron que ganan igual que un obrero haitiano.

Según nuestro parecer, los promedios salariales construidos en


la encuesta no permiten llegar a conclusiones en esta materia ya
que se requiere conocer el predominio o no de la mano de obra
haitiana, según calificación ocupacional. El planteamiento que
sustentamos sobre este aspecto sostiene que mientras mayor es
la dependencia de la mano de obra haitiana en un estrato ocupa-
cional, mayor es la probabilidad de sus empleadores de abaratar
los salarios y de homogenizar la tarifa. Y viceversa. En este esce-
nario los dominicanos que entran a realizar las mismas labores en
empresas o sectores con predominio de mano de obra haitiana
se ven compelidos a trabajar en condiciones salariales igualmente
deprimidas. El resultado final es la separación o salida de la mano
de obra nativa del sector.

Este planteamiento remite al aspecto central de nuestra Cuarta


hipótesis. La inserción de la mano de obra haitiana en el sector
construcción se produce en condiciones laborales mucho más
precarias que las predominantes en el sector industrial y en otras
77
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

actividades del sector formal, situación asociada a características


de esa rama de actividad, que afectan de modo semejante a do-
minicanos y haitianos que realizan las mismas labores. Es decir,
esta hipótesis obliga a una reflexión acerca de la segmentación de
los mercados laborales: la reducción de los niveles salariales en
los sectores de la economía que utilizan mano de obra haitiana
se produce por el empleo mayoritario de esta masa inmigrante
en determinadas labores y no tanto por el predominio de escalas
salariales diferentes, según etnias. En otras palabras, de modo
semejante a lo que acontece en el sector azucarero, las empresas
constructoras dominicanas logran reducir el costo de los salarios
cambiando la composición étnica y no tanto estableciendo remu-
neraciones diferentes para dominicanos y haitianos en la misma
labor.
Gráfico 6. Percepción diferencias en condiciones laborales
por sector económico. FLACSO-OIM. Dic. 2002

Igual que 38%


dominicanos 50%

50%
Peor que
dominicanos 38%

12%
Mejor que
dominicanos 12%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%

Otros
Construcción

Los resultados obtenidos al evaluar la percepción que tiene la


mano de obra haitiana de su situación laboral en una perspectiva
comparativa, aportan elementos a favor de esta hipótesis. A los
entrevistados de la encuesta que laboraban se les preguntó: “¿Si
compara su situación de trabajo con la de los dominicanos que
realizan la misma actividad, usted diría que es mejor, peor o igual?”
Los resultados obtenidos indican que el 54% afirmó que era igual
o mejor que la de los dominicanos, cifra que es más elevada en el
caso de los trabajadores de la construcción (62%).
78
TOMO I

e) Acerca de los ingresos por sectores económicos

La encuesta FLACSO-OIM midió el ingreso mensual deven-


gado por concepto de trabajo y otras fuentes, tomando como
referencia el mes de noviembre del 2002. Los datos indican que,
por lo menos, el 43% de los trabajadores haitianos de la cons-
trucción y el 72% de los ocupados en otros sectores percibieron
ingresos por debajo del salario promedio, que para esa fecha era
de aproximadamente RD$2,000.00.

En segundo lugar, los datos de la encuesta revelan que el ingreso


que perciben los haitianos en la construcción es mayor en com-
paración con el de sus compatriotas en otras ramas de actividad
económica, lo que se pone de manifiesto al calcular los ingresos
promedios que oscilan entre RD$3,050.80 y RD$1,821.94. Tam-
bién la mejor situación económica de los obreros de la construc-
ción se destaca al comparar el segmento que percibe ingresos por
encima de RD$2,000 que alcanza un 57% en los trabajadores de
la construcción y solo un 28% en el otro estrato ocupacional.

f) Envío de remesas y canales utilizados

De acuerdo con los resultados de la encuesta FLACSO-OIM,


un poco más de la mitad (53%) de la mano de obra haitiana in-
migrante informó que envía dinero a cónyuges, hijos, familiares o
amigos en Haití; porcentaje que es mucho más elevado entre los
trabajadores de la construcción, 70% en contraposición con un
44% que registra el otro grupo ocupacional: una diferencia muy
significativa de 26 puntos porcentuales.

También se observan diferencias en el envío de remesas según


el lugar donde viven los hijos: 60% cuando todos viven en Haití,
44% cuando una parte está en RD y otra permanece en Haití, y
36% si todos los hijos residen en la RD.

79
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Los medios utilizados para enviar las remesas son muy variados
y muestran el uso de vínculos y redes informales que, al parecer,
son merecedoras de mayor confianza o más baratos. Si bien los
entrevistados reportaron utilizar más de un medio, la gran mayo-
ría, aproximadamente 86 de cada 100, envía el dinero utilizando
amigos que viajan a Haití. Otra vía es llevar el dinero personal-
mente, lo que se facilita por la proximidad geográfica de los dos
países, vía utilizada con mayor frecuencia por los obreros que no
laboran en la construcción (43%). Por último, solo una minoría
(8%) declaró haber utilizado remesadoras, siendo esta práctica más
elevada entre los vinculados a la construcción (12%).

La proporción de ingresos que la mano de obra haitiana ha en-


viado a Haití en los últimos tres meses da cuenta de la importancia
de las remesas como estrategia de subsistencia familiar dentro
del proyecto migratorio de estos trabajadores: el 71% indicó que
había enviado a familiares y relacionados en Haití entre el 25 al
89% de los haberes percibidos en la RD.

Historia de Vida 3.

Caso de inmigrante haitiano que reside


en el Distrito Nacional y se hospeda en
una obra en construcción

“Vine pagando a militares haitianos y dominicanos. Mi papá


me ayudó a sacar mis papeles y me dio algo de dinero para el
viaje. Yo estoy casado y tengo dos hijos pequeños. Ellos viven
en Haití.

“Yo conseguí trabajo muy pronto en la construcción. Un amigo


me llevo a la obra y me contrataron. Me pagan 300 pesos dia-
rios. Yo vine a trabajar para poder mantener a mi familia. Estoy
ilegal pero yo no hago nada malo, ni perjudico a nadie”.

80
TOMO I

“Para ahorrar yo hago de todo. Yo duermo en las obras y así


no pago alquiler de casa. Duermo en cartones en el piso. Yo no
compro muebles. El agua que bebo es de la llave. Yo no com-
pro agua.Y no pago transporte diario durmiendo en la obra.
Con la comida, yo le pago a la cocinera de la obra que el plato
cuesta 70 pesos. Pero los días en que quiero mandarles más di-
nero a mi familia por alguna razón (un hijo enfermo o cualquier
otra situación), yo no como de la cocinera de la obra, sino que
me compro panes y salami en el colmado y me como eso. La
cena y el desayuno mío, normalmente lo compro también en el
colmado (pan y queso). Trato de no gastar más de 110 pesos al
día, para poder ahorrar más de la mitad de mi salario diario”
(su salario diario era de 300 pesos).

“Yo les envío dinero a mis padres y a mis hermanos. Yo les en-
vío dinero a mi esposa y a mis hijos. Cuando tú vienes a ver son
muchos a los que les mandas dinero. Pero lo tienes que hacer.
Yo no hubiera salido de mi país si la situación no fuera tan mala.
Y lo peor es que la situación no parece poderse arreglar. Todos
los políticos tienen a Haití hundido en la miseria.”

“Hasta ahora no he tenido problemas en la RD. No me han


detenido ni deportado. Trato de salir lo menos posible para que
no me paren. Me dedico a mi trabajo y eso le gusta al ingeniero
para el que trabajo. Él me trata bien y relaja mucho conmigo
preguntándome en qué más voy a ahorrar. Él sabe que yo duer-
mo en la obra”.

“Yo no planeo quedarme en RD. Yo quiero regresar a mi país.


Pero tengo que hacer dinero para poder hacerlo. Cuando regre-
se quiero poder tener un negocio que me permita vivir bien, sin
pasar tantas penalidades”.

“Mis planes son aprender lo más que pueda para que después
me contraten como terminador. Porque pagan más y el trabajo
es más suave. Cuando llegue a terminador, podré ahorrar más
para el sostén de mi familia y para mi futuro negocio”.

81
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

“Extraño a mi familia. No he podido irlos a visitar. Pero cuan-


do pueda lo haré. Mientras tanto, no paro de trabajar. Antes de
que se acabe una obra ya tengo otra buscada. Me muevo mu-
cho buscando trabajo. No me siento a esperar a que vengan”.

IV. Entre la Segregación y


la Integración Sociocultural

En esta investigación se examinaron dos tipos de factores que


están incidiendo en las condiciones de vida de los inmigrantes
haitianos y en particular en la población objeto de estudio. Por
un lado, los factores que propician una mayor movilidad e inte-
gración sociocultural de estos inmigrantes, más allá del ámbito
ocupacional. Y, por otra parte, el marco normativo y las prácticas
coercitivas implementadas por las autoridades para restringir
esas tendencias. A modo de síntesis, presentamos los principales
hallazgos utilizando los datos de los tres índices construidos: de
Integración sociocultural de los inmigrantes, de Incidencia del uso
de prácticas represivas como mecanismo de control y el Índice
de percepción de discriminación por ser haitianos.

a) El índice de integración sociocultural


de los inmigrantes

Siete indicadores fueron utilizados para crear un índice que


permitiera identificar en qué medida los trabajadores haitianos in-
migrantes están asumiendo valores, comportamientos y prácticas
socioculturales que contribuyen al logro de una mayor integración
al país de destino de este flujo migratorio, es decir, a la sociedad
dominicana. Estos indicadores, y el porcentaje de casos que abarca
cada uno, se subdividen en dos categorías y son los siguientes:

82
TOMO I

Indicadores que miden comportamientos y prácticas:


• Mostró dominio del español durante la realización de la en-
trevista (48%).
• Comparte con sus compañeros dominicanos fuera del trabajo
(60%).
• Fuera del trabajo se relaciona más con dominicanos o con
domínico-haitianos (29%).
• Sus mejores amigos son dominicanos, domínico-haitianos o
de ambas nacionalidades (43%).
• Vive en un sector donde la mayoría de sus vecinos no son
haitianos (46%).

Indicadores que miden actitudes y valoraciones:


• Si se fuera a mudar, le gustaría que sus vecinos fueran domi-
nicanos o de ambas nacionalidades (37%).
• Si se casara ahora, le gustaría que su cónyuge fuera dominicana
o domínico-haitiana (22%).

Tres de los indicadores, que remiten a comportamientos y


prácticas, exhiben cifras cercanas al 50%: dominio del español,
compartir con compañeros dominicanos fuera del trabajo, y
asentamiento en vecindarios no segregados. Mientras que, por
otro lado, los dos indicadores que registran porcentajes más bajos
son aquellos que miden relaciones de carácter más espontáneo e
íntimo, vale decir, la amistad y el matrimonio: la mayoría (78%)
prefiere casarse con una mujer haitiana y escoger a sus mejores
amigos dentro de su mismo grupo étnico (71%), vale decir, estos
datos sugieren una mayor valoración de la endogamia cultural en
las relaciones primarias.

Cuando se examinan los resultados del índice, es decir, el pro-


ducto de la combinación del conjunto de indicadores utilizados
para medir la integración sociocultural, se puede concluir afir-
mando que la mayoría de los inmigrantes haitianos que laboran
en la República Dominicana y que fueron entrevistados en esta
83
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

encuesta ha recorrido un importante camino hacia la integración


sociocultural, tendencia que se presenta de manera más acentuada
entre los trabajadores de la construcción: el 51% del colectivo
haitiano registró mediana o alta integración, proporción que se
eleva a 61% en los trabajadores de la construcción y desciende a
45% en el otro estrato ocupacional (gráfico 7).
Gráfico 7. Índice de Integración sociocultural de los inmigrantes
según sector económico. LACSO-OIM 2002
70%
61%
60% 55%
55%

55% 51%
50%
45%
40% 39%

30%

20%

10%

0%
Baja Mediana o alta
Integracion socio cultural Contrucción

Otros sectores

Total

Esta integración se lleva a cabo a pesar de la pervivencia de


actitudes y comportamientos propios de la cultura original de
estos inmigrantes, por ejemplo, el uso del creóle en la comuni-
cación cotidiana entre pares y la valoración de la endogamia en
los vínculos primarios, ya citada. Finalmente, esta tendencia a la
integración de la mano de obra haitiana inmigrante se desarrolla
de modo accidentado ya que encuentra un poderoso valladar en
el sistema normativo y las prácticas coercitivas institucionalizadas
por el Estado dominicano, como veremos a continuación.

b) El índice de incidencia del uso de prácticas


represivas como mecanismo de control

A partir de la información disponible en la Encuesta FLACSO-


OIM, se construyó un índice que mide el alcance de la utilización
de prácticas regresivas como mecanismo de control de la mano de
obra haitiana inmigrante, por autoridades del país de acogida. Las
prácticas seleccionadas para construir el índice, y la proporción de
84
TOMO I

inmigrantes que fueron afectados por su implementación, son las si-


guientes: uso de redadas (20%), detenciones o apresamientos (25%),
sobornos para otorgar libertad (22%) y repatriaciones (18%).

Los datos muestran que, aproximadamente, una quinta parte de


la mano de obra haitiana inmigrante afirmó haber sido víctima de
estas prácticas represivas y trato indebido. También resulta notorio
que las prácticas más recurrentes sean el apresamiento (25%) y el
soborno (22%). El análisis bivariado sugiere que ambas acciones
están conectadas: el 60.5% de los inmigrantes haitianos que fueron
detenidos o apresados declararon haber tenido que pagar dinero
para su libertad o para que los traten bien, frente a sólo un 9% de
incidencia de corrupción entre los que no fueron apresados.
Tabla 4. Incidencia del uso de prácticas represivas
como mecanismo de control de la fuerza laboral
haitiana según sector económico. Encuesta Inmigración
Haitiana en República Dominicana. FLACSO-OIM. Dic. 2002

Incidencia del uso de prácticas


represivas como mecanismo Sector económico Total
de control
Construcción Otros
Indicadores:
Lo han atrapado en alguna
redada 21.3% 19.7% 20.3%
Le han detenido o metido preso 27.4% 23.5% 24.8%
Ha tenido que dar dinero para
que lo dejen libre o lo traten bien 23.6% 21.1% 22.0%
Lo han devuelto a Haití 15.9% 19.7% 18.4%
Índice: **
No utilización 58.4% 68.4% 65.0%
Uso de prácticas represivas
(por lo menos una) 41.6% 31.6% 35.0%
Total 100.0% 100.0% 100.0%
(n) (531) (1023) (1554)
** P<0.001

85
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

El índice elaborado mediante reconteo de los cuatro indicadores


muestra con mayor precisión la incidencia de este fenómeno (véase
tabla 4). Por un lado, se evidencia que 35 de cada 100 trabajadores
haitianos han sido víctimas de, por lo menos, una de estas prácticas
represivas. En segundo lugar, el uso de estas prácticas (entre las
cuales, por lo menos una (la redada) esta prohibida por el nuevo
Código Procesal Penal, vigente en la República Dominicana a
partir del 2004), afecta de modo desigual a los dos grupos ocupa-
cionales delimitados en la investigación: 42% entre los trabajadores
de la construcción en contraposición con un 32% de incidencia
entre quienes laboran en otros sectores de la economía domini-
cana. En este sentido, la incidencia de esta modalidad de coerción
es mayor entre los trabajadores de la construcción, hallazgo que
podría estar relacionado con un mayor riesgo o vulnerabilidad de
estos trabajadores por su asentamiento en las grandes ciudades
y otras localidades urbanas, y en razón del carácter itinerante de
su ocupación.

c) El índice de percepción de discriminación


por ser haitiano

El índice construido para medir la percepción de discrimina-


ción por ser haitiano que tiene el propio inmigrante abarca tres
indicadores cuyos resultados son, en orden de menor a mayor
frecuencia: 1) afirma que en algún momento los dominicanos del
barrio o del trabajo lo han ofendido por ser de origen haitiano
(29%), 2) considera peor su situación de trabajo con respecto a
la de los dominicanos que realizan la misma actividad (46%), y 3)
considera que no le pagan igual que a los dominicanos que hacen
el mismo trabajo (53%).

Sobresale, en primer lugar, que según el sentir de los entrevis-


tados, hay mayor discriminación en el ámbito de las relaciones
contractuales de trabajo, es decir, de parte de los empleadores o
86
TOMO I

personas a las cuales ofrecen sus servicios, ya que perciben un


tratamiento desigual con respecto a los dominicanos que reali-
zan la misma actividad. Mientras que es menor la percepción de
discriminación cuando se mide a través del trato recibido por los
vecinos y los compañeros de trabajo, es decir, las personas con las
cuales mantiene vínculos informales o relaciones horizontales.
Gráfico 8. Índice de Percepción de discriminación por ser haitiano
según sectores. FLACSO-OIM. 2002.
100%
11% 13%
90% 16%

80%
70% Alta discriminación
60% 44% 54%
60%
Mediana discriminación
50%
40% Discriminacion baja
30%
20% 40%
29% 33%
10%
0%
Construcción Otros sectores Total

La combinación de los tres indicadores que forman el índice


revela, en primer lugar, que los entrevistados perciben discrimi-
nación en algún grado. En segundo lugar, se destaca que más de
la mitad de los inmigrantes que forman parte de la muestra se
ubica en la categoría intermedia de discriminación (55%). Y, en
tercer lugar, la percepción de discriminación por ser haitiano es
menor entre los trabajadores de la construcción: 60% se ubica
en mediana o alta discriminación frente a un 71% en este grado
entre los haitianos que laboran en otros sectores de la economía
dominicana (gráfico 8).

d) La percepción de discriminación
según informantes clave.

En este tema, los diferentes informantes que contribuyeron en la


realización del estudio cualitativo ofrecieron diversas opiniones.

Las personas dominicanas entrevistadas que laboran en el


sector de la construcción como obreros, maestros, ingenieros y
87
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

arquitectos percibían que, en general, se exageraba con el tema


de la discriminación hacia los nacionales haitianos. Un ingeniero
constructor explicaba: “Si aquí hubiera discriminación, no habría
empleos para los haitianos. Cuando usted odia a una persona no
le da empleos. Y si está ilegal hace lo posible para que lo deporten.
Oiga, si el dominicano quisiera hacerle daño al haitiano, solo lo
tendría que delatar para deportación y eso no lo hace”.

Otro contratista entendía que había una historia negativa entre


ambos países y que, entre países vecinos:
“Siempre hay una rencilla por territorios, o por alguna ra-
zón. Mire, lo que me da más coraje es ver cómo las agencias
internacionales arman escándalos y desacreditan al país di-
ciendo que somos esclavistas y que les violamos los derechos.
Pero esos no hablan de que entre la frontera de México y
Estados Unidos, ha pasado de todo, y violan mujeres mexi-
canas los mismos oficiales gringos de migración o de la zona
fronteriza. Cuando sucede eso en Estados Unidos y hacen
deportaciones, los gringos están cumpliendo la ley. Si ocurre
en la RD los dominicanos están haciendo atropellos. Y los
haitianos se hacen las víctimas para ganar simpatías. Yo no
digo que no se trate mejor a los haitianos. Yo soy partidario
de eso. Pero ya basta de desacreditarnos. Usted ve los docu-
mentales extranjeros acerca del trato de los dominicanos con
los haitianos y usted no se lo puede creer de lo sensacionalista
que son. Si aquí tratáramos tan mal a los haitianos, ¿por qué
siguen viniendo? Usted no se va a ningún país para que lo
maltraten, para que lo maten de hambre, para que lo maten y
lo golpeen. Eso no es verdad. Ese es un cuento chino, pero
sabroso para otros países que no saben qué hacer con Haití
y nos lo largan a nosotros”.

Los obreros dominicanos entrevistados, por su parte, expresa-


ron que trabajan en un ambiente de camaradería con los obreros
88
TOMO I

haitianos. La proximidad en el trabajo con los obreros del país


vecino parece haber facilitado que los obreros dominicanos ex-
presen actitudes favorables de aceptación hacia los haitianos:
“Nosotros comemos juntos. Cuando algún obrero haitiano
está en cuenca (no tiene dinero) o quiere ahorrar y no come
bien, uno comparte la comida con esa persona. El haitiano es
trabajador y si se fija, ellos no vienen con malas intenciones al
país. Usted no ve haitianos vendiendo drogas en las esquinas.
Lo que venden es frutas. En las obras hacen sus trabajos
con muy buena disposición y no están buscando problemas.
Yo sé que hay un sentimiento anti-haitiano en el país. Pero
yo no lo comparto. Yo he trabajado con ellos. Son buenas
personas y muy trabajadores”.

Para los nacionales haitianos entrevistados sí hay discriminación


hacia ellos en la RD:

Uno de ellos afirmó: “Desde una revisión histórica en la RD se


ha formado la idea que Haití la había ocupado. Yo creo que esto
no debió ser colocado en la cabeza de los dominicanos de esta
forma”. Otro completa y dijo: “Hubo problemas en el pasado,
hace muchísimos años y todavía esos problemas siguen presentes
en los dominicanos. El 27 de febrero, los dominicanos celebran
la independencia de Haití. Esto influye mucho en un país. Los
haitianos que estamos aquí necesitamos ayuda, pero no estamos
pidiendo, estamos trabajando en la construcción. No robamos ni
atracamos”.

Otro obrero de nacionalidad haitiana reflexionaba que el do-


minicano que se queda en la RD no logra comprender y sensi-
bilizarse con los motivos de las migraciones haitianas, mientras
que sí podían comprender la emigración de los dominicanos hacia
otros países extranjeros:
“Aquí los dominicanos se van en yola para Puerto Rico
y allá trabajan y pasan muchas experiencias como nosotros
89
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

aquí. Y cuando el dominicano se entera de lo que pasan sus


compatriotas les da coraje con los puertorriqueños. Pero no
se dan cuenta de que eso mismo nosotros lo pasamos aquí.
No ven la paja en su ojo, sino en el ajeno”.

Al preguntar si existía discriminación hacia los haitianos a las


personas entrevistadas del área sindical, la respuesta fue contun-
dente: sí hay discriminación hacia los nacionales haitianos en el
país. Un dirigente sindical dominicano analiza la problemática
con amplitud:
“Claro que hay discriminación hacia los haitianos en la
RD. Pero la discriminación no está en que le digan haitia-
nos porque, en definitiva, son haitianos. No está en que los
deporten, porque al fin y al cabo, todos los países tienen el
derecho de ejercer sus leyes. Yo le voy a decir dónde está la
discriminación. Está en las firmas constructoras que contra-
tan a los haitianos no porque los quieran ayudar, sino porque
ganan más con ellos. Porque abaratan los costos de salarios
con los haitianos. Es una discriminación laboral en prejuicio
de los haitianos y también de los dominicanos, porque con
esas medidas, las firmas constructoras alejan a los obreros
dominicanos. La estrategia es decirles a los dominicanos, si
tú no quieres trabajar por esta tarifa, no trabajes. Tenemos a
los haitianos, Cuando las firmas constructoras unifiquen los
salarios de los obreros no calificados, y les paguen un salario
digno, entonces podremos saber si es que el dominicano no
quiere trabajar o es que las constructoras los rechazan con
su oferta de salarios miserables. Hay discriminación en el
Gobierno, cuando se cruza de brazos ante la situación. ¿Por
qué no dialogan con las firmas constructoras y les preguntan
sobre su necesidad de la mano de obra haitiana? Si en ver-
dad la necesitan, pues que se haga como en otros países, que
se calcula cuál es la necesidad y se contratan a trabajadores
con empleos temporales que en ningún momento lesionan
90
TOMO I

sus derechos. Hay discriminación cuando las autoridades no


son capaces de detener los vejámenes a que son sometidos
los haitianos. Esa continua extorsión que da vergüenza.
Los tratan mal y encima les exigen dinero. Esa práctica es
malvada, asquerosa. Los acosan porque son ilegales. Si son
autoridades, lo que deberían hacer es cumplir la Ley. Hay
discriminación cuando los políticos despiertan sentimientos
anti-haitianos en la población, provocando violencia en la
población contra ellos. Cuando lo que deberían hacer es pedir
que se respeten las leyes y buscar soluciones que no lesionen
a los pueblos”.

e) Incidencia del sistema normativo en las


condiciones laborales de los inmigrantes

El análisis de los mecanismos coercitivos de control de la mano


de obra haitiana inmigrante realizado en este estudio se apoyó en
una revisión de la legislación en materia de derechos laborales y
migratorios, principalmente las disposiciones contenidas en el
Código de Trabajo y la Ley General de Migración, instrumentos
que, desde la primera mitad del Siglo XX, han sustentado sus
disposiciones en la necesidad que tiene el Estado Dominicano
de proteger el trabajo de los nacionales en condiciones de un alto
nivel de desempleo.

La primera conclusión que se deriva de la revisión de la nor-


mativa en esta materia es que la utilización masiva de trabajadores
haitianos por parte de las empresas constructoras constituye una
acción que en general se realiza al margen de las disposiciones
contenidas en el Código de Trabajo, práctica que afecta a los
inmigrantes que laboran en este sector.

Las disposiciones relativas a la denominada nacionalización del


trabajo han resultado inoperantes. En la práctica, las empresas
91
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

agrícolas violan el Art. 135 al contratar una proporción mayor de


un 20% de trabajadores extranjeros como braceros, sin obtener
autorización del Poder Ejecutivo, como establece la normativa.
En el caso de las empresas constructoras se registra una doble
violación a las disposiciones del Código de Trabajo ya que, además
de utilizar una proporción mayor de mano de obra haitiana con
respecto a la dominicana, el sector construcción no puede ampa-
rarse en el Art. 145 y solicitar, de modo excepcional, autorización
al Poder Ejecutivo para exceder la proporción que la legislación
establece, ya que esta disposición sólo aplica a las empresas que
utilizan braceros agrícolas. La inoperancia de la legislación labo-
ral en esta materia es de vieja data y, a fin de cuentas, ha tenido y
tiene consecuencia para la fuerza de trabajo haitiana inmigrante
que es utilizada al margen de estas disposiciones por los grupos
empresariales dominicanos. En este sentido, el Código de Trabajo
ha tenido el efecto imprevisto de fomentar el empleo de mano de
obra indocumentada. Como destacó Perdomo Cordero, de una
posición en principio razonable -la protección de la mano de obra
nacional- se llega a una situación de hecho, donde sólo un grupo
determinado de extranjeros se ve afectado por la medida. En efec-
to, el examen del contenido y la aplicación de la Ley de Migración
vigente en el país pone en evidencia que se trata de un caso de
discriminación indirecta, ya que afecta, fundamentalmente, a un
grupo humano específico que, en razón de su estatus migratorio
ilegal, tiene poca o ninguna capacidad de reclamar los derechos y
beneficios que la legislación laboral del país podría otorgarle.16
16. Véase: Nassef Perdomo, La discriminación racial en el ordenamiento jurídico domi-
nicano, Santo Domingo, SJRM, 2006, p. 54. La idea de discriminación indirecta fue
desarrollada por Perdomo Cordero luego de un examen de lo establecido en
la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos -y de manera
específica la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Dis-
criminación Racial- N. Perdomo concluye señalando que “la discriminación racial
no puede tener presencia en el ordenamiento jurídico dominicano. La posición
de superioridad que tienen la Constitución y los tratados limita y define el mar-
co de cosas que las leyes pueden regular y cómo pueden hacerlo”. Agrega, sin
embargo, que esta observación “no excluye la existencia en el país de normas
cuyas consecuencias en los hechos fomentan la desprotección de grupos sociales

92
TOMO I

La revisión de la normativa vigente, así como los testimonios


ofrecidos por informantes clave entrevistados en el estudio cuali-
tativo, aportan abundantes evidencias para esclarecer y confirmar
la QUINTA HIPÓTESIS de este estudio: “La estrategia empresarial
de sustitución de la mano de obra local por el inmigrante hai-
tiano, por lo general privado de documentación y sin capacidad
de negociar condiciones laborales, se ha facilitado por la escasa
intervención del Estado a través de iniciativas tendentes a regular
este tipo de contratación”.

Las iniciativas reportadas por la Secretaría de Trabajo para


controlar la contratación de mano de obra haitiana en el sector
construcción, son pocas y muy limitadas. Limitadas porque en
muchos casos escapan de sus manos y porque, en otros, no hay
una implementación eficazmente dirigida a buscar soluciones que
abarquen a todas las partes en conflicto.

determinados. Esta discriminación no siempre afecta a las personas en razón de


su pertenencia a los grupos étnicos. Lo que sucede en muchos casos es que las
normas que producen desigualdades reales afectan desproporcionalmente a un
determinado grupo étnico o racial”. Ob. Cit. p. 51.

93
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Historia de Vida 4.
Caso de inmigrante haitiano que se siente
discriminado por los dominicanos.

“Yo llegué a la RD hace tres años. Vine con otros amigos que
también necesitaban a trabajar para mantener a su familia.
Cuando yo le dije a mi mamá que venía a RD ella no estuvo
conforme. Me dijo que me iban a tratar mal aquí, pero yo es-
taba desesperado por trabajar con mejor salario. Así que decidí
venir con un grupo de amigos. Conseguimos trabajo en la cons-
trucción cargando materiales. Poco a poco hemos aprendido el
español y ya lo podemos hablar sin muchos problemas”.

“Nosotros tenemos rentada una habitación entre tres. La ha-


bitación no es gran cosa, pero por lo menos no dormimos a la
intemperie. Cada cual se resuelve su comida y se lava su ropa”.

“Hemos tenido suerte ya que hemos conseguido trabajo en las


obras de construcción. A veces hay períodos en que no encon-
tramos nada, pero la mayoría de las veces, si nos movemos mu-
cho, encontramos trabajo como peones. Yo no había trabajado
antes en esto. Yo era agricultor, pero cuando llegué al país yo
no quería trabajar en un cañaveral o en alguna cosecha porque
se paga muy poco. En la construcción se gana más, aunque
no sea fijo y siempre te sientes inseguro de si vas a conseguir
trabajo”.

“Yo he podido ayudar a mi familia en estos tres años. La casita


en que vivíamos en Haití se estaba cayendo. Pero ya yo mandé
dinero para arreglarla. La última vez que fui a Haití, la casa es-
taba en mejores condiciones. También el sustento de mi mamá
está mejor asegurado. Mis hermanos también la ayudan, pero
ella cuenta conmigo para poderse mantener. Yo nunca conocí
a mi papá. Simplemente la abandonó y nunca fue responsable
con nosotros”.

“Yo no estoy a gusto aquí. El dominicano piensa que el hai-


tiano es lo peor del mundo. Que nos comemos a los perros y

94
TOMO I

a los gatos. Que somos brujos y malignos. Hay mucho odio


en la RD hacia Haití. Ahora se agrava porque la comunidad
internacional presiona a RD para que dé mejor trato a los na-
cionales haitianos. Esto los pone más rabiosos, pero el caso es
que nos necesitan. ¿Quién recogería cosechas o trabajaría en
la construcción? Somos nosotros lo que lo hacemos por poco
dinero. Los dominicanos no tienen derecho a quejarse, ya que
ellos mismos son los que nos los ofrecen para sacar beneficios
de nosotros. El salario de los haitianos es mucho menor que
el de los dominicanos aunque no los reconozcan. Nos tienen
sin seguro de salud o de accidentes. Si te pasa algo en la obra
esa es tu responsabilidad. Cuando un haitiano muere nadie se
entera”.

“Andar en la calle sin permiso de trabajo te expone constante-


mente a que la policía te moleste para sacarte dinero. Los hai-
tianos somos una fuente de ingreso para los policías. Uno se
faja a trabajar para que venga uno de estos a quitarte tu dinero.
Eso es lo peor de todo. Este país está muy desarrollado pero
también hay mucha corrupción y abusos”.

“Tú vas por la calle y si se dan cuenta de que eres haitiano la


gente te mira mal, como con asco. Hay algunos dominicanos
que no hacen eso, pero la mayoría lo hace. En la obra, los com-
pañeros dominicanos no son tan malos con uno. Hay algunos
que trabajan sin problemas con nosotros. Pero hay otros que te
acusan de que tú les robas algo. Y sólo lo hacen para molestarte
porque tú no le has robado nada a nadie”.

V. Recomendaciones por
los Informantes Clave

A todos los informantes clave del estudio cualitativo, que fue


realizado para completar y ampliar los resultados de la encuesta de
FLACSO/OIM analizada en este reporte, se les solicitó aportar
sugerencias de posibles soluciones o medidas para enfrentar los
95
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

problemas de la mano de obra haitiana en el sector de la cons-


trucción. Como se presenta más adelante, la mayoría de las ideas
ofrecidas por estos informantes concuerdan en señalar que el
Gobierno Dominicano debería regularizar la situación migrato-
ria y laboral de los inmigrantes haitianos en la RD, de forma que
beneficie a todos los sectores involucrados. A continuación se
exponen las voces de los diferentes sectores, tales como fueron
externadas.

Entrevistados en las firmas constructoras

1. “El Gobierno dominicano debe hacerse cargo de que es la


mano de obra haitiana lo que sostiene el sector de la construcción.
No debe seguir ignorando esta situación. Debe hacer algo para
regularizar esto. Quien se beneficia es el país”.

2. “¿Qué le cuesta al Gobierno darles carnés a los obreros haitia-


nos como lo hacen en el sector agrícola? La carnetización se hizo
para incentivar este sector. ¿Por qué no hacen lo mismo con el
sector de la construcción? Hay falta de voluntad para regularizar
e incentivar las construcciones”.

3. “Las multas estipuladas en la Ley de Migración no son la


solución. Tienen que darse cuenta de que necesitamos los obreros
haitianos”.

4. “Se deben dar los pasos necesarios para permitir que los
inmigrantes haitianos puedan trabajar en nuestro sector. En otros
países esto se hace. Y se hace de manera legal. De esta forma se
evitarían esas demandas absurdas de que somos objeto, en donde
por definición de las leyes dominicanas los patrones ya las pierden
de antemano por contratar mano de obra indocumentada”.

5. “Se debe modificar la Ley de Migración en cuanto a incluir


96
TOMO I

permisos de trabajo temporales que sean más fáciles de obtener.


Migración no hace nada. Tiene leyes pero ni las cumple por irrea-
les, ni las modifica”.

Obreros haitianos

6. “Si el sector de la construcción necesita la mano de obra se debe


incentivar a la que está disponible. Nos deben dar visados de trabajo,
de forma que podamos trabajar sin perder nuestros derechos”.

7. “Los visados dominicanos deben ser más baratos, son muy


caros. Queremos entrar legalmente a la RD pero los visados nos
cuestan mucho”.

8. “Los visados que da la Embajada Dominicana en Haití son


muchos. Ellos saben que venimos a trabajar. Entonces, ¿para qué
nos los dan? Hay visados por tres meses, por seis meses, por un
año. Si tú pagas, te lo dan”.

9. “Nos deben dar papeles que nos permitan trabajar en lo que


estamos haciendo. Las leyes dominicanas deben reconocer que la
mano de obra haitiana aporta al desarrollo del país”.

10. “La situación se debe legalizar. De esta forma, los salarios


se unificarían y nadie podría ofrecernos ingresos abusivos que
los compatriotas aceptan por la necesidad. La necesidad de una
persona no debe ser motivo para robarle su dignidad”.

Obreros dominicanos

11. “A nosotros no creo que nos perjudique el control de la


mano de obra haitiana. Si la acepta el Gobierno, esto significa que
las tarifas podrían ser más decentes para los obreros no calificados.
Y esto beneficia a todos”.
97
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

12. “Los maestros de la construcción deben respetar más los


salarios de los obreros haitianos. Los ingenieros se lavan las ma-
nos, aunque saben que los maestros les están pagando menos a
los haitianos”.

13. “Se debe subir las tarifas para que más dominicanos se
animen a trabajar en la construcción, como están ahora no son
atractivas”.

Sector sindical

14. “Debe haber una revisión gubernamental de las tarifas


del trabajo calificado y no calificado más adaptada al costo de la
vida. Esto hará que los trabajadores se sientan protegidos y no
tengan que aceptar todas esas situaciones abusivas que se dan en
ese sector”.

15. “Se debe aplicar la Ley de Migración. ¿Para qué se modificó


recientemente? El sector de la construcción se burla de esta Ley
todos los días. ¿Y qué hace el Gobierno? Nada. Cierra los ojos
como si la situación no existiera. Yo creo que una buena parte de
lo que pasa con la inmigración haitiana es culpa de las autoridades
de Migración que no controlan nada. Y este descontrol lo único
que trae es corrupción en todos los sentidos”.

Sector Gubernamental

16. “Regularizarle a esos trabajadores su estado migratorio, por-


que si no se hace eso, el problema va a seguir. Además no habrá
control, no podrás conocer la cantidad de mano de obra extranjera
que hay en el sector. ¿Cómo computarizar a los ilegales?”

17. “Ya se están tomando medidas. A quienes hay que regularizar


son a las constructoras del país. Al aumentar las multas, deberán
98
TOMO I

pensarlo dos veces antes de contratar obreros indocumentados.


A estos empresarios hay que trabajarles su punto débil que es el
dinero”.

18. “Se debe estudiar si existe o no una verdadera necesidad de


mano de obra haitiana o es tan solo una estrategia de los construc-
tores para abaratar sus gastos y aumentar sus ganancias. Se sabe
que muchos obreros dominicanos están emigrando a otros países.
Pero si las condiciones cambiaran, estos obreros no tendrían que
emigrar. Y aunque hay obreros que emigran, aún queda en el país
la mayoría de obreros dominicanos que no quieren trabajar por
los bajos salarios. No es que no haya mano de obra no calificada
dominicana, es que les pagan mal”.

99
Anexos

Calificaciones que debe llenar un extranjero para poder obte-


ner residencia en territorio dominicano según la Ley de Migra-
ción (No. 258-04).
DE LOS RESIDENTES PERMANENTES:
Art. 33: Son admitidos como Residentes Permanentes los ex-
tranjeros que califiquen como:
1. Inmigrantes. Se entiende por tales los extranjeros que po-
seen calificación profesional, de oficio u ocupación que requiere
el desarrollo del país o que se ajuste a requerimientos de personal
no satisfechos nacionalmente.
2. Inversionistas. Se considera inversionista aquellos extranjeros
que aportan sus propios bienes para realizar actividades de interés
para el país, cuyo monto mínimo será fijado por vía reglamentaria.
Jubilados, pensionados o rentistas, considerándose como tales los
extranjeros que comprueben percibir un ingreso regular y perma-
nente de fuentes externas, que le permitan vivir en el país y cuyos
montos mínimos serán fijados por la vía reglamentaria.
3. Parientes extranjeros de nacionalidad dominicana o de ex-
tranjeros residentes permanentes en el país, entendiéndose como
parientes al conyugue y a los hijos (as) menores de edad y/o
solteros (as).

101
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

DE LOS RESIDENTES TEMPORALES


Art. 35: Son admitidos como Residentes Temporales los ex-
tranjeros que califiquen dentro de las siguientes subcategorías:
1. Científicos, profesionales, periodistas, personal especializa-
do, deportista y artistas, contratados por instituciones públicas o
privadas que desarrollen actividades en el país.
2. Empresarios, inversionistas, comerciantes, industriales y
personal gerencial de empresas nacionales o extranjeras estable-
cidas en el país, para atender sus negocios inversiones.
3. Técnicos, artesanos y trabajadores de alta calificación en su
oficio.
4. Religiosos pertenecientes a iglesias, órdenes o congregacio-
nes reconocidas en el país, que vengan a desarrollar actividades
propias de su culto, docentes o asistenciales.
5. Asilados Políticos conforme la legislación vigente.
6. Refugiados conforme la legislación vigente.
7. Conyugue e hijos de las personas mencionadas en los apar-
tados anteriores de este artículo.
8. Aquellos extranjeros que, sin estar comprendidos en los
apartados anteriores, fueren excepcionalmente autorizados por
el director General de Migración, valorando para ello la actividad
a desarrollar y el provecho que pueda generar esta para el país.
9. Extranjeros que ingresen al territorio nacional dotados de
una visa de Residencia con la obligación de completar dentro del
país los procedimientos correspondientes de formalización de la
residencia dominicana.

102
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105
SJRM-CENTRO BONÓ

COSTOS Y BENEFICIOS DE LA
MANO DE OBRA HAITIANA
EN EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN

INVESTIGADORES:
MILKA CUELLO
FELIPE SANTOS

107
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

108
Introducción

Todo estudio sobre las corrientes migratorias pasa necesaria-


mente por el análisis de la población más representativa en el país
de destino. En este sentido, se revela la migración de nacionales
haitianos/as como la más representativa de esta corriente en Repú-
blica Dominicana. Los debates relacionados con esta población
migrante inserta en los sectores productivos gira en torno a:
• La mano de obra haitiana en el sector construcción desplaza
o no a la dominicana.
• Es o no una carga económica la mano de obra haitiana, sea
para la sociedad dominicana o para el Estado dominicano.
Tradicionalmente, la inmigración de nacionales haitianos ha
estado muy vinculada al proceso productivo nacional. En las
primeras tres décadas del siglo pasado, la industria azucarera de-
mandó una cantidad importante de mano de obra que se suplía
de un tipo de inmigración temporal, de carácter estacional, basada
en el reclutamiento de trabajadores haitianos por acuerdo entre
los gobiernos de Haití y República Dominicana (OIM-FLACSO;
2004, 121). Esto, por señalar una dimensión de la economía en que
los nacionales haitianos han jugado un papel importante2.
1. Organización Internacional para las Migraciones, Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (2004). Encuesta Inmigrantes Haitianos en República Domini-
cana.
2. Un examen más detallado de esa situación los podríamos encontrar en el libro
de José Israel Cuello “Contratación de la mano de obra haitiana destinada a la
industria azucarera dominicana. 1952-1986”.

109
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Los datos obtenidos en la encuesta sobre inmigrantes haitianos


en República Dominicana realizada por OIM-FLACSO en 2004,
muestra que la mano de obra de origen haitiano se concentró en
dos nichos laborales, tales como el de la construcción (38,9%) y
el agrícola (34,3%).
A manera ilustrativa, para señalar solo una referencia concreta,
un periodista del Listín Diario3 señalaba que: “ninguna actividad
agropecuaria podría ser desarrollada en República Dominicana
sin la participación de los nacionales haitianos. La dependencia
está tan acentuada que líderes del sector agropecuario aseguran
que gran parte del crecimiento que ha experimentado el país en
materia de cultivo e incremento en la exportación de importantes
rubros no fuera posible sin la mano de obra de los inmigrantes
que llegan desde Haití [...] Estimaciones conservadoras de la Junta
Agroempresarial Dominicana (JAD) y del productor arrocero,
Victorio Valerio, indican que en el arroz, la ponderación de la
mano de obra haitiana es más significativa que la dominicana,
alcanzando el ciento por ciento en ciertos casos. Las estimaciones
en el ámbito nacional indican que de cada 10 trabajadores [sic],
nueve son haitianos.”
Es posible poseer informaciones parciales sobre determinados
aspectos de las múltiples relaciones que se establecen entre los traba-
jadores inmigrantes de origen haitiano y su impacto en la economía
nacional, considerados los aspectos de la parte de inversión social
de la cual ellos se beneficiarían y de los aportes que con la venta de
su fuerza de trabajo realizan al producto interno bruto nacional.
Una de las grandes limitaciones que tenemos para dar cuenta
de la realidad de los aportes de la mano de obra de origen hai-
tiano es la escasa información confiable existente en el país. Ello
constituye un fuerte impedimento para la elaboración de políticas
3. Jairon Severino <http://listin.com.do/app/article.aspx?id=3076> Fecha de consulta:
16.02.07

110
TOMO I

públicas que permitan atender de manera adecuada los derechos


de estas personas.

Al respecto, el “Informe Sobre la Pobreza en la República Domi-


nicana: Logrando un Crecimiento Económico que Beneficie a los
Pobres” del 31 de agosto de 2006, realizado por el Banco Mundial
y del Banco Interamericano de Desarrollo, señalaba lo siguiente:
“El estudio de los trabajadores migrantes haitianos está
severamente limitado por la falta de disponibilidad de infor-
mación sistemática confiable acerca de esta población. A la
fecha, ningún censo o encuesta nacional ha registrado ade-
cuadamente la población haitiana que vive en el país, y aparte
del conocimiento anecdótico y algunos trabajos realizados por
ONGs y estudios puntuales, es poco lo que se conoce con
certeza acerca de estos trabajadores migrantes.”

Partiendo de esta realidad, se consideró necesaria la realización


de este estudio a fin de dar cuenta de la situación de la mano de
obra de origen haitiano insertada en el sector de la construcción. La
información recolectada de fuentes de información primarias —tra-
bajadores de la construcción—, nos ha permitido dar respuestas a
las siguientes interrogantes: ¿Los inmigrantes haitianos desplazan
mano de obra dominicana?, ¿Cuál es el valor que le asigna el tra-
bajador dominicano a los diversos puestos de trabajo en el sector
construcción?, ¿Cuál es el costo económico al estado dominicano
de la mano de obra haitiana?, ¿Cuáles son los aportes económicos
de la mano de obra haitiana en el sector construcción?

A partir de las preguntas anteriores, se espera buscar expli-


caciones sobre las múltiples relaciones entre los trabajadores
inmigrantes de origen haitiano y su impacto en la economía na-
cional, considerados los aspectos de la parte de inversión social
y los aportes que, con la venta de su fuerza de trabajo, realizan al
producto interno bruto nacional.

111
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

C ONCEPTOS C LAVE :

Mano de obra haitiana, desplazamiento vertical, atractivo la-


boral, aporte de la mano de obra, capital, plusvalía y costo de la
mano de obra.

A SPECTOS M ETODOLÓGICOS

A raíz de las preguntas planteadas en el punto anterior, fueron


establecidas las siguientes hipótesis:
• La mano de obra haitiana en el sector construcción no desplaza
a la dominicana, puesto que estos realizan labores que no generan
un atractivo laboral para los otros.
• El aporte de la mano de obra haitiana a la economía nacio-
nal es mayor en relación al costo que representa para el Estado
dominicano.

UNIDAD DE ANÁLISIS

Se definió como población objeto de estudio a todos los tra-


bajadores haitianos y dominicanos identificados en proyectos de
construcción en el Distrito Nacional entre el octubre del 2007 y
abril del 2008.

OBJETIVOS
• General
Determinar el costo-beneficio de la mano de obra haitiana
no calificada en la rama de la construcción en la zona urbana de
Santo Domingo.

• Específico
i. Identificar los niveles de inversión realizados por el Esta-
do para con la mano de obra haitiana del sector construcción
en las zonas del estudio.
ii. Establecer el diferencial entre los costos y beneficios
112
TOMO I

entre los trabajadores haitianos y dominicanos ubicados en


la misma escala laboral.
iii. Identificar los niveles de desplazamiento de la mano de
obra dominicana en el sector construcción por parte de la
mano de obra haitiana.

BASES METODOLÓGICAS
Para la obtención de insumos o evidencias que contribuyan a
una mayor aproximación de la hipótesis de trabajo, se determina-
ron dos fuentes importantes:

La fuente primaria, se obtuvo a partir de las siguientes herra-


mientas:
a. Los Estados Financieros y de Resultados de 105 Empresas del Sector
Construcción.
b. Estudio de Campo Para el levantamiento de datos procedentes
del terreno, se aplicó:
b.i. La encuesta estructurada. Se diseñaron tres instrumentos
para el levantamiento de información destinados a los traba-
jadores (tanto haitianos como dominicanos), el empleador y
el maestro de construcción.
b.ii. Línea Base. Las limitaciones existentes en el acceso a
registros y listados oficiales de obras o proyectos de cons-
trucción, obligó a los/as investigadores a la realización de una
línea base para el diseño muestral. Fruto de esta recolección,
se reconocieron unos 23 proyectos en el Distrito Nacional,
específicamente de las circunscripciones no. 2 y 3, a partir
de los cuales fueron seleccionados 4 proyectos, tomando en
cuenta el tipo de obra y el tamaño de la obra o proyección
de la construcción en función de montos.
b.iii. Entrevistas a profundidad semi-estructuradas. Fueron
aplicadas seis entrevistas a profundidad, con actores per-
tenecientes a los distintos escalafones de la estructura del
trabajo de la construcción en las obras seleccionadas. Los

113
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

actores entrevistados se identificaron teniendo en cuenta el


proceso de construcción, desde la contratación de la mano
de obra (administración y dueños de empresas), el rol, la
función o el desempeño en el terreno laboral (gerentes o je-
fes de departamentos y supervisores), hasta el análisis de las
condiciones laborales semejantes (trabajadores dominicanos
y haitianos).

Fuentes Secundarias: basadas en informaciones bibliográficas


de las principales investigaciones e informes sobre la migración
laboral y el sector de la construcción.

ALGUNAS PRECISIONES TEÓRICAS

Breve Explicación Teórica sobre el Fenómeno de la Migración


Laboral.

Hay dos procesos sobre las migraciones laborales que se deben


explicitar. El primero busca averiguar por qué se produce la migra-
ción, es decir, por qué grandes contingentes de fuerza laboral emi-
gran a otros países. La segunda, cómo beneficia o no esta migración
el proceso de acumulación de capital, no solo en la generación de
una tasa de ganancia mínima sino también en el aporte de solucio-
nes ante las dificultades que se le presentan a ciertos sectores en el
proceso de acumulación para contratar fuerza de trabajo.

Tanto la migración del capital como la migración laboral pre-


sentan los mismos factores determinantes, es decir, que atraen la
mano de obra y el capital a determinada rama, sectores o activi-
dades. Karl Marx, analizando las razones desde las consecuencias
de disparidades de cuotas de ganancia entre ramas productivas,
expone:
114
TOMO I

“¿Cuál sería la consecuencia de esta diversidad en cuanto a las


cuotas de ganancia de los capitales colocados en las diferentes
ramas de la industria? La misma consecuencia que se produce
siempre que, por la razón que sea, se dan diferencias en las
cuotas medias de ganancia de las diversas ramas de producción.
El capital y el trabajo se desplazarían de las ramas menos
rentables a las más rentables; y este proceso de desplazamien-
to duraría hasta que la oferta de rama industrial aumentase
proporcionalmente a la mayor demanda y en las demás ramas
industriales disminuyese conforme a la menor demanda4”.

La razón por la cual un determinado capital emigra de una acti-


vidad, rama o sector, en busca de mejores condiciones para generar
beneficios, así mismo lo hace la fuerza de trabajo. Dentro del marco
de ciertos límites, ese capital humano emigra a ramas, actividades,
sectores, puestos laborales o países, en busca de condiciones de em-
pleo que permitan mejor vida o la producción y reproducción de la
unidad familiar. Cuando el espacio social-económico no es propicio
para tal acción, se generan las migraciones laborales. Ahora bien,
este proceso que desencadena la migración tiene otros factores que
estimulan el fenómeno en espiral. La migración laboral intramar o
intrapuestos de trabajo crea, necesariamente, escasez relativa que
pone un límite al proceso de acumulación de capital.

Todos los países son o pueden ser focos de origen y destino


(reales o potenciales), de los movimientos de personas simultá-
neamente, de contextos y condiciones socio-económicas y cultu-
rales, así como niveles de inclusión y equidad diferentes5. Estos
4. Marx, Karl, Salario, Precio y Ganancia, Ediciones en Lenguas Extranjeras Pekin,
1976. Primera edición 1976, pag.8-9
5. OIM-OIM, Proposition Pour Une Politique de Gestion de la Migration de la Main-
d’œuvre En Haití: Rapport: Prepare par le Groupe interministeriel et intersectorial
pour le renforcement des capacites de gestion de la migration de main-d’Ouvre,
Pag. 13-15.

115
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

desplazamientos humanos están fuertemente asociados a: 1) una


situación real y desproporcional de acceso a las posibilidades y
oportunidades (personales, institucionales, nacionales) de desarro-
llo socio-económico, desde una perspectiva integral e inclusiva;
2) un contexto mundial con grandes distancias en cuanto a la
distribución de los recursos y la riqueza, lo cual conduce agudizar
sus niveles de desigualdad y pobreza.

1. Referencia Conceptual-teórica adoptada y especificidad de


los procesos y subprocesos de la producción a partir del Sector
de la Construcción.

Para fines del presente estudio, se adopta como sector cons-


trucción todas las actividades, desde el levantamiento, ampliación,
reparación y remodelación de edificios o estructuras tales como
viviendas, comercios, edificios industriales, oficinas, carreteras,
puentes, muelles, vías férreas, obras de riego e hidráulicas y
otras clases de construcción realizada por empresas con dichos
fines. Es importante recordar que la actual investigación se
centra en la sub-rama de construcción de obras de vivienda o
residenciales6.

El IDEC expone, en su documento7, que los productos de


la construcción son el resultado de un largo período de trabajo
continuo, cuyas múltiples jornadas culminan con la consecución
de un producto parcial en elaboración progresiva, que solo al final
de los procesos y subprocesos se tiene un producto listo para su
6. La investigación y el desarrollo del concepto de “construcción” como unidad
de producción independiente de la empresa constructora que la lleva a cabo, se
nutren de aspectos claves de interés del documento: “Producción y Comerciali-
zación de tecnología. Experiencias del Instituto Experimental de la construcción
(IDEC) de la Universidad Central de Venezuela.
7. “Producción y Comercialización de tecnología. Experiencias del Instituto Ex-
perimental de la construcción (IDEC) de la Universidad Central de Venezuela.

116
TOMO I

consumo: ejemplo, la casa, el local comercial, la autopista, la presa


o hidroeléctrica, el muelle o puerto.

Los distintos procesos y subprocesos en que se torna la di-


visión social del trabajo de la construcción se articulan entre sí
y en su conjunto de una manera dominantemente heterogénea
en materia de demandas de un horario fijo (IDEC). Desde este
aporte, se deriva que cada proceso y subproceso tiene un tiempo
de trabajo socialmente determinado que juntos conforman el
tiempo total.

El proceso de producción del sector construcción opera como


ensamblaje de procesos independientes unos de otros, pero reunidos
en una secuencia específica para dar lugar al productor final. Ya
Karl Marx había expresado esta pecularidad de la división social
del trabajo cuando expone: Las diversas operaciones que el productor
de una mercancía ejecuta alternativamente, y que se entrelazan en la tota-
lidad de su proceso de trabajo, le plantean exigencias diferentes. En una de
aquellas debe emplear más fuerza, en la otra más destreza, en la tercera más
atención intelectual, etc. y el mismo individuo no posee estas cualidades en
grados iguales.

Tras la separación, autonomización y aislamiento de las diversas


operaciones, se distribuye, clasifica y agrupa a los trabajadores
según sus cualidades predominantes. Y si bien sus peculiaridades
naturales constituyen la base en la que se inserta la división del
trabajo, la manufactura, una vez implantada, desarrolla fuerzas
de trabajo que por naturaleza solo sirven para desempeñar una
función especial y unilateral.

El obrero colectivo posee ahora, en un grado igualmente elevado


de virtuosismo, todas las cualidades productivas y las ejercita a la
vez y de la manera más económica, puesto que emplea todos sus
órganos individualizados en obreros o grupos de obreros parti-
117
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

culares, exclusivamente para su función específica. La unilatera-


lidad, e incluso la imperfección del obrero parcial, se convierten
en su perfección en cuanto miembro del obrero colectivo. El
hábito de desempeñar una función unilateral lo transforma en
órgano actuante naturalmente seguro de la misma, mientras que
la interconexión del mecanismo total lo obliga a funcionar con la
regularidad inherente a la pieza de una máquina.8
Hay un elemento de la exposición de Karl Marx en el mismo
texto precedente, muy importante para la presente investigación,
que conduce a abrir un camino explicativo de la migración en el
sector construcción, y es cuando expresa que: La manufactura,
pues, desarrolla una jerarquía de las fuerzas de trabajo, a la que
corresponde una escala de salarios. Si, de una parte, el obrero
individual es asignado y anexado vitaliciamente a una función
unilateral, las diversas operaciones laborales se adaptan, asimismo,
a esa jerarquía de capacidades naturales y adquiridas9’’.
¿Qué pasa con la oferta de fuerza de trabajo cuando ese salario
está por debajo del costo de producción y reproducción de la
fuerza de trabajo y su unidad familiar, o por debajo del estilo de
vida imperante en una sociedad? Rowwthorn, analizando el va-
lor de la fuerza de trabajo y la subsistencia en el capital y salario,
precio y ganancia de Karl Marx, expresa que algo sucederá con
la oferta de fuerza de trabajo, y más cuando esta tiene alternativa
de emplearse en diversas actividades productivas. Su conclusión
es la siguiente: “si los salarios descienden por debajo del nivel requerido,
habrá un descenso de la cantidad o la calidad de la fuerza de trabajo dispo-
nible, aunque los salarios se mantengan por encima del mínimo puramente
biológico o fisiológico10”.
8. Karl Marx, División del Trabajo y Manufactura, Capítulo XII, El Capital Tomo I,
pag. 425, http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/12.htm
9. Karl Marx, División del Trabajo y Manufactura, Capítulo XII, El Capital Tomo I,
pag. 425, http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/12.htm
10. Bob, Rowwthorn, Capitalismo, Inflación y conflicto, pag. 187, primer párrafo, y
pag.188

118
TOMO I

Este planteamiento teórico expresa que en los oficios o pues-


tos de trabajo cuyos salarios están por debajo del salario de
subsistencia o del salario que cubra el estilo de vida imperante,
al capital se le presentará una escasez o dificultad para contratar
fuerza de trabajo, pero al final, el capital encontrará soluciones ya
sean propias o con el apoyo del Estado. En este sentido, plantea
que el proceso de acumulación nulifica el mundo de la econo-
mía y a través del comercio y la migración trae trabajadores de
países diferentes (Rowwthorn, pag.165); los/as trabajadores/as
inmigrantes que vienen de países más pobres aceptarían dichos
puestos de trabajo porque, con relación a su realidad, representan
una mejoría, aunque la fuerza de trabajo nativa difícilmente se
las arreglaría para sobrevivir en dichas condiciones. Mediante
este mecanismo, el capital resuelve la estampida de mano de obra
nativa en empresas que imponen esas condiciones.

Pero el capital encontrará soluciones antes las dificultades que


presenta el proceso de acumulación mediante nuevos métodos,
formas de organización y tecnologías. Teóricamente, se espera que
en el sector construcción, la mano de obra nativa se concentre en
los oficios o puestos de trabajo cuyos salarios o ingresos están más
cercanos al costo de la canasta de bienes y servicios.

En la medida en que las condiciones salariales que impone


el modelo de regulación del capital de construcción no puedan
contribuir a la reproducción del ciclo vital de la fuerza de trabajo
y su unidad familiar; es decir, si el costo socialmente necesario de
producción y reproducción de la fuerza de trabajo y su unidad
familiar o del nivel de estilo de vida imperante no pueden cons-
tituirse a partir de los ingresos laborales en la construcción, se
genera un proceso de redistribución laboral ascendente en los
procesos y subprocesos del sistema de producción. Esto provoca
que el capital se encuentre con obstáculos para articular respuestas,
desde lo laboral, a la conformación de su ganancia adecuada al
119
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

proceso de reproducción del mismo y a contrarrestar los facto-


res que tienden a disminuirla (alta depreciación de maquinarias
y equipos, costos financieros, capital inmovilizado, economía de
escala, endeudamiento a corto plazo con restricción de liquidez a
corto plazo e incentivos tributarios).

El capital, al articular acciones de contra-tendencia de su már-


genes de beneficios, crea un régimen de regulación laboral que
tiende a estructurar un régimen salarial desconectado del costo
socialmente necesario para reproducir al trabajador y su unidad
familiar, desencadenando una movilidad vertical laboral hacia
empleos cuyos ingresos sean más favorables a las estrategias de
enfrentamiento del costo de vida. Esto crea déficit de mano de
obra nativa en la escala de ingresos de base, y la política laboral y
migratoria puede ser uno de los tantos mecanismos que faciliten
el flujo de mano de obra extranjera hacia esos puestos.

Cuando los trabajadores de la construcción confrontan las


condiciones salariales que impone el modelo de regulación del
capital con alternativas de generación de ingresos (remesas, mo-
toconcho11, pequeño colmado, venta de bienes y servicios, etc.),
se desarrolla capacidad de elección entre los diversos empleos
demandados por cada proceso y subproceso, y la selección de
aquellos con remuneración, acorde con el costo social necesario,
según sus competencias.

El impacto de esta situación se refleja en los obstáculos que


enfrenta el capital para explotar la fuerza de trabajo nativa a la tasa
de ganancia mínima general impuesta por la competencia entre
los capitales del sector bajo las particularidades expuestas con
anterioridad. Al capital le queda como solución la contratación de
mano de obra cuyo costo socialmente necesario de producción y
reproducción de su ciclo vital sea menor a la mano de obra domi-
nicana, aunque a largo plazo, esta mano de obra tiende a moverse
11. Medio de transporte público, que utiliza un vehículo de motor de dos ruedas.

120
TOMO I

bajo la misma lógica ascendente en materia de puestos de trabajo


a medida que vaya ganando competencias laborales y alternativas
de ingresos independientes al de la construcción.

En un mercado de trabajo abierto (trabajador nativo y traba-


jador extranjero) se presentan flujos y reflujos para resolver los
problemas con que se topa el proceso de acumulación de capital:
se importa mano de obra que escasea o presenta estampida de
fuerza de trabajo nativa desde los puestos de trabajo con remu-
neración baja respecto al costo social necesario, hacia puestos de
ingresos acorde a este costo o reproducción de la fuerza de trabajo
o su nivel de estilo de vida. La metodología de trabajo adoptada
compara, para corroborar este planteamiento, los ingresos y los
costos de vida de los trabajadores dominicanos y trabajadores
inmigrantes haitianos.

Como quedan interrelacionadas las hipótesis al cuerpo teórico


adoptado; es decir, ¿cuáles variables darán explicación a la hipótesis
de trabajo derivadas del cuerpo teórico? Si la mano de obra inmi-
grante contribuye con la mano de obra nativa a generar la plusvalía
al capital, entonces, se cumple la definición de que la mano de
obra, a diferencia de los demás elementos constitutivos del capital,
es el único costo que genera un valor superior al mismo. Pero si la
misma está desprovista de seguridad social y otros gastos sociales,
su contribución a la ganancia o plusvalía es mucho mayor que la
mano de obra que goza de estos derechos sociales.

HALLAZGOS:

1. MANO DE OBRA HAITIANA Y SECTORES


PRODUCTIVOS DOMINICANOS

1.1 Salarios, Precios y Ganancias en el Sector Construcción.


Durante el período 2004-2005 el sector construcción fue visto
a través del comportamiento económico de 105 empresas repre-
121
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

sentativas de las sub-ramas: Construcción de Edificios, Partes y


Obras Civiles; Alquiler de Equipos de Construcción, Demolición
Dotados de Operarios, Terminación de Edificios, Acabados para
Construcción y Reparación de Terrenos12. Ese sector registró un
aumento de la capacidad instalada tanto de las ventas, como de
la plusvalía producida por los trabajadores formales e informales
durante 2004-2005 y una baja en 2006 (Tabla No. 1).
TABLA NO. 1. INDICADORES ECONÓMICOS, FINANCIEROS Y
TÉCNICOS DEL SECTOR (EN MILLONES DE RD$)
Conceptos 2004 2005 2006
Capacidad instalada:
Maquinaria, Equipo
y Mobiliarios 2,612.93 2,894.95 2,231.6
Ventas y Prestación de
Servicios 9,460.54 9,777.49 9,043.1
Plusvalía Producida por
los Trabajadores Formales
e Informales 1,252.37 1,589.14 1,433.70
Cuota de Plusvalía (en base
trabajador asalariado) 927.13% 1,192.33% 1,272.14%
Ganancias Retenidas por
el Sector 586.58 565.38 439.0

Fuente: Construcción propia en Base a Informaciones del Estudio Sectorial para la Banca,
Banco Central de República Dominicana y Superintendencia de Bancos, 2007 y las Encuestas
de Fuerza de Trabajo de 2004, 2005 y 2006 del Banco Central13.

12. Datos e Informaciones Tomados del Estudio Sectorial para la Banca, Banco Central de
la República Dominicana y Superintendencia de Bancos, 2007.
13. (1) Los gastos de personal asalariado y trabajador por cuenta propia se esti-
maron mediante el siguiente procedimiento: los gastos en trabajador por cuenta
propia se dividieron entre los gastos en trabajador asalariado sueldos y salarios, y
se multiplicó por la relación Nº de trabajador por cuenta propia entre Nº de tra-
bajador asalariado. Esto se multiplicó por el valor de los gastos en sueldos y sala-
rios para cada año que consta en los Estados de Resultados de las 105 empresas.

122
TOMO I

Un hecho importante es que el aumento de la plusvalía se pro-


duce simultáneamente con una caída leve de las ganancias y los
sueldos y salarios del sector. En tal sentido, se puede considerar
que la caída de la ganancia con aumento de la plusvalía lo deter-
mina o explica el alto nivel de composición orgánica de capital
con que operan el núcleo de empresas del sector (por el aumento
de la depreciación y amortización).

El sistema de regulación empresarial de la fuerza de trabajo


bajo la modalidad de subcontratación contribuye a imprimirle a
los costos de construcción la flexibilidad general necesaria para
enfrentar la inflexibilidad de ciertas variables y costos como son la
depreciación por la alta composición orgánica del mismo, el lento
proceso de realización de la plusvalía (el problema de las ventas
de los productos) y la alta participación del capital financiero en la
apropiación de la plusvalía del sector. Esta situación a nivel macro
debe reflejarse, de igual modo, a nivel micro (planteada en la en-
cuesta a los trabajadores por cuenta propia) en una participación
precaria de los trabajadores dominicanos y haitianos entrevistados
sobre la distribución del ingreso o valor agregado.

Adicional a esta realidad, el sector presenta otras características


(visto a través de 105 empresas representativas) estructurales, a
saber:
a. Unos activos fijos con participación significativa dentro
de los activos totales: 28.5% en el 2004 y 31.4% en el 2005, lo
cual significa una composición orgánica de capital alta: 52.47:1
y 56.56:1 para los años 2004 y 2005, respectivamente.
b. Unos ciclos operativos relativamente largos, con obliga-
ciones económicas y financieras de corto plazo: 64% de los
pasivos son de corto plazo, compuesto por crédito de supli-
dores, primero y, segundo, por endeudamiento financiero.
c. Una importancia significativa de los activos de corto
plazo, los cuales representan 61.4% de los activos totales y, a
su vez, los inventarios representan 60% de los mismos.
123
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

d. Los principales suplidores de los materiales básicos


(cementos, varillas, arenas y otros), tienen una posición
dominante en sus mercados, por lo cual, las empresas de
construcción cuentan con baja capacidad para hacer bajar los
precios de los materiales a niveles razonables a las condiciones
que determinan la capacidad de pago de los demandantes de
sus productos.
e. El trabajo asalariado e informal se revela como la variable
más flexible con que cuentan las empresas para adecuarse al
cambio de condiciones de los mercados, tanto de suplidores
como de demandantes de sus bienes. Esto puede visuali-
zarse en el comportamiento alcista de la cuota de plusvalía
(plusvalía/sueldos y salarios): 9.27%, 11.92% y 12.76%, para
los años 2004, 2005, 2006, respectivamente, y la caída de la
participación de los sueldos y salarios en el valor agregado:
9.74% en 2004, 7.74% en 2005 y 7.27% en 2006.

Al tomar el valor de las ventas por empresa como indicador


para caracterizar su estructura empresarial, la preponderancia de la
pequeña y mediana empresa como agentes económico es evidente,
pero no como el mayor generador de plusvalía. La sub-rama de
construcción de edificaciones y obras civiles tiene registrada 784
empresas en la “Dirección General de Impuestos Internos”, de las
cuales 93.9% son pequeñas, es decir, con ventas menores a RD$50
millones que generaron 24.8% de los ingresos operacionales ne-
tos de la sub-rama. Las grandes empresas, por el contrario, solo
equivalen al 0.6% de las 784 empresas que generaron 47.2% de los
ingresos operacionales netos de la sub-rama. Esto significa que las
grandes empresas marcan el ritmo de crecimiento del sector y las
pequeñas y medianas, el ritmo del empleo, es decir, la magnitud
del valor agregado es generado por las grandes empresas.

Las informaciones precedentes permiten visualizar la existencia


de una especialización en materia del negocio, donde las grandes

124
TOMO I

empresas, además de generar la mayor parte del ingreso operacio-


nal neto, fungen como contratistas, asumiendo responsabilidades
para los grandes contratos en su rol general como constructores y
de procesos de mayor complejidad, por lo que suelen concentrarse
en actividades de obra civil y grandes edificaciones y subcontra-
tan o tercerean las actividades que, a igual capacidad productiva,
implican menor costo de mano de obra. Esta transacción se
opera porque la empresa o persona subcontratada va a producir
un servicio con igual nivel de productividad pero rindiéndole al
contratante una mayor tasa de ganancia; de lo contrario, la ope-
ración no se realiza. Aún pagando a la PYMES subcontratada,
Seguridad Social, prestaciones laborales y otras cargas sociales al
trabajador, la diferenciación salarial que impone la Ley Laboral le
da ganancia de causas al contratante, ya que los salarios mínimos
se establecen por el tamaño del capital de la empresa y, en este
terreno, la PYMES implica ahorro salarial para todo el sector y
no para esta misma.

Por lo que por cada peso14 gastado en la subcontratación de


mano de obra, sin distinción de nacionalidad, por parte de la
empresa de construcción, la mano de obra rindió un beneficio
de RD$2.31 en 2004, RD$2.10 en 2005 y RD$2.84 en 2006, para
un rendimiento promedio de RD$2.48. Siendo la mano de obra
haitiana subcontratada y regulada por las mismas prácticas em-
presariales que la dominicana; esta rinde en promedio RD$2.48,
por cada peso invertido por la empresa.

De la plusvalía producida por los trabajadores formales y


subcontratados (nacionales o extranjeros) de 105 empresas que
reportaron ganancias, el Gobierno Central percibió RD$122.73
millones en 2004, RD$152.2 millones en 2005 y RD$87.5 millones
en 2006 por concepto de impuesto sobre la renta empresarial,
14. Datos extraídos de los Estados financieros y de resultados, Estudios Secto-
riales para la Banca, Superintendencia de Bancos de la República Dominicana.

125
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

para un total de RD$362.43 millones. Los impuestos sobre la


renta empresarial son una fracción de la plusvalía generada por
los trabajadores y, por tanto, los mismos son generados en parte
por la mano de obra haitiana. Esto significa que el Estado percibió
0.11 centavos por cada mano de obra haitiana que contribuyó a
la producción de la plusvalía.

1.1 COSTO DE CONSTRUCCIÓN, PARTICIPACIÓN


DE LA MANO DE OBRA E INGRESOS PERCIBIDOS

El reflejo macro del sector se corrobora con la micro-realidad y


esto se verifica a través de las informaciones cedidas por una im-
portante empresa de construcción sobre la estructura de costos de
un proyecto de 6 edificios15. En este proyecto, el costo de la mano
de obra representa 4.87% y si se agrega la Seguridad Social que
establece el Fondo de Pensiones y Jubilaciones de los Trabajadores
de la Construcción, sube a 5.81% del costo total de la obra. Este
costo corresponde a la mano de obra que el contratista detalló en
el cuadro de análisis, ya que existen otros costos de mano de obra
que no fueron detallados. Los renglones materiales y los servicio-
suministros representan 93.93% del costo general de la obra.
TABLA 2: COSTOS DE PRODUCCIÓN Y PARTICIPACIÓN EN
EL COSTO DE LA MANO DE OBRA
Partidas Costos (en RD$) Participación %
Impermeabilizante 159,545.57 0.18%
Equipos 905,091.60 1.04%
Mano de obra 4,225,882.43 4.87%
Materiales 31,479,408.72 36.26%
Servicio-suministro 50,042,718.68 57.64%
Total 86,812,647.00 100.0%

Fuente: Construcción propia a partir informaciones de costos de un Proyecto Habitacional


cedido por una empresa de construcción para este estudio.
15. Informaciones ofrecidas por una empresa de construcción que colaboró con
la investigación.

126
TOMO I

La Secretaría de Estado de Trabajo (SET), en su estudio sobre


los salarios en la economía dominicana, estimó la participación
de los salarios en el Producto Bruto Interno en 34% y, en el caso
del sector construcción, en 22% del valor bruto de la producción,
según los datos de cuentas nacionales del año 1994.

Dado que la fuerza de trabajo bajo análisis pertenece a pro-


yectos de apartamentos (vivienda multifamiliar) con altos niveles
de mecanización de los procesos y que son para familias de altos
ingresos, y tomando en cuenta el estudio sobre salarios de la
SET, se infiere que el costo de la mano de obra directa tendría
una participación de 28% dentro de los costos totales (materiales
- mano de obra - equipos y maquinarias).

Sobre los costos de la mano de obra, tanto haitiana como domi-


nicana, partiremos del levantamiento realizado para fines de esta
investigación, haciendo énfasis en los costos que representan en
salario, seguros de salud y servicios públicos.

Como se muestra en la Tabla 3, el 86% del total de trabajadores


que respondieron esta pregunta, ganan como máximo RD$600
diarios. El tope más alto registrado como pago diario fue de
RD$1,200.
TABLA 3: SALARIO DEVENGADO POR LA MANO DE OBRA
Escala salarial Total Dominicanos Haitianos Porcentajes
(en RD$) trabajadores totales
Menos de 300 21 10% 90% 100%
301 a 400 33 27% 73% 100%
401 a 500 12 33% 67% 100%
5001 a 600 8 25% 75% 100%
601 a 700 6 33% 67% 100%
7001 a 800 2 50% 50% 100%
Más de 800 4 50% 50% 100%
No registrados 20
Total general 106
Fuente. Construcción propia a partir del levantamiento realizado para este estudio.

127
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Del total de trabajadores de ambas nacionalidades que decla-


raron el monto que ganaban cada semana, el 24% corresponde a
ayudantes, seguidos por el 19% que representa a albañiles.

Recibir un pago entre RD$301 a RD$400 pesos a la semana es lo


más frecuente entre los trabajadores consultados. Los trabajadores
que dijeron recibir estos montos se encuentran en un escalafón
laboral bajo, como es el caso de los ayudantes. Los trabajadores
que dijeron ganar más de RD$600, realizan trabajos de mayor
nivel de especialización o semi-calificados, como es el caso de los
colocadores de cerámica, plomería y albañilería.

Es importante destacar que los trabajadores ayudantes, que


representan 34% del total de los consultados (tanto ayudantes
por la empresa como ayudantes por la casa o dueño de la cons-
trucción) ganan, en su mayoría, menos de RD$400. Este dato
es de suma importancia ya que, según la resolución No. 3/2007
de la Secretaría de Estado de Trabajo sobre el salario mínimo de
carácter nacional, los ayudantes de este sector y sectores afines
deben ganar RD$414 diarios.

Esta violación a las leyes laborales, tiene un impacto positivo


en las empresas de la construcción, ya que contribuye a que las
mismas tengan una mejor participación en la repartición de la
plusvalía producida por los trabajadores entre todos los capitales
que participan en la generación del producto final y el Gobierno
Central (percibe parte de la plusvalía mediante el impuesto a la
ganancia y las sanciones a las violaciones). Esta violación tiende
a compensar la alta apropiación que hace el capital financiero de
la plusvalía producida por los obreros de la construcción.

128
TOMO I

TABLA 4: AHORRO SALARIAL POR EL INCUMPLIMIENTO


DE LA TARIFA DE SALARIOS
Puesto de Ayudante Pagos recibido Ingresos Ingresos Ahorro
(general y por la casa) por día (en RD$) estimados en base a salarial
(22 días la tarifa
laborales legal de
y en RD$) RD$414
1 240 5,280.00 9,108.00 3,828.00
1 250 5,500.00 9,108.00 3,608.00
0 280 6,160.00 9,108.00 2,948.00
14 300 6,600.00 9,108.00 2,508.00
2 325 7,150.00 9,108.00 1,958.00
11 350 7,700.00 9,108.00 1,408.00

Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento realizado para este estudio.

Es pertinente resaltar que, del total de trabajadores que desem-


peñan la función de ayudantes, el 90% corresponde a mano de
obra haitiana, por lo que estos trabajadores son piezas clave, como
los demás trabajadores nacionales, en la generación de un margen
de ganancia que sea compatible con sus expectativas.

Sobre la seguridad social, el 34% de los trabajadores haitianos


y el 32% de los dominicanos dijo tener Seguro de Salud (ver
Ilustración 1).
ILUSTRACIÓN 1. TENENCIA SEGURO DE SALUD
Dominicana Haitiana

34%
32% 32% 32%

26%

8%
5%

6%
3%
1%
Fuente: Construcción
propia a partir del levan-
NR/NS
Seguro de
Salud
Seguro
contra
Ninguno Algunas de
las tamiento realizado para
Accidente de
trabajo
anteriores
este estudio.

129
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En lo que respecta a seguros contra accidentes, el 26% de los


dominicanos y el 15% de los haitianos dijo tener seguro de este
tipo. Tres de los supervisores y/o dueños de obras comentaron
que las empresas destinaban de 1% del valor de la obra al pago de
seguro contra accidentes, sin embargo, este es el que menos dicen
tener los obreros consultados de ambas nacionalidades.
Si se profundiza el análisis en materia de utilización de estos
servicios, se tiene que el 52% del total de trabajadores es llevado
a un hospital público en caso de tener un accidente. De estos,
65% son haitianos y 31% dominicanos; el 4% restante no contestó
esta pregunta.
De los trabajadores que dijeron ser llevados a una clínica privada,
55% es haitiano y 45% restante dominicano. Mientras que de los
trabajadores que por un accidente son enviados a su casa, el 93%
corresponde a obreros del vecino país. Es importante resaltar que
al 25% del total de los trabajadores se les descuentan los días que
no pueden ir a prestar servicios por haber tenido un accidente en el
trabajo que realiza dentro de la obra. De estos, el 65% son obreros
haitianos.
Si un inmigrante asiste a un centro de salud estatal, ya este ha
contribuido a financiar los gastos del mismo vía su papel en la
generación de la plusvalía de la cual el gobierno toma una parte en
forma de impuesto sobre la renta. Si la empresa paga el seguro de
riesgo laboral y este no llega al prestador del servicio de salud no
es responsabilidad del trabajador porque ya hizo su aporte, sino
de la situación de inoperancia del sistema para recaudar, fiscalizar
y controlar el proceso.
Los datos preliminares, sujeto a una mayor profundización,
indican que el aporte de la mano de obra al Gobierno Central es
mayor que la pudiese haber recibido, ya que:
a) Esta mano de obra genera 0.11 centavos por concepto
de impuesto a la renta empresarial que el gobierno toma de la
130
TOMO I

plusvalía como referencias para el cálculo el 2.48% promedio


de rendimiento, como se muestra más arriba.
b) Al Estado recibir el pago del riesgo laboral, como ha
expresado la empresa de construcción, calculado en base a
1% del valor de la obra para cubrir a todos los trabajadores,
tanto haitianos como dominicanos, siendo parte de este apor-
te, al no recibir los servicios, su aporte es mayor. En parte,
esto explica la acumulación de recursos de las aseguradoras
de riesgo laboral. Al trabajador haitiano no estar registrado
y carecer de documentos de identidad, el gasto que realizan
algunas empresas por ese concepto no tiene contraprestación
y, por tanto, se acumula.

2. BENEFICIOS DE LA MANO DE OBRA


EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN

Para profundizar en el análisis en relación al aporte real de la


mano de obra haitiana en el sector construcción, es necesario ver
no solo el peso económico de la misma, sino también el aporte
que genera al proyecto y a la economía en un sentido más amplio.
Para este análisis, es necesario conocer los montos que esta mano
de obra gasta en pago de servicios y alimentación en el país.

TABLA 5: GASTOS MENSUALES EN PAGOS DE SERVICIOS


Monto Suministro de Recogida de Pago de agua
gastados energía mensual basura mensual mensual
(RD$) Dominicana Haitiana Dominicana Haitiana Dominicana Haitiana
100 o menos 0% 14% 0% 0% 10% 10%
101 a 300 21% 21% 33% 0% 50% 10%
301 a 600 7% 14% 33% 33% 10% 10%
601 a 900 4% 7% 0% 0% 0% 0%
Más de 9001 4% 7% 0% 0% 0% 0%
Sub-total 36% 64% 67% 33% 70% 30%
Total 28 3 10

Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento realizado para fines de este estudio.

131
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Del total de trabajadores consultados, el 26% paga energía


eléctrica, mientras que el 9% paga la recogida de basura y el agua
potable y el 3% la recogida de basura. Los montos más frecuentes
por el pago de los servicios descritos oscilan entre los RD$100
y RD$300.
ILUSTRACIÓN 2. MONTOS POR PAGOS DE SERVICIO

Dominicana Haitiana

62%

41%
30%
22%
11% 12% 11% 7%
5%

Menos 21 a 40 41 a 60 61 a 80 Más de
de 20 80
Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento realizado para fines de este estudio.
Del total de trabajadores consultados, el 56% declaró que la
energía la paga el dueño de la casa, el 43% no la paga el dueño y
el 1% restante no respondió a la pregunta. El 44% de los traba-
jadores no paga este servicio.

Los gastos de transporte y alimentación, son los que han de-


clarado ser más recurrentes entre los entrevistados. El 86% de la
mano de obra declaró tener gastos de transporte. De estos, el 70%
son haitianos y el 30% restante dominicano.

Estos costos, como se muestra en la Ilustración 2, van desde los


RD$20 hasta los RD$80 diarios. El 62% de los haitianos y el 41%
de los dominicanos declararon gastar entre RD$21 y RD$40. En
este sentido, y siguiendo el supuesto de que trabajan 22 días labo-
rales y que el gasto promedio es de RD$30, el gasto de transporte
estimado es de RD$660 mensuales.
132
TOMO I

Al seguir adentrándonos en los gastos en servicios de los tra-


bajadores de la construcción, nos encontramos con lo gastado por
estos en salud. Al preguntársele sobre quién asumió los costos de
los últimos problemas de salud que este o algún familiar hayan
tenido, del total que respondió a la pregunta (84), el 87% contestó
que él los había asumido y solo el 6% respondió que los mismos
fueron cubiertos por su Seguro de Salud.

Lo anterior llama profundamente la atención; el 34% de los tra-


bajadores haitianos y el 32% de los dominicanos dijeron contar con
este servicio. Esta información nos lleva a pensar que la tenencia
de seguros de salud no es tal. Cabe resaltar que, al momento de
hacer la encuesta, se les preguntó a algunos trabajadores si tenían
el carné y si nos lo podían enseñar y la respuesta fue negativa.

En lo que respecta a los gastos en alimentación, el 72% de los


trabajadores que respondieron a esta cuestión (102), dijeron gastar
entre RD$100 y RD$300 pesos diarios, seguido por el 22% que dijo
gastar más de RD$300 y menos de RD$600. Es decir, que el monto
promedio por alimentación es de 200 pesos diarios, incluyendo
desayuno, comida y cena, partiendo del grupo que dijo gastar en-
tre RD$100 y RD$300. En este sentido, teniendo RD$200 como
gasto promedio para la mayoría de los trabajadores y siguiendo
el supuesto de 22 días trabajados, se estima que, mensualmente,
el trabajador gasta en alimentación RD$4,400.

Los gastos familiares también son significativos para las perso-


nas que trabajan en el sector; estos los analizaremos por los gastos
en alquiler de vivienda y pago de colegio de los hijos/as. En este
sentido, tenemos que el 76% de los trabajadores entrevistados
viven en casas alquiladas, de los cuales el 79% son haitianos y el
resto dominicanos. El monto más frecuente de pago para ambas
nacionales es de RD$1,500 pesos mensuales para el pago de su
vivienda, ya que el 26% de los trabajadores haitianos y el 19% de los
133
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

dominicanos así lo declararon. A este monto le siguen los traba-


jadores que dicen pagar entre RD$2,001 y RD$2,500 con un 15%
del total de la población encuestada de ambas nacionalidades.

Otro de los gastos que los trabajadores realizan en sus familias


es el pago de la educación a sus hijos/as. En este sentido, solo el
17% (18 casos de ambas nacionalidades) del total de la población
respondió que paga este servicio. De este total, el 72% corresponde
a migrantes haitianos y el resto a dominicanos.

Los montos de pagos por este servicio, según lo declarado por los
trabajadores, van de RD$50 a RD$6,000 pesos mensuales. Del total
de ambas nacionalidades, el 66% paga menos de 1000 pesos men-
suales. Solo un nacional haitiano reportó gastar RD$6,000 pesos.

En el caso de muchos obreros eventuales, los gastos familiares


trascienden nuestra frontera territorial. Es decir, los trabajadores
migrantes, en su mayoría, tienen que enviar remesas a sus parientes
en Haití. En tanto que los dominicanos tienen que enviar dinero al
interior del país. En este sentido, de la población total consultada,
el 61%, declaró enviar remesas algún familiar. De estos, el 88% son
trabajadores haitianos y el 22% restante dominicanos.

ILUSTRACIÓN 3. PERSONAS A QUIEN ENVÍA


REMESAS EN HAITÍ

23%
21% 19%
16%

11%
5%
3% 1%

Fuente: Construcción
re re propia a partir del levan-
S
as

as
ia
s

ad
ia

ad
/N
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ov
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este estudio.
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tro
M

Es
M

134
TOMO I

Del total de trabajadores haitianos que respondieron esta pre-


gunta, el 78% dijo que las remesas son enviadas a sus familiares.

Como se muestra en la Ilustración 3, el 23% envía remesas a su


madre, seguido por el 21% que lo hace a otros familiares. Como
se muestra, el envío de remesas está mayormente concentrado en
miembros de su familia de origen.
3. CARACTERÍSTICAS DE LA MANO
DE OBRA EN EL SECTOR CONSTRUCCIÓN

3.1 EDAD
La población encuestada se concentra fundamentalmente en-
tre 21-30 años, representando 58% de la fuerza laboral ocupada.
Al desagregar estos valores, según la nacionalidad, el 59% de los
trabajadores dominicanos se concentra entre edades de 21 y 30
años, mientras que el 83% de origen haitiano, tiene menos de 30
años de edad.

Esto indica que el sector cuenta con una mano de obra haitiana
joven en mayor proporción que la dominicana, y esto es lógico,
ya que los jóvenes realizan labores de mayor exigencia física y
riesgos, como son levantar varillas, cementos, cargar block, entre
otras, que constituyen los escalafones por lo que, en general, se
inserta esta población.

Los datos levantados coinciden con las informaciones de la


Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo del 2007, del Banco
Central, que indica que la fuerza laboral del sector construcción
se concentra en el tramo de edad de 20 a 39 años (ver Tabla 6).

135
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

TABLA 6: FUERZA DE TRABAJO OCUPADA EN EL SECTOR


CONSTRUCCIÓN SEGÚN TRAMOS DE EDAD, ABRIL 2007
Tramos de edad Total Representación %
10-19 14,349 5.82
20-39 128,823 52.3
40-59 88,909 36.09
60 y Más 14,255 5.79
Total 246,336 100

Fuente: Encuesta de Fuerza de Trabajo de 2007. BC. Construcción Propia.

La baja proporción de fuerza de trabajo comprendida entre 60


años y más de edad responde a la naturaleza física de la actividad
de construcción, ya que se requiere gran esfuerzo físico y se de-
sarrollan en un ambiente hostil y precario.

3.2 NIVEL EDUCATIVO16

Del total de entrevistas realizadas (106), el 81% tanto de los


dominicanos como de los haitianos, afirmó haber asistido a la es-
cuela. En término absoluto, esto significa: a) De 32 dominicanos,
29 asistieron; y, b) De 72, haitianos, 55 asistieron. Este resultado
no es extrapolable a toda la realidad, sino que ofrece una orien-
tación sobre la trayectoria de la misma; además de que refleja un
incipiente cambio en la tendencia, a nivel educativo, que veían
teniendo los trabajadores de ambas nacionalidades.
16. Al considerar que con la asistencia a la escuela se produce un cambio en los
niveles de analfabetismo para ambas poblaciones, se procedió a cruzar estos dos
indicadores, tomando como base los datos descritos en el presente estudio y la
media nacional de analfabetismo para ambos países, lo cual llegó a revelar una
reducción significativa del mismo de:
a) De 11% (media nacional de analfabetismo, 2007) se reduce a
3%(3/30: proporción de trabajadores que no fue a la escuela según el
presente estudio) para la parte dominicana. De 45% (media nacional, el
2006) desciende a 25% (18/73) proporción de trabajadores que no fue
a la escuela según el presente estudio) para la parte haitiana.

136
TOMO I

Si se analiza la situación de acuerdo al nivel alcanzado, de este


conjunto, el 17% señaló estar cursando entre 1ero-4to, en tanto
que de 5to-8vo, el 32.1%; es decir, la mayoría de la fuerza laboral
de la construcción se encuentra en el nivel primario. Mientras
que 31% indicó estar en la educación secundaria, al momento de
realizarse la encuesta.

Comparando los datos anteriores con los que el Banco Central,


según la Encuesta de Fuerza de Trabajo, abril de 2007, podemos
decir que la mano de obra dominicana ocupada en el sector cons-
trucción sigue las misma tendencias, ya que el 60.44% de la fuerza
de trabajo tiene educación primaria (incompleta o completa) y
24.32% de la fuerza de trabajo tiene educación secundaria.

Al comparar los niveles de instrucción con la edad de la po-


blación estudiada, llama la atención que el tramo de edad com-
prendido entre 20 y 30 años se caracteriza por tener la frecuencia
más alta de respuestas con respecto al resto de los rangos de edad
descritos en la Ilustración 4; no obstante, el nivel primario (5to-8vo)
y secundario, fueron los más reiterativos, llegando a concentrar el
37.73% de las mismas.
ILUSTRACIÓN 4. NIVEL EDUCATIVO SEGÚN EDAD
RESPECTO AL TOTAL DE ENTREVISTADOS

Primario (1ero.-4to.) Primario (5to.-8to.) Secundario Superior No Responde

19,81
17,92

11,32
9,43
7,55
4,72 5,66
3,77 2,83 2,83 1,89 1,89
1,89 1,89 1,89 1,89
0,94 0,94 0,00

Menos de 20 años 20 y 30 años 31 y 40 años 41 y 50 años Más de 51 años

Construcción propia a partir del levantamiento realizado para fines de este estudio.

137
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

3.3 DOCUMENTO DE IDENTIDAD

El estatus legal de las personas migrantes es un aspecto clave


para el acceso a las oportunidades, servicios (educación, salud, etc.)
y garantías sociales. De igual modo, es un mecanismo de regulación
de la condición jurídica en todos los órdenes de la vida de un país
y de sus miembros. A nivel laboral, el hecho de poseer o no un do-
cumento de identidad, reduce o potencia los niveles de privación y
vulnerabilidad en el cumplimiento de sus derechos laborales.

En tal sentido, el manejo del fenómeno migratorio en la Repúbli-


ca Dominicana ha tenido una trayectoria histórica, en la cual, incide
el carácter irregular y disperso tanto en los procesos de diseño
como de implementación del marco legal y sus mecanismos regu-
latorios. Situación que afecta, de forma negativa, el estatus legal,
en las posibilidades de movilidad y participación de la población,
especialmente haitiana. Esto se convierte en un aspecto de vital
importancia en todos los ámbitos, pero de particular interés en el
presente estudio en materia laboral, en lo que respecta a la rama de
la construcción, por la forma en que se han venido estableciendo
y las prácticas informales e irregulares de contratación de mano
de obra indocumentada que caracteriza al sector.

A partir de lo anterior y relacionando el tipo de documento que


se posee y el tiempo de residencia, de 80 trabajadores que respon-
dieron a esas cuestionantes, tenemos que el 89% que indicaron
poseer un documento de identidad, afirmaron ser de nacionalidad
haitiana. Del 11% restante, correspondiente a trabajadores domi-
nicanos, la mayoría dijo poseer algún documento de identidad.
(Cédula (3) o pasaporte haitiano (2) y cédula dominicana (3). Es
probable que dentro de este reducido subconjunto se encuentren
nacionalizados haitianos o dominicanos de ascendencia haitiana17
17. Este elemento habría que someterlo a verificación en futuros estudios de esta
índole, ya que no se contempla estos aspectos dentro de su alcance.

138
TOMO I

y se le considere extranjero; aspecto que viola los marcos legales


nacionales, convenios y acuerdos a nivel internacional.

Del total de personas que dijeron tener algún documento, resal-


tan, entre los más frecuentes, cédula haitiana (23.58%) y pasaporte
haitiano (33.96%). Ninguno manifestó tener acta de nacimiento
dominicana.

Al asociar la variable documento de identidad con tiempo de


residencia, tenemos que el 41% de los trabajadores indicó tener
12 meses o menos viviendo en el país, y en segundo lugar, el 28%
entre 1 y 3 años. Al tomar en cuenta la tenencia de documento, se
evidencia que los trabajadores que notificaron tener cédula haitia-
na afirmaron vivir en el país entre 7 y 12 meses y 1 y 3 años. Las
personas que indicaron poseer pasaporte haitiano dijeron residir
en el país entre 1-3 y 4-7 años. Las personas que dijeron tener
cédula dominicana superaban los 8 años de residencia en el país.

El comportamiento de estos datos puede arrojar la posibilidad


de que, entre los dos primeros grupos, se encuentren los naciona-
les haitianos recién llegados al país, ya que es donde se concentra
el mayor número de respuestas; y los trabajadores haitianos que
tienen de 8 años en adelante.

El comportamiento de los datos relacionados con la documenta-


ción, varía significativamente; sin embargo, no se traduce en pasos
de avances para el mejoramiento de las condiciones de vida, tanto
de los trabajadores inmigrantes como de los dominicanos y sus
familias. Lo cual, implica un aspecto pendiente de ser insertado
en las legislaciones y trabajado en las instancias nacionales.

En sociedades donde los marcos legales son conducentes a


favorecer o legalizar la situación de las personas que viven en
ella, particularmente, el estatus de los migrantes, ha de servir de
139
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

referente para el establecimiento de mayores niveles de inclusión


y equidad socio laboral.

3.4 ESTADO CIVIL, CONVIVENCIA Y RELACIÓN


DE PARENTESCO SEGÚN NACIONALIDAD

Las relaciones de Estado Civil, Parentesco y Nacionalidad están


vinculadas al asentamiento y al fortalecimiento de las redes so-
ciales o de apoyo. En sentido general, el 49% de los trabajadores
entrevistados indicó estar “Soltero”, seguido del 45% “Casado
o Unión Libre”. Ambos grupos son los que obtienen el mayor
número de respuestas en toda la muestra.

Al realizar el mismo ejercicio según la nacionalidad, en la men-


ción de solteros y casados o uniones libres es notable la existencia
de valores porcentuales superiores en los entrevistados de origen
haitiano con respecto a los dominicanos (solteros 11% y casados/
unión libre 17%). Al contrastar este resultado con el arrojado por
el estudio sobre “La Nueva Inmigración Haitiana” (47.3%, solteros y
34.9%, casados); y FLACSO/OIM, 2002 (38.8%, solteros y 59.1%,
casados)18, se puede observar:
• Un incremento en la proporción de solteros en el pre-
sente estudio.
• Un descenso con respecto al resultado de FLACSO/
OIM, 2002 y un aumento en relación al dato identificado
en la “Nueva Inmigración Haitiana” correspondiente a los
trabajadores inmigrantes haitianos “Casados”.

18. Silié, Rubén; Segura, Carlos; Dore Cabral, Carlos: La Nueva Inmigración Haitiana,
Pág. 93; FLACSO/OIM, 2002, Pág. 34

140
TOMO I

3.1 RELACIÓN DE CONVIVENCIA SEGÚN NACIONALIDAD

Para ambos grupos, la relación de “Convivencia entre Amigos”


es la más común (42%) y, en segundo lugar,“Con otros familiares”
(nacionales haitianos) y “Con las esposas e hijos/as” (tanto nativos
como trabajadores inmigrantes haitianos).
TABLA 7: RELACIONES DE CONVIVENCIA SEGÚN NACIONALIDAD
Nacio- Solo Con su Con sus Con su Otros Con NR Total
nalidad esposa hijos/as esposa/o familiares amigos/as
hijos/as o parientes
Dominicana 5,7% 3,8% 2,8% 5,7% 2,8% 7,5% 1,9% 30,2%
Haitiana 5,7% 7,5% 2,8% 3,8% 13,2% 34,0% ,9% 67,9%
NR ,9% ,0% ,0% ,0% ,0% ,9% ,0% 1,9%
Total 12,3% 11,3% 5,7% 9,4% 16,0% 42,5% 2,8% 100,0%

Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento.

En ambos grupos, de manera particular en los trabajadores


haitianos, las redes primarias son fundamentales para la obten-
ción de un empleo en el sector de la construcción. Las mismas
funcionan como canales de conocimiento del comportamiento,
identificación y difusión de la demanda del mercado laboral, pero
a su vez, de gestión para la población con necesidad de obtención
de un empleo.

4. ASPECTOS OCUPACIONALES:

Escalafones Laborales, Tipos de Oficios o Puestos de Trabajos


Preponderantes

Como se ha citado anteriormente, el grueso de los trabajadores


inmigrantes haitianos y la generalidad de los dominicanos que
incursionan en el sector de la construcción, realizan oficios y
tareas sujetas a menores exigencias educativas y técnicas, lo cual

141
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

revela que existe un alto nivel de mecanización que debe reflejar-


se en los altos gastos de depreciación en estados financieros de
las empresas de construcción. Es posible que una o varias tareas
se correspondan con un determinado tipo de oficio o perfil de
trabajador, para guardar mayor fidelidad a los datos ofrecidos por
los entrevistados. Esto se describe tal y como fue expresado por
este sector en los párrafos subsecuentes:

Del total de la muestra, el 98% (104 de 106) de los trabajadores


tanto dominicanos como haitianos informaron que de 23 tipolo-
gías de oficios o tareas, la fuerza laboral nativa participa en 12
de estas, pero con mejor remuneración y condiciones de trabajo
relativa a la expectativa del estilo de vida imperante en la sociedad
dominicana. Según las opiniones de los trabajadores entrevistados,
se presenta la distribución de los oficios desarrollados tanto por
dominicanos y haitianos en función del total de la muestra para
los dos grupos por separados. En ese orden:
1. Los oficios comúnmente realizados por la generalidad
de la fuerza laboral haitiana, en orden de jerarquía, son:
(i) Ayudante”, 22% que sumado a otras tareas propias del
mismo (levantar materiales, limpieza, etc.) mencionadas por
los entrevistados asciende a 30%, (ii)“Albañil, 17%; y (iii)
“Ayudante por la Casa” (empleado directamente contratado
por la empresa constructora), 11%. Dado que el puesto de
ayudante y ayudante por la casa es el mismo, el porcentaje
real es 28%.
2. Dentro de los oficios que indicaron realizar los trabaja-
dores dominicanos, se encuentran principalmente: (i) Pisero:
22%, (ii) Electricista: 16% y (iii) Ayudante (de oficios espe-
cializados): 13%.

Al estar la mano de obra dominicana ubicada en los puestos de


mejores remuneración por su especialidad, es lógico que perciban
la mayor parte de los ingresos respecto al trabajador haitiano. Esto
142
TOMO I

es importante porque uno de los argumentos que se escriben en


los medios de comunicación es que la mano de obra haitiana quita
empleo, ignorando que la mano de obra haitiana podrá tener una
mayor participación en los empleos no calificados y semi-califica-
do. Si se compara la relación de la distribución de los trabajadores
según tipo de oficio, se muestran contrastes importantes entre
haitianos y dominicanos:
a. Por cada 3 trabajadores dominicanos que realizan los
oficios de “Ayudante” y “Albañil”; existen 17 y 11 haitianos,
respectivamente.
b. Por cada trabajador dominicano existen 8 y 7 en los
puestos de “Ayudante por la Casa” y “Terminador”.
c. Por cada trabajador haitiano, se identificaron 6 domini-
canos que desarrollaban las tareas de “Pisero”.

Esta situación aclara que ambos grupos se exponen a tareas u


oficios precarios, pero en función del número de personas que
participan de los mismos, los trabajadores haitianos se exponen
en mayor magnitud que los dominicanos, ello sin abordar el tema
de su estatus legal, que es otro punto en desmedro de los mismos.
En estos momentos, solo se plantea un nivel descriptivo de esta
realidad.

Finalmente, mientras que el grupo de dominicanos se distribuye


en la mitad de los oficios (siendo estos de mayor especialización);
la parte haitiana incursiona en 24 de un total de 30 oficios o tareas
enlistadas. La continuación abajo exhibida ayuda a visualizar de
manera rápida los datos globales.

143
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

ILUSTRACIÓN 5. OFICIO DE LOS TRABAJADORES DE LA CONSTRUCCIÓN


Terminador de Techo
OFICIOS Y TAREAS QUE LOS TRABAJADORES DE LA COSTRUCCION
Carpintero
Cuidador o Vigilante
Albañil
Cerámica
Flotador
Terminador
Cargar cemento
ENTREVISTADOS AFIRMAN REALIZAR

Electricista
En la Polea Eléctrica
Varillero
Zanjero
Pisero
Limpieza
Instalador de Piso
Pegar Pared
Encargado de Almacen
Empañete
NR
Plomero
Pegar Block
Ayudante
Picador
Picar Piso
Ayudante de Albañil
Ayudante de Carpintero
Ayudante de Piso
Ayudante de Electricidad
Ayudante de El Varillero
Ayudante por la casa

0,00 5,00 10,00 15,00 20,00

Nacionalidad
Dominicana Haitiana NR

Fuente: Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento.


Es importante resaltar que la mayoría de las obras visitadas
se encontraban en su fase media. En tal sentido, la distribución
según escalafón laboral presentada en la Ilustración 5, debe tomar
en cuenta el número de trabajadores existentes en la obra en fun-
ción del momento de desarrollo de la misma, ya que la variación
de la proporción de trabajadores está sujeta a esta condicionante.
Pero, también, al tamaño y monto de inversión en el proyecto de
construcción. No obstante, son proyectos con dos (2) años de
duración para su terminación.
Usualmente, en la etapa inicial de desarrollo del proyecto de
construcción, las proporciones de trabajadores manuales son ma-
yores. Estos trabajadores al entrar en la categoría de semi-calificado
o no calificado, son ubicados en la base de la estructura laboral del
sector construcción, para la realización de los oficios o tareas que
requieran menor calificación.
144
TOMO I

Ahora bien, si se realiza el análisis de estos oficios o tareas


según la nacionalidad, se manifiestan pronunciadas diferencias,
tales como:
• Para el caso dominicano: una mayor distribución y di-
versificación de los oficios semi-calificados en el sector de
la construcción, predominando de modo particular: Piso,
electricidad, varilla, plomería, entre otros.
• De todas las informaciones ofrecidas por la fuerza de
trabajo haitiana entrevistada, se destaca una mayor concen-
tración en los oficios de Ayudante, albañil, ayudante por la
casa y terminador.

Según lo expuesto anteriormente, los trabajadores dominicanos


realizan los oficios de mayor especialización, es decir, ocupan
puestos de trabajo cuyos ingresos laborales contribuyen mejor a la
realización del nivel de estilo de vida o la producción y reproduc-
ción de la fuerza de trabajo y su unidad familiar; en tanto que los
trabajadores haitianos ejecutan aquellos oficios de mayor esfuerzo
físico y menor calificación. A pesar de que ambos grupos se en-
cuentren ubicados en la base de la estructura laboral de esta rama
de la economía dominicana, se puede concluir que se mantienen
diferencias y características básicas, para el caso haitiano:
a. Las remuneraciones percibidas contribuyen muy pre-
cariamente a la producción y reproducción de la fuerza de
trabajo y su unidad familiar, es decir, al costo socialmente
necesario del ciclo vital en el contexto actual.
b. Mayor esfuerzo físico, riesgos ante la humedad, polvo,
inclemencia del clima y menores exigencias técnicas y mayor
vulnerabilidad.

Los datos expuestos señalan que se han producido cambios a


nivel educativo y en el desarrollo de nuevas habilidades ocupacio-
nales, ejemplo de ello, aunque en reducidos casos, la fuerza laboral
haitiana ha comenzado a incursionar en determinados oficios no
145
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

habituales, pero ambos grupos de trabajadores (dominicanos y


haitianos) están sometidos por igual, a condiciones precarias en
el espacio laboral (sanitarias, inseguridad, riesgos, etc.), como in-
dica la historia internacional sobre trabajadores inmigrantes, estos
registran mayores niveles de vulnerabilidad.

Esta vulnerabilidad se debe principalmente a las condiciones de


instrumentalización y explotación de esta mano de obra inmigran-
te, a su estatus legal, en lo referido a la no documentación en que
el Estado dominicano, por omisión o acción, la mantiene, como
mecanismos de lucro a costa de la misma por parte de quienes
le contratan. El análisis de la fuente secundaria permite deducir
que el impacto de esta situación en la ganancia empresarial vía la
diferenciación salarial entre trabajador formal e informal no es
desdeñable. Aunque el Banco Central no expresa la proporción
de fuerza de trabajo según nacionalidad, sin embargo, las infor-
maciones dejan implícito el reconocimiento del peso específico
de la mano de obra haitiana en la construcción.

4.1 MÉTODOS DE SELECCIÓN Y CONTRATACIÓN:

Ahora bien, los procesos de contratación de personal para el


desarrollo de un proyecto u obra de construcción responden a
un mercado y a sus demandas, los cuales a su vez, están bajo la
influencia de una economía global que trasciende en el ámbito de
lo local, que procura la maximización de los costes de producción.
Lo que es evidente, en la constitución del patrón de preferencias
y la asignación de la mano de obra inmigrante en las bases del
escalafón laboral.

Para conocer las preferencias laborales, en el presente estudio,


se procedió a realizar una consulta a responsables finales de 4
proyectos de construcción (ingenieros, supervisores, maestros,
etc.) tomado como muestra de dos sectores del Distrito Nacional.
146
TOMO I

Dentro de las opiniones consideradas por los mismos, se pudo


determinar:
a. La nacionalidad es un aspecto determinante al momento
de contratar mano de obra no calificada: 46.2% se inclinó
por la contratación de trabajadores inmigrantes haitianos.
Algunos expresaron las siguientes razones, a saber: a) Los
patronos buscan obtener mayores beneficios; b) Los traba-
jadores haitianos vienen a realizar cualquier tipo de trabajo,
denominado frecuentemente: de “Mucha fuerza, Bruto,
pesado, etc.”.
b. El 84.6% informó que estos trabajadores, por lo gene-
ral, realizan labores de: Ayudante, Albañil y Ayudante por la
Casa. Las mismas coinciden con las opiniones ofrecidas por
los trabajadores (dominicanos y haitianos) del sector y que
fueron resaltados anteriormente. Igual porcentaje declaró
no estar en disposición de realizar las tareas desempeñadas
por los trabajadores haitianos “Porque son oficios o trabajos
donde menos se paga; y por la dureza de los mismos”.
c. A pesar de que en las preferencias se inclinaban en primer
orden por los dominicanos y en algunos casos, por trabajado-
res de cualquier nacionalidad; al conocer las concentraciones
según tipo de oficio, fue evidente el predominio de: (i) Los
dominicanos se encuentren dentro del grupo de “Trabajador
Calificado”,92.3%; operarios de 1era. Categoría, 76.9% y
maestros y (ii) Los haitianos en el conjunto de “Trabajador
No-calificado” 92.3%, operarios (2da. y 3era. Categoría),
53.8% y 76.9%, respectivamente.
d. Estos datos comparten la idea relacionada con la teoría
neocolonialista, expuesta en la investigación de “La Nueva
Inmigración Haitiana”, en donde cita: “Los migrantes están en
la base de la estructura laboral, porque hay necesidad de una mano
de obra especial obligada a realizar las tareas que la nativa se resiste
hacer” El desplazamiento que se ha producido de los traba-
jadores haitianos hacia otros oficios no ha sido significativo;
147
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

la experiencia y el tiempo en el sector son dos aspectos que


pudieran contribuir al mismo.

5. IMAGEN DESVALORIZADA DE LOS


PUESTOS DE TRABAJO EN LA ESCALA
DE INGRESOS BAJOS EN EL SECTOR
CONSTRUCCIÓN

En párrafos precedentes se presentaron las características de


la ocupación de los nacionales haitianos, demostrándose como
características tipológicas: baja remuneración, altos riesgos la-
borales, alta intensidad de esfuerzos y cargas, humedad, calor,
polvo, inclemencia del tiempo e imagen desvalorizada. Estas ca-
racterísticas, como es lógico, pasan al patrón creencias de que los
trabajadores con puestos de trabajos desvalorizados sólo pueden
ser realizados por personas, por lo general, pobres o extranjeros
pobres, o trabajadores en estado de indefensión ante el mercado.
La predisposición a estos puestos de trabajo permite evaluar si
existe una sustitución de trabajo dominicano por trabajo haitiano,
y se indagó esto a través de dos preguntas claves:
a. Sobre los puestos, oficios o tareas donde el trabajador
haitiano tiene mayor experiencia y/o capacidad.
b. Sobre los puestos de trabajo, oficio o tareas peores
pagados.

En este sentido, el estudio de campo estableció que 44.3% de


los trabajadores encuestados expresaron que donde más dispuestos
están a trabajar, y donde más experiencias y/o capacidad tienen
los inmigrantes son en: (i) Poner block (14 entrevistas): 13.2%, (ii)
Empañete (13 entrevistas): 12.3%, (iii) Ayudante (12 entrevistas):
11.3% y (iv) Piso (14 entrevistas): 7.5%.

Los acápites precedentes han demostrado que, precisamente,

148
TOMO I

son estos puestos de trabajo donde se experimentan las peores


condiciones y esto coincide con la baja presencia de la mano de
obra dominicana y con alta presencia de la mano de haitiana.
TABLA 8: TAREAS U OFICIOS DONDE EL TRABAJADOR HAITIANO
ESTÁ PREDISPUESTO A TRABAJAR Y DONDE TIENE MAYOR EXPERIENCIA
Y/O CAPACIDADES
Oficios Identificados Número de Trabajadores Porcentaje
que Respondieron
Poner block 14 13,20
Empañete 13 12,30
Ayudante 12 11,30
Piso 8 7,50
Otros (NR/NS) 59 55,66
Total 106 100,0

Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento.

Respecto al abordaje de la pregunta sobre los puestos de trabajo,


oficio o tareas peores pagadas, los entrevistados señalaron albañil
y su ayudante, terminador. El albañil al que se hace referencia es
el albañil de la última categoría dentro de los albañiles.

TABLA 9: PUESTOS DE TRABAJOS PEORES CALIFICADOS POR


LOS TRABAJADORES ENTREVISTADOS
Trabajos u oficios Número de Respuestas Porcentaje de Respuestas
(%)
Ayudante, albañil y
trabajador por la casa 35 33,02
Ayudante, plomero,
albañil 2 1,89
Carpintero, albañil y
varillero 1 0,94
Ayudante, trabajador
por la casa y terminador
/empañete, otros 29 27,36
Ayudante, terminador
y albañil 8 7,55

149
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Ayudante, sereno y
trabajador por la casa 3 2,83
otros 6 5,66
No responde 15 14,15
Total 106 100
Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento.

En ambas respuestas, existe una similitud, que permite concluir


que no existe sustitución de trabajadores haitianos por trabajadores
dominicanos en la construcción, sino desplazamiento vertical.

5.1 INGRESOS PERCIBIDOS POR EL TRABAJADOR


NO-PROFESIONAL POR CUENTA PROPIA

La situación de los/as trabajadores/as, según la Encuesta de


Fuerza de Trabajo del Banco Central señala que el 80% de la
población ocupada devenga ingresos por debajo del promedio
general, con la gravedad de que existe una brecha significativa entre
los ingresos que recibe la población formal en detrimento de la
informal y que esta diferencia arroja un ahorro considerable que
va a engrosar la cuenta de ganancias de la empresa como expresan
sus estados financieros. Esta diferencia significa un ahorro de 6
mil millones al año, cifra no desdeñable para cualquier sector em-
presarial. Este es el impacto de mantener una considerable fuerza
de trabajo haitiana sin regularizar su estatus y, por otro lado, una
fuerza laboral dominicana que no percibe, al igual que la haitia-
na, parte de su plusvalía en forma de salud, pensión, protección
contra desempleo y prestaciones laborales. Los oficios o tareas
antes descritos procedentes del estudio de campo, entran en la
categoría de trabajadores por cuenta propia, los cuales son los peores
pagados y sujetos a condiciones adversas.

Tomando como referencia el comportamiento económico de


105 empresas representativas de las principales sub-ramas de la

150
TOMO I

construcción19, su fuerza de trabajo ocupada fue capaz de produ-


cir una masa considerable de ganancia empresarial ascendente a
RD$1,252.37 millones en el 2004, RD$1,589 millones en el 2005
y RD$1,433 millones en el 2006.

El estudio de campo arrojó una realidad similar, expresada en


la encuesta del Banco Central respecto a los ingresos devengados
por los trabajadores informales. En este tenor, tomando en cuenta
los ingresos declarados por los trabajadores,20 se tiene:
• RD$ 350 pesos, es el valor que más se repite dentro del
conjunto de respuestas ofrecidas.
• RD$418, es el ingreso promedio por día. Comparando
este ingreso promedio por día con los ingresos declarados,
se ha constatado que 62.5% de los trabajadores perciben
ingresos por debajo de este promedio. A nivel de otras in-
vestigaciones como la “Encuesta de Fuerza de Trabajo del
Banco Central”, 70% de la población asalariada y por cuenta
propia perceptora de ingresos, recibe ingresos por debajo del
ingreso general promedio.

Si se agrupan las informaciones contenidas en la Tabla 10 en


tres rangos de respuestas y se realiza una evaluación del compor-
tamiento del salario en función de los mismos y la nacionalidad
se tiene que:
- En el primer rango se presenta una mayor proporción
del grupo de trabajadores haitianos que obtienen una paga
igual o menor a RD$360; esta proporción es menor para los
trabajadores dominicanos.
- En el segundo rango (RD$700 - RD$950), se establece
una relación inversa del pago a favor del grupo de dominica-
19. Datos e Informaciones Tomados del Estudio Sectorial para la Banca, Banco Central de
la República Dominicana y Superintendencia de Bancos, 2007.
20. Las encuestas válidas son 88 de 106, debido a que tienen informaciones com-
pletas para hacer el análisis.

151
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

nos (43%) con respecto al haitiano (35%), situación que se


mantiene en el tercer y cuarto rango.
TABLA 10: TRABAJADORES DE LA CONSTRUCCIÓN SEGÚN
NACIONALIDAD Y SALARIOS DEVENGADOS
Rangos Salario o Paga Dominicanos % Haitianos % Total %
1 Menos de 360 9 39% 36 57% 46 52%
2 Entre 400 y 650 10 43% 22 35% 33 38%
3 Entre 700 y 950 3 13% 3 5% 6 7%
4 Más de 1000 1 4% 2 3% 3 3%
Total 23 100% 63 100% 88 100%

Fuente: Construcción propia a partir del levantamiento.

La elevada concentración de la fuerza de trabajo haitiana en


determinadas escalas de ingresos se relaciona directamente con
los niveles de ocupación de la misma en oficios o tareas menos
remuneradas y riesgosas. No obstante a esta diferenciación, la
ocupación total en el sector (tanto nativa como migrante) tienen
como características comunes la obtención ingresos bajos, pues,
casi la totalidad se concentra en el intervalo de RD $200 a RD
$500 pesos al día; es decir, por debajo del ingreso de pobreza.

Esto advierte que el sector empresarial pone en ejecución un


mismo régimen de explotación de la fuerza de trabajo, que a la vez,
ha sido aceptado por las instituciones laborales reguladoras del
mercado del Estado, es decir, responsable de la reglamentación de
las condiciones de trabajo, salarios, Seguridad Social, de salud ocupa-
cional, entre otras. Este régimen de explotación se caracteriza porque
integra prácticas de violación de las normas laborales como es el
caso de violación a la resolución de tarifas de salarios por día.

Esto nos indica que los trabajadores haitianos se concentran en


los niveles de salarios más alejados del costo de la canasta básica
de bienes y servicios, según las informaciones facilitadas en las
entrevistas por los mismos.

152
TOMO I

CONCLUSIONES PRINCIPALES

La evidencias empíricas relevan que la mano de obra haitiana no


sustituye a la mano de obra dominicana, ya que se concentran en
los puestos de trabajo para los cuales el capital tiene problemas de
contratación por la baja remuneración respecto al costo de vida,
las condiciones de trabajo, mayor esfuerzo físico, efectos negativos
de los materiales de construcción en la piel, sometimiento a la
inclemencia del tiempo y mayores riesgos. Estos planteamientos
son reforzados en el proceso de contratación ejecutados por las
compañías constructoras, donde los entrevistaron afirmaron pre-
ferir para labores no calificadas la mano de obra haitiana y para
labores que exijan mayores niveles de capacitación la dominicana, a
sabiendas que en la mano de obra haitiana existe otro componente
buscado por los capitalistas, el cual es una mayor apropiación de
su plusvalía.

En materia de ingresos por día, la ocupación por parte de


dominicanos tiende a insertarse en los escalafones laborales ma-
yores remunerados, a diferencia de la mano de obra haitiana, la
cual recibe salarios por debajo de los costos de reproducción de
la unidad familiar. De los trabajadores haitianos que declararon
sus ingresos, el 53% percibió un ingreso diario menor a RD$360,
concentrándose la mano de obra dominicana en un tramo de
ingresos superior (entre RD$400 –RD$650 diarios).

La segunda hipótesis expresa que la inserción de la mano de


obra haitiana en el mercado laboral hace un aporte a la economía
nacional mayor que su costo y del que aporta el Estado domini-
cano.

Los datos muestran que por cada peso gastado en la subcontra-


tación de mano de obra, sin distinción de nacionalidad, por parte
de la empresa de construcción, la mano de obra haitiana rindió un
153
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

beneficio promedio de RD$2.48 entre los años 2004-2006. Siendo


la mano de obra haitiana subcontrata y regulada por las mismas
prácticas empresariales que la dominicana.

De la plusvalía producida por los trabajadores formales y


subcontratados (nacionales o extranjeros) de 105 empresas que
reportaron ganancias, el Gobierno Central percibió un promedio
de RD$121.4 millones por concepto de impuesto sobre la renta
para el período 2004-2006, registrándose un total de RD$362.43
millones. Los impuestos sobre la renta empresarial representan una
fracción de la plusvalía generada por los trabajadores y, por tanto,
los mismos son generado en parte por la mano de obra haitiana,
demostrando que la misma aporta a la economía nacional.

En conclusión, los datos preliminares, sujetos a una mayor pro-


fundización, indican que el aporte de la mano de obra al Gobierno
Central es mayor que la pudiese haber recibido, ya que:
a) Esta mano de obra genera 0.11 centavos por concepto
de impuesto a la renta empresarial que el gobierno toma de la
plusvalía producida por esta. Esto, tomando como referencias
para el cálculo el 2.48% promedio de rendimiento, como se
muestra más arriba.
b) Al Estado recibir el pago del riesgo laboral, como han
expresado la empresa de construcción, y el trabajador haitia-
no no recibir los servicios, su aporte es mayor. En parte esto
explica, la acumulación de recursos que tiene las aseguradoras
de Riesgo laboral. Al no estar registrado el trabajador haitiano
y carecer de documentos de identidad, el gasto que realizan
algunas empresas por concepto de riesgos laborales no tiene
contraprestación y, por tanto, se acumulan.

154
TOMO I

RECOMENDACIONES

Desde el Estado Dominicano, ha de realizarse un estudio-


diagnóstico sobre la presencia de la mano de obra haitiana en los
diferentes sectores de la economía nacional, en el cual se permita
establecer y proyectar la cantidad de mano de obra necesaria en
los diferentes sectores de la economía nacional.

Urge el diseño e implementación de un proceso de regulariza-


ción de la mano de obra haitiana, respetando cabalmente tanto los
Derechos Humanos de estos trabajadores, como la Convención
del 90 sobre los trabajadores migrantes y sus familiares.

Este proceso de regularización ha de estar integrado por las


diferentes instancias gubernamentales vinculadas al tema y encabe-
zada por la Secretaría de Estado de Trabajo y la Dirección General
de Migración. Es esencial el diálogo entre estas dos instancias.
En este mismo orden, es necesario que este proceso, desde sus
inicios, involucre empresarios de la construcción (propietarios y
subcontratistas), sindicatos de trabajadores y organizaciones de
la sociedad civil vinculadas con personas migrantes, a fin de que
estén representados todos los sectores.

En este mismo orden, consideramos el diálogo y estableci-


miento de acciones recurrentes con las autoridades haitianas en el
país, durante el proceso de regularización, a fin de que las mismas
puedan expedir documentos necesarios a la población de su país,
para regular su situación migratoria en República Dominicana.

El Código de Trabajo está violentado en el sector construcción.


El pago realizado por las empresas constructoras a los trabajadores
que desempeñan cargos de ayudantes, es inferior a los RD$414.00
establecido por la resolución no. 3 del 2007 de la Secretaría de
Estado de Trabajo. Esta forma de pago es una violación explícita
155
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

a los derechos de los trabajadores, tanto migrantes como domini-


canos, por lo que urge una acción de supervisión y sanción a las
empresas que incumplen, por parte de la Secretaría de Trabajo.

156
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158
FACULTAD LATINOAMERICANA
DE CIENCIAS SOCIALES
(FLACSO)

UNA CUESTIÓN DE ENTENDIMIENTO.


LA PRESENCIA DE LAS MUJERES MIGRANTES
HAITIANAS EN EL SERVICIO DOMÉSTICO
EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

INVESTIGADORES:
BRIDGET WOODING
ALICIA SANGRO

159
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

160
Una trabajadora doméstica dominicana viviendo y trabajando
en Barcelona, oriunda de una comunidad rural cerca de Neiba
en el Sur de la República Dominicana, narró la experiencia si-
guiente:

“Cuando llegué por primera vez a Europa para trabajar lloré. Lloraba
porque fue por primera vez que se me ha dado mi propio cuarto. Mi propio
cuarto de baño, mi propio pequeño televisor. La primera vez que no temía que
el padre de mis niños llegara a la casa con un jumo para abusar de mí. Más
tarde lloré porque llegué a ver los problemas en mi comunidad natal. Me di
cuenta de cómo tratamos tan mal a los trabajadores haitianos que vienen como
inmigrantes a República Dominicana. Las dominicanas no damos a ellos su
propia habitación. Y lloré porque constaté que había criado mis niños como mi
madre me había criado, sin mucho cariño. En Barcelona, al comienzo, seguí
haciendo los oficios de la casa como había hecho en mi propia casa. Pero la
señora dijo, ‘Milagros, deja de limpiar todo el tiempo. Quiero que estés con los
niños, que juegues con ellos, para estimularles.’ De alguna manera se podría
decir que tuve que ir a Europa para aprender sobre el cuidado maternal y el
cariño. Ahora he traído a mis propios hijos a España, y les trato de manera
diferente. He dicho a mi mamá también de darle a la trabajadora haitiana
que he empleado para cuidarla, su propio cuarto.” (Sorensen 2005)

A modo de introducción, notamos que las investigaciones recientes


han mostrado que (1) las mujeres constituyen aproximadamente
la mitad de la población de 190 millones de migrantes globales;
(2) la migración femenina ha aumentado de manera significativa
en las últimas décadas; y (3) en todas partes del mundo la mujer
migrante ha experimentado varias formas de abuso en la fuerza

161
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

laboral tal como hostigamiento sexual, racismo, violación de con-


tratos, sub-pago y la violación de las provisiones de legislación
laboral a nivel nacional/provincial (UNFPA 2006). Mientras que
más estudiosos están investigando sobre la migración femenina,
estas investigaciones acusan varias limitaciones. Empíricamente,
la mayor parte de la investigación, incluso cuando se trata sobre la
mujer migrante, enfoca la migración hacía el Norte. La investiga-
ción en relación a migración intraregional, sobre todo en América
Latina, se ha desarrollado mucho menos.

A nivel conceptual son pocas las investigaciones sobre el co-


nocimiento de los mismos migrantes sobre sus derechos o de
las acciones de los que acompañan o de parte de los migrantes
(mujeres), posibilitando la articulación de sus demandas sociales
frente a los garantes de sus derechos. Hay aún menos investigación
desde una perspectiva de género.

Los cambios en los mercados laborales en el marco de la globali-


zación han aumentado tanto las oportunidades como las presiones
para la migración femenina. El proceso de migración y el empleo
en un país en que no son nacionales pueden incrementar las opor-
tunidades de tener más ingresos, autonomía y empoderamiento,
de manera que cambian los roles de género y responsabilidades y
contribuyen a más igualdad. Pero pueden también exponer a las
mujeres a dificultades en el pleno goce de sus derechos. Puede ser
que en la etapa de reclutamiento, en el viaje o viviendo y trabajando
en otro país, mujeres migrantes trabajadoras, sobre todo en situación
irregular, sean vulnerables a hostigamiento, intimidación o amenazas
a ellas mismas o a sus familias, explotación y abuso, discriminación
racial, condiciones de trabajo inadecuadas, más riesgos en cuanto a
su salud, y a otras formas de abuso incluyendo trata y tráfico ilícito
de personas. Las mujeres migrantes, independientemente de tener
documentos o no, pueden ser más vulnerables a discriminación,
explotación y abusos, comparadas no solo con migrantes mas-
162
TOMO I

culinos sino también con mujeres nativas del país (Programa de


Promoción de Género OIT 2000).

Muchas décadas de migración no regulada de haitianos/as que


han llegado para vivir y trabajar en el país vecino han resultado
en una población significativa en la República Dominicana cuyo
estatus es incierto, vulnerable a la discriminación y al irrespeto
a veces del disfrute de sus derechos humanos. Los gobiernos
de turno de los tres partidos políticos principales han realizado
esfuerzos importantes, aunque insuficientes, en el empeño de
introducir un marco legal para migración compatible con normas
internacionales. Han respondido de manera incipiente a la nece-
sidad de implementar una visión más holística, con los cambios
correspondientes en los oficiales de migración, las fuerzas de
seguridad, la Junta Central, y los servicios de educación y salud.
Después del declive de la industria azucarera en los años 80, otras
industrias y servicios se han aprovechado de la mano de obra
haitiana barata y no regulada.

La encuesta OIM/FLACSO (2004) sobre inmigrantes haitianos,


efectuada a solicitud de la cancillería dominicana, identificó que
el 16.1% de las mujeres migrantes trabajadoras haitianas de su
muestra estaba ocupado en el servicio doméstico. Dicha encues-
ta estimó, según su desglose por sexo, en un 22.4% las mujeres
migrantes haitianas en el país y que el grueso de esta inmigración
femenina se encuentra en las regiones siguientes: Distrito Nacio-
nal/Santo Domingo, Santiago y Norte. Hay apenas tres estudios
significativos que enfocan la mujer migrante haitiana desde una
perspectiva de género (Jansen y Millán 1992; GARR-MUDHA,
2005; ONE RESPE 2007), mayormente dando prioridad a la mujer
bateyana. Los breves comentarios en estas investigaciones sobre
la mujer migrante haitiana en el servicio doméstico revelan que las
mujeres y/o niñas en este oficio son particularmente vulnerables
a discriminación y abusos.

163
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

A fines de 2005, INSTRAW organizó en Santo Domingo un


encuentro sobre “Género, migración y desarrollo: Mujeres mi-
grantes desde y hacia República Dominicana” con la sociedad civil
dominicana, organizaciones internacionales e instituciones guber-
namentales con el objetivo de propiciar y facilitar un espacio para
el debate sobre cuestiones relacionadas a la feminización cada vez
mayor de los procesos migratorios y la necesidad de visibilizar a las
mujeres y tener en cuenta sus realidades, necesidades e intereses
en el marco de los mismos (Revista INSTRAW, febrero de 2006).1
La Guía de recursos que se levantó en esta Revista destaca nueva
vez la carencia de investigaciones sobre la mujer migrante haitiana
en República Dominicana desde una perspectiva de género y para
fines de la incidencia política.

Por otra parte, investigaciones recientes sobre la mujer migrante


dominicana indican que, en algunos casos, mujeres migrantes hai-
tianas están tomando el relevo en cuanto a tareas domésticas en
hogares y comunidades donde hay un alto porcentaje de migración
femenina hacia países del Norte, como puede ser la emigración
femenina desde Vicente Noble hacia España (García y Paiewonsky
INSTRAW 2006). Otro eslabón en las llamadas cadenas migrato-
rias femeninas puede ser el de las mujeres migrantes haitianas que
conciben a la República Dominicana como un país de tránsito en
camino a su destino final en el norte a través de Puerto Rico.2

Nuestra investigación primaria pretende ayudar a llenar algu-


nos de estos vacíos al hacer una primera caracterización de la
1. Según una nota de concepto reciente de INSTRAW (agosto de 2008): “La
feminización de la migración no se refiere al aumento en la proporción de mi-
grantes mujeres (aunque eso también ocurre) sino al aumento de mujeres que
migran independientemente en búsqueda de trabajo y no como dependientes”
(nuestra traducción del inglés).
2. Hemos recibido el testimonio de una empleadora dominicana en este sentido
que mantuvo el contacto con su extrabajadora doméstica haitiana cuando llegó
a Puerto Rico (comunicación personal con la investigadora principal, febrero de
2007).

164
TOMO I

mujer migrante haitiana en el servicio doméstico en la República


Dominicana, explorando: (1) el conocimiento de sus derechos
civiles, económicos y sociales de parte de estas mujeres migran-
tes, expresado a través de sus demandas sociales; (2) el rol de las
organizaciones sindicales, de mujeres y de migrantes a nivel na-
cional y transnacional en visibilizar la situación de estas mujeres
migrantes; (3) algunas implicaciones para las políticas públicas
relevantes tanto en el país receptor como el país expulsor. Esta
investigación propone caracterizar la naturaleza de la trans-nacio-
nalización del servicio doméstico en Santo Domingo y Santiago de
los Caballeros y comparar esta realidad con la de las trabajadoras
domésticas transfronterizas en la cuidad de Dajabón en la frontera
domínico-haitiana del Norte del país.

El problema a que se dirige la investigación es el siguiente: ¿Cómo


se caracterizan y cuál es la situación de las mujeres migrantes haitia-
nas que se desempeñan en el servicio doméstico en las ciudades de
Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, y Dajabón?
Los objetivos son:
• Caracterizar a las mujeres migrantes haitianas que se encuen-
tran en el servicio doméstico en República Dominicana
• Describir y analizar el conocimiento y demandas de sus de-
rechos laborales, civiles económicos y sociales por las mujeres
migrantes
• Identificar y describir el rol de las organizaciones sindicales, de
mujeres y de migrantes a nivel nacional y transnacional en relación
a la situación de estas mujeres migrantes
• Realizar recomendaciones de políticas públicas para dar res-
puesta a las demandas de esta población tanto en el país expulsor
como emisor.

En el marco conceptual se hace una conceptualización de los tipos


de migraciones y sus causas que son relevantes para el estudio.
En este sentido, se hace la distinción entre la migración forzada,

165
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

dirigida, y espontánea, observando que en el caso que nos compete


se trata mayormente de una migración espontánea.

Se destaca la necesidad de definir lo que se comprende por


feminización de las migraciones, afirmando que es el hecho de
que las mujeres migran cada vez más de manera autónoma como
proveedoras económicas. Si bien se entiende la reunificación
familiar como una razón común y corriente por la migración, se
nota que muchas mujeres en esta categoría migran motu proprio, es
decir no con una pareja sino con otro familiar.

Se discute lo que se entiende por “servicio doméstico” en la


República Dominicana dentro de los debates regionales en torno
al tema desde hace más de dos décadas, y las posibles limitaciones
de algunos de los marcos internacionales, por ejemplo la definición
de la OIT en la materia o el alcance de la Convención de la ONU
de 1990 sobre los derechos de todos los trabajadores migratorios
y sus familiares.

Se introducen los conceptos de capital social, cohesión social y


la inmigración desde una perspectiva de género. En esta relación,
se distingue entre redes densas y redes suaves en que pueden estar
incluidas o no las mujeres migrantes. Se enfatiza la diferencia entre
capital social que refuerza la membresía y las limitaciones tanto
como un concepto como una práctica para apalancar recursos
materiales, a la luz del hecho de que no es forzosamente una base
satisfactoria para conciliar las contradicciones entre la cohesión
social y la diferenciación social reflejada en el colectivo haitiano
de inmigrantes en el país.

Asimismo, se matizan los diferentes modelos de integración,


diferenciando entre asimilación y pluralismo y una gama de es-
quemas que refleja estas nociones diversas.

166
TOMO I

Además, se nota la importancia de las identidades múltiples en


un mundo globalizado y se comenta el auge del transnacionalismo
desde abajo, incluyendo la práctica de la maternidad transnacio-
nalizada y las llamadas cadenas femeninas de cuidado (global care
chains).

Finalmente, se ubica la investigación dentro del campo de estu-


dios que abarca la justicia de género, la ciudadanía, y el desarrollo
humano. En el lenguaje político moderno, la justicia de género
implica derechos ciudadanos plenos para las mujeres y esto es lo
que generalmente se entiende por el término, en el contexto de
América Latina y el Caribe.

En lo que se refiere a la metodología, se realizó el proyecto de


investigación en dos etapas: primero, un diagnóstico de la situa-
ción de la mujer migrante haitiana en el servicio doméstico en la
República Dominicana a través de un análisis documental (que
ayudó, inter alia, a afinar el marco conceptual). En esta etapa, el
equipo realizó entrevistas estructuradas con dieciséis (16) expertos
y actores pertinentes, sobre la base de una guía elaborada para
obtener las percepciones y las valoraciones de expertos/as domi-
nicanos/as (y dos haitianas) sobre la temática de la investigación.
Además, se llevó a cabo un taller de reforzamiento en técnicas para
la investigación cualitativa con miras a acoplar mejor el equipo de
investigación, reclutado por la investigadora principal para hacer
esta investigación.

De manera que la segunda parte de la investigación consistió


en el trabajo de campo en los tres lugares identificados para estos
fines, el procesamiento de los datos, y el análisis del conjunto de
informaciones. Se ha elaborado una guía (en español y en Creole)
para entrevistas con veintisiete (27) mujeres escogidas de manera
aleatoria, con la técnica de bola de nieve, en el Distrito Nacional/
Santo Domingo (15), Santiago de los Caballeros (5), y Dajabón (7).
167
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Antes de aplicar la guía y recoger los datos de las mujeres seleccio-


nadas, se ha agotado una etapa preliminar de contacto en que se
ha ganado la confianza de estas mujeres a través de reuniones y/o
de talleres. El equipo de investigación obtuvo el consentimiento
de las trabajadoras escogidas para ser entrevistadas, según una
serie de criterios establecidos.

Se efectuaron los contactos con las mujeres entrevistadas a


través de organizaciones sociales (Dajabón, Santiago y parcial-
mente en Santo Domingo). En la capital los contactos fueron
mayormente a través de tres líderes carismáticos en tres barrios
diferentes (dos líderes masculinos y una mujer líder emergente).
El equipo de investigación agotó varias sesiones de observación
en los barrios de residencia de las mujeres entrevistadas y sostu-
vimos conversaciones importantes con otras migrantes haitianas
que trabajan en el servicio doméstico, sin aplicar nuestra guía ni
grabar el diálogo.

Para mantener el ambiente de confidencialidad a lo largo del


proceso, el equipo de investigación no entrevistó a las mujeres en
las casas de familia donde estaban trabajando sino más bien en la
misma casa de la entrevistada; en una iglesia; en la casa/patio de
una vecina; o en la oficina/patio de una organización social. No se
ha entrevistado a los/as empleadores/as por no dañar el clima de
confianza necesario para que las mujeres trabajadoras entrevista-
das se hayan abierto en las conversaciones. Aunque teóricamente
hubiera sido posible entrevistar a los/as patrones/as de mujeres
haitianas en el servicio doméstico que no estuvimos entrevistando,
tuvimos también limitaciones de tiempo. De hecho, hemos reco-
gido algunas informaciones relevantes a través de los informantes
claves y en conversaciones informales con otras personas quienes
han empleado a trabajadoras domésticas haitianas.

En esta última parte de la investigación se celebró un taller de


168
TOMO I

devolución con los hallazgos principales (antes de elaborar el in-


forme final) con miras a validar el informe y recoger sugerencias
para potenciar el seguimiento a la investigación.

Sintetizamos los resultados del estudio mediante los siguien-


tes hallazgos.

CARACTERIZACIÓN DE LAS MUJERES MIGRANTES


QUE SE ENCUENTRAN EN EL SERVICIO DOMÉSTICO
EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

En la República Dominicana, según el anuario estadístico de


la CEPAL 2006 (ver tabla), el porcentaje de Población ocupada
urbana ubicada en el Servicio Doméstico ha pasado del 8,7% en
1992 al 11,4% en el 2005, subiendo un 2,7% en este período a
contrario de la tendencia regional. En la actualidad, no es posible
cuantificar las mujeres migrantes haitianas en República domi-
nicana y tampoco afirmar la magnitud de las que trabajan en el
servicio doméstico, tomando en cuenta, según las afirmaciones
de la ONE al respecto, que existe un notorio sub-registro en los
censos del país3.

3. Señalamiento de dos representantes de ONE que participaron en el taller de


validación del 7 de agosto de 2008.

169
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Tabla 1
Comparativo 1990 – 2005[*]:
Porcentaje de Población Ocupada Urbana ubicada
en el Servicio Doméstico
Población Ocupada

País 1990 2005 Variación

M H M H M H
Costa Rica 12.0 0.2 12.0 0.4 0.0 0.2
El Salvador 13.1 0.4 7.7 0.5 - 5.4 0.1

Guatemala 18.1 0.2 9.2 0.2 - 8.9 0.0


Honduras 16.0 0.4 8.7 0.5 - 7.3 0.1
Nicaragua 14.1 0.3 10.3 0.1 - 3.8 - 0.2

Panamá 17.8 0.6 14.9 1.2 - 2.9 0.6

Rep.Dominicana 8.7 0.2 11.4 0.9 2.7 0.7


[*]Costa Rica: 1990-2005; El Salvador: 1995-2004; Guatemala: 1989-2002; Honduras:

1990-2003; Nicaragua: 1993-2001; Panamá: 1991-2005; Rep. Dominicana: 1992-2005

Fuente: CEPAL, Anexo Estadístico del Panorama Social 2006

El objetivo de esta investigación cualitativa no es llenar este vacío


sino más bien caracterizar mujeres migrantes haitianas que se desem-
peñan en el servicio doméstico en el país a través de las entrevistas
realizadas. De esta manera, esperamos poder aportar a la construc-
ción de tipologías de mujeres junto con otras investigaciones exis-
tentes y futuras que aborden la migración femenina hacia República
Dominicana así como el trabajo doméstico remunerado4.
4. En el momento de redactar, están en curso una investigación sobre el Servicio
Doméstico Remunerado auspiciada por AECID y SICA, y otra sobre migración
Sur/ Sur de mujeres en América Latina auspiciada por la Universidad de Windsor en
Canadá. En ambas, la República Dominicana fue escogida como estudio de caso.

170
TOMO I

Encontramos mujeres migrantes haitianas en el servicio domés-


tico de todas las edades. Llama la atención la presencia de jóvenes
y solteras con proyecto migratorio personal e independiente,
ejemplificando la feminización de la inmigración haitiana en la
República Dominicana.

Es destacable el elevado nivel de estudios y expectativas de su-


perarse académicamente de algunas de las mujeres entrevistadas,
confirmando el fenómeno de “descalificación” que es un rasgo
común del trabajo doméstico hecho por mujeres migrantes a
través del mundo.

Vemos que las motivaciones para migrar no solo son la bús-


queda de trabajo o el envío de remesas para sostener la familia,
sino también pueden incluir un proyecto personal autónomo que
incluye el interés por la superación académica. La educación es
vista como un progreso social y económico por las entrevistadas
de la misma manera que estudios en el medio rural en República
Dominicana.

“Bon, m rive nan sètifika men sètifika Bueno, yo tengo un certificado de


m rive a se Bondye ki fè m rive ladan primaria. Este certificado fue Dios
l pase pat gen posiblite pou m ka rive quien me lo dio porque yo no tenía
ladan l, pase m gen frè m ki anvi, bon, posibilidades de obtenerlo, porque
ou wè tankou m gen on tifrè m se sèl li tengo hermanos que también lo
menm ki plis renmen lekòl. Bon, nou quieren, bueno, tengo un hermano
menm ki pi gran nou pa ka ede l, man- menor por ejemplo, es el a quien
man m pa ka ede l, ou wè, e li li renmen más le gusta la escuela. Bueno, no-
lekòl e lidi li pap kite lekòl pou anyen. sotros los mayores no podemos ayu-
Ou wè tifrè m sa li panko konn isi a darlo, mi mamá no puede ayudarlo,
(…).” ¿ves? Y le gusta la escuela y dice que
no abandonará la escuela por nada.
Claire Heureuse. ¿Ves? Mi hermanito este no conoce
Dajabón. aquí todavía.

171
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En el caso de Dajabón, podemos destacar el nivel educativo más


bajo de las mujeres entrevistadas. Dos factores pueden ser deter-
minantes, la edad más avanzada y la falta de oportunidades para las
mujeres de acceder a la educación en el medio rural como señala
una de las entrevistadas: “Este certificado fue Dios quien me lo dio porque
yo no tenía posibilidades de obtenerlo, porque tengo hermanos que también lo
quieren”. A esto se le añade la falta de esperanza en que la educación
es un medio para salir de la pobreza. Como afirmó Claire Heureuse:
“¿Por qué pá Haití, que tú va a hacer? cuando tú acaba de estudiar, ¿qué tú
va hacer? Mirar el cielo y la tierra, pidiéndole a Dios me da la comida.”5

En relación con su estado civil, la mayor parte de las mujeres con


pareja están en unión libre o plaçage, tal como es la realidad vivida en
Haití (45% de los más de 15 años están en pareja, de estos 53.6%
en plaçage o unión libre ECVH). Las relaciones sentimentales se
establecen, en general, dentro de la misma comunidad haitiana.
Sin embargo, una de las entrevistadas declaró que su novio era
dominicano.
El promedio de hijos/as por mujer es 2.7, con una baja en Santo
Domingo por el sesgo de jóvenes en la capital. Mayormente los/
as hijos/as se encuentran con su madre pero en varios casos hay
mujeres que tienen hijos/as en Haití y, en el caso de una mujer en
Santo Domingo con seis hijos, ella informa que hay dos en San
Pedro de Macorís y los otros están en la capital. Claro está que, en
el caso de todas las mujeres transfronterizas, sus hijos/as se encuen-
tran en Haití. La narrativa (codificada) de la madre ausente y sus
consecuencias en el imaginario, con correspondientes sentimientos
de culpabilidad de parte de la madre, no parece pesar tanto en las
historias de las personas entrevistadas, según lo que nos han narra-
do las mujeres. Vemos un porcentaje relativamente alto de mujeres
solteras (o por su juventud o por ser mayor de edad). En el caso de
las más jóvenes esto refuerza la idea de la tendencia hacia proyectos
5. Entrevistada con estudios de primaria sobre su deseo de seguir estudiando. En
español en la entrevista.

172
TOMO I

migratorios independientes de mujeres jóvenes de medio urbano


(feminización de la migración) que cruzan la frontera sin el ánimo
de juntarse con su familia o pareja. Es de notar que los estudios
sobre la mujer dominicana en el servicio doméstico han mostrado
desde hace cierto tiempo que las mujeres que trabajan en el servicio
doméstico pasan aún menos tiempo con sus hijos/as que las mujeres
trabajando en zonas francas (Corten y Duarte, 1983).

Los patrones de migración interna en Haití encontrados en el traba-


jo de campo se corresponden, en gran medida, con las tendencias
observadas tanto en el Estudio Nacional de Hogares efectuado
en Haití (2001) como la encuesta OIM/FLACSO llevada a cabo
en 2002. El protagonismo de las mujeres en la migración interna
en Haití es bien conocido (13.4%), superando la tasa de la migra-
ción interna de los hombres (10.7%).6 La migración interna hacia
un núcleo urbano precediendo la migración internacional parece
constituirse en un patrón en el caso de las migraciones al interior
de la Hispaniola.

La violencia socio-política como factor de expulsión tiene pi-


cos coyunturales en Haití conduciendo a una migración forzada
tanto dentro como fuera de su territorio, aunque la emigración
de haitianos/as a República Dominicana ha sido mayormente
espontánea durante las últimas dos décadas.

Es de subrayar que tres casos de migración fueron precipitados


por violencia socio-política, o sea una migración forzada. El auge
de los secuestros luego de la salida del ex Presidente Jean Bertrand
Aristide en 2004, fue señalado como un motivo para migrar por
una entrevistada en Villa Carmen.

6. IHSI/Enquête sur les conditions de vie en Haïti (ECVH: 2003).

173
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

“Non, m pa vini pou on kenn espwa, “No, yo no vine con ninguna espe-
paske te g`on afè kidnaping an Ayiti. se ranza. Vine porque había este pro-
pou tèt sa. Manman m pat vle pou yo blema de secuestro en Haití. Es por
kidnape m, m te konn al, m te konn al eso. Mi madre no quería que me se-
lekòl e pou tèt zòn lekòl la te danje.” cuestren. Yo iba al colegio pero la
zona donde iba era peligrosa.”
Mimi. Santo Domingo. 21 años.
Llegó en 2004.

El primer cruce de frontera o primera entrada fue mayormente


de manera irregular o amba fil (en el caso de las mujeres entrevis-
tadas). Este cruce irregular es sentido como “normal” tanto por
las mujeres que migran como de parte de los varios actores con
quienes se interactúan en el camino hacia su destino final por el
lado dominicano.

Varias de las mujeres entrevistadas piensan que es “normal”


entrar al país de esta manera si no tienen pasaporte y/o visa.7. Al
ser preguntadas cómo llegaron a República Dominicana, contestan
que vinieron “normal”, “alezman”, “kom sa”, todos términos que
tienden a naturalizar la entrada sin los documentos pertinentes.
Esta apreciación coincide con las declaraciones recientes del en-
tonces Jefe de CESFRONT en la prensa (Hoy 3 de agosto de 2008)
cuando comentó que la percepción de los/as dominicanos/as es
que es “normal” que los/as haitianos/as cruzan la frontera de
manera irregular.

7. Utilizamos el término neutro de “Amba fil” (de manera irregular) por la im-
posibilidad de distinguir con nitidez, a través de las informaciones obtenidas de
las mujeres, entre una entrada irregular o situaciones de tráfico y trata. De hecho,
ninguna situación narrada se aproximó a la trata y solamente una mujer habló
de “un buscón”. Ver también en esta relación el último informe del Relator de
la ONU sobre los derechos de los migrantes que discuten las dificultades reales
en cuanto a distinciones absolutas entre estas naciones (Bustamente, febrero de
2008).

174
TOMO I

“Es necesario educar a nuestro pueblo que piensa que traficar haitianos
es una situación normal, sin darse cuenta del daño que le causan al país”.
CESFRONT
Hoy, 3 de agosto 2008.

Esta naturalización invisibiliza los riesgos de la migración irre-


gular, señalando debilidades institucionales que pueden derivar en
vulneración de derechos, abusos sobre las migrantes. La otra cara
de la moneda es el fomento del clientelismo y el incentivo de redes
de tráfico ilícito de personas. En este sentido, podemos distinguir
cuatro situaciones de cruce de frontera amba fil que ilustraremos
con el testimonio de las migrantes:

1. El buscón
Okey, e a(esitasyon),see papa pitit mwen Es el padre de mis hijos que llegó
an kite vin isit la anvan, apre saa lite voye antes. Me mandó a buscar con un
chachem, lel te voye chachem nan ite, ite buscón que me pagó el pasaje para
voye chache ak yon boukonm, kounye a venir conmigo.
boukonm an peye pasaj pou vin avem.

Rosanna.
Santo Domingo.

2. El día de mercado
M pa rantre ak paspo nik rantre epi jou Yo no entré con pasaporte, tan solo
mache, m nik antree m monte machinn vine un día de mercado y me subí
mal nan palad la m monte machinn m en una guagua. Fui a la parada y me
vini subí en la guagua.

Yo pat poze w kessyon sou wout la ¿No te hacen preguntas en el tra-


yecto?
Non anpil moun belade vinn isit san pa-
pye (…) Yo monte machinn dominiken No, mucha gente de Belladère viene
pap poze yo kessyon. aquí sin papeles. (…) Tú te montas
en una guagua, los dominicanos no
Aimée. Santo Domingo. te hacen preguntas.

175
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

3. En una guagua
M te, m te peye caribenn tour pou m te Bueno, yo pagué una caribetoul (gua-
antre, san paspò.. gua) para entrar, sin pasaporte.

Mwen te antre nòmal, nan caribenn Yo entré normal, en una caribetoul, en


tour, nan epòk m te rete on kote ki te esa época yo me quedaba en un sitio
rele San Jose de las mata.. que se llama San José de las Matas.

Marysé y Ernestine. Santiago

4. Crucé caminando
Non, premye fwa lè m t`ap vini on sèl fwa No, cuando vine la primera vez,
m pase nan bwa, sèl premye fwa lè m te vini una sola vez crucé por el bosque.
an apre sa, lè m vini m fè paspò (…)Lò Solamente la primera vez que vine,
60 dola (ayisyen) m te peye. (…) On moun después de eso cuando regresé hice
lakay menm ki te vin ansanm avè m, men mi pasaporte (…) En este tiempo
nou te mach`anpil. Apre sa l te riv`on kote pague 60 dólares (haitianos). Una
l t`al pan machin epi nou tou rive santiag. persona de mi barrio vino conmi-
Men konnya... Nou te soti vandredi nou te go. Hemos caminado mucho. Des-
rive nan samdi. Yo te riv`on kote nou won pués de eso llegamos a un lugar y
kay nou te, nou te dòmi, yo te fè manje ban cogimos una guagua, después lle-
nou, yo te koupe bannann, y`achte ban nou gamos a Santiago. Pero ahora…
te fè manje, wi. (…) Moun ki pase nan Salimos el viernes llegamos el Sá-
bwa se, se men ou men lanmò w kounya, bado. Llegaron en un lugar vimos
kounya rout la di. una casa y dormimos, hicieron
comida para nosotros, cortaron
plátano, compraron para nosotros,
hicimos comida también. (…) La
gente que cruzó en el bosque es
una muerte segura, ahora el cami-
Evelyne. Santiago no está duro.

Estos episodios muestran, tanto la complicidad como la negligen-


cia que apuntan al tráfico de migrantes. Estamos ante una privatiza-
ción de la migración, fenómeno natural, ante las trabas burocráticas
a la migración regular del que muchos sectores se benefician.
176
TOMO I

Sin embargo, actualmente, la mayoría tiene documentación que


incluye pasaporte o pieza de identidad haitiana; y, en el caso de las
mujeres haitianas transfronterizas, un carné.

Hay poca evidencia del uso de redes de tráfico ilícito de mi-


grantes y tratantes. Algunos informes recientes en la prensa en
2008 subrayan que las mujeres son más vulnerables a presiones
por parte de traficantes y tratantes, incluyendo cuando comienzan
su ruta migratoria en Haití.

LAS CONDICIONES LABORALES EN QUE SE


DESEMPEÑAN EN LA REPÚBLICA DOMINICANA

La estigmatización del trabajo doméstico en Haití y en la Re-


pública Dominicana refuerza el bajo estatus que se concede a la
mujer laborando en este oficio.

Hay un lugar común que persiste globalmente, insinuando que


el trabajo doméstico no es un verdadero trabajo, “es un trabajo
de mujeres”, ejemplificado por el hecho de que, todavía en mu-
chos contextos, ni figura con el mismo rango de derechos que
otros/as trabajadores/as (Chaney y García Castro 1991: 3).

Tal es el caso tanto en la República Dominicana como en


Haití. República Dominicana introdujo en su legislación algu-
nos avances parciales respecto a los derechos laborales de las
trabajadoras del hogar sin equipararlas a la generalidad de los
trabajadores, en 1999. Haití está avanzando en enderezar esta
realidad laboral discriminatoria con la introducción de un an-
teproyecto de ley ante el parlamento en Puerto Príncipe, desde
comienzos de 2008, para garantizar iguales derechos para per-
sonas laborando en el servicio doméstico con todos/as los/as
otros/as trabajadores/as. 8

8 Ver menu législative: http://mcfdf.org/plan-mcfdf.pdf

177
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Además, como puede ser común en otros contextos binacio-


nales, hay aún más estigma en relación al servicio doméstico en
Haití, en el imaginario de estas mujeres migrantes, que hacer el
mismo oficio en otro país, en este caso en la República Domini-
cana como país de destino. No obstante, hay un tropismo (que
abunda en la literatura novelesca por ambos lados de la isla) de
que el servicio doméstico es un oficio en que las mujeres y/o
niñas que fungen como “sirvientas” están explotadas laboral-
mente y pueden ser víctimas de trata.9

Solamente tres mujeres relatan que han trabajado como empleada


doméstica antes en Haití. Varias mujeres (de la frontera, desde San-
tiago, y en Santo Domingo) comentan el desprecio con que se
valora este oficio en Haití resaltando las relaciones desiguales de
poder que se establecen en su país de origen respecto a este tipo
de oficio. Esta valoración negativa se extiende hacia la República
Dominicana en la medida en que algunas mujeres tienen vergüen-
za de admitir en qué trabajan. Esto se evidencia en las primeras
reuniones de contacto del equipo de investigación con las mujeres
migrantes en Santo Domingo que negaron trabajar en casas de
familia para posteriormente confiarse, sin que las vecinas supie-
ran que, efectivamente, acababan de salir de una dura experiencia
como empleada doméstica. En las historias narradas en Santiago
por un grupo que no aceptó ser entrevistado, se confió que envia-
ban informaciones erróneas a sus parientes en Haití sobre lo que
están haciendo en el país para soslayar el hecho de que estaban
trabajando en el servicio doméstico.

9. Un ejemplo más reciente de este estereotipo se encuentra en el libro The Short


Wondrous Life of Oscar Wao del domínico-americano Junot Díaz (2007) en que
se comenta lo siguiente de una mujer protagonista dominicana de Baní “That’s
right. She was sold. Became a criada, a restavek” (sic).

178
TOMO I

Del total, solo 3 mujeres dijeron haber trabajado como em-


pleadas domésticas en Haití. A continuación, algunos testimonios
recogidos:
“Bon, s`ak fè rezon an, rezon an m pa Bueno, la razón por la que no lo hago
fèy Ayiti, s`ak fè rezon. Ayiti, ayisyen en Haití, es por que allá, los haitia-
g`on lè w`al travay lakay li Ayiti, l`ap nos tienen una manía que cuando
pr`al regade w, l`ap pr`al meprize w se trabajas para ellos te miran de lado.
pou rezon sa poutèt rezon sa, s`ak fè m Te desprecian por esa razón. No,
pa travay Ayiti, m pap fè travay sa yo no trabajé en Haití. No haría este
Ayiti. M pito m fè komès mwen Ayiti, trabajo en Haití. Mejor yo hago mi
m chita m fè komès mwen, poum gen kòb negocio, planifico mi negocio, para
nan komès mwen Ayiti, men travay kay, tener dinero en mi negocio en Haití.
kay madanm Ayiti non.” Pero trabajar en casa de familia en
Haití ¡no!.

Marysé, Santiago.

“Non ay non m pat gen posibilite a, gen No, ¡ay! No, no tenía esta posibi-
de fwa ou santi w preske wont.” lidad. A veces sientes casi como
vergüenza.

Delira, Santo Domingo.

“M te travay lakay madanm Ayiti. men Trabajé en casa de familia en Haití.


Ayiti ou vin, ou vin yo te bagay yo pa, Pero allá no conviven bien con la
yo pa viv ak moun byen ou konprann gente (cuando hace ese tipo de tra-
yo, isit yo gen plis sajès ansanm avè nou bajo), ¿entiendes? Aquí tienen más
ou konprann sa vle di, m te travay yon respeto (sabiduría) con nosotros,
de mwa konsa kay madanm Ayiti, an- ¿entiendes? Trabajé como 2 meses
tou ka bagay la te, te tèlman balat”. así en casa de familia en Haití. De
todos modos fue tan barato.

Thérèse. Dajabón.

179
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En lo que se refiere a los métodos de búsqueda de trabajo, los métodos


citados con más frecuencia fueron:

• A través de una amiga o amigo que trabaja con un familiar de


su futura empleadora;
• Para relevar en el trabajo a una amiga;
• Por un familiar (primo/a, cuñada, tía, hermana);
• Un vecino;
• Un guachimán haitiano;
• Ofreciendo sus servicios en la calle;
• En la guagua en la que vino de Haití;
• Una agencia;
• Con una carta de recomendación;
• Llegó con una familia dominicana;
• De boca a oreja por su buen trabajo como planchadora.

Se pueden distinguir tres modalidades fundamentales en el tipo


de trabajo doméstico, hecho por las mujeres: por jornada; con dormi-
da; o por tarea (Cassá 2000). En la gama de mujeres que hemos
entrevistado, predomina el trabajo por jornada, aunque algunas
de estas mujeres habían hecho, anteriormente, el trabajo con dor-
mida. Parece que hay una secuencia en que las mujeres que llegan
se integran con más facilidad con este último tipo de trabajo, por
un lado y, por otro, puede ser el nicho más difícil de llenar desde
la perspectiva de los/as potenciales empleadores/as. No obstante,
las exigencias y/o inconvenientes del trabajo con dormida (mayor
vulnerabilidad) impulsan a las haitianas a salir de este tipo de tra-
bajo y a buscar como preferencia el trabajo por jornada. Algunas
mujeres (sobre todo las más jóvenes), tienden a mucha rotación
en el trabajo doméstico al comienzo de su estadía en la República
Dominicana que, en parte, puede ser por dificultades en el manejo
del idioma y, por ende, en la comunicación con su empleador/a.
Otro problema que nos han comentado algunas mujeres (más allá
de las entrevistadas grabadas y en un ambiente de confianza total)
180
TOMO I

que puede explicar cierta rotación en el trabajo, es la amenaza del


hostigamiento/abuso sexual en el contexto laboral de parte de
los varones de la casa.

EL EJERCICIO DE SUS DERECHOS LABORALES

La trabajadora doméstica migrante haitiana es prácticamente


invisible dado el nicho de trabajo. Esto se repite en las relaciones
sociales.

Esta invisibilidad, su estatus migratorio e idiomático, y el pre-


juicio la hacen vulnerable en el espacio laboral, donde su emplea-
dor/a puede restringir o limitar su espacio transnacional porque
el Estado tiene un control débil sobre las condiciones en la esfera
privada de la casa familiar.

La informalidad del espacio y las relaciones pseudo-afectivas,


sobre todo con la patrona en la casa de familia, pueden obstacu-
lizar la reivindicación de derechos laborales y derechos conexos
por parte de las trabajadoras domésticas migrantes.

Desde 1999, también la trabajadora doméstica tiene el derecho


a tiempo para visitar el médico y/o ir a la escuela según el caso. El hecho
de que no hay una regulación clara en términos del horario (legal-
mente se estipula un período de descanso de 36 horas a la semana
y 9 horas de descanso todos los días) se presta al abuso en que
algunas trabajadoras terminan cumpliendo horarios exagerados,
según lo que nos narran, y, en la práctica, sus posibilidades para
seguir estudiando pueden ser limitadas, así como la atención debida
a su salud y la de su familia. Una mujer en Santiago fue despedida
por motivos de salud y otra mujer en Santo Domingo fracasó en
el intento de buscar remedios donde la SET por un alegato de
vulneración de su derecho al reposo por motivos de salud.

181
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Lo interesante de la narración de esta última mujer (citamos


textualmente parte de la entrevista abajo) es que tiene conoci-
miento de su derecho a la salud, y la posibilidad de reivindicar este
derecho ante la Secretaría de Estado de Trabajo (SET) aunque
opina que en este caso no puede hacerlo porque no había pedido
un permiso de su empleadora para ir al médico, aunque posterior-
mente había entregado debidamente el certificado médico a su
empleadora. El hecho de que esta mujer entrevistada está haciendo
este trabajo doméstico para pagar sus estudios universitarios que
está cursando actualmente (y tiene su documentación en regla)
explica probablemente su nivel de conocimiento y la confianza
para poder contemplar la reivindicación de su derecho a la salud
en el contexto laboral, aunque no logra concretizar esta demanda
en este caso. Además, ella cuenta con una red social importante
a su alrededor.
Entrevistadora: ¿Y cuando tú sales, te pagan cómo, te pagan tus presta-
ciones, te liquidan, te dan tu liquidación?
Amabelle: No en casa de familia no da liquidación (ruido)...
Entrevistadora: Nada más.
Amabelle: Aún que si tú te cobras, tú quieres tu dinero si tú no quiere
regresar, regresa porque no hay liquidación ni na (nada), no te dan nada
y no tiene nada. Ahora sí, el último de trabajo sí, yo me enferme, tuve
interna no podría ir a trabaja(r) pusieran otra gente ya no me dicen no me
dieron nada, eso fue en diciembre.
Entrevistadora: Pero, pusieron otra persona, y no te dieron nada, ni
pediste nada.
Amabelle: Yo sé que en casa familia encargada. Ahora yo no tenía 3
meses tampoco, tenía 2 meses en enero.
Entrevistadora: ¿Y no te pagaron el mes o lo día de tu obra de trabajo?
Amabelle: Lo día de trabajo nada más, porque van a pagar quincenal me
pagarán lo día que yo trabajé nada más.
Entrevistadora: ¿Mandaste un papel del médico allá?
Amabelle: Sí, yo mismo se lo lleve.
Entrevistadora: ¿Un certificado médico?
Amabelle: Un certificado médico, donde me dieron papel donde tenía
que durar 15 días de reposo (murmurar) aún así.

182
TOMO I

Entrevistadora: ¿Y tú qué pensaste, tú cómo viste esta reacción? (Pausa)


¿Tú lo viste bien?
Amabelle: No. No (sonrió). Eso no está bien, pero así que lo vemos, no
podemos hacer nada, lo único que nos queda es aceptar.
Entrevistadora: Tú crees que verdaderamente no pode… no podríamos
hacer nada, nada.
Amabelle: No porque, lo que la Secretaría pide para que uno declara
tiene que tener permiso, no tenía permiso.

Amabelle,
Santo Domingo (entrevista en español).

Las entrevistas nos han permitido palpar las relaciones de las mujeres
con su empleador/a (casi exclusivamente “patronas” dominicanas en
nuestro estudio) y entender que, en muchos casos, las relaciones
pueden servir para desalentar el ejercicio de sus derechos labora-
les de parte de las mujeres trabajadoras. Se ha podido constatar
la vulneración al derecho a la dignidad, tipificada por una gama de
prácticas que incluyen las siguientes:

• Cambio de nombre o uso de “morena/ molena” para dirigirse


a la trabajadora.
• Vejaciones, humillación, insultos, malos tratos en el trabajo.
• Violencia física en el contexto laboral.
• Hostigamiento sexual de parte de los varones de la casa.
• Prejuicio
• Sobrecarga de trabajo
• Trato maternalista de parte de la patrona.

La obtención de trabajo, la rotación en el trabajo y la inserción


en el contexto dominicano se hace a través de redes primarias
o redes densas. Esto revela un alto grado de capital social por
parte de estas mujeres migrantes. Las Iglesias (protestantes)
constituyen también redes densas de referencia, socialización y
protección social. Prácticamente, son el único espacio asociativo

183
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

fuera de la familia y amistades para estas mujeres. Los lazos con


Haití (afiliaciones múltiples) se traducen en frecuentes viajes de visita
a familiares. Según las posibilidades (en aumento), la comunicación
vía celular es una manera de mantener vivos los vínculos.

La mayor parte de las mujeres mostró un amplio desconoci-


miento del derecho a tener derechos, confundiendo estos con
sus deberes. El bagaje de conocimiento de sus derechos en el contexto
laboral es pobre, con solamente 6 mujeres de 27 edificadas en
este sentido. Las demás confunden derechos con deberes. En
respuesta a una pregunta específica sobre la Seguridad Social, solo
una trabajadora reconoció tener derecho a la seguridad social y
entendía el concepto.10

Estos hallazgos coinciden con la situación que se encuentra en


otros contextos de la región. Muchas mujeres migrantes desco-
nocen sus derechos por una falta de educación y/o información.
Como extrañas en el país anfitrión, las mujeres migrantes pueden
experimentar problemas idiomáticos y una falta de familiaridad
con las leyes y prácticas, de manera que pueden tener menos ca-
pacidad que otras personas en relación con conocer y ejercer sus
derechos. La falta de un conocimiento de derechos se vincula a
veces con una actitud de que la explotación es “un trato normal”
porque el trato en el país de origen puede ser lo mismo o peor.
Un estudio de migrantes mujeres desde Bolivia hacia Argentina
mostró, por ejemplo, que la ausencia de un conocimiento sobre
derechos no es lo mismo entre mujeres migrantes de un mismo
país de origen: las mujeres de origen rural no reconocen el patrón
10. Un recorte de prensa del Hoy del 5 de mayo de 2008 cita al entonces Vicepre-
sidente de la República, doctor Rafael Alburquerque, confirmando que las traba-
jadoras domésticas, los motoconchistas, los chiriperos y los choferes tendrán su
SFS en 2009. Queda como una interrogante la posible integración, con su SFS,
de las mujeres migrantes haitianas en el servicio doméstico, sobre todo en una
situación laboral no del todo definida de las trabajadoras transfronterizas.

184
TOMO I

de discriminación en el Estado anfitrión porque es parecido a lo


que han dejado atrás; son las mujeres de origen urbano, con un
grado más elevado de educación y conocimiento de sus derechos,
que tienden a reconocer la naturaleza discriminatoria del trato
que reciben.11

Las barreras para realizar sus derechos en la República Domi-


nicana son múltiples, incluyendo dificultades para tener acceso
equitativo a la justicia, a los servicios de salud o a la educación.
No se considera forzosamente al Estado (dominicano o haitiano)
como garante de sus derechos.

La legislación laboral y migratoria en la República Dominicana


no está en consonancia con las mejores prácticas en la materia a
nivel internacional. En cuanto a la ley de Seguridad Social, su re-
ciente puesta en marcha en el país no permite hacer una valoración
al respecto, aunque hay un desconocimiento casi total de parte de
las mujeres sobre lo que es y cómo debe de funcionar.

El Comité interinstitucional para la Protección de la Mujer


Migrante tan solo incluye en su mandato a la dominicana, dejan-
do fuera a otros colectivos de mujeres migrantes y, por ende, a la
mujer migrante haitiana en la República Dominicana.

La Ley 137/03 de 2003 sobre Trata y Tráfico Ilícito de Migran-


tes, que se está implementando tímidamente, estará posiblemente
sujeta a modificación en un futuro no muy lejano. Haití no cuenta
con una legislación sobre Trata y Tráfico Ilícito de Migrantes,
11. I.H. Farah y C.G. Sánchez, Bolivia: An Assessment of the International La-
bour Migration Situation – The Case of Female Labour Migrants, Gender Pro-
motion Programme (GENPROM) Working Paper No. 1 (Geneva, ILO 2002) p.
26: http:/www.ilo.org/public/English/employment/gems/download/swmbol.
pdf.

185
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

pero algunos grupos están trabajando para llenar este vacío a


corto plazo.

La adquisición de la documentación tanto de las mujeres mi-


grantes como de sus descendientes sigue siendo problemático.
Sin embargo, se notan pasos de avance (con algunos tropiezos)
en ambos lados de la isla, debido, en parte, a la incidencia política
de las organizaciones sociales/iglesias por los dos lados de la
frontera.

SU CONOCIMIENTO Y EL EJERCICIO DE SUS DERECHOS


ECONÓMICOS, SOCIALES Y CIVILES.

Las entrevistas revelan que las mujeres han podido ejercer su


derecho a la salud parcialmente en el país, según sus apreciaciones,
por ejemplo, en relación a la salud reproductiva.

El nivel de indocumentación de la población migrante haitiana


(aún más acentuada para la mujer migrante) dificulta el diseño
de políticas públicas en la República Dominicana y refuerza los
lugares comunes sobre el uso excesivo de los servicios en el país
de estos mismos migrantes. Hay una ambigüedad sobre el nivel
de derechos que pueden tener estas personas, aunque la juris-
prudencia a nivel regional en la materia (asentada por el sistema
interamericano de derechos humanos) dicta que deben de tener
exactamente los mismos derechos que las personas con un estatus
migratorio positivo. Como se sabe de otros contextos, a los mi-
grantes les interesa sobremanera adquirir la documentación con
miras a cotizar, como sea necesario, para poder tener un acceso
claro y en pie de igualdad a los servicios públicos.

A pesar de las limitaciones de tiempo, otra traba para seguir


estudiando puede ser la falta de documentación de parte de las
mujeres trabajadoras. Hay a veces cierta arbitrariedad con que se
186
TOMO I

requiere o no la documentación para estos fines, según lo narrado


de parte de las mujeres, de manera que algunas de ellas llegan a
pensar que es un favor si logran seguir sus estudios y no conciben
que el acceso a la educación sea un derecho. Los vicios en el sistema
del registro civil en Haití tampoco ayudan y muchas veces, según
lo que nos han narrado, los viajes a Haití se dan por la necesidad
de rectificar la documentación.

Claro está que estas dificultades pueden estar magnificadas


en el caso de sus hijos/as nacidos en la República Dominicana,
sobre todo con la incertidumbre prevaleciente en cuanto a los
documentos que deben de poder recibir en el hospital en el
momento de dar a luz en el país. Nos han señalado esta dificul-
tad real, sobre todo para las mujeres haitianas que dan a luz en
Santiago.

El derecho a un nombre y una nacionalidad condicionará la posibili-


dad de estos/as hijos/as poder acceder a la educación en el país
y/o hasta qué nivel, entre otros derechos restringidos a tener una
personalidad jurídica. Las trabas para poder conseguir la nacio-
nalidad haitiana para los hijos/as de padres haitianos residiendo
fuera de Haití han sido documentadas.12

Según cifras oficiales, ofrecidas durante el presente siglo, se


han estado deportando de modo regular entre 10,000 y 15,000
nacionales haitianos por año. Hasta hace poco las mujeres mi-
grantes no fueron tan implicadas13 pero, en 2008, sobre todo en
Santiago, las cifras oficiales desglosadas por sexo (reportadas en la
prensa) revelan que hay cifras significativas de mujeres y menores
12. Ver por ejemplo Lozano y Wooding (Eds) (2008) Los Retos al Desarrollo Insular.
Desarrollo sostenible, migraciones y derechos humanos en las relaciones domínico-haitianas en
el siglo XXI, Páginas 283-284.
13. Ver, en este sentido, el informe anual de GARR de 2007 (que estima un 7%
de mujeres haitianas en las deportaciones de 2007).

187
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

involucrados en las redadas y deportaciones.14 Estos informes


aluden, en su mayoría, a “niños, mujeres y adolescentes limosne-
ros” y a “mujeres que ejercen la prostitución”. Algunos informes
sugieren que el aumento en la deportación de mujeres se debe al
incremento de tráfico de niños y mujeres al país; y que llegan, a
veces, a manos de tratantes.15

Se vulnera el derecho al libre tránsito al ser sometidas a redadas


y deportaciones arbitrarias, sin el debido proceso y sin tomar en
cuenta las necesidades específicas de las mujeres, según los testi-
monios que hemos recibido. A pesar de que en la muestra hubo
una relativamente baja incidencia de deportaciones, los informes
de prensa apuntan hacia un aumento de deportaciones de mujeres
y menores de edad en 2008, notablemente desde Santiago.

Entre otras cosas, y según los tres ejemplos recogidos en nuestro


estudio, la práctica en la República Dominicana puede vulnerar
el goce del derecho al libre tránsito. Llama la atención, en estas
narrativas, la ausencia del debido proceso, la búsqueda de personas
desde su propia casa, el trato indiferente a mujeres embarazadas y
la violencia generalizada que puede acompañar el proceso, según
los testimonios que escuchamos. Las mujeres entrevistadas tienden
a tratar de invisibilizarse (por ejemplo, un cambio de pelo para
ponerlo más liso o circunscribir sus movimientos) para evitar ser
deportadas, con la ventaja de que su trabajo, por lo menos, está
“puertas adentro”.

14. Ver: http://www.7dias.com.do/app/article.aspx?id=30518 por ejemplo, un


informe en este sentido retransmitido por la agencia de noticias EFE.
15. En esta óptica hay denuncias recientes del RFJS en agosto de 2008 en un
artículo titulado “Buscones haitianos engañan mujeres haitianas” http://new.el-
masacre.com/?m=noticias&s=regionales&articulo=269

188
TOMO I

Sa m te panse apre sa m te di m pa- Yo me dije que no iba a regresar a


tap tounen nan tè panyol kounya, le yo la “tierra de los españoles”. Cuan-
te pranm nan kounya la m te gen yon do me agarraron, yo tenía gripe.
grip, mwè yo pran yon Ayisyen mwè yap Yo vi que cogieron a un haitiano
maltrete ayisyen an, gen yon Ayisyen ki y ellos lo maltrataron. Un haitiano
kouri, ki vole yon bare l, li sot anlè tonba que corrió, que voló por encima
tè genyon bwa k chire l nan do, tout do de un portón, se cayó al suelo y
l blese kounye a menm, te gon ti dam ki se hirió en la espalda con un trozo
ansent, yo annik ouvri pot kay li, yo pran de madera. Tenía toda la espalda
l nan zón, nan zón kounya la lè yo rive herida. También había una señora
nan nan yon lye, kounya la sa te vin pase embarazada, ellos hacen que abra
lè chèf la te wè map touse nan machin la puerta de su casa y la agarraron
nan, lè m gade m wè chèf la devana n en esta zona. Cuando llegamos a
desann li me te m atè, li ap pale avèm nan un lugar. En el camino, yo estaba
machin nan li di m konsa bon se travay tosiendo. El jefe me vio tosiendo
nou nap fè, se pa dakó no uta dakó se pa en la guagua. Cuando yo miro, el
yok tavle men lè no unan tè a se pou nou jefe que estaba delante se baja y
toujou gen papye, paspó, amigrasyon, se me hace bajar también. Me dice
pou ou cheche yon dominiken pou pran que él está haciendo su trabajo, no
pou Dominiken an ka bó w papye do- estamos de acuerdo, no queremos
minken nan peyi isit, kounya m te di m hacerlo, pero cuando ustedes es-
pap tounen isit ankó, men paske mari m tán aquí tienen que tener papeles,
nan se isit li ye , se nan konstriksyon lap pasaporte, migración (permiso re-
travay, li wè ki pa rete pou kó l kounya sidencia). Tienes que buscar un do-
lal chèche m men m te di m pa tap tounen minicano para darte un papel do-
isit ankó. minicano en este país. Así, yo me
dije que nunca voy a regresar a este
país, pero como mi marido está
aquí, trabaja en la construcción,
él no quería quedarse solo por eso
me fue a buscar. Pero yo le dije que
Irena. Santo Domingo. yo no iba regresar otra vez.

En lo que se refiere a sus derechos económicos, la pobreza y el dere-


cho a la protección social, las entrevistas dejan entrever que estas
mujeres y sus familias están completamente fuera del radar de las
redes de protección social o ayuda asistencial a nivel oficial. Estas

189
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

últimas no se extienden a los migrantes (por su indocumentación


o invisibilidad), en el caso de las entrevistadas que viven por este
lado de la frontera. Como se sabe, el département del nordeste en
Haití (donde residen las mujeres transfronterizas en Ouanaminthe)
es el área geográfica más pobre del país más desigual en América
Latina y el Caribe, y la región más desigual del mundo.16 Además,
estas mujeres en la frontera se quejan de la desprotección cotidiana,
contando las peripecias por cualquier incidente que puede resultar
en un cierre ex abrupto de la frontera: sea la crisis de los pollos
(2008)17 o sea el protagonismo de los ex militares haitianos que
afloran de vez en cuando en el Norte de Haití (2004; 2008).

El derecho al acceso a la justicia es difícil de ejercer para las mujeres


entrevistadas. Dos informantes claves (una abogada trabajando
con una organización social y un juez de la corte laboral en Santo
Domingo) reconocen que teóricamente las personas indocumen-
tadas pueden tener acceso a la justicia en el país pero que en la
práctica es un proceso engorroso. En el caso de ser documentadas,
la informalidad de la situación laboral muchas veces y el contrato
especial para los/as trabajadores/as domésticos/as en el país son
factores disuasivas. Desde hace varios años existe en el país un
Comité Interinstitucional para la Protección de la Mujer Migrante
(CIPROM/SEM) pero su mandato es casi dirigido a la defensa
de la mujer migrante dominicana (potencial, varada o retornada),
con independencia de que hay migrantes (hombres y mujeres) en
situaciones de extrema vulnerabilidad y de varias nacionalidades
residiendo o en tránsito en el país.18
16. Ver, por ejemplo, FAFO (paper 2004: 231) Poverty in Haiti by Sletten, Pal and
Egset, Willy.
17. Las autoridades haitianas decidieron suspender, en enero de 2008, la importa-
ción de pollos y huevos desde la República Dominicana, debido a la detección en
este territorio de algunas aves con influenza aviar, ocasionando el cierre temporal
de la frontera que sigue cerrada hasta la fecha para este comercio, dando paso a
ventas mediante un contrabando contundente.
18. Entrevista con la Coordinadora de CIPROM/SEM, octubre de 2007.

190
TOMO I

En resumidas cuentas, los argumentos de que migrantes no


tienen derechos, o que el marco de derechos humanos vigente es
inadecuado, no resisten un análisis e insistencia en garantizar y
monitorear las normas internacionales en lo que se refiere a mi-
grantes mujeres. Sin embargo, hay que dirigirse a los vacíos.19 Las
mujeres migrantes están ubicadas en una encrucijada entre tres
tipos de normas: los estándares de derechos humanos relaciona-
das con mujeres (mayormente estándares protectores y fuertes);
los derechos humanos de trabajadores/as (bien articulados y ro-
bustos); y derechos humanos en cuanto a migrantes (unas pautas
que están en plena evolución y que actualmente ofrecen menos
protección que las directrices, protegiendo a las mujeres y a las
trabajadoras). El reto es potenciar la intersección eficaz entre estos
tres tipos de derechos.

Lo que queda es un problema serio, reflejado en los hallazgos


de este acápite de la investigación –y lo que es una dificultad
común a los derechos humanos en general– es cómo garantizar
la implementación debida de parte de los estados, comenzando
con la necesidad de asegurar que las mujeres migrantes están edi-
ficadas sobre sus derechos y luego en una posición para ejercer
estos derechos.

En el contexto de la frontera, observamos una falta de claridad


en la documentación de las trabajadoras transfronterizas. Se da
una confusión en los roles de las instancias oficiales que regulan
las cuestiones laborales y las autoridades migratorias. En el último
año, la llegada del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza
Terrestre (CESFRONT) se ha hecho notar, aunque los resultados
19. Estos vacíos incluyen, por ejemplo, la necesidad de desmantelar el régimen
especial para los trabajadores/as domésticos/as (que existe todavía en algunos
países como la República Dominicana) donde no se refleja la justicia de género,
reconociendo que esta acción ha de beneficiar tanto a mujeres migrantes como
a mujeres nativas.

191
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

y el impacto de su presencia son mixtos. Por el otro lado, en este


mismo período, se ha acordado un nuevo rol más protagónico para
MINUSTAH (Misión de Naciones Unidas para la Estabilización
de Haití) en la franja fronteriza.

EL ACOMPAÑAMIENTO QUE RECIBEN Y


SUS ASPIRACIONES DE CARA AL FUTURO

Los proyectos migratorios pueden traducirse en hogares trans-


nacionales, con parte de los hijos e hijas en cada lado de la frontera,
que es una realidad vivida sin mayor sentido de culpabilidad de
parte de las “madres ausentes”.

Aunque no fuera el objeto de esta investigación, es importante


destacar la persistencia del fenómeno de “cadenas globales feme-
ninas de cuidado”, en que las mujeres haitianas trabajan cuidando
los hijos y familiares de mujeres dominicanas que trabajan en el
servicio doméstico en España, sobre todo en el Sur de la Repú-
blica Dominicana.

Pocas organizaciones sociales acompañan a mujeres migrantes


haitianas en su calidad de trabajadoras en el contexto urbano.
Una organización social acompaña al segmento específico de
trabajadoras en Dajabón con un enfoque novedoso que incluye
mujeres dominicanas y haitianas en el servicio doméstico. Otras
organizaciones sociales han dado prioridad a cuestiones como
la violencia intrafamiliar, el acceso a la salud, asistencia social,
documentación de migrantes y sus descendientes en el marco de
su trabajo social con las migrantes.

En general, las mujeres entrevistadas (en Santiago y Santo Do-


mingo) mantienen relaciones con Haití a través de visitas por razones
familiares como enfermedades o matrimonios, de búsqueda de
documentos, en relación con el pequeño comercio aunque hay una
192
TOMO I

pequeña minoría de personas entrevistadas que no han vuelto a su


país y/o que alegan que no han regresado porque no hay seguri-
dad. A grandes rasgos, las prácticas descritas por las mujeres son
transnacionales, según la definición de Portes20, y conforman con
lo que se conoce como transnacionalismo desde abajo. Las redes
familiares son comunes a todas las mujeres entrevistadas y repre-
sentan redes densas. Claro está que las mujeres transfronterizas
haitianas se mueven con fluidez entre este lado de la frontera y el
otro en la frontera del norte.

Las redes densas también se refieren a que todas las mujeres sin
excepción reportan vínculos con las iglesias, más o menos fuertes y
mayormente con las iglesias protestantes. Solo una mujer entrevis-
tada dijo que su religión es la católica. Entre otras cosas, las iglesias
sirven una función importante de intercambio de informaciones,
apoyo para la documentación, ayuda con la integración y auspicio
de actividades culturales o deportivas. En esta última óptica, es de
destacar, que los hombres son privilegiados con algunas activida-
des, posiblemente porque tienen más tiempo libre, tal como los
jóvenes que organizan equipos de fútbol. Esto ha sido un rasgo
en algunas de las comunidades de donde vienen las mujeres bajo
estudio en Santo Domingo y en Santiago. Aunque parece un
ejemplo trivial, el hecho es que esta actividad puede facilitar a los
jóvenes un espacio en la esfera pública (en la medida en que tienen
que negociar el permiso para canchas o estadios entre otras cosas)
y la posibilidad de viajar y ampliar sus horizontes al participar en
intercambios intracomunitarios a través de ligas regionales. Es
decir, que estos hombres jóvenes están involucrados en bridging (al
decir de Putnam), creando algunos vínculos intracomunitarios.

20. Portes (1999) define transnacionalismo así: “oficios y actividades que requie-
ren contactos regulares y sostenidos en el tiempo a través de fronteras para su
implementación”.

193
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Nuestro análisis sugiere que las mujeres muestran un alto nivel


de capital social –los procesos a través de los cuales los individuos
y grupos invierten en relaciones sociales y comparten recursos
entre ellos–. Se evidencia este hecho por su facilidad en encontrar
trabajo, rotar entre trabajos, y lograr su inserción en los barrios
a través del apoyo de las iglesias y/o líderes carismáticos. En el
estudio, nos encontramos en tres barrios diferentes con tres líderes,
dos hombres y una mujer líder emergente.

Un aspecto llamativo de nuestras entrevistas es el impulso que


dan estas mujeres para generar y acumular capital social. Cabe
destacar una serie de objetivos relacionados con la provisión de
servicios de salud y de educación. Hace falta liderazgo y organización
para poder negociar estas necesidades. La relativa invisibilidad de
las mujeres migrantes quiere decir que a veces son los hombres
que dan el liderazgo visible y la “presencia” para representar las
necesidades de las mujeres y niños/as. Lo que es relevante también
son las diferencias entre los mundos internos y externos a través
de los cuales las comunidades definen y presentan su capital social.
–puede ser que el mundo interno de las mujeres y los/as niños/as
sea representado a nivel externo por los hombres–. Palpamos esta
realidad a través de las personas de contacto que nos ayudaron a
tener el acceso a las mujeres entrevistadas: en dos casos fueron
hombres y en el tercer caso fue una líder mujer emergente.

En lo que se refiere al colectivo de haitianos/as en el país, los


gobiernos de turno han dado prioridad a una política de facto de
cohesión social (el desarrollo de una sociedad estable e integral)
para contrarrestar los retos percibidos a la identidad dominicana
por la llamada “nueva inmigración haitiana”. Como corolario, ha
tenido el efecto de que los/as haitianos/as sobredimensionan su
capital social que refuerza la membresía pero el hecho de carecer
de un estatus positivo migratorio revela las limitaciones tanto
como un concepto como una práctica para apalancar recursos
194
TOMO I

materiales. Esto así porque no es forzosamente una base satisfac-


toria para conciliar las contradicciones entre la cohesión social y
la diferenciación reflejada en el colectivo haitiano de inmigrantes
en el país.

En la ausencia de una interlocución estatal para su red migratoria


y la posibilidad consecuente de apalancar recursos materiales, hay
un peligro de que las redes densas puedan ser cooptadas por redes
de malhechores. Tal fue el caso, a mediados del 2007, cuando un
grupo de 8 (ocho) mujeres haitianas jóvenes en el servicio do-
méstico (para ayudar a pagar sus estudios) fue desviado por una
red de pornografía en Santo Domingo. Felizmente, en virtud de
la intervención oportuna de la OIM entre otros actores, la red de
pornografía pudo ser desmantelada en septiembre del 2007 y las
mujeres fueron reintegradas en la sociedad insular.21

Según nuestro análisis, la voz de los mismos migrantes ha sido el


gran ausente en muchos de los debates, tomando en cuenta que
las necesidades estratégicas de los domínico-haitianos no son
forzosamente las mismas que los/as migrantes haitianos/as. La
asimilación suave de estos últimos choca con su nivel de vulnera-
bilidad y produce una asimilación dura por la falta de protección
que acusan en el país: por su indocumentación o por la falta de
respeto a la diferencia, como política de facto en lo que se refiere
a la integración de esta inmigración en el país. Podría ser salu-
dable favorecer un debate sobre cómo avanzar más allá de este
aparente empate, sobre todo para mitigar posibles fuentes de
conflicto en el futuro. Por otra parte, con otros colectivos de
migrantes, por ejemplo los españoles, los árabes o los llamados
cocolos, hay una política de facto de multiculturalismo en que se
da con más frecuencia una valoración de sus aportes a la cultura
21. Entrevista con un oficial de la OIM, octubre de 2007. Este acontecimiento
fue ampliamente reportado en la prensa: http://www.clavedigital.com/Portada/
Articulo.asp?Id_Articulo=11031.

195
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

dominicana. No es así para el colectivo de migrantes haitianos


aunque es el colectivo más numeroso en el país.22

Otro señalamiento es que, si bien, hay un marco robusto a nivel


internacional para la protección de las trabajadoras migrantes en
el servicio doméstico, las organizaciones sociales, gremiales,
y de derechos humanos en el país no se han aprovechado al
máximo de este marco favorable para ayudar la protección de
los derechos de estas personas. Hay experiencias en otros paí-
ses de la región que podrían servir para el aprendizaje mutuo
e intercambios. En este sentido, la Asociación de Trabajadoras
Domésticas (ASTRADOMES) en Costa Rica, que aglutina tanto
a las trabajadoras migrantes nicaragüenses como a las mujeres
nativas en el trabajo doméstico, representa un modelo interesante
a estudiar por su capacidad de unir esfuerzos y ser escuchadas de
parte de los tomadores de decisión en materia migratoria entre
otras políticas públicas.

Aunque se puede discutir algunas limitaciones de la definición de


la OIT23 en cuanto a trabajo doméstico o señalar algunos posibles
puntos perfectibles en la Convención de 199024 de la ONU sobre
los derechos de todos los trabajadores migratorios y sus familiares,
en general hay un marco legal sólido a nivel internacional para
ayudar a asegurar la protección de los/as trabajadores/as migrantes
22. Los cocolos (inmigrantes de larga data desde las islas menores de las Anti-
llas angloparlantes), por ejemplo, llegaron originalmente al país para cortar caña
pero hoy en día tienen renombre por sus reconocidos aportes culturales a nivel
nacional, ejemplificado por un premio reciente de UNESCO en el rubro de pa-
trimonio intangible de la humanidad.
23. Ver Anderson, B. (2000). Doing the dirty work? The global politics of domestic labour.
London: Zed books.
24. Ver Piper y Satterthwaite en Cholewinski, R; Perruchoud, R. and MacDo-
nald Euan Ed. 2007. International migration law: developing paradigms and key challenges.
TMC Asser Press. The Hague. The Netherlands.

196
TOMO I

en el servicio doméstico. Además, el trabajo binacional de los estu-


diosos y de la sociedad civil en otros contextos de América Latina
y el Caribe ha podido avanzar bastante en cuanto a estudios per-
tinentes y la implementación de recomendaciones que se derivan
de los análisis. Este nivel de avance en la región puede potenciar
el aprendizaje horizontal sobre la temática que nos ocupa.

Con todo, hay que elogiar a las cuatro organizaciones sociales


con que hemos podido colaborar a lo largo de este estudio.25 Son
entre las pocas organizaciones que acompañan a migrantes haitianos/as
en el país que han dado el giro de incluir a la mujer migrante en es-
pacios urbanos. Es particularmente importante aplaudir el trabajo
pionero de Centro Puente, Dajabón, en su programa binacional
innovador de apoyo, tanto a las trabajadoras domésticas haitianas
como dominicanas (2007/2008).

Entre los elementos a destacar del trabajo de Centro Puente


son los siguientes. En primer lugar, esta organización social ha
podido efectuar visitas domiciliares (en las casas de familia), para
conocer más de cerca la realidad de la mujer transfronteriza hai-
tiana en este oficio, orientando a las patronas y a las trabajadoras
a la vez sobre el proceso de carnetización. A raíz de este trabajo,
se ha visto la necesidad de armar un debate sobre el tipo de docu-
mentación que más conviene para estas trabajadoras, tomando en
cuenta, por ejemplo, las ventajas y desventajas de las mujeres de
estar vinculadas directamente a una patrona (según los carnés).26
En segundo lugar, el Centro Puente está reasentando una oficina
en Ouanaminthe, para poder fortalecer su trabajo desde una pers-
25. El Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes, Santo Domingo; El Centro
de Formación Social y Agraria (CEFASA), Santiago, ONE RESPE, Santiago, y
Centro Puente, Dajabón.
26. En otros contextos, se ha criticado este tipo de vinculación para trabajadoras
domésticas por ser parecido a “bonded labour” (ver, por ejemplo, el informe: Bonded
Labour: the impact of proposed changes to the UK immigration system on migrant domestic
workers, Kalayaan, London, 2008).

197
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

pectiva binacional. En tercer lugar, ha comenzado con una serie


de talleres, enfocando los derechos específicos de las trabajadoras
domésticas y, a sugerencia de nuestro equipo de investigación, está
activamente buscando explorar experiencias de capacitación en
este tenor en otros contextos, incluyendo la celebración del día
anual a nivel internacional del trabajador/a doméstico/a.

En el trabajo de las organizaciones sociales dedicadas a pro-


veer programas de educación y salud beneficiando a las mujeres
migrantes, puede haber una tensión entre aliviar las necesidades
sentidas de la población que se está acompañando y la incidencia
política para asegurar que el estado asuma sus responsabilidades
en cuanto al acceso y la calidad de servicios básicos sin discriminar
por razones raciales, de género, o estatus migratorio.

A pesar de la incidencia en el pasado de una Asociación de Tra-


bajadoras del Hogar (ATH) en RD, actualmente el nivel asociativo
de las mujeres en el trabajo doméstico en el país parece ser bajo.
Después de terminar el estudio, supimos del trabajo de la ONG
Centro Solidaridad que ha comenzado a ayudar la organización
tanto de mujeres nativas como migrantes en el servicio doméstico
remunerado en la República Dominicana y fomentar los lazos
como mujeres trabajadoras en el servicio doméstico en Haití.

En general, ya sea por su invisibilidad o falta de documenta-


ción, las mujeres migrantes en el servicio doméstico están fuera
de las redes oficiales de asistencia social. Son suceptibles de caer
en manos de redes de malhechores que se aprovechen de su vul-
nerabilidad y falta de protección social.

Como es normal por las relaciones de género en el Caribe, las


mujeres entrevistadas se preocupan mucho por su entorno familiar,
reconociendo la importancia de la educación para sus hijos/as.
198
TOMO I

Sin embargo, no faltan los deseos de superación personal a nivel


educativo para ellas mismas, ni el sueño de montar sus pequeños
negocios. Además, las visiones de futuro pueden implicar un ses-
go transnacional. En esta óptica, es interesante notar que en el
caso de parejas, por ejemplo, una unidad familiar puede comprar
terreno y comenzar la construcción de una casa por los dos lados
de la isla de manera simultánea. Las mujeres estarían dispuestas a
seguir viajando para poder mejorar su situación.

Llama mucho la atención la casi nula atención prestada a la


esfera política en relación con las expectativas para el porvenir.
Aunque no hicimos una pregunta específica sobre las esperanzas
a nivel político, brillaron por su ausencia las reflexiones al respecto
de parte de las mujeres. Apenas una mujer de nuestra muestra
(entrevistada en Santiago) declaró su posible interés en volver a
Haití por un cambio político en su país nativo, en el caso remo-
to de que regrese (el ex Presidente) Aristide a Puerto Príncipe.
Únicamente una de las mujeres de nuestra muestra, al tener carta
electoral, estaba habilitada para votar en Haití en las últimas elec-
ciones presidenciales (2005) y no ejerció el sufragio.

Nos parece que hay un aprendizaje importante para las orga-


nizaciones que están acompañando a las personas migrantes (y
sobre todo las mujeres migrantes) en lo que se refiere a la educa-
ción cívica. Si se pretende inculcar una nueva cultura de justicia
de género en que las mujeres pueden ejercer plenamente sus
derechos como ciudadanas, es indispensable animar un interés en
los procesos políticos, tanto a nivel local como a nivel nacional,
para fortalecer un estado de derecho, propiciar una democracia de
mayor calidad, y favorecer un desarrollo humano más incluyente.
Como se sabe, una gran conquista para los emigrantes domini-
canos/as, a través del último cambio constitucional, ha sido la de
poder contar con la doble nacionalidad y ejercer el voto desde el
exterior en varios países. Esta facilidad se extenderá a Haití para
199
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

los 20,000 dominicanos/as viviendo en el país vecino para el


próximo proceso electoral, según las últimas declaraciones de la
Junta Central Electoral (JCE) al respecto, en agosto de 2008.

A modo de conclusión, se observa que una gran parte de las


organizaciones sociales en la República Dominicana sigue acom-
pañando a la población migrante haitiana en el contexto de los
bateyes aunque, desde hace más de una década, la mayor parte de
la nueva inmigración haitiana ya no vive ni trabaja en los bateyes
(NCHR: 1996; Badillo1998). Pocas organizaciones sociales están
trabajando en los espacios urbanos, priorizando a la población
de mujeres migrantes como un segmento de estas personas con
necesidades específicas. Hay una sola organización social en la
frontera del Norte que ha identificado a las mujeres migrantes
transfronterizas que se desempeñan en el servicio doméstico,
como un grupo que requiere de una atención especial junto con
sus homólogas, las mujeres dominicanas en el trabajo doméstico
en Dajabón.

A pesar de un marco normativo robusto a nivel regional e


internacional para la protección de las mujeres migrantes, las or-
ganizaciones sociales no han podido abogar con éxito para una
homologación de la legislación nacional que refleje de manera
más holística las normas internacionales pertinentes. Aunque
el trabajo asistencial de parte de las organizaciones sociales y
las iglesias con los grupos más necesitados entre las personas
migrantes es muy valioso, puede opacar las reivindicaciones de
los mismos grupos organizados de las personas migrantes de
cara a los supuestos garantes de sus derechos a través de la isla.
Sin embargo, hay experiencias prometedoras de programas que
incluyen una capacitación en los derechos, de las mujeres, los/as
migrantes y los/as trabajadoras tanto para instruir a las organi-
zaciones que están acompañando a las personas migrantes como

200
TOMO I

a los mismos migrantes.27 Otro aspecto a tomar en cuenta es un


equilibrio de género en los cursos de capacitación para garantizar
más participación de las mujeres migrantes, respetando los horarios
apretados de grupos específicos como las mujeres que trabajan
en el servicio doméstico.

Finalmente, un aspecto clave es el de potenciar el liderazgo


femenino, y trabajar para dar suficiente espacio y una voz a las
mujeres migrantes haitianas (de cara a sus homólogos masculinos,
por un lado, y, por otro, de cara a la población domínico-haitiana)
en los debates relevantes y en las plataformas representativas. La
voz de los migrantes ha sido subordinada a favor de las necesidades
estratégicas de los/as dominicanos/as de ascendencia haitiana. Sin
embargo, hay líderes (mujeres y hombres) de los/as migrantes que
representan un potencial organizativo.

Por ambos lados de la isla, la justicia de género, el desarrollo


más incluyente, y la democracia de más calidad son temas sobre el
tapete. En Haití, hay cierto interés de algunas instancias oficiales,
notablemente el Ministerio del Estatus de la Mujer y de los dere-
chos de la mujer (MCFDF), en profundizar sobre la temática de
la mujer migrante con el objetivo de tomar en consideración este
segmento de la población en las políticas públicas relevantes. En
el contexto de la isla, como en muchos contextos parecidos en el
mundo, el reto principal es cómo propiciar el respeto a la dignidad
de la mujer migrante trabajadora en este oficio tradicionalmente
devaluado. Como opina Annaïsse, trabajadora doméstica haitiana
en Santo Domingo:

27. A título de ejemplo, se puede mencionar un curso sobre migración y dere-


chos humanos auspiciado por la OIM/FLACSO que se está dando en el último
trimestre de 2008 para promotores/as comunitarios/as, incluyendo un acápite
importante sobre los lineamientos regionales de buenas prácticas para los mo-
mentos en que las personas migrantes se encuentran más vulnerables.

201
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Daprè mwen menm m panse ke, ke lavi En mi opinión, la vida es cuestión


a s`on on kesyon nenpòt sa w fè, s`on de cualquier cosa que tú hagas, una
kesyon ee konpreansyon. lè fini vini eee, cuestión de entendimiento. Unas ve-
gen de bon kote w tonbe gen de fwa tou ou ces caes en el buen lugar y otras en el
tonbe mal. Si vrèman, gen travay, travay malo. Si verdaderamente hay trabajo,
kay madanm gen w`ap rankontre difikil- trabajo de casa de familia, encontra-
te. gen de moun ki pa konprann moun. rás algunas dificultades. Hay gen-
gen moun ki, ki kòm si k`ap panse ou pi te que no entiende a las personas.
ba pase l le fè t ke w`ap travay ansanm Gente que piensa que eres menos
avè l. Paske gen kote mwen menm m que ellos cuando tú trabajas junto
travay pa gen moun ki konn vrèman ki con ellos. En algunos lugares en los
moun mwen ye. sèlman m vin travay. Lè que he trabajado no saben quién soy
fini menm si yo poze kesyon mwen menm en realidad. Solamente voy a traba-
m m, m pa reponn. Se pa sak konte, ou jar. Y, aunque me pregunten yo no
pa konprann? (…) contesto. No es eso lo importante,
¿entiendes? (…)

202
TOMO I

A continuación se esbozan posibles pistas de recomenda-


ciones de cara a las conclusiones del estudio, mencionando a
potenciales actores que podrían estar implicados.
Conclusión Recomendación Actores
1. Presencia de proyectos - Fortalecer la oferta de - Ministerio de la Juventud
migratorios femeninos, jó- educación superior y pro- de Haití.
venes y educados. fesional en Haití tomando - Ministerio de Educación
en cuenta el acceso para las de Haití.
mujeres. - Ministerio de Trabajo de
- Crear oportunidades de Haití.
empleo para mujeres jóve- - Ministerio del Estatus de
nes. la Mujer y los Derechos de
- Sensibilización sobre la la Mujer, Haití.
realidad de la “aventura”
migratoria, desde una pers-
pectiva de género.

2. Percepción de “normali- - Sensibilización de las ven- - OIM


dad” de ambos lados de la tajas del viaje en condicio- - MINUSTAH
frontera del cruce irregular nes de legalidad: - Gobierno de República
de la frontera. - Información y acompa- Dominicana (GoD)
ñamiento antes y durante
el viaje.
- Evaluar la experiencia de
CESFRONT con miras a
seguir profundizando en
las mejores soluciones para
el control fronterizo.
- Reforzar la presencia y
función regulatoria en la
frontera de las autoridades
haitianas.
- Equilibrar los roles de las
autoridades fronterizas hai-
tianas y MINUSTAH con
el objetivo de transferir las
competencias necesarias a
las autoridades locales en
un lapso razonable.

3. Vulnerabilidad a la trata - Adecuar y reforzar la le- - Gobierno de Haití


y tráfico ilícito de mujeres gislación existente en RD y - Organizaciones sociales
migrantes. su implementación. (ej. GARR, SJRM, Red

203
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

- Adoptar e implementar Fronteriza Janó Siksé, (or-


una legislación en materia ganizaciones de base).
de Trata y Tráfico en Haití.
- Ampliación del mandato
de CIPROM para abarcar
la realidad de otras migra-
ciones hacia RD.
- Considerar la posibilidad
de establecer una línea de
teléfono de ayuda (help-
line).

4. Acceso a un status posi- - Revisión del plan de do- - OIM


tivo migratorio engorroso, cumentación de las trabaja- - SEM/CIPROM
sobre todo para las mujeres doras trans-fronterizas. - Ministerio del Estatus de
migrantes. - Promulgación del Regla- la Mujer y los Derechos de
mento de la Ley 285 de la Mujer, Haití.
Migración e implantación - Organizaciones sociales
del Plan de Regularización (ej. Mesa Nacional para
de Migrantes, como dispo- las Migraciones, COIN,
sición transitoria ante la im- SJRM).
plementación de dicha ley.
- Facilitar el acceso a una
documentación que abra
las puertas al disfrute ple-
no de los derechos civiles,
económicos y sociales de
las mujeres migrantes hai-
tianas.
- Informar y acompañar en
los procesos de regulariza-
ción migratoria.

5. Vulneración del derecho - Sensibilización con los - OIM


al libre tránsito, sin respe- actores implicados sobre - Gobierno de Haití.
tar las especificidades de la las normas (binacionales e - Secretaría de Interior y
mujer migrante TD internacionales) para llevar Policía/ DG de Migración.
a cabo las deportaciones - Secretaría de Estado de
- Socialización de los linea- Relaciones Exteriores.
mientos de buenas prácti- - Organizaciones sociales
cas para los momentos de (ej. Mesa Nacional para
mayor vulnerabilidad en el las migraciones, GARR,
ciclo migratorio (RROCM: SJRM).
2005) con las organizacio-
nes sociales/iglesias que

204
TOMO I

acompañan a las personas - Secretaría de Interior y


migrantes. Policía/ DG de Migración.
- Secretaría de Estado de
Relaciones Exteriores
- Procuraduría General de
la República
- CESFRONT
- Servicios consulares de
Haití en RD
- Organizaciones sociales/
Iglesias.

6. Regulación deficiente en - Actualizar la legislación - Secretaría de Trabajo de


materia laboral del servicio laboral del servicio domés- RD.
doméstico tico para equipararlo en - Secretaría de la Mujer de
derechos de los demás tra- RD.
bajadores. - Poder legislativo de RD.
- Promover la visibilización - Oficina Nacional de Esta-
del trabajo doméstico (in- dística de RD.
cluyendo la participación
de mujeres migrantes) re-
munerado en las estadísti-
cas nacionales de RD.
- Promocionar la posibili-
dad de mayor regulación
a través de la figura de los
inspectores de trabajo.

7. Incipiente trabajo de or- - Dar seguimiento al trabajo - Organizaciones sociales.


ganizaciones sociales con pionero del Centro Puente - Redes y/o plataformas de
mujeres migrantes haitianas en Dajabón. organizaciones sociales.
trabajadoras en contextos - Promover proyectos de - OIM
urbanos. acompañamiento a las ne- - Cooperación internacio-
cesidades específicas de las nal.
mujeres migrantes haitianas - Sindicatos
en su rol de trabajadoras, - Estudiosos/as y activistas
incluyendo la sensibiliza- sociales en Centroamérica y
ción sobre sus derechos en el Cono Sur.
humanos y el ejercicio de - GARR
estos
- Potenciar el surgimiento de
liderazgo en el propio seno
de la comunidad de mujeres
migrantes en general y en el
TD, en específico.

205
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

- Compartir buenas prác-


ticas a través de la isla de
programas innovadores en
el combate de violencia in-
trafamiliar
- Intercambio de experien-
cias y buenas prácticas de
lucha por los derechos de
las trabajadoras domésticas
migrantes en Centro Amé-
rica y el Cono Sur
- Distinguir entre las necesi-
dades estratégicas de los do-
minicano/as de ascendencia
haitiana y los/as migrantes
haitianos/as en RD.

8. Escasez de estudios aca- - Propulsar nuevos estudios - Universidades RD, Haití.


démicos sobre la migración cualitativos y cuantitativos - Centros de Investigación,
femenina hacia RD, y sobre desde diferentes perspec- Think Tanks, Investigado-
el trabajo doméstico. tivas y temáticas del fenó- res/as independientes.
meno migratorio femenino - OIM
hacia RD desde Haití (por - UNFPA
ejemplo, cadenas globales - UNIFEM
femeninas de cuidado, re- - INSTRAW
mesas, mujeres en el peque- - OIT
ño comercio).
- Propulsar nuevos estu-
dios cualitativos y cuan-
titativos desde diferentes
perspectivas sobre el traba-
jo doméstico remunerado
en República Dominicana
(por ejemplo, sobre la pers-
pectiva de los/as emplea-
dores/as).

9. Falta de claridad sobre - Tomar en cuenta a las - SET


las políticas de integración personas migrantes en to- - SEM
de cara al colectivo de inmi- das las políticas públicas - SEE
grantes haitianos, en parti- pertinentes, por ejemplo en - SESPAS
cular las mujeres. la implementación del Sis- - El Instituto Nacional de
tema de Seguridad Social. Migración y el Consejo Na-
- Revisión de criterios de cional de Migración (ver ley
focalización y su aplicación 285-04).

206
TOMO I

en programas oficiales de
protección social.
- Considerar la posibilidad
de establecer un Comité
Interinstitucional para po-
tenciar la integración de
migrantes en el país, con
perspectiva de género.

207
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

208
Glosario

AECID: La cooperación internacional al desarrollo de Espa-


ña.
AMBA FIL: De manera irregular (literalmente, por debajo del
alambre).
ASTRADOMES: Asociación de Trabajadoras Domésticas,
Costa Rica.
ATH: Asociación de Trabajadoras del Hogar, RD.
CEDAW: Convention on the Elimination of All Forms of
Discrimination against Women.
CEFASA: Centro de Formación Social y Agria, Santiago
Centro Puente: ONG, Dajabón.
CEPAL: Comisión Económica para América Latina (Naciones
Unidas).
CESFRONT: Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza
Terrestre.
CIES/UNIBE: Centro de Investigación y Estudios Sociales/
Universidad Iberoamericana.
CIPROM: Comité Interinstitucional de Protección a la Mujer
Migrante.
COCOLOS: Inmigrantes a la RD, desde las Antillas Menores
DÉPARTEMENT: División política y administrativa de Haití
(hay 10 en Haití).
DGM: Dirección General de Migración.
209
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

DSNCRP: Plan Estratégico para el Crecimiento y la Reducción


de la Pobreza, Haití.
ECOSOC: Consejo Económico y Social (Naciones Unidas).
FAFO: Institute for Applied International Studies, Norway.
FIES: Fondo para el Fomento de la Investigación Económica
y Social, RD.
FLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
GARR: Group de Apoyo a los Refugiados y a los Repatriados,
Haití.
GoD: Gobierno de la República Dominicana.
GoH: Gobierno de Haití.
IDRC: International Development Research Centre (Canada).
IHSI: Instituto Nacional de Estadísticas de Haití.
INSTRAW: United Nations International Research and Training
Institute for the Advancement of Women.
INTEC: Instituto Tecnológico de Santo Domingo.
MCFDF: Ministerio del Estatus de la Mujer y los Derechos de
la Mujer, Haití.
MINUSTAH: Misión de Estabilización de las Naciones Unidas
en Haití.
MNM-RD: Mesa Nacional para las Migraciones, RD.
MUDHA: Movimiento de las Mujeres Dominico-Haitianas,
República Dominicana.
NCHR: National Coalition for Haitian Rights, Haití.
OEA: Organización de los Estados Americanos.
OIM: Organización Internacional para las Migraciones.
OIT: Organización Internacional de Trabajo.
ONE RESPE: Centro de Reflexión, Encuentro y Solidaridad,
Santiago.
ONE: Oficina Nacional de Estadísticas, RD.
PEPE: Ropa en venta, de parte de las mujeres trabajando en
el pequeño comercio.
PIB: Producto Interno Bruto.
PLAÇAGE: Unión libre, Haiti.
210
TOMO I

PMD: País Menos Desarrollado.


PNUD: Programa de Desarrollo (Naciones Unidas).
RESTAVEK: Niño/a en el servicio doméstico (mayormente
niñas).
RFJS: Red Fronteriza Jano Sikse.
RROCM: Red Regional de Organizaciones Civiles para las
Migraciones.
SDSS: Sistema Dominicano de Seguridad Social.
SEE: Secretaría de Estado de Educación, RD.
SEM: Secretaría de Estado de la Mujer, RD.
SESPAS: Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia
Social, RD.
SET: Secretaría de Estado del Trabajo.
SFS: Seguro Familiar de Salud.
SICA: Sistema de Integración para Centroamérica.
SJRM: Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes.
UASD: Universidad Nacional Autónoma, RD.
UNESCO: United Nations Educational, Scientific, and Cultural
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211
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221
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

222
IMPACTO DE LA INMIGRACIÓN HAITIANA
SOBRE EL MERCADO LABORAL Y LAS FINANZAS
PÚBLICAS DE LA REPÚBLICA DOMINICANA

Investigador:
JAIME ARISTY ESCUDER

Santo Domingo, D.N.


30 DE DICIEMBRE, 2008.

223
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

224
Introducción1

Una de las principales realidades que afecta a la República


Dominicana es la inmigración haitiana. La pobreza del pueblo
haitiano influye de forma determinante sobre los flujos migratorios
hacia la República Dominicana. No cabe duda de que, mientras
el mercado laboral nacional le brinde un mayor retorno a la mano
de obra haitiana inmigrante, continuará la entrada de haitianos.

El impacto de la inmigración haitiana sobre el mercado


laboral dominicano no se ha evaluado rigurosamente. Es preciso
determinar si esa mano de obra sustituye al trabajador dominicano
menos calificado, pero constituye al mismo tiempo un elemento
indispensable para que el trabajador calificado dominicano pueda
suplir bienes y servicios a precios competitivos y, en consecuencia,
mantenerse empleado. También es preciso evaluar si la existencia
1. La presente investigación fue financiada por el Fondo para el Fomento de la
Investigación Económica y Social (FIES) de la República Dominicana. Agradezco
la cooperación de un extraordinario equipo de expertos investigadores. Juan A.
Pimentel, aportó su amplia experiencia en el análisis de encuestas y colaboró en
toda la extensión de la investigación. Marina Ortiz realizó la encuesta que se utiliza
como fuente primaria fundamental del estudio. Mónika Infante aportó el análisis
legal de la presencia haitiana en el mercado laboral dominicano y su relación con
las finanzas públicas. Juan Miguel Pérez realizó una revisión de la bibliografía
existente sobre la presencia haitiana en la República Dominicana con relación
al mercado laboral. Todos los errores permanecen bajo mi responsabilidad. Los
comentarios pueden ser enviados a jaimearisty@codetel.net.do

225
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de esa mano de obra haitiana eleva o no la rentabilidad del capital


invertido y estimula el crecimiento de las actividades productivas
de la nación.

El impacto de la inmigración haitiana sobre el grado de


desigualdad de los ingresos en la República Dominicana es una
incógnita. La respuesta se sabrá cuando se analice el efecto de la
entrada de trabajadores haitianos en el mercado laboral dominicano
y en el diferencial de la remuneración de los trabajadores según el
tipo de trabajo que realizan y su nivel de calificación. Si la inmigración
haitiana reduce el ingreso de los trabajadores dominicanos no
calificados con relación al de los trabajadores calificados habrá un
aumento de la desigualdad de ingresos laborales.

Tampoco se tiene una medida adecuada del efecto de la


inmigración haitiana sobre las finanzas públicas. No se conoce
cuál es la suma de impuestos que pagan los inmigrantes haitianos
al fisco dominicano. Tampoco se sabe cuál es el monto que
absorben de los recursos públicos a través de la demanda de
servicios sociales del Estado Dominicano. En consecuencia, no se
ha determinado si los haitianos son contribuyentes o receptores
netos de recursos gubernamentales.

I. MIGRACIÓN: DEFINICIÓN Y DETERMINANTES

La migración internacional se define como el movimiento de


una persona o familia de una nación a otra. La teoría que explica
las decisiones de migración incluye factores económicos, socio-
demográficos, geográficos e institucionales. Diversos autores2
han identificado como los principales determinantes de la mi-
2. Véanse los trabajos de Borjas (1987), Borjas (1994), Borjas (1995) Borjas
(1999), Hatton y Williamson (2003), Clark et al. (2002), Mayda (2005a), Mayda y
Krishna (2004) y Aristy-Escuder (2007), entre otros.

226
TOMO I

gración los siguientes: diferencial de los ingresos entre los países;


diferencial de niveles educativos; edad promedio de la población
emigrante; la política migratoria establecida por los países recep-
tores; y la distancia entre los países.

También se ha identificado la existencia de costos de emigrar


vinculados a aspectos psicológicos, económicos e incluso de
seguridad personal. Desde el punto de vista económico el
emigrante tiene que abandonar su fuente de ingresos en el país
de origen por un ingreso incierto en el país receptor. A esto se
añade el costo financiero del proceso de migración vinculado a la
distancia entre el punto de origen y el destino y a la preparación
de papeles –incluyendo los honorarios de abogados– que le
permitan entrar legalmente al territorio receptor. Por último,
existe el costo de perder la vida durante el proceso de emigración,
principalmente si se llega ilegalmente cruzando el mar mediante
el uso de frágiles embarcaciones, o cruzando zonas desérticas.

El diferencial de salarios entre países se encuentra entre los


principales determinantes de los flujos migratorios.3 La decisión
de emigrar de un trabajador –dejando de lado las razones políticas
o familiares– se explica económicamente como el resultado
de un proceso de maximización del valor presente del flujo de
ingresos laborales que obtendrá a lo largo de su vida, tomando
en consideración el costo de abandonar el lugar de nacimiento.
A mayor diferencial de salarios y a menor costo de migración,
mayor será el flujo migratorio de un país de bajo salario al de
mayor remuneración laboral.

3. Borjas, G. (2000) señala que el Premio Nobel de Economía Sir John Hicks afirmó
en 1932 que “las diferencias en las ventajas económicas netas, principalmente
las diferencias en salarios, son las principales causas de la migración.” Para una
demostración empírica para el caso dominicano véase Aristy-Escuder (2007).

227
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

A menor edad promedio de los trabajadores emigrantes


potenciales, mayor cantidad de personas tenderá a abandonar el
país de origen. Mientras más joven sea una persona, mayor será el
valor presente de su flujo esperado de ingresos, en consecuencia,
mayor será el valor presente diferencial entre las remuneraciones
que obtendría entre el país receptor y el de origen, estimulado la
emigración. Por ese motivo, se observa que la migración es un
fenómeno preponderantemente de jóvenes.

A mayor nivel educativo de la persona residente en el país de


origen, relativo al nivel que prevalece en el país receptor, menor
será el costo de la emigración, en particular cuando existe una
política de migración sesgada hacia los trabajadores calificados.
En ese caso el patrón de la emigración se moverá hacia las
personas con mayor nivel educativo.

A mayor cuota de visas establecidas por el país receptor, mayor


flujo de emigrantes se registrará.4 La hipótesis de la persistencia
establece que un elevado stock de miembros del país de origen
viviendo en el exterior crea redes de amigos y vecinos que facilitan
e incrementan los flujos migratorios.5

A mayor facilidad de traslado, mayores flujos migratorios se


producirán. Un ejemplo. La existencia de una amplia frontera
4. La cantidad de visas otorgadas por el país receptor puede entenderse como
el resultado de un juego entre los grupos de intereses, donde se toman en
consideración las actitudes con relación a los inmigrantes. Véase Mayda (2005b)
para un análisis sobre las actitudes de los habitantes del país receptor hacia
la inmigración. Ella demuestra que las personas con alto nivel de calificación
son más propensas a aceptar la inmigración en países con ingresos per cápita
elevados, mientras que en los países con bajos niveles de ingreso per cápita son
menos propensos a aceptar la inmigración.
5. En Mayda (2005a) se utiliza como proxy de los efectos de redes, la tasa de
emigración retrasada o el tamaño del stock de inmigrantes.

228
TOMO I

–escasamente custodiada- facilita el flujo de personas de Haití


hacia la República Dominicana.
II. ACERCAMIENTO AL PROCESO DE INMIGRACIÓN HAITIANA
La migración haitiana hacia la República Dominicana tiene
sus orígenes en los primeros años de la década de 1910. Para
esa fecha se contrataban braceros para la realización del corte
de caña en los ingenios azucareros. A principios del siglo XX,
se estima que la cantidad de braceros haitianos contratados por
año llegaba a cifras de alrededor de 5,000 personas, registrándose
en el censo de 1920 un total de 28,258 haitianos6 y en el censo
de 1935 se contó un total de 52,657 personas.7 En 1937, el
Presidente de la República Dominicana, General Rafael Trujillo
Molina, tomó la decisión de “dominicanizar” la frontera con
Haití de la forma más brutal posible: a través de una matanza
de haitianos.8 Algunos autores señalan que alrededor de 15,000
civiles haitianos perecieron a manos del ejército de la República
Dominicana.9 Simultáneamente, el Gobierno de Trujillo aprobó
en 1937 una ley que restringía a un 30% la cantidad de mano de
6. En el Primer Censo Nacional celebrado en el 1920, se determinó que la
población total de la República Dominicana era de 894,665 habitantes. Los
haitianos representaban la población inmigrante principal y los puertorriqueños
la segunda con 6,069 personas. Los inmigrantes de las Antillas Inglesas (5,763),
Antillas Holandesas (1,449), Antillas Francesas (1,093) y Antillas Danesas (885)
representan otros grupos que llegaban al país a trabajar en los campos de caña de
azúcar. El número de españoles ascendía a esa fecha a 1,444 personas.
7. Es interesante anotar que entre 1913 y 1931 llegaron a la provincia de Oriente
de Cuba entre 30,000 y 40,000 braceros haitianos. Véase Wooding y Moseley-
Williams (2004), p. 26.
8. En la República Dominicana existe una actitud desfavorable frente a los
haitianos que aparenta tener su origen en los 22 años de ocupación haitiana (1822-
1844) del territorio dominicano. Cabe recordar que la primera independencia
nacional (1844) se obtiene luchando contra los ejércitos de Haití, hasta 1856. El
sentimiento anti-haitiano fue estimulado durante el Gobierno del General Rafael
Trujillo Molina (1930-1961).
9. “Vega (1995) afirma que el número de muertos fue de 6,000 haitianos. Los
trabajadores haitianos localizados en los ingenios azucareros no fueron afectados
por la masacre.”

229
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

obra extranjera que podía ser contratada y en 1939 aprobó una


ley que prohibía la entrada a menos que dicha inmigración fuera
para trabajar en el corte de caña. El censo de 1950 registró una
reducción del número de haitianos en el territorio dominicano,
situándose la cifra en 29,500 personas. Muerto el General Trujillo
en 1961, estos movimientos migratorios quedaron regulados por
las necesidades de braceros para el corte de la caña.

La población haitiana en la República Dominicana es


preponderantemente masculina y joven. El 76% de los haitianos
residentes en el territorio nacional son hombres, siendo el 64%
menor a 30 años de edad. El trabajo previo de la mayoría de los
inmigrantes haitianos se sitúa en el sector agrícola. Más de la
mitad de los inmigrantes haitianos no sabe leer ni escribir; sin
embargo, muchos de esos inmigrantes tienen el interés de que
sus hijos mejoren su nivel de instrucción. En la actualidad, se
observa a niños y jóvenes haitianos formándose en las escuelas
públicas y –en menor medida– en universidades dominicanas.
Se debe resaltar que los nuevos inmigrantes tienen un nivel de
instrucción superior al de los inmigrantes más antiguos. Báez-
Evertsz y Lozano (2008) señalan que alrededor de un 25% de los
migrantes más recientes posee un nivel de educación secundaria
o superior, contrastando favorablemente con la educación de los
inmigrantes más antiguos.

Aun cuando inicialmente muchos laboraban en los campos de


caña, en la actualidad los trabajadores haitianos se insertan en las
actividades de construcción, turismo, servicios y comercio. Parte
de esa inserción en nuevas actividades productivas es fruto del
cambio de modelo económico experimentado por la República
Dominicana, al pasar de una economía agroexportadora a una
de servicios abierta hacia el exterior.10 Debido a que muchos
de los nuevos inmigrantes son jóvenes con mayor nivel de

10. Véase Silié (2003).

230
TOMO I

escolaridad que los campesinos que eran contratados por los


ingenios en años anteriores, los inmigrantes haitianos tienen
mayor movilidad laboral por lo cual ya no se concentran, como
sucedía en el pasado, en los bateyes localizados en los campos
de caña. La población haitiana en la República Dominicana ha
incrementado su presencia en los centros urbanos, sobre todo
en la ciudad de Santo Domingo, donde se encuentra localizada la
zona denominada “Pequeño Haití.”

Se estima que a mediados de los años noventa vivían en la


República Dominicana más de 500 mil haitianos.11 La OIM
(2006) sugiere que la cantidad de haitianos que vive actualmente
en la República Dominicana ronda en alrededor de 800 mil.
No obstante, las cifras en torno a la cantidad de haitianos en el
territorio nacional es un tema de discusión por su deficiencia.12

Haití es el país más pobre del Hemisferio Occidental. La


perspectiva de mejorar sus condiciones de vida constituye el
principal factor explicativo de la migración hacia el territorio
dominicano. Según los datos del Informe de Desarrollo Humano
de las Naciones Unidas 2005, el PIB PPP para el 2003 de la
11. Esa estimación fue realizada en 1994 por Corten y Duarte (1994). La cifra
incluye a los nacidos en Haití y todos los descendientes haitianos desde la década
de 1920. Realizan un estimado de 245,000 nacionales haitianos (a partir del censo
de inmigrantes haitianos de 1991 realizado por la Oficina Nacional de Estadística
de la República Dominicana) y a este le suman la cifra de 260,000 domínico-
haitianos, proyectada a partir del número de hijos y nietos de los haitianos
registrados en los censos de 1930, 1950 y 1970. Esa población representa
alrededor del 6% de la población dominicana. Sin embargo, Wooding y Moseley-
Williams (2004) realizan un recuento de haitianos tomando en consideración las
deportaciones de los años noventa y concluyen que la cifra debe ser 380 mil.
12. En Murphy (1991), p. 76, se plantea que: “el gobierno dominicano no parece
dar a conocer, o ni siquiera saber, la cifra real de haitianos indocumentados que
vive en República Dominicana.” Cabe señalar que la Constitución Dominicana
otorga la nacionalidad a todo aquel nacido en el territorio nacional de padres
extranjeros –jus soli. No obstante, la realidad es que a los hijos de haitianos se les
niega en numerosas ocasiones ese derecho.

231
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

República Dominicana fue cuatro veces superior al de Haití.


En términos de PIB per cápita en dólares PPP, la República
Dominicana registró en ese año la cifra de 6,823 dólares,
mientras que Haití registró 1,742 dólares. Asimismo, el índice de
pobreza humana para el 2005 fue de un 11.8% para la República
Dominicana y de un 38% para Haití. La República Dominicana
ocupa la posición 25 de 103 países en vías de desarrollo
clasificados en el ranking del índice de pobreza, mientras que
Haití ocupa la posición 70. La distribución de los ingresos en
Haití es terrible. El 56% de la población vive con ingresos por
debajo de un dólar por día, mientras que la pobreza extrema
en la República Dominicana es de un 15.9%.13 En cuanto a la
medida de desigualdad, el coeficiente Gini para la República de
Haití alcanza la cifra más alta de la región, con un valor de 65.0,
mientras que para la República Dominicana es de 49.7. Como
resultado, la República Dominicana representa un atractivo de
desarrollo para la población haitiana, sobre todo un destino
cercano para la búsqueda de un mayor bienestar.14

III. IMPACTO SOBRE EL MERCADO LABORAL

a. Aspectos teóricos
El impacto económico de la migración es un tema ampliamente
analizado en los países desarrollados. Existe una abundante
bibliografía donde se abordan -analítica y cuantitativamente-
los efectos de la migración sobre el mercado laboral de los
países receptores, que casi siempre son países desarrollados.
Sin embargo, hasta nuestro conocimiento del tema, no se han
elaborado estudios de ese tipo para evaluar el impacto de la
migración haitiana hacia la República Dominicana, por lo cual

13. Banco Mundial (2006), p.11.


14. También se registra una fuerte migración haitiana hacia los Estados Unidos,
concentrándose en las ciudades de Nueva York y Miami.

232
TOMO I

la presente investigación brindará un aporte significativo a la


literatura internacional y local sobre los efectos de la migración.

El mercado laboral de una economía receptora de inmigrantes


se perturba debido al incremento de la oferta de mano de obra. El
impacto dependerá de la similitud de la distribución del grado de
calificación de los inmigrantes con la de la población receptora.15
En caso de que la mano de obra nacional y la inmigrante
tengan características similares –principalmente en términos de
calificación- se registrará un proceso de sustitución de mano de
obra que reducirá el salario promedio de la economía nacional
y elevará el retorno del capital invertido. Se ha demostrado
empíricamente que los flujos migratorios elevan la oferta laboral
en los países receptores de la inmigración y, en consecuencia,
modifican los valores de equilibrio de salario y de empleo.

La existencia de dos naciones con diferentes niveles salariales


es un atractivo para que los trabajadores del país con menor
nivel de salario se trasladen a la nación con mayor salario. En
un mercado competitivo el salario se iguala a la productividad
marginal de la mano de obra. Los trabajadores con igual nivel
de calificación –y de acceso a capital- tienen el mismo nivel de
productividad y salario. El aumento de la oferta de mano de
obra tenderá a disminuir el salario en el país con mayor nivel de
ingresos laborales debido a la disminución de la productividad
marginal de la mano de obra, pero al mismo tiempo elevará el
nivel de producción nacional y el retorno del capital invertido.
Asumiendo la ausencia de costos de transacción, el proceso
migratorio continuará mientras el salario del país receptor sea
mayor que el existente en el país de emigrantes. No obstante,
por lo general esos flujos migratorios se detienen debido a la
disminución del salario promedio del empleado nacional y al
aumento de la desigualdad en la distribución de los ingresos, lo

15. Borjas (2000), p.12

233
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

cual presiona a los políticos, quienes toman la decisión de detener


o disminuir la inmigración.
El efecto sobre el salario de los trabajadores nativos depende
también del grado de movilidad sectorial. A mayor capacidad de
los trabajadores nacionales de trasladarse de un sector que reciba
mano de obra inmigrante hacia otro, menor será el impacto de
la inmigración sobre el salario promedio del trabajador nacional.
Algunos autores afirman que en economías abiertas, el impacto
sobre los salarios internos del aumento de la oferta laboral puede
ser amortiguado por los cambios en la especialización industrial,
por los avances tecnológicos y por el traslado sectorial de la mano
de obra y el capital.16 Incluso, llegan a señalar que el reducido
impacto de la inmigración sobre el salario nacional –que registra
la evidencia empírica en los Estados Unidos y Europa– se debe,
principalmente, a la compensación producida por los cambios
tecnológicos y al cambio de producción.
Cabe resaltar que el tipo de mano de obra que emigrará depende
de la distribución de los salarios y de la productividad laboral
de cada uno de los países. Borjas (2000) establece la existencia
de dos tipos de flujos migratorios. La selección positiva se registra
cuando los inmigrantes más calificados son atraídos hacia el país
receptor debido a que en este se remunera mejor a la mano de
obra calificada. La selección negativa ocurre cuando los inmigrantes
tienen un bajo nivel de calificación y el país de origen remunera
relativamente bien a la mano de obra más calificada, por lo cual
los trabajadores más calificados permanecen en el país de origen
y solo emigran los menos calificados.
La inmigración afectará la distribución de los salarios por tipo de
trabajador. En el modelo de proporciones se establece que un aumento
de la mano de obra no calificada reducirá la cantidad relativa
16. Véase Hanson et al. (2001), p.12. En ese estudio los autores abordan tres
tipos de enfoques teóricos: el modelo de áreas; el modelo de proporciones; y el
modelo Heckscher-Ohlin.

234
TOMO I

de mano de obra especializada (i.e., la cantidad de trabajadores


calificados como proporción de los no calificados), por lo cual, se
incrementará el salario de los trabajadores calificados con relación
a los no calificados. Esto producirá un empeoramiento de la
desigualdad de la distribución de los salarios de los trabajadores
nacionales. La siguiente figura muestra el impacto del aumento
de la cantidad de mano de obra no calificada con relación a la
calificada –producto de la inmigración– sobre el salario relativo
de ambos tipos de trabajadores nacionales. A mayor cantidad de
trabajadores no calificados –con relación a los calificados– mayor
salario relativo a favor de los calificados.
FIGURA 1
IMPACTO DE LA INMIGRACIÓN SOBRE LOS SALARIOS RELATIVOS
(MODELO DE ÁREAS Y DE PROPORCIÓN)

La mano de obra calificada lleva por subíndice “s” y la no calificada “u”. Qs es la cantidad de
mano de obra calificada y Qu la no calificada. Ws y Wu representan los salarios de calificados
y no calificados, respectivamente. La llegada de inmigrantes no calificados desplaza hacia la
izquierda la cantidad relativa de mano de obra calificada (RS) y eleva su salario relativo.
Tomado de Hanson et al. (2001), p. 128.

235
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

MODELOS ANALÍTICOS17

Borjas (1999) establece que los trabajadores y propietarios


del capital del país receptor se benefician de la inmigración en
la medida en que los inmigrantes y los trabajadores nacionales
tengan diferentes niveles de calificación. Asimismo, señala que
los beneficios son mayores a mayor diferencia en la calificación
de los inmigrantes y nacionales. Además afirma que los
beneficios de la inmigración no se distribuyen equitativamente,
pues llegan más a los trabajadores nacionales y a propietarios
del capital cuya actividad se complementa con la mano de obra
inmigrante. Los trabajadores nacionales no calificados –si ese
es el tipo de mano de obra que llega al país desde el extranjero-
sufrirían una disminución de su participación en el total de
valor agregado nacional.

a. Modelo con mano de obra homogénea


Borjas (1995) elabora un modelo simple, asumiendo mano
de obra homogénea y capital fijo, que permite determinar el
excedente de la inmigración. En la siguiente figura se presenta
la situación del mercado laboral antes y después de que se
registren flujos migratorios. Asumiendo que existe una función
de producción con insumos capital y mano de obra (tanto
nacional, N, como extranjera, M), donde el capital es fijo en el
corto plazo y existen rendimientos constantes a escala, el nivel
de renta nacional –antes de la entrada de inmigrantes– es igual
al área comprendida por ABN0. Con la entrada de trabajadores
inmigrantes (M) la oferta de mano de obra se desplaza hacia
la derecha hasta L (=N+M), el resultado es la reducción del
salario de equilibrio de w0 a w1 . El nivel de renta nacional con

17. Esta sección se basa en Borjas (1999) y Borjas (1995)

236
TOMO I

la entrada de los inmigrantes es ACL0. ¿Cómo se distribuye


ese ingreso (o valor agregado) nacional? Los inmigrantes
reciben w1M y el resto lo reciben los propietarios del capital y
los trabajadores nacionales. Nótese que la nueva área asignada
a los factores de producción nacionales supera a la original
(ABN0) en el triángulo BCD, el cual representa el excedente de la
inmigración. Esto se explica “porque el salario de mercado iguala
a la productividad del último de los inmigrantes contratados,
los inmigrantes incrementan la renta nacional en más de lo que
cuesta emplearlos.”18

Cabe resaltar que al descomponer la distribución de ingresos


de los factores nacionales después de la inmigración se observa
que el ingreso de los trabajadores nacionales se reduce a w1 N,
lo cual revela que el aumento de la renta nacional se lo llevan
los propietarios del capital debido a la mayor remuneración
del capital (i.e., precio del capital invertido). Esto significa que
la inmigración produce una modificación en la distribución
de los ingresos entre los factores de producción nacionales,
aumentando la desigualdad.

El profesor Borjas explica que en el caso de que la curva


de demanda laboral fuera perfectamente elástica –que implica
la no reducción en el salario promedio de la economía– todo
el incremento del ingreso nacional sería propiedad de los
inmigrantes. Por eso concluye señalando que: “un excedente de
la inmigración se origina solamente cuando el salario nacional
se reduce como resultado de la inmigración.”19

18. Borjas (1995), p. 6.


19. Borjas (1995), p. 6.

237
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

FIGURA 2
EXCEDENTE DE LA INMIGRACIÓN

El excedente de la inmigración se define como


el cual se puede presentar como un porcentaje de la renta
nacional de la siguiente manera:

Los estudios econométricos revelan que la elasticidad de los


salarios frente a los movimientos de la cantidad de mano de obra
238
TOMO I

(elasticity of factor price for labor) (i.e., cómo cambia el salario


cuando la cantidad de mano de obra disponible se incrementa
en un 1%) es de alrededor de -0.3% en los Estados Unidos.
Borjas para el caso estadounidense señala que la renta del
trabajo representa un 70%, que la elasticidad del salario es de
-0.3% y que los inmigrantes representan un 10% de la fuerza
laboral, obteniendo un excedente de la inmigración equivalente
a un 0.1% del PIB. Para el caso de España, Dolado (2002) usó
una elasticidad de -1%, una participación salarial en el PIB de
60% y una participación de los inmigrantes en la oferta laboral
de 3.5% y obtuvo un excedente de la inmigración equivalente a
un 0.04% del PIB.
Borjas (1995) demuestra que el excedente de la inmigración se
origina porque existe complementariedad entre los inmigrantes
y los propietarios del capital. Queda claro que a mayor elasticidad
de sustitución entre capital y mano de obra menor serán las
ganancias de la inmigración para los propietarios nacionales del
capital.20
Borjas también señala que aun cuando el excedente de la
inmigración es pequeño, su impacto económico es grande.
Específicamente, sostiene que la inmigración causa una
importante distribución del factor trabajo hacia el capital. El
cambio en el ingreso de los trabajadores del país de origen es y
y el cambio en el ingreso de los propietarios del
capital es . Para el caso de los Estados Unidos,
con una elasticidad de -0.3, los ingresos de los trabajadores
nacionales sufren una reducción equivalente a un 1.9% del PIB,
mientras que los propietarios del capital obtienen una ganancia
neta equivalente a un 2% del PIB.

Si se asume que la oferta de capital es perfectamente elástica, el


impacto de la inmigración es diferente. Borjas (1999) demuestra

20. Véase Borjas (1995), nota al pie no. 5, p. 8.

239
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

que el excedente de la inmigración es cero, dado que el flujo de


capital que promueve la inmigración restablece en el país receptor
el nivel de la relación capital/mano de obra existente antes de
la inmigración. De ahí que se concluya que la inmigración no
modifica el precio de la mano de obra ni el retorno del capital,
por lo cual los trabajadores nacionales ni ganan ni pierden con la
inmigración.2
b. Modelo con mano de obra heterogénea
Borjas (1999) asume la existencia de dos tipos de trabajadores
en el país receptor: mano de obra calificada (Ls) y no calificada
(Lu). Al igual que en el caso anterior el impacto de la inmigración
depende de lo que sucede con el acervo de capital cuando los
inmigrantes entran al país. En el caso de que la oferta de capital sea
inelástica (i.e., fija), la inmigración incrementa la rentabilidad del
capital y reduce el ingreso total de los trabajadores nacionales. El
excedente de la inmigración es:

Borjas demuestra que, en este caso, el excedente de la


21. Véase Borjas (1999), p. 5.

240
TOMO I

inmigración se maximiza cuando se promueve la entrada de


inmigrantes calificados, debido a la existencia de una elevada
complementariedad entre el capital y la mano de obra calificada.
Por eso se recomienda la entrada de inmigrantes calificados.
También se demuestra que esa conclusión se modifica cuando la
mano de obra nacional es predominantemente calificada. En ese
caso el excedente de la inmigración es mayor con la inmigración
de mano de obra no calificada, la cual es complementaria a la
mano de obra calificada nacional.

También se demuestra que la inmigración reduce los ingresos


totales de los trabajadores nacionales (como porcentaje de la
renta nacional), lo cual sugiere que el deterioro del ingreso de los
trabajadores menos calificados supera el posible incremento de
la remuneración de los trabajadores nacionales más calificados:

Si se asume la existencia de una oferta de capital elástica, lo


cual significa que la tasa de retorno se mantiene constante
dr = 0, el impacto de la inmigración sobre los salarios de los
trabajadores calificados y no calificados depende de cómo se
asemeja la distribución de la calificación entre los inmigrantes;
es decir, depende de la calificación relativa de los inmigrantes
con relación a los nacionales. Si la distribución de la calificación
entre los trabajadores nacionales e inmigrantes es la misma
(i.e., el porcentaje de trabajadores nacionales calificados (b )
y el porcentaje de trabajadores inmigrantes calificados (β ) son
iguales), la inmigración no ejerce ninguna influencia en la estructura
salarial del país receptor. Si los inmigrantes son relativamente
menos calificados, la inmigración produce una reducción del
salario de los trabajadores menos educados y aumenta el salario

241
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de los calificados. Si los inmigrantes son relativamente más


calificados, el salario de los educados nacionales se reduce y
aumenta el salario de los no calificados.22

De acuerdo al profesor Borjas, el excedente de la inmigración


–como porcentaje del ingreso nacional– es igual a:

Usando esta ecuación se concluye que si la población nacional


es relativamente poco calificada y se promueve la entrada de
inmigrantes calificados –que complementa la mano de obra
nacional– se maximiza el excedente de la inmigración. En caso de
que la inmigración sea de mano de obra no calificada el excedente
se hace cero si la mano de obra nacional también es poco calificada,
pues existe un proceso de sustitución de la mano de obra.

Al comparar el excedente de la inmigración en los dos casos


de capital, fijo y flexible, se observa que el excedente es mayor en
el caso de que el acervo de capital sea fijo (i.e., oferta inelástica).
El valor es calculado por Borjas de la siguiente manera:

EVIDENCIA EMPÍRICA

La evidencia empírica sobre el impacto de la inmigración sobre


los salarios no es totalmente concluyente. De hecho, existen
algunos estudios que demuestran que el efecto del aumento de la
22. Borjas (1999), p. 6.

242
TOMO I

oferta laboral, provocado por la inmigración, sobre los salarios de


los trabajadores del país receptor es pequeño, pero existen otros
que sugieren la existencia de un mayor (y negativo) impacto sobre
los salarios, en particular de los trabajadores menos calificados. La
diferencia de los resultados depende fundamentalmente del grado
de sustitución entre los trabajadores inmigrantes y los nacionales. A
mayor grado de sustitución laboral, más acentuado será el impacto
negativo sobre los salarios de los trabajadores del país receptor.
En esta sección se realiza una breve descripción de los resultados
obtenidos en los principales estudios econométricos.
La mayoría de los estudios empíricos revela que la inmigración
tiene un impacto reducido sobre el nivel salarial, regional o
nacional.23 Para el caso de los Estados Unidos, numerosos autores
han señalado que un aumento del porcentaje de inmigrantes sobre
la población activa de un 10% disminuye los salarios en menos de
un 1%. Los estudios que se enfocan en las zonas geográficas con
mayor concentración de inmigrantes se concluye señalando que el
impacto sobre los salarios es relativamente reducido. Ese tipo de
estudios se fundamenta en el análisis de las diferencias laborales
entre ciudades con altas y bajas concentraciones de inmigrantes para
determinar el impacto de la llegada de esa nueva fuerza laboral.24
El otro tipo de estudios, que analiza el efecto de la inmigración
23. Véanse Friedberg y Hunt (1995) y Borjas (1999).
24. Véase Grossman, J. (1982). Cabe destacar que Borjas, Freeman y Katz (1992 y
1996) han realizado críticas al enfoque de evaluación del impacto de la inmigración
basado en los mercados cruzados (cross-market approach). En primer lugar, se señala
que un incremento de la cantidad de inmigrantes en una ciudad no necesariamente
eleva la oferta de mano de obra no capacitada, pues los trabajadores nacionales
pudieran emigrar como respuesta a la llegada de los inmigrantes. En segundo lugar,
la correlación de corte transversal entre la llegada de inmigrantes y los salarios de
los trabajadores nacionales puede estar sesgada hacia arriba por los choques de
demanda que elevan el salario local y atraen a los inmigrantes. En tercer lugar, en el
largo plazo, un aumento de la oferta laboral inducido por la llegada de inmigrantes
a una determinada ciudad puede ser difundida a través de toda la economía por el
comercio que se registra entre ciudades. Card (2001), p. 23, afirma que a partir de
esa crítica del profesor Borjas se iniciaron estudios basados en modelos teóricos,
tal como se presenta en Borjas (1994) y Borjas et al. (1992 y 1996), que evalúan el
impacto de la inmigración a nivel nacional como Borjas (2003).

243
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

sobre la estructura de salarios a nivel de toda la nación receptora,


revela la existencia de un impacto más acentuado.25

El estudio de Grossman (1982) es considerado como uno de


los análisis empíricos precursores del efecto de la inmigración
sobre el mercado laboral. En su estudio aborda el tema mediante
el uso de datos de corte transversal del censo de los Estados
Unidos de 1970 y estima una función agregada de producción,
que le permite determinar el grado de sustitución entre la mano
de obra local e inmigrante, usando la teoría de la demanda
de mano de obra con múltiples insumos de producción de
Hamermesh (1993). Las elasticidades de complementariedad de
los insumos (o factores de producción) arrojan que la mano de
obra inmigrante sustituye a los trabajadores nacionales. Incluso
demuestra que la mano de obra de segunda generación –la
nacida de padres y madres inmigrantes– tiene un mayor grado
de sustitución con la mano de obra nacional que lo arrojado
por la mano de obra inmigrante. Con relación al factor trabajo
se demuestra que el capital es complementario con todos los
tipos de mano de obra –local e inmigrante–, siendo el grado
de complementariedad mayor para el caso de los trabajadores
inmigrantes.

Altonji y Card (1989) estiman el impacto de la inmigración


sobre el mercado laboral mediante la correlación entre la fracción
de inmigrantes en una ciudad y los resultados sobre el empleo y
salario de los trabajadores nacionales que viven en esa ciudad.
Sus conclusiones, basadas en los censos de los Estados Unidos
de 1970 y 1980, revelan la existencia de un grado modesto de
competencia entre los inmigrantes y los trabajadores menos
calificados.26 Card (1990) revela que el impacto de la llegada

25. Borjas (2003).


26. Altonji y Card (1989), pp. 35-36.

244
TOMO I

de los cubanos que salieron del puerto del Mariel, a pesar del
fuerte aumento de la oferta de mano de obra no calificada, no
provocó una variación significativa en el salario real o desempleo
en Miami.

Bauer (1997) aplica el modelo de Grossman (1982) a la


economía alemana. Su análisis diferencia entre los trabajadores
nacionales y los inmigrantes según su estatus ocupacional y estima
una función de producción translogarítmica. Los resultados
revelan que el impacto de la inmigración sobre el salario de los
trabajadores nacionales es relativamente bajo.

Card (2001), partiendo de un modelo que asume la existencia


de tecnología con elasticidad de sustitución constante (CES) y
usando información del censo de 1990 de los Estados Unidos,
demostró que los flujos de inmigración redujeron el salario por
ocupación de los trabajadores nacionales menos calificados.
El marco teórico usado le permite señalar que los flujos de
inmigrantes afectan la estructura de los salarios mediante el
aumento o la disminución de la participación de los diferentes
tipos de mano de obra. Una entrada de inmigrantes que eleve
la fracción de población en un determinado grupo laboral se
espera que produzca una presión hacia la baja de los salarios y
empleo para ese tipo de trabajador. Por otra parte, una entrada
de inmigrantes balanceada –es decir, que replique la distribución
laboral existente antes de la inmigración- dejaría sin cambios
la participación de cada tipo de trabajador y, en consecuencia,
no afectará la estructura de salario relativo.27 La investigación
concluye que las ciudades que recibieron una mayor cantidad de
inmigrantes experimentaron un aumento de la cantidad relativa
de su población menos calificada y que la llegada de inmigrantes

27. Véase Card (2001), p. 24.

245
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

en el período 1985-90 redujo la tasa ocupacional de los nacionales


en 3 puntos porcentuales en las ciudades de alta inmigración
como Los Angeles y Miami.28 Además afirma que la inmigración
redujo los salarios relativos de los trabajadores menos calificados
en las ciudades receptoras de mayor inmigración, señalando
que la elasticidad de sustitución entre diferentes categorías de
calificación laboral es elevada.

Borjas (2003) introduce un método diferente al espacial –por


ciudades o regiones– para estimar el impacto de la inmigración
sobre el mercado laboral. Su análisis parte del supuesto de que
trabajadores con el mismo nivel de educación pero con diferentes
niveles de experiencia no son perfectamente sustitutos. El
autor concluye señalando que a diferencia de otros estudios, la
evidencia que se obtiene le permite señalar que la inmigración
reduce el salario y la oferta laboral de la mano de obra local
que compite con ella.29 En esa investigación, el profesor Borjas
obtiene estimados de la elasticidad precio del factor que se
mueven en el rango de –0.3 y -0.4, lo cual junto al aumento
de la oferta laboral de hombres de un 11% provocado por la
inmigración registrada entre 1980 y 2000, reduce el salario
promedio del trabajador nacional en un 3.2%. Cabe resaltar que
el impacto sobre la distribución salarial por tipo de trabajador
es significativo. El salario promedio de los trabajadores menos
calificados (i.e., los que abandonaron la escuela) cayó un 8.9%; el
de los graduados universitarios cayó un 4.9%; y el salario de los
graduados de bachiller descendió un 2.6%.

Jaeger (2007) encontró que, a pesar de que llegaron a los


Estados Unidos en los años ochenta 7.3 millones de inmigrantes,
los cambios en los salarios relativos de los trabajadores
nacionales e inmigrantes fueron pequeños. Basándose en una

28. Card (2001), pp. 56-58.


29. Borjas (2003), pp. 1369-1370.

246
TOMO I

función de producción agregada en la cual se usaron 8 grupos


de trabajadores clasificados por sexo y nivel de calificación,
encontró perfecta sustitución entre los trabajadores de igual nivel
de calificación. Los resultados revelan que la inmigración explica
aproximadamente entre un 15% y un 25% del aumento de la
brecha entre las remuneraciones de los trabajadores altamente
calificados y las de los empleados no calificados durante los años
ochenta. 30 Además se demostró que la inmigración explicaba
una tercera parte del descenso de los salarios de los trabajadores
que habían abandonado la escuela. Sin embargo, el efecto sobre
los trabajadores calificados fue relativamente pequeño.

Borjas (2007) analiza, usando los datos censales de Puerto


Rico y los Estados Unidos para el período 1970-2000, el
impacto de la emigración y de la inmigración en Puerto Rico.
La existencia de movimientos simultáneos de entrada y salida
de personas de territorio puertorriqueño constituye, en palabras
del autor, un entorno inimitable para observar cómo los flujos
laborales afectan las condiciones laborales.31 El profesor Borjas
señala que debido al hecho de que la estructura salarial de
Puerto Rico remunera relativamente bien la educación, la isla
atrae mano de obra calificada y exporta a trabajadores con baja
calificación. De ahí que la inmigración reduzca los salarios de
los trabajadores nacionales sujetos a una mayor competencia y
eleve los salarios del tipo de trabajadores que emigra. Se estima
que un 10% de incremento en la oferta laboral producto de la
inmigración se traduce en una disminución de un 2% a un 4%
en los salarios de los trabajadores nacionales que compiten con
los inmigrantes.

30. Jaeger (2007), pp.21-22.


31. El caso de la República Dominicana es muy similar al de Puerto Rico. Los
haitianos emigran hacia el territorio dominicano y los trabajadores nacionales
emigran hacia los Estados Unidos o Puerto Rico.

247
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Aydemir y Borjas (2007) también encuentran una elevada


elasticidad de sustitución entre la mano de obra inmigrante y la
nacional. Para los casos de Estados Unidos, Canadá y México
demuestran que existe un impacto inverso entre el aumento
de la oferta laboral inducida por la inmigración y los salarios.
Específicamente, su estudio revela que por cada 10% de
incremento en la oferta laboral los salarios se reducen entre un
3 y un 4%.32 Sin embargo, la reacción de la estructura salarial a
la inmigración es diferente en cada uno de los países en función
del grado de calificación de la inmigración. En Canadá, que llega
una inmigración relativamente calificada, los flujos migratorios
reducen la desigualdad de los salarios. En los Estados Unidos,
con una inmigración con baja calificación, la llegada de nuevos
trabajadores eleva la desigualdad salarial. Dado que en México
la emigración es mayor en la parte central de la distribución
de calificación y menor en las colas, la migración incrementa
los salarios relativos en el medio de la calificación y reduce el
salario relativo en los extremos de la distribución de calificación
laboral.

Ottaviano y Peri (2007a) revelan la existencia de complemen-


tariedad (i.e., hay sustitución imperfecta), por lo cual concluyen
que la inmigración llegada a los Estados Unidos entre 1990 y
2004 incrementó el salario promedio de los trabajadores nacio-
nales en un 1.8% en el largo plazo. En su estudio, los autores
también señalan que si la elasticidad de sustitución fuese infinita
y la oferta de capital se ajustase a los movimientos migratorios,
el salario de los trabajadores nacionales menos calificados solo se
reduciría en un 4%, pero el salario promedio de los nacionales
quedaría relativamente constante.

Borjas, Crogger y Hanson (2008) revisan el ejercicio empírico


realizado por Ottaviano y Peri (2007a) y demuestran que sus
32. Aydemir y Borjas (2007), p.701.

248
TOMO I

conclusiones con relación a la complementariedad entre los


trabajadores nacionales y los inmigrantes son frágiles, pues
dependen de cómo se construya la muestra. Como ejemplo
demuestran que la complementariedad se desvanece tan pronto
se separa a los estudiantes actualmente en secundaria de los que
abandonaron la escuela.

SIMULACIÓN ESTOCÁSTICA

En esta sección se presentan los resultados de la simulación


del impacto de la inmigración sobre los salarios, la remuneración
del capital y el PIB, usando los modelos presentados en la sección
teórica. Se asume que la mano de obra es homogénea y que el
capital es fijo. Se realizó un ejercicio de Monte Carlo que simuló
5,000 escenarios para los parámetros que explican la variación de
las tres variables endógenas que se evalúan. Los valores mínimo,
esperado y máximo de cada uno de los parámetros son:

En este ejercicio de simulación, el impacto de la inmigración


sobre el salario promedio de los trabajadores nacionales como
porcentaje del valor agregado es negativo. En promedio, la
cantidad de inmigrantes (entre un 6% y un 13% de la población)
reduce en un 6.3% el salario de los trabajadores nacionales como
porcentaje del valor agregado. Es obvio que los trabajadores
menos calificados –que tienen una elevada elasticidad de
sustitución con los inmigrantes– han sido más afectados que

249
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

los trabajadores más calificados. El deterioro máximo del salario


promedio de los trabajadores nacionales (como porcentaje del
valor agregado) se sitúa en un 9.9% y el mínimo es un 3.2%.

En este modelo, la inmigración eleva el retorno del capital, lo


cual significa que los propietarios del capital se benefician de la
entrada de inmigrantes al mercado laboral nacional. Se estima que
en promedio la inmigración eleva el retorno del capital (como
porcentaje del valor agregado) en un 6.7%. El aporte mínimo se
sitúa en un 3.4% y el máximo en un 10.6%.

La inmigración produce un excedente que equivale, en


promedio, a un 0.35% del PIB. El modelo arroja como resultado
la existencia de un excedente mínimo de un 0.12% y un máximo
de un 0.68%. Asumiendo un PIB nominal de 1.5 trillones de
pesos (i.e., millones de millones) el aporte de la inmigración en
términos de creación de un excedente se estima en 5,250 millones
de pesos.

b. El caso dominicano
En esta sección se presenta un análisis de la literatura sobre
la presencia de nacionales haitianos en territorio dominicano.
Siguiendo los puntos de atención de la presente investigación, se
relatan cuáles han sido los principales hallazgos en materia de la
influencia que ha tenido y sigue teniendo la inmigración haitiana
sobre el mercado laboral dominicano.

En un informe presentado por la Secretaría de Estado de Trabajo


(SET) de la República Dominicana sobre el mercado del trabajo en
el país se expresa: “Es bien reconocido el gran impacto que tiene
la migración haitiana en el mercado de trabajo dominicano.”33 Y
no es para menos, pues se estima que actualmente “entre medio
33. Reyes (2003), p.43.

250
TOMO I

millón y un millón de haitianos y sus descendientes están radicados


en el país.”34

Con relación a la fuerza de trabajo nacional empleada, Báez-


Evertsz y Lozano (2008) sostienen que la mano de obra haitiana
ocupada representa un 6% de la mano de obra nacional. El 79.6%
de los inmigrantes ocupados trabaja en actividades agrícolas y
de construcción. Al descomponer por género se obtiene que
el 86% de los hombres haitianos labora en la agricultura y la
construcción, mientras que el 74% de la mujer haitiana trabaja
en las actividades de comercio y servicios.35 Los autores revelan
la importancia de la mano de obra en esas dos actividades. En
su texto sostienen que de cada 10 trabajadores empleados en
la construcción, 6 son haitianos y en las actividades agrícolas
3 de cada 10 trabajadores son haitianos. Con relación al sector
de la construcción el peso de la mano de obra haitiana cobra
una mayor importancia cuando se descompone por tipo de
actividad, pues en ese sector los inmigrantes del vecino país
llegan a representar el 78% de las actividades no calificadas. 36
Esa realidad es recogida en un informe de la SETse establece
que en el sector de la construcción “los haitianos se concentran
en las ocupaciones menos calificadas.”37

La gran mayoría de estos (un 92% según la SET)38 no posee


documentos de permanencia legal en el país. Más de la mitad no
han comenzado ni siquiera las gestiones para la legalización de
su estadía en la República Dominicana, provocando un estado de
extrema vulnerabilidad que acentúa y profundiza las posibilidades
de explotación económica y de degradación social de dicha
34. Dilla (2004), p. 29.
35. Báez-Evertsz y Lozano (2008), pp. 198-199.
36. Báez-Evertsz y Lozano (2008), pp. 202-205.
37. Reyes (2003), p.12.
38. Ibid. p. 45.

251
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

población. La ilegalidad, más factores políticos e históricos, se


ha traducido tradicionalmente en un proceso de segmentación
del mercado de trabajo, diferenciando entre dominicanos y
haitianos.39

Desde el punto de vista empresarial, el empleo de la mano


de obra haitiana se justifica mediante el argumento que toma
como referencia las condiciones económicas. En ese orden,
“las inversiones de capital se realizan considerando el empleo
de mano de obra barata que repercute en una disminución de
los costos y una maximización de los beneficios,”40 explicando
el proceso migratorio como una consecuencia de la demanda de
mano de obra por parte del capital dominicano.

Otro de los principales factores que incide con mayor fuerza


en la segmentación del mercado laboral nacional, es el aspecto
básico de la educación, que se encuentra estrechamente vinculado
con el nivel de capacitación de la persona. En efecto, según los
datos estadísticos establecidos por el Censo del 2002 y IOM-
FLACSO41 la tasa de analfabetismo haitiana es mucho mayor
que la tasa promedio nacional. Ese grado de desigualdad en el
nivel educativo, determina la cuestión de la movilidad social y
del empleo en el mercado laboral de la República Dominicana,
viéndose por ende muy afectado el trabajador haitiano quien no
puede competir con el trabajador dominicano más calificado
en igualdad de condiciones ni oportunidades. Sin embargo, el
haitiano menos calificado, al recibir un menor salario debido a
su condición de ilegalidad y discriminación, sustituye la mano de
obra dominicana con menor nivel educativo.

39. Silié et al. (2002).


40. Santana et al. (2004), p. 139.
41. Mercedes (2004), p. 30.

252
TOMO I

TABLA 1
PERFIL EDUCACIONAL DE DIFERENTES GRUPOS SOCIO-ÉTNICOS42
Domínico- Total
Indicadores Educación Haitianos
haitianos población
Tasa de Analfabetismo adulto 73% 27% 16%
Educación Primaria 43% 76% 6%
Educación Secundaria 44% 13% 25%
Universitaria o Superior 13% 2% 12%
Nunca asistió a la escuela 43% 29% 3%

Fuente: Estimaciones de Mercedes (2004)

La situación educativa de los inmigrantes haitianos que viven


en los bateyes es dramática. Se estima que más de un 22 % de
las personas cursan del 1ro al 5to grado de primaria, cerca de un
10 % llega a cursar de 5-8vo grado, y sólo un 1% logra alcanzar
algún nivel de secundaria. El resto de la población no llega a
cursar ningún nivel educativo. De allí que se puedan encontrar
bateyes en el país, en donde más del 60 % de la población nunca
ha tomado ni siquiera un solo curso en la escuela.43

El mercado laboral nacional asigna a los haitianos los trabajos


de menor calificación y mayor esfuerzo físico. Para ilustrar
esta situación, cabe resaltar que “de los trabajadores haitianos
utilizados por el sector construcción, la mayoría son trabajadores
no calificados, o sea peones y ayudantes. Concretamente, el 50%
de los trabajadores empleados como peones son haitianos y en el
caso de ayudantes, un 47%”.44 A partir de esos datos estadísticos,

42. Idem.
43. Martínez (2006), p. 55.
44. Reyes (2003), p. 44, usando evidencia del año 2002; sin embargo, en Báez-
Evertsz y Lozano (2008), p. 205, se sugiere que esos datos ya han sido superados
y afirman que “resulta casi seguro que los inmigrantes haitianos serían ya una
firme mayoría entre las ocupaciones no calificadas de la construcción.” Esto se
confirma en el presente estudio.

253
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

se podría afirmar que los empleadores prefieren contratar a un


haitiano que a un dominicano cuando tienen la necesidad de
emplear a un trabajador de baja calificación. En ese orden, “a los
trabajadores haitianos se les paga menos que a los dominicanos
pero eso se debe en parte al factor de segmentación, pues los
haitianos son los trabajadores no calificados y los dominicanos
los más calificados.”45

La mayoría de los inmigrantes son contratados de forma


informal, entiéndase sin el aval de contratos escritos que permitan
perseguir a sus empleadores en la justicia o ante el tribunal de
trabajo si estos se enfrascan en una batalla judicial por los obtención
de los beneficios que les otorgan las leyes laborales, dando esto luz
verde a los empleadores para esquivar determinadas obligaciones
y contribuciones como las correspondientes a la seguridad social,
entre otras. En dichas circunstancias, es mucho más difícil para
el trabajador haitiano exigir sus prestaciones laborales cuando se
le despide que para los trabajadores dominicanos. Por otro lado,
esa misma situación no permite al trabajador haitiano contribuir
de la misma manera a la seguridad social como lo hacen los
dominicanos.

No obstante, Wilfredo Lozano afirma que no hay nada


más falso que la imagen de un jornalero haitiano asustado y
desconocedor de las complejidades del mercado de trabajo rural
dominicano.46 En ese contexto, Lozano señala que contrario a la
visión “ingenua” y paternalista que le atribuyen algunos sectores
políticos, “los jornaleros tienen un excelente conocimiento
de los requerimientos de fuerza de trabajo por parte de los
productores; saben con mucha precisión en cuáles parajes y

45. Wooding y Mosseley-Williams. (2004), p. 61.


46. Citado en Wooding y Mosseley-Williams (2004), p. 59.

254
TOMO I

fincas se pagan mejores salarios y negocian con inteligencia sus


relaciones laborales con los productores.”47 Este conocimiento
es imprescindible para los inmigrantes haitianos pues “de ello
depende su vida, aun cuando lo afirmado no quiere sostener
que tal conocimiento les asegure mejores salarios y estabilice sus
empleos.”48

La discriminación en contra de los haitianos provoca que


la migración haitiana disminuya el valor de los salarios de la
agricultura o la construcción, en donde se “crea una competencia
injusta para los dominicanos pobres”49 al tiempo que se mantienen
“bajos los salarios de los trabajadores no calificados.”50 En efecto,
uno de los impactos causados por la migración haitiana ha sido
una sensible reducción en el nivel de vida de los trabajadores
dominicanos, pues estos últimos sufren de la competencia de una
mano de obra que reduce los costos laborales unitarios.

Algunos autores afirman que existen grandes diferencias


entre los salarios que perciben los obreros dominicanos y los
que consignan los trabajadores haitianos en el sector de la
construcción, importando muy poco si ambos desempeñan
la misma labor. Por ejemplo, según el informe de la SET: “un
trabajador dominicano empleado como peón recibe al mes un
salario promedio de RD$ 6,178, mientras que un trabajador
haitiano de la misma ocupación sólo recibe RD$ 3,257 es decir
poco más de la mitad.”51

Si se parte del principio de la racionalidad económica que


deben aplicar los empleadores de haitianos, se podría afirmar
47. Ídem.
48. Ídem.
49. Reyes (2003), p.43.
50. Ídem.
51. Ídem.

255
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

que estos contratan en los niveles de baja calificación mano de


obra dominicana solo cuando ya se ha agotado la disponibilidad
de la haitiana. A pesar de esta realidad: “no existe tal claridad de
la extensión del fenómeno social de sustitución de mano de obra
dominicana por haitiana en la construcción,”52 que es uno de los
sectores de la economía del país, en los que se escenifica con mayor
incidencia la presencia de los inmigrantes haitianos.

Este tipo de interrogantes se reflejan también en la opinión


de Sánchez-Fung (2000), para quien: “sería interesante saber si
la mano de obra haitiana es desplazadora de la dominicana, o es
muestra del libre juego de la oferta y la demanda de trabajo.”53
Sin adentrarse mucho en el tema, Sánchez-Fung afirma que “la
última opción parece razonable si se toma en cuenta que los
dominicanos históricamente han repudiado el tipo de trabajo
que ejecutan los haitianos, por ejemplo, el corte de la caña.”54
Esta posición, es compartida por Silié (2003) quien observa que
las labores en las que se emplean los inmigrantes haitianos son
“las menos aceptadas por los dominicanos, por ser pesadas, mal
remuneradas y de gran inestabilidad, con ausencia de seguridad
social.”55 No obstante, “el problema es complejo”56 como señala
Sánchez-Fung, pues todavía persisten muchas dificultades para
poder determinar a ciencia cierta la extensión del fenómeno de
sustitución de la mano de obra dominicana por parte de la haitiana
en el mercado laboral dominicano. En el presente estudio se dará
respuesta a esa interrogante.

52. Sánchez-Fung (2000), p. 171.


53. Ídem.
54. Ídem.
55. Silié (2003), p.11.
56. Sánchez-Fung (2000), p. 171.

256
TOMO I

i. Entorno legal del acceso de los inmigrantes haitianos


al mercado laboral dominicano

La Constitución de la República Dominicana, en el Artículo


11, consagra la Libertad de Trabajo. En particular, dicho Artículo
establece que la ley podrá establecer la participación de los
nacionales en todo trabajo. El Código de Trabajo de la República
Dominicana57 establece que el 80% de los trabajadores de una
empresa debe estar integrado por dominicanos58 y enuncia en
el Principio IV que: “las leyes concernientes al trabajo son de
carácter territorial” y que “rigen sin distinción a dominicanos y
extranjeros.” En ese sentido, el régimen laboral dominicano no
distingue entre nacionales y extranjeros.

Igualmente, el Principio VII del Código de Trabajo prohíbe


cualquier discriminación, exclusión o preferencia basada en mo-
tivos de raza, color, ascendencia nacional u origen social, entre
otros. Por su parte, la Ley General de Migración No. 285-04 del
27 de agosto de 2004 (la “Ley de Migración”), establece en el Ar-
tículo 98 que: “los extranjeros admitidos como Residentes pue-
den realizar toda clase de trabajo o actividad remunerada” y en el
Artículo 101 se establece que: “los extranjeros que permanezcan
ilegalmente en el territorio nacional, no podrán, bajo ninguna cir-
cunstancia, trabajar o realizar tareas remuneradas o lucrativas”.

La Ley sobre Migración también estipula en el Artículo 102


que los empleadores que proporcionen trabajo o contraten al-
gún extranjero, deben constatar su permanencia legal en el país

57. Ley No. 16-92 del 17 de junio de 1992.


58. Hay algunas excepciones como es el caso de los extranjeros casados con
personas dominicanas, que tengan en el país más de tres años de residencia
ininterrumpida y más de dos años de casado. Así como los extranjeros que hayan
procreado hijos dominicanos y tengan en el país más de cinco años de residencia
ininterrumpida.

257
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

y que se encuentre habilitado para trabajar, solicitándole la pre-


sentación de los documentos migratorios de lugar, a saber: Carné
de Residente Permanente o de Residencia Temporal, Cédula de
Identificación Personal para Extranjeros y Carné de Trabajo para
Trabajadores Temporeros No Residentes.
ii. Principales hipótesis

Hipótesis 1: La mano de obra haitiana –formal e informal– es


un eslabón competitivo de la cadena productiva de algunas acti-
vidades económicas nacionales, por lo cual en esos casos la mano
de obra haitiana es complementaria al capital y a la mano de obra
calificada de la República Dominicana.

Hipótesis 2: La mano de obra haitiana –formal e informal– es


sustituta de la mano de obra dominicana de menor nivel de ca-
lificación.
Hipótesis 3: El mercado laboral dominicano tiende a discrimi-
nar en contra del trabajador haitiano, de manera que el ingreso
de dos personas de igual nivel de educación será diferente en
función de que si son dominicanas o haitianas.
Hipótesis 4: La inmigración haitiana eleva el grado de desigual-
dad de ingresos en la República Dominicana; es decir, aumenta la
remuneración del capital y de la mano de obra calificada y reduce
los ingresos laborales de los trabajadores menos calificados.
iii. Metodología de evaluación de hipótesis
1. Encuesta
En la República Dominicana hay escasez de datos estadísticos
relacionados con el tema de los inmigrantes haitianos en sentido
general. En ese contexto, se diseñó e implementó una encuesta
formal, utilizando técnicas de muestreo, con el objetivo de deter-
minar el impacto que tiene la inmigración haitiana sobre el mer-
258
TOMO I

cado laboral y las finanzas públicas de la República Dominicana.


De manera más específica, esa encuesta permitirá evaluar las
hipótesis de trabajo y contestar las preguntas formuladas en tor-
no a la condición relativa de la mano de obra inmigrante haitiana
con relación a la dominicana y si el inmigrante es o no deman-
dante neto de recursos del Estado dominicano.
Para tales fines, la encuesta se estructuró bajo dos ópticas dis-
tintas pero a la vez complementarias: la primera de ellas la con-
forman los empleadores de mano de obra haitiana (por el lado de
la demanda) y la segunda abarca a los trabajadores haitianos (por
el lado de la oferta), donde se incluyen también a los dominica-
nos para fines de comparación.
Se diseñaron tres instrumentos para la captación de informa-
ción, cada uno dirigido hacia los empleadores, trabajadores domi-
nicanos y trabajadores haitianos, respectivamente. Para estos dos
últimos se incluyeron, además de preguntas generales aplicables a
ambas partes, preguntas específicas dirigidas a cada grupo pobla-
cional. Los empleadores entrevistados en su mayoría (96% de los
casos) fueron aquellos que, por su posición, tienen la capacidad
para poder contestar las preguntas formuladas, como lo son due-
ños de la empresa, encargados y supervisores de obra y jefes de
hogar.

TABLA 2
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DEL LEVANTAMIENTO
DE LA INFORMACIÓN

Trabajador Trabajador
Región Empleador Total
Dominicano Haitiano
Distribución
37 82 201 320
Nacional
Sto. Dgo. Este 6 20 82 108
Sto. Dgo. Norte 2 12 13 27
Sto. Dgo. Oeste 3 12 39 54
Total 48 126 335 509

259
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

El levantamiento de la información se realizó tanto en el Distrito


Nacional como en la Provincia Santo Domingo, siendo el primero
el que acapara la mayor proporción de la muestra. En ese sentido,
se entrevistaron 48 empleadores, 126 trabajadores dominicanos y
335 trabajadores haitianos, para un total de 509 entrevistas. Las
actividades económicas aquí abarcadas fueron construcción,
comercio y servicio doméstico, siendo el sector construcción
donde se aplicó la mayor cantidad de encuestas por la elevada
presencia de mano de obra haitiana.

2. MODELOS ECONOMÉTRICOS

Se elaboraron modelos econométricos para cuantificar la


relación existente entre las principales variables que interrelacionan
la inmigración haitiana con el mercado laboral. La demanda laboral
haitiana se estimó en base a las respuestas de los empleadores
con relación a la de la participación de la mano de obra en la
nómina total de las empresas. El impacto del nivel educativo y
de la discriminación sobre el nivel de ingreso se abordó mediante
la estimación de ecuaciones de Mincer. También se aplicó la
metodología de Grossman (1982) para estimar una función de
producción translogarítmica59 y determinar la relación entre los
trabajadores dominicanos y los haitianos.

iv. Resultados

1. DESCRIPCIÓN DE LA MANO DE OBRA HAITIANA

a. Aspectos socioeconómicos
La mayoría de los trabajadores haitianos encuestados nació en
Haití. El 95.8% de esos trabajadores reportó haber nacido en Haití,

59. Véanse los aportes de Christensen, Jorgenson y Lau (1971 y 1973) en la


estimación de ese tipo de funciones de producción.

260
TOMO I

el 2.7% señaló haber nacido en la República Dominicana pero de


padres haitianos y el resto declaró ser hijos de padres mixtos. La
evidencia revela que los trabajadores haitianos tienen poco tiempo
viviendo en el país. Específicamente, el 53% de los trabajadores
haitianos tiene seis años o menos viviendo en territorio dominicano.
Solo el 8% tiene más de quince años residiendo en la República
Dominicana. Esto es consistente con los resultados obtenidos en
otras encuestas.
El trabajador haitiano es más joven que su contraparte
dominicano. La encuesta muestra que la edad promedio del
dominicano es de casi 35 años, mientras que la del trabajador
haitiano es de 28 años. También se observa que ambos tienen una
edad mínima de trabajo similar (alrededor de los 15 años), pero el
dominicano se mantiene trabajando a mayor edad. Dado que el
inmigrante se mueve de su país con el objetivo de maximizar el
valor presente de su flujo de ingresos esperado, es lógico que el
trabajador inmigrante sea más joven en promedio que el nacional,
pues de esa manera podrá obtener un mayor nivel de ingresos a
lo largo de su ciclo vital.
El trabajador haitiano tiene una mayor propensión a estar
soltero que el dominicano. El 38% de los haitianos encuestados
declaró ser soltero, mientras que solo lo hizo el 23% de los
trabajadores dominicanos. Ambos tipos de trabajadores prefieren
la unión libre a casarse, pero los haitianos la prefieren más, pues
de aquellos que declararon estar casados o unidos, el 82.7% de
los encuestados haitianos declaró estar “unido(a)” mientras que
así declaró el 76.7% de los dominicanos.
La mayoría de los haitianos se mantiene en el país sin obtener
documentación oficial dominicana. El 91.9% de los trabajadores
haitianos entrevistado declaró no poseer cédula de identificación
para extranjeros. No obstante, 87.2% de los trabajadores haitianos
afirma que posee algún documento haitiano, en particular, su
pasaporte.

261
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

El ingreso promedio del trabajador haitiano es inferior al de su


par dominicano. El ingreso mensual de los trabajadores haitianos
es de 8,506 pesos, mientras que los dominicanos reciben un
ingreso mensual de 15,732 pesos. Además, se observa que el
salario mínimo de los haitianos (1,500 pesos al mes) es la mitad
que el percibido por los dominicanos (3,000 pesos al mes). La
siguiente gráfica muestra un histograma con la distribución de
salarios tanto para el trabajador dominicano como el haitiano.
Se observa claramente que aunque la mayoría de los trabajadores
–para ambas nacionalidades– se encuentra en los niveles
inferiores, hay un sesgo mucho más pronunciado para el caso de
los haitianos.60

FIGURA 3
DISTRIBUCIÓN SALARIAL TRABAJADORES
DOMINICANOS Y HAITIANOS

CUÁNTO GANA EN UN MES POR SU TRABAJO AQUÍ CUÁNTO GANA EN UN MES POR SU TRABAJO AQUÍ

¿Qué sucede con los niveles de ingreso en función al tiempo


trabajando? Al cruzar las variables ingreso medio del trabajador
haitiano con el tiempo que tiene desempeñando la actividad
económica actual, se observa una clara tendencia hacia el alza en

60. Se realizó una prueba de medias y se determinó que la diferencia entre los
ingresos es estadísticamente significativa.

262
TOMO I

el ingreso promedio en la medida en que el mismo va adquiriendo


mayor experiencia en el trabajo realizado. De lo anterior se puede
inferir que a mayor tiempo residiendo en República Dominicana,
mayor es el salario promedio del inmigrante haitiano.

FIGURA 4

Aunque el nivel de ingreso aumenta, el trabajador haitiano


en todo momento se mantiene con un nivel salarial promedio
inferior relativo al trabajador dominicano. Esa brecha se acentúa
en sentido general a través del tiempo, al observar el porcentaje
que representa el nivel de ingreso promedio del trabajador
haitiano relativo al promedio general por tiempo de labor, lo que
a su vez significa que los trabajadores dominicanos experimentan
mejoras salariales superiores a los del inmigrante haitiano.

263
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

TABLA 3
INGRESO MEDIO SEGÚN TIEMPO TRABAJADO Y NACIONALIDAD
b. Calificación
Tiempo Dif % del Prom
Dominicano Haitiano Total
Laborando Haitiano (Hait.)
Menos de 6 meses 10,918 7,973 8,422 -5.3% 94.7%
De 6 a 12 meses 13,071 7,894 8,847 -10.8% 89.2%
De 1 a 2 años 13,850 8,551 9,666 -11.5% 88.5%
De 2 a 3 años 9,216 8,290 8,453 -1.9% 98.1%
Más de 3 años 17,433 8,905 11,981 -25.7% 74.3%
Total 15,732 8,506 10,489 -18.9% 81.1%

El trabajador dominicano tiene un mayor grado de calificación


que su contraparte haitiana. El 79.2% de los empleadores
dominicanos está de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación
de que el trabajador dominicano está más calificado que el haitiano.
Ese mayor nivel de calificación en el trabajo no necesariamente
significa que los trabajadores dominicanos tienen un mayor grado
de escolaridad que los haitianos.

TABLA 4
PARA UN MISMO TIPO DE OCUPACIÓN, EL TRABAJADOR DOMINICANO
EN PROMEDIO TIENE UN MAYOR GRADO DE CALIFICACIÓN QUE EL
TRABAJADOR HAITIANO

Servicio
Respuesta Comercio Construcción Total
doméstico
Muy de acuerdo 20.0% 53.3% 25.0% 41.7%
De acuerdo 50.0% 33.3% 37.5% 37.5%
En desacuerdo 20.0% 6.7% 37.5% 14.6%
Muy en desacuerdo 10.0% 6.7% 0.0% 6.3%
Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

264
TOMO I

Los empleadores perciben que el trabajador dominicano se


especializa más rápido que el trabajador haitiano. Sólo el 24%
de los encuestados afirma estar de acuerdo con la afirmación
de que los haitianos se especializan más rápido que los domi-
nicanos.

El trabajador dominicano tiene más capacidad para manejar


equipos. El 67% de los empleadores encuestados afirma estar
muy de acuerdo y de acuerdo con la afirmación de que los em-
pleados dominicanos son más capaces de manejar equipos que
sus contrapartes haitianos.

Los empleadores prefieren a los trabajadores dominicanos


cuando es necesario un trabajo de mayor calidad. El 87.2% de
los empleadores señalan que es mejor emplear mano de obra
nacional cuando es necesario una tarea con mayor especializa-
ción.

El trabajador haitiano recién llegado tiene que aprender mu-


cho. El 94% de los empleadores afirma estar muy de acuerdo o
de acuerdo con la afirmación que establece que los trabajadores
haitianos que recién llegan al país deben aprender mucho para
poder ofrecer un servicio de calidad.

El trabajador haitiano que ha llegado a la República Domi-


nicana en los últimos dos años tiene un mayor nivel de califi-
cación que el trabajador haitiano que llegó con anterioridad. El
81.4% de los empleadores dominicanos piensa que los nuevos
emigrantes haitianos poseen un mayor nivel de escolaridad y
experiencia profesional que los trabajadores haitianos que lle-
gaban en el pasado.

265
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

c. Remesas y situación económica del inmigrante


Los haitianos mantienen vínculos estrechos con sus familiares
que residen en Haití. Casi 8 de cada 10 haitianos envía remesas
a sus familiares. Los trabajadores haitianos envían una suma
promedio de 2,600 pesos mensuales, con un nivel mínimo de
75 pesos y un máximo de 12,000 pesos al mes. Orozco (2006)
señala que las remesas son enviadas, principalmente, a través de
canales informales vía empresarios que operan en la frontera.
Estos, a su vez, prestan dinero al inmigrante haitiano y proveen
otros servicios de naturaleza financiera. Orozco cuantifica que
la cantidad de dinero enviado hacia Haití en promedio es de 96
dólares (3,168 pesos), con una mediana de 67 dólares (2,211
pesos), montos que son consistentes con los resultados de la
encuesta aplicada.

En un estudio realizado por FLACSO y OIM en el 2004, se


presenta que más del 90% de los encuestados afirmaba que las
mejores condiciones económicas prevalecientes en la República
Dominicana constituyen la razón principal para emigrar a nuestro
territorio. En la encuesta aplicada en este estudio se obtuvo que
la mayoría de los haitianos percibe que su situación económica
actual es mejor que la que tenía cuando residía en Haití. Casi 9
de cada 10 trabajadores haitianos responde que sus condiciones
de vida han mejorado desde que se encuentran laborando en la
República Dominicana.

d. Capacidad de insertarse en el mercado laboral


Los haitianos se integran rápidamente en el mercado de trabajo
nacional. El 72% de los encuestados respondió que consiguieron
trabajo en menos de un mes de estar residiendo en la República
Dominicana. Esto significa que el inmigrante pasa a formar parte
del proceso productivo y a crear valor agregado en un plazo muy

266
TOMO I

breve. Al descomponer por tipo de actividad se observa que los


trabajadores haitianos consiguen trabajo más rápido en el sector
construcción que en otras actividades productivas. En el sector
construcción el 74% de los inmigrantes afirma que consiguió
trabajo en menos de un mes; mientras que el 69% de los que
laboran en otros sectores, consiguió trabajo en un plazo similar.

e. Tipo de trabajo
La encuesta se concentró en los sectores de construcción,
comercio y servicios domésticos, por lo cual el 57.1% de los
encuestados haitianos trabaja en el sector de la construcción;
el 27.6% son vendedores (ambulantes y fijos), el 6.3% son
trabajadores domésticos, y el resto tienen otras actividades (e.g.,
chiripero, vigilante). Con relación a los trabajadores dominicanos
encuestados, el 77.8% se concentra en la construcción; el 4.8%
es trabajador doméstico; el 3.2% es vigilante; y el resto realiza
otras actividades.

Es interesante ver la movilidad laboral entre las actividades


productivas. Los haitianos que están trabajando en el sector
de la construcción provienen del mismo sector construcción
(54.7%) y de la agricultura (18.9%), preponderantemente. Los
vendedores ambulantes actuales provienen de la misma actividad
(32.4%), de la construcción (27.9%) y de la agricultura (11.8%).
El trabajador doméstico proviene de la misma actividad (33.3%)
y de la venta ambulante (23.8%). El vigilante antes trabajaba en la
construcción (50%) y en la misma actividad de vigilancia (25%).
El vendedor fijo antes era un vendedor ambulante (33.3%).

267
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

TABLA 5
ACTIVIDAD ECONÓMICA ACTUAL

Obrero Vendedor Trabajador Vendedor


Dominicano Vigilante Chiripero Otro Total
Construcción ambulante doméstico fijo
Trabajo Realizado Anteriormente

Ninguno 4.2% 0.0% 0.0% 4.4% 9.5% 0.0% 14.3% 4.5%


Obrero de la
18.9% 8.3% 0.0% 11.8% 0.0% 12.5% 14.3% 15.0%
agricultura
Obrero
54.7% 50.0% 25.0% 27.9% 9.5% 12.5% 0.0% 40.5%
construcción
Vigilante 3.7% 25.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 3.0%
Chiripero 2.1% 0.0% 50.0% 4.4% 9.5% 8.3% 0.0% 3.9%
Vendedor
4.7% 16.7% 25.0% 32.4% 23.8% 33.3% 14.3% 14.7%
ambulante
Trabajador
0.0% 0.0% 0.0% 7.4% 33.3% 8.3% 0.0% 4.2%
doméstico
Mendigo 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0%
Otros 11.6% 0.0% 0.0% 11.8% 14.3% 25.0% 57.1% 14.1%
Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

TABLA 6
ACTIVIDAD ECONÓMICA ACTUAL
Obrero Vendedor Trabajador Vendedor
Dominicano Vigilante Chiripero Otro Total
Trabajo Realizado Anteriormente

Construcción ambulante doméstico fijo


Obrero de la
11.2% 25.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 9.5%
agricultura
Obrero
32.7% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 16.7% 27.0%
construcción
Vigilante 2.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 1.6%
Chiripero 2.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 1.6%
Vendedor
2.0% 0.0% 0.0% 50.0% 16.7% 0.0% 0.0% 3.2%
ambulante
Trabajador
0.0% 25.0% 0.0% 0.0% 16.7% 33.3% 0.0% 2.4%
doméstico
Mendigo 1.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.8%
Otros 49.6% 50.0% 100.0% 50.0% 66.7% 66.7% 83.3% 54.0%
Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Los trabajadores dominicanos exhiben una mayor movilidad


entre actividades. Los que actualmente están en la construcción
provienen de otras actividades (49.0%) y de la misma actividad
(32.7%). Los vigilantes antes eran trabajadores domésticos (25%)
y laboraban en la agricultura (25%). Los trabajadores domésticos

268
TOMO I

realizaban otra actividad (66.7%). Igualmente sucede con el resto


de las ocupaciones actuales.
F. GRADO DE INFORMALIDAD LABORAL

Los empleadores dominicanos afirman que a los trabajadores


haitianos hay que pagarle sus prestaciones laborales cuando se les
despide. El 93.8% de los empleadores encuestados afirmó estar de
acuerdo o muy de acuerdo con el hecho de que a los trabajadores
haitianos hay que darle sus prestaciones laborales.

La mayoría de los empleadores afirma que pagan impuestos por


los trabajadores haitianos. El 73% de los empleadores afirma que
paga por todos (69%) o por algunos trabajadores haitianos (4%).
El resto señala que no paga impuestos por esos trabajadores.

Los empleadores también responden que cumplen con sus obli-


gaciones con el seguro familiar de salud. El 68% de los emplea-
dores afirma que paga seguro familiar de salud por todos (55%) o
por algunos trabajadores haitianos (13%). El cumplimiento de las
obligaciones laborales se reduce en el caso de las pensiones. Solo
el 44% de los empleadores afirma que paga pensiones por todos
(37%) o por algunos trabajadores haitianos (7%).

No existe diferencia significativa entre los trabajadores domini-


canos y haitianos con relación al cumplimiento de las obligaciones
tributarias. El 50.4% de los trabajadores dominicanos afirma que
le descuentan impuestos. El 48.9% de los trabajadores haitianos
contesta que le descuentan impuestos. La diferencia no es estadís-
ticamente significativa.

g. Estabilidad laboral
Los empleadores consideran que el trabajador haitiano exhibe
mayor estabilidad laboral que los dominicanos. El 68.8% de los
empleadores está en desacuerdo con la afirmación que establece

269
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

que el trabajador haitiano deja el empleo más fácil que el empleado


dominicano. De hecho, el 64.6% de los empleadores afirma estar
de acuerdo (33.3%) y muy de acuerdo (31.3%) con la expresión
de que el trabajador haitiano cumple mejor con su horario de
trabajo que el trabajador dominicano.

2. IMPACTO SOBRE EL PRECIO DE LOS FACTORES PRODUCTIVOS POR


SECTOR SELECCIONADO

a. Capital
La existencia de un efecto positivo de la mano de obra
haitiana sobre el capital invertido implica la existencia de
complementariedad entre esos dos insumos de producción. De
acuerdo a los resultados de la encuesta, el 33% de los empleadores
afirma que el empleo de la mano de obra haitiana se traduce en
un mayor nivel de beneficios para la empresa.

El trabajador haitiano no es tan productivo que pudiera


sustituir una máquina. El 72% de los empleadores afirma estar en
desacuerdo o muy en desacuerdo con la afirmación que sostiene
que el haitiano es tan productivo que puede sustituir alguna
máquina. Esto sugiere que el uso de la mano de obra haitiana
incrementa el retorno del capital, pero no lo sustituye, dándole
más peso a la hipótesis de complementariedad entre la mano de
obra haitiana y el capital.

Con relación a la mano de obra nacional, una parte importante


de los empleadores tiene la percepción de que el trabajador
haitiano rinde más que el dominicano. Alrededor del 40% de
los empleadores piensa que los haitianos rinden más que los
dominicanos. Esa percepción puede estar reflejando la existencia
de sustitución entre los nacionales y los haitianos.

270
TOMO I

b. Mano de obra

i. Demanda relativa de la mano de obra


Los empleadores dominicanos elevan la demanda de mano de
obra haitiana –con relación a la dominicana– en función de su
percepción con relación a su aporte al nivel de beneficios, nivel
de productividad y nivel de calificación. La encuesta revela que
de cada 100 trabajadores, se emplea una media de 50 trabajadores
haitianos. En el sector construcción el porcentaje de mano de obra
haitiana empleada es de un 49.5%.

Se estimó un modelo econométrico para cuantificar la cantidad


de trabajadores haitianos como porcentaje del total de empleados
en función de las opiniones de los empleadores con relación a los
trabajadores haitianos. El modelo sugiere que los empleadores
que piensan que los haitianos elevan el nivel de beneficios de las
empresas tienden a contratar una mayor cantidad de haitianos.
Específicamente se estima que ese tipo de empleadores utiliza una
cantidad de empleados haitianos cuya participación en el total de
empleados supera en 18 puntos porcentuales a lo que se registra en
las empresas de otros empleadores.

Los empleadores que opinan que el trabajador haitiano es tan


productivo que puede llegar a sustituir alguna maquinaria o equipo,
tienden a contratar una mayor cantidad de mano de obra haitiana.
El modelo revela que los empleadores que tienen esa opinión
declaran poseer un porcentaje de empleados haitianos como total
por encima de los 17 puntos porcentuales a los empleadores que
tienen una opinión diferente.

El modelo revela que aquellos empleadores que piensan que los


haitianos llegados en los dos últimos años tienen un mayor nivel
educativo que los que emigraron con anterioridad, utilizan una
mayor cantidad de mano de obra en sus unidades productivas. Se
271
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

estima que la participación de trabajadores haitianos en el total


de empleados se eleva en 25 puntos porcentuales.

ii. Remuneración de la mano de obra


El ingreso del trabajador está vinculado con el nivel educativo.
En la siguiente tabla se observa que el ingreso promedio de los
trabajadores dominicanos calificados (i.e., con nivel de educación
superior a octavo de básica) es un 11.6% mayor al de sus pares
no calificados.
TABLA 7
Inferior a 8vo de Básica (Dominicano)
Variable Obs Media Desv. Est. Min Max
Ingreso Mensual 78 15,069 9,371 3,000 42,200

Superior 8vo de Básica (Dominicano)


Variable Obs Media Desv. Est. Min Max
Ingreso Mensual 48 16,810 11,084 4,500 50,000

El ingreso de los trabajadores haitianos más educados es


más elevado al de los menos educados, superando el ingreso
del trabajador haitiano calificado en un 15.6% al ingreso de su
par no calificado. No obstante, el ingreso promedio del haitiano
educado es menor que el que recibe el dominicano no calificado.
El ingreso del trabajador haitiano no solo es menor que el del
dominicano, sino que muestra una mayor dispersión según el
grado de calificación.

272
TOMO I

TABLA 8
Inferior a 8vo de Básica (Haitiano)
Variable Obs Media Desv. Est. Min Max
Ingreso Mensual 221 8,080 3,653 1,500 30,000

Superior 8vo de Básica (Haitiano)


Variable Obs Media Desv. Est. Min Max
Ingreso Mensual 112 9,344 3,812 2,000 20,000

ECUACIONES DE MINCER

Para determinar el retorno de la educación se estimaron


ecuaciones de Mincer, cuyo fundamento teórico y metodología
empírica fueron desarrollados por Becker (1962) y Mincer (1974).
En esos trabajos se demuestra que el nivel de ingreso laboral
está positivamente vinculado a la educación y la experiencia.
Específicamente, se establece que
d o n d e β es la tasa de retorno de la educación. Para analizar la
1

posibilidad de que el mercado laboral discrimine en contra de los


haitianos, se incluirá en la ecuación de ingreso la nacionalidad del
trabajador, de manera que el signo del coeficiente que acompañe
a la variable dicotómica que identifica la nacionalidad determine
el impacto de la misma sobre el ingreso laboral. De ahí que el
modelo a estimar será:

En la tabla 9 se presentan los resultados de cuatro modelos


que incluyen como variables explicativas la educación (educ),

273
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

la experiencia (exper) y el cuadrado de la experiencia (exper2),


la nacionalidad del trabajador (d_nacional) y el género (sexo).
El primer modelo incluye todas las actividades productivas
(construcción, comercio y servicios); el segundo modelo se aplica
únicamente al sector construcción; el tercer modelo se aplica al
resto de las actividades productivas; y el cuarto modelo incluye
una variable dicotómica (d_acti) que toma valor de 0 si se trata del
sector construcción y de 1 si es otra actividad productiva. Todos los
coeficientes son estadísticamente significativos –en los modelos 1
y 4- y el signo es igual al esperado por la teoría económica.
Los resultados revelan que para todas las actividades productivas
se observa que existe una relación positiva del grado de educación
y el nivel de ingreso. Además, se obtuvo como resultado que, para
un mismo nivel de educación, el haitiano recibe un menor nivel
de ingreso que su contraparte dominicano. En adición, se observa
que a mayor experiencia el nivel de ingreso sube, pero a una tasa
de crecimiento cada vez menor, verificándose la hipótesis del ciclo
de vida. Con relación al género del trabajador, se obtiene como
resultado que la mujer tiene un ingreso menor que el del hombre.
TABLA 9
ECUACIONES DE MINCER CON EXPERIENCIA
(COEFICIENTES ORIGINALES)
Variable Modelo1 Modelo2 Modelo3 Modelo4
educ 0.04111416*** 0.03912584*** 0.05219832*** 0.04397678***
exper 0.04466853*** 0.05293166*** 0.02185172 0.04306719***
exper2 -0.00070074*** -0.05293166*** -0.00028723 -0.00066257***
d_nacional -0.38766026*** -0039517145*** -0.04543671 -0.32965374***
sexo -0.4983145*** -0.24578564*** -0.28488607*** -0.34288201***
d_acti -0.23002687***
_cons 8.6751609*** 8.65453*** 8.3311869*** 8.6818393***

r2 0.35907892 0.3691458 0.19224003 0.38664617


rmse 0.43885513 0.40385508 0.46325121 0.4297891
n 458 305 153 458

leyenda:*p < 0.05; ** p < 0.01; *** p < 0.001

274
TOMO I

En la siguiente figura se presentan los resultados de simular la


evolución del ingreso (en logaritmos) en función de la experiencia
en el sector de la construcción. Obsérvese que durante toda la
trayectoria el ingreso del trabajador dominicano es superior al
del haitiano. Esto sugiere que dos personas con el mismo nivel
de educación, experiencia y género trabajando en el sector de la
construcción tendrán una remuneración diferente dependiendo
de si es dominicano o haitiano. El inmigrante recibirá un menor
nivel de salario y, en consecuencia, aportará más a la remuneración
del capital. Esto trae como consecuencia un aumento de la
desigualdad de ingresos en la República Dominicana, pues los
propietarios del capital aumentarán su participación relativa en el
valor agregado nacional después de la entrada de los inmigrantes
haitianos, quienes tenderán a deprimir el salario promedio del
trabajador dominicano de menor educación y experiencia.
FIGURA 5
INGRESO EN FUNCIÓN DE LA EXPERIENCIA

En la tabla 10 se presentan los coeficientes beta61 para cada uno


de los modelos estimados, con el objetivo de identificar cuáles
son las variables que mayor influencia tienen sobre el ingreso
de los trabajadores. La magnitud de los coeficientes revela que
61. Los coeficientes beta miden en cuántas unidades de desviación estándar
cambiaría la variable dependiente (el logaritmo del nivel de ingresos) cuando la
variable explicativa cambia en una desviación estándar.

275
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

la experiencia es el principal determinante de los ingresos de los


trabajadores encuestados. La educación, que también ejerce una
influencia positiva sobre el nivel de ingresos, tiene una influencia
que oscila alrededor de la mitad y una tercera parte de la influencia
de la experiencia. Esto es consistente con el hecho de que los
trabajadores dominicanos y haitianos, con igual nivel de educación,
tienen niveles de ocupación diferentes y, en consecuencia, ingresos
distintos. Los resultados muestran también que ser haitiano reduce
la remuneración en una magnitud similar al aporte que realiza el
nivel educativo a los ingresos. Esto significa que un trabajador
haitiano que tenga el mismo nivel educativo que el dominicano
tiende a obtener un menor nivel de salario. Algo similar aparece
en el caso de la mujer, pues el simple hecho de ser mujer reduce el
aporte positivo que tiene la educación a su remuneración.

TABLA 10
ECUACIONES DE MINCER CON EXPERIENCIA
(COEFICIENTES BETA)
Variable Modelo1 Modelo2 Modelo3 Modelo4
educ 0.286199*** 0.298619*** 0.3802154*** 0.3061259***
exper 0.791041*** 1.032869*** 0.399823 0.7626827***
exper2 -0.59758*** -0.7891333*** -0.2489657 -0.5650283***
d_nacional -0.3179*** -0.3753911*** -0.0289774 -0.2703283***
sexo -0.31092*** -0.0555422 -0.2726242*** -0.2139361***
d_acti -0.1992294***

r2 0.352 0.3691 0.1922 0.3866


rmse 4.3886 0.40386 0.46325 0.42979
n 458 305 153 458

leyenda: * p < 0.05; ** p < 0.01; *** p < 0.001

También se estimaron las ecuaciones de Mincer utilizando la


edad como variable explicativa. Los resultados revelan que para

276
TOMO I

todas las actividades productivas existe una relación positiva entra


la edad y el ingreso. A mayor edad, el nivel de ingreso sube, pero
luego comienza a decrecer, verificándose la hipótesis del ciclo
de vida. El resto de las variables tiene la misma interpretación
que las del modelo presentado con la experiencia como variable
explicativa.

iii. Relación con la mano de obra dominicana: ¿Sustituta


o complementaria?
El hecho de que utilizar mano de obra haitiana eleva la
rentabilidad de las empresas puede hacer que los empleadores
dominicanos prefieran contratar haitianos. Los empleadores
afirman que la mano de obra haitiana eleva la productividad
del trabajo dominicano. El 65% de los entrevistados afirma
que emplear a los haitianos le permite incrementar la eficiencia
del trabajador dominicano, sugiriendo la existencia de
complementariedad en el trabajo de sus contrapartes nacionales.
Sin embargo, la mayoría de los empleadores nacionales (66.7% de
los encuestados) piensa que el trabajo haitiano tiende a sustituir
al dominicano. Esta sustitución se lleva a cabo principalmente
en las actividades que exigen menor calificación, como sería
las que realizan los ayudantes en el sector de construcción. La
única manera de determinar si la mano de obra nacional y la
del inmigrante haitiano son complementarias o sustitutas es
mediante la estimación de un modelo econométrico.

La mayoría de los empleadores dominicanos prefiere emplear


a un trabajador nacional para realizar trabajos especializados.
La mano de obra haitiana, en el sector construcción, tiende a
ocupar los trabajos de menor nivel de calificación. En la siguiente
tabla se muestra que el 49.5% de los trabajadores dominicanos
que trabajan en la construcción son especializados, mientras
que sólo el 8.8% de los haitianos se califica de esa manera. De
forma complementaria, el 58.3% de los haitianos son ayudantes,

277
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

mientras que solo el 14% de los dominicanos tienen ese grado


laboral en la construcción.

TABLA 11
Respuesta Frec. Porcentaje Acum. Respuesta Frec. Porcentaje Acum.
Ayudante 15 14.02 14.02 Ayudante 113 58.25 58.25
Trabajador Trabajador
33 30.84 44.86 63 32.47 90.72
De Apoyo De Apoyo
Trabajador 53 46.53 94.39 Trabajador 17 8.76 99.48
Maestro Maestro
6 5.61 100.00 1 0.52 100.00
Constructor Constructor
Total 107 100.00 Total 194 100.00

El trabajador dominicano no se emplea en las actividades


de menor nivel de remuneración. A pesar de que tiene un nivel
educativo similar al haitiano, se emplea en actividades que exigen
un mayor nivel de experiencia (e.g., trabajo especializado). En la
siguiente tabla se observa que el 88.3% de los ayudantes en el
sector de la construcción son haitianos, mientras que el 75.7% de
los trabajadores especializados son dominicanos.

TABLA 12
TRABAJA COMO UN AYUDANTE O ES UN
TRABAJADOR ESPECIALIZADO
Trabajador Trabajador Maestro
Nacionalidad Ayudante Total
De Apoyo Especializado Constructor
Dominicano 11.72 34.38 75.71 85.71 35.55
Haitiano 88.28 65.63 24.29 14.29 64.45
Total 100.00 100.00 100.00 100.00 100.00

El salario relativo de los haitianos y los dominicanos se reduce


con la presencia de haitianos. El salario de los haitianos que
trabaja como ayudante en el sector de la construcción representa
el 83.5% de sus pares dominicanos. Sin embargo, el salario que
reciben los haitianos que realizan trabajos especializados en

278
TOMO I

la construcción equivale a un 54% del salario que reciben los


dominicanos. Esta evidencia sugiere que la llegada de mano
de obra al sector de la construcción deprime el salario de los
dominicanos en las actividades donde hay mayor abundancia de
mano de obra haitiana. Esto permite concluir que la mano de
obra haitiana es sustituta de la mano de obra dominicana.

CUANTIFICACIÓN ECONOMÉTRICA DEL GRADO DE SUSTITUCIÓN

En esta sección se presenta una aproximación cuantitativa de la


elasticidad de sustitución entre la mano de obra dominicana y la
haitiana en el sector de la construcción. Asimismo, se determina la
reacción de los salarios nacionales a la entrada de los inmigrantes
haitianos. La metodología sigue el trabajo de Grossman (1982)
el cual estima los parámetros de una función de producción
translogarítmica, lo cual permite calcular las elasticidades de
sustitución de los insumos de producción que intervienen en el
proceso de creación de valor agregado.

La función de producción translogarítmica está definida por la


siguiente ecuación,

donde, Q es el valor agregado; X i es la cantidad del insumo de pro-


ducción i ; y los parámetros γ i y γ ij representan los coeficientes a
ser estimados. Grossman (1982) y Bauer (1997), basándose en Ha-
mermesh (1993), justifican el uso de una función de producción
–en vez de una función de costo– debido al supuesto de que no
hay movilidad de los factores de producción y, en consecuencia,
las cantidades de esos insumos se mantienen fijas. Otro supuesto
que se utiliza es la existencia de mercados de factores competitivos,
lo cual permite obtener la participación de cada factor en el valor

279
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

agregado ∂ ln Q ∂ ln X i = si = Pi X i Q , donde si es la participación y


Pi es el precio del factor i. Siguiendo a Bauer (1997) se tiene que
mediante la diferenciación logarítmica parcial de la función de pro-
ducción y el uso de la ecuación de si , se obtiene el siguiente sistema
de ecuaciones de las participaciones de los insumos:

En este sistema de ecuaciones se requiere cumplir con la si-


guiente condición de simetría: γ ij = γ ji . También se asume la ho-
mogeneidad lineal y ∑αi = 1 que ∑ si = 1.

Las elasticidades de complementariedad Hicksianas miden el


efecto sobre el precio relativo del factor i de un cambio en la
cantidad relativa del factor j, manteniendo constantes los costos
marginales y las cantidades de los otros factores de producción.
Siguiendo a Bauer (1997), quien a su vez se basa en Hamermesh
(1993), se tiene que para el caso de la función de producción
translogarítmica las elasticidades de complementariedad Hicksia-
nas son: ⎧ γ ij + si s j
⎪ ss , para i ≠ j ,
⎪ i j
cij = ⎨ 2
⎪ γ ii + si − si , para i = j

⎩ si2

Donde se establece que dos factores de producción son


complementarios cij > 0 si y son sustitutos si cij < 0.

La elasticidad precio del factor –definida como el cambio


porcentual del precio del factor i cuando la oferta del factor j se
incrementa en un 1%– está dada por: δ ln Pi
= ε ij = s j cij
δ ln x j

280
TOMO I

De manera que se tiene como fórmulas explícitas de las elasti-


cidades de los factores de producción las siguientes expresiones:
⎧ γ ij + si s j
⎪ , para i ≠ j ,
⎪ si
ε ij = ⎨ 2
⎪ γ ii + si − si , para i = j
⎪⎩ si

Para calcular las elasticidades de complementariedad Hicksianas


y las elasticidades precio de los factores se usarán los datos obteni-
dos de la encuesta a 30 empleadores del sector de la construcción.
En esas unidades productivas se emplea a un total de 1,667 traba-
jadores, de los cuales, 842 son dominicanos y 825 son haitianos.
La participación de cada factor en el valor agregado se calculó
sumando los ingresos laborales mensuales de los trabajadores de
cada empresa y se dividió entre la suma de la totalidad de la remu-
neración mensual de los factores mano de obra –dominicana y hai-
tiana– y capital de cada empresa. En la siguiente tabla se muestra
que la participación promedio de la mano de obra dominicana en
el valor agregado del sector de la construcción es de un 26.2% y la
de la mano de obra haitiana es de un 20.4%. La remuneración del
capital representa un 53.3% del valor agregado total.

Para la estimación se utilizó la metodología de las Ecuaciones


Aparentemente No relacionadas del profesor Arnold Zellner
de la Universidad de Chicago.62 Los coeficientes estimados del

62. Ese método se aplica a ecuaciones cuyo lado derecho contiene variables
estrictamente exógenas, pero los residuos se encuentran correlacionados.
El estimador desarrollado por el profesor Zellner es un método de Mínimos
Cuadrados Generalizados que permite obtener coeficientes que son eficientes y
consistentes, a diferencia de los estimadores Mínimos Cuadrados Ordinarios que
dejan de ser MELI. El estimador de Zellner se denomina Seemingly Unrelated
Regression Estimator (SURE). Esta metodología es muy usada para estimar los
coeficientes de las funciones de producción translogarítmicas.

281
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

modelo de la participación de la remuneración factorial en el valor


agregado total se presenta en la siguiente tabla.63 Los resultados
revelan que existe una relación significativa entre los trabajadores
dominicanos, haitianos y el capital, pues todos los coeficientes
son estadísticamente significativos.

TABLA 13
FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN TRANSLOG
Coeficientes Valor t
ad 1.3057 8.01
ah 1.0089 7.70
ak -1.3147 -8.22
ydd 0.1562 6.83
ydh -0.0815 -4.41
ydk -0.0739 -6.42
yhd -0.0815 -4.41
yhh 0.1400 7.61
yhk -0.0588 -6.34
ykd -0.0739 -6.42
ykh -0.0588 -6.34
ykk 0.1326 11.68

A partir de los estimados de los parámetros de la función de


producción logarítmica se obtuvieron las elasticidades Hicksianas
de complementariedad y las elasticidades precio de los factores de
producción Las elasticidades Hicksianas de complementariedad
revelan que, en el sector de la construcción, el trabajador haitiano
es sustituto del trabajador dominicano (i.e., la elasticidad es
negativa). Además se observa que ambos tipos de trabajadores
son complementarios del capital (i.e., la elasticidad es positiva).

63. Los coeficientes fueron estimados usando la restricción de homegeneidad


lineal ∑ αi = 1, simetría γ ij = γ ji y, en consecuencia, ∑ γ ij =0.
i

282
TOMO I

TABLA 14
ELASTICIDADES HICKSIANAS DE COMPLEMENTARIEDAD
Dominicano Haitiano Capital
Dominicano -0.5427 -0.5236 0.4719
Haitiano -0.5236 -0.5371 0.4602
Capital 0.4719 0.4602 -0.4081

La elasticidad precio del factor permite señalar que, en el sector


de la construcción, cuando se incrementa la cantidad de trabajado-
res haitianos se reduce la remuneración de los trabajadores domi-
nicanos. Los resultados de las elasticidades cruzadas sugieren que
un incremento de un 10% en la oferta de mano de obra haitiana
reduce la remuneración del trabajador dominicano en un 1.1%.
La evidencia también demuestra que la entrada de haitianos en el
mercado laboral de la construcción incrementa la remuneración
del factor capital, pero el aumento de la mano de obra dominicana
tiene un impacto también positivo y más grande. Se debe resaltar
que un aumento del capital invertido (e.g., 10%) eleva simultánea-
mente la remuneración de los trabajadores dominicanos (2.5%)
y haitianos (2.4%). Además, las elasticidades propias ponen de
manifiesto que un aumento de un 10% en la oferta de la mano de
obra dominicana reduce la remuneración de los trabajadores do-
minicanos en un 1.4%, mientras que el impacto de un incremento
de un 10% de la mano de obra haitiana reduce la remuneración
de su grupo en un 1.1%.

TABLA 15
Elasticidad Precio de los Factores
Cambio en la Con relación a la cantidad de:
remuneración Dominicano Haitiano Capital
del:
Dominicano -0.1423 -0.1068 0.2519
Haitiano -0.1373 -0.1096 0.2456
Capital 0.1238 0.0939 -0.2178

283
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Dado que la participación de las remuneración de los facto-


res suman la unidad, solo n-1 de las ecuaciones de participación
son linealmente independientes. Por ese motivo, se procedió a
eliminar la ecuación de capital, usándose nuevamente la técnica
SURE de Zellner. Los resultados revelan que los coeficientes son
estadísticamente diferentes de cero, por lo cual se confirma la
existencia de una relación significativa –de sustitución– entre la
mano de obra dominicana y la haitiana.

TABLA 16
FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN TRANSLOG
Coeficientes Valor t
ad 0.5740 13.10
ah 0.4260 9.72
ydd 0.0591 2.10
ydh -0.1609 -8.48
yhd -0.1609 -8.48
yhh 0.0796 3.77

A continuación, se presentan los coeficientes estimados al


eliminar la remuneración del capital, tanto para las elasticidades
Hicksianas de complementariedad como para las elasticidades
del precio de los factores de producción. Obsérvese que en este
caso, la elasticidad de complementariedad refleja un mayor grado
de sustitución entre la mano de obra dominicana y la haitiana. A
su vez, esto se traduce en una mayor elasticidad de precio de los
factores de producción. Específicamente, cuando aumenta en un
10% la mano de obra haitiana se reduce la remuneración de la
mano de obra dominicana en un 3.7%.64 Además, se observa que

64. La elasticidad precio del factor para el caso de la inmigración haitiana obtenido
(-0.37) cae en el rango estimado para otros países. En particular Borjas (2003) se
obtienen elasticidades con valores comprendidos entre -0.3 y -0.4.

284
TOMO I

ese aumento de la mano de obra haitiana repercute negativamen-


te sobre la remuneración de los haitianos, al reducirla también en
un 3.7%. Un incremento de la oferta de mano de obra dominica-
na de un 10% reduce el salario promedio de los dominicanos en
un 5%, lo cual sugiere que la mano de obra haitiana es sustituta
de la dominicana, pero no es exactamente igual a la mano de obra
nacional.

TABLA 17
ELASTICIDADES HICKSIANAS DE COMPLEMENTARIEDAD
Dominicano Haitiano
Dominicano -1.7039 -2.1236
Haitiano -2.1236 -2.1185

TABLA 18
Elasticidades del Precio de los Factores
Cambio en la Con relación a la cantidad de:
remuneración del: Dominicano Haitiano
Dominicano -0.5044 -0.3695
Haitiano -0.6286 -0.3686

iv. Impacto sobre el salario real


Los empleadores afirman en general que los trabajadores
haitianos reciben un salario similar al de los dominicanos para el
mismo trabajo. El 73% de los empleadores está en desacuerdo
o muy en desacuerdo con la afirmación que establece que a los
trabajadores haitianos se les paga un salario menor que el que se les
paga a los dominicanos por un empleo similar. Pero cabe resaltar
que los empleados haitianos reciben un menor nivel de ingresos
que sus contrapartes dominicanos que tienen el mismo nivel de
preparación académica. Esto sugiere que se contrata al haitiano
con igual preparación para realizar trabajo que exigen menor

285
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

preparación académica y, en consecuencia, se le paga un menor


ingreso. Esto apoya la hipótesis que establece que el inmigrante
haitiano deprime el salario de su contraparte nacional.

En la siguiente tabla se demuestra que el trabajador haitiano


recibe un sueldo inferior al dominicano para el mismo tipo de
trabajo. Se observa una mayor dispersión salarial a mayor nivel
de calificación laboral. Los ayudantes haitianos reciben un 17%
menos de salario que sus pares dominicanos; los trabadores
de apoyo perciben un ingreso 18% menor; y los trabajadores
especializados haitianos reciben un pago un 46% menor. Esto
revela que al haitiano más calificado se le tiende a pagar menos
de lo que se merece, según su experiencia laboral y su grado
académico.

TABLA 19
DOMINICANO Ingreso Mensual
Ayudante o Trabajador
Media Desv. Est. Frec.
Especializado
Ayudante 9,106.67 3,794.82 15
Trabajador de Apoyo 13,770.30 6,548.46 33
Trabajador
20,711.32 10,435.22 53
Especializado
Maestro Constructor 23,666.67 16,741.17 6
Total 17,109.53 10,146.03 107

HAITIANO Ingreso Mensual


Ayudante o Trabajador
Media Desv. Est. Frec.
Especializado
Ayudante 7,599 1,807 113
Trabajador de Apoyo 11,321 3,699 63
Trabajador
11,189 5,403 17
Especializado
Maestro Constructor 30,000 0 1
Total 9,360 4,115 194

286
TOMO I

A los empleadores nacionales se les preguntó si el trabajador


haitiano recién llegado acepta salarios menores que los
trabajadores haitianos que tienen un mayor tiempo residiendo
en el país. El 58% de los empleadores está de acuerdo con esa
afirmación. Además se observa que el trabajador haitiano trata de
mantener su puesto de trabajo. El 68% de los empleadores afirma
estar en desacuerdo o muy en desacuerdo con la afirmación que
sugiere que el trabajador haitiano deja el empleo más fácilmente
que el dominicano. En ese contexto, el trabajador haitiano es más
cumplidor que el dominicano en materia de horario (el 65% de
los empleadores lo afirma).

SIMULACIÓN ESTOCÁSTICA DEL IMPACTO SOBRE


LA REMUNERACIÓN DE LOS FACTORES

En esta sección se presentan los resultados de la simulación


del impacto de la inmigración sobre los salarios, la remuneración
del capital y el PIB en el sector construcción de la República
Dominicana, usando el modelo de Borjas (1994). Se asume que
la mano de obra es homogénea y que el capital es fijo. Se realizó
un ejercicio de Monte Carlo que simuló 5,000 escenarios para
los parámetros que explican la variación de las tres variables
endógenas que se evalúan. Los valores de los parámetros
utilizados son los obtenidos de la estimación econométrica de la
función translogarítmica y las elasticidades precio de los factores.
Los valores mínimo, esperado y máximo de cada uno de los
parámetros son:

α L = wL = (0.42, 0.46, 0.52 )


Q
⎛ Δw L ⎞
ε LL = ⎜ . ⎟ = (−0.32, − 0.37, − 0.42 )
⎝ ΔL w ⎠
M
m= = (0.445, 0.495, 0.545 )
L

287
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En este ejercicio de simulación el impacto de la inmigración


sobre el salario promedio de los trabajadores dominicanos del
sector de construcción es negativo. La cantidad de inmigrantes
que trabaja en el sector construcción –según la encuesta realiza-
da– equivale a un 49.5% del total de la mano de obra (se utiliza
un rango entre un 44.5% y un 54.5%) y su llegada ha significado
una reducción de un 4.3% en el salario promedio de los trabaja-
dores dominicanos como porcentaje del valor agregado sectorial.
Cabe resaltar que los trabajadores menos calificados –que tienen
una elevada elasticidad de sustitución con los inmigrantes hai-
tianos– han experimentado una mayor pérdida de ingresos que
los trabajadores más calificados. El deterioro máximo del salario
promedio de los nacionales se sitúa en un 5.0% y el mínimo se
sitúa en el entorno de un 3.7%.

De forma contrastante, la inmigración incrementa la remune-


ración del factor capital, esto significa que los propietarios del
capital se benefician de la entrada de inmigrantes al mercado la-
boral nacional. Se estima que en promedio la inmigración eleva
el retorno sobre el capital como porcentaje del valor agregado
sectorial en un 6.4%. La variación mínima del retorno del capital
invertido en el sector construcción es de un 5.5% y la máxima es
de un 7.7%.

La inmigración produce un excedente que equivale, en prome-


dio, a un 2.1% del PIB del sector construcción. El modelo arroja
como resultado la existencia de un excedente de la inmigración
mínimo de un 1.7% y un máximo de un 2.7%. Dado un PIB
nominal del sector construcción de 88,559 millones de pesos, se
puede estimar que el excedente de la inmigración generado en el
sector de la construcción asciende a 1,860 millones de pesos.

La existencia de una abundante mano de obra haitiana no ca-


lificada incrementa la desigualdad de ingresos en el país, pues
288
TOMO I

reduce el salario del trabajador dominicano no calificado y tiende


a elevar el retorno del capital y del ingreso de la mano de obra
más calificada. Los resultados presentados en esta sección reve-
lan que en el sector construcción deteriora el salario promedio
de la mano de obra dominicana y se incrementa el retorno del
capital invertido. Si se toma en consideración que la caída del
salario promedio se debe preponderantemente al descenso del
salario de los trabajadores dominicanos menos calificados, se
puede concluir que la inmigración haitiana produce un aumento
de la desigualdad en la República Dominicana.

IV. IMPACTO SOBRE LAS FINANZAS PÚBLICAS

a. Aspectos teóricos
La inmigración afecta las finanzas públicas y por ese moti-
vo los flujos migratorios originan mucha polémica en los países
receptores de esa población. El efecto neto de la inmigración
sobre el balance fiscal depende de las características de los inmi-
grantes y de la estructura de los programas de asistencia social
que posea la nación receptora. Si los inmigrantes son trabajado-
res poco calificados, con bajos niveles de ingresos y con muchos
hijos, tenderán a absorber en términos relativos –a menos que
haya impedimentos legales– una mayor cantidad de recursos pro-
vistos en forma de servicios sociales por la nación receptora. En
contraste, si los trabajadores inmigrantes son calificados y logran
insertarse en el mercado laboral formal generando altos ingresos
y tienen pocos hijos es muy probable que aporten al Estado a
través del sistema impositivo una cantidad de recursos superior
a la que absorben en forma de servicios públicos. El efecto neto
sobre las finanzas públicas dependerá de cuál de los dos tipos de
inmigrantes es dominante.

Los estudios que abordan el impacto de la inmigración sobre


las finanzas públicas en los países desarrollados analizan el aporte
289
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de los nuevos trabajadores al sistema de seguridad social. En esos


países, existe un problema de envejecimiento que provoca un
deterioro de los ingresos que recibe el sistema de seguridad social,
lo cual disminuye la viabilidad financiera del modelo de pensiones
de reparto.65 La llegada de trabajadores jóvenes y su entrada al
mercado laboral formal permiten incrementar los aportes que
se realizan al sistema de pensiones y que sirven para pagar las
pensiones de los trabajadores nacionales ya retirados. Ese aumento
de la viabilidad financiera del sistema de pensiones reduce el
monto de transferencias que debe (o deberá) realizar el gobierno
al sistema para mantenerlo operando adecuadamente. Asimismo,
los inmigrantes incrementan el valor agregado, la masa salarial y el
consumo, elevando la base imponible del impuesto sobre la renta
y de los impuestos indirectos. De ahí que algunos estudios lleguen
a la conclusión de que los inmigrantes tienen un aporte positivo
sobre las finanzas públicas, cuya magnitud aumentará en función
del grado de educación o calificación de los inmigrantes.

Existen dos enfoques para determinar el impacto de la inmi-


gración sobre las finanzas públicas.66 El estático – también de-
nominado de corte transversal o de flujo de efectivo– aborda
el tema mediante la selección de un grupo de inmigrantes y el
cálculo del monto de impuestos que aporta al fisco y su com-
paración con la cantidad de recursos que absorbe al demandar
servicios públicos y recibir transferencias sociales en un período
determinado. Algunos de los autores que han realizado estima-
ciones basadas en el enfoque estático son: Borjas (1994), Fix y
Passel (1994), Passel (1994) y Boeri et al. (2002).67 Ese último

65. Véase Van Ewijk et al. (2000) para un análisis del efecto sobre las finanzas
públicas envejecimiento de la población en Holanda.
66. Véase Coleman et al. (2004), p. 600.
67. Este último también aborda el impacto de la inmigración sobre las finanzas
públicas usando el enfoque dinámico o de valor presente de flujos de ingresos y
egresos.

290
TOMO I

grupo de autores señala que los inmigrantes que llegan a los Es-
tados Unidos son más propensos que los nacionales a utilizar los
programas de asistencia pública. Específicamente, señalan que
el 19.7% de los inmigrantes recibe ayuda pública mientras que
solo el 13.3% de los nativos la recibe. Además, indican que esos
inmigrantes tienen más hijos y son más pobres, por lo cual pagan
menos impuestos y, en consecuencia, son receptores netos de los
recursos públicos norteamericanos. Hanson y Williamson (2005)
comentan los resultados de un estudio comisionado por el Con-
greso de los Estados Unidos donde se concluye que en 1996 la
carga fiscal neta de los inmigrantes oscilaba entre 1,613 dólares
y 2,206 dólares, “representando un costo fiscal entre 166 dólares
y 226 dólares por familia no inmigrante.”68 Esos resultados han
provocado que en algunos Estados se aprueben leyes –poste-
riormente derogadas por decisiones judiciales– que le impiden el
acceso a los programas sociales a los inmigrantes ilegales.

El enfoque dinámico toma en consideración el flujo de pagos


futuros de impuestos y de gastos que absorben los inmigran-
tes durante su ciclo de vida, lleva a valor presente esos flujos y
los compara para determinar si son contribuyentes o receptores
netos de recursos públicos. Este enfoque es el utilizado en los
estudios más rigurosos para determinar el impacto fiscal de la
inmigración. Se basa en la elaboración de un modelo de contabi-
lidad generacional que permite el cálculo de la contribución neta
a las finanzas públicas durante el ciclo vital de cada inmigrante.69
La contribución neta se define como el valor presente de los pa-
gos de impuestos que hará durante el resto de su vida –en el país
receptor– menos el valor presente de los beneficios que absorbe
el inmigrante del sector público (e.g., demanda de servicios de

68. Véase Hatton y Williamson (2005), p. 308.


69. Véase la metodología de contabilidad pública generacional en Auerbach y
Kotlikoff (1987).

291
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

educación y salud). Si la diferencia es positiva se concluye que el


inmigrante está realizando una contribución positiva a las finan-
zas públicas. Si la diferencia es negativa se dice que el inmigrante
es un receptor neto de los recursos públicos nacionales.

Para realizar ese cálculo se necesita el perfil de aporte de


impuestos y de uso de servicios públicos a lo largo del ciclo
vital de los inmigrantes. Ese perfil estará en función del tipo
de inmigrantes: mientras más joven y más educado sea mayor
ingreso tendrá durante el resto de su vida y, por lo tanto, mayores
impuestos pagará durante su estadía en el país receptor. Con
relación al uso de los servicios públicos: mientras más joven es
el inmigrante menor cantidad de hijos tiene y más saludable es,
por lo cual en ese momento de su ciclo vital menor demanda
tendrá de servicios de salud y de educación; sin embargo, en la
medida en que aumenta su edad el inmigrante comienza a tener
hijos y a demandar una mayor cantidad de servicios de educación
y salud.

La evaluación del impacto de la inmigración sobre las finanzas


públicas mediante la cuantificación de los efectos agregados
sobre el balance fiscal es otra metodología usada. El efecto se
determina mediante la simulación de un aumento de la población
provocada por la inmigración y la estimación de la variación de
los ingresos y de los egresos públicos y, en consecuencia, sobre
el saldo de las finanzas públicas. El escenario de la población con
la llegada de inmigrantes se compara con el escenario base de
población sin inmigrantes para determinar el impacto marginal
de la inmigración.

Cabe resaltar que los resultados empíricos dependerán del


tamaño del sector público, del nivel de la presión tributaria, de
la tasa de desempleo y de la cobertura del sistema de seguridad
social o estado de bienestar. Además, el aporte de los inmigrantes
292
TOMO I

a las finanzas públicas dependerá de su desempeño en el mercado


laboral del país receptor, el cual está estrechamente vinculado
con su nivel de calificación en comparación con el resto de los
trabajadores nacionales.

Storesletten (2000) calibra un modelo de equilibrio general


de generaciones sobrelapadas para determinar el impacto de la
inmigración sobre las finanzas públicas de los Estados Unidos;
país que se caracteriza por un sector público relativamente
pequeño, una baja presión tributaria –comparada como la de
Europa–, un baja tasa de desempleo y un sistema de seguridad
social menos generoso que el de otros países europeos. Su
análisis le permite concluir que la inmigración puede mejorar las
finanzas públicas estadounidenses, siempre que se logre atraer
trabajadores jóvenes y con un elevado nivel de calificación. Una
conclusión similar es hallada por Bonin et al. (2000) para el caso
de Alemania, pues el desempeño de los inmigrantes es muy
parecido al de los trabajadores alemanes, lo cual se traduce en la
mejora del balance de las finanzas públicas.

Rele (2003) llega a conclusiones distintas en Holanda debido


a que los inmigrantes tienen un desempeño menor que los
trabajadores nacionales. En esa investigación el autor cuantifica
para el caso de Holanda que una familia compuesta de un
esposo y su esposa de 25 años, con características diferentes a las
holandesas, que tengan dos hijos menores a los 5 años producen
una contribución neta negativa a las finanzas públicas por un
monto de 230 mil euros. Además, cuantifica que para lograr
una contribución neta igual a cero –que no sea un costo para la
sociedad– esa pareja de inmigrantes debería tener características
parecidas al promedio de los holandeses. En ese estudio, los que
aportan más a las finanzas públicas son los considerados como
las personas de alta productividad e ingreso.

293
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Storesletten (2003) estima el impacto de la inmigración sobre


las finanzas públicas de Suecia y llega a conclusiones distintas a
las de su estudio para el caso estadounidense. En su análisis se
calcula las ganancias públicas netas de un inmigrante nuevo como
el valor descontado de los pagos de impuestos futuros menos las
transferencias y gasto público marginal, incluyendo el costo y
contribuciones de los hijos futuros. El modelo que elabora el autor
es de generaciones sobrelapadas –pero no de equilibrio general
computable– que permite un análisis dinámico de la política
fiscal, incluyendo las erogaciones del sistema de pensiones, las
transferencias públicas y las recaudaciones de impuestos. Los
resultados sugieren que el impacto de la inmigración dependerá
de la edad y del desempeño en el mercado laboral. En el caso
de los inmigrantes con edades comprendidas entre 20 y 30 años
la contribución neta es positiva en un monto equivalente a los
23,500 dólares por inmigrante; mientras que en el caso de los
inmigrantes con edades superiores a los 50 años la contribución
neta es negativa en un monto superior a los 176,250 dólares. El
autor estima que el inmigrante promedio le cuesta al gobierno la
suma de 20,500 dólares y señala que ese costo podría reducirse en
función del desempeño de los inmigrantes en el mercado laboral.
A mayor educación y participación laboral, mayor aporte le hará
a las finanzas públicas.

Leibfritz et al. (2003) presenta un resumen de los estudios


empíricos de los efectos fiscales de la inmigración aplicados a
los siguientes países: Australia, Alemania, Italia, Suecia, Estados
Unidos y Canadá. Se concluye que el impacto sobre el balance
de las finanzas gubernamentales se explica principalmente por
las características de los inmigrantes, el tipo de mercado laboral,
la estructura impositiva y el modelo de estado de bienestar que
impere en la nación receptora.

Recientemente, Alan Greenspan –el pasado presidente de la


294
TOMO I

Reserva Federal de los Estados Unidos– afirmó que un aumento


de la cantidad de inmigrantes –de altos ingresos– pudiera
ayudar a resolver la crisis inmobiliaria, pues elevaría la demanda
de residencias, espacios de oficina y comerciales, reduciendo
el exceso de oferta que existe actualmente en el mercado de
bienes raíces de norteamérica. Este es un ejemplo de cómo la
inmigración puede ayudar a resolver problemas en los países
receptores de esa población.

b. El caso dominicano
Los estudios realizados en la República Dominicana sobre la
inmigración haitiana, por lo general, no analizan el impacto de
esos flujos migratorios sobre las finanzas públicas. La mayoría de
los estudios describe el perfil sociodemográfico de los inmigrantes
haitianos; describe los determinantes de la inmigración; analiza la
discriminación existente en el mercado laboral en contra de los
haitianos; evalúa las relaciones históricas y actuales dominico-
haitianas; aborda los aspectos de violación de los derechos
humanos dentro la política migratoria; analiza la potencialidad de
un acuerdo de libre comercio; pero no se estudia –hasta donde
llega nuestro conocimiento de la literatura– detalladamente el
aporte de los inmigrantes a las recaudaciones gubernamentales y
no cuantifica cuántos recursos públicos absorben.

En el caso de la República Dominicana no se puede estimar el


impacto de la inmigración sobre las finanzas públicas mediante el
cálculo del valor presente de la diferencia entre el pago de impues-
tos y la demanda de servicios públicos por la ausencia de informa-
ción adecuada. Específicamente, se necesitaría información deta-
llada sobre los ingresos de los inmigrantes haitianos y su demanda
de servicios público a lo largo de su ciclo vital. Tampoco existe
información precisa que permita aplicar el enfoque estático, pues
el aporte anual de los inmigrantes haitianos al fisco y la demanda
de servicios sociales es desconocido.
295
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En el presente estudio se tratará de salvar la ausencia de ese


tipo de información mediante la realización de una encuesta que
permita un acercamiento a definir cuál es el impacto de la inmi-
gración haitiana sobre las finanzas del gobierno dominicano.

i. Principales hipótesis
Hipótesis 1: Los haitianos tienen un ingreso menor al de los
trabajadores dominicanos durante el ciclo de vida. Esto significa
que los haitianos aportarán menos impuestos que los dominica-
nos durante su vida productiva.

Hipótesis 2: El trabajador haitiano demanda menos servicios


públicos que su contraparte dominicano.

Hipótesis 3: Los inmigrantes haitianos son demandantes netos


de los recursos del Estado Dominicano. La contribución al total
de ingresos tributarios es inferior a la absorción de recursos que
realizan a través de la demanda de servicios públicos.

ii. Entorno legal del acceso de los inmigrantes haitianos


a los servicios públicos y sus obligaciones tributarias
El Código Tributario de la República Dominicana, Ley No.
11-92 del 16 de mayo de 1992 (el “Código Tributario”) reco-
noce en el Artículo 10 como “obligados del cumplimiento de
la obligación tributaria” a todos los contribuyentes respecto de
los cuales se verifique el hecho generador (de la obligación), sin
hacer distinción de origen o ascendencia.

La Ley No. 136-03, que crea el Código para el Sistema de Pro-


tección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Ado-
lescentes (el “Código del Menor”), al consagrar sus Principios
Generales, dispone en el Principio I que el objeto del Código
es “garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes que se en-
cuentren en el territorio nacional el ejercicio y disfrute pleno y
296
TOMO I

efectivo de sus derechos fundamentales”. El Principio IV, a su


vez, establece que las disposiciones del Código “se aplican por
igual a todos los niños, niñas y adolescentes, sin discriminación
alguna (…)”.

La Ley No.87-01 del 9 de mayo de 2001, que crea el Sistema de


Seguridad Social (la “Ley de Seguridad Social”) , dispone en el Ar-
tículo 3 que el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS)
se regirá por, entre otros, los principios de “Universalidad: El
SDSS deberá proteger a todos los dominicanos y a los residentes
en el país, sin discriminación por razón de salud, sexo, condición
social, política o económica” e “Integralidad: Todas las personas,
sin distinción, tendrán derecho a una protección suficiente que
les garantice el disfrute de la vida y el ejercicio adecuado de sus
facultades y de su capacidad productiva”. En el Artículo 5 de la
Ley de Seguridad Social limita como Beneficiarios del sistema a
“todos los ciudadanos dominicanos y los residentes legales en el
territorio nacional”.

EL Artículo 1 de la Ley No. 66-97 General de Educación del


4 de febrero del 1997 (la “Ley General de Educación”), garan-
tiza el derecho de todos los habitantes del país a la educación.
El Artículo 4 de la Ley General de Educación establece que la
educación dominicana se fundamenta, entre otros, en el prin-
cipio de no discriminación: “La educación es un derecho per-
manente e irrenunciable del ser humano. Para hacer efectivo
su cumplimiento, cada persona tiene derecho a una educación
integral que le permita el desarrollo de su propia individualidad
y la realización de una actividad socialmente útil, adecuada a su
vocación y dentro de las exigencias del interés nacional o local,
sin ningún tipo de discriminación por razón de raza, de sexo,
de credo, de posición económica y social o de cualquier otra
naturaleza”.

297
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

La referida Ley General de Educación establece en el Artícu-


lo 7 que: “compete al Estado ofrecer educación gratuita en los
niveles inicial, básico y medio a todos los habitantes del país”.
Asimismo en el Artículo 9 atribuye como obligación del Esta-
do garantizar una educación gratuita que permita que toda la
población tenga igual posibilidad de acceso a todos los niveles y
modalidades de la educación pública.

El Artículo 1 de la Ley de Inmigración No. 95 del 14 de abril


de 1939, dispone que: “El territorio de la República está abierto
a la entrada de extranjeros de buena conducta y de buena salud,
bajo las condiciones y restricciones impuestas por las leyes”.

Por su parte, la Ley General de Salud No. 42-01 del 8 de marzo


de 2001 (la “Ley General de Salud”), cita en su Artículo 3 que:
“Todos los dominicanos y dominicanas y las y los ciudadanos
extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio
nacional, son titulares del derecho a la promoción de la salud,
prevención de las enfermedades y a la protección, recuperación
y rehabilitación de su salud, sin discriminación alguna. Los ex-
tranjeros no residentes en la República Dominicana tendrán
garantizado el derecho en la forma que las leyes, los convenios
internacionales, acuerdos bilaterales y otras disposiciones legales
lo establezcan.”

Además, el Artículo 11 de la referida Ley General de Salud, que


enuncia los principios y objetivos por los que se regirá el Sistema
Nacional de Salud, consagra la Universalidad de la norma, en
tanto que: “El Estado reconoce a los residentes en el territorio
nacional el derecho de que todas las personas dispongan de
servicios de salud, a la promoción de la salud, prevención de la
enfermedad y a la protección, recuperación y rehabilitación de
su salud”. Asimismo, el Artículo 28 establece que: “Todas las
personas tienen los siguientes derechos en relación a la salud:
298
TOMO I

a) Al respeto a su personalidad, dignidad humana e intimidad,


y a no ser discriminada por razones de etnia, edad, religión,
condición social, política, sexo, estado legal, situación económica,
limitaciones físicas, intelectuales, sensoriales o cualquier otra
(…)”.

La Convención Americana Sobre Derechos Humanos de la


Organización de los Estados Americanos, establece en el Artí-
culo 1 la Obligación de los Estados de Respetar los Derechos:
“Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a res-
petar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garan-
tizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a
su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, na-
cimiento o cualquier otra condición social”. También conocida
como Pacto de San José, la Convención consagra un aproximado
de dos docenas de categorías amplias de derechos civiles y polí-
ticos, considerados esenciales. Entre ellos, los derechos a la vida,
a la integridad personal, al reconocimiento de la personalidad
jurídica, a la libertad personal, a indemnización, a la nacionalidad,
a la propiedad privada. También consagra los principios de lega-
lidad y retroactividad, así como las libertades de asociación, de
pensamiento y expresión, de conciencia y religión. La República
Dominicana firmó este instrumento el 9 de julio de 1977, entran-
do el mismo en vigencia el 18 de julio de 1978.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos adop-


tado en el seno de la Organización de las Naciones Unidas, esta-
blece en su Artículo 2 que: “Cada uno de los Estados Partes en
el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos
los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos
a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opi-
299
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

nión política o de otra índole, origen nacional o social, posición


económica, nacimiento o cualquier otra condición social”. Este
tratado protege, entre otros, los derechos a la vida, a la libertad y
la seguridad, los derechos del niño a una protección específica, al
nombre y a la nacionalidad, establece garantías en la expulsión de
extranjeros, proclama la igualdad ante la ley y la prohibición de la
discriminación. La República Dominicana firmó este tratado el 4
de enero de 1978.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales


y Culturales (ONU) contempla en el Articulo 2.2, lo siguiente:
“Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a ga-
rantizar el ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o so-
cial, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social”. Este acuerdo salvaguarda prerrogativas colectivas, tales
como los derechos a trabajar y la libre elección de empleo, a con-
diciones de trabajo equitativas y satisfactorias, derecho a la segu-
ridad social, a la salud y a la educación. La República Dominicana
firmó este tratado el 4 de enero de 1978.

iii. Metodología de evaluación de hipótesis

1. Encuesta
Se aplicó una encuesta a los trabajadores dominicanos y hai-
tianos para determinar el uso de los servicios sociales y su aporte
a las finanzas públicas mediante el pago de impuestos. En total
se encuestaron 126 trabajadores dominicanos y 335 trabajadores
haitianos, quienes respondieron sobre el uso de los servicios de
salud, educación, así como las boticas populares y los comedores
económicos. También se abordó el tema de su cumplimiento del
pago de impuestos directos.

300
TOMO I

Adicionalmente, se llevó a cabo un levantamiento de informa-


ción a modo informal en los comedores económicos, las boticas
populares, los colegios y hospitales públicos para evaluar el uso
de esto recursos por parte del inmigrante haitiano. Los levanta-
mientos fueron realizados en el Distrito Nacional y la Provincia de
Santo Domingo. Se entrevistaron 10 boticas, 15 comedores eco-
nómicos, 29 escuelas públicas y 16 hospitales públicos.

2. Modelos econométricos
Se elaboraron modelos probit de determinación de la probabi-
lidad de usar algunos de los servicios públicos. Específicamente
se cuantificó la probabilidad de usar los servicios que brindan las
boticas populares o farmacias del pueblo. Ese modelo permitió
cuantificar la probabilidad de adquirir medicamentos en esos es-
tablecimientos en función de los ingresos de los trabajadores y
del género.

iv. Resultados
1. Uso de servicios y programas públicos
a. Educación
Los haitianos tienden a usar el sistema educativo público. El
67% de los hijos de los trabajadores haitianos asiste a escuelas
públicas. De las 29 escuelas públicas entrevistadas, el 73.3% de
estas confirma la presencia de estudiantes haitianos dentro de
su cuerpo estudiantil. La cantidad promedio de estudiantes hai-
tianos como proporción de la cantidad total de estudiantes ma-
triculados es relativamente baja, con un mínimo de 1 de 832 y
un máximo de 10 de un total de 300. De cada 100 estudiantes
haitianos que intentan ingresar a la escuela, en promedio solo
4 son admitidos. La principal razón de esta baja proporción es
la no posesión de acta de nacimiento. El 86.4% de las escuelas

301
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

declara estar de acuerdo (40.9%) y muy de acuerdo (45.5%) con


la afirmación de que la matriculación de estudiantes haitianos ha
crecido a través del tiempo.

Los inmigrantes haitianos demandan servicios de educación


primaria para sus hijos, pero su participación en educación uni-
versitaria es relativamente baja. Según la Secretaría de Estado de
Educación Superior, Ciencia y Tecnología en el año 2005 había
1,915 estudiantes haitianos en las universidades del país, repre-
sentando un 0.6% de la matrícula total de dominicanos. Cabe
resaltar que esa participación es considerablemente menor que
el 6% estimado que representa la población haitiana que resi-
de en la República Dominicana. Esto revela que los haitianos
están subrepresentados en las universidades dominicanas. En
D’Oleo(2008) se afirma que hacia mediados del año 2008, el nú-
mero de haitianos estudiando en las universidades dominicanas
había ascendido a 3,786 personas.

b. Salud
Cuando se comparan con los haitianos, los trabajadores do-
minicanos tienden a ir en una mayor proporción al médico. El
38.9% de los dominicanos entrevistados afirmó haber ido al mé-
dico el mes pasado, mientras que sólo el 29.3% de los haitianos
señaló que lo había hecho.

Los dominicanos utilizan más los hospitales públicos que los


haitianos. El 60.8% de los dominicanos afirma que cuando se en-
ferma recibe atención médica en los hospitales públicos, mientras
que solo el 52.9% de los haitianos acude a esos centros. La dife-
rencia se explica por el hecho de que los trabajadores haitianos
y sus familiares asisten menos a los centros de atención cuando
se enferman. De hecho, casi 3 de cada 10 trabajadores haitianos
302
TOMO I

declaran que no reciben atención médica cuando ellos o algún fa-


miliar se enferma. Esto contrasta considerablemente con el caso
de los trabajadores dominicanos, pues solo el 2.4% afirma que
no va al médico cuando ellos o algún familiar se enferman.

Cabe resaltar que más del 80% de los hospitales públicos vi-
sitados confirma haber atendido pacientes haitianos. La propor-
ción de pacientes haitianos (en este caso haitianas) atendidos es
más acentuada en el área de maternidad, donde de cada 100 pa-
cientes 24 son haitianas. Para las áreas de pediatría y emergencia,
aunque la proporción es menor, sigue siendo significativa, pues
en ambas áreas se atienden 21 haitianos en promedio por cada
100 pacientes recibidos en total.

El porcentaje de trabajadores dominicanos que posee seguro


familiar de salud es superior al de los trabajadores haitianos. El
36.5% de los trabajadores dominicanos posee seguro familiar,
mientras que sólo el 13.1% de los trabajadores haitianos declara
que lo tiene. Ese resultado contrasta con las afirmaciones del
55.3% de los empleadores quienes señalan que pagan por todos
sus empleados haitianos el seguro familiar de salud y del 12.8%
que afirma que paga seguro familiar de salud por algunos de sus
empleados. Ese resultado es consistente con las afirmaciones ob-
tenidas de los entrevistados en los hospitales públicos, quienes
declaran que más del 80% de los pacientes haitianos recibidos
y atendidos en sus establecimientos no posee seguro de ningún
tipo. Esto sugiere un sesgo de parte de los empleadores con el
objetivo de hacer creer que les facilitan un seguro de salud a sus
trabajadores haitianos, a pesar de que declaran que la mayoría de
los trabajadores haitianos asisten a los hospitales públicos cuan-
do se accidentan.

303
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

c. Comedores económicos
El porcentaje de trabajadores que visita los comedores eco-
nómicos es relativamente bajo. A pesar de que el porcentaje de
haitianos (8.4%) que asiste a los comedores económicos es lige-
ramente superior al de sus pares dominicanos (7.9%), la diferen-
cia no es estadísticamente significativa. Esa baja presencia puede
deberse al hecho de que los trabajadores comen en sus centros
de trabajo (e.g., en la obra de construcción).

Todos los comedores económicos visitados declaran que in-


migrantes haitianos consumen de la alimentación servida. En
promedio, de cada 100 consumidores del establecimiento, 22 son
haitianos, con un mínimo de 10 y un máximo de 35. La presencia
de niños haitianos en los comedores económicos también es no-
table. El 33.5% de los encargados de los comedores afirma que
se observa la presencia de una cantidad importante de niños hai-
tianos, mientras que el 40% dice que son pocos los que se obser-
van y el restante 26.7% dice que ninguno. Esto pone en evidencia
el uso de recursos del Estado Dominicano de las generaciones
completas de haitianos dentro del territorio nacional.

d. Farmacias del pueblo


El trabajador haitiano tiene una menor propensión que los
dominicanos a comprar medicamentos en las boticas populares
o farmacias del pueblo. Mientras el 70.6% de los trabajadores
dominicanos declaró que compra medicamentos en las farmacias
de Promese, solo lo hace el 41.2% de los trabajadores haitianos.

Se estimó un modelo probit para determinar la probabilidad de


que un trabajador compre en una botica popular en función de
su nacionalidad y nivel de ingresos. La variable ingreso se utilizó
en forma logarítmica y la nacionalidad es una variable dicotómica

304
TOMO I

que toma valor de 0 para los dominicanos y de 1 para los haitia-


nos. A pesar de que la bondad de ajuste revela que existen otros
determinantes que explican la variable dependiente, lo interesante
es notar que tanto la nacionalidad como el nivel de ingresos influ-
yen significativamente sobre la probabilidad de adquirir medica-
mentos en las boticas populares. El resultado confirma que, dado
el nivel de ingresos, el trabajador haitiano tiene una probabilidad
menor que la de los dominicanos de adquirir medicamentos en
ese tipo de establecimiento. Además, se verifica que las personas
de menores ingresos son las que tienen una mayor probabilidad
de adquirir sus medicamentos en las farmacias del pueblo.

En la figura 6 se muestra cómo evoluciona la probabilidad de


adquirir medicamentos en las boticas populares o farmacias del
pueblo en función del nivel de ingresos tanto para los trabajado-
res dominicanos como para los haitianos. Un trabajador domi-
nicano con un nivel de ingresos mensuales de 3,106 pesos tiene
una probabilidad de un 82% de comprar en una botica popular,
mientras que el empleado haitiano con ese mismo nivel de salario
tiene una probabilidad de un 48.1% de usar esos servicios.

FIGURA 6

305
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

La encuesta revela que de los trabajadores que compran en


las boticas populares, los dominicanos compran de forma más
periódica. El 31.5% de los trabajadores dominicanos afirma que
compra semanal, quincenal o mensual. De forma comparable
solo el 21.7% de los trabajadores haitianos afirma que adquie-
re medicamentos en las boticas populares con esa periodicidad.
Las entrevistas a los encargados de boticas populares revelaron
que el 80% afirma que inmigrantes haitianos visitan el estableci-
miento para la compra de medicamentos. De cada 100 personas
que visitan, en promedio 23 son de nacionalidad haitiana, con un
mínimo de 5 y un máximo de 40.

e. Tarjeta de solidaridad
Los trabajadores dominicanos tienen una mayor representa-
ción en la distribución de la tarjeta de solidaridad. De cada 100
trabajadores dominicanos encuestados alrededor de 19 poseen la
tarjeta de solidaridad, mientras que solo 2 de cada 100 trabaja-
dores haitianos la tienen. Lo extraño es que el 87.5% de los hai-
tianos que la posee no tiene cédula de identificación de extranje-
ros. Esto sugiere que existe algún mecanismo mediante el cual se
puede obtener la tarjeta de solidaridad sin que sea necesario tener
ese tipo de documento oficial.

2. Aportes a los ingresos tributarios y a la seguridad


social
El Estado recauda el 79% de sus ingresos totales a través del
cobro de impuestos. Las principales figuras tributaria son Itbis
(54.3%), Impuesto sobre la Renta (23.4%) e Impuestos sobre el
Comercio Exterior (9.9%).

a. Impuesto sobre la renta


Alrededor de la mitad de los trabajadores, tanto haitianos como
dominicanos, afirma que del salario que le pagan le descuentan
impuestos. En ese contexto, el 59.6% de los dominicanos señala
306
TOMO I

que de su salario le descuentan impuestos y el 48.9% de la hai-


tianos también afirma algo similar. Esto es sorprendente debido
a que el nivel de ingreso exento del pago del Impuesto sobre la
Renta es de 26,334.75 pesos, el cual es superior al promedio del
ingreso mensual del trabajador dominicano (15,732 pesos) y al
del trabajador haitiano (8,506 pesos). De esto se desprende que
ese descuento no es por concepto de impuesto sobre la renta.
Por otra parte, es preciso señalar que los dominicanos obtienen
un mayor nivel de ingreso durante su ciclo vital, por lo cual es de
esperar que también paguen una mayor cantidad de impuestos
durante ese ciclo.

Los inmigrantes haitianos ejercen una influencia indirecta sobre


el impuesto sobre la renta. El aumento de la rentabilidad del capital
provocado por la inmigración haitiana incrementa las recaudacio-
nes por concepto de impuesto sobre la renta de las empresas. El
efecto real dependerá de la capacidad de las autoridades de incluir
ese aumento del valor agregado en la base imponible del impuesto
sobre la renta y gravarla con la tasa de un 25%. Esto significa que
los inmigrantes haitianos reducen el salario de los trabajadores do-
minicanos que no pagan impuesto sobre la renta –porque está por
debajo del mínimo exento– y eleva la remuneración del capital que
sí paga impuestos, por lo que el impacto sobre el impuesto sobre
la renta del uso de la mano de obra haitiana es positivo.

b. ITBIS
El Impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados
y Servicios deja exento a la mayoría de los artículos de primera
necesidad. Dado el nivel de ingresos promedio de los trabajadores
entrevistados, se puede afirmar que estos pertenecen al 30% más
pobre de la población, por lo cual su estructura de consumo está
sesgada hacia bienes básicos que no están gravados por el ITBIS.
Esto significa que los trabajadores haitianos –que en promedio
307
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

tienen un ingreso que representa un 54% del ingreso de su


contraparte dominicana– pagan un monto muy bajo de ITBIS.

Al igual que sucede con el impuesto sobre la renta, la


inmigración tendrá un impacto indirecto sobre las recaudaciones
de ITBIS. En la primera parte de este estudio se demuestra que la
inmigración haitiana crea un excedente que implica un aumento
del valor agregado nacional o PIB. Ese aumento general del
valor agregado eleva el ingreso disponible de la población y, en
consecuencia, se traduce en un aumento del consumo de bienes
y servicios, tanto de los que están gravados por el ITBIS como de
los no gravados. Esto significa que los flujos migratorios al elevar
el PIB también incrementan las recaudaciones de ese impuesto.

c. Selectivos al consumo
Los trabajadores haitianos pagan el impuesto selectivo al
consumo de bebidas alcohólicas y tabaco. La participación de
ese tipo de productos en el consumo es relativamente baja, pues
la mayor parte del gasto se concentra en alimentos. En adición,
los trabajadores haitianos pagan impuestos selectivos cuando
utilizan los servicios de telecomunicaciones al realizar llamadas
de larga distancia a sus familias en Haití.

d. Tesorería de la seguridad social


La mayoría de los empleadores afirma que pagan por todos o
algunos de sus empleados haitianos un seguro de salud. Dado que
el 48.9% de los trabajadores haitianos encuestados afirma que le
descuentan impuestos de su ingreso es muy probable que ese
descuento corresponda al aporte que debe realizar el empleado
a la seguridad social. Los empleados tienen la obligación de pagar
por concepto de pensiones el 2.7% de su salario y un 3% por
concepto de seguro de salud.
308
TOMO I

3. Balance neto
De acuerdo a los resultados observados por el lado del uso de
los recursos públicos, cabe resaltar algunos aspectos: primero,
los inmigrantes haitianos son demandantes netos de recursos del
Estado Dominicano, ya que pagan muy pocos impuestos y son
demandantes de algunos servicios públicos (preponderantemente
de salud); segundo, este aspecto aparenta ser más significativo
dentro del sector salud; tercero, en términos relativos el
trabajador dominicano –de ingresos similares al haitiano– es
un demandante neto mayor que el haitiano porque el pago de
impuestos es muy bajo, pero demanda más bienes y servicios
públicos que los haitianos. El inmigrante haitiano se encuentra
entre los trabajadores con niveles salariales inferiores relativo a
los promedios existentes, lo que significa que, aquellos haitianos
que sí contribuyen a través de las retenciones no constituyen un
monto importante de la totalidad de las recaudaciones.

V. POLÍTICAS PÚBLICAS PARA MEJORAR EL APORTE


DE LA INMIGRACIÓN HAITIANA AL DESARROLLO NACIONAL

La presión en contra de la inmigración será mayor en la me-


dida en que aumenten los programas de transferencias sociales.
La clase alta y media, que pagan la mayor parte de los impuestos
utilizados para financiar los programas sociales, comenzarán a
sentir que los impuestos que pagan no deben beneficiar a los
inmigrantes haitianos que no aportan al sistema tributario. Ante
esa situación los miembros de la clase alta y media se opondrán
a cualquier incremento adicional de impuestos y exigirán una re-
forma tributaria que reduzca las tasas impositivas que le afectan.
El efecto negativo sobre los pobres dominicanos será negativo,
pues no sólo se perjudicarán por la reducción de los salarios pro-
medios que provoca la inmigración haitiana, sino que además se

309
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

perjudicarán por la disminución –o estancamiento– de los pro-


gramas sociales.

¿Cuál tipo de inmigrante haitiano le conviene al país?


Conviene promover la entrada de inmigrantes haitianos con
edades comprendidas entre 20 y 30 años y con un elevado nivel
de calificación. La restricción es que la mayor parte de la pobla-
ción haitiana, en particular la dispuesta a emigrar hacia territorio
dominicano, posee un bajo nivel de calificación. Esto significa
que la mayor cantidad de inmigrantes que llegará en los próxi-
mos años será conformada por el haitiano con escaso nivel de
instrucción, lo cual seguirá deprimiendo el salario de los domi-
nicanos con baja calificación y elevando el retorno del capital. A
la República Dominicana le convendría que se mejore el nivel de
inversión en educación pública en la República de Haití, pues de
esa manera se lograría que los flujos migratorios que lleguen al
país sean capaces de obtener mayores ingresos y elevar su aporte
a las finanzas públicas. Por ese motivo es indispensable proponer
a nivel internacional medidas que faciliten recursos hacia Haití
que sean usados adecuadamente para mejorar –al igual que debe
hacerse en la nación dominicana– el nivel de educación. Con re-
lación a los inmigrantes menos educados sería conveniente diri-
girlos hacia las actividades productivas nacionales que registren
una escasez relativa de oferta laboral.

¿Cómo debe modificarse el sistema tributario?


La existencia de un sistema tributario con elevadas tasas mar-
ginales desincentiva la entrada de inmigrantes de alta calificación.
El Código Tributario establece una tasa de impuesto sobre la
renta de un 25%, la cual es en términos efectivos –al tomar en
consideración el aporte que le realiza el Estado a la clase media
y alta– mucho más elevada que la existente en otros países con

310
TOMO I

programas sociales que llegan a las personas de mayores ingre-


sos. En la República Dominicana la calidad de los servicios de
educación y salud son tan deficientes que los miembros de me-
dianos y altos ingresos tienen que adquirir esos servicios en el
sector privado. Esto significa que el sistema tributario incentiva
la entrada de inmigrantes de baja calificación, quienes obtendrán
bajos ingresos y pagarán pocos impuestos. Mientras que son esos
inmigrantes quienes –aun cuando sea en menor proporción que
los nacionales– demandarán los deficientes servicios públicos,
convirtiéndose en una carga para las finanzas gubernamentales.
Por ese motivo es indispensable modificar el sistema tributario
con el objetivo de establecer tasas más bajas, en particular la tasa
del impuesto sobre la renta. Esto estimularía la entrada de inmi-
grantes con mayor nivel de educación y capacidad de generación
de ingresos, quienes se convertirán en contribuyentes netos a fa-
vor del Estado Dominicano.

¿Cómo se puede elevar el desempeño de los haitianos en el mercado laboral?


Los inmigrantes haitianos se insertan relativamente rápido en
el mercado laboral, pero lo hacen en condiciones que muchas
veces no está en consonancia con las leyes del país. Esa ilegali-
dad es un elemento que influye negativamente sobre el nivel de
los ingresos que podrían obtener los inmigrantes dado su nivel
de calificación y experiencia laboral. La discriminación laboral es
una muestra de las distorsiones que existen en el mercado laboral
dominicano y que perjudican a los inmigrantes haitianos, quienes
obtienen una remuneración considerablemente inferior a la de
sus contrapartes dominicanos. La eliminación de esas distorsio-
nes permitiría a los haitianos obtener salarios más altos y, en con-
secuencia, podrían aportar más –eventualmente– a las finanzas
públicas y al valor agregado nacional.

311
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

¿Cuáles medidas se deben adoptar para la legalización de la presencia hai-


tiana con el objetivo de elevar su contribución a las finanzas públicas?
Si el nivel de ingresos de los trabajadores ilegales fuera relati-
vamente alto se podría aplicar una política de legalización masiva,
pues elevaría el pago de impuestos. Pero dado que el nivel pro-
medio de los ingresos de los inmigrantes haitianos es considera-
blemente inferior al nivel de ingreso exento por el impuesto so-
bre la renta es poco probable que la legalización de los haitianos
eleven las recaudaciones gubernamentales. Además, cabe resaltar
que la política de la legalización de los haitianos elevará conside-
rablemente la demanda de servicios de educación pública –los
servicios de servicios de salud se brindan aun cando sean ilega-
les–, ya que en la actualidad muchos niños y niñas descendientes
de inmigrantes ilegales no pueden asistir a la escuela por falta
de documentos. No obstante, cabe resaltar que si esa población
de inmigrantes no recibe ningún tipo de instrucción se estaría
limitando su potencial de obtener ingresos y pagar impuestos
en el futuro, además de que se estaría acentuando el problema
de la mendicidad de los inmigrantes haitianos que se observa
en las calles de los principales centros urbanos de la República
Dominicana.

¿Cómo reaccionará la inmigración haitiana al nuevo sistema de pensiones


basado en la capitalización individual?
El sistema de seguridad social en la República Dominicana
tiene un sistema de pensiones de capitalización individual que
otorga pensiones al trabajador en función del aporte que ha rea-
lizado a su cuenta de ahorro personal. Ese modelo es totalmente
diferente al sistema de reparto en el cual las pensiones del an-
ciano actual se financian con los recursos que aportan los tra-
bajadores activos. La legalización de la mano de obra haitiana
elevaría los aportes al sistema de pensiones, pero esos recursos
no se usarían para pagar los salarios a los pensionados, sino que

312
TOMO I

irían a las cuentas individuales. Dado que los haitianos que salen
del país –antes de jubilarse– no se pueden llevar esos ahorros, el
sistema de pensiones de capitalización individual les incentivará
a quedarse en la República Dominicana si legalizan su estadía.
Esto modificará el comportamiento actual de los haitianos quie-
nes trabajan temporalmente en el país y luego regresan a Haití
y posteriormente regresan al mercado laboral dominicano. La
aprobación de una modificación de la ley de seguridad social que
permita que los haitianos puedan sacar su dinero de la cuenta de
capitalización individual antes de la fecha de retiro podría ser la
solución para que regresen a su país sin perder sus ahorros, pero
se crearía un problema cuando esos haitianos –ya con edad ma-
dura– deseen regresar al territorio dominicano sin dinero y sin
capacidad de trabajar y comiencen a ser únicamente receptores
de servicios sociales. El efecto inmediato sería un deterioro de las
finanzas públicas.

CONCLUSIONES
La presente investigación representa un acercamiento de cuál
es el impacto de la inmigración haitiana sobre el mercado laboral
y las finanzas públicas en la República Dominicana.

Se ha demostrado que la mano de obra haitiana es un eslabón


competitivo de la cadena productiva de algunas actividades eco-
nómicas nacionales, por lo cual en esos casos la mano de obra
haitiana es complementaria al capital y a la mano de obra califi-
cada de la República Dominicana. Los empleadores contratan
mano de obra haitiana porque eleva la rentabilidad de sus opera-
ciones de construcción o comerciales. Se cuantificó econométri-
camente la reacción del retorno del capital invertido como una
función de la inmigración, demostrándose que el beneficio de los
negocios se incrementa al usar la oferta laboral inmigrante.

313
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

La mano de obra haitiana –formal e informal– es sustituta de


la mano de obra dominicana de menor nivel de calificación. Se
cuantificó la elasticidad de complementariedad y se determinó
que la mano de obra inmigrante desplaza a la mano de obra na-
cional. Se estimó que la elasticidad precio de la mano de obra es
igual a -0.37, lo cual cae dentro de los estándares internacionales.
Esto significa que dado un incremento de un 10% en la pobla-
ción –producto de la inmigración– el salario promedio de los
trabajadores dominicanos se reducirá en un 3.7%. Esto significa
que la inmigración haitiana eleva el grado de desigualdad de in-
gresos en la República Dominicana; es decir, aumenta la remu-
neración del capital y de la mano de obra calificada y reduce los
ingresos laborales de los trabajadores menos calificados.

El mercado laboral dominicano tiende a discriminar en contra


del trabajador haitiano, de manera que el ingreso de dos perso-
nas de igual nivel de educación será diferente en función de si
es dominicana o haitiana. Las ecuaciones de Mincer estimadas
econométricamente demostraron que en la República Dominica-
na existe discriminación laboral en contra de los haitianos. Una
persona con el mismo nivel de educación y experiencia recibe un
menor pago si es haitiano.

Por el lado del impacto sobre las finanzas públicas, se concluye


que los haitianos tienen un ingreso menor al de los trabajadores
dominicanos durante el ciclo de vida. Esto significa que los hai-
tianos aportarán menos impuestos que los dominicanos durante
su vida productiva. Asimismo, se observa que el trabajador hai-
tiano demanda menos servicios públicos que su contraparte do-
minicano. Los inmigrantes haitianos son demandantes netos de
los recursos del Estado Dominicano, especialmente en el área de
salud. La contribución al total de ingresos tributarios es inferior
a la absorción de recursos que realizan a través de la demanda de
servicios públicos.
314
TOMO I

La principal limitación del presente estudio es la falta de datos


que permitan la aplicación de modelos más detallados para de-
mostrar, con mayor exactitud, el efecto de la inmigración haitia-
na sobre la economía dominicana. Ese problema se resolvería si
las autoridades decidieran aplicar periódicamente encuestas que
permitan obtener información detallada del comportamiento
económico y social de los inmigrantes haitianos. Con esa infor-
mación se podría cuantificar el impacto preciso de la inmigración
sobre las finanzas públicas. Asimismo, permitiría cuantificar en
todos los sectores productivos y todo el país la elasticidad de sus-
titución de la mano de obra haitiana y la dominicana, así como
el impacto de la inmigración sobre el nivel de ingreso promedio
sectorial de los dominicanos.

315
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324
PUCMM / PARETO

LAS REMESAS Y POBREZA DESDE


UNA PERSPECTIVA DE LAS REGIONES
Y LOS HOGARES

Investigadores:
JOEL ARBOLEDA
RAMONINA BREA

325
326
Introducción

Una consideración del presente trabajo es que la migración y


la posterior inserción laboral no se producen por azar, sino que
se relacionan de manera estrecha con diversas características so-
cioculturales y económicas del entorno del que parte el migrante,
así como aspectos familiares y personales. El mercado de destino
se encuentra estrechamente relacionado con las redes sociales del
migrante y su familia, así como con otros aspectos relativos a las
comunidades. Esto último es puesto de relieve por Barrón (2006)
al estudiar las variaciones en los patrones de envío de remesas
en función de su inserción en los mercados del Canadá, Murcia
y Baja California.

En el mismo sentido, al discutir sobre los planteamientos


neoclásicos, Urciaga (2006) indica que la migración es un proce-
so selectivo en el que las características individuales del migrante
serán determinantes de su inserción en el mercado laboral que
lo recibe.

En un tenor similar, en primer lugar, el presente estudio ar-


gumenta que, dado que las regiones poseen características so-
cioeconómicas distintas, se esperaría que sus migrantes también
posean probabilidades diferentes de incorporarse a los mercados
de otros países, al aportar determinadas cantidades de remesas
cuyos posibles impactos serán condicionados por las mismas
327
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

características socioeconómicas que contribuyeron a la produc-


ción de un tipo de migrante y no de otro. Estas características o
condiciones regionales podrían contribuir a variaciones impor-
tantes en los impactos de las remesas recibidas por los hogares.
En especial, el estudio se pregunta sobre la manera en que los
impactos de las remesas varían ante condiciones socioeconómi-
cas distintas a lo interno del país considerado en sus grandes
divisiones administrativas.

No todas las características socioeconómicas de los hogares


se relacionan necesariamente con las condiciones regionales y,
sobre todo en situaciones de elevada desigualdad social, es im-
portante prestar atención tanto a aspectos nacionales como a los
de otra índole.

Por lo cual, consideramos de lugar el análisis de las relaciones


entre los tipos de hogar o arreglos residenciales receptores y los
impactos de las remesas en los mismos. Fundamentalmente, se
pretende mostrar que en el país las remesas se encuentran vincu-
ladas a arreglos residenciales y familiares y, además se desarrolla
la interrogante de si las remesas conducen a estrategias de parti-
cipación económica para la mejoría de las condiciones de vida o,
por el contrario, solamente impactan en los aspectos dinerarios.

328
Metodología

El diseño metodológico consistió en un análisis inicial de las


características comunes de las regiones administrativas1 del país,
para agruparlas según patrones comunes. Esto conllevó la for-
mación de cuatro grupos regionales que fueron posteriormente
analizados por medio de fuentes estadísticas disponibles.

El análisis de las fuentes consistió principalmente en el proce-


samiento de encuestas y censos, entre los que se citan el Censo
de Población y Vivienda 2002, las Encuestas de Fuerza de Traba-
jo del Banco Central (2004 y 2007), las Encuestas Demográficas
y de Salud (2002 y 2008), la Encuesta de Condiciones de Vida
de 2004 y la Encuesta de Opinión Pública Latinoamericana de
2006.

Debido a la ausencia de fuentes particulares sobre migración o


remesas, la utilización de fuentes que no han sido estrictamente
diseñadas para el estudio de las remesas es recurrente en la litera-
tura, por lo cual existen diversos ejemplos (Kaztman, 1999; Sas-
sin y McKenzie, 2007; Canales, 2006) a seguir en el tratamiento
de problemas metodológicos específicos.

1. La referencia a regiones administrativas es relevante en el caso dominicano,


puesto que existen diversas regionalizaciones según se trate de la gestión del go-
bierno central, de la salud, la agricultura u otras áreas.

329
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

También se empleó la técnica de entrevista cualitativa para


complementar algunas de las falencias encontradas en las fuentes
estadísticas y profundizar en aspectos que surgieron a raíz del
análisis de las fuentes secundarias. Se realizaron treinta y cuatro
entrevistas en profundidad, las cuales fueron distribuidas entre
los diversos grupos regionales citados más arriba y diferentes
arreglos residenciales, de manera que fuera posible analizarlas de
manera comparativa, con la finalidad de verificar diferencias o
similitudes entre los distintos grupos regionales.

La selección de los hogares a entrevistar se realizó principal-


mente en función del género del jefe de hogar y pertenencia a la
zona de interés. El informante fue siempre el jefe o jefa del hogar
receptor y se definió la jefatura a partir del criterio de jure.

La entrevista se desarrolló en base a una guía de entrevista


acorde a los objetivos de la investigación y las características de
la población objeto de estudio. Es importante destacar que aun-
que las entrevistas en profundidad permiten esclarecer diversos
aspectos no contemplados en las fuentes cuantitativas, las mis-
mas, por su naturaleza cualitativa, no son generalizables a toda la
población.

Patrones de homogeneidad entre las regiones dominicanas:


una reagrupación de las regiones administrativas

Un asunto fundamental para nuestro estudio consiste en la


agrupación de zonas bajo la asunción de la existencia de correla-
ciones espaciales que determinan otras características comunes.
Se espera que esto genere zonas con condiciones socioeconómi-
cas similares.

Más allá de estas características particulares de ciertas zonas


frente a otras, se plantea una realidad nacional, una historia co-
mún que engloba a todo el país, lo que hace pensar en la posible
330
TOMO I

existencia de patrones comunes más allá de la sola correlación es-


pacial, es decir, es plausible que regiones aparentemente inconexas,
posean características comunes no observables de manera aislada.

En el sentido anterior, el estudio se refiere a patrones de ho-


mogeneidad entre las regiones del país, con lo cual referimos
el comportamiento seguido en conjuntos de características so-
cioeconómicas relevantes para el fenómeno estudiado. Con esta
finalidad aplicamos un análisis de homogeneidad con diversas
variables consideradas de importancia en función de los plantea-
mientos o resultados de la teoría o estudios anteriores. Una vez
analizadas las diversas variables se determinó el siguiente conjun-
to como las de mayor peso: 1) Porcentaje de hogares pobres (se
definió pobreza en función del método de línea de pobreza), 2)
Porcentaje de la población en el municipio cabecera; 3) Porcen-
taje de la población en zonas urbanas, y 4) Índice de feminidad
de migrantes.

Las regiones administrativas dominicanas son diez, y a partir


de este análisis fue posible crear cuatro grupos de regiones, lo que
equivale a decir cuatro patrones distintos. Estos grupos regiona-
les no necesariamente están formados por regiones colindantes.
La conformación de los mismos se muestra en el cuadro 1.

Veamos algunas de las características que definen cada patrón


de homogeneidad.

El grupo 1 posee elevados niveles de población urbana, con


una concentración importante en los municipios cabeceras de las
regiones que forman el grupo. En cambio, su índice de femini-
dad de la migración es reducido. Para el grupo 2 la pobreza es la
más elevada (57%) y su índice de feminidad es también el más
elevado (1.53), su población urbana es mayor a las regiones 3 y 4,
pero su población en municipio cabecera es la más baja, la polari-
dad con el grupo 1 proviene principalmente de las diferencias en
331
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

CUADRO 1. COMPOSICIÓN DE LOS GRUPOS REGIONALES

Grupo Grupo Grupo


de de Provincia de Región Provincia
regiones regiones regiones
Distrito Nacional San Pedro de Macorís
Metropolitana Santo Domingo Higuamo Monte Plata
El Seibo Hato Mayor
1 La Altagracia La Vega
Yuma La Romana Cibao Sur Sánchez Ramírez
Elías Piña 3 Monseñor Nouel
El Valle San Juan Cibao Espaillat
Norte Puerto Plata
2 Bahoruco Santiago
Barahona Azua
Enriquillo Independencia Peravia
Pedernales 4 Valdesia San Cristóbal
San José de Ocoa

los niveles de pobreza, feminidad de las migraciones y dispersión


/ concentración de la población urbana.

El grupo 3, presenta los menores niveles de pobreza, esto lo


hace más “próximo” al grupo 1 que al 2. En este mismo sentido,
su índice de feminidad es cercano al grupo 1, y su población en
municipio cabecera es el segundo más elevado. La diferencia con
el grupo 1 radica en su bajo porcentaje de población urbana, el
menor de todos. En comparación con el grupo 4, el grupo 3
presenta niveles de pobreza menor, pero su índice de feminidad
es ligeramente mayor.

El grupo 4 posee una considerable similitud en términos de su


población urbana y residente en el municipio cabecera con el gru-
po 2, pero se diferencia de éste en que su índice de feminidad es
el menor de todos. Los grupos 1 y 2 pueden considerarse polares,
mientras el 3 y 4 son intermedios y difieren en menor medida uno
del otro.

332
TOMO I

Los patrones anteriores, se muestran en el siguiente cuadro:

CUADRO 2. CARACTERIZACIÓN DE GRUPOS REGIONALES EN FUNCIÓN


DE VARIABLES DE CLASIFICACIÓN
Porcentaje
Grupos Hogares Índice de Porcentaje población en
de regiones pobres feminidad urbana municipio
migración cabec
1 29.22 1.09 75.01 72.67

2 57.36 1.53 56.13 44.08

3 37.55 1.07 53.57 60.27

4 45.18 1.03 55.48 45.91

Total 42.90 1.15 59.14 53.77


Coef. de 24.4 18.8 19.4 25.8
Variabilidad
Fuente: Elaboración propia a partir de EFT 2004

Estos grupos de regiones constituyen en lo adelante el centro


de la primera parte de nuestro análisis, por lo que en la primera
parte se hace continua referencia a los mismos.

3. Migración dominicana: destinos, regiones y


características de los migrantes

Hemos sostenido que estudios como el de Barrón (2006)


muestran que los mercados de destino de los migrantes varían
en función de características sociales, familiares y personales.
No obstante, el estudio citado analiza el caso mexicano, el cual
presenta importantes diferencias con el dominicano. En primer
lugar, en el caso mexicano la migración es principalmente rural,
mientras en el dominicano existe un mayor componente urbano.
Además, este último no revela las importantes diferencias raciales
existentes en México. Como veremos más adelante, los efectos
333
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de las remesas sobre la pobreza monetaria posee comportamien-


tos muy diferentes en ambos países.

En este marco es preciso preguntarse, si las consideraciones de


autores como Barrón pueden ser extendidas al caso dominicano.
A partir de los resultados de nuestro estudio consideramos que
la respuesta es afirmativa, lo que implica una generalización del
planteamiento sobre las relaciones entre mercado de destino, in-
serción laboral y condiciones de partida.

Esto se pone de manifiesto al analizar la población dominica-


na en diversos países, la cual presenta diferencias importantes en
materia de procedencia, educación y sectores de inserción labo-
ral, pero en general la población migrante se encuentra en edad
laboral y, por lo general, entre los 25 y los 40 años de edad.

CUADRO 3. CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN DOMINICANA


EN PAÍSES ESCOGIDOS

Variables Estados Unidos Puerto Rico Argentina España


Edad (media años) 29 años 28 años 24 años 36.9 años

Rango de edad pre-


dominante 25-40 años 27-40 años 21-30 años 29 a 40 años
10.9% educ. superior. 10 años educación superior estudios
Educación 38% no ha terminado promedio de 8.6% educ. superior.
la escuela educación 3% 44.4% básicos o sin
Sector de 30% servicios 34% comercio Prostitución y 76.5% Servicios
ocupación 25.7% manufactura 31% servicios servicios 56% servicios
10% construcción 11% manufact. domésticos domésticos
11% construcción 7.4% Construcción

Procedencia Santo Domingo Santo Domingo Santo Domingo Sur del país (Barahona,
predominante Norte Norte Sánchez Ramírez Neyba, Vicente Noble
Este San Juan de la Ma- y Tamayo) Santo Do-
guana mingo
Envío de remesas 71% 80% -- 98%

334
TOMO I

Con respecto a su nivel educativo, las colonias dominicanas


en Estados Unidos registran mayor proporción de profesionales
que en el resto de las zonas estudiadas, siendo la que ha migrado
hacia Argentina la de menor grado educativo. En todos los casos,
se observan elevados porcentajes de migrantes dominicanos que
no han concluido la escuela o sin educación alguna.

En términos generales, los migrantes dominicanos se insertan


en el mercado como trabajadores no cualificados. En los Estados
Unidos esta situación se registra en menor proporción, aunque
de todos modos es elevada. El sector de los servicios es predomi-
nante, aunque varía de forma considerable, debido a que en Es-
paña alcanza los tres cuartos, mientras en Puerto Rico y Estados
Unidos solo un tercio se dedica a este sector (véase cuadro 3).

Es importante destacar que, en términos de procedencia, San-


to Domingo aparece como “lugar de procedencia” de la mayoría
de los migrantes dominicanos, excepto para el caso de España,
donde predominan personas de la región Enriquillo. Así pues,
es posible afirmar la existencia de destinos migratorios regional-
mente diferenciados. Esto es fundamental de cara a los supues-
tos de la investigación resumida en el presente artículo.

4. Impactos regionales de las remesas

Los resultados del estudio revelan un doble efecto de las reme-


sas con relación a las regiones. Mientras, en ciertas características
las remesas presentan un efecto diferenciado entre las regiones, en
otras características su impacto se produce a nivel nacional. Esto
es de gran importancia, puesto que supone que el enfoque macro
de las remesas no puede ser anulado del todo, pero que es nece-
sario su complementariedad con aspectos microsociales como el
abordado en nuestro estudio. Lo propio es extendible en sentido
contrario, desde lo micro hacia lo macro, nuestros resultados po-
nen de manifiesto que no podemos prescindir de ambas visiones.
335
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En términos generales, los efectos de las remesas se observan


sobre la estructura del hogar, condiciones de vida, acceso al mer-
cado laboral, a servicios de educación y salud. En un nivel na-
cional, la presencia de hogares biparentales entre los receptores
de remesas es reducida, lo cual es razonable en virtud de que se
espera que la migración predominante sea de uno de los miem-
bros jefes. No obstante, las fuentes secundarias muestran que un
porcentaje importante (47%) de los hogares receptores dicen no
poseer miembros en el exterior, situación constatada por las entre-
vistas cualitativas. Entre estos hogares, que no poseen miembros
residentes fuera del país, predominan los nucleares biparentales,
mientras en el grupo restante se observa una fuerte presencia de
monoparentales, por tanto, ambas situaciones no son excluyentes.
Asimismo, las características de los jefes de hogar muestran pa-
trones diferenciados en ambos grupos de hogares, en general los
jefes de hogar receptores tienden a acceder menos al mercado la-
boral y poseen menos presencia de cónyuges, lo cual apunta hacia
la migración de uno de los padres o jefe de hogar. Según el cuadro
5 que aparece en la página posterior, muestra el comportamiento
de los impactos de las remesas en las variables seleccionadas.

El análisis revela que aunque estas diferencias más locales se


producen en dimensiones similares a las nacionales, las mismas
se refieren a variables distintas, así aunque se observan variacio-
nes en la estructura del hogar, en este caso las mismas implican
mayor presencia de hogares extendidos y complejos, lo mismo
que en materia educativa y de salud se refieren a la disponibilidad
de servicios privados. Estas diferencias requieren ser profundiza-
das, esto lo haremos en la siguiente sección.

Vivienda: predio de siembra de las remesas

La vivienda es un componente de primera importancia en los


hogares, la misma se encuentra ligada tanto a problemas de con-
diciones de vida como de status social de los miembros y, además,
336
TOMO I

CUADRO 5. ÁREAS DE IMPACTO DE LAS REMESAS


EN REPÚBLICA DOMINICANA

Remesas impactan en función Remesas impactan de forma


de condiciones sociales de las independiente a condiciones Remesas no surten efecto alguno
regiones regionales
Estructura del hogar Hogares biparentales - Asistencia escuela privada
(Abuelas con nietos +
y hogares extendidos)
Acceso a servicios + Equipamiento del hogar + No asiste por trabajo
+
Estructura de las viviendas + Acceso calles asfaltadas Empleados formales
Pisos de cerámicas +
Salario mínimo jefes - Empleados en microempresas
Jefes envejecientes + Jefatura femenina + Personas que enfermaron
Analfabetismo jefes Jefes casados o unidos Asistencia al médico de quienes
- - enfermaron
Miembros que trabajan - Jefes ocupados - Dependencia
Miembros entre 15 y 64 años que Intensidad laboral -
trabajan - Miembros en edad de trabajar
Asistencia a centros de salud + Inactividad de miembros +
privados
Afiliación a seguros médicos + Jefes inactivos +
Años de educación en la familia + Miembros en edad +
escolar matriculados
Pobreza de los hogares Ingreso medio por hora de +
- los que trabajan
Estructrura del gasto +

+ Indica que los hogares que reciben remesas poseen mayores porcentajes en esta variable.
- Indica menor porcentaje de los hogares con remesas en estas variables.

es un reflejo importante de la mejoría de vida de los migrantes, es


decir, de su triunfo en el extranjero.

Las entrevistas cualitativas realizadas permiten visualizar la im-


portancia otorgada en todos los hogares a la vivienda, de hecho
337
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

esta es de las primeras inversiones que se realizan. En este sentido,


Lidia, una informante del grupo regional 4, indica al respecto: “Yo
sembré todo aquí, lo que él me envió, todo está en bloque, varilla y cemento, no
tengo dinero de él, todo fue a la casa, para la construcción de su casa, ahí está
clavado”.

En las expresiones de esta informante se pone de manifiesto


que la vivienda actual como “prueba” de que el dinero envia-
do ha sido correctamente invertido, pero más allá para el mi-
grante esta importancia puede tener un doble significado. Por
una parte, garantiza la inversión de su trabajo, mientras por otra
puede constituir una demostración social de la reciprocidad con
su familia. En el caso dominicano esta reciprocidad posee gran
importancia.

En los casos en que no ha sido posible una mejoría de la vi-


vienda que se posee ni la compra de otra, la adquisición se man-
tiene como una aspiración, así Pedro, quien reside en el grupo
regional 1, dice: “yo no la ataco mucho para que envíe dinero, prefiero que
ahorre para ver si compramos nuestro apartamento”.

Los impactos regionales de las remesas en la vivienda, se mani-


fiestan, principalmente, en el acceso a servicios y las condiciones
de los mismos. En este sentido, las diferencias entre hogares re-
ceptores y no receptores en materia de uso de gas propano, ac-
ceso a agua de la red pública y a inodoro como servicio sanitario,
evidencia una mayor calidad de las viviendas de los receptores de
remesas.

Aunque en todos los grupos regionales observados, las dife-


rencias favorecen a los hogares que reciben remesas, la magnitud
de estas diferencias varía considerablemente entre tales grupos.
Esto nos lleva a preguntarnos qué características de los grupos
regionales pueden explicar estas diferencias. Para responder esta
pregunta, iniciamos por determinar la relación entre la situación
338
TOMO I

general de cada región (representada por el total) y las diferencias


entre hogares receptores y no receptores2.

El resultado cuantitativo muestra que, en todos los casos, exis-


te una asociación inversamente proporcional, puesto que los
coeficientes son negativos, lo cual implica que, para el caso, las
diferencias se producen en sentido inverso al total. Es decir, en
los grupos de regiones con mejores condiciones de las viviendas,
las diferencias entre hogares receptores y no receptores es menor
que en aquellas áreas con peor situación. El valor de los coefi-
cientes expresa que la asociación es bastante elevada.

Esto se relaciona estrechamente con una mayor capacidad de


acceder a viviendas en los mercados formales. Lo que se evi-
dencia en una incidencia más elevada de hogares en viviendas
compradas frente a construidas por el mismo dueño entre los
hogares receptores. Además, los hogares receptores acceden a
viviendas de mayor precio y los montos invertidos en reparacio-
nes son mayores.

Las entrevistas cualitativas revelan que la condición inicial del


hogar, así como la cantidad de remitentes y el tiempo transcurri-
do desde la primera migración, son factores determinantes de las
diferencias regionales en materia de condiciones de la vivienda
y acceso a servicios. En general, los hogares con mejores condi-
ciones iniciales, mayor cantidad de remitentes y tiempo de migra-
ción superior a siete años se encuentran en mejor situación. En
referencia al mayor número de remitentes, Yocasta, informante
del grupo regional 3, ante de la pregunta de cómo se siente cuan-
do el dinero no le llega, nos dijo “No, yo sé que va a llegar, cuando no
es de uno es de otro”.
2. El grado de asociación se midió mediante el coeficiente de correlación de
Pearson, el cual varía entre -1 y +1, indicando una relación inversa en el primer
caso, y directamente proporcional en el segundo. Valores cercanos a 0 indican la
ausencia de asociación entre las variables estudiadas.

339
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

CUADRO 6. ACCESO A SERVICIOS ESCOGIDOS


SEGÚN RECEPCIÓN DE REMESAS,
GRADO DE ASOCIACIÓN DE LAS DIFERENCIAS Y EL TOTAL
(EN PORCENTAJES)
Diferencia
Regiones Recibe No recibe Total
a-b
1 91.7 81.1 83.0 10.6
Cocina dentro de 2 73.0 49.3 50.9 23.7
la casa 3 83.9 70.1 72.6 13.8
4 79.3 66.0 68.2 13.3
1 98.8 92.9 93.9 5.9
Usa gas propano 2 81.9 57.2 58.9 24.7
para cocinar 3 95.7 80.2 83.0 15.5
4 89.4 77.5 79.5 11.9
1 87.5 74.7 76.9 12.8
Agua de red 2 53.6 38.0 39.1 15.6
pública 3 85.7 72.0 74.5 13.7
4 74.0 58.9 61.4 15.1
1 91.9 77.3 79.8 14.6
2 66.2 29.6 32.1 36.6
Inodoro
3 76.5 53.7 57.8 22.8
4 57.8 35.6 39.3 22.2
Servicios Correlación
Cocina -0.963
Gas propano -0.956
Agua red -0.907
Inodoro -0.848
Fuente: Elaboración propia a partir de EFT 2004.

En resumen, puede indicarse que en materia de vivienda las


regiones se organizan desde mejores condiciones en el grupo
1, seguido por los grupos 3 y 4, y por último el grupo 2, el de
mayor pobreza. En este sentido, las diferencias entre hogares re-
ceptores y no receptores, que consideramos como impacto de las
remesas, son mayores en los grupos regionales de peor situación,
esto implica que en materia de vivienda, las remesas aumentan la
desigualdad en las zonas más pobres.
340
TOMO I

Las remesas y su papel en el acceso a la salud


y la educación

En materia de educación y salud, el estudio presenta resultados


que a primera vista resultan un tanto contradictorios. En general,
aunque la evidencia no necesariamente corrobora la creencia de
que los servicios privados son mejores que los públicos, en la Re-
pública Dominicana tienden a considerarse como una realidad;
por tanto, es esperable que quienes poseen un mayor ingreso,
como el caso de los hogares que reciben remesas, tiendan a ad-
quirir estos servicios en el sector privado.

El patrón sugerido se comprueba en materia educativa; de


manera sistemática los hogares receptores de remesas tienden
a enviar sus miembros en edad escolar a centros privados con
mayor frecuencia que los hogares no receptores. Aunque esto se
mantiene en las diversas regiones, se registran importantes varia-
ciones en su intensidad.

El fuerte nexo entre educación y remesas se pone de mani-


fiesto en casos como el de Fiordaliza, una informante del grupo
3, para quien el principal motivo por el que recibe remesas es la
educación de su nieta (sobrina de la remitente). Las hijas de Fior-
daliza, tanto la madre de la nieta, como la remitente, estudian o
estudiaron en instituciones privadas relativamente costosas. Esta
es una familia de nivel medio.

En situaciones de mayor pobreza que la de Fiordaliza, como


la de Águeda, quien vive en el mismo grupo regional, las remesas
también constituyen una fuente esencial del financiamiento de
la educación. En este sentido, las tres hijas de Águeda asisten a
universidades privadas, de costo medio bajo, para lo cual deben
trasladarse, cada día, a Moca. El padre, quien envía las remesas,
decidió que sus hijas fueran a una universidad privada. Al ser
cuestionada sobre en qué renglones gasta más ahora que recibe
341
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

remesas, Águeda señala, en primer lugar y sin dudarlo, en la edu-


cación, porque “hay que pagar dos universidades, tú sabes cómo es esto,
y cuando exigen un trabajo, que exigen un libro, que exigen tanta cosa, se
gasta mucho dinero….”.

En salud, a primera vista, los resultados no son tan claros, pues


mientras los hogares receptores visitan, más que el resto, centros
de salud privados, su grado de adquisición de seguros privados es
más reducido. A nuestro juicio, esto puede relacionarse con una
función garantista de las remesas, según la cual los montos de las
mismas se ajustan en función de necesidades puntuales como la
salud. Esto implicaría la inexistencia de una visión preventiva del
cuidado sanitario.

El caso de Carlota, una informante del grupo regional 4, permi-


te evidenciar nuestro criterio acerca de la adecuación de los mon-
tos de las remesas. El padre y la hermana de Carlota residen fuera
del país; hace algún tiempo le han descubierto un tumor cerebral y
señala: “…yo tuve un accidente, luego me hicieron una tomografía y me salió
aquel tumor en la cabeza, entonces de ahí en adelante, tú sabes que esas cosas
son muy costosas, mi padre y mi hermano me han cubierto los gastos”.

De vuelta al tema de la educación, se observa una asociación


positiva entre la situación de cada grupo regional y las diferencias
entre hogares receptores y no receptores. Sin embargo, el valor
de esta asociación es reducido (0.242). Esto se debe fundamen-
talmente a que la relación no sigue un comportamiento lineal,
sino que existe una tendencia cuadrática o en forma de U. El
significado de esta relación es que, en aquellos grupos regionales
que poseen mejor o peor situación, las diferencias entre hogares
receptores y no receptores son elevadas, mientras en los grupos
con situaciones medias las diferencias se reducen.

En consonancia con lo anterior, en el grupo regional 1, donde


la cobertura privada es muy elevada con relación al resto, las dife-
342
TOMO I

rencias entre hogares receptores y no receptores es alta. En cam-


bio, en el grupo 2, con la menor cobertura de servicio privado,
la diferencia también es alta. Lo que a nuestro entender puede
explicarse tanto en términos de cobertura como de ingresos.

CUADRO 7. ACCESO A SERVICIOS SELECCIONADOS DE EDUCACIÓN


Y SALUD SEGÚN RECEPCIÓN DE REMESAS Y GRADO DE ASOCIACIÓN
ENTRE DIFERENCIAS Y TOTALES
(EN PORCENTAJES)

Regiones Recibe No Total Diferencia


recibe a-b
1 45.46 35.71 37.55 9.75
Asiste a escuela
privada 2 11.14 2.21 2.85 8.93
3 24.52 18.74 19.82 5.78
4 19.02 14.85 15.61 4.17
1 51.42 42.84 43.60 8.58
Asiste a centro
2 40.05 22.95 24.57 17.10
médico privado
3 49.84 33.89 35.92 15.95
4 48.40 32.59 34.85 15.81
1 20.50 29.33 28.43 -8.83
Afiliación seguro
médico 2 15.17 14.07 14.18 1.11
3 13.54 19.14 18.44 -5.60
4 11.15 15.87 15.29 -4.72

Correlación

Asistencia escuela privada 0.252

Asistencia a centro médico privado 0.899


Afiliación seguro 0.900

Fuente: Educación: EFT 2004. Fuente Salud: Endesa 2002.

En el caso del grupo 1, los hogares que reciben remesas se


benefician de la mayor disponibilidad en el mercado privado de
servicios de educación, los cuales se encuentran considerable-
343
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

mente diversificados; esto es potenciado por un ingreso superior


al de los hogares no receptores.

En términos generales los hogares con miembros que asisten


a colegios privados poseen ingresos superiores a los que no po-
seen esta condición, esto es más acentuado en el grupo de regio-
nes 1, el de mayor cobertura privada, y menos en el grupo 2, el
de más baja cobertura privada, lo cual es indicativo de que la falta
de cobertura en este último grupo es suplida gracias a mayores
ingresos de los hogares que acceden a estos servicios.

En resumen, en materia educativa aquellos grupos de regiones


donde la cobertura privada es mayor, los hogares receptores se
diferencian menos de los demás. Este es el caso del grupo 1.
Mientras en los grupos regionales de menor cobertura privada, la
diferenciación es mayor. Este acceso más elevado a la educación
privada, parece ser sostenido a través de mayores montos de re-
cepción de remesas. Como hemos indicado, si bien la educación
privada no necesariamente es de mayor calidad, la percepción
generalizada va en este sentido.

Asimismo es importante indicar que, en materia de salud, los


hogares receptores tendrán más acceso a servicios privados allí
donde el mismo es más generalizado, es decir, en el grupo regio-
nal 1, intermedio en los grupos 3 y 4, y, por el contrario, un bajo
acceso en el grupo 2. No obstante, la previsión mediante el seguro
de salud es menor en los hogares receptores en todas los grupos
regionales, excepto en el 2. Es preciso recordar que en este gru-
po, se inició la seguridad social, por lo cual es posible que se esté
reflejando esta situación. Además, los hogares receptores pueden
utilizar envíos adicionales como fuente de cobertura ante contin-
gencias de salud.

344
TOMO I

Ocupación y remesas

La movilización de los recursos de un hogar no se produce


en el vacío, sino que se relacionan de manera estrecha con las
condiciones del mercado laboral. En este sentido, como señala
Filgueira (1999), los indicadores del mercado laboral priorizan la
movilización del activo trabajo frente a la potencialidad del mis-
mo en los hogares. Sin embargo, entender esta potencialidad es
importante porque los hogares toman decisiones basados tanto
en las situaciones actuales como en las que esperan en el futuro.
En este sentido, Filgueira propone prestar mayor atención a la
composición de los hogares en materia de la cantidad de miem-
bros y estructura de edad.

Si se consideran el tamaño de los hogares y su población en


edad de trabajar como indicadores de esta potencialidad, se ob-
servará que, en términos de tamaño, los hogares que reciben
remesas (3.9 miembros por hogar) y los que no lo hacen (3.8
m/hogar) no difieren significativamente. Asimismo, la disponi-
bilidad de miembros entre 15 y 64 tampoco difiere de manera
significativa. En este escenario los hogares que reciben remesas y
los que no lo hacen, parecen no diferir en términos de mano de
obra potencialmente movilizable.

No obstante, si se tiene en cuenta que la mitad de los hogares


receptores poseen por lo menos un miembro que reside en el
exterior, y que, como hemos mostrado más arriba, los migrantes
dominicanos se concentran en las edades de trabajar, debería su-
ponerse que estos hogares en realidad poseían mayores tamaños
y que su disponibilidad de miembros que potencialmente pueden
integrarse al trabajo era mayor, por tanto la decisión de la migra-
ción estaría basada en esta mayor potencialidad que les permite
movilizar este activo hacia otro mercado laboral. Las entrevistas
cualitativas muestran que gran parte de los migrantes son miem-
bros en edad de trabajar, primero jefes o jefas y segundo hijos
345
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

e hijas, esto aunque existe una importante migración de otros


familiares que no pertenecen al arreglo domiciliario, pero sí a la
familia.
Al estimar la población receptora, tomando en cuenta este ele-
mento, su media de miembros en edad de trabajar se eleva a 3.6
miembros por hogar, cifra superior en al menos 1 miembro al
promedio de 2.5 registrado por los demás hogares. La mayor dis-
ponibilidad de miembros es un activo, pero su movilización será
lo que la traduzca en productiva para el hogar. En este sentido,
si bien los hogares que reciben remesas poseen, como hemos
planteado, mayor potencialidad, su grado de movilización de este
activo es menor a la de los hogares que no reciben remesas. Esto
se refleja en menores tasas de participación con mayor inactivi-
dad y desocupación.

Puede entonces plantearse, que las remesas permiten al hogar


mantener una cantidad mayor de miembros en otras actividades
que económicamente no son consideradas productivas pero de
un importante valor para el núcleo familiar (labores reproductivas
del hogar), o para su futuro, como estudiar. De esta manera, los
hogares receptores requerirían menos la adquisición de servicios
domésticos en el mercado o de parte del Estado. Estos hogares
también pueden garantizar una mejor preparación de su mano de
obra, pero en ellos se estaría produciendo una elevada dependen-
cia de la remesas entre algunos de sus miembros. Si se tiene en
cuenta que las remesas actúan más como un fondo salarial y que
el hogar lo que hace es deslocalizar la producción de uno de sus
miembros, es entonces razonable pensar que en muchos casos la
situación de dependencia femenina se mantiene igual, es decir, el
hombre sigue siendo proveedor aun en la distancia.

Las entrevistas en profundidad muestran que ante la migra-


ción del jefe masculino, es más probable que la mujer permanez-
ca en situación de inactividad en el hogar, más aún en situaciones
de mayor pobreza. En estos casos, las remesas constituyen el
346
TOMO I

único ingreso del hogar. En los casos de migración de la mujer


con permanencia del hombre en el hogar, se observa que este
permanece activo laboralmente, sin embargo, también existe un
mayor grado de acomodamiento a la recepción de remesas, que
determina un menor esfuerzo laboral.

En efecto, el análisis de los datos disponibles muestra que el


aumento de la importancia de las remesas en el hogar tiende a
elevar la presencia de miembros que se dedican únicamente a
estudiar, pero por otra parte revela que la proporción de miem-
bros en edad de trabajar que no trabajan ni estudian también se
eleva.

Remesas y patrones de gasto

Existen algunas diferencias relevantes en los patrones de gasto


de hogares receptores y no receptores. En los hogares receptores
de remesas el porcentaje del gasto correspondiente a alimenta-
ción es menor, indicando una mejor situación socioeconómica
de estos hogares. En cambio, otros gastos como salud, educación
y ropas, son un poco más acentuados entre los hogares recepto-
res de remesas.

Aunque los patrones de gasto varían porcentualmente entre


hogares receptores y no receptores, los resultados de las entre-
vistas cualitativas muestran que el dinero de las remesas se incor-
pora al fondo común de reproducción del hogar, por lo cual se
utiliza en la reproducción del hogar, sin una diferenciación del
resto del dinero. Esta es una situación recurrente en todos los
grupos de regiones.

Los datos presentados permiten afirmar la existencia de dife-


rencias de hogares receptores y no receptores de remesas entre los
diversos grupos regionales en lo referente a patrones de gasto. En
especial, se observa que en el grupo 2 el gasto en ropas es relativa-
347
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

CUADRO 8. DIFERENCIAS ENTRE HOGARES RECEPTORES


Y NO RECEPTORES DE REMESAS EN
RENGLONES ESCOGIDOS DE GASTO SEGÚN GRUPOS REGIONALES

Regiones Alimento Salud Educación Ropa Hogar


1 -5.08 3.14 0.44 1.76 0.59
2 -8.85 1.88 0.00 3.57 1.30
3 -7.16 2.59 1.02 2.63 1.12
4 -6.74 1.78 0.30 2.80 1.48
Fuente: Elaboración propia a partir de ENCOVI 2004.

mente elevado con relación al resto, mientras en el grupo 4 se incre-


menta el gasto en el hogar. Estos dos grupos regionales muestran
también los porcentajes más bajos de gasto en educación.

Es importante destacar que es precisamente en las regiones de


mayor pobreza donde el gasto en necesidades no fundamentales
es mayor, esto implica que una parte de las remesas se pueden
estar destinando a gasto superfluo en estos grupos regionales, en
mayor medida que en las de mejor situación socioeconómica.

Pobreza de ingresos y remesas

Las remesas poseen un efecto reductor de la pobreza de in-


gresos, lo cual no sorprende pues la mayor parte de las mismas
son recibidas en forma monetaria, por tanto si se considera la
pobreza únicamente como un problema de ingresos, es evidente
que el aumento de éstos implicará la reducción de aquella. En
este marco es preciso preguntarse sobre el efecto de las remesas
en otros indicadores de pobreza diferentes a la tasa de pobreza.

Nuestros resultados a nivel descriptivo indican una menor re-


ducción de la profundidad y brecha de pobreza que de la tasa,
pero siguiendo a Sasin y McKenzie (2007) hemos considerado el
ajuste de un modelo de regresión que permita controlar diversos

348
TOMO I

aspectos de manera simultánea. Para ello hemos utilizado el mo-


delo de crecimiento – pobreza propuesto por Ravallion y Chen
(citado por Adams, 2003, p. 16) y aplicado por Adams a los casos
de Guatemala y Ghana.

La ecuación modificada para nuestros fines es la siguiente:


LogPi = α 1 + β 1 log μ i + β 2 log g i + β 3 log xi + β 2 G + ε i

Donde P es el nivel de pobreza medido por línea de pobreza


en el grupo de regiones i, μ es el ingreso per cápita medio, y x
es el porcentaje del ingreso representado por las remesas. G es
un conjunto de tres variables ficticias que permiten controlar
por el grupo regional. La ecuación permite estimar la elasticidad
de la pobreza en relación con las variables predictoras.

CUADRO 9. MODELO EXPLICATIVO DE INDICADORES SELECCIONADOS


DE POBREZA DE INGRESOS

Variables independientes Variable dependiente


Pobreza Brecha Severidad
Constante 11.238 4.605 4.394
Ingreso per cápita -0.698 -0.058 -0.074
Índice Gini -0.195 -0.022 -0.004
Remesas como 0.268 0.134 0.197
porcentaje ingresos
Grupo 2 0.268 0.134 0.197
Grupo 3 0.189 0.065 0.109
Grupo 4 0.291 0.114 0.162
R2 = 0.4 F=909379.3
Fuente: Elaboración propia a partir de EFT 2004

Tras analizar unos 74 países, Adams concluye que el efecto de


las remesas sobre la pobreza es mayor en términos de su profun-
didad y su gravedad que de su incidencia. Sin embargo, nuestro
349
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

análisis, tanto de manera nacional como regionalmente del caso


dominicano, muestra poco impacto de los ingresos por remesas
sobre la profundidad y la gravedad de la pobreza en el país, lo
cual se corresponde también con el análisis descriptivo que he-
mos desarrollado.

Los resultados de la ecuación revelan que un aumento de 10%


en el peso de las remesas en los ingresos, generaría apenas una
reducción de casi 2% en la pobreza, pero solo de 0.2% en la bre-
cha y de apenas 0.04% en la severidad. Para el caso de Guatema-
la, Adams (2004) señala que el mayor impacto de las remesas en
los indicadores que otorgan mayor ponderación a los más pobres
se debe a que una gran parte de los ingresos de estos hogares
proviene de remesas (50% a 60%), aunque en nuestro caso esta
situación se reproduce, el porcentaje de hogares indigentes que
recibe remesas es sumamente bajo.

En términos regionales, ser del grupo 2 implica un incremento


de los niveles de pobreza con relación al 1. Este incremento es
menor en el grupo 4, y aún menor en el grupo 3.

5. Las remesas, los arreglos residenciales y


familiares y el régimen de bienestar

La reflexión teórica sobre las migraciones y las remesas nos


condujo a abordar el fenómeno de las remesas y sus efectos desde
la perspectiva del grupo familiar y del hogar. En muchos de los
estudios sobre remesas en las distintas partes del globo esta pers-
pectiva está ausente a pesar del entrelazamiento conceptual y ana-
lítico de las remesas (se trata justamente de remesas familiares) con
las familias y las unidades domésticas que les dan razón de ser.

Más allá de las expectativas frente a los altos montos que in-
gresan al país por concepto de las remesas familiares, lo cierto
es que al diseminarse a una sexta parte de los hogares domini-
350
TOMO I

canos, su función y usos se esclarecen, a contrapelo de aquellos


enfoques que las visualizan como fuentes de desarrollo o como
fórmula segura para vencer la pobreza. Tal como las remesas se
utilizan en los hogares dominicanos, y como bien ha señalado
Canales (2005), constituyen un fondo salarial en tanto se desti-
nan a satisfacer las necesidades familiares de alimentación, ves-
timenta, vivienda, salud, educación y demás bienes de consumo,
servicios personales y sociales de los familiares y miembros de
los hogares. Las remesas, como flujo dinerario y de bienes sim-
bólicos y no simbólicos, pretenden contribuir a la satisfacción de
los imperativos de la reproducción social cotidiana de los parien-
tes o allegados a los que se dirigen. Entendemos por reproduc-
ción social cotidiana el conjunto de hábitos, la serie de rutinas,
de actividades económicas y no económicas que se realizan con
el propósito de reproducir, generacional y biológicamente, a un
grupo social. Y lo que es significativo para nuestro planteamien-
to, dicha reproducción se realiza en el hogar, cuya estructura y
dinámica pretende responder a esas necesidades.

Es conocida la productividad analítica de las denominadas estra-


tegias de reproducción social, es decir, las iniciativas -individuales o
del grupo doméstico- para encarar el medio circundante, los cons-
treñimientos y estructuras sociales, así como las oportunidades en
busca de su reproducción social. Estas iniciativas no son semejan-
tes, contrario al planteamiento de la Nueva Economía de la Migra-
ción Laboral (NEML), a la probable racionalidad del investigador,
sino que se orientan por el habitus -Bourdieu (1997)-, es decir que
responden a la activación de recursos o capital de los miembros del
hogar según normativas, al sistema adquirido de preferencias, a in-
teriorizados esquemas de percepción y de actuación, a la posición
de los agentes en la estructura social, a su historia y experiencia, pa-
trones culturales y sentido práctico. Para propiciar la reproducción,
protección y bienestar de sus miembros, las unidades domésticas
se organizan, mediante arreglos residenciales, activación de recur-
sos y un sinnúmero de estrategias.
351
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Entre las estrategias se encuentran la incorporación a la activi-


dad económica, la migración de sus miembros más educados o
aptos al trabajo, la reducción del consumo, la multiplicación de
miembros del hogar dedicados a la actividad económica, la inten-
sificación del trabajo doméstico para generar bienes o servicios
que se adquieren por una relación dineraria, hasta abarcar ámbi-
tos más restrictivos como las decisiones o patrones nupciales. El
proceso migratorio laboral incluye desde el viaje, la acogida, la
instalación e incluye el retorno y la circularidad migratoria hasta
la remisión de dinero, bienes de consumo, elementos culturales y
simbólicos. Lo cual se realiza, como es conocido, en función de
redes de apoyo e intercambio.

Dos planteamientos guiarán la indagación. El primero consiste


en que, en tanto fondo salarial destinado a solventar la reproduc-
ción cotidiana de familiares, las remesas se vinculan a las formas
de organización y estructuración que adoptan los hogares y fami-
lias a las que se dirigen, así como a necesidades propias del ciclo
de vida de los mismos y de sus integrantes. A partir de registros
censales, encuestas de hogar y entrevistas se indagará el posible
impacto y relaciones de las remesas con las unidades domésticas,
en tanto estas últimas actúan en la reproducción, protección y
bienestar de sus miembros, mediante sus tipos de organización,
arreglos residenciales, la activación de recursos y demás estrate-
gias que despliegan. La unidad de estudio que se empleará es el
hogar formado por personas emparentadas o no, que conviven
de forma habitual en una vivienda, tienen un presupuesto co-
mún, y que, además, es el espacio en que generalmente se verifica
la reproducción cotidiana de sus miembros.

En segundo lugar, las vinculaciones y efectos de las remesas


en los hogares a los que se dirigen permitirán dar cuenta de su
incidencia en el manejo colectivo de los riesgos, necesidades y
bienestar de los miembros de los hogares desde una perspectiva
social más abarcadora como es la de los regímenes de bienestar.
352
TOMO I

Esta perspectiva, desarrollada por Esping-Andersen, radica en la


caracterización de diferentes regímenes de bienestar en las com-
binatorias, dinámicas y predominio del mercado, Estado o fami-
lia para la asignación, acceso y disposición de recursos, bienes y
servicios destinados al manejo de la incertidumbre y los riesgos
de los individuos en la sociedad moderna. A saber, la asignación
de recursos mediante las relaciones mercantiles, la redistribución
colectiva realizada por el Estado o el apoyo de la familia, funda-
mentalmente del trabajo doméstico no remunerado (Esping-An-
dersen, 2000).

Para hacer manejable la visión teórica del sociólogo danés, Mar-


tínez Franzoni reconstruye para América Latina los indicadores
de esos tres regímenes de bienestar e introduce variantes en el
tercer indicador: tres principales regímenes “según los grados de
mercantilización de la fuerza de trabajo, nacional o transnacional;
de desmercantilización, es decir, de autonomía entre los ingresos
y el bienestar de las personas; y de desfamiliarización, referente
en que el bienestar deja de estar sujeto a la disponibilidad de tra-
bajo femenino no remunerado” (Martínez Franzoni, y Voorend,
2008:2). Tras la ponderación de un conjunto de indicadores, el
régimen de bienestar de la República Dominicana ha sido catalo-
gado por ese estudio de familiarista.

De este modo, la indagación de la vinculación de las remesas a


arreglos residenciales será tomada como base para la exploración
sobre el papel de las remesas con respecto al régimen de bien-
estar. Siendo las remesas el producto de relaciones en el mercado
laboral transnacional, ¿provocan ellas un impulso hacia la desfami-
liarización de las tareas de procura de bienestar y de enfrentamien-
to de riesgos e incertidumbres? Esta línea de indagación permitirá
explorar la idea de si los flujos de dinero de las remesas, obtenidas
a través de la mercantilización transnacional de la fuerza de trabajo,
provocan un amplio proceso de desfamiliarización.

353
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Para contribuir a despejar la anterior interrogante, a lo largo


de la mayoría de las páginas que restan, se manejarán tres líneas
de aproximación. La primera consiste en si las remesas se dirigen
a la familia a cargo de manera directa, vista como los miembros
del hogar de donde proviene el migrante, ya que el salario, pro-
ducto de la relación mercantil, está calculado para esos fines. Lo
contrario sería que las remesas, a través de una asignación de
recursos orientada de manera más amplia por las relaciones de
parentesco, excedan a los miembros del hogar o los familiares
directos a cargo. La otra línea de aproximación será si las reme-
sas, con flujo de dinero, contribuyen a mercantilizar de manera
importante las atenciones colectivas de reproducción cotidiana
y de manejo colectivo de las incertidumbres y contingencias de
la vida de los miembros del hogar. La tercera, más acotada, se
referirá a si las remesas promueven una liberación de la mano de
obra femenina, situada en los confines de lo doméstico, hacia una
considerable integración económica.

6. La vinculación de las remesas con arreglos


residenciales y familiares

Para aproximarnos a nuestro primer planteamiento esbozado


anteriormente, expondremos una breve mirada a los rasgos más
apreciables de la estructura de los hogares en el país. Ya en el
2005, el proceso de nuclearización marca su predominio con cer-
ca de la mitad de los hogares. Sin embargo, la constitución del
hogar nuclear no se acompaña necesariamente de su aislamiento
de la estructura social, sobre todo en los sectores populares. Con-
trario a la conceptualización parsoniana del hogar nuclear, este
proceso no excluye: a) la formación de redes de apoyo en base a
vínculos de parentesco, afinidad, vecindad o lugar de nacimiento,
como tampoco excluye, b) la vitalidad de la familia extensa no
residencial y, c) una variada actividad económica de la mujer para
complementar o sustituir los ingresos aportados por el hombre
proveedor.
354
TOMO I

Los hogares extensos, conjuntamente con los complejos –tal


como ocurre en la región latinoamericana– tienen un peso im-
portante ya que constituyen prácticamente un tercio de los ho-
gares dominicanos. Bajo un mismo techo reúnen a miembros
con diferentes grados de parentesco, -intergeneracionales o de
una misma generación-, y su existencia se enraíza en vínculos
sólidos de parentesco o de redes sociales, así como de relaciones
de solidaridad. También despunta una diversificación de tipos de
hogar con el nuclear monoparental y el unipersonal, cada uno
asciende a las vecindades de una décima del total de los hogares
dominicanos. Otro elemento significativo de la diversificación es
la importancia creciente de los hogares a cargo de mujeres, los
cuales ascienden a un tercio de la totalidad.

Vistos estos rasgos, nos preguntamos si la emigración laboral


y las consecuentes remesas familiares ¿han promovido algún tipo de
estructura familiar? Y lo que nos interesa directamente, ¿las reme-
sas están vinculadas a arreglos residenciales y arreglos familiares?
Igualmente se indagará si necesidades o determinadas característi-
cas de los hogares contribuyen a que estos se conviertan en recep-
tores o en receptores de montos mayores. En resumen, se pretende
mostrar que las remesas se encuentran vinculadas a determinados
arreglos residenciales y familiares y, además, a ciertas necesidades.
Factores todos que promoverían diferencias en las magnitudes e
importancia de las remesas en los presupuestos domésticos.

En relación a la primera interrogante, el análisis de los datos


permite concluir el proceso migratorio ha promovido la diver-
sificación de la estructura de hogar en relación al modelo pre-
dominante nuclear consignado anteriormente. Sobre todo, el
reagrupamiento de parientes y allegados en familias extensas y
compuestas, la fragmentación espacial de la familia o la reduc-
ción del tamaño de la misma con el viaje hacia el exterior de uno
de sus miembros y la acentuación de la jefatura femenina.

355
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Pero en realidad nos vamos a centrar en la segunda interrogan-


te. Si bien las remesas están ligadas a los patrones migratorios,
establecemos aquí que ellas están vinculadas a diversos factores
de la dinámica del hogar, entre otros, a momentos del ciclo de
vida familiar, a la historia migratoria, como también a los arre-
glos residenciales y familiares y a necesidades familiares. Todos
estos factores inciden en los momentos y magnitudes en que,
preferentemente determinados hogares de migrantes o arreglos
familiares se conviertan en receptores de remesas. Y esta última
cuestión es la que vamos a desarrollar en lo que sigue.

Aunque existe una vinculación de las remesas con los arreglos


familiares y residenciales que se despliegan, no todos los hogares
y familias con migrantes activos reciben remesas, lo cual no es
exclusivo del caso dominicano ya que una investigación relativa
al caso mexicano también llega a resultados semejantes (Cana-
les, 2005). Por nuestra parte, debemos de resaltar un rasgo poco
perceptible como el de la circularidad de los efectos producidos
por la migración en la estructura de hogar, los cuales inciden, a
su vez, en elementos claves del proceso migratorio como es el
patrón de envío de remesas.

Las remesas no tocan a las puertas de todos los tipos de hogar


en la misma proporción, magnitud y efectos. Existen hogares que
reciben remesas pero que no tienen migrantes activos. Solamente
la mitad de los hogares receptores de remesas reciben remesas de
un miembro que proviene del hogar receptor (Censo de Población
y Vivienda, 2002). Dicho de otra manera, la mitad de los hogares
receptores reciben transferencias de dinero por parte de personas
que no pertenecen o pertenecían a esos hogares antes de emigrar.
Al manejar un dato de semejante magnitud que aparentemente pa-
recía escapar a la explicación de la perspectiva elegida –vinculación
de las remesas con tipos de hogar y arreglos familiares– nos apre-
suramos a verificar la confiabilidad del mismo, así como su persis-
tencia en el tiempo, a la vez que se ponderaron varias conjeturas.
356
TOMO I

El material cualitativo permitió avalar una de las conjeturas.


Ese gran caudal de remesas que, del total de hogares receptores,
se dirigen al cincuenta por ciento de hogares sin migrantes acti-
vos o migrantes recientes puso de manifiesto la estrecha vincula-
ción de las remesas con la familia extensa no residencial como objeto
de ayuda monetaria desde el exterior. La familia extensa no re-
sidencial constituye el elemento articulador de los intercambios
recíprocos de bienes y servicios basados en el parentesco, del
cual forman parte las remesas, sin importar que los receptores
estén deslocalizados en diferentes hogares y hasta en naciones
distantes. Una investigación conducida por Canales en México
llega a conclusiones semejantes: “Por medio de las remesas se re-
producen relaciones de reciprocidad, responsabilidad y solidaridad
que resultan fundamentales en la conformación de todo sistema
familiar extenso” (Canales, 2005: 170). Se trata de personas que
envían dinero a sus hermanas casadas, nietas a abuelas, mujer a su
antiguo cónyuge que es el padre de sus hijos, madre a hijos con
prole que ya han formado otro hogar y, así un número intermina-
ble de casos. Esta mitad de los casos de remesas familiares que se
dirigen a la familia extensa no residencial, refiere a los vigorosos
vínculos afectivos y a la activación que las remesas hacen de ellos.
La proporción en que empíricamente se verifica la orientación de
las remesas hacia la familia extensa no residencial permite desentrañar
su significado en relación al régimen de bienestar familiarista exis-
tente en el país. La realidad de que un caudal tan importante de las
remesas sea asignado en función de los vínculos familiares exten-
sos, constituye un elemento de reforzamiento del familiarismo en
convergencia, sin embargo, con mayores recursos dinerarios de las
remesas que se orientan a las relaciones mercantiles de bienes y
servicios para la reproducción cotidiana.

Las remesas no pueden ser comprendidas a cabalidad si se


enfocan solamente como un flujo dinerario (explicación neoclá-
sica) o como producto de un acuerdo racional al interior de la
familia para cubrir los riesgos o expectativas de los miembros del
357
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

hogar (explicación de la NEML). Al mismo tiempo que la activan,


las remesas forman parte de una red de intercambio basado en
las relaciones de parentesco que conjuga la reciprocidad, respon-
sabilidad, deberes y roles sexuales diferenciados. Dichos valores
y patrones culturales, lejos de ser inmutables, a efecto del mismo
proceso migratorio de intercambio, deben aprehenderse en movi-
miento y cambio.

Además del caudal de remesas vinculado a la familia extensa no


residencial, la otra mitad de los envíos de remesas permite trazar
el rastro de su vinculación preferencial con determinados arre-
glos residenciales: los hogares con jefatura femenina, los hogares
extenso-complejos, nuclear uniparental y, en menor medida, al
unipersonal. Efectivamente, por encima de la media nacional, las
remesas se dirigen a un cuarto de los hogares complejos y ex-
tensos, a un cuarto de los encabezados por mujeres, a más de un
quinto de los hogares uniparentales.

De esos hogares y vínculos nos referiremos, en lo que sigue,


a las estructuras de hogar extensas y complejas, las cuales se con-
forman a raíz de iniciativas y estrategias de reacomodamiento de
miembros de las familias para encarar situaciones de carencia, cri-
sis económicas, hasta situaciones de migración. Al reagrupar o
acomodarse bajo un mismo techo con gastos fijos -propios a una
sola vivienda-, se pueden reducir los costos de mantenimiento por
persona y aunar mayores recursos humanos en la reproducción
cotidiana. Entre los elementos que impulsan la constitución de los
hogares extensos se encuentran “la migración (…), la escasez de
viviendas y recursos entre los sectores más pobres, la solidaridad
infra e intrageneracional cuando algunos parientes se separan o
enviudan, así como la necesidad de apoyo doméstico que tienen
las mujeres (…) cuando se incorporan al mercado laboral” (García
y Rojas, 2002: 268). Las modalidades y posibilidades del hogar ex-
tenso y complejo para enfrentar la privación, abre todavía muchas
interrogantes, no obstante se ha caracterizado a estos arreglos re-
358
TOMO I

sidenciales como aquellos, que por la cohabitación y proximidad


cotidiana habilitan la posibilidad de apoyos primarios e intercam-
bios recíprocos inter e intrageneracional hacia niños de ambos
sexos, personas ancianas y discapacitadas.

También las remesas se conectan de preferencia a los tipos de


hogar monoparentales, los cuales, por sus características estruc-
turales, han sido catalogados como susceptibles de experimentar
una vulnerabilidad social. En el extremo de mayor vulnerabilidad,
se encontrarían los hogares a cargo de mujeres, la uniparentali-
dad –mayoritariamente de jefatura femenina– y, los que contie-
nen un abanico de mayores posibilidades para los intercambios
recíprocos, como son los hogares extensos-complejos, de fuertes
vínculos familiares y que suelen recomponerse o desagregarse,
según las situaciones para aprovechar o atenuar las condiciones
adversas. Otro rasgo de amplias implicaciones es la mayor con-
dición femenina de la jefatura de los hogares extenso– complejo
que reciben remesas, al igual que en los unipersonales.

Para completar aspectos sobre el patrón de envío de remesas,


comentamos que las remesas no solamente tocan a la puerta de
una mayor proporción de hogares extensos-complejos, monopa-
rentales y a los encabezados por mujeres, sino que estos últimos
son también los hogares que reciben los mayores montos (véase
el cuadro 10).

CUADRO 10. CANTIDAD DE DINERO RECIBIDO AL AÑO


POR CONCEPTO DE REMESAS
SEGÚN LOS TIPOS DE HOGAR POR SEXO DE JEFATURA
(EN RD$ Y EXPRESADO EN MEDIANA)
Nuclear
Sexo de la Nuclear
Unipersonal monopa- Extendido Complejo Total
jefatura biparental
rental
Masculino 21,480.00 16,847.06 42,960.00 30,000.00 21,480.00 21,480.00
Femenino 36,000.00 24,000.00 42,960.00 42,960.00 66,000.00 42,960.00

Fuente: Treinta y cuatro entrevistas realizadas del 10 de diciembre de 2008 al 2 de febrero de 2009.

359
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Los movimientos de las remesas permiten considerar que las


estrategias familiares de emigración laboral y de envío de remesas
estarían vinculadas de preferencia a arreglos residenciales de re-
agrupamiento familiar (como los complejos y extensos) y de frag-
mentación (como los monoparentales), nuevos o existentes. Aparte
de vincularse a la familia extensa no residencial, se vinculan a dos
extremos: las remesas favorecen arreglos residenciales con vulne-
rabilidades como los de estructura uniparental y, por otra parte,
promueven tipos de hogar que, frente a la adversidad, podrían
potenciar recursos, tales como los compuestos y extensos.

7. El apoyo intergeneracional y las remesas

Las investigaciones acuerdan que la emigración numerosa pro-


voca en lo inmediato una disminución de la mano de obra hábil
del país emisor. Al interior de los hogares, podría provocar una
intensificación y multiplicación del trabajo doméstico y de las
responsabilidades cotidianas del manejo de la unidad doméstica.
Son varias la respuestas a esos retos que confronta el hogar de
una persona migrante. Además de la intensificación de las res-
ponsabilidades dentro del hogar tampoco se puede descartar que
frente a esos imperativos de intensificación, la respuesta sea un
desistimiento de asumir las responsabilidades o de experimentar
dificultades para ello. La razón de esto es que quedan atrás los
ancianos, enfermos y niños a los que, por supuesto, hay que aten-
der y proporcionar cuidados.

Como es sabido, al acoger en una unidad doméstica a una per-


sona envejeciente se produce la modalidad familiar de protección
frente a los acontecimientos propios del ciclo vital como la viu-
dez, indefensión por enfermedad o ancianidad o el término de la
vida laboral del envejeciente. Además de los cuidados, a la perso-
na de mayor edad en la unidad doméstica le suelen ser brindados
seguridad, compañía, afectos y un ambiente más favorable. La
condición de dependencia que introducen tales miembros enve-
360
TOMO I

jecientes en las unidades domésticas, reclama evidentemente el


cuidado y atención aportados por el trabajo doméstico no remu-
nerado y, además, implica la necesidad de ingresos para solventar
la situación generada.

Pero también, la presencia de las personas envejecientes en los


hogares es susceptible de visualizarse desde la doble perspecti-
va de solidaridad intergeneracional. La otra perspectiva, de vía
inversa de ese tipo de solidaridad, consiste en que los abuelos,
sobre todo las abuelas, una vez emigrado el padre o la madre u
otro familiar, contribuyen con las tareas de cuidado y atención de
sus nietos y nietas, y asumen parte de las responsabilidades co-
tidianas. En otros casos, de hogares con emigrante, al ocuparse
los abuelos o abuelas del cuidado de los hijos y del hogar dirigido
por jefas de familia, permite a las mismas y a otros miembros
femeninos de la unidad doméstica dedicarse más a otras labores,
sean actividades económicas o estudios.

En ambos casos, el dinero despachado por el trabajador desde


el extranjero a los hogares con personas mayores surte de ayuda
para enfrentar los gastos en que incurre el hogar con un miem-
bro envejeciente en el primer caso, y en el segundo contribuye a
los gastos propios del hogar, con el envejeciente incluido. Esto
se confirma en las entrevistas, ya que se genera un envío espe-
cializado para las personas envejecientes o un envío “adicional”
para los gastos de salud de cualquiera de los miembros del hogar
o de la familia extendida no residencial. Ahora bien, una idea
central a retener es que los flujos monetarios que contribuyen
a satisfacer las necesidades de las personas de mayor edad o los
aportes que estas realizan en beneficio de otros miembros del
hogar, tienen la apoyatura del trabajo doméstico no remunerado,
al cual está anudado para que surta los efectos deseados. Ahora
bien, este trabajo doméstico, como se sabe, es asumido cultural-
mente por las mujeres.

361
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Veamos que el comportamiento de los flujos de remesas favo-


rece a los hogares dominicanos con envejecientes. Los hogares
complejos en los cuales conviven abuelas(os) y nietos se hacen
merecedores en mayor proporción de los flujos monetarios de
los trabajadores emigrados con una significativa diferencia pro-
porcional de 21.4% frente 9.7% que no reciben. Por otra parte,
la condición de persona envejeciente es un elemento que pesa en
el destino de las remesas. A nivel nacional, del total de hogares
con miembros envejecientes o jefes envejecientes, la proporción
que percibe remesas es mayor que la fracción que no recibe: 24%
frente a 16% a los que no reciben y 20.7% frente al 14.9% de los
hogares con jefes envejecientes que no reciben.

Los arreglos extensos-complejos poseen mayores posibilida-


des de apoyos y transacciones, sobre todo para los miembros
envejecientes. Esta relación entre familias extensas-complejas y
la migración se ha explorado en estudios acerca de otros países
de América Latina como, por ejemplo en Nicaragua, en los cua-
les se “asocian la presencia de familias extensas con la similar
proporción de emigrantes hombres y mujeres y las salidas tem-
porales. Las familias extensas permiten reducir costos y resolver
el cuidado de niños/as y jóvenes que quedan a cargo de adul-
tos/as que no son los padres biológicos, en muchos casos las
abuelas.”(Martínez Franzoni, 2008: 107). Veremos más de cerca
el rol de las abuelas en el caso dominicano.

Entre las personas envejecientes, se destaca el papel de las


abuelas –sobre todo de las abuelas maternas– en las redes fami-
liares de intercambio y apoyo en torno a la migración y las reme-
sas. Ellas adquieren un rol protagónico poco reconocido. Explo-
rado y consignado en los estudios de las familias afrocaribeñas,
el papel de las abuelas es multivalente tal como lo descubren las
entrevistas, ora como financiadora o adyuvante a la migración,
como sustituta responsable de la reproducción cotidiana de los
miembros del hogar o como cuidadora de los hijos dejados a su
362
TOMO I

disposición por uno de los progenitores en el exterior. A través


de las entrevistas se descubre una diversidad de papeles encar-
nados por las abuelas y que consignaremos sucintamente más
adelante, luego de especificar en torno a una clasificación según
las categorías de bienes y servicios que circulan en las redes de
intercambios recíprocos.

Hasta ahora no hemos consignado qué tipo de bienes y ser-


vicios circulan mediante al intercambio recíproco. Con mucho
eco en los estudios acerca de la familia, J.-H. Déchaux (1994)
propuso una clasificación de los bienes, servicios y favores que
circulan en la red de intercambio recíproco a través de las rela-
ciones de parentesco. En primer lugar, las transferencias financieras y
de bienes que forman parte del patrimonio familiar. Son múltiples
y van desde la transferencia o préstamo de dinero hasta présta-
mos o donación de viviendas para ser habitadas, muebles, ropa,
utensilios, compras de alimentos, en fin todas las transferencias
que comporten una redistribución de orden económico o patri-
monial. En segundo lugar, el trabajo doméstico para la reproducción
cotidiana de los miembros del hogar o facilitación de la vida al
interior de la unidad doméstica, el cual incluye desde pequeñas
reparaciones de la casa o de artículos de la casa hasta las activida-
des comúnmente conocidas (lavar ropa, cocinar, cuidar a los ni-
ños, ancianos, enfermos, entre muchas otras). En tercer lugar, los
recursos sociales o de capital social que ponen en contacto a los fami-
liares con redes sociales, informaciones útiles para acceder, por
ejemplo, a servicios u oportunidades, también contactos útiles.
Aunque fuera de la clasificación anterior, otro elemento conside-
rado importante en el intercambio son los apoyos emocionales.

Sin pretensión de ninguna exhaustividad, el siguiente cuadro


designa, a la luz de la clasificación de Déchaux, el papel de las
abuelas en cuanto a las labores de apoyo y de intercambio recí-
proco correspondientes a las dos primeras clasificaciones (que
fueron las que se registraron en las entrevistas). Las abuelas apa-
363
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

recen de múltiples maneras, tanto como receptoras o generado-


ras de transferencias de dinero y de servicios, y principalmente,
como ejecutoras del trabajo doméstico anudado a las agrupa-
ciones y recomposiciones de los miembros de los hogares que
reciben remesas.
CUADRO 12
MADRE (ABUELA) DE PROGENITORA O PROGENITOR
EN HOGAR RECEPTOR DE REMESAS

Recibe transferencias de nietos o nietas

Recibe remesas para su manutención en vivienda compartida por


otros que reciben 1

Aloja a los miembros del hogar receptor en su casa mientras introducen


una mejora a la vivienda

Comparte y apoya en las atribuciones de la jefatura femenina con hija

Cambia de residencia para ayudar con trabajo doméstico

Proporciona trabajo doméstico y recibe apoyo en manutención

Paga servicios domésticos para el cuidado de nietos

Acoge a los nietos en su hogar mientras trabaja el padre o la madre


que quedó en el país y, recibe remesas para la manutención de nietos 2

Hog ar receptor de remesas

Remesa dinero a hogar encabezado por hija o hijo

Realiza préstamo o cesión de vivienda

Frente a urgencias, proporciona préstamos de dinero o su donación

Papel de apoyo en la decisión de emigrar de la hija 3

Fuente: Treinta y cuatro entrevistas realizadas del 10 de diciembre de 2008 al 2 de febrero de 2009.

364
TOMO I

Los datos cualitativos permiten palpar con mayor concreción


algunas de las modalidades de los arreglos residenciales extensos
y complejos, ya existentes o generados por la migración y a las
cuales las remesas acuden en su auxilio. Dos casos permitirán
captar varios de los rasgos. Al partir hacia el exterior, E…, la
esposa de Pedro dejó sus hijos con su mamá y con Pedro. Luego,
él se mudó del pueblo pero la condición de E era que sus hijos
estuvieran bien cuidados (“si no es mami que me cuide a esos muchachos
yo me regreso”) pero sin estar separados de su padre, Pedro, ni de la
abuela. La abuela dejó a un lado la posibilidad de volver a traba-
jar como profesora en un colegio y se mudó al otro pueblo para
incorporarse al hogar de su yerno y cuidar a sus nietos. Pedro
lo relata de la siguiente manera: “Ella [la abuela] se quedó en San
Pedro solo por unos meses, porque ella entendía que volvería a dar clases en
el colegio donde trabajaba.” Y abandonó a su pueblo y a la idea de
seguir trabajando: “Se enfermó, sabes de la presión y el azúcar, pero ella
podía seguir trabajando, ella tomó la enfermedad como excusa para seguir
cuidando a los niños…”

Otro caso es el de Lidia, quien después de su divorcio vivía


con sus tres hijas en la ciudad en una casa alquilada. Su hermano
y su madre le pidieron que fuera a vivir con ellos en la casa ma-
terna con los propósitos de construir, paso a paso y entre todos,
una casa de bloques de concreto en los cimientos de la casa de
madera. Luego de la partida del hermano, poco a poco recons-
truyeron la vivienda con las remesas que el hermano enviaba, el
solar de la mamá y el dinerito que Lidia ponía en la olla común.
Luego de trece años, el hermano sigue enviando remesas aunque
sólo para la dieta especial de la madre y sus medicinas, Lidia sigue
trabajando y viviendo en la casa anteriormente materna y que
ahora es de la madre y de ella. La madre (abuela), la jefa de hogar
y sus hijas se distribuyen las labores domésticas, resguardando
a la madre del trabajo más pesado, que por razones de salud no
puede realizar. Desde hace seis meses surgieron nuevos ingre-
sos y un nuevo inquilino que también envía remesas: se trata del
365
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

nuevo esposo de Lidia que trabaja en el exterior y quien en varias


ocasiones ha residido pasajeramente en esa casa.

De la observación de estos arreglos se destaca nítidamente un


conjunto mínimo e indispensable de elementos que ponen en
juego una convivencia común mediante el agrupamiento resi-
dencial extenso o complejo: a) los vínculos de reciprocidad en
función del parentesco o de amistad, b) los recursos dinerarios
–en el caso que nos ocupa las remesas u otros ingresos-, c) re-
cursos no dinerarios –mobiliario, vivienda, entre otros- y, d) el
trabajo doméstico para realizar las labores propias a la reproduc-
ción cotidiana del grupo y a la satisfacción de las necesidades
particulares de los miembros que las tengan.

Esta realidad sociocultural al interior de la familia consistente en


apoyos y solidaridades para el bienestar, tiene implicaciones en la
disminución de presiones para una ampliación y solidez de los sis-
temas de provisión, puesto “que en aquellas naciones en que pre-
valece un modelo tradicional de familia la división del trabajo entre
las agencias de provisión del bienestar revela un protagonismo de
la familia respecto del mercado y del Estado” (Flaquer, 2002: 14).

8. Arreglos residenciales y movilización


de recursos de trabajo

Nos interrogamos si las contribuciones de dinero provenien-


tes de familiares que trabajan en el exterior ¿colaboran o están
asociadas a la activación de los recursos potenciales laborales
de los miembros de los diferentes tipos de hogar concernidos?
El acento de la pregunta está en la organización doméstica que,
como la extensa y compleja, permitiría mayor liberación de mano
de obra hacia el mercado de trabajo.

En lo que sigue, vamos a examinar las relaciones migración-


remesas –tipos de hogar, y al mismo tiempo, su posibilidad de
366
TOMO I

incrementar o mantener el bienestar de sus miembros. Como no


hay un acervo de datos sobre el empleo de tiempo dedicado al
trabajo doméstico y las tareas concernidas, se utilizarán medios
indirectos.

Para considerar la situación de los hogares, aludimos sucinta-


mente al enfoque de vulnerabilidad a la pobreza el cual, aunque
eminentemente descriptivo, se fundamenta en una visión más integral
de la pobreza, que no se limita a la carencia de recursos materia-
les para satisfacer las necesidades, a unos cuantificaciones del in-
greso o a una visión estática de la pobreza (Sen, 1992). Se refiere
a un fenómeno más complejo que incorpora las consecuencias
del sistema económico y social sobre la estructura de oportu-
nidades y de integración, y sobre las posibilidades de acceso al
disfrute del sistema de protección social. Este enfoque coloca su
atención en una serie de recursos que tienen las personas u hoga-
res, los cuales pueden servir para aprovechar las oportunidades
que le ofrece el mercado, el Estado o la sociedad para mejorar su
situación de bienestar. El enfoque permite también visualizar la
precarización o insuficiencia de la estructura de oportunidades y
las limitaciones de los hogares o individuos en torno a la pose-
sión, control e influencia sobre los recursos y sus estrategias para
movilizarlos.

Al abordar la condición laboral de los jefes y miembros de


los diferentes tipos de hogar y su vulnerabilidad a la pobreza,
se debe tomar en cuenta que “el recurso-activo más valioso que
tienen los hogares para enfrentar su condición de vulnerabilidad
es el trabajo. (…) la vulnerabilidad a la pobreza de los hogares de
escasos recursos estaba fuertemente asociada a su capacidad de
movilizar sus recursos de trabajo” (Wormald, Cereceda y Ugalde,
2002: 199-200).

Hemos visto que la migración-remesas promueve o va en


auxilio, en mayor proporción, de los arreglos residenciales ex-
367
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

tensos-complejos, monoparentales y los presididos por mujeres.


Tal como hemos sustentado, mediante los arreglos residenciales
extenso y complejo, los miembros pueden buscar o desarrollar
estrategias residenciales de reproducción social, las cuales con-
templan tres dimensiones, la primera sería la reducción de los
costos comunes y sumar contribuciones de mayor cantidad de
personas para solventar el tiempo de trabajo doméstico común;
una segunda, consistente en propiciar la cercanía vital que haga
posible la ayuda mutua intergeneracional (envejecientes, niños y
discapacitados) y, una tercera dimensión es la de posibilitar la
liberación o disminución del trabajo doméstico de los diferentes
miembros, sobre todo femeninos, para multiplicar la participa-
ción económica. En lo adelante vamos a explorar, si en los hoga-
res complejo y extenso que reciben remesas, además de la posibi-
lidad de ayuda mutua, prevalece la dimensión de la estrategia de
reproducción social relativa a la multiplicación de la participación
económica de sus miembros.

Las estrategias de reproducción social pueden involucrar una


reorganización del hogar asociada a la incorporación económica
de determinados miembros del hogar, tal como se realiza con la
emigración laboral. Hasta tal punto es importante la estructura-
ción del hogar de cara a la inserción posible de sus miembros en
la esfera productiva que, como señala Villena “es plausible soste-
ner que los procesos de organización doméstica constituyen una
mediación entre las transformaciones de la estructura económica
y la estructura del empleo” (Villena, 194: 198).

El enfoque de la pobreza que aquí trabajamos, aunque es in-


separable de su estatuto meramente descriptivo, también incluye
estructuras, elementos relacionales y actuaciones. Las actuaciones
individuales –de las unidades domésticas o los individuos– son
realizadas para atenuar, contrarrestar o desafiar los constreñi-
mientos sociales o las desventajas sociales como también para
aprovechar las oportunidades, multiplicar o acomodarse a los
368
TOMO I

efectos diferenciados de las mismas, en nuestro caso, de las reme-


sas. Bajo la pretensión de conjugar los constreñimientos propios
de las condiciones sociales y económicas con la acción individual
o de los sujetos (de las familias o individuos) se han analizado los
niveles de activación individuales o del grupo familiar en torno a
recursos, como las condiciones demográficas, para alcanzar, en-
tre otras iniciativas la participación económica en el entorno de
los arreglos residenciales.

En los tipos de hogar que reciben remesas en mayor propor-


ción, los extensos-compuestos, además de tener la mayor pro-
porción de jefatura femenina, su agrupamiento ha sido de tal
manera (véase el cuadro 11) que su membresía se distingue por
poseer los mayores índices de feminidad (hembras mayores de
13 años). Estas características apuntan a sostener que su reagru-
pamiento con mayor proporción femenina podría estar ligado
al apoyo en trabajo doméstico. O bien a la posibilidad de liberar
hacia el mercado laboral o la actividad económica a la mano de
obra comprometida con el trabajo doméstico. Lo cual está pen-
diente de avizorar.

CUADRO 11. ÍNDICE DE FEMINIDAD SEGÚN LOS DISTINTOS TIPOS


DE HOGAR POR RECEPCIÓN DE REMESAS
Índice de feminidad (mayores
de 13 años)
Tipo de hogar Recibe remesas
Total
Recibe No recibe
Unipersonal
1.00 1.00 1.00
Nuclear biparental
1.09 1.03 1.04
Nuclear monoparental 1.38 1.26 1.29
Extendido
1.51 1.38 1.42
Complejo 1.52 1.40 1.44
Total 1.33 1.15 1.18

369
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

En un apartado anterior se estableció que los miembros de


los hogares receptores de remesas se incorporan en menor pro-
porción al mercado de trabajo. Ahora vamos a ver si hay dife-
rencias específicamente en aquellos arreglos habitacionales –los
extensos y compuestos– que son promovidos o auxiliados por
las remesas.

Previamente, conviene conocer la distribución del recurso tra-


bajo por tipo de hogar para lo cual hemos considerado la intensi-
dad de miembros en edad de trabajar que consiste en dos o más
miembros. La mayor intensidad de miembros en edad de trabajar
corresponde a los tipos de hogar nuclear biparental y complejo y, en
el otro extremo de menor intensidad, los del tipo monoparental y
unipersonal, mientras que el extenso se sitúa a medio camino entre
los dos extremos. Como era de esperar, los hogares biparentales
son los que más han activado el recurso trabajo ya que el 94%
tiene por lo menos un miembro ocupado. Pero el interés de este
estudio es en relación a los hogares enlazados preferentemente
a las remesas, de los cuales los hogares complejos y extensos
muestran la mayor intensidad de miembros ocupados y, en el
otro extremo los uniparentales con la menor.

De los hogares no receptores de remesas, las estructuras bipa-


rental, compleja y extensa tienen la mayor condición de ocupa-
ción de, por lo menos, un miembro. Y además, siempre en los
hogares no receptores, los tipos de hogar con mayor intensidad
de miembros ocupados (dos o más miembros ocupados) son
precisamente aquellos, como fue sustentado anteriormente, que
su caracterización es la de ser un agrupamiento de personas que
posibilita la liberación de mano de obra hacia la participación
económica: el complejo y el extenso ya que de los hogares no
receptores tienen, respectivamente, el 61.1% y el 51.2% con una
ocupación de dos o más de sus miembros (véase el cuadro 13).

Sin embargo, ocurre de manera diferente para esos arreglos


370
TOMO I

residenciales receptores de remesas. Al igual que en los hogares


monoparentales, extenso y complejo, la intensidad de la partici-
pación económica, es decir, la proporción de hogares con dos o
más ocupados, se reduce enormemente en relación a los mismos
hogares no receptores hasta alcanzar en el extenso solamente el
37.7% frente al 51.2% de los que no reciben. Además la mayor
expresión de la condición de intensidad de la condición de inactivi-
dad se encuentra en los hogares extenso y complejo y, de manera
mucho más acentuada, en los hogares receptores de remesas.

CUADRO 13. PORCENTAJE DE HOGARES CON MIEMBROS OCUPADOS


SEGÚN INTENSIDAD DE OCUPACIÓN POR RECEPCIÓN DE REMESAS

Número de No
Tipos de hogar ocupados por Recibe Total
hogar
recibe
Uno 36.3 69.2
Unipersonal Dos o más - -
Uno o más 36.3 69.2 64.7
Uno 49.3 51.7 -
Nuclear Dos o más 38.6 43.1 -
biparental
Uno o más 87.9 94.8 94
Uno 42.0 54.0 -
Nuclear Dos o más 19.8 24.6 -
monoparental Uno o más 61.8 78.6 74.8
Extendidas Uno 39.4 36.1 -
Dos o más 37.7 51.2 -
Uno o más 77.1 87.3 84.7
Compleja Uno 31.9 30.8 -
Dos o más 55.2 61.1 -
Uno o más 87.1 91.9 90.7

Este conjunto de elementos desbrozados se sintetiza de la si-


guiente manera: existe una mayor condición de intensidad de la
ocupación en los hogares extenso y complejo no receptores de
remesas, pero una mucho menor en los hogares extensos que
reciben, así como también una mayor intensidad de inactividad
en los hogares extenso y complejo, pero más acentuada en los
371
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

que reciben. Esta exploración nos pone sobre la pista de que


los miembros de hogares extenso y complejo que no reciben re-
mesas aprovechan las características propias del agrupamiento
de miembros de este tipo de hogares para liberar y aliviar de las
cargas presenciales de la ayuda mutua y del trabajo doméstico
a la mayor cantidad de personas para posibilitarlos a que se in-
corporen a la participación económica. Mientras, la membresía
de los hogares extenso y complejo que reciben remesas no le
otorga primacía a la estrategia de la multiplicación de miembros
orientados hacia el mercado de trabajo. Todo parece indicar que
los hogares receptores extensos y complejo se orientan más bien
hacia el apoyo mutuo de sus miembros; en menor medida, a fa-
cilitar la actividad educativa; y se inhiben más acentuadamente de
la participación económica de sus miembros.

Podría entonces aventurarse que, en un ambiente desprovis-


to de sólidos apoyos públicos de protección social, en lugar de
multiplicar las ventajas de los hogares extenso y complejo para la
liberación de mano de obra hacia la actividad económica, las re-
mesas apuntan en estos arreglos familiares, a vigorizar el régimen
de bienestar basado en el familiarismo.

9. Niveles de ingresos y remesas de los diferentes


arreglos residenciales

El impacto de las remesas en los ingresos es diferenciado según


los distintos tipos de hogar: los hogares que registran dificultades
para que sus miembros se integren a la participación económica
y, por ende, una mayor vulnerabilidad en ese sentido (uniperso-
nal y monoparental) y aquellos, que frente a la emigración de un
familiar son propicios para manejar positivamente los recursos y
activos que poseen las familias pobres.

Los flujos monetarios librados desde el exterior son considera-


dos como los ingresos domésticos principales por la mitad de los
372
TOMO I

hogares que poseen menos recursos y una mayor posibilidad de


riesgos frente a la pobreza y al desempleo. Y, en segundo lugar,
los hogares extenso y complejo adjudican una principalía a las
remesas y a su aprovechamiento (véase gráfico 1).

GRÁFICO 1. IMPACTO DE LAS REMESAS EN LOS INGRESOS FAMILIARES


SEGÚN TIPOS DE HOGAR (EN PORCENTAJE)

Unipersonal 30.6 14.7 54.8

N. Monoparental 28.3 20.4 51.3

Complejo 44.9 23.9 32.2

Extendido 48.6 22.4 29.0

N. Biparental 68.6 15.3 15.3

0.0 10.0 20.0 30.0 40.0 50.0 60.0 70.0 80.0 90.0 100.0

Minimo Complementario Principal

Los hogares de limitados recursos (pobres y no pobres), me-


diante las estrategias de la emigración laboral y la contribución
de las remesas, con frecuencia pueden verse comprometidos con
arreglos residenciales -nuevos o ya constituidos- que, como los
monoparentales y unipersonales, suelen ser considerados como
vulnerables. Se apuesta a que dicha vulnerabilidad se compense
con las remesas recibidas posteriormente. Ahora bien, mientras
se espera esta posible compensación, las oportunidades institu-
cionales de la protección social son sumamente limitadas. Así
que las posibilidades de una compensación por la vía de los in-
gresos cuenta, fundamentalmente, con la apoyatura del trabajo
doméstico no remunerado al interior del grupo familiar.
373
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

El análisis y razonamientos precedentes han resaltado la me-


nor integración al mercado laboral por parte de los miembros
receptores de remesas. Queda, por supuesto, la interrogante de
si se trata, acaso, de una situación momentánea o de un rasgo
más o menos duradero. Si bien los hogares que perciben remesas
se han constreñido en la movilización del recurso del trabajo,
ellos han procurado, sin embargo, una inversión educativa, tan
fundamental para insertarse de la mejor manera en el mercado
laboral o, acaso, para aprovechar mejor las oportunidades aquí o
en el exterior.

Para sopesar las diferencias, se han escogido los niveles edu-


cativos que operan como fronteras diferenciadoras en la valora-
ción social y económica de la capacitación: el nivel secundario y
el universitario. Salvo en el grupo complejo, el fiel de la balanza
apunta más favorablemente hacia los jefes que encabezan ho-
gares receptores de remesas, cuya proporción de bachilleres y
universitarios es más elevada que los que no reciben y, de manera
inversa cuando se evalúa la no instrucción.

Es de esperar que esa ventaja en los niveles de instrucción


surta efectos en la consecución de trabajos mejor pagados. Salvo
en el grupo doméstico complejo que no contaba con una pro-
porción mayor de mejores credenciales educativas y el caso par-
ticularizado del monoparental (menor tiempo y dedicación de las
jefas solas), los favorecidos con las remesas familiares alcanzan
una proporción mayor de salarios por encima del mínimo y de
mayores niveles de pago por hora trabajada.

Las remesas, entendidas como una transferencia internacional


de un fondo salarial contribuirían a la reproducción cotidiana de
las familias, a mejorar sus condiciones de vida y a contrarrestar
el empobrecimiento o la vulnerabilidad social. Ellas proveen un
impacto diferenciado en la pobreza dineraria de los tipos de ho-
gar receptores. Se ha ilustrado el significado diferente, mediante
374
TOMO I

GRÁFICO 2. ESCENARIOS DEL NIVEL DE POBREZA


(MEDIDO SEGÚN LA LÍNEA DE POBREZA)
DE LOS HOGARES QUE RECIBEN
100%

90%

80%
46.3 47.7
52.2 54.8
70%
69.4
60% 79.7 79.2
83.4 85.3
90.6
50%
5 13.4

40%
19.3 34.4
30%

42.9 15.9
20% 40.3

14 16.1 26
10% 12.7 11.5 17.9
3.8 14.7
5.6 6.3 4.7 4 3.2
0% 0 0 0 0
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Sin
n

n
Sin

Sin
Co
Sin

Sin
Co

Co
Co

Co

Unipersonal Nuc. Monoparental Extendido Nuc. Biparental Complejo

Indigente Pobres No pobres

el empleo de la línea de la pobreza, con la construcción de dos


escenarios: los ingresos de los hogares con inclusión del monto
de las remesas; y el otro escenario, esos mismos hogares retirán-
doles el monto de las remesas. Al retirar a los hogares receptores
el monto recibido por concepto de las remesas la proporción
de indigentes aumenta sustancialmente (véase el gráfico 2). Y
los grupos domésticos unipersonal, monoparental y extendido
–catalogamos como de mayor vulnerabilidad– son los que mani-
fiestan mayor impacto de las remesas que permiten reducir signi-
ficativamente la proporción de indigentes.

Las migraciones y las remesas marcan la trayectoria de múl-


tiples esfuerzos individuales para incorporarse a la actividad
económica y lograr mayor bienestar. Esta incorporación en el
mercado laboral exterior, que se salda parcialmente con flujos di-

375
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

nerarios hacia el país, implica las redes familiares que dan apoyo
y posibilitan una tal aventura. Se trata de un formidable impulso
individual, que incorpora las remesas, los hogares y las familias
con sus vínculos y el trabajo doméstico, es decir, que confluyan
individuos, mercado, y la familia en procura del bienestar y de la
atenuación de la vulnerabilidad. Pero la mayor ausencia es la del
Estado y la de un sistema de integración y protección social.

10. Conclusiones

A partir del estudio que resume el presente artículo, hemos


mostrado la existencia de cuatro patrones regionales diferencia-
dos. Estos patrones no necesariamente se corresponden con la
proximidad espacial de las regiones. En especial, las diferencias
entre estos grupos regionales se asocian con la incidencia de la
pobreza de ingresos, sus grados de urbanización, concentración
urbana y el peso de la mujer en la migración.

En consonancia con la bibliografía presentada, el estudio tam-


bién revela la existencia de diferencias importantes en las pobla-
ciones que migran a distintos destinos; estas diferencias incluyen
importantes variaciones regionales, aunque el predominio de la
región metropolitana es considerable.

A la luz de los resultados, podemos afirmar que mientras en


ciertas características estudiadas las remesas no poseen efectos
diferenciados entre los diversos grupos regionales considerados,
se observan efectos distintos en al menos cuatro dimensiones
estudiadas: las condiciones de la vivienda, la estructura familiar,
la ocupación de los miembros y la condición de pobreza de in-
gresos en el hogar.

Es importante destacar, que las diferencias en los impactos so-


bre las dimensiones se observan en el incremento de las diferen-
cias absolutas entre hogares receptores y no receptores, mientras
376
TOMO I

el sentido de estas diferencias permanece similar en todos los gru-


pos regionales. En este sentido, en aquellas dimensiones relaciona-
das a la calidad de vida, es decir, condiciones de la vivienda y po-
breza de ingresos, las remesas conllevan una mejor situación para
los hogares receptores, pero estas diferencias son más acentuadas
en las zonas de mayor pobreza de ingresos, por tanto, parece que
las remesas tienden a acentuar diferencias ya existentes.

Cuando se considera la pobreza desde otras dimensiones dis-


tintas al ingreso, se constata que la dotación de activos de los
hogares receptores se reduce, existiendo evidencia de que inclu-
so su acceso a redes sociales es menor. Si a esto le sumamos que
en materia de ocupación, aunque la fuerza laboral de los hogares
receptores se encuentra mejor educada, estos hogares muestran
una inercia mayor para movilizar su fuerza laboral (fruto en parte
de su menor acceso a redes primarias), y que además los hogares
que reciben remesas desarrollan arreglos familiares más vulnera-
bles en virtud de tener menos presencia de cónyuges y sus lazos
ser menos sólidos, tendremos necesariamente que cuestionar el
verdadero efecto de las remesas sobre las posibilidades de desa-
rrollo, en la medida que no se crean las condiciones para perma-
necer fuera de la pobreza de ingreso sin el flujo externo.

En cuanto a las condiciones de las viviendas, los hogares re-


ceptores mantienen situaciones más favorables y en consecuen-
cia con lo explicado, las menores diferencias se dan en el grupo 1.
Asimismo, en los grupos 3 (Cibao Norte, Higuamo y Cibao Sur)
y 2, donde las condiciones del empleo aparecen más limitadas,
los hogares receptores acusan una menor movilización de sus
recursos para el trabajo.

Los patrones de gastos de los hogares receptores y el bajo


nivel de inversión, permiten afirmar que las remesas parecen
actuar como un fondo salarial compensatorio para el hogar, el
cual permite mejorar más su situación a los hogares de regiones
377
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

menos favorecidas económicamente, y si bien es cierto que los


hogares receptores destinan una porción mayor de sus ingresos
a la salud y la educación, también es cierto que en el primer caso,
el de la salud, no se generan mejores prácticas precautorias como
la adquisición de seguros, y en el caso de la educación parece más
bien existir una anticipación de la futura condición migratoria de
los miembros.

Las remesas han sido vistas por la Nueva Economía de la Mi-


gración Laboral como un ahorro –frente a las dificultades de los
pobres para acceder al sistema crediticio formal–; también como
un seguro frente a pérdidas de trabajo, de la producción, enferme-
dades. Sin embargo, la transposición del discurso de la economía
racional a realidades tan diferentes como la familia nos señala
problemas epistemológicos. Ahora bien, el giro fue interesante
ya que intentó profundizar el fenómeno de las remesas en sus
relaciones con el sistema social, económico e institucional del
país de origen.

La importancia social para el bienestar de las redes de inter-


cambios recíprocos de bienes y servicios en la familia ampliada y
allegados– de los cuales las remesas forman parte, nos refiere al
régimen de bienestar familiarista del país, en el cual se inscriben.

Se ha dicho, con alguna razón, que la emigración de fuerza de


trabajo reduce la presión sobre el mercado de trabajo y las deman-
das sociales al régimen de acumulación y al estilo de desarrollo. Asi
mismo, las remesas familiares, como recursos y estrategias familia-
res de intercambio recíproco propias a un régimen familiarista de
bienestar al cual fortalecen, reducen la presión social al tradicional
desentendimiento del Estado en la plasmación de una instituciona-
lidad y políticas eficaces de una asunción mayor del bienestar de la
ciudadanía que conceda la posibilidad de retirar y asumir la pesada
carga de responsabilidad de bienestar que descansa en las familias
de escasos recursos, que además no pueden recurrir al mercado.
378
TOMO I

Las remesas no se dirigen a todos los hogares ni solo a aque-


llos con emigrantes o emigrantes recientes. El presente trabajo
permitió identificar los arreglos residenciales, familiares y otros
elementos que favorecen la recepción de remesas. La centralidad
de la recepción de remesas es detentada por la familia extensa no
residencial con un 50% de los destinos de las remesas. Le siguen
los arreglos residenciales con jefatura femenina, los arreglos ex-
tenso-complejos y los nucleares monoparentales. Y entre los ele-
mentos se encuentra la presencia en el hogar de un envejeciente,
el cual como explicamos favorece el apoyo intergeneracional.
También hay diferencias según necesidades o condiciones: los
mayores montos de dinero son recibidos por los arreglos resi-
denciales encabezados por mujeres, y también por los hogares
con población infantil.

Los impactos de las remesas en la pobreza de ingresos son


considerables y visibles y operan precisamente sobre aquellas fa-
milias que se sitúan en la vulnerabilidad. Cuando se desagrega
por familias receptoras y no receptoras y se clasifican por quintil
de ingreso, los efectos de las remesas en las familias de mayor
pobreza y vulnerabilidad son tangibles.

Sin embargo, el ambiente favorecedor del arreglo residencial


extenso-complejo para liberar mano de obra del trabajo domésti-
co y posibilitar su incorporación a la participación económica no
obra benéficamente en los receptores. De manera que la recep-
ción de remesas proveen un impacto diferenciado en la pobreza
dineraria de los miembros de los arreglos residenciales conside-
rados más vulnerables: el unipersonal y el monoparental. Pero
las remesas, vistas aún en los arreglos residenciales de una mayor
mediación y condiciones estructurales para propiciar la incorpo-
ración de sus miembros al mercado de trabajo, no estimulan una
estrategia de multiplicación de la participación económica, vital
para la mejoría de las condiciones de vida.

379
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383
384
Nota Biográfica de los Autores

385
386
ISIS DUARTE TAVÁREZ. Socióloga dominicana egresada de
la Universidad Autónoma de Santo Domingo con estudios de
maestría en Ciencias Sociales, mención en Ciencia Política, de
la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Santiago de
Chile (1972-1973). Durante más de 20 años laboró en la Univer-
sidad Autónoma de Santo Domingo como Profesora Adjunta y
Coordinadora de Cátedra del Departamento de Sociología y fue
Directora del mismo en dos oportunidades. En la actualidad, se
desempeña como consultora e investigadora independiente.

Se inició en la coordinación de investigaciones sociales en el


antiguo Centro de Estudios de la Realidad Social Dominicana
(CERESD-UASD) y, posteriormente, en el Instituto de Estudios
de Población y Desarrollo (1985) de PROFAMILIA, donde la-
boró, primero, como investigadora principal y, luego, como di-
rectora, hasta acumular una amplia experiencia principalmente
en investigaciones sociales vinculadas a problemas laborales y
condiciones de vida, migración, género, cultura política y demo-
cracia.

Ha sido consultora de varios organismos e instituciones nacio-


nales e internacionales y autora o coautora de numerosos libros,
ensayos y otras publicaciones, entre las cuales se destacan: Azúcar
y Política en la RD (1976). Capitalismo y superpoblación en Santo Do-
mingo (1980), Trabajadores Urbanos (1986) Población y Condición de la
mujer (1989), Población, Migraciones Internas y Desarrollo en República
Dominicana (1991), Quinientos mil haitianos en República Dominicana

387
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

(1994), Los hogares dominicanos, el mito de la familia ideal y la jefatura


de hogar (1995), Entre la calle y la casa: Las mujeres dominicanas y la
cultura política a finales del siglo XX” (1999), El Trabajo Doméstico
Remunerado en la RD (2009), Mujer y Política en la RD: Consensos y
Disensos entre las Líderes y la ciudadanía (2008); y los textos sobre cul-
tura política y democracia en la República Dominicana: La cultura
política dominicana, entre el paternalismo y la participación (1998); ¿Hacia
dónde va la democracia dominicana? (2002), La democracia vulnerable: insa-
tisfacción y desconfianza (2005).

Fue merecedora del Premio Nacional de Ensayo “Pedro Hen-


ríquez Ureña”, otorgado por la Secretaría de Estado de Edu-
cación (1980) por su obra “Capitalismo y Superpoblación en Santo
Domingo” y de la medalla al mérito que otorga el gobierno domi-
nicano a la mujer (1996) por su labor en el campo de la investi-
gación social. Miembro de Número de la Academia de Ciencias
de la República Dominicana, ingresando el 15 de agosto de 1994.
Formó parte del grupo que fundó en 1993 el movimiento cívico
Participación Ciudadana y fue Directora del Programa Político-
Electoral de esa agrupación.

EL SERVICIO JESUITA A REFUGIADOS/AS Y MIGRANTES (SJRM).


Es una organización internacional de la Compañía de Jesús, que
facilita la participación de individuos y comunidades en la ta-
rea de acompañar, servir y defender a refugiados/as y migrantes
forzados/as, promoviendo la cooperación regional y global. Su
visión es impulsar cambios orientados a mejorar las condiciones
socio-políticas y económicas de los/las refugiados/as y desplaza-
dos/as y sus descendientes en la República Dominicana y el Cari-
be, promoviendo el diálogo cultural, el respeto a los derechos hu-
manos, y la solidaridad entre los pueblos, desde una metodología
democrática y participativa, bajo la inspiración de la misión de la
Compañía: servicio de la fe y la promoción de la justicia.

388
TOMO I

Se funda en República Dominicana en 1995, respondiendo ini-


cialmente a las características especiales de los derechos huma-
nos de migrantes forzados/as y más adelante refugiados/as, en el
contexto de la región caribeña en general, y de Haití y República
Dominicana, en particular.

Actualmente desarrolla sus programas de trabajo a través de


una oficina en Santo Domingo (Centro Bonó), una oficina en la
frontera norte (Solidaridad Fronteriza, en Dajabón, una en San-
tiago de los Caballeros en las instalaciones del Centro de Forma-
ción Social Agraria (CEFASA) y una en la frontera sur (Servicio
Jesuita a Refugiados/as y Migrantes en Jimaní).

FELIPE SANTOS REYES. Nació en Santo Domingo, Distrito


Nacional, en lo que hoy se denomina municipio Santo Domin-
go Este. Realizó sus estudios de educación primaria en la es-
cuela Hogar Masónico, y sus estudios secundarios en los liceos
Gregorio Luperón y Ramo Emilio Jiménez, obtiene el título de
Bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas. En la Universidad
Autónoma de Santo Domingo, obtiene el título de licenciado
en Economía. Su especialidad profesional se concentra en in-
vestigación socioeconómica y formación de proyectos sociales
(autodidacta), planificación sindical (CNTD/ORIT), análisis de
mercado de trabajo (ORIT/BID/Costa Rica), políticas sociales.
Se ha desempeñado como asesor para varias organizaciones de la
sociedad civil e instituciones estatales.

Ha realizado y co-realizado las siguientes investigaciones:


• Las Organizaciones de Trabajadores como actor en el siste-
ma de relaciones laborales en República Dominicana, Organiza-
ción Internacional del Trabajo.
• Integración del Sector Informal a la Seguridad Social en Re-
pública Dominicana, Organización Regional Interamericano de
Trabajadores /Perú, etc.
389
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

• Propuesta sindical de reforma al Código Monetario y Finan-


ciero 2001-2001, Consejo Nacional de Unidad Sindical.
• Estructura de Presupuesto e impacto en los grupos vulne-
rables en República Dominicana, Centro de Estudios Sociales
Padre Juan Montalvo.
• Servicios Municipales para el desarrollo infantil temprano
en el municipio de Cevicos, Comunidad Cosecha/Ministerio de
Educación/Banco Mundial.

MILKA A. CUELLO DEL ORBE. Estudió sociología y realizó


una especialidad en Estadística Aplicada en la Universidad Au-
tónoma de Santo Domingo, donde trabaja actualmente como
ayudante docente y colabora en una investigación en el ámbito
de las migraciones en el país. Además, de participar en un estu-
dio sobre “Responsabilidad Social Corporativa” en el Distrito
Nacional, ha colaborado en diferentes consultorías: Estudio de
Factibilidad Social sobre el ITIESCO SL (Grupo de Consulto-
ría Pareto), “Elaboración de un Mecanismo de Relacionamien-
to entre Comunidad-Centros Hospitalarios en materia de Salud
Sexual y Reproductiva (Facilitadores Asociados); así como, en la
evaluación de proyectos de Educación Social (Children Interna-
tional- Pro-generas)

Ha trabajado como educadora social/técnica en el Proceso


Pobreza (Centro Juan Montalvo), encargada de zona (Children
International), técnica de proyectos sociales (Red Iberoamerica-
na de Personas con Discapacidad).

De igual modo, ha apoyado talleres, cursos, etc. sobre tópicos


diversos del ámbito social (proyectos, análisis de la realidad so-
cial, planificación etc.)

LA FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES


(FLACSO). Es un organismo intergubernamental y autónomo..
390
TOMO I

Fue fundada en 1956 como una iniciativa de cooperación entre la


Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cien-
cia y la Cultura (UNESCO) y los Gobiernos de América Latina y
el Caribe, con el objetivo de promover la enseñanza, la investiga-
ción y la cooperación técnica en el ámbito de las ciencias socia-
les. La FLACSO produce investigaciones relevantes y sustantivas
sobre los temas prioritarios en la región, constituyéndose en una
institución de referencia en el pensamiento político, económico,
social, cultural, medioambiental y otros propios de las ciencias
sociales. Además, continúa formando profesionales del más alto
nivel en cursos de postgrado. La FLACSO en República Domi-
nicana está ubicada en la calle José Joaquín Pérez, Gascue, Santo
Domingo, República Dominicana, Tel: 809 6863664. Su página
web es www.flacso.org.do

ALICIA SANGRO BLASCO. Es Licenciada en Derecho por la Uni-


versidad Complutense de Madrid (1994), Especialista en Dere-
cho Internacional y Derecho Europeo por la Universidad Católi-
ca de Lovaina (1996). Ha completado su formación con estudios
de Desarrollo con concentración en América Latina en la UCL.
Es candidata a la Maestría en Género y Desarrollo de INTEC.
Luego de trabajar en las relaciones entre la Sociedad Civil y las
instituciones europeas en el área de Derechos Humanos, Ayuda
Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, se traslada a República
Dominicana en el año 2000. Aquí se desempeña como JPO en
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2000-2002)
en el área de Gobernabilidad y Acceso a la Justicia. Ha trabaja-
do para el Centro Juan Montalvo y el Centro Cultural Domíni-
co Haitiano. En el año 2006 desarrolla el Programa Inicial de
Formación para Fiscales de nuevo ingreso en la Escuela Nacio-
nal del Ministerio Público. Desde el año 2007, es investigadora
asociada de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en
su programa Migración y Derechos Humanos. En FLACSO, ha
participado en la creación del Observatorio Migrantes del Cari-
391
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

be. Ha colaborado en numerosas ocasiones con el Centro Bonó


a través del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes. Es docente
de Derechos Humanos en la Escuela de Graduados en Derechos
Humanos y Derecho Internacional Humanitario de las Fuerzas
Armadas. Sus temas de investigación son género y migración,
con especial interés en los procesos de migración sur-sur, que
afectan a la isla Hispaniola. En la actualidad, se desempeña como
Oficial Nacional en la Organización Internacional para las Mi-
graciones.

BRIDGET WOODING. Se ha especializado en el campo del de-


sarrollo humano, migraciones, género y derechos humanos. Des-
pués de muchos años trabajando con organizaciones internacio-
nales de cooperación en el Caribe (incluyendo con Oxfam GB,
ActionAid UK, Save The Children UK y la Federación Luterana
Mundial Haití/Caribe), notablemente en la República Dominica-
na, Haití y Cuba. Se desempeña actualmente como investigado-
ra asociada en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(FLACSO) República Dominicana. Funge como la Coordina-
dora del programa Observatorio Migrantes del Caribe, apoyado
tanto por FLACSO como por el Centro de Investigaciones y
Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana (CIES-UNI-
BE). Es la autora del libro Inmigrantes haitianos y dominicanos
de ascendencia haitiana en República Dominicana (2004). Tam-
bién es co-editora, con Wilfredo Lozano, del libro: Los Retos del
Desarrollo Insular. Desarrollo sostenible, migraciones y derechos humanos
en las relaciones domínico-haitianas en el siglo XXI (2008). Es investi-
gadora principal en la República Dominicana para un proyecto
regional en América Latina y el Caribe enfocando la mujer mi-
grante en la migración intra-regional, apoyado por la coopera-
ción canadiense.

JAIME ARISTY ESCUDER. Profesor de Economía de la Pontifi-


cia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Doctor en
392
TOMO I

Economía por la Universidad de Barcelona. Master en Financial


Mathematics por la University of Chicago. Magister en Matemá-
ticas Puras por la PUCMM.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA MADRE Y MAESTRA (PU-


CMM). Es la primera Universidad privada del país, fue fundada
por la Conferencia del Episcopado Dominicano en el 1962 en
Santiago de los Caballeros, en respuesta a las necesidades que
en materia educativa fueron surgiendo en el país en su proceso
de desarrollo económico y social. Se le llamó Madre y Maestra
en homenaje a la encíclica social “Mater et Magistra”, en cuyos
principios fundamentales se inspira. Tiene como misión: “Bus-
car soluciones científicas a los desafíos que enfrenta el pueblo
dominicano y su entorno global, y formar profesionales líderes,
dotados de principios éticos, humanísticos y cristianos, necesa-
rios para el desarrollo material y espiritual de la sociedad, man-
teniendo el carácter de espacio abierto para la libre discusión de
las ideas”. Ha sido considerada por evaluaciones externas de los
organismos correspondientes como una institución de enorme
importancia para el desarrollo del país y un referente para el sis-
tema de educación superior dominicano.

RAMONINA BREA DEL CASTILLO. Es socióloga y ensayista. Rea-


lizó su especialidad en sociología política en la École de Hautes
Études en Sciences Sociales y obtuvo su doctorado en la Univer-
sidad de París I, Panthéon-Sorbonne. Es autora de La democracia
vulnerable: insatisfacción y desconfianza (1994-2004); ¿Hacia dónde va la
democracia dominicana?; Entre la calle y la casa. Las mujeres dominicanas
y la cultura política a finales del siglo XX; Cultura política y democracia en
la República Dominicana. De sus escritos sobre el pensamiento do-
minicano, la cultura y el sistema político destaca su libro Ensayo
sobre la formación del Estado capitalista en Haití y República Dominicana,
el cual obtuvo el Premio Nacional de Historia. Es Directora del
Centro Universitario de Estudios Políticos y Sociales (CUEPS)
393
MINISTERIO DE ECONOMÍA, PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y desde allí


desarrolla una línea de análisis y publicaciones sobre problemas
y políticas sociales e institucionales.

EL GRUPO DE CONSULTORÍA PARETO. Es una firma especia-


lizada en investigación económica, social y de mercado. Su mi-
sión es contribuir al desarrollo del país mediante la aplicación
de técnicas de investigación avanzadas, para obtener respuestas
rigurosas a problemas de firmas, gobiernos y otras instituciones.
El Grupo se nutre de la contribución de profesionales de alta
formación y con amplia experiencia, unidos por la intención de
tender un puente entre los métodos de investigación científica y
las necesidades concretas de las empresas dominicanas líderes,
supliendo así las necesidades de las mismas en un entorno cada
vez más competitivo.

Su nombre hace honor a Vilfredo Pareto (1848-1923), un pen-


sador italiano cuyas ideas son reconocidas por economistas, ad-
ministradores, estadísticos y sociólogos, por lo cual representa
un ejemplo de un abordaje multidisciplinario a la complejidad de
los problemas modernos. El Grupo de Consultoría Pareto tiene
experiencia en investigación (económica, social y de mercado),
planificación (estratégica y táctica) y docencia (tanto a nivel de
grado como de postgrado). Asimismo, los consultores asociados
al Grupo de Consultoría Pareto tienen experiencia en materia
de diseños de sistemas de información, y han creado diversas
plataformas informáticas para el manejo de encuestas y bases de
datos económicos y sociales.

JOEL ARBOLEDA. Es sociólogo, graduado de la Universidad


Autónoma de Santo Domingo, especialista en estadística por
esta misma universidad y Diploma de Estudios Avanzados en
Procesos Sociales de la Globalización por la Universidad del País

394
TOMO I

Vasco. Ha estado vinculado por más de diez años a labores de


investigación social, política y de mercado. Su experiencia de tra-
bajo incluye la dirección de Departamentos de Análisis y Pro-
cesamiento en varias empresas de investigación de mercado y
ha realizado un gran número de investigaciones para empresas
e instituciones de reconocido prestigio, entre las cuales se desta-
can: Encuesta Nacional para Caracterización Mercado Residen-
cial (CODETEL, 2002-2003), Estudio sobre las estrategias de
sobrevivencia de la población durante la crisis (INTEC–Banco
Mundial, 2003 – 2004). Estudio sobre la adaptación de estudian-
tes extranjeros de habla hispana (UNIBE, 2004.) Investigación
sobre los factores determinantes de la satisfacción y lealtad de los
clientes (MERCASID, 2005). En adición a estas investigaciones,
ha realizado estudios de imagen política para diversos precandi-
datos presidenciales.

395
Este libro
Movimientos Migratorios desde y hacia
la República Dominicana
Tomo I
se terminó de imprimir en el mes de marzo del 2011
en los talleres de la Editora Alfa y Omega,
Santo Domingo, Ciudad Primada de América,
República Dominicana

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