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CRECIMIENTO VERDE

En Colombia, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 “Todos por un nuevo país” (en su capítulo X,
página 556), de conformidad con el concepto de la OCDE, adopta el crecimiento verde como “un
enfoque que propende por un desarrollo sostenible que garantice el bienestar económico y social
de la población en el largo plazo, asegurando que la base de los recursos provea los bienes y servicios
ambientales que el país necesita y el ambiente natural sea capaz de recuperarse ante los impactos
de las actividades productivas” (DNP, 2015a).

El Departamento Nacional de Planeación (DNP, 2015a), a través del Plan Nacional de Desarrollo (PND),
precisa que un modelo de desarrollo con una apuesta de crecimiento verde representa para Colombia la
oportunidad de realizar procesos productivos bajos en carbono, con una mayor eficiencia en el uso de
los recursos, menores impactos sobre el entorno y mayor resiliencia ante un clima cambiante. Lo
anterior, busca disminuir los impactos negativos en la sociedad, en especial en la población más pobre y
vulnerable. La estrategia planteada en el PND refuerza la estrategia de desarrollo bajo en carbono, la
conservación del capital natural, la gestión de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático;
exalta el ordenamiento territorial y la gestión del recurso hídrico como retos inaplazables para la
consolidación del crecimiento verde; y con menos énfasis, hace referencia en los negocios verdes y la
producción y consumo sostenibles.

La visión del Plan (capítulo X) sugiere que el crecimiento verde, por definición, le apuesta a la equidad y
a la reducción de la pobreza. Así mismo, le apuesta a la paz a través del ordenamiento social, ambiental
y productivo del territorio, de forma que el acceso a los bienes y servicios ambientales no sean los
factores detonantes de nuevos escenarios de conflicto y, finalmente, sugiere que implica cambios
culturales en la manera de concebir una sociedad. Lo anterior, significa un gran reto para el país y los
sectores de la economía, en términos de vinculación efectiva de la promoción de la equidad, la educación
y, sobre todo, los factores de innovación e inversión público-privada.
De acuerdo con lo anterior, el crecimiento verde debe ser entendido como un medio para el progreso
económico en el marco de la sostenibilidad ambiental; un progreso incluyente que, al generar
oportunidades económicas y sociales, actúa como medida preventiva en la generación de nuevos
escenarios de conflicto; además de ser una alternativa de desarrollo para rehabilitar aquellos territorios
donde la presencia del mismo, por varias décadas, ha profundizado las condiciones de vulnerabilidad.

La generación y aprovechamiento de las oportunidades económicas requieren inversiones públicas y


privadas significativas para generar un ciclo virtuoso de crecimiento. Estas inversiones son necesarias
para la trasformación y dinamización de los sistemas productivos regionales y para el desarrollo humano,
así como en la infraestructura física, económica y social que lo haga resiliente y sostenible en el tiempo.

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