Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Usualmente las personas que usan drogas de manera abusiva o dependiente, a través del tiempo
tienden a consumir dosis progresivamente mayores, pueden llegar a sentir deseos imperiosos de
consumir la sustancia y angustiarse si no la tienen o, luego de un tiempo largo de no consumir,
pueden volver a usar la droga incluso con mayor intensidad que antes. Estas situaciones dan paso a
que se puedan identificar signos clínicos como la tolerancia a la sustancia, la abstinencia o
privación, el craving y la recaída, que serán definidas a continuación.
Tolerancia
Las personas que consumen alguna droga de manera habitual eventualmente pueden empezar a
requerir dosis cada vez mayores para obtener un efecto placentero de intensidad similar al que
experimentaban en etapas iniciales del consumo. Este proceso se denomina tolerancia, y se trata
de un ajuste neuro adaptativo del SNC de la persona, la que requiere progresivamente de mayores
cantidades de la sustancia para experimentar los mismos efectos.
El desarrollo de la tolerancia del SNC a una sustancia es favorecido por algunos factores que es
necesario tener en cuenta, dentro de los cuales destacaremos la edad de inicio del consumo y el tipo
de sustancia consumida.
La edad de inicio del uso de la sustancia es un factor muy importante, puesto que a menor edad es
más probable que el SNC se adapte a la alteración que provoca la acción de una droga. La inmadurez
neurológica de los niños y los adolescentes los hace mucho más vulnerables en este aspecto, dado
que el cerebro es un órgano que aprende y, lamentablemente, también se adapta a un
funcionamiento anormal sobre todo si este aprendizaje se lleva a cabo en pleno proceso
madurativo.
El tipo de sustancia consumida también es un factor relevante, dado que no todas las drogas tienen
el mismo poder para generar tolerancia ni todas las personas desarrollan tolerancia a las drogas.
• Lo primero se refiere a que objetivamente hay sustancias psicoactivas que generan tolerancia
y dependencia con mayor probabilidad. Las sustancias con mayor potencial en este sentido
son la nicotina, el alcohol, la heroína, la morfina, la metadona, y algunos fármacos como los
benzodiacepinas y los barbitúricos.
• Lo segundo se refiere a la respuesta orgánica particular de cada persona frente a una misma
droga, que se denomina sensibilidad, y es lo que determina que unas personas gusten más
de una droga o se hagan tolerantes o dependientes a algunas sustancias y no a otras. Durante
los últimos años han avanzado distintas líneas investigativas en este aspecto, y se sabe que
para algunas sustancias psicoactivas (como el alcohol, por ejemplo), habría factores genéticos
predisponentes que pueden determinar la dependencia.
Abstinencia o privación
Corresponde a un conjunto de signos fisiológicos y psicológicos que presentan las personas con
consumo problemático que, luego de abstenerse o privarse de la sustancia por algún tiempo,
presentan molestias físicas intensas y un malestar psicológico significativo, producto de la detención
o reducción del consumo. Dado que se trata de un conjunto de síntomas bastante específico para
cada sustancia que genera dependencia, se le denomina síndrome de abstinencia o privación.
Algunos de los signos más comunes pueden ser sudoración, taquicardia, dolor abdominal, temblor
corporal, aumento o disminución del apetito, náuseas, cefalea, o insomnio.
La intensidad del síndrome de abstinencia dependerá del tiempo que la persona lleva consumiendo,
de la cantidad de sustancia consumida, pero también de las condiciones físicas y emocionales en las
que se encuentren las personas al interrumpir el patrón de consumo.
Un aspecto importante que considerar es que el consumo abusivo y dependiente suele ser bastante
rutinario, siguiendo un patrón conductual similar cada vez o llevarse a cabo en los mismos sitios y
con las mismas personas. Por ello, al interrumpir un consumo problemático, con fines terapéuticos,
por ejemplo, pueden aparecer o intensificarse fácilmente los signos de privación en las personas, al
exponerse a los lugares o circunstancias en las que anteriormente se consumía.
Craving
Se refiere al deseo intenso e irrefrenable por consumir una sustancia, es de origen biológico, aun
cuando tenga manifestaciones psicológicas como angustia y ansiedad. Puede ir acompañado de
malestar físico, como la inquietud psicomotora y dificultad para mantener la concentración.
El craving representa un signo clínico central para el diagnóstico del síndrome o trastorno por
dependencia a sustancias, y es una de las causas más importantes por las cuales las personas que
han decidido abstenerse vuelvan a consumir.
El craving puede aparecer mucho tiempo después de haber suspendido el consumo, y a veces basta
con que la persona vea imágenes (en películas o fotos) o participe de conversaciones que refieran
la sustancia para que se manifieste nuevamente.
Recaída
El término recaída se utiliza para señalar la vuelta al consumo, después de un período de tiempo de
abstinencia (entre 1 y 3 meses).
La recaída o reiniciación del consumo, puede ser progresiva, o bien, brusca e intensa. Va a depender
de la intensidad del síndrome de abstinencia, las características personales, pero también de las
circunstancias en las cuales se vuelva a consumir. Es importante considerar la presión del grupo
(particularmente en el caso de los adolescentes, que necesitan reconocimiento y filiación, y los
varones adultos, que no quieren mostrarse “débiles” ante sus pares).
¿Dependencia o adicción?
Aunque son dos términos frecuentemente usados como sinónimos, se prefiere en la actualidad
utilizar el término dependencia por sobre el de adicción.
El término adicción, también hace referencia a un patrón de consumo dependiente, pero tiende a
asociarse con una connotación negativa, pues señala más bien una pérdida de la libertad de la
persona, por la cual el sujeto se encuentra atrapado por el consumo o la sustancia pero, más aún
“anulado” por el comportamiento de consumo compulsivo. Incluso algunos teóricos han afirmado
que el adicto, es un “a-dicto” (sin-dicho, que no dice), vale decir, una persona sin palabra, y sin
palabra no hay sujeto. Tal denominación pudiera oscurecer no solo el pronóstico, sino la
consideración misma de una persona que, si bien se haya en una situación muy difícil, esté
posibilitada o imposibilitada para tratar y superar un trastorno mental o del comportamiento.