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Síntomas y causas
Diagnóstico y tratamiento
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Descripción general
En los casos más leves, la fiebre amarilla causa fiebre, dolores de cabeza,
náuseas y vómitos. Pero la fiebre amarilla puede ser mucho más grave y causar
problemas cardiacos, hepáticos y renales además de sangrado (hemorragia).
Hasta el 50 por ciento de las personas que padecen la forma más grave de la
fiebre amarilla mueren a causa de esta enfermedad.
Síntomas
Durante los primeros tres a seis días después de contraer la fiebre amarilla, que
es el período de incubación, no tendrás ningún signo o síntoma. Después de este
período la infección entra en una fase aguda y luego, en algunos casos, en una
fase tóxica que puede ser potencialmente mortal.
Fase aguda
Una vez que la infección entra en la fase aguda, puedes notar los siguientes
signos y síntomas:
Fiebre
Dolor de cabeza
Sensibilidad a la luz
Pérdida de apetito
Mareos
Fase tóxica
Aunque los signos y síntomas pueden desaparecer por uno o dos días después de
la fase aguda, algunas personas con fiebre amarilla aguda entran luego en una
fase tóxica. Durante la fase tóxica, los signos y síntomas regresan y aparecen
otros mucho más graves y potencialmente mortales. Estos pueden ser:
Antes de viajar
Dos o más semanas antes de viajar, solicita una consulta con el médico si
vas a una zona donde se sabe que hay fiebre amarilla, para informarte si
necesitas la vacuna contra esta.
Causas
El virus de la fiebre amarilla infecta con más frecuencia a los humanos y a los
monos. Los mosquitos transmiten el virus de monos a humanos y viceversa.
Puedes correr el riesgo de contraer la enfermedad si viajas a una zona donde los
mosquitos siguen portando el virus de la fiebre amarilla. Estas zonas son la región
subsahariana de África y la región tropical de Sudamérica.
Si planeas viajar a estas zonas, puedes protegerte con una vacuna contra la fiebre
amarilla administrada, al menos, varias semanas antes de viajar.
Cualquiera puede infectarse con el virus de la fiebre amarilla, pero los adultos
mayores corren mayor riesgo de contraer un caso grave de la enfermedad.
Complicaciones
La fiebre amarilla produce la muerte del 20 al 50 por ciento de las personas que
manifiestan un cuadro grave. Las complicaciones durante la fase tóxica de una
infección por fiebre amarilla comprenden insuficiencia renal y hepática, ictericia,
delirio y coma.
Prevención
Vacuna
Existe una vacuna muy eficaz para prevenir la fiebre amarilla. Se sabe que la
fiebre amarilla está presente en la región de África subsahariana y en partes de
América del Sur. Si vives en alguna de estas zonas, habla con el médico acerca
de si necesitas la vacuna contra la fiebre amarilla. Si planeas viajar a estas zonas,
habla con tu médico por lo menos 10 días, pero preferentemente tres o
cuatro semanas, antes de que comience tu viaje. Algunos países exigen que los
viajeros presenten un certificado válido de inmunización al momento del ingreso.
Una única dosis de la vacuna para la fiebre amarilla brinda protección durante por
lo menos 10 años. Los efectos secundarios son generalmente leves, duran entre 5
y 10 días, y comprenden dolores de cabeza, fiebre baja, dolor muscular, fatiga e
inflamación en el sitio de la inyección. Pueden producirse reacciones más
importantes, como contraer un síndrome similar a la fiebre amarilla real,
inflamación del cerebro (encefalitis) o muerte, generalmente en lactantes o adultos
mayores. La vacuna se considera más segura para personas que tienen entre
9 meses y 60 años de edad.
Evita actividades innecesarias al aire libre cuando los mosquitos estén más
activos.
Para protegerte de los mosquitos con repelente, utiliza los dos siguientes:
Repelente para la piel. Los productos con los ingredientes activos DEET,
IR3535 o picaridina brindan protección duradera a la piel. Elige la
concentración en función de las horas de protección que necesitas. Por lo
general, las concentraciones más altas duran más.
Ten en cuenta que los repelentes químicos pueden ser tóxicos, por lo que
debes utilizar solo la cantidad que necesitas para el tiempo que estarás al
aire libre. No coloques DEET en las manos de niños pequeños o en bebés
menores de 2 meses. En su lugar, protege el cochecito o el corralito de tu
bebé con un mosquitero para estar al aire libre.