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Combates por la historia: Interpretaciones de la historia del movimiento

obrero en el cine militante argentino al principio de los 1970’s

Manzano, Valeria.

Film & History: An Interdisciplinary Journal of Film and Television


Studies, Volume 34.2 (2004), pp. 46-57 (Article)

Published by Center for the Study of Film and History


DOI: 10.1353/flm.2004.0042

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http://muse.jhu.edu/journals/flm/summary/v034/34.2manzano.html

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Manzano | Combates por la historia

Combates por la historia:


Interpretaciones de la historia del
movimiento obrero en el cine militante
argentino al principio de los 1970’s
Valeria Manzano

En mayo de 1969, en la ciudad de Córdoba, una revuelta de las cuales disparar con los fusiles imaginarios. Si la situación
obreros y estudiantes marcó el inicio del fin del gobierno dictato- política era “explosiva,” si la revolución—de “liberación nacional”
rial iniciado en 1966. Experiencia inédita por su intensidad, por o propiamente socialista, según quien la enunciara—se creía a la
su radicalización política y por los “componentes” de la alianza, vuelta de la esquina, el lugar que estos cineastas se autoasignaban
el Cordobazo no solo puso en jaque al gobierno sino que también, era precisamente el de explicar e interpretar su presente desde su
visto en retrospectiva, abrió una nueva etapa de la historia social historicidad. Así, la apelación a la historia—reciente y no tanto—
y política en Argentina. Entre 1969 y 1973, en pleno clima de fue central en los principales productos fílmicos del cine militante.
inestabilidad política, con gobiernos militares y la principal fuerza Marcar los trazos, la genealogía de los movimientos políticos y
política—el peronismo—excluído y proscripto, cristalizaron sociales de las clases subalternas, pareció ser un imperativo de la
experiencias de lucha armada (organizaciones marxistas, maoístas, hora. Construir tradiciones, explicarlas y “difundirlas,” constituyó
o, las más importantes, peronistas); prácticas sindicales un punto axial en la política de las organizaciones radicales del
antiburocráticas y, más extensamente, una ascendente politización período. Y esas tradiciones e interpretaciones tuvieron, en muchos
de sectores sociales antes no activos, como las clases medias y casos, un soporte en imágenes en movimiento.
especialmente los movimientos juveniles.1 El objetivo de este artículo es indagar en las interpretaciones
En el marco de esas experiencias de radicalización política, de la historia reciente construídas en dos filmes particulares: Los
con el movimiento obrero organizado y los jóvenes como traidores (Raymundo Gleyzer, 1972-73) y Los hijos de Fierro
principales actores, emergieron un sin número de grupos que (Fernando Solanas, 1974-75). La historia, en ambos, se
buscaron resolver, desde las prácticas estéticas, su compromiso sustantiviza: es la historia del movimiento obrero o la historia de
activo con las luchas populares. De alguna manera, actualizaron los sujetos oprimidos, es la historia anti-oficial o, como les hubiera
algunas viejas preguntas de las vanguardias modernistas de las gustado decir a sus realizadores, revolucionaria. Proviniendo sus
primeras décadas del siglo XX. Entre esas preguntas, no fue menor realizadores de tradiciones políticas diferentes, nos interesa rastrear
la de la relación entre esos grupos artísticos y las organizaciones las imágenes que construyen en torno un período de la historia
plenamente políticas: ¿hasta dónde preservar una zona de del movimiento obrero muy preciso: 1955-1973. El marco de
autonomía para la producción estética? Mucho más, se volvieron referencia temporal no es fortuito: en él se comprende el período
a interrogar sobre las funciones del arte: ¿para qué? ¿para quiénes? en el cual el peronismo estuvo proscripto y en el cual se sentaron
¿en qué condiciones debía ser producido? ¿en qué condiciones las bases que dieron con la radicalización política de fines de los
debía ser exhibido? 1960’ y principios de los 1970’. Como elemento constitutivo de
Con esas interrogaciones en mente, entre 1968 y 1973 ese proceso, se gestaron nuevas dirigencias sindicales y nuevas
emergieron un conjunto de grupos de cineastas militantes relaciones entre las “bases obreras” y los dirigentes “tradicionales.”
vinculados a distintas organizaciones políticas de izquierda En definitiva, en ambos filmes se produce un combate por
(peronista o no), para quienes la cámara pasaría a convertirse, la historia, por esa historia a la que se referían: un intento por
como ellos mismos planteaban, en “su fusil.” Mostrar, denunciar, dibujar tradiciones y apropiarse de las mismas. Y se lo hace desde
explicar, interpretar, transformar: todos verbos que se conjugaron una opción formal que es original en el entramado del cine
no solo en manifiestos sino también en la materialidad de la militante: la ficcionalización. Por eso mismo, una de las preguntas
producción fílmica y que se concebían como las municiones con que intentaremos desentrañar es por qué se opta por la ficción y

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cuál era la entidad de esa ficción para las prácticas del cine “comercial,” identificado internacionalmente con las producciones
militante. Combatir por la historia era combatir por la política de hollywoodenses; por otro, del cine de “autor,” ya sea de los
aquel presente, era disputar interpretaciones y delinear saberes movimientos europeos más importantes de los 1960’—por ejemplo,
nuevos sobre sujetos que, centrados en la escena social y política, la Nouvelle Vague francesa—como de las locales aglutinadas en el
no lo estaban en la producción cultural “oficial” o “comercial.” llamado “Nuevo Cine Argentino” o “Generación del 60.”4
Sin embargo, como intentaremos demostrar, el combate de Del “primer cine,” como Solanas y Getino denominaron a
intepretaciones en imágenes y palabras implicaba acuerdos más todo aquello identificado con Hollywood, era necesario
profundos de lo que a sus realizadores—y a las organizaciones directamente deshacerse, ya que era una de las vías más
políticas a las que pertenecían más o menos formalmente—les importantes de “colonización de las consciencias” orquestada y
hubiera agradado reconocer. Entre esos acuerdos profundos se articulada por los poderes imperialistas para alejar a las “masas”
encuentra una similar concepción en torno al movimiento obrero de cualquier proyecto de emancipación. El “segundo cine,”
y sus potencialidades revolucionarias. Pero, antes de avanzar en mientras tanto, era acusado de esteticista pero, fundamentalmente,
este sentido, es necesario que demos cuenta brevemente de la de reformista y diletante. Así y todo, reconocieron en una de las
emergencia y las características de ese cine militante. tendencias de la “Generación del 60” argentina, la que se
aglutinaba en torno a Fernando Birri, cierta capacidad para
El cine como arma política “mostrar” la realidad de los sectores oprimidos, aunque sin que
El cine es un arma política y la realidad que el cine “muestra” se profundizara en las causas de la opresión ni, mucho menos, en
ha de ser transformada: por eso no alcanza con mostrarla y hay sus salidas posibles. 5 A fines de los 1960, para los artistas
que forzar sus trazos para interpretarla, primero, y cambiarla politizados, el “mostrar” no alcanzaba y lo “mostrado” debía ser
radicalmente, después. Estos parecerían ser los rasgos centrales interpretado, y transformado.
del cine militante. En Argentina, durante los últimos años de la Si puede pensarse que la operación de significar la realidad
década de 1960 y los primeros de la siguiente, emergieron varios representada es consustancial a la producción cinematográfica, la
grupos de cineastas ligados por experiencias y motivaciones originalidad de los grupos de documentalistas del cine militante
políticas comunes. Entre ellos, destacaron Cine Liberación estuvo, fundamentalmente, en los modos mismos de representación
(compuesto por Fernando Solanas, Octavio Getino y Gerardo de esa realidad, en el recorte que de ella se efectuaba y en la puesta
Vallejo), ligado a la izquierda peronista y fundamentalmente a la en evidencia de los dispositivos de construcción de significados
organización político—militar Montoneros; Realizadores de Mayo sobre la misma. En este sentido, La hora de los hornos (Solanas y
(Eliseo Subiela, Humberto Ríos, entre otros) también vinculado a Getino, 1967-1968) sigue siendo uno de los monumentos de esos
la izquierda peronista; y Cine de la Base (Raymundo Gleyzer, modos de representación. Sus más de cuatro horas de duración,
Alvaro Melián, Jorge Denti, Nerio Barbieris) ligado de manera divididas en tres partes que, a su vez, pueden ser subdivididas en
ambivalente a la organización de izquierda marxista Partido múltiples fragmentos, se refuerzan abiertamente por comentarios y
Revolucionario de los Trabajadores—Ejército Revolucionario del citas que anclan e interpretan lo “mostrado.”
Pueblo (PRT-ERP). La posibilidad de cortar en cualquier punto la proyección
En el campo cultural argentino, una de las tendencias más de los filmes es un indicio que nos lleva a una de las funciones
destacadas del período 1968-1973 fue, precisamente, la con las que se asociaba a este cine militante: su utilidad para la
politización de las prácticas culturales. En un contexto de creciente discusión política. Como ya anotamos, las sucesivas políticas de
movilización popular, tanto desde las artes plásticas como desde censura de los gobierno militares habían impedido no solamente
la cinematografía, se pretendió un encuentro entre los sentidos de que se produjeran libremente estos filmes sino también que se
vanguardia estética y vanguardia política.2 Los interrogantes que exhibieran en circuitos comerciales. Las prohibiciones oficiales
recorrían a estos grupos de vanguardia estético—política se de exhibición se complementaron con una ferviente voluntad de
sintetizaban en las formas y canales por los cuales los artistas los grupos de cineastas sobre la necesidad de que sus producciones
podrían intervenir de manera efectiva, desde su propia actividad, llegaran a las “bases obreras” y, de esa manera, los circuitos de
en el proceso político y social contemporáneo. exhibición fueron los barrios obreros, las sedes de los sindicatos
Específicamente en el campo cinematográfico, la presencia no burocratizados y los locales de distintas organizaciones
de los grupos antes nombrados asumió distintas formas. Cine políticas.6 En esos ámbitos el cine militante se realizaba como
Liberación es, con todo, uno de los ejemplos más claros de lo que tal: se convertía en “arma” para la discusión política de activistas
Raymond Williams llamó formación de oposición.3 En lo que y encontraba los sujetos a los cuales “pedagógicamente” ofrecer
refiere a su organización interna, fue uno de los pocos grupos que una interpretación de la realidad social y del entramado histórico
contó con su propio “manifiesto,” en el cual se presentaba la idea por el cual ésta se instituyó como tal. En definitiva, dado el tipo
de un tercer cine. Con esto último, el grupo buscaba distanciarse de producciones y los ámbitos donde se proyectaban, los cineastas
de dos tendencias contemporáneas: por un lado, del cine militantes creían poder resolver los sentidos de vanguardia mediante

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la lógica de un cine acción.7 punto central para el reconocimiento de este género en el cual la
Ahora bien, si gran parte de la producción de los cineastas ficcionalidad es un efecto de los modos de narrar.
militantes se concentró en el formato documental y modos de Aquello que el género testimonial pone en evidencia que
representación que podrían definirse como “anti-narrativos,” a tanto la realidad representada como de las convenciones mismas
comienzos de los 1970’ nos encontramos con dos filmes en los de la ficción son producto de un proceso de construcción social y
cuales, los grupos más importantes, optaron por la ficcionalización. cultural. Desde ese instersticio pueden pensarse las características
Nos referimos a Los traidores y Los hijos de Fierro. ¿Por qué se de la ficcionalidad en Los traidores y Los hijos de Fierro, más
optó por la ficción? Y, más aún, ¿cuál fue la entidad de esa ficción? allá de las muchas diferencias—estéticas y políticas—que existen
Con respecto a la primera de las preguntas, un indicio lo ofrece el entre ambos. Esta similitud en la opción narrativa se duplica en
propio Gleyzer al plantear la necesidad de construir alternativas otra: ambos filmes tienen como referencia directa la representación
para llegar a las “bases.” Sus preocupaciones son resumidas de la de un mismo período de la historia argentina y, en él, la focalización
siguiente manera: en un proceso particular: la formación de una nueva dirigencia
sindical y la situación de las “bases.” Ese será el terreno de un
El problema reside en cómo llegar a la base, y no solo combate particular, de un combate por la historia.
en términos teóricos (...) sino en el método concreto,
en la práctica que lo permita. De teoría podríamos
hablar aquí varios días, el problema es cómo llegar a Combates por la historia
un hombre concreto, al que se está jugando el pellejo, Pocos períodos en la historia contemporánea de Argentina
que se está jodiendo la vida trabajando en la fábrica y estuvieron caracterizados por tan importante conflictividad so-
que tiene derecho a que por lo menos le acerquemos cial y política como el que arranca con un golpe de estado en
un mensaje.8 1955 y culmina con otro en marzo de 1976. El primero de esos
golpes puso fin a la experiencia del primer peronismo (1946-1955)
Así, el espectador buscado era definido como un trabajador y / o y, poco tiempo después, se completó con un intento—que se
luchador social (“que se está jugando el pellejo”) y llegar al mismo demostraría fallido—por “desperonizar” a la sociedad. Así, el
implicaba todo un desafío (un “método”). Llegar a esas bases Partido Peronista fue proscripto, Perón fue obligado a exiliarse y
obreras habría supuesto al menos dos dificultades para los cineastas todos los símbolos y rituales del movimiento depuesto fueron
militantes en el período 1969-73. Por un lado, garantizar las prohibidos. En ese marco, la militancia de base del peronismo—
condiciones de exhibición de los filmes en los circuitos alternativos fundamentalmente trabajadores y sectores de clases medias
al cine comercial. Por otro, y de fundamental importancia, diseñar bajas—comenzó un proceso denominado “Resistencia Peronista.”
un lenguaje comprensible, por el cual el “mensaje” pudiera llegar Clandestinamente, empezaron a reorganizarse comisiones fabriles
sin mayores interferencias al espectador. Ese lenguaje sería el que y barriales e incluso comandos de acción armados que buscaban
se moldea por los códigos y las convenciones de la narración articular nuevamente al movimiento y que, en el caso de las
ficcional. Para un público adiestrado a la decodificación del comisiones fabriles, intentaron revertir la tendencia hacia la
lenguaje narrativo ficcional, la operación de los cineastas militantes racionalización de la producción emprendida por las grandes
sería la de adecuar su “mensaje” a las convenciones conocidas.9 corporaciones multinacionales que se instalaron en Argentina
Y si el lenguaje de la ficción era el ideal para llegar a unas desde fines de la década de 1950.
“bases” que se ampliaban con la aceleración de la movilización La experiencia de la Resistencia se agotó en 1960, cuando
social y política de los primeros 1970’, ¿cuál sería la entidad de esa un gobierno constitucional emprendió un proceso de represión a
ficción? Como anotamos, en ambos filmes hay una apelación a la las bases obreras y cuando comenzó a cristalizarse la emergencia
historia de los trabajadores, fundamentalmente entre 1955 y 1973. de una nueva dirigencia sindical.12 Mientras tanto, los 1960’ fueron
En ambos, a su vez, se insertan múltiples fragmentos de imágenes testigos de una continua alternancia entre gobiernos civiles y
documentales que, como veremos, son de vital importancia para la militares, de la profundización de una industrialización ligada a
estructura narrativa. Nos parece posible acercarnos a la entidad de corporaciones multinacionales y de un proceso de modernización
estos filmes poniéndolos en consonancia con lo que habitualmente social y cultural similar al vivido por otros países latinoamericanos.
se denomina relatos de no-ficción o, como los define la crítica El dato a destacar, sin embargo, refiere a un movimiento
literaria Ana María Amar Sánchez, relatos testimoniales.10 Ese contradictorio: el peronismo continuó proscripto como partido
género, cuyo exponente más importante en la escena local fue mientras que sus adherentes crecían a ritmos acelerados. Entre
Operación Masacre de Rodolfo Walsh, 11 se mueve en una esos adherentes se contaban miles y miles de jóvenes de los
ambivalencia fundamental: los hechos narrados son de público sectores medios que, abandonando muchas veces tradiciones
conocimiento, pero no se presenta al relato como un “reflejo” de familiares anti-peronistas, comenzaron a percibir en el
los mismos. El trabajo sobre “los hechos” en clave ficcional es el peronismo—que habría sabido “traducir” las aspiraciones de la

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clase obrera argentina—la mejor vía para construir un camino de de un auto, buscan

Courtesy of the Museo Municipal de Cine


“liberación nacional.” refrenar el movimiento.

Pablo Ducrós Hicken, Buenos Aires.


La interpretación de esa historia inmediata, la de los “años Siguiendo ahora a estos
de la proscripción,” constituyó un campo de disputa fundamental personajes, se marca la
para los militantes de organizaciones sociales y políticas de los contraposición: si los
primeros 1970’. No escapan a esto los dos filmes que aquí obreros en tanto multitud
analizaremos. Optamos por ofrecer un recorrido de lectura de los están combatiendo en su
mismos teniendo en cuenta dos ejes temáticos y uno formal. Por lugar (lafábrica); los
Obreos en huelga echan a la “burocracia
un lado, nos interesa advertir de qué manera en cada uno se ofrece traidora,” (1972-73).
dirigentes están
una explicación / interpretación de la historia del movimiento “encerrados” en las
obrero entre 1955 y 1973 y, de manera concreta, cómo se analiza oficinas del sindicato. Allí, acompañado por sus guardaespaldas,
la relación entre bases obreras y dirigencia sindical. Por otro lado, se encuentra el dirigente Rodolfo Barrera (Víctor Proncet),
focalizaremos en las visiones generales de la etapa histórica, preocupado por la posibilidad de perder las próximas elecciones
procurando advertir cuáles son, en cada caso, los quiebres que se sindicales. Así, mientras la multitud es la forma mediante la cual
remarcan. Por último, prestaremos especial atención a las clausuras se representa a los obreros, los sindicalistas son presentados con
narrativas, o resoluciones imaginarias de las narraciones. toda la impronta de la individualidad: con rostros, nombres y, como
En el caso de Los traidores, es central para la construcción veremos, trayectorias completas.
del relato la configuración de dos temporalidades que se alternan Ya en esa primera operación narrativa están marcadas las
de manera continua. Por un lado, un tiempo presente, que lo es a claves de lo que el film se propone denunciar: el aislamiento de
la vez el del relato y el del film, 1972-1973; por otro, el proceso unos pocos con respecto al conjunto de la clase obrera y, mucho
histórico entre 1955 y 1973. La apelación al proceso histórico más, la actitud de corrosión que esos pocos ejercen sobre las acciones
tiene en el film una doble significación: explicar las condiciones y metas de la multitud. Pero si este punto de denuncia es uno de los
de emergencia de la figura central que se construye, y en un sentido primeros atributos del cine militante, el film pone en juego otros
más general, “presentar” al presente como una sumatoria de las muchos, entre los cuales destaca la interpretación de cómo, mediante
contradicciones generadas en ese proceso. Así, en la representación qué operaciones y circunstancias históricas puede haberse producido
de ese presente cargado de historicidad, laten en la construcción ese hiato. Un hiato que, en la representación de 1972-73, se
del film varios de los elementos centrales del cine militante, entre representa a través de la decisión de Barrera: organiza un
los cuales destaca la voluntad de explicar, a partir de la autosecuestro para elevar su popularidad y, al mismo tiempo,
interpretación, ese recorte de la realidad que se focaliza. En este delictiviza las acciones de la multitud, a las que se acusa de ser
caso, es, centralmente, la relación entre las bases obreras y la responsables de la desaparición del sindicalista. Con la connivencia
dirigencia sindical. de su núcleo más cercano en el sindicato tanto como de la policía,
El presente es destacado a partir de sus líneas conflictivas. Barrera se esconde con su amante en una casa alejada.14
La primera secuencia es de particular importancia, ya que a partir La policía también es protagonista de otra secuencia, donde
de una serie de imágenes flotantes se va develando de a poco su se ancla y significa a la inicial. En tanto prolongación de ésta
significación. Las imágenes, sin acompañamiento de ruidos que (donde solo vemos manos golpeando), el campo se amplía y
las perturben, son las caras de tres personas, sus brazos levantados aparecen quienes pegan de cuerpo entero, como así también el
y los golpes que caen sobre quien (todavía no sabemos quién) está golpeado: uno de los obreros de la multitud que ha sido apresado
siendo golpeado. El presente de 1972-73, en cuanto a la relación y torturado. De alguna manera, el obrero torturado es el emblema
fundamental que busca narrarse, se marca a partir de contrapuntos. mismo de la multitud humillada desde los diferentes poderes que
Por un lado, una fábrica tomada por sus obreros, expuestos al frío y actúan en conjunto. Esto es, la burocracia sindical y el estado,
a la represión. En la fábrica, esas bases están en lucha frente a la mediante la policía. Como la multitud, el obrero golpeado tampoco
patronal. Agazapados tras los alambrados de la fábrica, los obreros tiene voz ni nombre.
“combativos” se representan, en principio, a partir de una figura Partiendo, entonces, de un presente así definido, el film se
central: la multitud. La cámara, en panorámica, se desplaza por esa orienta a rastrear la trayectoria del dirigente sindical y su forja de
multitud de uniformes azules que carece de individualidades, cuyas traidor. Al comenzar el punto de fuga hacia atrás, las primeras
voces resuenan al unísono y cuyas consignas se condensan en imágenes que se incorporan son documentales: los bombardeos a
carteles: “A los muertos de Trelew no se los llora, se los reemplaza” Plaza de Mayo en 1955, la llegada del Almirante Rojas en barco,
y “Solo el pueblo salvará al pueblo.”13 las movilizaciones populares a favor de Perón. Y si esa es la
La relación, entre bases obreras y dirigencia se establece, primera serie de imágenes documentales insertas en la narración,
en esa primera secuencia, con toda su carga de conflictividad: a la las otras corresponden al Cordobazo. De hecho, puede pensarse
toma van los integrantes de la “patota sindical” quienes, bajando que estas elecciones corresponden con el comienzo y final de un

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ciclo histórico, tal cual aparece representado en el film: la derrota “burocracia” emerge de las filas obreras mismas, ante lo cual
de un movimiento popular, en un caso, y la emergencia de otro, parece advertir que la clase obrera, en su conjunto, no es
desligado de las coordenadas del peronismo. “ontológicamente” revolucionaria y que no siempre está parada
Ahora bien, en ambos casos las imágenes documentales en el lugar correcto. Pero, al mismo tiempo, el hiato representado
operan a modo de soporte, de núcleos disparadores de la narración entre “dirigencia burocrática” y el conjunto de la clase es
y sus significados no son flotantes sino que se construyen en la demasiado profundo y ese quiebre da lugar a las connotaciones
narración misma cuyo referente será necesariamente esa realidad atribuidas al traidor.
que decide ser “mostrada.” La narración ficcionalizada nunca deja, ¿Cómo funciona ese hiato en la narración? En la
entonces, de referir a estos marcos generales por los cuales se representación de la década de 1960, Barrera se consolida en la
organiza y moldea.15 Otro signo de estos marcos organizativos estructura sindical. De hecho, se pone en juego en la
está dado por un recurso: la anotación precisa de los años en la ficcionalización un conjunto de variables con clarísima referencia
pantalla a medida que la narración va avanzando hasta situarse en externa: Barrera arregla con las patronales despidos masivos, en
1969. Creemos que si de allí en adelante se opta por abandonar el 1964 organiza un Plan de Lucha, en 1966 apoya la emergencia de
recurso es porque ya están marcadas las líneas del presente tal un gobierno dictatorial, a su vez que el sindicato maneja el juego
cual se representa en el film. ilegal en las fábricas y recauda dinero de las más diversas fuentes
Retomando, entonces, la trayectoria narrativa propuesta por que luego es desviado para beneficios personales. También se
el film, es importante detenerse en una fecha: 1957. Allí, el joven centraliza en los múltiples recursos desplegados por la burocracia
Barrera abocado hasta entonces en su participación en los sindical para perpetuarse: control de elecciones, formación de
comandos armados de la Resistencia Peronista, decide hacer caso “patotas” de choque, etc. La figura de Barrera pareciera condensar,
a las palabras de su padre: “¿Por qué no trabajás adentro de la así, a todos los “burócratas” sindicales peronistas pero, a su vez,
fábrica, con la gente, y no tirándole bombas a los gorilas? Hay es ninguno de ellos en particular.18
que estar con la gente.”16 La década de los 1960’, entonces, es narrada desde la
Barrera, entonces, vuelca su militancia a la fábrica. Una focalización en Barrera y su núcleo más íntimo. Excepto en una
cámara introspectiva ingresa, literalmente, a la fábrica y a partir secuencia, fechada en 1964, en la cual se representa una asamblea
de un conjunto de planos—detalle se elabora una secuencia en de delegados en la cual uno de ellos se enfrenta directamente a
torno al proceso de producción que culmina en el rostro, en primer Barrera y luego es reprimido, en ninguna otra se ponen de manifiesto
plano, del “cronometrista.” Este último personaje es el símbolo posiciones contrarias a las de los traidores. En efecto, en el film se
más pleno del proceso que Barrera, elegido delegado, ha de narran los dispositivos de construcción de Los traidores pero en
enfrentar: la racionalización que llevan adelante un número ese proceso, a la vez, se incluye la visibilidad de los traicionados.
importante de empresas en el contexto político de avance de ciertos Esta opción narrativa es elocuente en varios sentidos. Por un lado,
sectores de la burguesía industrial avalados por el gobierno de si bien puede pensarse que en aras de sostener un núcleo conflictivo
Aramburu (1956-1958).17 básico la narración se oriente a la construcción de la figura del traidor,
El joven Barrera de 1957 es uno más de entre sus individuo que condensa en sí mismo las características de toda una
compañeros de fábrica, particular, de todas maneras, porque es el casta burocrática, ésta no tiene un paralelo, siquiera individual, con
delegado incorruptible ante las ofertas del jefe de personal (Benítez otro personaje de las “bases” obreras traicionadas. Por otro lado,
/ Lautaro Murúa) e inquebrantable en sus luchas. Pero es en ese no hay traidores sin traicionados, pero llamativamente es esa relación
mismo proceso, en el cual Barrera aparece consustanciado con la que no se narra en el film en todo el proceso de construcción del
los intereses de sus compañeros (las bases obreras), cuando se traidor. Las bases combativas, los traicionados, son visibilizadas
produce el quiebre. Ante las posibilidades abiertas de solamente desde el presente del relato, ya sea organizando la
“normalización sindical” con el advenimiento de un nuevo resistencia ante los traidores (en la toma de fábricas, en comités de
gobierno (el del radical Arturo Frondizi), Barrera decide base), ya sea enfrentando en el mismo movimiento a la represión
políticamente suavizar los reclamos en pos de conseguir la policial y patronal.
reapertura de los canales institucionales de participación sindical. Esa perspectiva analítica en la cual se remarca el aislamiento
En esa decisión solitaria de Barrera se marca, en el film, la frontera de los burócratas del conjunto de la clase obrera es común en las
entre el activista delegado que responde a las bases obreras y la posiciones de las izquierdas de comienzos de la década de 1970.
figura del traidor. Emergiendo del movimiento obrero, el burócrata se desprende
A modo de explicación / interpretación del surgimiento de del mismo y desde allí, comienza a convertirse en un traidor. En
la burocracia sindical, el film no acentúa componentes psicológicos esa misma línea argumental, las bases traicionadas conservan todas
individuales, sino que fundamentalmente opta por poner en el las virtudes intactas de la clase obrera aunque no pueden
centro la decisión política. Ahora bien, ese movimiento marcado desplegarse en su proyecto revolucionario porque estos traidores
en la narración es ambivalente: por un lado, reconoce que la a la clase corroen cualquier posibilidad libertaria. Y si este esquema

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explicativo subyace al mensaje que el film quiere hacer llegar al traducción: de los conflictos de la sociedad argentina entre 1955
público espectador, resalta fundamentalmente el hecho que para y 1975 valiéndose, como mediación, de las metáforas propuestas
sostenerlo, tuvieran que borrarse, decididamente, a esas mismas por el Martín Fierro.
bases obreras de la narración para rencontrarlas en el relato. ¿Cuáles eran los conflictos sociales entre 1955 y 1975 que
¿Qué hacer, entonces, con los traidores? Ya en el presente, buscó narrar el film? Básicamente, el desgarramiento de la clase
las bases obreras son conscientes de las trabas que éstos implican obrera sin Perón y, a su vez, el desgarramiento del propio
para el desarrollo de un proceso revolucionario y su solución pasa movimiento peronista. En ese marco temporal, se actualizan los
por ajusticiarlo. La muerte del traidor tuvo su antesala en otra, personajes del drama social que esbozara José Hernández un siglo
una escena onírica en la cual el propio Barrera sueña su entierro antes. Así, Fierro es Perón; Vizcacha el interventor de los sindicatos
mientras está todavía autosecuestrado. Con toques del realismo entre 1955 y 1958; el Comandante los sucesivos presidentes
mágico tan en boga tras el boom de fines de los 1960’, en el sueño militares; el Gaucho Cruz los militares peronistas (el Gral. Valle
de Barrera su cortejo está compuesto por su núcleo más íntimo, y otros); Pardal es el burócrata sindical; la Cautiva, en principio
su mujer y su amante, el jefe de personal de la fábrica donde Eva Perón y luego el país entero; y los Hijos de Fierro (el menor,
trabajó (quien se ríe sin parar) y unos personajes evidentemente el mayor y Picardía) son el movimiento peronista mismo. Un solo
contratados para que lloren. Una muerte solitaria y con menos personaje es esquivo: el Negro, que bien puede ser efectivamente
gloria de la que hubiera imaginado constituye una pesadilla para John William Cooke, el “delegado” de Perón durante la etapa de
Barrera. En definitiva, con la inserción de esta secuencia onírica la Resistencia Peronista. El film se organiza, a su vez, en tres
también se representan las culpas del traidor, cuya propia partes y once “actos” que constituyen una narración lineal,
“conciencia” no está tranquila.19 Y si la imagen del traidor muerto arrancando de un innombrado 1955 y culminando en el presente
es la última del film, acompañada por una declaración que del relato y del film: 1974.21
supuestamente es producida por comité que lo mata, eso no implica Pero si bien la narración es lineal en términos temporales,
plantear que el film tuvo un cierre, una clausura. La muerte del esto no implica que no se inserten imágenes que se corresponden
traidor, y todo el simbolismo que ésta conlleva, abre el paso para a conflictos del siglo XIX: gauchos perseguidos y ahorcados;
que se desarrollen proyectos alternativos, pero éstos no se definen rebeliones de generales en los cuales participan también los Hijos
en el film. En ese punto, precisamente, se instala otra de las de Fierro. En definitiva, en la narración se pretende una filiación
características básicas del cine militante: dejar el margen abierto del movimiento peronista a otros movimientos populares de la
para la discusión posterior. historia argentina y si no es precisa la identificación temporal
Muy distintas son las perspectivas en torno a la relación (las escenas de los gauchos ahorcados puede bien haber ocurrido
entre la clase obrera y la dirigencia sindical en el caso de Los en 1830 como en 1860, con la derrota de las Montoneras de
hijos de Fierro. La apuesta más importante del film es la Felipe Varela) lo cierto es que sí hay una filiación en los sujetos
recuperación y reactualización de la estructura poética del “clásico oprimidos, que, tal como se representan en el film, son los gau-
argentino,” es decir, del poema Martín Fierro, de José Hernández. chos y los obreros.22
Para hacer frente a esta apuesta que, como veremos, es a la vez Si estas imágenes disrruptivas de la linealidad de la narración
estética y política, en el film se deben superar, al menos, dos conforman un primer eje desde donde se intenta integrar al
problemas. En principio, los propios de la transcripción de un movimiento peronista en un arco histórico de mayor alcance, la
producto cultural de un lenguaje a otro; además, ya que no se otra figura que adquiere un sentido similar es la murga popular
trata de una reconstrucción de época (al estilo de la que unos años que aparece cada vez que el movimiento peronista tiene “algo
antes realizara el director Leopoldo Torre Nilsson) la actualización para festejar”: la recuperación de los sindicatos o la vuelta de
temporal debía precisarse. La operación realizada en el film es la Fierro. Las imágenes de la murga, más allá de las locaciones en
de reactivar la estructura poética (personajes, principales nudos las que se encuentre, refuerzan el sentido que se le asigna al
argumentales, espacios) a la vez que intentar auscultar el sentido movimiento peronista: plural (hombres, mujeres, niños, ancianos),
del poema. Para Solanas, la elección de trabajar sobre el poema “popular” (obreros, pero también estudiantes, médicos y
de Hernández tenía una razón fundamental: “Lo que me atraía no enfermeros, maestros y también, como veremos, burócratas
era solamente que el poema expresaba como ninguna otra obra de sindicales) y plenamente “argentino.” En definitiva, la murga,
nuestra literatura los sentimientos profundos del pueblo argentino, como el movimiento peronista tal cual se representa en el film,
sino, sobre todo, que continuaba traduciendo sus conflictos en opera a modo de metáfora de una supuesta esencia de lo
términos culturales.”20 El poema, entonces, representaba para el “argentino.” Y lo que esa murga se propone, como el film a partir
realizador algo así el símbolo máximo de la argentinidad y, de de su relator (Aldo Barbero), es contar “la memoria popular.”
alguna manera, lo “esencial” de dicha argentinidad no podía variar. Por eso mismo, y a diferencia de la operación propuesta en
Y si Hernández había logrado traducir conflictos sociales a Los traidores, en Los hijos de Fierro la apelación a la historia
“términos culturales,” la tarea de Solanas fue también una de contiene, en su propia formulación, la impronta subjetiva mucho

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Manzano | Combates por la historia

más remarcada: se contará una historia, toman la decisión de ocupar la

Courtesy of the Museo Municipal de Cine Pablo Ducrós


pero que es una contrahistoria fábrica.
construida y narrada por esos sujetos La secuencia en la que se
oprimidos que son la esencia de la representa la ocupación de la fábrica
argentinidad. No es fortuita, en ese adquiere connotaciones épicas:
sentido, la elección de los espacios que cuando las puertas se cierran, la
estructuraran la narración: son los multitud es enfocada desde una
márgenes de una ciudad visibilizada panorámica y luego, avanzando hacia

Hicken, Buenos Aires.


desde el desierto, donde se alojan esos la cámara, su impronta es temeraria.
oprimidos. Las panorámicas de la Las imágenes, aunque reforzadas por
ciudad comienzan por la zona de la verbalización del relator, conservan
fábricas, colindantes—en las buena parte del sentido que hallara
locaciones elegidas—con las imágenes Sigfried Kracauer en los filmes
La murga festeja los triunfos del “pueblo peronista” y narra la mudos rusos (básicamente El
de la “frontera” o el desierto, donde se
“memoria popular.”
aloja Fierro (en una indudable Acorazado Potemkim, de Sergei
referencia a la condición de exiliado Einsenstein) en los cuales lo indi-
24
de Perón). Los encuentros entre éste y sus Hijos se producen en los vidual se subsume a lo colectivo. Aquí, son los hijos de Fierro
intersticios: entre la ciudad y la frontera, una mezcla de descampado quienes se confunden en esa multitud que representa, ahora, la
con el último coletazo del humo de las fábricas. resistencia peronista en su conjunto.
Y esa narración, como destacamos, se focaliza en el período Como la Resistencia, la ocupación de la fábrica es reprimida
1955-1975 y la metamorfosis de la “esencia argentina” en ese y los hijos de Fierro encarcelados. Ya en el “acto” 4, esos mismos
movimiento que la contiene y la significa: el peronismo. Los tres hijos consustanciados con las bases obreras, logran vencer a
Hijos de Fierro son portadores de las Banderas en ausencia del Vizcacha, o el interventor en el sindicato. Entonces, se produce la
padre: Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía recuperación de las instituciones sindicales por las bases obreras
Política, las “históricas” del peronismo y, a su vez, los Hijos son y desde allí, una nueva etapa de la resistencia. Ahora bien, quien
los encargados de llevar adelante la Resistencia en distintos se hace efectivamente cargo del sindicato es Pardal. Pero, ¿de
ámbitos. A Picardía le tocan las fábricas, al Hijo Menor los bar- dónde sale Pardal? A diferencia de la propuesta explicativa /
rios y al Mayor, las milicias o comandos. 23 interpretativa de Los traidores, en este film no se puntualiza el
Para entrever cómo en el film se representan las relaciones surgimiento de Pardal quien, al igual que Barrera, es el burócrata
entre las bases obreras y la dirigencia sindical es necesario situarse, sindical. Por algunos indicios, parecería que Pardal es un
fundamentalmente, en los “Actos” 2, 3, 4, y 7. En el acto 2, todos “histórico” del peronismo, que regresa al sindicato con el apoyo
los hijos de Fierro convergen en la denominada resistencia fabril. de las bases obreras una vez iniciado el proceso de “normalización
Como había sucedido en Los traidores, también aquí se representa sindical.” Pardal, entonces, es uno de los “viejos” peronistas que
al proceso de racionalización a nivel de las fábricas y se alegoriza solo circunstancialmente y por motivos meramente pragmáticos
en la figura misma del cronometrista. Se focaliza en el Hijo Menor tiene relación con esas “nuevas” bases obreras, fogueadas en la
para atender a la configuración de ese proceso en la fábrica: así, Resistencia. Pero esa convergencia, tal cual se representa en el
la cámara lo sigue en su recorrido cotidiano: los gestos repetitivos film, es breve.
ante la misma máquina (durante 8 horas y 45 minutos, agrega); la Mientras tanto, y en una operación diametralmente opuesta
imposibilidad de “tomarse un mate o fumarse un cigarrillo” y ni en su focalización a la desarrollada en Los traidores, en este film
siquiera el “alivio de hablar con los compañeros,” para terminar siguen centralizando los hijos de Fierro. La década de 1960 los
preguntándose: “¿Quién aguanta este infierno?” encuentra sumidos en la derrota (o el Reflujo), dispersos y con
Evidentemente, ese “infierno” tiene un opuesto sobre el cual desencuentros entre ellos mismos: uno encarcelado, los otros
adquiere su significación como tal y es la experiencia de haber refugiándose en barrios y la vida familiar. Las bases obreras (que,
sido obrero durante el peronismo. El Hijo Menor, nuevamente, es “por definición,” son peronistas), en esta representación, atraviesan
quien trae a cuento esa experiencia ya por él no vivida, pero sí la primera parte de la década desgarradas y en soledad. Ahora
narrada por su padre. Ahora bien, los Hijos de Fierro se pusieron bien, en un movimiento similar al de Los traidores, no se explica
al frente, en la fábrica, de un movimiento de resistencia frente a la cuál era la relación entre bases obreras y burocracia sindical du-
racionalización y el despido de personal. En una representación rante los 1960’. En un caso, por desentrañar la figura del traidor,
de una asamblea fabril, ellos son quienes, en primera instancia, en el otro por seguir la trayectoria de las bases a través de los
escuchan y atienden a las propuestas de trabajadores y hijos de Fierro, en ninguno logran sintetizarse las formas mediante
trabajadoras. Las bases obreras y sus dirigentes, mancomunados, las cuales se relacionan ambos polos que se consideran opuestos.

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Ya en el “acto” 7, cuando la burocracia está constituida en Pero, a diferencia de lo que le ocurrió a Barrera con el
cuanto tal—sin que mediara, para ello, una explicación en este advenimiento de la movilización popular post-Cordobazo, Pardal
film—sintetizada en la figura de Pardal y portadora de un conjunto desaparece virtualmente de la narración. En una única imagen
de “vicios” que se marcan con la adulteración de comicios, el reaparece, solo para confirmar que ya no le quedan trucos para
patoterismo y el beneficio personal de los principales dirigentes, mantenerse en el sindicato. Ahora sí, el Movimiento pareciera
las bases / jóvenes y los burócratas / viejos tienen un duelo cara a contenerse en los hijos de Fierro, sin desbordes. Con el regreso
cara, narrado a partir de la elección de las autoridades del sindicato. de Fierro se instaura una nueva temporalidad, que es el presente
En el mismo, los burócratas ponen en juego todos los recursos del relato. Nuevamente, Fierro junta a sus hijos tras haber liberado
posibles para mantener al sindicato y lo logran. Así, entre las a la cautiva y les vuelve a dar las Banderas. En su última
mismas bases / jóvenes surge la discusión en torno a los alcances presencia—la que preludia su ausencia final, su muerte—confirma
del “movimiento” y los límites de la unidad y es de boca del “Ne- la paternidad sobre esos hijos quienes cargan con el Movimiento
gro” (Juan Carlos Gené) que puede escucharse: y, con él, el “destino del país.”
Ahora bien, para dar cuenta del significado del film habría
¿Pero la unidad de qué?...¿Qué es el movimiento? El que resituarlo en su contexto de producción (ya no de circulación,
movimiento no es revolucionario: hay sectores del pues pudo ser estrenado recién en 1984). La identificación de las
movimiento que son revolucionarios, sí señor, la clase bases con los jóvenes lo es a su vez con la izquierda del movimiento
trabajadora, y a esa clase trabajadora hay que construirle peronista y muy particularmente con Montoneros. Si esta
una perspectiva, un proyecto político que le permita organización político—militar y todos sus “frentes” de masas (en
llevar adelante su impulso revolucionario, porque todo universidades, en barrios y en fábricas) habían sido protagonistas
el Movimiento no lo es…. indiscutibles en el proceso político que dió con la breve presidencia
del peronista Héctor Cámpora y el posterior regreso de Perón en
Y, sin embargo, más adelante es el mismo “Negro” quien 1973, fue claro que en su tercera presidencia (octubre de 1973-
reflexiona: julio de 1974) el líder no llevaría adelante ningún proyecto que
tendiera a la “patria socialista” y, mucho más, que comenzaría
A nadie le gustaba la unidad con Pardal...pero por algo una “caza de brujas” con respecto a los militantes de la izquierda.26
el Viejo la planteaba. ¡Siempre pasaba lo mismo! Nos Mientras tanto, la burocracia o los “históricos o viejos” que
habíamos acostumbrado a leer sólo lo que nos interesaba desaparecen en el presente del relato de Solanas eran quienes, en
y lo que no nos gustaba decíamos que el Viejo lo decía el presente del film, se habían reposicionado en las estructuras
“de grupo.”25 del gobierno de Isabel Perón, la viuda que quedó a cargo del
gobierno con la muerte de su marido en julio de 1974.27
En el film, entonces, si bien no opera una resemantización La principal operación que se instituyó en el film, en esa
en torno a quiénes, efectivamente, pueden considerarse hijos de construcción de un arco temporal de filiación del peronismo con
Fierro (las bases obreras y al pueblo argentino oprimido en su los oprimidos de la historia argentina, por un lado; y con las bases
conjunto) se reconoce que el Movimiento, el peronismo, excede obreras—también oprimidas—por otro, fue la de la significar al
a los “hijos.” Eso que sólo el Viejo / Fierro / Perón puede asir y peronismo en tanto movimiento de liberación nacional. Esos
“hermanar” es la mediación que, en definitiva, que el “Viejo significados se corresponden a los construidos por la izquierda
planteaba.” Sin embargo, y tal cual se desprende de las reflexiones del peronismo y su identificación única con Perón, sin reconocer
del “Negro,” en el film también la clase obrera es concebida como otro referente dentro del movimiento, es la que se produjo una
“ontológicamente” revolucionaria. La dirigencia resentada como vez muerto el líder.28 Llama la atención, atendiendo a ese contexto,
el único o el más importante obstáculo que corroe las posibilidades las formas narrativas adoptadas para no juzgar frontalmente a esa
de ese desarrollo revolucionario, sino, como plantea la narración, burocracia sindical, cuyos rastros son borrados una vez que se
son las condiciones históricas mismas—esas que dieron con la instituye el presente del relato. Y son los mismos motivos, creemos,
derrota del movimiento y el exilio de Fierro—las que son adversas. por los cuales tampoco se narran las trayectorias de construcción
En este sentido, las diferencias entre bases y burocracia tal de esos burócratas: pertenecen al “Movimiento” y, eso, de alguna
cual se representan en el film no tienen una explicación política manera, los exime de cualquier crítica radical, a la manera de la
sino generacional y por eso, de alguna manera, es el propio realizada en Los traidores.
burócrata quien se autojuzga cuando su conciencia le pesa. En Pero si ninguno de los filmes logra dar cuenta de la relación
una secuencia muy similar a la que tiene lugar en Los traidores, entre bases y dirigencia sindical en el proceso de conformación
Pardal delira con su propia muerte: los pasillos largos de las de esta última, y si ambos, por otro lado, depositan en las bases
oficinas del sindicato se le representan, en esas imágenes oníricas, obreras su confianza “revolucionaria,” mientras en Los traidores
como un laberinto del cual no puede escapar y aparece agazapado. observamos que no se produjo una clausura narrativa, sí la hay en

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Los hijos de Fierro. En este film, el proceso de liberación nacional presente, quedaron muchos indicios y cierta tendencia a actualizarlos
ya había comenzado con la vuelta de Fierro (recordamos la en otros contextos.30 Sin embargo, los posibles efectos que aquellos
liberación de la cautiva) y con el retorno de las banderas a los jóvenes filmes combatientes / militantes habrían tenido en sus contextos de
/ bases / hijos y la tarea que nuevamente se impone es la preservación recepción no se han repetido en Argentina.
de la “unidad”: “Y por último les digo / habrá descabezamiento / y ¿Cuáles fueron las líneas centrales de esos combates
cundirá el desaliento / si no estamos bien unidos.” fílmicos? E primer lugar, encontrar líneas centrales de filiación
Mientras los dos filmes apelan a la representación de los de esos primeros 1970’ con otras experiencias similares en la
procesos históricos para dar cuenta de las tensiones y historia argentina. En el caso de Los Hijos de Fierro la apuesta es
contradicciones de sus presentes, Los traidores sintetiza los rasgos de gran alcance: la búsqueda de una supuesta esencia de lo nacional
más salientes de la interpretación de las izquierdas marxistas en que, configurada en las guerras civiles del siglo XIX—tales son
torno a esa coyuntura, en la cual la revolución (encarnada en las las imágenes que se insertan de manera contínua en la narración—
bases obreras) todavía estaba en ciernes. La no-clausura del se funden en un Movimiento que las contiene y las traduce desde
proceso histórico, su carácter abierto e imprevisible—más allá de mediados del siglo XX: el peronismo. Así, las luchas de los sujetos
la confianza—se adhiere al film en su inconclusión. Los hijos de oprimidos es la sustancia misma del film. Desde una perspectiva
Fierro, por su parte, pone en juego las interpretaciones de la muy diferente, en Los traidores es precisamente ese Movimiento
izquierda del peronismo y para ésta ya se entreveía el comienzo peronista el que se intenta poner en jaque. Si bien se reconoce
de la “liberación nacional,” que estaba en la “esencia” misma de que su derrocamiento en 1955 significó una cesura inigualable en
ese movimiento que no era otra cosa—tal cual su representación la trama política y social de la Argentina contemporánea, la apuesta
del presente del relato—que el pueblo oprimido. El cierre del política pasa por intentar superar la homologación entre clase
proceso histórico que lleva a esa “liberación” implicaba la clausura obrera y peronismo. Aún más, se advierte toda la pedagogía del
de la narración y del relato. cine militante puesta al servicio de explicar / interpretar cómo y
Si, como plantea Hayden White, toda narración histórica mediante qué mecanismos el peronismo, en su vertiente “sindical,”
tiene un cierre que es moral, ese cierre depende, siguiendo al autor, operó como un freno para la emergencia de un movimiento obrero
de la existencia de un centro, que se constituye en el principio de verdaderamente revolucionario.
autoridad.29 ¿Qué implica, en la narración de la historia propuesta En segundo lugar, el combate se sostiene en las explicaciones
por Los hijos de Fierro, la existencia de un cierre o clausura? / interpretaciones de la emergencia de una nueva dirigencia sindical
Básicamente, el reconocimiento de ese centro que es el tras el golpe de estado de 1955 y el proceso de la Resistencia
“Movimiento” en el gobierno. Pero, esa narración que se reconoce Peronista. Como intentamos demostrar, en Los traidores se
historia es, a su vez, contrahistoria. ¿Por qué? Porque la narración configura un arquetipo del burócrata sindical peronista que,
media entre lo imaginario (la victoria de los hijos / las bases naciendo de las filas obreras más combativas, se escinde de ellas
obreras) y lo real (la derrota de los “hijos” por la burocracia / los solo para contener los movimientos más radicales que surgieran
“viejos”). Ya en el Movimiento en el centro que el film reconoce en su seno, amén de negociar prebendas personales con los poderes
no se reconocía la narración de la historia propuesta por la estatuídos. En el presente del relato y del film, son esas castas
izquierda peronista y ésta se constituyó en contrahistoria. burocráticas las que deben “combatirse” ya que su accionar
pernicioso es el principal obstáculo para cualquier organización
Después de Fierro clasista. En este sentido, la exploración de Los Hijos de Fierro es
En 1975, cuando se finalizó la producción de Los hijos de menos clara y más riesgosa, explicable solo en función de la
Fierro, el film no pudo estrenarse: su certificado de exhibición le filiación peronista en la que se inscribe el film. Los burócratas,
fue negado por un funcionario de ese mismo Movimiento al cual parte del Movimiento que contiene a los oprimidos de la historia
se consideraba, desde el film, la condensación de la argentinidad argentina, son presentados como una “anomalía,” su surgimiento
y el aglutinante de todos los sujetos oprimidos. Mucho más, quien ni se explica ni se interpreta y su “depuración,” necesaria, deviene
representó al Hijo Mayor de Fierro, Julio Troxler, fue asesinado en auto-depuración. Esto es, el burócrata mismo pareciera advertir
por una organización directamente financiada por el “gobierno que no tiene lugar en el p5roceso de liberación nacional que habría
del pueblo.” Un año más tarde, a poco de instituida la última comenzado, desde la perspectiva de Solanas, con el retorno de
dictadura militar en Argentina, el realizador de Los traidores, Perón / Fierro en 1973.
Raymundo Gleyzer, fue secuestrado por un “grupo de tareas” del En tercer lugar, el combate se vuelve acuerdo a la hora de
Ejército. Hasta hoy continúa desaparecido. conceptualizar las características no ya del movimiento pero sí de
Las condiciones de producción y exhibición del cine la clase obrera argentina. En efecto, en ambos filmes pareciera
militante se habían extinguido. De ese movimiento de existir un imperativo: reforzar la creencia de que la clase obrera
radicalización política de los primeros 1970’ poco quedaba en es revolucionaria por definición, que sus intereses y aspiraciones
1974. De los combates por la historia, de los combates por aquel -5constituyen el marco de cualquier proceso que lleve a la

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“liberación nacional” o al socialismo. Por eso mismo, si ambos aunque cueste reconocerlo, fue piedra angular del consenso
filmes focalizaron en el período 1955-1973, en ninguno se narra generado desde fines de 1975 sobre la posibilidad, o la “necesidad,”
la relación entre bases y dirigencia, o entre traicionados y traidores. de una solución autoritaria a la crisis política. Por eso mismo,
De hecho, los traidores o burócratas no son—no pueden ser, desde quizá lo más problemático de esos combates por la historia en
esa perspectiva—miembros plenos de esa clase a la cual traicionan. celuloide no fue tanto el combate como el acuerdo: esa clase obrera
Las virtudes de la clase obrera son innumberables en estos filmes que se visibilizaba como “ontológicamente” revolucionaria, o al
y se condensan en las figuras de las multitudes activas, silenciosas menos sus grandes franjas, se llevaba bien con la figura de la
pero profundamente radicales en sus vías de cambio. multitud silenciosa que construyeron los cineastas militantes para
Esas concepciones en torno a las virtudes de la clase obrera referir a ella. Aparte de silenciosa, demostró también ser sorda a
y su ser revolucionario por excelencia fueron los puntos axiales esos mensajes que se viabilizaron, entre otros soportes, vía las
desde donde se construyeron programas políticos y alternativas imágenes y las palabras del cine militante.
de transformación social en la Argentina contemporánea. A
comienzos de los 1970’ esas nociones parecían confirmarse en
el día a día, si es que el ojo del analista o del artista se posicionaba
Obras citadas
1. Películas
en las tendencias más “combativas” o antiburocráticas del
Los Traidores (1973). Dirección: Raymundo Gleyzer; Guión: Alvaro Melián, Víctor
movimiento obrero. Y es a esas vanguardias obreras a las que,
Poncet, y Raymundo Gleyzer; Producción: William Susnam. No estrenada
desde el cine militante, se buscaba hacer llegar el “mensaje.” De comercialmente.
hecho, la propuesta de los cineastas militantes parece haber Los Hijos de Fierro (1974). Dirección: Fernando Solanas; Guión: Fernando Solanas;
tendido a reforzar la autopercepción de esos sectores de la clase Producción: Edgardo Pallero. Estreno: Buenos Aires, 1984.
que estaban políticamente activados y consustanciados con 2. Bibliografía
opciones de izquierda. Altamirano, Carlos. Bajo el signo de las masas, 1943-1976. Buenos Aires: Ariel,
Sin embargo, las apuestas de los dos filmes analizados, que 2000.
optaron por la ficcionalización, fue más arriesgada. En efecto, Amar Sánchez, Ana María. “Un género entre el testimonio y la ficción,” SyC No. 3,
mediante los códigos de la ficción creemos que Gleyzer y Solanas 1992.
pretendían llegar a públicos populares más amplios, o sea, “bajar” Brennan, James. Class wars in Córdoba. Ideology, work, and labor politics in an
Argentine industrial city. Cambridge, MA: Harvard UP, 1994.
las explicaciones / interpretaciones de su presente y de las
De Riz, Liliana. La política en suspenso, 1966-1976. Buenos Aires: Paidós, 2000.
condiciones que lo hicieron posible a partir de un formato que se
Gillespie, Richard. Soldiers of Perón. Argentina’s montoneros. Oxford: Oxford UP,
concebía más acorde a las tradiciones de recepción en Argentina. 1987.
En ese mismo intento, los dos filmes ponen en evidencia los límites Halperin Dongui, Tulio. “El revisionismo histórico argentino como visión decadentista
del cine militante—en tanto intento de irradiar más allá de las del pasado nacional,” Ensayos de historiografía. Buenos Aires: El Cielo por
vanguardias obreras—y ofrecen una perspectiva de resolución Asalto, 1996.
estético-política que quizá hubiera permitido ampliar las “esferas James, Daniel. Resistance and integration. Peronism and the Argentine working-
de acción” cinematográfica. class, 1946-1976. New York: Cambridge UP, 1988.
Ahora bien, ese intento de ampliación de los públicos tiene Kracauer, Sigfried. De Caligari a Hitler. Una historia psicológica del cine Alemán.
el sabor de la desesperación. Particularmente en Los Hijos de Fierro, Barcelona: Paidós, 1985.
la desesperación late aún en las secuencias que logran resoluciones Longoni, Ana y Mestman, Mariano. Del Di Tella a Tucumán Arde. Buenos Aires: El
Cielo por Asalto, 1999. Peña, Fernando, y Vallina, Carlos. El cine quema.
poéticas más acabadas. Aquello que debería haber sido una
Raymundo Gleyzer. Buenos Aires: Ediciones de la Flor, 2000.
historización cinematográfica del “ser nacional” desde la posición
Peralta Ramos, Mónica. Etapas de acumulación y alianza de clases en Argentina
de los oprimidos, visto en retrospectiva, devino en una historización (1930-1970). Buenos Aires: Siglo XXI, 1973.
de las derrotas, en una fijación de los oprimidos en su condición de Pucciarelli, Alfredo (ed.). La primacía de la política: Lanusse, Perón y la Nueva
tales. La desesperación se inscribe, entonces, en la materialidad de Izquierda en tiempos del GAN. Buenos Aires: EUdeBA, 1999.
un film que se produce cuando ya los aires de “liberación” se Romano, Eduardo. “Dos versiones cinematográficas de un clásico argentino,”
tornaban irrespirables y cuando ese Movimiento que todo lo incluía Literatura / Cine Argentinos sobre la(s) frontera(s). Buenos Aires: Catálogos,
había excluído a los Hijos más combativos de Fierro. 1991.
La desesperación, entonces, radicaba en hablar a quien ya Sigal, Silvia y Verón, Eliseo. Perón o Muerte. Los fundamentos discursivos del
no escuchaba y a quienes nunca escucharon. Las vanguardias fenómeno peronista. Buenos Aires: Legasa, 1986.
obreras, ese receptor fundamental para la constitución del cine Solanas, Fernando. “Cinesur,” Carpeta correspondiente a Los hijos de Fierro, sin
fecha. Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, Ciudad Autónoma de Buenos
militante en Argentina, comenzaron a sufrir la represión estatal
Aires.
mucho antes del golpe de estado de marzo de 1976. El conjunto
Solanas, Fernando y Getino, Octavio. “Hacia un Tercer Cine. Apuntes y experiencias
de la clase, mientras tanto, permaneció ajeno a los discursos para un cine de liberación en el Tercer Mundo,” Hojas de cine. Testimonios y
explicativos / interpretativos de las imágenes en movimiento y,

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Manzano | Combates por la historia

documentos del Nuevo Cine Latinoamericano. México: U Nacional junio de 1956 a manos de las fuerzas armadas, luego que un grupo de ellos
Autónoma Mexico / Fundación Mexicana de Cineastas, 1988. intentara realizar un “golpe” que favoreciera el retorno de Perón. La investigación
—. Cine, cultura y descolonización. Buenos Aires: Siglo XXI, 1973. de Walsh fue publicada en 1957. En 1972 fue llevada al cine por otro cineasta
White, Hayden. El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación militante, Jorge Cedrón. Rodolfo Walsh fue asesinado por un “grupo de tareas”
histórica. Barcelona: Paidós, 1992. durante la última dictadura militar y Jorge Cedrón continúa desaparecido.
Williams, Raymond. Sociología de la cultura. Barcelona: Paidós, 1994. 12 Para un marco general del período, véase Altamirano; para un análisis de la
Resistencia Peronista, véase James, especialmente Parte II.
Notes 13 Esa última frase había sido pronunciada por Perón cuando, desde fines de la
1 Para un estudio específico del Cordobazo, ver Brennan; para un análisis de década de 1960, avanza en un proceso de acercamiento con los sectores más
los diferentes movimientos que convergieron en la ascendente politización radicalizados del movimiento peronista. Por otro lado, también ponía en
entre 1969 y 1973, ver los artículos reunidos en Pucciarelli y en De Riz. evidencia una perspectiva distinta en torno al lugar que debían ocupar en el
2 En el caso de las artes plásticas, una de las experiencias más importantes en proceso de movilización las vanguardias obreras. La primera consigna,
este sentido es la que conformaron los artistas de “Tucumán Arde.” La mientras tanto, hace referencia a la masacre de Trelew, perpetrada unos meses
provincia argentina de Tucumán, cuya principal producción fue desde el antes del rodaje del film. En dicha masacre fueron fusilados 18 militantes
siglo XIX la caña de azúcar, fue sede de uno de los procesos de conflictividad detenidos en la cárcel de la ciudad de Trelew después que otro grupo de
social más importantes de los 1960’. Allí, los obreros del azúcar enfrentaron detenidos lograra fugarse. Es interesante, a los fines de la narración, los
el cierre de numerosos ingenios y, en ese proceso, se gestaron prácticas político- mecanismos por los cuales se insertan esas consignas: no se verbalizan por
sindicales que contrastaban vivamente con la “burocratización” de los ningún individuo, sino que, fijadas en los carteles, parecieran ser levantadas
sindicatos a nivel nacional. Los artistas pretendieron “ponerse al servicio” de por todos los obreros en huelga.
esa movilización obrera y su resultado fue la muestra colectiva “Tucumán 14 El film se basa en un relato del actor Víctor Proncet, quien a su vez se basó
Arde.” Véase al respecto, Longoni y Mestman. para éste en un suceso verídico: el autosecuestro, a principios de la década de
3 Raymond Williams precisa que, para caracterizar a un grupo cultural 1960, del dirigente peronista Andrés Framini.
contemporáneo, o formación, es necesario tener en cuenta dos vertientes: la 15 Como plantea Ana María Amar Sánchez, los relatos de ficción organizan su
organización interna y las relaciones externas del grupo. Las “formaciones regímen de construcción de verdad a partir de dos campos referenciales: uno
de oposición” serían aquellas que no solamente “ofrecen medios alternativos interno al mundo ficcional y otro externo. Por supuesto, en los relatos de
para la producción, exposición, o publicación de algunos tipos de obras” ficción prima la referencia del primero de esos campos, mientras que en los
sino que también se “convierten en una oposición activa frente a las relatos testimoniales se opta la ambivalencia entre ambos. op. cit. p. 28. Ese
instituciones establecidas.” En: Williams, p. 64. es el movimiento que advertimos en Los traidores, donde la referencia
4 En: Solanas y Getino, “Hacia un Tercer Cine.” “externa” está inserta en el relato a partir de las imágenes documentales.
5 El realizador Fernando Birri tuvo su anclaje institucional en la Escuela de 16 En la jerga de la militancia peronista, se llamaba “gorilas” a todos aquellos
Cine del Litoral, tras haberse formado en Italia, cerca de los “maestros” del que se oponían a Perón y su movimiento. Especie de significante vacío,
neorrealismo. Uno de los integrantes de Cine Liberación, Gerardo Vallejo, “gorilas” eran, en el contexto inmediato del golpe de estado que derrocó a
se inició en las prácticas cinematográficas muy ligado a Birri. Perón, todos quienes lo apoyaron: desde las fuerzas armadas hasta los
6 De acuerdo a sus realizadores, La hora de los hornos fue vista, en solo 8 adherentes a los partidos Radical, Socialista, y Comunista—que adhierieron,
meses de 1970, por más de 25.000 espectadores en esos circuitos de exhibición. al menos hasta 1957, a las políticas de los golpistas—pasando por las entidades
En: Solanas y Getino, Cine, cultura y descolonización, p. 84. empresarias más importantes. Desde una perspectiva de más largo plazo,
7 Así definieron Solanas y Getino las características del “cine acción”: “Somos con el término “gorilas” se aludía también a todos aquellos que, desde la
concientes que con una película, igual que con una novela, un cuadro, o un posición de los militantes peronistas, sostuvieran prácticas u opiniones “anti-
libro, no liberamos nuestra Patria, pero tampoco la liberan ni una huelga, ni populares” o “pro-imperialistas.”
una movilización, ni un hecho de armas en tanto hechos aislados. Cada uno 17 De acuerdo a la historiadora Mónica Peralta Ramos, con el derrocamiento
de estos o la obra cinematográfica militante son formas de acción dentro de del peronismo se articuló una nueva etapa de acumulación de capital que se
la gran batalla que actualmente se libra.” En: idem, p. 89-90. Palabras similares centraba en la incorporación de capital constante en detrimento de capital
en torno al sentido de la práctica cinematográfica militante pueden encontrarse variable y que tendía al aumento de la extracción de plusvalía relativa. Ahora
en declaraciones de Raymundo Gleyzer durante el Festival de Pesaro de bien, como parte de ese movimiento era necesario, previamente, llevar adelante
1973: “Cuando sostenemos la posición de que el cine es un arma, muchos un proceso de racionalización que se caracterizó por la supresión de los
compañeros nos responden que la cámara no es un fusil, que esto es una “tiempos muertos” en las plantas o talleres y los ajustes de tiempos, tanto
confusión, etc. Ahora bien, esta claro para nosotros que el cine es un arma de como, luego, por despidos masivos. En: Peralta Ramos, passim.
contrainformación, no un arma de tipo militar. Es este el valor del cine en 18 Alvaro Melián, uno de los integrantes del colectivo Cine de la Base, comenta
este momento de lucha.” Cfr.: Peña y Vallina, p. 124. que durante los seis meses previos al rodaje del film mantuvieron un sin
8 Cfr.: idem, p. 123. número de entrevistas con diversos dirigentes sindicales. De entre ellas destaca
9 Poco antes de ser secuestrado, Gleyzer proyectaba volcar el “mensaje” que ya la que tuvieron con el dirigente metalúrgico Lorenzo Miguel, quien al contarles
había dado en Los traidores a una fotonovela. Su aspiración era que los su relación con otro metalúrgico, Augusto Timoteo Vandor, recordaba el
trabajadores, en los trenes u omnibus que los alcanzaban a su trabajo, pudieran tema del juego clandestino y la pasión por los caballos de carrera. En: Peña y
suplir las tiras de cómics o fotonovelas norteamericanas por estas otras historias. Vallina, p. 95-97.
10 En: Amar Sánchez. 19 Vale destacar que el temor al “ajusticiamiento” debe haber sido una constante
11 Operación Masacre testimonia los fusilamientos de militantes peronistas en entre los jefes sindicales una vez que el más importante de entre los peronistas

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Valeria Manzano | Special In-Depth Section

de la década de 1960, Augusto Timoteo Vandor, fuera asesinado en 1969, A (Alianza Anticomunista Argentina), orquestada por funcionarios del
aparentemente por un comando de la organización Montoneros. Esas gobierno peronista entre quienes se contaba el Ministro de Bienestar Social,
experiencias de “ajusticiamiento” se continuaron en los años posteriores. José López Rega.
20 Solanas, “Cinesur.” 27 Poco queda en esa representación de un referente externo “verídico,” ya que
21 La estructura de los actos es la siguiente: “I. La ida (o la Retirada): 1) La incluso a comienzos de 1974 los sectores de izquierda de la juventud peronista
despedida y el comienzo de la larga marcha; 2) El primer combate o la y Perón habían ingresado en franca colisión. A modo de ejemplo, citaremos
resistencia fabril; 3) La batalla de los barrios y la resistencia clandestina; 4) un cruce entre Perón y un sector de Montoneros producido en febrero de
La derrota de Vizcacha y la resistencia sindical; 5) La batalla del retorno y 1974. En una reunión con dirigentes de la Juventud Peronista el 7 de febrero,
Cruz o el sueño de la Resurrección. II. El desierto (o el reflujo): 6) La resistencia Perón planteaba: “El problema que nosotros estamos interesados en plantear,
cotidiana o la estrategia para sobrevivir; 7) La elección en el sindicato o la en primer término, es político-ideológico. En la juventud peronista, en estos
lucha interna; 8) El combate por la unidad, la solidaridad y la organización. últimos tiempos, se han perfilado algunos deslizamientos, cuyo origen
III. La vuelta (o la Ofensiva): 9) La batalla de las ciudades; 10) La guerra conocemos, que permiten apreciar que se está produciendo en el movimiento
integral y los fantasmas; 11) La batalla electoral: persecución y cerco, duelo una infiltración, que no es precisamente justicialista. (...) Bueno, esos son
final, rescate y despedida.” En: Romano, p. 156. cualquier cosa menos justicialistas. Entonces, ¿qué hacen en el justicialismo?
22 Es posible encontrar rastros, en esta representación, de aquello que el Porque si yo fuera comunista...no me quedo ni en el Partido ni en el
historiador Tulio Halperin Dongui identificó como uno de los desdoblamientos Movimiento Justicialista” [El subrayado es nuestro]. Cfr.: Sigal y Verón,
del neorrevisionismo histórico argentino en la década de 1960: su ala izquierda, Eliseo. Mucho más, el 1º de mayo de ese mismo año, Perón echa directamente
que focalizaba en la filiación de los oprimidos y que, en su versión de los de la Plaza de Mayo a los jóvenes de izquierda, a los que llama “estúpidos”
historiadores Rodolfo Ortega Peña y Luis E. Duhalde comienza a reivindicar e “imberbes.”
a las figuras de caudillos “menores,” como Felipe Varela. Como también 28 Como plantearon Sigal y Verón, fue recién con la muerte del líder que
plantea Halperin Dongui, tomando como ejemplo un conjunto de poemas Montoneros comenzaron a firmar todas sus declaraciones con la consigna
de Francisco Urondo, si el neorrevisionismo parecía no resistir una prueba “Perón o Muerte.”
de eficacia explicativa de la historia argentina, sí lograba irradiar en la 29 En: White, p. 35.
producción de poéticas. Tal caso puede compararse con este intento de Solanas. 30 Con el restablecimiento de la institucionalidad democrática en 1983, por
En: Halperin Dongui, p. 107-126. ejemplo, el mismo Solanas—ya regresado de su exilio—intentará refundar
23 El Hijo Mayor es personificado por Julio Troxler, quien, como ya lo había una genealogía de lo “nacional y popular,” tamizada por su confianza en la
hecho en Operación Masacre, representa su propia historia. Sobreviviente renovación del movimiento peronista. El exilio de Gardel / Tangos (1985) y
de los fusilamientos de militantes peronistas en el distrito de José León Sur (1988) serán sus apuestas en ese sentido. Alejado de cualquier “estética
Suárez, Buenos Aires, Troxler pasó largos años de su vida en la cárcel, tras militante”—si es que esto pudiera definirse—ambos filmes se tamizan más
haber participado efectivamente en los comandos armados de la Resistencia. por la nostalgia que por la posibilidad de “colaborar” desde la práctica
La elección de Troxler para ese rol no es fortuita: con él, la narración adquiere cinematográfica a dar con un proyecto de liberación.
más verosimilitud a la vez que se refuerza la ficcionalidad con la que se
tiñe la misma.
24 En: Kracauer, p. 272. Valeria Manzano is a professor in the Department of History/
25 El “Viejo” es, por supuesto, Perón. Departamento de Historia at the University of Buenos Aires/
26 Para un estudio específico de Montoneros, véase Gillespie. Respecto a la Universidad de Buenos Aires. This article derives from a larger
“caza de brujas,” desde fines de 1973 adquirió una impronta mucho más study of working-class representations in Argentine cinema from
institucionalizada con la organización parapolicial conocida como Triple 1933 to 1999.

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Vol. 34.2 (2004) | 57

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