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LAS ARTES DE PESCA

Texto: M. JESUS RODRIGUEZ CANORA


MILAGROSA ROSA GITO
Dibujos: JaSE L. VAZQUEZ (Cuadernos museo del Pobo galego).

Fig. 1. , Gamelas caladas. Puerto Finiesterre.


(Foto: Belén Fernández Ludeña) .

El emplazamiento en la zona pes- tecnología innovadora tanto en apa-


quera del Atlántico norte, la long itud rejos como en nuevas formas con-
de las costas -1 .309 km aproxima- serveras. Nuevos aparejos verán la
damente- y la existencia de gran luz, como la «xá beqa»,«bou»,«palan-
cantidad de placton y corrientes ma- gre.., etc. Estas nuevas artes traen
rítimas favorables, hacen de Galicia consigo un aumento de producción
una región eminentemente pesquera de pesca fresca de tal calidad , que
desde los tiempos más remotos . Así Antonio Meijido Pardo nos recuerda
lo demuestran los restos encontra- cómo «en el siglo XVIII , La Coruña y
dos de la época de los castros, como El Ferrol , por lo que respecta a pes-
son pasos de red, anclas de bronce ca marítima , (...), han sido , con mu-
e hierro, clavos de bronce para em- cho las principales bases de partida
barcaciones y restos de peces y mo- para esta clase de avituallamiento a
luscos . las mesas reales" . Y en otra parte
En el s. XVI encontramos ya una se- continúa: «El surt imiento de pesca-
rie de Ordenanzas de las rías galle- do gallego adqu iere notable enti-
gas donde se reglamentan aquellas dad a partir del reinado de Fernan-
artes utilizadas hasta ento nces, do VI" (1).
como el «cerco real", las «sacadas" , Pero los catalanes no fueron los
- x eíto.., la «beta.., «volanta" , - raelra-, únicos en introducir nuevas tecnolo-
«trasmallo.., «medio mundo" , «liños" gías. Ingleses y franceses añadieron
y «nasas.., Este siglo fue también im- a las tecnologías indígenas las suyas
portante gracias no solamente a la propias. Recuérdese los -t rawíers- y
producción de pescado fresco , sino los «bous» a vapor.
a la fuerte expansión de la artesanía Todas estas innovaciones vinieron
conservera. acompañadas normalmente de po-
Hacia 1750 tiene lugar un hecho lémica dentro de las cofradías de los
de transcendental importancia para pescadores que veían afectados sus
el desarrollo de estas artes; tras la intereses económ icos. Los máximos
crisis del siglo anterior, comienza la defensores de estas disputas, en
recuperación con la llegada de emi- contra de las nuevas artes, fueron el
grantes catalanes que aportarán su padre Sarmiento y don José Cornide.
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ARTES FIJAS

Como su propio nombre indica,


son aque llas que se fijan al fondo y
permanece n caladas en la misma po-
sición hasta que son levantadas por
los marineros , siendo los peces los
que se dirigen hacia ellas, quedando
enmallados. Dentro de éstos cabrían Fig. 3. Beta .
destacar las volantas, raeira, tras-
mallo y beta, ade más del angarello.
suele ser de noche, con barcos tri-
VOLANTA (Fig. 2). Consiste en una pulados por tres a cinco hom bres.
red rectangular de 40 a 50 m de largo Parece ser que la modalidad de la
por 4 de ancho, con mallas en torno beta es oriunda de Asturias y susti-
a los 12 cm . En la tralla superior se tuyó al arte de la " estacada» gallega.
encuen tran los corchos o cort izas y El TRASMALLO es un aparejo
en la inferior las «pandulleiras» (hoy compuesto de tres paños, -de ahí
son plomos). Las piezas se unen su nom bre- oLos dos paños de fue-
unas a otras en la zona llamada " mis- ra se llaman «esrnallos», y sus mallas
toiro» y es el conjun to de estas redes son más abiertas que la centra l. Las
lo que se llama volanta. En cada cabo trallas se unen a estos tres paños de-
de la volanta hay una cuerda que re- jando el central más flojo para que
mata en un «bourel- con un " rama- haga bo lsa.
yo». Es un aparejo muy antiguo , ya uti-
Uno de los cabos se prolonga ha- lizado en tiempos romanos. Se lanza
cia el fondo donde se amarra un peso a la caída del sol y se levanta al ama-
que mantiene fija la red. necer , normalmente sobre zonas ro-
Habitualmente la volanta se trabaja cosas.
en -v olanteíras- , embarcaciones así
llamadas co n un peso de 16 tonela-
das y una tripulación apro ximada de ARTES DE CERCO
1Oa 16 hombres.
En primer lugar se buscaba un fon- Estas artes se utilizan rodeando al
do limpio de 120 a 200 m y una vez pez para su captura. Su utilización es
lanzada la red se va largando en línea de orige n antiguo. Ya en el siglo XVI
dejando fuera los ramos de los co r- se docume nta el llam ado " Cerco
chos. Se deja de esta form a durante Real» -hoy desaparecido- , llama-
doce horas o dos noches , y el pez do así por ser un aparejo privilegiado
queda atrapado en las malla a su en aquella época. Era un aparejo de
paso. Este arte ha sido muy utilizado grandes dimensiones , por lo tanto
para la pesca de la merluza, pesca- precisaba de gran cantidad de per-
da, besugo y abadejo . sonas.
Su aparic ión tuvo lu gar en el Los cercos de TARRAFA y XA-
siglo XVI y llevó cons igo numerosos RETA son una evolución del Cerco
pleitos , sobre todo con los que utili- Real. A diferencia de éste, disponen
zaban el xeito, sin embargo, fue un de una xareta para cerrar el cerco por
arte muy utilizado desde siempre de- el fondo , de esta forma pueden atra-
cayendo a principios de siglo a causa par al pez do nde esté, aunque corra
del desarro llo de las artes de arrastre mucha agua (el Cerco Real sólo fun-
resurgiendo hoy en día la importan- cionaba en las rías).
cia de su uso . El cerco de xareta se introduce en
La BETA (Fig. 3) - otro aparejo de Gallera al iiempo que las artes de
arte fijo - se utilizaba golpeando las arrastre - de las que hablaremos
aguas para que al huir queda ran atra- má s ade lante - , proced ent e del
pados . Consta de 3 a 5 piezas, de 50 Cantáb rico, y tuvo un largo pleito con
a 60 brazas cada una. Se utilizaba los qu e utilizaban el xeito, lo que pro-
para la pesca de sardina, agujas, ca- vocó que - como señala Rodríguez
ballas, etc., y el momento propicio Santamaría- algun os puertos se be-
neficiasen y prosp eras en , como
Moaña, y otros se perjudica sen ,
como Cangas.
En 1910, las medidas pasan de
60 m de largo a 125 m po r 18 m de
alto, y hoy las tenemos de 200 m de
largo por 80 m de alto. Se rod ea por
un refuerzo de red más fuerte, bor-
deada por una tralla. En la parte su-
perior aparecen los corchos , qu e se
dispo nen muy juntos, y en la inferior
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plomos cada metro y argollas que Es prop io de estas artes el que los
cuelgan de unos cabos cortos . peces sean enmallados al ser inter-
La tarrafa entra lentamente hacia el ceptados por la trayectoria de las re-
año 1902. Se utiliza para todo tipo de des.
pez «volandeiro»o «peláxlco». Su for- Dentro del territorio coruñés , al
ma es semejante al anterior, pero de igual que en toda Galicia, este tipo
dimensiones mayores: 650 m de lar- de artes fueron de gran utilización
go por 65 m de alto, por lo que pre- para la pesca de la sardina, de es-
cisa barcos de gran tonelaje . pecial relevancia en la economía ga-
El arte de cerco se puede realizar llega, la cual «Cando ela falla, resin-
mediante tres sistemas : al Caldeo , al tese a vida dos pescatins , namentras
Mansío y a la Oscurada o Ardora . Los que , pala contra , vese axiña, no xeito
dos primeros se utilizaban de día; el de vida , a chegada ás nasas costas
tercero de noche y es el más em- de bancos abondosos diste pei -
pleado , aún en nuestros días. Al atar- xe- (2) .
decer los barcos salen en busca de El XEITO o JEITO (Fig. 5) es la
los bancos de peces . En la noche sin más importante y significat iva de las
luna los pescadores golpean el agua artes de deriva. El conjunto de redes
creando fosforescencias que se ase- se compone siempre de cinco piezas
mejan a el «arder" - de ahí el nombre denom inadas «rnan» -la primera a
de ardora - . Los marineros así des- contar desde el barco -, anteman,
cubren los bancos de peces , aunque tres, cuatro y rabo, que se arman por
existen otros métodos como son a medio de unos hilos en la zona lla-
través de las gaviotas, por los delfi- mada «metafións- . La red va refor-
nes o por el mismo ruido de las sar- zada alrededor por otra de paño más
dinas. Una vez descubierto el banco , grueso, donde van las dos «trallas"
los marineros saltan a la gamela (o de corchos o chumbos o plomos .
barco auxiliar) a la popa y tomando Cada una de las partes o rectán-
un calón o extremo del cerco se larga gulos de red ya nombrados miden
la red formando el cerco hasta jun- aproximadamente 70 metros de lar-
tarse con el otro calón (Fig. 4). Este go por 18 m de ancho y la malla suele
arte de pesca exige gran rapidez de medir de 2 a 2,50 cm. En la tralla su-
maniobra de modo que el cerco debe perior se unen unas cuerdas , o re-
quedar cerrado antes de que el pez bizas con - p é de galo" o «bornadei-
se dé cuenta y pueda huir. Una vez ra- , que acaba en un «bourel»o boya
atrapado el pez, los marineros se po- de corcho.
nen rápidamente a tirar de la xareta En el extremo del man se unen los
para cerrar la red. Los marineros se cabos a una cuerda que la mantiene
distr ibuyen por el costado de babor unida al barco. Las redes van entin-
y se aprieta la pesca, recogiéndose tadas para dar un color que las haga
y metiéndose en el barco mediante invisibles una vez sumergidas.
«salabardos" , de esta forma se tra- El xeito se trabaja desde el atar-
baja la tarrafa, pero antes de apretar decer hasta el amanecer, siendo las
la pesca , los marineros tiraban barras horas más efectivas de pesca las cre-
de dinamita para que el pescado no pusculares, especialmente en su pe-
huyera , por lo que , lógicamente , por riodo oscuro.
el peligro que conlleva, hoy se en- Este se larga por el rabo, exten-
cuentra prohibido. diéndose las redes a lo tendido hacia
la profunda delante del banco de pe-
ces, cayendo al compás de la co-
ARTES DE DERIVA rriente. Son los marineros los que de-
ben calcular a qué profundidad vie-
Las artes de la pesca clasificadas nen las sardinas , por lo tanto también
como artes de deriva se caracterizan , la altura de sus redes regulándolo
tal y como se deduce por su nombre, con la longitud que den a las rabizas.
de la peculiaridad de que ninguno de Al cabo de unas horas los boureles o
sus elementos compositivos entra en boyas se hunden ind icando con ello
contacto con el fondo , lo que hace la captura, por lo que comienzan a
que se encuentren al azar tanto de ha lar desde el man , ayudándose
las corrientes y mareas como de la para recoger la pesca en unos apa-
acción del viento . rejos auxiliares utilizados en muchas
otra artes, como son el salabardo ,
truel, etc., cons istentes en un aro de
madera o hierro de donde se cuelga

Fig. 4. Cerco. Fig. 5. Xeito.


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una red semiesférica, todo unido a El BOU y la PAREXA se han veni-
un mango de madera. do a erigir en artes de arrastre por
Si bien hoy está en decadencia por excelencia.
la competencia del actual cerco de El bou, al parecer oriundo de Fran-
xareta , fue muy utilizado durante el cia , es una red de arrastre derivada
siglo XVIII, siendo una de las artes de la «X ábeqa- , en forma de saco ,
más polémicas junto a la Xábega, de- sobresaliendo la parte superior de la
bido fundamentalmente al excesivo boca. En el interior del saco , a una
deterioro que producía en las espe- distancia de 13 m aproximadamente
cies capturadas que quedaban inu- del final , hay una trampa de red que
tilizables para el salazón y escabe- deja entrar al pez , pero no le deja sa-
che. Así, durante el siglo XVIII se pro- lir. La boca lleva dos trallas o relingas ,
hibió su uso dentro de las rías en los la superior sin corchos y la inferior sin
meses de marzo, abril y mayo, re- plomos , pues su gran peso no lo pre-
gulándose además su altura a 150 cisa. La boca se abre gracias a unos
mallas . aditamentos; son las llamadas «por-
tas» o puertas, planchas de madera
de forma rectangular.
ARTES DE ARRASTRE Este arte sólo se puede trabajar
con barcos de vapor debido a su
Los aparejos de arrastre actúan peso, y este sistema permite que un
principalmente sobre los peces de único barco por la fuerza del arrastre
fondo, entre los que se encuentra la abra la boca del aparejo.
merluza. Se desl iza por el fondo y La parexa (Fig. 7) entra en Galicia
siempre irá en busca de su presa, re- al mismo tiempo y es muy semejante
corriendo los bancos adecuados. al bou . Su nombre - parexa, pare-
La tralla inferior debe recorrer es- ja - procede porque son dos los bar-
pacios sin grandes obstáculos, ya cos que se precisan para trabajar con
que éstos pueden prender la malla y este arte.
romperla, con la consecuente pérd i- Sus medidas lIengan a los 44 ó
da de captura en algunas ocasiones. 46 m de largo realizada por 6 7 pa-
ó

Esta dificultad se salvó gracias a los ños . Desde las «pernadas» al «cope»
- di ávolos», especie de esferoides de son las siguientes: banda, claro , en-
madera o hierro que sustituía a la tra- treclaro, cego, tragedeiro y cope (o
lla inferior , y con ellos se rodaban los saco). Donde comienza el cope se
obstáculos. Pero esto sólo se dio en pone una trampa, que deja entrar
los bous. pero no salir a los peces. La relinga
superior lleva corchos y la inferior
plomos.
En los chicotes o extremos tiene
dos calones de los que por medio de
unos «pes de galo» (pies de gallo)
salen dos cabos que empalman en
unos alambres que llegan a los bar-
cos.
La parexa no necesita puertas, ya
que al ser dos barcos los que arras-
tran , abren la boca del aparejo sufi-
cientemente. Estas artes cogen todo
tipo de pescado, sobre todo merluza
y jureles.

APAREJOS DE ANZUELO

El anzuelo es entre los aparejos de


pesca el más ant iguo, y ha llegado
hasta nuestros días intercalando su
uso con las demás artes ; sin embar-
go , aquellos aparejos de pesca ba-

Fig.6. Red de arrastre puesta a secar . Puerto de Muros.


(Foto: Pilar Blázquez GÓmez). Fig.7. Paxera.
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sados en su utilización son cada vez zas locales por acabar fácilmente con
más escasos. Entre los más impor- las crías.
tantes se enc uentran las diversas li- La diferencia entre palangres se
ñas y los palangres, además de debe igualmente a la manera de unir
otros como el balacín , esp inel , et- los diversos elementos de que cons-
cétera. ta, destacando por su particularidad
En Galicia no se da a este aparejo un palangre muy utilizado en Muros,
un nombre específico, por lo que se Mugardos y Noira y comunmente lla-
denominan generalmente «liña», mado espinel al cual ya nombramos .
«liño», - anqarelo- unido al del pez al Este se diferencia por no llevar la
que se destina. cuerda o brazola horizontalmente,
La LIÑA (Fig. 8) en su forma más sino haciendo zig-zag, entre otras va-
simple consta de un hilo de longitud riaciones.
variable dependiendo de la profun- Asimismo, los palangres pueden
didad a la que se encuentra el pez a ser de superficie o de fondo .
captu rar, un plomo más o menos pe-
sado y uno o más anzuelos. Habi-
tualmente la liña era antes de hilo tin- MARISQUEO
tado , y hoy de tanza - un hilo más
resistente de nylon- ; se recoge en El marisqueo es una de las activi-
un «sirgo» de corcho. De entre los dades más antiguas ejercidas por los
liños más utilizados encontramos el pescadores , siendo fácilmente de-
Liño de Faneca, para pescar abade- sempeñado desde las playas o ro-
jo; de éste existen varios tipos . Para cas, de ahí que a esta actividad se
la pesca del pancho se utiliza el Liño hallan dedicado en numerosas oca-
de Panchos, existiendo también el siones el sector femenino de la po-
Liño del Badeixo, Liño de Congrio o blación marinera.
Liño de los Pintos. Los útiles más sencillos son aqueo
El PALANGRE mediterráneo fue Ilos que tienen su origen en útiles de
introducido en Galicia al igual que la labranza acond icionados a extraer
Xábega de los catalanes, aunque ya los productos del mar, tal es el caso
se encontraba el ESPINEL de pro- de rastrillos, los raños, el gadaño o el
cedencia indígena y de idéntico ma- angazo ostreiro.
nejo . Poco ha variado su fisonomía Las NASA o NANSA (Fig. 9), do-
desde que Cornide nos lo descri- cumentada en el siglo XVI, no es un
biera en el año 1788. aparejo exc lusivamente de mar is-
El palangre consiste en una cuer- queo , aunque con ella se capturan
da o tralla horizontal de un largo total sobre todo nécoras y langostas ; son
de 150 brazas, de la que salen otras utilizadas de hecho para la pesca de
menores o «brazoladas» que finali- congr io, anguila y abadejo .
zan en un anzuelo. La long itud de és- Los tipos varían según sean he-
tas depende de la especie a que es chas de mimbre o madera recubier-
dedicado el palangre, siendo de tas ambas de red. Las primeras pa-
0,35 m para la pesca de palometa y recen jaulas y constan de una boca
de 6 m para el pez espada. cerrada y larga en un extremo y en el
Cornide nos distingue tres tipos en opuesto de una puertecita donde
función del tamaño de los anzuelos , caen los peces que entraron por la
y que aún hoy siguen vigentes : de boca.
«geguda» o «galantes» con anzuelos Las de madera tienen forma cilín-
de gran tamaño , de «media burdera » drica, cubiertas de paño de red; en
con anzuelos med ianos y los «patán- éstas la boca de entrada se sitúa en
grillos» para pescado pequeño con el centro de la nasa, pero el proce-
anzuelos más chicos , los cuales fue-
ron prohibidos en distintas Ordenan-

1=19.8. Uña.

Fig. 9. Nasa.
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agarre fuertemente a una espiga de
maíz atada a un corde l y anzuelo , así
una vez fuera del agua el pescador
mata al pulpo atravesándole desde la
boca con un palo bien afilado .
El PULPEIRO o BICHERO (Rg. 10)
es un singular arpón muy empleado
compuesto por un palo de madera al
que se une un gancho de hierro en
su extremo , el cual varía según los
tipos . El procedimiento depende de
la maña del pescador, el cual, una
vez dentro del agua , pone un trapo
en el extremo del palo cog iendo el
pulpeiro por la parte del gancho, éste
lo mete entre las rocas hasta que el
pulpo sale, entonces se da la vuelta
al palo y se coge al pulpo con el gan-
cho. Similar al bichero en su uso, son
las fítoras o fisgas, que a modo de
tridentes se utilizan tanto para pescar
pulpo como para otros cefalópodos,
jibias , etc.

NOTAS

(1) Meijido Pardo, Antoni: Remesas ga-


llegas de pescado fresco a la corte bor-
bónica (1740-1790). Santiago de Com-
postela, 1971. «Cuadernos de estudios
gallegos », Tom. XXVI. C.S.I.C, Instituto
Padre Sarmiento.
(2) Otero Pedrayo, Ramón: Historia de
Fig. 10. Bichero y Fisga. Museo de Arte s y tradiciones
Galiza, vol. 11, Buenos Aires, Ed. Nos.
populares.
1962.
(Foto: Pilar Blázquez GÓmez).
BIBLlOGR AFIA

dimiento es el mismo : actuar como AMICHI, J.: Diccionario marítimo , Barce-


trampas para los peces . lona, 1971.
Las nasas se calan al fondo inclu- CALO LOURIDO, FRANCISCO: As artes
yendo dentro de ellas unos pesos o de pesca , Santiago de Compostela,
«Cuadernos Museo do Pobo galego»,
piedras, y quedan unidas a la super-
1980.
ficie por una cuerda que termina en CORNIDE, JOSE: Ensayo de una historia
el bourel , y que sirven para situarlas de los peces y otras producciones ma-
frente al marinero. Por lo general , rinas de la costa de Galicia, Madrid,
suelen lanzarse por la noche para re- 1788.
cogerlas a la mañana siguiente. CUEVA SANZ: Artes de aparejos de pes-
ca, Madrid, 1974.
DOMINGO QUIROGA: La pesca de arras-
PESCA DEL PULPO tre en Galicia y sus problemas, Vigo ,
Ed. Galaxia, 196 1.
EIROA DEL RIO, F.: Pesca artesanal en
La pesca del pulpo es abundante Galicia, 1986.
en estas costas , siendo varios los OTERO PEDRAYO, R. Historia de Galiza,
proced imientos para la captu ra. Si- vol. 11, Buenos Aires, Ed. Nos, 1962.
guiendo a Ramón Otero, el sistema RODRIGUEZ SANTAMARIA, Diccionario
de la espiga es el más corriente y se de artes de pesca en España y sus po-
basa en conseguir que el pulpo se sesiones, Madrid, 1923.

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