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¿Que es esquizofrenia?

ESQUIZOFRENIA

Es una enfermedad psiquiátrica, que pertenece a los trastornos psicóticos con


diferentes fases de actividad clínica caracterizadas por alucinaciones, ideas
delirantes y trastorno de otras funciones mentales. Esta enfermedad puede
tener un curso crónico y llegar a deteriorar de forma progresiva con marcadas
repercusiones sociales.

Es pues, un trastorno que provoca síntomas consistentes en oír, ver o sentir


cosas que no existen, tener creencias erróneas, desconfianza fuera de lo
normal, encerrarse en sí mismo, conversación incoherente, aplanamiento de
la conducta y la emotividad u otros similares. Las personas que padecen este
trastorno también pueden sentirse deprimidas, ansiosas, culpables o tensas.

La esquizofrenia es también un trastorno mental crónico y grave que, en


España, afecta a unas 400.000 personas. Esta enfermedad se caracteriza por
una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del
individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización
neuropsicológica más o menos compleja, que lleva a una dificultad para
mantener conductas motivadas y dirigidas a metas y a una significativa
disfunción social. Así, una persona con este diagnóstico, por lo general,
muestra un pensamiento desorganizado, delirios, alucinaciones, alteraciones
afectivas en el ánimo y las emociones, del lenguaje y conductuales.

EPIDEMIOLOGÍA
La enfermedad suele debutar en la adolescencia tardía o primeros años de la
juventud. Las formas paranoides suelen aparecer en la edad media de la vida
y por otra parte se dan formas específicas de presentación en pacientes
ancianos. No hay predominancia por sexos, razas o estado civil, aunque
parece que la incidencia es algo mayor en clases sociales menos favorecidas.

La incidencia de esquizofrenia se estima en 10 a 20 casos por 100.000


personas y año.

SINTOMATOLOGÍA

Es una enfermedad de personas jóvenes y que puede iniciarse de forma


brusca o lenta y progresiva. En bastantes ocasiones, el paciente ya presentaba
antecedentes de alteraciones en el comportamiento o en el aprendizaje. Los
síntomas se han calificado en positivos, como alucinaciones o ideas
delirantes, y los negativos como la apatía y el “aplanamiento en la
afectividad”. También hay síntomas generales, como puede ser el descuido
de la higiene personal, apetito o sed desmedida, abuso del tabaco o de otras
sustancias, etc.

Las características clínicas más frecuentes son:

– ​Ideas delirantes​: Expresan una alteración del pensamiento, en la que el


paciente elabora una serie de ideas que no responden a la realidad. Estas no
siempre tienen un contenido delirante.

– ​Alucinaciones​: Son alteraciones de la percepción generalmente auditivas,


aunque pueden ocurrir en cualquier otro sentido. Es típico las voces que
hablan del paciente o que directamente se dirigen a él.

– ​Alteraciones en el pensamiento​: Puede sentir que su pensamiento está


invadido desde fuera, o expandido al exterior, o que exista un bloqueo de una
idea continuando con otra, absolutamente inconexa en el discurso del
paciente. El lenguaje está alterado, en ocasiones sin argumento que se salpica
de neologismos y vocablos inconexos.

– ​Trastornos del afecto​: Se tiende a hablar de un “aplanamiento de la


afectividad”, es decir que el paciente tiende a no expresar sentimientos. En
ocasiones, el cariño puede ser explosivo, hasta en un 50% de los casos puede
haber en algún momento síntomas depresivos.

– ​Otros como la pasividad, comportamientos estereotipados, imitación en la


forma de hablar o gestos de otras personas, etc. Pueden darse actitudes
catatónicas o de hiperactividad. El deterioro de las funciones cognitivas es
una característica evolutiva.

Características diagnósticas de la Asociación Psiquiátrica Americana

Al menos 2 de los siguientes por más de un mes:

– Ideación delirante

– Alucinaciones

– Discurso desestructurado

– Síntomas negativos

– Actitudes catatónicas

Disfunción social, laboral, autocuidado

Cualquiera de los anteriores por 6 meses


Trastorno del humor no marcado después del inicio de los síntomas
psicóticos

Se descarta el origen farmacológico o por drogas

No se debe al autismo ni a otro trastorno del desarrollo

Según el predominio de determinados síntomas pueden clasificarse en


distintas tipos:

– Esquizofrenia simple, en este caso predominan los síntomas negativos, con


tendencia al aislamiento.

– Esquizofrenia catatónica, donde predominan los síntomas motores.

– Esquizofrenia paranoide, con predominio de los delirios autorreferidos y


con alucinaciones.

– Esquizofrenia latente, son pacientes que impresionan de enfermedad pero


no cumplen criterios diagnósticos

– Esquizofrenia residual, es el estado en que queda un paciente tras un brote,


sin síntomas positivos, pero con trastornos negativos continuos.

Es importante realizar un adecuado diagnóstico diferencial con otras


entidades

Diagnóstico diferencial

Enfermedad cerebral orgánica


Psicosis inducida por fármacos o drogas

Psicosis afectivas

Trastornos de personalidad

Reacciones agudas ante una situación de estrés

Simulación

ETIOPATOGENIA

Claramente existen factores genéticos involucrados, y esta alteración se


encuentra en el cromosoma 5. Las posibilidades de tener la enfermedad si
uno de los padres la padece es del 6%, y del 10% si es un hermano. En los
casos de gemelos asciende del 9% a 26% en casos dicigóticos y 35% al 58%
en caso de gemelos monocigóticos.

No hay modelos animales de esta enfermedad, ya que es un trastorno de las


funciones intelectuales más complejas. La aplicación de determinados
fármacos que mejoran los síntomas y la aparición de determinados síntomas
psicóticos debidos a ciertas drogas implican directamente a la dopamina. La
disminución de este neurotransmisor mejora la capacidad perceptiva de estos
pacientes, y hace que los síntomas positivos de ideas delirantes y
alucinaciones desaparezcan. Sin embargo, en existen algunas conceptos que
no se ajustan a esta teoría. Así por ejemplo, no existen variaciones fuera de
los límites normales de metabolitos y receptores de dopamina en los “estados
positivos”. Además el papel de este neurotransmisor es mucho más complejo,
parece que la cantidad de dopamina unida a sus receptores en el lóbulo
frontal puede explicar algunos de los síntomas.
Por ello, se piensa que el defecto es más complejo y que se ven involucradas
además interneuronas inhibitorias, con una disminución de las neuronas en
determinadas áreas cerebrales. Esto se puede objetivar con técnicas de
neuroimagen como es la resonancia magnética cerebral que muestra la
disminución del volumen de ciertas regiones cerebrales entre ellas el
hipocampo o la corteza cerebral temporal superior.

Aún se está lejos de conocer las ​causas de la esquizofrenia​, si bien existen


resultandos, algunos favorables y otros modificados o descartados a través de
los años. La investigación científica sugiere en pocas palabras, que la
genética, el desarrollo prenatal, el medio ambiente en la vida temprana del
individuo, la neurobiología y teorías psicológicas y los procesos sociales, son
algunos de los factores más importantes.

Aunque no se ha identificado una causa común de la esquizofrenia para todas


las personas diagnosticadas con la enfermedad, actualmente la mayoría de los
investigadores y los clínicos sugieren que los resultados favorecen una
combinación de ambas vulnerabilidades cerebrales (ya sea congénita o
adquirida) junto con acontecimientos vitales de la persona después de nacer.
Está ampliamente adoptado el método que se conoce como el modelo de
“vulnerabilidad al estrés” ​(​vulnerabilidad, estrés y habilidades de
afrontamiento)​, y el debate científico se centra ahora en gran parte sobre la
contribución real de cada uno de estos factores sobre al desarrollo y
mantenimiento de la esquizofrenia.

TRATAMIENTO

El manejo de la esquizofrenia debe ser multidisciplinario, en la que


participen profesionales que actúen en aspectos médicos, sociales y laborales.
Debido a su complejidad, es importante que un médico especialista en
Psiquiatría se haga cargo del proceso diagnóstico y terapéutico. El
tratamiento de un brote de esquizofrenia debe de realizarse preferiblemente
ingresado en una unidad psiquiátrica de agudos.

El tratamiento farmacológico es esencial y se basa en los antipsicóticos que


actualmente son de primera y segunda generación (Tabla 3)

Principales Neurolépticos

Primera Generación

Clorpromacina

Tioridazina

Levopromazina

Perfenazina

Segunda Generación

Quetiapina

Clozapina

Olanzapina

Zipaxidona

Risperidona
Preparados Depot

Flupentixol

Efectos secundarios de los antipsicóticos más frecuentes

Primera Generación

Trastornos motores extrapiramiedales

Anhedonia

Sedación

Ganancia Ponderal

Galactorrea, amenorrea, ginecomastia

Hipotensión postural

Segunda Generación

Ganancia ponderal

Diabetes Mellitus

Sedación

Hipotensión
Convulsiones

Trastornos Hematológicos

La elección de un tipo u otro de medicamento depende de las características


personales y de la yatrogenia que haya podido ocurrir en episodios anteriores.
Por ejemplo, si un paciente ha padecido síntomas parkinsonianos al recibir
haloperidol (rigidez, discinesias, trastornos posturales), debe ser tratado
posteriormente con otro fármaco de segunda generación como olanzapina u
otro similar.

Los neurolépticos son fármacos muy eficaces, más del 90% de respuesta en
los brotes agudos. La potencia es mayor frente a los síntomas positivos. Si se
mantienen durante un tiempo prudencial, pueden retirarse de forma
progresiva reduciendo así los efectos secundarios que son muy frecuentes y
desagradables. En pacientes que van a seguir de forma continuada el
tratamiento y que por determinadas circunstancias no pueda asegurarse de
que lo vayan a realizar adecuadamente pueden prescribirse preparados depot
como es el Flupentixol. Estos aportarán niveles de medicación eficaces
durantes varias semanas.

Aunque los neurolépticos son la terapia farmacológica de elección, el arsenal


se puede completar con otros psicofármacos para controlar cualquier
sintomatología que vaya apareciendo. Entre otros que se utilizan en estos
pacientes están los antidepresivos, benzodiazepinas, hipnóticos, eutimizantes
etc. La terapia con electrochoque puede plantearse en algunos cuadros
catatónicos o depresivos con inhibición profunda.

Una vez conseguida una mejoría del brote agudo, se deberá establecer un
plan multidisciplinario de rehabilitación, reinserción social y laboral,
evitando los ambientes empobrecedores y sórdidos de las instituciones
asilares clásicas.
El pronóstico de estos pacientes no es bueno, ya que menos de la mitad
consiguen un control adecuado de la enfermedad suficiente como para poder
vivir con cierta normalidad y calidad de vida.

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