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Uniones de contratos -

Contratos de distribución

Derecho
Privado IV
(Contrato de
empresa)

1
Uniones de Contratos -
Contratos de
distribución
Existencia de uno o varios contratos

Las partes pueden perseguir su fin económico mediante la combinación de


varios contratos; esto es, contratos distintos celebrados entre las mismas
partes.

Para distinguir cuándo hay uno o varios contratos, es irrelevante que estén
vinculados por su celebración en un mismo momento, por la unidad del
documento en que se celebran, o por otra causa. Lo decisivo para mostrar
la vinculación entre ellos es establecer si existen una o varias causas o
finalidades jurídico-económicas, dado que es el elemento determinante
para constatar si existe pluralidad de contratos o conexidad contractual.

Uniones de contratos de origen legal:

La ley regula varios casos en los que hay contratos que, si bien son
distintos, tienen algún nexo. Entre ellos podemos mencionar:

a) Contratos autónomos recíprocos: entre las mismas partes se


celebran dos contratos en relación de dependencia mutua, de
modo tal que la ejecución o validez de uno queda subordinada a
la ejecución o validez del otro; cada contrato es la causa del otro.

b) Contrato principal y accesorio: un contrato depende del otro


cuando uno es la razón de la existencia del otro, como ocurre,
por ejemplo, con el contrato de fianza. El contrato principal
influye sobre el accesorio en el sentido de que, si se extingue el
principal, produce la extinción del accesorio.

c) Subcontrato: presenta la existencia de un contrato principal y


otro derivado, generalmente, en grado de dependencia
unilateral. Es el caso del contrato de locación de cosas, en las
que el locatario puede sublocar, existiendo de tal modo dos
contratos cuyo puente de unión es el locatario – sublocador.

d) Sucesión de contratos: es el caso en que un contrato


preparatorio se encuentra vinculado a un contrato definitivo, en
el sentido temporal y causal, sin que se vea afectada la tipicidad.

2
Uniones de contratos de origen convencional

a. Negocio realizado a través de varios contratos

Respecto de las uniones convencionales de contratos o conexidad


contractual, debemos decir que, en muchos casos, la finalidad pretendida
por las partes no puede ser alcanzada a través de un contrato. Es por ello
que las partes combinan distintos contratos, sin perder su tipicidad.
Téngase presente que la idea de negocio es más amplia que la de contrato,
ya que para hacer el negocio muchas veces se deben agrupar distintos
contratos para producir los efectos jurídicos buscados.

De aquí surgen las redes contractuales, que funcionan como un sistema


jurídico integrado, y que importa la existencia de varios contratos, cada
uno de los cuales no justifican su existencia si no cuentan con otro/s
contrato/s que integran la red.

En las uniones convencionales de contratos surge uno de los conceptos


más importantes en el ámbito de las redes contractuales, que es, sin dudas,
la finalidad supracontractual, elemento éste que conecta a los distintos
contratos, para lograr esa finalidad que por separado no se podría alcanzar.
La conexión contractual alude a la pluralidad de contratos y al nexo
funcional que media entre ellos. En tal sentido, López Frías (1994),
sostiene que para que exista pluralidad debe analizarse la causa, concebida
como la función económico-social que el contrato cumple en cada caso: si
ésta es única, existe un contrato; si concurren varias causas autónomas y
distintas, hay pluralidad; si además de varias causas autónomas y distintas
(pluralidad) existe un “vínculo funcional” (p. 12), hay “conexidad
contractual” (p. 278).

En síntesis, en las uniones de contratos, los objetivos económicos no se


alcanzan mediante un contrato, sino a través de un conjunto de contratos
que, si bien cuenta cada uno con una causa propia, autónoma y distinta
(pluralidad), son utilizados estratégicamente en función de un negocio
jurídico particular que se pretende concretar; o se organizan redes
contractuales que forman un sistema jurídico unificador, surgiendo como
consecuencia de ello una finalidad económica supracontractual, que
trasciende las causas individuales de los contratos que integran la
agrupación y que se realiza con su cumplimiento conjunto.
Nos enseñan Noemí L. Nicolau y Carlos A. Hernández (2012) que el Código
Civil y Comercial, ya en el proyecto preveía la conexidad contractual que
actualmente mantiene, es decir, que la tipifica legalmente en la teoría
general del contrato, más allá de las fronteras del contrato de consumo,
brindando una definición del supuesto de hecho1 -que sigue las
recomendaciones vertidas por la doctrina en las XVII Jornadas Nacionales
de Derecho Civil (Recomendación 1.2. de la Comisión 3: “Contratos
conexos”)-, además de establecer reglas especiales referidas a las

1
Art. 1073 – Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.

3
proyecciones de la excepción de incumplimiento2, la extinción por
frustración del fin y la interpretación del contrato.3 La referenciada
recomendación, textualmente expresa:

Habrá contratos conexos cuando para la realización de un


negocio único se celebra, entre las mismas partes o partes
diferentes, una pluralidad de contratos autónomos,
vinculados entre sí, a través de una finalidad económica
supracontractual. Dicha finalidad puede verificarse
jurídicamente, en la causa subjetiva u objetiva, en el
consentimiento, en el objeto, o en las bases del negocio.4

El legislador del nuevo código recogió al instituto bajo examen en un


capítulo separado, dotándola de un tipo contractual de naturaleza legal,
hasta el momento inexistente, puesto que la unión de contratos no se
encontraba regulada antes de promulgado el actual Código Civil y
Comercial, aunque sí se había previsto en el Proyecto de Código Civil y
Comercial de 1998, bajo la denominación grupo de contratos, aunque de
manera más acotada (en una sola norma). Así, el código actualmente
vigente realizó una regulación más completa en la que además de definir
qué debe entenderse por conexidad contractual, previó normas para su
interpretación y estableció los efectos jurídicos que de ella se derivan (en
los Arts. 1073 a 1075).5

Aclaramos que cuando se hace mención a la finalidad económica


supracontractual, debemos entender por tal a la causa fin del negocio. Esta
finalidad puede surgir del texto de la ley, ser acordada por las partes de
común acuerdo en ejercicio del principio de autonomía de la voluntad, o
derivarse de una labor de interpretación.6
En cuanto a las consecuencias jurídicas, observamos que el legislador ha
previsto que, una vez probada la conexidad, un contratante puede oponer
excepciones de incumplimiento total, parcial o defectuoso, aun frente a la
inejecución de obligaciones ajenas a su propio contrato, rigiendo, por lo
tanto, la regla conforme a la cual la extinción de uno de los contratos
produce la frustración de la finalidad económica común.7

b. Finalidad supracontractual

Así como hay una finalidad perseguida a través de un contrato, hay una
finalidad supracontractual. En ésta, las finalidades económico-sociales son
distintas o más amplias de las que existen en los contratos social o

2
Art. 1075 – Ley N° 26.994. Op. cit.
3
Art. 1074 – Ley N° 26.994. Op. cit.
4
Art. 1074 – Ley N° 26.994. Op. cit.
5
Arts. 1073, 174 y 1075 – Ley N° 26.994. Op. cit.
6
Art. 1074 – Ley N° 26.994. Op. cit.
7
Art. 1075 – Ley N° 26.994. Op. cit.

4
legalmente típicos, de modo tal que estos últimos son usados
instrumentalmente para lograr aquéllas.

Esta finalidad supracontractual, como ya dijimos, sustenta la conexidad


entre los distintos contratos involucrados.

Es importante señalar el sustento que da la causa-fin, en este caso con una


modalidad especial, en tanto esa finalidad trasciende los contratos
individualmente considerados —es una finalidad del conjunto, que se
satisface por éste—, por lo cual, así como la causa —entendiendo en este
caso como tal la finalidad común o general de los contratos de una misma
naturaleza (típicos o atípicos)— permite caracterizar una figura individual,
la existencia de una finalidad en un conjunto de contratos permitirá
detectar la conexidad, al margen de la que persigue cada contratante
individual (Nicolau y Hernández, 2012).

5
Contratos de
distribución de bienes y
servicios

Los problemas jurídicos vinculados a la


distribución de bienes y servicios
En la actualidad, la globalización ha dejado de ser una novedad. Quien
ignore los mercados internacionales, estará ignorando una buena
posibilidad de negocios, ya que estará perdiendo la oportunidad de vender
sus productos y servicios a potenciales clientes. Es por ello que los
empresarios, en general, han diseñado y perfeccionado distintas estrategias
comerciales y formas contractuales, intentando optimizar sus estructuras y
abarcar con ello los distintos mercados.

Surgen, entonces, como consecuencia de lo expuesto, los distintos


contratos de distribución, que serán analizados en detalle a lo largo de
este módulo, siendo el objeto común de todos ellos la promoción,
distribución y comercialización de productos o servicios, lográndolo sobre
la base de la colaboración y cooperación de los comerciantes
independientes que participan de ellos. Conceptos como eficiencia, costos,
calidad, son propios de la actividad distributiva en general, lo que, sumado
a la especialidad en la división del trabajo, ha generado la necesidad de los
empresarios de tenerlos presentes en sus cadenas comerciales y dando
lugar, en consecuencia, al nacimiento de estructuras independientes que
brindan los servicios necesarios para la consecución de dichos objetivos,
logrando, además, una rentabilidad como contraprestación por los servicios
brindados.

Existe también, por supuesto, la posibilidad de que la empresa que produce


los bienes o servicios decida u opte por llegar a sus clientes a través de
canales propios, pese a los canales de comercialización que puedan
brindarle terceros. La diferencia reside en esta opción en que, en la primera
de ellas, es el propio empresario productor el que corre con los riesgos por
la venta de sus productos o servicios; mientras que, con la segunda
opción, se puede lograr una optimización de la estructura, con menor
riesgo y costos, donde los terceros intervinientes actúan además a nombre
y riesgo propio, por ser estructuras o empresas independientes y
autónomas, como lo hemos referido supra.

6
Siguiendo a Etcheverry (1991), podemos afirmar que los contratos de
distribución en sentido amplio tienen las siguientes características
comunes:

a) Existencia de dos empresas u organizaciones independientes; una


dedicada a la producción de bienes o servicios, debiendo la restante tener
el objeto de acercar dichos productos o servicios a los clientes.

b) Vínculo de cooperación; basado en la buena fe contractual y en el


principio de concurrencia de las actividades de las empresas implicadas.

c) Permanencia; nacen para durar, ello les permite además a las empresas
comercializadoras amortizar el capital que hubieran invertido o debieran
invertir.

d) Relación contractual bilateral.

e) Comercialización de la producción de una de las empresas vinculadas;


téngase presente que siempre, en mayor o en menor medida, existe la
facultad de control del productor respecto del distribuidor, siendo la escala
respectiva de menor a mayor la que comienza en la distribución
propiamente dicha hasta llegar a la franquicia, pasando por la agencia y la
concesión.

Los contratos con finalidad distributiva son cuatro. Uno solo cuenta con
tipicidad social (contrato de distribución propiamente dicho), en tanto los
demás cuentan, a partir del nuevo Código, con tipicidad legal. Los
definiremos seguidamente:

a) El contrato de distribución propiamente dicho: es aquel en el cual una


empresa que, teniendo asignada una zona en exclusividad o bien
compartiéndola en forma limitada con otro u otros distribuidores, se dedica
a la intermediación de productos, teniendo un precio de descuento sobre
éstos y obteniendo como ganancia la diferencia que resulta entre el precio
de venta al público y su precio de compra al fabricante.

b) El contrato de agencia: es aquel en el que una parte, denominada


agente, se obliga a promover negocios por cuenta de otra, denominada
proponente o empresario, de manera estable, continuada e independiente,
sin que medie relación laboral alguna, mediante una retribución.8

c) El contrato de concesión: es aquel en el que una parte, denominada


concesionario, que actúa en nombre y por cuenta propia frente a terceros,
se obliga mediante una retribución a disponer de su organización
empresarial para comercializar mercaderías provistas por otra, denominada
concedente, o para prestar los servicios y proveer los repuestos y
accesorios según haya sido convenido.9

8
Art. 1479 – Ley N° 26.994. Op. cit.
9
Art. 1502 – Ley N° 26.994. Op. cit.

7
d) El contrato de franquicia: es aquel en el que una parte, denominada
franquiciante (o dador), otorga a otra, llamada franquiciado (o tomador), el
derecho a utilizar un sistema probado destinado a comercializar
determinados bienes o servicios bajo el nombre comercial, emblema o la
marca del franquiciante, quien provee un conjunto de conocimientos
técnicos y la prestación continua de asistencia técnica o comercial, contra
una prestación directa o indirecta del franquiciado. El franquiciante debe
ser titular exclusivo del conjunto de los derechos intelectuales, marcas,
patentes, nombres comerciales, derechos de autor y demás comprendidos
en el sistema bajo franquicia; o, en su caso, tener derecho a su utilización y
transmisión al franquiciado en los términos del contrato. El franquiciante no
puede tener participación accionaria, de control directo o indirecto, en el
negocio del franquiciado. El plazo no puede ser inferior a dos años.10

Elementos para una tipificación jurídica de la


distribución
Para estudiar este punto, remitirse a la bibliografía obligatoria Lorenzetti,
1999, tomo 1.

Elementos comunes aplicables a los diferentes


contratos de distribución. Caracteres. Contrato
celebrado por adhesión, control y dominación
a. Caracteres

Existen elementos o caracteres comunes a todos los contratos de


distribución que permiten afirmar que existe un género. Estos son:

i. Aprovisionamiento continuo: en la base económica del vínculo existe


una venta y reventa de bienes, en sentido similar a lo que sucede en el
contrato de compraventa o en el contrato de suministro. Sin embargo, en
los contratos de distribución este carácter se presenta como un aspecto
instrumental dentro de un vínculo de colaboración que puede incluir otros
aspectos, que importan un apartamiento sustancial del tipo de la
compraventa y que les da una fisonomía propia a los contratos de
distribución. (Lorenzetti, 1999).

ii. Tipicidad legal: con el anterior Código Civil y Comercial,


no se encontraban regulados legalmente los contratos de
agencia, concesión y franquicia, pero una costumbre
consolidada en la práctica estableció ciertas reglas básicas
que los dotaban de una tipicidad social. (Lorenzetti, 1999, p.
520).

10
Art. 1512 – Ley N° 26.994. Op. cit.

8
Actualmente, vigente el nuevo Código Civil y Comercial estos contratos
recibieron tratamiento legal en los arts. 1479 al 1524, por lo que
cuentan con tipicidad legal.

iii. Duración: se encuentra ínsito en estos contratos,


surgiendo de la naturaleza de las prestaciones que
conforman su objeto, la necesidad de un lapso de tiempo
suficiente para el desarrollo del negocio, aún cuando no se
establezca un tiempo determinado de duración en el
convenio (Lorenzetti, 1999, p. 520).

iv. Colaboración: existe en los contratos de distribución


una relación de colaboración interempresarial, operada por
sujetos jurídicamente autónomos vinculados en una
actividad mercantil integrada en la que el productor
derivó la comercialización de sus productos hacia distintas
bocas de ventas, regulando su penetración en el mercado
para potenciar el mutuo beneficio. (Lorenzetti, 1999, pp.
520- 521).

v. Confianza: el concedente toma en consideración la


organización económica-técnica y comercial del
distribuidor, su poder de penetración, sus antecedentes en
la zona y demás condiciones para cumplir con el objeto del
contrato.
Estas circunstancias inciden en la celebración del contrato.
Por lo tanto, el deterioro de la confianza es causal de
resolución. (Lorenzetti, 1999, p. 521).

b. Contrato celebrado por adhesión, control y dominación

- Contrato de adhesión: es costumbre, sobre todo en los sistemas de


distribución, que el contrato se celebre por adhesión a condiciones
generales. Las razones para que ello suceda son numerosas; entre ellas,
la necesidad de producir una integración vertical de empresas, para lo
cual hace falta un control por parte de una unidad de decisión
centralizada, lo que se instrumenta a través de condiciones
predispuestas; la protección de bienes del otorgante, como la marca, la
imagen, el know how que, según los casos, requiere el ejercicio de
cierto control sobre aquel a quien se ceden estos elementos.

- Contrato de control y dominación: no se puede afirmar en abstracto


que nos encontremos ante contratos de dominación de una parte -más
fuerte- respecto de la otra -más débil-, más allá de que objetivamente se
presenten elementos de control o subordinación técnica y económica
que deben ser tenidos en cuenta al momento de su interpretación y
de la aplicación de determinadas cláusulas contractuales; especialmente,
las relativas a la extinción del contrato y a los derechos que tiene el
sujeto subordinado. En realidad, la cuestión de la dominación en una
contratación se debe observar en cada caso particular, en concreto.

9
Obligaciones de las partes. Obligaciones del
distribuidor. Obligaciones del concedente. Las
cláusulas de exclusividad. Derecho a la estabilidad

I. Obligaciones del distribuidor

Las obligaciones del distribuidor son:

1. Distribuir eficazmente bienes del principal.


2. Seguir las sugerencias del empresario principal.
3. No competir con el proveedor.
4. Mantener el secreto contractual.

II. Derechos del distribuidor

Los derechos del distribuidor son:

1. Derecho a la provisión continúa de bienes del principal.


2. Mantenimiento de las condiciones más ventajosas pactadas.
3. Uso de marca, símbolos, imagen, publicidad y otros elementos
acordados.

III. Obligaciones del concedente

Las obligaciones del concedente son:

1. Proveer regularmente salvo causas ajenas.


2. Dar publicidad global.
3. Respetar la exclusividad pactada.

Las cláusulas de exclusividad

La cláusula de exclusividad, como antes lo indicáramos, puede establecerse


en beneficio del proveedor o en beneficio del distribuidor.

La cláusula de exclusividad en beneficio del proveedor obliga al distribuidor


a dedicar sus esfuerzos a promover los bienes del concedente, sin hacer
otra actividad.

La cláusula de exclusividad en beneficio del distribuidor consiste en un


derecho a distribuir en una zona territorialmente delimitada con exclusión
de otros competidores, surgiendo una obligación de no hacer a cargo del
proveedor, cuyo contenido es no distribuir en esa zona, sino a través del
contratante que tiene el privilegio.

Derecho a la estabilidad

Los contratos de distribución, al tener como característica su durabilidad,


cuentan con vocación de permanencia en el tiempo. Ésta produce,
además, el deber de obrar de buena fe, el que se concreta en la
10
necesidad de preavisar la extinción; esto es, el deber de no obrar de
manera intempestiva, de modo tal que se desbaraten los derechos de la
otra parte ni se desnaturalice el vínculo.

Contrato de distribución
Definición. Diferencias con la compraventa
independiente
Dentro del ámbito de los contratos con finalidad distributiva, la distribución
propiamente dicha es el contrato que presenta el menor grado de
integración entre las partes. En efecto, no hay representación como podía
existir antes de la sanción del nuevo Código Civil y Comercial en el contrato
de agencia (luego de su sanción, tampoco existe representación en la
agencia conforme surge del artículo 1485 del Código Civil y Comercial), no
hay una identificación tan fuerte como sucede en la franquicia, siendo
solamente un acto continuo de reventa, lo que, a su vez, lo diferencia de la
concesión, en cuanto en esta última están presentes obligaciones de
garantía y servicio de post venta y uso de la marca del principal.

Actualmente, a diferencia de los otros contratos de distribución, no cuenta


con una regulación jurídica positiva, dado que el nuevo Código Civil y
Comercial no lo ha receptado en su articulado. Sin embargo, prevé el
artículo 1511 del Código Civil y Comercial unificado que le son aplicables,
en cuanto sean compatibles, las normas del contrato de concesión.11

Al igual que el resto de este tipo de contratos (que sí cuentan con


regulación legal), la distribución propiamente dicha tiene una función de
intermediación calificada, llevada a cabo por empresarios independientes y
autónomos, incluyéndose -por regla-, como sucede en el contrato de
concesión, la asunción del riesgo de los negocios por el distribuidor y la
falta de sometimiento a una unidad de decisión central de la que reciba
directivas específicas para la concertación de sus negocios (características
éstas que la diferencian de la agencia). Sí existe, como en otros contratos
con finalidad distributiva, el sometimiento del distribuidor a una
subordinación técnica respecto del principal cuando se distribuyen bienes
de cierta complejidad técnica o intangibilidad, que hacen necesario que el
distribuidor respete las sugerencias e indicaciones del principal distribuido.
En síntesis, sólo se deben respetar las indicaciones técnicas necesarias para
mantener la identidad, calidad y continuidad del producto o servicio en el
mercado.

El principal, a través del contrato de distribución, logra obtener beneficios


sin la necesidad de una fuerte inversión de capital, logrando también, y en

11
Art. 1511 – Ley N° 26.994. Op. cit.

11
coherencia con lo expresado, una disminución de los riesgos, ya que éstos
son asumidos por el distribuidor.

Nuestro Código Civil y Comercial unificado no ha receptado en su articulado


al contrato de distribución propiamente dicho; sin embargo, ello no
significa que lo haya desconocido lisa y llanamente, pues, al regular el
contrato de concesión, alude a éste previendo en el art. 1511: “Las normas
de este Capítulo se aplican a: (…) b) los contratos de distribución, en
cuanto sean pertinentes”.12 De tal modo, nuestro codificador reconoce su
existencia, aunque continúe tratándose de un contrato típico de tipicidad
social, esto es, fuertemente arraigado por su utilización en la praxis
empresarial.

Las pautas que se han ido forjando desde la costumbre, con relación al
contrato de distribución propiamente dicho, nos enseñan que este contrato
importa la presencia de una empresa que se ocupa de la elaboración de
productos, que luego encomienda a otra empresa, para su introducción y
comercialización en una zona específica del mercado. Para ello, la empresa
que produce los bienes se compromete a su continuo suministro,
vendiéndoselos al distribuidor, que los adquiere para su reventa a los
consumidores, por nombre y cuenta propia.

Tal actividad es retribuida con la percepción, por parte del distribuidor, de


un porcentaje del precio final del producto colocado en el mercado, que
consiste en el margen de diferencia resultante entre el precio de compra
(costo) y el de reventa (precio de venta).

Tenemos, entonces, dos circuitos bien definidos: por un lado, la fabricación,


llevada adelante por la empresa productora; y, por otro lado, la
comercialización de los productos, llevada a cabo por la empresa
distribuidora. Tal separación o especialización de actividades permite a la
empresa productora concentrar sus esfuerzos en la producción, delegando
la comercialización en un intermediario profesional.

Analizaremos ahora los derechos y obligaciones de las partes.

Derechos y obligaciones del proveedor. Derechos y


obligaciones del distribuidor
Proveedor o distribuido

Derechos

 Fijar el precio del producto o servicio.

 Percibir el precio acordado.

 Facultad de control técnico sobre operaciones del distribuidor.

12
Art. 1511 – Ley N° 26.994. Op. cit.

12
Deberes

 Informar las variaciones de precio.

 Entregar el producto o servicio que cumpla con los requisitos para su


reventa (identificable, reproducible, etc.).

 Cumplir con los compromisos publicitarios. No efectuar ventas directas


en la zona.

 No adjudicar la zona a otro distribuidor.

Distribuidor

Derechos

 Exigir el suministro en tiempo y forma.

 Exigir el cumplimiento de la pauta publicitaria.

 Exigir el cumplimiento del soporte técnico, publicitario y comercial.

 Percibir el margen de reventa.


 Recibir capacitación, a cargo del concedente.

Deberes

 Cumplir con el mínimo de ventas.

 Cumplir con las instrucciones del principal.

 Respetar la exclusividad del principal.

 No exceder la zona otorgada por el contrato.


 Permitir el control por parte del principal en el aspecto técnico.

Extinción del contrato de distribución propiamente dicho

Al contrato de distribución se le aplican las normas de la concesión en todo


aquello que no se encuentre regulado por la autonomía de la voluntad en
el tenor literal del contrato particular del que se trate.

En orden a las causales de resolución del contrato de concesión, el artículo


1509 del Código Civil y Comercial remite a lo previsto para el contrato de
agencia por el art. 1494 ibídem, que expresamente prevé:

El contrato de agencia [léase de concesión y de distribución


propiamente dicho también] se resuelve por:

a) muerte o incapacidad del agente;


b) disolución de la persona jurídica que celebra el contrato,
13
que no deriva de fusión o escisión;
c) quiebra firme de cualquiera de las partes;
d) vencimiento del plazo;
e) incumplimiento grave o reiterado de las obligaciones de
una de las partes, de forma de poner razonablemente en
duda la posibilidad o la intención del incumplidor de atender
con exactitud las obligaciones sucesivas;
f) disminución significativa del volumen de negocios del
agente.13

A su vez, esta previsión se completa con el siguiente dispositivo que


prescribe:

En los casos previstos en los incisos a) a d) del artículo


anterior, la resolución opera de pleno derecho, sin
necesidad de preaviso ni declaración de la otra parte, sin
perjuicio de lo dispuesto por el artículo 1492 para el
supuesto de tiempo indeterminado. En el caso del inciso e)
del artículo 1494, cada parte puede resolver directamente
el contrato. En el caso del inciso f) del artículo 1494, se
aplica el artículo 1492, excepto que el agente disminuya su
volumen de negocios durante DOS (2) ejercicios
consecutivos, en cuyo caso el plazo de preaviso no debe
exceder de DOS (2) meses, cualesquiera haya sido la
duración del contrato, aun cuando el contrato sea de plazo
determinado.14

Con antelación a la vigencia del actual Código Civil y Comercial unificado, el


contrato de distribución, al igual que el de concesión y agencia, se extinguía
por las causas comunes a los contratos en general, pues no existía previsión
normativa alguna respecto a ellos.

13
Art. 1494 – Ley N° 26.994. Op. cit.
14
Art. 1495 – Ley N° 26.994. Op. cit.
14
Referencias

Etcheverry, R. A. (1991). Derecho comercial y económico. Contratos. Parte


especial 1, Buenos Aires: Ed. Astrea.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

López Frías, A. (1994). Los contratos conexos. Barcelona: José María Bosch
Editor S.A.

Lorenzetti, R. (1999). Tratado de los contratos, Buenos Aires: Rubinzal


Culzoni.

Nicolau, N. y Hernández, C. (2012). Breve análisis acerca de la relación de


consumo y sus fuentes y de algunas normas que incorpora en esta materia
el Proyecto de Código Civil y Comercial de 2012. Buenos Aires: Abeledo
Perrot.

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