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Enero de 2016

El Nido de la Corneja
Grupo de Devoción a Morrigan

¿Por qué trabajar con la Morrigan en Chile?


-¿Por qué no?

Una de las primeras cuestiones que discutimos con Nadia cuando surgió este proyecto
fue plantearnos el: “¿Por qué trabajar con la Morrigan en Chile?” Y de modo casi inmediato
nos asaltó la respuesta: “¿Y por qué no?” De todos modos, decidimos que era necesario
adentrarnos más en este aspecto.
El primer punto a considerar fue el tema del instinto. Tratándose de la temática
espiritual creemos que el llamado que cada cual sienta en su corazón es sumamente válido y el
más importante. Tratándose de fe lo único que realmente resalta es aquello que nos nazca,
que nos mueva y que nos con-mueva. Aquello inexplicable que nos haga “creer,” más que
cualquier teoría o dato concreto. Como paganos aceptamos la posibilidad de recibir el llamado,
siendo una opción posterior el investigar y decidir si aceptarlo o no.
Segundo, creemos necesario aclarar nuestro punto de vista con respecto a las
fronteras. Pensamos que las fronteras se han inventado y han ido variando a lo largo del
tiempo por razones socio políticas, pero desde el inicio la Tierra ha sido siempre una sola.
Independientemente de nuestras tradiciones y culturas, todos estamos sujetos a la naturaleza
y sus reglas, es así que creemos en la manifestación de nuestros dioses a través de distintos
grupos étnicos. Cada cual los verá y los interpretará bajo sus propios “prismas,” sin embargo,
gracias a investigaciones hemos podido establecer relaciones entre dichas deidades. Muchas
veces son sólo nombres distintos, o nombres que identifican ciertos atributos de una deidad,
los que distinguen a unos de otros. Es por eso que podemos hablar de Minerva o Atenea,
dependiendo de la geografía, pero sabemos que se trata de la misma diosa. Y del mismo modo
podemos hacer relaciones entre todas las diosas Madre. Es decir, el nombre no hace a la
deidad. Cuando decidimos rendir culto a la Morrigan nos estamos dedicando a esta faceta de
la diosa, la cual está presente en todo el mundo, independiente de su nombre o su
nacionalidad.
Bajo ese mismo concepto es que creemos que tratándose de divinidades nos parece de
lo más ingenuo tratar de anclar a los dioses y diosas a las leyes terrenales bajo conceptos tales
como: país, nación, territorio o cultura. Ellos sabrán mejor con quiénes se comunican y cómo
lo hacen y bajo qué nombre se presentan.
En tercer lugar no queremos dejar de mencionar la relación que se puede establecer
entre nuestro país (sobre todo el sur de Chile) y el norte de Europa. Basta mirar los paisajes,
conocer el clima y la geografía, para ver la conexión. Independientemente de nuestra raza y
nuestra historia, podemos ver que las condiciones de vida eran muy similares, la lucha que el
hombre establecía con la naturaleza por su sobrevivencia. Es así que podemos entrever modos
de hacer y concepciones de mundo muy parecidas. Por si fuera poco, quedan puntos que no
dejan de ser llamativos. La fuerte presencia de serpientes en la mitología sureña, siendo que
en Chile existen tan pocas especies de estas; los rasgos arios de la Pincoya, siendo que por
naturaleza la raza autóctona era tan diferente; y así una infinidad de aspectos que se muestran
muy interesantes a la hora de plantear una investigación en mayor profundidad, pero que no
descartan este lazo energético entre ambos polos.
Es por todo esto que se nos hace sumamente válida la idea de trabajar con una diosa
Celta en Chile. Creemos que independiente de nuestras nacionalidades o de nuestra
ubicación geográfica, podemos atender el llamado de esta, nuestra diosa regente y trabajar
en pos de sus objetivos. Ella, como buena diosa de la guerra, nos ha puesto en este camino
por alguna razón y si debemos abrirnos paso por un camino incierto, pues entonces lo
haremos dignamente, pues confiamos en su guía.

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