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Pierre Vilar

Oro y Moneda en la Historia (1450-1920)

Introducción

Esta obra es escrita por un historiador en un intento de clarificación pedagógica de los


problemas planteados por la moneda a lo largo de la historia. El oro y la plata cambia a
la Europa de los siglos XVI y XVIII y para interpretar estos cambios las sugerencias
simplificadoras son peligrosas, estos metales preciosos han sido puramente controlados
por los hombres, hicieron correr manchas de sangre, lágrimas y sudor para sacar el
mayor provecho. Esta obra quiere poner al alcance del ciudadano medio el problema
monetario que invocaron estos metales, que fueron variando desde el siglo XVI al XX.
La moneda plantea un problema doble ya sea por su definición como objeto y como
mercancía que fija un precio de mercado. Con la implantación del capitalismo se
atraviesan numerosos problemas en cuanto al valor de la moneda y uno de ellos es la
desvalorización monetaria que pone en crisis a este sistema económico. Diferentes
economistas del siglo XX han tratado de explicar la civilización a través del oro ya que
este fue el impulsor de nuevas rutas, conquistas y sistemas de mercados, así el ritmo de
la historia del mundo fluye al compás de los metales preciosos, ejerciendo atracción no
solo económica sino también de poder. El oro paso a ser una medida ideal de valores
que cada sociedad le fue dando, esto acarreo una diferenciación de valores a nivel
global en donde cada Estado le concedía un valor y que a la ora de comerciar se
necesitaría un patrón referente estable, este problema es aun problema de nuestro
tiempo. Mientras en el mundo existan diversas monedas el problema de la
desvalorización continuara siempre sea cual sea su respaldo.

El oro en el mundo desde el siglo XVI hasta nuestros días: introducción

I - Hecho monetario, historia económica e historia en general.

A) El hecho monetario como revelador histórico.

Se entiende al hecho monetario como un revelador histórico en el sentido de ser


considerado como un instrumento más eficaz por ser
capaz de revelar al historiador los movimientos profundos de la economía y como un
factor histórico en donde como tal el historiador no debe de privilegiar el hecho
monetario en sí mismo, sino seguirlo de cerca, es un síntoma, un indicador que, puesto
en relación con otros factores, nos permite bucear en la situación económica de un lugar
y de un tiempo dado.

B) El hecho monetario como factor histórico.

Si el hecho monetario funciona como indicador de ciertos procesos económicos es


porque es su resultado. Pero el hecho monetario, además, es causa de algunos de esos
procesos. No siempre se ha considerado así. A partir de las grandes crisis surgió la
postura opuesta, según la cual la moneda sería el factor al menos el más relevante en los

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procesos económicos. Adoptemos aquí la postura intermedia moneda y situación
económica se condicionan recíprocamente.

II - Problemas del oro y problemas de la moneda.

A) El oro.

El oro es un mineral escaso que tiene valor en sí mismo como mercancía, condicionado
este por, entre otros factores, su coste de producción. Aunque sus funciones a lo largo
de la historia no se reducen al papel de medio de pago, será esta función la que más nos
ocupe.

B) La moneda.

La moneda se ha definido durante largo tiempo en sus funciones de medio de pago,


medida de valor y, eventualmente, reserva de valor. Estas definiciones son discutibles
pues esas tres funciones no tienen que darse a la vez y además la moneda puede tener
otras funciones. Jean Marchal define a la moneda como un poder de compra y un
instrumento de política gubernamental, todos estos los aspectos son importantes para el
historiador.

Se ha llamado moneda a tres cosas distintas:

A la moneda-objeto-mercancía es decir, un objeto que por su material y su peso tiene en


el mercado mundial un valor mercantil. Entonces cualquier mercancía que sea
conservable puede desempeñar el papel de moneda mercancía.

A la moneda-signo o fiduciaria es decir, un signo que se recibe por cierto valor aun
sabiendo que ese valor no se puede realizar en cualquier parte, es lo que ocurre con el
papel moneda actual.

La moneda-nombre o moneda de cuenta es una expresión de valor que no corresponde a


ninguna moneda efectiva, únicamente tiene el papel de medida de valor. La
modificación de la equivalencia legal entre moneda de cuenta y moneda en circulación
permitía a los diferentes Estados manipular la moneda.

Las grandes etapas de la historia monetaria: Observaciones sobre las épocas


primitivas y la antigüedad

A) Primeras observaciones: A propósito de los hechos monetarios entre los primitivos.

Lo que interesa es el aspecto histórico real de esta aparición del oro y la moneda que
revela un proceso sociológico complejo. Con respecto a los hechos monetarios entre los
primitivos Marcel Mauss sostenía la tesis de Simiand invocando la moneda-fetiche con
nombre divinidad de ciertos pueblos indios y polinesios. La moneda expresaría una
relación global entre individuo y sociedad. En este sentido, el paso del trueque a la
economía monetaria no resulta de un simple cálculo económico de comodidad, sino de
un fenómeno sociológico mucho más complejo. También, hay que tener en cuenta que

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cuando dos sociedades cuya evolución es desigual se ponen en contacto, no tienen la
misma concepción de la moneda ni del valor.

B) Segunda observación: Sobre la coexistencia de economías monetarias desarrolladas y


de economías en que la moneda tiene un papel débil y nulo.

Para que una moneda sea empleada se necesita un mercado, es dudosa que haya existido
economías, sin intercambios, pero si han podido existir economías sin mercado. La
evolución hacia las formas monetarias clásicas es lenta y desigual y la circulación de
moneda depende a la vez del estado de la economía y de la estructura de la sociedad.
Siempre habrá que precisar los límites impuestos por el estado de evolución de una
sociedad a la influencia de una circulación metálica.

C) Tercera observación: Las etapas de evolución hacia la moneda metálica.

Pese a ser el oro un metal muy apreciado por su maleabilidad y brillo ya desde la
prehistoria no fue el primer metal usado cómo moneda. En Mesopotamia, oro, plata y
cebada servían ya de patrón de valor. Más adelante, hacía 1500 a.C en Creta, Troya y
poco después Micenas se imprimen unos discos metálicos estampillados en lugar de
lingotes, que pueden ser considerados como una especie de “protomoneda”. Pero la
etapa decisiva se fraguó en las polis griegas de Asia menor alrededor del año 500 a.C
cuando se acuñó una efigie cuyo valor estaba garantizado por el soberano o la
colectividad, sin necesidad de pesarla o estimar su ley. Se extendería rápido por Grecia
y Lidia. En definitiva, la aparición de la moneda es relativamente tardía y se da en
lugares de mucha actividad comercial, por lo que podemos inferir que es el comercio el
que crea la moneda.

D) Cuarta observación: Los metales preciosos, antes de convertirse en moneda, juegan


un papel de prestigio y de atesoramiento.

Hay que tener siempre presente que los metales, antes que sea moneda tienen un papel
de prestigio y atesoramiento, hecho este que aún se da hoy en día y que tuvo como
contrapartida durante la Edad Antigua y sobre todo durante la Edad Media y las bruscas
movilizaciones de metales debidos a saqueos. Esto da explicación al hecho de que
factores no económicos puedan tener tanta relevancia para la circulación monetaria.

Observaciones finales.

Todo lo dicho nos demuestra que para poder hablar de los efectos del movimiento de
oro en la economía mundial hay que considerar antes todos los factores económicos y
observar detenidamente ese movimiento.

Las grandes fases de la historia monetaria: Observaciones sobre la edad media

I - La Alta Edad Media: Depresión del occidente cristiano y oro musulmán.

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Luego de la reorganización del Imperio Romano por parte de Constantino la situación
monetaria es estable, basada en el solidus, una moneda de oro de fuerte poder
adquisitivo. Con la caída del imperio los reinos bárbaros continuarán con el sistema
heredado pero acuñaran cada vez menos, aumentarán la cantidad de moneda
divisionaria y disminuirán la ley de las monedas. Esto significa que la necesidad de
monedas de gran poder adquisitivo es mucho menor y con Carlomagno se acuñará sólo
plata.

La situación socioeconómica y política de los siglos IX, al XII hace que la moneda sea
poco necesaria. La moneda de plata, adecuada para transacciones medias, se irá
devaluando progresivamente. Salvo excepciones en Europa no se acuña oro.

Los musulmanes, hacia finales del VII, empezarán a acuñar una moneda de oro, el
dinar, que hará competencia al besante bizantino. El oro usado en la acuñación proviene
de tres fuentes: el pillaje, las minas Nubia y del llamado “oro de las caravanas”, oro en
pepitas de los ríos de Ghana y Sudán.

La escasez de oro en Europa debido a la atracción que ejercía oriente, los pillajes y la
carestía de filones comenzó a modificarse en torno al año 1250 en los centros
comerciales mediterráneos como en las ciudades italianas y en las áreas de influencia
musulmana como la España cristiana.

II - El apogeo de la Edad Media cristiana: El siglo XIII y la primera mitad del siglo
XIV.

La acuñación de oro en Florencia y Génova no es el inicio sino la culminación de una


expansión económica iniciada en el siglo XI. La expansión demográfica, el
perfeccionamiento de las técnicas agrícolas, la estabilidad relativa del sistema feudal y
la expansión de los reinos cristianos en su conjunto, son las condiciones de estímulo del
comercio y de ahí, la acuñación monetaria. El florín de Florencia y el ducado veneciano
se convertirán en monedas de oro internacionalmente aceptadas. Arrastrados por el
prestigio de estas monedas otros reinos querrán imitarlos, aunque no lo conseguirán
hasta el siglo XIV.

III - Siglos XIV y XV: Aspectos monetarios de la crisis europea.

Durante el siglo XIV las hambrunas y las pestes caen sobre Europa. Aunque la causa de
la gran crisis no es monetaria, la crisis influye sobre la moneda. Debido a la baja de
precios y el aumento en los salarios los reinos multiplicarán la moneda fraccionaria
corriente, disminuirán el valor de las buenas monedas y jugaran con la relación entre
moneda de cuenta y moneda corriente. Estas manipulaciones provocarán inflaciones
seguidas de devaluaciones.

Las nociones de coyuntura y de movimiento de los precios. Los problemas del


período 1450-1500

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I - Utilidad de la noción de coyuntura en historia.

En su sentido amplio coyuntura significa “totalidad de las condiciones conjuntas”. Para


un historiador la noción de coyuntura, aun tomada en su estricto sentido económico, es
históricamente explicativa pues obliga a mirar más allá de las fronteras de la región
estudiada y aparta de las interpretaciones excesivamente políticas y voluntaristas. La
noción de coyuntura es un potente instrumento de análisis, pero es necesario hacer unas
precisiones.

II - Peligros y dificultades de la noción de coyuntura.

La noción de ciclo coyuntural es difícil de manejar pues se compone de multiplicidad de


ciclos de duraciones diversas. Esta multiplicidad hace necesario explicitar de a qué ciclo
coyuntural nos estamos refiriendo y de la fase en la que se encuentra. Hay que huir de
las generalizaciones mecánicas. La coyuntura general afecta de modo distinto a cada
país y a cada clase social. Es preciso distinguir entre dos conceptos de coyuntura, el que
descansa sobre el aspecto más visible, el de los precios y el que atiende al conjunto de
los factores económicos.

III - La noción de “precio” y de “movimiento general de los precios” y el problema del


oro.

El concepto de precio es complejo y exige distinguir entre el precio de mercado, que es


el precio instantáneo de un producto en un lugar determinado, el precio medio sobre
varios años, que mide el nivel alrededor del cual oscila el precio de mercado y que
puede variar según las condiciones de producción, oferta y demanda y, el movimiento
que arrastra a la vez a todos los precios, que no depende del precio de uno sólo de ellos
y que suele deberse a una variación del valor de la moneda, pero hay otras muchas
causas. Si la variación del movimiento de los precios se da a nivel internacional hay que
prestar especial atención a la moneda mercancía. Ahí es donde se inserta el problema
del oro o la plata.

El problema del oro es el de la variación relativa del valor del oro y de las mercancías.
Por lo tanto siempre hay que precisar las condiciones de producción y difusión del
metal monetario, las condiciones de producción y venta de mercancías en un medio
concreto y los puntos de contacto y canales de circulación dónde el oro se compara a las
mercancías.

Oro africano y descubrimientos: Genoveses, españoles y portugueses

I - ¿Dónde estaba el oro?

Partimos del hecho de que la segunda mitad del siglo XV los precios de las mercancías,
expresados en oro, habían bajado, lo que provocó el aumento del interés en su
obtención. El oro era considerado un producto del áfrica profunda, a la cual se

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contactaba a través de Egipto o el Magreb. Alcanzar directamente el oro africano fue el
sueño de los hombres de negocios más vinculados al comercio con el Magreb, los
genoveses, españoles y portugueses.

II - ¿Quiénes van en busca del oro?

Los genoveses iniciaron hacia 1450 nuevas expediciones hacia África. Movidos por
interés comercial y también por necesidades industriales, la búsqueda de oro se
intensificó. Apoyados por los portugueses, iniciaron el comercio con canarias y
descendieron por la costa occidental africana.

Los portugueses provienen un país pequeño y poco poblado pero que adquirirá una gran
importancia comercial dada su situación geográfica. Las exploraciones marítimas
portuguesas los llevan por toda la costa occidental africana. Aunque nunca explotarán
directamente el oro, el método fue de cambio forzoso mediante amenazas y el comercio
en plazas como San Jorge da Mina o Sao Joao, serán activadores de la actividad
comercial Portuguesa, muy vinculada al extremo oriente.

La organización portuguesa del tráfico de oro y los orígenes de los descubrimientos


españoles

I - La organización portuguesa del tráfico del oro (1469-1530).

Aunque relevante, el episodio del oro portugués fue corto, ya que hacia 1520 pierde
relevancia frente al comercio de pimienta y azúcar. La llegada de oro fue temprana,
progresiva y no excesivamente abundante, así que difícilmente pudo tener un papel
revolucionario, como sí lo tendrán los descubrimientos españoles.

II – Orígenes de los descubrimientos españoles.

Los españoles, vinculados al mundo musulmán por la Reconquista, serán los impulsores
del gran descubrimiento de la Edad Moderna, el descubrimiento de América. Durante
los años anteriores hubo incursiones en África iniciadas en el siglo XIV, fueron los
precedentes del modelo de explotación económica y conquista que luego se ejecutará en
América. La rivalidad constante con el reino de Portugal y por último, todo ese
complejo conjunto de situaciones políticas (unión dinástica de Castilla y Aragón, la
Inquisición, la expulsión de los judíos y la toma de Granada) que, vinculadas a la fecha
clave 1492, guardan estrecha relación con el Descubrimiento.

Descubrimientos españoles y oro de las islas

La procedencia de Cristóbal colón y del personal del descubrimiento.

Consideraremos el descubrimiento de América no cómo una coincidencia, sino como el


coronamiento de un proceso interno de la economía occidental en busca de oro y
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especias por razones coyunturales muy precisas. Cómo hemos visto, las bases de la
búsqueda las había sentado Portugal y la situación política y económica de España era
propicia. Sólo faltaba la última pieza, un comerciante genovés en contacto con Portugal:
Colón.

Si bien en el primer viaje Colón encontró poco oro, pequeñas cantidades en Santo
Domingo, el segundo viaje, de envergadura mucho mayor, ya reportó muchos
beneficios.

El “ciclo del oro” de las islas: Santo Domingo, Puerto Rico y Cuba.

Chaunu, denominó “ciclo del oro” al corto período (1494–1525) durante el cual se
explotó el oro de las Antillas. En principio el metal se obtuvo por el “drenaje” del oro
ya producido por los habitantes de las islas, en forma de joyas. Esta “colecta” acabo
pronto y, seguidamente, se comenzó a explotar el oro de aluvión, sirviéndose de mano
de obra india para lavar la arena y extraer el oro. La catástrofe demográfica fue brutal.
Obligados a trabajar a un ritmo excesivo, descuidando la frágil agricultura de
subsistencia a la que estaban vinculados, la población india de las islas fue reducida
prácticamente a cero. Este oro de aluvión fue muy barato de producir, pero duró poco
entre 1510 y 1525 las islas van siendo abandonadas, a favor de México.

La cantidad de oro importado a España de las islas y el desencadenamiento del alza de


los precios.

Aunque desconocemos la producción exacta de las islas sí contamos, desde 1503, con el
volumen de oro que pasa por la casa de contratación de Sevilla. J. Hamilton ha
reconstruido las entradas por quinquenios y podemos ver que, antes de 1530 el oro
juega un papel importante y exclusivo con las entradas más fuertes entre 1511 y 1520.
A partir del 1530 la plata es el metal dominante. En cuanto a los precios, en todo el
territorio del reino de Castilla y Aragón las alzas son notables.

Oro y coyuntura. 1450-1530

Si por “coyuntura” se entiende esencialmente “movimiento de los precios”, hacia 1500-


1503, la tendencia a la baja de los precios fue sustituida por una tendencia al alza. En
este sentido se intenta mostrar que el oro no es el primer motor del arranque global de la
economía europea, que las llegadas de oro provocaron el cambio de la tendencia de los
precios de la península Ibérica y que el mismo no tuvo más importancia que otros
productos como las especias y finalmente menos que la plata.

El carácter dinámico de estos años 1530-1540 aproximadamente, estuvo marcado por


profundos cambios demográficos, agrícolas, técnicos, mineros, comerciales, financieros
y políticos, sin duda importantes para el provenir, como lo fueron las llegadas de oro a
Lisboa y a Sevilla. Sin embargo, ese oro americano y africano desencadenó una baja del

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valor del oro en relación con las mercancías, lo cual llevo a un aumento de los “precios
generales”, una revolución de los precios.

Oro y coyuntura: Principios de la "revolución de los precios" y su interpretación

I - Principios de la revolución de los precios.

Aunque hemos visto que el oro no jugó un gran papel en la recuperación económica
europea tras la crisis bajomedieval, el oro africano y americano desencadenó una baja al
valor del oro frente a las mercancías, es decir, un aumento de los precios general y
dilatado. Este hecho es conocido como revolución de los precios y es clave para el siglo
XVI. Según Jorge Nadal, podemos ver que, para España en el siglo XVI hay una sola
baja de precios entre 1511 y 1515, dos momentos de estabilidad, dos aumentos muy
pronunciado. También vemos como el alza disminuye a partir de 1566 y que no vuelve
a ser pronunciada hasta los últimos años del siglo. Es cierto que estas alzas de precios
pueden estar en relación con las malas cosechas, pero el conjunto de los precios se
mantiene alto aún con buenas cosechas. La escasez de grano, sumada a la fuerte
demanda de los españoles de las Indias hizo que en Andalucía los picos de
determinados productos agrícolas fuesen espectaculares.

La difusión de la “Revolución de los precios”: Los circuitos comerciales

Para comprender el papel del descubrimiento de las Indias y de las primeras llegadas de
oro, nos hemos situado en los puntos de llegada, siendo el lugar principal Sevilla, que es
en donde se cargan las carabelas y se controla el cargamento donde la “Casa de
Contratación” lo organiza y donde los precios se negocian en las gradas de la catedral.
Ahora interesa destacar los principales circuitos comerciales.

Los negocios Sevillanos, se trataba de exportaciones, variadas y banales con productos


como la harina, aceite, vino. Se destaca el sistema de las “partes” y el papel de los
genoveses.

Las repercusiones en Andalucía y en Castilla. El aumento de los precios andaluces,


entre 1511 y 1531, depende en gran parte de la intensidad de la demanda para la
exportación hacia las Indias; el producto más solicitado es el vino, luego el aceite y
finalmente la harina. Es la época en que el aumento de los precios es creador y
estimulante.

Las repercusiones en el resto de España. Hacia 1520 se hicieron proyectos para asociar
varios puertos de España al comercio americano, pero la mayoría de las peticiones
fueron rehusadas y las autorizaciones se retiraron rápidamente porque Sevilla defendió
su monopolio, además el control fiscal sobre las llegadas de oro y de plata exigía un
puerto único y “flotas” organizadas.

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La difusión de la “Revolución de los precios”: Metales preciosos y tráfico
portugués

Portugal sigue siendo el agente intermediario entre Europa y el viejo mundo: África,
Asia, la India, Persia y China. Entre 1530-1540 y 1600-1610 los metales preciosos y el
tráfico portugués se caracteriza por:

Declive del oro de la Mina: entre 1548 y 1573, los contemporáneos nos dicen que los
gastos efectuados cada año por el Estado portugués fueron superiores a las ganancias.
Por su lado, Marruecos drena de nuevo el oro de África central, ocupando incluso
durante un tiempo Tombuctú.

Así se agota la corriente de San Jorge de Mina- Lisboa-Amberes, donde el oro africano
se intercambiaba con cobre y plata de Europa central.

El oro del Monomotapa: es el soberano que reina sobre el arco del Zambeze. En aquel
entonces no se trataba de minas, la extracción era estacional. Se distingue el oro en
polvo, el oro en grano, el oro en cristales y el oro “matuca”.

En el caso de la producción Japonesa de oro y de plata debe ponerse en relación a la vez


con las condiciones internas y externas las más importante son las atracciones de la
demanda China y la apertura del Japón a los navegantes portugueses. Por su parte, en el
caso de la India los sistemas monetarios son diversos. En el caso de Asia del sudeste se
encuentran los más complejos sistemas de monedas primitivas que se yuxtaponen y a
veces se entrecruzan. Mientras que en el caso de China, del siglo XII al XV, se había
sustituido prácticamente toda la circulación de oro o plata e incluso de monedas
divisionarias de cobre, por una circulación totalmente fiduciaria de moneda de papel.

Por medio de los portugueses, las variaciones de valor de los tres metales monetarios
(oro, plata, cobre) en los mercados del Extremo Oriente juegan un gran papel en la
formación de las corrientes comerciales y en la circulación de las monedas. La enorme
cantidad de cobre necesaria para la fabricación de ciertas monedas corrientes asiáticas
hace que el cobre europeo transportado por los portugueses (siguiendo la ruta Amberes-
Lisboa-Extremo Oriente) sea uno de los principales elementos del comercio marítimo a
principios del siglo XVI. Luego es Occidente (España sobre todo) quien a partir de los
primeros años del siglo XVII, acuñará enormes masas de monedas de cobre. Entonces
se producirá el fenómeno inverso, y el cobre japonés será importado por la Compañía
Holandesa de las Indias.

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La difusión de la “Revolución de los precios”: El oro y la plata de América

Hasta 1560, el oro representa más de la mitad del valor importado y nunca menos del
8%. Contrariamente a lo que sugiere Hamilton, el verdadero cambio entre la afluencia
de oro y la avalancha de plata no se sitúa hacia 1540, sino hacia 1560. Sin embrago,
para estudiar “el oro en el mundo” no basta situarse en Europa, sino en los lugares de
llegada.

Después de 1525, Santo Domingo, Puerto Rico y Jamaica fueron sucesivamente


abandonadas, vaciadas de población, agotadas. Pero entonces la aventura del oro se
prosigue en el continente, en la región de los istmos y en la actual Venezuela, pronto se
llamaría “Tierra Firme”.

Las costas septentrionales de América del Sur: Venezuela del Este (sabanas del
Orinoco) fue impenetrable durante largo tiempo. Más que oro se hallaron perlas sobre
todo en las dos islas costeras de Cubagua y la Margarita jugando un papel análogo al del
oro. También cabe destacar la Venezuela del Oeste y las empresas de Welser (1528-
1541).

El Perú del oro: después de 1533-1534 el éxito de Pizarro en el Perú y la apropiación de


los tesoros incas separaron a Venezuela de la gran economía colonial. El gran destino
del Perú será el de las minas de plata del Potosí, después de 1545 y después de 1570,
pero el éxito inicial había sido el del descubrimiento y saqueo de los tesoros incas y una
fase del oro.

El oro de Chile: cifras de producción entre 1545 y 1560 con una brusca caída en 1560.
La guerra se convirtió en el gran obstáculo para la producción. Los indígenas explotados
resistieron a trabajar en la minas. En efecto hacía falta mano de obra agrícola y minera y
se intentó atraerla de diferentes partes, de ahí se desarrolló la “maloca” caza de hombres
en donde se pagaba 20 pesos por pieza.

Los metales preciosos de América

Durante el primer periodo de la conquista, el oro se obtuvo siempre por pillaje y des
atesoramiento forzado, por “rescate” y sin auténtico mercado económico, y por
búsqueda de pepitas en las arenas auríferas.

La crisis de disminución de la producción no es en verdad superada hasta que se aplica,


hacía en 1560 en México y hacia 1570 en Perú, un nuevo procedimiento técnico que
permita la utilización de minerales de débil contenido metálico.

Las minas de Buriticá se abren desde 1550, estaban situadas en el llamado reino de
Nueva Granada, en Cartagena de Indias, que será su puerto exportador, se convierte
rápidamente en la más importante del continente.

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Las minas de oro de México, siempre habían producido oro; la conquista de Hernán
Cortés a partir de 1519 había dado lugar al saqueo de tesoros, luego también en las
regiones meridionales de los trópicos al igual que la explotación del oro en el río. Entre
1540 y 1547 se comprueba que se encuentran tales esclavos en el río Nuestra Señora de
la Merced y otros que trabajaban en las “minas de Macuiltepec”. La baja de rendimiento
de las explotaciones de oro implicó también el auge de las minas de plata.

Las minas de plata de México y la amalgama de mercurio. En México los lugares de oro
se situaban en el sur, en la zona tropical y las minas de plata radicarían hacia el norte.
La mayoría de estas minas son puestas en funcionamiento entre 1546-1556, algunas son
célebres y seguirán siéndola hasta el siglo XVIII, cuando alcanzarían su mayor
rendimiento: Zacatecas, Guanajuato, Pachuca,

Real del Monte y Sombrete. Por su parte, la introducción del procedimiento de


amalgama del mercurio es un episodio esencial de la explotación de las minas de plata.
El antiguo procedimiento indio consistía en fusiones sucesivas del mineral machacado,
en pequeños hornos agujerados; en una última operación había que separar la plata del
plomo por oxidación de este último, era muy largo y costoso en combustible. En
cambio, el nuevo procedimiento técnico fue denominado del “patio” porque se
practicaba en patios cerrados rodeados de paredes había que machacar el mineral bajo
los cascos de mulas, mezclarlo a la vez con mercurio, con “magistral” con sal y con
mucha agua. La superioridad del procedimiento reside a la vez en la economía de
tiempo y en la de combustible, pero sobre todo en la posibilidad de utilizar minerales
menos ricos en plata, esto permitió explotar filones anteriormente no rentables.

Los metales preciosos de América: el Potosí

Desde 1560 la plata comenzó a jugar un papel principal, aunque no hay que olvidar que
el oro todavía conserva una proporción nada depreciable en los valores producidos,
además se revalorizaba en relación a la plata y vuelve a ser buscado.

Con el descubrimiento simultáneo de las minas de México y de las de Perú en 1545-46


desde la aplicación de la amalgama de mercurio a las minas de México en 1559-1562 y
la aplicación de este mismo método al Perú en 1570-1572 se abrió a lo que P. Chaunu
ha llamado el “ciclo real de la plata” que culmina con las llegada máximas a Sevilla,
entre 1580-85 y 1590-1600. La plata se convirtió a los ojos del mundo en un símbolo de
enriquecimiento; en Francia se dice “el Perú”, y en Inglaterra “el Potosí”.

Entre 1532 y 1570 se sitúa una fase de depresión, el sistema rinde cada vez menos, a
medida que las cuatro “vetas” principales, ricas, se agotan. Una nueva fase empieza en
1570-72 con la visita de Toledo, en donde se implementa la amalgama de mercurio, que
permite utilizar minerales pobres, organiza la mina de mercurio de Huancavelica e
instaura el sistema de la “mita” con un cierto porcentaje de indios en cada pueblo.

Propiedad y explotación

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El subsuelo pertenece al rey, por lo tanto, no hay propietarios de minas, sino
concesiones perpetuos que, en principio, aseguran la explotación. Es a ellos a quienes se
llama “mineros”, estas concesiones son muy numerosos y diversas.

La primera fase de explotación (1545-1564) corresponde a la técnica de la “guaira”, que


había sido entregada casi enteramente a los indios. En la segunda fase (después de
1570-72), la mano de obra más números es suministrada por la “mita” o trabajo forzado.

Técnica e inversiones: la necesidad de transformación técnica se ha hecho notar en


cuanto las “vetas” más ricas empezaron a agotarse, y la introducción de la amalgama
originó necesidades de inversión que en la primera fase no había conocido.

Huancavelica II ¿Qué ocurre con la plata americana después de su salida de las


minas?

Huancavelica fue descubierta en 1563-64 como mina de mercurio. Fue el Virrey Toledo
quien comprendió que el “eje” Potosí- Huancavelica podría ser el “eje del Imperio”
español. Organizó a la vez el monopolio del mercurio, la “mita” y el sistema de
transporte. La mita de Huancavelica es aún más terrible que la de Potosí, ya que la mina
de mercurio es más insalubre.

Es importante preguntarse en este estudio acerca ¿cuánta plata se queda en América?,


¿cuánta se pierde entre América y España? ¿Qué ocurre con el metal que llega a
España? ¿Cómo se distribuye el metal en Europa una vez salido del sistema español? En
primera instancia, no hay que perder de vista el hecho de que los metales descubiertos
participaron en el financiamiento del propio descubrimiento, de la conquista, de la
construcción de ciudades y de iglesias, etc. En América, la mayor parte de los gastos se
situaba en las ciudades como Potosí o Lima. Cuando salda la compra de productos
europeos, la plata se va hacia Europa; pero también hay productos regionales (frutas y
legumbres), los criadores, las construcciones, los atesoramientos en forma de objetos de
lujo, las donaciones a las Iglesias; etc. Una parte del tesoro sigue siendo americano.
Además lo grandes centros de la plata- México y Lima- serán los redistribuidores intra-
coloniales del “tesoro”.

El problema de la acuñación: ya que en los orígenes de la colonización en América no


existía moneda o existía muy poca. Con los indígenas se hace trueque “rescate” y entre
mercaderes europeos se establecen competencias “como en las ferias de Castilla”. De
hecho, la “Casa de la Moneda” de México fue creada en 1535 y acuñó a partir de 1537.
Se privó lo mismo en Lima y Bogotá. De hecho, Lima no empezó a acuñar moneda
hasta 1565 y Potosí hasta 1572. Estas casas de la moneda acuñarían la moneda
fundamental de la circulación monetaria, no ya española sino también mundial, hacia
fines del siglo XVI y en el XVII.

Lejos de los centros de producción, la moneda siguió siendo no tan sola escasa sino
totalmente ausente. América es inmensa y sólo estaba poblada por europeos en núcleos

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a veces muy aislados los unos a los otros. Asistimos también a situaciones en que el
metal escapa del control en las Indias y Sevilla, dos problemas serán los básicos: el
fraude y el corso.

El oro y la plata en España

Se trata de ver ahora lo que ocurre con la llegada de los metales a España. Una vez
llegados los cargamentos de oro y plata a Sevilla, hay que distinguir entre lo que
pertenece al rey, al Estado, y lo que pertenece a particulares, individuos o “compañías”.

Desde el reinado de Carlos I, subido al trono de España en 1516, y Emperador bajo el


nombre de Carlos V a partir de 1519, el tesoro público se ha acostumbrado a tomar
préstamos de todas clases en todos los lugares de Europa, porque Carlos también es el
soberano de los Países Bajos, Austria, Italia, Alemania y España. En España, estos
préstamos tienen distintas formas: emisión de títulos de renta consolidada, a intereses
fijos, llamados “juros”, prestamos forzosos a la llegada de los tesoros americanos a
Sevilla, prestamos voluntarios, y deudas a muy corto plazo contraídas por las
administraciones públicas en forma de letras de cambio pagables en la próxima feria de
Medina, de Lyon o de Besancon.

En cuanto a la parte de los particulares, distinguimos dos tipos: la plata y el oro de los
colonos, emigrantes y administradores de las Indias, y la de los mercaderes, sean estos
españoles o extranjeros. Las remesas de los primeros grupos irían, en principio, hacia
los prestamistas que podían ser extranjeros, en cuyo caso el metal se dirigía al
extranjero; o españoles. Si se daba este último caso, las remesas de oro y plata
enriquecieron sin duda a las capas altas de la sociedad española y revertieron en el
consumo de lujo y, a su vez, en el aumento de salario de sirvientes, constructores etc.,
por lo que la riqueza se extendió por muchas capas de población.

La iglesia también se benefició y, en cierta medida, provocó un atesoramiento de


metales. Los mercaderes españoles contribuyeron al alza de precios en beneficio del
productor español. Así, mientras algunas capas tienen la oportunidad de enriquecerse,
los rentistas se ven perjudicados. En el caso de los mercaderes extranjeros el problema
es esencialmente distinto: el mercader siempre tratará de hacer salir el metal de España,
pues el valor de los metales es comparativamente mayor fuera de España que dentro.
Aunque esta práctica no está permitida en un principio, el contrabando y, sobre todo, los
instrumentos de pago como la letra de cambio que hicieron posible la especulación
sobre la moneda por parte de los banqueros vinculados a los asientos. Con el
recrudecimiento de las guerras y la asfixia económica de la corona, se comenzaron a
conceder “licencias de saca”, para exportación de moneda.

Progresivamente, España atravesada por una oleada de plata y de crédito, pero


endeudada sin cesar y deficitaria respecto al extranjero, vio detenerse su actividad

13
productora y se convirtió en un país rentista en el mismo momento en que los precios
hacían un nuevo salto hacia adelante.

La revolución de los precios fuera de España. El caso de Francia

En el siglo XVI, la actividad comercial francesa se basó primero en el oro y después en


la plata. El hecho de que el metal dominante sea uno u otro son relevantes y podemos
distinguir en ello tres aspectos:

Un primer aspecto técnico, que se relaciona con los costes de producción con la oferta
relativa de uno u otro metal. Existe pues, un mercado espontáneo de oro y de plata que
hace que, a corto plazo según abundancia o escasez y a largo plazo según costes de
producción y transporte, un metal se revalorice o desvalorice respecto a otro. Pero el
aspecto técnico realmente relevante es otro: la relación legal constante entre valor del
oro y valor de la plata en moneda de cuenta, que no es constante en el mercado y obliga
a los gobiernos a reajustar periódicamente esa relación legal.

Otro aspecto es el social, pues la plata es un metal pesado, de valor relativamente débil
y puede saldar pagos relativamente poco elevados, por tanto hará subir los precios de
detalle y no exclusivamente los precios al mayor.

En lo relativo a alza de los precios, en la primera mitad del siglo podemos observar
como la subida de precios en París (de trigo, concretamente) depende aún más de las
escasez que del movimiento secular. Sacudidos por la calidad de las cosechas y la
demanda de grano, los precios desde 1520-21 hasta 1544-45 sufren vaivenes notables,
con algunas hambrunas considerables. Pero a partir de 1545-46 observamos un
movimiento de subida sin recuperación, que ya podemos relacionar con la historia
monetaria. Los precios no se estabilizarán hasta principios del siglo XVII.

La libra tornesa es la moneda de cuenta, es decir, la que mide los precios. Cuando estos
aumentan podemos decir que la moneda nominal se “desvaloriza”. Al cabo de cierto
tiempo el poder reconoce esta desvalorización al fijar una nueva relación legal entre
moneda de cuenta y las monedas corrientes. Las operaciones oficiales de este tipo hacen
que, en el período que va desde 1513 a 1543 la libra tornesa pierda un 15% en 30 años.
Son los precios plata los que han aumentado y no solamente los precios nominales. Las
desvalorizaciones de facto son mucho más rápidas que las devaluaciones oficiales.
Hacia 1577 una nueva política monetaria entra en acción para hacer frente a la
desvalorización, suprimiendo la libra tornesa y haciendo del ecú-soleil, una moneda de
oro efectiva, la nueva moneda de cuenta.

14
Las ideas monetarias

El aspecto intelectual que acompaña al auge de metales preciosos del siglo XVI en
España es la de una doble reflexión; una frente a las actitudes individuales del oro y
otra frente la actitud del estado.

La crítica y el análisis surgen de tres sectores: de las Cortes, que expresan los intereses y
las miras de los consumidores, de los contribuyentes y de las clases artesanas o
mercantiles. También de los teólogos, que representan el encuentro de la moral tomista
y el pensamiento cristiano medieval con fenómenos modernos desencadenados por los
descubrimientos. El otro foco es la reflexión de los consejeros del Estado, fruto de la
observación de los fenómenos financieros globales.

Las reclamaciones de la cortes contra el encarecimiento de la vida y las medidas


tomadas contra ella son de relevancia. Atacan la exportación de materias primas. Hacia
finales del período se empieza a denunciar la importación de manufacturas extranjeras,
frente a lo que se proponen los “acuerdos de compensación” para luchar contra la salida
de buena moneda.

En la época de la gran recesión de 1550-1562 destaca el análisis de un consejero real de


Burgos, Luis Ortiz. Para él es necesario que exista una distancia entre producción y
consumo que permita ahorrar. Pone, además, especial énfasis en la necesidad de hacer
volver a los “ociosos” al trabajo productivo. Localiza el alza de los precios en que los
españoles obtienen todo por el trabajo extranjero, es decir, en las excesivas
importaciones. Propone medidas para salir de la situación de crisis: devaluar la moneda
(bajar su contenido en plata), restringir la circulación monetaria con la creación de un
tesoro de guerra y, sobre todo aumentar la producción mediante la inversión en equipos
productivos.

En la época de 1562-1598, época de las llegadas masivas de plata, destacan dos


teólogos, Martín de Azpilicueta y Tomás de Mercado. El primero es el gran iniciador de
la teoría cuantitativa de la moneda. En sus “Manuales para confesores y penitentes”
establece ya que muy probablemente la variación de valor de las monedas es debida a la
oferta y la demanda y, además, menciona la relación entre el aumento de precios y la
llegada de metal de las Indias.

Tomás de Mercado, concede gran importancia al poder adquisitivo de la moneda y


observa que el precio del dinero es distinto según los países, estableciendo una jerarquía
de los países en cuanto al costo de vida, inversa a la jerarquía de estimación de la
moneda. Mercado se da perfectamente cuenta que la moneda más estimada en el
extranjero tenderá a huir de España y conformará flujos comerciales que llenarán de
mercancía extranjera la Indias y España, vaciándolas de metal.

La gran figura del pensamiento económico francés de la época es Jean Bodin, que
postula que, aunque el aumento de los precios tiene como principal causa la abundancia
de oro y plata, cree, en efecto, que para que esta abundancia fuese posible en Francia

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tuvieron que existir unas actividades comerciales y productivas que los atrajeran. El
comercio exterior, particularmente las exportaciones de sal; el “pueblo infinito” que
trabaja, emigra y consume; el banco de Lyon como órgano de compensación financiera;
los monopolios y el consumo de lujo. También hace entrar, erróneamente, en esta
ecuación el papel de las hambrunas. Finalmente, Bodin tiene en cuenta el hecho de que
el Estado ha devaluado a menudo la moneda, pero percibe que estas “devaluaciones” no
son en absoluto comparables con el aumento de los precios.

La transición del siglo XVII al XVIII: Metales preciosos, economía general,


economía colonial. El papel de los holandeses

Ante la debilidad de Portugal y de España, dos países tomaran el relevo colonial. Los
primeros en tener éxito serán las provincias unidas, bajo la dirección efectiva de los
comerciantes holandeses. Una vez consiguieron la independencia del poder español, las
provincias unidas se embarcaron en exploraciones que les llevarían por el ártico, las
costas africanas y las islas de Indonesia, que colonizarían. Expulsaron a los Portugueses
de las factorías chinas, salvo Macao, saquearon sus factorías orientales y africanas y
trataron de instalarse en Brasil. A mediados de siglo XVII, los capitales de la República
de Holanda debían igualar al menos a los de todo el resto de Europa reunidos. Pero es
posible que esta concentración de capacidad comercial corresponda, para el resto de
Europa en una época de estancamiento.

La caída de la producción mundial de oro y plata es seguramente menor que la caída de


las importaciones de América por Sevilla. La producción es, para el siglo XVII, primero
estacionaria para el oro y luego disminuye para la plata, aunque mientras más adelanta
la plata seguía cayendo el oro repuntará ligeramente. Hacia 1680 la caída de la plata se
detiene y el oro aumenta sensiblemente. Hacia 1700 ambas producciones están en
aumento y, a partir de 1740, se baten todos los récords de producción. Hemos de
considerar que, para el siglo XVIII el ritmo de crecimiento de stock aumento a una
velocidad que triplica en el oro al siglo XVI y la duplica para la plata, pero el aumento
de los precios y el conjunto de los fenómenos monetarios no muestran una “revolución”
tan evidente como la del siglo XVI.

Hacia 1660 los precios-plata se hundieron, pasaron por mínimos en el trascurso de los
años ochenta de ese mismo siglo y nuevamente, otro mínimo en torno 1720-21. Se
tiende a pensar que la caída de los precios (especialmente del grano) augura un período
de expansión demográfica, pero para que esto ocurra es necesario que intervengan otros
dos factores, a saber que las monedas locales sean lo suficientemente estables como
para que la baja de los precios plata sea reflejada por los precios nominales y que los
saltos meteorológicos no acarreen carestías y por consiguiente hambrunas.

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En cuanto al comercio a nivel mundial, la expansión es segura ya a partir de los años
1680-1725, excitado seguramente por la ávida búsqueda de metales preciosos, de gran
poder adquisitivo dada la coyuntura. Dos países serán los que, en un contexto de crisis
generalizada en Europa, gestaran la gran fase de estabilidad que caracterizara al siglo
XVIII: Inglaterra y Holanda, concretamente, Ámsterdam.

El papel monetario del banco de Ámsterdam

Ya hemos mencionado el papel de las recién nacidas Provincias Unidas en el mapa


colonial, ahora observemos sus métodos. En primer lugar, la flota que representa en
tonelaje la mitad de la flota mundial. Únicamente las ganancias derivadas de fletes y
seguros aseguran una balanza comercial positiva para los holandeses. Además, desde
los primeros años del siglo XVII tienen la compañía más grande (en acciones) dedicada
al comercio lejano.

Por otro lado participan, tras los tratados de 1648, de los intereses colocados en las
flotas españolas de comunicación con América. Poseen, por lo tanto, una gran
capacidad atractiva de metales. El origen del Banco de Ámsterdam se sitúa hacia 1609,
coincidiendo con un momento de trastornos monetarios que provocaron que en muchas
ciudades se crearan bancos municipales que pudieran jugar el papel de “cajero general”
para los comerciantes. Se trata de un banco de depósito y un banco de cambio, del que
tiene el monopolio. No ofrece crédito a particulares ni empresas, exceptuando dos, a la
compañía de Indias y al ayuntamiento, pero siempre dentro de unos límites
relativamente modestos. No tiene, asimismo, grandes beneficios, únicamente procura
asegurar sus gastos de funcionamiento. Sobre estas bases establece su reputación
durante los dos primeros tercios del siglo XVII y la consolida durante la invasión
francesa de 1672, durante la que sigue funcionando a diferencia de otros bancos
neerlandeses. A partir de 1683 empieza a conceder pequeños créditos a particulares y
los recibos y depósitos de banco comienzan a circular como moneda corriente. El banco
de Ámsterdam jugará aún un papel importante, pese a las catástrofes políticas y
militares, hasta la guerra de los siete años.

Finales del siglo XVII en Inglaterra: Fundación del banco de Inglaterra

La creación del banco de Inglaterra, en 1694, estuvo vinculada a la revolución y a la


guerra contra la hegemonía francesa. Cuando el rey, que ya no confiaba en los
prestamistas londinenses (orfebres) reunió a los mercaderes para solicitarles crédito para
la guerra, estos lo hicieron a través de un nuevo organismo, el banco de Inglaterra. Los
mercaderes constituyeron una sociedad por acciones con un capital de 1.200.000 libras,
prestadas al rey. Pero para sus propios prestamistas el banco emite billetes por una
cantidad igual a su capital (sirven de medio de pago, pero no son de curso forzoso).

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Las consecuencias de su creación son inmediatas: el rey gastará la cantidad que le ha
prestado, los mercaderes depositaran su dinero en el banco y la circulación monetaria de
billetes de todo tipo será fuertemente hinchada con la consiguiente inflación que, unida
a la crisis de subsistencia hizo perder la confianza en la moneda circulante.

Los favorecidos por la operación serán, en cualquier caso, los acreedores y los rentistas.
En esta controversia, que pasará a la historia por el enfrentamiento de Lowndes contra
Locke. Baste decir que fue John Locke el que se saldría con la suya. El estado inglés
perdió 2.700.000, que recobró cobrando los impuestos en buena moneda y haciendo
emitir papel por el banco de Inglaterra.

Parece ser cierto que la cuestión principal en esa controversia estaba mal planteada. La
cuestión fundamental no es tanto que hacer cuando se deprecia una moneda sino cuales
son las causas de esta depreciación. Para Lowndes y para Locke la causa residía
únicamente en el recorte de monedas, erróneo de haber sido así la crisis debería haberse
iniciado antes y además, la desvalorización de la moneda frente a los metales y las
monedas extranjeras estaba lejos de ser proporcional a la magnitud de los recortes. La
causa real de la crisis fue la puesta en circulación masiva de papel moneda por parte del
banco de Inglaterra.

Una de las consecuencias de esta política monetaria fue que, al aumentar la cantidad de
plata contenida en un chelín, el oro se revalorizó, siendo más estimado que en Europa.
A partir de entonces el metal fluye a Inglaterra. Se prepara el camino para el patrón-oro.

Los orígenes de la estabilización monetaria. La expansión inglesa y el oro del


Brasil

Entre los años 1698 y 1712 la moneda inglesa, auspiciada por una expansión
económica y victorias diplomáticas importantes, encontrará una fuerte estabilidad, Y
una de las fuentes de esta estabilidad estará determinada por la afluencia de oro, recién
explotado en Brasil, una colonia portuguesa. El descubrimiento de las minas de oro
brasileñas no es, en absoluto, casual. Los precios mundiales en sus mínimos durante la
década de los ochenta del siglo XVII habían estimulado la búsqueda de oro y en la
década de los noventa, tendrían su fruto con la aparición de los filones brasileños.

La economía brasileña y la portuguesa se habían sostenido bastante bien durante la


primera mitad del siglo XVII gracias a las exportaciones de productos brasileños. La
crisis se inició con la separación de España y con los intentos de los holandeses de
instalarse en el Brasil. Aunque no lo consiguieron, se instalaron en las islas antillanas y
desde allí crearon explotaciones azucareras capaces de competir con las brasileñas. La
crisis culmina en1670.

Los últimos años del siglo XVII son de búsqueda de equilibrio entre tres tipos de
producción complementarios: La exportación de vino portugués a Inglaterra, de
mercancías inglesas a Brasil y de productos coloniales brasileños al resto de Europa,

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sumado al comercio de esclavos. En 1703 se firma un acuerdo que viene a
institucionalizar este tráfico (elimina barreras aduaneras). En estas relaciones Inglaterra
será la más beneficiada, pues será pagada con el oro de Brasil.

El primer beneficiario de este oro fue, por supuesto, Portugal. Pero Inglaterra saldrá
también muy bien parada, pues el activo comercio inglés con Brasil y Portugal,
amparado por el acuerdo de 1703, hace que gran parte de ese oro sea captado por las
islas británicas. Esta afluencia explica que, una vez pasadas las circunstancias de la
guerra, las distintas formas de papel moneda se reabsorbieran relativamente y la moneda
se estabilizara.

Los orígenes de la estabilización monetaria y del cambio económico. El caso de


España (1680-86/1725-35)

La corona de Castilla, durante el siglo XVII estuvo sometida a trágicas catástrofes


monetarias. El aumento incesante de la acuñación de moneda de cobre fue tal que causó
en Europa un aumento de los precios de este metal. Hacia 1640 la circulación monetaria
de Castilla estaba asegurada en un 92% por moneda de cobre. La inflación fue brutal.

Pero esta situación no era idéntica en toda la península. Los territorios de la corona de
Aragón tenían sistemas monetarios propios, cómo en el caso de Valencia o Cataluña.

En lo referente a la moneda valenciana, esta siguió siendo estable con respecto a la plata
y no hubo, como en castilla, una inflación importante de vellón. Los precios plata
siguieron la tendencia coyuntural general del siglo XVII, es decir tendencia al
estancamiento y bajas de los precios. La economía Valenciana, basada en la fertilidad
de la huerta y con puertos mediterráneos pudo subsistir sin demasiadas incidencias
graves. El hecho de que la política monetaria fuera distinta a la castellana únicamente
los salvó de las graves negligencias cometidas allí.

El caso de Cataluña es diferente al de Valencia y al de Castilla. Su moneda se mantiene


sana hasta 1640, con la reaparición de una circulación-oro en cuanto el oro es
ligeramente sobrevaluado y, después de 1619, con suficiente afluencia de plata gracias a
eficaces retiradas de vellón superfluo. La alteración de las monedas es constante. Esta
catástrofe monetaria duró sólo 20 años y la estabilidad vino de nuevo con la adopción
de un sistema monetario basado en la plata para la circulación interior tendrá éxito y
logrará estabilizar la moneda. A partir de entonces los precios bajan ligeramente hasta
1688 y tienden al alza a partir de 1688 hasta 1709-10, al igual que en Valencia y en el
contexto general Europeo. Este sistema monetario será adoptado, más adelante por
Castilla.

La última crisis y la recuperación monetaria castellana

En 1680 Castilla intentó una última operación contra la inflación de moneda de vellón,
retirándola en masa y, aunque arruinó a muchas gentes, tuvo un relativo éxito. Las

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razones de este éxito se deben a multiplicidad de factores, pero cabe destacar, por un
lado, que el cobre es más caro en el mercado industrial que lo que vale en su utilización
monetaria, lo que hizo que en muchos casos se fundiese moneda para exportar lingotes
y por otro lado, parece probable que este cese de la inflación corresponda, si no con una
recuperación, si al menos con un paro en la degradación económica.

La revalorización del maravedí fue espectacular, en unos pocos meses doblo su valor y
los precios bajaron un promedio del 46% en Castilla para los años 1680-82. El final de
la crisis aparece en 1686, con una medida de reajuste monetario similar a la catalana, en
la que se reajustan los valores legales y se reduce en un 20% el contenido en plata del
real sólo en la península ibérica. La moneda colonial mantendrá su contenido en plata y
funcionará como moneda internacionalmente válida.

Los orígenes de la estabilización monetaria y del cambio económico. El caso


francés: de Colbert a Law y a la estabilización de 1726

En el período de transición que examinamos, el caso Francés es el más complejo y, para


describirlo, distinguiremos entre tres períodos:

El período de Colbert (1661-1683).

Es una época de escasez de plata, bajadas de precios y de circulación monetarias


moderadas. El dinero cotidiano está compuesto por monedas de cobre, pero no existen
una inflación “a la española”. Colbert trata de impulsar la producción industrial y al
menos en principio, reducir los gastos públicos. Es además, muy rígido con la
estabilidad monetaria, lo que deja pesar fuertemente el lastre de las deudas antiguas y
además, no favorece la afluencia de plata ni la expansión de las de las importaciones.

El período de las guerras (1689-1715).

Las consecuencias económicas de la guerra son claras. Aumenta la inflación, el gasto


militar y diplomático se multiplica y además, el estado contraerá deuda. Todo esto se
traducirá por la circulación de papeles de todas clases y finalmente por mutaciones entre
moneda circulante y moneda internacional. Las puntas de los precios del grano son
importantes. La disminución de la acuñación en plata ser hará también sensible en este
período

El período de circulación de las deudas y el sistema de Law.

Con el final de las guerras en 1715 la deuda del estado era de unos de 3.500 millones de
libras tornesas y, el primer problema era liquidar esa deuda. Las medidas iniciales la
redujeron en dos años a 2.160 millones, pero no era suficiente. Ante este relativo
fracaso, el gobierno de la Regencia le dio autorización al escocés John Law para crear
un banco privado, el Banco de Law, que pronto cubriría a la vez toda la hacienda
pública e intentaría un monopolio comercial y colonial. En un principio, para constituir
su capital aceptó que las acciones fueran pagadas en un 75% en billetes de Estado y, a
su vez, el banco emitió billetes y el Estado aceptó que el pago de impuestos fuese

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realizado con esos billetes. Además, formó una gran compañía de comercio para el
comercio con Occidente y compró las antiguas compañías. Hay que considerar el papel
que jugó el banco de Law en esta estabilización pues, al suprimir ciertas pesadas
deudas, como las de las cofradías campesinas. En 1726 se inicia una época de desarrollo
económico y alza de precios, se inicia por fin en Francia, el siglo XVIII.

Coyuntura del siglo XVIII y problema de los metales preciosos

Sobre la coyuntura inicial del siglo de XVIII ya hemos tratado los aspectos más
relevantes en el análisis del ciclo coyuntural anterior, pero hay que precisar que, aunque
los grandes rasgos de este ciclo se anuncian en su primer tercio en algunos países, en
otros habrá que esperar hasta bien entrado el segundo tercio del siglo XVIII para poder
observar una activación comercial, expansión demográfica y un aumento, general pero
progresivo, de los precios.

De todos modos, el equilibrio monetario en Europa está plenamente constituido con las
reformas francesas de 1726, y ha de ser largo. El aumento general y relativamente
regular de los precios, nos lleva a la cuestión de que este movimiento de los precios
expresa una modificación en el valor del metal. Aparte de los metales, la coyuntura del
siglo XVIII se define en torno a tres grandes acontecimientos.

Primero la expansión demográfica, generalizada y desigual, que significa crecimiento de


la producción y de la comercialización junto con la reducción de la escasez.

Segundo está el incremento de la producción agrícola, con mejoras técnicas


fundamentales. La situación agrícola es dispar según los países. Si bien en Inglaterra
esta verificado un aumento significativo de la producción agrícola antes de 1760, al
igual que Cataluña, en otros casos, como en Francia, esto no es tan evidente. En todo
caso, el aumento demográfico y el aumento de la producción y del rendimiento agrícola
están muy vinculados entre sí y con el comercio regional.

Tercero el comercio internacional crece considerablemente, aun de forma discontinua,


pero con rápidas expansiones. Francia, Inglaterra, España y Holanda comerciaran
activamente con sus colonias. El comercio entra en una fase de mundialización.

Concluyendo, el desarrollo europeo no es de origen esencialmente monetario pero está


en relación con los movimientos de los metales preciosos. Hay además una
característica particular de este período, las intervenciones del Banco y del crédito se
convirtieron en un elemento permanente y cotidiano.

Moneda, banca y crédito entre 1726 y 1790-1797

Francia

La situación de la banca y el crédito en Francia estará condicionada por el recuerdo del


sistema de Law, que impedirá durante largo tiempo que los sistemas modernos de

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financiación y crédito tengan un éxito decisivo. Podemos distinguir entre dos tipos de
“hombre de dinero” en Francia: Por un lado están los financieros, los altos cargos de la
hacienda pública, cuya actividad va unida a los problemas del impuesto, los préstamos
al Estado y de las especulaciones sobre los comercios controlados. Estos financieros,
unidos al funcionamiento mismo del régimen que desaparecerán con la Revolución. Por
otro lado tenemos a los banqueros, ocupados en los negocios internacionales y privados.

En los últimos diez años del antiguo régimen francés es un período contradictorio, por
un lado, hay una tendencia a la baja de los precios agrícolas, crisis para los productores
vitícolas y aumento de las presiones fiscales; por otro se observa un apogeo del
comercio triangular Francia-Senegal-Santo Domingo y un gasto desmesurado del
estado, basado en préstamos. Esta situación, que daba apariencia de estabilidad en París,
mientras el grueso de la base imponible era cada vez menos capaz de pagar. Tales son
los aspectos monetarios de las crisis del antiguo régimen.

Inglaterra

En Inglaterra la figura esencial de los aspectos que estamos tratando es el propio banco
de Inglaterra, que se desarrolla con seguridad durante el siglo XVIII. El monopolio en la
emisión de billetes del que goza sigue siendo libre, en sus decisiones y en sus
emisiones, pero estos billetes gozan de la confianza de los mercaderes. Pese a algún
episodio inestable de pánico, el banco saldrá bien a flote gracias a la confianza de los
mercaderes londinenses. Pero el banco de Inglaterra era incapaz de cubrir las
necesidades crediticias y de depósito que se generaron con la revolución industrial, pues
estaba prácticamente limitado a Londres. Junto a esto una ley que prohibía que más de
seis personas formasen una sociedad con funciones bancarias provocó que los pequeños
bancos privados se multiplicaran por todo reino unido, sobre todo en Escocia y en los
alrededores de Londres.

A nivel de circulación de metales monetarios (oro y plata) cabe señalar que, tras el
agotamiento de las minas brasileñas se invirtió la tendencia de importar oro y exportar
plata. Hay que resaltar que, a medida que se desarrolla la economía de crédito y de gran
comercio, las crisis cambian su naturaleza. Ya no son crisis de sub producción agrícola
que aumentan dramáticamente el precio del grano, sino crisis comerciales, periódicas,
desencadenadas por el exceso del crédito y la saturación de los mercados. Y ante este
nuevo tipo de crisis el banco de Inglaterra será el primero en poner en marcha una
política sistemática de reducción de crédito ante síntomas de crisis.

La plata mexicana y la coyuntura europea

Las minas mexicanas de plata fueron fundamentales en cuanto a la producción de este


metal monetario en el siglo XVIII. Concentran gran parte de la producción argentífera
del momento, no son especialmente ricas en cuanto a ley del mineral, pero producen
cantidades masivas del mismo de hecho, la mina de Guanajuato aparece como más
productiva en el siglo XVIII de lo que lo había sido Potosí en el XVI.

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Un aspecto fundamental en estas minas es que son mucho más productivas que las
europeas. Comparando las características de la mina La Valenciana y la mina de
Himmerfürst en Sajonia.

Observamos también que, entre los siglos XVIII y XIX, se limita progresivamente el
margen entre precios coloniales y precios europeos, bajo el influjo de varios fenómenos,
destacando la mejora de las condiciones de los transportes oceánicos y la tendencia a la
formación de un mercado mundial real. Después de la derrota de Trafalgar, el corte
comercial con México es casi absoluto y se almacenarán inmensos números de plata en
la casa de la moneda en México y con la revuelta Mexicana posterior las condiciones de
producción de la plata se verán alteradas. A partir de 1795 se producirán alzas en los
precios europeos debidas a la inflación de diversos tipos de papel moneda. Se inicia un
nuevo episodio monetario.

Coyuntura del siglo XVIII. Revolución francesa y situación monetaria: de los "as
signats" al "franco germinal"

Los assignats surgen como solución al problema de deuda del estado. Emitidos en
principio como un reconocimiento de deuda que rinde interés, una “asignación” sobre
las ventas de bienes del clero previamente expropiados, en 1790 se asimila ya a una
moneda, pues se emiten cantidades enormes de assignats, primero a un interés más
reducido que el original, después ya sin interés y suprimiendo el interés de los billetes
emitidos con anterioridad. Es decir, de un título de deuda pública, el assignat ha mutado
a una moneda de curso forzoso cuya rápida desvalorización amenazaba a todos los
ingresos, incluidos los salarios. El assignat continuó cayendo hasta la implantación del
nuevo Estado y goza de un período corto de recuperación, pero su caída recomienza en
1793. El oro y la plata escaseaban y la situación económica no permitía renovar el
stock. La especulación sobre la moneda fue brutal, los impresores de assignats se
declararon en huelga y los gastos de impresión se acercaban a los del valor corriente del
papel. El final de los assignats se inició en febrero de 1797, cuando se suprimió el curso
forzoso y ni siquiera se pudieron pagar los impuestos con ellos, pero los hechos
relevantes fueron la reanudación de las acuñaciones en plata y su circulación, la
liquidación de las deudas del estado, la organización de un nuevo sistema fiscal, más
eficaz, la coincidencia con una serie de buenas cosechas y la restricción del crédito.

Luego el saqueo de Europa por parte de los ejércitos franceses favoreció la recuperación
económica francesa. En esta atmósfera aparecen el Banco de Francia, y el franco-
germinal, unidad monetaria estable del siglo XIX, un sistema bimetalista muy imitado
en el resto de Europa.

Inglaterra: Del curso forzoso al patrón oro

Durante las guerra napoleónicas Inglaterra sufrió un episodio inflacionario, pero en nada
comparable al francés. La crisis monetaria de 1797 y una serie de malas cosechas

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obligaron a Inglaterra a importar grano, así comienza el flujo de metales hacia afuera y a
partir de 1795 se empieza a notar una crisis de cambio inglés. Para limitar las salidas de
oro el banco de Inglaterra restringe el crédito.

El período 1808-1810, el síntoma más evidente de la depreciación monetaria en esta


etapa es la modificación, al alza, de los precios generales de las mercancías, con
aumentos del 25% en dos años. El precio del oro también aumenta a un ritmo elevado
durante esta época y el cambio cae tanto en Hamburgo y en París. Los factores de esa
depreciación pueden ser de diversos órdenes. Cabe destacar aquí la continua pérdida de
reservas de oro del banco de Inglaterra, el aumento de circulación de los billetes y el
aumento del déficit en la balanza comercial, todas ellas causas directas de la fuga
clandestina de oro.

De la crisis 1811-1812 a la estabilización monetaria del 1821. La crisis de 1811 fue


universal y mucho más violenta en el continente que en Inglaterra. La inflación continuó
y aunque la paz de 1814 auguraba la recuperación de la libra, nuevos conflictos de tipo
político y económico retrasaron esa recuperación hasta 1820. Finalmente, 1821 el valor
legal de la libra será fijado oficialmente de nuevo, marcando el final de la dilatada
crisis.

Metales preciosos y coyuntura en el siglo XIX: 1810-21 a 1914-21

Los ritmos de los precios.

Considerando que los precios generales son arrastrados por dos movimientos
superpuestos. Unos ciclos cortos, muy característicos del capitalismo del siglo XIX, que
cubren unos 10 años y se corresponden con una fase de auge de los negocios y subida
de los precios que culmina en una crisis bursátil. El otro movimiento, los ciclos largos
que comprenden 25 o 30 años de tendencia al alza y otros 25 o 30 de tendencia a la baja.
En el siglo XIX, tenemos dos grandes ciclos: El primero, entre 1817 y 1873, cuyo punto
de inflexión sería 1850 y el segundo entre 1873 y 1920 cuyo punto de inflexión, en el
mismo sentido que el anterior se daría hacia 1895.

La plata pierde su relevancia en México y las minas del Perú son cada vez menos
explotadas como consecuencia de los acontecimientos de emancipación americana. Es
probable que esto los hiciera aumentar de precio frente a la producción europea. Entre
1848 y 1851, en cambio, tiene lugar el descubrimiento de nuevos centros auríferos y
luego de las minas de California y el oro de Australia. Es posible relacionar esto con un
alza del nivel general de los precios. En todo caso, la siguiente alza de los precios
mundiales, después de 1895, se puede relacionar con los descubrimientos de
yacimientos de oro en el Gran Norte de América y en África del Sur.

La estabilidad monetaria general y el patrón-oro.

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Sin contar el período de la primera guerra mundial, el período que va de 1818 a 1914 es
un período de estabilidad generalizada en la relación de las monedas nacionales con las
monedas metálicas. A mediados de siglo, la plata pierde su papel monetario y en
adelante, al hablar de precio nos estaremos refiriendo únicamente al precio-oro, por lo
tanto, no sería descabellado relacionar el problema de los precios con el problema de la
producción de oro.

Conclusión

La extensa obra de Pierre Vilar, nos da a conocer los complejos sistemas que se crearon
a partir de la valorización del oro por parte del hombre. A partir de este trabajo se puede
descubrir que no todo es tan nuevo como se imaginan los ciudadanos, sino que se fue
creando a lo largo de la historia diferentes tipos de economías caracterizadas por sus
civilizaciones y espacios geográficos. El autor trata de poner al alcance el complejo
problema monetario que atraviesan los diferentes estados a lo largo del tiempo y como
esta actividad regula el desarrollo de las diferentes culturas, nos conecta entre la
economía y la Historia. Vilar insiste en no caer en las meras simplificaciones de la
historia económica, explicar todo a través de la moneda es caer en este mero
reduccionismo. Para ello el autor propone explicar estas faces de la historia económica a
través de las coyunturas, en donde se analizan causas y consecuencias tratando de no
perder de vista cada elemento que forma parte de esta coyuntura.

La moneda para Vilar no fue más que un elemento de las actividades económicas, que
solo los metales acumulables protagonizaron nuevas situaciones, en donde se buscaba la
riqueza, motivo por el cual se producen las grandes exploraciones. Las estructuras
económicas del pasado, nos da a conocer que existen permeancias de los principales
temas que afectaron a la economía, una de ellas fue la inflación. Estos grandes
problemas de fondo y su variedad de interpretaciones, han creado nuevos estudios que
aportan a la complejidad de los hechos ocurridos a lo largo de la historia, por lo tanto al
historiador se le presentan varios puntos a tener en cuenta, en donde a veces se
desentiende de la economía, pero esto no quiere decir que no se la comprenda o pueda
estudiar. Hoy en día gracias a estos avances, nuestra visión es mucho más amplia, en
donde nuestro análisis sobre la economía, busca clarificar las inestables
interpretaciones.

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