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COMENTARIO

En principio, la película muestra una serie de injusticias que se suscitaron durante el conflicto
interno. En primer lugar, se encuentra a las fuerzas del orden como a los elementos subversivos
sacándole provecho de manera inmoral y material a la situación por la que el Perú pasaba. Es
por esta razón, que los hechos se realizaban sin importarles las condiciones humanas de los
participantes como si fuera un hecho normal y cotidiano abusar de menores de edad, que por
su condición humilde obviaban sus derechos y solían ser objetos de bajas pasiones al albedrío.

En segundo lugar, la película muestra el desinteres por parte de las autoridades con respecto a
las personas que no tenia una buena posición económica. Mostrando la discriminacion. Por ello
es que una persona no se sentía protegida por el estado. De esta manera se puede evidenciar a
un policía muy preocupado en descubrir un caso de extorsión y secuestro de una persona
adinerada en Lima, pero sin interés alguno en investigar un posible caso de violación sexual
perpetrado contra una menor de menor en Ayacucho.

En consecuencia, el estado está en la obligación y debiera hacer conocer estos hechos con el
ánimo de reivindicar a estas personas víctimas de esta barbarie terrorista. Sin dejar de hacer
conocer también que los elementos subversivos fueran los causantes de esta lucha fratricida
como las mismas fuerzas del orden entre peruanos y de la degradación humana.

REFLEXIÓN

De igual manera sabemos que el cine, la televisión y distintos medios vienen ayudando a la
reflexión colectiva sobre las terribles secuelas que la violencia del conflicto armado interno dejó
en miles de compatriotas. Por un lado, sin generalizar, lo cierto es que el machismo y la
discriminación racial hizo que muchos militares no tuvieran reparo alguno en violar y someter
sexualmente a mujeres indígenas, muchas de ellas menores de edad, en especial, en las zonas
declaradas en emergencia como la provincia de Ayacucho. A causa de estos hechos, podemos
ver que esas mujeres son abandonadas a su suerte hasta el día de hoy por el estado. Es
lamentable que hasta la fecha no haya habido una auténtica reparación y ni una cabal
comprensión de la gravedad de la situación por la que pasaron: mujeres pobres, quechua
hablantes, que perdieron familiares y amigos y que inclusive, producto de la violación, quedaron
embarazadas.

Por otro lado, se encuentra los aspectos a analizar del lado de los perpetradores. No la versión
de los oficiales sino la de los subalternos, de la tropa que siguieron órdenes, aunque las mismas
implicaran atrocidades y no justificaciones para cometer dichos abusos y delitos. Es decir, una
parte de ellos se convirtieron en unos auténticos psicópatas, que aprendieron a disfrutar de las
torturas y los actos de salvajismo. Es decir, se habla de aquellos hombres que ahora viven entre
nosotros añorando esos años, esa “adrenalina” y, si la oportunidad se presentara, volver al
salvajismo. Pero por el contrario también existen personas que viven del sentimiento de culpa
generado a través de los años, con ganas de remediar las cosas, pero sin lograrlo. La película
“Magalles” no pretende reivindicar a este tipo de subalternos, si no que los muestra ahogando
sus culpas en alcohol y dosis de amnesia selectiva como el caso del coronel, mostrándolos como
lo que realmente son, unos perpetradores.

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