Hoy en día la educación está pasando por un periodo de cambio,
desde la educación temprana a la superior, tratando de lograr la calidad, igualdad y equidad para todos estudiantes, en la actualidad suele mencionarse muy poco en los recintos educacionales el “término” de transición educativa. Si bien nuestro país busca avanzar y potenciar la educación inicial con la educación básica, dejando atrás la articulación docente como un proceso primordial logrando proporcionar un rol fundamental al estudiante para dar inicio al camino, acortando la brecha educativa existente consiguiendo el traspaso de pre-básica hasta nivel básico, en cuanto a la contención, la familiarización y apoyo que implica una articulación que sea significativa. En primera instancia tratando de implementar estrategias lúdicas y didácticas para seguir un hilo conductor entre ambos niveles, priorizando que es lo que sienten los niños y niñas con este proceso acogiendo sus impresiones, conductas e ideas cuya importancia es lo esencial para una adecuada ejecución.
En mi consideración este proceso que “inició su marcha blanca
durante el presente año”, no fue supervisado, ni exigido a los establecimientos educacionales, es lamentable que tenga que ser impuesto obligatoriamente para que se lleve a cabo y se realicen los cambios cuyo objetivo es que todos los establecimientos con niveles de transición y enseñanza básica cuenten con una Estrategia de Transición Educativa , en base de los principios de flexibilidad, integralidad, contextualización, participación y priorización.