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SENTENCIA
A N T E C E D E N T E S:
PRIMERO. Demanda.
AUTORIDAD RESPONSABLE:
Como ordenadora:
Como ejecutora:
1
2. Director General del Servicio de Administración y
Enajenación de Bienes.
ACTO RECLAMADO:
2
Los artículos 14, 16, 17 y 20 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Competencia.
3
Este Juzgado Decimocuarto de Distrito de Amparo
en Materia Penal en el Distrito Federal, es legalmente
competente para conocer y resolver el presente juicio,
por razón de materia y territorio, pues la parte quejosa
reclama diversas actuaciones y omisiones que atribuye a
una autoridad ministerial que reside dentro de la
jurisdicción que ejerce este órgano de control
constitucional1.
4
El acuerdo de veintisiete de febrero de dos mil
quince, donde se ordenó la ratificación de la promoción
de diecisiete de ese mes y año.
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opera el principio de suplencia de la queja, al
considerarse que quien interpuso el presente juicio es el
inculpado.
3“Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la
deficiencia de los conceptos de violación o agravios, en los casos siguientes:
[…]
III. En materia penal:
[…]
a) En favor del inculpado o sentenciado, y”
6
Con relación a los diversos actos consistentes en la
negativa a devolver el numerario y la omisión de resolver
la indagatoria, negó los mismos; no obstante, deben
tenerse por ciertos, toda vez que la misma se desvirtúa
con las manifestaciones que al respecto expuso en los
términos siguientes:
4 Puesto que su formación está encomendada por la ley, dentro de los límites
de su competencia, a un funcionario investido de fe pública, expedidas en el
ejercicio de sus atribuciones; aunado a que esa publicidad se demuestra por
las características que presenta como son la existencia de los sellos, firmas y
demás signos legales, resultando aplicable la Jurisprudencia 226, emitida por
el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página
153, tomo VI del Apéndice de 1995, Quinta Época, del rubro siguiente:
“DOCUMENTOS PÚBLICOS, CONCEPTO DE, Y VALOR PROBATORIO.”
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La agente ministerial responsable, con relación al
acto reclamado consistente en la negativa u omisión de
devolver el numerario asegurado, hizo valer la causal de
improcedencia prevista en el numeral 61 fracción XXI de
la Ley de Amparo, misma que refiere:
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Así las cosas, la promoción de diecisiete de febrero
de dos mil quince, integra una petición clara y precisa a
la responsable, consistente en pronunciarse sobre la
devolución del numerario que fue asegurado en el
inmueble que habitaba el ahora quejoso, y la propia
agente ministerial adoptó la postura de que, previo a
realizar algún pronunciamiento, debía ratificarse el
contenido del mismo.
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Como se expresó, el apoderado del quejoso solicitó
la devolución del numerario que le fue asegurado,
cuando fue detenido en el interior de su domicilio el
veintitrés de junio de dos mil once, y sobre el particular la
autoridad responsable ha sido omisa para pronunciarse
sobre ello, circunstancia que resulta suficiente para tener
por demostrado el interés jurídico necesario para la
procedencia del presente sumario, ya que esa omisión
afecta su patrimonio y, por consiguiente, le genera el
interés requerido para impugnar esa falta de
contestación.
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Es aplicable al respecto la tesis sustentada por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Segundo Circuito que dice:
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Por lo expuesto y al no existir algún otro motivo que
lleve al sobreseimiento del presente asunto, se procede
al estudio de la legalidad de los actos reclamados.
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Estado de México, lugar en el cual al estar
próximos a salir para retirarnos del negocio,
observamos en ese momento que ingresaban
dos personas del sexo masculino el cual ahora
sabemos que responden a los nombres de ** y
*, percatándonos de inmediato que uno de
ellos el de nombre **, traía consigo fajada del
lado derecho de su cintura una arma de fuego
tipo escuadra, de esto nos dimos cuenta por
que al entrar se nos quedó mirando y se
acomodó la camisa a efecto de cubrirse el
arma, motivo por el cual, los que suscriben
extremamos precauciones, aparentando que
no nos habíamos percatado del arma que
portaba, posteriormente, sin pasar ni tres
minutos aproximadamente, de manera
repentina salen del restaurante los sujetos y
ambos abordan un vehículo de la marca **,
tipo *, de color azul marino, con placas de
circulación **, haciéndolo ya de manera
apresurada y nerviosa, motivo por el cual
decidimos seguirlos a bordo de nuestros
vehículos oficiales, iniciando un seguimiento
discreto sobre la avenida circuito
Circunvalación Oriente y culminando hasta la
calle **, colonia ** en Naucalpan Estado de
México, y de quien ahora sabemos responde
al nombre de *, al descender del vehículo del
lado del piloto, es asegurado, así mismo **
desciende del vehículo del lado derecho, ya
que se percata de nuestra presencia y empuña
con su mano derecha un arma de fuego,
apuntándonos en todo momento, por tal motivo
le gritamos en ese momento que bajara el
arma al mismo tiempo nos identificamos
plenamente como Agentes Federales de
Investigación, por lo que de inmediato en un
descuido procedimos a asegurarlo, iniciando
un forcejeo hasta que se logró someterlo, y
asegurarle un arma escuadra calibre 9 mm,
que al parecer era la misma que portaba
desde la entrada del restaurant, preguntándole
en ese momento por qué de su actitud,
respondiéndonos que temía que nos diéramos
cuenta de que en el vehículo traía dinero,
mismo que tenía que entregar en el
restaurante con la razón social las “Gaoneras”,
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pero que al percatarse de nuestra presencia le
dimos mala espina, y es por eso que
decidieron salirse de inmediato del lugar,
posteriormente lo cuestionamos en donde se
encontraba el dinero manifestándonos de
manera voluntaria que estaba en la cajuela de
su vehículo **, procediendo a abrir la cajuela
percatándonos que dentro se encontraba una
bolsa de plástico de color blanca
aproximadamente de 40 centímetros de altura,
por 30 centímetros de ancho, y en lo que
observábamos la bolsa que ha dicho de **
contenía los fajos de moneda extranjera, la
persona que ahora sabemos se llama * corrió
apresuradamente hacia el interior del domicilio
ubicado en la calle *, colonia ** en Naucalpan,
Estado de México, gritándole a una persona de
nombre “*” en varias ocasiones que lo
ayudara, y cuya puerta principal se encontraba
abierta, procediendo a tratar de alcanzarlo y en
ese momento nos percatamos de la presencia
de una persona del sexo masculino, sentado
en una silla de ruedas, el cual empuñaba un
arma de fuego tipo escuadra, apuntándonos y
gritando que nos iba a disparar, a su vez le
gritamos que éramos policías federales de
investigación y que bajara el arma, después de
varios minutos de insistirle que éramos policías
y que debería bajar el arma, esta persona
accedió a entregarnos el arma de fuego tipo
escuadra, asegurándolo de inmediato, así
como a la persona que veníamos persiguiendo
misma que se encontraba a un lado de él, en
ese momento observamos sobre la mesa una
bolsa de plástico de color blanco, similar a la
que se encontraba en la cajuela del vehículo
tipo **, conteniendo numerario en moneda
extranjera (dólar), según lo manifestado por *
la persona de la silla de ruedas que ahora
sabemos se llama *, así como diversos
teléfonos celulares, preguntándole a la
persona que estaba sentado sobre la silla de
ruedas de quién era el dinero,
manifestándonos de manera voluntaria que era
dinero de una persona apodada “El güero” el
cual era originario de Guadalajara, Jalisco; y
en ese momento cuando estábamos
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cuestionando sobre la procedencia del dinero
escuchamos que se abría la puerta de una
habitación de la cual salió una persona del
sexo masculino preguntado que era lo que
sucedía, dirigiéndose al hombre de silla de
ruedas, por lo que procedimos a identificarnos
con esa persona quien dijo ser su sobrino y
responde al nombre de **. Posteriormente los
suscritos al percatarse de la comisión de
varios delitos cometidos en flagrancia,
observamos un vehículo de la marca
submarca (sic) con placas de circulación * del
Distrito Federal, de color gris oscuro,
estacionado sobre la banqueta como si fuera a
entrar a la cochera, por lo que procedimos a
revisar el vehículo y asegurarlo toda vez que
se encontraron dos cargadores abastecidos
cada uno con 13 cartuchos útiles, por lo que
nos trasladamos a estas instalaciones para
hacer de su conocimiento y poner a su
disposición de la autoridad federal a las
personas y objetos […].” –fojas 12 a 16 anexo
II).
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La solicitud de arraigo del hoy inconforme y
copartícipes de la misma data y el acuerdo del
veinticinco de junio de dos mil once, dictado
por el juez Tercero Federal Penal
Especializado en Cateos, Arraigos e
Intervención de Comunicaciones, con
Competencia en toda la República y residencia
en el Distrito Federal, en la medida precautoria
*, quien otorgó la misma por un plazo de
cuarenta días. (fojas 477 a 567 anexo II).
La constancia de notificación de
aseguramiento de bienes (numerario) al
quejoso *, de treinta de junio de dos mil once.
(foja 721 anexo II).
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anexo IV).
“CATEO. EN ACATAMIENTO A LA
GARANTÍA DE INVIOLABILIDAD DEL
DOMICILIO, LA ORDEN EMITIDA POR LA
AUTORIDAD JUDICIAL, DEBE REUNIR LOS
REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO
16 DE LA CONSTITUCIÓN, DE LO
CONTRARIO DICHA ORDEN Y LAS
PRUEBAS QUE SE HAYAN OBTENIDO
COMO CONSECUENCIA DIRECTA DE LA
MISMA, CARECEN DE EXISTENCIA LEGAL
Y EFICACIA PROBATORIA. Con la finalidad
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de tutelar efectivamente la persona, familia,
domicilio, papeles y posesiones de los
gobernados, el Constituyente estableció en el
artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos que las órdenes de
cateo única y exclusivamente puede expedirlas
la autoridad judicial cumpliendo los siguientes
requisitos: a) que conste por escrito; b) que
exprese el lugar que ha de inspeccionarse; c)
que precise la materia de la inspección; d) que
se levante un acta circunstanciada en
presencia de dos testigos propuestos por el
ocupante del lugar cateado o en su ausencia o
negativa, por la autoridad que practique la
diligencia. En ese sentido, el artículo 61 del
Código Federal de Procedimientos Penales, en
observancia a la garantía de inviolabilidad del
domicilio, establece que si no se cumple con
alguno de los requisitos del octavo párrafo del
citado precepto constitucional, la diligencia
carece de valor probatorio. Por tanto, las
pruebas obtenidas con vulneración a dicha
garantía, esto es, los objetos y personas que se
localicen, su aprehensión en el domicilio
registrado y las demás pruebas que sean
consecuencia directa de las obtenidas en la
forma referida, así como el acta
circunstanciada de la propia diligencia, carecen
de eficacia probatoria. En efecto, las
actuaciones y probanzas cuyo origen sea un
cateo que no cumpla con los requisitos
constitucionales y por tanto, sin valor probatorio
en términos del señalado artículo 61, carecen
de existencia legal, pues de no haberse
realizado el cateo, tales actos no hubieran
existido.”
(visible en la página 111, eomo XXVI, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
agosto de 2007).
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En ese reporte se señala con claridad que los
policías investigadores, después al encontrarse en un
restaurante, observaron la llegada de dos individuos y
advirtieron que uno de ellos estaba armado, entonces,
bajo un operativo discreto los siguieron y, al llegar a un
domicilio, los interceptaron, para entonces detener al
conductor y al copiloto, pero en un movimiento imprevisto
éste se logró zafar e ingresó a la vivienda particular, al
advertir que la puerta estaba abierta también se metieron
en busca del copiloto, mismo que localizaron en ese sitio,
que también ubicaron al ahora quejoso y su sobrino, así
como el numerario consistente en quinientos nueve mil
ochocientos veinte dólares americanos en efectivo y otros
objetos.
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actuaciones y medios de prueba obtenidos, carecían de
validez alguna para justificar las conductas delictivas que
se les atribuyeron y reiteró la nulidad de las mismas
desde la intromisión indebida al inmueble.
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de abandono y transmisión de bienes al Servicio de
Administración y Enajenación de Bienes, así como todo
lo actuado en el triplicado de la indagatoria **, que ahora
se identifica como * y que derivan de la propia actuación
de veintitrés de junio de dos mil once, se tornen ilegales
y, por ende, sean consideradas también como nulas al
no poder desvincularse de la diligencia inicial viciada
de ilicitud y necesariamente también se encuentren
viciadas de nulidad.
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considerada inválida. De otra forma, es claro
que el inculpado estaría en condición de
desventaja para hacer valer su defensa. Por
ello, la regla de exclusión de la prueba ilícita
se encuentra implícitamente prevista en
nuestro orden constitucional. Asimismo, el
artículo 206 del Código Federal de
Procedimientos Penales establece, a contrario
sensu, que ninguna prueba que vaya contra el
derecho debe ser admitida. Esto deriva de la
posición preferente de los derechos
fundamentales en el ordenamiento y de su
afirmada condición de inviolables.
(visible en la página 2057, libro III, tomo 3, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
diciembre de 2011).
32
4) Devolver el numerario asegurado, consistente
en quinientos nueve mil ochocientos veinte dólares
americanos.
33
“REPARACIÓN DEL DAÑO DERIVADA DE
UN DELITO DE CARÁCTER PATRIMONIAL.
CUANDO LA AFECTACIÓN ECONÓMICA
RECAE EN MONEDA EXTRANJERA, DEBE
CONDENARSE A LA RESTITUCIÓN
INTEGRAL Y EFECTIVA POR BIENES DE LA
MISMA ESPECIE, CARACTERÍSTICAS Y
CANTIDAD [INTERRUPCIÓN DE LA
JURISPRUDENCIA 1a./J. 121/2004 (1)]. La
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J.
121/2004, de rubro: "REPARACIÓN DEL
DAÑO TRATÁNDOSE DEL ROBO DE
CHEQUE EN DÓLARES. AL SER UNA PENA
PÚBLICA PROCEDE SU CONDENA AL PAGO
DE SU EQUIVALENTE EN MONEDA DE
CURSO LEGAL AL TIPO DE CAMBIO QUE
REGÍA EN LA FECHA EN QUE SE CONSUMÓ
EL DELITO.", estableció que tratándose de
delitos patrimoniales, cuya afectación recae en
moneda extranjera, la condena a la reparación
del daño material a la víctima u ofendido del
delito debe fijarse de acuerdo al tipo de cambio
equivalente al momento en que se cometió el
delito, por tratarse de una pena pública que
debe fijarse de acuerdo al momento en que el
ilícito aconteció. Ahora bien, una nueva
reflexión sobre el tema, lleva a esta Primera
Sala a apartarse de ese criterio y, por ende, a
interrumpir dicha jurisprudencia, pues no
responde a las exigencias constitucionales de
protección y garantía integral y efectiva del
derecho humano a la reparación del daño
proveniente de la comisión de un delito. De ahí
que cuando el objeto del delito recae en
moneda extranjera, como bien obtenido con
motivo de la conducta ilícita, la condena a la
reparación del daño material debe decretarse
bajo el rubro de restitución integral y efectiva
por elementos de la misma especie,
características y la cantidad que se demostró
en el proceso penal que corresponda a la
afectación patrimonial ocasionada a la víctima
u ofendido. Lo anterior tiene sustento en las
razones jurídicas siguientes: a) la reparación
del daño que procede de la comisión de un
delito, es una consecuencia jurídica que deriva
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de la demostración plena de la responsabilidad
penal del sentenciado en la comisión del hecho
ilícito penal, lo que genera una obligación de
restitución por el sentenciado para resarcir el
daño ocasionado; de ahí que sea exigible su
pago a través de los mecanismos de ejecución
establecidos para ese efecto por la ley procesal
penal; b) la posibilidad de que el cumplimiento
de la reparación del daño pueda realizarse a
través del mismo procedimiento aplicable para
la ejecución de la sanción de multa establecida
como consecuencia material de la comisión del
delito, atiende a efectos procedimentales para
obtener su cumplimiento, pero no implica que
su cuantificación se determine bajo los mismos
parámetros; c) la relación de la sanción de
reparación del daño con el derecho a la
legalidad del que derivan los principios de
existencia de ley previa y exacta aplicación de
la ley penal, implica que para justificar la
legalidad de su imposición se requiere que
exista una regulación previa a la comisión del
delito que prevea dicha condena y que se
ajuste a los lineamientos normativos
establecidos, pero no obliga a que se
cuantifique de acuerdo con índices económicos
o de convergencia monetaria existentes al
momento de cometerse el delito; d) en virtud de
que el dinero, representado a través de la
moneda, como unidad del sistema monetario,
en términos económicos y financieros, con
independencia de su carácter nacional o
extranjero, constituye un bien mueble fungible,
cuya naturaleza jurídica le permite ser
remplazado por elementos de la misma
especie, características y cantidad; y, e)
cuando el objeto del delito recae en moneda
extranjera, en atención a su característica de
bien fungible, procede decretar la reparación
del daño material bajo el rubro de restitución
integral, por lo que el juzgador no deberá
realizar su conversión al tipo de cambio
equivalente a la moneda de curso nacional,
porque la naturaleza del bien excluye la
imposibilidad de restitución; en ese sentido, es
una condición fáctica independiente a la
determinación y fijación de la condena a la
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reparación del daño material, la forma en que el
sentenciado decida dar cumplimiento a la
condena, ya que es jurídicamente aceptable
que el cumplimiento de la obligación de
restitución de la afectación patrimonial se
realice mediante el pago en moneda nacional,
siempre que ello se haga a partir del tipo de
cambio existente al momento en que se
materialice el pago.”
(publicada el once de septiembre de dos mil quince en el
Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro 2009928, Décima Época, pendiente de datos de
ubicación).
Notifíquese personalmente.
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En esta fecha se giraron los oficios 38515 y 38516 a las autoridades
correspondientes, notificándoles la sentencia que antecede. Conste.
39
El licenciado(a) Pablo Sánchez Martínez, hago constar y certifico que en
términos de lo previsto en los artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en lo
relativo de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada
legalmente como reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento
mencionado. Conste.
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