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Resumenes de PPL, PRIMER CUATRIMESTRE

 A cada cual su cerebro


Plasticidad neuronal e icc.
Francois Ansermet
Pierre Magistretti

PREFACIO
La experiencia deja una huella. La plasticidad de la red neuronal
permite la inscripción de la experiencia. Dicha plasticidad,
considerada hoy en la base de los mecanismos de la memoria y del
aprendizaje, es fundamental ya que ha posibilitado salir de una
visión estática del sistema nervioso.
Actualmente, se sabe que los elementos más finos del proceso de
transferencia de información entre las neuronas, o sea, las sinapsis,
sufren una remodelación permanente en función de la experiencia vivida.
Los mecanismos de plasticidad operan a lo largo de la vida del individuo y
determinan de manera significativa su devenir.
La huella es dinámica y está sujeta a modificaciones. Los mecanismos de
su inscripción confieren a la red neuronal gran plasticidad.
Las huellas se inscriben, se asocian, desaparecen, se modifican a lo largo
de la vida por medio de los mecanismos de la plasticidad neuronal. Estas
huellas inscritas en la red sináptica determinaran también la relación del
sujeto con el mundo exterior.
La plasticidad participa en la emergencia de la individualidad del sujeto.
Cada una de nuestras experiencias es única y tiene un impacto único. La

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plasticidad seria, entonces, el mecanismo por el cual cada sujeto es
singular y cada cerebro, único. De allí el titulo de este libro, “A cada cual
su cerebro”.

CAP. I
El fenómeno de la plasticidad demuestra que la experiencia deja una
huella en la red neuronal, al tiempo que modifica la eficacia de la
transferencia de información a nivel de los elementos más finos del
sistema, es decir, que es adquirido por medio de la experiencia deja una
huella que transforma lo anterior. La experiencia modifica
permanentemente las conexiones entre las neuronas. El cerebro es
considerado, entonces, como un órgano extremadamente dinámico en
permanente relación con el medio ambiente, por un lado, y con los hechos
psíquicos o los actos del sujeto, por otro.
La plasticidad introduce una nueva visión del cerebro. Este ya no puede
ser visto como un órgano dado, determinado y determinante de una vez y
para siempre; ya no puede ser considerado como una organización
definida y fijas de redes de neuronas, cuyas conexiones se establecerían
de forma definitiva al término del periodo del desarrollo.
La plasticidad demuestra que la red neuronal permanece abierta al
cambio y a la contingencia, modulable por el acontecimiento y las
potencialidades de la experiencia, que siempre pueden modificar el
estado anterior.
La plasticidad permite demostrar que, a través de una suma de
experiencias vividas, cada individuo se revela único e imprevisible, mas
allá de las determinaciones que implica su bagaje genético.

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El concepto de plasticidad significa que la experiencia puede inscribirse en
la red neuronal. Un acontecimiento vivido en un momento dado se marca al
instante y puede persistir en la duración. El acontecimiento deja una huella
como una suerte de encarnación del tiempo. Pero esta huella puede ser
modificada o puesta en juego de forma diferente al asociarse con otras
huellas. Más allá del determinismo biológico (neuronal o genético), y más
allá del determinismo psíquico, el hecho de la plasticidad implica, un sujeto
que participa activamente en su devenir, ¡e incluso en el propio devenir de
su red neuronal!

LAS FUNCIONES CEREBRALES SUPERIORES Y SUS ALTERACIONES EN EL NIÑO


Y EN EL ADULTO. CAP.3
AZCOAGA

La denominación de “funciones cerebrales superiores” aparece en nuestros


escritos con las siguientes características:
1) Son específicas del hombre
2) Son producto de procesos de aprendizaje
3) No son indispensables en todos los procesos de aprendizaje.
Estas tres características permiten diferenciarlas de los “dispositivos básicos
del aprendizaje”, pues estos son comunes al hombre y a los animales, no
resultan de procesos anteriores de aprendizaje y son indispensables en todos
los procesos de aprendizaje.

CRITERIO SOBRE “ACTIVIDAD NERVIOSA SUPERIOR”


La actividad nerviosa superior emergió de las investigaciones pavlovianas
como una fluida interacción entre la excitación y la inhibición, resultante de
la actividad de millones de células nerviosas (y por lo tanto, nada compatible
con los estados de cada una de ellas en particular).

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De la más alta importancia es la relación de análisis y síntesis, que son tan
inseparables como la excitación y la inhibición (como que el análisis se realiza
mediante inhibición y la síntesis expresa conexiones excitatorias).
La actividad nerviosa superior, como forma de trabajo fisiológico de la
corteza y regiones vecinas, distribuye, coordina, centraliza y almacena la
información que recoge el organismo mediante la actividad de sus receptores
exteriores e interiores. Parte de esa información es sintetizada, coordinada
en unidades más complejas, en un proceso que denominamos “aprendizaje”.

EL CONCEPTO DE UNIDAD DE APRENDIZAJE


(Esquemas del lenguaje: el proceso de reconocimiento incluye la actividad de
organizaciones fisiológicas que he denominado “esquemas” (Brain) y que el
aprendizaje del lenguaje depende del establecimiento de un esquema,
inicialmente para cada fonema y, a un nivel de organización superior, para
cada palabra. El esquema es un concepto fisiológico y no psicológico, y
describe la actividad neural).
Las unidades de aprendizaje son los denominados estereotipos. El enlace de
los estereotipos entre si es plástico, pero sin una cierta estabilidad y fijeza de
los estereotipos no podría entenderse la regularidad de las funciones
cerebrales superiores.

LA DOCTRINA DE LOS ANALIZADORES


Un analizador es un mecanismo nervioso complicado que comienza por el
aparato receptor externo y termina en el cerebro.
A cada analizar le es inherente una actividad combinatoria, una actividad
analítico-sintética que opera con una modalidad más o menos especifica de
información.
Los analizadores del lenguaje:
 El analizador cenestésico-motor verbal, que opera con la información
propioceptiva de los músculos, articulaciones y tendones relacionados
con el lenguaje y,

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 El analizador verbal, que lo hace con la información semántica,
también del lenguaje.
Pavlov definió a la corteza cerebral como “un mosaico de analizadores”.

PARAMETROS DE LA ACTIVIDAD NERVIOSA SUPERIOR:


 MOVILIDAD (definida como paso de la excitación a la inhibición y
viceversa).
 FUERZA (entendida como magnitud de la respuesta en relación al
estimulo).
 EQUILIBRIO (o sea relación, también de magnitud, entre la excitación y
la inhibición).

Pavlov entendía que el lenguaje (“la palabra”) resultaba de la organización de


las excitaciones cenestésicas de los órganos de la palabra y era concomitante
con el desarrollo del lóbulo frontal.
El lenguaje, según él, se constituye en un “segundo sistema de señales”, que
amplía considerablemente las posibilidades con relación al “primer sistema
de señales” constituido por el conjunto de las excitaciones sensoperceptivas,
común al hombre y a los animales.
La doctrina del lenguaje como “segundo sistema de señales”, organizado
mediante la información propioceptiva de los músculos, articulaciones y
tendones de la elocución.

Fundamentos del desarrollo del lenguaje. Cap. 4 y 5. Lenneberg

Cap. 4 DESARROLLO DEL CEREBRO EN RELACION CON EL LENGUAJE


El desarrollo del lenguaje está relacionado con el aumento de conexiones en
la corteza cerebral y, de modo especial, con el desarrollo y conectividad de
las células estrelladas y granulosas (neuronas de tipo II).
Se propone el concepto de “especificación” de las neuronas que sirven al
lenguaje, consistiendo esta especificación en la restricción gradual e
irreversible de sus posibles papeles neuronales.

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Si bien las neuronas pueden ser de diversidad considerable, se dividen en dos
clases bastante distintas, que se han llamado neuronas de Clase I y de Clase
II.
Las neuronas de la Clase I son grandes con axones largos y forman las vías
primarias aferentes y eferentes del sistema nervioso. Sus estructuras y
funciones son invariantes y se desarrollan bajo fuertes restricciones genéticas
y epigeneticas. Constituyen lo que se puede denominar las conexiones fijas
del cerebro.
Por el contrario, las neuronas de la Clase II son pequeñas interneuronas con
axones cortos. Realizan funciones de integración entre los sistemas primarios
aferentes y eferentes. Las neuronas de Clase II muestran una gran
variabilidad morfológica. Una de las diferencias más distintivas entre estas
dos clases de neuronas la constituye el orden temporal de aparición
ontogenetico. En todas las partes del sistema nervioso, las neuronas de la
Clase I se generan y diferencian antes que las neuronas de la clase II.
Las neuronas de la Clase I forman una estructura que es más bien invariante
en cada especie y las neuronas de la Clase II se conectan en esta estructura
en una etapa posterior de la ontogenia. Las neuronas que aparecen primero
son menos variables y parecen ser menos modificables que las que aparecen
más tarde, y estas últimas son más susceptibles a cambios producidos
directamente por la actividad nerviosa o indirectamente por la estimulación
endocrina.
De acuerdo con este punto de vista, las neuronas se desarrollan de dos
modos complementarios que, juntos, permiten que una gran variedad de
funciones neuronales estén representadas. Las funciones que están
predeterminadas de modo innato se realizan fundamentalmente por
neuronas de la Clase I, mientras que aquellas que se desarrollan como
resultado de la experiencia individual se sirven en gran medida de las
neuronas de la Clase II.

Las neuronas que sirven al lenguaje pasan por un proceso de especificación:


la especificación consiste en una restricción progresiva de las capacidades
funcionales de la neurona, desde un estado inicial multipotencial hasta un
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estado final de un potencial funcional único. El ritmo de este proceso de
especificación funcional difiere para los distintos tipos de neuronas. En
algunos tipos la restricción del potencial funcional aparece en horas, y en
otros, el proceso restrictivo se puede prolongar durante días o años, por lo
que sabemos el proceso es irreversible.

Cap. 5 CORRELATOS MIELOGENETICOS DEL DESARROLLO DEL HABLA Y DEL


LENGUAJE
Se ha definido el concepto de ciclo mielogenético; un sistema de fibras o
región dado, como el periodo que se extiende desde el momento en que
aparecen por vez primera vainas de mielina teñidas en el sistema o región
hasta la edad en que la intensidad del teñido no muestra incrementos
ulteriores distinguibles visualmente.
El ciclo mielogenético de la vía acústica es bifásico; corto y en gran parte
prenatal y largo, y fundamentalmente posnatal.

PLASTICIDAD SIMBOLICA.
LEVIN, ESTEBAN

Recordemos que el recién nacido, desde el punto de vista evolutivo, tiene


madurez para recibir estímulos y es inmaduro para responder a ellos. Este
estado de indefensión y prematurez se debe a que las vías eferentes (a
diferencia de las aferentes) aun no están mielinizadas, lo cual ubica al bebe
en un estado de inmadurez y dependencia con respecto al otro, del cual
depende su subsistencia.
La plasticidad neuronal- la neuroplasticidad- demuestra que la experiencia
deja una huella en la red y los circuitos neuronales. Esto produce
modificaciones a nivel de la sinapsis y de las neuronas. Al modificar la
transferencia de información, la conexión y la relación entre neuronas se
producen cambios de orden funcional y estructural. La plasticidad remite a
que las células nerviosas, las neuronas, poseen la propiedad de
transformarse como efecto del medio ambiente.

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Este fenómeno transforma el concepto del cerebro como un órgano estático,
fijo y determinado genéticamente. A partir de las nuevas investigaciones de
la neurofisiología, el cerebro comienza a ser considerado como un órgano
dinámico y plástico, dependiente en gran medida, de la interacción y la
experiencia con el medio.
Estas revelaciones confirman que, genéticamente, además de una
determinación biológica, también hay una porción indeterminada, plástica,
que, pensamos, depende del encuentro con el Otro y de la experiencia que
allí se suscita. No se trata de cualquier experiencia, sino de una experiencia
deseante y subjetiva que connota y denota lo relacional y lo simbólico de
dicho acto. De allí que proponemos denominar plasticidad simbólica a las
causas y efectos de esa singular experiencia que deja una marca significante,
privilegiada y subjetiva.
El circuito neuronal contiene en su propio desarrollo la posibilidad de
modificarse. En los primeros años de vida, debido a la inmadurez
neurofisiológica a la que hicimos referencia, estas posibilidades se
acrecientan y, desde nuestro punto de vista, la experiencia, como
acontecimiento subjetivo y simbólico, adquiere un valor fundamental para
producir plasticidad.
Los cambios, conformaciones y metamorfosis producidos por la experiencia
infantil como acontecimiento original provocan nuevas sinapsis, conexiones y
asociaciones con la red neuronal, lo que demuestra las posibilidades y
potencialidades de la relación y de la experiencia con el Otro (primordial) y
los otros (semejantes). De este modo se rompe la idea de fijeza, de la
determinación biológica, y se abren las vías para pensar la intrincada relación
entre la herencia genética y la herencia simbólica a través de la experiencia.
Cuando una experiencia significante se transforma, por sus efectos, en un
acontecimiento, se produce el anudamiento entre plasticidad simbólica y
plasticidad neuronal, lo que provoca en el niño cambios en la herencia
simbólica y en la genética.
La concepción de plasticidad simbólica que estamos proponiendo nos habilita
a pensar que la intensidad y la tenacidad de una sinapsis dependen en gran
medida del deseo y del afecto puestos en juego en esa experiencia. No es
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posible desconocer la determinación inconsciente, deseante e histórica que
ocurre, entrelazada y relacionada con el deseo y el amor del Otro, en cada
experiencia infantil.

PLASTICIDAD NEURONAL Y PLASTICIDAD SIMBOLICA

El estado de necesidad e indefensión del recién llegado es tal que la


dependencia del Otro es absoluta. En la intensidad de esa primera relación
afectiva (madre-bebe o quien cumpla la función materna) el bebe queda
marcado psíquicamente. Esas huellas son reprimidas (represión originaria) y
conforman el aparato psíquico del pequeño, a partir del cual se reconoce,
historiza y puede así, constituir la propia imagen corporal.
La plasticidad neuronal en el recién nacido se encuentra atravesada y
anudada por la plasticidad simbólica que es efecto de la relación con el
campo del Otro.
Cuando esta primera relación falla o no se instala con la intensidad necesaria,
la plasticidad simbólica no se produce, de lo cual puede inferirse que la
plasticidad neuronal perdería “tenacidad” y “firmeza”.
El denominado medio ambiente del recién nacido no debe ser pensado como
un conjunto de estímulos exógenos, neuronales o cognitivos, sino que es
encarnado por el funcionamiento materno, que incluye el lugar del padre
como legalidad y terceridad.
El acontecimiento en la infancia implica la plasticidad simbólica en la cual
está en juego la imagen corporal y el sujeto deseante.

DE LOS REFLEJOS AL ACONTECIMIENTO

En la primera infancia son acontecimientos fundantes que instituyen un


sujeto deseante, donde se enlazan la constitución subjetiva con la plasticidad
simbólica y el desarrollo neuromotor con la plasticidad neuronal. Estos
puntos de encuentro entre la estructura y el desarrollo están delimitados por
el campo del Otro atravesado por la experiencia infantil. No hay relación
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posible del niño con su cuerpo si ésta no está mediada por el deseo y por el
cuerpo materno. El cuerpo se desarrolla, madura y crece entrelazándose en
la plasticidad.

EL PRIMER DIALOGO

Los movimientos y sensaciones prenatales (dentro del cuerpo materno que


los contiene) dan testimonio de su presencia, en el sentido o valor discursivo
que los mismos generan en el otro, especialmente en sus padres, con
quienes está estableciendo un imaginario parental y social, un primer dialogo
a través del movimiento intrauterino.
El padre ya interviene, coloca sus manos sobre el vientre materno y le habla,
susurra una melodía, lo acaricia, lo besa. El dialogo existe, subsiste y preexiste
al momento del parto.
El bebé se presenta cada vez más, no solo físicamente, sino también en el
imaginario parental, a través de los preparativos para recibir ese nuevo
sujeto que se impone a través de los movimientos de su cuerpo y a través de
lo que representa este bebé en relación con el nacimiento y posición de los
padres en la historia familiar. De este modo, la historia del bebé actualiza y
resignifica la de los padres.
Los movimientos del bebé en el útero implican una aproximación del padre y
su correlativo funcionamiento como donador, nominador e intérprete de
esta escena. Esto es, operar como tercero que se encuentra en una escena y,
desde afuera, da forma a legalidades simbólicas.
DEMANDA, DESEO Y EXPERIENCIA
Sin la demanda del otro no puede configurarse ni la experiencia de placer al
tomar el pecho materno ni la plasticidad simbólica.
Al nacer, el niño incorpora gestos, palabras, sonidos, miradas, toques que el
otro significa y dona a través de la experiencia compartida. De los labios de
su madre, el niño pequeño incorpora la voz. La mirada comienza a anticipar
el sonido que se desprende de la boca materna, y así, comienza a cumplir su
función anticipatoria y reguladora.
La madre habla y toca al bebé, y es en la palabra y en la caricia significante
donde ese cuerpo es nombrado como sujeto.
El cuerpo materno adquiere un valor fundante para el infante, pues se
transforma en una fuente libidinal permanente al higienizarlo, moverlo,
mimarlo, tocarlo, o sea, al unificar las diferentes funciones corporales y
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motrices que, de otra forma, quedarían fragmentadas y segmentadas en
cada función.
Conjeturamos que, si la succión no se transforma en el acto de amamantar, la
plasticidad neuronal se estrecha y se empobrece. Al hacerlo, es posible que la
respuesta neuronal sea más débil y que la expresión genética no se desarrolle
o se inhiba, produciendo así alteraciones genéticas y cerebrales. Sucede lo
contrario con el acontecimiento del mamar, que deja una huella psíquica
significante y produce plasticidad simbólica, la cual, al anudarse a la
neuronal, confluye en nuevos y enriquecidos circuitos sinápticos que solo se
producen en el encuentro con el deseo del Otro.
Para nosotros, el desarrollo psicomotor del niño no se sostiene en una
sumatoria de reflejos. Se sustenta en las huellas significantes que permiten
incorporar y anudar el cuerpo y su desarrollo al horizonte subjetivo,
conformándose como puntos de enlace y desenlace de un niño que toma la
palabra y se apropia de ella a través de la experiencia.

REPETICION Y DIFERENCIA EN LAS PRIMERAS ESCENAS

La escena y la experiencia de amamantar se estructuran en el espacio del


entre-dos entre la madre y su hijo. En ella circulan la satisfacción y la
insatisfacción como causas del deseo, y la demanda, como trampolín de la
realización y de su representación, lo que altera la homeostasis funcional.
Entre la madre y su hijo no se repite la acción de dar la leche, si no el acto de
amamantar; no se repite la acción de ver y oír, sino la experiencia de
escuchar y leer el cuerpo del bebe. Solo así el recién nacido podrá habitar e
investir su desarrollo en ese particular momento en el cual se estructura un
sujeto deseante.
La perdida de esta escena y escenario delimitara; en el deseo materno, una
reorganización y una reconquista de su cuerpo que ira dejando sus marcas y
sus trazos. Solo a partir de la conclusión del acto de amamantar permanecerá
reprimido y podrá resignificarse, en el niño y en la madre, de diferentes
maneras en un tiempo futuro. El destete, como corte y pérdida simbólica,
modela y anuda la inscripción de este acontecimiento y la plasticidad
simbólica y sináptica que el mismo conlleva.

CRECER Y PENSAR.
JUAN DELVAL
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El niño que solo actúa

Tras el nacimiento el niño empieza a actuar sobre el mundo que le rodea


sirviéndose de sus conductas reflejas.
Etapa denominada sensorio-motora porque en ella dominan las actividades
sensoriales y las actividades motoras y no existe todavía el lenguaje ni otras
formas de representación. El niño, gracias a la repetición de acciones,
introduciendo modificaciones en ellas, va produciendo nuevas conductas,
forma diversos esquemas y los coordina entre sí, y empieza a construir las
primeras nociones sobre los objetos. Establece las primeras relaciones con
las personas y especialmente con la madre y esta relación que tiene una
considerable importancia para su desarrollo cognitivo, es un estimulo para la
exploración del mundo circundante y de nuevos objetos.

La consolidación de los reflejos.

Las repeticiones tienen un papel muy importante en el desarrollo, sirven para


consolidar las conductas porque de hecho, una vez que el niño ha conseguido
dominar por completo una acción, ya no le interesa hacerla de la misma
manera, sino que la repite pero modificándola, explorando nuevas
posibilidades.
Durante el periodo sensorio-motor, la repetición va a ocupar un papel
esencial. El progreso psicológico es la repetición de acciones en situaciones
ligeramente distintas, con modificación de la propia acción. Esto es el
mecanismo de asimilación y acomodación.
Existe una disposición innata, propia de la especie, y común a otras especies,
hacia el desarrollo, y eso incluye estos mecanismos de repetición. Hay una
compleja interacción entre esa tendencia innata y las influencias
ambientales, de tal manera que unas y otras se complementan en el
desarrollo del individuo.
El niño busca la estimulación externa, y esta le permite ejercitar mecanismos
primero innatos y luego adquiridos. La imitación es otro complemento de
este progreso que le permite reproducir acciones que ve en el exterior, tanto
de personas como de objetos. No queda más remedio que admitir que estos
mecanismos son innatos y se ponen en funcionamiento cuando existen
condiciones ambientales adecuadas. Cuando estas no están presentes, por
ejemplo en niños que viven en un medio extremadamente pobre de
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estímulos (que suele coincidir con pobre económicamente), entonces pueden
dejar de funcionar esas tendencias innatas y producirse alteraciones en el
desarrollo, y considerables retrasos. Por eso debe quedar claro que lo que
existen son tendencias o disposiciones más que conductas ya construidas y
que se verían poco afectadas por el ambiente.

EL PERIODO SENSORIO-MOTOR Y SUS ETAPAS

El periodo sensorio-motor se ha dividido en una serie de estadios que


recogen el progreso durante esta etapa. El primer estadio está consagrado a
ejercitar los reflejos. Pero pronto ese ejercicio desborda la situación inicial y
da lugar a conductas nuevas por el mecanismo de formación de esquemas.
Las adaptaciones iniciales de carácter innato se prolongan en adaptaciones
adquiridas, y una de las características del segundo estadio es lo que se
denominan las reacciones circulares primarias. La noción de reacción circular
expresa precisamente esa idea de repetición tan frecuente en la conducta
infantil. Una reacción circular es la repetición de un ciclo que se está
adquiriendo o se ha adquirido.

Las reacciones circulares

La repetición de las acciones constituye un procedimiento de gran


importancia para el desarrollo. Los niños repiten y repiten una acción hasta
que la dominan perfectamente y entonces solo la realizan por juego o por
necesidad.
Las reacciones circulares son la repetición de una conducta que tiende a
conservarse y a perfeccionarse.
Se distinguen 3 tipos de reacciones circulares según como se alcanza la
conducta inicial y qué tipo de repetición se produce.
Las reacciones circulares primarias, que se inician en el segundo estadio del
periodo sensorio-motor, son acciones que se producen de una manera
fortuita y que el niño tiende a reproducir. Además son acciones en las que el
interés está centrado en el propio sujeto que realiza la acción. Por ejemplo, el
niño agarra de forma fortuita un objeto que tiene en su cuna lo suelta, lo
vuelve a agarrar, lo vuelve a soltar, perfeccionando esa prensión pero más
interesado en la prensión misma que en el objeto.
Las reacciones circulares secundarias, que aparecen en el tercer estadio del
periodo sensorio-motor, se refieren a acciones exteriores al sujeto, que
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tienen consecuencias en el medio que les rodea. El niño agita el sonajero y se
produce un sonido, vuelve a agitarlo para producirlo de nuevo y así lo repite
numerosas veces. Se trata también de resultados fortuitos pero referidos al
ambiente.
Las reacciones circulares terciarias, que comienzan en el quinto estadio, se
refieren también a resultados en el medio pero el sujeto trata de repetirlos
introduciendo modificaciones en ellos. Se trata de experiencias “para ver”. El
niño golpea sobre su colchón y el objeto que está al lado salta hacia arriba,
entonces modifica sus golpes dirigiéndolos al propio objeto más cerca o más
lejos y observa con interés que es lo que sucede. Hay entonces una
exploración y una búsqueda de lo que es nuevo en el resultado.

Así, las reacciones circulares son acciones que una vez adquiridas tienden a
conservarse. Las primarias son acciones relativas al propio cuerpo. La primera
vez que se produce sucede de manera fortuita, pero posteriormente el niño
trata de reproducirla.
Las reacciones circulares secundarias se refieren, en cambio a la conservación
de fenómenos relativos al mundo exterior. Nuevamente se trata de algo
fortuito que el niño tiende a conservar. Estas reacciones secundarias son
características del tercer estadio.
Por último, las reacciones circulares terciarias, características del quinto
estadio, suponen una modificación de un resultado que se ha producido. Es
una especie de experiencia para ver qué resultados produce. Hay ya aquí una
autentica experimentación, y no solo una conservación de algo fortuito. Una
vez más, se conserva el carácter circular de repetición, pero con introducción
de variaciones en el curso de la acción.

La coordinación de los esquemas.

El niño ha comenzado a ejercitar y consolidar sus reflejos con una cierta


independencia entre ellos. Por un lado succiona, por el otro toca, por el otro
agarra, por otro mira, por otro escucha.
Por las distintas modalidades sensoriales recibe sensaciones diferentes que
inicialmente no están conectadas entre sí. El niño puede oír los ruidos que
produce una persona y ver a esa persona sin que tengamos que suponer que
los atribuye a un mismo objeto, porque todavía no existe la noción de objeto.
El mundo no tiene una unidad sino que es algo totalmente fragmentario. Las
estimulaciones van cada una por su lado y un importante trabajo va a
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consistir en coordinar los esquemas relativos a cada modalidad sensorial,
visuales, auditivos, etc., y darles una unidad, que definan un objeto.
Las coordinaciones entre los esquemas son fundamentales para la
constitución de los objetos. Cuando los diversos tipos de esquemas se aplican
a un mismo objeto es cuando el sujeto empieza a ser capaz de identificar a
este como una unidad.

El reconocimiento de los objetos

El desarrollo del recién nacido va a consistir precisamente en organizar la


realidad y construir una imagen de ella. El niño empieza a reconocer las
situaciones y los objetos por la aplicación de los mismos esquemas.
El hecho es que el niño, mediante el ejercicio de sus esquemas, va
reconociendo las situaciones y va reconociendo a las personas. Es así a los 6-
8 meses cuando el niño empieza a distinguir unas personas de otras.

 LA CLINICA PSICOMOTRIZ: El cuerpo en el lenguaje

¿De qué se ocupa la psicomotricidad? “Del cuerpo en su globalidad”; en decir


en sus tres dimensiones:

 La instrumental
 La cognitiva y
 La tónico-emocional
Tanto los afectos como las emociones no son constituyentes, sino meros
epifenómenos de lo que a través significante se opera en el deseo. Lo que
permite que el deseo se constituya es el hecho de que Otro coloque en juego
una marca (el Nombre) que aliena al sujeto de su objeto, que lo separa, esa
marca es del orden del lenguaje. Lenguaje no ya como función psicológica
sino como estructura que captura al sujeto y lo sitúa en relación con la
cultura.
No se trata del cuerpo global, sino del cuerpo de un sujeto, cuerpo
receptáculo, parlante, erógeno, instrumental, investido, discursivo y
simbólico.
Lo tónico, tomado y atravesado por el lenguaje, que “dice” al tocar y al ser
tocado (dialogo tónico que se inscribe en un sujeto desde su nacimiento, a

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partir del deseo del Otro que en una primera instancia encarna su madre, o
quien cumpla esa función). De este modo, estas inscripciones, estas
demarcaciones quedaran grabadas en lo inconsciente y determinaran al
sujeto como tal, es decir, inscripto por el deseo del Otro en el universo
simbólico.

El cuerpo: su superficie y el Otro

No nacemos con un cuerpo constituido, el mismo debe constituirse. El


cuerpo humano, por serlo y para serlo, depende para su subsistencia de otro
(que en un primer momento encarna la madre como función) ya que cuando
nace, el niño nace inmaduro, prematuro, sin mielinizacion de las vías
nerviosas y sin el Otro no se podrá constituir en un cuerpo subjetivado.
El niño al nacer tiene la mayoría de las vías aferentes mielinizadas, lo que no
está mielinizado aun es la posibilidad de respuesta.
El niño tiene inervaciones sensoperceptivas, lo que no puede es asociar. Lo
que no esta mielinizado son las aéreas de asociación, por lo tanto no puede
coordinar, ni integrar la respuesta corporal.

Imagen y esquema corporal

El esquema corporal es lo que uno puede decir o representarse acerca de su


propio cuerpo. La representación que tenemos del mismo. Es del orden de lo
evolutivo, de lo temporal.
Dentro del esquema corporal se encuentran las nociones de:
 Propioceptividad
 Interoceptividad
 Exteroceptividad
En la evolución psicomotriz (desarrollo psicomotor) del niño se irá
construyendo el esquema corporal.
Cuando a un niño se lo interroga acerca de las partes de su cuerpo que más
le gustan, el niño puede responder, pues tiene noción de su cuerpo. Esta
noción, este concepto que el niño hace de su cuerpo es el esquema corporal.

La imagen corporal es constituyente del sujeto deseante y, como tal, es un


misterio, no es en absoluto del orden de lo evolutivo, se va constituyendo en
el devenir histórico de la experiencia subjetiva. Por eso se relaciona con la
inscripción, con la demarcación mnémica.
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La imagen corporal es inconsciente.
El esquema corporal puede ser explicado, en una parte responde a una
generalidad de la especie humana (por ejemplo: tener dos ojos, una boca,
dos brazos, etc.). El esquema corporal puede ser trabajado.
La diferencia fundamental no radica en el esquema corporal, sino en que
cada uno ha sido marcado en forma distinta. La imagen corporal es singular,
propia de cada sujeto, es incomparable e inmedible, y en este sentido torna
singular y propio al esquema.
El esquema corporal especifica al individuo en cuanto representante de la
especie, sean cuales fueren el lugar, la época, o las condiciones en que vive.
La imagen del cuerpo, por el contrario, es propia de cada uno: está ligada al
sujeto y a su historia.
La imagen corporal es inconsciente y se relaciona con el recorrido libidinal
que esquematizó el Otro en el cuerpo.
Así como la imagen corporal es inconsciente, es esquema corporal es pre-
consciente. Se hace consciente en nuestro cuerpo por medio de por ej., un
dolor, el frío, etc.

 DEL ACTO AL PENSAMIENTO.


HENRI WALLON

Lo extraordinario en Wallon es que supo ver por primera vez la ligadura


dialéctica desde un punto de vista genético entre lo tónico-postural (y lo
visceral) con los procesos emocionales y, más adelante con el surgimiento de
las representaciones mentales y aun de la personalidad en su estructura
unitaria y en sus aspectos diferenciados (procesos concientes, esquema
corporal, noción del yo, etc.). Es un verdadero desarrollo histórico de la
individualidad que va diferenciando en su propio seno niveles de
organización global cada vez más complejos que partiendo de lo tónico-
postural, alcanzan los mas matizados desarrollos de la personalidad. Este se
cumple a través de saltos cualititativos, que conservan la organización
anterior, pero remodelándola, haciéndole tomar un nuevo sentido acorde al
que marca el nuevo nivel de integración que surge del anterior, conservado y
negado al mismo tiempo. Así, las crispaduras y espasmos que son tan
frecuentes en los primeros meses de vida, como secuencia de necesidades
biológicas no satisfechas, se transforman pronto en un modelo de
comunicación con el entorno individual-social.

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Respecto a la influencia del medio ambiente, Wallon destaca el hecho
fundamental de que el niño está preparado desde su nacimiento para
estructurar una relación social como su necesidad básica, donde lo social y lo
biológico se fusionan, pues es necesidad biológica de lo social.
Wallon distingue y analiza dentro de la unidad del individuo, cuatro
parámetros fundamentales como procesos relativamente diferenciados del
conjunto de la personalidad:
A. La actividad tónica postural
B. Los procesos emocionales
C. Las diferentes etapas de los procesos inteligentes
D. Las formas concretas en que el medio acuña a la personalidad y a las
distintas funciones que se manifiestan en la misma.
Todo ello sobre la base de la maduración funcional y orgánica, conceptos
claves para comprender la doctrina de Wallon.
La emoción está presente en sus formas más elementales desde el inicio de
la vida del niño, el cual, “incapaz de hacer nada por sí mismo (el recién
nacido) es manipulado por el otro y es en los movimientos del otro que sus
primeras actitudes toman forma”.
La emoción se liga indisolublemente a los procesos tónico-posturales y
viscerales desde los primeros meses de la vida. Al principio, son las
crispaduras y los espasmos seguidos por la relajación que indican que el niño
tiene necesidades no satisfechas o que las mismas ya han sido colmadas. Esta
matriz emocional es la que permite establecer condicionamientos con
relativa facilidad en los primeros meses de la vida del niño. Es además la que
explica la repercusión tónica y visceral de las emociones del adulto.
La función postural se liga esencialmente a la emoción, es decir a la
exteriorización de la afectividad.
Wallon precisa como la emoción es un nuevo nivel de integración
interindividual y colectiva que fusiona el yo el otro. Es al carácter formativo
de esta relación tónico-emocional, a lo que Wallon ha denominado
“simbiosis afectiva” dada en primer término en la dupla madre-hijo, de
manera tal que “a partir de los seis meses… el niño vive casi tanto de sus
relaciones humanas como de su alimentación”. La fusión afectiva se da de
distinta manera en las sucesivas etapas de la vida, pero siempre a todo
proceso de individualización (diferenciación de la personalidad) precede un
momento de sincretismo afectivo dentro del cual se desarrolla la
diferenciación a la que aludíamos.
Es en esta participación afectiva que va a emerger el proceso de imitación.
18
Wallon parte en todo su desarrollo genético de un sincretismo inicial a doble
vertiente: por un lado, la simbiosis con el entorno, en la que no se alcanza la
conciencia diferenciada del “yo” y del “otro”, por otro lado, de un
sincretismo, de una indiferenciación de las condiciones internas en que la
autodiscriminacion aun no existe sino que se va desarrollando a través de la
actividad del niño en su medio ambiente, en su relación con el “otro”: el
hombre se crea en el dialogo de la relación.
La individualización del sujeto se alcanza siempre a través de un proceso de
socialización: el hombre se individualiza más profundamente en tanto se
socializa más profundamente.
El gesto y la actitud pasan a ser los exponentes del estado emocional internos
del individuo, y al llegar a ser captados por el otro, se transforman en
expresión y se condicionan como formas de mutua comunicación.
A esta altura, en el niño se está desarrollando otra función, que aparece en
su plenitud luego de la coordinación viso-motora. El niño comienza a ser
capaz de autodesplazarse: es la inteligencia sensorio-motriz o situacional, su
espacio se amplia, va reteniendo las trayectorias de los objetos y sobre todo
comienza claramente el proceso de intencionalidad del niño, es decir, puede
realizar una “combinación de movimientos que no expresan otra cosa
que la capacidad de distribuir su espacio operatorio hasta hacerlo
coincidir con el efecto a obtener”. Es un comienzo de la “meta-adaptación”,
es decir, el intento de adecuar lo exterior al individuo y no a la inversa.
El paso a la inteligencia discursiva o simbólica que es el medio de sustituir la
captación del mundo por su representación, por su doble mental, mediante
los símbolos que implican en forma abstracta y generalizada ese doble de lo
concreto; se opera a través de una serie de momentos que si bien implican
un continuo, son al mismo tiempo, un salto cualitativo, una diferencia
esencial con respecto a la forma anterior de inteligencia.
Imitación diferida: aquella que se hace sin el objeto imitado presente. Wallon
se refiere también a la adquisición del lenguaje, que permite sustituir lo
concreto del objeto, por otro objeto que absorbe su significado abstracto en
un soporte objetivable: la palabra. Todo esto permanentemente
condicionado por el medio social en que el niño crece. Primero es la cupla
madre-hijo, a la que se añadirán otras muchas de valor diferente.

19
Cap. 2 ONTOGENIA DEL LENGUAJE
AZCOAGA

“Ontogenia” corresponde al desarrollo del ser en los primeros estadios de la


vida. Se trata de un proceso librado a sus propias leyes de desarrollo, con sus
etapas principales y sus indicadores para estas etapas.
El desarrollo del lenguaje en el niño es un proceso de carácter biológico,
dotado de sus leyes internas, con etapas principales y con los
correspondientes indicadores de estas etapas.

DISPOSITIVOS FISIOLOGICOS DEL NIÑO

En el curso del desarrollo del niño se entrelazan dos procesos:


 La maduración biológica y
 Los procesos de aprendizaje fisiológico.
Éstos intervienen íntimamente combinados en cada etapa evolutiva. La
maduración es un proceso determinado genéticamente, cuyas pautas se van
cumpliendo de modo inexorable. En cambio, el aprendizaje fisiológico resulta
de la interacción del individuo con su medio y sus resultados son
rigurosamente individuales.
El órgano que interviene como agente del desarrollo es el cerebro, como
componente más importante del sistema nervioso central. El cerebro del
niño y, en particular su corteza cerebral no están predeterminados. Pero van
determinándose, como consecuencia del mismo proceso de desarrollo.
Gracias a la progresión en la complejidad de la actividad reflejo condicionada
y de la inhibición interna se hace posible la elaboración de los estereotipos
como aspectos unitarios y a la vez complejos, tanto del lenguaje como de las
actividades gnósicas y práxicas. En ambas modalidades-gnosias y praxias, así
como en sus combinaciones- participa la actividad de los analizadores dando
lugar a la organización de estereotipos gnósicos y praxicos, lo que se logra así
mismo merced a la interposición de la inhibición interna que suprime
aferencias que no son pertinentes al estereotipo, extingue respuestas que no
cumplen un papel armónico en la actividad.
Trataremos conjuntamente con los procesos fisiológicos, los aspectos
psicológicos y lingüísticos en cada periodo.
Consideramos así que, desde el nacimiento en adelante se puede caracterizar
una primera etapa de comunicación o nivel prelinguistico. Podemos estimar
su extensión hasta aproximadamente los 12 a 15 meses de edad.
20
En ella se establecen los primeros recursos comunicativos del niño, en
particular con la madre. Se destaca el papel comunicativo del llanto cuya
entonación, intensidad y ritmo, lo hacen portador de diversos mensajes para
la madre.
También en esta primera etapa cumple un señalado papel la comunicación
gestual y la prosodia en el lenguaje de la madre que puede tener diversas
tonalidades afectivas para el lactante.
Todos estos hechos caracterizan esta etapa de comunicación, que es
“prelinguistica” puesto que es preparatoria para el desarrollo del lenguaje.
Las actividades innatas son principalmente la succión, la deglución, el grito y
el llanto. Dichas actividades se van complicando paulatinamente hasta
formar parte de la función del habla.
Los mensajes generados por la contracción de los músculos se denominan
“propioceptivos” o “cenestésicos”. En el primer caso, la denominación define
la sensación de uno mismo. En el segundo es la sensación de movimiento.
En el aspecto psicológico, la etapa se caracteriza por las primeras reacciones
circulares primarias en la formación de actividades sensoriomotoras que irán
complicándose gradualmente.

COMIENZO DEL JUEGO VOCAL

En la etapa de comunicación que estamos considerando, o prelinguistica,


hacia el segundo mes de vida, comienza las actividades que constituyen lo
que se ha dado en llamar “Juego vocal”. Esta actividad es un verdadero juego
ya que se compone de la repetición incesante, y aparentemente sin motivo,
de sonidos vocales. Es preparatorio para una función importante.
Separamos el desarrollo del juego vocal en dos etapas:
 Primera etapa “propioceptiva” del juego vocal: el juego vocal se inicia
con emisiones continuas (que algunos autores han denominado
“vocalizaciones”) y con sonidos guturales.
El bebe repite en forma continua los motivos, que a veces lo
entretienen dos o tres días hasta que incluye otro nuevo que se
intercala con el anterior, lo sustituye o se combina con él o se pierde.
Así es como paulatinamente se van generando nuevos y nuevos
sonidos.
Hacia los dos meses, el niño es capaz de responder a las incitaciones de
la madre en un proceso de aprendizaje que corrientemente se
denomina “imitación”.
21
El juego vocal se produce especialmente en los momentos de
tranquilidad fisiológica, cuando no hay estímulos externos tan intensos
que reclamen la atención del niño y cuando sus necesidades están
satisfechas.
 La segunda etapa del juego vocal “propioceptiva-auditiva”: esta etapa
se extiende aproximadamente hasta los diez u once meses o más. No
solo se caracteriza por la intervención de las aferencias auditivas, sino
también porque participan otros analizadores en la organización de
gnosias mas complejas. Por otra parte, interviene en forma gradual
nuevos recursos comunicativos vocales y gestuales que le permiten al
niño una aceptable comunicación con la madre y otros adultos,
referida a sus necesidades más notorias.
El juego vocal en esta etapa, por medio de los dos procesos ya
reseñados, va incluyendo nuevos y nuevos sonidos. Como efecto de la
producción de sonidos por el niño, a los componentes
sensoperceptivos que integran el estereotipo de los músculos vocales,
respiratorios y otros, se agrega ahora la sensación oída. Por eso es
correcto considerar que si hasta un momento dado los estereotipos
vocales eran casi exclusivamente propioceptivos de los músculos de la
respiración y la fonación, gradualmente pasan a ser propioceptivo-
auditivos, característica esta que percibirá a lo largo de toda la vida en
la formación de los estereotipos motores verbales.
Las aferencias auditivas obran como un reforzador de la actividad del
juego vocal y dan lugar a la regulación de los sonidos que produce el
niño.
En este nivel prelinguistico van adquiriéndose nociones acerca de la
propiedad representativa de las palabras. En este segundo semestre,
algunas palabras, vinculadas a los intereses biológicos principales del
niño, tienen la propiedad de suscitar reacciones en éste, que indican el
valor significativo que poseen. Estas palabras con sentido
representativo, tienen los mismos rasgos que otros estímulos
sensoperceptivos. Por eso a esta etapa la hemos denominado de la
“palabra-señal”.

PASAJE DEL JUEGO VOCAL AL LENGUAJE

22
En este periodo influye en la regulación de los estereotipos del juego
vocal el conjunto de los sonidos del lenguaje que se habla en torno del
niño. Es típico de esta influencia que ya en el segundo semestre se
nota el reforzamiento de los sonidos de la lengua que se habla en el
ambiente. Simultáneamente, van excluyéndose todos los sonidos del
juego vocal que no forman parte de esa fonética.
Esta etapa presenta un gran interés como proceso de aprendizaje
fisiológico.
Esta etapa es inexplicable sin una comprensión de los procesos
neurofisiológicos, cuyo detalle se darán a continuación:
En el reforzamiento por el sonido de los fonemas de la lengua
interviene un factor de gran importancia: el papel significativo de las
palabras en relación con los intereses biológicos principales del niño.
Pero no solo actúa el reforzamiento. También actúa la inhibición, por
cuyo efecto van suprimiéndose todos los sonidos del juego vocal que
no son adecuadamente reforzados. Es así como una gran cantidad de
emisiones van siendo suprimidas por la inhibición diferencial.
El segundo semestre es también el periodo en que van incorporándose
manifestaciones que son propias de la comprensión del lenguaje. En
esta etapa comienza a ligarse una palabra determinada con objetos
relacionados con la vida del niño.
En este momento la palabra señal se relaciona con una cantidad de
objetos a veces arbitrariamente relacionados, lo que reproduce la
etapa de generalización.
Así se da el caso de que el niño logre, antes que otras, la comprensión
de palabras relacionadas con sus actividades vitales como, por
ejemplo, la madre, la alimentación, el sueño, el juego, etc.. Los
primeros significados que adquiere por medio de la palabra señal o de
la palabra-objeto (ésta última se refiere a la condición de las palabras
que forman parte de la comprensión y luego de la elocución del niño,
representativas de objetos concretos) están ligados a sus intereses
biológicos. Para la comprensión son determinantes la entonación, los
gestos, la expresión facial del hablante y el contexto situacional. La
adquisición de significados crece impetuosamente desde el primer
año.
Es por la acción reguladora y reforzadora de la lengua que se habla en
torno del niño, que se van transformando los sonidos del juego vocal
en fonemas. Al mismo tiempo que se van suprimiendo los sonidos
23
extraños a esa lengua y reforzando los que le son propios, se van
produciendo tales sonidos como fonemas. Hay aquí un tránsito de una
función puramente fisiológica a una función fónica y lingüística. Así es
como en esta etapa se produce el tránsito de lo innato e
incondicionado a lo aprendido. El juego vocal tiene todas las
características y propiedades de lo innato hasta que las influencias
fónicas del ambiente comienzan a transformarlo en actividad fónica.
Por eso a los fonemas producidos en esta etapa corresponde
denominarlos “estereotipos fonemáticos”

SEGUNDA ETAPA DE COMUNICACIÓN.


PRIMER NIVEL LINGUISTICO

Se extiende desde el primer año de vida hasta aproximadamente los 5


años. Se trata de uno de los periodos más ricos en el desarrollo del
lenguaje.
El sustrato fisiológico está formado por:
 La gradual adquisición de los estereotipos fonemáticos
 La ampliación de la comprensión de significados y
 Incesantes síntesis en la actividad gnósico-práxica infantil con las
actividades del lenguaje.
La adquisición de estereotipos fonemáticos sigue una constante
consolidación de algunos de ellos, con la supresión de muchas
otras producciones del juego vocal. Y la formación de nuevas palabras
resultara de la actividad fisiológica de combinaciones (análisis y síntesis) de
los estereotipos fonemáticos. Estos se han ido consolidando en la actividad
del juego vocal y constituyen verdaderamente una unidad fisiológica dotada
de la suficiente estabilidad que se seguirá reforzando en el futuro, por la
repetición y por la estimulación auditiva en palabras con función
comunicativa.
En el curso del desarrollo del lenguaje interviene la actividad analítico-
sintética de los dos analizadores del lenguaje: cenestésico-motor y verbal.
El proceso que ahora ya es de aprendizaje (en sentido fisiológico) el que hace
que las combinaciones de estereotipos fonemáticos se estabilicen como
estereotipos motores verbales, o sea, el soporte fisiológico de las palabras.
Otro proceso va teniendo lugar simultáneamente con la formación de
estereotipos motores verbales y es la incorporación de significados.
24
En este estadio hay una generalización primaria, propia de las palabras. Una
palabra tiene en este momento la propiedad de representar una diversidad
de objetos que pueden tener entre sí una relación más o menos
circunstancial; la palabra “papa” que sirve para la designación del biberón,
puede extenderse a la sillita que usa el niño a la hora de la comida, al babero,
etc.
Este estado de generalización primaria pasa a transformarse en la adquisición
de significados para cada palabra, proceso que tiene una base fisiológica en
la actividad analítico sintética del analizador verbal y una base lingüística en
el conjunto de las influencias culturales que rodean al niño.
Por obra de este proceso altamente dinámico y continuamente creciente,
cada palabra va excluyendo (análisis) significados que no se corresponden
con el uso corriente de la lengua y va adquiriendo otros que si le son propios
(síntesis).
Concomitantemente se produce el paso del estadio sensoriomotor al
pensamiento preoperatorio, caracterizado por una complejidad creciente de
los esquemas de acción.

ETAPA DEL MOSILAGO INTENCIONAL

En el aspecto fisiológico se expresa la debilidad de los procesos inhibitorios


con respecto a la excitación.
La etapa del monosílabo intencional comienza antes del año y se extiende
hasta aproximadamente el año y medio.
Los componentes silábicos aun no perfeccionados, o sea los estereotipos
fonemáticos, adquieren función denominativa durante el juego y alcanzan un
nivel de comunicación en la formulación de deseos y exigencias, combinados
con actividad gestual comunicativa y con entonaciones prosódicas.
Al mismo tiempo, en el aspecto psicológico evoluciona la actividad
manipulativa.

ETAPA DE LA PALABRA-FRASE

Este periodo se extiende después del año hasta casi los dos años. La base
fisiológica de esta etapa es la posesión de las primeras síntesis y el
enriquecimiento de las significaciones que le son inherentes (estereotipos
verbales).

25
En el aspecto lingüístico, la etapa se caracteriza por la ampliación de los
recursos fonológicos. La palabra es utilizada en un contexto del que se
desprende su valor comunicativo: la situación así como la mímica y la
entonación expresan el contenido comunicativo. Por otro lado debe hacerse
notar que en este periodo, la palabra no es necesariamente la misma del
vocabulario del adulto. A menudo se trata de fusiones de dos palabras en
una.
Dentro del estadio sensoriomotor, los objetivos que concentran las
motivaciones del niño son fisiológicos, afectivos, lúdicos, y va en desarrollo
hacia una etapa de comunicación de carácter social.

ETAPA DE LA PALABRA YUXTAPUESTA

Inmediatamente emerge de la etapa de la palabra-frase la utilización de dos


palabras fusionadas, o con frecuencia coordinadas entre sí, que
paulatinamente se van independizando por la incorporación de nuevas
palabras o simplemente por su uso aislado. En este periodo comienza a
configurarse una de las primeras “gramáticas infantiles”. La palabra más
constante ha recibido el nombre de “pivote”, y las demás, palabras abiertas.
Mientras tanto, en el aspecto fonológico, van incorporándose algunas silabas
inversas y otras complejas, aunque no se ha completado el conjunto de las
posibilidades fonéticas de la lengua.
Puesto que va en aumento el caudal de significados, así como de palabras
pronunciadas, es de hacer notar la progresión en la actividad analítico-
sintética de los analizadores verbal y cenestésico motor verbal.
También en lo referente a las funciones cerebrales superiores prosigue
incrementándose la adquisición de praxias y gnosias, y va en aumento la
complejidad de las síntesis correspondientes gnosico-praxicas.
Esta actividad fisiológica sirve de sustento al desarrollo de distintos juegos
imitativos, denominados por Piaget juegos “simbólicos”, que preanuncian la
capacidad de anticipación y de planificación.

LA FRASE SIMPLE

Pasados aproximadamente los dos años de edad, la articulación de palabras


pivote abiertas va en progresiva complejidad, y pueden irse identificándose
pivotes de segundo y, más tarde de tercer orden.

26
En la complejidad de las “gramáticas” se nota la incorporación de
preposiciones, conjunciones, artículos y declinaciones (género, número y
persona verbal) que van dando mayor coherencia a la sintaxis.
También comienza ahora el monologo infantil durante el juego, que es el
comienzo de la “interiorización” del lenguaje.
En el aspecto psicológico van pronunciándose todas las características del
pensamiento concreto, puesto que es evidente la capacidad para establecer,
mediante la acción concreta, diversas relaciones de causalidad y de
dependencia que anticipan la inteligencia intuitiva.

FORMACION DEL “LENGUAJE INTERIOR”

Este es un periodo del desarrollo del lenguaje que se extiende desde el


primer nivel lingüístico al segundo, es decir en términos cronológicos, desde
los dos o tres años hasta los siete u ocho años.
Para comprender las características de este fenómeno hay que comenzar por
señalar que el juego vocal, justamente por su condición de juego, prosigue
largo tiempo aun en la etapa en que ya hay lenguaje. En estas ocasiones el
lenguaje tiene el papel de acompañante de las actividades del juego; además
tiene la finalidad de resolver las situaciones creadas.
Lo más importante de este proceso de formación del lenguaje interno a
expensas del lenguaje exterior está dado justamente por los significados. Son
los significados correspondientes a cada una de las palabras lo que se
convierte en patrimonio del “lenguaje interior”.
Los significados se desarrollan. Cada significado puede entenderse como un
complejo de relaciones, las que se multiplican, inicialmente en el ámbito
sensoperceptivo y luego en este y en el propiamente lingüístico. Hemos
propuesto denominar a estas relaciones “neurosemas”; del mismo modo que
hace ya tiempo propusimos la denominación de estereotipos verbales a las
unidades fisiológicas de los significados. De esta idenficación surge la
hipótesis de que el flujo del lenguaje interior es un proceso de interconexión
de neurosemas, ocasionalmente concretados como estereotipos verbales. La
“comprensión del lenguaje” requiere del lenguaje interior (codificación-
decodificación), el que se organiza con los estereotipos verbales y sus
componentes, los neurosemas a la vez que en su desarrollo, va despojándose
de la participación propioceptiva.

TERCERA ETAPA DE COMUNICACIÓN.


27
SEGUNDO NIVEL LINGUISTICO.

Este periodo coincide a grandes rasgos con el ingreso a la escuela y, por


consiguiente con el desarrollo de los procesos de aprendizaje pedagógico.
Se diferencian dos subperíodos que se extienden desde los cinco a los siete y
luego de los siete a los doce años, aproximadamente.
Lo común en ambos es la integración de los procesos analítico-sintéticos de
los analizadores del lenguaje. También tienen en común la interiorización del
lenguaje que tiene su máximo hacia los siete u ocho años.

Primera subetapa (5 a 7 años)

Los niños, en esta época tienen ya integrado el instrumental locutivo,


fonológico y gramatical. Prosigue un proceso de ordenación sintáctica de los
elementos gramaticales. Comprensión de los significados.
En el aspecto puramente sintáctico, hay dominio de las oraciones.
En lo semántico se alcanza un dominio más perfeccionado de adjetivos y
adverbios relacionados con distancias, longitudes, cantidades.

Segunda subetapa (7 a 12 años aproximadamente).

El lenguaje se caracteriza por una mayor ampliación conjunta de los aspectos


sintácticos y semánticos, demostrables en el aumento cuantitativo de los
vocabularios.
Existe en esta subetapa el dominio de conjunciones y preposiciones.
El lenguaje ha sido completamente interiorizado.
Los agrupamientos y las clasificaciones caracterizan el pensamiento
operacional.
Madurez para el aprendizaje de la lectoescritura y del cálculo.

TRAMAS DEL LENGUAJE INFANTIL: UNA PERSPECTIVA CLINICA.


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LO OBVIO Y NO HABLADO.
JUANA LEVIN
El habla, además de ser la puesta en acto de la estructura de una lengua, será
escenario para que el sujeto hablante se exhiba exponiéndose en aquello que
muestra, actuando y verbalizando, para ser aceptado como hablante,
invocante, demandante y reconocido como tal por el otro.
¿Por qué es un escenario? Porque este espacio lingüístico, creados por dos
en acuerdo, es un lugar que permite el encuentro de dos subjetividades
diferentes para su reconocimiento en el aquí y ahora, en la “presente
instancia del discurso”, exponiendo pasiones, pensamientos, creencias desde
el dominio del Yo.
La lengua se estructura en el infante, sustentada en la situación dialógica,
fundamento del lenguaje.

Situación dia-lógica inicial (a través de la palabra)

La compleja palabra materna cumple varias funciones, dando significados,


significancia y sentido a las emisiones sonoras emitidas por el infante. Le
responde concurriendo a su encuentro, por lo cual lo re-afirma en su
condición de invocante, haciendo valida la apelación que ha sido hecha por
medio de una sonoridad difusa. Es decir, la respuesta materna da significado
y sentido a la invocación, reconociéndolo como tal y dándole validez a su
apelación. Muy pronto esa sonoridad se transformara en formas fonológicas,
en significantes propios de la lengua en uso.
La situación dia-lógica primaria se juega estableciendo lugares, roles y turnos
no simétricos. Por un lado, lugar del que habla, rol actuante, protagónico,
turno de decir; por otro lado, lugar del que escucha, rol interpretante y turno
de quedar suspendido y escuchar. Momento de hablar y momento de callar
escuchando y entre ambos el esbozo de un tiempo de espera.
Así, la madre, ejerciendo dominación y poder se ofrece como fuente de todo
saber y placer, mientras que el infante se inicia como escuchante de ella y de
si, como lector del rostro, miradas, gestos y posturas, como intérprete y
como hablante balbuceante.
Este será el núcleo de la situación dia-lógica que promoverá o no el proceso
de construcción del lenguaje, conjugándose el espacio visible (ver) y el
invisible (auditivo).
Ese otro materno que con su respuesta interpretada, que da significados,
reconoce y reafirma la condición de invocante dando valor a la sonoridad
29
gritada y luego articulada, adquiere un estado de sapiencia, dominación y
poder.
Por lo cual, el semejante materno se evidencia como lugar de origen de la
lengua con la cualidad de dadora o negadora de ella, así como productora de
la construcción del lenguaje por su carácter demandante de un acto de habla,
en la situación dialógica al solicitar respuesta.
La lengua se ha encarnado en esa voz libidinizante-libidinizada de la madre.
¿Cuál será el género discursivo que se establecerá entre la madre y el hijo? El
género discursivo será intimo, sensual, seductor o por el contrario, neutro u
hostil dando consecuencias funestas.
La voz materna libidinizada que porta la lengua realizándola en actos de
habla, lleva además por los ecos de su propia estructuración psíquica,
respuestas que otorgan significación a las emisiones sonoras del infante
haciendo valida la demanda y además el anhelo de su producción, es decir, la
madre espera que su hijo le hable como pueda en ese momento.
Esto forma parte de la situación dia-lógica primaria, que no solo es
fundamento del Lenguaje, sino más aun, promotora de la apropiación de la
Lengua y del proceso de construcción del Lenguaje.
Mi experiencia me ha mostrado que los pequeños malos hablantes o no
hablantes, tenían madres que no les solicitaban que les hablaran. Eran
silenciosas o verborragicas, que era lo mismo, para con sus hijos. No creaban
un espacio para que el pequeño hablara como pudiera, brindándole un lugar
protagónico sino que lo dejaban mudo. Invadían la escena.
Asentado el espacio y la situación dia-lógica como matriz generadora,
comienzan a darse juegos de lenguaje, tratando de acercarse a los de los
adultos.

De la apropiación
El concepto de apropiación de la lengua y el proceso de construcción del
lenguaje como producto creativo y transformador dentro de un espacio y
situación dialógica compleja por los lugares y relaciones que se establecen en
el ser con otro.
El lenguaje que es un largo proceso de construcción, que un ser humano
produce en relación con otro, se inicia apropiándose –hacer propio por
mecanismos identificatorios y creativos- de la lengua en uso, en el habla.
La lengua le es dada al niño como un bien. Donación hecha, ante todo, por la
madre que la encarna libidinizandola. El niño habla para placer de ella y
propio.
30
He visto niñitos de dos años reproducir palabras-enunciados dichos por sus
madres, siendo captado inmediatamente el deleiten que provocan en ellas y
en otros de su entorno, resultando un acto placentero para sí.
Entonces, la expresión verbal cobra un alto valor afectivo y social. Es un bien
preciado para goce propio y ajeno. Un nuevo espacio gozoso para el re-
encuentro florece, un espacio dia-lógico a través del lenguaje.
Recordemos que en esta situación se definen lugares: uno que dice y otro que
oye y escucha, ve y espera, en los cuales se juegan roles: hablante e
invocante/escuchante, lector, interprete y replicante. El “dispositivo
simbólico” se ha puesto en marcha.
En la situación materno-filial, jugada en lo auditivo-visual, el rol protagónico
del infante será: ser escuchante de esa madre que además mediatiza la
estructura familiar y grupo social libidinizados, mezclado con sus propias
necesidades, pulsiones y deseos, para beber la estructura de la Lengua.

Del Lenguaje
Al realizarse esa situación dialógica primaria, se inicia un largo proceso de
construcción del lenguaje.
La apropiación de la lengua por parte del pequeño estará sujeta a la
aceptación o el rechazo de la situación primordial: un existente carente, que
necesita de la “ayuda específica” y alguien proveedor, donante, que impulsa
la libidinizacion de las formas lingüísticas, contenedoras de afectos.
Ambos activos: el naciente, potencialmente poderoso para su estructuración
y el otro ya estructurado y por tanto poderoso en su configuración psíquica-
social.
En esta situación dialógica no simétrica, tempranamente instalada, un infante
anónimo para sí y atrapado en sí, llama con sonidos a otro ya conocido. Ese
otro se dirige a él con intencionalidad portando los componentes de su
lengua, siendo donante de la palabra, del decir, que no tendrá una
particularidad imperativa sino gozosa.
Este espacio sonoro particular, promovido por la madre amante-amada-
donante de la Lengua y por el infante amado-amante-aceptante
desencadenan, a partir de la capacidad innata multilingüe del pequeño, el
proceso de construcción de un tercer elemento, simbólico, el lenguaje, que
servirá de escenario y de contraseña para la unión ilusoria y siempre fallida
por la propia particularidad del lenguaje.
Es aquella voz libidinizante de la madre y la aceptación del infante, el núcleo
a partir del cual se conformara el espacio auditivo abierto a la lengua.
31
Situación dialógica primaria (día-lógica) que, como surco fértil-amoroso,
cultivara transformaciones desplegando creatividad, lenguaje.
En un comienzo dos se mostraban y se reconocían en una dualidad, unidad
imaginaria, que luego mutó a una estructura tríadica. Naciendo y renaciendo
en la cultura.
Indudablemente, en este nuevo espacio y organización, quien demanda es
aquel extraño “el diferente de mi”, “tu”, el alocutario, el que no comprende
el idiolecto materno-filiar y pide hablar adecuado a normas del bien decir de
la lengua usada, para no quedar excluido. Quedar excluido es no ser
reconocido como ser hablante.
La estructura tríadica es la conductora del largo proceso de construcción del
lenguaje. Luego y por extensión de la esfera del “diferente de mi” se acoplara
el Jardín de Infantes y la escolaridad, lugar de enseñanza y privilegio de lo
escrito. Se ha ampliado el espacio cerrado y delimitado por el bebé y su
madre, la cultura ha ingresado plenamente.
Si bien el placer de oír es necesario, no es suficiente para construir el
lenguaje, será necesario, a su vez, el deseo de ser hablante único, diferente
de otro.
Silla Consoli:
“Es necesario que la madre haya podido sentir y mostrar felicidad al oír a su
hijo hablando, incluso y sobre todo cuando esa palabra expresaba algo que
ella no había intuido de antemano, pudiendo así dejarse sorprender por la
palabra de su hijo y reconociendo en ella al mismo tiempo una actividad de
pensamiento extraña a la suya y un acto de creación original, testimonio de
un proceso de autonomización en marcha.”

“LA ORGANIZACIÓN SEMIONTICA DE LA CONCIENCIA”


CAP.III LENGUAJE INTERIOR
SILVESTRI Y BLANCK

Lenguaje interior y dialogo

El lenguaje interior se forma interiorizando el habla, y de ella retiene su


característica más constitutiva: la dialogicidad. En tanto practica social, el
lenguaje encuentra su forma esencial en el dialogo, es decir, en un
intercambio comunicativo que tiene lugar en circunstancias concretas.
Siempre el lenguaje está orientado hacia a otro, en una actividad dialógicas
mas o menos mediata.
32
Pero el discurso no es dialógico solo porque se orienta hacia otras personas,
sino también porque se relaciona con otros enunciados.
El lenguaje interior se origina por introyección del habla comunicativa, y de
ella retiene sus propiedades. Los signos, en su carácter externo, son
instrumentos objetivos de la relación con otros. Al volverse interiores, se
convierten en instrumentos internos y subjetivos de la relación con uno
mismo. No estoy ya “dialogando” con otro, sino conmigo. Y lo hago por
medio de una herramienta social, que imprime toda su sociabilidad a mi
actividad mental. La conciencia aparece, entonces, como una forma de
contacto social con uno mismo.
(El habla egocéntrica del niño, es la precursora ontogenética del lenguaje
interior. Vygotski).
El lenguaje interior consiste en flujos de neurosemas, es decir, en trayectorias
de la información semántica por la red neuronal.
Hay en nuestra conciencia otro proceso que hace la actividad cognoscitiva: el
pensamiento.
En forma muy amplia, el pensamiento fue caracterizado por Vygotski como
auto-orientación en el mundo, lo que implica una actividad relacionada con la
resolución de problemas. En las primeras etapas de la historia, el
pensamiento fue una acción concreta y amplia, y más tarde se convirtió en
un proceso interno y reducido. En esta conversión cumple un papel crucial el
lenguaje. El pensamiento, entonces es, un complejo proceso psíquico de
procesamiento de información, de origen social.
En su desarrollo, el pensamiento y el lenguaje provienen de distintas raíces
evolutivas. Hasta cierto punto en el tiempo, los dos siguen líneas separadas e
independientes. Y en determinado momento estas líneas se encuentran, y el
pensamiento se convierte entonces en pensamiento verbal.
Vygotski propone representarse al pensamiento y al lenguaje como dos
círculos en intersección, que en sus partes superpuestas constituyen el
pensamiento verbal.

Características del lenguaje interior

El proceso que hace posible la formulación del lenguaje externo es el


lenguaje interior.
La particularidad fundamental del lenguaje interior es su función predicativa.
Vygotski definió al predicado psicológico de un enunciado como la parte que
incluye información nueva. Cuanto mayor es el contexto compartido y el
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conocimiento del interlocutor, mayor es la predicatividad de los enunciados.
El lenguaje interior es altamente predicativo, tiende a formular solo lo nuevo.
El lenguaje interior tiene, entonces, función predicativa. Y de esta función
derivan sus características morfológicas:
 La abreviación
 El amorfismo gramatical
En tanto el lenguaje interior se genera a partir del habla comunicativa,
retiene de ella también la propiedad del predominio del sentido sobre el
significado.
Otra peculiaridad del lenguaje señalada por Vygotski es la infusión de
sentido. Consiste en la influencia que los sentidos de diferentes signos
ejercen entre sí. Se produce una saturación de sentido en una sola palabra,
que proviene de haber absorbido las significaciones de otras palabras. Por ej.:
la palabra “cita”.
PENSAMIENTO Y LENGUAJE. VYGOTSKY
LAS RAICES GENETICAS DEL PENSAMIENTO Y EL LENGUAJE

1. Pensamiento y lenguaje tienen diferentes raíces genéticas.


2. Las dos funciones se desarrollan a lo largo de líneas
diferentes, independientes una de otra.
3. No existe una correlación definida y constante entre ellos.
Se distinguen dos líneas separadas que emergen de dos raíces genéticas
diferentes.
Desde hace tiempo se conocen las raíces preintelectuales del habla en el
desarrollo infantil:
 El balbuceo
 Los gritos
 Y aun sus primeras palabras son etapas claramente establecidas, que
no tienen nada que ver con el desarrollo del pensamiento.
Estas manifestaciones han sido consideradas como formas
predominantemente emocionales de la conducta.
La función social del lenguaje se manifiesta ya claramente durante el primer
año, en la etapa preintelectual del desarrollo del lenguaje. Tempranamente,
durante la primera semana de vida, se observan respuestas bastante
definidas a la voz humana, y la primera reacción específicamente social se
produce durante el segundo mes. Las risas, los sonidos inarticulados, los

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movimientos, etc., constituyen medios de contacto social desde los primeros
meses de la vida del niño.
En cierto momento, aproximadamente a los dos años, las dos curvas de
desarrollo: la del pensamiento y la del lenguaje, hasta entonces separadas, se
encuentran y se unen para iniciar una nueva forma de comportamiento. El
niño hace “el gran descubrimiento de su vida”, se encuentra con “que cada
cosa tiene su nombre.”
Este instante crucial en el que el lenguaje comienza a servir al intelecto, y los
pensamientos empiezan a ser expresados, está señalado por dos síntomas
objetivos inconfundibles:
1. La repentina y activa curiosidad del niño acerca de las
palabras, su pregunta sobre cada cosa nueva (“¿Qué es
esto?”) y
2. Los rápidos y cada vez más amplios aumentos resultantes de
su vocabulario.

“El descubrimiento más importante del niño” solo se hace posible cuando se
ha alcanzado un determinado nivel, relativamente alto, en el desarrollo del
pensamiento y el lenguaje. En otras palabras, el lenguaje no puede ser
“descubierto” sin el pensamiento.
Concluimos:
1) En su desarrollo ontogenetico, el pensamiento y el
lenguaje provienen de distintas raíces genéticas.
2) En el desarrollo del habla del niño podemos establecer
con certeza una etapa preintelectual, y en su desarrollo
intelectual una etapa prelinguistica.
3) Hasta un cierto punto en el tiempo, los dos siguen líneas
separadas, independientemente una de otra.
4) En un momento determinado estas líneas, se encuentran,
y entonces el pensamiento se torno verbal y el lenguaje,
racional.

Sea cual fuere la forma en que nos aproximemos al problema de la relación


entre pensamiento y lenguaje, tendremos que manejar ampliamente el tema
del lenguaje interiorizado. Su importancia es tan grande, en todo nuestro
pensamiento, que muchos psicólogos, Watson entre otros, llegan a
identificarlo con él, y lo consideran como habla inhibida sin sonido. Sin
embargo, la psicología aun no sabe cómo se realiza, o a qué edad, a través de
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qué procesos y por qué tiene lugar el cambio del lenguaje externo al
interiorizado.
Esquemáticamente, podemos imaginarnos el pensamiento y el lenguaje
como dos círculos en intersección. En sus partes superpuestas, constituyen lo
que se ha llamado pensamiento verbal; éste sin embargo, no incluye de
ningún modo todas las formas de pensamiento y las de lenguaje.
El lenguaje interiorizado se desarrolla a través de lentas acumulaciones de
cambios funcionales y estructurales, se separa del habla externa del niño,
simultáneamente con la diferenciación de las funciones sociales y
egocéntricas del lenguaje, y, finalmente, las estructuras de este último,
dominadas por el niño se convierten en las estructuras básicas del
pensamiento.
El desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje, es decir, por
las herramientas lingüísticas del pensamiento y la experiencia socio-cultural
del niño. Esencialmente, el desarrollo del lenguaje interiorizado depende de
factores externos; el desarrollo de la lógica en el niño, como lo han
demostrado los estudios de Piaget, es una función directa del lenguaje
socializado. El crecimiento intelectual del niño depende del dominio de los
medios sociales del pensamiento, esto es, del lenguaje.

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